Hoy en día se ven a muchas jóvenes o incluso niñas que están embarazadas e
inmediatamente uno piensa “niña irresponsable, no aguanto tener las piernas
cerradas” o muchos otros pensamientos negativos.
Pero nunca nos ponemos a pensar que es lo que pasa en realidad, que es lo que
sucede con todas esas chicas que están embarazadas a tan corta edad.
La cultura y/o la sociedad te dice que si te embarazas eres mal vista, quedas
marcada como una irresponsable o algo peor, la sociedad te juzga de la peor
manera posible sin darte oportunidad para defenderte, sin poder explicar la
situación.
Pero cuando a nosotros nos pasa, y debemos estar consientes de que Si nos puede
suceder, no lo aceptamos y decidimos irnos por el camino fácil: fue violación, así
que lo puedes abortar, pero nunca nos ponemos a pensar cómo se siente nuestra
hija o esa mujer en nuestra familia que ha sido lastimada y humillada y solo
pensamos en nosotros, en como seremos juzgados al tener y aceptar a ese bebe,
producto de una violación.
Presionamos al límite a las jóvenes para que aborten, les llenamos la cabeza de
ideas negativas y situaciones que supuestamente no podrán superar, pero nunca
les damos la oportunidad de descubrirlo por ellas mismas, pero sobretodo, no le
damos la oportunidad a ese maravilloso ser que apenas está creciendo, que sigue
siendo vulnerable e inofensivo, no le damos la oportunidad de vivir, de experimentar
un mundo lleno de sensaciones tanto buenas como malas y de decidir por sí mismo
que es lo que quiere para él, que camino quiere seguir.
Los padres y/o familiares deberían de comprender la situación por la que están
pasando sus esposas, hijas, hermanas, y darles todo su apoyo, económico y
emocional, por que salir de estas situaciones no es fácil, no es fácil superar el miedo,
miedo de volver a vivirlo, la humillación, la agresión, el dolor.
Son cosas que se quedan, pero con su apoyo será más ligera la carga.