La gravitación universal.
La tercera ley de Newton indica que la fuerza debe ser recíproca; si el Sol atrae a un planeta, éste
debe atraer al Sol. Esa atracción debe estar presente entre todos los cuerpos celestes.
Aquí entra la historia de la manzana. Si esa atracción se daba entre todos los cuerpos celestes, y
entre más cercanos era mayor, ¿cómo sería estando muy cerca?, tan cerca como situarse en la
superficie de uno de ellos. Esa fuerza es el peso de los objetos, tan familiar para todos.
Como lo indica la segunda ley de Newton, las aceleraciones son proporcionales a las fuerzas, Newton
comparó las aceleraciones de la Luna y de la manzana que cae. La
distancia del centro de la Tierra a la Luna es 60 veces mayor que el radio
de la Tierra, que es la distancia de su centro a la manzana. Newton
calculó la aceleración con la que se mueve la Luna y encontró que su
valor era de 0.00272 m/s2, que es justamente 1/3 600, o sea, 1/602 de la
aceleración de una manzana que cae, 9.8 m/s2.
La fuerza de atracción gravitatoria es entonces universal, todo cuerpo
atrae y es atraído por cualquier otro cuerpo. La magnitud de la fuerza,
además de depender de la distancia entre los cuerpos, también depende
del valor de la masa.
𝑚1 𝑚2
Escrita como ecuación, la ley de gravitación de Newton es así: F = G.𝑟2
donde m1 y m2 son las masas de los cuerpos que se atraen con una fuerza F y están separados una
distancia r. La G es un valor constante y es el mismo para todos los cuerpos: se le conoce como la
constante de gravitación universal.
Si todo cuerpo es atraído por cualquier otro, ¿por qué no vemos que se atraigan entre sí las cosas
que tenemos sobre la mesa? Ocurre que la fuerza de atracción se hace notoria solamente cuando la
masa de al menos uno de los cuerpos involucrados es muy grande, como por ejemplo, la de la Tierra.
Es lo mismo que decir que el valor de la constante G es muy pequeñito. Newton sólo pudo hacer
estimaciones del valor de G, pues para medirla es necesario obtener medidas de la fuerza de
atracción entre cuerpos de masa conocida. Esa medida se hizo en el laboratorio un siglo después. El
valor de la constante es:
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TALLER DE FÍSICA “GRAVITACIÓN UNIVERSAL” GRADO DÉCIMO 4P
el cual es un valor pequeño. Una vez conocido se ha podido usar para calcular las masas de los
planetas, el Sol, etcétera.
En el recuadro están las masas de los planetas y del
Sol. Es notable la diferencia entre la masa del Sol y
la de todos los planetas juntos: la del Sol es 740
veces más grande. Eso explica el papel dominante
del Sol en el movimiento de los planetas: él casi no
se mueve y ellos, por pequeños, son los que giran a
su alrededor.
El triunfo de la gravitación
Newton no solamente explicó los movimientos de los planetas. Con su teoría pudo hallar otras cosas.
Predijo que la Tierra no es una esfera perfecta, debía estar achatada por los polos debido a su
movimiento de rotación. Newton calculó qué tan achatada debía estar, considerando que el radio
polar (del centro de la Tierra a cualquiera de los polos) es 21 km menor que el radio ecuatorial (del
centro de la Tierra al Ecuador). Si dibujaras a la Tierra haciéndola de un metro de diámetro, su
medida vertical sería 3 mm menor de un metro.
Las mareas fueron entendidas cuando Newton hizo ver que se deben a la atracción gravitatoria de la
Luna y, en menor medida, a la del Sol.
También se explicaron las trayectorias de los cometas, objetos que vienen de muy lejos, pasan cerca
del Sol y se vuelven a ir.
Newton predijo la posibilidad de poner en órbita alrededor de la Tierra un satélite artificial, que podía
ser cualquier objeto al que se le diera la velocidad adecuada a una cierta altura.
Después de Newton, otros científicos utilizaron la ley de la gravitación y explicaron con mayor
precisión el movimiento de los planetas, pues también se atraen entre ellos.
En 1781, el astrónomo alemán-inglés Herschel, trabajando con un gran telescopio, había descubierto
un nuevo planeta más lejano que Saturno. Lo llamó Urano. Varios astrónomos lo siguieron
observando y descubrieron que su movimiento no era el esperado. Eso hizo suponer a algunos que
más allá de Urano habría otro planeta que lo estaría perturbando, es decir por atracción gravitatoria lo
desviaría levemente de su trayectoria.
La hipótesis resultó cierta pues se confirmaron los cálculos hechos por el francés Leverrier cuando,
en 1846, el alemán Galle vio al nuevo planeta en donde se había predicho. La predicción se basó en
la Ley de la Gravitación de Newton. El planeta fue llamado Neptuno.
El último de los planetas conocidos, Plutón, fue descubierto en 1930 por el norteamericano
Tombaugh. Aquí no hubo aplicación de la gravitación, el planeta fue descubierto al examinar placas
fotográficas.
La Ley de Gravitación de Newton no sólo fue aplicada al sistema solar, con ella también se explica la
estructura de las grandes formaciones de estrellas, las galaxias. Una galaxia puede tener 1011
estrellas y es por la atracción gravitatoria que hay entre ellas por lo que no se dispersan en el
espacio. La fuerza de gravitación es la que domina en el cosmos a gran escala y determina el
movimiento general de las galaxias.