Sin embargo, cuando se habla de compasión muchas veces se coloca en ese término una
connotación negativa pues parece implicar un menosprecio hacia quien sufre, de ahí que
muchas personas no quieren que se sienta compasión hacia ellas.
Los importante es que todos sean capaces de entender que la compasión es contraria al
menosprecio, y la psicología de la compasión juega en esto un papel fundamental ya que
busca activar el sistema neurológico del bienestar a través de un proceso que ayuda a superar
todas las consecuencias negativas de una auto-crítica destructiva.
Psicología de la compasión
La psicología de la compasión lleva a activar el sistema de bienestar pues ayuda a afrontar
las propias debilidades y fallas, tomar riesgos y manejar tanto las críticas como los conflictos.
Pero para ejercitar la compasión es necesario primero percibir el sufrimiento para poder hacer
una evaluación; y poder actuar. La flexibilidad psicológica que estos procesos proporcionan
permiten a las personas ser compasivos con mayor libertad, no tener miedo a demostrar
compasión.
Para muchas personas sentir compasión implica revivir algunos episodios asociados a
experiencias dolorosas como el abandono, abuso o desprecio y estas vivencias pasadas
generan nuevamente el temor a la cercanía e incluso a la ayuda por parte de otras personas.
En el trabajo clínico realizado por psicólogos puede encontrarse el despertar de la pena que
sufre una persona por no haber recibido en otros momentos el cuidado que requería, algo que
se transforma en miedo a sentir compasión por los otros o pensar que ese sentimiento puede
verse como debilidad.
Existen ejercicios que ayudan a fomentar la compasión
hacia los demás y también la auto-compasión que pueden ser de gran ayuda para una
construcción más positiva de episodios que han causado grandes sufrimientos.
Estos ejercicios se basan en ayudar a personas conocidas que están pasando por algún tipo e
sufrimiento pero también tratar de hacerlo con otras a las que no se conoce o por la que no
se tiene empatía. Al realizar acciones para aliviar el sufrimiento del otro es posible volverse
más auto-compasivo.
Compasión y Psicoterapia
¿La compasión puede tener utilidad terapéutica para quien la ejerce? Esta es una
pregunta que muchas veces más allá de disipar profundiza las dudas. Sin en embargo, es
necesario considerar este interrogante desde otra óptica para evitar los sufrimientos que con
frecuencia genera la confusión sobre este concepto.
Tanto los mandatos morales como las creencias o tradiciones ancestrales han instalado
También las neurociencias demostraron que el estado de compasión puede influir sobre
los sistemas neurofisiológicos ya que en quienes experimentan ese sentimiento se aquieta la
actividad del lóbulo prefrontal derecho, directamente conectado con los estados de ánimo
más negativos. Pero también se activan zonas del cerebro prefrontal izquierdo con redes
neuronales más vinculadas al amor, la empatía y una mayor conexión entre sentimientos y
pensamientos.
Trabajar sobre la culpa, el perdón y la búsqueda del mejor camino para experimentar
sentimientos de compasión ayuda a derribar mitos como el que afirma que sentir compasión
es sinónimo de lástima hacia los demás. En el otro extremo se asegura que la compasión se
asocia a la bondad más pura pero que en la mayoría de los casos paraliza a la persona que
constata que al mismo tiempo que siente compasión es capaz de enojarse y no perdonar.