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Eagleton, Terry, Ideología.

Una introducción, Barcelona-Buenos Aires-México, Paidós, 1997

(fragmento del capítulo: “Ideología y discurso”)

Voloshinov es el padre de lo que desde entonces se conoce como el «análisis del discurso», que atiende
al juego de poder social en el propio lenguaje. El poder ideológico, como dice John B. Thompson, no
es sólo cuestión de significado, sino de dar una utilidad de poder a ese signífícado.' Las teorías de
Voloshinov tienen una continuación en la obra del lingüista althusseriano francés Michel Pécheux,
especialmente en su libro Lenguaje, semántica e ideologia(1975). Pécheux pretende ir más allá de la célebre
distinción saussureana
entre langue (el sistema de lenguaje abstracto) y parole (las expresiones particulares) con los conceptos de
«proceso discursivo» y «formación discursiva». Una formación discursiva puede entenderse como un
conjunto de reglas que determinan lo que puede y debe decirse desde una posición determinada en la
vida social; y las expresiones únicamente tienen significado en virtud de las formaciones discursivas en
las que se dan, cambiando de sígnífícado cuando se trasvasan de una a otra. Una formación discursiva
constituye así una «matriz de significado» o sistema de relaciones lingüísticas en el que se generan
procesos discursivos reales. Cualquier formación discursiva particular formará parte de una totalidad
estructurada de estos fenómenos, que Pécheux denomina «Interdiscurso »: y cada formación discursiva
está inserta a su vez en
una formación ideológica, que contiene tanto prácticas discursivas como no discursivas.
Así, todo proceso discursivo está inscrito en relaciones ideológicas, y estará moldeado interiormente
por su presión. El propio lenguaje es un sistema «relativamente autónomo», compartido por
trabajadores y burgueses, hombres y mujeres, idealistas y materialistas; pero precisamente porque forma
la base común de todas las formaciones discursivas, se convierte en el medio de conflicto ideológico.
Una “ semántica discursiva» habría de examinar entonces cómo se vinculan los elementos de una
formación discursiva
específica para formar procesos discursivos con referencia a un contexto ideológico. Pero la posición de
una formación díscursiva en un todo complejo, que incluye su contexto ideológico, está normalmente
oculta al hablante individual. en un acto que Pécheux denomina de «olvido»; y en razón de este olvido o
represión
los significados del hablante le parecen obvios y naturales. El hablante «olvida» que es sólo una función
de una formación discursiva e ideológica, y con ello se reconoce erróneamente como autor de su
propio discurso. Al igual que el niño lacaniano se identifica con su reflejo imaginario, el sujeto hablante
lleva a cabo una identificación con la formación discursiva que le domina. Pero Pécheux deja abierta la
posibilidad de una «des-identificación» con estas formaciones, lo que es una condición de la
transformación política.
La obra de Voloshinov y Pécheux ha sido pionera de una escuela variada y fértil de análisis del discurso.'
Gran parte de estas obras examinan cómo puede rastrearse la huella del poder social en las estructuras
léxicas, sintácticas y gramaticales -de forma que, por ejemplo, el uso de un nombre abstracto, o un
cambio de modo de activo a pasivo, puede servir para oscurecer el actor concreto de un acontecimiento
social de una manera conveniente para los intereses ideológicos dominantes-o Otros estudios se han
centrado en el análisis de la distribución de las oportunidades de habla en la conversación, o en los
efectos ideológicos de la organización narrativa oral. Aun cuando en ocasiones han abundado
trabajosamente en lo obvio, disparando cañonazos de análisis lingüístico para matar a la insignificante
mosca de un chiste verde, esta rama de investigación ha abierto una nueva dimensión en una teoría de
la ideología tradicionalmente más centrada en la «conciencia» que en la actuación lingüística, en las
«ideas» que en la ínteracción social.

3_Thompson, S1udie<in ¡he Theory ofldeology, pág. 132.


4. Véase, por ejemplo, William Labov, Sodolinguistic Pattems. Filadelfia, 1972; Malcolm Coulth~
ardo¡"troducrwn lOm,'course Analvsis. Harlow. 1977; M.A.K. Halltday, La"gUQge as Social Semioric.
Londres, 1978; Gunter Kress y Roger Hodge, LangUJJje as ldeofugy. Londres, 1979; Roger Fowler. /..i_
lD'a!u....as Social Discourse, Londres, 1981; YDiane Macdonell, Theories ufDiscourse. O:dord, 1986.

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