Nuestra vida se realiza en el tiempo; es en la historia que se va escribiendo día a día, donde
podemos experimentar La Vida. A lo largo de la misma, vemos que hemos tenido y/o tenemos
compañeros de camino con los cuales andamos juntos un periodo de tiempo más o menos
extenso. Quien siempre nos acompaña es el Señor.
Pareciera que la vocación de Dios es acompañar a su creatura, obra de sus manos, gestado en su
corazón de Padre. Lo vemos claramente en el modo de accionar de Dios, como lo testimonian las
sagradas Escrituras. De un modo particular se hace presente al lado de quienes caminan buscando
la liberación. Recordemos al pueblo de Israel que anduvo por el desierto durante cuarenta años. El
Señor fue el compañero paciente, amoroso, y esperanzado que nunca dejó solo a sus elegidos.
Siguió, a través de los patriarcas, reyes y profetas, acompañando con su palabra, invitando a
“volver a él”, cuando por distintos motivos se apartaron de su amor.
De un modo especial Dios quiso caminar el mismo suelo que la humanidad y se encarnó en Jesús,
abriendo en la Historia el tiempo de Gracia, el tiempo de salvación.
Desde Cristo, nos dejó la presencia de su Espíritu quien día a día nos acoge a un nuevo amanecer,
nos toma de la mano, nos lleva por sus caminos, siempre y cuando nosotros nos dejemos
acompañar por Él.
Hay momentos especiales donde ponemos la atención en el modo en que Dios está junto a
nosotros. El Adviento es un tiempo litúrgico en el cual podemos agudizar la mirada interior para
ver al Señor que está a nuestro lado; es un sacramento (signo) del camino de la vida, que tiene
como meta final gozar de la presencia del Señor, habitar en su casa.
En este tiempo queremos mirar, también, a María nuestra Señora de la Espera, nuestra Señora del
Adviento. Nos encomendamos a ella en este momento.
Primer ejercicio: (25´) para ver cómo estamos. (Música “el silencio toca mi voz”)
2. Compartir con quien tengo al lado, ¿cómo me siento? ¿Cómo llego? ¿Cómo estoy? Ante la
cercanía de la Navidad.
3. En ronda: mirar los rostros e intentar leer. (dos círculos concéntricos caminando en
sentidos distintos). Ahora buscar a una persona, y regalar una palabra desde lo que puedo
leer: si veo que le haría bien escuchar: Dios te ama, se lo digo. (Un gusto conocerte, qué
alegría que hayas venido, eres valioso/a; gracias por tu esfuerzo, etc.).
12:30 Meditación: Compartimos un texto del profeta Isaías. (10´)
Preparar el camino del Señor, que ya llega. De las 4 semanas de Adviento, las dos primeras nos
invitan a reflexionar de cara a la Venida del Señor en la plenitud de los tiempos, la Segunda venida
de Cristo, o la Definitiva. Nuestra vida avanza hasta alcanzar la plenitud de Vida en Cristo, hijo de
Dios encarnado en la Historia. La preparación, por lo tanto, tiene un talante existencial que nos
sitúa en el presente y nos invita a reflexionar sobre las razones por las cuales vivimos, por aquello
que hace que tenga sentido lo que hacemos y el modo en que lo hacemos. ¿Cómo está siendo mi
modo de vida?
Rellenar los valles, dice Isaías. Se trata de darnos cuenta de aquello que aun sentimos como vacío,
un hueco, aquello que nos falta o nos faltó en la vida, y ponernos a trabajar en ello. Con la ayuda
de la Gracia de Dios, se puede lograr hasta tener un corazón desbordante de gratitud. Pueden
venirnos desde afuera, por el contexto familiar, social, eclesial, laboral en que se escribe nuestra
historia, o desde dentro, por un modo propio, único y personal, de entender las situaciones que
hacen que consideremos que algo falta o faltó.
Aplanar montañas, será mirar lo que sobra, lo que está de más; descubrir las barreras que nos
separan de Dios, de nuestros hermanos, de nuestro entorno. Tal vez sean lo que llamamos
problemas, dificultades o muros que construimos desde una falta de ejercicio en el amor, para
comprendernos y comprender a los demás.
Momento Personal: (20minutos) Si termino, hacer silencio, orar “Ven Señor Jesús”
1-¿Cómo está siendo mi modo de vida? ¿Qué le da sentido a mi existencia? Anotar las razones.
2- ¿En qué ámbitos de mi vida, necesito que el Señor venga a rellenar? Qué necesito para que mi
vida tenga pleno significado?
5- Escribir 4 pasos concretos para poder lograrlo hasta el día de la celebración de la Navidad.
Momento Grupal: (20´) Por colores nos encontramos alrededor de una mesa y compartir los tres
primeros puntos.
Prosigo hacia la meta para obtener el premio al que Dios me llama en (hacia) Cristo Jesús. (Flp. 3,
14)
Pausa. Comida
15:30 Danza en círculo, Eretz, para recoger- recordar, lo que hemos compartido en el primer
momento.
Siguiendo esa Clave, vamos tener un momento para compartir una lectura de textos breves de San
Alfonso.
Consigna:
1. Leer pausadamente.
4. En un escrito breve, imaginar lo que San Alfonso nos diría (escribiría) hoy para vivir este
tiempo hacia la Navidad.
5. Compartir.
19.20 Hs. Momento de oración, con el texto del Evangelio del día.
19.45 Compartir: