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PRELACIÓN DE CRÉDITOS

La prelación de créditos es el conjunto de reglas que determinan el orden y la forma en


que deben pagarse los créditos, dependiendo de factores de forma y de la calidad de
cada crédito, estableciéndose así un sistema de preferencias para cada uno de los
acreedores concurrentes, rompiendo de esta manera el principio de igualdad jurídica
entre estos. Así lo establece el art. 2492 del C.C “Los acreedores, con las excepciones
indicadas en el artículo 1677, podrán exigir que se vendan todos los bienes del deudor
hasta concurrencia de sus créditos, incluso los intereses y los costos de la cobranza, para
que con el producto se les satisfaga íntegramente, si fueren suficientes los bienes, y en
caso de no serlo, a prorrata, cuando no haya causas especiales para preferir ciertos
créditos, según la clasificación que sigue.”
El sistema de preferencias es taxativo, por tanto, solo existen aquellas contempladas
como tal por la ley, en el orden que se les ha dado, lo que puede determinar que algunas
de ellas sean totalmente satisfechas y otros en cambio, queden insoluto total o
parcialmente.
Las preferencias tienen por causa el privilegio (para créditos de primera, segunda y cuarta
clase) y la hipoteca (para los créditos de tercera clase).
Las preferencias pueden clasificarse en generales y especiales. Las primeras
permiten al acreedor perseguir todos los bienes del deudor para la satisfacción de su
crédito, como sucede con los créditos de primera y cuarta clase. Las segundas sólo
afectan determinados bienes, como en el caso de los créditos hipotecarios, en los que
sólo puede ser perseguido por el acreedor el bien sobre el que recae el gravamen, de
tal forma que, si queda un saldo insoluto, éste se convierte en un crédito común que
se paga a prorrata con las demás acreencias no privilegiadas.1

Con respecto a la prelación de créditos, el código civil colombiano establece que hay 5
clases de créditos, de los cuales los 4 primeros gozan del sistema de preferencia y el
último no, constituyéndose este por los créditos comunes cuyo pago depende de qué
remanente quede de bienes después de cubrir los créditos de las clases anteriores, esta
clasificación la estable el C.C en los artículos 2494, 2495 y siguientes, pero hay que tener
en cuenta estos han ido sufriendo algunas modificaciones con base a la Sentencia
C-092/02 y otras que se irán mencionando a lo largo del texto.

1 Colombia, Corte Constitucional, Sentencia C-092/02, Bogotá, 2002, Pág 8.


PRIMERA CLASE DE CRÉDITOS

Es general, de manera que afecta a todos los bienes del deudor incluidos los afectados
a créditos de segunda y tercera clase como los garantizados con prenda e hipoteca,
afecta también todos los bienes del heredero que ha aceptado la herencia sin beneficio
de inventario, y personal, pues no se transfiere a terceros poseedores.
Estos créditos tienen preferencia sobre todos los demás, contra los bienes de primera
clase no puede alegarse preferencia alguna otorgada a los créditos de las otras clases,
sin embargo, no se extenderán a fincas hipotecadas, solo en el caso de no poderse cubrir
en su totalidad con los otros bienes del deudor.
Anteriormente las acreencias se pagaban en el mismo orden de numeración en que
aparecen incluidas en el artículo 2495 del Código Civil, no obstante, se han introducido
algunas modificaciones legales y jurisprudenciales como las introducidas con la
Sentencia C 092/02, dicho esto, se respeta el orden establecido cualquiera que sea la
fecha del crédito y, si existen varios créditos dentro de una misma categoría, se cancelan
a prorrata si los bienes del deudor no son suficientes para pagarlos íntegramente, hacen
parte de los créditos de primera clase los siguientes:
1. Los créditos por alimentos a favor de menores.
Anteriormente, esta causa de prelación en los créditos se encontraba en el #5, por debajo
de los salarios y prestaciones provenientes del contrato de trabajo, las costas judiciales
que se causen en interés general de los acreedores, las expensas funerales del deudor
difunto, los gastos de la enfermedad de que haya fallecido el deudor, los artículos
necesarios de subsistencia suministrados al deudor y su familia durante los últimos tres
meses, pero la Corte al ponderar los derechos de los niños frente a los derechos de los
demás acreedores, consideró que debe darse preferencia a los primeros, en
concordancia con el Art 44 constitucional que consagra la primacía de los derechos de
los menores teniendo en cuenta que en ellos se encuentra el futuro del Estado y que son
personas vulnerables e indefensas cuya vida apenas comienza, motivo por el cual debe
propenderse por la búsqueda de su bienestar, por tanto, cualquier norma que desconozca
esta prevalencia va en contravía del espíritu de la Carta y, por tanto, debe ser declarada
inconstitucional.
En este sentido, […] “dicho concepto incluye todo lo indispensable para el sustento,
habitación, vestido, asistencia médica, recreación, formación integral y educación o
instrucción del menor y, también, la obligación de proporcionar a la madre los gastos de
embarazo y parto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 133 del Decreto Ley
2737 de 1989 (Código del Menor).”2
2. Los créditos causados o exigibles de los trabajadores por concepto de salarios,
cesantías, y demás prestaciones sociales e indemnizaciones laborales.

2 Colombia, Corte Constitucional, Sentencia C-092/02, Bogotá, 2002, Pág 17.


Esta causal comprende toda clase de remuneraciones de los trabajadores, incluidas
todas las prestaciones legales y extralegales a favor de ellos. En la Ley 50 de 1990 Art
36 se establece que este tipo de créditos tienen privilegios excluyentes sobre los demás,
contrario a lo que dispone el Art 2495 C.C que los ubica en el 4 lugar, no obstante, con
las modificaciones introducidas con la Sentencia C 092/02 y la primacía de los créditos
debidos por alimentos a los menores, esta casual quedó ubicada en segundo lugar.
3. Las costas judiciales que se causen en interés general de los acreedores.
Deben ser generales, es decir, que se causen para provecho de todos los acreedores, ya
que, si se trata de costas individuales que cada acreedor realiza en pro de sus
pretensiones, no tienen privilegio alguno, sino que concurren con las costas de la misma
clase de los otros acreedores.
4. Las expensas funerales del deudor difunto.
Este privilegio aplica solo para las expensas necesarias para el funeral del deudor que
ha caído en estado de quiebra o insolvencia, ya que lo exceda este concepto no es crédito
privilegiado, en consecuencia, corresponde al juez apreciar discretamente hasta donde
el monto de las expensas de que se trata responde al límite legal que permite el privilegio.
5. Los gastos de enfermedad de que haya sufrido el deudor.
Facilita que los enfermos sean atendidos en los centros hospitalarios, atiende a razones
humanitarias y se define tales como honorarios de médicos, enfermeros, clínicas,
medicamentos, etc. En caso de que la enfermedad haya durado más de 6 meses, se deja
al arbitrio del juez determinar la cantidad hasta la cual se extienda la preferencia.
6. Los artículos necesarios de subsistencia suministrados al deudor y su familia
durante los últimos tres meses.
La causal de preferencia se refiere únicamente a los elementos necesarios para
conservar la vida y no a otros distintos. Al juez se le atribuyen facultades a petición de
parte para tasar este cargo si le parece exagerado.
7. Los créditos del fisco y los de las municipalidades por concepto de impuestos.

CRÉDITOS DE SEGUNDA CLASE.

Consagrada en el Art 2497, está conformada por los créditos que pueden hacerse
efectivos sobre determinados bienes muebles del deudor.
El crédito privilegiado del acreedor prendario es un derecho con garantía real, porque lo
autoriza para perseguir la cosa empeñada sin importar en manos de quién se encuentre.
En tal virtud, gozan de un privilegio especial, ya que, si son insuficientes para cubrir la
totalidad de la deuda, el déficit insoluto pasa a la categoría de los créditos no
privilegiados, pagándose a prorrata de su monto. Estos créditos se cancelan con
preferencia respecto de los demás créditos, a excepción de los de la primera clase.
No tienen orden de prelación debido a que cada crédito tiene su garantía propia;
rematando el bien que lo garantiza se agota la preferencia, con excepción de la prenda
sin tenencia que sigue estando en esta clase aun sin poder ejercer la retención.
Los créditos de segunda clase tienen preferencia para ser satisfechos con los bienes
afectos a ellos, no obstante, para que esto se pueda cumplir, es necesario que los demás
bienes del deudor, es decir, los que no respondas a los de segunda clase, alcancen para
satisfacer totalmente los créditos de primera clase, de lo contrario, estos tienen
preferencia en cuanto al déficit o faltante para cubrirlos junto con los de tercera clase de
los que se hablará más adelante.
En el caso de que haya déficit en los bienes de primera clase y el deudor solo tiene bienes
que responden a los créditos de segunda y tercera clase, este déficit afecta
proporcionalmente a las dos clases antes dichas, a falta de otros bienes del deudor.
Los créditos de segunda clase son los siguientes:
1. Los créditos que se encuentran en cabeza del posadero.
Son aquellos causados en virtud de la posada, es decir, recae sobre los objetos que el
deudor ha introducido en la posada mientras están en ella, y hasta concurrencia del
alojamiento, expensas y daños.
Para tener dicha preferencia es indispensable que el posadero u hotelero ejerza el
derecho de retención sobre las cosas introducidas por el deudor en el hospedaje, es decir,
la preferencia recae sobre los bienes retenidos.
Conforme al ordinal 1° del Art 2497, para el privilegio y derecho de retención, se deben
cumplir los siguientes presupuestos:
a. El crédito privilegiado del posadero comprende lo que corresponda al
alojamiento, expensas y daños, esto es, la habitación, manutención y
suministros similares al deudor, sus familiares, dependientes, acompañantes,
animales y vehículos como también los daños que por razón del hospedaje se
causen a la posada, todo ello sin tener en cuenta la cuantía del crédito. Por el
contrario, carecen de privilegio los otros créditos que el posadero pueda
adquirir contra su huésped.
b. La preferencia solo recae sobre los efectos que el deudor introduzca en las
maletas y baúles con su contenido. Fuera de esto, el privilegio solamente dura
mientras los efectos permanezcan en la posada.
c. El texto legal limita el privilegio respecto de los bienes de propiedad del
huésped, la que allí se presume.

2. Los créditos del transportador sobre los objetos que transporta.


Este privilegio compete exclusivamente al “acarreador o empresario de transportes”
cuyas relaciones con el pasajero, cargador o destinatario son distintas a las que este
pueda tener con el propietario del vehículo. Sus presupuestos son:
a. El crédito privilegiado del transportador únicamente comprende el acarreo,
expensas y daños, es decir, el precio o flete del transporte y los daños que el
pasajero o las cosas transportadas ocasionen, pero sin límite de valor.
b. La preferencia solamente recae sobre los efectos que sean del equipaje del
pasajero o transportados como carga, y dura mientras el empresario o sus agentes
o dependientes conserven tales efectos en su poder, pues una vez entregados, se
extinguen el privilegio y derecho de retención.
c. Los efectos acarreados deben ser de propiedad del deudor pasajero.

3. Los del acreedor prendario sobre la prenda (con o sin tenencia).


Tiene un derecho real sobre la cosa pignorada, que le permite hacer efectivo su crédito
sobre el valor de dicha cosa mediante la subasta de esta, y en dicha subasta el acreedor
puede pedir que se le adjudique por el valor de su crédito, si este cubre el monto de la
tasación de la cosa, o completando este monto en caso contrario.
La prenda común (con tenencia) se perfecciona por la entrega material de la cosa
pignorada al acreedor, por consiguiente, esta prenda común tiene que ser única, pues no
se concibe esa entrega sucesiva a dos o más acreedores o tenedores prendarios, en
cambio, en la prenda sin tenencia de la cosa esta se perfecciona por la inscripción
registral de dicho gravamen, produciendo así efectos en relación a terceros desde el día
de su inscripción, lo cual permite la inscripción de dos más prendas sobre el mismo bien.

CRÉDITOS DE TERCERA CLASE.

Esta tercera clase comprende los créditos hipotecarios, exactamente las hipotecas
convencionales, las cuales deben constituirse por escritura pública con indicación de su
monto y debidamente inscritas en el registro de instrumentos públicos, estas solo existen
en cuanto esté vigente su inscripción registral y por el preciso monto estipulado,
generando así certeza jurídica.
Se encuentran consagrados en el artículo 2499 del Código Civil, gozan de una
preferencia especial, como los de la segunda, porque la obligación garantizada con
hipoteca sólo puede hacerse valer sobre el bien hipotecado y si dicho valor no alcanza
para satisfacer el crédito, el saldo soluto ya no tendrá preferencia convirtiéndose así en
un crédito común. La fecha de inscripción da la prioridad dentro de este tipo de créditos.
Al igual que los créditos de segunda clase, los créditos hipotecarios deben ceder ante los
de primera clase según lo dispuesto en el Art. 2500 C.C. En consecuencia, en el caso de
déficit en el pago de los de primera clase, los acreedores hipotecarios deben concurrir a
pagarlos, y así, para que dichos acreedores puedan ejercer sus acciones sobre el bien
hipotecado, tienen que consignar una suma prudencial para satisfacer el déficit generado
por los créditos de primera clase, en la parte que sobre el bien hipotecado recaiga.
Entre los bienes de segunda y tercera clase no existe prelación, ello conlleva a que los
dos gozan de preferencia especial, haciendo que ambos deban cubrir proporcionalmente
el déficit de los créditos de primera clase.
Cuando existen dos o más hipotecas sobre el mismo bien, se debe establecer prelaciones
en ella con respecto de la antigüedad de las hipotecas, es decir, como la hipoteca como
ya se mencionó anteriormente, solo que constituida al registrarse la respectiva escritura
y no al otorgarse esta, la prelación entre dos o más hipotecas se establece según la fecha
de su inscripción, así, una hipoteca constituida por escritura posterior puede preferir a
otra constituida por escritura anterior, si aquella se registra primero.

CRÉDITOS DE CUARTA CLASE

Según el Art 2502 C.C se trata de una preferencia que cubre todos los bienes del deudor,
pero que cede ante los créditos de primera, segunda y tercera clase.
Estos créditos son de carácter general, pues se extienden sobre todos los bienes del
deudor, excepto sobre los inembargables. Al igual que los de la primera clase son
personales, es decir que no pueden hacerse efectivos contra terceros poseedores. Se
pagan una vez se hayan cancelado los créditos de las tres clases anteriores y se prefieren
según la fecha de su causa. Los distintos créditos de esta cuarta clase se prefieren unos
a otros según la fecha de su causación, y si son de igual fecha, se prorratean.
Esta clase, ha sufrido algunas modificaciones legales, por tanto, actualmente comprende
los siguientes créditos:
1. Los créditos del fisco contra los recaudadores, administradores y rematadores de
rentas y bienes fiscales.
No incluye los impuestos personales con el Estado, por ser estos de primera clase. Los
créditos a los que se refiere esta cuarta clase son los que se originan por la recaudación
o administración por parte del deudor de rentas y bienes fiscales, y su privilegio opera
solo después de satisfechos los de las tres anteriores clases. Este privilegio comprende
los créditos contra administradores de los institutos o establecimientos descentralizados
y las empresas industriales oficiales del Estado, de los departamentos o municipios.
2. Los de los establecimientos de caridad o de educación costeados por fondos
públicos y los del común de los corregimientos contra los recaudadores,
administradores y rematadores de sus bienes y rentas.
Debe tratarse de establecimientos financiados con fondos públicos, que dependan del
Estado.
3. Los de los hijos de familia por los bienes de su propiedad que administra el padre
sobre los bienes de éste.
Por tal hijo, debe entenderse aquel sobre el cual aún se ejerce patria potestad, así las
cosas, este privilegio recae sobre los bienes de los padres, en razón de los bienes de
aquel, que estos administren en ejercicio de la patria potestad.

4. Los de las personas que están bajo tutela y curaduría, contra sus respectivos
tutores o curadores.
El privilegio se origina por las obligaciones nacidas en razón de la administración de los
bienes, este privilegio en mención no afecta la caución prestada por el curador que puede
consistir en fianza o hipoteca, así el pupilo puede demandar al fiador del guardador o
ejercer su acción hipotecaria que tiene preferencia de tercera clase, y si hay déficit puede
usar de su privilegio de cuarta clase.
En nuestro ordenamiento, este privilegio se aplica también a las curadurías de bienes, ya
que se trata de proteger a las personas que sobre tales bienes tienen derecho, ello por
cuanto no se trata de bienes de nadie, sino de bienes vinculados a personas que no han
ejercido sus derechos sobre aquellos o no los han podido ejercer, como es el caso de las
curadurías de la herencia yacente, del ausente, del que está por nacer.
El privilegio sobre los bienes del guardador se confiere al beneficiado con razón de la
administración de los bienes que al administrador de confía la ley, no por su cuidado
personal.
5. Los de los proveedores de materias primas o insumos necesarios para la
producción o transformación de bienes o para la prestación de servicios.
Esta preferencia la otorgó el Art 124 de la Ley 1116 del 2006, no obstante, debe aplicarse
incluso a procesos que no impliquen la aplicación de la ley en insolvencia empresarial.

CRÉDITOS DE QUINTA CLASE.

Según los artículos 2508 y 2509 son aquellos que no gozan de ninguna preferencia, son
los créditos denominados “comunes, batistas o quirografarios” y solamente se hacen
efectivos a prorrata y sobre el remanente de los bienes del deudor, sin consideración a
su fecha, después de pagados los créditos de primera clase, satisfechos los de segunda
y tercera, hasta concurrencia de los bienes afectos a ellos, y pagados los de la cuarta
clase.
PRELACIÓN DE CRÉDITOS

MARÍA ALEJANDRA QUIROGA LUNA

CUARTO A DERECHO

MARIO JAVIER ROSERO MONTENEGRO

DOCENTE

UNIVERSIDAD DEL CAUCA

FACULTAD DE DERECHO, CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES

OBLIGACIONES

CUARTO A – DERECHO

POPAYÁN – CAUCA

2019

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