Consignas
1. ¿A que hace referencia Heidegger cuando tematiza la destrucción de la historia
de la ontología? Desarrollar los puntos principales que contiene.
2. Desarrolle a partir de uno de los autores tratados en clase, las concepciones
principales de la Teoría Critica [en Adorno: la cultura como productora de
individuos en serie; en Habermas la racionalidad comunicativa]
3. Escoja un autor (Gadamer o Ricoeur) y desarrolle su concepción de la
hermenéutica como tarea filosófica [En Gadamer: El significado ontológico de
la Obra de arte; en Ricoeur: la hermenéutica como voluntad de escucha o
ejercicio de la sospecha]
4. ¿Cómo explicaría el título: “¿Por qué estudiar el poder: la cuestión del sujeto?”
de Michel Foucault. Teniendo en cuenta: los modos de producción de
subjetividad, el ejercicio de las relaciones de poder y el análisis dichas
relaciones.
5. ¿A qué se refiere Lyotard cuando habla de “postmodernidad” ?; ¿Por qué se
habla del fin de los grandes relatos?
6. Elabore una reflexión crítica sobre el cursado de la materia, los contenidos
abordados y la modalidad de enseñanza.
Desarrollo
1. Heidegger, previamente a considerar la tarea de reconstruir la Ontología
a partir del examen del Dasein se propuso hacer una destrucción de la ontología
tradicional, entendiendo por destrucción una lectura de la tradición ontológica en
relación con sus motivos ocultos, es decir, levantar los encubrimientos producidos
por la tradición. Así, Heidegger propone una hermenéutica fenomenológica de la
facticidad que sólo puede llevar adelante su labor mediante una destrucción de la
historia de la metafísica.
No se trata de un “borrón y cuenta nueva”, de una destrucción de las
categorías que impiden o distorsionan el acceso al Ser, y su sustitución por un
aparataje conceptual más adecuado. El propósito de Heidegger consiste en
comprender el ser a partir del tiempo, y la tarea de destrucción consiste
precisamente en mostrar que la ontología tradicional (y con ella el Dasein)
comprenden el ser desde una concepción temporal inconsciente, la de considerar
el tiempo desde la presencia, la dimensión temporal del presente. Hacer visible
esto es la tarea de tal destrucción. Por tanto, no se trata de una destrucción que
trata de superar y dejar atrás un saber obsoleto y distorsionador, sino de la
obtención de un saber positivo a partir de la distorsión de la metafísica. En
palabras de Heidegger: “La destrucción tampoco tiene el sentido negativo de un
deshacerse de la tradición ontológica. Por el contrario, lo que busca es
circunscribirla en lo positivo de sus posibilidades, lo que implica siempre acotarla
en sus límites, es decir, en los límites fácticamente dados en el respectivo
cuestionamiento y en la delimitación del posible campo de investigación
bosquejado desde aquél”.
http://serytiempofeacios.blogspot.com/2017/01/introduccion-capitulo-2-la-
doble-tarea.html
2. La industria cultural marca todo con un rasgo de semejanza, podemos
destacar sobre todo el cine, la radio o las revistas, configurados como un auténtico
sistema. Ya no podemos hablar de arte en el sentido clásico del término, sino de
un verdadero monopolio del capital que ejerce un control absoluto sobre la llamada
cultura de masas. La industria cultural estandarizara y produce en serie aquello
que, se suponía, se diferenciaba de la lógica del sistema económico-social. Los
medios técnicos que utiliza la industria cultural se caracterizan por la similitud de
los productos ofrecidos; la innovación, la originalidad, la impronta personal que
compone una obra artística pasan a ser aspectos secundarios cuando el objetivo
principal es la venta y el consumo del producto cultural. El arte ahora es
entretenimiento, es diversión vacía, diversión para una sociedad con individuos
cada vez más distantes los unos a los otros. El crecimiento en la calidad de vida
de la sociedad capitalista en auge, permitió a su vez que el consumo de dicha
industria cultural se acrecenté de manera sustancial para tratar de satisfacer
dichas demandas; aparecen aquí nuevos usos políticos también orientados a la
dominación de la sociedad en su conjunto. El poder en la unidad de la industria
cultural da testimonio de la unidad en la vida política. Las distinciones que emplea
la industria cultural son ilusorias y sirven para clasificar, organizar y manipular a
los consumidores. Según Adorno tanto el cine, como la televisión y la radio pierden
su valor y se convierten en meros productos al servicio de la industria cultural, una
vez esta ha filtrado sus contenidos. Entendiéndolo desde un sentido más profundo
como un sistema de dominación, anula las diferencias y crea una ilusión de
libertad, en la cual el sujeto puede elegir entre cuales objetos consumir; lo que no
puede hacer es “no” consumir.
3. La hermenéutica es utilizada como un arte de interpretar los textos.
Para Paul Ricoeur la hermenéutica es una “filosofía reflexiva” que ha de dar
cuenta del conflicto entre las diferentes interpretaciones de los símbolos del
lenguaje. Así, enraizada a la filosofía de Nietzsche, que exigía a la filosofía la tarea
de desenmascarar las fabulas ilusorias y falsos valores de la conciencia (la
moralidad).
La hermenéutica supone el esclarecimiento de la verdadera” interpretación”
y del “interés” que subyace bajo toda “comprensión” de la realidad, que hacer, que
se haya presente en la teoría y el método psicoanalítico (desenmascaramiento de
los deseos y pulsiones ocultos en el inconsciente) e incluso en las teorías
marxistas sobre la ideología.
La filosofía de la sospecha es una expresión de Paul Ricoeur en 1965 para
referirse a tres pensadores del siglo XIX: Marx, Nietzsche y Freud. Los tres
coinciden en un intento de desenmascarar la falsedad que subyace bajo los
ideales ilustrados de racionalidad y verdad.
Los tres despejan el horizonte para una palabra más auténtica, para un
nuevo reinado de la verdad, no solo por medio de una crítica “destructora” sino
mediante la invención de un arte de interpretar. A partir de ellos, la comprensión
es una hermenéutica: buscar el sentido, en lo sucesivo, ya ni es deletrear la
conciencia del sentido, sino descifrar sus expresiones. Lo que habría que
confrontar, pues, no es solamente una triple sospecha, sino un triple ardid. Si la
conciencia no es lo que cree ser, debe instituirse una nueva relación entre lo
patente y lo latente
Al mismo tiempo que nuestros tres maestros de la sospecha encuentran su
convergencia positiva, dan a la fenomenología de lo sagrado y a toda
hermenéutica concebida como recolección del sentido como reminiscencia del ser
su contrario más radical
http://puenteromano.net/wp-
content/uploads/2016/09/FilosofiadelaSospechaprofundizacion.pdf
4. Estudiar la cuestión del poder ligado al sujeto se torna necesario para
entender las complejas relaciones que se vienen dando entre los dos, desde hace
un par de siglos atrás. Durante mucho tiempo el sujeto fue buscando su lugar en
el mundo, inmerso en relaciones de poder que marcaban el rumbo de lo cotidiano,
siguiendo pautas culturales impuestas desde instituciones que asumían un rol
directivo, tales como el cristianismo y la iglesia, intentando de esta forma mantener
el orden y el correcto funcionamiento de la sociedad de una época. Este tipo de
conductas establecidas se fue modificando con el correr del tiempo, en base al
avance de la tecnología, la aparición de nuevas formas de pensamiento y
organización social y la aparición del Estado como una nueva institución
organizadora separada del poder de la iglesia, permitió al sujeto replantearse su
situación pasiva en la sociedad para pasar a formar parte activa de los procesos
de individualización, propios de las sociedades que se gestaban a principios del
siglo XX. Si bien el hombre como tal en toda su esencia es un ser social y necesita
de los otros tanto como los otros de él, su rol a lo largo de estos tiempos se fue
modificando gracias a las diversas relaciones de poder subyacentes a los tiempos
actuales, ya sean de índole comunicativa o en una interrelación con sus pares, en
donde dependiendo de la circunstancia particular, se pueden poner en juego
diversos roles en los que el sujeto puede ocupar un papel activo o pasivo. El
ejercicio del poder no necesariamente es solo una simple relación entre sujetos,
para que este exista debe ponérselo en acción; una de las características que aquí
se observan es que a pesar de que muchas veces no existe el consentimiento
necesario para dicho accionar, es una condición necesaria que una de las partes
termine siendo el “otro”, sobre el cual es ejercido el poder. Llegado a este punto la
libertad pasa a cumplir un rol fundamental en dichas relaciones, ya que son
recíprocamente inseparables en la medida en que sirve de condición para su
existencia o como un sostén de la misma, en base a la resistencia ofrecida por la
voluntad de lucha inherente a la libertad propiamente dicha. Tales relaciones
denotan el modo de acción del sujeto sobre las acciones de los demás, cuestión
que muestra el nexo social como condición necesaria, con las características
particulares de cada sociedad, su historia, sus leyes o sus pautas culturales; con
sus objetivos (los cuales no vienen dados por añadidura a una institución en
particular, sino que se van creando a partir de procesos que se ajustan a
determinadas circunstancias), los medios para alcanzar dichas relaciones y las
particularidades de cada sujeto, que son condición necesaria para el
establecimiento de la relación de poder como así también el resultado del mismo.
El sujeto entonces forma parte de un entramado de relaciones de poder, en el cual
es sujeto actuante y sobre el que actúan las pautas culturales a las que pertenece
en dicho momento, teniendo como principal característica la influencia de la
libertad como mediadora entre lo individual y lo colectivo, como condición de
sostén y como detonante de la resistencia necesaria para su desarrollo, como así
también considerar al estado como el lugar donde dichas relaciones de poder
obtienen su fundamento y su origen, influenciadas en algún sentido desde la
noción de “gobierno”, entendiendo así que sujeto y poder son cuestiones
inseparables, dinámicas y necesarias para el común desarrollo de cualquier
sociedad moderna.