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Maira Alejandra García Firigua

Paola Alejandra Pineda Ramírez


Diana Alexandra Rincón Lozano
Especialización en Derecho Público – Políticas Públicas

TALLER SUJETOS DE ESPECIAL PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL

“Personas privadas de la libertad”


I. DEFINICIÓN SEPC:

Para el Tribunal Constitucional1 los sujetos de especial protección constitucional son


esas personas que debido a su condición física, psicológica o social particular
merecen una acción positiva estatal para efectos de lograr una igualdad real y
efectiva.

Es una característica es el estado de indefensión de estos sujetos que han sido


puesta en una situación que la hace incapaz de repeler física o jurídicamente las
agresiones de las cuales viene siendo objeto por parte de un particular, las cuales
ponen en peligro sus derechos fundamentales.2

La Corte Constitucional delimitó la existencia de indefensión cuando una persona


está en ausencia de medios de defensa judiciales eficaces e idóneos, que permitan
conjurar la vulneración iusfundamental por parte de un particular; personas que se
hallan en situación de marginación social y económica, personas de la tercera edad,
discapacitados y menores de edad3.

Para el caso concreto, estudiaremos a las personas privadas de la libertad como


sujetos de especial protección constitucional; en sede de tutela, la Corte
Constitucional4 señaló que las personas menos privilegiados, descuidados y
abandonados merecen de una protección especial debido a la masiva y
generalizada violación de sus derechos fundamentales al interior de los mismos
centros de reclusión.

Se trata de personas en situación de vulnerabilidad manifiesta, dada la relación de


especial sujeción que supone estar preso, las violaciones y amenazas aumentan
paulatinamente. Para la Corte, el juez de tutela tiene un deber de protección
reforzada que no puede abandonar si no en el momento que las causas de la
violación o la amenaza han cesado.

II. CARACTERÍSTICAS DEL SEPC:

1
Corte Constitucional, Sentencia T -167 de 2011. MP: Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
2
Corte Constitucional, Sentencia T-1040 de 2014. MP: Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
3
Corte Constitucional, Sentencia T-341 de 2012. MP: Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
4
Corte Constitucional, Sentencias T-143 de 2017. MP: María Victoria Calle Correa y T-388 de 2013 MP: María
Victoria Calle Correa.
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Para la Corte Constitucional5, esta categoría de relación especial de sujeción como


lo son las personas privadas de la libertad, debido a la crisis del sistema
penitenciario y carcelario hace una distinción de ellas:

- Mujeres privadas de la libertad: las estadísticas aportadas por los


diferentes actores dentro del proceso demuestra la baja participación de las
mujeres en la población recluida en prisión, es por ello que, este grupo de
personas tienen necesidades que no son tan visibles para los formadores de
las políticas públicas en el país.
- Niños y niñas que son concebidos en prisión y deben vivir sus primeros
días en condiciones de reclusión: Ellos tienen que vivir sus primeros días
en condiciones de reclusión. El Estado puede o no tomar las medidas
necesarias para proteger y garantizar de forma inmediata a los niños y niñas
que se ven en la mayoría de los casos a iniciar su existencia en las más
crueles e inhumanas condiciones.
- Extranjeros privados de la libertad: Estar en prisión en un país distinto al
propio, en el que se debe asumir cargas y barreras que las personas locales
no tienen que enfrentar.
- Población LGBTI privada de la libertad: Estas personas en muchas
ocasiones sufren tratos discriminatorios por parte de diversas personas de la
sociedad. Estos prejuicios se reproducen en las cárceles y penitenciarias,
siendo en muchas ocasiones, lugares donde estas prácticas y estos tratos se
amplifican.
- Indígenas y afrodescendientes: la discusión que se ha dado para las
comunidades indígenas puede replicarse para algunas comunidades afro,
negras, palenqueras y raizales, que en razón a sus diferencias y diversidades
culturales, deban ser tratados en consecuencia por el sistema carcelario en
el país.

III. DIRECTRICES DE LA POLÍTICA PÚBLICA PARA PERSONAS PRIVADAS DE


LA LIBERTAD.

La Sentencia T-388 de 2013 de la Corte Constitucional6 ya mencionada


anteriormente, debido a las solicitudes ciudadanas y judiciales que revisó en su
momento frente a retomar las órdenes expuestas en la Sentencia T-153 de 1998,
rechazó dichas solicitudes, pero por el contrario tomó una nueva decisión basada
en la situación en su momento de los centros de reclusión en el país, declaró que el

5
Corte Constitucional, Sentencia T-881 de 2002. MP: Eduardo Montealegre Lynett.
6
Ibídem.
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Sistema Penitenciario y Carcelario NUEVAMENTE está en un estado de cosas


contrario a la Constitución Política.

Por lo anterior la Corte Constitucional expuso las siguientes directrices frente a ese
estado de cosas:

GOBIERNO NACIONAL:

A. MINISTERIO DE JUSTICIA Y DEL DERECHO / INPEC

Ordenar a través del Ministerio de Justicia y del Derecho y al INPEC que convoque
al Consejo Superior de Política Criminal para que continúe tomando las medidas
adecuadas y necesarias para superar el estado de cosas inconstitucional
penitenciario y carcelario.

En tal sentido se ordenará al Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Justicia


y del Derecho, así como al INPEC –tanto nacional como regionalmente– y a cada
una de las autoridades de los Establecimientos penitenciarios y carcelarios objeto
de alguna de las tutelas de la referencia, suministrar a la Procuraduría General de
la Nación, a la Defensoría del Pueblo y al Contraloría General de la República, toda
la información que requieran para hacer el seguimiento al cumplimiento de la
presente sentencia.

- Las reglas que se fijen en las penitenciarías y las cárceles, los planes y
programas que se adopten, o los estándares de evaluación que se
establezcan, no sólo deben abstenerse de violar los derechos de las
personas privadas de la libertad; deben asegurar su goce efectivo.
- Normas y estándares como el ISO 9000 y 9001 pueden aplicarse siempre
que no violen la dignidad humana o comprometan los derechos
fundamentales de la personas.
- Que se tomen las medidas adecuadas y necesarias para asegurar que los
estándares normativos y técnicos que se usen para diseñar penitenciarias y
cárceles, o para contratar los bienes y servicios de los que depende la
adecuada y correcta atención.

Verificar el cumplimiento de las anteriores órdenes:

El Gobierno Nacional, en compañía del Consejo Superior de Política Criminal


deberá remitir dos informes a esta Sala de Revisión de la siguente manera:

Primer informe: será remitido en dos (2) meses contados a partir de la notificación
de la presente sentencia, informando cuál ha sido el cumplimento de las ordenes de
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aplicación inmediata, en general y particularmente en las seis cárceles que fueron


objeto de alguna de las acciones de tutela de la referencia, e igualmente precisar
cómo serán aplicadas las reglas de equilibrio y equilibrio decreciente, tal como
fueron descritas en la parte motiva de esta sentencia, y las medidas
complementarias que se adoptarán para asegurar la correcta implementación de las
mismas.

Segundo informe: se deberá presentar en dos (2) años contados a partir de la


notificación de la presente sentencia, informando cuál ha sido el cumplimiento de
las órdenes complejas de realización progresiva, en general y particularmente en
las seis (6) cárceles que fueron objeto de alguna de las acciones de tutela de la
referencia.

El Ministerio de Justicia y del Derecho, deberá remitir copia de los informes a la


Procuraduría General de la Nación, a la Defensoría del Pueblo y a la Contraloría
General de la República, al mismo tiempo que a esta Corporación, para que estas
entidades puedan ejercer sus competencias de control respecto al cumplimiento de
las órdenes impartidas en esta providencia.

En cualquier caso, las reglas de equilibrio y equilibrio decreciente deberán estar en


plena vigencia dos (2) años después de notificada la presente sentencia, de modo
tal que la Corte pueda examinar su ejecución en el momento en que se envíe a esta
Corporación el segundo de los informes a los que se refiere el párrafo anterior.

B. ENTES TERRITORIALES

La decisión se les comunicará a las Alcaldías de los municipios en los que se


encuentran ubicadas cada una de las seis cárceles, y a las respectivas Secretarias
de Salud municipal o distrital, según sea el caso, para que se vinculen al proceso
de cumplimiento de la presente sentencia, pudiendo participar de veedores y
garantes de su cabal cumplimiento y ejecución.

PROCURADURÍA GENERAL DE LA NACIÓN Y DEFENSORÍA DEL PUEBLO:

Se les ordenará que se hagan partícipes del proceso de cumplimiento de la segunda


orden, para que sirvan de veedores del mismo y de garantes de que estén abiertos
los espacios de deliberación y participación en todas sus etapas; vigilar que en el
proceso de cumplimento de la sentencia se sigan, efectivamente todas y cada una
de las órdenes impartidas, tanto las generales como las específicas de cada caso.
Verificaran que en el proceso de cumplimiento se tengan en cuenta todos y cada
uno de los parámetros fijados en la presente sentencia.
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CONTRALORÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA:

En la sentencia no se le ordena pero sí invita a la Contraloría a que participe de este


proceso de seguimiento y veeduría al cumplimiento de la sentencia.

Asimismo, se les deberá permitir ingresar a los respectivos recintos, sin necesidad
de cita previa, pero sin omitir las correspondientes medidas de seguridad, para que
puedan ejercer su función de vigilancia y control.

IV. INTERVENCIÓN DE LA CORTE RESPECTÓ DE LAS ANTERIORES


DIRECTRICES, TENIENDO EN CUENTA FASES DEL CICLO DE LAS POLÍTICAS
PÚBLICAS.

Las políticas públicas en su desarrollo atraviesan varias etapas que configuran un


ciclo. La noción de “ciclo” ayuda a analizar las políticas, pero la realidad de algunas
de ellas no se ajusta necesariamente al esquema que se identifica a continuación.
Las fases del ciclo son interdependientes, por lo que el replanteamiento de
cualquiera de ellas afecta a las siguientes. El ciclo, como cualquier sistema, se
“cierra” con un proceso de retroalimentación: la política pública no se extingue con
la evaluación de sus resultados, sino que ésta puede dar lugar a una nueva
definición del problema que inició el ciclo.
Las principales fases del ciclo de las políticas públicas son las siguientes:
1) La entrada en la agenda gubernamental: supone la emergencia del
problema, su definición su inserción en el conjunto de cuestiones priorizadas
en el programa de decisión y la actuación del poder público.
2) Definición del problema: se encuentra íntimamente ligada con la manera
en que dicho problema se insertó en la agenda pública. Se trata de los
procesos mediante los cuales un problema, ya aceptado como público y
colocado en la agenda, es estudiado en términos de sus probables causas,
componentes y consecuencias
3) Diseño: es decir la fase en que una vez consideradas alternativas de
intervención se adopta una decisión sobre la estrategia fundamental a
concreta.
4) Implementación: La consumación del programa o programas establecidos.
5) Evaluación: Su evaluación y eventualmente la finalización o extinción de
la política misma.
Para adoptar el proceso del ciclo de las políticas públicas con relación a las
personas privadas de la libertad como sujetos de especial protección
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constitucional, es preciso realizar una definición acerca de lo que en el


ordenamiento jurídico colombiano se considera un “Estado de Cosas
Inconstitucional”. Planteamiento que ha sido estudiando por distintos autores, que
coinciden en indicar que trata de una herramienta de origen jurisprudencial mediante
la cual la Corte Constitucional declara que ciertos hechos resultan abiertamente
contrarios a la Constitución, en cuanto identifica una vulnera ración masiva derechos
y principios consagrados en la misma, y en consecuencia requiere a las autoridades
competentes, para que en el marco de sus funciones y dentro de un término
razonable, adopten las medidas necesarias para corregir o superar tal estado de
cosas.
La identificación del estado de cosas inconstitucional en el sistema penitenciario y
carcelario por parte de la Corte Constitucional fue declarado en la sentencia T-153
de 1998 y posteriormente en la T-388 de 2013, además de ser reiterado a través de
la sentencia T762 de 2015. 7
Mediante dichos pronunciamientos se ha observado que el sistema penitenciario y
carcelario en el país tiene graves dificultades como lo es la vulneración masiva y
generalizada de derechos fundamentales que afectan a los internos, la inoperancia
de las autoridades administrativas y legislativas frente a la situación de
hacinamiento, y la existencia de una problemática social que debe ser solucionada
mediante la articulación de varias entidades de gobierno mediante la expedición de
un conjunto de políticas públicas eficientes.(Entrada en la agenda gubernamental)
Las graves condiciones de reclusión que se presentan en el país desde hace más
de 20 años llevaron a la Corte Constitucional por medio de las sentencias
mencionadas anteriormente a ordenar a las autoridades gubernamentales la
realización de un plan de construcción y refacción carcelaria que permita el cambio
real en la reclusión de los internos en Colombia. 8
El estado de cosas inconstitucional por la situación generalizada de vulneración de
los derechos fundamentales y la carencia reiterada de una política estatal, orientada
a conjurar la situación crítica del sistema penitenciario, concluyéndose que la
solución no está exclusivamente en manos de las entidades encargadas, sino que
exige la acción mancomunada de distintas entidades del ámbito estatal y privado.
A través de estudios se ha destacado que la crisis carcelaria tiene diversos matices
entre los que se cuenta la incidencia de la legislación y de la política pública dado
que el funcionamiento de la justicia o mejor, su ineficiencia (morosidad, congestión,
impunidad), es una visión real pero parcial del problema pues la difícil situación que
se vive en las cárceles no es sólo el producto de la ineficacia de la justicia para
resolver la situación jurídica de los sindicados, sino que responde a aspectos más

7
. Sentencia de la Corte Constitucional T-762 de 2015, de dieciséis (16) de diciembre de dos mil quince
(2015), sobre estado de cosas inconstitucional en el sistema penitenciario y carcelario en Colombia”.
8
Escobar, S., & Medina, M. (2016).
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complejos que están determinados por una política criminal represiva e improvisada
en la que prevalece la privación de la libertad como recurso para combatir el
problema de la delincuencia. (Definición del problema)
Así mismo, en el deficiente funcionamiento interno de las cárceles se refleja la
carencia de infraestructura, la deficiente administración de los recursos, la falta de
mantenimiento y la ausencia de programas de resocialización. Adicional a lo anterior
debe hacerse énfasis en la selectividad del sistema penal que es un sistema que
está dirigido a perseguir ciertos delitos particulares concluyéndose así que las
prisiones son sitios privilegiados para el control de cierto tipo de delincuencia y de
ciertos grupos sociales, lo cual demuestra la tendencia del sistema penal a operar
La postura de la sociedad colombiana en lo que tiene que ver con el tema de
resocialización es demasiado ambigua, pero existe coincidencia en afirmar que el
principal problema de resocializar delincuentes radica en las pésimas condiciones
de manejo y hacinamiento. Por lo que es necesario crear mecanismos que permitan
que la resocialización realmente incluya a los ex presidiarios a la vida en sociedad
porque, por ejemplo, en el caso de los violadores o sindicados de delitos contra la
integridad y libertad, estos son excluidos de beneficios hasta el punto de que la
sociedad civil tenga la percepción de que deberían permanecer encerrados por el
resto de sus vidas. En el caso de los secuestradores la ley siempre está dirigida a
endurecer las penas y eliminar los posibles beneficios, pero aún no se ha
dimensionado el mensaje que esto enviaría a quienes violan la integridad y libertad
individual.
Así entonces, la contradicción es bastante notoria ya que existen sectores
solicitando una humanización, trato digno y resocialización de los delincuentes, en
la realidad o vida práctica aparecen más condicionamientos, trabas y prejuicios
cuando se trata de personas que estuvieron privadas de la libertad para
reincorporarse nuevamente a su vida familiar, social y laboral.
Y es que en Colombia la pena privativa de la libertad ha sido erigida como la más
frecuente y común sanción estatal en el campo punitivo. Salvo ciertas excepciones
se puede decir que, en la generalidad de los casos, los Estados hablan con la
palabra cárcel en su boca, desnaturalizando y contraviniendo, como es obvio, las
limitaciones propias de la institución carcelaria, las capacidades de su propia justicia
penal y las libertades y derechos de los miembros de sus sociedades.
Esta circunstancia, es la principal causa generadora del hacinamiento que en la
actualidad se vive en las cárceles desconociendo los límites y la verdadera misión
de la pena privativa de la libertad en la sociedad. Lo que, en consecuencia, lleva a
acercar aún más las propuestas que defienden el mantenimiento de la prisión dentro
de unos niveles que reconozcan y que respeten sus limitaciones innatas. Resulta
necesario entonces eliminar del campo penal las conductas que menos afectan a la
sociedad y que por su naturaleza se encuentran en posibilidad de ser solucionadas
por sus autores y por sus perjudicados, y su vez, destinar los recursos, tanto
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económicos como humanos necesarios para el normal funcionamiento de las


prisiones, siendo igualmente uno de los esfuerzos que se deben hacer con urgencia
para rescatar el sector penitenciario.(Diseño)
Todo lo anterior describe en gran medida las falencias del sistema penitenciario y
carcelario en Colombia, que ha sido evidenciado por la Corte Constitucional y por
los jueces en general que observan la continua vulneración de derechos de los
internos de las cárceles colombianas que deben recurrir a mecanismos como la
acción de tutela para poder proteger sus derechos fundamentales.
Actualmente es evidente que la dificultad carcelaria se ha convertido en un problema
de orden prioritario para los gobiernos de turno, cuyo eje principal va desde el
nombramiento de la cabeza visible dado que pocos tienen disposición para ser
director del INPEC, hasta la falta de compromiso de quienes deben diseñar las
políticas de manejo de la población que ya supera los más altos niveles de
hacinamiento, sin dejar de lado el tema de corrupción que les permite a los
administradores de los recursos, apropiarse o desviarlos hasta el punto del
desangre del sistema. (Implementación)
Es oportuno indicar que en Colombia no existe una política de seguimiento a los
internos una vez obtiene su libertad, no hay un acompañamiento que contribuya con
la nueva vida del exinterno, y que ayude a garantizar su estabilidad mental y
socioeconómica. La gran falencia del sistema penitenciario colombiano radica en
que el Estado aún no ha asumido su verdadero rol de responsabilidad social
precisamente por la no articulación que a través de una política pública real atienda
las necesidades manifiestas que se podrían paliar con alianzas estratégicas en las
que intervengan instituciones y la sociedad civil con el apoyo de la academia.
(Evaluación)
VI. JUEZ CONSTITUCIONAL PROTAGONISTA EN LOS PROCESOS DE
POLÍTICAS PÚBLICAS:

El doctor Juan Carlos Henao considera que la intervención del juez constitucional
en políticas públicas, se debe al deficit de la implementación de estas en Colombia,
pero aclara que que esta crisis no es por falta de recursos, sino por la delimitación
de prioridades, lo que legitima a la autoridad judicial constitucional a velar por la
Constitución Política “a la Corte Constitucional se le confia ́ la guarda de la integridad
y supremacia ́ de la Constitución” (art. 241), por lo tanto, su papel es de preservar la
vigencia de la Constitución y controlar que así se haga en cada acción del Estado.

Una manera de de satisfacer ciertas obligaciones del Estado es mediante políticas


públicas, y es profesor Henao que define las políticas públicas como “un mecanismo
para el cumplimiento progresivo del goce efectivo de los derechos humanos, y
suponen instrumentos de exigibilidad que permiten a cada ciudadano el ejercicio
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legítimo ante las acciones u omisiones estatales: “concretan lo que un Estado o una
sociedad considera de interés público o de interés general. Son el enlace entre el
Estado, la sociedad y el ciudadano” (Henao, 2013, pág. 75)

Por lo anterior, el protagonismo del juez constitucional, se presenta ante el


incumplimiento, y el déficit de la implementacion que afecta la concreción a
derechos, es decir, el juez debera ordenar su restablecimiento allí donde encuentre
que son infringidos, y de esta manera cumplir con los mandatos constitucionales de
garantizar el goce pleno de los derechos, algunos ejemplos que se expone en el
articulo “El juez constitucional: un actor de las políticas publicas”, del doctrinante en
mención, “su participación, además de realzar el debate sobre la situación de
derechos humanos que padecía la población reclusa, dio lugar a asignaciones
presupuestales y a erogaciones para mejorar la infraestructura penitenciaria y
carcelaria del país. En el caso del desplazamiento forzado, sus decisiones incidieron
en el monto del presupuesto general de la nación asignado para superar el estado
de cosas inconstitucional, y en la elaboración de planes preventivos y de reparación
a las víctimas.” (Henao, 2013, pág. 92)

En el caso carcelario la Corte Constitucional una vez realizado una investigación de


la vulneración de derechos en los centros penitenciarios, por lo cual considero en
formular una estrategia para superar el hacinamiento en las cárceles, ordenó en
sentencia T-153 de 1998, a las autoridades administrativas de orden nacional,
departamental y municipal, a la Fiscaliá General de la Nación al Consejo Superior
de la Judicatura, la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia y al poder legislativo,
que dado el estado de cosas inconstitucional, ayudaran a superarlo. La segunda
orden, al Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC), al Ministerio de
Justicia y del Derecho, y al Departamento Nacional de Planeación (DNP), se refirió
a la elaboración de un plan de construcción y refacción carcelaria para mejorar las
condiciones de vida en los penales, que seria ́ controlado por la Defensoria ́ del
Pueblo y por la Procuraduria ́ General de la Nación y debia ́ ser adelantado como
máximo en los cuatro años siguientes a la ejecutoria de la sentencia.

La Corte Constitucional reitero su planteamiento en sentencia T-847 de 2000, la


cual se limitó, en efecto, a ordenar lo que ya mencionamos, pero no estableció
ninguna relación entre estos hechos y lo ordenado en la sentencia T-153 de 1998.
Por tanto, flaqueó en un elemento trascendental en las polit́ icas públicas: la
evaluación y la retroalimentación.
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Sin embargo, es importante resaltar el limite de la intervención del juez


consitucional, obedeciendo al principio de separación de poderes, para que no
exista una extralimitaciónn de funciones, por lo cual en todos los casos tiene la
obligación de fallar en derecho, y la intervención en las politicas públicas debe
siempre con ese fundamento, puesto que como señala el referido artículo las criticas
de esta injerencia de los jueces,radica en la idoneidad de la autoriad judicial para
pronunciarte sobre ciertas materias, además de que carece de fundamento
democrático para tomar decisiones, que si tienen la rama legislativa y la rama
ejecutiva, “la interposición de acciones de tutela y de acciones públicas de
inconstitucionalidad ha permitido que grupos sociales que no logran representación
política en el Legislativo o el Ejecutivo vean materializados sus derechos, que si
bien están contemplados en la Carta no han sido desarrollados por las primeras
entidades llamadas a hacerlo.” (Henao, 2013, pág. 93)

Por lo tanto, se puede concluir que de acuerdo al deficit mencionado, la población


puede acudir al juez constitucional buscando la protección de un derecho, y este
debe encontrar los medios para superarlo, sin extralimitarse las funciones dentro
del equilibrio de las ramas del poder público.

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