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El sistema límbico

Paul D. MacLean
- 16.10.2000 -

Se infiere que en los mamíferos más primitivos la corteza comenzó a englobarse hacia afuera y
a diferenciarse. Basado en descubrimientos recientes, sugiero que la tríada de comportamiento
típica de los mamíferos (la crianza y el cuidado materno; la comunicación audiovocal para
mantener el contacto madre-hijo; y el juego) pudo haber evolucionado con una división del
sistema límbico que no tiene una contraparte en el cerebro reptiliano.
Paul Broca, un médico francés, se refiere a una convulación de la superficie media del cerebro
como el lóbulo límbico porque envuelve al tallo cerebral. Fué debido a la contribución de Broca
que se sabe que este lóbulo está presente en el cerebro de todos los mamíferos. El lóbulo
límbico contienen la mayoría de la corteza filogenéticamente más vieja. En 1952, sugerí el
nombre de sistema límbico para designar a la corteza límbica y estructuras del tallo cerebral con
las cuales tienen conexiones primarias. Se ha demostrado que es un sistema estructuralmente y
funcionalmente integrado. Ya que el sistema límbico conforma una gran parte del cerebro de los
mamíferos primitivos, puede ser considerada una formación paleomamífera.
La acumulación de descubrimientos durante los últimos 45 años ha llevado a la evidencia de
que el sistema límbico deriva la información en términos emocionales y de sentimientos que
guían al comportamiento requerido para la auto-preservación y para la preservación de la
especie.

Funciones de las subdivisiones límbicas


En algunos escritos, el sistema límbico parece ser visto globalmente como si fuera un plexo
solar para la generación de sentimientos emocionales difusos. Considerado en términos de sus
tres subdivisiones, sin embargo, parecería que el sistema límbico deriva sentimientos
emocionales particulares para guiar formas particulares de comportamiento.
Se podría imaginar a la población de células nerviosas de la corteza límbica como la población
de una ciudad dividida en tres distritos, con sus tres vías de comunicación representados por la
amígdala, el tálamo retromedial y el septum.
Existe evidencia que indica que la población de células nerviosas que comprende la división
amigdalar esta involucrada en la auto-preservación y en el comportamiento involucrado con la
comida y la batalla para conseguir comida. Por otro lado, la división septal parece estar
involucrada en los sentimientos y estados expresivos que conducen a la sociabilidad y la
procreación de la especie.
Ya que la tercer división consiste en la corteza cingulata y partes del tálamo retromedial se
referirá a ella como la división talamocingular. Esta división abarca grandes proporciones dentro
del cerebro humano, pero no existe la contraparte en el cerebro reptiliano.

Comportamiento materno y juego


Debido al interés en el papel del sistema límbico en el comportamiento instintivo, Stamm
experimentó sobre la corteza cingulata, en 1955, y observó que en ratas hembras adultas, la
destrucción de la corteza cingulata, pero no de la neocorteza adyacente, resultaba en déficits en
el comportamiento materno.
Cuando se operaba a hamsters en el primer o segundo día postnatal, eliminando la
neocorteza, pero manteniendo el sistema límbico, estos animales se apareaban normalmente y
cuidaban de sus hijos. Los animales desarrollaban comportamiento de juego en un tiempo
apropiado. Si, además, se destruía una gran parte de la convolución cingulata junto con la
neocorteza, había déficits en el comportamiento materno.
A partir de la alteración del comportamiento materno y del juego en los hamsters parecería
como si hubieran retrocedido hacia la condición de reptiles.
El llamado de separación
Estos llamados parecen ser característicos de los mamíferos. El llamado de separación puede
representar la vocalización más primitiva y básica que sirve para mantener el contacto entre
madre e hijo.
Además del área cingulata anterior y neocorteza frontal medial adyacente, es necesaria la
destrucción de la corteza cingulata para eliminar la producción espontánea del llamado de
separación.
Con respecto a la destreza de separación, es interesante que en monos ardillas dosis de
morfina lo suficientemente bajas como para interferir en el comportamiento general del animal,
eliminan la producción del llamado de separación, y el tratamiento con el antagonista reinstala el
llamado. Además se ha demostrado que la corteza cingulata tiene una alta concentración de
receptores para opióides.
Parecería que el girus cingulata, que comprende la parte evolutivamente más nueva del
sistema límbico, combina una representación de los tres tipos de comportamiento que
caracterizan la transición evolutiva desde reptiles a mamíferos. Estos son : la crianza en
conjunto con el cuidado materno, la comunicación audiovocal para el mantenimiento del contacto
madre-hijo y el juego.

La formación neomamífera
La neocorteza se expande progresivamente en mamíferos superiores. Alcanza su mayor
desarrollo en los humanos y, neurológicamente, es necesaria para el lenguaje y el habla.
Uno de los grandes misterios neurológicos es como se realizó el salto desde la vocalización
límbica afectiva hacia el habla neocortical.
Durante la evolución de Neanderthal a la gente Cro-Magnon, la frente humana paso de ser
baja a ser alta. Este cambio resulta de la expansión de la subyacente corteza prefrontal que
es conocida clínicamente por estar involucrada no solo en las funciones de anticipación y
planificación, sino también en la empatía y sentimientos altruistas.

Cerebro
Autismo y sistema límbico
Stephen M. Edelson, Ph.D.
- 02.04.2001 -

SISTEMA LIMBICO
En los últimos 10 años los métodos de investigación de alta tecnología han empezado a
revelar daños neurológicos en el sistema límbico de algunos pacientes con autismo.
Center for the Study of Autism, Salem, Oregon
Uno de los descubrimientos más importantes indica la presencia de daño específico al sistema
límbico en pacientes con autismo, particularmente en la amígdala e hipocampo. Muchas de
estas investigaciones han sido conducidas por la doctora Margaret Bauman y el doctor Thomas
Kemper. Ellos señalan la existencia de neuronas densamente empaquetadas en la amígdala e
hipocampo de las personas con autismo. Además, estas neuronas son más pequeñas que en las
personas normales. En este momento, no se sabe que causa el daño neurológico en estas
áreas; sin embargo, el daño parece ocurrir durante el estado prenatal del desarrollo.
Puede el daño a la amígdala e hipocampo explicar algunos comportamientos exhibidos por los
niños y adultos autistas? Sólo podemos especular en este momento, pero es interesante
formular teorías acerca de las conexiones posibles entre el daño al sistema límbico y las
características de muchas personas autistas. Mucho de lo que sabemos acerca del
comportamiento asociado con la amígdala e hipocampo se basa en la investigación con
animales. En estos estudios, los investigadores remueven o dañan un área específica en el
cerebro y luego observan los cambios en el comportamiento del animal.
La amígdala controla nuestra agresión y emociones. Muchos individuos autistas son agresivos
contra ellos mismos u otros, o contrariamente, extremadamente pasivos. Además, los niños y
adultos autistas muchas veces parecen no tener emociones. Los experimentos han demostrado
que cuando la amígdala es removida o dañada, los animales exhiben comportamientos
similares a los individuos autistas, como marginación social, conductas compulsivas,
falta de aprendizaje acerca de situaciones peligrosas, dificultad para recordar la
información almacenada en la memoria y dificultad para adaptarse a situaciones
nuevas. Además, la amígdala responde a una variedad de estímulos sensoriales, como
sonidos, visiones y olores; como también estímulos relacionados al miedo y
las emociones. Sabemos que los individuos autistas muchas veces tienen problemas con cada
uno de estos sentidos.
El hipocampo parece ser el principal responsable del aprendizaje y la memoria. El daño al
hipocampo lleva a una inhabilidad para almacenar la información nueva en la memoria.
Aunque uno puede especular una relación entre el sistema límbico y la conducta autista,
debemos ser conservadores, porque mucho de lo que sabemos proviene de modelos animales
donde las partes del sistema límbico son dañadas artificialmente. Debemos tener cuidado al
extrapolar estos resultados a los individuos autistas.

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