1. ANTECEDENTES
La Agencia Antidroga peruana Devida cuenta en sus ficheros con una amplia
'trayectoria' del 'Caracol': primero gestó una temible banda criminal denominada
Barrio King, y empezó a hacerse popular en 2015, después de que saliera a la
luz que es el responsable del cartel más grande y violento del país, el Callao.
Galvez Calle fue uno de los prófugos más buscados del mundo por delitos de
extorsión, narcotráfico y sicariato. Controlaba absolutamente todo desde las
sombras, con lugartenientes situados a 50 minutos de Lima, la capital peruana.
Lo que más alarma a los responsables internacionales de la lucha antidroga son
sus tentáculos con el poder y hasta las instituciones peruanas. Hay datos
dramáticos que evidencian una convivencia entre el último gran líder narco
surgido en Sudamérica y políticos y empresarios del país.
Los especialistas en el combate del narcotráfico en la región ya hablan
abiertamente de que el 'Caracol' ha construido con alevosía lo ellos denominan
'La Coca Nostra', un entramado mafioso que llega incluso hasta el Parlamento
peruano. Diez de los 130 parlamentarios de este órgano estarían vinculados con
el narcotráfico y conectados directamente con el Cartel del Callao, según
denuncias recientes que han surgido tras la última investigación policial
'Constelación'.Zona despejada
En el entramado mafioso, el 'Caracol' necesitaría del respaldo de los legisladores
con 'contactos' para que los militares despejen la zona desde donde se ha
convertido "en el principal exportador de cocaína del continente" (según las
últimas informaciones de Naciones Unidas, Perú sería, a día de hoy, el segundo
máximo productor de cocaína a nivel mundial, detrás de Colombia, y seguido por
Bolivia).
El operativo policial 'Constelación' deriva de la causa judicial que lleva adelante
el fiscal Víctor Luna Castillo, quien solicito la búsqueda mundial del 'Caracol',
fundamentando el requerimiento ante el juez peruano Richard Concepción. Lo
que Luna tenia entre manos causaba escalofríos: ha interceptado decenas de
escuchas telefónicas entre miembros de la organización criminal de Gerson
Gálvez.
En los diálogos interceptados por los agentes antidrogas, los narcotraficantes se
refieren claramente a los traslados de cocaína del valle de los ríos Apurímac,
Ene y Mantaro (en la región peruana de VRAE) hacia Lima, mediante
helicópteros militares que cumplen funciones en la zona de emergencia. El VRAE
concentra el 60% de la producción de hoja de coca en el país, y hay unos 6.000
militares en la zona, debido a la actividad de los Quispe Palomino, remanentes
del grupo terrorista Sendero Luminoso.El VRAE, la región más caliente
Gran parte de la cocaína que se produce en el VRAE es transportada
directamente a la vecina Bolivia a través de aeroplanos o de mochileros, que
trasladan fardos por las espesuras de la frontera, un lugar especialmente
frondoso. Existen otras rutas para sacar la droga del país, como la frontera
amazónica de más de 1.500 kilómetros que la separa del Brasil, los distintos
puertos del Pacífico y el aeropuerto internacional de Lima.
Según Luna Castillo, existen indicios contundentes de la complicidad de algunos
militares que, a cambio de sobornos, infiltran droga en vuelos de transporte del
personal, según la justificación del fiscal. La cocaína luego es acondicionada
para su exportación y posteriormente infiltrada en los terminales portuarios del
Callao que administran las compañías APM y DP World Callao, de acuerdo con
la acusación fiscal contra 'Caracol' y sus cómplices.
Perú se ha convertido en un narco estado por cifras evidentes. La prensa
muestra cada día más evidencias de policías, militares, trabajadores
penitenciarios y del gobierno regional de la provincia de El Callao involucrados
con el narcotráfico y las mafias de extorsionadores.
En el gobierno del presidente Ollanta Humala declaró el estado de emergencia
allí y en otras dos provincias: Santa y Casma, en la costa de la región Ancash.
Estas zonas están ampliamente controladas por los Barrio King. Su sello es
sanguinario hasta los extremos: la Defensoría del Pueblo ha alertado, con cifras
de la Policía Nacional, que en apenas un año, en el puerto del Callao, se han
producido 544 ataques con armas de fuego, que produjeron 101 muertes y 443
heridos, y en los primeros seis meses de 2015, 252 ataques ocasionaron 45
muertes y 207 heridos.
2. INFORMACIÓN
El grupo delictivo estuvo liderado por el peligroso ‘Caracol’
Su familia no lo sabía, pero el “Viejo Wilbur”, como llamaban a Wilbur Castillo las
nuevas generaciones delincuenciales del Callao, ayudó a agentes de inteligencia
de la Policía de Lima a desbaratar al “Barrio King”, una de las organizaciones
criminales más temibles que había tomado por asalto el primer puerto.
No se trataba de cualquier banda. Se trataba, increíblemente, de todo un aparato
criminal con ramificaciones enquistadas en las altas esferas políticas, policiales
y judiciales del Callao. “Barrio King” tenía la hegemonía absoluta del cobro de
cupos, extorsión, coacción y sicariato en el distrito chalaco.
Su dominio era tal que estaba a punto de convertirse en un cártel de la droga a
vista y paciencia de las autoridades del primer puerto. El jefe de esta
organización, el rey del barrio, es nada menos que Gerson Gálvez Calle.
La organización fue bautizada como “Barrio King”, porque así se llamaban las
fiestas con orquestas de salsa dura que “Caracol” organizaba desde la cárcel
para sus incondicionales.
Para averiguarlo, la Policía logró captar a testigos, informantes y colaboradores.
Uno de ellos era Wilbur Castillo Sánchez.
Quien denunció un presunto espionaje telefónico en el Callao, tenía incluso un
código de reserva. Sin embargo su identidad fue descubierta cuando los
lugartenientes de 'Caracol', los brazos armados de “Barrio King”, cayeron y, una
vez detenidos en la cárcel, tuvieron acceso al expediente judicial. Wilbur Castillo
Sánchez había firmado su sentencia de muerte.
“El expediente está al alcance de la defensa, lo ve, también pide copias
certificados de los actuados revisando los actuados con copia para advertir haya
habido información en el expediente, identificar aparentes colaboradores, una
hipótesis que también se maneja”, dijo el general de la Policía y jefe de la
DIRINCRI, José Luis la Valle.
La organización criminal "Barrio King”, desbaratada en noviembre del 2016, pero
con peligrosos remantes aún libres, era una banda sanguinaria que logró
someter e imponerse sobre otros barrios del Callao. Había logrado el control
absoluto de las obras de construcción civil en el primer puerto y quien se oponía
a ellos tenía una muerte fija. Y, para tal, poseían un arsenal de terror.
Por ejemplo, la Policía detuvo a Jepherson Rodriguez Mejía, un joven de 26
años, de un metro 80 de estatura, conocido en el mundo del hampa como
chiquito, integrante de “Barrio King”. El sería el asesino de Wilbur Castillo
Sánchez.
Los colaboradores indicaron a la Policía que “Caracol” pidió a Odebrecht un
millón de soles para dejarlos trabajar en la zona. Sin embargo, después de varias
negociaciones, la empresa constructora habría aceptado pagarle a “Barrio King”
600 mil soles en partes. En el colmo de la frescura, esta organización también
habría cobrado 200 soles como derecho de ingreso de cada trabajador a la obra,
4,000 soles por “seguridad” y 22 mil soles por cuota sindical.
Como para no terminar de sorprendernos, “Barrio King” tenía incluso un brazo
legal y policial. Moisés Mere Ruiz, alias “Loco Mere”, según los informes de
inteligencia, era una especie de relacionista público enquistado en el sistema de
justicia del Callao. Él hacía contactos con abogados, jueces y fiscales a los que
sobornaba para evitar detenciones y juzgamientos a los integrantes de “Barrio
King” que caían presos.