Anda di halaman 1dari 4

no-todos los caminos conducen a roma

Silvia Pino, María de los Ángeles Córdoba, Susi Epsztein y Sandra Rese

“A veces algo dentro de mí me impulsa hacia una síntesis, pero yo resisto” Freud, carta a
Fliess, 16 de abril, 1900.

¿Freud es el padre del psicoanálisis? ¿qué salva al psicoanálisis de ser una


religión en la época del politeísmo?
Nos proponemos situar la operación analítica, como aquella que abre la juntura
entre saber y verdad.
Para ello haremos un recorrido orientado no sólo por la producción teórica, sino
también por los viajes freudianos, como aquello que se ha constituido con el
valor de un acontecimiento para Freud a partir de su relación epistolar con
Fliess.
Este recorrido nos llevó a rastrear en la obra freudiana los puntos de tensión
constantes que permiten que el psicoanálisis se sostenga como una experiencia
diferente a la experiencia religiosa.
La construcción de saber en psicoanálisis no requiere solamente del deseo
conciente de saber. Freud no avanza en el campo del saber médico sino que la
originalidad de su operación es abrir un nuevo campo. Esta operación freudiana
implica una discontinuidad, una ruptura. Movimiento que determinará
definitivamente una hiancia entre saber y verdad. El anhelo de síntesis del saber
hegeliano se pierde.
La construcción de saber en psicoanálisis esta orientada por el modo en que se
inscribe el acontecimiento en la dimensión subjetiva. La experiencia analítica
somete el saber a los efectos del deseo inconciente.
“[...] mi recuperación sólo puede producirse mediante un trabajo en el inconciente; no puedo
arreglarme con los esfuerzos concientes solamente.”1

tal como lo plantea O. Manoni,2 el primero de todos los análisis, el análisis


original, aquel que para los analistas -lo sepan o no- desempeña el papel de
escena primitiva... es el análisis de Freud ante Fliess en el transcurso de los
últimos años del siglo XIX.
El análisis de Freud se inicia después de un viaje.
Nos interesa ubicar el estatuto que tienen para Freud los viajes en el marco de
lo que se ha llamado su autoanálisis. sostenemos que los viajes para él
funcionan como un acontecimiento.
“[...] tras el viaje de vacaciones se desató ‘después’ de repente el autoanálisis, del que en
aquella época no se avizoraba rastro alguno. Hace pocas semanas fue el deseo de ver
sustituida la represión por lo esencial que hay tras ella, y de eso se trata ahora.”3

Freud en su correspondencia con Fliess manifiesta recurrentemente su anhelo


de viajar a Roma, lugar al que quería llegar y no podía. Visita varias veces Italia
sin llegar al lugar de sus sueños.
“Descubrí, hace mucho tiempo, que sólo se requiere un poco de coraje para cumplir deseos
que antes se habían juzgado inalcanzables; [...] y desde entonces me convertí en un
fervoroso peregrino a Roma.”4

En el texto “La interpretación de los sueños” Freud da a conocer su


identificación con el héroe Aníbal en relación con el deseo de conquistar Roma
y de vengar al padre.
El recuerdo infantil del relato en el que su padre, en su condición de judío,
queda humillado ante un cristiano, lo lleva a servirse de la identificación con
Aníbal a quien su padre le había hecho jurar que se vengaría de los romanos;
identificación al servicio de sostener al padre muerto. La condición de neurótico
hace en Freud de tope, produciendo un impasse en su producción teórica.
Sabemos de los avatares de las formulaciones freudianas respecto de la
problemática del padre. Por ejemplo, en “Moisés...”5 situará con absoluta
claridad la necesariedad de que el lugar del padre se encuentre vacío en lo que
respecta al Edipo, para que se sostenga como mito.
Sólo después de cuatro años de autoanálisis Freud pudo entrar triunfalmente a
Roma, movimiento que supone un vaciamiento de su identificación con el
héroe, cuyo efecto es la reducción de la mortificación masoquista.
“[...] Cuando regresé de Roma, el gusto en vivir y en producir había aumentado algo en mí,
se había reducido el gusto por el martirio [...].”6

La caída de la posición trágica se manifiesta en la decisión de tomar las


medidas necesarias para acceder al nombramiento como privatdozent.
Nombramiento postergado desde 1885 por su condición de judío y por ser el
creador de un nuevo campo de investigación que era considerado fantástico e
indecente por los científicos prestigiosos de la época. 7
“[...] Si hubiera emprendido esas diligencias tres años antes, habría sido nombrado tres años
antes y me habría ahorrado muchas cosas. Otros son sabios sin tener que ‘ir’ antes a Roma
[...].”8
Situamos un segundo movimiento a partir del viaje que Freud realiza a la
Acrópolis en 1904, y que relata en 1936 a sus ochenta años, cuando ya no podía
viajar. Es en la carta a Romain Rolland, llamada “Una perturbación del
recuerdo en la Acrópolis”,9 que ese viaje adquiere valor de acontecimiento.
Carta como regalo de cumpleaños a su amigo, cuyo rasgo, como Freud destaca
es el “amor a la verdad”. Freud hace regalos a quienes se encuentren
interesados por la verdad. Es por eso que esa carta adquiere, para los analistas,
un estatuto ético.
Es frente a la Acrópolis que a Freud lo invade un extraño pensamiento de
incredulidad.
“[...] «Según el testimonio de mis sentidos, estoy ahora de pie sobre la Acrópolis; sin
embargo, no puedo creerlo» [...].”10

Para Freud, la satisfacción del haber llegado tan lejos se mezclaba con un
sentimiento de culpa. Sostiene en diferentes momentos de la carta: “¡que diría
nuestro padre si pudiera estar presente!”, “parece como si lo esencial en el éxito
fuera haber llegado más lejos que el padre, y como si continuara prohibido
querer sobrepasar al padre”.
Leemos dos tiempos. El primero, en el que la conmoción subjetiva remite al
anudamiento deseo-culpa y la incredulidad, como construcción neurótica,
restituye al padre. El segundo, veinte años más tarde, en el que la inscripción de
ese viaje como acontecimiento posibilita interrogar la dimensión de amor al
padre como garante de la verdad.
El regalo es éste: la posición de resistencia a la síntesis y el encuentro con la
falla en el saber. Separación radical entre saber y verdad.
es la operación que freud hace sobre el padre lo que resta al psicoanálisis
del campo de las religiones; cuestión que indefectiblemente nos remite a la
política. “Lo religioso es el sentido que se le quiere dar a la falla del saber”,
sostiene Jacques-Alain Miller.11
La invención freudiana es el analista, y su legado ético radica en la posición del
analista restándose, en su acto, a todo ejercicio de poder.
Las religiones toman a su cargo el sentido, mientras que el psicoanálisis se
funda en la operación inversa.

NOTAS
1
Jones, E., Párrafo inédito de una carta de Freud fechada el 21 de mayo de 1897, en: Vida y obra de
Sigmund Freud , tomo I, capítulo XIII, Buenos Aires, Ediciones Hormé SAE, 1996, p.318.
2
Mannoni, O., “El análisis original”, en: La otra escena. Claves de lo imaginario, Buenos Aires,
Amorrortu editores, 1990, pp.87-98.
3
Freud, S., “Cartas 140-147”, en: Cartas a Wilhelm Fließ, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1994.
Carta 146, 14-XI, 97, p.301.
4
Freud, S., “La interpretación de los sueños” (1900 [1899]), en: Obras completas, tomo IV, Buenos
Aires, Amorrortu editores, 1975, p.208, nota 6.
5
Freud, S., “Moisés y la religión monoteísta” (1939[1934-38], en: Obras completas, tomo XXIII,
Buenos Aires, Amorrortu editores, 1975.
6
Freud, S., “Cartas 148-281”, en: Cartas a Wilhelm Fliess, op.cit.. Carta 278, 11-3, 1902, p.501.
7
Freud, M., Sigmund Freud: mi padre, Buenos Aires, Paidós, pp. 74-5.
8
Freud, S., “Cartas 148-281”, en: Cartas a Wilhelm Fliess, op.cit.. Carta 278, 11-3, 1902,

p.503.
9
Freud, S., “Carta a Romain Rolland (Una perturbación del recuerdo en la Acrópolis)” (1936),

en: Obras completas, tomo XXII, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1975. 10 Ibidem, p.217.
11
Miller, J.-A., “Religión, psicoanálisis”, en: Chorne, D., Goldenberg, M. (comp.), La creencia en
el psicoanálisis, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2006.

BiBliOgrAfíA

Freud, Sigmund, “Cartas 140-147”, en: Cartas a Wilhelm Fließ, Buenos Aires, Amorrortu edito-
res, 1994.

---------------, “La interpretación de los sueños” (1900 [1899]), en: Obras completas, tomo IV, Bue-
nos Aires, Amorrortu editores, 1975.

---------------, “Carta a Romain Rolland (Una perturbación del recuerdo en la Acrópolis)” (1936),
en: Obras completas, tomo XXII, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1975.

---------------, “Moisés y la religión monoteísta” (1939[1934-38], en: Obras completas, tomo XXIII,
Buenos Aires, Amorrortu editores, 1975.

Freud, Martín, Sigmund Freud: mi padre, Buenos Aires, Paidós.


Jones, Ernest., Párrafo inédito de una carta de Freud fechada el 21 de mayo de 1897, en: Vida

y obra de Sigmund Freud , tomo I, capítulo XIII, Ediciones Hormé SAE, Buenos Aires, 1996.
Mannoni, Octave, “El análisis original”, en: La otra escena. Claves de lo imaginario, Buenos

Aires, Amorrortu editores, 1990.

Miller, Jacques-Alain, “Religión, psicoanálisis”, en: Chorne, D., Goldenberg, M. (comp.), La creen-
cia en el psicoanálisis, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2006.

Anda mungkin juga menyukai