Anda di halaman 1dari 3

ÍA

C *<oUCl A

EL ARTE Y LA ABOGACÍA

El insigne Ángel Ganivet —cuyo horror al Foro le llevó a afirmar que


"pediría limosna antes que ejercer la Abogacía ni nada que se roce con ella"-
dice en una de sus cartas a Navarro Ledesrna que el Abogado, por el hecho
de serlo, es una bestia nociva para el Arte.
Que hay Abogados bestias nocivas para el Arte y para otras muchas
cosas, es indiscutible; como también que hay artistas nocivos para el sentido
común.
Pero que el Abogado tiene tan lamentable distintivo ppr el hecho de serlo,
¿en qué se funda?
En la naturaleza de la función no será. Podrán creerlo quienes entienden
que la Abogacía está limitada a regir intereses y actúa solamente con los
textos legales; pero Ja verdad no es ésa. La Abogacía más que intereses rige
pasiones, y aun podría totalizarse la regla haciéndola absoluta porque detrás
de cada interés hay también una pasión; y sus armas se hallan mejor
acomodadas en el arsenal de la psicología que en de los Códigos, El amor, el
odio, ¡os ceíos, la avaricia, la quimera, el desenfreno, el ansia de autoridad, la
flaqueza, la preocupación o el desenfado,, la resignación o la protesta, la
variedad infinita de los caracteres, el alma humana, en fin, es lo que el
Abogado trae y lleva, No ya en los pleitos familiares, donde casi todo es
apasionado, sino hasta en una simple ejecución, hay un problema moral con
alcance social y matices espirituales. De suerte que la índole de la profesión
invita, más que la del ingeniero, el comerciante o el cátedra la contemplación
del fenómeno artístico. Y aun en relación con los literatos conviene establecer
la distinción de que éstos casi siempre pintan los estados anímicos' que su
imaginación les sugiere, en tanto que nosotros manipulamos en almas vivas.
Por este lado se llega a la'afirmación opuesta al teorema que comento: no
es cabal Abogado quien no tiene una delicada percepción artística.

-101-
¿Provendrá la antítesis de las herramientas de nuestro oficio? uso si que de D. Melquíades Alvarez, Abogado igualmente.
no habrá quien lo sostenga, porque mientras otros tienen como elementos de
expresión la aritmética,'la química o el dibujo lineal, nosotros usamos la La dramática, la lírica y la crítica artística cultivó con fortuna en sus años
palabra escrita y hablada, es decir, la más noble, la más elevada y artística mozos el inolvidable Díaz Cobeña.
manifestación del pensamiento. Y no la palabra escueta y árida que basta Al teatro ha mostrado también su afición Díaz Valero, y a la poesía y la
para explicar botánica o pianear una industria eléctrica, sino la palabra cálida, novela Alberto Valero Martín.
diáfana, persuasiva, emotiva que ha de determinar la convicción, mover a la
piedad, deponer el enojo o incitar a la concordia: la palabra con arte. Si el ¿Se dirá que no son muchos? ¿Se regatearán los merecimientos estéticos
Abogado no es orador y escritor, no es ta! Abogado. de unos u otros? Ese ya es otro cantar, y sobre gustos no hay nada escrito.
Lo que me importa es dejar probado que no hay tal antagonismo entre el Arte
¿Serán los hechos el arranque de aquella rotunda afirmación del pensador y la Abogacía.
granadino? Tampoco. No escasean los juristas aficionados a las Bellas Artes
en las que se distinguieron o brillaron (8). Y, a pesar de todo, la flagelación no está exenta de fundamento.
Encuéntrase éste —digámoslo claro— en la enorme incultura que caracteriza
Sin detenerme siquiera en Meléndez Valdés o en el Magistrado Juan Pablo a la mayor parte de los Letrados. El letrado español apenas lee.
Forner, ni inventariar los excelentes cultivadores de las letras que tuvo el Foro
en e! siglo pasado, ¿cómo es posible olvidar, entre nuestros coetáneos, los Por regla general, muchos y muy eminentes de entre ellos estudian menos
múltiples ejemplos que abonan mi creencia? Arte, y arte exquisito, fue el de D. que cualquier médico rural salido de las aulas durante ¡os últimos veinte años.
Francisco Sílvela, quien, sólo con su prólogo a las cartas de la monja de Da grima ver la mayor parte de sus bibliotecas. Digo mal. Lo que da grima
Agreda, estaría bien colocado en las cumbres del pensar hondo y del bien es ver su absoluta carencia de biblioteca. Muchos se valen sólo del Alcubilla.
decir. No fuera justo, a! hablar de Silvela, olvidar los intencionados y No pocos, faltos de este Diccionario, se bandean con los manuales de Medina
elegantes ensayos literarios en que su hermano D. Manuel hizo famoso el y Marañón. Contar con Manresa y Mucius no es habitual;.y alcanzar una cifra'
anagrama Veiisla. Arte eran la facundia pasmosa, la imaginación arrebatada y siquiera de 500 volúmenes, es caso rarísimo. Movimiento científico moderno,
el inspirado verbo de Canalejas. Artista inmenso era Maura, fragua en el revistas jurídicas extranjeras, libros de historia, de política o de sociología,
pensamiento, cincel en la dicción, y cultivador afortunado de otras novelas, versos, comedias... ¡Dios lo dé! Y, es claro, al no leer viene el atasco
manifestaciones artísticas que no contribuirán a elevar su fama, pero sí a intelectual, la atrofia del gusto, la rutina para discurrir y escribir, los tópicos,
acreditar sus calidades. Artistas era Carvajal, orador, escritor, poeta y los envilecimientos del lenguaje... Efectivamente, cuando se llega a ese
políglota. Del Foro, donde vivió largos años, viene Rodríguez. Marín, el gran abandono, apenas hay diferencia entre un Abogado y un picapedrero; y la
literato a quien bastaría para la inmortalidad el soneto Agua quisiera ser- poca que hay es favor del picapedrero,
Abogado en ejercicio era Feliú y Codina, e! ilustre autor de La Dolores. A la
Se argüirá: "leer es caro y no todos los abogados ganan bastante para
poesía han consagrado estimabilísimos trabajos ei Magistrado Ortega
permitírselo". Lo niego, Es inasequible para los bolsillos modestos formar una
Morejón y el Abogado vallisoletano Medina —Bocos— modelo de
gran biblioteca; a nadie se le puede exigir tenerla, pero es fácil para todo el
espontaneidad y sensibilidad bien emparentado literariamente con Núñez de
mundo reputar los libros como artículo de primera y dedicar a su adquisición
Arce y Gabriel y Galán— No se podrá negar grandeza artística a la Oratoria
un cinco o un cuatro o un tres por ciento de lo que se gane, aunque para ello
de D. Nicolás Salmerón, Abogado toda su vida, ni apasionada elevación a la
sea preciso privarse de otras cosas. Más costoso es para los médicos crear,
K V¿;use PULLA y PORGAS, El Ejercicio de la jurisprudencia, especialmente en
entretener y reponer el arsenal mínimo de aparatos que la ciencia exige hoy
Cataluña, y se hallarán a granel nombres de Abogados que frieron al propio tiempo para el reconocimiento y para la intervención quirúrgica, asi como los
filósofos, literatos o artistas. elementos de higiene, desinfección, asepsia, etc.; y a ningún médico le faltan
-102- -103-

4. L.
ni se lo toleraría el público. novela, versos, historia, crónica, crítica, sociología y política.
Y si el Ahogado no puede alcanzar ni aun ese límite mínimo, que no ejerza. ¿Novela? ¿Versos? Sí. Novela y versos. Esa es la gimnástica del
La Abogacía es profesión de señores y, a la manera que el derecho de sentimiento y del leguaje. Se puede vivir sin mover los brazos ni las piernas,
sufragio, debe estar vedada a los mendigos. No se eche esto en la cuenta de pero a los pocos años de tan singular sistema los músculos estarán atrofiados
un orgullo mortificante, sino a la de una rudimentaria dignidad. ¿Qué diríamos y el hombre será un guiñapo. Pues lo mismo ocurre en el orden mental. La
de un médico que no tuviese fonendoscopio para auscultar, ni espéculum falta, de lectura que excite la imaginación, amplié el horizonte ideal y
para mirar la nariz y el oído, ni un depresor para la lengua, ni un bisturí, ni una mantenga viva la renovada flexibilidad del lenguaje, acaba por dejar al
lanceta, ni una lamparilla de alcohol, ni jofaina y jabón para lavarse las. Abogado muerto en sus partes más nobles, y le reduce a una ley de
manos? Pues apliquemos la alusión al Abogado y tratémosle de igual manera. Enjuiciamiento con figura humana, a un curialete con título académico.
Están cómoda disolvente ¡a exculpación cotidiana de la miseria togada. Permítame advertir que también existen bibliotecas públicas; pero no
"Como no tengo dinero, no puedo ¡lustrarme". "Como no tengo dinero, no insisto en el concepto para no verme en la aflictiva necesidad de demostrar
puedo pagar la contribución, y he de defraudarla o defender la cuota a que nosotros contribuimos en muy escasa proporción al contingente de
puñetazos". "Como no tengo dinero, no puedo sostener casa ni despacho y he lectores.
de pasar la consulta en un café". "Como no tengo dinero, no puedo detenerme
a elegir asuntos y he de defender todos los que me traigan, dando así de En fin, hay que estudiar, hay que leer, hay que apreciar el pensamiento
comer a mis hijos... aunque deje sin comer a los hijos de los demás". ajeno, que es tanto como amar la vida, ya que la discurrimos e iluminamos
Consideradas las cosas con tan "holgado juicio, el título de Licenciado en entre todos: hay que hacerlo o resignarnos con el insulto de Ganivet.
Derecho se convierte en una patente de corso. Todas las profesiones
requieren un mínimo de independencia económica, y quien no la alcanza no
puede practicarlas. No hay carpintero sin banco, ni zapatero sin lezna, ni
relojero sin lente, ni militar sin uniforme, ni sacerdote sin sotana; la excepción
son los Abogados, que reputan muy natural serlo sin toga y sin libros.
Hay que reaccionar contra esos conceptos, que son más bien hijos de la
barbarie y la pereza que de ¡a necesidad. Se discurre y se vive así porque es
lo más cómodo.
El Abogado debe tener inexcusablemente;
a) Una revista jurídica española y otra extranjera.
b) Una mitad —según las aficiones— de todos cuantos libros jurídicos se
publiquen en España. Y lo digo así, en cantidad, casi ..al peso, porque,
desgraciadamente, en este orden puede asecjrarse que no producimos casi
nada. Sin hipérbole cabe asegurar que todas las publicaciones jurídicas
españolas no cuestan cien pesetas al año. Recomendando un dispendio de
.cincuenta no me pongo fuera de lo racional.
c) Unos cuantos libros —pongamos otras cincuenta pesetas anuales— de
-i ad-

Anda mungkin juga menyukai