El presente documento es una breve síntesis y tiene como propósito resaltar grosso modo la
importancia de la responsabilidad ética, civil y penal del tecnólogo en imágenes diagnósticas en su
ejercicio profesional.
No existe la auténtica libertad sin responsabilidad, ni hay responsabilidad sin libertad. Una
libertad sin responsabilidad es una pseudolibertad, pero no una auténtica libertad. Las opciones que
tomamos libremente son aquellas que hacemos sin coacción de ningún tipo, pero para ser
plenamente libres, deben ser responsables. La persona ha de ser libre para asumir el compromiso y
ha de reconocerse con la capacidad para asumir el compromiso y su respuesta. Si no hay libertad,
no se puede hablar de responsabilidad, con lo cual se ha de deducir que una persona es responsable
cuando tiene plena conciencia de sí misma y se posee a sí misma.
Responsabilidad ética
En este orden, en el ámbito ético, el ser humano siempre está justificando sus actos y dando
cuenta de sus propias acciones ante sí mismo y ante la sociedad. Rendir cuentas a sí mismo es una
necesidad ineludible y se hace ante la “conciencia moral”. Se trata de una voz interior que de manera
imperativa ordena qué es lo correcto, a partir del juicio de la razón.
La ética brinda elementos de reflexión, para que el profesional de salud, identifique sus
propias posiciones y prejuicios morales, que interfieren consciente e inconscientemente con su
habilidad para proporcionar una atención de calidad. La persona ética, que opta por una acción en
forma consciente y voluntaria, le lleva al mejoramiento progresivo del ser, sin que se quede reducida
a cumplir irreflexivamente por obligación una norma, ni a la repetición sin juicio crítico de sus
funciones y exigencias previamente determinada.
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Como la responsabilidad en el marco ético es personal, significa que quien cometiera una
falta debe analizar las conductas que le eran exigibles y las compare con las conductas realizadas,
entonces, se espera asuma las consecuencias derivadas de la transgresión o incumplimiento a las
normas.
Actuaciones que respondan a las consignas: “Solo lo haré está vez”, “No seré descubierto”,
“Donde fueres haz lo que vieres,” y “si todo el mundo lo hace, debo ser aceptado”, pueden llevar a
la inobservancia de principios éticos y de manera torpe a actuar en forma irreflexiva y por ende
irresponsable, sin advertir las consecuencias derivadas. Existen diferentes tipos de violación que se
alejan de la responsabilidad ética, entre los que se encuentran:
Ceguera moral, consiste en que la persona carece de criterio para diferenciar entre lo bueno y lo
malo, por lo tanto, no interpreta en la justa medida los actos.
Mutismo moral, cuando la persona permite que otros incumplan a los principios éticos con efectos
indeseados, pero no ejerce una posición respetuosa y crítica argumentada. Es tan culpable quien
hace como quien deja hacer.
Obediencia sin pensar, cumplir órdenes, porque están escritas, sabiendo que al hacerlo puede
causar daño. Hacer caso omiso al conocimiento adquirido.
Una mala práctica de un profesional que labora en una institución dedicada a la prestación
de servicios de estudios de imagenología, puede originar un daño por acción u omisión, derivada
principalmente por:
Imprudencia: actuar con ligereza, sin tomar las debidas precauciones, omisión del cuidado o
diligencia exigible a un profesional. Se evidencia una actitud profesional injustificadamente
apresurada y carente de juicio previo.
Negligencia: no se hace lo que se debe hacer cuando se puede hacer. Hay descuido, omisión o
abandono ya sea en forma culposa o dolosa, ocasionando daños, lesiones, o provocando la muerte
de un usuario.
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obtención del título y una tarjeta profesional. Al igual, se pude configurar por la pérdida de
habilidades o disminución de las facultades mentales o físicas, consecuencias de la edad, el
cansancio o alguna enfermedad. En el sector salud y específicamente en los servicios de
imagenología se exige que el tecnólogo este probadamente calificado para tal función.
Uno de los principios o reglas que fundamentan el daño, consiste en que éste debe ser
indemnizado plenamente, es decir, que “se debe indemnizar el daño, sólo el daño y nada más que
el daño”. ¿Qué y cuánto debe pagar un profesional de la salud en caso de ser declarado responsable
y verse en la obligación de indemnizar el daño causado?
Es importante señalar que, en un principio al determinar la indemnización a pagar por parte del
causante del daño, el cálculo se limitaba al reconocimiento de perjuicios materiales en sus dos
rubros a saber: daño emergente y lucro cesante.
Daño Emergente, se define legalmente por el Código Civil como “el perjuicio o la pérdida que
proviene de no haberse cumplido la obligación o de haberse cumplido imperfectamente, o de
haberse retardado su cumplimiento” (art. 1604).
Involucra todos que surgen del daño sufrido como aquellos gastos médicos, hospitalarios o
farmacéuticos requeridos para el restablecimiento de la salud de la persona, los cuales
cronológicamente pueden ser pasados a futuros dependiendo de la época de su causación.
Lucro Cesante, se define en el Código Civil, art. 1614, como “la ganancia o provecho que deja de
reportarse a consecuencia de no haberse cumplido la obligación o cumplida imperfectamente, o
retardado su cumplimiento”.
Es decir, cuando un bien económico que debía ingresar en el curso normal de los acontecimientos,
no ingresó ni ingresará al patrimonio de la víctima. Lo que el individuo deja de percibir o devengar
a causa del daño que ha sufrido. Le imposibilita para que pueda trabajar.
Daño Moral, se puede definir como el dolor, la congoja, la aflicción, el sufrimiento que produce el
fallecimiento de una persona a sus parientes o el que sufre la propia víctima como consecuencia
de las lesiones percibidas.
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sean dolosos o culposos, durante el ejercicio profesional), falsedad (falta de veracidad en el manejo
de datos, información, documentos o al rendir declaraciones ante una autoridad, lesiones y
homicidio, no atención de personas incapaces de cuidarse a sí mismas (niños, ancianos, etc., o a las
personas enfermas) entre otras acciones.
Finalmente cabe señalar que las responsabilidades éticas, civiles y penales, son difíciles de
diferenciar, porque el quebrantamiento de una de estas, conducen posiblemente al incumplimiento
de las demás.