DECISONES FINANCIERAS.
DECISIONES DE INVERSION:
Son aquellas que se relacionan y afectan el lado izquierdo del balance general de la
empresa, o sea los activos.
En lo que a decisiones de inversión se refiere, la decisión trascendental que se
toma en una empresa es la referente a la determinación de su tamaño, es decir,
del volumen total de activos que se utilizarán para mantener una operación
eficiente, que igualmente sea rentable y genere valor agregado para los
propietarios.
¿De cuáles factores depende el tamaño de una empresa? Primero debemos
aclarar que aquí estamos asociando el tamaño de la empresa con el monto de sus
activos. Dependiendo del propósito específico del análisis que se esté haciendo, el
tamaño de la empresa, también podría relacionarse con el volumen de ventas, el
número de trabajadores, el monto de las utilidades, etc.
Para nuestro propósito, el tamaño de la empresa, es decir, el monto de sus activos
tiene relación directa con la expectativa de los dueños en cuanto a ventas y
utilidades.
Las decisiones de Inversión tiene que ver con aspectos tales como:
.-El volumen de activos fijos que se desea mantener, es decir, la estructura de la
planta física. Por ejemplo, la administración puede optar por tener 3 máquinas
trabajando un turno de 8 horas o una máquina trabajando 3 turnos. En el primer
caso el volumen de activos fijos será mayor aunque el volumen de producción
puede ser el mismo.
-. El plazo que se concederá a los clientes en las ventas a crédito. Mientras mayor
sea dicho plazo, mayor será la cantidad de dinero que habrá que inmovilizar en las
cuentas por cobrar.
-. La cantidad de inventario (materias primas, productos en proceso y producto
terminado), que se mantendrá para soportar la producción.
-.El crecimiento de la empresa, por ejemplo ensanches de planta, creación de
empresas subsidiarias, compra de otras empresas, etc. Lo cual depende de tres
aspectos: Las expectativas de crecimiento de la economía y en especial del sector
industrial en el que se desenvuelve la empresa, la reinversión que des FCL estén
dispuestos a realizar los socios y la rentabilidad que como perspectiva futura
ofrece la empresa.
-. La combinación de activos entre fijos y corrientes. Por ejemplo, un fabricante de
automóviles puede contratar la producción de ciertas partes a otra empresa,
evitando así tener que adquirir equipos para su elaboración pero a lo mejor a costa
de tener que mantener un alto inventario de dicha pieza para evitar tropiezos en
caso que el proveedor llegue a tener inconvenientes para abastecerla.
-. En cierta forma la adquisición de activos fijos a través del arrendamiento
financiero, tiene relación con esta combinación que hemos mencionado, ya que la
filosofía fundamental de esta modalidad financiera es que la empresa no tenga que
desembolsar efectivo en la compra de estos activos, con el propósito de
destinarlo más bien a la financiación de trabajo.
Se observa pues, que las decisiones de inversión conducen a la determinación de la
cantidad de capital de trabajo operativo y de activos fijos que la empresa
requerirá para su operación.
En muchos casos el empresario está dispuesto a asumir un riesgo operativo con el
mantenimiento de un determinado nivel de inversión en activos. Por ejemplo,
como se mencionó arriba, para alcanzar el volumen de producción requerido con
el fin de garantizar el abastecimiento a los clientes, una empresa puede optar por
tener pocas máquinas trabajando, varios turnos o muchas trabajando pocos. Aquí
el riesgo se relaciona con el hecho de que con pocas máquinas un daño en alguna
podría disminuir la producción a niveles imposibles de recuperar luego, con la
consecuente pérdida de ventas.
Con los inventarios ocurre lo mismo. Por ejemplo, un mayor nivel de materias
primas disminuye el riesgo de que una falla en el abastecimiento por parte de los
proveedores detenga el proceso, disminuya la producción y por lo tanto se pierdan
ventas; pero la empresa podría operar con igual eficiencia con un menor nivel.
¿Cuál es entonces la diferencia entre mantener o no un mayor nivel de activos con
el fin de disminuir el riesgo operativo de la empresa?
La diferencia está en la rentabilidad que implica cada una de las alternativas. Si para
mantener un mismo nivel de operación se utiliza un mayor volumen de activos,
la rentabilidad sobre la inversión será menor que si se utiliza un menor volumen,
aquí aplica, pues, la relación entre el riesgo y la rentabilidad como uno de los
conceptos claves en las finanzas empresariales.
Y ya que hemos mencionado la rentabilidad sobre la inversión, aclaremos que
este término puede prestarse a confusión. Ello debido a que en una empresa se
identifican dos tipos de inversión: La que se hace en la empresa como tal, es decir
los activos totales y la que específicamente hacen los socios, es decir, el
patrimonio. Entonces, hablando de los activos, mientras menor sea la cantidad de
estos que se utilicen para lograr un mismo volumen de operación (y por lo tanto de
utilidades), la rentabilidad del activo aumentará; pero a costa de un mayor riesgo.
DECISIONES DE FINANCIACION.
Se refiere a aquellas que tienen que ver con la consecución de fondos para la
adquisición de los diferentes activos que se requieren para la operación del
negocio. Afectan el lado derecho del balance o sea los pasivos y el patrimonio.
Si para las decisiones de Inversión se dijo que la decisión trascendental era la
relacionada con la determinación del tamaño de la empresa, en lo que a
decisiones de financiación se refiere, la más importante es aquella que se
relaciona con la determinación de estructura financiera, que se define como la
proporción entre pasivos y patrimonio que la empresa utiliza para financiar sus
activos.
Y aunque en apariencia la anterior es una definición elemental ya que se refiere ni
mas ni menos al nivel de endeudamiento de la empresa, la determinación de la
estructura financiera que tendrá la empresa es una decisión trascendental por la
relación que tiene sobre dos aspectos igualmente importantes: las utilidades y el
costo de capital.
Tiene relación con las utilidades por que mientras mayor sea la proporción de
deuda con respecto al patrimonio, mayor será también la cantidad de intereses que
deben pagarse y por lo tanto habrá una mayor presión sobre las utilidades
operativas en la medida en que deberá generarse un volumen mayor de éstas para
atender el pago de dichos intereses en aumento.
De las decisiones de inversión y financiación surgen 2 estructuras llamadas
estructura operativa y estructura financiera.
Aplicando la relación entre riesgo y rentabilidad tenemos que si los socios corren
más riesgo de los acreedores, entonces deberán ganar una mayor rentabilidad que
estos últimos.
Igualmente, si los socios esperan ganar una determinada rentabilidad ésta es, para
la empresa, un compromiso de las mismas características que el que asume con
los acreedores, es decir, es también un costo financiero que bajo una
perspectiva de largo plazo la empresa debe cubrir so pena de que los propietarios
tomen alguna de las siguientes cuatro decisiones:
1. Liquidar la empresa
2. Venderla
3. No reinvertirle fondos para el crecimiento
4. Retirar cualquier flujo de caja que deje disponible, por pequeño que sea.
Y se dice que bajo una perspectiva de largo plazo porque si en el corto plazo la
empresa no permite repartir utilidades, los socios podrían soportarlo si hacia el
futuro existe la posibilidad de que ello se dé, lo cual no ocurre con los intereses. Si en
el corto plazo la empresa no puede atender su compromiso de pago de
intereses, se corre el riesgo de que los acreedores entablen acciones judiciales
para hacer exigible este compromiso.
De lo anterior se concluye lo siguiente:
Los recursos de los propietarios no son gratuitos para la empresa.
Ellos implican un costo, que siempre es mayor que el de la deuda.
Dicho costo está determinado por la rentabilidad que el propietario espera obtener
de acuerdo con el riesgo que él supone que corre con la empresa, que en
adelante denominamos tasa mínima requerida de retorno del propietario (TMRR).
También se le denomina Tasa de oportunidad del propietario.
Supongamos que las estructuras financieras de la empresa es 50:50 y que la
TMRR del propietario es del 4% mensual. ¿Cuál será el costo financiero a asociar
con dicho activo?, un simple cálculo mental conduce a un resultado del 3.5% que
el lector obtuvo realizando una sencilla operación del promedio ponderado.
Este 3.5% mensual que no sólo es el costo del exceso del activo, es lo que se
denomina el costo del capital, que definiremos entonces como el costo que a la
empresa le implica poseer activos, que como cifra es el costo promedio ponderado
de las diferentes fuentes que la empresa utiliza para financiar sus activos.
Puede afirmarse, por lo tanto, que el costo de capital es la rentabilidad mínima que
deben producir los activos de la empresa, es decir, que el CK es la TMRR de ésta.
Si una empresa obtuviera sobre sus activos una rentabilidad igual a su costo de
capital, que le sucedería a los propietarios?. Analizando encontramos que los
propietarios ganarían una rentabilidad igual a la esperada. Si los activos que valen
$ 1.000 producen una rentabilidad del 41.1% es porque las utilidades de la
empresa son de $411, valor que ésta distribuye entre todos sus beneficiarios, que
son los acreedores y los propietarios. Estas distribuciones son antes de
impuestos, pues el análisis lo estamos haciendo antes de considerar este
compromiso.
Lo anterior nos permite llegar a la expresión del que tal vez es el concepto más
importante de las finanzas empresariales: Si una empresa genera sobre sus
activos una rentabilidad superior a su CK, los propietarios obtienen una
rentabilidad sobre su patrimonio mayor a la esperada y por lo tanto se les está
generando valor agregado, con lo que el valor de la empresa se aumenta,
cumpliéndose de esta forma el OBF.
DECISIONES DE DIVIDENDOS.