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PROYECTO DE LEY QUE ESTABLECE

RESPONSABILIDAD PENAL PARA LAS


PERSONAS JURÍDICAS AUTORAS DEL
DELITO DE LAVADO DE DINERO.

SANTIAGO, 9 mayo de 2007

Tradicionalmente en Chile y en el mundo se ha dado aplicación rigurosa a la


máxima societas delinquere non potest. Lo anterior se traduce en el hecho
que en materia penal no se contempla la posibilidad que la autoría de un
delito pueda ser atribuida a persona jurídica; es decir, sólo serían capaces de
delito las personas físicas o humanas.

Este principio, tan arraigado en las sociedades del mundo, ha sido


reconocido por la jurisprudencia Suiza como "una regla general no escrita,
pues, una disposición que la estableciera contradiría el principio de
culpabilidad y el de Ia proporcionalidad de las penas.

Se ha dicho para sostener esta posición, que a) Las personas jurídicas no


son capaces de actuar conforme al derecho penal; b) La persona moral no
puede comportarse culpablemente, debido a que por su propia naturaleza no
poseen las capacidades síquicas constitutivas de la imputabilidad y, en
consecuencia, de la culpabilidad, y c) La pena se basaría en la culpabilidad
del autor y busca la expiación y la prevención. De modo que la pena sólo se
dirigen a las personas físicas, únicas capaces de pensar, querer y sentir.

Sin perjuicio de lo anterior, en los últimos años se ha dado origen a una


corriente alternativa a la tradicional, la cual reconoce o da origen al fenómeno
denominado "criminalidad de empresa", el cual se produce de manera
preponderante pero no únicamente en los delitos de índole económica.

La delincuencia económica comprende importantes delitos, tales como


blanqueo de dinero, estafas de iodo tipo, violaciones (motivadas por
consideraciones económicas) de las normas de seguridad establecidas para
protegerla vida, la salud o el medio ambiente, violaciones de las reglas de la
concurrencia y de las prohibiciones de importación y de exportación.

Como podrá advertirse, la delincuencia económica comprende variadas


actividades delictuales, dentro de las cuales se encuentran importantes
delitos que es preciso perseguir y condenar, aun cuando sean personas
jurídicas quienes los cometan.

Lo anterior se justifica por cuanto se puede reducir la seguridad de los


productos o para obtener ventajas económicas en su producción o
prestación, conductas que sin duda pueden constitutivas de delito.

Se dice que el efecto disuasivo de delincuencia de la pena se diluye en el


caso de las personas jurídicas, por cuanto éstas no tienen capacidad ni
voluntad de decidir por si mismas, los actos que cometen.
Cabe eso si hacer presente que la responsabilidad penal se basa sobre un
esquema simple de escalas causales sucesivas y del comportamiento
culpable del autor individual, no es posible comprender la complejidad de los
actos de la persona jurídica. Las infracciones cometidas por ésta son, con
frecuencia, el fruto de un desarrollo complejo de hechos, condicionado por la
descentralización y la repartición de competencias al interior de una
agrupación. Los niveles de acción y de decisión están muy fraccionados. Los
efectos del accionar de la persona jurídica son el resultado de diversos actos
u omisiones de diversas personas. Por esto, el esquema tradicional resulta
inadecuado para fijar las responsabilidades individuales relacionadas
directamente con el suceso perjudicial,

Por todo lo señalado anteriormente, se hace necesario incorporar el nuevo


principio, societas delinquere potest, y en su virtud, configurar conductas
típicas y sanciones especialmente contempladas para las personas jurídicas,
las cuales deben adecuarse a su especial naturaleza jurídica de persona
carente de voluntad propia.

LAS CONDUCTA TÍPICA Y LA EMPRESA


En materia de responsabilidad penal recibe aplicación el principio que dice
que la responsabilidad es personal, es decir es de aquel que efectivamente
desarrolla la conducta típica, antijurídica y culpable.

En razón de lo anterior, la persona natural que cometa un delito y que cumpla


con los demás requisitos para que éste sea punible, deberá ser condenada
como autora de dicho delito, aunque el mismo haya sido cometido dentro de
una organización empresarial.

En consecuencia, la responsabilidad penal de la empresa es independiente


de la responsabilidad que pudiere caberle a una persona natural, por cuanto
la primera de ellas sólo será admitida en dos circunstancias bien definidas, a
saber: en primer lugar, cuando no es posible justamente de identificar a la
persona natural causante del delito y, en segundo lugar, si debido a las
deficiencias de organización de la empresa, la violación de una obligación de
control o cuidado no puede ser imputada a una persona determinada.

Además, para que la conducta de una empresa pueda ser típica desde el
punto de vista de la ley penal, el proyecto exige que la infracción haya sido
cometida en el contexto de las actividades de una agrupación. La empresa
podrá ser una persona jurídica en sentido estricto, o podrá ser también una
sociedad o asociación que no posea dicho estado.

La persona natural, autora verdadera del delito o crimen, debe haber actuado
en su condición de órgano o de director de la empresa o en tanto que
responsable de facto de la misma. Su comportamiento podrá consistir tanto
en un acto de comisión como de omisión y, particularmente, de omisión
impropia (no impedir la actividad delictuosa de sus miembros y asumir las
consecuencias en tanto que empleador).
LAS SANCIONES
Las sanciones previstas para las empresas deben ser diversas y apropiadas
a su naturaleza, La oportunidad y la conveniencia de su aplicación deben ser
determinadas por el órgano judicial, teniendo en cuenta, sobre todo, el
principio general de la proporcionalidad y la finalidad consistente en evitar la
comisión de nuevas ''infracciones de empresa".

El juez al momento de escoger e individualizar la sanción, deberá considerar


si la infracción constituye un mero incidente en b vida de la empresa, si es
mas bien el fruto de las insuficiencias estructurales y funcionales de !a
empresa o si se trata en buena cuenta de una posibilidad prevista en la
planificación, de la empresa. Las sanciones que el proyecto contempla para
implementar en contra de las personas jurídicas autoras de delito son las
siguientes:

Sujeción a una obligación económica: Puede ser considerada como una


sanción orientada a !a represión. Se trata de una pena semejante a la multa,
pero su monto no es lijado teniendo en cuenta la culpabilidad, sino en
consideración de lo que aparece como proporcionado para alcanzar el
objetivo de evitar que la empresa reitere en si comportamiento delictuoso.
Esta pena puede significar un perjuicio económico tan grave que comporte
un riesgo de desaparición de la empresa. Al respecto, debe jugar un papel
importante la apreciación de la proporcionalidad, sobre todo teniendo en
cuenta Ias demás sanciones.

Prohibición de ejercer una actividad determinada: Puede ser considerada


más que una pena como una medida de seguridad. Su finalidad es la de
restringir el riesgo de que se vuelvan a cometer infracciones en el ejercicio de
la misma actividad. Por esto, la prohibición debe limitarse al dominio de
actividades que dieron lugar a la infracción; no puede ser, en consecuencia,
general. Esta prohibición puede ser definitiva o a plazo fijo. Para garantizar el
respeto de la prohibición se prevé su imposición bajo la amenaza de
imponerla sujeción a una obligación económica o la disolución de !a
empresa.

Disolución de la empresa: Constituye la sanción más grave. En doctrina, ha


sido comparada con !a pena de muerte. Esto muestra los alcances de la
sanción, cuya aplicación no depende de que la empresa esté orientada
únicamente a realizar actividades ilícitas. Basta, en consecuencia, que una
sola infracción haya sido cometida. Pero, teniendo en cuenta la gravedad de
la sanción, la infracción debe ser muy grave o que se trate de una grave
reiteración.

ALCANCE DE LA NORMATIVA PROPUESTA:

Como se ha venido diciendo, la responsabilidad penal de la persona jurídica


se ha transformado en un tema que trasciende a toda la legislación criminal,
motivo por el cual bien podría establecerse que la misma fuera aplicable a
todo el ordenamiento jurídico sobre la materia, sin embargo, en este proyecto
se ha optado por ser un poco más cauto y conservador, por cuanto se trata
de un tema nuevo, controvertido, y que no estará exento de detractores.

Atendida cuenta lo anterior, hemos querido restringir la responsabilidad penal


de la persona jurídica a un tema en particular, el cual se encuentra regulado
en nuestro país, conocido corno el delito de lavado de activos.

En efecto, dicho delito se encuentra regulado actualmente en los artículos 27


y 28 de la Ley Nº 19.913 que Crea la Unidad de Análisis Financiero y
modifica diversas disposiciones en materia de Lavado y Blanqueo de Activos.

Sobre este particular, el GAFISUD, mediante el INFORME DE EVALUACIÓN


MUTUA SOBRE LAVADO DE ACTIVOS Y FINANCIAMIENTO DEL
TERRORISMO, efectuado respecto de la realidad que sobre el particular
existe en nuestro país, ha señalado como necesario incorporar como posible
autores de delito, especialmente en aquellos de índole económica, a las
personas jurídicas.

El GAFISUD es una institución internacional de probada experiencia e


influencia en el derecho internacional, y es por tal motivo que debe
considerarse con especial hincapié cada una de las opiniones que dicho
organismo vierta sobre la realidad que afecta a nuestro país.

Pues bien, el informe de este organismo contempla una serie de


recomendaciones entre las cuales figura la de reconocer la responsabilidad
penal de la persona jurídica, cuestión a la que nosotros adherimos
vigorosamente, aunque en principio, restringido solamente a los delitos
contemplados de los artículos 27 y 28 de la ley Nº 19.913 antes citada.

Por todo lo anterior, proponemos el presente proyecto de ley que sometemos


a la consideración de este Honorable Senado en siguiente

PROYECTO DE LEY

Artículo Único.- Introdúzcase a la ley 19.913 que Creó la Unidad de Análisis


Financiero y modifica diversas disposiciones en materia de Lavado y
Blanqueo de Activos, los siguientes tres artículos nuevos:

Artículo 28 A.- Responsabilidad de la empresa:

Serán imputables a las personas jurídicas los delitos previstos en los


artículos 27 y 28 de esta ley cuando el mismo es cometido por quien obra en
calidad de órgano, de miembro de un órgano o de director de una persona
jurídica, de una sociedad o de una empresa individual (empresa) o por quien
sin tener esas calidades, dirige de hecho la empresa o ejerce en su seno un
poder de decisión independiente, la empresa será reprimida con las
sanciones previstas en el presente título.
De la misma manera se procederá cuando no sea posible establecer
cual, de las personas indicadas, ha cometido la infracción, o cuando, a causa
de deficiencias en la organización, la violación de un deber jurídico reprimido
penalmente no puede ser imputada a una persona determinada.

La represión de las personas físicas es independiente, compatible y


eventualmente complementaria.

Artículo 28 B.- Sanciones:

Las sanciones aplicables a una empresa son:

a) Obligación de pagar en favor del fisco una suma de dinero de hasta


el 50% de la suma que logre acreditarse ha sido lavada,
blanqueada o ha sido objeto que cualquier otra acción que califique
como delito de conformidad con los artículos 28 y 29 de esta ley;

b) La prohibición de ejercer una actividad determinada por una


duración de uno a cinco años, o a título definitivo, bajo amenaza de
sanciones previstas en las letras a o c de este artículo;

c) La disolución de la empresa;

La prohibición de ejercer una actividad determinada y la disolución de


la empresa pueden ser suspendidas durante un plazo de prueba de dos a
cinco años.

El juez podrá imponer a la empresa, durante el plazo de prueba,


reglas de conducta destinadas a favorecer la reparación del daño o a
prevenir la reiteración de infracciones de la misma naturaleza.

El juez podrá imponer la ejecución si, durante el plazo de prueba, la


empresa no respeta las reglas de conducta impuestas, o si se le imputa la
comisión de una nueva infracción.

En todo caso, el juez podrá nombrar un administrador provisional, por


una duración máxima de cinco años, total o parcialmente, bajo la vigilancia
de una autoridad o la persona que este designe.

Artículo 28 C.- Determinación e individualización de la sanción:

El juez determinará una o más de las sanciones establecidas en esta


ley de acuerdo a la gravedad del acto y al riesgo de reiteración de las
infracciones.
JAIME ORPIS BOUCHON
SENADOR

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