Enfermedades:
Son sobretodo de carácter sanitario. En la actualidad, la sanidad constituye uno de los
aspectos fundamentales y más descuidados de la prostitución callejera. Muchas de las
mujeres que ejercen la prostitución desconocen las medidas necesarias para la
protección de su salud, al igual que la mayoría de las prostitutas no disfruta de una
cobertura sanitaria pública, con lo que tienen que recurrir a la privada cuando
necesitan asistencia sanitaria y al no poder pagarla, solo acude a ella cuando la
enfermedad esta ya avanzada y solo puede recibir cura, no protección o prevención.
De entre las enfermedades que afectan al mundo de la prostitución el 72 % son
enfermedades de transmisión sexual (E.T.S): Sífilis, Hepatitis B, Gonococos, S.I.D.A. y
otros problemas como la desnutrición, infecciones, lumbagos... La aparición de todas
estas enfermedades lleva a la aparición de un problema social aún mayor, y es que el
cliente cada vez se fía menos de la prostituta, lo que le hace ser cada vez más
exigente, llegando a los límites de la prostitución infantil que se supone que no
contraen tan fácilmente
este tipo de enfermedades (algo totalmente equivocado. Las redes de prostitución
obligan a las mujeres a prostituirse bien mediante el secuestro o el engaño. Cuando se
trata de engaño, la red les promete un buen trabajo y mucho dinero, les hace firmar un
contrato, por supuesto ilegal e el que se comprometen a pagar una cantidad enorme a
la que no puede hacer frente con lo que tiene que prostituirse para pagarles. En el
caso de secuestro, alguno de los modus operandi se basa en el secuestro de la mujer,
se le obliga a consumir cualquier tipo de droga y es violada repetidas veces con el fin
de atemorizarla y que no se niegue a prostituirse o pierda el miedo o la vergüenza a
hacerlo. Se le siguen administrando dosis de drogas de forma que se hace adicta a
esa sustancia la cual solo se la puede suministrar la red de prostitución, con lo que ya
tiene a la mujer a su servicio.