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NOCHEBUENA

Pastores y pastoras,

abierto está el edén.

¿No oís voces sonoras?

Jesús nació en Belén.

La luz del cielo baja,

el Cristo nació ya,

y en un nido de paja

cual pajarillo está.

El niño está friolento.

¡Oh noble buey,

arropa con tu aliento

al Niño Rey!

Los cantos y los vuelos

invaden la extensión,

y están de fiesta cielos

y tierra... y corazón.

Resuenan voces puras

que cantan en tropel:

Hosanna en las alturas

al Justo de Israel!

¡Pastores, en bandada

venid, venid,

a ver la anunciada
Flor de David!...

Plegaria de Navidad

El sufrimiento necesita de apoyo en esta fecha tan especial, el mejor deseo es volver el tiempo
atrás. Niño Jesús, otorgarles tanta salud como agua salada tiene el mar.

Noches blancas de hospital, concédeles la paz tú que escuchas lágrimas e impartes sanidad... Ven
a casa este mes que con heridas recibiremos la navidad.

Para familia y amigos una gloriosa noche de paz y amor, para el amor de mi herida que Dios la
colme de bendiciones y que no olvide que nació para conmigo estar hoy.

Reza siempre por aquellos cuya navidad no estará llena de felicidad, haz una oración por todos los
que pasarán una noche de pena y soledad, brinda por los que afuera de tu ventana solo anhelan
vivir un nuevo ocaso de tranquilidad.

Por eso y muchas historias más... Ten un gozo de felicidad al saber que el niño que siempre ha de
llegar, nacerá un tu corazón una vez más.

LOS TRES REYES MAGOS


-Yo soy Gaspar. Aquí traigo el incienso.
Vengo a decir: La vida es pura y bella.
Existe Dios. El amor es inmenso.
¡Todo lo sé por la divina Estrella!

-Yo soy Melchor. Mi mirra aroma todo.


Existe Dios. Él es la luz del día.
La blanca flor tiene sus pies en lodo.
¡Y en el placer hay la melancolía!

-Soy Baltasar. Traigo el oro. Aseguro


que existe Dios. Él es el grande y fuerte.
Todo lo sé por el lucero puro
que brilla en la diadema de la Muerte.

-Gaspar, Melchor y Baltasar, callaos.


Triunfa el amor y a su fiesta os convida.
¡Cristo resurge, hace la luz del caos
y tiene la corona de la Vida!

ÁRBOL DE NAVIDAD
Árbol luminoso
de la Navidad,
tu cimera verde
nos dé claridad
y alegría y triunfo
en la tempestad:
Árbol luminoso
de la Navidad.

Eres, árbol claro,


un amanecer:
tu sombra es la fuente
que apaga la sed
y nos hace buenos
hasta sin querer:
Eres, árbol claro,
un amanecer.

Por ti es bello el mundo


y dulce el vivir,
árbol inefable
que no tiene fin,
alta y luminosa
torre de marfil:
Por ti es bello el mundo y dulce el vivir.

Nació en un pesebre
el Dios del amor,
hombre, por nosotros
conoció el dolor,
y alumbró la vida
con su resplandor:
Nació en un pesebre
el Dios del Amor.

Desde ti sonríe
el Niño de Luz,
besa nuestras almas
su mirada azul
y nos hace puros
amando, Jesús:
Desde ti sonríe
el Niño de Luz.

¿QUÉ ES NAVIDAD?
Es amor. Es esperanza. Es fe.
Es alegría.
Es principio de Redención.
Es una etapa de nuestra historia de Salvación.
Es encuentro con Cristo, Niño.
Es conversión y renovación.
Es paz interior.
Es vida nueva.
Es camino que se abre para el tiempo
y para la eternidad.
Es verdad que se alimenta del Amor.
Es vida que fructifica y madura,
sin dejar de nacer siempre.

VILLANCICO DE LAS MANOS VACÍAS


Yo tenía
tanta rosa de alegría,
tanto lirio de pasión,
que entre mano y corazón
el Niño no me cabía...

Dejé la rosa primero.


Con una mano vacía
- noche clara y alba fría -
me eché a andar por el sendero.

Dejé los lirios después.


Libre de mentiras bellas,
me eché a andar tras las estrellas
con sangre y nieve en los pies.

Y sin aquella alegría,


pero con otra ilusión,
llena la mano y vacía,
cómo Jesús me cabía
- ¡y cómo me sonreía! -
entre mano y corazón
HAPPY NEW YEAR
Mira, no pido mucho,
solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme así contento.
Necesito esa puerta que me dabas
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azúcar verde, de redondo alegre.
¿No me prestás tu mano en esta noche
de fin de año de lechuzas roncas?
No puedes, por razones técnicas.
Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles.
Así la tomo y la sostengo,
como si de ello dependiera
muchísimo del mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres.

EL CAMELLO COJITO
El camello se pinchó
con un cardo del camino
y el mecánico Melchor
le dio vino.

Baltasar
fue a repostar
mas allá del quinto pino...
e intranquilo el gran Melchor
consultaba su "Longinos".

-¡No llegamos,
no llegamos,
y el Santo Parto ha venido!

-son las doce y tres minutos


y tres reyes se han perdido-.

El camello cojeando
más medio muerto que vivo
va espeluchando su felpa
entre los troncos de olivos.
Acercándose a Gaspar,
Melchor le dijo al oído:
-Vaya birria de camello
que en Oriente te han vendido.

A la entrada de Belén
al camello le dio hipo.
¡Ay qué tristeza tan grande
en su belfo y en su tipo!

Se iba cayendo la mirra


a lo largo del camino,
Baltasar lleva los cofres,
Melchor empujaba al bicho.

Y a las tantas ya del alba


-ya cantaban los pajarillos-
los tres reyes se quedaron
boquiabiertos e indecisos,
oyendo hablar como a un Hombre
a un niño recién nacido.
-No quiero oro ni incienso
ni esos tesoros tan fríos,
quiero al camello, le quiero.
Le quiero, -repitió el Niño.

A pie vuelven los tres reyes


cabizbajos y afligidos.

Mientras el camello echado


le hace cosquillas al niño.

LAS DESIERTAS ABARCAS (POR EL CINCO DE ENERO)


Por el cinco de enero,
cada enero ponía
mi calzado cabrero
a la ventana fría.

Y encontraba los días


que derriban las puertas,
mis abarcas vacías,
mis abarcas desiertas.
Nunca tuve zapatos,
ni trajes, ni palabras:
siempre tuve regatos,
siempre penas y cabras.

Me vistió la pobreza,
me lamió el cuerpo el río
y del pie a la cabeza
pasto fui del rocío.

Por el cinco de enero,


para el seis, yo quería
que fuera el mundo entero
una juguetería.

Y al andar la alborada
removiendo las huertas,
mis abarcas sin nada,
mis abarcas desiertas.

Ningún rey coronado


tuvo pie, tuvo gana
para ver el calzado
de mi pobre ventana.

Toda gente de trono,


toda gente de botas
se rió con encono
de mis abarcas rotas.

Rabié de llanto, hasta


cubrir de sal mi piel,
por un mundo de pasta
y unos hombres de miel.

Por el cinco de enero


de la majada mía
mi calzado cabrero
a la escarcha salía.

Y hacia el seis, mis miradas


hallaban en sus puertas
mis abarcas heladas,
mis abarcas desiertas.
CANCIÓN DE NAVIDAD
La Virgen María
penaba y sufría.
Jesús no quería
dejarse acostar
- ¿No quieres?
- No quiero.

Cantaba un jilguero
sabía a romero
y a luna el cantar.
La Virgen María
probó si podía
del son que venía
la gracia copiar.

María cantaba,
Jesús la escuchaba
José que aserraba,
dejó de aserrar.

La Virgen María
cantaba y reía,
Jesús se dormía
de oírla cantar.

Tan bien se ha dormido


que el día ha venido,
inútil ha sido
gritarle y llamar.

Y, entrando ya el día,
como él aún dormía,
para despertarle
¡la Virgen María
tuvo que llorar!

LA NAVIDAD ME INSPIRA
La Navidad me inspira
es este espíritu mágico
que encuentro en cada esquina
el que me lleva a ti de pensamiento.
Ya vislumbro tu regalo
este año más que nunca
una promesa de amor sincera
esta Navidad más que nunca
lo sencillo llega más hondo
lo sencillo no te lo esperas
mi regalo, mi amor: un poema.

La Revacha
La Revancha
Estos tres magos famosos
Por casa nunca pasaron
Nunca puse los zapatos
Ni me dejaron regalos.
Mis padres nunca pudieron
Seguir esa tradición
La plata solo alcanzaba
Para la alimentacion
.los otros chicos del barrio
Salian con su regalo
Y yo quedaba pensando
Que cosas hice de malo.

La vida me dio revancha


Me regalo un buen pasar
Y puedo ser un rey mago
Gaspar melchor o baltasar
Puedo comprar mil juguetes
Y con la fabrica atras.
Cuando llega el 6 de enero
Yo no me hago esperar
Juguetes Voy repartiendo
Donde hay nesecidad.
Todo chico que yo encuentre
Su regalito tendrá
lo que yo sufri de pibe
Que no pase nunca mas
Hoy yo pongo los zapatos
Y el pastito sin dudar
Mi regalo de los reyes
Es ver los niños jugar!
ROMANCE DEL NACIMIENTO
Ya que era llegado el tiempo
en que de nacer había,
así como desposado
de su tálamo salía,

abrazado con su esposa,


que en sus brazos la traía,
al cual la graciosa Madre
en su pesebre ponía,

entre unos animales


que a la sazón allí había,
los hombres decían cantares,
los ángeles melodía,

festejando el desposorio
que entre tales dos había,
pero Dios en el pesebre
allí lloraba y gemía,

que eran joyas que la esposa


al desposorio traía,
y la Madre estaba en pasmo
de que tal trueque veía:

el llanto del hombre en Dios,


y en el hombre la alegría,
lo cual del uno y del otro
tan ajeno ser solía.

PARA NAVIDAD
Pues el amor
nos ha dado Dios,
ya no hay que temer,
muramos los dos.
Danos el Padre
a su único Hijo:
hoy viene al mundo
en pobre cortijo.
¡Oh gran regocijo,
que ya el hombre es Dios!
no hay que temer,
muramos los dos.
- Mira, Llorente
qué fuerte amorío,
viene el inocente
a padecer frío;
deja un señorío
en fin, como Dios,
ya no hay que temer,
muramos los dos.
- Pues ¿cómo, Pascual,
hizo esa franqueza,
que toma un sayal
dejando riqueza?
Mas quiere pobreza,
sigámosle nos;
pues ya viene hombre,
muramos los dos.
- Pues ¿qué le darán
por esta grandeza?
- Grandes azotes
con mucha crudeza.
- Oh, qué gran tristeza
será para nos:
si esto es verdad
muramos los dos.
- Pues ¿cómo se atreven
siendo Omnipotente?
¿Ha de ser muerto
de una mala gente?
- Pues si eso es, Llorente,
hurtémosle nos.
- ¿No ves que El lo quiere?
muramos los dos.

VILLANCICO DEL RIFADOR


¿Cuánto me dan por la estrella y la luna?
¿Cuánto me dan por el Niño y la cuna?

Este es un Niño sin padre ni abuelo,


este es un Niño nevado del cielo.
¿Cuánto me dan, que lo vendo barato,
cuánto me dan, que lo doy sin contrato?

Este es el Niño que mamaba ahora.


Ríe despierto y en durmiendo llora.

Casi de balde la flor del mercado.


¿Cuánto me dan, que lo doy regalado?

Este es el Niño verano en invierno.


Este es el Niño que aniña lo eterno.

¿Cuánto me dan, que lo doy sin subasta?


¿Cuánto me dan por la fruta en canasta?

Este es el Niño que viene a dar guerra,


viene a dar paz por amor de la tierra.

¿Cuánto me dan? Por moneda no quede.


Una lágrima sola que tiemble y que ruede.

Este es el Niño de la rifa loca


que todos le juegan y a todos les toca.

¿Cuánto me dan por la buena fortuna?


¿Cuánto me dan por el Niño y la luna?

NANA DE LA VIRGEN MARÍA


Duérmete, Niño amante
luz de mi sueño.
Duérmete sin cuidados
que yo te velo

Cuando caiga la noche


sobre el silencio,
se hará cojín de espumas
mi blanco pecho.

Cuando frías estrellas


nieven del cielo
será para tu carne
pañal mi beso.
Cuando sepan pastores...
Cuando el misterio...
¡Duérmete, Niño amante,
luz de mi sueño!

¿Por qué tienes los ojos


limpios y abiertos?...
Ya más no puedo darte...
Duerme, lucero.
Duérmete. Mira:
hosannas
dicen los vientos...
(Despacio...
Callad
Despacio,
que está durmiendo...)

LA NIÑA QUE DIJO EL ANGEL

La Niña a quien dijo el Ángel


que estaba de gracia llena,
cuando de ser de Dios madre
le trujo tan altas nuevas,

ya le mira en un pesebre,
llorando lágrimas tiernas,
que obligándose a ser hombre,
también se obliga a sus penas.

¿Qué tenéis, dulce Jesús?,


le dice la Niña bella;
¿tan presto sentís mis ojos
el dolor de mi pobreza?

Yo no tengo otros palacios


en que recibiros pueda,
sino mis brazos y pechos,
que os regalan y sustentan.
No puedo más, amor mío,
porque si yo más pudiera,
vos sabéis que vuestros cielos
envidiaran mi riqueza.

El niño recién nacido


no mueve la pura lengua,
aunque es la sabiduría
de su eterno Padre inmensa.

Mas revelándole al alma


de la Virgen la respuesta,
cubrió de sueño en sus brazos
blandamente sus estrellas.

Ella entonces desatando


la voz regalada y tierna,
así tuvo a su armonía
la de los cielos suspensa.

Pues andáis en las palmas,


Ángeles santos,
que se duerme mi niño,
tened los ramos.

Palmas de Belén
que mueven airados
los furiosos vientos
que suenan tanto.

No le hagáis ruido,
corred más paso,
que se duerme mi niño,
tened los ramos.

El niño divino,
que está cansado
de llorar en la tierra
por su descanso,

sosegar quiere un poco


del tierno llanto,
que se duerme mi niño,
tened los ramos.

Rigurosos yelos
le están cercando,
ya veis que no tengo
con qué guardarlo.

Ángeles divinos
que vais volando,
que se duerme mi niño,
tened los ramos.

LA FESTIVIDAD DE LOS REYES

Pues la estrella
es ya llegada,
vaya con los Reyes
la mi manada.

Vamos todas juntas


a ver el Mesías,
pues vemos cumplidas
ya las profecías.
Pues en nuestros días,
es ya llegada,
vaya con los Reyes
la mi manada.

Llevémosle dones
de grande valor,
pues vienen los Reyes,
con tan gran hervor.
Alégrese hoy
nuestra gran Zagala,
vaya con los Reyes
la mi manada.
No cures, Llorente,
de buscar razón,
para ver que es Dios
aqueste garzón.
Dale el corazón,
y yo esté empeñada:
vaya con los Reyes
la mi manada.

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