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Aplique los Principios bíblicos en una vida santa

7 PRINCIPIOS DE LA SANTIDAD

Ser santas no es ser perfectas. Es dejar que Él que es santo more en nosotras.
No podemos ser santas por nosotras mismas, pero podemos tomar decisiones
que permitan que la pureza y la santidad se manifiesten en nosotras.

Podemos separarnos de lo que quita la santidad de Dios en nosotras y morir a


nuestra lujuria. Y somos capaces de hacer esto porque los que son de Cristo
Jesús han crucificado la naturaleza pecaminosa, con sus pasiones y deseos.
(Gálatas 5:24). No somos esclavas de nuestra carne. Somos capaces de tener
vidas puras consagradas al Señor.

Te comparto estos siete principios de lo que es santidad y como saber cuándo


no los observas en ti misma:

1. Separarte del mundo.

Esto significa que tu corazón se desprende del sistema de los valores del
mundo. Tú, en lugar de eso, valoras las cosas que Dios valora por encima de
todo lo demás. No amen al mundo ni nada de lo que hay en él. Si alguien ama
al mundo, no tiene el amor del Padre. Porque nada de lo que hay en el mundo
—los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la
vida— proviene del Padre sino del mundo. (1 Juan 2:15-16).

2. Purificarte a ti misma.

Es pedirle a Dios, quien es puro, que purifique nuestros corazones. Purificarnos


a nosotras mismas es hacer un inventario de nuestras vidas, de nuestros
pensamientos, de nuestras acciones y de nuestro trato con los demás y
limpiarnos de cualquier cosa que nos contamine. Todo el que tiene esta
esperanza en Cristo, se purifica a sí mismo, así como él es puro. (1 Juan 3:3).

3. Vivir conforme al Espíritu y no conforme a la carne.

Nuestros pensamientos carnales nos descalifican tanto como nuestras


acciones. ¿Estamos celosas de alguien? ¿Le damos voluntariamente un lugar
al pecado? ¿Tenemos conflictos con nuestro prójimo? Si la respuesta es sí,
estamos viviendo conforme a la carne, y esta nos destruirá. Los que viven
conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal
naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los
deseos del Espíritu. (Romanos 8:5).

4. Estar limpia de inmoralidad sexual.


La mayor mentira que nuestra sociedad está aceptando ciegamente es que el
pecado sexual no es malo. Sin embargo, la palabra de Dios dice: La voluntad
de Dios es que sean santificados; que se aparten de la inmoralidad
sexual; que cada uno aprenda a controlar su propio cuerpo de una manera
santa y honrosa, sin dejarse llevar por los malos deseos como hacen los
paganos, que no conocen a Dios (1 Tesalonicenses 4:3-5).

5. Ser santificadas por Jesús.

Porque con un solo sacrificio ha hecho perfectos para siempre a los que está
santificando (Hebreos 10:14).Esto no significa que no tenemos que
preocuparnos nunca más por el pecado y que podemos hacer lo que deseemos
porque Él se encargó de eso. Significa que debemos continuar viviendo con Él
y pedirle a Dios que nos ayude a vivir conforme a Su palabra.

6. Caminar cerca de Dios.

Cuando no procuramos caminar cerca de Dios ni (con) un estilo de vida de


pureza y paz, nos es imposible ver al Señor con claridad. Busquen la paz con
todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor (Hebreos 12-14). La única
manera que podemos estar cerca de Dios es apreciando su santidad y viviendo
en pureza. ¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Quién estará en su lugar
santo? El limpio de manos y puro de corazón (Salmos 24:3-4ª).

7. Dejar que Dios te guarde.

La santidad es la voluntad de Dios para nuestras vidas, y algo que Dios planeo
para nosotras desde el principio. Dios estableció un camino para que nosotras
vivamos en santidad. Y Él es capaz de guardarnos santas. Cuando nuestros
corazones desean vivir en pureza, y hacer bien las cosas, Dios nos guardará
de caer en pecado. Dios nos escogió en él antes de la creación del mundo,
para que seamos santos y sin mancha delante de él. En amor (Efesios 1:4).

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