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Proceso de formación de Investigadores Sociales y bases Epistemológicas de la Investigación

Educativa

Luz Marina Bayona Moreno

El presente ejercicio académico realiza un acercamiento a los “Aspectos teóricos sobre el


proceso de formación de Investigadores Sociales” a partir los postulados de Raúl Rojas Soriano,
Rodolfo Masías Núñez y Adriana María Mejía Correa. Así mismo analiza las bases
Epistemológicas de la Investigación Educativa desde la visión de autores como Alejandra
Capocasale, Alicia Puebla Espinosa, Daniel Roberto Vega y Edison Moreno García.
Para Rojas 2015, una investigación requiere del contacto directo con la realidad a fin de evitar
caer en especulaciones y vincular teoría y realidad a través de una práctica organizada, como
exigencia del método científico, ya que la ciencia parte de problemas reales y busca
solucionarlos desde teorías, métodos y técnicas pertinentes (p.25). Aspectos que, en la
Investigación Social, permiten estudiar los problemas de la realidad a fin de darles soluciones
prácticas, desde el uso del conocimiento teórico.
Para el autor, la investigación es un proceso objetivo-subjetivo, ya que se apoya en teorías,
procedimientos e instrumentos de la práctica científica como elementos objetivos, evidenciando
el aspecto subjetivo en cuanto a proceso humano se refiere (Rojas, 2015, p.26). Situación que
hace pensar que el investigador como ser humano, pese a su formación académica esta permeado
de sentimientos, prejuicios, valores, motivaciones e intereses que se visualizaran en el proceso de
investigación, desde la selección del tema, hasta el planteamiento de soluciones viables para
resolver el problema. Pero pese a lo anterior no se bebe desconocer que estamos ante una
práctica científica, que no exime a la investigación de elementos filosóficos, teóricos,
metodológicos y técnico-instrumentales que contribuyen a la construcción total del conocimiento
dentro de la formación integral de los investigadores.
Según Rojas 2015, el proceso de formación de investigadores debe apoyarse en una ciencia
crítica de la Educación, para comprender de forma objetiva el sistema social, la realidad
educativa, la escuela y la familia, con capacidad de cuestionar la realidad académica y social
dentro de los sistemas hegemónicos de poder dominantes en la sociedad (p.27). Hechos que
desarrollan en el investigador una actitud crítica, frente a la problemática educativa de las clases
oprimidas de la sociedad, en cuanto a ideologías y relaciones de poder se refiere orientando la
practica investigativa a lo académico y social.
Para Rojas 2015, “La formación integral de los investigadores, implica el trabajo
interdisciplinario a fin de lograr un conocimiento más complejo y objetivo de los procesos que se
estudian” (p.28). Donde la interdisciplinariedad está representada por la interrelación de
diferentes núcleos del saber, con miradas diferentes, respecto a los métodos y formas de acceder
al conocimiento, de esta forma establecer relaciones de consensos al proponer soluciones
acertadas frente a un problema común.
Según el autor en la formación integral de investigadores implica dominar no solo la
metodología para utilizar los diversos procedimientos, técnicas e instrumentos, si no también
prepararse para exponer de forma escrita y oral los resultados de su quehacer científico (Rojas,
2015, p.29). Lo cual implica en el investigador, el desarrollo de competencias comunicativas
como las textuales, en cuanto al uso adecuado del lenguaje escrito para expresar con claridad y
coherencia sus ideas a través de artículos y libros para difundir su quehacer científico, así como
el uso de competencias discursivas, para transmitir de forma oral ante cualquier tipo de público
sus trabajos de investigación.
Para el autor en mención, cualquier individuo puede llegar a ser investigador o participar en
investigaciones sobre su propia realidad, ya que se encuentran en contacto directo con productos
de dicha actividad y desde la investigación acción, los individuos objeto de estudio aprenden en
interacción con otros, a conocer con mayor objetividad su mundo, para participar activa y
conscientemente en su transformación. (Rojas, 2015, p.29). Lo que significa una construcción
colectiva del conocimiento, desde el saber científico por parte del investigador y desde el saber
popular y cultural por parte de las comunidades objeto de estudio.
Igualmente Rojas 2015, sugiere que “Lo ideal sería que dicho proceso comenzara desde la
infancia a fin de aprovechar la gran capacidad de asombro, imaginación y creatividad que
poseemos en ese período de nuestras vidas” (p.30) sugerencia de gran utilidad cuando se
pretende involucrar al estudiante en un proceso de investigación, que evitaría dificultades en
cuanto a disciplina, rigurosidad en la lectura, análisis, reflexión, trabajo en equipo y facilidad
para presentar en forma verbal y escrita los planteamientos de la investigación.
Así mismo para el autor, la formación integral de investigadores es un acto político, no puede
concebirse como un proceso neutral, asumir tal o cual postura filosófica, teórica y metodológica,
lleva implícita una actitud político-ideológica. (Rojas, 2015, p.30). Lo que pone en evidencia, la
poca imparcialidad en el proceso de formación de investigadores, permeada entre otras cosas por
la posición político-ideológica del docente investigador, frente a la construcción del
conocimiento y demás factores de índole socioeconómicos y culturales que determinan cada caso
en particular. Pero no por lo anterior, se debe invisibilizar la formación de investigadores críticos
con capacidad de transformar su realidad y producir conocimientos para mejorar las relaciones
sociales y dar respuestas acertadas a la problemática de su entorno.
De otra parte, Nuñez 2014, en su artículo sobre los investigadores sociales en Colombia,
“Examina las relaciones entre producción, productividad y diferenciación social entre
investigadores sociales en Colombia, en un contexto de trasformaciones globales profundas que
exigen nuevas prácticas, motivos y valores en el mundo de las Ciencias Sociales” (p.123). En
esta investigación el autor analiza una muestra de investigadores compuesta por historiadores,
politólogos, sociólogos y economistas, mide los niveles de rendimiento productivo del
investigador y establece fenómenos de diferenciación y desigualdad social en este este gremio.
De igual manera, el autor determina en su investigación, gran diversidad en los investigadores
sociales colombianos en cuanto a edad, género, condiciones de trabajo, lugar de estudios,
formación intelectual, regiones geográficas donde realizan sus funciones, prácticas de
investigación, rendimiento académico y lucha por posibilidades, recursos, reconocimiento,
dignidad y sobrevivencia como investigadores, notables diferencias sociales que el autor cataloga
como desigualdades sociales.
Al respecto Nuñez 2014, menciona que “Desconocer esta realidad nos coloca a un paso de una
justificación de un supuesto estado ideal de las Ciencias Sociales, donde una élite es el único
sujeto que puede portar la identidad de investigador” (p.153) Circunstancias que, en beneficio de
una verdadera transformación de la investigación social, no se deben desconocer, más aún en
Colombia, un país de regiones y tan diverso donde la Investigación Social no debe ser privilegio
de quienes mejor le favorezcan las circunstancias, las influencias políticas y sociales y los
recursos económicos, sabiendo que es en la periferia y en la ruralidad donde está la verdadera
problemática social, que urge de la presencia de los Científicos Sociales con soluciones a sus
dificultades.
Por otra parte, en el campo de la Investigación Social en el país, la competencia académica se
mide por resultados de investigación en un tiempo determinado, como indicadores de
reconocimiento y desigualdad social, donde ciertas estructuras se han configurado históricamente
evidenciando mucha desigualdad dadas las condiciones particulares de cada investigador.
Ahora bien, Mejía 2009, señala que las Instituciones Universitarias de Colombia, dentro de los
cambios mundiales en la sociedad del conocimiento, deben orientar la investigación a la
productividad y competitividad, bajo los estándares del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología
e Innovación (SNCTeI) que vincula el conocimiento científico–técnico, con la empresa y la
academia (p.8)
Significa entonces, que la universidad debe producir conocimiento y las empresas lo
comercializan, situación que afectará la Investigación Social, en razón a su objeto de estudio,
tendiente a interpretar y comprender las acciones humanas, más que a obtener beneficios
económicos derivados de la producción de conocimiento, las nuevas políticas del SNCTeI
favorecerán más la Investigación Experimental, que la Social centrando su atención en el
conocimiento que genere riqueza y productividad.
Así mismo, Mejía 2009, propone que “El nuevo modelo de innovación, denominado Triple
Hélice, propuesto para fomentar las relaciones de la universidad con el entorno socioeconómico,
apunta a que la universidad lidere las iniciativas y financie la creación de empresas de base
tecnológica” (p.9)
Situación preocupante para la Investigación Social, que tendrá que acomodarse a las políticas del
sistema, desvirtuando su razón de ser, fragmentando su objeto de estudio y buscando al costo que
sea la comercialización de sus investigaciones, inclusive sacrificando su sentido humano para
seguir vigentes, dadas las tendencias neoliberales de privatización, productividad y
competitividad, en detrimento de lo humano y lo social.
Respecto a las bases epistemológicas de la investigación educativa, según Capocasale 2015,
emergieron con Stenhouse en 1979, quien planteo que los Docentes debían y podían hacer
investigación educativa combinando trabajo de docentes investigadores con investigadores-
académicos, y este era el medio para fortalecer el criterio del Docente perfeccionando su propia
práctica, enriqueciendo el currículum y generando una comunidad docente crítica (p.39)
Consideraciones válidas, en razón a que es el Docente quien mejor conoce el contexto escolar, su
objeto de estudio, vive de cerca la problemática educativa y puede aportar soluciones pertinentes
desde la investigación educativa.
Para la autora:
A partir de ese momento dentro de la epistemología de las Ciencias de la Educación, se delimita
el campo disciplinar de la Investigación Educativa, que paso de ser proveedora de herramientas
metodológicas para Investigaciones Educativas a convertirse en Ciencia de la Educación, con
dos características según su estatus Epistémico, en cuanto respeta y asume distintos enfoques
teóricos disciplinares, delimita la educación como objeto de estudio y provee desde los
paradigmas metodológicos cuantitativo y cualitativo el carácter científico a las Investigaciones
Educativas (Capocasale, 2015,p.40)
Es decir que la Investigación Educativa cumple un papel protagónico dentro del campo de las
Ciencias de la Educación, en cuanto posibilita a la Investigación Educativa el carácter científico,
para conocer y mejorar la práctica educativa, con el fin de transformar las problemáticas
educativas de las comunidades desde su propia realidad social.
De la misma forma Capocasale 2015, destaca tres paradigmas o enfoques teóricos en la
Investigación Educativa:
El enfoque positivista, que concibe la realidad a partir de leyes naturales y sociales, descubiertas
a través de la investigación científica, para explicar, predecir y controlar los fenómenos desde
la aplicación del método científico, de acuerdo al modelo hipotético-deductivo, con el objetivo
de generar teorías de carácter universal. El enfoque interpretativo, centrado en comprender e
interpretar la realidad construida por los sujetos, concibe la realidad como compleja, holística,
divergente y múltiple, su objetivo es penetrar en el mundo construido por los sujetos y
comprender cómo funcionan, centrado en la búsqueda de significados que los sujetos dan a sus
propias prácticas en las situaciones en que actúan. El enfoque Sociocrítico desde el método de la
Investigación-acción, propone como fin de la investigación la transformación de las estructuras
sociales, a partir del cambio social plantes conocer y comprender la realidad como praxis, unir
teoría y práctica, orientar el conocimiento para emancipar al hombre e implicar a toda la
comunidad educativa en un proceso de compromiso social. (Capocasale, 2015, p.40)
Por otra parte, Puebla 2014, destaca la importancia de la Investigación Educativa, en el sentido
de que aporta nuevos conocimientos desde la perspectiva Epistemológica, Política,
Antropológica, cultural y tecnológica, de una investigación se obtienen resultados y se difunden
conocimientos nuevos, estos permiten al educador resolver situaciones desde su propio ámbito;
comprender su realidad, intervenirla, tomar decisiones, producir conocimientos, asumir posición
crítica frente a las teorías de la ciencia y la tecnología. (p.4)
Aunque la investigación educativa también le permite al docente investigador conocer su
comunidad desde sus aspectos históricos, sociales, culturales y demográficos, para plantearse
investigaciones de carácter reflexivo que aporten a su práctica profesional.
Sin embargo, Puebla 2014, plantea que la Investigación Educativa “Ayuda a incrementar el
conocimiento y a obtener conclusiones sobre la realidad, los fenómenos y los hechos que
observamos; nos ayuda a analizar la relación que se establece entre los elementos que configuran
una determinada situación educativa y, muchas veces también, a tomar decisiones sobre cómo
intervenir en dicha situación para mejorarla” (p.6)
Hechos que le permiten al decente un acercamiento con su realidad social, para tomar decisiones
acertadas, sobre como encaminar su labor en beneficio de un aprendizaje significativo para los
estudiantes, mejor aprovechamiento de los recursos que dispone para su práctica, lo que genera
transformaciones en términos de calidad al interior de las instituciones educativas.
Por su parte, Vega& Moreno 2013, afirman que “Debido a la transformación de los medios de
comunicación e información, las formas de educación e investigación se han apropiado de su
uso” (p16). Es decir, que en la era de la tecnología, los recursos digitales proporcionan la
posibilidad de acceder de forma más ágil al conocimiento, situación que se debe aprovecharse
desde la investigación en beneficio de la educación para incrementar el conocimiento, como
recurso que mejora las condiciones sociales de las comunidades educativas.
Igualmente, afirman los autores, que el uso de herramientas tecnológicas como herramientas
pedagógicas contribuyen, no a hacer investigación propiamente, sino a permitir un acceso fácil
de comunicación e información a los integrantes de un grupo investigativo para desarrollar el
planteamiento de un problema (p.25)
Significa hacer un uso adecuado de estos medios tecnológicos, para optimizar recursos, ahorrar
tiempo y tener la oportunidad de compartir opiniones con muchas personas, respecto a un tema
en común para ver muchos puntos de vista y diferentes formas de abordar un problema para
proponer soluciones acertadas en una investigación, claro está reflexionando críticamente sobre
su uso y teniendo en cuenta que el uso de la tecnología en muchos escenarios es tema de
exclusión social en cuanto a recursos y conectividad, temas a partir de los cuales también se
puede enfocar la investigación educativa.
En conclusión, el proceso de formación de investigadores Sociales debe apoyarse en una Ciencia
Crítica de la Educación para comprender de forma objetiva el sistema social, la realidad
educativa, con capacidad de cuestionar la realidad académica y social dentro del poder
dominantes de la sociedad. La formación integral de los investigadores, implica el trabajo
interdisciplinario, requiere dominar no solo la metodología para utilizar los diversos
procedimientos, técnicas e instrumentos, si no también adquirir competencias investigativas.
Cualquier individuo puede llegar a ser investigador o participar en investigaciones sobre su
propia realidad, ya que se encuentra en contacto directo con productos de dicha actividad y desde
la investigación acción, los individuos objeto de estudio aprenden en interacción con otros, se
recomienda comenzar proceso de formación en investigación desde la infancia a fin de
aprovechar la gran capacidad de asombro, imaginación y creatividad que poseen los niños.
La formación integral de investigadores es un acto político, no puede concebirse como un
proceso neutral, asumir tal o cual postura lleva implícita una actitud político-ideológica de parte
del investigador. Es el Docente quien mejor conoce el contexto escolar, su objeto de estudio,
vive de cerca la problemática educativa y puede aportar soluciones pertinentes desde la
investigación educativa, con el fin de transformar las problemáticas de las comunidades desde su
propia realidad social.
La Investigación Educativa, tiene gran importancia para la educación en el sentido de que aporta
nuevos conocimientos desde la perspectiva Epistemológica, Política, Antropológica, cultural y
tecnológica, pues de una investigación se obtienen resultados y se difunden conocimientos
nuevos, que permiten al educador resolver situaciones desde su propio ámbito; comprender su
realidad, intervenirla, tomar decisiones, producir conocimientos, asumir posición crítica frente a
las teorías de la ciencia y la tecnología, en la era de la tecnología, los recursos digitales
proporcionan la posibilidad de acceder de forma más ágil al conocimiento, situación que se debe
aprovecharse desde la investigación en beneficio de la educación para incrementar el
conocimiento, como recurso que mejora las condiciones sociales de las comunidades educativas.
Bibliografía

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