Considero que uno de las debilidades que presentan las actividades de formación al interior de las

organizaciones es la poca creatividad que tienen los formadores a la hora de impartir los temas
objeto de capacitar. Si bien es cierto, los contenidos son apropiados, pero en la mayoría de las
ocasiones se vuelven aburridas por las metodologías tan antiguas que manejan los formadores.

Un gran cambio debe ser la originalidad e impacto que deben ejercer los formadores en sus
capacitaciones, y más aún cuando estas son tan extensas en sus horarios.

Por otra parte encontramos la poca participación en los talleres y formaciones que se imparten.
Considero que debe existir un 20 o máximo un 30% de metodología y el resto debe ser
participaciones en talleres, ejercicios, dinámicas y hasta juegos, que hagan mucho más atractivas y
de mayor aprendizaje.

Los altos mandos también juegan un papel muy importante a la hora de capacitar y formar a los
empleados de las organizaciones. Ya que su participación hace que los empleados tengan un mayor
sentido de expectativa y sentido de partencia por lo que se imparte. No es lo mismo asistir una
formación con pares o solo jefes directos, a que cuando participan la alta gerencia, ya que se asume
por parte de los empleados una mayor responsabilidad y genera mucho más impacto.

Por ultimo considero que las necesidades no solo deben identificarse desde los instrumentos
tradicionales, pienso que se deben generar nuevos mecanismos que permitan detectar las
necesidades desde puntos de vista mucho más objetivos. De igual manera los sistemas de
evaluación deben tener un carácter mucho más preciso, ya que a partir de resultados más objetivos,
los programas de capacitación pueden mejorar cada vez más y esto permite que no sean tan
repetidos, ya que en ocasiones se evidencia cierta resistencia por parte de los empleados a estos
contenidos.