En el capítulo final de una obra memorable, La inteligencia del arte, Thomas Crow
cita la siguente frase de Michael Baxandall: “...sólo las obra de arte muy buenas, creación
de hombres excepcionalmente organizados, son los suficientemente complejas y
coordinadas para registrar en sus formas los tipos de circunstancias culturales aquí
buscadas; el arte mediocre nos será de muy poca utilidad”.
Entre los griegos, técnicos eran aquellos que usaban las manos para hacer algo, pero
no al modo del zapatero o el sastre (ambos ergástes, trabajador) sino del médico, el escultor,
el pintor: éstos prácticaban un saber (la medicina, la escultura, la pintura), en efecto, y no
sólo ejercían una rutina como aquéllos. El pintor, creaba y por tanto era poietaí
(productor), en este caso de imágenes. Entre un filósofo y un pintor se abría un abismo. El
primero gozaba de un estatus social que el segundo jamás podría alcanzar. Crear con las
manos era juzgado como una actividad de segundo orden.
Mediocre se explica por mediocris, medius (medio, central) y ocris (montaña), lo que en
conjunto designa lo que está a mitad de la montaña, o más ampliamente lo que se queda a
media altura, y por extensión aquello que tiene poco médito o no descolla.
Por lo anterior, arte mediocre, para Baxandall, será aquél que nunca es excepcional.
Entre los griegos, había artistas excepcionales, como el legendario Apeles, que gozó de
una estima elevada, a decir verdad, pero incomparable a la que tuvo el filósofo Teofrastro,
por ejemplo. En todo caso, Apeles fue un gran pintor.
Hay artistas que no dominan la técnica y hacen arte mediocre, y hay artesanos cuyos
objetos son tanto más apreciables cuanto más utiles resultan.
Existe un prurito que consiste en reservar la palabra “arte” para las obras de los
artistas. Como se ve, Baxandall deshace este prurito. ¿Cuál es la diferencia entre Mozart y
Daddy Yankee? Dejando de lado la cuestión de que son diferentes, ambos incursionaron
en el arte musical.
Desde la perspectica etimológica, los dos usan procedimientos técnicos (techné, ars):
el arte de Mozart y el arte de Daddy Yankee. ¿Cuál de ellos es más técnico? ¿Cuál está
cerca de la cima de la montaña y cuál a la mitad, o peor todavía, en las faldas, allí abajo?
¿Remontan la misma montaña?
Para muchos expertos, Mozart es un técnico total (techné) y un artista (poietaí), esos
mismos que aseguran que Daddy Yankee es un técnico mediocre y nada más. Los expertos
no se cansarán de repetir que Alberto Durero es un pintor de un dominio técnico
magistral, y un artista sublime, mientras que los cuadros de Bob Ross son despreciables.
Como ejemplo de lo primero han señalado al pintor Thomas Kinkade, al que los
críticos del Washington Post asignaron el nada halagueño título de “epítome de la
mediocridad del arte”, y como ejemplo de lo segundo figura Vincent van Gogh, genio de la
pintura que jamás triunfó en el dominio de la forma humana. Luego, ¿Daddy Yankee hace
arte, sí o no? Sí, desde luego. ¿Pero es artista?