bro y quiero ensayar respuestas a la cues- embargo, tal vez de un modo mucho más
tión de la clasificación de teorías de la claro, en la ética los filósofos morales
justificación práctica en términos de la han tenido la pretensión de dar una «fun-
dicotomía fundacionismo/antifundacio- damentación última de la ética». Para fi-
nismo. No quiero abordar teorías de la lósofos como Max Scheler, Karl-Otto
justificación práctica en general, porque Apel o Ernst Tugendhat, por mencionar
éstas pueden abarcar muchos campos, así algunos filósofos recientes, la pregunta
es que me limitaré al campo de la justifi- más importante de la ética es la de su fun-
cación moral. Trataré de seguir algunos damentación.
de los lineamientos que Pereda marca en Los esfuerzos por fundamentar la éti-
su discusión acerca de la justificación ca responden a un deseo de sistematizar y
epistémica, dado que creo que hay mu- simplificar nuestras prácticas morales.
chas analogías que pueden hacerse entre Existe la expectativa de que nuestras teo-
la ética y la epistemología en asuntos de rías morales justifiquen nuestras prácti-
justificación; sin embargo, estoy cons- cas morales; por supuesto esto supone
ciente de las muchas diferencias y trataré que todas nuestras prácticas morales ne-
de ir señalándolas a lo largo de la discu- cesitan justificarse y el fundacionista
sión. piensa que la mejor manera de hacerlo
Es cierto que, por lo general, no justi- consiste en encontrar un fundamento se-
ficamos juicios y normas morales del guro. Sin embargo, no es obvio por qué
mismo modo en que justificamos nues- tenemos que hacer estas suposiciones.
tras creencias. Cuando el fundacionista Las filosofías morales antiguas no pensa-
epistémico busca una base sólida para el ban que había que justificar nuestras
conocimiento lo hace tratando de respon- prácticas morales y mucho menos que la
der al desafío escéptico o al trilema de mejor manera de hacerlo fuera encon-
Agripa (también llamado de Münchau- trando un fundamento. Del mismo modo
sen), que plantea que toda justificación que ocurrió en la epistemología, es sólo
en busca de un conocimiento cierto: (a) en la Modernidad que los filósofos pien-
tiene que justificar los medios de su justi- san que el conocimiento y nuestras prác-
ficación y, al hacerlo, tiene que justificar ticas morales tienen que justificarse y que
nuevamente los medios de esta justifica- hay que buscar un fundamento. En la
ción y así al infinito; es decir, se cae en un época antigua, tal vez los filósofos pensa-
regreso al infinito; (b) uno puede justifi- rían que la filosofía moral sistematizaba
car con un argumento circular, sacrifican- y simplificaba nuestras prácticas mora-
do su validez; y entonces se cae en un les, pero no que estas prácticas necesita-
círculo vicioso; finalmente, (c) uno pue- ban ninguna justificación (cf. Zagzebski,
de apelar a un principio autoevidente, por publicarse). Tal vez algunas prácticas
fundamental o de sentido común, pero al particulares necesitarían de justificación,
hacerlo se está abandonando la intención pero seguramente que no la moralidad en
de instaurar una justificación cierta. No su conjunto.
sé si en ética tendrá mucho sentido hablar Una posible respuesta a la pregunta
de regresos al infinito o de círculos vicio- de por qué en la Modernidad los filósofos
sos en lo que a teorías de la justificación piensan que el conjunto de nuestras prác-
moral se refiere; éstos podrían llegar a ticas morales necesita justificarse es que,
darse dentro de teorías específicas, pero igual que sucedió en la epistemología, los
no constituyen problemas generales para filósofos querían responder al desafío del
las teorías de la justificación moral. Sin escéptico moral (que se puede presentar
CUADRO 1
Fundacionismos éticos
Materiales Formales
dacionista no tiene sentido porque impli- un escéptico moral en ese sentido. Pero
ca este exilio moral, implica no tomar en no corramos y analicemos más deteni-
cuenta la moralidad realmente existente damente las variedades del antifundacio-
(la Sittlichkeit hegeliana). Aquí Hegel se nismo.
acerca a Quine, porque éste es precisa-
mente el sentido de la crítica de Hegel a 2. Variedades de antifundacionismo
la idea kantiana de la fundamentación de
la moralidad a partir de la razón. Charles Hay que tener cuidado de no caer en lo
Larmore captura bien el punto de Hegel que Pereda llama un vértigo simplifica-
cuando nos dice: «La razón práctica no dor y hablar de antifundacionismo en ge-
puede ser la fuente de la moralidad; por el neral. Así como hay una gran variedad de
contrario, la razón sólo adquiere la capa- teorías fundacionistas en ética, el caso no
cidad de argumentar moralmente en el es más simple en lo que se refiere al anti-
seno de una moralidad ya existente. No fundacionismo, a pesar de lo que en oca-
es elevándonos hasta un punto de vis- siones nos quiera hacer creer el fundacio-
ta absolutamente imparcial, sino úni- nista.
camente a través de la pertenencia a una Sin embargo, podríamos empezar
tradición moral, o a una diversidad de por un punto general para ir especifican-
traiciones y prácticas morales como po- do posteriormente. Como dije antes, creo
demos tomar conciencia de nuestra posi- que podemos identificar al antifundacio-
ción moral» (Larmore 1996, p. 51). Muy nismo con la figura del escéptico moral,
cercana es también la crítica de Hegel a la que no se tiene que pensar como idéntica
ficción metodológica del contractualis- a la del escéptico acerca del conocimien-
mo, que plantea individuos en abstracto, to, dado que ponen en cuestión cosas
fuera de todo contexto cultural, histórico muy diferentes. Las diferentes versiones
y de toda moral, que pueden a través de del escepticismo moral niegan o ponen
en duda el conocimiento moral, las
sus voluntades individuales, fundar rela-
creencias morales justificadas, las verda-
ciones morales y sociales en general. Los
des morales, cualquier idea de absoluto
comunitaristas se harán eco de esta línea
moral, de criterios generales, de univer-
de argumentación hegeliana en su crítica
salismo, los hechos o propiedades mora-
a la posición original rawlsiana, y los les o, en casos radicales, las razones para
neohegelianos, a la idea de situación ser morales. Aunque aquí hay que tener
ideal de diálogo de la ética del discurso cuidado: el antifundacionista es un es-
—a fin de cuentas, ambas formas de exi- céptico acerca de la posibilidad de funda-
lio moral—. mentar la ética sobre una base objetiva:
En estas críticas encontramos una es escéptico acerca de que verdades abso-
idea clave para entender la reacción al lutas o criterios precisos, fijos y genera-
fundacionismo: la moral no necesita fun- les fundamenten principios morales uni-
damentación. En todo caso, la moral se versales, que a su vez justifiquen juicios
justifica apelando a tradiciones, al con- y acciones morales particulares. El anti-
texto cultural, a las perspectivas y a las fundacionista duda que haya fundamen-
virtudes que ahí se dan. La moral no se tos para la moral: no hay apoyos firmes,
justifica apelando a criterios formales, justificaciones incorregibles o garantías
universales y abstractos; tampoco a ver- finales para ninguna justificación moral.
dades morales universales ni a una idea Ahora, digo que hay que tener cuidado
de naturaleza humana más allá de contex- porque no todo escepticismo moral es
tos particulares. El antifundacionista será una forma de antifundacionismo. Hay es-
implícita la idea de que no hay un modo podríamos decir que cada virtud establece
correcto de ver el mundo; como la verdad sus propios criterios de atribución y de
es relativa, no se puede apelar a ella evaluación. No es una teoría monista del
como criterio de corrección para evaluar bien porque no establece que haya un solo
las distintas perspectivas. Me parece que criterio de bienestar o de virtud para los
éste es el modo en que Nietzsche presen- seres humanos, hay una pluralidad de cri-
ta la idea básica del perspectivismo en La terios, tantos como virtudes haya. La equi-
genealogía de la moral (1972a, libro III, dad, la lealtad o la sinceridad establecen
§ 12). (El problema con cualquier teoría sus propios criterios para lo que cuenta
que relativiza la verdad es que termina como una acción equitativa, leal o sincera.
por minar sus propias pretensiones de Cada una de esas virtudes tiene sus pro-
verdad; aunque esto es más restringido en pias características distintivas y plantea
el caso de la moralidad.) 6 sus propios criterios de atribución. En su
Seguramente aquí podrían entrar versión más radical, la ética de la virtud
otras teorías que desconfían de la existen- desconfía de la apelación a criterios, y se
cia de criterios de verdad objetivos, de aúna al particularismo en su afirmación de
cualquier idea de verdades universales o que, más que criterios, el agente virtuoso
de la verdad en general, si es que hacen es un agente con criterio.
depender cualquier criterio objetivo de Las virtudes tampoco funcionan
justificación moral de la verdad. Así, tal como criterios fijos, precisos y generales;
vez podrían entrar aquí teorías como el pueden variar de época en época, de co-
construccionismo social (y por supuesto munidad en comunidad e incluso pueden
el deconstruccionismo) o algunas versio- llegar a ser relativas a los individuos (si la
nes de la hermenéutica en sus aplicacio- sinceridad o la paciencia son una virtud
nes a la ética, en tanto que son escépticas en ti, en mí pueden ser un defecto, un vi-
de que existan verdades morales univer- cio). Esto, claro está, conduce a una de
sales o criterios objetivos de justificación las objeciones más frecuentes que se le
moral que sirvan de fundamento a la mo- hacen a la ética de la virtud: su tenden-
ralidad; y en tanto que piensan que no cia al relativismo. El caso es claro en la
hay verdades ni significados fijos, sino ética de la virtud propuesta por Alasdair
que éstos siempre están sujetos a inter- MacIntyre, quien vincula el concepto de
pretaciones. virtud tan estrechamente al de prácticas
Por antifundacionismo formal Pereda sociales que ha sido frecuentemente criti-
entiende un pluralismo de criterios para cado por su tendencia al relativismo (cf.
juzgar (pluralismo de criterios no debe ser MacIntyre 1984, pp. 191 y 272 y ss.). Sin
confundido con pluralismo en general o embargo, la ética de la virtud se ha desa-
con teorías pluralistas de valores; una teo- rrollado en vertientes tan diferentes que
ría que proponga un criterio de fundamen- distintos teóricos de la virtud han reac-
tación moral bien puede ser una teoría plu- cionado tratando de vincular a la teoría
ralista de valores). En realidad, me parece con formas de realismo moral (por ejem-
que aquí las teorías formales están muy plo, en el caso de McDowell) o con for-
emparentadas con las teorías materiales y mas de naturalismo (como en los casos
son muy compatibles. Lo digo pensando de Philippa Foot, Rosalind Hursthouse o
en lo que creo que es el candidato más via- Martha Nussbaum). Este relativismo de
ble para este rubro: la ética de la virtud. la ética de la virtud es achacable también
Este tipo de ética nos propone un pluralis- al particularismo moral y, en ambos ca-
mo de criterios para juzgar; de hecho, bien sos, se debe a su escepticismo con res-
CUADRO 2
Antifundacionismos éticos
Materiales Formales
Nos movemos ahora hacia las coor- al relativismo cultural sería «tradiciona-
denadas absoluto/moderado. Pereda nos lismo». Según esta teoría, son las tradi-
advierte: «El antifundacionismo absoluto ciones morales las que justifican nuestras
es, inevitablemente, un relativismo y, en normas y prácticas morales.
cierto sentido, hasta una forma de escep- Sin embargo, el fundacionista suele
ticismo» (1994a, p. 306). Eso es cierto en oponerse a este tipo de fundamentación
el caso de la epistemología, pero no estoy en términos de tradiciones: éstas no nos
seguro de que sea exacto en el caso de la proveen de una fundamentación univer-
ética. Aquí quiero identificar el antifun- sal y no cuentan como una fuente racio-
dacionismo moderado con el relativismo nal de justificación o como algo que los
moral y el absoluto con el subjetivismo. mismos agentes se hayan dado a sí mis-
Afirmé antes que buscar el fundamento mos. Asimismo, el peligro que ve el fun-
de la moral no es sino buscar objetividad; dacionista en el relativismo y en el tradi-
si esto es así, entonces aquellas posicio- cionalismo es que despojarían de sentido
nes que niegan la posibilidad de una fun- cualquier crítica moral entre sociedades,
damentación objetiva y universal de la dado que no se podría apelar a criterios
moralidad contarían como antifundacio- transculturales que justificaran esos jui-
nistas. Pero esta negación admite grados. cios morales. La crítica a violaciones de
El relativismo cultural y moral constituye derechos humanos en sociedades que no
una forma moderada de antifundacionis- tienen una cultura de derechos humanos
mo porque, aunque no acepta criterios no tendrían una base objetiva, no estarían
universales y absolutos para la moral ni justificadas, sino que serían mera expre-
verdades morales universales que justifi- sión de los valores de una determinada
quen nuestros juicios, acciones y normas cultura o tradiciones. Por otro lado, cual-
morales, sí acepta que éstos se pueden quier idea de valores transhistóricos deja-
justificar a partir de los diversos códigos ría de tener sentido, de modo que también
morales de cada sociedad. Pero ninguno cualquier concepto de progreso moral ca-
de los diversos códigos morales tiene una recería de sentido, como, por ejemplo,
categoría especial. Lo que a fin de cuen- afirmar que la situación de las mujeres es
tas justifica la moral son las prácticas cul- mejor hoy de lo que lo era en la Edad Me-
turales, las tradiciones y los usos de cada dia. (De hecho, de otro modo, la apela-
sociedad. De hecho, otro modo de llamar ción a tradiciones morales como criterio
CUADRO 3
Antifundacionismos éticos
Moderados Absolutos
Me doy cuenta de que he pasado de- sino señalar por qué deben ser tomadas
masiado rápidamente por las teorías que como teorías antifundacionistas en ética.
he examinado, pero no ha sido mi inten- Paso finalmente a analizar la opción mul-
ción hacer un análisis detallado de ellas, tifundacionista que propone Pereda.
NOTAS
1 No sigo a Pereda en su uso del término «funda- ces de fundamentar la obligatoriedad moral de las
mentalismo», a pesar de que él afirma que este térmi- convenciones» (Apel 1985, p. 356). Racionalidad ins-
no retiene la imagen asociada con la palabra «funda- trumental, teleológica o estratégica son equivalentes
mento». En el contexto ético en que lo voy a usar, para Apel y se encuentran en oposición a la racionali-
«fundamentalismo» tiene una carga negativa: se le dad ética: la primera supone la perspectiva egocéntrica
identifica con corrientes antimodernas de distintas re- que es opuesta al principio moral de tratar a los otros
ligiones o se le relaciona con términos como «fanatis- como fines y no como medios.
mo», «extremismo» o «integrismo». Usaré, entonces, 5 Dejo de lado otro eje de clasificación de antifun-
«fundacionismo». dacionismos que emplea Pereda: el eje restringido/am-
2 Christine Korsgaard ha desarrollado el tema de
plio. Supongo que un antifundacionismo sería restrin-
los fundamentos de la moralidad de un modo diferente gido si se opone a la idea de que la fundamentación de
del que aquí presento, a partir de lo que ella llama «las la moralidad se dé postulando aquello que éste niega,
fuentes de la normatividad»: «Cuando buscamos un cuestionando tipos de justificación particulares; pero,
fundamento filosófico de la moralidad», nos dice, «no al cuestionar de este modo, se suele afirmar la posibi-
estamos simplemente tratando de encontrar una expli- lidad de otros tipos de fundamentación, lo cual haría
cación de las prácticas morales: también estamos pre- contar a esta teoría como fundacionista y no como an-
guntando qué justifica las exigencias de la moralidad. tifundacionista. Por lo tanto, desecho aquí la idea de
Llamo a esto “la pregunta normativa”» (2000, p. 22). fundacionismo restringido.
Korsgaard se pregunta de dónde proviene la autoridad 6 Nietzsche, por cierto, es un gran crítico de la
que tienen los conceptos morales sobre nosotros; ella
identifica cuatro posibles fuentes de normatividad, idea de fundamentación en ética. En Más allá del bien
mientras que yo identificaré seis. Creo que desarrollar y del mal nos dice: «Con una envarada seriedad que
el tema a partir de la idea de fundamentos puede con- hace reír, los filósofos en su totalidad han exigido de
ducirnos a una lista diferente, como espero que quede sí mismos, desde el momento en que se ocuparon de la
claro. moral como ciencia, algo mucho más elevado, más
3 El utilitarismo de Bentham y Mill tienen la mis- pretencioso, más solemne: han querido la fundamenta-
ma estructura argumentativa: dado que naturalmente ción de la moral —y todo filósofo ha creído hasta aho-
buscamos el placer y tratamos de evitar el dolor, la ra haber fundamentado la moral; la moral misma, sin
normatividad emana de estos hechos naturales. embargo, era considerada como “dada”. (...) Lo que
4 Adicionalmente, algunos han negado que una los filósofos llamaban “fundamentación de la moral”,
convención fáctica como el contrato hobbesiano pue- exigiéndose a sí mismos realizarla, era tan sólo, si se
da servir de fundamento a la moralidad. Tal es el caso lo mira a su verdadera luz, una forma docta de la can-
de Karl-Otto Apel, para quien el tipo de racionalidad dorosa creencia en la moral dominante, un nuevo me-
instrumental que subyace al contrato hobbesiano no dio de expresión de ésta, y, por lo tanto, una realidad
puede servir de fundamento a la moralidad: «En el de hecho dentro de una moralidad determinada, inclu-
caso de que se realicen convenciones fácticas... tales so, en última instancia, una especie de negación de
convenciones sólo pueden interpretarse en el sentido que fuera lícito concebir esa moral como problema
de la teoría hobbesiana del contrato: como manifesta- —y en todo caso lo contrario de un examen, análisis,
ciones racional-teleológicas de la prudencia de los in- cuestionamiento, vivisección precisamente de esa
dividuos. Como tales, no presuponen realmente ningu- creencia» (Nietzsche 1972b, § 188).
na norma moral fundamental intersubjetivamente váli- 7 Sigo aquí el ejemplo y el tratamiento del llamado
da; pero, en tanto que medidas tomadas por la «problema de la incompletud» de la ética de la virtud
prudencia estratégica, a mi juicio, tampoco son capa- que desarrolla Rachels 2007, pp. 286 y ss.