LA FUERZA DE DIVERGENCIA FUNDAMENTAL

Observemos la gráfica:
relación capital/ingreso en Europa 1870 - 2010

El gráfico nos muestra la evolución en Alemania, Francia y Reino Unido, del valor
de la riqueza privada (inmobiliaria, financiera, y empresarial, neta de deudas),
donde se observa un gran crecimiento a finales del siglo XIX, llamada la Bella
Época, también nos muestra la fuerte caída entre las épocas de la Primera y
Segunda Guerra Mundial. A partir de 1950 comienza la recuperación, un
incremento continuo de la riqueza privada.
Existe una desigualdad fundamental entre la tasa de rendimiento del capital (r) y
la tasa de crecimiento (g) donde el autor expresa la siguiente relación r > g;
cuando esto sucede y generalmente siempre sucedió, esto implica
mecánicamente que la riqueza originada en el pasado se recapitaliza más rápido
que el ritmo de la producción y de los ingresos.
Los patrimonios heredados crecen más rápido, y dominan a los patrimonios
heredados por toda la vida de trabajo, “mientras más rico se es, hay mayor
incremento del patrimonio” – Kuznets.
MARCO GEOGRÁFICO E HISTÓRICO
El autor sitúa su investigación en cada país como entre los países del siglo XVIII
un punto de vista desde 1700, también hará un análisis de las relaciones
capital/ingreso y capital/ trabajo, pero como dice el autor es complicado analizar
a los países pobres por falta de avance en los datos.
Se apoya principalmente en Reino Unido y Francia países que tienen una mayor
fuente histórica además son las más completas. Son dos potencias coloniales y
financieras del siglo XIX y principios del XX.
Es imposible no hablar de estos países ya que son un estudio fundamental de lo
que se llama la primera mundialización financiera y comercial de los años 1870
– 1914, periodo que tiene semejanza con la segunda mundialización de 1970 –
1980.
EL MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL
El autor habla de si mismo e indica que es de la generación que cumplió 18 años
en 1989 año del bicentenario de la revolución francesa, pero año también de la
caída del muro de Berlín. También indica que escuchó por la radio las caídas de
las dictaduras comunistas y que jamás sintió cariño por la Unión Soviética.
El autor no trata de denunciar las desigualdades sociales o los males del
capitalismo, sino que con esta obra y lo que le interesa es construir y determinar
los modos de organización social, las instituciones y las políticas públicas más
apropiadas que permitan a todos vivir en una sociedad justa.
Los economistas franceses están un poco más motivados que los de Estados
Unidos para intentar convencer a los historiadores y sociólogos acerca de los
procesos importantes de las ciencias sociales.
Finalmente, en la introducción nos dice que la Economía jamás debe ni debería
separarse de todas las ciencias sociales ya que deben desarrollarse en conjunto,
y seria un absurdo si se dividieran, su unión hará progresar a la sociedad.