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SÍNDROME PREMENSTRUAL

 DEFINICIÓN
Es un conjunto de síntomas de tipo emocional y físico muy frecuente en las adolescentes
que aparecen poco antes de la menstruación y desaparecen poco después del inicio de la
misma. Esta condición preocupa mucho a las adolescentes porque no conocen cuál es la
causa, y porque afecta su vida escolar, social y familiar. (Vereau, D. 2005)

Pérez (1999) y Llavina (2010) consideran que el Síndrome Premenstrual (SPM) es aquel
que engloba al conjunto de signos y síntomas (físicos, emocionales y conductuales),
molestos y repetitivos que se presentan una semana antes de la regla. Así mismo, López
(2004) menciona que estos síntomas podrían prolongarse y continuar durante la
menstruación, desapareciendo completamente después de ésta.

Las adolescentes están experimentando cambios en sus cuerpos, esto ya es confuso. Sin
contar los repentinos cambios de ánimo, dolores que nunca antes habían sentido, como el
dolor de mamas o de la menstruación. Tienen una mente de niña, atrapada en el cuerpo
de una mujer. Su familia ya no la reconoce, es como si, de un día para otro, se hubiesen
convertido en otra persona, más irritable, más sensible. Necesitan más que nunca del
apoyo de sus padres pero, sin embargo, rehúyen de ellos, y muchas veces se aíslan. Si
bien la familia de la adolescente que sufre de síndrome premenstrual no sabe lo que le
ocurre, ella tampoco lo sabe. Se da cuenta que reacciona impulsivamente, siente que no
tiene control sobre sí misma. Esto puede ser frustrante y agotador. Es un hecho que
muchas de las mujeres han sufrido el síndrome premenstrual desde la adolescencia, pero
no ha sido diagnosticado hasta la edad de 25 a 35 años.

 ESTADÍSTICAS

Los hallazgos epidemiológicos han estimado que el 75% de las mujeres en edad
reproductiva experimentan algún síntoma relacionado con la fase luteínica del ciclo
menstrual. Más de 100 síntomas físicos y psicológicos han sido reportados. Sin embargo,
3-8% de las mujeres en edad reproductiva refieren síntomas premenstruales como
irritabilidad, tensión, disforia y labilidad el humor que interfieren seriamente con su estilo
de vida y relaciones (Gaviria 2002). Según diversos estudios, 3 de cada 10 mujeres
presentan el síndrome premenstrual, que, por lo general, comienza de 7 a 10 días antes de
la regla, se intensifica de 2 a 3 antes y disminuye en las horas previas o durante el primer
día.

Es más frecuente entre los 15 y 30 años de edad, donde en un 20-40% los síntomas son
moderados y sólo en el 5-10% de los casos la severidad de los síntomas les impedirá
realizar su actividad.

 ETIOPATOGENIA

Llavina (2010) afirma que en la mayoría de las ocasiones, el síndrome premenstrual está
indicando que existe un desequilibrio hormonal relacionado con las hormonas ováricas
que acontecen tras la ovulación. Gaviria (2002) considera que los cambios en la relación
estrógenos progesterona, es decir el déficit de progesterona, el exceso de estrógenos, las
modificaciones en los niveles de los neurotransmisores (como la serotonina) y de las
endorfinas han sido implicados en la aparición de este síndrome.

Santisteban (1997), considera que el rol de los esteroides ováricos sobre los cambios
físicos y conductuales asociados con el SPM afecta la actividad neuronal cerebral; los
estrógenos y la progesterona actúan alterando la configuración eléctrica y química de las
neuronas del SNC, especialmente en el hipotálamo. Su mecanismo de acción
probablemente compromete una acción noradrenérgica y serotonérgica y modula diversos
neuropéptidos, tales como opiodes, oxitocina, vasopresina. Todas estas sustancias son
conocidos reguladores de la memoria, emociones, conducta y coordinación de
movimientos.

También es verdad que el estrés, factores psicológicos y socioculturales pueden estar


implicados en la aparición y severidad de los síntomas. Siempre hay que tener en cuenta
la influencia que ejerce la psique sobre el cuerpo, y el SPM no es una excepción. (López
2004).

Por otra parte la herencia puede jugar un papel importante en la aparición del SPM. Se
conoce que el 70% de las hijas de madres con Síndrome Premenstrual también padecen,
mientras que sólo lo padecen el 37% de las mujeres con madres sin Síndrome
Premenstrual, existiendo además concordancia en más de 90% de gemelos monocigóticos
(Xón 2012).

López (2004) considera que la nutrición también es un factor para la presencia del SPM,
como deficiencia de piridoxina (vitamina 86), vitamina E, hipoglucemia y
concentraciones bajas de calcio o magnesio.

En realidad no lo sabemos, existen muchas hipótesis para explicarlo pero ninguna de ellas
es satisfactoria. Puede que haya una causa única, el aspecto psicológico, ya que la psique
influye sobre el cuerpo, claro que también tenemos que tener en cuenta los cambios
hormonales que acontecen tras la ovulación, como el exceso de estrógeno y el déficit de
progesterona, aumento de prostaglandinas y ritmo circadiano, que a su vez desencadenan
una gama de síntomas afectivos.

 CUADRO CLÍNICO

Llavina (2010) menciona que los síntomas se producen de siete a diez días antes del
sangrado menstrual y suelen desaparecer cuando comienza el período. Los síntomas
varían de una mujer a otra sobre todo en intensidad, aunque los más frecuentes son:

Síntomas emocionales

o Llanto fácil: Llorar con facilidad ante una mínima situación.


o Depresión: Estado emocional anormal caracterizado por un excesivo sentimiento
de tristeza, melancolía, desánimo, demérito, vacío y desesperanza, en grado
inapropiado y desproporcionado respecto a la realidad (Mosby, 2000).
o Sentimiento de tristeza.
o Melancolía: Tristeza extrema. El principal trastorno afectivo depresivo (Mosby,
2000).
o Desánimo: Falta de ánimo para realizar las actividades.
o Desesperanza: Estado en el que un individuo se ve limitado o no ve alternativa o
elección personal posible y es incapaz de movilizar energía a su favor (Mosby,
2000).
o Pesimista: Inclinación a esperar los peores resultados posibles de una acción o
situación, o a resaltar las condiciones desfavorables, incluso cuando es razonable
esperar progresos o ganancias (Mosby, 2000).
o Impaciencia: sensación de que las cosas que espera o desea tardan demasiado.
o Irritabilidad: Estado caracterizado por excitabilidad o sensibilidad anormales
(Mosby, 2000).
o Agresividad: Tendencia a actuar con violencia.

Síntomas conductuales
o Insomnio: Incapacidad crónica para dormir o permanecer dormido durante la
noche; el acto de despertarse, de no dormirse (Mosby, 2000).
o Mayor número de siestas: Dormir mayor número de veces durante el día.
o Olvidos: Bloqueo temporal de la memoria en el cual algún hecho del pasado
reciente o remoto es olvidado pero se recuerda posteriormente (Mosby, 2000).
o Disminución de la atención: Disminución de las funciones cognitivas, consistente
en que la actividad mental se mantiene centrada sobre un aspecto, objeto o una
actividad específica.

Síntomas físicos
o Aumento de peso
o Edema: Acumulación anormal de líquido en el espacio intersticial de los tejidos
(Mosby, 2000).
o Acné: Erupción cutánea inflamatoria papulopustulosa que se produce
generalmente en la proximidad de las glándulas sebáceas de la cara, el cuello, los
hombros y la porción superior de la espalda (Mosby, 2000).
o Aftas: Ulceraciones superficiales, dolorosas, que suelen afectar a la mucosa oral
(Mosby, 2000).
o Mastalgia: Dolor de la mama producido por la congestión o "induración" que
aparece durante la lactancia, una infección, enfermedad fibroquística,
especialmente durante o antes de la menstruación (Mosby, 2000).
o Sensibilidad mamaria: Capacidad para percibir sensaciones e impresiones, a nivel
mamario (Mosby, 2000).
o Mareos: Estado de encontrarse inestable, desmayado, desvariando o con algo de
vértigo (Mosby, 2000).
o Sofocos: Los sofocos de calor se producen por las alteraciones vasomotoras
mediadas por el sistema nervioso autónomo que acompañan a los cambios de la
actividad neurohormonal de los ovarios, del hipotálamo y de la hipófisis (Mosby,
2000).
o Cefalea: Dolor de cabeza de cualquier causa. Algunos tipos de cefalea son: cefalea
funcional, cefalea migrañosa, cefalea orgánica, cefalea sinusal y cefalea tensional.
(Mosby, 2000).

 FACTORES DE RIESGO
Los factores de riesgo para desarrollar el SPM son:
o Historia previa de trastornos afectivos.- las mujeres con un desorden del humor
subyacente reportan magnificación de los síntomas o aparición de nuevos
síntomas en la fase premenstrual (Gaviria, 2002).
o Antecedente de SPM en familiares.-mujeres que provienen de familias que
presentaron SPM y otros desórdenes psiquiátricos, tienen mayor riesgo de
presentare esta afección (Gaviria, 2002).

 DIAGNÓSTICO
Según Amir (2006) los síntomas están relacionados temporalmente con el ciclo
menstrual, comienzan en la última semana de la fase lútea y remiten después del inicio
de la menstruación. El diagnóstico requiere, por lo menos, cinco de los siguientes
síntomas, y uno de ellos debe estar entre los primeros cuatro mencionados:
o Inestabilidad emocional: episodios de tristeza, llanto, irritabilidad o enojos
repentinos.
o Ira o irritabilidad persistente y notoria.
o Ansiedad o tensión.
o Estado de ánimo deprimido, desesperación.
o Pérdida de interés en las actividades habituales.
o Sensación de fatiga o pronunciada falta de energía.
o Sensación subjetiva de dificultad para concentrarse.
o Cambios de apetito, ingestión de cantidades excesivas de alimentos o ansia de
comer.
o Hipersomnia o insomnio.
o Sensación de estar abrumada o fuera de control.
o Síntomas físicos: tensión mamaria, cefalea, edema, dolor articular o muscular y
aumento de peso.

Otros desórdenes físicos y mentales deben ser excluidos, lo que conlleva a obtener una
cuidadosa historia clínica. El examen clínico debe enfatizar el examen pélvico, y los
estudios serológicos deben descartar desórdenes tales como anemia, diabetes mellitus,
enfermedades tiroideas, endometriosis y enfermedad fibroquística de la mama
(Santisteban, 1997).

 TRATAMIENTO
La gravedad de los síntomas que experimenta la paciente y su respuesta a las modalidades
particulares deben guiar la elección de los tratamientos y el ritmo de su introducción. Los
casos leves pueden ser tratados con el estilo de vida y las opciones no farmacológicas, los
casos más graves se merecen una intervención inmediata y agresiva.

Terapia no farmacológica

Si los síntomas son leves a moderados, puede tomar algunas medidas en el estilo de vida
para aliviarlos. Los cambios en el estilo de vida también pueden ser útiles para las mujeres
con casos más graves del Síndrome Premenstrual. En muchos casos los ejercicios
aeróbicos producen alivio de los síntomas. Las terapias de relajación, los ejercicios de
respiración, meditación, yoga, masajes terapéuticos y acupuntura son útiles para el
manejo de éstos. El hecho de dormir suficiente y realizar cambios en la dieta, también
puede ayudar a aliviar los síntomas del Síndrome Premenstrual. El uso de complementos
vitamínicos y minerales, incluyendo vitamina D, vitamina E, vitamina B-6, calcio y
magnesio puede ser favorable. Una dieta rica en triptófano, un precursor de la serotonina,
también puede ser de beneficio para los casos leves del Síndrome Premenstrual. Las dietas
con abundantes carbohidratos complejos pueden reducir los síntomas del estado de
ánimo. Se debe disminuir el consumo de grasas, sal y azúcar, al igual que la cafeína y el
alcohol.
Terapia farmacológica

Para el manejo de los síntomas somáticos, el uso del diurético de espironolactona en dosis
de 100 mg al día, administrados en la fase lútea es efectiva para reducir la distensión
abdominal, edemas, molestias en los senos, y el estado de ánimo; la administración de 2,5
mg de bromocriptina al día ha sido promovido como un tratamiento para la sensibilidad
de los senos. Los antiinflamatorios no esteroideos (AINES) pueden ser un tratamiento
efectivo para la dismenorrea. La utilización de fármacos psicotrópicos es aceptada en el
manejo de los síntomas del síndrome premenstrual. Los metaanálisis de ensayos
controlados con placebo han encontrado que los inhibidores selectivos de la recaptura de
serotonina (ISRS) o los inhibidores de la recaptura de serotonina y la noradrenalina
(IRSN) son eficaces en la reducción de los síntomas del estado de ánimo y físico, cuando
son utilizados continuamente o 14 días antes de la menstruación.

Algunos ansiolíticos como alprazolam o buspirona, han demostrado en estudios


controlados ser superiores comparados con placebo, pero menos efectivos que los ISRS.
Las pacientes con síndrome premenstrual que no responden adecuadamente a la
modificación de estilo de vida, uso de anticonceptivos orales y la terapia con ISRS o
pueden ser tratados con agonistas análogos de Hormona liberadora de gonadotropina
(GnRH) por ejemplo, leuprolide, nafarelina o goserelina. Varios ensayos controlados
aleatorios han demostrado que agonistas análogos de hormona liberadora de
gonadotropina (GnRH) son efectivos para aliviar los síntomas.

 MEDIDAS PREVENTIVAS

o Una dieta equilibrada, variada, rica en vegetales (fruta, hortalizas, verduras,


cereales integrales, legumbres) y pobre en grasa saturada (de origen animal), así
como comer pequeñas cantidades con intervalos más cortos de tiempo (de 4 a 5
comidas diarias) disminuye la incidencia de los síntomas premenstruales.
o Es importante asegurar el aporte suficiente de vitamina B6, vitamina E, magnesio,
calcio y ácidos grasos esenciales.
o También es importante disminuir el consumo de azúcares, evitar el consumo de
tabaco, el de alcohol y reducir el de cafeína y otras bebidas estimulantes (café, té,
chocolate, bebidas de cola). Asimismo, disminuir el consumo de sal, ya que su
consumo excesivo puede producir retención de líquidos en los tejidos, lo que
agrava el síndrome premenstrual.
o Tratar de evitar las situaciones de estrés en los días previos a la menstruación.
Para ello es muy útil practicar algún método de relajación, yoga, meditación o
ejercicios de respiración y practicarlos siempre que sea necesario.
o Realizar ejercicio físico suave y regularmente en los días previos a la regla, ayuda
a suavizar los síntomas.

 DIAGNÓSTICOS DE ENFERMERÍA

o Dolor en las mamas R/C agentes leves físicos E/P expresión facial de dolor
o Insomnio R/C ansiedad, depresión, cambios hormonales E/P expresa dificultad
para conciliar el sueño
o Ansiedad R/C crisis situacional (síndrome premenstrual) E/P nauseas,
irritabilidad, nerviosismo
o Riesgo de estreñimiento S/A síndrome premenstrual R/C depresión, estrés
emocional
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Gaviria S. (2002) Síndrome premenstrual y desorden disfórico premenstrual.15


pp.

Lopez M. (2004, diciembre) Tratamiento Fitoterapéutico. Síndrome premenstrual.


Vol 23. España.

Llavina, N. (6 de septiembre de 201 O) Controlar el estrés alivia el síndrome


premenstrua/.Fundación EroskiConsumer. Consultado el 24 de agosto de 2012,
de: http://www.saludalia.com/Saludalia/servlets/asisa/parseador/ps.jsp?x=doc
_síndrome _premenstrual.

Perez, A. (1999) Ginecología. 3° ed. Santiago, Chile. Mediterráneo. 631 pp.

Santisteban, J. (1997) Síndrome premenstrual. Boletín de la Sociedad Peruana de


Medicina Interna. Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Hospital Nacional
"Edgardo RebagliatiMartins" - IPSS - Lima, Perú.

Xón, G. (2012) Influencia del Síndrome Premenstrual en la Relación de Pareja.


Universidad Rafael Landivar. Quetzaltenango, Guatemala. 85 pp.

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