BIOSEGURIDAD
INTRODUCCIÓN:
CONCEPTOS EPIDEMIOLOGICOS:
No obstante, este virus, principalmente el de tipo B, sigue constituyendo un riesgo grave para
la salud del profesional, principalmente por su alta capacidad infectiva, puesto que solo es
necesario un mililitro de sangre de un enfermo crónico, diluido 100 millones de veces para
conservar todavía su poder infeccioso, por lo que se calcula que un pinchazo accidental con
una aguja utilizada en un paciente trae como consecuencia entre 17% y 30% de posibilidades
(5,12)
de quedar infectado dependiente si el paciente fuera HBeAg (+) o HbeAg (-) . Se han
reportado brotes graves en el Reino Unido, Bulgaria y Dinamarca por contacto profesional
con este virus(13). Se ha definido que existe cierta proporcionalidad entre el nivel de antígeno
superficial de hepatitis B (HbsAG) en el suero y el poder infeccioso del huésped. Debe
considerarse que el potencial infectivo de este virus puede conservarse en otros fluidos
corporales distintos a la sangre, ya que se ha vinculado la transmisión profesional de esta
enfermedad por entrar en contacto con saliva, sudor o lágrimas, lo que antes no se había
considerado (14,15,16).
En el caso de la Hepatitis C, el riesgo de adquirirla es ampliamente menor con relación a la B,
principalmente porque la vía de transmisión clásica de este tipo de virus es la transfusión
sanguínea y son pocos los casos que han reportado otra vía, de hecho, el riesgo de
transmisión de HCV por accidente es del 4 – 10%, dependiendo si el seguimiento del
personal se realiza con medición de anticuerpos (ELISA) o por detección del virus circulante
a través de reacción en cadena de polimerasa (PCR). Pero el problema radica en que el 50%
de los casos evolucionan a la cronicidad por lo que pueden transformarse en cirrosis o
hepatocarcinoma, y esto obliga a preocuparse por prevenir los contactos aún cuando no
existen medidas establecidas para su manejo (5,17,18,19).
Síndrome de Inmunodeficiencia Humana: Desde la descripción de este síndrome en 1981 se
ha reportado un alza alarmante en la aparición de nuevos casos a nivel mundial. Sin embargo,
la transmisión parenteral de VIH a personal médico y paramédico ha recibido considerable
interés, principalmente por la seroconversión que ha sido documentada a través de la
exposición mucocutánea con sangre contaminada en procedimientos invasivos. El primer
caso documentado en este sentido es el de una enfermera británica en 1985. Con el correr del
tiempo se han incrementado en forma significativa estos casos, y destaca el de un profesional
de salud uruguayo que en 1996 sufrió un accidente con una aguja contaminada, y a pesar de
recibir la profilaxis, según los esquemas que se mencionarán adelante, presentó
5
seroconversión a los tres meses. En todo el mundo, desde 1981, se han reportado 88 casos por
accidentes laborales. En Guatemala, no se han documentado casos por transmisión
profesional. Para junio de 1,999 Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos había
reportado que 191 trabajadores estadounidenses estaban infectados al haberlo adquirido
ocupacionalmente; de estos 191 casos, 55 conocían la fuente directa a la que estuvieron
expuestos; 47 habían sido infectados por exposición percutánea y 5 por contacto con mucosas
de fluidos infectados. El resto no conocía la fuente de la infección(5,20).
La infectividad del virus depende principalmente de dos factores: el primero es la cantidad de
volumen transfundido, y la segunda, la concentración y viabilidad del virus en el fluido. De
esta cuenta hasta el momento no se han reportado accidentes en episodios vinculados a saliva,
lágrimas, orina y sudor; pero si son de alto riesgo el semen, las secreciones cérvico-vaginales
y la sangre, aunque la concentración del virus en el plasma es diez veces menor que en las
células mononucleares. Se reportan valores probables de transmisión del virus por
inoculación mucocutánea (léase lesión o pinchazo con instrumental contaminado) que van de
0.005 a 0.30% aun cuando se conoce la existencia de VIH 2, de menor virulencia que VIH 1.
Otros estudios han demostrado que el riesgo de infección varía entre 1 en 250 a 1 en 400
exposiciones percutáneas, aunque el riesgo es menor después de cortes con agujas sólidas o
bisturí en comparación con las agujas acanaladas, lo que se relaciona directamente con la
cantidad de sangre inoculada(9,21,22,23). La utilización de guantes en el momento del accidente
constituye una disminución en los porcentajes de seroconversión del afectado según se ha
comprobado(8).
Otras Enfermedades Transmisibles: Tanto el cirujano como el personal que labora en apoyo
del mismo deben tomar en cuenta que no únicamente el SIDA, la tuberculosis o la hepatitis
pueden constituir un riesgo significante para su salud, también hay otro tipo de enfermedades
que, si bien su capacidad infectiva es menor que la de las enfermedades ya mencionadas, sí
pueden ocasionar daños considerables en la salud del profesional. De tal forma que se tienen
que tomar en cuenta enfermedades virales como la Rubéola o la infección por
Citomegalovirus, principalmente cuando exista riesgo de exposición de mujeres embarazadas,
pues se ha comprobado la alta incidencia de anormalidades congénitas relacionadas con estas
enfermedades. Otro virus de contagio frecuente es el herpes virus, principalmente al entrar en
contacto con lesiones en la superficie de la piel de los pacientes al movilizarlos antes o
6
Toda medida preventiva debe estar enmarcada dentro de los principios que fundamentan
la bioseguridad en todo nivel, éstos pueden resumirse en tres postulados:
*Universalidad: Se debe involucrar al personal y pacientes de todos los servicios, aún sin
conocer su serología; debiendo seguir todas las recomendaciones estándares para prevenir
exposición a riesgos.
*Barreras: Comprende el concepto de evitar la exposición directa a sangre u otros fluidos en
potencia contaminantes u otras substancias nocivas, mediante la utilización de medidas o
materiales que se interpongan al contacto de los mismos.
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partir del piso. Deben establecerse piletas distintas para el lavado de manos y el lavado
del instrumental, con dispensadores adecuados de jabón antiséptico. El mobiliario y
equipo, de preferencia, contarán con mesadas colgantes para su depósito que deberá
reponerse o recambiarse posterior a cada cirugía. En condiciones ideales se debe mantener
un área específica para el almacenaje temporal de ropa o equipo contaminado. Los cestos
o bolsas para residuos deben ser de color rojo de 60 micrones de espesor, cerradas con
doble nudo. Todos los antisépticos se mantendrán almacenados en envase hermético
dentro de la sala (27).
B) Circulación: La circulación entre quirófanos y el resto del hospital se deberá delimitar
adecuadamente. Así, la circulación interna se clasificará por tres áreas: libre,
semirrestringida y restringida. La primera será exclusiva para baños, vestuarios, ingreso
de pacientes, equipo y sala de recuperación. La semirrestringida se destinará para la
inducción anestésica, el estar del personal, el lavado quirúrgico y el almacenamiento de
vestido y equipo. Por último, el área restringida se refiere al interior de los quirófanos,
donde las condiciones asépticas deben ser óptimas(2,27).
C) Humedad y Temperatura: Debe mantenerse una temperatura estable entre los 20 y 24
grados centígrados, mientras la humedad de los quirófanos estará en el rango del 30 al
60%. Es importante que la temperatura corporal del paciente se mantenga en niveles por
encima de los 34.7° C +/- 6° C, para evitar la recurrencia de infecciones post-operatorias.
En cuanto a la ventilación, debe conservarse esta con presión positiva en relación a los
corredores y áreas adyacentes, efectuándose un mínimo de 15 recambios de aire por hora,
aunque se describen valores que van de 16 a 20 recambios, o bien de 20 a 25 por hora. El
aire debe ingresar en la parte alta del quirófano y tener una salida en el nivel inferior del
mismo. No se recomienda la utilización de flujo laminar, pues no se ha notado beneficio
significante en la utilización del mismo (26,27).
Otro detalle importante es limitar al mínimo el número de personas que ingresa a SOP, ya
que el nivel microbiano en el quirófano es proporcional al número de personas que
circulan en el mismo, pues se ha demostrado la presencia de estreptococos beta
hemolíticos y estafilococos aureus en niveles elevados cuando interviene demasiado
personal en los procedimientos. La utilización de filtros de aire es muy útil en cuanto a la
ventilación del área (2,26,27,31).
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anafilácticas producidas por el contacto con látex pueden ser letales, y por ello es
importante considerar otras alternativas en cuanto a la utilización de guantes en personas
sensibles a este material (personal quirúrgico y pacientes), así se ha recomendado el uso
de guantes de látex sintético, que no contienen proteína vegetal que es el principal
alérgeno reconocido, o bien se recomienda no utilizar talco previo al acto quirúrgico para
evitar la aerolización de la proteína; otras medidas incluyen la medición de los niveles de
alergenos en guantes y otros productos a base de látex previo a su
comercialización(34,35,36,37).
Diversos estudios realizados principalmente en Estados Unidos han concluido en que la
utilización de doble guante disminuye considerablemente el riesgo de contacto del
cirujano con material contaminado, aún cuando esta técnica disminuya la sensibilidad y
habilidad del médico(38,39) .
Los gorros deben ser parte importante en la vestimenta del personal, ya que actúan como
barrera impidiendo que células descamadas del cuero cabelludo o bien cabello
desprendido del mismo transporten bacterias residentes a las superficies del campo
(27)
operatorio . Mientras tanto, los lentes impiden el paso de fluidos procedentes del
paciente hacia los ojos del personal, por lo que el uso de lentes junto a la utilización de la
mascarilla aumenta la seguridad del cirujano, sobre todo, en situaciones en dónde la
utilización de instrumental de mecanismo rotatorio favorece la contaminación por
aerosoles y microgotas (40). Además protege a la inversa, es decir, evita el paso de saliva,
lagrimas o sudor del cirujano al paciente.
Por último los zapatos deben ser cómodos, con suela blanda, pero gruesa, que impida que
un aguja accidentalmente tirada en el suelo la atraviese y pinche la superficie de la planta
del pie(26,27) .
E) Lavado de manos del personal quirúrgico y preparación de la piel del paciente:
Idealmente el lavado de manos debería hacerse antes y después de cualquier
procedimiento invasivo. Específicamente en el área quirúrgica deberá realizarse en un
área específica para tal efecto y por lo general deberá durar no menos de cinco minutos ,
aunque el tiempo ideal del lavado quirúrgico es desconocido, y estudios recientes han
demostrado que de 2 a 5 minutos es eficiente para reducir el conteo bacteriano de las
manos. La técnica incluye abarcar hasta los codos, con las manos hacia arriba para que el
14
agua de deslice de arriba para abajo y con la ayuda de un antiséptico adecuado (amplio
espectro, rápida acción y con efecto residual que persista) como por ejemplo
iodopovidona o gluconato de clorhexidina al 4%. Después del primer lavado y entre
procedimientos bastará un tiempo entre aproximadamente 3 a 5 minutos de relavado en
las mismas condiciones. El uso de talcos posterior al lavado es controversial, ya que este
no es esterilizado y en el caso de existir fisuras en el guante pueden contaminar el campo
quirúrgico(27).
En cuanto a la preparación del paciente, se recomienda que sea bañado antes del
procedimiento con un antiséptico de elección, haciendo énfasis en los pliegues, como
ingle, axila y ombligo. Así al estar ya en el quirófano, se volverá a limpiar el área
operatoria, para lo cual se empleará jabón que se enjuagará para proceder a la aplicación
del antiséptico en círculos concéntricos que evitarán la recontaminación. Este antiséptico
por lo general es alcohol, clorhexidina o iodopovidona; que luego se remueve con
frotación y secado de la piel. Se pueden utilizar otras técnicas como el uso de cobertores
adhesivos impregnados con antisépticos o utilizando el pintado tradicional de la piel, sin
encontrar diferencias en la eficiencia de ellas(27) .
F) Instrumental Quirúrgico y Superficies del Medio ambiente, Manejo y esterilización: La
adecuada limpieza del instrumental, equipo y superficies es uno de los aspectos más
importantes del control de infecciones. Es de vital importancia recordar la diferencia
existente entre los terminos “esterilizar” y “desinfectar”, puesto que el primero se refiere a
un proceso que busca la muerte bacteriana incluida la eliminación de esporas resistentes,
mientras la desinfección es un proceso menos letal que elimina organismos patógenos,
pero no esporas. Existen métodos de esterilización físicos y químicos, cada uno con
resultados diferentes al momento de su aplicación, pero ambos con una buena aceptación.
Los más utilizados son el calor seco, calor húmedo o bien el óxido de etileno. La idea que
se persigue es lograr que todo el instrumental a utilizar en cada cirugía se mantenga en
condiciones de esterilidad de alto nivel(41) .
El material quirúrgico contaminado debe someterse inicialmente a un proceso de lavado y
enjuagado para después someterse a esterilización minuciosa mediante cualquiera de los
métodos mencionados, debiendo empaquetarse para su reutilización en otra cirugía(41,42) .
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Las superficies del área quirúrgica, léase pisos, techos, mesas, etc., deben ser limpiadas
con antisépticos acordes a la situación, debiendo repetirse la limpieza al menos una vez
por semana, salvo los casos en los que la contaminación sea extrema como por ejemplo un
derrame de líquidos corporales, en el cuál se recomienda colocar material absorbente por
encima del derrame para luego aplicar cloro, yodo o fenol sintético en el área del mismo y
limpiar de nuevo pasados 10 minutos. En cuanto a la limpieza en general de toda
superficie, se recomienda utilizar la técnica spray-trapo-spray entre procedimiento y
procedimiento. En el caso de las cirugías contaminadas o sucias, no se debe cerrar el
quirófano sino, mas bien limpiarlo de la forma tradicional previo al inicio del
procedimiento siguiente(41,42) .
G) Técnica Quirúrgica: Los cirujanos deberán evitar en la medida de lo posible la
hemorragia excesiva, manejarán los tejidos con delicadeza, erradicarán espacios muertos,
colocarán drenajes apropiados y reducirán la duración de la cirugía al máximo para
eliminar riesgos de contacto o transmisión de noxas entre profesional a paciente o
viceversa(27) .
H) Personal de Anestesia: Al igual que el cirujano, deberá adherirse a las medidas
fundamentales de bioseguridad para evitar a toda costa la infección como consecuencia
del contacto con el paciente(26,27) .
3. Medio de eliminación de materiales contaminados:
El material cortopunzante, (agujas, bisturí o instrumentos puntiagudos) se depositará
después de su utilización en envases rígidos y resistentes, que al alcanzar tres cuartas
partes de su capacidad, se obturará y se procederá a su eliminación. No se recomienda
reencapuchar las agujas, ni doblarlas ni romperlas. Los descartadores deben marcarse con
un determinado color, amarillo o rojo con una inscripción que advierta que deben
manipularse con cuidado. Los residuos comunes que no generen riesgo biológico se
colocarán en bolsas color negro y se descartarán en forma separada a los residuos que
generen riesgo biológico. Las bolsas deberán manipularse con guante y no serán
arrastradas; así como no deberán acumularse en áreas de circulación y trabajo. El
tratamiento final de los desechos deberá hacerse según lo establecido en las disposiciones
relacionadas con residuos hospitalarios, es decir, incineración directa o posterior a su
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determinar una infección activa de Tuberculosis en un individuo que ha tenido contacto estrecho
con un paciente y que además presenta signos clínicos como tos crónica, anorexia y perdida de
peso. Se pueden utilizar una determinación de antígenos de TB en sangre para confirmar el
diagnóstico aunque no se ha comprobado la eficacia de esta medición. Una vez confirmado el
diagnóstico debe iniciarse el tratamiento específico con cuatro drogas (Rifampicina, INH,
Etambutol, Pirazinamida) aunque existen otros esquemas que utilizan solo dos o tres drogas. No
es indispensable, aunque si importante realizar un cultivo de secreciones para micobacteria para
determinar la sensibilidad o tipo de la misma (micobacterias atípicas). El tratamiento deberá
abarcar como mínimo seis meses, dependiendo del esquema que se utilice. El personal de salud
infectado y bajo tratamiento puede continuar con sus actividades laborales siempre y cuando
cumpla con las medidas de barrera necesaria que impidan el contacto de sus secreciones con los
pacientes o con colegas, aunque se menciona que 48 horas después de iniciado el tratamiento los
niveles de micobacterias en secreciones (principalmente esputo) disminuyen a niveles no
contaminantes. En áreas no endémicas se piensa que una prueba de tuberculina positiva en el
personal expuesto a fuentes de contaminación es indicativo para iniciar tratamiento profiláctico
con INH aunque no se han estudiado a largo plazo los resultados de esta medida. Como regla
general se considera que todo paciente hospitalizado con diagnóstico de TB, debe de permanecer
en una sala de aislamiento, que idealmente debe poseer ventilación con presión negativa para
evitar la salida de flujo aéreo de adentro para afuera y así garantizar la seguridad del personal y
demás pacientes hospitalizados.(9,10,11).
Hepatitis B: Se ha determinado la proporcionalidad que existe entre el nivel de antígeno
superficial de Hepatitis B (HbsAG) en el suero y el poder infeccioso del huésped; por esto mismo
el manejo que se le debe dar a aquel individuo que haya tenido exposición laboral
(principalmente por punciones accidentales) a fluidos corporales de un enfermo esta muy
relacionado a dicha proporción. El esquema terapéutico y seguimiento serológico del personal
expuesto a HBV y HCV se describe en los Cuadros No. 2 y 3(5,12,13).
VIH: Cuando ha ocurrido un accidente laboral con un paciente con serología positiva para VIH,
es necesario brindar facilidades necesarias al afectado para que cuente con quimioprofilaxis
adecuada, para lo cuál se recomienda la administración de Zidovudina (AZT), que asociada a
otros inhibidores de la transcriptasa inversa como la Lamivudina o medicamentos inhibidores de
las proteasas como el saquinavir e indinavir, pueden brindar beneficios en cuanto a la prevención
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CONCLUSION:
No se debe pasar por alto que el establecimiento de normas de bioseguridad tiene como
principal objetivo la reducción de riesgos ocupacionales en todo nivel, por lo que deben seguirse
a conciencia. Principalmente en el área quirúrgica dónde existe un contacto muchas veces íntimo
en la relación profesional-paciente, que puede desembocar en la transmisión de enfermedades que
muchas veces pueden ser fatales para cualquiera de los afectados.
Como se mencionó al inicio, el término “bioseguridad” ha evolucionado y actualmente va
mas allá de la simple prevención de enfermedades infecciosas, y busca reducir al máximo riesgos
de tipo físico, químico o ambiental, protegiendo a los trabajadores de los mismos y buscando el
bienestar absoluto en lo posible. Es por esto que en todo profesional de la salud deben respetarse
todas las medidas de barrera implementadas, se debe capacitar al personal quirúrgico y supervisar
en forma constante; así mismo es importante proporcionar la atención necesaria en los casos en
que los accidentes se presenten. Para este propósito, se debe contar con apoyo gubernamental que
permita hacer frente en forma adecuada a cualquier situación de crisis que se produzca. Nunca
debe olvidarse que "está seguro aquel que aún sabiéndose proteger, toma sus precauciones".
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CUADRO No. 1
Categorías de exposición del profesional a riesgos laborales.
CUADRO No. 2
Recomendaciones de monitoreo serológico en personal de salud expuesto a accidentes
laborales con pacientes con VIH, HBV,HCV.
Estatus infeccioso Test Serológico Test Serológico Test Serológico Test Serológico a
del paciente con post-exposición A las 6 semanas A las 12 semanas los 6 meses
quien se tuvo
contacto
VIH Positivo ELISA anti-VIH * ELISA Anti-VIH ELISA Anti-VIH ELISA Anti-VIH
CUADRO No. 3
Manejo del profesional de la salud expuesto a secreciones de una paciente con Hepatitis B.
Personal Expuesto
*Si Anti HBsAG (+) > 10 UI, no recibirá manejo *Si HbsAG positivo, administrar
gammaglobulina intravenosa
*Si AntiHbsAG (–)o < 10 UI, manejo como no vacunado
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ESQUEMA No.1
Protocolo de manejo del personal de salud expuesto a secreciones de un paciente VIH positivo o
con serología desconocida.
Paso 1: Determinar Código de Exposición (CE)
Exposición con sangre, fluidos corporales u otro material potencialmente infeccioso, o bien
instrumentos contaminados con alguna de estas substancias
Si No
CE 1 CE 2 CE 2 CE 3
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Profilaxis No Necesaria
*La fuente es considerada negativa para VIH si existe evidencia documentada por laboratorio de
anticuerpos negativos para VIH, por medio de PCR (Reacción en cadena de polimerasa) o bien
por antígeno p24 de una muestra recolectada recientemente en relación al momento de la
exposición. Además no debe existir evidencia clínica (signos y síntomas) de infección por
retrovirus reciente.
**La fuente es considerada infectada con VIH (VIH positiva) si ha sido documentada la
presencia de anticuerpos VIH en la sangre mediante un test de laboratorio, que puede ser PCR, o
por antígeno p24, además de clínica que oriente a confirmar el diagnóstico.
***El conteo de CD4 circulantes se ha utilizado como un indicador indirecto de la titulación de
VIH en sangre con el fin de estadificar el tipo de tratamiento que debe recibir el afectado.
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