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JUAN BOSCH

UTOPÍAS INCONCLUSAS

JORGE SANTANA CASTILLO. M.A.


Santo Domingo, 2016
Esta es una publicación de la
Jorge Santana Castillo. M.A. v

índice

Presentación.............................................................................. Ix

Prólogo................................................................................... Xxv

Introducción.......................................................................... Xxxi

Razones Metodológicas...........................................................Xli

CAPÍTULO I

Proceso Histórico de Construcción del


Pensamiento Democrático en Juan Bosch.......... 1

1.1. Vida y obra política de Juan Bosch....................................... 1

1.2. Panorama de la situación política en el período


1930-1965 en la República Dominicana.............................26

1.3. Las primeras ideas democráticas en el pensamiento


político de Bosch.................................................................32

1.4. Juan Bosch y el exilio político............................................. 61


vi Juan Bosch: Utopías Inconclusas

1.5. Influencias políticas y filosóficas de Eugenio María


de Hostos en el pensamiento político y filosófico
de Juan Bosch.................................................................... 64

1.6. Relaciones y similitudes entre el pensamiento político


y filosófico de Juan Bosch y el de Jean Jacques
Rousseau.............................................................................74

1.6.1. La conciencia social en Rousseau y Bosch............. 88

1.6.2. Diferentes vías de influencias roussonianas


en el pensamiento democrático de Bosch.................95

CAPÍTULO II

Cimientos y Desarrollo de la Democracia


en la República Dominicana............................121

2.1. Orígenes de la democracia................................................ 121

2.2. Estado y Democracia........................................................128

2.3. Democracia y Desarrollo en América Latina...................140

2.4. El surgimiento del capitalismo en la


República Dominicana..................................................... 147
Jorge Santana Castillo. M.A. vii

CAPÍTULO III

La concepción filosófica y política en el


pensamiento de Juan Bosch........................... 155

3.1. Principios de libertad en las ideas políticas de


Juan Bosch........................................................................ 157

3.2. Dimensión ética y moral en el pensamiento


político de Juan Bosch...................................................... 165

3.3. Ideas de igualdad, y justicia social,


en el pensamiento político de Bosch................................ 172

CAPÍTULO IV

Prácticas democraticas y pedagógicas


en las ideas políticas de Juan Bosch................181

4.1. Filosofía y prácticas democráticas en Juan Bosch........... 181

4.2. Juan Bosch: maestro de excepción..................................186

4.3. Prácticas etnográficas en el pensamiento social


y político de Bosch............................................................193

4.4. Idea de liberación nacional en el pensamiento


político de Bosch............................................................... 195
viii Juan Bosch: Utopías Inconclusas

CAPÍTULO V

Trascendencia del pensamiento político


de Juan Bosch.................................................205

5.1. Juan Bosch, paradigma de dignidad y decoro................. 205

5.2. La comunicación social y la perspectiva del discurso


político en Juan Bosch......................................................214

5.3. El Boschismo: una filosofía metodológica partidaria..... 222

5.4. Vigencia de las ideas políticas de Juan Bosch, en la


praxis de la política actual en República Dominicana.... 232

Bibliografía............................................. 243
Jorge Santana Castillo. M.A. ix

PRESENTACIÓN
Agradezco al maestro Jorge Santana Castillo el haber-
me concedido el honor de escribir esta presentación de su
libro “Juan Bosch: Utopías Inconclusas”, en el cual presen-
ta los resultados de su investigación acerca del accionar y
el pensamiento político de Bosch.

Juan Bosch: Utopías Inconclusas se trata de una


obra sociológica y filosófica que es producto de un es-
fuerzo de investigación sistemática, objetiva y profun-
da llevado a cabo por el maestro Jorge Santana Castillo.
Quién lleva muchos años trabajando el pensamiento po-
lítico y filosófico de Juan Bosch. En el año 2010 presentó
su tesis para optar por el título de Maestría en Metodo-
logía y Epistemología de la Investigación Científica, en
la cual trabajó el tema en cuestión. Continuó la misma
línea de investigación en su tesis doctoral para ser de-
fendida en la Universidad del País Vasco, en el marco del
programa doctoral de Filosofía para un Mundo Global,
que se desarrolla mediante convenio con la Universidad
Autónoma de Santo Domingo, con las asesorías de reco-
nocidos intelectuales nacionales e internacionales, como
x Juan Bosch: Utopías Inconclusas

son, César Cuello Nieto, Wilson Castillo, Enerio Rodrí-


guez, Ramón Leonardo Díaz, Andrés L. Mateo, Nicanor
Ursua (Español) y los cubanos, Eliades Acosta y Carlos
Rodríguez Almaguer; a ellos gratitud eterna.

Estamos frente a una obra que es fruto de la madurez


y del trabajo de investigación minucioso, sistemático y ob-
jetivo sobre la obra y pensamiento del más excelso político
y pensador dominicano.

El libro está organizado en cinco capítulos que reco-


rren la evolución del pensamiento político y filosófico de
Juan Bosch, los cimientos y desarrollo de la democracia en
la República Dominicana, su concepción filosófica y políti-
ca, sus prácticas democráticas y pedagógicas y la trascen-
dencia de su pensamiento.

A partir de una exhaustiva revisión de la concepción


pesimista-conservadora en el pensamiento dominicano
de los siglos XIX y XX, que considera al pueblo domini-
cano como incapaz de desarrollar un Estado soberano
dados sus orígenes y debilidades económicas, sociales,
políticas y culturales, destaca Santana Castillo el aná-
lisis de las ideas de pensadores como Pedro Francis-
co Bonó, José Ramón López, Américo Lugo, Moscoso
Puello y Manuel Arturo Peña Batlle. A partir de dicho
análisis sociológico-filosófico de la referida tesis pesi-
mista-conservadora que declara como inviable el Estado
dominicano, el investigador social en cuestión presenta
a Juan Bosch como un autor singular, quien produce una
revolución en el pensamiento social y político dominica-
Jorge Santana Castillo. M.A. xi

no, porque cree en la viabilidad de un Estado democráti-


co producto de la voluntad de los hombres y mujeres del
pueblo dominicano.

Siguiendo el contenido de la obra en cuestión, se puede


verificar que su autor demuestra las influencias en el pen-
samiento político de Juan Bosch, con la de Eugenio María
de Hostos, José Martí y Juan Jacobo Rousseau. De los dos
primeros heredó su concepción ético-moral de la política,
una visión de la libertad humana y su anticolonialismo
frente a las potencias imperialistas y del segundo, su con-
cepto de democracia fundada en la soberanía del pueblo y
en la ley; así como su concepción clasista de la sociedad del
siglo XVIII.

Jorge Santana Castillo refuta prejuicios que los con-


servadores enemigos de Bosch difundían, como los de que
éste era pesimista y mesías; en cambio para él Bosch era un
político con sentido de la historia y era un optimista, quien
creía en la posibilidad de un Estado democrático fundado
en la voluntad del pueblo. Precisamente Bosch dedicó toda
su vida en aras de ese ideal, sacrificó incluso sus extraor-
dinarias dotes de literato, reconocido en toda América y
parte del mundo como el cuentista de mayor mención de la
República Dominicana.

Destaca Jorge Santana Castillo que Bosch desarrolla


un análisis clasista de la sociedad y la política dominica-
nas, centrándose en una crítica al comportamiento de la
oligarquía y de la clase media alta como los enemigos de la
democracia y del pueblo dominicano.
xii Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Para Santana Castillo el presidente Bosch se carac-


teriza por ser un ciudadano orgulloso de su nacionalidad,
democrático con postura ético-moral, hombre de vocación
pedagógica popular, maestro de la palabra en la oratoria
educativa, del lenguaje conceptuoso y de contenido orien-
tado a educar al pueblo políticamente. Hombre que conce-
bía la participación política del ciudadano a través de un
proceso de ilustración, formación y auto formación.

Sostiene Santa Castillo que Bosch muestra confianza


en el pueblo y desconfianza en la clase media por sus de-
bilidades. Aspecto este paradójico a nuestro juicio, ya que
Bosch se vió obligado a fundar dos partidos en los cuales
predominó y predomina la clase media o pequeña burgue-
sía en sus diferentes estratos, como el mismo Bosch la es-
tudió en el proceso histórico de la sociedad dominicana,
destacando en sus análisis acerca del comportamiento de
dicha clase social, su psicología y su conducta política am-
bigua y oportunista.

El análisis de Santana Castillo destaca como núcleo


del pensamiento político de Bosch las ideas de: justi-
cia, democracia y libertad. Estas ideas son fundamento
del respeto al derecho ajeno, que es la base de la paz,
el bienestar y una vida mejor para el pueblo. Ideas que
Bosch deja concretizadas en la Constitución de 1963. La
cual establece como principios y derechos, por ejemplo:
el desarrollo de la personalidad humana, participación
de todos en la organización política, económica y social
del país; así como derecho universal al trabajo, a la ini-
Jorge Santana Castillo. M.A. xiii

ciativa económica, a la libertad sindical, a la huelga, a


la igualdad de salario por trabajo igual (sin discrimina-
ción de sexo, edad o género), derecho de los trabajado-
res a participar en los beneficios de la empresa donde
laboren; derecho del campesino a adquirir la tierra que
trabaja, de la familia a adquirir una vivienda, de todos
los ciudadanos a la educación, a la salud y a una alimen-
tación nutritiva, abundante y de bajo costo. En fin, el
Estado democrático consagrado en la Constitución del
1963 garantiza seguridad, libertad y dignidad humana.

Jorge Santana Castillo visualiza en su análisis la evo-


lución de la obra y el pensamiento político de Juan Bosch
en cuatro etapas:

Primera etapa: Formación y acumulación de informa-


ción. Caracterizada esta etapa por su creación literaria y
experiencia en el exilio político; así como por el inicio de
sus luchas anticoloniales, de liberación nacional y demo-
cracia representativa.

Segunda etapa: Caracterizada por su radicalización


política. Su llegada al país en octubre de 1961, gana la pre-
sidencia de la República en 1962, gobierna durante siete
meses y es derrocado en septiembre de 1963, mediante un
golpe de estado militar apoyado por la oligarquía local y los
Estados Unidos de Norteamérica, generándose la guerra
civil de abril de 1965 y la consiguiente intervención militar
norteamericana, produciéndose su exilio del 1963 a 1965
en Puerto Rico.
xiv Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Tercera etapa: Regreso en septiembre de 1965 y par-


ticipación en el proceso electoral, el cual fue ganado por
Joaquín Balaguer con el apoyo de la oligarquía criolla
conservadora y de la embajada norteamericana. Se pro-
duce su salida en noviembre de 1966 hacia España. Don-
de produce sus obras políticas, sociológicas e históricas
capitales, como “De Cristóbal Colón a Fidel Castro. El
Caribe Frontera Imperial”, “Composición Social Domi-
nicana” y el “El Pentagonismo Sustituto del Imperialis-
mo”; así como su tesis política “Dictadura con Respaldo
Popular”.

Durante este período asume el marxismo (materia-


lismo dialéctico y materialismo histórico) como método
de análisis de la sociedad, la economía y la política; rea-
liza contactos con los países socialistas; intenta producir
un giro ideológico en el PRD, a través del estudio de los
fenómenos sociales, históricos y políticos dominicanos,
desde una perspectiva marxista y de liberación nacio-
nal. En esta etapa evolutiva de su pensamiento político,
Bosch renuncia al PRD y funda el PLD en 1973, con el
propósito de completar a juicio de Bosch la obra de Juan
Pablo Duarte y los Trinitarios.

Cuarta etapa: Abarca desde 1974 hasta su muerte


en 2001 y se caracteriza por ser una etapa de madurez,
en la cual funda el periódico Vanguardia del Pueblo y la
revista política “Teoría y Acción”. Órganos de los cuales
fue principal analista de los temas políticos y sociales.
Durante este periodo establece relaciones de solidaridad
Jorge Santana Castillo. M.A. xv

con Cuba y otros países y movimientos políticos progre-


sistas en el plano internacional. Participa como candida-
to a la presidencia en las elecciones de 1978, 1982, 1986,
1990 y 1994, en este último año se retira definitivamen-
te de la política.

Con la finalidad de fundamentar sociológica e históri-


camente su análisis de la evolución del pensamiento polí-
tico y filosófico de Juan Bosch, Santana Castillo, presenta
un panorama histórico-social de la sociedad dominicana
durante los períodos de: a) intervención americana, 1916-
1924; b) culminación formal de la primer intervención
militar norteamericana y gobierno de Horacio Vásquez,
1924-1930; c) dictadura de Trujillo, 1930-1961; d) Post-
dictadura: elecciones democráticas, 1962; golpe de estado
militar a Bosch, 1965; intervención militar norteamerica-
na, abril 1965; elecciones nacionales, 1966 (ganadas por
Joaquín Balaguer); e) salida de Bosch hacia España, 1966;
regreso de Bosch con su tesis: Dictadura con respaldo po-
pular, 1968 y f) renuncia de Bosch del PRD y fundación del
PLD, 1973.

Este análisis de la sociedad dominicana y del contexto


internacional, le permite al autor de “Juan Bosch: Utopías
Inconclusas”, estudiar el pensamiento político y filosófico
de Bosch en su época histórica y sujeto a los cambios que
cada coyuntura le indica de acuerdo a su accionar y su pro-
pia personalidad como hombre de letras, pensador racio-
nal y activista político democrático liberal, en una primera
fase y de izquierda democrática, en una segunda.
xvi Juan Bosch: Utopías Inconclusas

La lectura de este texto, pone ante el lector los pode-


res fácticos que impulsaron el golpe de estado militar en
1963 al gobierno democrático legalmente constituido de
Juan Bosch: a) la embajada norteamericana, b) la oligar-
quía conservadora criolla encabezada por la Unión Cívica
Nacional (UCN), c) el estamento militar de San Isidro y d)
la prensa conservadora nacional, actuando como aparato
ideológico de desinformación.

Las ideas democráticas en Juan Bosch siguen un pro-


ceso evolutivo, que Santana Castillo le da seguimiento a
partir de las lecturas de sus obras y apoyándose en otros
estudiosos del pensamiento del maestro de la democra-
cia dominicana, como son: Euclides Gutiérrez Félix, Farid
Kury, Pedro Justo Castellanos, Enriquillo Sánchez, Dió-
medes Núñez Polanco, Orlando Objío, Andrés L. Mateo,
Leonel Fernández, Antonio Ocaña, Alejandrina Germán,
Cándido Gerón, Ángel R, Villarini, Luis de León, Eliades
Acosta y otros.

A partir de las concepciones de una parte de estos au-


tores Santana Castillo visualiza la idea de la imposibilidad
de establecer la democracia en el país, que Bosch tuvo que
enfrentar y superar.

“En el contexto que Juan Bosch intentaba implemen-


tar sus ideas democráticas en la República Dominicana
-escribe Santana Castillo-, las instituciones civiles y mili-
tares mostraban un atraso político y social enorme, a tal
extremo que existen dudas sobre el propio carácter de las
mismas”.
Jorge Santana Castillo. M.A. xvii

“Lo lamentable del caso es que todavía hoy, en pleno


siglo XXI, aquellas dudas que albergaba Bosch sobre la po-
sibilidad de instaurar un régimen democrático en la Repú-
blica Dominicana, permanecen en la mente de una gran
parte de los dominicanos” (Santana Castillo, Juan Bosch:
Utopías Inconclusas)

Estas ideas de Santana Castillo quedan sustentadas


en los resultados de las “Encuestas Nacionales sobre Cul-
tura, Política y Democracia (DEMOS), 2001”. De igual for-
ma, Santana Castillo, cita a Javier Cabreja en relación a la
necesidad de mejorar los indicadores de la democracia en
la República Dominicana, dadas las altas tasas de desem-
pleo, pobreza y marginalidad existentes en la sociedad do-
minicana.

Ahora bien, Jorge Santana Castillo hace un balance


del pensamiento dominicano, desde finales del siglo XIX
hasta el siglo XX y el presente, para resaltar la originalidad
de las ideas políticas y filosóficas de Bosch, en relación a la
instauración de la democracia como régimen político en la
República Dominicana; así como a sus ideas de la tesis de
la dictadura con respaldo popular y a su pensamiento de
liberación nacional.

El esfuerzo analítico de Jorge Santana revela fortaleza


demostrativa en su descomposición y reconstrucción her-
menéutica del pensamiento político dominicano, que creía
inviable la democracia como régimen político del país, da-
das las condiciones de pobreza, analfabetismo, atraso so-
cial y origen étnico del pueblo dominicano. Sin embargo,
xviii Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Bosch fue capaz de visualizar con amplitud la democracia


para el pueblo dominicano y en ese propósito da pasos con-
cretos en la educación política de los dominicanos. Para
Bosch se debe luchar para “…implantar la democracia”, “…
no para llegar al gobierno”, “sino para servirle al pueblo”.

En este sentido, la tesis central desarrollada por Jorge


Santana en su obra es que “Juan Bosch es el creador de una
visión optimista del hombre dominicano y su futuro, los
mismos que el pensamiento tradicional había olvidado y
menospreciado”. (Ibidem)

El origen del pensamiento democrático de Bosch a


partir de su exilio, durante la tiranía de Trujillo, Santa-
na Castillo lo ubica en el año 1940, cuando éste entra en
contacto con la obra de Eugenio María de Hostos; también
en sus estudios de la historia nacional y la asimilación del
pensamiento y accionar de Juan Pablo Duarte y los Trini-
tarios.

Para Jorge Santana Castillo, el giro de Bosch de una


concepción de la democracia burguesa representativa a
una concepción radical, que lo ubica en la “izquierda de-
mocrática latinoamericana” está relacionado con múltiples
acontecimientos internos y externos, como son: fracaso de
la política de Alianza por el Progreso en América Latina,
asesinato del presidente John F. Kennedy en Estados Uni-
dos, el golpe de estado de su gobierno en 1963, la interven-
ción militar norteamericana de abril 1965, el surgimiento y
fortalecimiento de las luchas anticoloniales y de liberación
nacional y el fortalecimiento de la revolución cubana.
Jorge Santana Castillo. M.A. xix

Es particularmente interesante el análisis detallado


que hace Santana Castillo de la tesis Dictadura con Respal-
do Popular, como referencia necesaria del cambio radical
en la concepción política de Bosch.

Destaca el autor, que para Bosch la democracia se


sustenta en el pueblo (quien es el soberano real, en tér-
minos de la concepción política ilustrada de Rousseau),
por lo cual es necesario educar ese pueblo para el ejer-
cicio de la democracia, sobre una base consciente y una
actitud ético-moral, en el sentido hostosiano del cum-
plimiento del imperativo categórico del deber fundando
en el respeto y cumplimiento de la ley y en el amor a la
humanidad. Ahora bien, la democracia para instalarse y
funcionar como forma de gobierno representativo nece-
sita una base material, sobre la que descansa el bienes-
tar social.

Con respecto a la relación entre el pensamiento polí-


tico y filosófico de Bosch y el de Rousseau, el autor de esta
obra que presentamos, establece una conexión del concep-
to de democracia y la concepción clasista de la sociedad
como base para el análisis sociopolítico entre las ideas de
Rousseau y las de Bosch. En ese sentido, Rousseau orientó
su pensamiento contra la opresión feudal y el despotismo
político; Bosch contra la oligarquía y el poder dictatorial.
Por consiguiente, tanto para Rousseau como para Bosch “…
la libertad solo se conserva en un Estado donde el pueblo
participe en la elaboración de sus leyes y las haga cumplir”
(Ibidem).
xx Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Los orígenes de la concepción ilustrada y de Rous-


seau en el pensamiento de Bosch es necesario rastrearlos
y documentarlos en: la revolución haitiana, la constitu-
ción de Cádiz (1812), el pensamiento hispanoamerica-
no de Miranda, Bolívar, San Martín, Sucre, José Martí,
Hostos, pero fundamentalmente en instrumento jurídi-
co más liberal y democrática conocida en la historia re-
publicana del país, la Constitución del 63.

Para el análisis de la relación Estado-Democracia en


el pensamiento de Bosch, Jorge Santana Castillo hace un
recorrido que va desde Platón y Aristóteles, Maquiavelo
y Tocqueville, Engels y Marx hasta Hostos, y otros pen-
sadores.

Para Bosch el Estado como institución que con-


centra el poder en una sociedad determinada, no solo
tiene la función de dirigir los distintos grupos sociales
subordinados, sino que debe guiar a la comunidad en
la búsqueda de su bienestar. Para él existe una relación
estrecha entre Estado, forma de Estado, democracia y
base económica o infraestructural en la que descansa el
Estado y la Democracia. Precisamente Bosch produjo su
ruptura con la democracia representativa o democracia
liberal capitalista a partir de su experiencia política y
del análisis de las sociedades dominicanas y latinoame-
ricanas, en las cuales vislumbró un atraso económico,
expresado en el subdesarrollo capitalista y sus conse-
cuencias sociales y políticas. De manera que las socieda-
des de capitalismo tardío y dependiente como la domini-
Jorge Santana Castillo. M.A. xxi

cana, necesariamente tenían que funcionar sobre la base


de la escasez y la desigualdad social, lo cual hace impo-
sible el estado de bienestar que contemple la reducción
de la pobreza, seguridad y servicios sociales para todo el
pueblo, lo que evidentemente hace inviable la democra-
cia representativa en este tipo de sociedad.

En el caso de la situación de América Latina, Bosch


fundamenta su análisis para sustentar su ruptura con la
idea de la democracia representativa y, a la vez, funda-
mentar su tesis de la dictadura con respaldo popular, en
las características económico-sociales siguientes: falta
de crecimiento económico, déficit de la balanza comer-
cial y de pagos, creciente deuda externa, fuga de capita-
les y de cerebros, incapacidad de ahorros, falta de inver-
sión, déficit de vivienda, explosión demográfica y crisis
en el suministro de servicios públicos. (Bosch, citado
por Santana Castillo)

Para Bosch el fracaso de la democracia representati-


va en la República Dominicana y en América Latina está
cimentado en estas condiciones económicas y sociales,
amén de las condiciones de dependencia neocoloniales
del imperio norteamericano. En consecuencia existe una
estrecha relación entre Estado y funcionamiento de la
democracia representativa, que en el caso de América
Latina prácticamente se hace inviable. Situación que se
agrava por el origen tardío del capitalismo, particular-
mente del capitalismo dominicano.
xxii Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Es de suma importancia destacar la idea de Bosch


del hombre como fundamento de su concepción política
y la libertad como arma política frente al despotismo y
a la tiranía, los cuales se fundamentan en la ignorancia
generada por la pobreza y la falta de educación del pue-
blo.

Es necesario poner atención, en esta precisa coyun-


tura de la sociedad, el estado y la democracia dominica-
na, en la dimensión ética y moral del pensamiento del
fundador y líder del PLD, ya que su ejercicio de la polí-
tica en todos los planos se caracterizaron por el manejo
pulcro y austero de los bienes públicos, del erario, y de
su actuación apegado a la igualdad y a la justicia social.
En ese sentido cito a Jorge Santana:

“Cuando gobernó el Estado dominicano, no practicó


el nepotismo; ningún familiar de él se benefició de su
presidencia, no usó siquiera vehículos del Estado ni pla-
cas oficiales. Practicó la austeridad y sencillez.” (Ibidem)

El partido y el ejercicio de la política, para Bosch se


fundamentan en la calidad moral y política de sus miem-
bros. De ahí el lema del PLD, segundo partido fundan-
do por Bosch, “Servir al partido, para servir al pueblo”.
Lema que según el propio análisis de Santana Castillo y
la lógica derivada del pensamiento político y de la prác-
tica política de Bosch, ha sido casi ignorado en el ejerci-
cio del poder por los llamados “discípulos de Bosch”.
Jorge Santana Castillo. M.A. xxiii

Toda la práctica democrática de Bosch se fundó en


una pedagogía orientada a educar el pueblo para que éste
tuviese una práctica política consciente en el ejercicio de la
democracia.

Juan Bosch construyó su idea de liberación nacional


sobre la base de su experiencia política en América Lati-
na y en el país, y de su análisis agudo de la sociedad y de
la política, que lo llevaron a entender la inviabilidad de la
democracia representativa o capitalista en países pobres
subdesarrollados y dependientes como la República Domi-
nicana.

Por último, es evidente la trascendencia del pensa-


miento político de Bosch al leer de manera detenida este
libro de Jorge Santana Castillo: “Juan Bosch: Utopías In-
conclusas”. Por lo cual los invito a leer reflexivamente este
importante aporte a las historiografías dominicanas.

Por Juan Francisco Viloria


Jorge Santana Castillo. M.A. xxv

Prólogo
El profesor Jorge Santana Castillo, investigador, cien-
tífico social y educador, es un intelectual Dominicano cuyo
pensamiento trasciende por su posición crítica, ética y hu-
manista frente al quehacer social Dominicano, Latinoame-
ricano y Mundial.

El prestigioso catedrático de la primera Universi-


dad de América (UASD), Jorge Santana Castillo, quien es
coordinador de la Cátedra Extracurricular profesor Juan
Bosch, nos presenta su nuevo libro “Juan Bosch: Utopías
Inconclusas” el cual se constituye en un profundo estudio
sobre el pensamiento democrático, político, filosófico, so-
cial, ético y humanista del profesor Juan Bosch.

Que tarea tan hermosa, moderna y de urgencia social,


es la que se ha propuesto el inquieto profesor Santana Cas-
tillo, al escribir el libro “Juan Bosch: Utopías Inconclusas.

América Latina y el Caribe, concluyendo específica-


mente en nuestra nación, viven una coyuntura de debates
y realizaciones de Utopías inconclusas.
xxvi Juan Bosch: Utopías Inconclusas

¿Qué son las utopías?

Las utopías en nuestros tiempos y de la revolución


del conocimiento, las tecnologías, la comunicación, la
ética y la educación, se constituyen en instrumentos o
alternativas para que la región Latinoamericana y del
Caribe dé el salto definitivo del sub-desarrollo al desa-
rrollo.

“Las utopías según el eminente educador, crítico, fi-


lólogo dominicano Pedro Henríquez Ureña, son legados
políticos, filosóficos y éticos, morales y de justicia de un
mundo viejo a uno nuevo de equidad y de humanidad”
(Libro Utopía América).

En una palabra, las utopías son los sueños, espe-


ranzas sembradas por los hombres y mujeres que han
trascendido la historia en la búsqueda de los caminos de
realizaciones sociales y humanas de nuestros pueblos.

El académico Jorge Santana Castillo al abordar el le-


gado democrático, social, ético, moral del profesor Juan
Bosch y plantearlo como un conjunto de utopías incon-
clusas, en forma rigurosa y dramática, llama la atención
al pueblo y la sociedad dominicana de estos tiempos, en
la dirección de hacer realidad el compromiso asumido
por el profesor Juan Bosch al fundar el Partido de la Li-
beración Dominicana, el 15 de diciembre de 1973, donde
planteó la misión social: “terminar la obra incompleta
de Juan Pablo Duarte”.
Jorge Santana Castillo. M.A. xxvii

En Juan Bosch: Utopías Inconclusas, el autor de


este libro, nos presenta al profesor Juan Bosch como un
científico social que ha hecho singulares aportes al desa-
rrollo de la democracia moderna de nuestro continente
y del mundo.

El libro que sustenta las utopías inconclusas del pro-


fesor Juan Bosch están fundamentadas en una especial
consulta a autores emblemáticos de América y de Europa
quienes tratan el tema de la Democracia y su evolución
histórica como son: Jacobo Rousseau, Max weber, Alexis
Tocqueville, Frederick Nietzsche, Fidel Castro, Leonel Fer-
nández, Euclides Gutiérrez Félix, Diomedes Núñez Polan-
co, Américo Lugo, Moreno Ceballos, Roberto Cassá, entre
otros. Es decir, los planteamientos en relación a las utopías
inconclusas del profesor Juan Bosch representan la expre-
sión genuina de la investigación de la mayoría de los textos
del profesor Juan Bosch y de una gama de autores domini-
canos y extranjeros en sentido general.

Tenemos que reconocer que el profesor Jorge Santana


al estudiar la obra democrática, política, filosófica y social
del profesor Juan Bosch, se maneja como un verdadero
maestro de la investigación y en tan solo cinco capítulos
amplio equivalente a más de trecientas páginas (tamaño
normal 8.5*11), nos hace el análisis convincente en rela-
ción a las propuestas, sueños y esperanzas sustentadas por
Juan Bosch a los fines de conformar un sistema democráti-
co participativo en la República Dominicana.
xxviii Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Las ideas democráticas y de liberación nacional


sustentadas por Juan Bosch, hoy siguen constituyéndo-
se en grandes utopías inconclusas fundamentales para
construir una democracia plena, con equidad social, de-
sarrollo humano, educación, identidad nacional y valo-
res que descansen en principios éticos y morales

Al leer y releer los cinco capítulos de esta obra per-


cibimos el estilo didáctico y fluido y la metodología unas
veces Socráticas, Hostosianas y Boschistas con lo cual
nuestro autor hace relevante los aportes del profesor
Juan Bosch desde el punto de vista político, social, fi-
losófico y desde el punto de vista cultural, educativo y
humanista.

Es interesante y objetivamente impresionante de-


tenerse a reflexionar la rigurosa exposición que hace
el profesor Santana Castillo en torno a las utopías in-
conclusas del profesor Juan Bosch, las cuales podemos
encontrarlas en el Capítulo 4 titulado “paradigmas de-
mocráticos y pedagógicos en las ideas de Juan Bosch”
y el capítulo 5 titulado “Trascendencia del pensamiento
político de Juan Bosch”.

De la misma manera que el profesor Santana Casti-


llo trasciende el pensamiento político del profesor Juan
Bosch, al vincularlo con el pensamiento político del más
grande pensador Francés del Siglo XVIII Jean-Jacques
Rousseau a quien se le considera el paradigma de la de-
mocracia moderna.
Jorge Santana Castillo. M.A. xxix

La Capacidad y la destreza científica y sociológi-


ca del profesor Santana Castillo queda evidenciado en
el recorrido que hace de la vida de escritor del profesor
Juan Bosch para presentarnos en cinco amplios capítu-
los, con más de 300 páginas.

El autor de este libro en su estudio científico y social


hace un hallazgo que nadie, ningún intelectual domini-
cano ni latinoamericano había puesto de manifiesto y es
la que el profesor Juan Bosch era un etnógrafo, es decir,
antropólogo social.

Estos descubrimientos que hace el profesor Santana


Castillo acerca del personaje estudiado, aportan grande-
mente a la historiografía dominicana y fortalecen la di-
mensión universal del profesor Juan Bosch, como un an-
dragógico social, científico, enciclopedista y humanista.

Juan Bosch: Utopías Inconclusas, es una obra que


por su estructura y contenido científico y de valores, se
constituye en un texto académico de consulta y de refe-
rencia tanto para nuestro país como para América Lati-
na y el Caribe, en el difícil momento que vive el mundo
hoy día.

El profesor Jorge Santana Castillo con este nuevo


texto le presenta un gran servicio de honor y compromi-
so a nuestra “Alma Máter”, donde él desempeña las fun-
ciones de académico de más de veinte años en distintas
áreas del conocimiento, además de ser coordinador de la
Catedra Extracurricular profesor Juan Bosch.
xxx Juan Bosch: Utopías Inconclusas

En esa misma dirección Jorge Santana Castillo en su


rol de discípulo aprovechado del profesor Juan Bosch y mi-
litante combativo del Partido de la Liberación Dominica-
na, hace un aporte político, científico y democrático al dar
un grito de bandera en relación al plantear las utopías in-
conclusas de nuestro Juan Bosch como una urgencia social
de estos nuevos tiempos, donde nuestro presidente Danilo
Medina, el Partido y el pueblo corresponden y monitorizan
las políticas sociales, educativas y humanísticas de demo-
cracia, equidad, ética y moral que demandan estos tiempos
del conocimiento, la tecnología, la ciencia, la educación y la
cultura.

Luis de León.
Jorge Santana Castillo. M.A. xxxi

INTRODUCCIÓN
Juan Emilio Bosch Gaviño es universalmente identifi-
cado como un gran líder de masas, fundador de dos de los
principales partidos políticos de la República Dominicana,
luchador del exilio antitrujillista, primer presidente electo
democráticamente, luego del desrrumbamiento de la tira-
nía, y destacado narrador de ficción, especialmente en el
género de cuentos.

Personaje de vida agitada, siempre en primera fila de


las luchas políticas de los últimos cincuenta años de vida
nacional, venerado por sus seguidores y atacado despiada-
damente por sus enemigos no se ha constituido en objeto
específico de estudio académico, ni ha merecido la atención
científica que podría esperarse, lo cual tiene su origen, pre-
cisamente, en las pasiones de la lucha político-ideológica
en las que estuvo inmerso a través de toda su existencia, y
en la que sigue estando su legado.

Juan Bosch fue el más destacado y universal político


dominicano del siglo XX; el que mejor conjugó la teoría y
la praxis revolucionaria, sin abandonar los principios de-
xxxii Juan Bosch: Utopías Inconclusas

mocráticos, formulando una concepción creadora acerca


de la política, sus fines y medios, en las condiciones de un
país subdesarrollado del Caribe, especialmente, durante el
período conocido como Guerra Fría.

El papel desempeñado por el ilustre maestro de la


política y la literatura dominicana, en el corto período
en que ejerció el poder político en la República Domi-
nicana, reviste importancia vital, sin que hasta el mo-
mento, con pocas excepciones, se haya estudiado como
programa de revolución social y búsqueda de la justicia
social, en democracia.

Reconozco que la democracia, como sistema polí-


tico, ha sido estudiado en diversos contextos del mundo,
pero particularmente, me interesó estudiar el caso de este
dominicano, que desde que se inició en la acción política,
abrazó como doctrina filosófica los principios de este siste-
ma, incluso, protagonizó un intento creativo de plasmarlo
en partidos políticos y formas de gobierno, mediante una
experiencia casi desconocida.

El ideario democrático de Bosch se hace cada vez más


pertinente, no solo por los coherentes principios que sus-
tentó y aplicó en su corto período de gobierno que ejerció
en la República Dominicana, sino también, por la lógica
de razonamiento y las tesis e interpretaciones que planteó
para perfeccionar la democracia representativa, y luego,
para sustituirla por otras formas más prácticas, avanzadas
y realmente participativas.
Jorge Santana Castillo. M.A. xxxiii

El presente estudio busca ahondar en las ideas recto-


ras de su pensamiento y práctica política; en el origen de
las mismas; las influencias bajo las cuales se formaron; su
originalidad y limitaciones, así como en el destino de su le-
gado político-ideológico, aspectos todos insuficientemente
investigados, por las razones explicadas, y de vital impor-
tancia para los estudios político-filosóficos en nuestro país
y el resto de América Latina y el Caribe.

Uno de sus colaboradores cercanos, el expresidente


Leonel Fernández Reyna, se refiere a este aspecto cuando
afirmó:

A veces se pierde la perspectiva de que Bosch fue


también un consagrado maestro de la ciencias so-
ciales, lo que se pone de relieve por la cantidad y
calidad de sus trabajos publicados, en los que, con
notable originalidad, hizo uso del análisis histórico,
de la sociología, la economía y las ciencias políticas,
para orientar hacia la construcción de sociedades
más democráticas, justas, equilibradas y solidarias.1

La pertinencia y actualidad de la investigación pro-


puesta no se agota en la necesidad científica de estudiar el
pensamiento y la práctica político-filosófica de Bosch, sino
también en legarla, con objetividad y rigor, a las nuevas ge-
neraciones de dominicanos y dominicanas, dado el estado
de crisis permanente en que se debate la nación, el dete-
rioro del Estado y la quiebra de su sistema político. Ante
1. Leonel Fernández. Observatorio Global-UNESCO: “Juan Bosch en las Ciencias
Sociales”. Periódico Vanguardia del Pueblo, p. 8, Santo Domingo, 2013.
xxxiv Juan Bosch: Utopías Inconclusas

la confusión reinante, la caída de los paradigmas, principios


morales y cívicos, la desorientación de las generaciones más
jóvenes, a las que se ha ocultado, deliberadamente, la verda-
dera historia de las ideas y la política nacional, la reconstruc-
ción de la evolución político-ideológica de Juan Bosch y la
sistematización de su legado, cobran sentido en este mundo
de pobreza, inseguridad, violencia, ingobernabilidad, deses-
peranzas y falta de horizontes. Un mundo en el que el afán de
lucro, la corrupción, el narcotráfico, el clientelismo político y
la doble moral, han permeado todos los niveles de las estruc-
turas sociales, económicas y políticas de la República Domi-
nicana. En este contexto, cobra especial interés la presente
investigación, como un modesto aporte a los intentos de rege-
neración nacional, y de construcción de una sociedad verda-
deramente justa y democrática, basada en principios éticos.

Max Weber, en su conferencia de 1919 “La política


como vocación”, una de las dos que forman parte de su
obra “El político y el científico”, explica las extraordi-
narias complejidades, contradicciones y características
esenciales de la política y los políticos contemporáneos,
partiendo de una afirmación palmaria: “Quien hace po-
lítica aspira al poder; al poder como medio para la con-
secución de otros fines, idealistas o egoístas […]”.2 Pre-
cisamente esta arista de la cuestión, en el caso de Juan
Bosch, veterano político, ha complicado la apreciación
objetiva de su legado, excluyéndolo, incluso, del mismo
análisis académico.
2. Max Weber: El político y el científico. En: http://www.bibliotecabasica.
com.ar, p. 3.
Jorge Santana Castillo. M.A. xxxv

Muchos de aquellos que han intentado profundizar


en su vida y obra, como objeto de estudio científico, no han
logrado, por lo general, desprenderse del asombro ante su
actitud ética en un mundo político —como el dominicano
de entonces, y mucho más el actual—, en el cual no prima-
ban, ni priman, los valores éticos, ni un concepto desinte-
resado de la propia política. Si bien es cierto que semejante
enfoque es comprensible, no podemos circunscribirnos al
mismo, si nos mueve el afán de llevar el análisis científico
hasta las últimas consecuencias. Ello forma parte de una
verdad que debe ser validada en sus coordenadas cognos-
citivas, pero que no agota aquí la extraordinariamente rica,
y en ocasiones contradictoria, naturaleza del objeto de es-
tudio que nos proponemos analizar.

Un ejemplo de este enfoque pertenece a la autora do-


minicana Mildred Guzmán Madera, y su obra El Bosch
que yo conocí.3 En ella afirmaba:

Juan Bosch cumple con la definición de político a la


cual Weber hace referencia, ya que asume la ética del
fin último que, en su caso, es la liberación nacional,
y la asume con responsabilidad, con pasión y con la
difícil capacidad de tomar distancia de su propios
compañeros, y hasta de sí mismo, siempre en bús-
queda de ser un mejor político. Fue alguien que vi-
vió para la política y, nos afirma Weber, “Quien vive
para la política hace de ello su vida en un sentido

3. Mildred Guzmán Madera: El Bosch que yo conocí, (primera edición), Impresora


Alfa & Omega, Santo Domingo, 2009.
xxxvi Juan Bosch: Utopías Inconclusas

íntimo o goza simplemente con el ejercicio del poder


que posee, o alimenta su equilibrio y su tranquili-
dad con la conciencia de haberle dado un sentido a
su vida, poniéndola al servicio de algo”.4

Inicialmente, estas actitudes nunca antes vistas en un


político dominicano, también nos impresionaron, y nos in-
dujeron a iniciar una investigación, que fue derivando hasta
conformar la presente tesis doctoral. Tomando como punto
de partida la necesidad de concientizar a la ciudadanía sobre
papel desempeñado por Juan Bosch en el ejercicio de la po-
lítica, y fundamentalmente, en la conformación y construc-
ción de la democracia dominicana, pronto comprendimos
que nada perdurable podría lograrse sin el debido distan-
ciamiento de lo que analizábamos, y sin la introducción de
la imprescindible objetividad y rigor de los análisis científi-
cos. La metodología escogida para la investigación, el aná-
lisis bibliográfico y documental realizado, y por encima de
todo, la propia lógica interna del objeto de estudio seleccio-
nado, nos fue imponiendo la necesidad de rebasar la etapa
de deslumbramiento emocional ante la vida y obra de Juan
Bosch, para acometer un análisis objetivo, sin conclusiones
predeterminadas por las simpatías ni el utilitarismo.

Esta investigación constituye un estudio bibliográfico-


analítico y explicativo, sobre el pensamiento y el accionar po-
lítico de uno de los hombres más íntegros y prolíficos, tanto
en su vida personal como en sus prácticas políticas y litera-
rias, surgido en toda la historia social del pueblo dominicano.

4. Ibídem, p.135.
Jorge Santana Castillo. M.A. xxxvii

En este sentido, ha sido preciso el análisis de obras


históricas escritas por diversos autores dominicanos y
extranjeros, que se han referido a nuestro personaje, así
como de numerosos artículos, ensayos y obras creadas por
el sujeto que es objeto de esta investigación, quien incur-
sionó en disciplinas científicas que van desde las Ciencias
Políticas, la Sociología, la Filosofía, la Historia Social y la
Economía Política, hasta la literatura.
Un enunciado inicial básico es asumir que, a pesar de
que existe una amplia bibliografía activa y pasiva de Juan
Emilio Bosch Gaviño, por lo general, esta no rebasa el nivel
anecdótico, el análisis circunstancial, las pasiones políticas,
ni dejan de responder a los requerimientos de los enfrenta-
mientos ideológicos cortoplacistas. Carecemos de estudios
sistemáticos, multidisciplinarios y cuidadosamente estructu-
rados, acerca del pensamiento político dominicano, en gene-
ral, y muy especialmente, el de Juan Bosch.
La estructura en la que se ha configurado el presente
trabajo de investigación responde a la heterogeneidad de
los temas a tratar, y parte del reconocimiento de que, más
que analizar lo ya escrito, hay que adentrase por los ca-
minos de la creación propia. El status questionis, también
llamado estado del arte, así lo exige.5

5. Para que se pueda tener una idea de lo señalado, baste decir que, tomando como
base la exhaustiva obra en tres tomos Bibliografía de la historia dominicana, 1730-
2010, (Academia Dominicana de la Historia, Santo Domingo, 2013) del reconocido
historiador Frank Moya Pons, asombra lo asistemático que ha sido el estudio de la
obra historiográfica y política de Juan Bosch. En 1963, por ejemplo, año en que este
asumió la presidencia del país y fue derrocado, siete meses después, por un golpe de
Estado, solo se publicaron en el país cinco obras relacionadas, directa o indirectamente,
con su pensamiento y accionar político, y dos de su propia autoría, lo que obliga al
investigador a remitirse a la prensa periódica de este año crucial para poder cumplir su
cometido. Los años subsiguientes muestran similar desproporción.
xxxviii Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Mis sueños, mis anhelos de presentar esta investiga-


ción como tesis doctoral en la Universidad del País Vasco
(UPV) ha quedado como utopía inconclusa. Una de las ra-
zones más evidentes fue la irresponsabilidad del “acesor”
Esteban Anchusteguis, que no cumplió con su papel, nunca
leyó esta investigación. Otra que puede ser de carácter po-
lítica me la reservo.

En el Primer Capítulo se realiza un análisis detallado


sobre el proceso histórico de construcción del pensamiento
político y democrático de Juan Bosch, haciendo un espe-
cial énfasis en su biografía, encuadrándolo en el contex-
to social de su época, lo que permite comprender mejor la
evolución político-ideológica de este personaje en su perío-
do de juventud y madurez.

En el Segundo Capítulo, se explican los orígenes y el


desarrollo de la democracia en la República Dominicana,
así como la manera en que este proceso influyó en la evolu-
ción de las ideas políticas de Juan Bosch, condicionando su
trayectoria como estadista y líder político.

El Tercer Capítulo está dedicado al análisis de la con-


cepción filosófica y política de su pensamiento democrá-
tico, así como las principales influencias y referencias del
mismo, a partir de sus 22 años en el exilio antitrujillista y
sus contactos con lo más avanzado del pensamiento polí-
tico de América Latina y el Caribe, especialmente con la
llamada “izquierda democrática”.
Jorge Santana Castillo. M.A. xxxix

El Cuarto Capítulo, contiene un análisis de su accio-


nar partidista y sus principios democráticos y pedagógicos,
con especial énfasis en el análisis de las posiciones políti-
cas del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) funda-
do en La Habana, en 1939; su breve etapa como Presiden-
te democráticamente electo a fines de 1962, en República
Dominicana, y su reacción ante el golpe que lo derrocó, en
septiembre de 1963; su vida política, y la evolución y radi-
calización de sus ideas, tras la invasión norteamericana al
país, en 1965 y en años posteriores, y finalmente, su etapa
como fundador y líder principal del Partido de la Libera-
ción Dominicana (PLD), en 1973, hasta su muerte.

El Quinto Capítulo, está dedicado, en lo fundamen-


tal, a la explicación de la trascendencia y vigencia de sus
ideas políticas en la República Dominicana, y la recepción
de las mismas, especialmente, en América Latina y el Ca-
ribe, pero también en el resto de los continentes, en lo que
podría denominarse como la internacionalización de sus
ideas y principios políticos.

Estos capítulos se complementan al mismo tiempo,


con el estudio de los principios que rigieron su praxis po-
lítica, mediante la cual buscaba establecer en su país un
Estado de Derecho, fundamentado en una real y verdadera
democracia, con justicia social, libertad, desarrollo y res-
peto a la soberanía nacional.

Finalmente, hemos incluido un apartado de conclusio-


nes y recomendaciones, que puede ser considerado como
un resumen de lo más sustantivo de la Tesis.
xl Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Aspiramos a que esta investigación haya aportado da-


tos precisos, confiables y útiles, que puedan contribuir a
conocer y promover los estudios alrededor de las ideas y
la praxis de este gran pensador y político dominicano, a
quien el pueblo conocía, y conoce, como el profesor Juan
Bosch.
Jorge Santana Castillo. M.A. xli

RAZONES
METODOLÓGICAS
Por tratarse de una investigación de carácter bio-bi-
bliográfica, este estudio se orienta al conocimiento de un
objeto complejo, que evolucionó en el tiempo, de acuerdo
a la evolución de su propia época y las exigencias de la
realidad política de su país. Este procedimiento impli-
ca un proceso interpretativo de esclarecimiento de pro-
blemas, más que un proceso de formulación o contraste
experimental de hipótesis. Sin embargo, nos hemos va-
lido de la epistemología aplicada a las ciencias sociales,
donde se está obligado a asumir, con todas sus conse-
cuencias, el carácter histórico-cultural de su objeto y del
propio conocimiento, como construcción humana, en el
entendido de que la epistemología cualitativa trata de
crear algunos mecanismos para la búsqueda de formas
diferentes de producción de conocimiento, que permitan
la recreación teórica de una realidad plurideterminada,
diferenciada, irregular, interactiva e histórica, como es
la subjetividad humana.
xlii Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Escribe Morin, citado por F. González Rey, sobre lo


complejo y fascinante de este enfoque que incluye las dos
direcciones posibles y complementarias del conocimiento
humano: “Así, el conocimiento está ligado, por todos los la-
dos, a la estructura de la cultura, a la organización social, a
la praxis histórica. Él no es solo condicionado, determina-
do y producido, sino que es también condicionante, deter-
minante y productor (lo que demuestra de manera eviden-
te la aventura del conocimiento científico)”.6

En el caso de la investigación propuesta, se observa


claramente que tiene un referente cualitativo y hermenéu-
tico, pues de lo que se trató es de conocer y analizar el papel
que jugaron las concepciones de Juan Bosch, en el campo
del ejercicio político y en la lucha por la conformación e
instauración de un régimen democrático en la República
Dominicana.

Sin dudas, para los fines propuestos, y por la necesi-


dad de de contextualizar las ideas del personaje, concedí
especial importancia al estudio de la amplia bibliografía
activa de Bosch, con especial énfasis en aquellas obras
directamente relacionadas con la política y la ideología,
como Crisis de la Democracia de América en la Repúbli-
ca Dominicana; Capitalismo, Democracia y Liberación
Nacional; El PLD, un partido nuevo en América; El Es-
tado, sus orígenes y desarrollo; De Cristóbal Colón a Fi-
del Castro: el Caribe frontera imperial; El Pentagonismo,

6. F. González Rey: Investigación cualitativa en Psicología. Rumbos y desafíos.


Editorial Thomson International, Madrid, 1998, p. 18.
Jorge Santana Castillo. M.A. xliii

sustituto del imperialismo. Composición social dominica-


na. Discursos políticos 1961-1966, entre otras; sin dejar de
tomar en cuenta su bibliografía pasiva. De enorme ayuda
resultaron sus artículos de prensa, entrevistas y discursos.
No puede dejar de mencionarse que en su obra de ficción,
caracterizada por un alto contenido de análisis social y de-
nuncia, se hallan ideas y conceptos que ayudaron a escla-
recer sus puntos de vista, incluso, a fijar cronológicamente
la evolución de los mismos.
Jorge Santana Castillo. M.A. 1

CAPÍTULO I
Proceso Histórico de
Construcción del Pensamiento
Democrático en Juan Bosch

1.1. Vida y obra política de Juan Bosch

“¿Quién dijo qué? [...] ¿Qué Juan Bosch ha muerto?


[...] ¿Eso dicen? [...] ¡Falso de toda falsedad! Si en lo
que vemos, si en lo que somos, si en lo que hemos al-
canzado, si en lo que nos falta, si en lo que soñamos,
si en lo que podemos ser, si en lo que luchamos, si en
todo lo que es libertad de tránsito, de expresión del
pensamiento, de trabajo; si en todo lo que es dere-
cho ciudadano, derechos políticos, derechos huma-
nos, derechos constitucionales; si en cada hecho de
libre protesta, si en cada demanda reivindicativa, si
en cada conjunción de voluntades soberanas, está él”.
2 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Ramón Colombo. Un Minuto. Editora Amigo del


Hogar. Santo Domingo, República Dominicana,
2011. p. 254.

Nacido en la ciudad de La Vega, República Domi-


nicana, el 30 de junio de 1909, la vida de Juan Bosch
mueve a una reflexión profunda acerca de su práctica
política y social. Intriga cómo un hombre nacido en un
ambiente modesto, y sin notables influencias intelectua-
les en su entorno familiar, pudo ir profundizando en las
más avanzadas ideas filosóficas, económicas, sociológi-
cas y políticas de su tiempo, hasta expresar las necesi-
dades y ansias de renovación de toda una nación. Fue un
autodidacta, escritor, cuentista, novelista, ensayista, et-
nólogo, periodista y politólogo, hijo de don José Bosch y
Ángela Gaviño, ambos de nacionalidad española. Murió
el 01 de noviembre de 2001, en Santo Domingo, Repúbli-
ca Dominicana.

El contexto en que nace y se desarrolla Juan Bosch,


en la ciudad de La Vega de principios del siglo XX, esta-
ba impregnado por una acumulación ancestral de aban-
dono y pobreza, agravado por el caos y el desorden gene-
ralizado, fruto del devenir político caracterizado por las
luchas constantes entre facciones, la anarquía y la vio-
lencia. A ello debe sumarse la falta de fe en la sociedad
dominicana y en su pueblo, todo lo cual fue expresado
de manera muy precisa por el gran historiador domini-
cano Américo Lugo, una década antes del nacimiento de
Bosch, con palabras plenas de amargura y desilusión:
Jorge Santana Castillo. M.A. 3

No hay que forjarse ilusiones sobre el valor moral del


pueblo dominicano. El valor moral alcanza siem-
pre el límite de la capacidad intelectual, y nuestra
capacidad intelectual es casi nula… Tal es el pueblo
dominicano, semisalvaje, por un lado; ilustrado por
otro, en general, apático, belicoso, cruel, desintere-
sado. Organismo creado por el azar de la conquista
con fragmentos de tres razas inferiores o gastadas,
alimentado de prejuicios y preocupaciones funestas,
impulsado siempre por el azote o el engaño […] aun-
que falto de vigor y vuelos intelectuales, tiene toda-
vía talento y fuerza para ponerse de pie […].7
Con estas palabras Américo Lugo caracterizaba el pa-
norama nacional y las limitaciones que percibía para que
se pudiese transformar aquella sociedad en un ente civili-
zado y coherente, donde primasen las virtudes ciudadanas
y los principios democráticos de gobierno. La solución que
esbozaría en su tesis doctoral de 1916, y en artículos pu-
blicados en 1917, siete y ocho años después del nacimiento
de Bosch, y con el país padeciendo la primera intervención
militar norteamericana del siglo XX, no rebasaba el nivel
de un realismo sombrío, apuntando a una visión romántica
e idealizada sobre las motivaciones de los políticos, y de la
propia política, como actividad humana. “Lo que con sus
actuales defectos de ningún modo puede servir para la for-
mación de un Estado [señalaba] es el pueblo dominicano.
Hay que transfundirle nueva sangre […]”.8

7. Citado por Manuel Arturo Peña Batlle en “Semblanza de Américo Lugo”, En http://
www.cielonaranja.com/penabatlle-lugo.htm
8. Américo Lugo: En revista Letras, Santo Domingo, 11 de febrero de 1917, p. 33.
4 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Ya en su tesis doctoral, publicada un año antes, había


abordado el mismo tema, arribando a similares conclusio-
nes y formulando las mismas sugerencias:

Puesto que [el pueblo dominicano] es incapaz de


gobernarse y que no quiere, después de cincuenta
años de independencia, ser gobernado por un esta-
do extranjero, la minoría ilustrada, que es su más
noble elemento y forma un embrión de Estado, debe
constituirse en partido político […] con el propósi-
to de educar a las masas y suplir la de otro modo,
inevitable intervención extranjera […]. Los partidos
políticos no deben tener aquí por objeto gobernar,
sino preparar al dominicano para el ejercicio, ahora
imposible, del gobierno republicano, democrático y
representativo […].9

La revolución radical que representa Juan Bosch en


la evolución del pensamiento político dominicano, y muy
especialmente en cuanto a sus concepciones sobre el pue-
blo, la democracia, los políticos, y el papel de los propios
partidos, es lo que lo diferencia de las concepciones expre-
sadas por Américo Lugo y muchos de sus contemporáneos,
de principios del siglo XX. Al pesimismo, la negación de los
valores del pueblo dominicano, y las soluciones aristocrá-
ticas, idealistas y puramente ilustradoras, que debían ser
protagonizadas por las élites, Bosch contrapondrá un en-
foque optimista, basado en su profundo conocimiento de la
9. Américo Lugo: El Estado dominicano ante el Derecho Público. Tesis de grado
sustentada para el Doctorado en Derecho, año académico 1915-1916, Santo
Domingo, tipografía El Progreso, pp. 17-18.
Jorge Santana Castillo. M.A. 5

psicología popular y la historia patria, así como del devenir


de naciones y pueblos vecinos, como es el caso, especial-
mente, del cubano, el puertorriqueño y el venezolano. De su
profunda confianza en los ideales democráticos y la capa-
cidad del pueblo para asumirlos y defenderlos, aún cuando
deba ser educado para ello, surge una concepción participa-
tiva y optimista, que permeó buena parte de su discurso y
accionar político, aún cuando las realidades y los desenga-
ños también influyeron en cambios experimentado por esta
concepción, especialmente en sus años tardíos.

Lamentablemente, los años iniciales de la vida de


Juan Bosch, en consonancia con los sombríos vaticinios de
Américo Lugo, transcurrieron en una atmósfera de total
negación de la voluntad popular y de irrespeto a la capaci-
dad del pueblo dominicano hacia el autogobierno. Todo lo
que de ilegal y antinatural puede tener la ocupación militar
del territorio nacional por una potencia extranjera, lo pudo
constatar aquel niño que se iniciaba a la vida.

A los siete años de su nacimiento [señalaba uno de sus


biógrafos y colaboradores más cercanos] el territorio na-
cional sería ocupado por tropas extranjeras: se producía
la primera y ominosa ocupación norteamericana del 1916.
Ese es el mundo en que transcurren su infancia y su ado-
lescencia, y que naturalmente, quedó grabado definitiva-
mente en su alma.10

10. Diómedes Núñez Polanco: Juan Bosch: Aproximaciones a una vida


ejemplar. Trascendencia sociocultural y política de la obra de Bosch. Edit.
Fundación Juan Bosch. Santo Domingo, República Dominicana. 2003. P.
268.
6 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Esto significa, que desde muy temprana edad, la ex-


periencia vital a la que fue sometido, y que marcaría su
pensamiento posterior, tuvo que ver con una realidad que
parecía corroborar, dramáticamente, las ideas de Améri-
co Lugo: la República Dominicana, por las carencias y li-
mitaciones internas, arrastradas desde su génesis, no es-
taba destinada a la vida independiente y soberana, como
nación; merecía la tutela extranjera, y jamás podría aco-
meter la construcción de una sociedad democrática y más
avanzada, en razón de esos mismos atavismos sociales y
raciales, todo lo cual hacía impensable la instauración de
un Estado de Derecho.

Es interesante, e imprescindible a los efectos de la


presente investigación, que indaguemos en los orígenes de
esas ideas particulares de Bosch sobre la política y la de-
mocracia, ya que no se enmarcaban, precisamente, en la
atmósfera intelectual predominante en el entorno social en
que nació y desarrolló sus primeros años.

Para unos, como el destacado jurista dominicano Cé-


sar Pina Toribio, sin la menor duda, “[…] su trayectoria
de maestro y genio político la sentó desde el inicio en sus
cuentos, a través de los cuales modelaba un pensamiento
de crítica social con profundas bases en el conocimiento de
la realidad de su pueblo, y de todo el desarrollo histórico de
la humanidad”.11

11. César Pina Toribio. Aportes de Juan Bosch al Estado democrático y la vida
cultural. Conferencia leída en Cotuí, provincia María Trinidad Sánchez, en: Núñez
P. D., Pimentel, J. y Vargas, G. et al. Juan Bosch: Aproximaciones hacia una
vida ejemplar. Edit. Amigo del Hogar, Fundación Juan Bosch, Santo Domingo,
República Dominicana. 2003. P. 98.
Jorge Santana Castillo. M.A. 7

Según este punto de vista, el factor que propició la


paulatina diferenciación y oposición de Bosch a las con-
cepciones políticas imperantes en el país acerca del destino
nacional, la capacidad de autogobierno del pueblo domini-
cano, y la factibilidad de instaurar un sistema democrático
desde principios del siglo XX y hasta su primer tercio, tuvo
su origen en sus inclinaciones literarias; en su precoz acer-
camiento a los estratos más humildes y desfavorecidos de
la sociedad, buscando en ellos una fuente de inspiración
para sus relatos. Y, siempre según este punto de vista, el
contacto directo con la realidad de los dominicanos y do-
minicanas, especialmente los que habitaban el ambiente
rural profundo, fue lo que desató en Bosch el proceso que
lo fue llevando de lo literario y etnológico, a lo sociológico,
lo filosófico y lo político, y también, a sustituir el pesimis-
mo reinante con un optimismo que partía de valorar el pa-
pel que podría jugar la ilustración popular en la formación
de una conciencia democrática en el país, antesala de los
ineludibles cambios que exigía la propia evolución de la
sociedad.12

12. Juan Bosch no sería el primero, ni el último, de los pensadores y escritores


latinoamericanos y caribeños que, tras el contacto con los sectores más humildes
de sus pueblos, experimentaron una paulatina evolución de sus posturas políticas,
y transitaron de lo puramente literario a lo políticamente activo. De esa tradición
son exponentes el peruano César Vallejo, el nicaragüense Rubén Darío, el
puertorriqueño Eugenio María de Hostos, los cubanos José Martí, Nicolás
Guillén y Alejo Carpentier, el martiniqueño Aymé Césaire, el haitiano Jacques
Roumain, los chilenos Pablo Neruda y Gabriela Mistral, los venezolanos Rómulo
Gallego y Arturo Uslar Pietri, el colombiano Gabriel García Márquez, y entre los
dominicanos, también el poeta Pedro Mir.
8 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Los partidarios de la tesis del origen literario de las


posiciones políticas avanzadas de Juan Bosch, alegan que
solo bastaría leer su novela La Mañosa (1936), obra de un
alto contenido social, como prueba de tales afirmaciones.

Sin embargo, los datos de su vida, especialmente de su


niñez y adolescencia, apuntan a que la sensibilidad social y
su identificación con los humildes, a los que más adelante lla-
maría en lenguaje popular, como “hijos de Machepa”, fue un
largo proceso acumulativo. A muy temprana edad sufrió en
carne viva, como una afrenta, como un insulto a su persona,
ver el espectáculo de tantos hombres sin principios morales
y sin fe en el destino de su patria, colaborar con los invasores
foráneos, reafirmando las tesis lúgubres de Américo Lugo.
Con apenas con siete años, sintió el dolor de ver bajar de los
edificios públicos la bandera dominicana para izar en su lugar
la bandera de los Estados Unidos de Norteamérica.

A esa misma edad ya admiraba al líder revolucionario


Pancho Villa, aquel mexicano, de origen muy humilde, que
fue uno de los jefes de la revolución de 1910, y que se en-
frentó a las tropas extranjeras, llegando a incursionar con
sus guerrilleros en territorio norteamericano. Rememo-
rando la atmósfera en que le tocó crecer, Bosch recordaría
que, “en las noches rezaba para que apareciera un Pancho
Villa dominicano, alguien que hiciera lo que él hacía en
México, y lo que Martí, Gómez y Maceo habían hecho en
Cuba”.13 Con apenas diez años de edad, ya Bosch se sentía
13. Juan Bosch: Crisis de la democracia de América en la República Dominicana.
Editora Alfa & Omega. Santo Domingo, República Dominicana. 3ra, edición.
1999, p. 159.
Jorge Santana Castillo. M.A. 9

avergonzado del general Pedro Santana, el sátrapa que se


había proclamado presidente del país en el año 1844, sin
haber sido electo, y que anexó el territorio dominicano a
España en 1861; al igual de Buenaventura Báez, aquel que
quiso entregar la bahía de Samaná a los Estados Unidos.

Es cierto que el debut de Juan Bosch en la vida pública


dominicana fue como escritor de ficción, y que aportó nota-
bles relatos de tema y denuncia social al panorama literario
de los años 30.14 Fue creador y editor de la página literaria
del periódico Listín Diario, y en 1933, junto a otros escri-
tores de su generación, fundó el grupo literario “La Cueva”.
Pero lo que contribuiría decisivamente a la formación de
sus posiciones políticas, más allá de su comprobada sen-
sibilidad y conciencia social, fue haber sido testigo, desde
sus inicios, de lo que resultaría una de las más prolongadas
y nefastas dictaduras de América Latina y el Caribe: la de
Rafael Leónidas Trujillo Molina, la que se extendió desde
1930 hasta su ajusticiamiento, en 1961.

Trujillo logró, mediante diferentes métodos de coer-


ción, cooptación y terror, la colaboración de los más impor-
tantes intelectuales de la época, con honrosas excepciones,
como las de Américo Lugo, Pedro Mir, Juan Isidro Jime-
nes Grullón, y el propio Bosch. En sus inicios, la irrupción
en la vida política dominicana de este partidario fanático
de la mano dura fue saludada por una sociedad extenua-

14. Testimonio de lo cual son los cuentos publicados antes de su partida al exilio
antitrujillista, en 1938, La mujer (1933), Camino Real (1933) y La bella alma
de don Damián (1939); la novela La Mañosa (1936) y el ensayo Indios: apuntes
históricos y leyendas (1935).
10 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

da ante las constantes asonadas, montoneras y cambios de


gobierno, sin más justificación que las de la fuerza bruta
y la violencia. De hecho, ese Estado ordenado y riguroso
que anhelaba Américo Lugo fue confundido con el despo-
tismo que instaurase Trujillo. En cierta medida, y en mu-
chos aspectos, el tirano fue el creador del estado moderno
en el país, remontando, a sangre y fuego, la anarquía que
le precedió. No debe extrañarnos, en consecuencia, que un
talentoso joven, como Juan Bosch, entrase al servicio del
gobierno, en los primeros meses de 1935, al ser nombrado
en un cargo de la Dirección General de Estadísticas, don-
de organizó la realización del censo nacional de ese año,
incluso, que estuviese propuesto, por Trujillo en persona,
para ocupar un escaño como diputado del Congreso Nacio-
nal. Antes, mediante uno de esos sorprendentes e ilógicos
giros de la historia de aquellos años, cuando todo depen-
día del poder omnímodo del tirano, Bosch había sufrido
un breve período en prisión, motivado por sospechas gene-
radas por sus ideas políticas. Ante la disyuntiva de entrar
al servicio directo de la dictadura, y ser cómplice de sus
desmanes contra el pueblo dominicano, Bosch logró viajar
a Puerto Rico, alegando motivos de salud. Comenzaban así
sus 22 años de exilio y lucha antitrujillista, que no culmi-
naría hasta octubre de 1961, cuando pudo regresar al país,
tras la muerte de Trujillo.

Durante su estancia en Puerto Rico, un hijo del ilus-


tre pedagogo puertorriqueño Eugenio María de Hostos,
le propuso recopilar todos los escritos publicados en su
larga trayectoria de lucha por las causas de Chile, Cuba,
Jorge Santana Castillo. M.A. 11

República Dominicana y Puerto Rico,15 compromiso


que aceptó con mucha responsabilidad por tratarse de
un reformador educativo y social, de un hombre univer-
sal, considerado también como el padre de la educación
dominicana. La influencia de Hostos, Rousseau y José
Martí, cimentaron las bases de su futura concepción del
mundo. La huella de tales maestros es posible apreciar-
las en principios que constituyen la médula de la cosmo-
visión de Juan Bosch, y que son evidentes también en
sus posiciones ideológicas y políticas, entre ellos, su de-
fensa de la democracia y la organización republicana del
Estado; el antillanismo, o la unidad de las islas que con-
forman las Antillas Mayores, como estrategia capaz de
preservar la libertad, la independencia y la soberanía de
las mismas ante las apetencias colonialistas e imperia-
listas de los Estados Unidos y otras potencias europeas;
la defensa y promoción de los derechos universales del
hombre y de la justicia social; la orientación popular de
sus proyectos reformadores y, por último, una marcada
defensa y promoción de la educación y la cultura como
derechos de todos los seres humanos, sin excepción. Los
principios humanistas y patrióticos de Juan Bosch, se
desarrollaron, en consecuencia, como una suma gradual
de influencias y sentimientos desarrollados a temprana
edad, mezcla creativa de lecturas y la observación direc-
ta de la realidad de su tiempo, desde las posiciones de los
trabajadores y los humildes, de la gente sin historia, a la
que otorgó una visible centralidad en sus creaciones lite-
15. Juan Bosch. Hostos el Sembrador. Editora Fundación Juan Bosch. Santo Domingo,
República Dominicana. 1998, p. 7.
12 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

rarias, y también en sus ideas políticas. Así lo atestigua


Justo Pedro Castellanos, cuando dice que “[…] la obra y
el pensamiento de Juan Bosch son una obra auténtica,
profundamente humana, profundamente popular”.16

Bosch, como atestigua el estudio de su vida y obra,


era partidario del verdadero humanismo, del humanismo
universal y democrático que descarta las consideraciones
abstractas, y en cambio, se vincula con los problemas y exi-
gencias reales de su tiempo. Su objetivo fue el de colaborar
con el mejoramiento de la vida de los dominicanos, opo-
niéndose a la discriminación y al fanatismo, la explotación
y la violencia.

Fue un ser íntegro, en el sentido más amplio del tér-


mino, y tenía, a la vez, una personalidad sumamente com-
pleja: intransigente cuando creía tener la razón, no admitía
fácilmente explicaciones, y cuando eran baladíes mucho
menos. Era irritable y difícil de convencer. No era parco
en alabanzas. Se llenaba de cólera con las evasivas. No le
gustaba hablar de sí mismo.

Juan Bosch fue un ejemplo moral para los políticos


dominicanos, no un “Mesías”, como apareciera en el pró-
logo del libro La democracia Revolucionaria. Imágenes
y documentos del Gobierno Constitucional con respaldo
popular, presidido por Juan Bosch en 1963, escrito por el
cineasta dominicano René Fortunato, donde el historiador
Frank Moya Pons afirmó que, “Bosch a su regreso, des-
16. Justo Pedro, Castellanos. Antología del pensamiento de Juan Bosch. II Edición. Ed.
Impreso y Publicación del Banco Central de la República Dominicana. 1999. P. 32.
Jorge Santana Castillo. M.A. 13

pués de la muerte de Trujillo en 1961, vino como el Me-


sías político, a imponer un orden nuevo en la República
Dominicana”.17

Juan Bosch no era un mesías, era un político con


sentido de la historia que, como demócrata liberal, in-
tentó transformar las relaciones políticas de su tiempo,
precisamente porque estas no lo eran, y algunos de los
principales partidos políticos del país, especialmente la
Unión Cívica Nacional,18 que se perfilaba como posible
ganadora de las elecciones de diciembre de 1962, ve-
nían a perpetuar el orden oligárquico y aristocrático que
era la negación de la voluntad popular y de su concepto
republicano y democrático de la sociedad que se debía
transformar.

No se trataba de una contradicción menor. Con ra-


zón, el Dr. Esteban Anchustegui Igartua ha señalado, al
analizar la oposición entre el republicanismo y el comu-
nistarismo que el primero, del que Juan Bosch hacia la
década de los años 60 era un exponente bien perfilado,
17. René Fortunato: La Democracia Revolucionaria. Imágenes y documentos del
gobierno Constitucional con respaldo popular, presidido por Juan Bosch en 1963.
Editora Corripio. Santo Domingo, República Dominicana. 2010, p. VI.
18. Unión Cívica Nacional (UCN): organización política fundada en junio de 1962,
que tuvo como primer objetivo lograr la salida del país de la familia Trujillo y sus
allegados, tras el ajusticiamiento de este. El 27 de febrero de 1962 el movimiento
se convierte en partido político, representante de ciertos sectores conservadores
de la burguesía nacional, entre ellos, importadores y exportadores, industriales y
profesionales. En las elecciones de 1962 emergió como la segunda fuerza política
del país, vencida por el PRD y su candidato, Juan Bosch. Enfrentó al gobierno de
este último, participando en la preparación del golpe de Estado que lo derrocó, el
25 de septiembre de 1963, y encabezando el Triunvirato que lo sucedió. Luego de
los comicios de 1990, con su apoyo muy mermado, a nivel nacional, se fusiona con
el Partido Social Cristiano.
14 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

surgió como “[…] oposición a la forma de gobierno mo-


nárquica y también aristocrática, o a sus respectivas de-
gradaciones, como el despotismo o la oligarquía […]”,19
cuajando, en su sentido moderno, “[…] en aquellos pen-
sadores políticos que ahondan en la crisis de legitimidad
de las democracias representativas”.20

El republicanismo radical de Bosch, una constante


en su pensamiento político, tenía su justificación, preci-
samente, en la oposición que consideraba necesaria a las
formas degradadas, excluyentes y aristocráticas con que
la oligarquía dominicana, pretendiendo erigirse en re-
presentante de amplios sectores del pueblo, disimulaba
su profundo desprecio a todo lo que no tuviese su origen
en las élites del país. En dos de sus obras abordó explí-
citamente el tema, con las siguientes palabras, mientras
trataba de explicar las raíces oligárquicas del golpe de
Estado que lo derrocase:
El Consejo de Estado se estableció con el caduco sis-
tema de escoger los hombres de gobierno, no por su
capacidad, ni por sus luchas contra el régimen truji-
llista, sino por su “importancia social”. En cuanto al
gabinete del Consejo de Estado, en él pululaban los
personajes de la increíble aristocracia dominicana
[…] a la UCN pertenecía el gabinete en pleno […].21

19. Esteban Anchustegui Igartua: “Republicanismo político y ciudadanía social”.


Araucaria: Revista iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, año 14,
número 27, primer semestre de 2012, p. 66.
20. Ídem.
21. Juan Bosch: Crisis de la democracia de América en la República Dominicana.
Editora Alpha y Omega, Santo Domingo, 2009, pp. 74-75.
Jorge Santana Castillo. M.A. 15

El odio irracional de la alta clase media dominicana


hacia el pueblo, es sobrecogedor, difícil de explicar,
y aún de admitir para quien no lo conozca a fondo,
como lo conozco yo; y esa clase media alta, encabe-
zada por los líderes de los industriales y los comer-
ciantes, era precisamente la instigadora y la directo-
ra política del golpe […].22

Cuando le tocó ser el líder de un partido político y el


presidente de los dominicanos, tuvo el cuidado de condu-
cirse siempre como un ciudadano orgulloso de su nacio-
nalidad. Ser un presidente democrático y mantener una
postura altamente ética y moral, fue su mayor compromiso
con la nación dominicana, después de este pueblo haber
vivido en una tiranía siniestra por más de 31 años.

Por sus cercanos vínculos con los intereses de los más


humildes, su extraordinario talento literario, y su concien-
cia acerca de la importancia de educar a las masas para que
puedan ser protagonista de los procesos históricos, uno de
los rasgos observables en el discurso y acción política de
Juan Bosch fue su extraordinaria vocación pedagógico-
popular, que lo sitúa como un maestro de la palabra, difí-
cilmente imitable. No en vano, el pueblo lo conoce como el
“profesor Juan Bosch”. Sus discursos políticos nunca per-
dieron de vista esta vocación educativa, sin desmedro de
los propósitos más inmediatos de la política, como pueden
ser el legislar y ejecutar acciones que vayan en beneficio del
pueblo.
22. Juan Bosch: La gramática parda del golpismo. Artículo publicado en la revista
Life, en español, del 11 de septiembre de 1963, pp. 14-17.
16 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Con un lenguaje cotidiano, conceptuoso, y a la mis-


ma vez sentencioso, lograba aunar en una misma pieza
oratoria la noble tarea de educar, y el no menos noble
objetivo de promover a través de la práctica política,
cambios sociales en la población dominicana median-
te un proceso que hoy se llamaría “de empoderamiento
progresivo”, y de estímulo consciente a la participación
ciudadana. La concepción política de Bosch solo conce-
bía la participación política de los ciudadanos a través
de un proceso ininterrumpido de ilustración, formación
y autoformación, con lo cual se emparenta con los ilu-
ministas franceses del siglo XVIII, y muy especialmen-
te con Rousseau. En este mismo sentido, el Dr. Esteban
Anchustegui Igartua nos brinda otra clave para explicar
mejor el concepto de ciudadanía presente en un político,
como Juan Bosch:

El republicanismo concibe la ciudadanía, principal-


mente como práctica política, como forma de parti-
cipación activa en la cosa pública. No se asienta so-
bre la primacía ontológica del individuo, ni sobre la
defensa de sus derechos particulares, sino sobre un
modo de vida compartido […]. La igualdad y los de-
rechos están, por tanto, basados en el autogobierno
que requiere de la participación activa de la comu-
nidad política […]. De este modo, para el republica-
no, la libertad va unida a la ley y al sistema político
que ella produce […].23

23. Esteban Anchaustegui Igartua. op. cit., p.68.


Jorge Santana Castillo. M.A. 17

Este rasgo en la concepción política de Bosch, del que


hizo gala como político, como candidato presidencial, como
presidente, y luego como constructor de partidos políticos
y estratega, le granjeó una feroz oposición en aquellos sec-
tores para los que la política no se concebía sino como el
accionar de las élites predestinadas a gobernar la nación,
de manera permanente. Una vez más, las definiciones del
Dr. Anchustegui Igartua vienen a subrayar las peculiari-
dades y la extrema novedad de la concepción boschista de
la política: la verdadera representatividad de un gobierno,
la participación popular en las decisiones esenciales que
atañen a la nación y la necesidad de implantar, no solo un
Estado de Derecho, sino también, y sobre todo, de justicia
social:

Este modelo republicano de democracia persigue


la promoción de la ciudadanía civil y política ple-
na. Ello será posible mediante programas públicos
de educación cívico-democrática, de manera que
la ciudadanía pueda ser ejercida en modo mínima-
mente competente y responsable. La consecuencia
más inmediata es que la política democrática deja-
rá de ser un asunto exclusivo y excluyente de unos
pocos (la clase política) para pasar a ser un asunto
de una amplia mayoría consciente de sus derechos
y sus responsabilidades, y dispuesta a exigir a los
gobernantes el fiel cumplimiento de sus tareas […].
En última instancia, se trata de garantizar las con-
diciones materiales de inclusión máxima […]. Los
derechos sociales, por tanto, deben ser reconoci-
18 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

dos como derechos esenciales, porque aseguran los


requisitos de una vida digna y son presupuesto del
ejercicio de los derechos fundamentales civiles y
políticos […].24

De manera abierta, Bosch lo había venido planteando


antes de ser electo presidente: la garantía de poder acome-
ter en República Dominicana, con éxito, las transformacio-
nes estructurales que exigía el desarrollo nacional, descan-
saba en la posibilidad de ampliar las bases sociales de la
propia vida política del país, dando voz y participación a las
amplias masas, sistemáticamente excluidas. Durante los
meses de 1962 que antecedieron a las elecciones, mientras
el PRD crecía de manera exponencial gracias a la prédica
de sus principales dirigentes, la estrategia para mantener
un equilibrio clasista en sus filas, y evitar la mediatización
del proyecto, quedaba reflejaba por el propio Bosch, de la
siguiente manera:

Yo sabía que mientras la masa del pueblo fuera pre-


dominante, este respondería a los fines que perse-
guíamos, pero temía que cuando el predominio de
la organización cayera en manos de la clase media,
las debilidades de este sector social se reflejarían
en él. Por eso, nuestra estrategia en cuanto a afilia-
ciones era, mucha masa popular, bastante pequeña
clase media y poca mediana clase media […].25

24. Esteban Anchustegui Igartua: op. cit. P.69.


25. Juan Bosch: Crisis de la democracia de América en la República Dominicana. op.
cit., p.98.
Jorge Santana Castillo. M.A. 19

La adscripción de Bosch al modelo de republicanis-


mo democrático se expresó, de manera explícita, en dos
textos esenciales para comprender su propio proyecto
de gobierno y de nación, el mismo que intentó llevar a
la práctica en los escasos siete meses de su mandato: el
discurso de toma de posesión, pronunciado ante el pue-
blo y los representantes extranjeros llegado al país para
la ocasión, y la Constitución, aprobada por una Asam-
blea Revisora convocada al efecto, y proclamada el 29 de
abril de 1963.

En su discurso de toma de posesión, Bosch planteó,


de manera inequívoca, el estrecho nexo que unía a las
transformaciones sociales que, ineludiblemente, habrían
de ponerse en práctica, por el bien común, con la justi-
cia, la democracia y la libertad. Se trataba, era evidente,
de un proyecto basado en un conocimiento profundo de
la historia, la marcha de las sociedades humanas, y los
errores cometidos en otros procesos similares. No ha-
bía en ello ninguna improvisación, sino una meticulosa
observación previa y un diagnóstico en el que los fines
no justificaban los medios, sino todo lo contrario. Así lo
expresó:

[…] Nos hallamos en el centro de la gran corriente


revolucionaria que está sacudiendo al Nuevo Mun-
do […], y estamos obligados a andar de prisa, como
sea posible hacerlo, sin salirnos en momento algu-
no de las normas democráticas, las cuales exigen el
respeto al derecho ajeno, porque sin respeto al de-
20 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

recho ajeno no puede haber paz, y sin paz no puede


haber bienestar para los millones de dominicanos
que reclaman una vida mejor.26

En cuanto a la Constitución de 1963, prontamente


derogada por la Junta Militar que derrocó a Bosch, fue la
Carta Magna más avanzada que haya tenido el país hasta
esa fecha, y posiblemente, hasta el presente. Por primera
vez, en décadas de vida republicana, se refrendaban como
derechos inalienables aquellos destinados a garantizar
una efectiva política de justicia social que favorecía a los
más humildes, y en consecuencia, ponía coto a la explota-
ción, las desigualdades y los abusos cometidos hasta esa
fecha. Por ejemplo, en su Artículo 1, Inciso b, expresaba
que “[…] son finalidad básica de los poderes públicos pro-
pender a la eliminación de los obstáculos de orden econó-
mico y social que limiten la igualdad y la libertad de los
dominicanos, y se opongan al desarrollo de la personali-
dad humana y a una efectiva participación de todos en la
organización política, económica y social del país”.27

Esta Constitución, que tuvo en Bosch a su principal


inspirador, consagraba, además, el derecho universal al
trabajo y a la iniciativa económica privada “[…] mientras
no sea ejercida en perjuicio de la seguridad, la libertad o
la dignidad humana”; el derecho universal a la Seguridad
Social, a la libre afiliación sindical y a la huelga; el dere-
26. Juan Bosch: Discurso en la toma de posesión. Santo Domingo, 27 de febrero de
1963. Ver en Felucho Jiménez: ¿Cómo fue el gobierno de Juan Bosch?, Editora
Alpha & Omega, 1998, pp.39-43.
27. Felucho Jiménez: op. cit., p.98.
Jorge Santana Castillo. M.A. 21

cho a percibir igual salario por igual trabajo, sin discrimi-


nación de sexo, edad o estado; el derecho de los trabaja-
dores a participar de los beneficios de las empresas donde
laboren; el derecho del campesino a adquirir la propiedad
de la tierra que trabaja; el derecho de cada familia a vi-
vir en una vivienda propia y el carácter inembargable del
fundo familiar; el derecho de todos los ciudadanos a la
educación, la que el Estado está obligado a garantizar de
manera gratuita; el deber del Estado a garantizar al pue-
blo una salud e higiene adecuadas, así como una alimen-
tación “nutritiva, abundante y a bajo costo”.

La evolución de la obra y el pensamiento político de


Juan Bosch, así como sus adscripciones ideológicas, son
visibles a través de las diferentes etapas de su propia vida.

Estas fueron:

1) Una primera etapa, un período de formación y


acumulación de información para perfilar sus principales
posiciones y concepciones políticas, en el que sus 22 años
de exilio antitrujillista, de creación literaria, y de apren-
dizaje en sociedades políticamente más diversas y avan-
zadas que la dominicana, como la cubana, la mexicana,
la venezolana, la chilena y la costarricense, jugaron un
papel destacado.

El triunfo de la Revolución cubana, en enero de 1959,


el ascenso de las luchas anticolonialistas y antiimperia-
listas en el mundo, el fin de la dictadura trujillista, el es-
tallido de los procesos de liberación nacional en América
22 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Latina, la llegada a la presidencia de los Estados Unidos de


un político demócrata-liberal, como John F. Kennedy y la
implantación de su proyecto de la Alianza para el Progreso,
terminaron de conformar el ambiente en que se perfiló la
cosmovisión filosófica, política e ideológica de Bosch.

2) Una segunda etapa comenzó a partir de octubre


de 1961, cuando regresa al país y retoma el contacto con
su realidad política, económica, cultural y social, prolon-
gándose hasta ser electo Presidente, asumir los destinos
de la nación y ser derrocado mediante un golpe de Es-
tado militar, en septiembre de 1963, debiendo comenzar
su segundo exilio, el que se prologaría hasta 1965. Esta
segunda etapa sería decisiva para su radicalización polí-
tica, especialmente, al ver la manera en que se reprimió
al pueblo en armas, levantado durante la Revolución de
Abril de 1965, por reclamar su regreso a la Presidencia
y la restitución de la Constitución de 1963, y la invasión
militar directa norteamericana a su país, que comenzó el
28 de abril de 1965.

En esta segunda etapa jugaron un importante papel


el asesinato de Kennedy, el fracaso de la Alianza para el
Progreso, el regreso a la aplicación de las políticas más
agresivas y represivas del imperialismo norteamerica-
no, incluyendo el aliento y apoyo a golpes de Estado re-
accionarios y dictaduras de derecha en América Latina,
la escalada de la guerra en Vietnam, la consolidación del
proyecto revolucionario en Cuba y los avances de las ideas
revolucionarias y socialistas en el mundo.
Jorge Santana Castillo. M.A. 23

3) Una tercera etapa se inicia en septiembre de 1965,


cuando regresa al país y participa en el proceso electoral
en el que los ocupantes norteamericanos imponen como
presidente a Joaquín Balaguer. En noviembre de ese mis-
mo año parte para residir en España, ocasión propicia
para concluir obras cardinales que permiten constatar
la radicalización de su pensamiento político, entre ellas:
Composición social dominicana, de Cristóbal Colón a Fi-
del Castro: el Caribe, frontera imperial, y especialmente,
El Pentagonismo, sustituto del imperialismo. De este pe-
ríodo datan sus visitas y contactos con la realidad de las
sociedades socialistas de Europa del Este, como la de Yu-
goslavia, y también con países socialistas asiáticos, como
China, Corea del Norte, Vietnam y Cambodia. Muestra
de su evolución ideológica son también otros escritos pu-
blicados en esta etapa, como Breve historia de la oligar-
quía, su conocida Tesis de la dictadura con respaldo
popular y su notable esfuerzo por elevar y profundizar
el nivel ideológico de los militantes del PRD, y del pue-
blo dominicano, en general, mediante la publicación de la
Colección de Estudios Sociales y la intensificación de sus
charlas radiales.

En esta etapa también ejercen influencia los suce-


sos del Mayo francés y la Primavera de Praga, la derrota
de los norteamericanos en la Guerra de Vietnam, el de-
sembarco y muerte en las montañas del país del coronel
constitucionalista Francisco Caamaño Deñó y la mayor
parte de su guerrilla, quien había encabezado la Revolu-
ción de Abril de 1965. También el inicio del despliegue
24 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

de la Doctrina de Seguridad Nacional en América Latina,


las Juntas militares y golpes de Estado, como el que de-
rroca y provoca la muerte del presidente chileno Salvador
Allende. En lo interno, un factor esencial en su evolución
política lo sería su renuncia al PRD y la fundación, bajo su
inspiración y liderazgo, en diciembre de 1973, del Partido
de la Liberación Dominicana (PLD).

4) La cuarta y última etapa es la que se extiende


desde 1974, hasta su muerte, ocurrida en el 2001. En
ella se destacan la fundación del periódico Vanguardia
del Pueblo, órgano del PLD, su participación en el Tri-
bunal Internacional Russell, la fundación, en 1980, de
Teoría y acción, revista teórica del PLD, la publicación
de obras como El partido: concepción, organización y
desarrollo (1983), El capitalismo tardío en la República
Dominicana (1986) y El PLD, un partido nuevo en Amé-
rica Latina ((1989). En estos años se produce su acer-
camiento definitivo a la Revolución cubana y a su líder
Fidel Castro, que tuvo su clímax con el otorgamiento a
Juan Bosch de la Orden José Martí, ocurrido en junio
de 1988. Es candidato presidencial en las elecciones de
1986, 1990 y 1994, en las que resulta electo Joaquín Ba-
laguer. En junio de ese mismo año renuncia a sus posi-
ciones ejecutivas en el PLD, poniendo fin a una carrera
política de 56 años.

En la arena internacional, este período se caracte-


rizó por el triunfo de la Revolución Sandinista y el re-
crudecimiento de las guerras civiles en El Salvador y
Jorge Santana Castillo. M.A. 25

Guatemala, el despliegue de la Revolución Conservadora


de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, el avance de las
ideas y proyectos neoliberales, la caída del Muro de Ber-
lín, en 1989, y la desaparición de la URSS, en diciembre
de 1991, el recrudecimiento del bloqueo contra la Revo-
lución cubana, el afianzamiento del mundo unipolar y
de pensamiento único, el retroceso de las ideas revolu-
cionarias y socialistas, y los sucesos del 11 de septiembre
del 2001, que dieron inicio a la llamada Guerra contra el
Terrorismo.

En cierta medida, la evolución política de Juan


Bosch coincide con las principales tendencias que, en
cada momento, resultaron dominantes en la arena na-
cional e internacional. Su evolución pasó por el repu-
blicanismo democrático y liberal, anti dictatorial de la
llamada “izquierda democrática” en América Latina, de
carácter anticomunista, nacionalista y, en ocasiones, po-
pulista, para radicalizarse más tarde en un marxismo-
leninismo tardío, respuesta a las políticas imperialistas,
represivas y oligárquicas en América Latina, que tuvo su
expresión en una visión ecléctica acerca de la necesidad
de constituir un partido popular y de liberación, del que
el PLD fue su más acabado representante, a medio cami-
no entre la concepción leninista del partido de la clase
obrera, y las condiciones concretas de la lucha de clases
y la composición social en República Dominicana, o sea,
de una sociedad, multiétnica, capitalista y subdesarro-
llada del Tercer Mundo.
26 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

1.2. Panorama de la situación política


en el período 1930-1965 en la
República Dominicana

Para analizar este período histórico es pertinente ha-


cer referencia al fenómeno financiero que provocó una de-
presión económica sin precedentes, a nivel mundial, y que
estalló el 24 de octubre de 1929, a consecuencia del llama-
do Crack de la Bolsa de Wall Street. Ningún país de Améri-
ca Latina escapó a dicha crisis, y menos aún, la República
Dominicana, que desde el 1916 y hasta el 1924 había sido
ocupada militar, política y económicamente por los Esta-
dos Unidos de Norteamérica.

La ocupación militar norteamericana de 1916 en


la República Dominicana, creó las bases organizativas
para que Rafael Trujillo Molina, se convirtiera en el jefe
militar de Santo Domingo. Así, la Guardia Nacional se
constituyó en la única depositaria del poder armado en
toda la nación, y nadie tendría medios para oponerse a
ella.

El país se desenvolvía con un escaso desarrollo eco-


nómico, político y social. Carecía, absolutamente, de ins-
tituciones políticas y civiles. Si existían algunas, estas co-
rrespondían a los intereses de los caudillos locales, lo que
aprovechó Trujillo para constituirse en el jefe de la Guardia
Nacional, como única vía que le permitiría más tarde cons-
tituirse en jefe de la Nación.
Jorge Santana Castillo. M.A. 27

Haciendo alusión a esta situación, Bosch escribe que,


“desde el 1930, el país se halla militarmente ocupado, po-
líticamente sometido y económicamente esclavizado por
la tiranía que encabeza Rafael Leónidas Trujillo”.28 A esto
debemos agregarle las incidencias negativas que iba a pro-
ducir en la economía de la República Dominicana la crisis
mundial de 1929.

El caudillaje en la República Dominicana alcanzó los


niveles más perversos y crueles de Latinoamérica, tanto en
el aspecto político, como en la vida misma de los domini-
canos. Trujillo utilizó sus dotes antisociales para beneficio
personal. Sobre esto escribe Bosch:

A raíz del 1930, el país entró en una arritmia histó-


rica, debido a que Santo Domingo se mantuvo, a lo
largo de su vida colonial e independiente, fuera del
ritmo histórico americano; esto facilitó a Trujillo
la tarea de penetrar en la entraña misma de la vida
nacional y dominarla, al extremo de que el pueblo
dominicano no tardó en ser su tributario en todas
las manifestaciones de su existencia.29

Las manifestaciones del capitalismo en República


Dominicana, hacia 1930, estaban en una fase embrio-
naria, ostentando rasgos de supeditación, ya que depen-
dían de inversiones provenientes del exterior. Trujillo

28. Juan Bosch. Trujillo: Causa de una tiranía sin ejemplo. Editorial Alfa & Omega,
novena edición. Santo Domingo, República Dominicana, 2002. p.176.
29. Ibídem, p.130.
28 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

encabezó el proceso de establecimiento del capitalismo


nacional en la República Dominicana, llegando a consti-
tuirse en el principal empresario capitalista del país, ade-
más de jefe de Estado vitalicio.

A partir de 1930, la República Dominicana empieza el


tránsito de una economía agraria, casi feudal, a la instau-
ración de un capitalismo salvaje. Trujillo se hace dueño, a
la vez, del poder público y del poder militar ayudado por el
terror, la represión, y una voracidad despiadada, protago-
nizando, de esta manera, una gran acumulación de rique-
zas sin interesarle el valor de la vida, la dignidad humana
y el derecho de los dominicanos a la libertad y el bienestar
social.

Aprovechando la crisis de la Segunda Guerra Mundial,


unida a la política de “Buen vecino”, promovida por los Es-
tados Unidos, Trujillo logra alcanzar un nuevo acuerdo, el
que anula algunos elementos irritantes de la convención
del 1924, como eran el control de las aduanas dominica-
nas, un viejo anhelo del pueblo, y una temprana meta de
Trujillo, que veía en este control un serio obstáculo para la
ampliación de sus negocios.

Este acuerdo se logró a finales del 1940, y para su


firma, Trujillo se trasladó a Washington con el claro pro-
pósito de explotar el hecho como una conquista perso-
nal. Nos referimos al Tratado Trujillo-Hull, firmado el
24 de septiembre de 1940. Este tratado eliminó la re-
ceptoría y el control norteamericano sobre los aranceles,
Jorge Santana Castillo. M.A. 29

y permitió al gobierno dominicano aumentar su deuda


externa sin tener que pedir permiso al gobierno norte-
americano.30

En las tres décadas que duró el gobierno de Trujillo no


se tuvo el más mínimo respeto por la vida humana. Más
de 30 mil personas perdieron su vida durante su régimen
opresivo, y otros tantos tuvieron que exiliarse para poder
vivir, entre ellos, Juan Bosch.

Contando con el apoyo de sucesivos gobiernos norte-


americanos, que consideraron la dictadura trujillista como
un firme aliado regional en la represión de las actividades
revolucionarias, dentro de su política de contención del
avance del comunismo, durante los años de la Guerra Fría,
el régimen se mantuvo a costa de enormes sufrimientos del
pueblo, la depauperación económica del país y el enriqueci-
miento del clan Trujillo y sus cómplices.

La situación cambiante, a partir del triunfo de la Re-


volución cubana, en enero de 1959, sorprendió a una dic-
tadura debilitada por su política represiva y de saqueo del
tesoro nacional, incapaz de renovarse para sobrevivir. De
esta manera, y ante el aumento de la resistencia popular, se
produce el ajusticiamiento del tirano, en la noche del 30 de
mayo de 1961. Comienza un período de inestabilidad polí-
tica y económica que hizo temer al gobierno de los Estados
Unidos por la posibilidad de que en el mismo se instaurase
“una segunda Cuba”. En 1962, y tras la salida al exterior
30. Ver: http:// www.monografías.com/trabajo 24/deuda externa dominicana/ deuda
externa. [Fecha de consulta: 20 de febrero 2010].
30 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

de los familiares del tirano ejecutado y sus más cercanos


colaboradores, se instaura el Consejo de Estado, formado
por personeros de la oligarquía nacional, dependientes de
la voluntad norteamericana, el cual organiza las elecciones
del 20 de diciembre de 1962, en la que resulta vencedor el
PRD y su candidato, Juan Bosch.

El 27 de febrero de 1963 se inicia el breve mandato del


presidente Bosch, duramente combatido, desde sus inicios,
por los partidos conservadores, antes derrotados en las urnas,
encabezados por la UCN, y también por la prensa oligárquica
a su servicio. A este grupo se incorporarían el alto clero católi-
co, los militares trujillistas y la propia Embajada norteameri-
cana en Santo Domingo. La principal acusación contra aquel
gobierno electo por voluntad popular era que se trataba de un
gobierno “comunista”. El 25 de septiembre de ese mismo año,
se produce el golpe de Estado contra Bosch, protagonizado
por una Junta Militar apoyada por seis partidos políticos de
derecha. Como era de esperar, se clausura el Congreso nacio-
nal, se deroga la nueva Constitución, se prohíben los partidos
políticos revolucionarios, o radicales y se implanta, una vez
más, la represión. A la Junta Militar, por razones cosméticas,
sucede un Triunvirato, formado por personajes que giraban
en la órbita de la UCN y del anterior Consejo de Estado. El
gobierno de Kennedy, a pesar de sus iniciales declaraciones
en contra, no tardará en reconocer a este gobierno espurio. A
fines de ese año, un levantamiento revolucionario protagoni-
zado por el Movimiento 14 de Junio, es aplastado a sangre y
fuego, y asesinados sus principales líderes.
Jorge Santana Castillo. M.A. 31

Con el Triunvirato concluyó, en lo fundamental, el


proceso de saqueo de las propiedades trujillistas, que ha-
bían sido declaradas bienes públicos, y eran administra-
dos por el Estado. Continuó también la política de fomento
incontrolado de la corrupción, a todos los niveles del go-
bierno, la entrega de las riquezas nacionales al capital nor-
teamericano, y el alineamiento de República Dominicana
a los planes de agresión contra Cuba. A tal extremo llegó
la situación que comenzó un proceso combinado de cons-
piraciones cívico-militares, con el objetivo de derrocar al
Triunvirato, propiciar el retorno de Bosch, como presiden-
te constitucional, y volver a poner en vigor la Constitución
de 1963.

El 24 de abril de 1965 estalla la revolución constitucio-


nalista que, contando con el apoyo del pueblo y militares
leales, derrota a las fuerzas armadas de la reacción, y solo
logra ser contenida mediante el desembarco, el 28 de abril,
de 42 mil marines norteamericanos. Tras varios meses de
resistencia y negociaciones, presionados por la condena de
la opinión pública mundial y numerosos gobiernos, el go-
bierno de los Estados Unidos se ve obligado a firmar un
acuerdo con los constitucionalistas, liderados por el coro-
nel Francisco Caamaño, y se decreta el cese de las hostili-
dades. Como resultado de las negociaciones, Bosch regresa
al país, en septiembre de ese mismo año, y es nombrado
presidente provisional el Dr. Héctor García Godoy.
32 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

1.3. Las primeras ideas democráticas


en el pensamiento político
de Bosch

En el contexto en que Juan Bosch intentaba imple-


mentar sus ideas democráticas en la República Domini-
cana, las instituciones civiles y militares mostraban un
atraso político y social enorme, a tal extremo que existen
dudas sobre el propio carácter de las mismas. No eran,
como podría pensarse, instituciones de la sociedad, enten-
didas como parte de una estructura definida con normas o
formas de proceder establecidas, regularizadas, racionali-
zadas e interrelacionadas, a los fines de cumplir cometidos
importantes, con respecto a la existencia y desarrollo de
ese conglomerado humano.

Farid Kury se refiera a ello cuando escribe que el pro-


pio Bosch entendía que “hablarle [a las personas] de de-
mocracia, era como hablarle en chino o en árabe, y que sus
explicaciones sobre la democracia y cómo debía funcionar,
sirvieron para reforzar prejuicios contra él”.31 Parece ser
que este era un mal endémico de la sociedad dominicana,
que venía produciéndose desde mucho antes de la funda-
ción de la República, en 1844.

En la obra de Justo Pedro Castellanos, se cita lo escri-


to por Enriquillo Sánchez, cuando sosteniendo esta misma
tesis, dice que “[…] hasta el propio Bosch, con sobrada ra-

31. Farid Kury: Juan Bosch: Memoria de un Golpe. Editorial Centenario, Santo
Domingo, República Dominicana, 2007, p. 23.
Jorge Santana Castillo. M.A. 33

zón, llegó a dudar de que su lucha por el establecimiento de


una verdadera y real democracia, pudiese instaurarse en la
República Dominicana”. Sigue sosteniendo este pensador,
que “[…] el hombre dominicano, como categoría cultural y
política, e incluso humana, careció por completo de exis-
tencia”, para concluir afirmando que “[…] el hombre de la
tierra, los valores populares, la moral de los humildes, el
aliento de redención, honda e intransferiblemente cristia-
no, se hallan ausentes de nuestras letras”.32

Lo lamentable del caso es que todavía hoy, en pleno


siglo XXI, aquellas dudas que albergaba Bosch sobre la po-
sibilidad de instaurar un régimen democrático en la Repú-
blica Dominicana, permanecen en la mente de una gran
parte de los dominicanos.

Para reafirmar esta idea de que una parte de la pobla-


ción considera que la democracia y el Estado de Derecho
son una utopía, o una falacia, veamos los resultados de un
estudio realizado a través de las “Encuestas Nacionales so-
bre Cultura Política y Democracia”, conocidas como DE-
MOS. Dicha investigación se llevó a cabo en el 2001.

Esta encuesta señala “que los resultados son alentado-


res y tristes al mismo tiempo, simbiosis extraña y real que
demuestra cuánto hemos crecido como sociedad, y cuánto
nos falta todavía”.33

32. Justo Pedro Castellanos: Antología del pensamiento de Juan Bosch. Segunda
edición. Impresión Banco Central de la República Dominicana, 1999, p. 34.
33. Ver: Resultados de la III Encuesta Nacional De Cultura Política y Democrática,
(DEMOS 2001), Santo Domingo, República Dominicana, p. 6.
34 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

El estudio revela que todavía prevalece en la Repúbli-


ca Dominicana una visión providencialista y paternalista
del liderazgo político. Según esta investigación, en el 2001,
el 86% de los entrevistados consideró que un buen presi-
dente debe ser como un padre a quién hay que acudir para
que resuelva los problemas, contra un 82% en 1997 y un
76% en 1994.34
Si tomamos en cuenta que los investigadores que rea-
lizaron estas encuestas son reconocidos profesionales de
altos valores éticos, las respuestas ofrecidas por las per-
sonas entrevistadas, nos hacen trasladarnos a los años de
1930-1961, cuando perduraba la dictadura trujillista con su
régimen paternalista y clientelista, lo cual nos permite va-
lorar la dimensión de la obra política realizada por Bosch,
en su lucha por el establecimiento de un sistema democrá-
tico en la República Dominicana.
Un dato mucho más reciente lo ofrece Javier Cabreja,
en el periódico El Caribe, donde señala que una reciente
investigación aparecida en el Latinobarómetro, destaca la
gravedad de la situación dominicana, con respecto a una
serie de indicadores relacionados con la democracia. Uno
de los aspectos medidos tiene que ver con la satisfacción
de los latinoamericanos ante la instauración de gobiernos
democráticos. Según este estudio, apenas el 33% de los do-
minicanos está satisfecho con su democracia, lo que nos
coloca muy por debajo de países como Uruguay (72%), o
Panamá (54%).35 Esta respuesta plantea la imperiosa ne-
34. Ídem.
35. Javier Cabreja: Mejorar los indicadores de la democracia, El Caribe, página
Opiniones, 17 de febrero, 2012.
Jorge Santana Castillo. M.A. 35

cesidad de llevar a cabo reformas dirigidas a mejorar los


indicadores de la democracia, y esto se lograría, como en-
tonces intentase hacer Juan Bosch, reduciendo de manera
drástica la corrupción, garantizar la justicia social y dando
mayor participación ciudadana.

En un estudio realizado por Orlando Objío, se afirma


que “[…] la historiografía dominicana registra abundante-
mente la tesis de que el pueblo dominicano no tiene ap-
titud para la vida democrática. Así lo vemos reflejado en
las ideas de los principales pensadores liberales del siglo
XIX”. Entre los ejemplos citados por Objío, se encuentran
los siguientes:

Pedro Francisco Bonó, considerado el padre de la so-


ciología dominicana, estimaba, de acuerdo a las opiniones
de Orlando Objío, que “[...] la sociedad dominicana fue or-
ganizada para el despotismo, [...] Tendremos, mal que nos
pese, rebeliones y más rebeliones, dictaduras y más dic-
taduras”. Estimaba que la dictadura era, “el remedio uni-
versal a que han apelado pueblos y gobiernos en las horas
supremas de su existencia, los nuestros no se prestan para
otro. Debe agregarse que las clases que dirigen han perdi-
do el prestigio para la forma republicana, y las otras no han
podido aún adquirir las autoridades que afirmen definiti-
vamente el que le pertenece”.36

36. Orlando Objío: El pensamiento sociológico y geográfico a fines del siglo XIX.
Autoritarismo y pensamiento social dominicano. Primer Seminario de Sociología.
ADOS. Santo Domingo, República Dominicana, 2002. p 2. A Pedro Francisco Bonó
se le considera el primer sociólogo dominicano, (1828-1906). De pensamiento
liberal, propugnó por la libertad de culto, por una educación alejada de la Iglesia, y
por la autodeterminación de los pueblos.
36 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

De la misma manera, en la obra de Objío, el sociólogo


José Ramón López en su análisis de la relación Estado-So-
ciedad, precisa que “[...] la dureza de lo positivo actual, es
que ninguna sociedad puede constituirse sino en la forma
que resulte del estado de cultura de sus miembros; y que no
hay poder humano capaz de hacer efectivos en un pueblo
atrasado los principios de la democracia verdadera”.37

Asimismo, en la obra anteriormente citada, Francisco


Eugenio Moscoso Puello, en sus famosas Cartas a Evelina,
también confirma la tesis, cuando afirma que “[…] este país
no tiene todavía, y algunos afirman que no tendrá nunca,
educación cívica suficiente para vivir una vida de liber-
tad y honestidad. Aquí se juega a gobierno. No tenemos
ciudadanos”.38

También al respecto, el destacado historiador Américo


Lugo, citado en la misma obra de Objío, señala que, desde
su origen histórico:

El pueblo dominicano es un montón informe, una


masa caótica de crímenes y de sangre. La sociedad
está estratificada en dos clases, la sociedad de pri-
mera, la clase elevada, son los ricos, los gobernantes
mientras gobiernan, los hombres muy instruidos,
los profesionales sobresalientes, que constituyen
las minorías. La otra, es la sociedad de segunda,
la clase inferior, la mayoría. La mayor parte de los
dominicanos son seres enfermos, inficionados de
37. Ibídem, p. 3.
38. Ídem, p. 3.
Jorge Santana Castillo. M.A. 37

vicios morales, o de ilusiones que falsean comple-


tamente sus esfuerzos intelectuales. Esta clase, y la
de los agricultores, nunca deberían ser clase gober-
nante, sino gobernados.39

Al respecto, Américo Lugo sigue afirmando que:

Este es un pueblo donde todas las condiciones son


adversas al ordenamiento democrático, especial-
mente el medio social. Un pueblo que ha vivido
en la atmósfera de la inmoralidad pública y la in-
justicia, que está inficionado de vicios, de errores
fundamentales, que no conoce más prácticas gu-
bernativas que las que en estas tierras han podido
perdurar, las de la tiranía […] un pueblo semejante,
con absoluta falta de conciencia nacional, no cons-
tituye una nación y tiene muy poca aptitud políti-
ca; ese pueblo es incapaz de gobernarse, carece en
absoluto de tradición aprovechable y de educación.
Aquí no es posible hablar de nación, ni de Estado; el
Estado dominicano no nació viable. Murió asfixiado
en la cuna.40

De igual manera, en el texto señalado de Orlando


Objío, el gran intelectual dominicano, Peña Batlle, cita-
do en su obra, La tesis de la dictadura fecunda, escri-
be que “[…] la democracia es un lujo que no podemos
gastarnos”. 41

39. Ibídem, p. 5.
40. Ibídem, pp. 6-7.
41. Ibídem, p. 7.
38 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Como puede apreciarse, una parte importante de los


más ilustres pensadores dominicanos de los siglos XIX y XX
no veía factible el establecimiento de un sistema democrático
en el país, dada la composición de la población y su historia.
Para ellos el panorama era sombrío, lo cual confiere un grado
mayor de relevancia y originalidad al pensamiento político de
Bosch, defensor de la democracia y la factibilidad de su ins-
tauración en el suelo patrio partiendo, no de un optimismo a
ultranza, ni del desconocimiento de su pasado y su realidad,
sino del estudio y conocimiento de las causas que la han limi-
tado o postergado, a través del devenir nacional. Muestra de
ello lo constituyen las palabras que Bosch leyó en el progra-
ma de radio Tribuna Democrática, el 12 de diciembre de 1962,
cuando aún no se habían celebrado los comicios que le dieron
el triunfo a su partido:

Tal vez la democracia no sea perfecta debido a que no


hay nada perfecto sobre la tierra del Señor. Pero es el
sistema de gobierno y de vida menos malo a causa,
precisamente, de que no se funda en el odio. Cuando
se es demócrata, cuando se siente en verdad la demo-
cracia, no se puede recurrir al odio, y por la misma
razón no se puede recurrir a métodos sucios en la lu-
cha política. Porque la lucha política debe tener una
finalidad superior, debe procurar un fin patriótico: no
se debe luchar por conquistar el poder, por llegar al
gobierno, sino por implantar la democracia, que es lo
verdaderamente importante.42

42. Justo Pedro Castellanos: Antología del pensamiento de Juan Bosch. Segunda edición.
Impreso por el Banco Central de la República Dominicana, 1999, p.28.
Jorge Santana Castillo. M.A. 39

Juan Bosch es el creador de una visión optimista del


hombre dominicano y su futuro, los mismos que el pen-
samiento tradicional había olvidado y menospreciado. “A
Bosch, pertenece -dice Enriquillo Sánchez, en la obra de
Justo Pedro Castellanos- sin discusión, la primera teoría
de lo dominicano, plena de certidumbres que tocan fondo,
aunque estén abiertas a enriquecimientos y ampliaciones
permanentes. Bosch es el primero que piensa lo dominica-
no con objetividad, no con pasión”.43

En ese mismo tenor, el autor subrayó que “[…] el suyo


es el primer discurso con vocación científica sobre nuestras
realidades prístinas. Ese discurso dinamitó antiguallas
ilustres, acaso sin mencionarlas”.44

A Bosch las visiones sombrías sobre la incapacidad


congénita del pueblo dominicano para la democracia y el
autogobierno no lo amilanaron en la búsqueda de solucio-
nes verdaderas para remediar los males ancestrales de la
nación. Estaba convencido de que el mejor sistema de vida
es el democrático. En otro discurso, pronunciado el 10 de
diciembre de 1962, confirma la importancia que tiene la
democracia para los pueblos:
Los dominicanos no se imaginan siquiera lo que es
una democracia; no se dan cuenta, no pueden darse
cuenta de que en una democracia se respeta a todo el
mundo; que a nadie se le obliga, ni se le puede obli-
gar a hacer lo que no quiera hacer, ni a pensar como
no quiera pensar; que la verdadera democracia es
43. Justo Pedro Castellanos: op. cit. p.35
44. Ibídem, P.25.
40 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

el único sistema político que garantiza de verdad la


libertad del hombre: libertad para vivir sin miserias,
libertad para educarse, libertad para pensar como les
parezca mejor, libertad para ejercer la religión que
le guste. Nunca antes aquí se ha visto la democracia
en función, y hay gente que le tiene tanto miedo a la
democracia que quiere matarla antes de que nazca,
como la están matando los que han rebajado la lucha
política actual hasta colocarla, como está hoy, en un
lodazal de insultos, infamias y mentiras.45

Para romper con este pesimismo, que no sin cierta


razón expresaban algunos intelectuales dominicanos que
le precedieron, y que todavía hoy, transcurridos más de
cincuenta años de su presidencia, aflora en una parte de
la población dominicana, Bosch comprendió que el esta-
blecimiento de un régimen democrático en la República
Dominicana, con los principios morales que se requieren,
debía estar precedido por un profundo y sistemático pro-
ceso de información y educación del pueblo, y así lo hizo
durante toda su vida política, especialmente a partir de su
regreso al país tras su primer exilio.
A tal extremo de convicción estaba esta creencia arrai-
gada en Bosch, que Luis de León ha podido expresar que
para “Juan Bosch, el establecimiento de una democracia
auténtica, al servicio del pueblo dominicano, fue una obse-
sión sociocultural y educativa”.46

45. Juan Bosch: Discursos Políticos: 1961-1966. op. cit., p. 25.


46. Luis de León: Educación y democracia de cara al siglo XXI. Editorial Nuevo
Diario, Santo Domingo, República Dominicana, 2005, p. 45.
Jorge Santana Castillo. M.A. 41

La conformación del pensamiento democrático en


Bosch podría ubicarse a partir del 1940, al entrar en con-
tacto con las obras del insigne maestro puertorriqueño Eu-
genio María de Hostos, cuando apenas tenía 29 años de
edad.

El encuentro con el pensamiento de Hostos, fue el ini-


cio de un proceso de descubrimiento de las ideas avanza-
das y democráticas de este pensador. También sus lecturas
sobre temas de historia nacional, y la asimilación de los
principios y el accionar del Padre de la Patria, Juan Pablo
Duarte, los Trinitarios y otros pensadores de la literatura
clásica. 47

En los inicios, se trató de un anhelo confuso, expresa-


do en una especie de anhelo de servicio a la causa del mejo-
ramiento social integral del pueblo dominicano y del resto
de los pueblos de América Latina. Si bien es cierto que lo
instintivo jugó un rol inicial, también lo es que la madurez
paulatina de Bosch y sus lecturas, cada vez más completas
y ordenadas, fueron dando coherencia y conciencia propia
a sus concepciones sobre la ciudadanía, la democracia, y
los cambios sociales. Así lo escribió Bosch, refiriéndose a
sí mismo:

47. Juan Bosch: Hostos, el sembrador, op. cit., p. 2. 1998. El 16 de julio de 1838, Juan
Pablo Duarte funda una sociedad secreta de carácter político, llamada “La Trinitaria”,
bautizada así porque sus miembros eran nueve, divididos en grupos de tres. A este
movimiento se le considera el primer partido político de carácter liberal que se forma
en lo que sería la República Dominicana. Las ideas fundamentales de los Trinitarios era
la de implantar en la República Dominicana una nación libre, soberana e independiente
de toda dominación extranjera, con un alto grado de autonomía y libertad para sus
ciudadanos.
42 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

En los primeros tiempos de sus ideas políticas,


anduvo a tientas envuelto en una especie de em-
briaguez, hasta que apareció Hostos en su vida.
Que antes de conocer a Hostos, había vivido con
una carga agobiante de deseo de ser útil a su pue-
blo, y a cualquier pueblo, sobre todo si era latino-
americano, pero para ser útil a un pueblo enten-
día que había que tener condiciones especiales, y
cómo podía saber él cuáles condiciones eran esas,
y cómo se las formaba uno mismo si no las ha-
bía traído al mundo, y cómo las usaba si las había
traído.

La vida y obra de Hostos fueron para Bosch, en con-


secuencia, una especie de revelación, que daba calado, res-
puesta y coherencia a muchas de sus interrogantes y pre-
ocupaciones. A partir del contacto temprano con ella, sus
concepciones alcanzaron claridad y sentido.

A partir de este momento, lo que Bosch pensó y escri-


bió, lo puso en práctica durante toda su vida política. El
pensamiento y la obra política de Hostos, quedaron pren-
dida para siempre en la conciencia de Juan Bosch, y expre-
sadas en su lucha por lograr una sociedad democrática real
y verdadera.

Bosch no fue simplemente el profesor, sino el maestro,


el educador social, un liberador, un despertador y un hace-
dor de conciencia. Escoge el camino de las luchas políticas
a manera de una profesión de fe, lo que lo llevará a tener
una vida heroica. Vio en la praxis política, la “prolonga-
Jorge Santana Castillo. M.A. 43

ción lógica de su prestigio y fuerza intelectual, pero sobre


todo comprendió que este era el espacio que le permitía
desarrollar su vocación de servicio a los hombres”48. Por
eso desarrolló siempre, a su alrededor, una amplia cultura
democrática, pues concebía a la sociedad política como una
construcción institucional, cuya meta principal era la de
combinar la libertad de los individuos y las colectividades
con la unidad de actividad económica y las normas jurídi-
cas.

Comprendió que la democracia no está al servicio de


la sociedad ni de los individuos, sino de los seres humanos
como sujetos sociales. Es decir, creadores de sí mismos, de
su vida individual y de su vida colectiva. Sabía muy bien
que sin igualdad política no podía existir democracia, pues
entendía que no es únicamente la atribución a todos los ciu-
dadanos de los mismos derechos un medio de compensar
las desigualdades sociales en nombre de derechos morales.

Creyó que “[…] la democracia siempre debe operarse a


la luz del sol”. Por eso cuando se refirió a la lucha en defen-
sa de la democracia y de la libertad, escribió en una de sus
obras, Crisis de la democracia de América en la República
Dominicana:
Por muy bien que haga las cosas en la primera opor-
tunidad, un pueblo no afirma sus derechos con
un solo acto de voluntad. La libertad democrática,
como la vida misma, necesita ser defendida y mejo-
rada día por día; y es sólo al cabo de mucho tiempo,
48. Juan Bosch: Hostos, el sembrador. op. cit., p.7.
44 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

cuando ya ningún miembro de la comunidad nacio-


nal se plantea ante su conciencia la pregunta de si
esa libertad está o no en peligro -es decir, cuando ha
pasado a ser consustancial con la naturaleza social,
como lo es el aire para el hombre-, cuando puede
asegurarse que el pueblo tiene su libertad fundada
en cimientos sólidos, que esa libertad es un bien in-
alienable y que ya nunca más se perderá.49

La democracia que Bosch planteó conllevaba un


estado de derecho pleno, algo similar a lo que más adelan-
te se ha conceptuado como Estado de Bienestar, donde los
dominicanos pudieran tener derecho garantizado a la edu-
cación, la salud, lograr el sustento de sus hijos, y donde no
hubiese ningún tipo de corrupción administrativa. Es cu-
rioso que, como pensador y político avanzado, haya com-
prendido, de manera temprana, y sin formar parte de nin-
guna escuela filosófica concreta, la relación existente entre
la base económica, la superestructura y las instituciones
de los pueblos, entre ellas, el propio ordenamiento político
de las naciones. Esta relación entre condiciones materiales
de vida y existencia, democracia y ciudadanía, que Bosch
percibió e incorporó a su cosmovisión política desde fecha
temprana, ha sido certeramente expresada por el Dr. An-
chustegui Igartua, en su obra ya citada:

El estatus del ciudadano está ligado, tanto en


la tradición clásica como en la moderna, a dos
condiciones: la posesión de ciertos bienes o pa-
49. Juan Bosch. Crisis de la Democracia de América en la República Dominicana. Edit.
Alfa & Omega. Santo Domingo, República Dominicana, 3ra. Edición 1997. P. 108.
Jorge Santana Castillo. M.A. 45

trimonio, y una cierta igualdad entre quienes


participan en la vida pública (Brillante, 1994). El
reconocimiento de los derechos sociales en los
Estados de Bienestar, aparece a primera vista,
como un reencuentro, esta vez positivo, entre ciu-
dadanía y economía.50

De este concepto local que reconocía la relación


existente entre condiciones de vida digna, ciudada-
nía y democracia para su pueblo, Bosch no tardaría en
transitar hacia la defensa de su carácter universal y su
sentido histórico. En junio de 1943, mientras se encon-
traba exiliado en La Habana, sostuvo una discusión con
tres intelectuales dominicanos, defensores del trujillis-
mo, motivada por sus posturas anti-haitianas. De aque-
lla polémica quedó el testimonio de una carta. En ella,
Bosch analiza las similitudes entre ambos pueblos y en-
tre sus clases dominantes, y revela el nexo existente en-
tre condiciones de vida, paz y convivencia pacífica entre
las naciones:

Los he oído […] y me he preguntado, cómo es po-


sible amar al propio pueblo y despreciar al aje-
no […]. Creo que Uds. no han meditado sobre el
derecho del ser humano, sea haitiano o chino, a
vivir con aquel mínimo de bienestar indispensa-
ble para que la vida no sea una carga insoporta-
ble […]. No hay diferencia entre los dominicanos
y haitianos de la masa. No hay diferencia funda-

50. Esteban Anchustegui Igartua, op. cit., p.71.


46 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

mental entre los dominicanos y los haitianos de la


clase dominante […]. Nuestro deber, como domini-
canos que formamos parte de la humanidad, es de-
fender al pueblo haitiano de sus explotadores, con
igual ardor que al pueblo dominicano de los suyos
[…]. Cuando de aquel y este lado de la frontera los
hombres tengan casas, libros, medicinas, alimentos
en abundancia; cuando seamos todos, haitianos y
dominicanos ricos y cultos y sanos, no habrá pug-
na entre los hijos de Duarte y los hijos de Toussaint
[…].51

Esa prédica constante del ideal democrático, y esa fe


tozuda en que los dominicanos debían formarse para la
democracia, que como mejor forma de gobierno no esta-
ba vedada para ningún pueblo o cultura, tuvo sus frutos,
a través de la vida política de Juan Bosch, logrando influir
sobre la población y generaciones sucesivas de activistas
políticos.

Aura Celeste Fernández escribe que:

Aunque parezca inverosímil, puede decirse que fue


con el derrumbamiento del gobierno del presiden-
te Juan Bosch y de la Constitución del 1963, cuan-
do muchos dominicanos comenzaron a despertar
y se dieron cuenta del valor de la democracia y de
esta carta fundamental, proclamada apenas unos
51. Citado por Eliades Acosta Matos en su artículo “¿Por qué entre la República
Dominicana y Haití, la patria sigue siendo la humanidad?”, en República
Dominicana y Haití: el derecho a vivir, Soto Impresora, Santo Domingo, 2014, pp.
372-374.
Jorge Santana Castillo. M.A. 47

meses atrás. La vuelta a la constitucionalidad se


convirtió entonces, en una bandera que llevó al
martirio a cientos de jóvenes patriotas, siendo cau-
sa directa de la confrontación civil del 24 de Abril
del 1965. 52

Sigue argumentando la misma autora que, “[…] son


incontables los padecimientos y sacrificios del pue-
blo y la nación dominicana, fruto del retorno al con-
trol del Estado, de fuerzas políticas herederas de la
larga dictadura, sobre todo, porque durante todos
esos años de confrontaciones se prostituyeron las
instituciones democráticas, se envileció el patriotis-
mo de muchos y se buscó aplastar la fe y la esperan-
za del pueblo dominicano.53

Sobre esa Constitución, que recoge gran parte de las


ideas democráticas de Bosch, cobra valor lo señalado por
este, en una carta enviada a monseñor Tomás F. O ´Reilly,
el 16 de abril de 1963, respondiendo a otra que éste le remi-
tiera, en la que hacía algunos cuestionamientos al proyecto
en debate:

No tengo contacto alguno con los constituyentes


porque creo que ellos forman un poder soberano,
y además porque entiendo que crear la democracia
es un deber de todos los dominicanos, y por tanto
cada uno debe cargar con su parte de responsabili-
52. Aurea Celeste Fernández: La Constitución de 1963, cuarenta años después:
vigencia y perspectivas. Ponencia presentada en un panel de UNIBE, 29 de abril de
2003, p.23.
53. Ibídem, p.24.
48 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

dad. Un hombre solo puede organizar y dirigir una


tiranía, pero un hombre sólo no puede construir y
mantener un régimen democrático.54

Para Justo Pedro Castellanos:

Con el regreso de Bosch al país, en el 1961, se inau-


gura una nueva forma de hacer política en la Re-
pública Dominicana, así como el manejo de nuevos
conceptos políticos e ideológicos. Con él la política
es un magisterio nacional y popular; es un escena-
rio amplio en que participan no solamente los líde-
res, sino todo el pueblo, al cual se preocupa en en-
señar y elevar a niveles superiores la participación
social y política.55

El breve gobierno que encabezó, y el estilo de gober-


nar que estableció, no dejaron ninguna duda de que es-
tábamos, por primera vez, en presencia de un presidente
esencialmente democrático que luchó por el establecimien-
to de dicho sistema de gobierno en República Dominicana,
después de una dictadura de más de 30 años.

En esta etapa de su vida política, Bosch se convenció


de que la democracia no es únicamente un conjunto de ga-
rantías institucionales, una libertad negativa, sino, la lucha
de unos sujetos, en su cultura y su libertad, contra la lógi-
ca dominadora de los sistemas y que la instauración de la
democracia, la verdadera democracia, es una práctica coti-
54. Ídem.
55. Justo Pedro Castellanos: Apuntes sobre la concepción ético-humanista de Juan
Bosch, 2001, p.200.
Jorge Santana Castillo. M.A. 49

diana y permanente que ha de expresarse de forma natural


en todos y cada uno de nuestros actos. Por eso dedicó toda
una vida por tratar de instaurar en la República Dominica-
na una democracia verdaderamente auténtica.

En su concepción sobre la democracia, esta debía ser


consciente, plural y popular: una verdadera democracia
de liberación. Y es que la idea de libertad de opinión, de
reunión y de organización, en sí mismas, como tampo-
co el pluripartidismo, o la convocatoria periódica a elec-
ciones, ni la separación y contrapeso de poderes, por si
solos, podrían llenar el cometido liberador que se había
propuesto.

Comprendió que la democracia sería una palabra “muy


pobre”, como escribe, Alain Touraine, “[…] si no fuera defi-
nida por los campos de batalla en los que tantos hombres
y mujeres combatieron por ella. Si necesitamos una defi-
nición fuerte de la democracia, es en parte porque hay que
oponerla a aquellos que, en nombre de las luchas democrá-
ticas antiguas, se constituyeron y siguen constituyéndose
en los servidores del absolutismo y la intolerancia”.56

A propósito, el propio Touraine escribió, en una po-


nencia leída con motivo de la invitación que le hiciera la
Fundación Juan Bosch y la Cátedra Extra-Curricular Pro-
fesor Juan Bosch, de la Universidad Autónoma de San-
to Domingo (UASD), con motivo de la celebración de los
40 años de la publicación de Crisis de la Democracia de
56. Alain Touraine. Qué es la Democracia. Fondo de Cultura Económica. México.
2001. P.
50 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

América en la República Dominicana, que: “Juan Bosch


es el “Héroe de la Democracia Imposible, en la República
Dominicana”.57

Realmente, lo expresado por este científico social, lo


atestiguó el propio Bosch, cuando dijo:

Trujillo, que era burgués, no pudo establecer el sis-


tema democrático cabal, tal como funciona en las
sociedades burguesas; y nosotros los pequeños bur-
gueses que hemos pretendido organizar el país a
la manera burguesa, hemos fracasado totalmente,
y eso, desde el 1844, hasta hoy. ¿Por qué? Porque
la democracia no es una doctrina política, no es
un producto de una filosofía, y no tiene ideología.
La democracia es únicamente el orden político que
produce de manera natural la sociedad burguesa, y
donde no existe esa sociedad burguesa no puede ha-
ber régimen democrático.58

Cuando los norteamericanos llevaron a cabo la inva-


sión militar de República Dominicana en 1965, es que Juan
Bosch se da cuenta de la falsedad de los conceptos de la
llamada democracia representativa. Ya lo había comenza-
do a comprender a medida que fue recibiendo información
sobre el papel jugado por la Embajada norteamericana en
su derrocamiento, en 1963. A partir de entonces, Bosch
trató de buscar una nueva propuesta que satisficiera sus
57. Alain Touraine: La democracia en América Latina: crisis y posibilidades. Cuadernos
de la Cátedra Extra-Curricular Profesor Juan Bosch, UASD, 204, p.29.
58. Juan Bosch: Dictadura con respaldo popular. Impresora Soto Castillo, Santo
Domingo, 2012, p.131
Jorge Santana Castillo. M.A. 51

anhelados deseos de establecer en la República Dominica-


na un gobierno de liberación nacional y democracia. Para
tales fines concibió su “Tesis de la dictadura con respaldo
popular”.

Esta concepción y estrategia política promovida por


Bosch, en 1968, hundía sus raíces en la desilusión recibida
tras el golpe de Estado que lo derrocó en 1963, y con ello,
en la quiebra de las concepciones burguesas sobre la de-
mocracia representativa, de las que había sido abanderado
formando parte de la “izquierda democrática” latinoame-
ricana. Otro factor decisivo en su radicalización política
fue el fracaso del programa reformista del gobierno nor-
teamericano conocido como “Alianza para el Progreso”, y
el propio asesinato impune de su principal promotor, el
presidente Kennedy, siendo sustituida por gobiernos de
mano dura o dictaduras militares represivas, surgidas de
golpes de Estado; en la abierta injerencia norteamericana
en países soberanos, y en le desenfrenada penetración de
sus empresas y monopolios en las débiles economías de la
región. Mientras todo esto sucedía, la Revolución cubana,
como alternativa a este panorama desilusionador, lejos de
debilitarse y ser destruía, mostraba una vitalidad excep-
cional, reflejada en las políticas de mejoramiento del nivel
de vida de toda la población, y en el abierto apoyo de la
mayoría de esta. Por último, el momento decisivo para la
radicalización definitiva del profesor Bosch, y anteceden-
te inmediato de su “Tesis de la dictadura con respaldo po-
pular”, lo constituyó la segunda invasión norteamericana
a República Dominicana, iniciada el 28 de abril de 1965
52 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

y que se prolongó hasta un año después, desplegada con


el objetivo de impedir su retorno al país, como presidente
constitucional, y la puesta en vigor de la Constitución de
1963, derogada tras el golpe de Estado.

Tras la invasión de 1965, y tras un estudio cuidadoso


de las fuerzas políticas que se movían y decidían la marcha
de la nación, en el interior de los Estados Unidos, Bosch es-
cribió y publicó uno de sus libros más difundidos, El Pen-
tagonismo, sustituto del imperialismo (1968), el que jun-
to a Crisis de la democracia de América en la República
Dominicana (1964), constituyen los antecedentes teóricos
inmediatos de su “Tesis […]”.

Sobre El Pentagonismo … y la vigencia o no de sus


tesis fundamentales, ha escrito en el Prólogo a la edición
conmemorativa por su cincuenta aniversario, el destacado
filósofo e intelectual argentino Atilio Borón:

El pentagonismo no sustituyó al imperialismo. Pero


la atenta mirada del gran dominicano percibió pre-
cozmente los síntomas del cambio en gestación […].
Acertó en fundamentar, con prontitud, las acelera-
das transformaciones que se estaban produciendo
en el seno de la sociedad norteamericana y cuya
manifestación más ominosa era la consolidación de
un bloque de poder, el “complejo militar-financiero-
industrial”, esencialmente antidemocrático e irres-
ponsable. Erró, en cambio, cuando pronosticó que la
emergencia de este conglomerado civil y militar de-
cretaría la muerte del imperialismo… Los indicios y
Jorge Santana Castillo. M.A. 53

tendencias observadas por su perspicaz mirada con-


servan una envidiable actualidad, que hacen de este
libro un material imprescindible de lectura y forma-
ción política para todos aquellos interesados en la
emancipación de los pueblos de Nuestra América.59

Como era de esperar, en el caldeado ambiente políti-


co latinoamericano y mundial de 1968, la obra Dictadura
con respaldo popular, que mostraba una clara radicali-
zación consciente de un pensador político de la talla de
Juan Bosch, motivó enconadas polémicas60. Sus postu-
lados esenciales, tan duramente combatidos, por unos, y
defendidos, por otros, pueden resumirse en los siguientes
puntos:
1) América Latina ha entrado en una nueva etapa his-
tórica, a juzgar por los sucesos políticos recientes, entre los
que se destacaba la postura progresista de una parte de los
sacerdotes católicos y la jerarquía eclesiástica, expresada
en lo que se llamó la Teología de la Liberación, y el golpe
de Estado anti-oligárquico que tuvo lugar ese mismo año
en Perú.

59. Atilio Borón: Prólogo a El Pentagonismo, sustituto del imperialismo, de Juan


Bosch. Editora Soto Castillo, Santo Domingo, 2015, p. 20.
60. Entre los principales impugnadores de esta tesis estuvo el Dr. Juan Isidro Jimenes
Grullón, un antiguo adversario político de Bosch, desde el exilio antitrujillista que
compartieron. Sus principales objeciones están recogidas en su obra La América
Latina y la revolución socialista, Tomo I. Editorial Cultural Dominicana, Santo
Domingo, 1971. En su Prólogo expresó: “Esta tesis, que es un adefesio teórico
inspirado en el pensamiento reformista, logró impresionar a muchos sectores
populares. Más aún, se dio el caso de que, a pesar de que ella responde a esquemas
antimarxistas, organizaciones que se dicen marxistas, la aplaudieron…” op. cit.,
Pp. 13-14.
54 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

2) “Para precipitarla y darle sentido social, hay que or-


ganizar todas las fuerzas revolucionarias del continente, a
fin de establecer la dictadura con respaldo popular, régi-
men que se encargará de desmantelar, definitivamente, a
los frentes oligárquicos de nuestros países”

3) La dictadura con respaldo popular “[…] será un


nuevo tipo de Estado que se dedicará a garantizar traba-
jo, salud y educación a todos aquellos que actualmente no
disfruten de esos atributos; garantizará todas las liberta-
des fundamentales del ser humano, y para ello, suprimirá
la explotación de los hombres por otros que tienen el do-
minio de los medios de producción, y garantizará la ver-
dadera igualdad de todos los ciudadanos […]”. Para poder
acometer con éxito semejante programa, la dictadura con
respaldo popular deberá comenzar por “[…] afirmar la ple-
na independencia del país”.

4) La dictadura con respaldo popular, por último, “[…]


no será un régimen anti-burgués, pero tampoco establece-
rá una sociedad burguesa…”, y solo podrá alcanzar el poder
“[…] cuando cuente con el apoyo de las masas […]”.61

Desarrollando esta tesis, Bosch hizo un llamado a los


hombres y mujeres del pueblo, y a los sectores progresis-
tas con espíritu revolucionario, para que trabajaran, sin
desmayo, en la formación del frente de la dictadura con
respaldo popular. Para el logro de este propósito se plan-
teó desarrollar una amplia cultura democrática entre los
61. Juan Bosch: Dictadura con respaldo popular. Impresora Soto Castillo, Santo
Domingo, 2012, pp.66-71.
Jorge Santana Castillo. M.A. 55

dominicanos, pues concebía la sociedad política como una


construcción institucional. Con esta propuesta hecha pú-
blica al pueblo dominicano, quedaron demostrados, una
vez más, sus dotes de hombre de ideas pluralistas y parti-
cipativas.
Según el ex presidente Leonel Fernández, “[…] hoy, los
que atacaban a Bosch, es decir, tanto la mayorías de las
organizaciones de la derecha como de la izquierda, por su
“Tesis de la dictadura con respaldo popular”, han quedado
desconsiderados, pues se sabe que la democracia represen-
tativa, o democracia liberal, es la forma de organización
típica del sistema capitalista, aunque el capitalismo tenga
también otra formas o modalidades de organización no de-
mocráticas, como serían el fascismo y el modelo burocrá-
tico-autoritario aplicado en el cono sur durante los años
sesenta y ochenta”.62

Juan Bosch siempre consideró que el capitalismo ha


sido históricamente la pre-condición necesaria para el es-
tablecimiento de la democracia en los países subdesarrolla-
dos, incluyendo a República Dominicana. La aseveración
que hace el ex presidente, Dr. Leonel Fernández, de que
Bosch creía en la democracia representativa, sólo perduró
hasta que se produjo el golpe de Estado de 1963. Por eso, no
dejó de reconocer, que si el establecimiento de un régimen
de democracia representativa resultaba obstaculizado por
la preeminencia de la oligarquía sobre la burguesía, y si no
existían las condiciones sociales para el régimen de la dic-
62. Leonel Fernández: Juan Bosch: Dictadura con respaldo popular. Contextualización.
Editorial Centenario, Santo Domingo, 2006, p.6.
56 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

tadura del proletariado, habría que crear una tercera vía,


que sería un “régimen de dictadura con respaldo popular”,
nunca antes conocido y aplicado en América Latina.

Según el propio Fernández, Bosch entendió que, “[…]


mientras haya frentes oligárquicos en América Latina,
los Estados Unidos no podrán hacer funcionar la llama-
da democracia representativa. Si no hay frentes oligárqui-
cos - decía Bosch- no podrán los señores norteamericanos
mantener a nuestros países en la situación colonial en que
los tienen ahora. Podrán obtener que se celebren de vez en
cuando elecciones hechas bajo el terror y con fraudes; qui-
zás logren - decía - una aparente democracia conquistada
a la fuerza y absolutamente mecánica y formal. Pero nada
más. Y como es lógico, así contribuirán ellos mismos a de-
sacreditar cada día más la palabra democracia”.63

Juan Bosch sabía que la democracia, aunque lo


proclame, podía no estar al servicio de la sociedad, ni
de los individuos. Conocía que sin igualdad política no
puede existir democracia, por eso tuvo siempre presente
que este dilema no se resolvía únicamente a través de la
atribución a todos los ciudadanos de los mismos dere-
chos, sino disponiendo de medios para compensar las
desigualdades sociales en nombre de derechos morales.
Por eso se considera a la Constitución de 1963, aprobada
bajo su aliento personal y durante su presidencia, como
más revolucionaria, progresista y liberal que ha conoci-
do la República Dominicana; la más democrática y la de

63. Ibídem, p.100.


Jorge Santana Castillo. M.A. 57

más alto contenido social y humano que hemos tenido


en nuestra evolución constitucional, desde 1844 hasta la
fecha.

El Dr. Leonel Fernández, citando a Aura Celeste


Fernández, en la presentación de la obra La Constitu-
ción de 1963, 40 años después: Vigencia y Perspecti-
vas”, escribe:

Para nadie es un secreto que la Constitución de


1963 representa un referente importante y una
guía para la construcción de un Estado más de-
mocrático e institucional, que posibilite la justicia
social. Esta Carta Magna reúne en su seno, los ele-
mentos fundamentales para articular un Estado
que ejerza y promueva la equidad social y la segu-
ridad jurídica.

Saber que este texto es parte de nuestra historia


jurídica-política representa una gran fortaleza,
pero sobre todo, una esperanza para los que pre-
tendemos el adecentamiento del quehacer público
y el desarrollo económico-social, y para los que de-
saprobamos las transacciones políticas a favor de la
impunidad y el atraso.64

Reafirmando lo expresado por el Dr. Fernández, escri-


be Alejandrina Germán: “Para Bosch, la democracia es in-
concebible al margen de un andamiaje moral sobre el que
se levante todo ejercicio político y administrativo, llegando
64. Ibídem, p.10.
58 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

a entender que los partidos en el marco del sistema demo-


crático no pueden aspirar a ser seguidos por el pueblo si
vivieran de espalda a la moral”.65

Bosch sabía que la tarea que se había propuesto no era


fácil. Que para lograr su propósito en la sociedad dominica-
na, tenía que liderar una revolución, pero una revolución sin
sangre. Para lograrlo, debía promover una moral encamina-
da hacia la obtención de justicia entre los hombres y entre
los pueblos: el deber sería la ley inflexible, y la suprema ley
se encerraría en esta máxima: “hay que cumplir el deber de
todos los deberes”, y entre estos, el más importante el liberar
su país.66

Sabía que la revolución no se hacía solo con votos, pero


también tenía claro que no se podía hacer si la mayoría del
pueblo se le opone. Al respecto, expresaba:

La revolución es el más democrático de todos los pro-


cesos históricos -afirmaba- pues solo puede realizarse
cuando está apoyado en la voluntad del pueblo”. Eso
no significa que la mayoría del pueblo tenga que coger
arma para que la revolución se haga y triunfe; significa
que la mayoría del pueblo tenga que darle su respal-
do, verla con simpatía, poner en ella sus esperanzas
de una vida mejor. Los que combaten son los menos,
pero por detrás de ellos está la voluntad de los más.67
65. Alejandrina Guzmán: La dimensión ética en el pensamiento político de Juan Bosch.
De Núñez, D; Pimentel, J. y Vargas, G: Juan Bosch, aproximación a una vida
ejemplar. Editorial Amigos del Hogar, Santo Domingo, República Dominicana,
2003, p.166.
66. Ibídem, p. 67.
67. Ibídem, p.215.
Jorge Santana Castillo. M.A. 59

Esto demuestra el interés que siempre puso en con-


cienciar al pueblo, para que fuese el propio pueblo quien
de manera voluntaria defendiera sus derechos. Si el pueblo
no está consciente de cuáles son sus derechos y deberes,
entonces el sistema democrático que se está tratando de
implementar no podría defenderse de sus enemigos natu-
rales.

Como el mismo Bosch escribiera:

El pueblo no es un niño desvalido; sino un adulto


que sabe más que todos los sabios juntos; que en él
está la suma de toda la sabiduría, de todas las virtu-
des y de todos los poderes. Es él y nadie más que él,
quien tiene que liberarse; él y sólo él es quien tiene
la autoridad necesaria para escoger su camino hacia
su porvenir más justo y más libre... Porque los par-
tidos que suplantan al pueblo y toman decisiones
en su nombre le roban su capacidad creadora y le
sustraen su verdad, la que él elabora todos los días a
través de las mil peripecias de su vida.68

Juan Bosch, es el paradigma de la democracia mo-


derna en la República Dominicana. Así lo confirman sus
luchas por hacer triunfar la razón, es decir el orden, so-
bre el caos, la violencia y el egoísmo. Entendió que no era
suficiente definir la democracia por el respeto a la voluntad
general; sino, que la democracia necesita un principio de
defensa contra la arbitrariedad del poder.

68. Ibídem, pp.203-204.


60 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Estas ideas quedaron reflejadas en su discurso del 15


de agosto de 1963, pronunciado en Capotillo, en ocasión de
conmemorarse el centenario de la Guerra de la Restaura-
ción, cuando expresó:

Así como la responsabilidad mayor de la guerra


estuvo en el pueblo, la responsabilidad mayor del
fracaso del régimen político que produjo la Restau-
ración, está también en el pueblo, porque una de-
mocracia no se sostiene si no hay un pueblo que la
practique y la defienda: no puede surgir un tirano
donde hay un pueblo dispuesto a defender la liber-
tad.69

Estas ideas trascendían el entorno de su patria y ex-


presaban la situación política, social y económica de Lati-
noamérica, en estos años. En Crisis de la democracia de
América en la República Dominicana (1964) expresó que
se trataba de una crisis de la democracia de América, “[…]
que tiene su expresión dominicana, pero no es exclusiva-
mente dominicana”. Cuando fue derrocado el gobierno que
el pueblo dominicano había elegido el 20 de diciembre del
1962, escribió que “[…] el puñal entró en carne dominicana
y su punta fue a clavarse en el corazón de América. Pues
América es múltiple y es, sin embargo, una, y todo cuan-
to ha sucedido en un país americano ha sucedido luego en
otros.70
69. Juan Bosch. “Discurso leído en Capotillo, escenario principal de la gesta
restauradora, el 15 de agosto de 1963”. En Discursos políticos, 1961-1966, tomo I.
Editorial Corripio, Santo Domingo, 1988, pp. 349-353.
70. Juan Bosch: Crisis de la democracia de América en República Dominicana, op.
cit., p.231.
Jorge Santana Castillo. M.A. 61

Más adelante, Bosch retomará estos puntos de vista.


Así lo escribió en una de sus obras, De Cristóbal Colón a
Fidel Castro: El Caribe, frontera imperial.

1.4. Juan Bosch y el exilio político

En 1938, por el estado de opresión en que, en tan solo


ocho años Trujillo había sometido al pueblo dominicano,
Bosch, tuvo que marcharse del país, estableciéndose en
Puerto Rico y trasladándose luego a Cuba, donde dirigió
la compilación de las obras completas del insigne educa-
dor puertorriqueño, Eugenio María de Hostos, tarea que
realizó con dedicación y esmero, hasta ser considerado el
principal expositor de la vida y obra del ilustre patriota
puertorriqueño.

En Cuba, en 1939, junto a otros exiliados políticos,


fundó el Partido Revolucionario Dominicano (PRD). En-
tre el 1940-1945, se destacó como uno de los más notables
escritores de cuentos de la región y participó activamente
en la formación de un frente anti-trujillista encabezado por
el Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Bosch fue,
además, un importante colaborador del Partido Revolucio-
nario Cubano y desempeñó un destacado papel en la redac-
ción de la Constitución de aquel país, promulgada en 1940.

En el exilio, donde pasaría 22 años de su vida, Bosch


recorrió todos los países de la región, en pos de lograr los
medios necesarios para que los dominicanos pudieran vi-
62 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

vir en un régimen democrático. Las dificultades de la lucha,


la desunión de las fuerzas antitrujillistas dominicanas, y
la propia persecución a que fue sometido por el dictador a
través de sus redes clientelares, no lo hicieron retroceder
en su empeño.

El compromiso contraído al aceptar compilar los es-


critos literarios, políticos y sociales de Hostos, lo llevó a
introducirse en el campo de la vida política, y los cono-
cimientos adquiridos fueron la chispa inspiradora para
que empezara a crearse un ideal a alcanzar. El contacto
íntimo con el estudio de la vida y obra de Hostos, como
resultaría luego del estudio de la vida y obra de José
Martí, otorgaron coherencia a sus concepciones, hasta
ese momento dispersas y sin integrar en un corpus in-
tegral.

Con el estudio y aprendizaje en las obras de Hostos,


Juan Bosch descubrió su verdadero destino, y adquirió
conciencia de su compromiso de luchar por establecer
en la República Dominicana un sistema verdaderamente
democrático. Para lograr dichos propósitos se aplicó al
estudio de la obra de los grandes reformadores sociales
y tratadistas políticos notables como José Martí, Carlos
Marx, Federico Engels, Jean Jacques Rousseau, y otros.

Al respecto, escribió Guillermo Piña Contreras en la


Introducción de su obra:”Sin temor a exagerar, Bosch es
uno de los dominicanos más sobresalientes de la segunda
mitad del recién finalizado siglo XX en la historia nacional.
Jorge Santana Castillo. M.A. 63

Destacado no solo como el político que intentó reestablecer


la democracia en su país, sino también como escritor inter-
nacionalmente reconocido”.71
La noticia del exilio de Bosch recorrió América Latina
y su nombre comenzó a trascender. No solo se relaciona con
la gran mayoría de los dirigentes democráticos del conti-
nente, sino que su nombre va a figurar en las principales an-
tologías de los escritores más renombrados del continente.
Para Piña Contreras, uno de sus más reconocidos
biógrafos, se trata de un proceso de acumulación política,
abierto a todas las influencias que puedan ser útiles a los
fines planteados:
Para el 1950, Bosch se constituye en una figura de di-
mensión latinoamericana. Había sido consejero del presiden-
te cubano Carlos Prío Socarrás; se había relacionado con los
presidentes Betancourt, Gallegos, Figueres, Arévalo. Su obra
circulaba toda América. Sin embargo, la presión de Trujillo
al gobierno de facto de Fulgencio Batista, en Cuba le obligó
a refugiarse en Costa Rica. Por presiones de Somoza, dicta-
dor de Nicaragua y amigo de su homólogo dominicano, se vio
obligado a refugiarse, primero en Bolivia y luego en Chile.72
El exilio para Bosch, aunque estuvo signado por las
angustias de los desterrados, como suele suceder en la vida
de quienes luchan por sus ideales y principios revoluciona-
rios, fue también el escenario propicio donde desarrolló su
conciencia de patriota.
71. Guillermo Piña Contreras: Juan Bosch. Imagen, trayectoria y escritura. Comisión
Permanente de Efemérides Patrias, Santo Domingo, 2007, p. XIII.
72. Ibídem, p.XVI.
64 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

1.5. Influencias políticas y filosóficas de


Eugenio María de Hostos en el
pensamiento político y filosófico
de Juan Bosch

Definitivamente, cuando Bosch se introduce al campo


de la política… “esta se constituye en la prolongación lógica
de su prestigio y fuerza intelectual, pero sobre todo, es el
espacio que le permitía desarrollar su vocación de servicio
a los hombres”.73

Para lograr estos objetivos se propuso estudiar la so-


ciedad local e internacional, y el proceso de los aconteci-
mientos históricos más relevantes que se estaban sucedien-
do en el mundo. En tal sentido, se interesó por conocer la
interacción de las fuerzas económicas y sociales patentes y
ocultas que actuaban en la sociedad y, sobre todo, procuró
la comprensión de la composición social de las diferentes
clases y capas sociales que se superponían en la sociedad
dominicana, así como los intereses individuales y colecti-
vos que se movían en su seno.

De todas estas lecturas, las que más influyeron en


Bosch, para entonces un principiante político dominicano,
fueron las obras de Eugenio Ma. de Hostos, y entre ellas,
fundamentalmente, La moral social. Esta se convirtió en
el manual y guía política del ideario cívico que fue formán-

73. Alejandro Abreu: El pensamiento político y social de Juan Bosch (Tesis) Tomo II.
UASD, Santo Domingo, 1995, p.1110.
Jorge Santana Castillo. M.A. 65

dose en Bosch. En este sentido, Ángel Villarini Jusino, ha


señalado los rasgos de la visión hostosiana del hombre y su
destino:

Para que el hombre fuera hombre, es decir, digno de


realizar los fines de la vida, la naturaleza le dio con-
ciencia de ella, capacidad de conocer su origen, sus
elementos favorables y contrarios, su trascendencia
y relaciones, su deber y su derecho, su libertad y su
responsabilidad: capacidad de sentir y amar lo que
sintiera; capacidad de querer y realizar lo que qui-
siera; capacidad de perfeccionarse y de mejorar, por
sí mismo, las condiciones de su ser y, por sí mismo,
elevar el ideal de su existencia.74

Estas aseveraciones es el propio Bosch quien las con-


firma, al escribir:

[…] El hecho más importante de mi vida, hasta poco


antes de cumplir los 29 años, fue mi encuentro con
Eugenio María de Hostos, que tenía entonces casi
35 años de muerto… Hostos apareció vivo ante mí
a través de sus obras, de sus cartas, de sus papeles
que iban revelándome, día tras día, su intimidad
[…]. Hasta ese momento, yo había vivido con una
carga agobiante de deseos de ser útil a mi pueblo, y
a cualquier pueblo, sobre todo si era latinoamerica-
no [...]. Las respuestas a todos esas preguntas, que

74. Ángel Villarini Jusino: Hostos y Bosch: carácter y conciencia como fundamentos
del obrar político-moral. Cátedra profesor Juan Bosch, Santo Domingo, 2005,
p.21.
66 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

a menudo me ahogaban en un mar de angustia, me


la dio Eugenio María de Hostos, 35 años después de
haber muerto […].75

Esto deja claramente expresado, que la influencia del


pensamiento político y social de Hostos, constituyó la brú-
jula inspiradora para la creación en Bosch de un profundo
sentimiento libertario e ideal social.

Sostiene el propio Villarini Jusino que:

Tanto para Hostos, como para Bosch, la política es


un arte y una ciencia: la de formar conciencias. Hos-
tos, es el más político de nuestros educadores, ve en
la escuela el espacio por excelencia para la eman-
cipación y en el maestro, su agente; Bosch, el más
educador de nuestros políticos, lo ve en el partido y
el militante. En ambos hay una desconfianza en una
lucha por el poder que no pase por la formación de
la conciencia y, por ende, en los partidos políticos
tradicionales.76

Esta misma percepción la sostiene Luis Tomás Ovie-


do, cuando escribe:

Estudiando a Hostos, Bosch se convierte, para la ju-


ventud de América Latina de esos años, en un refe-
rente de libertad, consecuencia y creatividad. Fun-

75. Juan Bosch: Hostos, el sembrador. Ediciones Fundación Juan Bosch, Santo
Domingo, 2009, pp.5-6
76. Ángel Villarini Jusino: op. cit., p.22.
Jorge Santana Castillo. M.A. 67

dará partidos socialdemócratas concentrados en el


gran objetivo de establecer en la República Domini-
cana un sistema democrático.77

Reafirmando estas ideas, Mildred Guzmán Madera,


sostiene que”[…] todo aquel que conoció a Juan Bosch, no
le resulta extraño la relación de él y Hostos, pues en él se
encarnaba a la perfección las ideas del maestro de Amé-
rica, ya que dedicó su vida a educar al pueblo dominica-
no, tanto en el ámbito político, como en lo más básico y
elemental”.78

Es el propio Bosch quien manifestó que Hostos fue su


mentor y guía político, y así lo dejó escrito, al referirse a
cómo desearía que lo recordasen las generaciones futuras:

Que si su vida llegara a ser tan importante que se


justificara algún día escribir sobre ella, habría que
empezar diciendo: “Nació en La Vega, República
Dominicana, el 30 de Junio de 1909, y volvió a na-
cer en San Juan de Puerto Rico, a principio de 1938,
cuando la lectura de los originales de Eugenio María
de Hostos le permitió conocer qué fuerzas mueven
y cómo mueve, el alma de un hombre consagrado al
servicio de los demás.79

77. Luis Tomás Oviedo: Influencia en el hostosianismo del pensamiento político de


Bosch y de las ideas políticas de la época en República Dominicana. Ver en: Http://
www.perspectivaciudadana.com (22 de julio, 2003).
78. Mildred Guzmán Madera: El Bosch que yo conocí. Impresora Alpha & Omega,
Santo Domingo, República Dominicana, 2009, p.70.
79. Bosch: Hostos, el sembrador, op. cit., p.6.
68 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

El historiador puertorriqueño Ferrer Canales agregó:

Junto al ideario del pensador, patriota y revolucio-


nario Hostos, van quedando consciente o incons-
cientemente huellas del pensamiento y del senti-
miento de Juan Bosch como su amor a la patria,
su sentido de vida como lucha (La patria, lo dijo el
inmortal de Dos Ríos, es agonía - de lucha- y deber).
Como el tema del mestizaje, el elogio de la cortesía,
la hospitalidad de nuestros pueblos, el contraste en-
tre la vida y la cultura de nuestra América, la Amé-
rica mestiza, y la otra América, la del Minotauro de
que habló el patriarca Betances, la de las entrañas
del monstruo.80

En otra parte de su obra citada, este autor también se-


ñaló:
Porque en El Sembrador está el alma de Hostos y
está mucho del fuego y la nobleza de Juan Bosch.
Están el narrador, el escritor, el biógrafo y el pen-
sador dominicano y aquel a quien elogió el Após-
tol cubano como “hermosa inteligencia puerto-
rriqueña (...) hombre imaginativo que templaba
los fuegos ardientes de su fantasía de isleño en
el estudio de las más hondas cuestiones de prin-
cipios81

Al respecto, escribe Concha Meléndez:


80. Juan Ferrer Canales: Juan Bosch y Hostos. Ver: Http://www.fundaciónjuanbosch.
org/libro.php/id 1625 (2010,12 de mayo).
81. Ídem.
Jorge Santana Castillo. M.A. 69

Bosch se enfrenta con su más difícil y delicada


aventura. Entra en los tras telones del escenario
magnífico, donde una gran figura continental
desempeñó sus visibles actividades de apóstol,
educador, moralista, sociólogo comentador del
Hamlet, y la más alta resumidora de todas ellas,
la americanista perenne, para reconstruir a base
de dispersos hilos, la red sentimental, el venero
humanísimo, sin el cual, como diría el mismo
Hostos, no hay hombre completo. Juan Bosch le-
vanta, con unción retrospectiva, la cortina encu-
bridora de la intimidad hostosiana y penetra en
los espacios - los decisivos en todo destino de va-
rón excepcional- donde la mujer fue acicate, con-
goja o paz.82

Bosch tuvo la virtud de asimilar, al pie de las letras,


aquellas enseñanzas de su maestro y guía político, Eugenio
María de Hostos, cuando expresó: “Ningún gran hombre
podrá justificarse de no haber sido bueno, porque no se
puede ser grande ante la historia sin haber sido conscien-
te, y el que tiene conciencia de sus méritos intelectuales y
morales tiene el deber de cultivarlos por y en la práctica del
bien”.83

Sobre la indiscutible influencia de Hostos en la confor-


mación del ideario de Bosch, refiere Basilio Belliard:
82. Concha Meléndez: Bosch: retoño del americanismo hostosiano, en Mujeres en la
vida de Hostos. En: http//www.fundaciónjuanbosch.org (2010, 15 de agosto).
83. Eugenio María de Hostos: Moral social. Ciudad Universitaria, Santo Domingo,
1974, p. 50.
70 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Parece ser que el afán de educar que hay en Hostos,


influyó poderosamente en la fisonomía de la obra
ensayista de Bosch. La influencia del pensamiento
político y social de Hostos, contribuyeron a crear en
Bosch un profundo sentimiento libertario y un pro-
fundo ideal social. Otras influencias expresivas de
Hostos en Bosch podrían encontrarse en su didac-
tismo, enfático y discursivo.84

Uno de los tantos conocimientos que Bosch adqui-


rió de su maestro, y que luego puso en práctica, fue el de
aprender que la verdadera libertad de un pueblo está en
vencer la ignorancia, que a tantos males conducen. Por eso,
cuando se le presentó la oportunidad de plasmarlo en al-
gún documento lo hizo en la Carta Magna de la Repúbli-
ca, la Constitución aprobada bajo su mandato, en abril de
1963. Estas ideas también quedaron confirmadas cuando
funda el Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Sien-
do Presidente, una de sus primeras medidas fue organizar
una Campaña de Alfabetización. Todo su discurso políti-
co, a la par de sus escritos, están permeados de un nota-
ble afán pedagógico, y por la utilización de la palabra para
ilustrar e informar al pueblo.

Bosch entendía que, en un pueblo huérfano de toda di-


rección moral, hay que forjar mentes y almas, aprovechar
la rica cantera de vivencias que ofrece el hombre de la ca-
lle, y también la inteligencia natural del campesino. Bosch

84. Basilio Belliard: “Bosch y Hostos, un estilo, una influencia”. Listín Diario, 9 de
diciembre de 2001, p. 5C.
Jorge Santana Castillo. M.A. 71

aprendió de Hostos, que solo a través de la educación se


pueden lograr hombres y mujeres útiles para la humani-
dad.

Asimiló al pie de la letra aquella expresión de Hos-


tos cuando dijo: “Sólo es digno de haber hecho el bien, o
de haber contribuido a un bien, aquél que se ha despoja-
do de sí mismo hasta el punto de no tener conciencia de
su personalidad sino en la exacta proporción en que ella
funcione como representante de un beneficio deseado o
realizado”.85

Bosch tuvo claro, que el propósito de la educación era


formar hombres de “dignidad”. Él, siguiendo a su maestro,
aseguraba que, “el hombre no es hombre si no es bueno”.
Comprendió que el hombre no ha sido concebido para ser
instrumento del mal, sino para ser obrero concienzudo del
bien. Aprendió de Hostos, que lo mejor que se le pueda dar
al pueblo, es enseñarle lo que le atañe. Y en este caso, lo
más importante era educar y concienciar al pueblo acerca
de cuáles son sus derechos y deberes para la constitución
de un Estado de Derecho, donde se respete su propia dig-
nidad.

Escribe Villarini Jusino que, para Hostos, la posibi-


lidad misma del régimen democrático estriba en el desa-
rrollo de la conciencia y la voluntad, lo cual dejó escrito y
definido de la siguiente forma:

85. Ibídem, p. 120.


72 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Democracia, en sus fines individuales, es absoluta


autonomía de la persona humana, absoluta libertad
en los derechos que le consagran [...]. La democracia
es una ficción cuando no hay pueblo; no hay pueblo
cuando no se cumplen en el individuo los fines que
lo fortalecen ante el Estado y en sí mismo; los fines
que el Estado debe desempeñar en la representación
de las atribuciones de la sociedad [...]. Sin educación
del pueblo no habrá jamás verdadero pueblo; y sin
pueblo verdadero, la democracia es una palabra re-
tumbante, no un sistema de gobierno.86

Bosch, asimiló, interpretó y aplicó estas aseveraciones


de su maestro, de lo que debería ser una real y verdadera
democracia, y así lo deja ver claramente cuando escribió:
“La democracia es un régimen político que se mantiene so-
bre la voluntad de todos los sectores sociales y de todos los
individuos que tienen alguna responsabilidad que cumplir
como ciudadanos. Si falta esa voluntad, la democracia no
puede sostenerse”.87

Por otro lado, Hostos entendía que:

El derecho no ejercitado, no es derecho; derecho no


vivido, no es derecho; derecho pasivo, no es dere-
cho. Para que él sea en la vida lo que es la esencia de
nuestro ser, hay que ejercitarlo. Ejercitarlo es cum-
plir con el deber de hacerlo activo, positivo y vivo.
Ejercitarlo es amarlo. Armado del deber, el derecho
86. Ángel Villarini Jusino: op. cit. P. 24.
87. Ibídem, p. 24.
Jorge Santana Castillo. M.A. 73

no necesita para nada la fuerza bruta. Es seguro que


si en cada momento del derecho, hubieran los hom-
bres cumplido con el deber de ejercitarlo, sostenerlo
y defenderlo, mucho más adelantado estaría en su
desenvolvimiento y no habría costado diariamente a
individuos, familias, sociedades municipales, regio-
nales y nacionales, el raudal de sangre, que para sos-
tenerla a última hora, ha sido necesario derramar.88

Bosch, asimiló a plenitud estas consideraciones. El


ejemplo más contundente de ello es que, durante los siete
meses en que dirigió los destinos de la República Domini-
cana, no se persiguió, ni se mató a nadie, por las razones
que fuesen, mucho menos por causas políticas. Nunca se
cercenaron las libertades públicas, al contrario, se per-
mitieron acciones de carácter democrático nunca antes
implementadas en el país. Y, aunque después de haber ga-
nado unas elecciones libres con más del 60% de los votos
emitidos, fue derrocado por un golpe de Estado. Aún así,
no permitió que se derramara en la República Dominicana
una sola gota de sangre.

Bosch supo que en República Dominicana no había


una conciencia nacional sustentada en el saber, la memoria
histórica y la información, y que a eso se debía que el país
no tuviese claros sus objetivos y metas nacionales. Estu-
vo convencido que las sociedades incultas no albergaban
sentimientos sino pasiones, y que la pasión no promueve
ni cultiva los mejores valores y principios del ciudadano,

88. Eugenio María de Hostos: Moral social, op. cit. p.80.


74 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

predisponiéndolo a la violencia, la falta de sistematicidad


de sus esfuerzos y la confusión. Por eso, a través, de sus lec-
ciones sociológicas y políticas pretendió reformar la con-
ciencia del pueblo dominicano. En los primeros momentos
de su breve mandato, iniciado el 27 de febrero de 1963, es-
tableció la educación gratuita y obligatoria para todos los
dominicanos.

Como un homenaje a la moral, al sacrificio y a la dig-


nidad de un ser humano de la talla del profesor Bosch, el
19 de septiembre de 1988, fue declarado “Ciudadano Hos-
tosiano Distinguido”, por la votación unánime de la Junta
de Directores del Comité del Sesquicentenario de Eugenio
María de Hostos.

1.6. Relaciones y similitudes entre el


pensamiento político y filosófico
de Juan Bosch y el de Jean
Jacques Rousseau

Las similitudes entre el pensamiento político de Jean


Jacques Rousseau y el de Juan Bosch, radican, en lo fun-
damental, en lo relacionado a la posibilidad y necesidad de
formar la conciencia democrática de los ciudadanos

Para entender la misma, es interesante ahondar en la


idea que Elías Trabulse cita y atribuye a José Ortega y Gas-
set:
Jorge Santana Castillo. M.A. 75

El momento en que las ideas se vuelven creencias,


es decir, artículos de fe dejan de pertenecer al do-
minio de la razón para penetrar en el sentimiento
y la emoción. La fuerza revolucionaria de una idea
transformada en creencia es enorme aunque con
frecuencia el pueblo, actor de las revoluciones, no
conoce la idea original que hizo surgir las creencias
que lo llevan a las acciones heroicas o incluso a la
muerte. No es necesario haber entendido un libro o
incluso haberlo leído para recibir, por caminos que
desconocemos, su influencia profunda. Según Vol-
taire, Rousseau y Diderot actuaron en 1789 como
puntas de lanza de muchos de los revolucionarios
que desconocían su origen.89

Basado en este razonamiento, es pertinente intentar


responder a la pregunta acerca de si Juan Bosch experi-
mentó influencias de las ideas políticas de Rousseau vincu-
ladas a los ideales democráticos, y si este proceso transcu-
rrió de manera consciente o inconsciente.

En este sentido, es importante conocer cuál o cuáles


eran las ideas que sustentaba Rousseau sobre el concep-
to de democracia. Al respecto, afirma Francisco Javier
Caballero Harriet (1986) que, “[…] es de admitir que cual-
quier concepción que tuviese Rousseau sobre la democra-
cia como forma de gobernar, tenía que partir de aquella

89. Elías Trabulse: Los orígenes intelectuales de la Revolución Francesa. Ver en:
http://itam.mx/estudios/estudio/letras 17/ texto.1989, p.1(2011, 1 de mayo)
76 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

célebre frase que lo inmortaliza: “el hombre es bueno por


naturaleza”, tentado por la originalidad, pertinencia y la
contradicción que encierra esta frase”.90

Para V.S. Pokrovski, “[…] Rousseau fue el primer ideó-


logo del pensamiento democrático y del concepto de pe-
queña burguesía, que a la sazón ejercieron una notable in-
fluencia sobre el pensamiento político, en víspera y durante
la revolución burguesa francesa de fines del siglo XVlll”.91

Esta aseveración adquiere una importancia funda-


mental, pues Juan Bosch ha sido el dominicano que mejor
ha interpretado, hasta el presente, la composición clasista
de la sociedad dominicana y la influencia de las mismas en
su devenir histórico.92

Por otro lado, las obras de Rousseau constituyen una


ferviente protesta contra la opresión feudal y contra el des-
potismo del poder real. Se puede afirmar que los postulados
teóricos de su concepción democrática, sustentaron la base
ideológica de la filosofía de la Ilustración del siglo XVIII. Sus
ideas fueron las que dieron el impulso revolucionario al hecho
histórico que echó los cimientos políticos, sociales y econó-

90. Francisco Caballero Harriet: Naturaleza y Derecho en Jean Jacques Rousseau.


Servicio Editorial, Universidad del País Vasco, 1986, p.5.
91. V. S. Pokrovski y otros: Historia de las ideas políticas. Editorial Grijalbo, México
D.F, 1966, p.215.
92. Testimonio del extraordinario interés que despertaba en Bosch el estudio de la
composición clasista de República Dominicana y el papel jugado por dichas clases
sociales en el devenir histórico de la nación , son sus obras: Composición social
dominicana (1966), Breve historia de la oligarquía ( 1970) Las clases sociales
en República Dominicana (1982) y La pequeña burguesía en la historia de la
República Dominicana (1985).
Jorge Santana Castillo. M.A. 77

micos de la democracia moderna y presagió el hundimiento


del viejo régimen feudal existente en Francia, provocando a
la vez, una de las principales revoluciones de de carácter bur-
gués de la historia, la Revolución Francesa de 1789.

Rousseau hizo una gran contribución al movimiento


por la libertad individual y contra el absolutismo de la Igle-
sia y el Estado en Europa. Sabía muy bien que la sociedad
civilizada es un hecho irreversible, pero de lo que se trata-
ba era de buscar una organización social que potenciase la
naturaleza humana y la respetase.

En una de sus principales obras políticas, El Contrato


Social, quedaron fundamentadas las razones de por qué el
hombre necesita vivir en comunidad, y una de ellas se ex-
plicaba de la siguiente manera: “La causa de la sociedad, es
pues, la necesidad que tenemos los unos de los otros para
sobrevivir. El hombre tenderá naturalmente por necesidad
a vivir en comunidad, para que esto sea posible, debe haber
un gobierno que dirija y unas leyes para proteger la liber-
tad de cada uno de los individuos que las conforman”.93

Las preguntas que se derivan de semejante razona-


miento son, entre otras: ¿Cuál será el mejor gobierno?, y
¿Cuál es la naturaleza del gobierno más adecuado para
promover la virtud, la ilustración y la sabiduría?

El propio Rousseau se preguntaba si debía aniquilarse


el Estado y volver a la perdida Edad de Oro, al estado de in-
genuidad y de simplicidad, de igualdad y de libertad, en el

93. Jean Jacques Rousseau: El Contrato social. Editora Alba, Madrid, 1987 p.80
78 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

que según afirmaba, los hombres vivieron en tiempos an-


teriores. Contestaba en forma negativa. “Entonces, ¿qué?
- dice- ¿quiere decir que hay que destruir la sociedad, la
diferencia entre lo mío y lo tuyo, volver a la selva y vivir
allí al lado de los osos?94 En esto, a su juicio, no radica la
solución del problema, ni la salida del lamentable estado en
que se encontraba la humanidad.

Para liberarla de sus calamidades, Rousseau estimaba


conveniente destruir el despotismo y crear un régimen de
Estado basado en un “contrato social”, un régimen democrá-
tico en el que el hombre, viviendo en sociedad y subordinán-
dose al poder del Estado, siga siendo libre, a pesar de eso.

Planteaba, que “el hombre ha nacido libre y sin em-


bargo, en todas partes está encadenado”. Estas ideas le
sugirieron nuevas interrogantes, pues realmente no sabía
de qué modo se operó este cambio, ni qué lo produjo. Al
preguntarse, ¿qué hacer para que este cambio sea legal?,
entendía que esto solo se podía resolver estableciendo un
poder democrático, pues sólo éste es legítimo. La libertad
se conserva sólo en un Estado en el cual todo el pueblo par-
ticipe en la elaboración de sus leyes y las haga cumplir.

Rousseau estaba convencido de que, únicamente con


una organización democrática del Estado, el hombre, a
cambio de su libertad natural, ya perdida, adquiriría la
libertad política, bajo la cual, aún cuando se subordinase
al poder, ya no sería un esclavo, como bajo el despotismo.
Consideraba que la participación en la legislación asegura-
94. V. S. Pokrovski y otros: Historia de las ideas políticas. op. cit., p.218.
Jorge Santana Castillo. M.A. 79

ba la libertad al hombre, por cuanto cada uno da su confor-


midad a las leyes que reglan la vida de la sociedad, y cada
uno acata las leyes en cuya conformación ha participado.

Rousseau, en su concepción democrática y pedagógica


del Estado, sostiene que éste se formó por el nacimiento
de la propiedad privada, y ésta a su vez, por el perfeccio-
namiento de los instrumentos del trabajo humano. Toma
como punto de partida la suposición de que en otros tiem-
pos existió un “estado natural”, en el que todos los hombres
fueron iguales y libres. No había otra desigualdad que la
física, motivada por la diferencia de edad, de salud, etc. En
cambio, la desigualdad económica no existía. En el “estado
natural” tampoco existía la propiedad privada, ni el poder
del Estado. Los hombres se caracterizaban por la moral
primitiva. ¿Cuál fue, entonces, la razón para que surgiera
ésta? Según V. S. Pokrovski:

El perfeccionamiento -dice Rousseau- condujo ine-


vitablemente a la invención de herramientas y de-
terminó el paso de los hombres a la vida sedentaria
y al de la sociedad humana, al cultivo de la tierra.
De aquí nace, en cierto modo y como resultado el
progreso de la sociedad, la propiedad privada. Ésta
trae como consecuencia la división de la sociedad
en ricos y pobres, y la tendencia de unos enrique-
cerse a expensas de los otros. Así aparecen la lucha,
las cizañas y las apropiaciones, que dan paso a la
formación del Estado.95

95. V. S. Pokrovski y otros, op. cit. pp.216-217.


80 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

En opinión de Rousseau, el Estado nace para consoli-


dar el dominio, para salvaguardar la propiedad. La infinita
lucha entre el “derecho” del fuerte y del que fue “el primero
en apoderarse”, conduce a las colisiones y a los asesinatos.
Para poner términos a esto y esclavizar a los débiles, los
fuertes inventan el Estado y crean el poder de éste. El au-
tor presenta al Estado como un aparato de invención para
favorecer a los ricos.

Con la aparición del Estado se implementa y se acre-


cienta, a la vez, la desigualdad entre los hombres. La apa-
rición del Estado es, según él, la segunda etapa de la des-
igualdad que sigue a la primera, la desigualdad de bienes,
y la tercera es la formación del despotismo, como forma de
gobierno que constituye el punto extremo de la desigual-
dad, cuando los hombres, en el fondo, se vuelven iguales,
siendo igualmente esclavos del déspota.

En el “estado natural” no existía la propiedad privada,


ni el Estado. Entendía que en aquel estadio de la huma-
nidad, los hombres eran sanos y se desenvolvían armo-
niosamente. Estaban vinculados por la fraternidad y los
sufrimientos comunes. Eran felices y buenos. El hombre
afirmaba, “es un ser bueno por naturaleza y sólo las insti-
tuciones lo volvieron malo”.96

En su Discurso sobre “el origen y los fundamentos de


la desigualdad entre los hombres” (1754), sueña con poder
establecer o vivir en un Estado perfecto, donde el soberano

96. Jean Jacques Rousseau, op. cit. p.92.


Jorge Santana Castillo. M.A. 81

y el pueblo no pudiesen tener más que el mismo interés, lo


cual no se podrá hacer, a menos que el pueblo y el soberano
fuesen la misma persona.

Al parecer, estas ideas rousseaunianas también for-


maron parte de las reflexiones de Juan Bosch, y de alguna
manera influyeron en la conformación de sus concepcio-
nes sobre el origen de las desigualdades sociales y las vías
para remediarlas, por lo que es pertinente, para el presente
estudio en cuestión, conocer cuáles fueron las principales
aproximaciones y discrepancias que tuvieron ambos pen-
sadores en lo que concierne a la concepción y conformación
de un gobierno democrático.

Se sabe que ambos coincidían en que no podían ofre-


cer una definición de democracia de manera concluyente.
El propio Rousseau, en algún momento, dudó de que algún
pueblo pudiese abrazar este sistema o forma de gobierno,
pues lo consideraba muy perfecto, más bien prefería una
“aristocracia electiva”, alegando que no ha existido ni exis-
tirá jamás verdadera democracia.97

Estas ideas las planteaba en el entendido de que no


había gobierno tan sujeto a guerras civiles y protestas in-
testinas como el democrático o popular, por ser el que más
frecuente y continuamente tiende a cambiar de forma, y
el que necesita mayor vigilancia y valor para conservarla.
Por eso, hizo suya la palabra de un personaje palatino de
Polonia: “Es mejor una libertad peligrosa que una paz en
97. Jorge Santana Castillo: De la modernidad al abismo. Reflexiones socio-filosóficas.
Editorial Universitaria, Santo Domingo, 2007, p.157.
82 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

esclavitud […]. Si hubiese un pueblo sagrado, éste se go-


bernaría democráticamente […]. Gobierno tan perfecto no
corresponde a los hombres”.98

Estas ideas roussonianas sobre lo que debería ser


un gobierno democrático, parecen tomar pertinencia en
las ideas de Bosch. A este respecto, en mi libro De la
modernidad al abismo. Reflexiones socio-filosóficas,
afirmo que:

Juan Bosch no sólo interpretó el concepto de demo-


cracia etimológicamente, que quiere decir “poder
del pueblo”, sino que lo interpretó en el sentido fi-
losófico: la democracia como sistema socio político
y económico de hombres libres e iguales que son
los ideales más sublimes que el ser humano intenta
consolidar en la historia. Es que Bosch vio al hom-
bre como referencia central, como objetivo princi-
pal, cabe decir, como objetivo en sí mismo del desa-
rrollo social.99

Estas mismas aprehensiones e ideas las podemos


encontrar en El Contrato Social, la obra cumbre de J. J.
Rousseau, donde se puede observar que el fin definitivo, es
ver un régimen democrático establecido en Francia, como
había ocurrido en Suiza, su tierra natal.

Para Rousseau “el hombre no puede ser esclavo”, ya


que todos los hombres son iguales por naturaleza.100 Así
98. Juan Jacobo Rousseau, op. cit., p. 92.
99. Jorge Santana Castillo, op. cit., p. 157.
100. Ibídem, p. 91.
Jorge Santana Castillo. M.A. 83

vio Bosch también al hombre, como una referencia central,


como objetivo principal, cabe decir, como objetivo en sí
mismo del desarrollo social.

El tema de las libertades públicas es una constante


que se inicia al momento en que Juan Bosch tiene que, de
manera obligada, dejar su tierra querida y tomar el exilio.
Bosch propone claramente un tipo de gobierno con un Es-
tado fuerte, el que, por una parte, respete las libertades
públicas, y que, al mismo tiempo, se embarque en un pro-
grama esencial y primordial por la justicia social.101

Estos mismos pensamientos los podemos ver refleja-


dos en Rousseau, que a través de sus ideas hizo posible una
revisión de la ciencia, la política, la moral y la religión que
hasta entonces se venían practicando en toda Europa, es-
pecialmente en Francia, en el siglo XVIII.

Se puede considerar que este es el primer intento que


se realizaba por comprender al hombre en su acontecer so-
cial en la Europa del siglo XVIII, y fundamentalmente en
Francia. La primicia de la idea que tuvieron los ilustrados,
como afirma Chatelét (1982), de “sustituir la ecuación Dios/
Mundo/Hombre por la de sujeto cognoscente/naturaleza
unificada/saber universal”, viene dada fundamentalmente
por la creencia que tenía Rousseau de que el hombre podía
encontrar la perfección en el mundo natural.102

101. Rafael Alburquerque: Las libertades públicas en la obra social de Juan Bosch
(Conferencia). En Núñez P.D. Pimentel y J. y Vargas J: Juan Bosch, aproximaciones
a una vida ejemplar. op. cit. P.323
102. Chatelét: Historia de la Filosofía II. Editorial Espasa-Calpe, Madrid, 1982, p. 209.
84 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

La idea de que la naturaleza del hombre es esencial-


mente buena, repudiaba la idea del pecado. La razón era
controladora y juez de la acciones. La razón liberada con-
ducía al hombre por los caminos del bien. La superstición
y la religión ataban al individuo y le llevaban a las tinieblas
de la ignorancia, y el peor mal del hombre era, precisamen-
te, el desconocimiento.

Estas mismas aprehensiones eran preocupaciones que


a diario vivía Bosch. Él entendía que bajo la tiranía de Ra-
fael Trujillo Molina, la República Dominicana vivía aislada
del resto del mundo. Era un país que se había colocado al
margen de las corrientes que predominaban en América,
razón por la cual se había producido una arritmia histó-
rica, la falta de coordinación con el mundo americano.
América vista en conjunto, tenía un ritmo, y la República
Dominicana, otro. Entre las tantas consecuencias negati-
vas de esa arritmia estaba la falta de formación del pueblo
dominicano, tanto en el nivel educativo, como en el polí-
tico. El dominicano no conocía su composición social, su
psicología nacional, ni la particular de cada grupo social
del país, y por lo tanto, nunca había pensado hacer una in-
terpretación del acontecer nacional con métodos modernos
de análisis históricos.

En efecto, unas de las ideas básicas y relevantes que


nos llegó de Rousseau, es la creencia de que todos los se-
res humanos pueden alcanzar en la tierra, un estado de
perfección que hasta entonces sólo se había creído po-
sible, dentro del pensamiento occidental, para los cris-
Jorge Santana Castillo. M.A. 85

tianos en estado de gracia, y después de la muerte, en


el cielo. Este fue el corolario de todo el ideario de Rous-
seau; el hombre era perfectible, y por lo mismo, suscep-
tible de alcanzar la felicidad en el paraíso terrenal, y no
necesariamente en el celestial. Este solo hecho le bastó
para ser declarado enemigo del status quo y enemigo del
cristianismo.

Por otro lado, la base del sistema filosófico, peda-


gógico y político de Rousseau está fundamentado en la
creencia de la bondad innata, natural, del hombre. Su
gran preocupación era la de encontrar las verdaderas
causas de por qué el hombre, siendo por naturaleza bue-
no, obra mal. Así lo explica claramente Rousseau en su
obra educativa, Emilio: “Nuestro verdadero estudio es el
de la condición humana”, agregando más adelante que
“[…] toda nuestra sabiduría consiste en preocupaciones
serviles; todos nuestros usos no son otra cosa que su-
jeción, tormento y violencia. El hombre civilizado nace,
vive y muere en la esclavitud.103

De forma contundente afirmaba, según comentó Ca-


ballero Harriet:

Me amo demasiado a mí mismo para poder odiar


lo que sea. Esto sería estrechar mi existencia, y yo
quisiera sobre todo extenderla a todo el universo”.
Ser dichoso, gozar de la existencia, es propiamente
un éxtasis, porque es abolir el tiempo en provecho
103. Jean Jacques Rousseau: Emilio. En: www.buenastareas.com/ensayos/resumen-del-
Emilio. Libro1 (2011,11 de enero).
86 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

exclusivo del presente. La verdadera dicha consiste


en poder decir: “yo soy totalmente donde yo estoy”.
El hecho primitivo para Rousseau es la simple con-
ciencia de existir.104

Rousseau tenía claramente una concepción dualis-


ta del ser humano. El origen de este dualismo está en la
conciencia, que él la ve como la expresión del alma, y la
pasión, que es la voz del cuerpo. Más que ver esta concep-
ción dualista desde el interior de su alma, se preocupaba
por conocer cómo nace este dualismo, sobre todo, con la
relación del individuo con la sociedad. La pregunta que en
estos momentos se hace y que le preocupa: ¿Cómo hombres
buenos han podido hacer una sociedad mala?

Considera Rousseau que la respuesta a esta pregunta


hay que buscarla en la historia. La razón es que la caracte-
rística del hombre es ser virtual, de alguna manera, por no
estar del todo hecho y tener que hacerse. A esto Rousseau
le llama la perfectibilidad. El hombre es un ser en devenir,
un ser histórico que siempre puede cambiar, para bien o
para mal: a partir de la inocencia primera, el se crea vir-
tuoso o malo.

El hombre lleva en sí mismo la necesidad de “una his-


toria”, porque posee algo que no existe en los animales: la
perfectibilidad. En el estado de naturaleza -dice Rousseau-­
existe un equilibrio entre el individuo y el medio. La perfec-
tibilidad es el factor de desequilibrio, de progreso, como de
104. Francisco Caballero Harriet: Naturaleza y Derecho en Jean Jacques Rousseau, Op.
cit.., p.28.
Jorge Santana Castillo. M.A. 87

regresión. Pero la historia bien habría podido ser otra. Lo


que Rousseau condena de manera tajante es la nuestra. Ella
ha comenzado mal. En su origen hay un fallo, una “funesta
casualidad” que la vicia completamente: como para los cris-
tianos este pecado es de la historia, no de la naturaleza; él es
original, no originario. Rousseau señala que esta “funesta
casualidad” es el surgimiento e institución de la propiedad.

En Rousseau existe una marcada diferencia entre lo


que él llama el “hombre de la naturaleza” y el “hombre del
hombre”, existe una discontinuidad radical que nace del
devenir social. Existe, por tanto, una diferencia radical en-
tre la perfectibilidad y el progreso, puesto que la perfecti-
bilidad no es más que virtud. A partir de aquí, Rousseau se
plantea el problema de las relaciones sociales con el otro.105

El devenir humano, la perfectibilidad, no se produce


más que en las relaciones con otros. El hombre no es so-
ciable por naturaleza, sino que está hecho para el devenir.
Es solamente en la sociedad donde puede desarrollarse su
razón y alcanzar la perfección de su naturaleza. La califica-
ción moral de la conducta solamente es posible en la vida
social.106

Rousseau entiende que la fuente del mal y su origen en


la historia son las instituciones y el desarrollo de la propie-
dad. Él entiende que la propiedad en sí mismas no es mala.
El mal está en que ella sea fundamento de una sociedad

105. Francisco Caballero Harriet: Rousseau, fundador de la democracia moderna.


Editorial Universidad del País Vasco, 1998, p. 8.
106. Ídem.
88 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

civil. El verdadero mal, en realidad, es la propiedad que no


está fundada en el trabajo. El reconocía que el que quiere
poseer la mayoría de las cosas, llega necesariamente a que-
rer poseer a los hombres.107

Bosch también así lo entiende. Como se puede obser-


var en la Constitución del 1963, en la Sección II, De la pro-
piedad, Artículo 22, se establece que el Estado reconoce y
garantiza el derecho de propiedad; como quiera que esta
deba servir al progreso y bienestar del conglomerado, pero
al mismo tiempo, prohibía el latifundio y el minifundio.108

Estas mismas ideas al parecer fueron asimiladas por


Juan Bosch a través de Eugenio María de Hostos y los pen-
sadores de la Ilustración del siglo XVIII, quienes sostenían
que el hombre ( la razón) era el elemento esencial de la so-
ciedad. Esto le permitió darse cuenta de cómo un hombre
podía, no sólo dolerse del sufrimiento de los demás, sino
tratar de poner su cultura, sus capacidades, al servicio de
una causa justa.

1.6.1. La conciencia social en Rousseau y Bosch


Señala Daniel Beltré, “que el humanismo de Juan
Bosch radica fundamentalmente en que para él, por enci-
ma de todos los valores universales, se encuentra el mayor
de ellos, que es el hombre”.109
107. Ibídem, p.9.
108. Aura Celeste Fernández: Constitución de la nación dominicana de 1963, 40 años
después: Vigencia y perspectivas. Comisión Permanente de Efemérides Patrias,
2009, p. 35.
109. Daniel Beltré: La dimensión social y humanista de Juan Bosch. En Núñez, D, Pimentel,
J. y Vargas, G: Juan Bosch: Aproximaciones a una vida ejemplar, op. cit., p.153.
Jorge Santana Castillo. M.A. 89

De la misma manera escribe Leonel Fernández:

Lo más esencial en Bosch, es que con sus escritos y


sus prédicas contribuyó a enseñarnos a pensar en
forma analítica acerca de nuestra realidad nacio-
nal, así como en nuestro contexto internacional, a
derivar lecciones de ese razonamiento, y a diseñar
planes concretos para una acción política honesta
y responsable que tuviese como resultado final la
realización del bien común para beneficio de la so-
ciedad dominicana.110

Como muestra de la firmeza de sus convicciones y la


agudeza de sus ideas, al referirse a la conciencia moral, y a
las apetencias que genera el ejercicio equivocado del poder,
Juan Bosch planteaba que:

La creación de la conciencia moral es el fin último


de la evolución social. Lo que persigue el hombre es
lo bueno. Lo bello, lo útil, lo justo y lo verdadero, es-
tán dirigidos al establecimiento de una sociedad en
que la conciencia moral esté tan educada y evolucio-
nada, que la bondad sea un principio naturalmente
ejercido por todos los asociados.111

Juan Bosch asume la conciencia social como una con-


dición fundamental del ser humano. Para él la conciencia

110. Leonel Fernández: Juan Bosch en sus 92 años. En Núñez, D, Pimentel, J. y Vargas
G: Juan Bosch: Aproximaciones… op. cit., p.294.
111. Alejandrina Germán: La dimensión ética en el pensamiento político de Juan Bosch.
En: Núñez, D, Pimentel, J y Vargas G: Juan Bosch: Aproximaciones... op. cit.,
p.162.
90 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

moral encarna el bien, la primacía y la dignidad, que dotan


al hombre de intencionalidad, libertad y compromisos con
sus actuaciones.

Estas mismas aseveraciones parecen relacionarse con


los aportes teóricos de Rousseau cuando discurría sobre
los principios y valores de libertad, igualdad, desigualdad,
perfectibilidad y dignidad de los hombres.

Según Francisco Caballero:

Rousseau hace una operación quirúrgica a la que


somete a sus colegas iusnaturalistas, desde los anti-
guos griegos hasta los constituyentes de la Escuela
de Derecho Natural Moderno, separando lo sano
de lo maligno, del hallazgo de una gravísima en-
fermedad cuyo diagnóstico no es otro que el des-
conocimiento de la naturaleza del hombre y cuya
consecuencia resulta nefasta puesto que, según
Rousseau, esta ignorancia de la naturaleza del hom-
bre es la que arroja tanta incertidumbre y oscuridad
sobre la verdadera definición del derecho natural.112

Rousseau dice que existe una frontera metafísica que


separa al animal del hombre, la que estará situada entre la
materialidad encarnada por “ la máquina ingeniosa”, que
es el animal, y la espiritualidad depositada en la conciencia
de la libertad del hombre.113

112. Francisco Javier Caballero: Naturaleza y Derecho en Jean Jacques Rousseau, op.
cit., p.7.
113. Ibídem, p.116.
Jorge Santana Castillo. M.A. 91

Concibe que el hombre natural supone el nivel míni-


mo de las pasiones y el entendimiento, y que, al estar pri-
vado de toda clase de luces, “las pasiones se reducen a las
que surgen, por simple impulso de la naturaleza”. Señala
que la “ignorancia de la naturaleza del hombre es la que
arroja tanta incertidumbre sobre la verdadera definición
del derecho natural”.114

Son muchos los autores que consideran que es inne-


gable el hecho de considerar a Rousseau, como el patro-
cinador del gran mito de la libertad, de la virtud y de los
derechos inmortales del hombre. Con frecuencia, se nota
que el pensamiento de Rousseau se articula alrededor de
un juego de oposiciones ecuacionales: libertad=derecho
natural; y esclavitud=injusticia.

Muchas veces Rousseau escribe de manera tajante


y cruda, así también en muchas ocasiones lo hará Juan
Bosch. Rousseau dice que hay que optar entre hacer un
hombre o hacer un ciudadano. Se trata de hacer un hombre
para poder construir una sociedad sana “origine”. Estas
ideas la plasma muy bien en la convicción puesta mani-
fiesta en el Discours de l´inegalité: “la sociedad (actual)
ofrece (...) pasiones ficticias (...) que no tienen verdadero
fundamento en la naturaleza. El vicio y el error al ser aje-
no a la constitución del hombre están introducidos desde
afuera”.115

114. Ibídem, p.117.


115. Francisco Javier Caballero: Rosseau, fundador… op. cit., p.15.
92 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Afirma L. Gambara, que “[…] el principio nuevo que


forma la gloria inmortal de Rousseau, se resume en estas
palabras: inalienabilidad de la libertad”.116

La constitución del ciudadano, según Rousseau, vie-


ne dado por el contrato social: todos los hombres iguales
y libres, mediante una nueva forma de sociabilidad, cons-
truyen la idea pura de comunidad regida por el contrato
social.

Rousseau plantea que “para conocer a los hombres, es


necesario verlos en sus obras. En el mundo los oímos ha-
blar; muestran sus dichos y esconden sus acciones; pero
éstas se hallan patentes en la historia y los juzgamos por-
que, comparando lo que dicen con lo que hacen, veremos
a un tiempo lo que son y que quieren parecer: cuanto más
encubren, mejor lo conocemos”.117

La manera en que Rousseau veía la historia, Juan


Bosch también la hizo suya , y la vio desde un carácter cien-
tífico, no normativo.

Sigue diciendo Caballero, que cuando Rousseau afir-


ma que los hombres son “iguales entre sí, por naturaleza”
no está haciendo más que cargar su pluma en la fuente
autorizada de Buffón, y negando la existencia dentro del
género humano, de “especies esencialmente diferentes en-
tre ellas”; por el contrario, sigue escribiendo este autor, que
Rousseau afirmaba que “no ha habido originariamente más

116. Ibídem, p. 16.


117. Ibídem, p.130.
Jorge Santana Castillo. M.A. 93

que una sola especie de hombres”. Es aquí donde el propio


Rousseau sitúa sus fundamentos e inicia la búsqueda del
responsable de algo tan evidente como es la desigualdad
entre los hombres.

A la pregunta “¿dónde hay que buscar el primer origen


de la diferencia que distingue a los hombres?” Rousseau
contesta que es en “los progresos” y en “los conocimien-
tos acumulados”, que suponen “los cambios sucesivos de la
constitución humana”.118
Para relacionar estos principios rousseaunianos con
los de Juan Bosch, sólo basta revisar los fundamentos po-
líticos y filosóficos que él promovió al redactarse la Cons-
titución del 1963, por entender que el énfasis e inspiración
fundamental que dio a esta constitución, estuvo susten-
tado en los principios de los Derechos Humanos, como
tema central del orden institucional. Como escribe David
Richardson: “[…] en su preámbulo se proclama como una
carta fundamental humana, democrática y revoluciona-
ria. Declara como parte de sus principios fundamentales
proteger la dignidad humana y promover y garantizar su
respeto.119

Más adelante, también señaló David Richardson que


dicha Constitución no era neutral, pues “[…] prohibió el
monopolio y las utilidades excesivas en prejuicio del in-
terés social y colectivo, con lo cual ponía límites al enri-

118. Ibídem, p. 106.


119. David Richardson: “Hablemos de la Constitución de 1963”. ¿Qué tanto sabes? En
el blog Información Legal: http://www.daduye.bolgspot.com/2010/09/hablemos-
de-la-constitución-de-1963-que.html (consultado el día 14-03-2014).
94 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

quecimiento en la medida en que este fuera contrario al


bienestar de la mayoría, protegiendo a los más débiles y
desposeídos”.120

Por otro lado, en este texto constitucional de 1963,


se establece en el Artículo 3 que se declaraba libre la ini-
ciativa económica privada, sin embargo, “[…] la misma no
podrá ser ejercida en perjuicio de la seguridad, la libertad
o la dignidad humana. El Articulo 4 declaraba que como
norma general, […] la propiedad debe servir al progreso y
bienestar del conglomerado”.121

En lo concerniente a esta misma cuestión, escribe Ce-


sar Pina:

Como en Martí, en la obra de Juan Bosch lo ético y


político constituyen un todo integral. Como se ha
dicho del primero, se trata de “un discurso pleno
de humanidad que parte del hombre, la actividad
humana y su determinación en la cultura”. Este as-
pecto se manifestó, de manera ejemplar, en la Cons-
titución votada en la indicada fecha, a la que desde
entonces hasta acá se le evoca llamándola la Cons-
titución del 63.122

La visión fundamental de igualdad, se consagra en


esta parte primera de los principios fundamentales, y se
expresa en la forma clásica, como se puede ver en el “Art.
120. Ídem.
121. Ídem.
122. César Pina Toribio: Derechos humanos en la Constitución de 1963. En La
Constitución…op. cit., p.107.
Jorge Santana Castillo. M.A. 95

6. “A nadie se le puede obligar a hacer lo que la ley no


manda, ni impedírsele lo que la ley no prohíbe.” Hay en
esa premisa, que pareciera ser una mera formalidad, una
consagración expresa de la libertad como valor supremo
derivado de la condición humana, a cuya garantía y protec-
ción debían estar dedicados todos los demás derechos, en
profesión de fe libertaria, que atraviesa todo el documento
constitucional.123

Precisamente, el Título II está dedicado a los Dere-


chos Humanos con una precisa y detallada enumeración
y conceptualización de los mismos. Vemos consagrados en
textos más o menos clásicos, la inviolabilidad de la vida,
la libertad personal, la libertad de creencia, el derecho a
asociación, la inviolabilidad de domicilio, la libertad de ex-
presión, la inviolabilidad de correspondencia y la libertad
de tránsito. Estos principios de los derechos universales se
hacen sentir por primera vez en la historia republicana, en
la Constitución de 1963.

1.6.2. Diferentes vías de influencias roussonianas


en el pensamiento democrático de Bosch

Diferentes fuentes confirman que Juan Bosch, en su


lucha por conformar un régimen democrático en la Repú-
blica Dominicana, tuvo que valerse de los planteamientos
sostenidos por los grandes exponentes de este sistema, en-
tre lo que se encuentra Jean Jacques Rousseau.

123. Ibídem, p.108.


96 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Escribe Jorge Nef:

[…] que la tradición nominalista de la Constitución,


con su énfasis en la exégesis jurídica deductiva de
normas escritas, en el constitucionalismo continen-
tal europeo y sus variantes tomistas, emanan de
este tronco teórico formal, aunque fuertemente in-
fluidos por teorías pactistas de corte liberal, nacidas
de la Ilustración y su culminación en la Revolución
Francesa, 1789-1795.124

Sigue diciendo este autor que, allí el constitucionalis-


mo es entendido como una expresión del contrato social
entre el poder constituyente de una ciudadanía, y un Esta-
do constituido que refleja estructural y representativamen-
te dicha ciudadanía.

Es obvio que los constitucionalismos, francés (1790-­


1793), español (1812-1814) y aquel de las ex colonias del
Nuevo Mundo (1810-1830), fueron profundamente influi-
dos por las teorías pactistas (El Contrato Social, de Jean
Jacques Rousseau) en las cuales la igualdad, más que la
propiedad (para Locke el fundamento de la libertad), cons-
tituía la piedra angular.125

Estas afirmaciones quedan claras cuando el ginebri-


no Rousseau, dice que “el traspaso de soberanía de los go-
bernados hacia los gobernantes constituía un acto racional

124. Jorge Nef: La Constitución como fenómeno y como norma. En La Constitución…


op. cit., p. 17.
125. Ibídem, p. 19.
Jorge Santana Castillo. M.A. 97

para incrementar el bienestar colectivo”. La vertiente filo-


sófica nominalista y normativa del derecho constitucional,
enfatiza el carácter formal (escrito y explícito), específico,
colectivista e igualitario del régimen constitucional.

Las primeras constituciones “liberales” de América


Latina pronto fueron reemplazadas por las fuerzas de las
armas, por documentos más conservadores, cuya preocu-
pación central fue el establecimiento del orden público por
sobre concepciones igualitarias y de derechos ciudadanos.
Esto dio origen a otra corriente constitucional que podría-
mos llamar sustantiva.126 Este tipo de constitución se estruc-
tura en torno a los fines y propósitos del Estado, más que en
relación exclusiva con los medios, formas y procedimientos.
La situación actual, vista por Rousseau, implica la ne-
cesidad de un pacto que establezca la igualdad, o al menos
una cierta igualdad entre los ciudadanos. Tal es el objeto
fundamental del contrato social. “Ese proyecto es el más
reflexionado que jamás haya salido del espíritu humano”.
Él acude al socorro de la naturaleza de la sociedad.127 En
síntesis, el fin del contrato es desgajar, de manera clara y
sencilla, la norma social precisando este aspecto de la con-
ciencia moral, que es la conciencia cívica y política.
Rousseau desarrolló toda la doctrina política de la li-
bertad ligada a la igualdad, y alimentó con un espiritualis-
mo moral y anti positivista a las potencialidades sociales
más progresistas.128
126. Ibídem, p .20.
127. Francisco Javier Caballero: Rousseau, fundador… op. cit., p.12.
128. Ibídem, p. 23.
98 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

La esperanza de “salud” de la humanidad, la esperan-


za de conformar una civilización que pueda practicar la li-
bertad política, es decir, “el ideal de autonomía”, pero tam-
bién el sentido de las dificultades, el conocimiento de los
cambios posibles de los seres humanos, todos los proble-
mas graves a partir de la realidad actual, hacen de Rous-
seau un pensador a la vez idealista y realista, que quiere
realizar el ideal sin jamás olvidar las oposiciones. Por eso
el pensamiento de Rousseau es esencialmente dicotómico,
y ese dualismo tiene su fuente en una dualidad primera:
el hombre no es como parece; ha llegado a ser otro que no
es. La intención de Rousseau, según Caballero Harriet, es
la de separar lo que el hombre tiene de su propio fondo, y
lo que las circunstancias y sus progresos han añadido a su
estado primitivo.

Uno de los acontecimientos históricos que más influ-


yeron en los procesos independentistas de los países lati-
noamericanos, fue la llamada Ilustración del siglo XVIII
en Francia, y, en especial en La Hispaniola.

Refiriéndose a esta cuestión, Rafael Morla sostiene


que:

La Ilustración en Hispanoamérica penetró en vir-


tud del contacto de naciones como Inglaterra y
Francia, pero también muchas de las ideas llegaron
por la vía de la propia España. A tal efecto es impor-
tante destacar que el movimiento ilustrado español,
a través de la Constitución de Cádiz de 1812, abrió
Jorge Santana Castillo. M.A. 99

un paréntesis, que fue aprovechado por todos aque-


llos que luchaban por liberarse del dominio colonial
de España.129

Es interesante destacar que en Hispanoamérica las


ideas ilustradas encontraron terreno fértil sirviendo de
inspiración y orientación a los hombres de la independen-
cia, como por ejemplo, Francisco Miranda, Simón Rodrí-
guez, Simón Bolívar, Eugenio María de Hostos y otros.

De los tantos pensadores franceses que se destacaron


por sus ideas libertadoras en el “Siglo de las luces”, o la
Ilustración en el siglo XVIII, y, que de una manera u otra
influyeron en el pensamiento independentista latinoameri-
cano están Montesquieu y Rousseau.

Las ideas de Montesquieu que tuvieron más acogida,


según el propio Morla en la obra ya citada, están las conte-
nidas en el Espíritu de las Leyes, particularmente, su tesis
relativa a la división de los poderes del Estado; en cambio,
sostiene Morla, que “[…] las ideas de Rousseau que tuvie-
ron mayor resonancia en el pensamiento latinoamericano
fueron indudablemente las políticas: la soberanía del pue-
blo, la ley como expresión de dicha soberanía, el contra-
to social, la vehemente aspiración a la libertad y la igual-
dad, la crítica del despotismo, el ideal de democracia y la
federación”.130

129. Rafael Morla: Identidad cultural e Ilustración en Santo Domingo. En: El


pensamiento filosófico dominicano, Tomo I, Editorial Academia, Santo Domingo,
2009, p.20.
130. Ibídem, p.21.
100 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Debemos aclarar que no todas estas prerrogativas sos-


tenidas por Rousseau tuvieron acogidas en Hispanoaméri-
ca; por los menos en La Hispaniola solo se implementó el
lado político del proyecto ilustrado contenido en el Contra-
to Social. Pero debemos decir, que esta fue la principal obra
de carácter político, la que más influyó en los pensadores y
estadistas del mundo a finales del siglo XVIII, todo el siglo
XIX y gran parte del siglo XX, fundamentalmente, en las
propuestas que tienen que ver con la democracia moderna.

En Santo Domingo, las ideas ilustradas se comienzan


a sentir desde fines del siglo XVIII, pero es en la primera
década del XIX, al tiempo de la promulgación de la Consti-
tución de Cádiz de 1812, que se crean las condiciones pro-
picias para la difusión de las ideas iluministas.

De los pocos ilustrados dominicanos, solo algunos


dieron a conocer sus ideas a través de artículos y ensayos
periodísticos que se publicaban en los escasos medios de
entonces, como El Duende y El Telégrafo, así como a tra-
vés de libros, manifiestos y tertulias.

De estos ilustrados dominicanos podremos mencionar


a Antonio Sánchez Valverde, Andrés López de Medrano,
Bernardo Correa y Cidrón y José Núñez de Cáceres. Este
último declaró en el 1821 la independencia de la nación do-
minicana de la “Madre Patria”, tratando de anexarla a la
Gran Colombia, que organizaba Simón Bolívar, hecho que
no pudo consumarse. A esta declaración de independencia
se le conoce en la historia dominicana como la “Indepen-
dencia Efímera”. Apenas duró dos meses y ocho días. Esta
Jorge Santana Castillo. M.A. 101

no tenía la más mínima garantía de progresar, ya que fue


desconocida por la sociedad dominicana, ni había en la
sociedad de entonces, instituciones civiles y militares que
la sustentaran; al contrario, este acontecimiento abrió las
puertas para que se produjera la primera ocupación haitia-
na de 1822, que se prolongó por 22 años, hasta que se pro-
clamó la independencia nacional el 27 de febrero de 1844.
Fue más un proyecto personal, que de nación.
El mismo Rafael Morla sostiene que:
En el laboratorio social que constituyó la sociedad
del Santo Domingo español de las primeras dos
décadas del siglo XIX, se gestaron dos contradic-
ciones que atravesaron luego, como un hilo conduc-
tor, el corazón de la sociedad dominicana, a saber:
las existentes entre conservadores y liberales. Los
primeros tienen como filosofía la escolástica, y so-
cialmente son resistentes a los cambios sociales; los
segundos asumían, sobre todo, los principios de la
ilustración política, acorde con los principios de la
ilustración española de la época, o en una expresión
más extrema, el liberalismo francés.131
En Santo Domingo, una de las vías de influencia más
directa va a derivarse de la revolución haitiana, muy vin-
culada con los acontecimientos que se van generando en
Francia, al final del siglo XVIII. En este sentido, en 1801
Toussaint Louverture ocupó, en nombre de Francia, la par-
te española de la Isla, proclamando su indivisibilidad. Para

131. Rafael Morla, op. cit. p.22.


102 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

estos fines, elaboró una carta sustantiva mediante la cual se


expresaba la nueva situación. La Constitución haitiana de
1801, va a tener como soporte ideológico fundamental a la
Constitución Francesa de 1791, y es el primer texto constitu-
cional en el mundo que se pronuncia por la igualdad racial
incluyendo una solemne declaración antiesclavista, que dice:
“La servidumbre queda abolida para siempre, y todos sus ha-
bitantes nacen, viven y mueren libres y franceses”. Esto que-
dó consignado en el Artículo 3 de dicha constitución.

En síntesis la corriente ilustrada en Santo Domingo


penetra por tres vías, en las primeras décadas del siglo
XIX. Una vía, como ya hemos dicho anteriormente, lo fue
Haití, que desde los últimos años del siglo XVIII, sirve de
motivación a las masas de negros y mulatos, que en San-
to Domingo español luchaban por su derecho a la libertad
y a la igualdad racial. La segunda es el pensamiento li-
beral español, que logró ciertas conquistas conforme con
los ideales de la Ilustración, y que encontró su soporte ju-
rídico en la Constitución de Cádiz de 1812, influyendo de
manera eficaz en los sectores progresistas de la sociedad
colonial dominicana de entonces. La tercera vía es la del
movimiento independentista, encabezado por el libertador
Simón Bolívar, que abrazó los principios de la Ilustración
para emancipar los pueblos de la Gran Colombia y liberar-
los de la esclavitud.

Algunos acontecimientos relacionados con la Declara-


ción de Independencia del pueblo dominicano, van a reflejar
las incidencias de las ideas ilustradas en Santo Domingo.
Jorge Santana Castillo. M.A. 103

La declaración del texto de la primera Independen-


cia que va a producirse en Santo Domingo, publicado el
21 de diciembre de 1821, es redactada por el gran ilustra-
do José Núñez de Cáceres. A este intelectual y ex presi-
dente de la República, algunos historiadores lo han con-
siderado como el “primer dominicano que quiso libertar
la patria rompiendo el yugo colonial que pesaba sobre
el cuello de La Española, desde hacía 329 años. Esta es
una cuestión que todavía está en discusión entre algu-
nos tratadistas de la historia nacional.

La posición de un profesor y estudioso de la histo-


ria de las ideas políticas en Santo Domingo, Franklin J.
Franco, califica esta acta de declaración de independen-
cia como “curiosa pieza”, debido a que estaba constitui-
da por consideraciones económicas liberales y princi-
pios políticos y filosóficos que aludían a los postulados
del Contrato Social de Rousseau. Esto deja bastante cla-
ro que las ideas de los filósofos franceses del Siglo de la
Ilustración, eran conocidas por la élite, o por algunos de
los intelectuales de la colonia de Santo Domingo. En esta
época se va a declarar en la Isla, el derecho del pueblo a
luchar contra la tiranía y la opresión, así como a recono-
cer que sus habitantes son también “seres racionales y
libres”, que tienen como norte la búsqueda del progreso
y la felicidad.

El mismo Morla asegura que, “se sabe con evidente


certeza que los hombres renunciaron del estado natural
para entrar en una sociedad civil que le afiance de modo
104 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

estable y permanente la vida, la propiedad y la libertad,


que son los tres principales bienes en que consiste la felici-
dad de las naciones”132

Otra influencia bastante observable, que demuestra


cuándo los ideales de la Ilustración comienzan a hacerse
sentir en Santo Domingo, es el movimiento “nacionalista”
de José Núñez de Cáceres, que se vale de algunas de las pro-
puestas de Montesquieu, cuando planteó la aspiración a le-
yes que sean la expresión de las costumbres de los pueblos
y ajustadas a su ambiente. La gestión de gobierno asumido
por el naciente Estado independiente encaja real y efectiva-
mente en los principios rousseaunianos de modernidad, y de
lo que fue más tarde la chispa inspiradora de la Ilustración.

En lo que respecta al Movimiento Independentista Do-


minicano, existen dos documentos fundamentales para en-
tender su línea ideológica: uno es el manifiesto dominicano
del 16 de enero de 1844, y el otro es la Constitución de San
Cristóbal, del 6 de noviembre de 1844. El párrafo primero
del referido manifiesto dice: “La atención decente que se dé
a la opinión de todos los hombres y al de las naciones civili-
zadas exige que cuando un pueblo que ha sido unido a otro,
quiere reasumir sus derechos, reivindicarlos, disolver sus
lazos políticos, declare con franqueza y buena fe, las causas
que lo mueven a separarse”. ¿No es ésta, acaso, la idea del
Contrato Social de Rousseau? Aquí aparece la idea de vivir
libres y asociarse o disociarse cuando el pueblo entienda qué
le conviene y qué no le conviene.

132. Ibídem, p.24.


Jorge Santana Castillo. M.A. 105

El párrafo segundo dice: “se condena el despotismo


y se reivindica el sagrado derecho del pueblo a sacudir el
yugo de sus opresores”. Estos párrafos nos dicen, con toda
exactitud, que las ideas de Rousseau se hicieron sentir en
Santo Domingo para la época en cuestión, y luego, en gran
parte del siglo XX.

Esta declaración va a constituir el acta de nacimiento,


por primera vez en Santo Domingo, de un Estado secula-
rista, que omite o no específica con claridad el papel social
de la religión en la nueva organización recién ina-ugurada.

En lo concerniente a la Constitución de San Cristóbal,


promulgada el 6 de noviembre de 1844, su estructura for-
mal consta de 26 párrafos, 19 de los cuales se dedican a ex-
plicar el sentido de la separación; los 7 restantes se dedican
a la parte orgánica constitucional y a la filosófica doctrinal.
El nuevo Estado-Nación que se anuncia a la comunidad in-
ternacional de naciones, lleva por nombre “República Do-
minicana”, y su sistema de vida y organización socio - jurí-
dico- político es el de la Democracia Representativa.

Para el propio Morla, “el fundamento filosófico de este


texto, es por entero de la Ilustración”, lo cual queda claro
con la muestra de los siguientes aspectos:

1.- Libertad de los ciudadanos, aboliendo para siempre


la esclavitud.

2.- Igualdad de derechos civiles y políticos, con inde-


pendencia de origen o nacimiento.
106 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

3.- Inviolabilidad de la propiedad.


4.- Libertad de cultos, aunque reconoce la religión ca-
tólica como religión del Estado.
5.- Libertad de imprenta y expresión del pensamiento.
6.- Instrucción pública a expensas del Estado.
7.- Fomento de la agricultura, el comercio, las ciencias
y las artes.133
Podría decirse que este documento no tuvo un origen
único, sino que fue tomando párrafos y prerrogativas de
otras constituciones; así encontramos que esta Constitu-
ción tiene influencia de la Constitución de Cádiz de 1812,
y de la Constitución norteamericana. Como se puede ob-
servar, la Constitución del 6 de noviembre 1844, introdujo
importantes principios liberales de la Europa Occidental
y de los Estados Unidos. Introdujo, por primera vez, las
ideas montesquianas de los poderes del Estado, y al mismo
tiempo, la idea de la separación de los mismos. Se planteó,
además, la igualdad ante la ley; consagró, como ya hemos
dicho, la abolición de la esclavitud, pero circunscribió el
derecho al voto a los miembros de la burguesía y de algu-
nos sectores de la clase media, con la cual legalizó, indirec-
tamente, el modo de producción capitalista, como modo de
producción dominante.

La declaración de independencia dominicana de 1844


y su acta constitucional, pueden considerarse como refle-
jos tardíos de la Ilustración, en el sentido de que las ideas
133. Ibídem, p.26-27.
Jorge Santana Castillo. M.A. 107

ilustradas vienen a orientar la naciente República, cuando


ya en los países europeos, hacía mucho tiempo que estas
ideas habían llegado a su estadio superior de desarrollo y
evolución.

Esto no quiere decir de ninguna manera, que las ideas


ilustradas sucumbieran para siempre; en otros lugares del
mundo, como la propia Latinoamérica, estas ideas fueron
las inspiradoras de muchas de nuestras luchas indepen-
dentista y por una real y verdadera democracia, aunque
fuera tardíamente.

Otra fuente que nos permite entender mejor cómo in-


cidieron las ideas ilustradas en Santo Domingo, y cómo sir-
vieron de referente históricos según el propio Morla, es el
libro Reflexiones sobre algunas cumbres del pasado ideo-
lógico dominicano. Veamos:

Solo es preciso examinar aún sea ligeramente, el


Acta Constitutiva del Gobierno Provisional del Es-
tado Independiente de la Parte Española de Haití, el
Manifiesto del 16 de enero de 1844 y la Constitución
de San Cristóbal, como ya ha sido reiterado, para
comprobar que los ideólogos dominicanos conocían
la doctrina política del estado natural, el derecho
natural y el contrato social de Locke, Montesquieu
y Rousseau. Además, conocían la Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano, de 1789, las
constituciones francesas de 1791 y 1793, así como
los posteriores cambios en el régimen constitucio-
nal francés que llevaron al Consulado y al Impe-
108 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

rio, y las Constituciones Haitianas de 1806, 1816 y


1843, además de la Constitución de Cádiz, eran do-
cumentos no sólo conocidos libremente en el país,
sino que, debido a nuestras vicisitudes históricas en
gran medida se hicieron sentir en el quehacer his-
tórico dominicano. Como si todo esto fuera poco,
el legislador haitiano copió su derecho público y
privado de la Francia revolucionaria, y ese derecho
haitiano pautó nuestra actividad social durante 22
años; y ello fue razón suficiente para que calara, en
medida no despreciable, en la conciencia colectiva
de, por lo menos, las minorías dirigentes del país.134

La primera Constitución que se redactó en Santo Do-


mingo, la del 6 de noviembre del 1844, tuvo una influencia
marcada del Código napoleónico. A partir de este momen-
to, todas las constituciones dominicanas reflejan influen-
cias de las normativas francesas, de lo que Juan Bosch
no escapó cuando promovió en 1963, la constitución más
progresista, democrática y liberal, que haya conocido la
nación. Los principios y valores ciudadanos que son con-
siderados en el Código napoleónico, están reflejados cla-
ramente en la Constitución de 1844 y quedaron también
establecidos en la Constitución de 1963.

Reafirmando lo dicho anteriormente, Diómedes


Núñez (2003) sostiene que “[…] Juan Bosch aplicó en su
vida, los conceptos emitidos por los ilustradores del siglo
XVIII, quienes sostenían que “el hombre es el elemento

134. Ibídem, p.29.


Jorge Santana Castillo. M.A. 109

más esencial de la sociedad”. Estas ideas son propias del


pensamiento rousseauniano, que fue la corriente del pen-
samiento o doctrina política más influyente en todo siglo
el XVIII en Francia”.135

Si estudiamos de manera crítica la principal obra po-


lítica de Rousseau, El Contrato Social, encontraremos los
rasgos esenciales que este atribuye a la democracia, y el
contenido mismo del concepto, que adquiere su dimensión
interpretativa y epistémica principalmente en el orden del
discurso moral y la defensa de los principios de derecho
político a través de la voluntad general, y por mediación de
ésta, en la aplicación de las leyes.136

Como vemos, son muchas las coincidencias que resal-


tan al estudiar el pensamiento democrático de Rousseau y
de Juan Bosch. Ambos fueron muy radicales en la confor-
mación de sus programas políticos. Sus obras fueron claves
para denunciar los males de sus respectivas sociedades,
aunque fueran escritas en contextos y espacios diferentes.
Ambos entendían que “todo era perfecto al salir de la mano
del Creador y de que todo degenera en manos de los hom-
bres”. Estas opiniones, poco convencionales, le valieron
para que las autoridades de sus respectivos países, fran-
cesas y dominicanas de su época, los persiguieran. Ambos
pensadores tuvieron que sufrir los martirios del exilio, por
más de una ocasión.

135. Diómedes Núñez Polanco: Juan Bosch, aproximaciones…op. cit. P.268.


136. La Economía Política: De J.J. Rousseau a Carlos Marx. En: Http://www.
Monografías.com>Economía (6 de mayo, 2012).
110 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Tanto Rousseau como Bosch, marcaron a fuego la


civilización de su época, basada en la desigualdad, la co-
rrupción y el lujo. No se mostraron parcos al expresar los
horrores del despotismo y el nepotismo en que les tocó vi-
vir. No sintieron temores a la persecución ni al peligro de
perder sus vidas.
En todo el análisis de la vida de Rousseau, y funda-
mentalmente, cuando se refiere al ejercicio de la política,
dice que esta, “debe reposar en una alta exigencia moral”.
Este principio nos confirma la sinergia que existió en re-
lación a la forma de pensar de Rousseau y Bosch,y atesti-
guar que realmente el prócer dominicano recibió alguna
influencia de quien se le ha considerado padre de la demo-
cracia moderna y uno de los precursores del “Siglo de las
Luces”.
Para Rousseau, “la dignidad no es posible negociarla,
es intocable, porque es la esencia del hombre”. Este mismo
principio lo encontramos en todo el quehacer político de
Bosch; pues acuñó en su pensamiento y acción política la
frase de que “la dignidad nunca muere”. Esta frase la hizo
suya y la puso en práctica toda su vida.

De los ideales por los cuales Rousseau luchó de mane-


ra decidida, uno de los esenciales fue que Francia tuviera
un régimen fundamentado en una democracia representa-
tiva. Estas también fueron las ideas políticas que, en un
primer momento, Bosch quiso para su país; aunque debe-
mos aclarar que estas ideas cambian inmediatamente des-
pués del fatídico golpe de Estado del 25 de septiembre de
1963. A partir de este momento, Bosch se introduce en el
Jorge Santana Castillo. M.A. 111

estudio del materialismo dialéctico e histórico, es decir, del


marxismo, y trata de implementar una nueva propuesta,
nunca antes conocida en Latinoamérica y mucho menos
en la República Dominicana, la “Tesis de la Dictadura con
Respaldo Popular”.

Cuando regresó en 1970, tras más de tres años de nue-


vo exilio, pronunció un discurso por la radio, en el progra-
ma “Tribuna Democrática”, concluyendo de esta manera:

Aunque no creo en la llamada democracia represen-


tativa, sé que tengo deberes con el pueblo dominica-
no y con el Partido Revolucionario Dominicano; que
el pueblo y el PRD viven dentro de ese sistema, y que
las crisis de este sistema afecta al pueblo y al partido,
razón por la cual vine al país dispuesto a colaborar
en la solución de esa crisis, si con ello puedo evitar
que sigan sufriendo los dominicanos y los perredeís-
tas. Eso no significa, de ninguna manera, que voy
abandonar los principios de la Dictadura con Respal-
do Popular por la democracia representativa.137

En esa misma charla radial, afirmó: “No hay necesi-


dad de hacer estudios profundos, para ver que el llamado
sistema democrático que se estableció aquí hace 125 años,
no ha alcanzado a cuajar en la República Dominicana. La
democracia representativa no funciona aquí ahora, pero
tampoco ha funcionado en los 125 años de vida que tene-
mos como país libre”.138

137. Juan Bosch: Discursos políticos, Tomo II (1970), Editorial Búho, Santo Domingo,
p. 20.
138. Idídem, p.39.
112 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Según el expresidente de la República Dominicana,


Dr. Leonel Fernández:
Juan Bosch se convence de que para establecer la
democracia representativa en países subdesarro-
llados como la República Dominicana, se requiere
como condición previa el desarrollo del capitalismo,
y, en el país para ese entonces, 1930-1965, preva-
lecía la oligarquía por encima de la burguesía, y si
esto era así, tampoco había condiciones sociales
para un régimen de dictadura del proletariado, por
lo tanto planteó una tercera vía: La Dictadura con
Respaldo Popular.139

Si aceptamos la argumentación ofrecida por Bosch en


su Tesis…, ésta conduce a la elaboración del criterio de que
el modelo político de la democracia representativa nunca
pudo establecerse, antes del 1965, en la República Domi-
nicana y en ningún país latinoamericano, y que este había
fracasado, precisamente por la falta de desarrollo econó-
mico del sistema capitalista, que en lugar de estar bajo la
dirección de la burguesía, había estado bajo el dominio de
la oligarquía, económica y militar.

Podríamos decir que todavía hoy, en plenos inicios del


siglo XXI, esta propuesta de “la mentada Democracia Re-
presentativa”, como Bosch muchas veces la llamó, no ha
dado frutos positivos, al contrario, la democracia repre-
sentativa en los países subdesarrollados está más enferma
que nunca. Cada día el margen de desigualdad social entre

139. Leonel Fernández: Juan Bosch: Dictadura con respaldo popular…, op. cit., p. 7.
Jorge Santana Castillo. M.A. 113

los sujetos es más grande, debido, fundamentalmente, al


complejo fenómeno de la corrupción administrativa de los
gobiernos que dirigen los destinos de la nación.

Para Rousseau, “el hombre no puede ser esclavo, ya


que todos los hombres son iguales por naturaleza”140. Así
vio Bosch también al hombre, como una referencia central,
como objetivo principal, actor y destinatario de las accio-
nes política, de ahí su énfasis en la justicia social. En Rous-
seau, su vida es su obra; en Bosch también.

En la cuestión de las libertades públicas, en ambos


pensadores encontramos que este problema es una cons-
tante. En Juan Bosch esta preocupación comienza a ocupar
un lugar destacado cuando, de manera obligada, tiene
que abandonar tierra y tomar el camino del exilio. Bosch
propone, claramente, un tipo de gobierno con alta auto-
ridad moral, expresión inequívoca de la soberanía popu-
lar expresada en las votaciones; un Estado fuerte que,
por una parte, respete las libertades públicas, y que, al
mismo tiempo, se embarque en un programa esencial y
primordialmente por la justicia social.141
Él entendía, como lo entendió el propio Rousseau, que
el problema del país no era un problema de bondad o de
maldad, y que no dependía de que la gente nazca buena o
nazca mala. Lo que hace buena o mala a una persona es el
ambiente en que vive, el sistema de sociedad y de gobierno
que exista en el país.

140. Jean Jacobo Rousseau: El Contrato Social, op. cit., p.323.


141. Rafael Alburquerque, op. cit., p.323.
114 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

En la charla de Bosch impartida en una de las emisio-


nes radiales de “Tribuna Democrática”, en 1970, respondió
a diez preguntas que se le formularon sobre la “Dictadura
con Respaldo Popular” y la negación de la llamada demo-
cracia representativa, expresando:

Si el sistema de la democracia representativa fue-


ra bueno, se les asegurara a los dominicanos lo que
éstos necesitan para vivir, yo no estaría diciendo
que hay que cambiarlo por otro, porque en este país
nuestro todo el mundo sabe que nadie defendió ese
sistema más que yo; que nadie se lo explicó mejor al
pueblo y que nadie lo mantuvo en el gobierno con
tanto entusiasmo como lo mantuve yo.142

Y a seguidas expresó:

Yo creía sinceramente, con toda el alma, en la lla-


mada democracia representativa, y porque creía en
ella pude contribuir a convencer al pueblo de que
era el mejor sistema de gobierno, porque todo el que
habla al pueblo diciendo lo que él cree que es la ver-
dad, todo el que habla con el corazón en la mano, lo
convence de verdad, debido a que el pueblo adivina
la sinceridad dondequiera que se le ofrezca.143

Ahora bien, ¿Cuándo Bosch deja de creer en la de-


mocracia representativa? Cuando se producen los acon-
tecimientos relacionados con el ominoso golpe de Estado
142. Juan Bosch: Discursos políticos… op. cit. P. 42.
143. Ídem.
Jorge Santana Castillo. M.A. 115

del 63. Porque quienes lo organizaron, junto a la oligar-


quía nacional, fueron funcionarios del gobierno demó-
crata de John F. Kennedy, supuestos abanderados de las
ideas de la Democracia Representativa, y públicamente,
aliados del gobierno dominicano al que se derrocaba por
la espalda. Y para hacer aún más evidente la traición
contra los principios que pretendidamente se defendían,
la administración norteamericana, que había declarado
reiteradamente que no reconocería gobiernos de facto,
terminaría reconociendo al Triunvirato que se impuso
tras el golpe de Estado y retomando su ayuda militar y
económica, como si nada hubiese ocurrido.

Otras de las ideas análogas que podemos encontrar


en Bosch y en Rousseau, la podemos ver claramente en los
fundamentos y principios que estableció en la Constitución
del 1963; allí se puede observar que el énfasis e inspiración
fundamental de esta constitución estuvo sustentado en los
principios de los Derechos Humanos, como tema rector del
orden institucional. Además, según Antinoe Fiallo:

La Constitución de 1963 coloca a las clases popu-


lares, y en ese contexto, a los sujetos sociales más
excluidos o desfavorecidos, en una secuencia de
posibles reivindicaciones no consumadas (tierra,
salarios, organización, salud, educación, vivienda,
alimentación, protección, producción asociativa,
entre otros). Y hasta en el propio “Preámbulo” de
la Constitución de 1963, encontramos que cuando
la Asamblea Revisora define la naturaleza del texto
116 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

que ella asume, dice que, “es una carta fundamen-


talmente humana, democrática, revolucionaria,
para nosotros, para nuestros descendientes y para
todos los hombres de buena voluntad que quieran
convivir con los dominicanos.144
Así mismo, se establece en el artículo 2 que “la exis-
tencia de la nación dominicana se fundamenta principal-
mente en el trabajo; este se declara como base principal de
su organización social, política y económica.”. Es el traba-
jo, y no la acumulación de fortunas, de robo, malversación
de fondos públicos y privados, tráfico de influencias, el eje
proclamado de la organización de la sociedad dominicana,
y por ello, el énfasis en los sujetos sociales excluidos y dis-
criminados; así se plasmó en el acápite b) de su Artículo 1),
el camino a seguir:

Propender a la eliminación de los obstáculos de or-


den económico y social que limiten la igualdad y la
libertad de los dominicanos y se opongan al desa-
rrollo de la personalidad humana y a la efectiva par-
ticipación de todos en la organización económica y
social del país”, agregando el acápite c) del mismo
texto “el desarrollo armónico de la sociedad dentro
de los principios normativos de la ética social.145

Como se puede ver, a ambos pensadores les preocu-


paba el gobierno y las formas de gobierno. Entendían que
el gobierno es el encargado de ejecutar la ley (voluntad ge-

144. José Antinoe Fiallo: Trascendencia histórica… op. cit., p.130.


145. José Antinoe Fiallo: Constitución de la nación dominicana… op. cit. p. 131.
Jorge Santana Castillo. M.A. 117

neral) por medios de actos individuales, pero sus intereses


mayores estuvieron en buscar las formas de expresión de
la voluntad particular, es decir ejerciendo los ciudadanos el
derecho a elegir y ser elegido.Para estos dos grandes pen-
sadores era el propio individuo el que tenía que luchar por
lograr su propio espacio de participación dentro de la so-
ciedad.

Rousseau fue el primer ideólogo del pensamiento de-


mocrático y del concepto de “pequeña burguesía” que a la
sazón, ejercieron una notable influencia sobre el pensa-
miento político en víspera y durante la revolución burguesa
en Francia, a fines del siglo XVIII. Juan Bosch es el primer
político dominicano que interpreta esta categoría de clase,
llamada “pequeña burguesía. A la misma la complemen-
tó con la descripción exacta de los matices que ostentaba
en el espectro político-social dominicano, incluyendo en
sus análisis, por ejemplo la sub-categoría de “pobre y muy
pobre pequeña burguesía dominicana”; aquella que queda
excluida, y al mismo tiempo, queda sumergida en la suma
indigencia, y que el propio Bosch llamó, “los chiriperos”146.
Hoy todavía, en pleno siglo XXI, en la República Domini-
cana hay un sector bastante grande que vive en una po-
breza crítica, fruto de la amplia exclusión social existente
entre la población.

146. Juan Bosch:. Composición Social Dominicana: Historia e interpretación Editorial


Alfa y Omega, Santo Domingo, 1970.Chiriperos, eran para Bosch, aquellos
infelices, que por no recibir ningún tipo de paga por los servicios que realizaban
y por no tener forma de acceder a los medios de producción, ni vender su fuerza
de trabajo a un patrón, ejercían un sinnúmero de actividades informales y trueques
para poder subsistir.
118 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Por ser Juan Bosch el primer pensador dominicano


que analiza e interpreta la categoría clasista de pequeña
burguesía mencionada por Rousseau en su Contrato So-
cial, y que ésta no sólo incide en la República Dominicana,
sino también en toda Latinoamérica, no caben dudas de
que las primeras informaciones que Bosch recibe sobre las
clases sociales, las obtuvo de Rousseau a través del estudio
y el análisis de la obra ya citada.
Otras de las vías que hicieron posible que Bosch, cono-
ciera los principios roussonianos de democracia, lo consti-
tuye la propia influencia que trajo a América, y fundamen-
talmente a Santo Domingo, la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, que produjo la revolución francesa.
Estos presupuestos ideológicos permiten afirmar que
Juan Bosch, estudió y conoció los trabajos de Rousseau, y
que asimiló y puso en prácticas muchas de esas propuestas
políticas, cuando ejerció el poder en la República Domini-
cana, aunque fuera de manera efímera.
Otro de los aspectos que no se pueden pasar por alto,
es lo que concierne a la conformación del Estado. Rousseau
sostiene que se formó por el nacimiento de la propiedad
privada, y esta trajo, a su vez, la división de la sociedad en
ricos y pobres, y la tendencia de unos a enriquecerse a ex-
pensas del otro. Así, aparecen las luchas, las apropiaciones
y la violencia que dan paso a la formación del Estado.
Esta misma concepción la sostuvo Bosch, como pode-
mos observar, en la Constitución de 1963. Allí se puede ver
que nuestros constituyentes fundadores, en cuyas manos
Jorge Santana Castillo. M.A. 119

estaban como fuentes directas la Declaración de Indepen-


dencia de los Estados Unidos de 1876, y la mencionada de-
claración francesa, optaron por esta última en cuanto a la
formulación relativa a los derechos humanos. Por ello, hay
un texto común entre nuestra Constitución de 1844, y el
célebre documento revolucionario: “Los hombres nacen y
permanecen libres e iguales en derecho”.
La diferencia más marcada entre la concepción demo-
crática de Bosch y Rousseau, radica en que nunca las ideas
democrática de Rousseau este no pudo ponerlas en práctica,
mientras que Bosch, en el primer momento, tras entrar en
contacto con tales concepciones, trata de implementarlas en
un partido político, y más tarde cuando por vía de ese par-
tido llega a dirigir los destinos de la nación dominicana, lo
primero que hace es intentar llevarlas a cabo en el marco de
un régimen democrático, por primera vez en la República
Dominicana, después de una tiranía de más de 30 años.
Para dejar claro la simetría que existen en estos dos
grandes pensadores políticos, podríamos decir que tanto
Rousseau como Bosch, habían querido vivir y morir, en un
país donde nadie pudiese estar por encima de la ley, y don-
de nadie pudiese imponer algo que el Estado se viese for-
zado a reconocer. En fin, hubiesen querido vivir en un país
donde magistrados y ciudadanos pudiesen legislar y crear
leyes que beneficiasen al pueblo.
Bosch nunca perdió la fe en la nación dominicana, ni
en la capacidad de sus ciudadanos para buscar el camino
de la verdad y construir sus propios destinos y, sobre todo,
120 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

siempre mantuvo el convencimiento de que es un derecho


sagrado de cada pueblo disponer, por sí mismo, de su for-
ma de vida y organización social.
Jorge Santana Castillo. M.A. 121

CAPÍTULO II
Cimientos y Desarrollo
de la Democracia en la
República Dominicana

2.1. Orígenes de la democracia

En este segundo capítulo pretendemos explicar cuá-


les fueron los principios éticos y morales que Juan Bosch,
trató de aplicar para implementar un sistema democrático
real y participativo en la República Dominicana, después
de haber vivido un régimen de dictadura por más de trein-
ta años.

La palabra democracia es de origen griego, y signifi-


ca literalmente “gobierno o dominio del pueblo”. Claro que
el pueblo mismo no puede gobernar, siempre precisa una
persona, o un número reducido de personas, que dicten
122 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

las leyes y las hagan cumplir. El principio fundamental es,


pues, que la soberanía está en el pueblo. La manera en que
todo esto se traduce en el régimen político, es el hecho de
que el pueblo elige a sus gobernantes, en lugar de serle es-
tos impuestos sin consultar su voluntad.
Lo primero que debemos decir es que la democracia,
no existe al margen del reconocimiento de la diversidad de
las creencias, los orígenes, las opiniones y los proyectos.
Así, pues, lo que define a la democracia no es sólo un con-
junto de garantías institucionales o el reino de la mayoría,
sino, ante todo, el respeto a los proyectos individuales y co-
lectivos, que combinan la afirmación de una libertad per-
sonal con el derecho a identificarse con una colectividad
social, nacional o religiosa particular.
A este respeto afirmaba Alexis De Tocqueville, que
“[...] lo que más confusión provoca en el espíritu es el uso
que se hace de estas palabras: democracia, instituciones
democráticas, gobierno democrático. Mientras no se las
defina claramente, y no se llegue a un entendimiento sobre
su definición, se vivirá con gran ventaja para los demago-
gos y los déspotas”.147

147. Alexis De Tocqueville. El antiguo Régimen y la Revolución. Editor, Alianza, 4ta


edición de 1858, p.100.Estas dudas también se reflejaron en Henri Frederich Amiel
(1821-1881), filósofo y moralista suizo, cuando expresó: “No niego los derechos
de la democracia, pero no me hago ilusiones respecto al uso que se hará de esos
derechos mientras escasea la sabiduría y abunde el orgullo”. De similar opinión
es Ernesto Garzón Valdés, quien ha señalado que, en el caso de las democracias
latinoamericanas, se les puede aplicar, con razón los calificativos de “…no
consolidadas, formales, delegativas, tuteladas, liberales, degradadas, cleptocráticas
e incompletas” Ver: El papel del poder judicial en la transición a la democracia.
Tesis doctoral, Universidad de Maguncia. Edición digital: Biblioteca Digital
Cervantes, 2005, p.8.
Jorge Santana Castillo. M.A. 123

De estas preocupaciones del gran intelectual francés,


Alexis de Tocqueville, Bosch siempre se cuidó. Cuando
Bosch se inclinó al complejo mundo de la práctica política,
la concibe y la realiza sin demagogia, dando muestras de
los principios que sustentan una real y verdadera prácti-
ca democrática, como son la honestidad y el respeto a los
derechos de los demás. La ejerció mediante la voluntad de
combinar el pensamiento racional, la libertad personal y la
identidad cultural, pues concebía la sociedad política como
una construcción institucional, cuya meta principal es la
de combinar la libertad de los individuos y las colectivi-
dades con la unidad de actividad económica y las normas
jurídicas.

Bosch, entendía que la democracia no está al servicio


de la sociedad, ni de los individuos, sino de los seres huma-
nos como sujetos, es decir, creadores de sí mismos, de su
vida individual y de su vida colectiva. Sabía muy bien que
sin igualdad política no puede existir democracia, pues en-
tendía que no es únicamente la atribución a todos los ciu-
dadanos de los mismos derechos, sino, un medio de com-
pensar las desigualdades sociales, en nombre de derechos
morales.

Así, para poner en práctica estas ideas promovió la re-


dacción y adopción de la Constitución del 1963, que es, sin
lugar a dudas, la más progresista, liberal y democrática que
hemos tenido en nuestra evolución constitucional y la de
más alto contenido social y humano.
124 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Entendió que no era suficiente definir la democracia


por el respeto a la voluntad general, sino que la democracia
necesita un principio de defensa contra la arbitrariedad del
poder. Estas ideas las podemos ver reflejadas en su discur-
so de toma de posesión, cuando señaló:

No deseamos el poder para gobernar con amigos


contra enemigos, sino para gobernar con dominica-
nos para el bien de los dominicanos. Un gobernante
democrático debe tener oídos abiertos para oír la
verdad, ojos activos para ver lo mal hecho antes de
que se realice, mente vigilante para que nada ponga
en peligro la libertad de cada ciudadano, y un co-
razón libre de odios, dedicado día y noche solo al
servicio del pueblo.148

Como el gran latinoamericanista que fue, sostenía


además que:

La crisis de la democracia en la República Domi-


nicana, es una crisis de la democracia en América,
que tiene sus peculiaridades dominicanas, pero no
es exclusivamente dominicana. Cuando fue derro-
cado el gobierno que el pueblo dominicano había
elegido el 20 de diciembre del 1962, el puñal entró
en carne dominicana y su punta fue a clavarse en el
corazón de América. Pues América es múltiple y es,
sin embargo, una, y todo cuanto ha sucedido en un
país americano ha sucedido luego en otros. Por lo

148. Juan Bosch: Discurso de toma de posesión, 27 de febrero de 1963. En: Eliades
Acosta Matos: op. cit., p. 473.
Jorge Santana Castillo. M.A. 125

menos eso enseña la historia, y la historia no es sólo


un relato de lo que ya pasó, sino, también y sobre
todo, un espejo de lo que va a pasar.149

Esta concepción política acerca de la historia y destino


de los pueblos latinoamericanos, colocan a Bosch, no solo
como un pensador social antillano, sino como un pensador
político de carácter universal. Fueron muchos los pueblos
latinoamericanos, que de una manera u otra, recibieron al-
gún tipo de colaboración en la lucha por el establecimien-
to de un régimen democrático en sus respectivos países,
como por ejemplo, Cuba, Puerto Rico, Venezuela, Chile,
Costa Rica y Haití, entre otros.

Esta idea queda refrendada en un artículo que se pu-


blicó el 30 de abril de 1988, en el periódico Francés Le
Monde Diplomatique, bajo la firma de Ignacio Ramonet,
donde se afirma lo siguiente:

En Francia, conocíamos mucho mejor sobre la tra-


yectoria política de este expresidente de la Repúbli-
ca Dominicana, sobre su largo combate contra la
dictadura de Trujillo, y sobre todo, sobre su valien-
te actitud [...]. Hoy, Juan Bosch pervive como una
personalidad mítica en América Latina, al encarnar
ante los ojos de los demócratas un ideal de probi-
dad, justicia y civismo. Este político incorruptible y
exigente, es franco hasta la saciedad.150

149. Juan Bosch: Crisis de la democracia de América en la República Dominicana,


Editorial Alfa y Omega, Santo Domingo, 1999, p. 231.
150. Mildred Guzmán Madera: El Bosch que yo conocí… op. cit., p.93.
126 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Uno de los acontecimientos más importantes en la


lucha política de Juan Bosch, por tratar de instaurar un
régimen democrático en la República Dominicana, se pro-
dujo cuando envió a los constituyentes para su revisión, los
fundamentos políticos y filosóficos de lo que él consideraba
podrían ser los fundamentos jurídicos, para la gobernanza
del Estado dominicano, las ideas preliminares de la Cons-
titución de 1963.

Algunos dominicanos trataron de hacer creer que


Juan Bosch presionaba, por un interés particular, para
que se aprobará esta Constitución; en ese sentido expresó
mediante una carta publicada en la prensa, en medio de su
mandato:

No tengo contacto alguno con los constituyentes,


porque creo que ellos forman un poder soberano,
y además porque entiendo que crear la democracia
es un deber de todos los dominicanos, y por tanto
cada uno debe cargar con su parte de responsabili-
dad. Un hombre solo puede organizar y dirigir una
tiranía, pero un hombre solo no puede construir y
mantener un régimen democrático.151

Bosch planteó establecer un régimen democrático en


la República Dominicana, no a través de una mera formu-
lación de abstracciones sociológicas, sino como una res-
puesta práctica y crítica a la forma en que la democracia
afectaba la relación entre el individuo y el ciudadano. De

151. Aura Celeste Fernández: 40 aniversario. Constitución de la nación dominicana…


op. cit., p.24.
Jorge Santana Castillo. M.A. 127

ahí su interés en analizar minuciosamente la naturaleza,


las consecuencias, los inconvenientes y los posibles reme-
dios a dicha transformación democrática, y recuperar al
mismo tiempo, al ciudadano comprometido con la vida pú-
blica en una democracia moderna.

Debemos tener en cuenta que el objetivo fundamental


del establecimiento del régimen democrático concebido por
Juan Bosch, era ante todo político, lo cual significa que la
intencionalidad teórica, el conocimiento de la democracia
va estrechamente unida a una finalidad práctica: orientar
la democracia para hacer mejores a los hombres.152 Aquí se
refleja claramente el papel que jugó como “educador polí-
tico de la sociedad dominicana”, pretendiendo aleccionar a
sus conciudadanos sobre las virtudes y defectos de la nue-
va realidad democrática, al más puro estilo de los clásicos
de la filosofía política.

Bosch coincidía con los planteamientos de Tocquevi-


lle, cuando afirmaba que, “[…] las palabras democracia y
gobierno democrático no pueden significar más que una
cosa, según el verdadero sentido de las palabras: un gobier-
no en el que el pueblo tiene una participación en el gobier-
no. Su sentido está íntimamente ligado a la idea de libertad
política”.153

152. De Tocqueville diría: “Hace falta una ciencia política nueva para un mundo
enteramente nuevo”. Ver: Juan Manuel Ros Chesta: El concepto de democracia en
Alexis de Tocqueville, una lectura filosófico-política de la democracia en América.
En: Http://www.tdr.Cesca.es/Tesis-UJI/AVAILABLE/TX-0723104...//ros.PDF.
(tesis doctoral)
153. Juan Bosch: Crisis de la democracia de América…, op. cit., p.100.
128 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

2.2. Estado y Democracia

Es imposible hablar del concepto de Estado antes


de la Edad Media. A lo largo de la historia de la Edad
Antigua y del Medioevo, las naciones asumieron algunas
de las características que conforman la noción actual del
Estado moderno; sin embargo, esa idea terminó de ser
integrada a la luz racionalista de los pensadores de la
Ilustración, quienes dilucidaron, delimitaron y confor-
maron, de entre los resquicios del anacrónico y parasita-
rio sistema feudal, a la entidad que hoy definimos como
Estado.

Desde sus orígenes el tema del Estado, como estruc-


tura centralizada, burocrática y especializada en mecanis-
mos coercitivos y el ejercicio de la violencia organizada, ha
sido objeto de distintas concepciones que han generado
grandes discusiones y conflictos.

Uno de los primeros que emitió sus consideraciones al


respeto fue Platón, quien propuso en su libro La Repúbli-
ca, la formación de un Estado ideal en que los individuos
ocupen los diferentes puestos de acuerdo a sus talentos
fundamentales. Esta teoría culmina con la concepción de
justicia.154

Por otro lado, Aristóteles en su libro “Política”, esta-


blece que el Estado es una asociación, y solo en vista de
algún bien las asociaciones se forman, puesto que lo único

154. Juan Manuel Ros Chestar: Concepto de la democracia… op. cit., p.3.
Jorge Santana Castillo. M.A. 129

que a los hombres mueve es la esperanza de algo que les


parece bueno. Pero, para averiguar la naturaleza última de
todo Estado hay que utilizar como método el remontarse
al origen de las cosas y examinar cuidadosamente su de-
sarrollo.155
De la misma manera, Maquiavelo a quien se le ha
considerado el padre de la Teoría del Estado y la Ciencia
Política, establece en su libro El Príncipe, los principa-
les fundamentos de los Estados, ya sean nuevos o anti-
guos. Al respecto escribió que son buenas las leyes y las
armas, y que no puede haber óptimas leyes sin armas
idóneas. Entendía que el punto básico para mantenerse
en el poder era apoyándose en las armas. Fue él quien
llamó Estado a la organización política de una sociedad.
Los griegos no habían usado esa palabra; para ellos lo
que Maquiavelo llamó Estado, era la polis, que en su len-
gua significaba ciudad.
Por otro lado nos encontramos con Rousseau, que
señaló: “El Estado o la Ciudad es una persona moral
cuya vida consiste en la unión de sus miembros. Es en
la comunidad donde los hombres obtienen la libertad ci-
vil, que es el derecho moral, no meramente la libertad
natural”. Consideraba que el pueblo soberano no puede
estar representado, que no puede delegar su autoridad,
ni sus derechos a gobernarse. Entendía que el pueblo
debe gobernarse por si mismo y directamente. Agregaba
además que, “[…] no bastaba con tener ciudadanos y con

155. Nelson Moreno Ceballos: El Estado dominicano. Origen y evolución. Impresora


Siglo XXI, 1984. En: http://www.rincondelvago.com/estado-3 html.
130 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

protegerlos; es preciso además cuidar su subsistencia.


Satisfacer las necesidades públicas es una consecuencia
evidente de la voluntad general y el tercer debate esen-
cial del gobierno”.156

Rousseau consideró además que el Estado favoreció el


desarrollo científico y tecnológico, que son las principales
causas de la perversión e infelicidad humana. Pensaba que
cuando los hombres se reunieron a firmar el pacto social,
se inició el proceso de civilización, cuya consecuencia fue
el surgimiento de la propiedad y el egoísmo, y el consenti-
miento de la voluntad de cada uno de los individuos a la vo-
luntad de la generalidad. Por ello, a consideración de Rous-
seau, deberían ser destruidos tanto la civilización como el
Estado y todos aquellos artificios que se han creado para
limitar la libertad de los individuos.157

Es importante destacar que, aunque Rousseau mante-


nía la idea de destruir este aparato, es decir, el Estado, nos
legó a través de la teoría del Estado, una serie de aspectos y
principios morales que han de normar las actividades que
el Estado realiza, limitando los derechos individuales.

Rousseau hubiese querido, “[…] que nadie en el Estado


se pudiese situar por encima de la ley, y que nadie desde
afuera pudiese imponer algo que el Estado se viese forzado
a reconocer”.158 Esto lo vemos reflejado con bastante clari-
156. Jean Jacques Rousseau: El Contrato Social… op. cit., p.35.
157. Ibídem, p. 35.
158. Antonio Pintor Ramos: Rousseau: Discurso sobre el origen y los fundamentos de
la desigualdad entre los hombres y otros. Estudio preliminar. Ediciones Tecnos,
Enciclopedia Encarta, Madrid,1987, p.97.
Jorge Santana Castillo. M.A. 131

dad, en El Contrato Social, su principal obra de carácter


político, cuando dice que, la base de las mejores socieda-
des descansa en la soberanía de la voluntad del pueblo,
los soberanos como mandatarios del pueblo, y la República
como forma perfecta de gobierno. Por eso entendió clara-
mente que la voluntad popular es el único fundamento de
la organización política.

Por otro lado, Friedrich Engels definía el Estado como:

Un grupo que protege colectivamente su propiedad;


sus únicas fuerzas esenciales son una institución ci-
vil y militar aptas para este fin. En otras palabras,
un Estado es el poder de facto, la expresión cierta-
mente de la unidad nacional y una aspiración na-
cional por autogobierno, pero fundamentalmente el
poder para hacer que la voluntad nacional sea efec-
tivo en el país y en el extranjero. La existencia de un
Estado es compatible con cualquier falta de unifor-
midad que no impida el gobierno unificado efectivo.
La existencia de un Estado no implica igualdad de
derechos civiles, ni uniformidad de la ley en todo
el territorio nacional. Puede haber clases privile-
giadas y amplias diferencias de costumbre, cultura,
lengua y religión.159

En Latinoamérica, muchos pensadores también expu-


sieron sus consideraciones en lo que respecta al papel del
Estado como estructura de poder político, entre ellos, el
antillanista Eugenio María de Hostos. En su definición de
159. Ibídem, p.97.
132 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Estado, establecía que: “[…] el Estado es el titular abstracto


del poder, del cual los gobernantes no son más que meros
agentes de ejercicios esencialmente pasajeros”, entendien-
do que las necesidades del Estado estaban ligadas “[…] a la
necesidad de elegir para distribuir y transmitir las funcio-
nes del poder, necesidad de deliberar para realizar la fun-
ción de legislar, necesidad de someterse a la ley y ejecutar-
la, para administrar los bienes materiales e inmateriales
de la sociedad, y necesidad de juzgar y aplicar la ley para
establecer responsabilidad”.160

Sostenía, además, que el Estado unitario es corrupto


de nacimiento:

Todo Estado unitario, en cualquier tiempo, espacio


y forma de gobierno, es siempre personal: el Estado
es el jefe del Estado. Y como absorbe la iniciativa
de organismos provinciales y municipales, sustitu-
ye con la ley de su voluntad la autonomía de esas
sociedades, de aquí la desorganización, y de ésta la
corrupción. Dispone de la fuerza pública, con ella
corrompe por miedo o por soborno. Dispone de to-
dos los empleos, y con ellos corrompe por soborno
o por miedo.161

Hostos creía que había muy pocos estadistas serios en


el mundo, y que quizás en Europa había uno, pero que no
era Bismarck. Y, que en cambio eran muchos los que, como

160. De Hostos. Supra, número 131, p.68. En: http://elplandehiram.org/documentos/


cursos/prontuarios, admin.A04.pdf.
161. Eugenio María de Hostos: Moral Social, op. cit., p.123.
Jorge Santana Castillo. M.A. 133

este funesto afortunado, no ven en la política más que el


arte de utilizar el poder contra el Derecho, y como de eso es
formar escuela, cuanto más triunfan ellos, más triunfantes
se muestra la doctrina que divorcia la moral de la política.

Son muchos los intelectuales y políticos que, de una


manera u otra, han expresado sus ideas sobre lo que debe
ser el Estado como institución pública. Juan Bosch, como
político y como intelectual también tenía su concepción de
lo que es y debe ser el Estado.

Bosch planteaba que el concepto de Estado empezó


a ser usado en los años del siglo XVI. Más concretamente
sostiene, que aparece cuando comenzó a circular la obra El
Príncipe, de Nicolás Maquiavelo. Fue él quien llamó Esta-
do a la organización política de una sociedad.162

El Estado, dice Bosch:

[…] no apareció en la Historia como la organización


política de una sociedad compleja, es decir, nacio-
nal, como la que se conoce hoy, que en todos los ca-
sos son conglomerados urbanos de países o Estados
grandes, medianos o pequeños, sino que apareció
como la organización política de una ciudad aquí,
otra allá, otra acullá. Pero en cada caso se trababa
de una organización diferente de acuerdo o en rela-
ción con las diferencias que sin duda había entre los
que habitaban […].163
162. Juan Bosch: El Estado, sus orígenes y desarrollo, Editorial Alfa y Omega, Santo
Domingo, 1998, p.25.
163. Ibídem, p.p.25-26.
134 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Según el propio Bosch, eso sucedió porque en esos


tiempos no se tenía una conciencia de países, sino de con-
centraciones humanas pequeñas que se iban formando a
base de personas y familias que probablemente abandona-
ban los lugares donde vivían para seguir a algún señor po-
deroso, cuyo poder significaba para ellos protección

Juan Bosch, discípulo de Eugenio María de Hostos,


entendía que “[…] el Estado no puede tener existencia si no
posee el dominio de la soberanía sobre su territorio y sus
ciudadanos, y que en el sentimiento patriótico juega un pa-
pel muy importante la necesidad, y por tanto, el deseo de
que la patria sea independiente”.164

Bosch comprendió que la lucha por la independen-


cia, en las condiciones de las naciones latinoamericanas y
caribeñas, condujo de manera inevitable a la fundación del
Estado moderno, ya que sólo el Estado puede garantizar la
independencia e integridad de la patria.

Para establecer el sistema democrático en la República


Dominicana, el profesor Juan Bosch tuvo muy en cuenta
el papel del Estado, la sociedad política y la sociedad civil.
Entendió con meridiana claridad, que si se confunden el
Estado y la sociedad política, uno se ve llevado rápidamen-
te a subordinar la multiplicidad de los intereses sociales a la
acción unificadora del Estado. Inversamente, si se confun-
den la sociedad política y la civil, ya no se ve cómo puede
crearse un orden político y jurídico que no sea la mera re-
producción de los intereses económicos dominantes. Esto
164. Ibídem, p.9.
Jorge Santana Castillo. M.A. 135

lo asimiló Bosch, como una condición fundamental, ya que


sólo el sistema político tiene como tarea hacer funcionar la
sociedad en su conjunto, combinando la pluralidad de los
intereses con la unidad de la ley y estableciendo relaciones
entre la sociedad civil y el Estado.

Para Bosch, “ni nación ni país querían decir Estado.


Tanto la nación como el país, existen de manera natural,
pero el Estado no; el Estado es una organización política
creada por una clase social con el fin de someter a su do-
minio a una parte de la sociedad, y para poder someterla la
fundan apoyándose en la fuerza y mantienen la fuerza a su
servicio porque no le ceden a nadie el control del Estado”.165
Es decir, que Bosch comprendía correctamente que el Es-
tado es una institución clasista, que cambia cuando cambia
la clase dominante del país, por tanto determina qué clase
de sociedad será la que habrá en la patria.

También comprendió que el Estado funciona como un


aparato permanente de poder público, en cuyas estructu-
ras se acrecienta el monopolio de la violencia de toda socie-
dad nacional, sea grande o pequeño, poderoso o débil, rico
o pobre, y que para lograr esto, se vale de su arma jurídica,
que es la Constitución. Es decir, que las normativas o las
leyes constitucionales de un Estado, describen la manera
cómo debe actuar cada órgano que lo constituye.

Así como la Declaración de Independencia norteame-


ricana, del 4 de julio de 1776 antecedió y nutrió su Consti-
tución del 1787, y la Declaración de los Derechos del Hom-
165. Juan Bosch: El Estado: origen y desarrollo…, op. cit., p.10.
136 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

bre y del Ciudadano, del 26 de agosto de 1789, sienta la


bases de los textos constitucionales de Polonia y de Francia
de 1791, también la Constitución dominicana de abril de
1963, tenía un precedente inmediato que iba a introducirle
el tono y el espíritu de su trascendencia.

La Constitución del 63, que fue el gran aparato jurí-


dico-político que tuvo Bosch para tratar de establecer un
régimen democrático y participativo en la República Do-
minicana, para que se respetaran los derechos del pueblo,
debió ser el referente obligado para realizar la Reforma
Constitucional del 2010.
Bosch luchó incansablemente, en los pocos meses en
que dirigió los destinos de la nación dominicana, por poner
en práctica las ideas democráticas de gobernar que había
concebido en la Constitución, pero la oligarquía, la injeren-
cia extranjera y la propia falta de conciencia del pueblo, no
se lo permitieron.

Bosch escribió numerosas obras de carácter político


y su objetivo era el de crear conciencia en el pueblo, para
que la sociedad tuviera un verdadero sistema democráti-
co. Para lograr este propósito se propuso conformar dos
de los más grandes partidos políticos en la República
Dominicana, el Partido Revolucionario Dominicano, en
1939, y el Partido de la Liberación Dominicana, en 1973.
La filosofía y los principios con que Bosch conformó estos
partidos eran de los más avanzadas de la época, los de la
democracia liberal y representativa. El propósito clave era
que cuando llegaran a ejercer el poder político, lo hicieran
Jorge Santana Castillo. M.A. 137

inspirados fundamentalmente en los principios de la de-


mocracia representativa, donde la esencia del ejercicio es-
tuviera expresada en un régimen de moral y de respeto a
los ciudadanos. Pero debemos decir, que aunque ha habido
logros en lo que se refiere al ejercicio y vida democrática
en el país, las principales propuestas políticas, sociales y
económicas que Bosch ideó para el pueblo dominicano, no
se han consumado, hasta la actualidad.

La Constitución del 63 fue la primera bitácora jurídi-


ca política moderna que conoció la sociedad dominicana.
Para dejar constancia textual de la importancia de este tex-
to constitucional, se deben mencionar algunos de los prin-
cipios que se establecían en ella.

La finalidad de los poderes públicos, de acuerdo a la


Magna Carta, son proteger la dignidad humana y promo-
ver y garantizar su respeto; propender a la eliminación
de obstáculos de orden económico y social que limiten la
igualdad y la libertad de los dominicanos y se opongan al
desarrollo de la personalidad humana y a la efectiva parti-
cipación de todos en la organización política, económica y
social del país; y lograr el desarrollo armónico de la socie-
dad dentro de los principios normativos de la ética social.

En esta Constitución se planteaba, por primera vez,


que todas las personas tenían el derecho de elegir y ser
elegidos; que nadie podría ser juzgado dos veces por una
misma causa, ni obligado a declarar contra sí mismo; que
todo dominicano tendría libertad de tránsito y que ningún
dominicano podría ser expulsado del país, y la prohibición,
138 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

de manera absoluta, de ejercer la violencia, tortura o coac-


ción de cualquier especie sobre las personas para obligar-
las a declarar.

Refiriéndose a la trascendencia e importancia de esta


consagrada Carta Magna, plantea Cándido Gerón que “[…]
a partir de ese momento en que se puso en ejecución esta
Constitución, hubo en la República Dominicana libertad
de expresión, libertad sindical, el derecho a huelga, y los
trabajadores tenían derecho a los beneficios de las empre-
sas del Estado y a la seguridad social, modificándose tam-
bién el Código Trujillo del trabajo”.166

Bosch estuvo convencido, de que la base de cualquier


régimen social se fundamenta en atender el bienestar del
pueblo, y al mismo tiempo, respetar al máximo su libertad.
Siempre concibió el ejercicio de la política como la oportu-
nidad de ejercer una función con dignidad en beneficio del
pueblo.

Bosch comprendió, como sostiene Jaime María De


Mahieu, que “[…] el Estado no es nada sino en función
de la comunidad, de la cual no hace sino expresar una
tendencia esencial. Su autoridad no le puede pertene-
cer en propiedad ni surgir de su propia naturaleza. El
poder que ejerce es por tanto, sencillamente, el poder
comunitario”.167

166. Cándido Gerón: Juan Bosch: documentos inéditos de la Revolución de Abril.


Editorial Centenario, Santo Domingo, 2007, p.43.
167. Jacques Marie de Mahieu: El Estado Comunitario, Ediciones La Bastilla, Buenos
Aires, 1964, p.27.
Jorge Santana Castillo. M.A. 139

Juan Bosch, como afirma Cándido Gerón, construyó a


sí mismo su destino y su trascendencia. No le bastó com-
prender que el Estado tiene por función dirigir los distintos
grupos sociales que le están subordinados, sino que también
comprendió que debía guiar a la comunidad misma en el ca-
mino de su realización. Este fue uno de los tantos papeles
claves que tuvo que jugar Juan Bosch para la construcción
de un Estado democrático en la República Dominicana.

Por eso, durante los siete meses que estuvo en el poder


respetó los grupos sociales constitutivo de la población do-
minicana. Bosch trató siempre, en su corto tiempo como
máximo representante del Estado Dominicano, de educar
a la ciudadanía sobre la naturaleza, carácter y funciones
del Estado, y de crear conciencia del papel que cada ciuda-
dano debe jugar dentro del mismo.

Cuando alcanzó dirigir los destinos de la sociedad do-


minicana, la sabía orgánicamente débil en sus principios y
aspiraciones democráticos, pero la tomó sólidamente en sus
manos, poniendo todo su empeño por fortalecerla y sustituir
el sistema autoritario trujillista por un sistema democrático,
donde todos los ciudadanos tuvieran los mismos derechos.

Conceptualizando el papel que desempeña el Estado,


como estructura de poder, refiere De Mahieu al respecto:

El Estado es el instrumento de una revolución per-


manente. El Estado no es verdaderamente la clave
de bóveda del edificio social, a pesar de que man-
tiene la armonía solidaria de los individuos y de los
140 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

grupos, puesto que actúa sobre los elementos cons-


titutivos de un conjunto fluente. No es verdadera-
mente el piloto de un buque, a pesar de que dirige
a la comunidad hacia su realización, puesto que do-
mina fuerzas cambiantes. Ni siquiera es verdadera-
mente el cerebro de un cuerpo individual, a pesar
de que unifica un conjunto de órganos, puesto que
supera, no sólo diferencias, sino también oposicio-
nes. Sólo permanece valedera sin retoques nuestra
comparación de director de orquesta.168

Interpretando lo dicho por este pensador, podríamos


asegurar que Bosch, en su corta gestión como gobernante
del Estado dominicano, trató de darle vida propia, vale de-
cir, autonomía de existencia y actividad al pueblo, sin tra-
zarle las pautas cerradas de su ejecución, sino organizando
a los diferentes factores y elementos constitutivos de la so-
ciedad para que el resultado del trabajo y el saber colectivo
fuese útil, productivo y creador.

2.3. Democracia y Desarrollo en


América Latina

Aunque 140 países del mundo viven hoy bajo el régi-


men democrático, hecho valorado como un gran logro, sólo
en 82 existe una democracia plena.169 En efecto, el Progra-
ma de las Naciones Unidas (PNUD) sostiene que muchos
168. De Mahieu, op. cit., p.93.
169. PNUD: Informe sobre el desarrollo humano, Mundi-Prensa, Madrid, 2002, p.23.
Jorge Santana Castillo. M.A. 141

gobiernos elegidos democráticamente tienden a sostener su


autoridad con métodos no democráticos, y uno de los ejem-
plos que muestran es la modificación de las constituciones
nacionales, para beneficios políticos, y las intervenciones
en los procesos electorales y/o restando independencia a
los poderes legislativos y judicial.

Estos hechos demuestran - según este informe- que la


democracia no se reduce al acto electoral, sino que requiere
de eficiencia, transparencia y equidad en las instituciones
públicas, así como de una cultura que acepte la legitimidad
de la oposición política y reconozca, abogue y luche por los
derechos de todos.
Paralelamente a la cuestión anterior, debemos men-
cionar algunos acontecimientos que se producen en el seno
de muchos países que se consideran democráticos, como
son las crecientes frustraciones por las faltas de oportuni-
dades y por los altos niveles de desigualdad, pobreza y ex-
clusión social que se expresan en malestar, pérdida de con-
fianza en el sistema político, acciones radicalizadas y crisis
de gobernabilidad; hechos que ponen en peligro la estabi-
lidad del propio régimen democrático, como lo sostiene el
Informe sobre Desarrollo Humano, cuando dice “[…] que la
democracia no sólo es un valor en sí mismo, sino un medio
necesario para el desarrollo”,170 y con sobrada razón, pues
la democracia verdadera se debe sustentar en la constitu-
ción de un Estado que tenga como principal objetivo al ser
humano y la construcción de una ciudadanía integral.

170. Ibídem, p.24.


142 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Para fines de los años sesenta, la situación del con-


tinente, tal como la describe el propio Bosch, en el libro,
Dictadura con Respaldo Popular, “[…] estaba caracteri-
zada por una falta de crecimiento económico, déficit de la
balanza comercial y de pago, creciente deuda externa, fuga
de capitales y de cerebros, incapacidad de ahorros, falta de
inversión, déficit de vivienda, explosión demográfica y cri-
sis en el suministro de servicios públicos”.171

Esta situación llevó a Bosch a la conclusión de que en


América Latina había fracasado el sistema económico, so-
cial y político que había prevalecido en la región desde la
época de la conquista y la “colonización” por parte de las
potencias europeas: la “llamada Democracia Representa-
tiva”.

Refiriéndose a esta misma cuestión, escribe Leonel


Fernández, “que si la situación de América Latina se mide
por los niveles de agudización de las crisis experimentadas
en la última década, los acontecimientos parecen confir-
mar la tesis del profesor Juan Bosch de que el sistema ha
fracasado”.172

Para el autor de la tesis de la Dictadura con Respaldo


Popular, el sistema que ha fracasado es el de la Democracia
Representativa, en su calidad de modelo de organización
del sistema económico capitalista. La razón que explica
este fracaso es de carácter histórico, ya que, según el pro-
pio Bosch:
171. Leonel Fernández: Dictadura con respaldo popular…, op. cit., p.3.
172. Ibídem, p.5.
Jorge Santana Castillo. M.A. 143

América Latina vive desde hace largo tiempo domi-


nada económica, social y políticamente por frentes
oligárquicos, y éstos son incapaces por su propia
naturaleza, de dirigir y realizar cualquier tipo de
desarrollo. En el caso de la América Latina, hay
repúblicas que se llaman a sí mismas democracia
representativas, pero no lo son, pues aunque vivi-
mos dentro del sistema capitalista, los medios de
producción no pertenecen en su totalidad a las bur-
guesías nacionales.173

Sobrada razón tenía Bosch, para decir esto. Había


comprendido muy bien que el desarrollo de la democracia
dependía de que se ampliara de manera decidida la ciuda-
danía social, sobre todo a partir de la lucha contra la po-
breza y la desigualdad y la creación de empleos, que siem-
pre habían sido de las grandes carencias de la democracia
latinoamericana.

Esta tesis planteada por Bosch hace más de 40 años,


reafirman hoy su vigencia, como lo demuestra el Informe
del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD), del 2002.

El grado de legitimidad de la democracia como régi-


men político se puede medir de diversas maneras; pero
una de sus principales formas de medir sus efectos es me-
diante la determinación de la capacidad que se le atribuye
para resolver los principales problemas del país.

173. Ibídem, p.3.


144 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Según la encuesta realizada en el país, en los años de


1997-2001, sobre el grado de legitimidad de la democracia
en República Dominicana, la investigación mostró los gra-
ves problemas que el régimen democrático no ha podido
resolver, como es el desempleo, los bajos salarios, y el alto
costo de la vida.174

Es importante aclarar que, aunque en los momentos


actuales ése régimen autoritario ya no existe, y el pueblo
prefiere la democracia como sistema de gobierno, ésta no
ha llenado aún las expectativas creadas. Así lo deja ver la
propia encuesta Demos 2001, ya mencionada, cuando dice
que “solo el 26% de la ciudadanía entrevistada estuvo satis-
fecha con el funcionamiento de la democracia en el país; la
mitad abiertamente insatisfecha, y el 23% expresa un gra-
do de satisfacción ambiguo; expresando que la democracia
no funciona ni bien ni mal, más bien regular”.175 Y según la
propia encuesta, estas opiniones apuntan hacia un peligro-
so declive.

En el año 2001, la satisfacción con el funcionamien-


to de la democracia bajó sustancialmente con respecto
a la de 1997. En ese año, el 36% apreció favorablemente
el funcionamiento de la democracia, pero cuatro años
más tarde, esa opinión se redujo al 26% de la población,
porcentaje todavía más bajo que el 32% alcanzado en el
1994.

174. Isis Duarte y Ramonina Brea:¿Hacia dónde va la democracia?1994-2001. Encuesta


Demos, op. cit., p.15.
175. Ibídem, p.17.
Jorge Santana Castillo. M.A. 145

Cuando el profesor Bosch, escribía su tesis de Dicta-


dura con Respaldo Popular, a finales de los años sesenta,
sostiene Leonel Fernández que “[…] Bosch no podía perder
de vista que el ciclo democrático acaecido en el continente,
a finales de los años cincuenta, con la caída de varias dic-
taduras o regímenes militares, se había desplomado como
consecuencia de los golpes de Estado llevados a cabo, pre-
cisamente, en los años sesenta en Argentina, Brasil, Repú-
blica Dominicana, Honduras y Perú”.176
Estudiando la historia, y participando en las lides polí-
ticas, Bosch aprendió que la democracia es mucho más que
un régimen de gobierno; más que un método para elegir y
ser elegido. Su sujeto, más que el votante, es el ciudadano.
Sabía que en América Latina, con más de cien años de vida
independiente, la democracia nació y murió miles de veces.
Mientras se la consagraba en las constituciones, se la des-
truía en la práctica, como ocurrió con la Constitución del
1963, y la instauración del primer gobierno democrático.
Reafirmando lo expuesto anteriormente, y a modo
de sugerencia, cabe señalar que se hace necesario que, en
América Latina, después de estos acontecimientos históri-
cos, la reflexión y el debate político integral, sean renova-
dos y promovidos, porque ha perdido vitalidad y contenido
social. Tomando en cuenta, como afirma el PNUD, que “[…]
por primera vez en la historia, una región en desarrollo y
con sociedades profundamente de-siguales está organiza-
da políticamente bajo un régimen democrático”.177
176. Leonel Fernández: Juan Bosch: Dictadura con respaldo popular… op. cit., p.36.
177. PNUD, op. cit., p.36.
146 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Además de esta advertencia, conviene también tomar


en cuenta los resultados de las Encuestas Demos, en lo
concerniente a la percepción que se tiene del sistema polí-
tico y de la gestión gubernamental.

Los resultados de las tres encuestas Demos, confirman


que la población entrevistada no tiene una clara identifica-
ción en pro o en contra de una perspectiva democrática e
institucional. Por ejemplo, a la pregunta” ¿un líder fuerte
haría más por el país que todas las leyes y las instituciones
juntas?”, la respuesta fue: en el 1994, el 50.4 % respondió
que sí, en 1997, 50.4 %, en el 2001, 45.4%.178

Estas respuestas son sumamente preocupantes. En


pleno siglo XXI, más de la mitad de los dominicanos opi-
nan que un líder autoritario haría más por el país que todas
las leyes y las instituciones juntas. Es sumamente preocu-
pante y debe poner al gobierno en alerta, más aún, tra-
tándose de que el gobierno que dirige los destino de la na-
ción dominicana en los actuales momentos, lo encabeza el
partido que Juan Bosch creó para la liberación del pueblo
dominicano. Esto demuestra también que los principios
políticos con los cuales Juan Bosch conformó el Partido de
la Liberación Dominicana han sido apartados por la propia
práctica política, y de esta manera negativa son percibidos
por importantes sectores de la ciudadanía.

178. Encuestas Demos-2001, op. cit., p.50.


Jorge Santana Castillo. M.A. 147

2.4. El surgimiento del capitalismo en


la República Dominicana

El primer período del modo de producción capitalismo


en República Dominicana abarca desde el 1844 al 1875; pe-
ríodo en que predomina una economía natural, con énfa-
sis en la producción de bienes para la subsistencia. No obs-
tante, se podía encontrar una producción de tipo mercantil
en la región del Cibao, teniendo como eje de producción el
cultivo del tabaco, y en el sur, el renglón que prevalecía era
la explotación de madera.

En ese sentido, refiere Manuel Linares, que:

Con el paso de los años, del seno de la producción fa-


miliar para el autoconsumo, va brotando la producción
propiamente mercantil, la producción de bienes para el
mercado, se va incubando la agricultura comercial (casos
del cacao, el café, el algodón y la caña de azúcar); parale-
lamente se va desarrollando una especie de industria ar-
tesanal que tiene como soporte la fabricación de azúcar,
serones, cestas, cuerdas, alcohol, zapaterías, hojalatería,
ebanistería, carpintería, chocolatería, baúles, tenerías,
confección de ropas, etc.179

Refiriéndose a esta misma cuestión, escriben Serulle


y Boin que “[…] el predominio en todas las ramas exami-
nadas de la pequeña explotación agrícola e industrial, en

179. Manuel Linares: Análisis de la política económico-social trujillista (1950-1961).


Tesis doctoral, Universidad del País Vasco, 2009, p. 149.
148 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

la cual los métodos de producción son arcaicos, y el pro-


ductor es propietario de sus medios de producción, sitúa a
estas ramas agrícolas e industriales, respectivamente en,
la fase de la pequeña agricultura mercantil y de la industria
artesanal.180

En el segundo período (1885-1930), la sociedad domi-


nicana se introduce en un proceso de transformación de la
producción mercantil simple, resurgiendo en la agricultura
dominicana la figura del trabajador agrícola asalariado.

A este respecto señala Roberto Cassá que:

La mayoría de los capitalistas que surgieron a fines


del siglo XIX lo hicieron a instancias de un proceso inter-
no de formación de capitales; y aunque gran parte era de
origen extranjero, pocas veces traían capitales del exterior,
pasando a ser capitalistas desde la condición de burgueses
mercantiles del anterior esquema. El surgimiento del capi-
talismo dominicano tuvo por antecedente principal el enri-
quecimiento del reducido alto sector comercial o burguesía
mercantil. Esto se llevó a cabo gracias al aumento de ex-
cedentes en la economía pre-capitalistas, así como por la
aparición de circunstancias internacionales favorables en
la demanda y los precios.181

En lo concerniente a esta misma cuestión, Manuel Li-


nares, afirmaba que:
180. J, Serulle y J, Boin: El proceso de producción capitalista en República Dominicana
(1844-1830), Editora Gramil, 1981, p.46.
181. Roberto Cassa: Modos de producción, clases sociales y luchas políticas. Ediciones
Punto y Aparte, Santo Domingo, 1983, pp. 52-53.
Jorge Santana Castillo. M.A. 149

La ocupación norteamericana (1916-1924), aceleró las


relaciones capitalistas de producción, tanto en el campo
como en la ciudad, y acentúa más la descomposición del
campesinado, apadrinando su expropiación violenta. Al
final de este período domina claramente en la economía
dominicana, el modo de producción capitalista; queda ins-
taurado un régimen de acumulación capitalista primario
exportador.182

Debemos recordar que, entre las tantas medidas


económicas aplicadas por los norteamericanos en la
ocupación de 1916 en Santo Domingo, y que motivaron
la agilización del proceso de desarrollo del capitalismo
en la República Dominicana, estuvo la estimulación de
la industria azucarera, permitiendo que se construyeran
nuevos ingenios, así como la creación de la Ley de Ren-
tas Internas para poner impuestos directos y de esta for-
ma aumentar la recaudación económicas para su propio
beneficio.
Otro de los elementos que dieron origen al desarrollo
del capitalismo en Santo Domingo, según Juan Isidro Ji-
menes Grullón, puede describirse de la siguiente manera:

El desarrollo del capitalismo, en este periodo, se de-


bió fundamentalmente al régimen dictatorial de entonces,
representado por Ulises Heureaux (Lilís), que gobernó el
Estado dominicano, al final del siglo XIX. Lo primero que
hay que reconocer es que la tiranía dio un impulso al capi-
talismo, como modo de producción dominante. Insistimos

182. Linares, op. cit., p.151.


150 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

en que ello tuvo su máxima manifestación en el auge de


la industria azucarera: gracias a dicho auge, se llevaron a
cabo nuevas obras de infraestructura, ferrocarriles, mue-
lles, almacenes, y el corte y procesamiento de la caña ex-
tendió el régimen salarial.183

En el tercer período (1930-1961), Linares sostiene que,


“la economía dominicana asiste a una cierta ordenación y
modernización del capitalismo dominante, bajo la férula
de Trujillo”.184

Juan Bosch, siendo uno de los grandes analistas po-


líticos de este sistema en América Latina, expuso con bri-
llantez el origen del capitalismo, no solo en la República
Dominicana, sino también en Latinoamérica. En este sen-
tido, afirmó:

El capitalismo en América Latina fue tardío, pues se


inicia a partir del último cuarto del siglo XIX. En América
Latina, como en África y otras tierras de mundo, el capi-
talismo no brotó de las estructuras económicas de una so-
ciedad que existió antes de la llegada de los conquistadores
españoles, portugueses, ingleses, franceses y holandeses,
sino que el capitalismo les fue impuesto a los países lati-
noamericanos desde Europa y los Estados Unidos, como
parte del proceso de explotación de las riquezas mundiales,
y con ellas de la mano de obra que producía la humanidad
de nuestros países, como sucedía, y sigue sucediendo, con

183. Juan Isidro Jimenes Grullón: Sociología política dominicana (1844-1966). Editorial
Alfa y Omega, Santo Domingo, 1978, p.32.
184. Linares, op. cit., p.151.
Jorge Santana Castillo. M.A. 151

los pueblos indígenas, o que era traída a estas tierras me-


diante la violencia más espantosa, como era el caso de los
esclavos africanos.185

La tesis que mantuvo Bosch era que el capitalismo no


brotó de una raíz inicial latinoamericana, sino que nos fue
impuesto desde afuera, y se nos impuso tarde, después que
ya estaba instalado en Europa y luego en los Estados Uni-
dos. Es decir, que América Latina fue el escenario donde
por primera vez se ensayó la trágica comedia de los siste-
mas capitalistas franceses, ingleses y norteamericana de
los siglos XVIII y XIX, a través de la explotación, el crimen
y el pillaje a estos pueblos.

La cuestión de que si existió el capitalismo en la Re-


pública Dominicana se convirtió en un controversial tema
de debate teórico en los años 60, 70, 80 y hasta los 90, del
siglo XX. Fueron muchos los intelectuales y políticos del
país, que emitieron sus juicios a través de artículos perio-
dísticos, revistas y libros, pero nunca se llegó a un consen-
so; todavía hoy, esta cuestión es materia de debate.

El ex presidente de la República, doctor Leonel Fer-


nández, sostiene al respecto que:

Bosch fue capaz de desafiar todo su andamiaje teórico,


al formular la tesis de que la sociedad dominicana no era
una sociedad típicamente capitalista, sino pos-capitalista,
así como el lugar de una burguesía, el sector social que ha-

185. Juan Bosch: Temas internacionales. Ensayos y artículos. Editora Búho, Santo
Domingo, 2006, p.155.
152 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

bía regido los destinos nacionales, desde nuestra funda-


ción como República, había sido una oligarquía, obstáculo
principal al desarrollo capitalista del país.186

En la discusión que generó dilucidar el problema del


origen del capitalismo en República Dominicana, Bosch le
atribuyó a Trujillo un papel importante en su desarrollo,
diciendo al respecto:
A Trujillo le tocó jugar el papel de impulsor del capi-
talismo dominicano, y lo cumplió a cabalidad, porque bajo
su mando se establecieron numerosas industrias, las ma-
yorías de ellas como propiedades suyas, porque además
de jefe militar y de jefe político, él se convirtió en el jefe
económico del país, y al llegar aquí se debe decir que para
llenar su cometido tenía que ser así y no de otra manera,
porque aunque desconociera las leyes del capitalismo, Tru-
jillo las aplicaba de manera instintiva, y entre esas leyes
figuraba la de la monopolización, debido a que ella garanti-
zaba la acumulación de capitales que requería la necesidad
de invertir en nuevos establecimientos industriales, en la
formación de técnicos y en la creación de instituciones fi-
nancieras nacionales.187

El período que abarca 1930-1961 fue la etapa de tran-


sición entre el régimen de acumulación primario-expor-
tador y el régimen de acumulación urbano-industrial. El
mercado de producción y, por tanto, del trabajo, tiende a
186. Leonel Fernández: Nuevo paradigma, Editorial Centenario, Santo Domingo, 2003,
P. 219.
187. Juan Bosch: Capitalismo tardío en la República Dominicana, Fundación Juan
Bosch, Santo Domingo, 1987, p.19.
Jorge Santana Castillo. M.A. 153

organizarse. Por ejemplo, surge el primer código de trabajo


en la República Dominicana, continúa la diversificación de
la producción y se intensifica la emigración de la fuerza de
trabajo rural hacia las ciudades. La industria sustitutiva,
adquiere un crecimiento importante, bajo el mando ex-
clusivo del nepotismo trujillista. Resulta paradójico, pero
realmente el desarrollo del capitalismo en la República Do-
minicana, se originó al través de las dos tiranías más im-
portantes que ha sufrido la nación, la de Ulises Heureaux
(Lilís), a partir de 1889, y la de Rafael Trujillo Molina, a
partir de 1930.
154 Juan Bosch: Utopías Inconclusas
Jorge Santana Castillo. M.A. 155

CAPÍTULO III
La concepción filosófica y
política en el pensamiento
de Juan Bosch
Según Diómedes Núñez Polanco, “[…] la peregrina-
ción por Latinoamérica y Europa cumplió en Juan Bosch
un papel determinante en su concepción del mundo y de
la vida. Esta nueva experiencia moldeó en él su visión de
modernidad, su deseo de crear una sociedad diferente y un
Estado nuevo en la República Dominicana”.188 Es decir, que
el martirio y el sacrificio que conlleva el exilio, fue también
parte importante para que Juan Bosch desarrollara la con-
ciencia necesaria para implementar en el primer momento
que le tocara una democracia real y verdadera en la Repú-
blica Dominicana.

De igual manera, escribe Samuel Sosa que la forma-


ción, la sensibilidad y la conciencia social del pensamiento
crítico internacional de Bosch, tiene sus raíces en el cono-
188. Diómedes Núñez Polanco, op. cit., p. 271.
156 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

cimiento y la experiencia propia vivida e histórica de dos


factores fundamentales: la primera invasión armada del
ejército estadounidense y el profundo conocimiento de
otro gran latinoamericano, el puertorriqueño Eugenio Ma-
ría de Hostos.

De igual forma, Daniel Beltré señala que:

El pensamiento social y humanista de Juan Bosch


ha quedado profundamente vinculado a la com-
prensión de estos episodios, a la interpretación de
estas realidades históricas […]. El humanismo de
Bosch radica fundamentalmente en que para él, por
encima de todos los valores universales, se encuen-
tra el mayor de ellos que es el hombre.189

En el discurso que Bosch pronunció el 28 de sep-


tiembre de 1962, manifestó: “Lo que yo estoy haciendo
ahora como político, como presidente del PRD, lo hice
antes, hace muchos años, como escritor de cuentos; es
decir, luché por los campesinos, por los trabajadores do-
minicanos; luché por mi país, por los humildes de mi
país”.190

Para el historiador Franklin Franco, el humanismo


de Bosch hundía las raíces en su profundo conocimiento
de la vida y la psicología de las clases populares, lo cual
le permitió inaugurar un estilo de comunicación política
sin precedentes ni continuadores en el país:

189. Daniel Beltré, op. cit., p.153.


190. Ibídem, p.155.
Jorge Santana Castillo. M.A. 157

Pocos pensadores de otros países de América La-


tina han alcanzado en sus propios pueblos la in-
fluencia lograda por el profesor Juan Bosch en la
República Dominicana. Podría decirse, que entre
1962-1975, Bosch, en base a sus profundos cono-
cimientos de la psicología popular y el arte de es-
cribir, inauguró un nuevo estilo de comunicación
con las masas. Fue en su país, el pensador más
escuchado.191

3.1. Principios de libertad en las ideas


políticas de Juan Bosch

“Mientras nosotros gobernemos en la República


Dominicana, no perecerá la libertad”.
Juan Bosch.
Discursos Políticos: 1961-1966,
Tomo I. p. 90.

Esta lapidaria frase, pronunciada por Juan Bosch en


el discurso de su toma de posesión como primer presidente
democráticamente electo, tras tres décadas de dictadura,
muestra el compromiso político y social que juró mantener
para propiciar la libertad del pueblo dominicano, en aque-
llos difíciles momentos de transición e incertidumbre, en
que le tocó dirigir los destinos de la nación.

191. Franklin Franco: Historia de las ideas políticas en República Dominicana, Editora
Nacional, Santo Domingo, 1986, p.255.
158 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Al respecto escribe Rafael Alburquerque:

Bosch sostuvo una lucha frontal contra la tiranía,


una lucha y un combate a muerte contra todo go-
bierno que representara el abatimiento y conculca-
ción de las libertades públicas. Juan Bosch, sigue
diciendo este autor, mantuvo muy en alto ese com-
promiso en su obra política, en su accionar y en su
quehacer y activismo político, durante toda su etapa
de exilio, desde 1937, hasta que regresa al país, en
octubre de 1961.192

Es importante, para poder desentrañar el alcance y


sentido de ese compromiso boschista con la libertad, pro-
fundizar en sus concepciones al respecto. Sobre la misma
escribió:

La libertad era un bien que no podía ponerse en pe-


ligro por debilidades, y el aire de la libertad se con-
tamina de sutiles venenos, allí donde en su nombre
se permite que florezca la villanía; pero si tuviera
que ser excesiva en la formación de una conciencia
social sensible a lo bello, rebelde a la grosería y a
la maldad, es preferible padecer su exceso a sufrir
el despotismo hamponesco de las tiranías que, en
gran medida, se alimentan de esa ausencia de sen-
sibilidad social y en la incapacidad para rebelarse
ante lo feo y lo malo.193

192. Rafael Alburquerque, Op. cit..., p. 318.


193. Juan Bosch: Póker de espanto en el Caribe, Editorial Alfa y Omega, Santo Domingo,
1988, p. 214.
Jorge Santana Castillo. M.A. 159

Estuvo convencido de que la lucha era algo cruel y que


sus resultados son altamente trágicos para la humanidad,
pero a veces se hace necesaria y justa, especialmente cuan-
do se trata de la defensa del propio suelo, por su libertad y
su dignidad.

La idea de que liberar la República Dominicana,


era un deber que no podía eludir, fue tomando fuerza en
su espíritu, surgiendo cada vez con más frecuencia. Sin
embargo, se preguntaba ¿es acaso la vida otra cosa que
dolor, lucha? Y se respondía que “[…] triste, más cierto:
ni el hombre ni los pueblos pueden evadir la lucha. Será
menos sangrienta, más dura [...]. La lucha es ley de exis-
tencia; entonces, actuar, hacer, es señal de vida”.194 Así lo
pensó, así lo escribió y así actuó en sus prácticas políticas
cotidianas por lograr una república democrática, libre y
soberana.

Muchos fueron los sufrimientos de este dominicano


por mantener sus más caros ideales, de hombre integro y
comprometido con el devenir de su pueblo. Con una inteli-
gencia no común, con una cultura y una cosmovisión sufi-
cientes para ganar renombre donde quiera, pues sus obras
literarias lo hacían acreedor de esa fama, prefirió luchar
por su patria, soportar injurias, suspicacias, ofensas de
todo los géneros, para poder vivir en paz con su conciencia,
que le exigía crear una sociedad de carácter democrático
en la República Dominicana.

194. Juan Bosch: Hostos, el sembrador, Op. cit..., p. 68.


160 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Cuando se produjo el ominoso golpe de Estado del


25 de septiembre de 1963, Bosch fue víctima de todo tipo
de vejámenes de parte de los golpistas, pero en su cono-
cida Carta del confinamiento, supo transmitir la digni-
dad de la coherencia humana a su pueblo:

Ni vivos ni muertos, ni en el poder ni en la calle,


se logrará de nosotros que cambiemos nuestra
conducta. Nos hemos opuesto y nos opondremos
siempre a los privilegios, al robo, a la persecu-
ción, a la tortura. Creemos en la libertad, en la
dignidad y en el derecho del pueblo dominicano
a vivir y a desarrollar su democracia con liber-
tades humanas. Pero también con justicia social.
En siete meses de gobierno no hemos derramado
una gota de sangre, ni hemos ordenado una tortu-
ra, ni hemos aceptado que un centavo del pueblo
fuera a parar a manos de ladrones.

Hemos permitido toda clase de libertad y hemos


tolerado toda clase de insultos, porque la demo-
cracia debe ser tolerante, pero no hemos tolerado
persecuciones ni crímenes, ni torturas, ni huelgas
ilegales, ni robos, porque la democracia respeta al
ser humano y exige que se respete el orden públi-
co y demanda honestidad. Los hombres pueden
caer, pero los principios no. Nosotros podemos
caer, pero el pueblo no debe permitir que caiga la
dignidad democrática. La democracia es un don
Jorge Santana Castillo. M.A. 161

del pueblo y a él le toca defenderla. Mientras tan-


to, aquí estamos, dispuestos a seguir la voluntad
del pueblo.195

En su corta permanencia como presidente de la Repú-


blica Dominicana, no permitió privilegios irritantes de nin-
guna especie. No patrocinó ni toleró actos de corrupción de
ninguna índole. Sin embargo, en la propia República Domi-
nicana, como en toda América Latina, la corrupción era y
es un mal endémico. Desde la propia fundación de la Repú-
blica, el mortal virus de la corrupción había caracterizado a
los gobiernos y había infectado toda la sociedad. Con Rafael
Trujillo Molina la corrupción adquirió una dimensión su-
mamente perversa. Sólo Juan Bosch estuvo convencido de
que la corrupción y la democracia no se toleran. Es decir, no
pueden convivir en una misma sociedad. Por eso mantuvo
una lucha permanente contra la corrupción.
Cuando gobernó el Estado dominicano, no practicó el
nepotismo; ningún familiar de él se benefició de su presi-
dencia, no usó siquiera vehículos del Estado ni placas ofi-
ciales. Practicó la austeridad y sencillez.

Así lo confirma su biógrafo, Guillermo Piña Contreras,


cuando escribió que “[…] el gobierno de Bosch había im-
puesto la austeridad más estricta; no permitía la más leve
injerencia en la administración civil, y había sacado de car-
gos públicos a familiares y recomendados de algunos jefes
debido a manejos impropios de fondos”.196
195. Juan Bosch: Carta del confinamiento, en Eliades Acosta Matos, 1963: Revolución
inconclusa, op. cit. p.480.
196. Guillermo Piña Contreras, op. cit., p.158.
162 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Para Bosch, la corrupción era un enemigo mortal


de la libertad y la democracia, y para combatirla habría
que crear conciencia en la ciudadanía, como expresase:

La formación de la conciencia individual y colec-


tiva de nuestros pueblos era la condición auténti-
ca para su liberación. Que la verdadera libertad
de este pueblo, estaba cuando pudiéramos vencer
la ignorancia, que a tantos males conducen, pero
que para lograr este propósito habría que crear
conciencia política acerca de los problemas que
afectan a las mayorías de dominicanos, y que esta
era una forma de ir desarrollando su conocimien-
to de los hechos que las afectan, para que no sean
víctimas fáciles de los logreros, oportunistas y
charlatanes políticos que tanto abundan en este
país.197

Como se observa, el tema de la corrupción y el daño


que esta produce a la sociedad, era una preocupación
constante en Bosch. Por eso, para lograr estos propósi-
tos retoma los pensamientos de quien fuera uno de sus
principales mentores políticos, Eugenio María de Hos-
tos, quien sostenía, que la capacidad para la lucha, la vo-
luntad de libertad, la voluntad moral no nace, se hace. Se
hace con tesón, luchando consigo mismo para posibilitar
el desarrollo del ser humano pleno, de su conciencia mo-
ral.

197. Juan Bosch: La retranca de la izquierda, periódico Vanguardia Popular, número


395, 1983, p.4.
166 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Alejandrina Germán ha afirmado que “[…] Bosch llegó


a concebir la actividad política como una función moral”,201
Por su parte, el poeta de Hato Mayor, Robert Berroa, ha
comentado las acusaciones contra Bosch, formuladas por
sus enemigos políticos, de la siguiente manera:

Juan Bosch, fue un dictador contra lo vil, contra lo


inmoral, de todo lo que mancillaba la vida de los
dominicanos, nunca reconoció los prejuicios de la
gente ni contribuyó con ninguna mentira, aunque lo
beneficiara personalmente. Fue un hombre de una
estatura moral que sobrepasó el contorno de lo sim-
ple, de lo vano y superficial. Por eso, en su larga y
hermosa vida sembró, construyó y cosechó en los
corazones ávidos de justicia.202

Justo Pedro Castellano ha escrito también sobre la fir-


meza de los principios morales de Juan Bosch y su decidi-
da vocación de cultivarlos en los demás, pero de manera
consciente, enraizados en la ideología revolucionaria que
promovía:

La creación de la conciencia moral es el fin último


de la evolución social. Lo que persigue el hombre es
lo bueno y lo bello. Lo bello, lo útil, lo justo y lo ver-
dadero, están dirigidos al establecimiento de una
sociedad en que la conciencia moral esté tan edu-
cada y evolucionada, que la bondad sea un principio

201. Alejandrina Germán, op. cit., p.158.


202. Citado por Farid Kury en Memorias del golpe, Editora Centenario, Santo Domingo,
2007, p. 75.
Jorge Santana Castillo. M.A. 167

naturalmente ejercido por todos los asociados […].


Si el revolucionario lo era sólo de sentimiento y no
adquiría una base ideológica que lo haga tomar una
posición política firme, una posición arraigada, es
decir, enraizada en una absoluta convicción intelec-
tual, tan pronto el poder policial o gubernamental
lo golpea o tan pronto le ofrecen dinero suficiente,
abandona su posición revolucionaria y pasa a ser-
virle al enemigo.203

Bosch asume la conciencia social como una condición


esencial del ser humano. Para él, según Alejandrina Ger-
mán, “la conciencia moral encarna el bien, la primacía y la
dignidad del ser humano, que dota al hombre de intencio-
nalidad, libertad y compromisos con sus actuaciones”.204

Uno de los tantos valores políticos y sociales que Juan


Bosch tuvo como esenciales, era el patriotismo, pues en-
tendía que sólo a través del patriotismo se puede lograr una
real y verdadera democracia y soberanía. Este fragmento
así lo evidencia:

El ser humano prefiere su patria, aun cuando sea


pobre y desdichada, a la patria de otros hombres,
aunque esta sea rica y venturosa. Ningún gran hom-
bre es superior a su pueblo, y ello era así sobre todo
en política, porque el gran hombre recibe desde la
infancia, en su hogar, en los de sus vecinos, en la
escuela y hasta de los criados, la esencia del am-
203. Justo Pedro Castellanos, op. cit., p. 134.
204. Alejandrina Germán, op. cit., p.p. 162-163.
166 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Alejandrina Germán ha afirmado que “[…] Bosch llegó


a concebir la actividad política como una función moral”,201
Por su parte, el poeta de Hato Mayor, Robert Berroa, ha
comentado las acusaciones contra Bosch, formuladas por
sus enemigos políticos, de la siguiente manera:

Juan Bosch, fue un dictador contra lo vil, contra lo


inmoral, de todo lo que mancillaba la vida de los
dominicanos, nunca reconoció los prejuicios de la
gente ni contribuyó con ninguna mentira, aunque lo
beneficiara personalmente. Fue un hombre de una
estatura moral que sobrepasó el contorno de lo sim-
ple, de lo vano y superficial. Por eso, en su larga y
hermosa vida sembró, construyó y cosechó en los
corazones ávidos de justicia.202

Justo Pedro Castellano ha escrito también sobre la fir-


meza de los principios morales de Juan Bosch y su decidi-
da vocación de cultivarlos en los demás, pero de manera
consciente, enraizados en la ideología revolucionaria que
promovía:

La creación de la conciencia moral es el fin último


de la evolución social. Lo que persigue el hombre es
lo bueno y lo bello. Lo bello, lo útil, lo justo y lo ver-
dadero, están dirigidos al establecimiento de una
sociedad en que la conciencia moral esté tan edu-
cada y evolucionada, que la bondad sea un principio

201. Alejandrina Germán, op. cit., p.158.


202. Citado por Farid Kury en Memorias del golpe, Editora Centenario, Santo Domingo,
2007, p. 75.
Jorge Santana Castillo. M.A. 167

naturalmente ejercido por todos los asociados […].


Si el revolucionario lo era sólo de sentimiento y no
adquiría una base ideológica que lo haga tomar una
posición política firme, una posición arraigada, es
decir, enraizada en una absoluta convicción intelec-
tual, tan pronto el poder policial o gubernamental
lo golpea o tan pronto le ofrecen dinero suficiente,
abandona su posición revolucionaria y pasa a ser-
virle al enemigo.203

Bosch asume la conciencia social como una condición


esencial del ser humano. Para él, según Alejandrina Ger-
mán, “la conciencia moral encarna el bien, la primacía y la
dignidad del ser humano, que dota al hombre de intencio-
nalidad, libertad y compromisos con sus actuaciones”.204

Uno de los tantos valores políticos y sociales que Juan


Bosch tuvo como esenciales, era el patriotismo, pues en-
tendía que sólo a través del patriotismo se puede lograr una
real y verdadera democracia y soberanía. Este fragmento
así lo evidencia:

El ser humano prefiere su patria, aun cuando sea


pobre y desdichada, a la patria de otros hombres,
aunque esta sea rica y venturosa. Ningún gran hom-
bre es superior a su pueblo, y ello era así sobre todo
en política, porque el gran hombre recibe desde la
infancia, en su hogar, en los de sus vecinos, en la
escuela y hasta de los criados, la esencia del am-
203. Justo Pedro Castellanos, op. cit., p. 134.
204. Alejandrina Germán, op. cit., p.p. 162-163.
168 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

biente que le rodea. Además, de ser él superior a su


medio no podría mover a sus congéneres para crear
obras.205
Por eso entendió que la democracia era inconcebible
al margen de un andamiaje moral sobre el que se levante
todo ejercicio político y administrativo, llegando a afirmar
que los partidos, en el marco de un régimen democrático,
no pueden aspirar a ser seguidos por el pueblo si vivieran
de espaldas a la moral.

Esto mismo ocurre con los principios que él entendía


que debían existir en un gobierno de carácter democrático,
en este aspecto fue reiterativo al afirmar:

He dicho varias veces que hay dos cosas que la de-


mocracia tiene que mantener cueste lo que cueste, si
no quiere desacreditarse y destruirse: una, son las
libertades públicas, y la otra es la honradez... Yo
puedo ser derrocado, como cualquier gobernante en
América Latina, pero no seré deshonrado; cuando
salga del poder tendrán que reconocer mi hones-
tidad. Este gobierno, en ningún caso, ordenará, ni
protegerá, ni encubrirá una inmoralidad, una mal-
dad o un crimen.206

Bosch fue honrado hasta la saciedad. No se manchó


nunca, pero tampoco permitió que en su gobierno alguien
intentara mancharlo; quien lo hiciera —como algunos tra-
taron de hacer—, no podría ejercer funciones públicas en
205. Juan Bosch: Póker de espanto…, op. cit., p.44.
206. En Justo Pedro Castellanos, op. cit., p.ap. 202-203.
Jorge Santana Castillo. M.A. 169

su gobierno. Para tales fines, creó en la misma Constitu-


ción del 63, la figura jurídica de delitos contra el pueblo
para tipificar la sustracción de bienes públicos para prove-
cho personal. Dicho artículo se puede observar en el nume-
ral 5, de la propia ley sustantiva.207

Alertaba con vehemencia reiterada que:

La democracia tiene sistemas de paredón moral


con los cuales puede hacer más ejemplarizante su
acción, puede ser más positiva. La democracia no
tiene que derramar sangre, la democracia solamen-
te tiene que ser justa, defender en todo momento al
pueblo y sus derechos, defender las libertades y de-
fender el centavo del pueblo, porque cada centavo es
una gota de sudor de un dominicano.208
En ese sentido, el escritor dominicano Bruno Rosario
Candelier, ha asegurado que:
Juan Bosch ha sido ejemplo de lo que es la consa-
gración a favor de su tierra, su gente, su destino.
En su obra hallamos el secreto de esa vocación, de
la aplicación solidaria y altruista, del conductor de
pueblos, del educador que transforma y orienta.
207. Constitución de 1963, Artículo 5: “Se declaran delitos contra el pueblo los actos
realizados por quienes, para su provecho personal, sustraigan fondos públicos
o, prevaliéndose de sus posiciones dentro de los organismos del Estado, sus
dependencias o entidades autónomas obtengan ventajas económicas ilícitas.
Incurrirán en los mismos delitos las personas que, desde las mismas posiciones,
hayan proporcionado deliberadamente ventajas a sus asociados, familiares, amigos
o relacionados. Sanciones: A los convictos de tales delitos les será aplicada,
perjuicio de otras sanciones previstas por las leyes, la pena de Degradación Cívica,
la cual organizará la ley; además, se le exigirá la restitución de lo ilícitamente
apropiado”.
208. Juan Bosch, Discursos políticos, Tomo I, op. cit., p.58.
170 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Bosch es la conciencia moral de nuestro pueblo. Ha


enseñado a los dominicanos a pensar, a organizar-
se, a respetarse, a valorarse y defenderse. A vivir
con humildad y dignidad. A sentir con el otro y por
el otro. A compartir. A actuar con equidad y decoro,
y, sobre todo, a vivir con un ideal.209
Estos principios e ideales quedaron reflejados además,
tanto en su práctica política como en sus cuentos y novelas,
solo basta leer los libros Cuento de Navidad, donde están
los cimientos de formación del Partido de la Liberación Do-
minicana, así como los valores y el fundamento humano
del propio Bosch, como político, y en La Mañosa, novela de
alto contenido social.
Pedro Vergés, al prologar el libro Antología del pen-
samiento de Juan Bosch, de Justo Pedro Castellanos, pudo
afirmar que “[…] Juan Bosch pertenece a la especialísima
categoría de los que, por mil y una razones, se convierten
en representativos de una época, en ejemplo y estímulo de
una y varias generaciones”.210
En este mismo sentido, Lidio Cadet señala que “[…] la
honestidad y solidaridad en Juan Bosch es paradigmática,
porque está cimentada en el amor sincero a los demás y en
su excepcional sensibilidad humana y social”.211 Y, el propio
Bosch lo expresó, cuando escribió que, “[…] quien no vive

209. Bruno Rosario Candelier: La sensibilidad cultural de Juan Bosch, en D, Núñez, J,


Pimentel y G. Vargas: Juan Bosch, aproximaciones… op. cit.,Pp. 27-28.
210. Pedro Justo Castellanos, op. cit.,p. 21.
211. Lidio Cadet: El mundo de los valores en Juan Bosch, en Núñez, Pimentel y Vargas,
op. cit., p.186.
Jorge Santana Castillo. M.A. 171

para servir, no sirve para vivir”. Esta fue la divisa principal


que orientó el pensamiento y las acciones políticas de este
ilustre político y pensador dominicano.

Sobre el valor simbólico y moral de la figura de Bosch,


abundó Ramón Blanco Fernández, al afirmar que:

Juan Bosch encarna los valores más excelsos del


patriotismo dominicano de los últimos años; que ha
sido el ejemplo de dignidad y decoro nacional, que
representó y representa con sus ideas la esperanza
de los desamparados de la fortuna; que es el padre
de las libertades públicas después del tiranicidio de
1961; y que en el ejercicio de la política nacional y en
la administración de la cosa pública durante siete
meses de gobierno en el 1963, fue el símbolo de la
moralidad.212

A estos fines, cuando Bosch se refería a los hombres y el


poder, decía que “[…] los personajes que aspiran al poder, o lo
alcanzan, sólo valen cuando salen indemnes del juicio histó-
rico. Para los hombres de poder, el triunfo no está en alcan-
zarlo, sino en merecerlo”.213 Su máxima aspiración era, según
sus propias palabras, que “[…] un día, cuando los niños que
estén empezando hoy a hablar sean los hombres viejos, y de
nosotros no quede sino una cruz sobre una tumba, esos vie-
jos les digan a sus hijos que el compañero Juan vivió y murió
pensando en cada hora de cada día en servir al pueblo”.214
212. Ramón Blanco Fernández: Visión de una cuarta república, en Núñez, Pimentel y
Vargas, op. cit., p.257.
213. En Justo Pedro Castellanos, op. cit., p.142.
214. Santana, Castillo, op. cit., p. 162.
172 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

3.3. Ideas de igualdad, y justicia


social, en el pensamiento político
de Bosch

“Juan Bosch, patriota, revolucionario


indoblegable, humanista, maestro y símbolo
eterno de moralidad”.

(Farid Kury) Juan Bosch:


Memoria de un golpe. p. 7

Plantea Joseph Alois Schumpeter que:

La filosofía de la democracia del siglo XVIII puede


ser comprendida en la siguiente definición: el mé-
todo democrático es aquel sistema institucional de
gestación de las decisiones políticas que realiza el
bien común, dejando al pueblo decidir por sí mis-
mo las cuestiones en litigio mediante la elección de
los individuos que han de congregarse para llevar a
cabo su voluntad.215

En 1963, con el ascenso de Juan Bosch a la presidencia


de la República, se intentó aplicar este modelo de democra-
cia en el país; así lo refleja la Constitución de ese año. La
gran mayoría del pueblo se había identificado con este mo-
delo, en el que lo fundamental era la adopción de decisio-
nes políticas tras la discusión pública de las propuestas por
parte de los representantes de la ciudadanía. A esto debe

215. Joseph Alois Schumpeter: Capitalismo, socialismo y democracia, Editorial Folio,


Barcelona,1984, p.321.
Jorge Santana Castillo. M.A. 173

agregarse el profundo anclaje ético y moral que el profesor


Juan Bosch intentó añadir a este modelo de constitución
nunca antes conocido.

Guillermo Moreno ha escrito al respeto que:

En la construcción de la democracia dominica-


na puede afirmarse que ningún otro texto consti-
tucional tiene la trascendencia y el simbolismo de
la Constitución de 1963. La misma está conectada
con lo mejor de la corriente liberal y democrática de
nuestra evolución constitucional. Es heredera de las
constituciones de febrero de 1844, de la de Moca de
1854, y de la Restauración de 1865, entre otras.216

Los principios fundamentales de la Constitución de


1844 fueron concebidos con ideales de libertad e igualdad.
Su esencia se fundamentó en que “Todos los dominicanos
nacen y permanecen libres e iguales en derecho”. Promo-
vía la soberanía nacional en un sentido completo, dejando
claramente establecido que la nación era libre e indepen-
diente, con un gobierno esencialmente civil, republicano,
popular, representativo, electivo y responsable.

Algunos de los referentes liberales y democráticos de


la Constitución de 1844 descansaban en los siguientes as-
pectos:

• Tener un gobierno propio, republicano y represen-


tativo.
216. Guillermo Moreno: Apertura del panel “Constitución de 1963, 40 años después.
Vigencia y perspectivas. Editorial UNIBE, 2003, p.29
174 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

• Llevar una identidad que nos identificara.


• Abolir la esclavitud.
• Expresar libremente nuestras ideas.
• Tener libertad individual e irrevocable, a menos
que un juez la suspenda por alguna causa maléfica.
• Mantener una soberanía sólida ejercida por los
tres poderes del Estado.
• Tener elecciones gubernamentales.
• Construir una nación democrática.

Como se observa, la Constitución de 1844 era esen-


cialmente de corte liberal, pero el presidente Pedro San-
tana había introducido de manera autoritaria un Artículo
(210), que invalidaba todas las ideas liberales contempla-
das en ella. Este artículo fue el acicate para que el Congreso
de la República demandara la convocatoria a una asamblea
constituyente para redactar una constitución más liberal
que la de 1844, y que despojara al Presidente de los poderes
absolutos que le otorgaba el Art. 210.

La Constitución de 1854 reflejaba las doctrinas polí-


ticas implícitas en los textos constitucionales liberales la-
tinoamericanos y norteamericanos. Los cambios fueron
bastantes profundos y chocaban con la tradición política
autoritaria, encarnada por Pedro Santana. Como era natu-
ral, Santana se opuso a esta Constitución, pues ella abolía
el Art. 210, que le otorgaba poderes absolutos. Finalmente
el caudillo logró imponerse y rompió con el ejercicio de las
libertades fundamentales establecidas en la Constitución.
Jorge Santana Castillo. M.A. 175

A partir de este momento, la gobernabilidad del Estado do-


minicano quedaba al antojo del propio presidente, dando
origen a una oligarquía política y a las dictaduras que opri-
mieron al pueblo dominicano en el curso del siglo XIX.

Lo relevante y trascendente de la Constitución del


1963, fuera del espíritu democrático que la permeaba, fue
la introducción en su texto, por primera vez, de reivindica-
ciones para la vida social de los dominicanos, que nunca
antes habían sido contempladas. Tales principios fueron
los siguientes:

• Derecho a la vida.
• Derecho al trabajo, a la vivienda, a la educación
gratuita y a la salud.
• La prohibición del latifundios privado.
• La calificación del minifundio como antieconómi-
co y antisocial.
• La libertad de prensa y la libre expresión.
• La expropiación por causa de interés social.
• El derecho de los obreros a agruparse en sindicatos.
• El derecho a las huelgas.
• La prohibición a la propiedad de los extranjeros en
nuestro territorio.
• Los salarios equitativos.
• La igualdad de los hijos naturales.
• La reforma agraria.
• El derecho del trabajador a gozar de las ganancias
de la empresa.
176 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Estos principios crearon rechazo en algunos sectores


de la oligarquía dominicana que todavía abrazaban el tru-
jillismo dictatorial. La base filosófica de la Constitución del
63, estaba fundamentada en el principio de que la dignidad
del hombre, su crecimiento y desarrollo como individuo
actuante y responsable en una sociedad libre, depende de
su posibilidad real de participar activamente en las deci-
siones que influyen sobre él, es decir, lo que la teoría clási-
ca supone: un alto grado de racionalidad y de participación
política por parte de los ciudadanos, minimizando la im-
portancia de las élites y del liderazgo. Su vigencia apenas
duró cinco meses, pues el gobierno democrático de Bosch
fue derrocado en la fatídica noche del 25 de septiembre de
1963, mediante un golpe de Estado. Más tarde, en el 1965,
se produjo en la República Dominicana la Revolución de
abril del 65, donde sectores constitucionalistas del pueblo
y las Fuerzas Armadas demandaron el restablecimiento
del primer gobierno democrático dirigido por Juan Bosch,
y el restablecimiento de esa Carta Magna.

Rafael Alburquerque, al referirse a la presencia de


artículos que garantizaban la justicia social en aquel texto
constitucional, afirmó:

La tendencia a consagrar derechos sociales en los


textos constitucionales sólo comienza a tomar cuer-
po en América Latina a partir del decenio de los
años 80. Cierto que Cuba, con su Constitución de
1940, había iniciado esta orientación, pero la mis-
ma no se generalizó en el continente. Y, si examina-
Jorge Santana Castillo. M.A. 177

mos en retrospectiva, bien puede sostenerse que la


Constitución de 1963 aspiraba al establecimiento de
un régimen democrático fundamentado en la justi-
cia social. Tal vez se adelantó Bosch a su época. Hoy
no hubiera escandalizado a nadie, ni siquiera a los
sectores más retrógrados de la sociedad.217

Otro de los tantos aspectos importantes que, bajo el


aliento de Bosch, se consignaron en esa Constitución, fue
conceder una especial importancia a la garantía de los De-
rechos Humanos para que estos fueran respetados, a la vez
que se declaraba legítima la resistencia encaminada a la
protección de dichos derechos.

En la Constitución del 63, quedó consagrada la sobe-


ranía popular, de manera clara y explícita, como lo define
el Artículo 93: “La soberanía reside inmanentemente en el
pueblo y se ejerce por intermedio de los poderes reconoci-
dos por la presente constitución”.

Por lo señalado, Daniel Beltré sostiene que “[…] es


Bosch el que le da contenido a la actividad política; quien
provee al pueblo de la palabra; él es el más trascendente de
todos los líderes dominicano del siglo XX”.218

Estas aseveraciones también las confirma Flavio


Darío Espinal, citado por Daniel Beltré, cuando señala
que “[…] Bosch es el que trata, por primera vez, de que el
pueblo se empodere de su propia realidad y lo hace a tra-

217. Rafael Alburquerque, op. cit., Pp 35-36.


218. Daniel Beltré, op. cit., p.146
178 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

vés de la vida política, es decir, hacer que el pueblo se con-


virtiera en un actor organizado de la vida nacional. Bosch
fue el primero en la República Dominicana, que desarrolló
una concepción de la concertación política”.219

Esta postura de Bosch había quedado expuesta en su


discurso del 20 de octubre del 1961, al regresar al país, co-
nocido bajo el título Hay que vencer al miedo:

Dominicano de todas las razas, de todas las clases


sociales, de todas las categorías, oficiales o no, ha-
gamos un alto; yo he venido aquí para pedirles esto
y servirle en esto. Yo estoy dispuesto a hacer cuanto
deba hacer, arrodillarme ante quien deba arrodi-
llarme, para que podamos sacar de mi humillación,
si es necesaria, y de la disposición de ustedes, que es
imprescindibles, una fórmula de convivencia demo-
crática. Parodiando a Martí, a José Martí padre de
América y gloria de Cuba, quiero decir aquí que los
dominicanos “no podemos vivir como la hiena en la
jaula, dándole vueltas al odio [...]”.220

El periodista Molina Morillo, refiriéndose a la propia


Constitución de 1963, escribió:

El país no estaba preparado para ella y ésta fue,


quizás, una de las causas detonantes del funesto
golpe de Estado del 25 de septiembre de ese año.
Fue una pieza muy atrevida, que introdujo radicales
219. Idem, p.119.
220. Juan Bosch: Hay que vencer al miedo, Hoja suelta, Editorial Montalvo, Santo
Domingo, 1961.
Jorge Santana Castillo. M.A. 179

cambios conceptuales y prácticos en la vida políti-


ca nacional, entre los cuales podemos mencionar el
hecho de no hacer referencia al Concordato, la eli-
minación del latifundio y el minifundio, la persecu-
ción del enriquecimiento ilícito y otras conquistas
cuyo mérito no fue debidamente ponderado, dadas
las condiciones sociopolíticas del momento.221

Finalmente, para poder entender en toda su comple-


jidad aquel momento histórico, debe agregarse que los
cambios democráticos que Bosch intentaba llevar a cabo
mediante lo que llamó “revolución democrática”, tenían
lugar en medio de la Guerra Fría, y tras el triunfo y radi-
calización de la Revolución cubana. Los sectores más re-
accionarios del gobierno norteamericano clamaban por no
permitir en el Caribe una “segunda Cuba”, espantados ante
lo que consideraban como un espectacular avance del co-
munismo en la región. En medio de esta crispada paranoia,
todo lo que no estuviese girando directamente en la ór-
bita norteamericana era considerado subversivo, peligroso
e inadmisible, y si se trataba de un gobierno como el de
Bosch, y una constitución, como la aprobada en República
dominicana en 1963, sus días estaban contados, como en
efecto sucedió.

221. Rafael Molina Morillo: La Constitución de 1963, 40 años después… op. cit., p. 143.
180 Juan Bosch: Utopías Inconclusas
Jorge Santana Castillo. M.A. 181

CAPÍTULO IV
Prácticas democraticas y
pedagógicas en las ideas
políticas de Juan Bosch

4.1. Filosofía y prácticas democráticas


en Juan Bosch

Bosch no solo interpretó etimológicamente el concep-


to de democracia, que quiere decir “poder del pueblo”, sino
que lo interpretó desde el punto de vista filosófico, como
sistema socio-político y económico de hombres libres e
iguales ante la ley, y también en las relaciones sociales de
la vida cotidiana.

En la obra de Antonio Ocaña, Un hombre llamado


Juan Bosch, Melanio Paredes relata algunas de las grandes
preocupaciones de Bosch:
182 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Los estados que más me conmueven, son la mise-


ria y la ignorancia que padece nuestro pueblo; esos
terribles flagelos no les permiten, a quienes los su-
fren, tener conocimiento de lo bueno y lo malo… La
patria la hace el pueblo todos los días, si es que ese
pueblo tiene capacidad creadora. La palabra domi-
nicana es una patria de dolores.222
Bosch trató por todos los medios de crear conciencia
en los dominicanos de lo que sería el establecimiento de un
régimen democrático, pero el nivel cultural y educacional
existente era tan bajo, que en algún momento temió no ser
comprendido.
Dispuesto, como siempre, a no dejarse amedrentar
por las adversidades, y, a sabiendas de que la tarea que se
había propuesto no era un asunto fácil; emprendió su lucha
incansablemente desde los diferentes roles que desempeñó
como escritor, artista y político social. Sabía que el destino
de cada persona, estaba en la educación que haya recibido.
Una de sus grandes preocupaciones fue “[…] la de poder
educar al pueblo; pues estaba convencido que para lograr
que la conducta de las gentes sea buena, el hombre tiene
que ser mejor educado”.223 Y, que sólo una democracia,
concebida así, nos conduce a la concreción de uno de los
ideales más sublimes que el hombre intente plasmar en la
historia: el ideal de la simetría, es decir, de la igualdad, y el
ideal de la no-arbitrariedad.

222. Antonio Ocaña: Un hombre llamado Juan Bosch, conferencia leída en San
Cristóbal, 27 de junio del 2001.
223. Juan Bosch: El oro y la paz. Obras completas, Tomo II, Comisión de Efemérides
Patrias, Santo Domingo, p.358. Novela.
Jorge Santana Castillo. M.A. 183

Percibió que la democracia no podía existir al mar-


gen del reconocimiento de la diversidad de las creencias,
los orígenes, las opiniones y los proyectos. Sabía que lo que
define a la democracia no era sólo un conjunto de garantías
institucionales, o el reino de la mayoría sino, ante todo, el
respeto a los proyectos individuales y colectivos, que com-
binan la afirmación de una libertad personal con el dere-
cho a identificarse con una colectividad social, nacional o
religiosa particular.

Para Bosch el hombre no puede cumplir su destino en


la sociedad sino convierte sus ideas y sus deseos en hechos,
porque sólo los hechos -decía- tienen verdadero valor en
la vida social. No basta con tener ideas, sino que hay que
ponerlas en práctica, tanto en las pequeñas cosas como en
las grandes.

Así, cuando se refiriere a la lucha en defensa de la de-


mocracia y la libertad escribe en una de sus tantas obras
políticas, Crisis de la democracia de América en la Repú-
blica Dominicana, que:

Por muy bien que haga las cosas en la primera opor-


tunidad, un pueblo no afirma sus derechos con
un solo acto de voluntad. La libertad democrática,
como la vida misma, necesita ser defendida y mejo-
rada día por día, y es solo al cabo de mucho tiempo,
cuando ya ningún miembro de la comunidad nacio-
nal se plantea ante su conciencia la pregunta de si
esa libertad está o no en peligro -es decir, cuando ha
pasado a ser consustancial con la naturaleza social,
como lo es el aire para el hombre-, cuando puede
184 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

asegurarse que el pueblo tiene su libertad fundada


en cimientos sólidos, que esa libertad es un bien in-
alienable y que ya nunca más se perderá.224

Para que un gobierno democrático pueda ejercer ver-


daderamente sus funciones, Bosch explicaba que: “[…] debe
tener los oídos abiertos para oír la verdad, ojos activos para
ver lo mal hecho antes de que se realice, mente vigilante,
para que nadie ponga en peligro la libertad de cada ciuda-
dano, y un corazón libre de odios, dedicado día y noche al
servicio del pueblo”.225

Y sobre el estrecho vínculo que debe existir entre la


política y la vida personal y social de quienes a ella se de-
dican, dejó escrito:

[…] en una sociedad como la nuestra, ampliar, pro-


fundizar y refinar la conciencia política requiere no
solo mucho estudio, requiere también que el que se
dedica a la actividad política incorpore lo que es-
tudia a su vida misma, a su manera de sentir y de
pensar, a su manera de actuar; y para lograr eso,
hay que vivir en un estado de vigilancia perpetua;
de vigilancia de uno mismo sobre sus ideas, sobre
sus sentimientos y sobre sus actos, a fin de mante-
ner esas ideas, esos sentimientos y esos actos en el
nivel apropiado para el desarrollo constante de una
conciencia política real.226
224. Juan Bosch: Crisis de la democracia de América en República Dominicana, op.
cit., pp. 108-109.
225. Cfr: Felucho Jiménez: Cómo fue el gobierno de Juan Bosch. Editora, Alfa y Omega.
Santo Domingo, República Dominicana, 1988, p. 40.
226. Juan Bosch: El Partido…, op. cit., p.34.
Jorge Santana Castillo. M.A. 185

La prédica pedagógica de Bosch sobre democracia,


dignidad, valores, libertad, justicia social y mejoramiento
humano, a pesar del bajo nivel cultural del pueblo domini-
cano de aquellos años, no fue en vano. El mismo Bosch, en
su discurso de toma de posesión, así lo vaticinó:

El mundo en que vivimos parece estar lleno de so-


berbia y de odios; pero cuando entramos en él con
la mirada limpia del que no tiene amarguras, halla-
mos que millones y millones de personas trabajan
en silencio por un mañana mejor. Nosotros los do-
minicanos debemos unirnos a esa legión de hom-
bres y mujeres que marchan hacia el porvenir […].227

Ampliando estas mismas consideraciones, Bosch sos-


tenía que:

[…] preparémonos a bastarnos a nosotros mismos,


a levantarnos con nuestras fuerzas, a labrar la es-
tatua de nuestro porvenir con manos dominicanas.
Así como hubo una época en que demócratas de
este país debían andar por el mundo con la fren-
te abatida de vergüenza, así hagamos ahora de tal
manera que los demócratas de América levanten
la cabeza asombrados para ver como en esta tierra
los mismo que antes padecieron la tiranía edifican
un hogar para la dignidad, para la libertad, para la
abundancia y la cultura.228
227. Discurso pronunciado en la ceremonia de juramentación presidencial (27 de febrero
de 1936). En: Eliades Acosta Matos. 1936: Revolución inconclusa, Soto Impresora,
Santo Domingo, 2013, pp. 474-475.
228. Ídem.
186 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Por eso, a más de cincuenta años de la proclamación


de la trascendental Carta Magna de 1953, urge que el
pueblo dominicano y sus gobernantes, podamos recons-
truir la propuesta democrática y de alto contenido social,
encarnada en ella, para fortalecer nuestra democracia,
inspirados en la voluntad y posibilidad de transforma-
ción social que Juan Bosch reafirmase en aquel histórico
discurso.

4.2. Juan Bosch: maestro de excepción

En estos momentos en que nuestra sociedad langui-


dece ante tantos síntomas de decadencia social y especial-
mente política, el nombre de Juan Bosch nos convida a re-
flexionar y a buscar soluciones a los problemas de nuestra
patria, tomando en cuenta sus prácticas y sus lecciones de
ética y moral que nos legó a través de su obra y de su larga
vida política y social.

El apóstol cubano José Martí decía que “Los hombres


van en dos bandos: los que aman y fundan; y los que odian
y deshacen”. Juan Bosch perteneció al grupo de los hom-
bres de América que amó y fundó, no sólo en el campo de
la política, sino también en el campo de lo literario, y fun-
damentalmente, en el campo de la formación de la cultura
del pueblo dominicano.
Jorge Santana Castillo. M.A. 187

En este sentido, hablar de una figura polifacética como


Juan Bosch, no es tarea fácil y más aún si en cada activi-
dad en la que participó trascendió. Pero más difícil resulta
separar a Bosch de su práctica cotidiana, de su vocación
literaria, y de su pasión educativa.

Es precisamente por ello que el Dr. Leonel Fernández


ha planteado que, “[…] el ejercicio de la política en Bosch es-
tuvo vinculado a una pedagogía de comunicación tendente
a educar al pueblo y a desarrollar su conciencia política”.229

Juan Bosch es el precursor, el sembrador, el educador,


el que con su visión de presente y de futuro promovió la re-
forma, la modernidad, el desarrollo, el progreso y la equidad
social como herramientas principales de un proyecto de na-
ción inspirados en los principios y valores duartianos, hosto-
sianos, martianos, marxistas, bolivarianos y roussonianos.

Por eso, si Bosch llamó maestro de “excepción” a Hos-


tos, nosotros podemos decir que él fue el maestro ejemplar
del pueblo dominicano.

Como educador social estuvo convencido de que el co-


nocimiento hace libre a los hombres, por eso luchó por una
educación para todos. Comprendió que había que educar
al hombre para que respetara las leyes, pues sabía que sin
leyes no podía haber sociedad humana. Con este propósi-
to promovió la Constitución de 1963. Claro que para él las
leyes sólo tenían valor solo si cada persona las acepta, las
respeta y las hace respetar.

229. Leonel Fernández, en Núñez, Pimentel y Vargas, op. cit., p.6.


188 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Fue maestro e inspirador de generaciones de escrito-


res, cuentistas, novelistas, ensayistas, periodistas e histo-
riadores, entre los cuales se distinguen algunas de las más
sobresalientes figuras del país, y de América Latina, como
lo es Gabriel García Márquez, premio Nobel de Literatura
en el año 1982.

A temprana edad entendió que el lenguaje es la ex-


presión de más significación y relevancia que el género
humano ha desarrollado. Por eso dio contenido a la pa-
labra en el sentido más extenso del término, usándola
para educar a su pueblo y luchar por la libertad del pue-
blo dominicano.

En este sentido, sostiene Euclides Gutiérrez Félix


que:

Bosch luchó por educar y dirigir la nación domi-


nicana hasta alcanzar un estadio superior de de-
sarrollo democrático que le permitiera construir
una sociedad justa, económica, social, educacio-
nal y tecnológicamente avanzada que nos pondría,
si no en la vanguardia, en uno de de los primeros
lugares de los países hispanoamericanos. 230

Como fuente primaria de lo que dice este pensador,


solo bastaría leer algunos de los principios que sustenta la
Constitución del 63. Este documento histórico constituye
el más legítimo instrumento para reafirmar lo ya dicho,

230. Euclides Gutiérrez Félix: El PLD y la hora presente, El Nacional, Santo Domingo,
13 de octubre, 2008, p.9.
Jorge Santana Castillo. M.A. 189

sobre las propuestas e ideas innovadoras que en el campo


educativo Bosch quiso implementar en la República Domi-
nicana.

De la misma manera, refiere Andrés L. Mateo que:

Juan Bosch erige su ascendencia primera sobre el


pueblo implementando un discurso didáctico, una
explicación paciente y sencilla de los hechos históri-
cos, verdaderas lecciones de libertad que sembraba
día a día en sus charlas radiales. Bosch sembró de
espigas su paso por la vida política de este país, y
todo el liderazgo trascendente tiene su marca. Bosch
era un arco tendido de moralidad que condiciona-
ba, incluso, el poder mismo. Bosch no tiene una sola
salpicadura de sangre, de esa que el autoritarismo
anota púdicamente como razón de Estado.231

Bosch siempre habló con fe y con bríos cuando se re-


fería a la educación del pueblo. Entendió que la verdadera
libertad residía en la derrota de la propia ignorancia, que
a tantos males conduce. Sabía que al pueblo, huérfano de
toda dirección moral, había que forjarle mentes y almas,
para de esa manera aprovechar la rica cantera que le ofre-
cía el hombre de la calle, el campesino, a quien Bosch vio
siempre como un ser sumamente inteligente y bien dis-
puesto para encarnar su vida hacia fines bien determina-
dos. Bosch trató de impulsar una educación que hiciera
hombres para la humanidad, como lo planteó Rousseau
231. Andrés L. Mateo: Juan Bosch, moralista problemático y otros artículos, Ediciones
Florilegio, Santo Domingo, 2009, p.p.37-38.
190 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

en el Emilio, con su propuesta revolucionaria de crear


buenos ciudadanos. Su programa educativo, práctica-
mente consistió en la creación de un nuevo Sistema Edu-
cativo Nacional.

Escribe Minou Tavárez Mirabal que “[…] Juan Bosch


asumió como magisterio todos los propósitos creadores en
el plano literario, y fundadores en el plano de la construc-
ción política de la democracia nacional”.232

Bosch, después de su regreso del exilio en 1962, todos


los días, de lunes a viernes, a través de la radio, contaba al
pueblo en tono didáctico algunas historias, algún cuento,
siempre con un matiz social, explicando cosas muy com-
plejas, con un lenguaje sencillo y coloquial. El pueblo, que
escuchaba aquellas charlas radiales vespertinas, hizo suyo
todo lo que él expresaba.

Este desprendimiento lo podemos confirmar más,


cuando el propio Bosch dice que “[...] en esa lucha he esta-
do, y nunca soñé, ni nunca quise, que esa lucha me convir-
tiera en presidente de un partido, porque no la he llevado a
cabo para ser presidente de nada, sino porque es lo que me
pide el alma, lo que me pide el corazón, y ya he dicho antes
que no hay corazón que engañe a su dueño”.233

En la cultura del ejercicio político, Juan Bosch fue el


maestro. Al respecto escribe David Álvarez Martín que:

232. Minou Tavárez Mirabal: Juan Bosch, maestro de literatura, en Núñez, Pimentel y
Vargas, op. cit., p.46.
233. Discurso de Daniel Beltré, en Núñez, Pimentel y Vargas, op. cit., p.155.
Jorge Santana Castillo. M.A. 191

Si Juan Bosch fuera presidente hoy, el presupuesto


de Educación sería el triple de lo que es actualmen-
te. Escuelas se estarían construyendo en toda la
geografía nacional mediante fondos concursables,
con absoluta transparencia y trabajo voluntario.
Los maestros tendrían un salario no menos del do-
ble del actual y tendríamos profesores extranjeros
colaborando en el incremento de la calidad de la
enseñanza de las matemáticas, la lengua española
y las ciencias.234

Lamentablemente, la República Dominicana hoy ocu-


pa el tercer lugar entre los países con los índices de más
baja calidad en la educación.

Para entrar en contacto con el pueblo, Bosch como


maestro del lenguaje y la comunicación, lo hacía por di-
ferentes medios, escritos u orales. De todas las formas de
comunicación que utilizó para interactuar con el pueblo,
después del regreso del exilio, la más utilizada fue la radio,
ya que era el principal medio de comunicación de masas de
ese entonces, debido al atraso económico del país y a las
altas tasas de analfabetismo.

El programa radial “Tribuna democrática” era el me-


dio utilizado para concienciar y educar al pueblo, tanto en
el orden político como social. No era la única forma que
utilizaba Bosch para comunicarse con las masas, también
lo hacía mediante charlas y conversatorios en clubes ba-

234. David Álvarez Martín: Juan Bosch, El Caribe, Santo Domingo, 30 de junio, 2009,
p.20.
192 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

rriales, en sindicatos y gremios, a través de los periódicos


de circulación nacional y luego, después que funda el Par-
tido de la Liberación Dominicana (PLD) el 15 de diciembre
de 1973, creó su propio periódico, llamado Vanguardia del
Pueblo, que se constituyó en el medio de información ofi-
cial del partido. Este fue el punto de partida utilizado por
Bosch, para desarrollar un intenso movimiento cultural en
las clases media y baja de la sociedad dominicana.

Andrés L. Mateo ha escrito que, “[…] este escenario


fue la cátedra de libertad más fértil de la historia políti-
ca dominicana, y mientras el pensamiento conservador
acusaba a Juan Bosch de alentar la lucha social, él esta-
blecía una ruptura furiosa entre el espacio trujillista y la
libertad”.235

Nunca antes ningún pensador dominicano había em-


pleado la lengua con tanta fuerza creadora; fue ese lengua-
je social utilizado por Bosch el que sacó a los dominicanos
de la pasividad a la actividad creadora; del miedo a la lu-
cha, sustentada sobre todo en principios éticos y morales.
Por su magisterio democrático Juan Bosch es el maestro de
excepción del pueblo dominicano y debe servir de modelo
para la conducta de los niños, niñas y jóvenes de la patria.

235. Andrés L. Mateo, op. cit., p. 40.


Jorge Santana Castillo. M.A. 193

4.3. Prácticas etnográficas en el pensa-


miento social y político de Bosch

En el ámbito mundial, a partir de los años sesenta del


siglo XX, la literatura científica reporta el empleo de la téc-
nica etnográfica, no solo en el campo de la antropología, en
cuyo ámbito tuvo sus orígenes, sino que esta herramienta
científica ha sido utilizada para estudiar otras disciplinas,
tales como la sociología, psicología, lingüística, medicina,
educación y la política.

Al respecto, escribe Peter Good que:

Los etnógrafos tienen mucho en común con los no-


velistas, historiadores sociales, los periodistas y los
productores de programas documentales de TV,
pues dan muestra de extraordinaria habilidad etno-
gráfica en la agudeza de sus observaciones, la fineza
de sus oídos, la sensibilidad emocional, la penetra-
ción a través de las diferentes capas de la realidad,
la capacidad de meterse debajo de la piel de su arte
y ciencia, en la que el autor inserta también la edu-
cación.236

De la misma manera, el sociólogo Anthony Giddens,


sostiene que, con frecuencia, el etnógrafo asume un papel
activo en sus actividades cotidianas, observando lo que
ocurre y pidiendo explicaciones e interpretaciones sobre
236. C. L. Nolla: Etnografía: una alternativa más en la investigación pedagógica, en
Revista Cubana de Educación Médica Superior. En: Http://scielo/sld/cu, 2008 (30
de noviembre, 2010), p.1.
194 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

las decisiones, acciones y comportamientos, tanto de las


costumbres, creencias, mitos, genealogías, historias, como
de su lenguaje.

Si damos como válido el planteamiento de estos cien-


tíficos sociales, entonces Juan Bosch fue también etnó-
grafo. En una gran mayoría de los textos escritos por él
encontramos que la formulación de hipótesis o preguntas
era una actividad continua en sus obras. Esto se aprecia
cuando se inclina de manera decidida a la educación social
del pueblo.

Bosch vio al hombre como la esencia misma de la


humanidad. Así lo sintió y lo aplicó tanto en su práctica
política cotidiana, como profesional. De ahí su inclinación
natural y espontánea a profundizar en las características y
esencias del hombre.

Si hacemos referencia a los discursos políticos, don


Juan se valió de las herramientas de los etnógrafos, pues
no sólo se preocupó por su sociedad, sino que profundizó
en explicar las causas de la marginación social de los do-
minicanos, y en cómo generar cambios políticos por medio
de la práctica.

Comprendió que en la etnografía del lenguaje, o la et-


nografía del habla, los medios son partes constituyentes de
la sociedad y, como tal, deben servir a ésta. Por eso en-
contramos que en sus discursos radiales siempre usó un
lenguaje apropiado para la audiencia a la que él quería diri-
girse, que era fundamentalmente a las masas pobres.
Jorge Santana Castillo. M.A. 195

Bosch asimiló muy bien que la lengua no es simple-


mente un medio de comunicación de influencia interper-
sonal. Supo que la lengua no es simplemente un vehículo
de contenidos, un referente de lealtades y animosidades,
un indicador de rango social y de las relaciones persona-
les, un marco de situaciones, de temas, así como un gran
escenario impregnado de valores que tipifican toda co-
munidad lingüística, sino que en las elecciones lingüís-
ticas, en el tipo de lenguaje que usó cuando se dirigía a
las masas populares, daba una clara marca de identidad
y de compromiso con la problemática de sus receptores,
que en su gran mayoría eran campesinos, hombres y
mujeres humildes del pueblo.

4.4. Idea de liberación nacional en el


pensamiento político de Bosch

“Si no puedo ver personalmente la liberación de mi


pueblo, quiero verla a través de mis ideas”.

Juan Bosch.

En sus años de mocedad, Bosch, no quiso ser políti-


co; no estaba dispuesto a tolerar que la política desviara
sus propósitos, sus convicciones y sus principios. Veía
la introducción en asunto político como una especie de
locura colectiva que embargaba a los dominicanos, y la
196 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

realidad no era otra, pues todos, con raras excepciones,


según él mismo manifestó, buscaban en la política su
modus vivendi.237

Al respecto, el autor de esta tesis escribió en el libro,


De la modernidad al abismo: Reflexiones socio-filosóficas
que:

Hoy la política se ha constituido en uno de los ren-


glones especializados del teatro: la tragedia. Cuan-
do nos enfrentamos a la política siempre tendemos
a verla desde una perspectiva trágica, que puede dar
una impresión excesivamente moralista, de crítica
de la apariencia y del engaño que domina nuestra
vida. La política es nuestro negocio. Nuestro modus
vivendi. Habría que corregir a McLuhan, cuando
dijo que la “culture is our bussines”; habría que de-
cir, que el ejercicio de la política es un mercado de
pulgas.238

Cuando Bosch llega a Puerto Rico y lee a Hostos se


clarifica el sentido de su vida. Sobre ello escribe en 1938:

Trabajaré en mi propia reconstrucción. Como tengo


la voluntad y quiero aplicar esa voluntad a la mejoría
de la sociedad, al bien, empezaré mejorándome yo
mismo. El carácter es un resultado del desarrollo de

237. Juan Bosch: El PLD, partido nuevo en América, editorial Alfa y Omega, Santo
Domingo, 1989, P. 13.
238. Jorge Santana Castillo: De la modernidad al abismo: Reflexiones socio-filosóficas,
Editora UASD, Santo Domingo, 2007, p.52.
Jorge Santana Castillo. M.A. 197

la razón, elucidadas ya las presiones que mantenían


vivo mi ímpetu, curado comprendo mi tragedia, que
es la tragedia de todo el mundo en los países donde
la precaria vida económica hace imposible el cultivo
de la razón como lo requiere la necesidad de crear
caracteres. Mi ímpetu fue lo que me llevó siempre
al yo. Mi gran tarea es ahora crearme un carácter y
anular el ímpetu. En eso estoy y en eso vivo, y creo
haber alcanzado mucho con sólo haber oído a mi
conciencia.239

Ya estando Bosch en Cuba, uno de los acontecimientos


políticos que impactó considerablemente en su conciencia,
fue el inicio de la Segunda Guerra Mundial con la invasión
de Polonia por tropas alemanas. Este acontecimiento, de
proporciones mundiales, conmovió a los cubanos de ma-
nera que hubo varios días de protestas en las calles. Esta
situación para Bosch, abrió la herida que estaba sin cicatri-
zar de lo que en años anteriores había sucedido en España,
con la sangrienta guerra civil que culminó con la victoria
del franquismo.
Con el ajusticiamiento del tirano Rafael Leónidas
Trujillo, el 30 de mayo de 1961, se inicia en la República
Dominicana un proceso sociopolítico caracterizado por la
lucha de un segmento mayoritario de la población en aras
de alcanzar la libertad, opuesta al intento desesperado de
los herederos del tirano por perpetuarse en el poder. Esta
contradicción da lugar a varios años de enfrentamientos
239. Ángel Villarini Jusino: Cuentos y valores para fomentar el desarrollo de la moral y
ética como meta educativa, Editorial Búho, Santo Domingo, 2005, p.18.
198 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

entre los distintos grupos políticos envueltos en la contien-


da, siendo la máxima expresión de estas luchas la insurrec-
ción popular de abril de 1965.

Fue precisamente el atraso del pueblo dominicano en


todos los aspectos políticos, económicos, sociales y cultu-
rales, lo que provocó la necesidad de crear un partido que
debía basarse en la formación de cuadros, de hombres y
mujeres nuevos, con una actitud diferente ante los proble-
mas que afectaban al pueblo; como el propio Bosch dijo,
hombres y mujeres capaces de enfrentar los males naciona-
les con la sinceridad y la asiduidad con que lleva a cabo sus
tareas la monja católica en un país africano o de América.

Lo triste y lamentable es que Juan Bosch, siendo el


mentor y guía de dos grandes partidos políticos que han
llegado a ejercer el poder en la nación, ninguno ha podido
cumplir con los propósitos y fines para los que Bosch los
fundara. Los principios morales y éticos con que, según
Bosch, se debe gobernar en un Estado democrático, no han
sido tomados en cuentas a plenitud en estos momentos,
cuando realmente deberían ser los estandartes para diri-
gir los destinos de la nación, como lo testimonió el propio
Bosch, cuando le tocó dirigir los destinos de la sociedad
dominicana en el 1963.

El declive moral por la que empezó a transitar el Par-


tido Revolucionario Dominicano no tomó a Bosch por sor-
presa. Inteligentemente, se dio cuenta de que el PRD, parti-
do que había fundado con todos los sectores de la sociedad
dominicana, pero fundamentalmente con la masa pobre,
Jorge Santana Castillo. M.A. 199

había incumplido importantes principios de moralidad y


de respetabilidad. La causa radicaba en la composición de
los miembros y dirigentes de ese partido, que procedían
de la baja pequeña burguesía, siempre plagada de vicios
y apetencias pequeño burguesas, entre ellas, el populis-
mo, el clientelismo, así como su afán desmedido por bie-
nes suntuarios y riquezas materiales para ostentar, lo que
ha corrompido, en su conjunto, a la sociedad dominicana.
Estos rasgos perniciosos fueron hábilmente estimulados
y fomentados por los ocupantes norteamericanos, su Em-
bajada y sus corifeos nacionales, espantados y para evitar
la repetición de otro alzamiento popular revolucionario,
como el de abril de 1965.

La gran mayoría de los partidos políticos, de izquier-


da, moderados y de derecha, de entre los que no escapaba
el propio PRD, se empeñaban en sacar provecho para su
propio beneficio sin importarle el pueblo. Claro que debe-
mos ser justos y destacar que, precisamente, es Juan Bosch
quien desde la dirección del PRD, a través de la educación
permanente a las masas, pero fundamentalmente de las
masas pobres, trató por todos los medios de concientizar al
pueblo sobre la utilidad y el sentido de la democracia y cuá-
les deben ser los principios de valores democráticos, que se
deben aplicar para poder establecer un Estado de Derecho
en la República Dominicana.

Desde su regreso del exilio, a raíz de la caída del régi-


men trujillista el 30 de mayo de 1961, Bosch luchó por es-
tablecer en la República Dominicana un sistema democrá-
200 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

tico y la plataforma utilizada fue el Partido Revolucionario


Dominicano, pero fue imposible por muchas de las razones
ya señaladas anteriormente.

Viendo que se había corrompido el partido que junto a


otros exiliados dominicanos había fundado en el exterior,
para que fuera el instrumento político de dirección de los
destinos del pueblo, optó por formar un nuevo partido que
en su esencia aplicara los principios políticos de ética y mo-
ral que se requieren para lograr la liberación nacional.

Los principios o elementos conceptuales con que


Bosch fundó este nuevo partido los había asimilado de las
lecturas de sus principales mentores políticos, como lo fue-
ron Eugenio María de Hostos, José Martí, Simón Bolívar,
Jean Jacques Rousseau, Karl Marx y otros pensadores, por
eso puede decirse que “[…] aprovechó muy bien la expe-
riencia del pensamiento liberal dominicano de los siglos
XIX y XX”.240

Estas ideas quedan confirmada por el propio Bosch,


cuando escribe que:

Un partido, y especialmente si es un partido como


el PLD, tiene una tarea que realizar y no puede estar
perdiendo tiempo y energía en otra cosa, y por otra
parte tampoco puede el pueblo hacer por sí mismo
lo que el partido debe hacer para servirle al pue-
blo. Políticamente, el partido representa al pueblo
y actúa en el campo político para servir al pueblo,
240. Juan Bosch: El periódico del partido y la comunicación con las masas, editorial El
Nuevo Diario, 1998, p.1.
Jorge Santana Castillo. M.A. 201

y hace en ese campo lo que el pueblo no puede ha-


cer. Aún en el caso de los partidos que representan
a una clase, como por ejemplo, los que representan
a la clase obrera, no todos los obreros pueden ser
miembros de ellos, y por eso los partidos comunis-
tas están formados por un número minoritarios de
obreros, a los que Lenin llamó la vanguardia de la
clase.241

Cuando Bosch funda el PLD, tomó muy en cuenta el


criterio de calidad de los miembros más que el de cantidad.
Lo conformó con un grupo muy limitados de militantes,
podríamos decir, de cuadros políticos, pues él entendía que
en un partido como el de la Liberación Dominicana, no se
necesitaban cientos de miles de miembros, sino capacidad
política y de sacrificio. Sólo con capacidad política y gran-
des sacrificios, entendía Bosch, se podría lograr la libera-
ción nacional del pueblo dominicano. Cuando el objetivo
que se persigue no es la obtención de beneficios personales
o de grupos, de prebendas, o de poder, entonces el papel de
un partido político que se ha propuesto liberar de una vez
y para siempre al pueblo que se ha jurado defender, será
arrostrar todos los sacrificios en aras de hacerle ganar con-
ciencia de que nadie, sino el propio pueblo, será quien se
preocupe por darle acceso a una vida digna, con igualdad
de derechos y oportunidades, respetando a cada ser huma-
no sin importar la clase, el color, la ideología o la religión
que profese. La claridad de que hay solo un modo de liberar
a un pueblo, y es liberar al ser humano que lo compone,
241. Ibídem, p.141
202 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

es lo que hace posible que la vanguardia consciente de la


sociedad se disponga a enfrentar el desafío enorme que re-
presenta ayudar al hombre a reconocerse capaz de luchar
por sí, conquistar su propia libertad, y defenderla contra
toda opresión.

A partir de este momento, comienza a aflorar en Bosch


la idea de liberación nacional. Sobre este tema central en
la evolución política de Bosch, escribió Alejandro Abreu
que, “[…] el concepto de liberación nacional lo extrae de las
ideas de Ho-Chi-Minh, en Vietnam”,242 con las que estaba
muy familiarizado.

Para Bosch, era natural que en un país capitalista, de


escaso e insuficiente desarrollo, la política se convierta en
un negocio más, un negocio para pequeños burgueses, que
son los que pasan a dirigir la mayoría de los partidos polí-
ticos, con la adopción, como señala Lapuente “[…] de una
burocracia meritocrática impermeable al clientelismo, se
pasa al accionar de los políticos corruptos que sobreviven
en sus cargos gracias a que ofrecen bienes particulariza-
dos a miembros de redes clientelares, ya sean legales, como
puestos en la administración pública, o ilegales como tra-
tos a favor en contratos públicos”.243

Por muchas de estas cosas, Juan Bosch entendió que,


“[…] lo que había que hacer era formar un partido político
menos popular, pero más efectivo; más capaz, mejor or-

242. Alejandro Abreu: El pensamiento social y político de Juan Bosch, tesis de grado,
Santo Domingo,1989, p.110.
243. Lapuente: Opinión, El País,Madrid, 4 de mayo, 2010, p.27.
Jorge Santana Castillo. M.A. 203

ganizado; con métodos de trabajo definidos y que se cum-


plan. Solamente un partido así -decía- puede sacar el país
de la situación en que está”.244 Para tratar de dar respuestas
a sus preocupaciones, comprendió que con el Partido Re-
volucionario Dominicano (PRD), no lo iba a lograr, de ahí
que se propuso conformar otro partido político que tuvie-
se, como fundamento ideológico, la educación y la discipli-
na de un verdadero militante político. Estaba convencido
de que sólo así se podría lograr el propósito principal: la
liberación nacional del pueblo dominicano, y a través de
ella se lograría encontrar el camino para eliminar el anal-
fabetismo, la pobreza, el desempleo, la corrupción y la in-
seguridad ciudadana que padecía la sociedad. Para Juan
Bosch, “[…] la plena liberación nacional, que entraña la
derrota y eliminación de las oligarquías dominantes, está
indisolublemente vinculada al esfuerzo por la conquista de
una democracia auténtica”.245

Para la conquista de tales propósitos, advertía Bosch


que:
[…] había que tener siempre en cuenta que el pueblo
no era un niño desvalido; es un adulto que sabe más
que todos los sabios juntos; que en el pueblo está la
suma de toda sabiduría, de todas las virtudes y de
todos los poderes. Es él, y nadie más que él, quien
tiene la autoridad necesaria para escoger su camino
hacia un porvenir más justo y más libre. Lo único
que pueden y deben hacer los partidos y los líderes
244. Alejandro Abreu, op. cit., p.126.
245. Juan Bosch: Capitalismo, democracia y liberación nacional, op. cit., p.
204 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

es interpretar al pueblo y ser sus instrumentos de


lucha, jamás suplantarlos. Pues los partidos que su-
plantan al pueblo y toman decisiones en su nombre
le roban su capacidad creadora y le sustraen su ver-
dad, la que él elabora todos los días a través de las
mil peripecias de su vida.246

Afirmó, reiteradamente, y esto constituye una idea


central en su concepción, que lo que tiene que tener un
partido político no es una mayoría de miembros, sino una
gran autoridad moral sobre el pueblo. Con estas miras, en
1973, fundó el Partido de la Liberación Dominicana (PLD),
señalando que los miembros del mismo debían tener la ca-
lidad político-moral necesaria para dirigir al pueblo en la
lucha por la liberación nacional.

Actualmente, el Partido de la Liberación Dominicana,


que con tantos sacrificios y esfuerzos fundó Juan Bosch, ha
flaqueado en la corrección de estos males que eran preocu-
paciones permanentes en su creador. Esto ha originado una
falta de control de sus miembros y sus cualidades, lo que ha
generado desconfianza en la población, y escepticismo so-
bre las posibles soluciones a los problemas nacionales que
pueda realizar este partido en el gobierno. Se observa en el
gobierno dirigido por el PLD, una pobre autoridad moral,
poniendo en entredichos los principios boschistas de dig-
nidad, honradez y servicio al pueblo.

246 .Juan Bosch: El periódico del partido, op. cit., p.139.


Jorge Santana Castillo. M.A. 205

CAPÍTULO V
Trascendencia del pensamiento
político de Juan Bosch

5.1. Juan Bosch, paradigma de


dignidad y decoro

Bosch, fue un visionario, por eso se adelantó a su


época., A cuatro décadas de distancia sus propuestas
esenciales aún siguen vigentes. Sus ideas, junto al com-
promiso ético de una vida pública ejemplar y una prác-
tica ciudadana transparente, constituyen motivos de
convocatorias para una sociedad urgida de renovar las
esperanzas.

Como refiere Andrés L. Mateo, Bosch es lo que es en


la historia política y social dominicana porque su accionar
se inspiraba sobre la base de una ética que era la negación
206 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

del pragmatismo rampante, y porque él personificaba un


proyecto social. Por el camino de los beneficios persona-
les se llega, y por cierto rápidamente, al establecimiento de
una situación generalizada de privilegios, y de ese estado
de privilegio se cae en la corrupción247

Para algunos, esa no concreción de su legado políti-


co, ni la continuación de sus prácticas moralizantes en
la sociedad dominicana, especialmente por parte de sus
discípulos y herederos políticos, es señal de su fracaso
y de su olvido. Otros, muy por el contrario, opinan que,
precisamente por esa deriva negativa de sus enseñanzas,
es que amerita un estudio constante y una imitación.

En opinión de Pedro Vergés:

La obra de Bosch es, en efecto, a veces un aba-


nico, a veces un caleidoscopio que ha consegui-
do convertirse, tanto por sus aciertos como por
su amplitud, en un obligado punto de referencia
para la comprensión de la cultura dominicana.
Añádasele a esa su liderazgo cultural, que ha co-
rrido a la par con el político, y se entenderá la pri-
macía alcanzada por Bosch en nuestro medio en
las últimas décadas, el aire de figura esencial, de
pontífice máximo.248

247. Andrés L. Mateo: Juan Bosch, moralista problemático…, op. cit., p.16.
248 .Pedro Vergés. Escritor y estudioso de la obra de Juan Bosch. En el prólogo de la
obra de Justo Pedro Castellanos dijo: “Hay muchos tipos de escritores, pero no voy
a enumerarlos. Solo diré que Juan Bosch pertenece a la especialísima categoría
de los que por mil y una razones, se convierten en representativos de una época”.
Jorge Santana Castillo. M.A. 207

No cabe dudas de que Juan Bosch, como literato, his-


toriador, sociólogo, etnógrafo y politólogo, comprendió e
interpretó la idiosincrasia del pueblo dominicano, hasta el
punto de que creó una escuela propia de filosofía política,
que hoy más que nunca los dominicanos debemos rescatar
y ponerlas en práctica, si queremos una real y verdadera
democracia. No basta con mencionar su nombre cuando
por una u otra razón nos conviene. Se hace necesario de
manera urgente, retomar y aplicar sus principios de hom-
bre ético y moral, en su práctica social.

Como refiere Euclides Gutiérrez Félix:

Juan Bosch, el líder, revolucionó los métodos, el es-


tilo y los matices de hacer política en el país. Uti-
lizando un lenguaje sencillo, directo, pedagógico,
llevó al seno de las grandes mayorías sus ideas re-
formistas y liberales que fueron recogidas por la
historia para ser agregadas a sus obras literarias
reconocidas mundialmente. Nunca en la historia
del país y de América un líder político había podido
comunicarse de manera tan directa con una masa
popular, en su mayor parte huérfana de los míni-
mos conocimientos del saber.249

Con la llegada de Bosch, al poder el 27 de febrero de


1963, fue abierto un espacio de esperanza en el camino de
la transformación democrática. La libertad de prensa, la

249. Euclides Gutiérrez, Félix. Juan Bosch: Perfil bibliográfico. Edit. Alfa y Omega,
Santo Domingo, 2002. p.p. 39-40.
208 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

libertad de religión, la representatividad de los órganos


de poder, la pluralidad partidaria y los derechos huma-
nos, se hicieron realidad.

Al respecto escribe Rafael Molina Morillo que: “la-


mentablemente, el golpe de Estado y la consiguiente
anulación de la Constitución del 63, nos sumió de nuevo
en un atraso jurídico que todavía hoy está vigente”.250

Este mismo autor plantea que:

Sin libertad de prensa no puede haber democra-


cia. La Constitución del 63 estuvo apegada a esa
convicción y consignó en su articulado los cá-
nones fundamentales para garantizarla y prote-
gerla. Es una deuda que la prensa independiente
tiene con aquel crucial momento histórico y que,
solamente puede pagarse con la eterna vigilancia,
para que no se repita jamás las condiciones que
dieron lugar a aquel criminal atentado contra la
libertad.251

Sobre el carácter intrínsecamente moral de la pré-


dica política de Bosch asegura Alejandrina Germán que,
“[…] Juan Bosch asumió la conciencia como una condi-
ción esencial del ser humano, en el cual la conciencia
moral encarna el bien, la primacía y la dignidad del ser

250. Rafael Molina Morillo. Impacto de la Constitución de 1963 en la prensa, en: Aura
Celeste Fernández (Comp), Constitución de 1963, 40 años después: Vigencia y
Perspectiva, Ponencias del panel realizado en UNIBE el 29 de abril de 2004. op.
cit. P. 148.
251. Ibídem, p. 149.
Jorge Santana Castillo. M.A. 209

humano, que dota al hombre de intencionalidad, liber-


tad y compromisos con sus actuaciones”.252 Es decir, que
en Bosch el papel de la educación del pueblo como meca-
nismo de creación de conciencia en el proceso de libera-
ción social tuvo una importancia de primer orden en su
lucha por el establecimiento de un sistema democrático
en la República Dominicana.

Luis De León aporta un nuevo ángulo de análisis al


escribir:

La idea de gobierno, progreso y unidad, cobraron


energía y dimensión a partir del magisterio edu-
cativo social de Juan Bosch de los años 1962-1963.
Y es que el autor del libro De Cristóbal Colón a
Fidel Castro, hizo postulaciones sobre la demo-
cracia fundamentado en la idiosincrasia cultural
y psicológica del pueblo dominicano”.253

Juan Bosch, llegó al convencimiento de que el esta-


blecimiento de una posible democracia en la República
Dominicana, sería obra del devenir, no del pasado, por
eso mantuvo su fe en sembrar para el porvenir, y hacerlo
desde el primer momento.

Así lo dejó plasmado, de manera consciente y cate-


górica, en una de sus principales obras, Crisis de la De-
mocracia de América en la República Dominicana:

252. Alejandrina Germán, op. cit., 2001. p.p. 162-163.


253. Luís de León. Educación y Democracia de Cara al Siglo XXI. En: Núñez, Polanco,
D., et al. Juan Bosch: Aproximaciones a una vida ejemplar, op. cit., 2001, p. 176.
210 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

La democracia dominicana que iba a nacer el 27 de


febrero de 1963, tenía que ser pura como podía de-
searla un joven; debía ser pura en su respeto a to-
das las libertades, aún a las desproporciones en el
uso de las libertades; debía ser clara en el manejo
de los fondos públicos, aunque para lograrlo, cada
alto funcionario tuviera que dedicar tiempo a vi-
gilar las inmoralidades; debía ser correcta y clara
en sus relaciones con otros países, y especialmente
con los Estados Unidos. Una democracia así podía
durar seis meses o un año, pero su recuerdo que-
daría como una luz resplandeciente en la historia
dominicana, como un hito que se había alcanzado
alguna vez y que podría alcanzarse otra vez en el
futuro”.254

Cuando se produjo el fatídico Golpe de Estado el 25


de septiembre de 1963, los golpistas trataron por todos los
medios de ultrajar y manchar el nombre de Juan Bosch.
A tan solo tres días del suceso, se valieron de un nota-
rio público y levantaron un acta de comprobación de los
muebles y efectos que había en la residencia del ex presi-
dente. Entonces se dieron cuenta de que los objetos eran
modestos, y que no estaban a la altura de un presidente
de la República, y mucho menos de un presidente latino-

254. Ibídem, p. 164. Don Juan estas ideas se las trasmitía a los jóvenes dominicanos.
Debemos recordar que para el 1962, la juventud de la clase media dominicana
había alimentado un sentimiento patriótico decidido, casi fiero y fundamentalmente
antinorteamericano. Entonces don Juan tenía que ser muy cuidadoso con la vida
de los jóvenes, pues él estaba convencido que si alguna vez se estableciera la
democracia en la República Dominicana, era por ellos, pues la clase media a la
que correspondían sus padres estaba marcada por los vicios de la tiranía trujillista.
Jorge Santana Castillo. M.A. 211

americano, que en la mayoría de los casos, siempre eran


cuantiosos. Muchos de esos muebles habían sido adquiri-
dos en ventas a plazos y a crédito.

Escribe Andrés L. Mateo en su obra ya mencionada,


que el problema del control de la corrupción administrati-
va en los Estados latinoamericanos no es una tarea fácil. Al
respecto escribió:

Hostos pudo vencer a dos dictaduras en el terreno


de las ideas, pero no pudo con el poder del dinero
y el transfuguismo de la pequeña burguesía. Y lo
mismo ocurrió con las ideas de Juan Bosch, que so-
brevivió el régimen de Trujillo, y venció a Balaguer
en el terreno de las ideas, y aunque no tuvo el poder
fáctico, su destello y su impronta son tan ilumina-
doras que todavía matizan el debate nacional. El
problema es que ahora la búsqueda del dinero por
el discipulado que levanta su nombre ha convertido
su práctica en una molesta carga, y la corrupción,
una palabra que no puede jamás ser asociada a su
nombre, es la más destacadas nota del gobierno del
partido que él fundó.255

Esta denuncia no sólo la refiere este autor, también


una institución bien conocida a nivel mundial, la Empresa
Internacional de Encuestas Gallup (2009). Esta prestigiosa
institución realizó un estudio sobre el nivel de percepción
que tiene el pueblo dominicano acerca de la corrupción ad-
ministrativa en el Estado. Los resultados fueron sencilla-
255. Mateo, op. cit. 2009. p. 30.
212 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

mente escandalosos. Por ejemplo, el 98% de la población


percibe que hay corrupción en el gobierno del PLD, y esto
constituye una vergüenza y una desconsideración que el
propio Bosch nunca aceptaría. Sencillamente, Bosch no
comulgaba con estas inmoralidades y mucho menos, si el
gran perjudicado era el pueblo; para él, el pueblo era algo
sagrado que merecía todo el respeto del mundo. Estas per-
cepciones, años después, aún perduran en una gran parte
de los ciudadanos dominicanos.256
Veamos por ejemplo, lo que Juan Bosch opinaba sobre
el salario de los servidores del Estado. En el tomo II de sus
Obras Completas, p. 1990, Temas económicos, Capítulo:
“Mal manejo de la economía en el gobierno del PRD, escribió:

La gente que aspira a gobernar y ganar sueldos al-


tos que se le pagan con dinero del pueblo no puede
llegar a puesto importantes para aprender mediante
la práctica a resolver los problemas del país. Lo que
hacen eso son unos irresponsables, pero además uno
vividores que engordan con la sangre de las mujeres
y los hombres y los niños de este país y merecen el
repudio más enérgico de todos los dominicanos.257

Por más que evoquen su nombre, por más afiches don-


de se exhiba su figura, por más celebraciones que se hagan
en su nombre, no hay manera de hacer coexistir la nobleza

256. Ver: Encuesta Gallup, Periódico Hoy, Santo Domingo, 1994, p. 8 A. Ciudadanos
creen los gobiernos más corruptos son los de Leonel e Hipólito, 4 de febrero de
2014.
257. Juan Bosch. Crisis de la Democracia de América en la República Dominicana, op.
cit., p. 32.
Jorge Santana Castillo. M.A. 213

de un moralista a ultranza, con el lujo del funcionariado


que disfruta actualmente del poder. No me cabe ninguna
duda, de que hoy, si Juan Bosch estuviera vivo, estaría en-
cabezando el movimiento de los indignados de la Repúbli-
ca Dominicana.

A Bosch nunca le interesó el poder sin medidas, así se


puede ver al final de su vida; donde queda demostrado que
el “poder”, lo condicionó siempre a la libertad real de las
conductas, a la magistratura de la conciencia moral. Lo que
no le interesaba era el poder perverso y clientelar socie-
dad. No rechaza al poder en abstracto: para él, el poder que
descansa en hombres y en riquezas sometidas, deforma y
debilita al que lo ejerce.

Sobre esta discusión, opina Andrés L. Mateo:

Es la misma visión kantiana de la ética boschista,


la que sostiene la noción de poder de Juan Bosch,
es el mismo pensamiento alerta que advierte a la
militancia del PLD, que debe luchar a brazo partido
para asegurar al pueblo que lo que haremos desde el
gobierno si ganamos las elecciones se hará con fines
de beneficios sociales, no personales.258

Es esto lo que separa el “pragmatismo” de algunos de


los funcionarios del gobierno peledeísta, de la ética boschis-
ta; y es por eso, que esa noción de poder no cuadra a una
pequeña burguesía, que nunca olvidó ni pospuso sus ambi-
ciones espurias, por más esfuerzos que Bosch realizara.
258. Andrés L. Mateo, op. cit. 2009. p. 36.
214 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Las ideas de Juan Bosch, están quedando relegadas


por la traición de quienes debieron haberlas llevado a la
práctica, a través de un programa de justicia social en una
sociedad que sigue siendo excluyente. Pero están más vi-
gentes que nunca, pues no es secreto para nadie que en
la República Dominicana, la corrupción, el clientelismo,
el narcotráfico, la inseguridad ciudadana, el sicariato, es-
tán socavando poco a poco la sociedad. En este sentido,
es conveniente recordar que el valor y trascendencia de
una idea o una concepción socio-política no depende de
los hombres, sino de las circunstancias sociales. Mientras
perduren los males que Bosch pretendió erradicar en la
sociedad dominicana de su tiempo, su legado tendrá vi-
gencia y sentido.

5.2. La comunicación social y la


perspectiva del discurso político
en Juan Bosch

La riqueza del pensamiento político de Juan Bosch


empezó a conocerse y a valorarse en la República Domi-
nicana con los discursos que pronunció al retornar al país,
después del exilio que duró 22 años. Estos discursos estu-
vieron matizados por el uso de un lenguaje sencillo con
el fin de que fueran entendidos por el pueblo, pero fun-
damentalmente por el campesino; lo hacía con el pro-
pósito de crear conciencia ciudadana, tanto individual
Jorge Santana Castillo. M.A. 215

como colectiva, para lograr la auténtica liberación del


pueblo humilde y desposeído que era la inmensa mayo-
ría de los habitantes del país.

Desde su llegada del exilio, Bosch habló con el len-


guaje de los humildes, el de los “hijos de Machepa”,
como él le llamó a los pobres. Un lenguaje cotidiano,
con matiz popular en algunas ocasiones. Con sus dis-
cursos impone un nuevo estilo en la oratoria política
dominicana. Su forma cotidiana y fresca, anecdótica y
pedagógica, para comunicarse con las masas, caló en el
pueblo. La particular forma de exponer sus ideas mar-
có una ruptura con la retórica rimbombante y pomposa
prevaleciente en nuestro país, desde finales del siglo
XIX, la cual que llegó al paroxismo en la Era de Trujillo.

No como expresara en un texto el historiador Frank


Moya Pons, que “[…] el discurso que adoptó Bosch, ele-
mental y pedagógico, que encantaba a la gente común
y corriente, ofendía a los cultos”. 259 El propio Bosch
sostuvo que el pueblo dominicano estaba sometido al
grado más alto de analfabetismo, y en el campo del co-
nocimiento político sobre lo que era la democracia no
existía cultura alguna. Muchos de los llamados hom-
bres cultos de entonces, eran los mismos que se habían
beneficiado del régimen trujillista, y Bosch no hablaba
para ellos.

259. Frank Moya Pons: Prólogo a La democracia revolucionaria: Imágenes y documentos


del Gobierno Constitucional con respaldo popular, presidido por Juan Bosch en
1963.. Editora Corripio. Santo Domingo, 2010, p. IV.
216 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Es cierto que se enemistó con fuerzas y sectores revo-


lucionarios, como el representado por el Movimiento 14 de
Junio. Sobre este tema sensible, Diógenes Céspedes sostie-
ne que:
Ninguno de los errores que cometió Bosch justifi-
caba su deposición. El golpe tuvo un costo político,
económico, psíquico y de muerte tan elevado que
sus secuelas persisten todavía hoy, en 1994. Ningu-
no de los golpistas de 1963, salvo Jimenes Grullón,
se ha autocriticado, o, por lo menos, dicho que co-
metió un error. Lo cual autoriza a pensar que repe-
tirían su acción”.260

El Bosch que regresa del exilio y comienza una arro-


lladora carrera política que no tardó en llevarlo a la Pre-
sidencia, fue objeto de todo tipo de campañas insidiosas
de mentiras y calumnias. No importó que se le acusara de
haber sido contrabandista de la inmigración ilegal china,
de haber engañado a Trujillo, de ser espía norteamericano,
Jorge Santana Castillo. M.A. 221

no eran personas que tenían sus mentes como “tabula


rasa”. Él sabía que ellos tenían sus propios conocimien-
tos de la realidad, pero el conocimiento que tenían no era
el suficientemente elaborado para lograr que la sociedad
dominicana se encaminara por una vía de desarrollo de-
mocrático.

Fue consciente en reconocer que para lograr este ob-


jetivo, habría que iniciar un trabajo de educación, pero
para lograrlo comprendió claramente que debía partir de
su propia idiosincrasia. Entendió perfectamente que para
lograr estos propósitos debía establecer una relación dia-
lógica a través del lenguaje oral, entre él y el pueblo. Para
tales fines creó su programa radial.

Pero ¿cómo logra Bosch que el pueblo se compene-


trara tan rápido con un proyecto tan difícil, como es el
de lograr la atención de la ciudadanía a un programa ra-
dial, en medio de una situación de desesperanza como la
que estaba viviendo la sociedad dominicana de entonces?
Para lograr la compenetración tan amplia de los radio-
oyentes, Bosch tomó muy en cuenta, como hemos dicho
anteriormente, la diversidad socio-lingüística y sociocul-
tural del país.

Dentro de esa perspectiva habló del papel que debe


jugar cada dominicano en el proceso de conformación de
la democracia. Tuvo muy en cuenta los valores y actitu-
des que debe tener el pueblo, entre ellos, los de dignidad,
solidaridad, libertad, responsabilidad, amor y respeto,
sentimientos patrióticos, y también sus derechos, por eso
222 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

formuló propuestas de solución a los problemas más in-


mediatos del momento, como lo eran la alimentación, la
salud y la educación. Finalmente, reconoció y promovió
las identidades socioculturales del pueblo.

5.3. El Boschismo: una filosofía meto-


dológica partidaria

El boschismo está considerado como la doctrina


filosófica y metodológica del pensamiento político de
Juan Bosch, consagrada por los militantes del Partido
de la Liberación Dominicano (PLD). Surge cuando se de-
sarrolló la Conferencia Nacional “Salvador Allende”, el
11 de mayo de 1974, convocada por el Comité Político del
Partido de la Liberación Dominicana, en la Casa Nacio-
nal del partido.

De este encuentro, que duró dos días de propuestas


y discusiones políticas, surgieron los principios políticos
y filosóficos del Partido de la Liberación Dominicana, que
constituyeron sus bases ideológicas y teóricas, es decir, el
método básico de fundamentación para la unificación de
criterios que auspiciaron el proceso de organización, disci-
plina y desarrollo de los Círculos de Estudios, convirtiendo
al PLD, en la organización política más coherente, profun-
da, activa, ética y militante en la historia de los partidos
políticos en la República Dominicana.
Jorge Santana Castillo. M.A. 219

expresarse en el lenguaje del pueblo, cotidiano y senci-


llo. Además de que desde niño desarrolló su vocación de
escritor; observaba con cuidado el alma de la gente del
pueblo, su manera de reaccionar, y sus preocupaciones.
Así comprendió que los hábitos y costumbres del pueblo
eran un mundo psicológico distinto al de la clase media
y alta y como tal, había que manejarse de manera dife-
rente y cuidadosa.

Utilizó la dimensión morfosintáctica de la lengua


como un especialista del lenguaje, tomando en consi-
deración los principios básicos que debe tener un buen
maestro de la comunicación. Dio siempre importancia a
los sujetos hablantes, a sus distintos tipos de saberes lin-
güísticos, y a sus usos adquiridos, contextualizándolos
con el entorno sociocultural de los sujetos, con el fin de
que el lenguaje que usaba estuviera relacionado con sus
propios intereses.

A este respecto señala la propia Gabriela Vanesa


Agosto que:

El liderazgo de Bosch se configuró sobre la base de


un pensamiento teórico e ideológico fundamenta-
do en afanosas concepciones morales. A diferencias
de los liderazgos cimentados en figuras carismáti-
cas y discursos populistas, Bosch supo mantener
una coherencia de pensamiento intachable […]. La
ideología de Bosch se plasmó en prácticas concretas
durante el ejercicio del poder. La representación del
Estado en su pensamiento, no se constituye como
220 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

un aparato de control, sino un instrumento de edu-


cación, una vía de organización y un vehículo de
transformación.262

Como si fuese un maestro de escuela, Bosch daba


consejos a los compañeros. Sugería por ejemplo que, “[…]
cuando se comunicaran con los demás compañeros lo hi-
cieran usando las palabras más simples, y además que lo
hicieran explicándoles detalladamente cada problema, tra-
tando cada uno desde todos los puntos de vistas posibles,
y que lo hicieran con paciencia, con mucha calma, y nunca
dejaran un tema a la mitad ni trataran dos temas, o más, a
la vez”.263

Entendió con absoluta claridad, que la lengua no es


solo un medio e instrumento, sino un modelo a partir del
cual se construye y se comunica el conocimiento de la rea-
lidad, asumiéndose comportamientos individuales y socia-
les. Vio al sujeto como el principio, el centro y el fin de los
diferentes momentos del proceso de comunicación.

Bosch dio gran importancia en los primeros trabajos


políticos a la comunicación oral para la concientización del
pueblo, aunque sin dejar su manejo gradual de la comuni-
cación escrita, que lo convirtió en el dominicano que más
ha descollado en el arte literario.

Reconoció, más que ningún otro dominicano, que en


la sociedad en que vivía existía un alto grado de analfabe-
tismo, pero que por el hecho de no saber leer ni escribir,

262. Gabriela Vanesa Agosto, op. cit. 2012.


263. Ibídem, p. 115.
Jorge Santana Castillo. M.A. 221

no eran personas que tenían sus mentes como “tabula


rasa”. Él sabía que ellos tenían sus propios conocimien-
tos de la realidad, pero el conocimiento que tenían no era
el suficientemente elaborado para lograr que la sociedad
dominicana se encaminara por una vía de desarrollo de-
mocrático.

Fue consciente en reconocer que para lograr este ob-


jetivo, habría que iniciar un trabajo de educación, pero
para lograrlo comprendió claramente que debía partir de
su propia idiosincrasia. Entendió perfectamente que para
lograr estos propósitos debía establecer una relación dia-
lógica a través del lenguaje oral, entre él y el pueblo. Para
tales fines creó su programa radial.

Pero ¿cómo logra Bosch que el pueblo se compene-


trara tan rápido con un proyecto tan difícil, como es el
de lograr la atención de la ciudadanía a un programa ra-
dial, en medio de una situación de desesperanza como la
que estaba viviendo la sociedad dominicana de entonces?
Para lograr la compenetración tan amplia de los radio-
oyentes, Bosch tomó muy en cuenta, como hemos dicho
anteriormente, la diversidad socio-lingüística y sociocul-
tural del país.

Dentro de esa perspectiva habló del papel que debe


jugar cada dominicano en el proceso de conformación de
la democracia. Tuvo muy en cuenta los valores y actitu-
des que debe tener el pueblo, entre ellos, los de dignidad,
solidaridad, libertad, responsabilidad, amor y respeto,
sentimientos patrióticos, y también sus derechos, por eso
222 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

formuló propuestas de solución a los problemas más in-


mediatos del momento, como lo eran la alimentación, la
salud y la educación. Finalmente, reconoció y promovió
las identidades socioculturales del pueblo.

5.3. El Boschismo: una filosofía meto-


dológica partidaria

El boschismo está considerado como la doctrina


filosófica y metodológica del pensamiento político de
Juan Bosch, consagrada por los militantes del Partido
de la Liberación Dominicano (PLD). Surge cuando se de-
sarrolló la Conferencia Nacional “Salvador Allende”, el
11 de mayo de 1974, convocada por el Comité Político del
Partido de la Liberación Dominicana, en la Casa Nacio-
nal del partido.

De este encuentro, que duró dos días de propuestas


y discusiones políticas, surgieron los principios políticos
y filosóficos del Partido de la Liberación Dominicana, que
constituyeron sus bases ideológicas y teóricas, es decir, el
método básico de fundamentación para la unificación de
criterios que auspiciaron el proceso de organización, disci-
plina y desarrollo de los Círculos de Estudios, convirtiendo
al PLD, en la organización política más coherente, profun-
da, activa, ética y militante en la historia de los partidos
políticos en la República Dominicana.
Jorge Santana Castillo. M.A. 223

Él se había convencido de que, lo que da sustento a


un partido político no es su estatuto, sino la unidad en la
manera de hacer o aplicar las actividades que lleva a cabo,
y para lograr esa unidad era indispensable crear métodos
de trabajo para cada tarea. Por eso hizo hincapié en la nue-
va ideología que debía tener un nuevo partido político que
fuera diferente al PRD, en la extensión más amplia de la
palabra.

Cuando decide marcharse del Partido Revolucionario


Dominicano y conformar otro instrumento político, expre-
só que:

Es muy importante que se sepan, compañeros, que


no puede haber partido político en ningún país sin
un líder nacional que imponga respeto; eso es una
ley de la actividad política, así como no puede haber
partido, realmente partido, sin organización. Esas
tres condiciones son absolutamente indispensables
para que haya un partido verdadero: líder nacional,
doctrina y organización.264

La experiencia que vivió Juan Bosch, cuando fundó y


dirigió el Partido Revolucionario Dominicano, por casi 34
años, lo llevó a considerar que miembro del nuevo partido,
no podía serlo cualquiera. Miembro del partido debería ser
solamente aquel que demostrase su capacidad de estudio y
de servicio.

264. Juan Bosch: El PLD, un partido nuevo en América, op. cit., p.132.
224 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

La tarea y el compromiso que se había propuesto


Bosch para conformar una nueva estructura partidaria no
eran un asunto fácil, y mucho más después de haber vivido
la amarga experiencia del Partido Revolucionario Domi-
nicano, pues la gran mayoría de sus miembros se habían
unido a la política buscando beneficios personales.

Para no cometer el mismo error en que se incurrió al


fundar el Partido Revolucionario Dominicano, Bosch creó
la estructura ideológica y metodológica que iban a regir los
destinos del nuevo partido. Para tales fines, formó los Cír-
culos de Estudio; donde los militantes creaban conciencia
a través de la educación. Los compañeros que iban a con-
formar el Partido de la Liberación Dominicana tenían que
ser militantes, es decir, hombres y mujeres conscientes de
que tenían que ser “misioneros” de una nueva etapa políti-
ca para el país.

A este respecto escribe Andrés L. Mateo:

Juan Bosch se gastó una papelería asombrosa teo-


rizando respecto de la construcción del partido, en
un esfuerzo intelectual sin precedente en la historia
política dominicana, y si algo queda claro, releyen-
do ahora el legado de sus memorias, es que su pre-
tensión esencial era darle una base ética a la prác-
tica política en nuestro país. Además de configurar
un eje transversal de la ética, toda la moraleja de
sus propuestas arribaba al gozoso escenario de ser
un proyecto social.265
265. Andrés L. Mateo, op. cit., 2009, p. 16.
Jorge Santana Castillo. M.A. 225

Estas mismas ideas las sostiene uno de sus principales


discípulos, Euclides Gutiérrez Félix, cuando escribe que:

El boschismo es una teoría hija del ingenio de Juan


Bosch, que brinda una correcta explicación en el or-
den social y científico del pueblo dominicano, seña-
lando el rumbo que debemos seguir para rescatar a
nuestra sociedad de la pobreza, cada vez más seve-
ra, la falta de salud y educación, y llevarla al destino
de un Estado organizado con un futuro de vida muy
larga, que llene de gloria eterna a los héroes y pró-
ceres, mujeres y hombres, que han dado sus vidas
para convertir, como lo quiso Juan Bosch también,
en soberana y eterna la República Dominicana.266

Conformado ya el Partido de la Liberación Dominica-


na, como un partido con principios políticos, éticos y mo-
rales nunca antes vistos, Bosch continuó con sus prácticas
cotidianas de hacer política a través de sus discursos ra-
diales y ensayos históricos (folletos numerados de organi-
zación y disciplina), de educación y concienciación política.
Su principal objetivo era que sus miembros crearan con-
ciencia de “servir al partido para servir al pueblo”. No para
hacer lo contrario.

Así el escritor, maestro y político, se convierte en una


de las figura más relevante entre los teóricos políticos ame-
ricanos. Esto lo confirma Juan Luis Cebrián, escritor es-
pañol, en el periódico El País, de fecha 5 de diciembre de
266. Euclides Gutiérrez Félix: Por Segunda Vez: Juan Bosch Siempre. El Nacional, 5 de
diciembre, 2009, Santo Domingo.
226 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

2009, cuando escribe: “Bosch, una herencia americana.


Presidente de la República Dominicana, intelectual, escri-
tor, activista político y, sobre todo, ciudadano de América
Latina” (p. 38).

Para Bosch, los métodos organizativos del PLD debían


ser totalmente originales y creativos, en tanto partido de
nuevo tipo; métodos democráticos, no autoritarios. Así
nació en la República Dominicana un partido que tendría
una propuesta ideológica y metodológica de trabajo defini-
da, que iba de lo particular a lo general, pero también de lo
general tenía que volver a lo particular.

A esta propuesta metodológica se le llamó “Unificación


de Criterios”, convirtiéndose en instrumento de trabajo de
todos los miembros del Partido de la Liberación Dominica-
na. Esta metodología nació en el PRD, pero nunca se puso
en práctica. Su puesta en ejecución de manera rigurosa tie-
ne lugar cuando Bosch funda el PLD, el 15 de diciembre de
1973, 34 años después.

El método, como guía de principios políticos y disci-


plinarios que Juan Bosch soñó establecer en el PRD, el de
“Unificación de Criterios”, no se aplicó, no por falta de vo-
luntad e iniciativa, sino por la falta de conciencia política
que tenían el pueblo dominicano, y por consiguiente, los
miembros del Partido Revolucionario Dominicano.

La filosofía boschista nace con fuertes principios


éticos y morales, no es solamente la teoría que investiga,
estudia, analiza, interpreta y evalúa la sociedad domi-
Jorge Santana Castillo. M.A. 227

nicana, sino también es la base ideológica y política; el


método que permite conformar un partido político que
sea capaz de transformar la sociedad, y que al mismo
tiempo pueda lograr el objetivo estratégico: la liberación
nacional.

El propio Bosch, entendía que el peor enemigo de este


país, era la corrupción, porque esta no permitía el avance
de los pueblos, por eso decía:”La corrupción es un cáncer,
y el cáncer puede curarse cuando comienza, pero no cuan-
do está avanzado. Si la corrupción avanza entre nosotros,
podemos decirle adios a nuestras esperanzas de transfor-
mar de raíz esta sociedad, pues con hombres corrompidos
no puede hacerse una revolución ni grande ni pequeña, ni
ahora ni después”.267

Su voluntad, honestidad y responsabilidad a la hora de


trazar las líneas progarmáticas del PLD, fueron las mismas
que había mostrado al hacerse cargo de los destinos de la
nación, el 27 de febrero de 1963. En su discurso de toma de
posesión, Bosch fue tajante y claro:

El Doctor Segundo Armando González Tamayo


y yo acabamos de jurar que desde nuestro cargo
de Vicepresidente y de Presidente de la República
cumpliremos y haremos cumplir con la Constitu-
ción y con las leyes que nos gobiernan; porque en
una democracia no debe haber más gobierno que
el de las leyes, y los hombres, cualesquiera que
267. Juan Bosch: Crisis de la Democracia en América en la República Dominicana, op.
cit., 1999. p. 554.
228 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

sean sus posiciones, están llamados a ser sólo eje-


cutores de esas leyes. Ahora bien, al mismo tiem-
po que ejecutores de las leyes, nos toca ser repre-
sentantes y defensores del pueblo, y en nombre
de ese pueblo que está aquí, frente a nosotros, y
también mucho más lejos en ciudades y villorrios
apartados, solicitamos del Congreso Nacional le-
yes indispensables para afirmar en este país, no
sólo la democracia política, sino también la demo-
cracia económica y la justicia social. De ustedes,
senadores y diputados elegido por el pueblo-sean
del partido que sean- el gobierno que se inicia hoy
espera un trabajo continuo para darles a los do-
minicanos un puesto bajo el sol entre los países
avanzados de América.268

Su lucha perenne contra la corrupción la expresó tam-


bién al pronunciar las siguientes palabras:

No hay derecho, en absoluto, no hay derecho a que


en un país como la República Dominicana, un fun-
cionario público que ha estado viviendo del Estado
largos años se retire con 700 pesos de sueldos. No
hay derecho, debe retirarse con lo necesario para
vivir, para vivir como debe vivir un ex funcionario
público, no para vivir con lujo. Y el pueblo domini-
cano no puede dar pensiones de 700 pesos. No hay
derecho a eso”.269

268. Juan Bosch: Discursos Políticos: 1961-1966. Tomo I, op. cit., p. 85.
269. Juan Bosch: Discursos políticos, 1961-1966, Tomo I, op. cit., p. 76.
Jorge Santana Castillo. M.A. 229

Aunque Bosch había perdido la fe en la llamada de-


mocracia representativa, nunca perdió la fe en que el
pueblo dominicano tenía que elegir algún día su propio
destino. Sobre sí mismo era parco, y cuando se veía obli-
gado a hacerlo, como a su regreso al país en 1970, lo ha-
cía de la siguiente manera:

Yo no busco dinero. En días pasados, cuando vol-


ví al país, el Dr. Balaguer dijo que cuando yo qui-
siera disponer de ellos, tenía a mi nombre en los
fondos del gobierno 39,500 pesos mensuales que,
según la ley, me corresponden por haber sido pre-
sidente de la República. No he cobrado nunca esa
pensión, y aunque no quiera creerlo alguna gente
a quien la política le cierra los ojos a la verdad,
yo no tengo en qué caerme muerto y vivo de mi
trabajo de escritor, y vivo al día, ganándome hoy
lo que voy a gastar mañana.

Pero si no creo en la democracia representativa,


¿cómo voy a cobrar una pensión que me da una
ley de ese sistema? Y si considero que ese dine-
ro es del pueblo, y he luchado y lucho por el pue-
blo, ¿cómo se concibe que use para mí 500 pe-
sos mensuales mientras hay tantos dominicanos
que viven de milagro? Así, pues, no busco dinero,
y por eso puedo hablar con claridad, porque mi
conciencia no me acusa de que estoy haciendo ne-
gocios con mis ideas. 270

270. Juan Bosch: Discursos políticos, Tomo III, op. cit., p. 10.
230 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Cuando Bosch tomó el poder el 27 de febrero de 1963,


una de las primeras medidas económicas que aplicó fue el
de rebajar los sueldos altos a todos los funcionarios públi-
cos.

El contraste entre la actitud del maestro Bosch y sus


actuales discípulos del PLD, en opinión de Andrés L. Ma-
teo, se puede resumir de la siguiente manera: “Ahora son
jorocones millonarios, que han reducido el pensamiento
del maestro a esa supervivencia paralizada que llaman in-
mortalidad. Y los arrebatos del “viejo”, su terca honradez,
su majestad fundada en los valores espirituales; se pueden
exorcizar con homenajes y romerías”.271

Como hemos podido observar, el boschismo es una


doctrina, que se sustenta en la educación y el debate de las
ideas, a medio camino entre el marxismo y la mayéutica
socrática. En cada tema, en cada diálogo, se le hacía saber
al compañero que en la educación estaba la base del desa-
rrollo del pueblo, y que por lo tanto, la actividad política ha-
bía que realizarla para “servirle al pueblo, no para servirse
del pueblo”, o, como diría Lévinas “en su ética centrada en
el otro”, expresión de una filosofía que pone énfasis en la
conciencia del prójimo como clave para el pensamiento y la
conducta moral.272

Para Bosch, la conferencia “Salvador Allende”, tuvo


una importancia de primer orden en la vida del Partido de
la Liberación Dominicana, porque allí se crearon las ba-
271. Andrés L. Mateo, op. cit., 2009. p. 52.
272. Lou Marinoff: Pregúntale a Platón. Ediciones. B, S.A, Madrid, 2003. p. 53.
Jorge Santana Castillo. M.A. 231

ses en término metodológico y organizativo del PLD. Fue


tan importante ese evento que de los resultados y acuerdos
adoptados en la conferencia, surgieron los elementos teóri-
cos para que Bosch escribiera su libro El PLD, un partido
nuevo en América. Precisamente, en unos de sus párra-
fos encontramos un aparte que dice: que “Esa conferencia
debe ser considerada, en la historia del partido, la de su
verdadera fundación, porque fue en ella donde los miem-
bros del Comité Central, de los cuales eran parte los que
formaban el Comité Político, establecieron cuáles debían
ser las bases políticas y orgánicas del partido”.273

Sin embargo, dice Euclides Gutiérrez Félix que:

La mayoría de las obras de Bosch, comenzando por


Composición Social Dominicana, terminaron con-
formando una teoría que, en términos generales,
define la sociedad dominicana, y esa teoría permi-
tió a un grupo mayoritario de miembros del Comité
Central del PLD, plantear en el seno de su organis-
mo que reconocieran como la teoría oficial del par-
tido el “boschismo”. Así, el 23 de agosto de 1987, en
la cuarta reunión ordinaria del Comité Central, el
“boschismo” quedó aprobado como la teoría o me-
todología filosófica oficial del PLD.274

Esta propuesta, que como toda propuesta política que


se hacía dentro del PLD, tenía que regirse por los principios
del “orden parlamentario”, fue sometida a la consideración
273. Euclides Gutiérrez Félix, op. cit., p. 85.
274. Ibídem, p. 91.
232 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

de los miembros del partido, y el 93% la aprobó. Así, el 27


de febrero de 1988, en la ciudad de Santo Domingo, quedó
oficialmente establecido, el “boschismo”, como filosofía po-
lítica del Partido de la Liberación Dominicana.

El boschismo, como filosofía metodológica partidaria,


fue un instrumento ideológico construido en base a prin-
cipios éticos y morales para concientizar a sus miembros y
de esa manera poder conformar, real y efectivamente, un
partido nuevo en América.

Extrapolando las ideas de Lévinas y tratando de esta-


blecer un paralelismo con las de Bosch, podríamos decir,
que el punto fuerte del boschismo, es el énfasis que pone en
la conciencia del prójimo como clave para el pensamiento
y la conducta moral.

Hoy, el boschismo es algo lejano e irrelevante para una


parte de los peledeístas. Pero no todo su ideario se ha per-
dido, como tampoco el ejemplo de vida que nos legase.

5.4. Vigencia de las ideas políticas de


Juan Bosch, en la praxis de la políti-
ca actual en República Dominicana

Ante la compleja coyuntura internacional en que vi-


vimos y en la que se encuentra inmersa la República Do-
minicana, las ideas políticas, económicas y sociales, que
mantuvo Juan Bosch para la conformación de un Estado
Jorge Santana Castillo. M.A. 233

de Derecho, y su lucha por el establecimiento de un régi-


men democrático en la República Dominicana, están más
vigentes que nunca. En la actualidad, la lucha y el sacrificio
que realizó Juan Bosch para que la República Dominicana
pudiera dirigirse por un régimen de derecho, de corte de-
mocrático, suscita interés en otros sectores de la población,
que buscan explicación a la crisis del país, y una guía para
poder transformar las estructuras de injusticia que aún
perduran en el país. Es cierto que las condiciones no son
las mismas, pero el análisis y buena parte de la estrategia
y la táctica legadas por Bosch, en el campo socio-político,
mantienen plena vigencia.

Sostiene David Álvarez, al respecto:


La vida de Bosch es paradigma para todos los domi-
nicanos y sin duda para los latinoamericanos. Bosch
fue un hombre “Integro, honrado, trabajador, abier-
to a aprender, generoso a la enseñanza, firme en sus
convicciones. Ningún otro intelectual ha producido
una conceptualización tan original, rigurosa y com-
prensiva de la realidad de nuestro país.275

De la misma manera, plantea el jurista Marino Vini-


cio Castillo, que:
Bosch es, con sus letras de enseñanzas perpetuas,
auténtico tuétano de la conducta ideal, así como lo
son los caídos en las luchas armadas y la resistencia
por la libertad, nuestros únicos activos sobresalien-
275. David Álvarez. La herencia de Juan Bosch. El Caribe, Columna Opiniones, Santo
Domingo, 27 de mayo, 2008, p.18.
234 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

tes. Los héroes del pensamiento, de la palabra y de


las obras de ejemplo, son nuestros faros. Sus cáte-
dras dignas y perennes se hacen hoy más importan-
tes que nunca. No seguirlas y pretender envilecerlas
a fuerza de distorsiones y olvido es el más venenoso
ejercicio de maldad contra la nación.276

Bosch luchó por concienciar y dirigir el pueblo domi-


nicano, hasta alcanzar un estadio superior de desarrollo,
verdaderamente democrático, que le permitiera construir
una sociedad justa, económica, social, educacional y tec-
nológicamente avanzada que nos pondría, sino en la delan-
tera, en uno de los primeros puestos de los países hispano-
americanos.

A este respecto, Gabriela Vanesa Agosto señala que no


se trató de una utopía alejada de las realidades de la época
histórica en que le tocó vivir:

La ideología de Bosch se plasmó en prácticas con-


cretas en el ejercicio del poder. La representación
del Estado en su pensamiento, no se constituye
como un aparato de control, sino un instrumento
de educación, una vía de organización y un vehí-
culo de transformación. Desde esta concepción y
en el corto tiempo que ejerció el gobierno antes de
ser derrocado por un golpe militar, Bosch concretó
sus ideas teóricas e ideológicas en un plan de de-
sarrollo económico nacional que incluyó la electri-
276. Mario Vinicio Castillo: A don Juan (In memoriam). Listín Diario, Sección A, Santo
Domingo, 3 de julio, 2008.
Jorge Santana Castillo. M.A. 235

ficación del país y el aumento de la generación de


energía, la extensión del alambrado, el inicio de la
construcción de la presa y la hidroeléctrica de Ta-
vera, la termoeléctrica de Puerto Plata, el diseño y
construcción de los canales de riego, la formación
de trabajadores en escuelas técnico-vocacionales,
la capacitación del sector humano, la primera Ley
de Desarrollo e Incentivo Industrial, la creación de
la Zona Franca de Puerto Plata, como puesto libre,
la ampliación del aeropuerto, la modificación de los
planes de estudio con materias destinadas al co-
nocimiento de la producción agrícola y con un fin
práctico, para integrarse a la producción, los planes
de becas, y la política de construcción de viviendas
no centralizadas en la ciudad capital, entre otras
medidas”.277

Las causas originales de los males de la democracia


en América Latina, las ubicaba Bosch en los tiempos pos-
teriores a la independencia de las antiguas posesiones es-
pañolas en América, debido a “[…] la ausencia de una clase
dominante que hubiera impuesto, desde los primeros tiem-
pos de la independencia, su autoridad sobre los diversos
sectores sociales y los hubiera conducido, con el rigor de la
ley, hacia la organización y hacia la creación de las institu-
ciones políticas indispensables en la vida democrática”.278

277. Gabriela Vanesa Agosto. El legado de Juan Bosch: Modelo de liderazgo político
latinoamericano y caribeño. Revista Global. Fundación Global Democracia
Desarrollo. Volumen 6- Número 31-páginas, 31 a 42- R.D.- Disponible en:
http:www.gigapp.org/es/lista-demiembros. (12-04-12).
278. Juan Bosch: Temas Internacionales, op. cit., p. 557
236 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Como Juan Bosch fue un político de visión univer-


sal, sus ideas desde el punto de vista internacional, pero
fundamentalmente en lo que concierne a la política nor-
teamericana, siguen vigentes. Vemos el caso de que, aún
culminado el período de la Guerra Fría, y Estados Uni-
dos de América haber elaborado una Doctrina de Segu-
ridad Hemisférica, donde el papel prioritario lo ejerce
“la guerra preventiva” en su lucha contra el “terrorismo
internacional”, el análisis hecho por Juan Bosch sobre la
política exterior norteamericana no ha perdido vigencia,
sino que al contrario, para comprender los últimos con-
flictos internacionales en los que Estados Unidos ejerce
la primacía, por ejemplo, la recientes agresiones contra
Afganistán, en el 2001, contra Iraq, a partir de marzo
de 2003, y más recientemente, la intervención en Libia
2011, basta leer el libro El Pentagonismo, sustituto del
imperialismo, o De Cristóbal Colón a Fidel Castro. El
Caribe frontera imperial.

Como visionario expresó:

El pueblo norteamericano no tiene ojos para ver ni


oídos para oír los efectos de la política de agresión
de sus gobiernos. Solo lo tuvo cuando 50 mil de sus
hijos, familiares y amigos pagaron con sus vidas la
agresión de que fue víctima Vietnam, pero cuando
el agredido es un país del Caribe, o de África, ape-
nas se levantan dos o tres voces que condenan esos
desafueros.279

279. Ibídem, p. 53.


Jorge Santana Castillo. M.A. 237

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), como


organismo global que facilita la cooperación en asuntos
como el Derecho Internacional, la paz y seguridad inter-
nacional, el desarrollo económico y los derechos humanos,
siguen una sola directriz, la norteamericana.

Cuando Bosch tomó la heroica y valiente decisión de


marcharse del Partido Revolucionario Dominicano, en
1973, lo hizo convencido, de que solo un partido político
que sustente en sus prácticas la moral y la ética como prin-
cipios políticos, puede continuar las ideas de los grandes
libertadores, y con estas ideas funda el 15 de diciembre de
1973, el Partido de la Liberación Dominicana, (PLD).

Como hemos dicho anteriormente, el Partido de la


Liberación Dominicana, fue fundado en base a una fuerte
disciplina política de moral y de ética partidaria; pero el
principio que lo hace perenne en la conciencia del pueblo
dominicano, es el de “Servir al partido, para servir al pue-
blo”. Hoy este principio ha caído en un letargo histórico,
por las faltas ideológicas y éticas de muchos de sus princi-
pales dirigentes.

Así lo demuestran los casos de corrupción que se pro-


dujeron en el mes de julio de 2010, en las aduanas de la
segunda ciudad más importante del país, Santiago de los
Caballeros, donde un grupo de jóvenes, hijos precisamen-
te de altos dirigentes del PLD, y que ocupaban puestos de
importancias, cometieron actos deshonestos, llegando a
estafar al Estado con más de RD$ 100 millones de pesos.
238 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

¿A qué se deben estas irregularidades dentro del go-


bierno peledeístas? Son muchas las razones, pero vale la
pena subrayar que esto se debe, fundamentalmente, a que
la filosofía boschista de moralidad y de respeto a la esfera
pública se ha perdido dentro del partido de gobierno. Lo
que impera en algunos funcionarios peledeístas es el ne-
potismo, el clientelismo, el amiguismo, las castas. Muchos
de los funcionarios y peledeístas que hoy se hacen llamar
“boschistas”, deshonran la memoria histórica de su líder y
maestro.
Parece paradójico, pero la realidad es, que el partido
que Juan Bosch fundó para que fuera el instrumento políti-
co que marcara el camino a seguir para lograr la liberación
nacional del pueblo dominicano, está siendo criticado de
manera negativa por una gran parte de la población, por la
manera descarada en que algunos altos funcionarios están
usando los recursos del Estado para beneficios personales.
Debemos destacar que las criticas no solo vienen de la opo-
sición, sino dentro de algunos miembros importantes del
propio Partido de la Liberación Nacional.
Un ejemplo que no nos deja mentir está en la denuncia
más reciente que hizo uno de los funcionario más serios
y honesto del Partido de la Liberación Dominicana, el ex
director General de Aduanas, Miguel Cocco, quien de ma-
nera responsable, “pidió identificar a los funcionarios no
cumplen”. 280 Ya antes, en esos mismos términos, se había
manifestado, el Dr. Euclides Gutiérrez Félix, fundador del
280. Miguel Cocco: Pide identificar funcionarios no cumplen. El Caribe, Santo
Domingo, 30 de marzo, 2009. p. 10.
Jorge Santana Castillo. M.A. 239

Partido de la Liberación Dominicana y miembro del Comi-


té Político, diciendo que existía corrupción en el gobierno
del PLD, que dirigiese el presidente Leonel Fernández Re-
yna.

El Partido de la Liberación Dominicana de hoy, ni re-


motamente se parece al PLD de los círculos de estudios, al
PLD de los militantes, capaz de ser sancionados si faltaba a
una simple reunión, sin una excusa justificada o valedera.
Cuando un compañero quería hacer alguna propuesta, pri-
mero la sometía a su organismo, y allí tenía que ser aproba-
da en su comité de base, y luego pasaba al organismo inter-
medio correspondiente. El solo hecho de pedir la palabra,
tenía que someterse al “Orden Parlamentario”, que todos
compañeros/as tenía que aceptar antes de dar inicio a la
agenda de la reunión.

La disciplina que Juan Bosch instituyó dentro del par-


tido era digna de admiración y respeto. Cuando había un
rumor o comentario de que un compañero/a, que había co-
metido algún acto que riñera con la moral, tanto dentro
del partido como afuera, era motivo suficiente para que el
compañero/a fuera pasado por un consejo disciplinario, y,
si el caso era cierto, se llevaba a un tribunal disciplinario
bastante riguroso, que podía llevarlo a la pena máxima, la
expulsión definitiva del partido.

El asombro de muchas gentes del pueblo y de muchos


intelectuales, de que esto esté ocurriendo en un partido
como el PLD, lo podemos resumir con las ideas del filósofo
y maestro, David Álvarez Martín, cuando escribe:
240 Juan Bosch: Utopías Inconclusas

Esto que está ocurriendo mientras celebramos el


centenario del nacimiento de Juan Bosch, es un
asco existencial. Bosch, es el paradigma de hom-
bre y político íntegro, jefe de Estado del gobierno
más democrático que hemos tenido y comprome-
tido sustancialmente con erradicar la miseria de
nuestro pueblo, está siendo pisoteado cada día
con el derroche de corrupción que nos inunda,
a nivel público y privado, desde el gobierno y la
oposición.281

Lo significativo de esta denuncia, no sólo radica en


la corrupción que David Álvarez dice que impera en el
gobierno, sino también en la oposición. Para él, la socie-
dad política partidista dominicana está podrida.

Este mismo autor considera que:

El error más grave que está cometiendo el PLD


desde el poder es suponer que los problemas de la
República Dominicana se resuelven con más ca-
pitalismo. Este fallo ideológico lo arrastra el PLD
desde el 1996, y esa tendencia le cierra el paso a
cualquier transformación profunda de la socie-
dad dominicana y nos encamina a la disolución
por la corrupción y el narcotráfico.282

281. David Álvarez Martin: El Caribe, Columna, Opiniones, Santo Domingo, 17 de


marzo, 2009, p.20
282. David Álvarez Martin: Morado en Cloro, El Caribe, Opiniones, Santo Domingo, 16
de abril, 2008. Santo Domingo.
Jorge Santana Castillo. M.A. 241

El profesor Juan Bosch de ninguna manera, aceptaría


que dirigentes de su partido estuviesen envueltos, aunque
fuese por simple rumores, en escándalos tan bochornoso
como los que se están dando en el gobierno del Partido de
la Liberación Dominicana, casi de manera cotidiana.

Bosch fundó el PLD, para que fuera un partido nuevo


en América. Pero ¿qué quería decir Juan Bosch, con el con-
cepto de partido nuevo en América? Que todos los parti-
dos políticos en América, y fundamentalmente en América
Latina, la forma que tenían de gobernar se caracterizaban
por el irrespeto a las leyes y las constituciones, el nepotis-
mo y la corrupción. Los gobiernos asumían para servirse
del pueblo, y no darle al pueblo lo que realmente necesita,
como la educación, los alimentos, la salud y un Estado de
Derecho. Ese era el Partido de la Liberación que soñó Juan
Bosch.
242 Juan Bosch: Utopías Inconclusas
Jorge Santana Castillo. M.A. 243

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Jorge Santana Castillo. M.A. 259

Este libro
“Juan Bosch Utopías Inconclusas”,
con una tirada de 500 ejemplares,
se terminó de imprimir en los
talleres gráficos de la Editora Universitaria,
en noviembre del año 2016.

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