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TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA

SEPTIMO AÑO BÁSICO

Preparativos escolares. 3

Una mañana de domingo me encuentra tirado despatarrado en la 13


vereda de enfrente de mi casa, en lo de Walter, contra la pared de 29
seis ladrillos gastados que separan a las baldosas desparejas 38
de la acera de las derruidas plantas del jardincito delantero. 49
Tirado en la vereda, como casi siempre en estos días de tranco 62
lento, de sol recalcitrante que pega duro contra las chapas grises 75
de
las casas más pobres del barrio o que recalienta las terrazas 86
sucias de caca de perro de los más pudientes, esos vecinos 98
silenciosos como fantasmas que tienen casas con frente de lajas y 109
una escalera de cemento afuera, en el fondo, con cerámicos 121
vistosos y de formas rectangulares que conduce a las misteriosas y 132
desconocidas terrazas donde las vecinas más chetas toman sol en 142
bikini y donde las sirvientas cuelgan la ropa lavada. 152
Esa mañana, más o menos a las nueve de la madrugada, me 166
levanté súbitamente empujado por una molestia nerviosa que se 175
Iba acomodando inevitablemente en mi cabeza, me vestí luego de 186
una pasada rasante por el baño para orinar y apenas lavarme 197
un poquito la cara y ya estaba listo para la calle. Restaban poco 211
más de veinticuatro horas para que comenzaran de nuevo las 221
fatídicas clases. 224
Hora rara para levantarse, pero quién sabe por qué extraña 236
razón
tanto yo como mi indefectible amigo Walter ya estábamos arriba. 247

NOMBRE:
N° DE PALABRAS
PALABRAS INCORRECTAS
TOTAL DE PALABRAS
TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA
SEPTIMO AÑO BÁSICO

Preparativos escolares.

Una mañana de domingo me encuentra tirado despatarrado en la


vereda de enfrente de mi casa, en lo de Walter, contra la pared de
seis ladrillos gastados que separan a las baldosas desparejas
de la acera de las derruidas plantas del jardincito delantero.
Tirado en la vereda, como casi siempre en estos días de tranco
lento, de sol recalcitrante que pega duro contra las chapas grises
de
las casas más pobres del barrio o que recalienta las terrazas
sucias de caca de perro de los más pudientes, esos vecinos
silenciosos como fantasmas que tienen casas con frente de lajas y
una escalera de cemento afuera, en el fondo, con cerámicos
vistosos y de formas rectangulares que conduce a las misteriosas y
desconocidas terrazas donde las vecinas más chetas toman sol en
bikini y donde las sirvientas cuelgan la ropa lavada.
Esa mañana, más o menos a las nueve de la madrugada, me
levanté súbitamente empujado por una molestia nerviosa que se
Iba acomodando inevitablemente en mi cabeza, me vestí luego de
una pasada rasante por el baño para orinar y apenas lavarme
un poquito la cara y ya estaba listo para la calle. Restaban poco
más de veinticuatro horas para que comenzaran de nuevo las
fatídicas clases.
Hora rara para levantarse, pero quién sabe por qué extraña
razón
tanto yo como mi indefectible amigo Walter ya estábamos arriba.
TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA
SEPTIMO AÑO BÁSICO

Los de séptimo son más piolas. 7

Pasan los días entre obligados aprendizajes, inevitables partidos 16


de fútbol y colecciones de figuritas truncas. Walter está cada vez 28
más rebelde. Prácticamente no estudia nada y todas las 38
mañanas viene a casa para que le pase los deberes. 49
En cambio yo, con la presión de tener una maestra en la 62
mismísima casa, estudio con una responsabilidad impropia de un 72
vaguito de Caseros. Pero las exigencias de mamá rinden sus 84
frutos
al menos parcialmente, aprendo bastante de matemática y 93
lenguaje, aunque me falta mucho de otras materias fundamentales 103
para la supervivencia en la zona. 110
Sin embargo, acompañado de Walter, ese atorrante mal educado, 122
según una definición casi exacta e irrefutable de mi abuela, voy 134
captando algunos sutiles mensajes callejeros que me sacan de 143
la ensoñación de los juguetes de la infancia, de las guerras entre 156
soldaditos de plomo, para dar lugar a una batalla más real, la 170
lucha sin cuartel que día a día se libra en el asfalto del suburbio. 185
En la escuela no hay muchos inconvenientes de relación, sabido 196
es que los de séptimo son los más grandes y los más piolas y por 211
lo tanto merecen el respeto del resto, pero afuera de la protección 224
del guarda polvo blanco y sobre todo saliendo de la cuadra de mi 237
casa la cosa se pone un poco difícil y hostil. 248

NOMBRE:
N° DE PALABRAS
PALABRAS INCORRECTAS
TOTAL DE PALABRAS

TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA


SEPTIMO AÑO BÁSICO

Los de séptimo son más piolas.

Pasan los días entre obligados aprendizajes, inevitables partidos


de fútbol y colecciones de figuritas truncas. Walter está cada vez
más rebelde. Prácticamente no estudia nada y todas las
mañanas viene a casa para que le pase los deberes.
En cambio yo, con la presión de tener una maestra en la
mismísima casa, estudio con una responsabilidad impropia de un
vaguito de Caseros. Pero las exigencias de mamá rinden sus
frutos
al menos parcialmente, aprendo bastante de matemática y
lenguaje, aunque me falta mucho de otras materias fundamentales
para la supervivencia en la zona.
Sin embargo, acompañado de Walter, ese atorrante mal educado,
según una definición casi exacta e irrefutable de mi abuela, voy
captando algunos sutiles mensajes callejeros que me sacan de
la ensoñación de los juguetes de la infancia, de las guerras entre
soldaditos de plomo, para dar lugar a una batalla más real, la
lucha sin cuartel que día a día se libra en el asfalto del suburbio.
En la escuela no hay muchos inconvenientes de relación, sabido
es que los de séptimo son los más grandes y los más piolas y por
lo tanto merecen el respeto del resto, pero afuera de la protección
del guarda polvo blanco y sobre todo saliendo de la cuadra de mi
casa la cosa se pone un poco difícil y hostil.

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SEPTIMO AÑO BÁSICO
Piñas en la placita. 5

Continuaba no más el séptimo grado turno tarde de la escuela 15


primaria Sargento Cabral. Era un lunes de primavera y faltaban 26
cinco minutos para que sonara la maravillosa campana. Los 36
últimos dictados de la maestra se estiraban más y más, 47
mezclándose con el ruido de algunos útiles apurados por meterse 57
en la valija antes de tiempo. 64
Ya estaba saboreando por anticipado el Toddy con leche que 74
indefectiblemente tomaba al llegar, viendo los dibujos animados 83
vespertinos, o Bonanza, o El Hombre del Rifle. 94
Pero ese día me esperaba una nueva aventura forzada. 104
Salía de la escuela cuando al doblar la esquina veo a siete u 117
ocho miembros de la banda del barrio del ferrocarril apostados 127
contra un auto estacionado. De lejos los vi y comencé a sentir una 141
sensación de inseguridad: ¿me estarán esperando?. Traté de seguir 154
avanzando, ocultándome entre la masa móvil de guardapolvos 163
blancos pero fue inútil, no llegué a cruzar el semáforo de la 176
avenida salvadora cuando me llaman. 182
- Che, vos, vení para acá, no rajes. 194
Con todas las miradas sobre mí, principalmente las de mis 206
compañeros de grado, era inútil intentar alguna suerte de escape o 218
de hacerse el desentendido, sabía que tanto en el barrio como en 231
la escuela no se retornaba jamás de una demostración así de 242
cobardía. 244

NOMBRE:
N° DE PALABRAS
PALABRAS INCORRECTAS
TOTAL DE PALABRAS
TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA
SEPTIMO AÑO BÁSICO
Piñas en la placita.

Continuaba nomás el séptimo grado turno tarde de la escuela


primaria Sargento Cabral. Era un lunes de primavera y faltaban
cinco minutos para que sonara la maravillosa campana. Los
últimos dictados de la maestra se estiraban más y más,
mezclándose con el ruido de algunos útiles apurados por meterse
en la valija antes de tiempo.
Ya estaba saboreando por anticipado el Toddy con leche que
indefectiblemente tomaba al llegar, viendo los dibujos animados
vespertinos, o Bonanza, o El Hombre del Rifle.
Pero ese día me esperaba una nueva aventura forzada.
Salía de la escuela cuando al doblar la esquina veo a siete u
ocho miembros de la banda del barrio del ferrocarril apostados
contra un auto estacionado. De lejos los vi y comencé a sentir una
sensación de inseguridad: ¿me estarán esperando?. Traté de seguir
avanzando, ocultándome entre la masa móvil de guardapolvos
blancos pero fue inútil, no llegué a cruzar el semáforo de la
avenida salvadora cuando me llaman.
- Che, vos, vení para acá, no rajes.
Con todas las miradas sobre mí, principalmente las de mis
compañeros de grado, era inútil intentar alguna suerte de escape o
de hacerse el desentendido, sabía que tanto en el barrio como en
la escuela no se retornaba jamás de una demostración así de
cobardía.
TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA
SEPTIMO AÑO BÁSICO

Frustrado amor de primavera. 5

Ya se estaba por terminar la primaria. En la escuela los varones 18


la pasábamos bastante bien, éramos los más grandes y eso nos 30
daba una serie de atribuciones sobre el resto de los niñitos de los 43
grados inferiores, a los que tratábamos con desdén y altanería. 55
Éramos los de séptimo. En los últimos días de clase las nenas, 69
siempre más sensibles, más señoritas y más románticas, en 81
general
mostraban una increíble e inusitada tristeza por el inminente 90
abandono de la Sargento Cabral, tristeza que tuvo su punto 101
culminante el último día, cuando a coro se largaron todas a llorar 114
sobre los pupitres. 118
A nosotros, los machitos piolas, no nos entraba en la cabeza 130
semejante demostración de dolor, solamente pensábamos en las 139
vacaciones, el viaje a Chapadmalal y en jugar a la pelota en la 153
calle todas las tardes. Pero de a poquito brotaba una nueva 165
sensación, una nueva necesidad se iba apoderando de nuestras 175
mentes casi intactas: las niñas. 182
Si bien ya hacía uno o dos años que teníamos contacto con el 195
sexo femenino a través de algunas fotos o revistas especiales 205
ajadísimas que traía siempre el turco Nafur, creo no equivocarme 216
si digo que la mayoría sólo había tenido pololeoss muy 226
superficiales con el otro sexo, ni hablar de una auténtica novia. 239

NOMBRE:
N° DE PALABRAS
PALABRAS INCORRECTAS
TOTAL DE PALABRAS

TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA


SEPTIMO AÑO BÁSICO

Frustrado amor de primavera.

Ya se estaba por terminar la primaria. En la escuela los varones


la pasábamos bastante bien, éramos los más grandes y eso nos
daba una serie de atribuciones sobre el resto de los niñitos de los
grados inferiores, a los que tratábamos con desdén y altanería.
Éramos los de séptimo. En los últimos días de clase las nenas,
siempre más sensibles, más señoritas y más románticas, en
general
mostraban una increíble e inusitada tristeza por el inminente
abandono de la Sargento Cabral, tristeza que tuvo su punto
culminante el último día, cuando a coro se largaron todas a llorar
sobre los pupitres.
A nosotros, los machitos piolas, no nos entraba en la cabeza
semejante demostración de dolor, solamente pensábamos en las
vacaciones, el viaje a Chapadmalal y en jugar a la pelota en la
calle todas las tardes. Pero de a poquito brotaba una nueva
sensación, una nueva necesidad se iba apoderando de nuestras
mentes casi vírgenes: las mujeres.
Si bien ya hacía uno o dos años que teníamos contacto con el
sexo femenino a través de algunas fotos o revistas pornográficas
ajadísimas que traía siempre el turco Nafur, creo no equivocarme
si digo que la mayoría sólo había tenido relaciones muy
superficiales con el otro sexo, ni hablar de una auténtica novia.

TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA


SEPTIMO AÑO BÁSICO
Fúltbol, fútbol, condenado fútbol. 7

- ¡Pasála, morfón! 13
El eterno grito que le tiraba a cada rato a Walter, un habilidoso 27
ñato pero que como todo gran jugador del suburbio no largaba la 39
pelota ni a palos. Solamente tiraba un pase si se veía rodeado por 53
tres o más rivales y estaba a punto de perderla, o cuando la pelota 68
caía en la zanja del costado de la calle, o cuando ya podrido de 84
las
críticas de sus compañeros la tocaba con soberbia para entregarla 94
mal, de manera que el receptor del pase la perdía 105
indefectiblemente y él, en una demostración más de superioridad 115
futbolera, tenía elementos para retrucar. 122
- ¡Ves que te la paso y la pierdes siempre, gilazo!. 137
La cosa que la pisaba lindo y de vez en cuando embocaba unos 150
golazos antológicos. Los partidos en la calle se habían convertido 161
en verdaderos clásicos, aún a despecho de los vecinos que 172
emitían continuas quejas tratando de abortar y eliminar 180
definitivamente este noble deporte. 185
Por un tiempo nos retiramos de las canchas asfaltadas y largas 197
y
nos fuimos a jugar a la cancha de golf, un parque verdísimo que 211
quedaba a nueve o diez cuadras de casa, al lado de las vías, 226
aunque el alambrado seguía roto. 232

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SEPTIMO AÑO BÁSICO
Fúltbol, fútbol, condenado fútbol.

- ¡Pasála, morfón!
El eterno grito que le tiraba a cada rato a Walter, un habilidoso
nato pero que como todo gran jugador del suburbio no largaba la
pelota ni a palos. Solamente tiraba un pase si se veía rodeado por
tres o más rivales y estaba a punto de perderla, o cuando la pelota
caía en la zanja del costado de la calle, o cuando ya podrido de
las
críticas de sus compañeros la tocaba con soberbia para entregarla
mal, de manera que el receptor del pase la perdía
indefectiblemente y él, en una demostración más de superioridad
futbolera, tenía elementos para retrucar.
- ¡Ves que te la paso y la pierdes siempre, gilazo!.
La cosa que la pisaba lindo y de vez en cuando embocaba unos
golazos antológicos. Los partidos en la calle se habían convertido
en verdaderos clásicos, aún a despecho de los vecinos que
emitían continuas quejas tratando de abortar y eliminar
definitivamente este noble deporte.
Por un tiempo nos retiramos de las canchas asfaltadas y largas
y
nos fuimos a jugar a la cancha de golf, un parque verdísimo que
quedaba a nueve o diez cuadras de casa, al lado de las vías,
aunque el alambrado seguía roto.

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SEPTIMO AÑO BÁSICO
El primer viaje. 4

El viaje estaba un poco aburrido. El auto se deslizaba 15


adormecedoramente sobre el asfalto hirviente de la Ruta catorce. 25
Habíamos pasado Gualeguay y mi viejo, con la mirada en la ruta 39
y
la frente plagada de gotitas de transpiración, seguía buscando 49
alguno de esos bares ruteros donde se consigue la anhelada Coca 60
fría. 62
En la radio del auto sonaban unos chamamés con 73
interferencias,
por las ventanas delanteras abiertas entraba un aire caliente y 83
húmedo, pero el bar no aparecía. Mi viejo se vuelve a acomodar 97
en el asiento, siempre mirando para adelante y silbando de vez en 110
cuando algún tango. Cómo silbaba tango mi viejo, yo no podía 123
sacar ni la décima parte de sus melodías, y eso que trataba de 137
copiarle el silbido a cada rato. 144
A mí la remera a rayas ya se me había adaptado al cuerpo como 158
una segunda piel y la aureola de sudor debajo de las axilas era 171
imponente. Imposible dormir, aunque podría decir que me 181
desperté de un raro letargo al sentir que el auto viraba y entraba 194
en un camino de un pedregullo agreste y saltón. Al levantar la 207
cabeza veo el cartel: "Bar Espino". ¡Por fin la Coca Cola! 223

NOMBRE:
N° DE PALABRAS
PALABRAS INCORRECTAS
TOTAL DE PALABRAS

TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA


SEPTIMO AÑO BÁSICO
El primer viaje.

El viaje estaba un poco aburrido. El auto se deslizaba


adormecedoramente sobre el asfalto hirviente de la Ruta catorce.
Habíamos pasado Gualeguay y mi viejo, con la mirada en la ruta
y
la frente plagada de gotitas de transpiración, seguía buscando
alguno de esos bares ruteros donde se consigue la anhelada Coca
fría.
En la radio del auto sonaban unos chamamés con interferencias,
por las ventanas delanteras abiertas entraba un aire caliente y
húmedo, pero el bar no aparecía. Mi viejo se vuelve a acomodar
en el asiento, siempre mirando para adelante y silbando de vez en
cuando algún tango. Cómo silbaba tango mi viejo, yo no podía
sacar ni la décima parte de sus melodías, y eso que trataba de
copiarle el silbido a cada rato.
A mí la remera a rayas ya se me había adaptado al cuerpo como
una segunda piel y la aureola de sudor debajo de los sobacos era
imponente. Imposible dormir, aunque podría decir que me
desperté de un raro letargo al sentir que el auto viraba y entraba
en un camino de un pedregullo agreste y saltón. Al levantar la
cabeza veo el cartel: "Bar Espino". ¡Por fin la Coca Cola!
TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA
SEPTIMO AÑO BÁSICO

Escuela nueva. 3

Pasó otro verano y otra vez la nerviosa sensación del miedo 14


inexplicable a lo desconocido. 19
Pero esta vez bastante más justificada porque se trata del 30
primer
día de secundaria, con escuela nueva, amigos nuevos, profesores 42
nuevos y menos cariñosos, preceptores de aspecto 50
indescriptiblemente serio y bancos desconocidos. 56
Cómo no va a estar mi abuela presente y dando los últimos 68
retoques de maquillaje al nieto ante ese evento sin igual. Aún en 81
la puerta y con una carpetita ínfima de primer día de secundaria 92
(ya había abandonado la valija, junto con el guardapolvo), La 106
Mami insiste en acomodarme el bléiser una vez más, en deshacer 118
y rehacer por tercera vez en la mañana el nudo de la corbata que 132
sin embargo me quedaba bien. 138
Mientras la abuela le pasa la cepillada de despedida al bléiser 149
azul nuevito, salgo decidido a la parada del ciento ochenta y uno, 163
máquina viviente que será mi confidente mecánico de todos los 173
triunfos y fracasos que me esperan. De ahí derecho al ENET 185
VEINTISIETE, en Devoto. 190
Apenas conocía el edificio, solamente había estado una vez 200
cuando mi mamá me llevó a inscribirme hace un par de meses y 213
no estaba seguro ni de cuál era la puerta de entrada, aunque por 227
lo visto en el frente había una sola bien grande y llena de ropa 241
azul y polleras grises. 246

NOMBRE:
N° DE PALABRAS
PALABRAS INCORRECTAS
TOTAL DE PALABRAS
TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA
SEPTIMO AÑO BÁSICO

Escuela nueva.

Pasó otro verano y otra vez la nerviosa sensación del miedo


inexplicable a lo desconocido.
Pero esta vez bastante más justificada porque se trata del
primer
día de secundaria, con escuela nueva, amigos nuevos, profesores
nuevos y menos cariñosos, preceptores de aspecto
indescriptiblemente serio y bancos desconocidos.
Cómo no va a estar mi abuela presente y dando los últimos
retoques de maquillaje al nieto ante ese evento sin igual. Aún en
la puerta y con una carpetita ínfima de primer día de secundaria
(ya había abandonado la valija, junto con el guardapolvo), La
Mami insiste en acomodarme el bléiser una vez más, en deshacer
y rehacer por tercera vez en la mañana el nudo de la corbata que
sin embargo me quedaba bien.
Mientras la abuela le pasa la cepillada de despedida al bléiser
azul nuevito, salgo decidido a la parada del ciento ochenta y uno,
máquina viviente que será mi confidente mecánico de todos los
triunfos y fracasos que me esperan. De ahí derecho al ENET
VEINTISIETE, en Devoto.
Apenas conocía el edificio, solamente había estado una vez
cuando mi mamá me llevó a inscribirme hace un par de meses y
no estaba seguro ni de cuál era la puerta de entrada, aunque por
lo visto en el frente había una sola bien grande y llena de ropa
azul y polleras grises.
TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA
SEPTIMO AÑO BÁSICO

Derrota pugilística. 3

Corría un crudo invierno ese año, pero el frío y la acostumbrada 16


humedad no nos asustaban. 21
Seguíamos callejeando constantemente, a pesar de que el 30
segundo año de la secundaria venía bastante duro. Las exigencias 41
en el colegio no eran las mismas que antes, pero de todas maneras 55
no suspendíamos nuestras actividades deportivas en la calle. Era 65
totalmente imposible resistirse al llamado sagrado del barrio, esa 75
voz silenciosa pero que se escuchaba fuerte en los corazones de 86
cualquier pibe del suburbio. 91
Ese asfalto húmedo, con el eterno río de agua podrida contra los 104
cordones de la vereda, que se ensanchaba siempre llegando a la 116
esquina de mi casa, esas luces de mercurio titilantes y el 128
indispensable partido de fútbol, interrumpido sistemáticamente 135
por diversos factores: el paso de algún auto, las quejas de algunas 149
vecinas molestas, la caída de la pelota en la zanja (que motivaba 163
una breve interrupción para secarla en los yuyos de la esquina) y 176
dos hechos más que producían la finalización definitiva del 185
encuentro: si la pelota se colgaba en lo de Doña Adela (que jamás 200
la devolvía) o si un potentísimo shot desviado pegaba contra la 212
persiana del negocio de Don Pablo, en cuyo caso recuperábamos 224
a
los ponchazos la pelota y salíamos rajando para la otra cuadra. 236
encima de la boca.

NOMBRE:
N° DE PALABRAS
PALABRAS INCORRECTAS
TOTAL DE PALABRAS
TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA
SEPTIMO AÑO BÁSICO

Derrota pugilística.

Corría un crudo invierno ese año, pero el frío y la acostumbrada


humedad no nos asustaban.
Seguíamos callejeando constantemente, a pesar de que el
segundo año de la secundaria venía bastante duro. Las exigencias
en el colegio no eran las mismas que antes, pero de todas maneras
no suspendíamos nuestras actividades deportivas en la calle. Era
totalmente imposible resistirse al llamado sagrado del barrio, esa
voz silenciosa pero que se escuchaba fuerte en los corazones de
cualquier pibe del suburbio.
Ese asfalto húmedo, con el eterno río de agua podrida contra los
cordones de la vereda, que se ensanchaba siempre llegando a la
esquina de mi casa, esas luces de mercurio titilantes y el
indispensable partido de fútbol, interrumpido sistemáticamente
por diversos factores: el paso de algún auto, las quejas de algunas
vecinas molestas, la caída de la pelota en la zanja (que motivaba
una breve interrupción para secarla en los yuyos de la esquina) y
dos hechos más que producían la finalización definitiva del
encuentro: si la pelota se colgaba en lo de Doña Adela (que jamás
la devolvía) o si un potentísimo shot desviado pegaba contra la
persiana del negocio de Don Pablo, en cuyo caso recuperábamos
a
los ponchazos la pelota y salíamos rajando para la otra cuadra.
encima de la boca.
TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA
SEPTIMO AÑO BÁSICO

Perón se murió en el momento justo. 8

Desde principios del setenta y tres, en que era inminente la 20


vuelta de Perón la cosa se había puesto movida en el barrio. 33
Como desperezándose de un letargo silencioso y oscuro, 42
despertaba en la gente pobre de los suburbios una nueva 52
esperanza: la vuelta del líder, el magnífico General. En la calle la 67
política pasó a desplazar con contundencia hasta al fútbol, tema 78
obligado de las reuniones en las veredas. En la radio se repetían 91
una y otra vez las marchitas y las propagandas para votar por 103
Cámpora. La gente festejaba por anticipado el inminente regreso 113
de Perón. 116
Taelo, peronista acérrimo e incondicional, comenzó los festejos 126
desde mucho tiempo antes, intentando integrar también a mi 138
viejo,
que si bien era algo peronista, no lo era tanto como para salir 152
a la calle a cantar la marcha. Pero Taelo la cantaba por todos. Con 168
su inseparable vaso de vino en mano, sacaba a la puerta un 181
parlante medio desconado de uso exclusivo en los bailes 190
callejeros que se organizaban para fin de año o para carnaval y 202
alternaba la marcha peronista cantando a coro con Hugo del 213
Carril
con cumbias de Los Wawancó. 219
Por su lado mi mamá no tenía ni la menor intención de festejar 232
nada, no quería ni que le nombren a Perón. 243

NOMBRE:
N° DE PALABRAS
PALABRAS INCORRECTAS
TOTAL DE PALABRAS
TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA
SEPTIMO AÑO BÁSICO

Perón se murió en el momento justo.

Desde principios del setenta y tres, en que era inminente la


vuelta de Perón la cosa se había puesto movida en el barrio.
Como desperezándose de un letargo silencioso y oscuro,
despertaba en la gente pobre de los suburbios una nueva
esperanza: la vuelta del líder, el magnífico General. En la calle la
política pasó a desplazar con contundencia hasta al fútbol, tema
obligado de las reuniones en las veredas. En la radio se repetían
una y otra vez las marchitas y las propagandas para votar por
Cámpora. La gente festejaba por anticipado el inminente regreso
de Perón.
Taelo, peronista acérrimo e incondicional, comenzó los festejos
desde mucho tiempo antes, intentando integrar también a mi
viejo,
que si bien era algo peronista, no lo era tanto como para salir
a la calle a cantar la marcha. Pero Taelo la cantaba por todos. Con
su inseparable vaso de vino en mano, sacaba a la puerta un
parlante medio desconado de uso exclusivo en los bailes
callejeros que se organizaban para fin de año o para carnaval y
alternaba la marcha peronista cantando a coro con Hugo del
Carril
con cumbias de Los Wawancó.
Por su lado mi mamá no tenía ni la menor intención de festejar
nada, no quería ni que le nombren a Perón.
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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Mi abuelita siempre está. 5

Hacía unos meses que me había agarrado un metejón bárbaro 15


con la música. El interés por ese arte supremo se me despertó 28
cuando empezamos a ir a la casa de Ángel, que tenía 40
prácticamente todos los discos de los Beatles y alguno que otro 52
de
otras bandas inglesas de similar importancia. Allí pasábamos 61
largas tardes escuchando una y otra vez los inimitables y 72
lluviosos
discos, mirando sus tapas de cartón superelaboradas con esos 82
extraños dioses olímpicos de pelo largo y pose avasallante, 92
con lo que de a poco fue naciendo en mi una pasión por la música 107
que todavía me dura, a pesar de que ahora ya no se me eriza la 123
piel ni siento la profunda emoción que experimentaba a los 133
catorce o quince años con algún riff de Blackmore en la guitarra, 146
o con esos rockanroles crudos y rabiosos de Zeppelin 155
sonando a todo lo que da en mi gastadísimo tocadiscos Berkeley. 167
Entonces empecé a empuñar con desesperación una viejísima 175
guitarra criolla que mi viejo tenía guardada en un ropero 185
desconocido y, sin mucho éxito, comencé poco a poco a sacar 198
algún sonido aislado pero coherente, aunque todavía no sabía ni 209
siquiera afinarla bien. Pero era tanta mi dedicación y pasión por 222
el
instrumento que mi mamá, sacando plata quién sabe de qué 233
ahorros milenarios, un día inolvidable me regaló una guitarra 243
eléctrica Fabrison nueva. No lo podía creer, estaba allí y era mía. 258

NOMBRE:
N° DE PALABRAS
PALABRAS INCORRECTAS
TOTAL DE PALABRAS
TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA
SEPTIMO AÑO BÁSICO

Mi abuelita siempre está.

Hacía unos meses que me había agarrado un metejón bárbaro


con la música. El interés por ese arte supremo se me despertó
cuando empezamos a ir a la casa de Ángel, que tenía
prácticamente todos los discos de los Beatles y alguno que otro de
otras bandas inglesas de similar importancia. Allí pasábamos
largas tardes escuchando una y otra vez los inimitables y
lluviosos
discos, mirando sus tapas de cartón superelaboradas con esos
extraños dioses olímpicos de pelo largo y pose avasallante,
con lo que de a poco fue naciendo en mi una pasión por la música
que todavía me dura, a pesar de que ahora ya no se me eriza la
piel ni siento la profunda emoción que experimentaba a los
catorce o quince años con algún riff de Blackmore en la guitarra,
o con esos rockanroles crudos y rabiosos de Zeppelin
sonando a todo lo que da en mi gastadísimo tocadiscos Berkeley.
Entonces empecé a empuñar con desesperación una viejísima
guitarra criolla que mi viejo tenía guardada en un ropero
desconocido y, sin mucho éxito, comencé poco a poco a sacar
algún sonido aislado pero coherente, aunque todavía no sabía ni
siquiera afinarla bien. Pero era tanta mi dedicación y pasión por
el
instrumento que mi mamá, sacando plata quién sabe de qué
ahorros milenarios, un día inolvidable me regaló una guitarra
eléctrica Fabrison nueva. No lo podía creer, estaba allí y era mía.
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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Los ases del metegol. 5

En aquel mes de julio Buenos Aires era una nube gris de 17


cemento y humedad. Bastante frío para ir a la secundaria, a pesar 31
de la camiseta, camisa, pullover escote en V y el bléiser azul, ese 47
que parecía hecho de una felpa gruesa que se apelotonaba y caía 59
pesadamente sobre los hombros. Todos los mediodías, y luego de 71
aturdir a mi abuela con la música sonando al mango en el 83
combinado universitario, tomaba el ciento ochenta y uno que me 94
dejaba a dos cuadras de la ENET VEINTISIETE, en Devoto. 106
Luego de unas horas de valeroso aguante dentro del aula de la 118
División Segundo Quinta, escuchando las largas descripciones de 127
la profesora de Historia o de la de Geografía (de la cual 140
estábamos todos enamorados), se venía el merecido y largamente 151
esperado placer cotidiano: los partidos de metegol en el bar del 163
club Alianza. 166
Pero primero había que tomar las notas, pasar al frente, hablar 179
de mujeres inexistentes o inalcanzables con los otros alumnos, 189
pensar en la Coca Sarli, fumar en el baño y que las horas pasen, 205
entre la nube estática de polvo de tiza y la tensa vigilancia de 218
nuestro profesor, hombre duro e insobornable que una vez había 229
reventado a piñas adentro del aula misma al cabezón Rodríguez. 240

NOMBRE:
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PALABRAS INCORRECTAS
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SEPTIMO AÑO BÁSICO
Los ases del metegol.

En aquel mes de julio Buenos Aires era una nube gris de


cemento y humedad. Bastante frío para ir a la secundaria, a pesar
de la camiseta, camisa, pullover escote en V y el bléiser azul, ese
que parecía hecho de una felpa gruesa que se apelotonaba y caía
pesadamente sobre los hombros. Todos los mediodías, y luego de
aturdir a mi abuela con la música sonando al mango en el
combinado universitario, tomaba el ciento ochenta y uno que me
dejaba a dos cuadras de la ENET VEINTISIETE, en Devoto.
Luego de unas horas de valeroso aguante dentro del aula de la
División Segundo Quinta, escuchando las largas descripciones de
la profesora de Historia o de la de Geografía (de la cual
estábamos todos enamorados), se venía el merecido y largamente
esperado placer cotidiano: los partidos de metegol en el bar del
club Alianza.
Pero primero había que tomar las notas, pasar al frente, hablar
de mujeres inexistentes o inalcanzables con los otros alumnos,
pensar en la Coca Sarli, fumar en el baño y que las horas pasen,
entre la nube estática de polvo de tiza y la tensa vigilancia de
nuestro profesor, hombre duro e insobornable que una vez había
reventado a piñas adentro del aula misma al cabezón Rodríguez.
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SEPTIMO AÑO BÁSICO

La fiesta. 3

Difícil era conseguir un pase para los cumpleaños de quince en 14


esas épocas. Las chicas de la división eran muy selectivas e 26
invitaban sólo a unos pocos privilegiados, entre los que me 37
costaba entrar. Sin embargo, con gran esfuerzo de mi parte por 50
caer bien entre las damas y no quedar afuera del baile, 62
generalmente conseguía alguna de las últimas tarjetas de 70
invitación que en muchos casos sobraban y a la hora de invitar, 83
faltando gente para rellenar la fiesta y no habiendo demasiadas 93
alternativas, me tocaba a mí. 100
Tuve la ocasión de presenciar varios de esos agasajos en 110
salones fríos, con ventanas grandes como pizzerías del centro, no 122
muy decorados y con pomposos servicios de comidas, de platos 133
interminables que viajaban entre la gente flotando por sobre las 143
cabezas engominadas de mozos serios con traje blanco 151
inmaculado. La música siempre era contratada a algún músico 162
del
barrio, jóvenes algo soberbios que por tener en su haber no sé qué 176
cantidad de discos demuchos artistas (siempre de habla inglesa) 188
y
un par de parlantes tamaño baño, se la daban de cancheros y 201
hacían caso omiso del pedido de algún tema en especial por parte 213
de cualquier chico de la fiesta que no tuviera algún parentesco al 225
menos de segundo grado con la cumpleañera. 233

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PALABRAS INCORRECTAS
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SEPTIMO AÑO BÁSICO

La fiesta.

Difícil era conseguir un pase para los cumpleaños de quince en


esas épocas. Las chicas de la división eran muy selectivas e
invitaban sólo a unos pocos privilegiados, entre los que me
costaba entrar. Sin embargo, con gran esfuerzo de mi parte por
caer bien entre las damas y no quedar afuera del baile,
generalmente conseguía alguna de las últimas tarjetas de
invitación que en muchos casos sobraban y a la hora de invitar,
faltando gente para rellenar la fiesta y no habiendo demasiadas
alternativas, me tocaba a mí.
Tuve la ocasión de presenciar varios de esos agasajos en
salones fríos, con ventanas grandes como pizzerías del centro, no
muy decorados y con pomposos servicios de comidas, de platos
interminables que viajaban entre la gente flotando por sobre las
cabezas engominadas de mozos serios con traje blanco
inmaculado. La música siempre era contratada a algún músico del
barrio, jóvenes algo soberbios que por tener en su haber no sé qué
cantidad de discos demuchos artistas (siempre de habla inglesa)
y
un par de parlantes tamaño baño, se la daban de cancheros y
hacían caso omiso del pedido de algún tema en especial por parte
de cualquier chico de la fiesta que no tuviera algún parentesco al
menos de segundo grado con la cumpleañera.
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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Osvaldo, el último porteño. 6

Casi comenzaba el Mundial del año setenta y ocho, cuando 17


tengo la suerte de conocer a un personaje inefable que bien podría 29
protagonizar un cuento de Fontanarrosa. Habíamos quedado con 38
Walter en ir el sábado a Zoom, un local que quedaba por la 52
cancha de Colo-Colo. Allá nos íbamos a encontrar con Osvaldo, 66
un flaco desgarbado que Walter había conocido no sé en qué 77
extrañas circunstancias. Por la tarde lo voy a buscar y lo 89
encuentro en cama y con treinta y ocho y medio de fiebre. "No 104
puedo ir loco, estoy nuy mal". Me quedo un rato con él y a eso de 123
las once me cruzo a casa, me baño y salgo en auto para 137
Zoom, quizá para no dejar pagando al pobre flaco que tenía que 150
encontrarse con mi amigo. Al llegar a la puerta veo a un vago de 165
bigotes y barba semicrecida apoyado contra un Opel - taxi, creo 177
que algo me había contado Walter de que era taxista, así que me 191
acerco y le pregunto: "¿Tú eres Osvaldo?". Responde con un sí 208
abierto y simpático, me presento y entramos al local. 219
Era un tipo muy simpático al que las chicas siempre andaban 229
siguiendo. 231

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SEPTIMO AÑO BÁSICO
Osvaldo, el último porteño.

Casi comenzaba el Mundial del año setenta y ocho, cuando


tengo la suerte de conocer a un personaje inefable que bien podría
protagonizar un cuento de Fontanarrosa. Habíamos quedado con
Walter en ir el sábado a Zoom, un local que quedaba por la
cancha de Colo-Colo. Allá nos íbamos a encontrar con Osvaldo,
un flaco desgarbado que Walter había conocido no sé en qué
extrañas circunstancias. Por la tarde lo voy a buscar y lo
encuentro en cama y con treinta y ocho y medio de fiebre. "No
puedo ir loco, estoy nuy mal". Me quedo un rato con él y a eso de
las once me cruzo a casa, me baño y salgo en auto para
Zoom, quizá para no dejar pagando al pobre flaco que tenía que
encontrarse con mi amigo. Al llegar a la puerta veo a un vago de
bigotes y barba semicrecida apoyado contra un Opel - taxi, creo
que algo me había contado Walter de que era taxista, así que me
acerco y le pregunto: "¿Tú eres Osvaldo?". Responde con un sí
abierto y simpático, me presento y entramos al local.
Era un tipo muy simpático al que las chicas siempre andaban
siguiendo.

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SEPTIMO AÑO BÁSICO
Viejo también hay uno solo. 6

Duro el oficio de adolescente. Difícil estar en alerta continua 17


para contrarrestar el incesante "choque generacional" sobre todo 27
con el viejo, con el que indefectiblemente colisionamos siempre 37
cuando se trata de opinar de temas comunes, de requerir 48
conductas inexplicables a un chico como si éste fuera un adulto y 60
sobre todo, de establecer pautas inflexibles de relación y 70
convivencia, pautas de desenvolvimiento cotidiano que desde el 79
vamos son imposibles de entender y practicar, como quedarse 90
sentado en la mesa hasta que todos terminen de comer, no 102
quedarse a dormir hasta las doce del mediodía, no llegar 113
demasiado tarde, no escuchar música a todo volumen, no andar 125
con determinados especímenes de dudosa legalidad, etc. 134
Pero más difícil debe ser hacer de papá en esos tiempos con 146
hijos menores de edad pero no tan menores, aguantar un sinfín de 159
renuncios del chico sin protestar mucho y tragando saliva, 169
soportar que le usen y le rompan objetos propios y a veces de 183
gran
valor sentimental como si fueran menos que cascotes, aguantar 193
una entrada violenta a la hora de la siesta haciendo un despelote 205
bárbaro, dar consejos sabios y generosos que por supuesto el hijo 217
no escucha ni sigue y tratando de acompañar el crecimiento 228
brutal
y cambiante tanto en lo físico como en lo mental del muchacho. 241

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SEPTIMO AÑO BÁSICO
Viejo también hay uno solo.

Duro el oficio de adolescente. Difícil estar en alerta continua


para contrarrestar el incesante "choque generacional" sobre todo
con el viejo, con el que indefectiblemente colisionamos siempre
cuando se trata de opinar de temas comunes, de requerir
conductas inexplicables a un chico como si éste fuera un adulto y
sobre todo, de establecer pautas inflexibles de relación y
convivencia, pautas de desenvolvimiento cotidiano que desde el
vamos son imposibles de entender y practicar, como quedarse
sentado en la mesa hasta que todos terminen de comer, no
quedarse a dormir hasta las doce del mediodía, no llegar
demasiado tarde, no escuchar música a todo volumen, no andar
con determinados especímenes de dudosa legalidad, etc.
Pero más difícil debe ser hacer de papá en esos tiempos con
hijos menores de edad pero no tan menores, aguantar un sinfín de
renuncios del chico sin protestar mucho y tragando saliva,
soportar que le usen y le rompan objetos propios y a veces de
gran
valor sentimental como si fueran menos que cascotes, aguantar
una entrada violenta a la hora de la siesta haciendo un despelote
bárbaro, dar consejos sabios y generosos que por supuesto el hijo
no escucha ni sigue y tratando de acompañar el crecimiento
brutal
y cambiante tanto en lo físico como en lo mental del muchacho.

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SEPTIMO AÑO BÁSICO
La vida en mi país. 6

No parecía que en esos años le diéramos mucha importancia a 17


la situación que se vivía en el país. Continuábamos con nuestra 29
adolescencia despreocupada de los problemas que para la gente 38
adulta eran importantes, como el terrible miedo generalizado por 48
el acecho constante de los militares, la falta de plata, las 61
desapariciones, etc. para dar lugar a preocupaciones no menos 72
importantes, como conseguir plata para ir a un recital juvenil, 84
poder controlar los esquivos amores pasajeros, o evitar siempre 94
los sorpresivos pero esperados encuentros con la ley. 103
Sin embargo en algunos aspectos nos afectaba el estado de 114
sitio
y el paso sigiloso de los patrulleros. En la escuela los días 127
transcurrían entre clases inconclusas de matemática o literatura, 136
el pelo escondido debajo de la polera y un buffet en el fondo del 150
patio que era como un oasis en el desierto de pupitres. Mientras 164
aparecían nuevos horizontes de locales bailables y viajes cada vez 174
más largos en colectivo, se iban diluyendo poco a poco los 186
juguetes de la infancia. Los temores por lo que hasta ayer era 199
desconocido, miedos que hoy parecían estúpidos, daban lugar a 210
temores aún mayores por la incertidumbre de lo que vendrá. Y el 223
patrullero seguía revoloteando. 227

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SEPTIMO AÑO BÁSICO
La vida en mi país.

No parecía que en esos años le diéramos mucha importancia a


la situación que se vivía en el país. Continuábamos con nuestra
adolescencia despreocupada de los problemas que para la gente
adulta eran importantes, como el terrible miedo generalizado por
el acecho constante de los militares, la falta de plata, las
desapariciones, etc. para dar lugar a preocupaciones no menos
importantes, como conseguir plata para ir a un recital juvenil,
poder controlar los esquivos amores pasajeros, o evitar siempre
los sorpresivos pero esperados encuentros con la ley.
Sin embargo en algunos aspectos nos afectaba el estado de sitio
y el paso sigiloso de los patrulleros. En la escuela los días
transcurrían entre clases inconclusas de matemática o literatura,
el pelo escondido debajo de la polera y un buffet en el fondo del
patio que era como un oasis en el desierto de pupitres. Mientras
aparecían nuevos horizontes de locales bailables y viajes cada vez
más largos en colectivo, se iban diluyendo poco a poco los
juguetes de la infancia. Los temores por lo que hasta ayer era
desconocido, miedos que hoy parecían estúpidos, daban lugar a
temores aún mayores por la incertidumbre de lo que vendrá. Y el
patrullero seguía revoloteando.
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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Viajes varios. 3

Un viernes a la noche la ruta sur nos encuentra a Walter, 16


Osvaldo y a mí arriba del Opel taxi yendo para Entre Ríos. El 30
autito no daba mucho, pero Osvaldo, agarrado con ganas del 42
volante, no dejaba de pisotear el acelerador hasta casi agujerear el 54
piso. En poco tiempo más llegaríamos a Colón, paraíso soñado 66
donde pasábamos algún fin de semana de vez en cuando. 77
Esa vez salimos tarde, como a las once de la noche, hora no 93
muy
aconsejable para viajar aunque llegamos rápidamente y tan sanos 102
como habíamos salido, a pesar del susto de tragarnos un 113
camión que se nos venía encima y que Osvaldo supo esquivar 124
magistralmente. 126
Llegamos a Colón como a las tres de la mañana y sin siquiera 139
pasar por la casita que hacía poco había comprado mi viejo, que 152
por ese entonces andaba bastante bien de trabajo, nos vamos 163
directamente al bowling del centro. La casa era bastante precaria 174
pero confortable y quedaba a unas pocas cuadras de la playa. En 187
realidad, todas las casas quedaban cerca de la playa, sino no eran 201
de Colón. 204
Nos quedamos a jugar hasta bien tarde, para luego continuar 216
en
la casa comiendo algunos bocadillo y tomando algunas bebidas 225
gaseosas de las preferidas por cada uno de nosotros. 235

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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Viajes varios.

Un viernes a la noche la ruta sur nos encuentra a Walter,


Osvaldo y a mí arriba del Opel taxi yendo para Entre Ríos. El
autito no daba mucho, pero Osvaldo, agarrado con ganas del
volante, no dejaba de pisotear el acelerador hasta casi agujerear el
piso. En poco tiempo más llegaríamos a Colón, paraíso soñado
donde pasábamos algún fin de semana de vez en cuando.
Esa vez salimos tarde, como a las once de la noche, hora no
muy
aconsejable para viajar aunque llegamos rápidamente y tan sanos
como habíamos salido, a pesar del susto de tragarnos un
camión que se nos venía encima y que Osvaldo supo esquivar
magistralmente.
Llegamos a Colón como a las tres de la mañana y sin siquiera
pasar por la casita que hacía poco había comprado mi viejo, que
por ese entonces andaba bastante bien de trabajo, nos vamos
directamente al bowling del centro. La casa era bastante precaria
pero confortable y quedaba a unas pocas cuadras de la playa. En
realidad, todas las casas quedaban cerca de la playa, sino no eran
de Colón.
Nos quedamos a jugar hasta bien tarde, para luego continuar en
la casa comiendo algunos bocadillo y tomando algunas bebidas
gaseosas de las preferidas por cada uno de nosotros.
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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Descubriendo el jardín. 4

Dos niños jugaban en el patio trasero de su casa, sentados en el 18


pasto, y ya cansados de jugar a las cartas, se tendieron cuán 33
largos
eran, mirando el sol de la tarde. 42
Cuando en uno de esos instantes, uno de ellos, sintió una 55
picadura, miraron y era una hormiga. Pablo y Pedro se dieron 68
vuelta y se pusieron a observar las hormigas, vieron como ellas, 81
caminaban una detrás de la otra, como algunas transportaban 91
pequeñas piedras de maicillo sobre sus espaldas. 99
Empezaron traviesamente a ponerles tropiezos a sus caminos con 108
piedras grandes y palos grandes para el tamaño de ellas, y 120
observaron que nada las detenía, que ellas rodeaban el obstáculo 132
o
lo escalaban, y se comenzaron a dividir en dos bandos, aquellas 145
que escalaban o rodeaban los objetos. 152
Pablo tomó una hormiga y la encerró en un vaso plástico. Y vió 166
que las hormigas eran solidarias pues al estar esa prisionera, 178
estas
hormigas se organizaron en círculos y sacaron a la hormiga del 189
vaso. 191
Los muchachos se dieron cuenta que ellas se cooperaban, las 202
unas con las otras, es decir siempre se ayudaban entre sí y 215
pensaron que era importante estar unidos en la adversidad. Ya era 227
tarde, su madre les llamaba y se regresaron a la casa. 240

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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Descubriendo el jardín.

Dos niños jugaban en el patio trasero de su casa, sentados en el


pasto, y ya cansados de jugar a las cartas, se tendieron cuán
largos
eran, mirando el sol de la tarde.
Cuando en uno de esos instantes, uno de ellos, sintió una
picadura, miraron y era una hormiga. Pablo y Pedro se dieron
vuelta y se pusieron a observar las hormigas, vieron como ellas,
caminaban una detrás de la otra, como algunas transportaban
pequeñas piedras de maicillo sobre sus espaldas.
Empezaron traviesamente a ponerles tropiezos a sus caminos con
piedras grandes y palos grandes para el tamaño de ellas, y
observaron que nada las detenía, que ellas rodeaban el obstáculo
o
lo escalaban, y se comenzaron a dividir en dos bandos, aquellas
que escalaban o rodeaban los objetos.
Pablo tomó una hormiga y la encerró en un vaso plástico. Y vió
que las hormigas eran solidarias pues al estar esa prisionera,
estas
hormigas se organizaron en círculos y sacaron a la hormiga del
vaso.
Los muchachos se dieron cuenta que ellas se cooperaban, las
unas con las otras, es decir siempre se ayudaban entre sí y
pensaron que era importante estar unidos en la adversidad. Ya era
tarde, su madre les llamaba y se regresaron a la casa.
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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Cadena de solidaridad. 4

Conversaban animadamente los claveles con las clavelinas, los 13


primeros más altos se quebraban un poco para participar en la 24
conversación. Ellas hablaban de la señora Rosa, así la habían 36
escuchado nombrar, estaba enferma desde hacía varios días, y por 48
lo mismo no las podía mirar como antes, ni dar vuelta su tierra, ni 64
regar y vivía solitaria en su casa, que era pequeña y acogedora. 79
Ya
eran varios días que ella no salía de su casa, ni recibía visitas. 94
Las clavelinas se sentían tan bien, cuando ella les decía que 106
bonitas están mis flores, que alegran mi corazón con sus botones 118
de colores. Y las flores se alegraban de escuchar su voz. 131
Los claveles que eran un poco más indiferentes a los halagos, se 144
dieron cuenta que si la señora Rosa no se ocupaba más de ellos, 158
iban a morir, y que podían hacer, si ellos eran flores y no podían 174
caminar. 176
Vino una abeja a visitar a las flores, y éstas le contaron la 190
preocupación que tenían por la dueña de su jardín, y ella les dijo 204
que era chiquitita que porque mejor no hablaban con el viento. 216
Y el viento que pasaba por allí se acercó y preguntó:¿ quién 230
quiere hablar conmigo ?, todo fuerte y poderoso como él era, y la 245
abejita le explicó la tristeza de las flores por la señora Rosa. 258

NOMBRE:
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PALABRAS INCORRECTAS
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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Cadena de solidaridad.

Conversaban animadamente los claveles con las clavelinas, los


primeros más altos se quebraban un poco para participar en la
conversación. Ellas hablaban de la señora Rosa, así la habían
escuchado nombrar, estaba enferma desde hacía varios días, y por
lo mismo no las podía mirar como antes, ni dar vuelta su tierra, ni
regar y vivía solitaria en su casa, que era pequeña y acogedora. Ya
eran varios días que ella no salía de su casa, ni recibía visitas.
Las clavelinas se sentían tan bien, cuando ella les decía que
bonitas están mis flores, que alegran mi corazón con sus botones
de colores. Y las flores se alegraban de escuchar su voz.
Los claveles que eran un poco más indiferentes a los halagos, se
dieron cuenta que si la señora Rosa no se ocupaba más de ellos,
iban a morir, y que podían hacer, si ellos eran flores y no podían
caminar.
Vino una abeja a visitar a las flores, y éstas le contaron la
preocupación que tenían por la dueña de su jardín, y ella les dijo
que era chiquitita que porque mejor no hablaban con el viento.
Y el viento que pasaba por allí se acercó y preguntó:¿ quién
quiere hablar conmigo ?, todo fuerte y poderoso como él era, y la
abejita le explicó la tristeza de las flores por la señora Rosa.
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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Los Amigos. 3

Había una vez un país donde habían muchas flores, quizás 14


tantas que cuando las mariposas golosas ya no sabían en cual flor 26
se posarían cada día, y los picaflores se paseaban aquí, acá y allá. 42
Esto era obra del amor que brotaba de todos los corazones, y 55
era expresado en la disposición a sonreir, no habían peleas, ni 68
malos entendidos y los corazones estaban plenos de sí mismos, 80
las
fragancias de las flores llenaba sus sentidos, de emociones, de 92
pensamientos y sentimientos puros. 97
Hasta que un día un par de amigos no se hablaron más, y las 112
flores de sus jardines se marchitaron, cuando se veían en la calle 125
se ignoraban como si nunca se hubieran conocido, y cuando esto 137
ocurría los jardines aledaños también se marchitaron. 145
Este par de amigos empezó a enfermar a su familia, amigos, 158
teñian todo a su alrededor con la falta de amor. 169
Y un picaflor que venía de un lugar muy lejano se sorprendió de 182
los cambios que se habían producido allí, ya no era el país lindo 196
que era. 199
Entonces se propuso que visitaría todas las casas que estaban 209
un poco feas, y que con su cantar alegraría las flores y estas 223
volverían a ser partícipes de jardines muy bellos. 232

NOMBRE:
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PALABRAS INCORRECTAS
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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Los Amigos.

Había una vez un país donde habían muchas flores, quizás


tantas que cuando las mariposas golosas ya no sabían en cual flor
se posarían cada día, y los picaflores se paseaban aquí, acá y allá.
Esto era obra del amor que brotaba de todos los corazones, y
era expresado en la disposición a sonreir, no habían peleas, ni
malos entendidos y los corazones estaban plenos de sí mismos,
las
fragancias de las flores llenaba sus sentidos, de emociones, de
pensamientos y sentimientos puros.
Hasta que un día un par de amigos no se hablaron más, y las
flores de sus jardines se marchitaron, cuando se veían en la calle
se ignoraban como si nunca se hubieran conocido, y cuando esto
ocurría los jardines aledaños también se marchitaron.
Este par de amigos empezó a enfermar a su familia, amigos,
teñian todo a su alrededor con la falta de amor.
Y un picaflor que venía de un lugar muy lejano se sorprendió de
los cambios que se habían producido allí, ya no era el país lindo
que era.
Entonces se propuso que visitaría todas las casas que estaban
un poco feas, y que con su cantar alegraría las flores y estas
volverían a ser partícipes de jardines muy bellos.
TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA
SEPTIMO AÑO BÁSICO

Cuento de sanidad. 4

Estaba Carlos en cama con fiebre y algo aletargado, por efecto 16


de las medicinas que tomaba. 22
Se despertó cuando escuchó la voz de su tía, se animó tanto que 35
todos pensaron que estaba en franca recuperación, le pidió a su 47
tía, cuéntame un cuento. 53
Allí estaba su tía Aline, quién con cariño tomó su mano y le dijo, 69
bueno, sólo si prometes mejorarte. 76
Carlos se rió y dijo que le contará un cuento de sanidad, Aline 90
menudita y alegre, le dijo, entonces te contaré un cuento de vida. 105
"Había una vez una niñita que jugaba en los jardines de un 119
parque
municipal, habia ido allí con su nana y su perro de lanas. Estaba 134
como siempre imaginando ir a algún lugar lejos, su sonrisa al 146
imaginar, hacía que María intentará adivinar que cosas 155
atravesaban por su mente. Aloce soñaba que era jinete de las 167
nubes y que iba montada en ellas, sobre su hermoso carruaje 179
algodonado, ella veía bosques, lagos, montañas, todo visto desde 192
arriba en su carruaje era como todo armonioso, ordenado, todo 204
calzaba perfecto y las cosas guardaban en su conjunto una magia 215
indescriptible. Todo observado a lo lejos, parecía decir, yo soy 28
parte de aquí y de allá, soy al mismo tiempo que no soy. 243

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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Cuento de sanidad.

Estaba Carlos en cama con fiebre y algo aletargado, por efecto


de las medicinas que tomaba.
Se despertó cuando escuchó la voz de su tía, se animó tanto que
todos pensaron que estaba en franca recuperación, le pidió a su
tía, cuéntame un cuento.
Allí estaba su tía Aline, quién con cariño tomó su mano y le dijo,
bueno, sólo si prometes mejorarte.
Carlos se rió y dijo que le contará un cuento de sanidad, Aline
menudita y alegre, le dijo, entonces te contaré un cuento de vida.
"Había una vez una niñita que jugaba en los jardines de un
parque
municipal, habia ido allí con su nana y su perro de lanas. Estaba
como siempre imaginando ir a algún lugar lejos, su sonrisa al
imaginar, hacía que María intentará adivinar que cosas
atravesaban por su mente. Aloce soñaba que era jinete de las
nubes y que iba montada en ellas, sobre su hermoso carruaje
algodonado, ella veía bosques, lagos, montañas, todo visto desde
arriba en su carruaje era como todo armonioso, ordenado, todo
calzaba perfecto y las cosas guardaban en su conjunto una magia
indescriptible. Todo observado a lo lejos, parecía decir, yo soy
parte de aquí y de allá, soy al mismo tiempo que no soy.
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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Felicidad. 2

Había una vez un pájaro azul, que se llamaba Felicidad, volaba 15


en invierno a tierras más lejanas y cálidas cuando encontró en su 27
vuelo a un cuervo negro. 33
Pero resulta que el cuervo, no era tal sino un duende que le 47
preguntó a Felicidad si acaso su nombre era mágico y Felicidad 58
contestó que no. Entonces el cuervo duende hizó unos giros 69
rápidos alrededor de Felicidad y le embrujó, pues todos iban a ser 82
felices cuando Felicidad estuviera cerca, pero si alguien lloraba 92
estando él presente era porque se había acabado el tiempo de su 104
magia. 106
Felicidad pensó para sus adentros, que eso no era cierto, porque 119
como podía creer que un cuervo duende pensara en que los que le 132
rodearan iban a ser felices. Pero finalmente, llegó a su destino y 146
descansó en un manzano muy grande y alto. 155
No pasó mucho tiempo para darse cuenta que el producía un 166
cambio, pues el manzano donde se había posado tenía peste, y se 180
sentía tan contento el manzano que sus redes de hojas, ramas y 193
tronco como por arte de magia espantaron a la enfermedad, y el 206
campo donde se encontraba se contagiaba de la alegría y sus 217
frutos eran sanos y parecía que se contagiaban las flores, la tierra, 231
los insectos, las aves, hasta los campesinos se sentían 242
extrañamente fortalecidos. 245

NOMBRE:
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SEPTIMO AÑO BÁSICO
Felicidad.

Había una vez un pájaro azul, que se llamaba Felicidad, volaba


en invierno a tierras más lejanas y cálidas cuando encontró en su
vuelo a un cuervo negro.
Pero resulta que el cuervo, no era tal sino un duende que le
preguntó a Felicidad si acaso su nombre era mágico y Felicidad
contestó que no. Entonces el cuervo duende hizó unos giros
rápidos alrededor de Felicidad y le embrujó, pues todos iban a ser
felices cuando Felicidad estuviera cerca, pero si alguien lloraba
estando él presente era porque se había acabado el tiempo de su
magia.
Felicidad pensó para sus adentros, que eso no era cierto, porque
como podía creer que un cuervo duende pensara en que los que le
rodearan iban a ser felices. Pero finalmente, llegó a su destino y
descansó en un manzano muy grande y alto.
No pasó mucho tiempo para darse cuenta que el producía un
cambio, pues el manzano donde se había posado tenía peste, y se
sentía tan contento el manzano que sus redes de hojas, ramas y
tronco como por arte de magia espantaron a la enfermedad, y el
campo donde se encontraba se contagiaba de la alegría y sus
frutos eran sanos y parecía que se contagiaban las flores, la tierra,
los insectos, las aves, hasta los campesinos se sentían
extrañamente fortalecidos.
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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Una solitaria noche de navidad. 6

La noche estaba hermosa, el aire se respiraba húmedo... que 18


auguraba en el alma... estaba especial... estrellado a más no dar... 32
las luces de la ciudad apagadas... el recuerdo de otras noches en 45
otros lugares más solitarios…que recuerdos se agolpaban en su 56
mente... 58
Sí, el tiempo había pasado, ambos distaban de sus vidas de 71
otrora como dista la Luna del Sol... siempre cerca y lejos al 85
mismo
tiempo, siempre compañeros, amigos y amantes, con un amor 97
puro, con un amor simple. Ellos se amaban como se aman dos 111
personas que se saben especiales el uno para el otro, él con su 125
barba afeitada, sus ojos de brillo singular, su camisa azul celeste, 139
nunca ella sabía decir si celeste o azul era parte de sí misma, no 154
decidirse jamás. Ella lucía su belleza expresada en el mirar y en la 168
sonrisa, ella traslucía la belleza de su alma... 178
Más que importancia tenía esta, la música de la noche buena, 191
los villancicos cantados por los niños de Viena en el CD era 203
nostálgico como si hubiese que recordar otros días. 212
Ella se sentía feliz, tenia muchas preocupaciones pero ... 222
ninguna se solucionaba pensando en ellas, ninguna se resolvería 232
esa noche... pensó solo dedicarse en ser feliz. 242

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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Una solitaria noche de navidad.

La noche estaba hermosa, el aire se respiraba húmedo... que


auguraba en el alma... estaba especial... estrellado a más no dar...
las luces de la ciudad apagadas... el recuerdo de otras noches en
otros lugares más solitarios…que recuerdos se agolpaban en su
mente...
Sí, el tiempo había pasado, ambos distaban de sus vidas de
otrora como dista la Luna del Sol... siempre cerca y lejos al
mismo
tiempo, siempre compañeros, amigos y amantes, con un amor
puro, con un amor simple. Ellos se amaban como se aman dos
personas que se saben especiales el uno para el otro, él con su
barba afeitada, sus ojos de brillo singular, su camisa azul celeste,
nunca ella sabía decir si celeste o azul era parte de sí misma, no
decidirse jamás. Ella lucía su belleza expresada en el mirar y en la
sonrisa, ella traslucía la belleza de su alma...
Más que importancia tenía esta, la música de la noche buena,
los villancicos cantados por los niños de Viena en el CD era
nostálgico como si hubiese que recordar otros días.
Ella se sentía feliz, tenia muchas preocupaciones pero ...
ninguna se solucionaba pensando en ellas, ninguna se resolvería
esa noche... pensó solo dedicarse en ser feliz.
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SEPTIMO AÑO BÁSICO

El encuentro. 3

Nadie sabe porque las cosas ocurren, ni cuando, si no que se 17


siente algo mágico y especial. 23
Ella iba caminando apurada a pagar sus cuentas, cuando al 34
cruzar la calle no se da cuenta que ha cambiado el semáforo, un 48
vehículo dobla, sin ella percatarse del peligro, un hombre la 60
empuja con velocidad a la acera, sorprendida piensa que es 71
alguien que ha intentado asaltarla, despues de recibir los 81
garabatos del conductor del auto, mira al hombre que hizo que 94
ese
minuto fuera diferente, balbuceo algunas palabras sin conseguir 103
recobrarse de la mezcla de situaciones vividas. El hombre le 114
sonríe, pero ella se siente tan avergonzada que se aleja a toda 127
prisa a sus gestiones, para alcanzar a la recaudadora antes de que 140
cierre. 142
Después de realizar sus trámites se regresa a su casa, piensa en 155
la sonrisa de quién le salvó de sufrir un accidente, no le comenta 169
nada a su madre, pues sino ella se preocuparía de sus 181
distracciones. 183
Al día siguiente acompañó a su madre al hospital a realizarse 194
unos exámenes, pues hacía algunos días que ella no se sentía 208
bien,
aguardaron su turno, pese que todo fue relativamente rápido, les 220
dió la hora de almuerzo. Así que buscaron una cafetería y 232
almorzaron algo liviano. 236

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SEPTIMO AÑO BÁSICO

El encuentro.

Nadie sabe porque las cosas ocurren, ni cuando, si no que se


siente algo mágico y especial.
Ella iba caminando apurada a pagar sus cuentas, cuando al
cruzar la calle no se da cuenta que ha cambiado el semáforo, un
vehículo dobla, sin ella percatarse del peligro, un hombre la
empuja con velocidad a la acera, sorprendida piensa que es
alguien que ha intentado asaltarla, despues de recibir los
garabatos del conductor del auto, mira al hombre que hizo que
ese
minuto fuera diferente, balbuceo algunas palabras sin conseguir
recobrarse de la mezcla de situaciones vividas. El hombre le
sonríe, pero ella se siente tan avergonzada que se aleja a toda
prisa a sus gestiones, para alcanzar a la recaudadora antes de que
cierre.
Después de realizar sus trámites se regresa a su casa, piensa en
la sonrisa de quién le salvó de sufrir un accidente, no le comenta
nada a su madre, pues sino ella se preocuparía de sus
distracciones.
Al día siguiente acompañó a su madre al hospital a realizarse
unos exámenes, pues hacía algunos días que ella no se sentía
bien,
aguardaron su turno, pese que todo fue relativamente rápido, les
dió la hora de almuerzo. Así que buscaron una cafetería y
almorzaron algo liviano.
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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Extraño sueño. 3

Rafael y Mara se conocían de tiempo, eran amigos y se habían 16


conocido en una empresa, donde ambos realizaban labores 25
distintas, al irse Mara de la empresa, ellos siguieron en contacto. 39
Mara no podía evitar a veces sentir una especial ternura y amor 51
por Rafael, sentía esa necesidad de acariciarle como si fuera un 63
niño, él se molestaba con ella por eso, pero Mara le decía que era 79
algo: muy de adentro y que no podía evitarlo. 90
Ambos conversaban de todo, y no les faltaba tema, las horas 103
pasaban rápidas y sin darse cuenta. 110
Compartían el gusto de tomarse el tiempo para observar la 120
puesta de sol, otras se entretenían mirando a las olas del mar en 135
su
ir y venir, o bien paseando por los parques aspirando el perfume 148
de las flores de los jardines. 155
Quizás esto comenzó, el día en que coincidieron en una reunión 167
para algunos amigos, se dió que en la reunión cada uno 190
compartió
con sus amigos, y amigos comunes trataron de arreglar que ellos, 203
se fueran juntos a otro lugar donde continuaron todos 212
conversando. 214
Claro que Rafael tampoco estaba bien, había bebido sin cenar, 226
hablaron puras tonteras, Mara estaba algo confundida. 235

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Extraño sueño.

Rafael y Mara se conocían de tiempo, eran amigos y se habían


conocido en una empresa, donde ambos realizaban labores
distintas, al irse Mara de la empresa, ellos siguieron en contacto.
Mara no podía evitar a veces sentir una especial ternura y amor
por Rafael, sentía esa necesidad de acariciarle como si fuera un
niño, él se molestaba con ella por eso, pero Mara le decía que era
algo: muy de adentro y que no podía evitarlo.
Ambos conversaban de todo, y no les faltaba tema, las horas
pasaban rápidas y sin darse cuenta.
Compartían el gusto de tomarse el tiempo para observar la
puesta de sol, otras se entretenían mirando a las olas del mar en
su
ir y venir, o bien paseando por los parques aspirando el perfume
de las flores de los jardines.
Quizás esto comenzó, el día en que coincidieron en una reunión
para algunos amigos, se dió que en la reunión cada uno compartió
con sus amigos, y amigos comunes trataron de arreglar que ellos,
se fueran juntos a otro lugar donde continuaron todos
conversando.
Claro que Rafael tampoco estaba bien, había bebido sin cenar,
hablaron puras tonteras, Mara estaba algo confundida.
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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Yasmin y Ramir. 4

Había una vez una princesa, que se llamaba Yasmin y estaba 16


destinada desde su nacimiento a casarse con alguno de los hijos 27
de un rey de un país lejano, para asegurar las alianzas de su padre 42
con este rey. 46
Sus padres se reunían por lo menos, una vez cada dos años en 60
promedio, su madre quería que sus hijas se casaran enamoradas, 72
para que así, todo lo que se planeaba en torno al futuro de sus 87
hijas no tuviera el efecto dramático de una imposición. 97
Así fue como se conocieron desde niños Yasmin y el príncipe 108
Ramir, entre ellos existía una muy buena amistad, pues la 121
princesa
Yasmin gustaba de montar a caballo y salía a recorrer los campos 133
aledaños de los castillos, en compañia de Ramir, en la única cosa 147
en que la princesa no compartía aventuras con Ramir, era cuando 159
éste quería cazar. Eso a ella le afectaba enormemente, no 171
soportaba la muerte de un animal, sólo por diversión, pues ella le 185
decía que la muerte sólo acarrea la guerra. 194
Al cumplir sus quince años, la princesa Yasmin tuvó un baile 206
en el cual fueron invitados, príncipes y reyes de otros países, en 220
dicha fiesta se anunció además su compromiso con el príncipe 230
Ramir. 232

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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Yasmin y Ramir.

Había una vez una princesa, que se llamaba Yasmin y estaba


destinada desde su nacimiento a casarse con alguno de los hijos
de un rey de un país lejano, para asegurar las alianzas de su padre
con este rey.
Sus padres se reunían por lo menos, una vez cada dos años en
promedio, su madre quería que sus hijas se casaran enamoradas,
para que así, todo lo que se planeaba en torno al futuro de sus
hijas no tuviera el efecto dramático de una imposición.
Así fue como se conocieron desde niños Yasmin y el príncipe
Ramir, entre ellos existía una muy buena amistad, pues la
princesa
Yasmin gustaba de montar a caballo y salía a recorrer los campos
aledaños de los castillos, en compañia de Ramir, en la única cosa
en que la princesa no compartía aventuras con Ramir, era cuando
éste quería cazar. Eso a ella le afectaba enormemente, no
soportaba la muerte de un animal, sólo por diversión, pues ella le
decía que la muerte sólo acarrea la guerra.
Al cumplir sus quince años, la princesa Yasmin tuvó un baile
en el cual fueron invitados, príncipes y reyes de otros países, en
dicha fiesta se anunció además su compromiso con el príncipe
Ramir.
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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Cita a ciegas. 4

Un día de soledad, Amanda puso un aviso en internet, para 17


recibir correspondencia por e-mail, su mensaje era sencillo, 28
donde
expresaba su interés de conocer a alguna persona que apreciara 39
el
valor de la amistad. 44
Recibió muchas respuestas, algunas definitivamente groseras, 52
otras breves, y algunas cartas muy bonitas, comenzó a escribirse 64
con Antonio y Jorge, ambos eran muy agradables. 74
Conversaban de sus respectivos trabajos, de su familia, sus 85
sueños, de lo que habían hecho el fin de semana, así 98
transcurrieron varias semanas, manteniendo la conversación con 106
Antonio, Jorge mantuvo correspondencia con ella, apenas dos 116
semanas, ella no pudo explicarse porque le dejó de escribir 127
después de escucharse ambos por el teléfono, y pensó que a lo 140
mejor no le gustó su voz, en fin quien lo sabía realmente, que es 156
lo que le había pasado. 162
Antonio, era una persona muy fiel, en cuanto a siempre 174
escribirle, así se pasaron las semanas y entre ellos habían hartas 186
coincidencias en la manera de ser, así que Amanda, un buen día, 201
le propuso porque no se conocían en vivo y en directo, se 214
mandaron fotos y se conocieron digitalmente. 221

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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Cita a ciegas.

Un día de soledad, Amanda puso un aviso en internet, para


recibir correspondencia por e-mail, su mensaje era sencillo,
donde
expresaba su interés de conocer a alguna persona que apreciara
el
valor de la amistad.
Recibió muchas respuestas, algunas definitivamente groseras,
otras breves, y algunas cartas muy bonitas, comenzó a escribirse
con Antonio y Jorge, ambos eran muy agradables.
Conversaban de sus respectivos trabajos, de su familia, sus
sueños, de lo que habían hecho el fin de semana, así
transcurrieron varias semanas, manteniendo la conversación con
Antonio, Jorge mantuvo correspondencia con ella, apenas dos
semanas, ella no pudo explicarse porque le dejó de escribir
después de escucharse ambos por el teléfono, y pensó que a lo
mejor no le gustó su voz, en fin quien lo sabía realmente, que es
lo que le había pasado.
Antonio, era una persona muy fiel, en cuanto a siempre
escribirle, así se pasaron las semanas y entre ellos habían hartas
coincidencias en la manera de ser, así que Amanda, un buen día,
le propuso porque no se conocían en vivo y en directo, se
mandaron fotos y se conocieron digitalmente.
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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Viaje especial. 3

Iba el avión cruzando cielos, tierras, mares y montañas cuando 15


en eso se encontró con una luz, y el capitán por radio informó, 30
que nos cambiaríamos de avión, la gente no entendía como eso 42
sería posible, si estabamos en pleno vuelo. 51
Y cuando se le consultó, afirmó que se uniría una boca de una 65
puerta a otra y que era un resbalín y allí seríamos por supuesto, 79
reubicados, los pasajeros comenzaron a obedecer, y se 89
comenzaron a movilizar a ese nuevo avión. 97
Pero al otro lado, o sea el otro avión, tenía los asiento circulares y 113
dispuestos en círculo y la gente se sentaba en forma circular y al 126
medio había una gran pantalla, donde uno observaba el paisaje, la 139
gente se sentía feliz y contenta, y la sorpresa del primer momento, 153
se fue transformando en placer. 159
Pero lo que nadie sabía, que ya no iban a su destino, pues al 175
poco rato de estar sentados todos, cómodos y relajados, vieron un 188
fuerte resplandor en la pantalla, era el avión en que volaban, que 202
explotó por los aires. Entonces alguien preguntó si les avisarían a 214
sus familiares que estaban bien. 220

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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Viaje especial.

Iba el avión cruzando cielos, tierras, mares y montañas cuando


en eso se encontró con una luz, y el capitán por radio informó,
que nos cambiaríamos de avión, la gente no entendía como eso
sería posible, si estabamos en pleno vuelo.
Y cuando se le consultó, afirmó que se uniría una boca de una
puerta a otra y que era un resbalín y allí seríamos por supuesto,
reubicados, los pasajeros comenzaron a obedecer, y se
comenzaron a movilizar a ese nuevo avión.
Pero al otro lado, o sea el otro avión, tenía los asiento circulares y
dispuestos en círculo y la gente se sentaba en forma circular y al
medio había una gran pantalla, donde uno observaba el paisaje, la
gente se sentía feliz y contenta, y la sorpresa del primer momento,
se fue transformando en placer.
Pero lo que nadie sabía, que ya no iban a su destino, pues al
poco rato de estar sentados todos, cómodos y relajados, vieron un
fuerte resplandor en la pantalla, era el avión en que volaban, que
explotó por los aires. Entonces alguien preguntó si les avisarían a
sus familiares que estaban bien.
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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Un cuento de humildad con animales. 7

Había una vez un canguro que era un auténtico campeón de las 19


carreras, pero al que el éxito había vuelto vanidoso, burlón y 32
antipático. La principal víctima de sus burlas era un pequeño 43
pingüino, al que su andar lento y torpón impedía siquiera acabar 55
las carreras. 58
Un día el zorro, el encargado de organizarlas, publicó en todas 71
partes que su favorito para la siguiente carrera era el pobre 82
pingüino. Todos pensaban que era una broma, pero aún así el 95
vanidoso canguró se enfadó muchísimo, y sus burlas contra el 106
pingüino se intensificaron. Éste no quería participar, pero era 117
costumbre que todos lo hicieran, así que el día de la carrera se 131
unió al grupo que siguió al zorro hasta el lugar de inició. El zorro 146
los guió montaña arriba durante un buen rato, siempre con las 158
mofas sobre el pingüino, sobre que si bajaría rondando o 169
resbalando sobre su barriga... 174
Pero cuando llegaron a la cima, todos callaron. La cima de la 188
montaña era un cráter que había rellenado un gran lago. Entonces 200
el zorro dio la señal de salida diciendo: "La carrera es cruzar 215
hasta
el otro lado". 220

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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Un cuento de humildad con animales.

Había una vez un canguro que era un auténtico campeón de las


carreras, pero al que el éxito había vuelto vanidoso, burlón y
antipático. La principal víctima de sus burlas era un pequeño
pingüino, al que su andar lento y torpón impedía siquiera acabar
las carreras.
Un día el zorro, el encargado de organizarlas, publicó en todas
partes que su favorito para la siguiente carrera era el pobre
pingüino. Todos pensaban que era una broma, pero aún así el
vanidoso canguró se enfadó muchísimo, y sus burlas contra el
pingüino se intensificaron. Éste no quería participar, pero era
costumbre que todos lo hicieran, así que el día de la carrera se
unió al grupo que siguió al zorro hasta el lugar de inició. El zorro
los guió montaña arriba durante un buen rato, siempre con las
mofas sobre el pingüino, sobre que si bajaría rondando o
resbalando sobre su barriga...
Pero cuando llegaron a la cima, todos callaron. La cima de la
montaña era un cráter que había rellenado un gran lago. Entonces
el zorro dio la señal de salida diciendo: "La carrera es cruzar
hasta
el otro lado".
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SEPTIMO AÑO BÁSICO

El palacio de la mentira. 6

Todos los duendes se dedicaban a construir dos palacios, el de 18


la verdad y el de la mentira. Los ladrillos del palacio de la verdad 33
se creaban cada vez que un niño decía una verdad, y los duendes 47
de la verdad los utilizaban para hacer su castillo. Lo mismo 59
ocurría en el otro palacio, donde los duendes de la mentira 71
construían un palacio con los ladrillos que se creaban con cada 82
nueva mentira. Ambos palacios eran impresionantes, los mejores 92
del mundo, y los duendes competían duramente porque el suyo 103
fuera el mejor. 107
Tanto, que los duendes de la mentira, mucho más tramposos y 120
marrulleros, enviaron un grupo de duendes al mundo para 130
conseguir que los niños dijeran más y más mentiras. Y como lo 143
fueron consiguiendo, empezaron a tener muchos más ladrillos, y 154
su palacio se fue haciendo más grande y espectacular. Pero un 168
día,
algo raro ocurrió en el palacio de la mentira: uno de los ladrillos 182
se convirtió en una caja de papel. Poco después, otro ladrillo se 196
convirtió en arena, y al rato otro más se hizo de cristal y se 211
rompió. Y así, poco a poco, cada vez que se iban descubriendo 227
las
mentiras que habían creado aquellos ladrillos, éstos se 236
transformaban y desaparecían, de modo que el palacio de la 247
mentira se fue haciendo más y más débil, perdiendo más y más 260
ladrillos, hasta que finalmente se desmoronó. 268

NOMBRE:
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SEPTIMO AÑO BÁSICO

El palacio de la mentira.

Todos los duendes se dedicaban a construir dos palacios, el de


la verdad y el de la mentira. Los ladrillos del palacio de la verdad
se creaban cada vez que un niño decía una verdad, y los duendes
de la verdad los utilizaban para hacer su castillo. Lo mismo
ocurría en el otro palacio, donde los duendes de la mentira
construían un palacio con los ladrillos que se creaban con cada
nueva mentira. Ambos palacios eran impresionantes, los mejores
del mundo, y los duendes competían duramente porque el suyo
fuera el mejor.
Tanto, que los duendes de la mentira, mucho más tramposos y
marrulleros, enviaron un grupo de duendes al mundo para
conseguir que los niños dijeran más y más mentiras. Y como lo
fueron consiguiendo, empezaron a tener muchos más ladrillos, y
su palacio se fue haciendo más grande y espectacular. Pero un
día,
algo raro ocurrió en el palacio de la mentira: uno de los ladrillos
se convirtió en una caja de papel. Poco después, otro ladrillo se
convirtió en arena, y al rato otro más se hizo de cristal y se
rompió. Y así, poco a poco, cada vez que se iban descubriendo las
mentiras que habían creado aquellos ladrillos, éstos se
transformaban y desaparecían, de modo que el palacio de la
mentira se fue haciendo más y más débil, perdiendo más y más
ladrillos, hasta que finalmente se desmoronó.
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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Amigas desde la huerta. 5

Lula y Lila eran dos plantas de espinacas que nacieron en un 17


mismo huerto y habían sido amigas desde entonces. Habían 27
pasado juntas por los terribles fríos del invierno y los largos días 39
de sol, y siempre se habían apoyado mutuamente, en espera de 52
llegar a aquel momento mágico con que toda espinaca soñaba: el 64
momento de servir de comida a un niño y transmiterle toda su 76
fuerza. 78
Así que cuando llegó la hora de la cosecha, fueron juntas y 91
felices a la fábrica de preparado, y de allí a la de envasado, y de 108
allí al supermercado, donde fueron expuestas en uno de los 119
mejores estantes. Ambas veían emocionadas pasar las señoras con 129
sus cestas, fijándose en aquellas a las que acompañaba algún 140
niño. Pasó todo un día entero sin que nadie se acercara, pero justo 155
antes del cierre, una señora se acercó demasiado al estante, y sin 169
darse cuenta golpeó la bolsa de Lula, que cayó al suelo, justo 183
antes de que uno de los pies de la señora la empujara bajo la 197
estantería. 199
Nadie se dio cuenta de aquello, y Lula pasó toda la noche 212
llorando, sabiendo que se quedaría bajo el estante hasta ponerse 223
mohosa. 225

NOMBRE:
N° DE PALABRAS
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SEPTIMO AÑO BÁSICO
Amigas desde la huerta.

Lula y Lila eran dos plantas de espinacas que nacieron en un


mismo huerto y habían sido amigas desde entonces. Habían
pasado juntas por los terribles fríos del invierno y los largos días
de sol, y siempre se habían apoyado mutuamente, en espera de
llegar a aquel momento mágico con que toda espinaca soñaba: el
momento de servir de comida a un niño y transmiterle toda su
fuerza.
Así que cuando llegó la hora de la cosecha, fueron juntas y
felices a la fábrica de preparado, y de allí a la de envasado, y de
allí al supermercado, donde fueron expuestas en uno de los
mejores estantes. Ambas veían emocionadas pasar las señoras con
sus cestas, fijándose en aquellas a las que acompañaba algún
niño. Pasó todo un día entero sin que nadie se acercara, pero justo
antes del cierre, una señora se acercó demasiado al estante, y sin
darse cuenta golpeó la bolsa de Lula, que cayó al suelo, justo
antes de que uno de los pies de la señora la empujara bajo la
estantería.
Nadie se dio cuenta de aquello, y Lula pasó toda la noche
llorando, sabiendo que se quedaría bajo el estante hasta ponerse
mohosa.
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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Un alto en el camino. 6

En un lejano país hubo una vez una época de gran pobreza, 19


donde sólo algunos ricos podían vivir sin problemas. Las 29
caravanas de tres de aquellos ricos coincidieron durante su viaje, 40
y juntos llegaron a una aldea donde la pobreza era extrema. Era 54
tal
su situación, que provocó distintas reacciones a cada uno de 65
ellos, y todas muy intensas. 72
El primer rico no pudo soportar ver aquello, así que tomó todo 85
el oro y las joyas que llevaba en sus carros, que eran muchas, y 101
los repartió sin quedarse nada entre las gentes del campo. A todos 114
ellos deseó la mejor de las suertes, y partió. 125
El segundo rico, al ver su desesperada situación, paró con 138
todos
sus sirvientes, y quedándose lo justo para llegar a su destino, 151
entregó a aquellos hombres toda su comida y bebida, pues veía 63
que el dinero de poco les serviría. Se aseguró de que cada uno 177
recibiera su parte y tuviera comida para cierto tiempo, y se 189
despidió. 191
El tercero, al ver aquella pobreza, aceleró y pasó de largo, sin 206
siquiera detenerse. Los otros ricos, mientras iban juntos por el 218
camino, comentaban su poca decencia y su falta de solidaridad. 230

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SEPTIMO AÑO BÁSICO

Un alto en el camino.

En un lejano país hubo una vez una época de gran pobreza,


donde sólo algunos ricos podían vivir sin problemas. Las
caravanas de tres de aquellos ricos coincidieron durante su viaje,
y juntos llegaron a una aldea donde la pobreza era extrema. Era
tal
su situación, que provocó distintas reacciones a cada uno de
ellos, y todas muy intensas.
El primer rico no pudo soportar ver aquello, así que tomó todo
el oro y las joyas que llevaba en sus carros, que eran muchas, y
los repartió sin quedarse nada entre las gentes del campo. A todos
ellos deseó la mejor de las suertes, y partió.
El segundo rico, al ver su desesperada situación, paró con
todos
sus sirvientes, y quedándose lo justo para llegar a su destino,
entregó a aquellos hombres toda su comida y bebida, pues veía
que el dinero de poco les serviría. Se aseguró de que cada uno
recibiera su parte y tuviera comida para cierto tiempo, y se
despidió.
El tercero, al ver aquella pobreza, aceleró y pasó de largo, sin
siquiera detenerse. Los otros ricos, mientras iban juntos por el
camino, comentaban su poca decencia y su falta de solidaridad.
TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA
SEPTIMO AÑO BÁSICO

La porción de la mala vida. 7

Hace muchos, muchos años, todas las personas estaban fuertes 18


y sanas. Hacían comidas muy variadas, y les encantaban la fruta, 32
las verduras y el pescado; diariamente hacian ejercicio y 42
disfrutaban de lo lindo saltando y jugando. La tierra era el lugar 55
más sano que se podía imaginar, y se notaba en la vida de la 71
gente
y de los niños, que estaban llenas de alegría y buen humor. Todo 86
aquello enfadaba terriblemente a las brujas negras, quienes sólo 96
pensaban en hacer el mal y fastidiar a todo el mundo. 108
La peor de todas las brujas, la malvada Caramala, tuvo las más 122
terrible de las ideas: entre todas unirían sus poderes para inventar 134
una poción que quitase las ganas de vivir tan alegremente. Todas 146
las brujas se juntaron en el bosque de los pantanos y colaboraron 158
para hacer aquel maligno hechizo. Y era tan poderoso y 169
necesitaban tanta energía para hacerlo, que cuando una de las 180
brujas se equivocó en una sola palabra, hubo una explosión tan 192
grande que hizo desaparecer el bosque entero. 200
La explosión convirtió a todas aquellas malignas brujas en 209
seres tan pequeñitos y minúsculos como un microbio, dejándolas 219
atrapadas en el líquido verde de un pequeño frasco de cristal que 231
quedó perdido entre los pantanos. 237

NOMBRE:
N° DE PALABRAS
PALABRAS INCORRECTAS
TOTAL DE PALABRAS

TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA


SEPTIMO AÑO BÁSICO

La porción de la mala vida.

Hace muchos, muchos años, todas las personas estaban fuertes


y sanas. Hacían comidas muy variadas, y les encantaban la fruta,
las verduras y el pescado; diariamente hacian ejercicio y
disfrutaban de lo lindo saltando y jugando. La tierra era el lugar
más sano que se podía imaginar, y se notaba en la vida de la
gente
y de los niños, que estaban llenas de alegría y buen humor. Todo
aquello enfadaba terriblemente a las brujas negras, quienes sólo
pensaban en hacer el mal y fastidiar a todo el mundo.
La peor de todas las brujas, la malvada Caramala, tuvo las más
terrible de las ideas: entre todas unirían sus poderes para inventar
una poción que quitase las ganas de vivir tan alegremente. Todas
las brujas se juntaron en el bosque de los pantanos y colaboraron
para hacer aquel maligno hechizo. Y era tan poderoso y
necesitaban tanta energía para hacerlo, que cuando una de las
brujas se equivocó en una sola palabra, hubo una explosión tan
grande que hizo desaparecer el bosque entero.
La explosión convirtió a todas aquellas malignas brujas en
seres tan pequeñitos y minúsculos como un microbio, dejándolas
atrapadas en el líquido verde de un pequeño frasco de cristal que
quedó perdido entre los pantanos.
TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA
SEPTIMO AÑO BÁSICO.

Querido diario... 3

Y a son las siete y algunos minutos de la mañana, y aún no me he 20


levantado. Mis amigas Carla y Estela están a punto de llegar, pero 34
la verdad es que no tengo ningún interés por ir al instituto. Todas 48
las clases (bueno, menos literatura), me resultan aburridas, 61
especialmente la de la señorita Gutiérrez. Esa solterona, cursi y 73
despistada, que todos los días nos habla de su horripilante
85
sobrino
Claudio. La única cosa que me encanta hacer es escribir, lo hago 99
desde pequeña, y siempre he deseado convertirme en una gran 110
escritora. Ya estoy preparando una nueva historia. 119
Llaman al timbre. Son Carla y Estela. Puedo imaginar el 131
espantoso aspecto con el que va a recibirlas mi madre, un gorro 144
en la cabeza con el que suele dormir para no estropearse el 156
peinado, los ojos medio cerrados, y para añadir unas enormes 168
zapatillas con forma de zuecos. 174
Una vez en clase, me puse a escribir mi historia, pero la señorita 189
Gutiérrez al verme distraída, se dio cuenta, y no contenta con 202
ponerme en evidencia delante de mis compañeros, llamó a casa. 214
Me esperaba la reprimenda de siempre. 221

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PALABRAS INCORRECTAS
TOTAL DE PALABRAS
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SEPTIMO AÑO BÁSICO.

Querido diario...

Y a son las siete y algunos minutos de la mañana, y aún no me he


levantado. Mis amigas Carla y Estela están a punto de llegar, pero
la verdad es que no tengo ningún interés por ir al instituto. Todas
las clases (bueno, menos literatura), me resultan aburridas,
especialmente la de la señorita Gutiérrez. Esa solterona, cursi y
despistada, que todos los días nos habla de su horripilante sobrino
Claudio. La única cosa que me encanta hacer es escribir, lo hago
desde pequeña, y siempre he deseado convertirme en una gran
escritora. Ya estoy preparando una nueva historia.
Llaman al timbre. Son Carla y Estela. Puedo imaginar el
espantoso aspecto con el que va a recibirlas mi madre, un gorro
en la cabeza con el que suele dormir para no estropearse el
peinado, los ojos medio cerrados, y para añadir unas enormes
zapatillas con forma de zuecos.
Una vez en clase, me puse a escribir mi historia, pero la señorita
Gutiérrez al verme distraida, se dio cuenta, y no contenta con
ponerme en evidencia delante de mis compañeros, llamó a casa.
Me esperaba la reprimenda de siempre.
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SEPTIMO AÑO BÁSICO.

Una Sonrisa Fría. 4

El sol se asomaba tímidamente por encima de los edificios. 14


Desperté animada, era mi primer día de clase en aquel instituto. 27
Mis padres se habían mudado a la ciudad por motivos de trabajo
40
y
yo me había prometido pensar en positivo. 48
Caminando hacia el instituto, observaba como las personas que 58
caminaban por mi lado iban como mecanizadas, mirando al 68
frente, con la mente inundada de problemas y posibles 80
soluciones.
Al girar la esquina de una antigua biblioteca me tropecé con un 92
chico, caí al suelo. ¿que haces? le pregunté mientras me levantaba 107
dolorida. 109
El chico me miró a los ojos, sonrió y me pidió educadamente 122
disculpas. 124
Su tez era pálida, como si el sol no hubiera tocado su piel durante 139
años, los ojos profundos y claros, parecían pozos de agua 151
cristalina y una voz dulce y aterciopelada. 159
Me pidió una vez más disculpas y desapareció tan rápido como 170
había echo presencia. 174
Cuando llegué a clase, el profesor educadamente me invitó a 185
entrar y me presenté al resto de compañeros. 194
Me senté casi al final del aula, estaba tranquila. Algún tipo de 208
impulso me hizo girar la cabeza hacía atrás. Mi corazón empezó a 221
bombear a mil por hora, sentí una presión en mi pecho que no 236
me
dejaba apenas respirar. 240

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SEPTIMO AÑO BÁSICO.

Una Sonrisa Fría.

El sol se asomaba tímidamente por encima de los edificios.


Desperté animada, era mi primer día de clase en aquel instituto.
Mis padres se habían mudado a la ciudad por motivos de trabajo
y
yo me había prometido pensar en positivo.
Caminando hacia el instituto, observaba como las personas que
caminaban por mi lado iban como mecanizadas, mirando al
frente, con la mente inundada de problemas y posibles
soluciones.
Al girar la esquina de una antigua biblioteca me tropecé con un
chico, caí al suelo. ¿que haces? le pregunté mientras me levantaba
dolorida.
El chico me miró a los ojos, sonrió y me pidió educadamente
disculpas.
Su tez era pálida, como si el sol no hubiera tocado su piel durante
años, los ojos profundos y claros, parecían pozos de agua
cristalina y una voz dulce y aterciopelada.
Me pidió una vez más disculpas y desapareció tan rápido como
había echo presencia.
Cuando llegué a clase, el profesor educadamente me invitó a
entrar y me presenté al resto de compañeros.
Me senté casi al final del aula, estaba tranquila. Algún tipo de
impulso me hizo girar la cabeza hacía atrás. Mi corazón empezó a
bombear a mil por hora, sentí una presión en mi pecho que no
me
dejaba apenas respirar.
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SEPTIMO AÑO BÁSICO.

El misterio de la Atlántida. 6

La Atlántida siempre a significado un misterio y una verdad para 17


muchos investigadores, una fábula o cuento para otros. Son 28
muchos los relatos antiguos que describen a una poderosa 37
civilización, que tras haber sido destruida por algún tipo de 48
cataclismo, emigro a otras tierras, fundado varias de las 59
importantes civilizaciones hoy descritas y aun investigadas por la 68
Historia y la Ciencia. 73
"... Érase una isla de nombre Atlántida, amplia, hermosa y 87
opulenta. Situada frente a los estrechos llamados columnas de 97
Heracles (Estrecho de Gibraltar). La isla era mayor que Libia (la 102
India) y Asia juntas... sus casas tenían tejados de oro, con barcos 117
y ejércitos destinados a invasiones y conquistas... En ella 127
abundaban destellos de fuego (metales preciosos), frutos 137
magníficos, admirables y en cantidad infinita. El dios que la 149
gobernaba era Poseidón, señor de los mares y de las aguas. Todos 163
sus pobladores eran virtuosos hasta que el elemento divino que 173
existía en ellos se desvirtuó por su frecuente mezcla con el 184
elemento mortal. Fue entonces que predominaron los valores 193
humanos. Incapaces de soportar la abundancia, los habitantes se 204
condujeron sin honestidad, y los dioses limpiaron la tierra con las 216
aguas (se hundió bajo el mar). 225
Esta singular historia ocupa algo más de veinte páginas en dos 236
célebres diálogos del filósofo griego Platón. 243

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SEPTIMO AÑO BÁSICO.

El misterio de la Atlántida.

La Atlántida siempre a significado un misterio y una verdad para


muchos investigadores, una fábula o cuento para otros. Son
muchos los relatos antiguos que describen a una poderosa
civilización, que tras haber sido destruida por algún tipo de
cataclismo, emigro a otras tierras, fundado varias de las
importantes civilizaciones hoy descritas y aun investigadas por la
Historia y la Ciencia.
"... Érase una isla de nombre Atlántida, amplia, hermosa y
opulenta. Situada frente a los estrechos llamados columnas de
Heracles (Estrecho de Gibraltar). La isla era mayor que Libia (la
India) y Asia juntas... sus casas tenían tejados de oro, con barcos
y ejércitos destinados a invasiones y conquistas... En ella
abundaban destellos de fuego (metales preciosos), frutos
magníficos, admirables y en cantidad infinita. El dios que la
gobernaba era Poseidón, señor de los mares y de las aguas. Todos
sus pobladores eran virtuosos hasta que el elemento divino que
existía en ellos se desvirtuó por su frecuente mezcla con el
elemento mortal. Fue entonces que predominaron los valores
humanos. Incapaces de soportar la abundancia, los habitantes se
condujeron sin honestidad, y los dioses limpiaron la tierra con las
aguas (se hundió bajo el mar).
Esta singular historia ocupa algo más de veinte páginas en dos
célebres diálogos del filósofo griego Platón.
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SEPTIMO AÑO BÁSICO.

El Naufragio... 3

Esa noche de Junio el mar estaba furioso y golpeaba mi barca con 16


grandes olas oscuras apenas salpicadas por el resplandor de los 26
rayos y los relámpagos que se escapaban del cielo. Yo me 38
aferraba con fuerza al timón pero sabía que ya nada podía hacer y 51
que en definitiva nada impediría naufragar en esas frías aguas del 62
océano. 64
Pensé en ti mientras eso ocurría y en todas las cosas que no te 78
dije, en todas las historias que tenía que contarte. 89
Recuerdo esa vez que te llamé desde un pueblo del mundo. Era 102
muy temprano ese día y recién había llegado hasta allí. La pieza 115
del hotel era un pequeño cuarto pero con una gran ventana que 127
parecía no respetar la lógica de sus dimensiones y que a ratos 139
sobrepasaba sus propios límites. Las aspas de un gran ventilador 150
giraban en alguna parte del techo. Desde allí podía ver el puerto e 164
incluso hasta mi barco. Tú dormías cuando te llamé y hablamos 176
por largo rato tratando de recuperar todo ese enorme tiempo de 187
ausencia... ¿por qué dejamos de hablar esa mañana? ¿por qué no 202
seguimos hasta que nuestras lunas coincidieran en su viaje? ¿por 214
qué no esperamos a que el sol nos iluminara con la misma luz? 228

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SEPTIMO AÑO BÁSICO.

El Naufragio...

Esa noche de Junio el mar estaba furioso y golpeaba mi barca con


grandes olas oscuras apenas salpicadas por el resplandor de los
rayos y los relámpagos que se escapaban del cielo. Yo me
aferraba con fuerza al timón pero sabía que ya nada podía hacer y
que en definitiva nada impediría naufragar en esas frías aguas del
océano.
Pensé en ti mientras eso ocurría y en todas las cosas que no te
dije, en todas las historias que tenía que contarte.
Recuerdo esa vez que te llamé desde un pueblo del mundo. Era
muy temprano ese día y recién había llegado hasta allí. La pieza
del hotel era un pequeño cuarto pero con una gran ventana que
parecía no respetar la lógica de sus dimensiones y que a ratos
sobrepasaba sus propios límites. Las aspas de un gran ventilador
giraban en alguna parte del techo. Desde allí podía ver el puerto e
incluso hasta mi barco. Tú dormías cuando te llamé y hablamos
por largo rato tratando de recuperar todo ese enorme tiempo de
ausencia... ¿por qué dejamos de hablar esa mañana? ¿por qué no
seguimos hasta que nuestras lunas coincidieran en su viaje? ¿por
qué no esperamos a que el sol nos iluminara con la misma luz?
TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA
SEPTIMO AÑO BÁSICO.

Las coordenadas... 3

Terminé de susurrarte al oído las coordenadas y al igual que todo 15


lo que allí había, nos desvanecimos. 22
Desperté entonces con la alarma del celular pero me quedé un 33
rato pensando en ese sueño recurrente que acababa de tener. 43
Otra vez las coordenadas que retenía en mi mente y que 54
señalizaban un tiempo y un espacio que no lograba descifrar. 65
Era todo tan real y me eras tan familiar que casi podía sentir tu 79
presencia en lo que transcurría el día. Y créeme que inicié una 92
búsqueda en cada rostro que veía. Había veces en que creía verte 105
en el metro pero te perdías en medio de la gente que atestaba las 119
estaciones y los carros. A veces pensaba que estaba siendo 130
afectado por una especie de locura y estuve a punto de concertar 142
una cita con el psiquiatra... 152
Pero no podía ser locura. 158
El día pasó con toda su rutina y esa noche me acosté pensando en 172
soñarte nuevamente. 175
Y aunque como siempre ocurría, ahora tenías otro rostro pero yo 187
tenía la certeza que eras tú. 194
Me alegré de verte y dejé que el sonido de las hojas del bosque en 209
el que estábamos nos envolviera y nos transportara... 218
Entonces estaba nuevamente sentado en el suelo viendo como 227
dormías. 229

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SEPTIMO AÑO BÁSICO.

Las coordenadas...

Terminé de susurrarte al oído las coordenadas y al igual que todo


lo que allí había, nos desvanecimos.
Desperté entonces con la alarma del celular pero me quedé un
rato pensando en ese sueño recurrente que acababa de tener.
Otra vez las coordenadas que retenía en mi mente y que
señalizaban un tiempo y un espacio que no lograba descifrar.
Era todo tan real y me eras tan familiar que casi podía sentir tu
presencia en lo que transcurría el día. Y créeme que inicié una
búsqueda en cada rostro que veía. Había veces en que creía verte
en el metro pero te perdías en medio de la gente que atestaba las
estaciones y los carros. A veces pensaba que estaba siendo
afectado por una especie de locura y estuve a punto de concertar
una cita con el psiquiatra...
Pero no podía ser locura.
El día pasó con toda su rutina y esa noche me acosté pensando en
soñarte nuevamente.
Y aunque como siempre ocurría, ahora tenías otro rostro pero yo
tenía la certeza que eras tú.
Me alegré de verte y dejé que el sonido de las hojas del bosque en
el que estábamos nos envolviera y nos transportara...
Entonces estaba nuevamente sentado en el suelo viendo como
dormías.
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SEPTIMO AÑO BÁSICO.

Las Hadas… 3

- Las Hadas existen, dijo con absoluta certeza mientras miraba 14


hacia los bosques de concreto que se dibujaban en el horizonte al 26
tiempo que sacudía el polen de su cuerpo. 35
- Las Hadas no existen, le respondió ella mientras ordenaba el 47
pétalo sobre el que habían dormido esa noche. 56
Por un momento se quedaron en silencio observando cómo el sol 67
iba descubriendo cada detalle del paisaje que habitaban. 76
- Las hadas tienen el cabello oscuro - dijo - Hay veces en que su 91
piel es del color del caramelo y el sonido de sus risas es aun más 106
bello que el de nuestras vertientes cuando descienden desde las 116
montañas. Pero también hay veces en que están tristes y estrellas 128
cristalinas se escapan de sus ojos. Si miras fijamente a los ojos de 142
las hadas podrás ver lo que ellas han visto y si ellas lo permiten, 157
podrás sentir lo que ellas han sentido. 165
- Pues te digo que no existen las hadas - volvió a refutar ella 179
mientras con una pequeño aguijón cocía un trocito de hoja 190
dañada
por el viento. 194
Él se quedó nuevamente en silencio mirando el horizonte. 204
- Si, estoy seguro de que las hadas existen. Entonces agitó sus 219
alas
y elevó el vuelo hasta la cima de los árboles desde donde podía 232
mirar aun mas allá del horizonte que limitaba su vista. 243

NOMBRE:
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PALABRAS INCORRECTAS
TOTAL DE PALABRAS
TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA
SEPTIMO AÑO BÁSICO.

Las Hadas…

- Las Hadas existen, dijo con absoluta certeza mientras miraba


hacia los bosques de concreto que se dibujaban en el horizonte al
tiempo que sacudía el polen de su cuerpo.
- Las Hadas no existen, le respondió ella mientras ordenaba el
pétalo sobre el que habían dormido esa noche.
Por un momento se quedaron en silencio observando cómo el sol
iba descubriendo cada detalle del paisaje que habitaban.
- Las hadas tienen el cabello oscuro - dijo - Hay veces en que su
piel es del color del caramelo y el sonido de sus risas es aun más
bello que el de nuestras vertientes cuando descienden desde las
montañas. Pero también hay veces en que están tristes y estrellas
cristalinas se escapan de sus ojos. Si miras fijamente a los ojos de
las hadas podrás ver lo que ellas han visto y si ellas lo permiten,
podrás sentir lo que ellas han sentido.
- Pues te digo que no existen las hadas - volvió a refutar ella
mientras con una pequeño aguijón cocía un trocito de hoja
dañada
por el viento.
Él se quedó nuevamente en silencio mirando el horizonte.
- Si, estoy seguro de que las hadas existen. Entonces agitó sus
alas
y elevó el vuelo hasta la cima de los árboles desde donde podía
mirar aun mas allá del horizonte que limitaba su vista.
TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA
SEPTIMO AÑO BÁSICO.

La búsqueda del Tesoro. 5

Una antigua leyenda cuenta la historia de un hombre que dedicó 16


su vida entera a la búsqueda de un tesoro mitológico que 28
otorgaría
a quien fuese capaz de encontrarlo, una vida prolífera y 39
conocimientos sin límites. 43
Este hombre viajó por los confines del mundo conocido por 53
entonces, hasta sitios en los que las cartas de esos días mostraban 66
algo llamado "finis terrae"... Vivió una vida solitaria y privada de 80
cualquier tipo de lujo o placer; trabajando en faenas esclavizantes 91
e infrahumanas con la sola finalidad de conseguir su meta. Nunca 103
se quedaba mucho tiempo en un mismo lugar y siempre viajaba 114
ligero, sólo con lo esencial para pasar las horas que le tomaba ir 128
de un sitio a otro... soportando todo tipo de inclemencias del 140
tiempo y recorriendo trayectos interminables que lo llevaban a 149
través de montañas o desiertos... 155
Cuando este hombre ya estaba cercano al final de sus días 166
encontró un documento oculto que lo guió hasta un laberinto 176
subterráneo bajo la ciudad de Bizancio, en el cual pasó tanto 188
tiempo buscando entre sus oscuros pasadizos que ya había 197
olvidado cuánto hacía que estaba allí... Había olvidado el sonido 208
de las personas en los numerosos mercados y pueblos que visitó; 220
ya no recordaba cómo era ser bañado por una suave lluvia, ni el 234
abrazo terrible del sol en el desierto sin fin... 244

NOMBRE:
N° DE PALABRAS
PALABRAS INCORRECTAS
TOTAL DE PALABRAS
TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA
SEPTIMO AÑO BÁSICO.

La búsqueda del Tesoro.

Una antigua leyenda cuenta la historia de un hombre que dedicó


su vida entera a la búsqueda de un tesoro mitológico que
otorgaría
a quien fuese capaz de encontrarlo, una vida prolífera y
conocimientos sin límites.
Este hombre viajó por los confines del mundo conocido por
entonces, hasta sitios en los que las cartas de esos días mostraban
algo llamado "finis terrae"... Vivió una vida solitaria y privada de
cualquier tipo de lujo o placer; trabajando en faenas esclavizantes
e infrahumanas con la sola finalidad de conseguir su meta. Nunca
se quedaba mucho tiempo en un mismo lugar y siempre viajaba
ligero, sólo con lo esencial para pasar las horas que le tomaba ir
de un sitio a otro... soportando todo tipo de inclemencias del
tiempo y recorriendo trayectos interminables que lo llevaban a
través de montañas o desiertos...
Cuando este hombre ya estaba cercano al final de sus días
encontró un documento oculto que lo guió hasta un laberinto
subterráneo bajo la ciudad de Bizancio, en el cual pasó tanto
tiempo buscando entre sus oscuros pasadizos que ya había
olvidado cuánto hacía que estaba allí... Había olvidado el sonido
de las personas en los numerosos mercados y pueblos que visitó;
ya no recordaba cómo era ser bañado por una suave lluvia, ni el
abrazo terrible del sol en el desierto sin fin...
TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA
SEPTIMO AÑO BÁSICO.

A Mano… 3

El “rubio” Alexis, inhaló un largo trago de oxigeno con sabor a 18


Valparaíso, antes de iniciar el último repecho de la inacabable 29
escalera del cerro “Mariposa”. Como de costumbre, agarró por el 43
mango su instrumento musical, y arremetió, resuelto como un 54
andinista, contra la inclinación estructural de aquel talud de 64
cemento. Cuando hizo cumbre, a los pies de una plazoleta, 77
acezando como un lebrel de campo, buscó alivio en una banca 89
doblando la cerviz. 93
Inconscientemente observó sus zapatos negros acharolados, 100
puntiagudos como hocicos de zorros, que le asentaban de 110
maravilla a su terno cruzado a rayas, y a su corbata chillona. A 125
todo esto, el sol, bruñó su anillo de oro macizo con una 139
incrustación de diamante, haciendo que su mano pareciera 148
distinguida; no por nada, muchas de esas damiselas que pagaban 160
un café o una copa para escucharlo, terminaban encandiladas con 171
la alhaja que fulgía en su dedo anular; mientras rasgueaba las 183
cuerdas en el “Rincón de Carlitos”, en el “Esturión” o en el 200
“Cafetín de la tía Rosario”. 207
Desde su inmejorable posición de cantor, – un pie doblado sobre 219
la silla y el otro anclado a las baldosas – veía, olía, y saboreaba. 235

NOMBRE:
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PALABRAS INCORRECTAS
TOTAL DE PALABRAS
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SEPTIMO AÑO BÁSICO.

A Mano…

El “rubio” Alexis, inhaló un largo trago de oxigeno con sabor a


Valparaíso, antes de iniciar el último repecho de la inacabable
escalera del cerro “Mariposa”. Como de costumbre, agarró por el
mango su instrumento musical, y arremetió, resuelto como un
andinista, contra la inclinación estructural de aquel talud de
cemento. Cuando hizo cumbre, a los pies de una plazoleta,
acezando como un lebrel de campo, buscó alivio en una banca
doblando la cerviz.
Inconscientemente observó sus zapatos negros acharolados,
puntiagudos como hocicos de zorros, que le asentaban de
maravilla a su terno cruzado a rayas, y a su corbata chillona. A
todo esto, el sol, bruñó su anillo de oro macizo con una
incrustación de diamante, haciendo que su mano pareciera
distinguida; no por nada, muchas de esas damiselas que pagaban
un café o una copa para escucharlo, terminaban encandiladas con
la alhaja que fulgía en su dedo anular; mientras rasgueaba las
cuerdas en el “Rincón de Carlitos”, en el “Esturión” o en el
“Cafetín de la tía Rosario”.
Desde su inmejorable posición de cantor, – un pie doblado sobre
la silla y el otro anclado a las baldosas – veía, olía, y saboreaba.

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