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Antecedentes de la investigación

La palabra dislexia surge a finales del siglo XIX en el campo de la oftalmología y la neurología,
actualmente se usa en la neuropsicología y por la psicopedagogía para describir el trastorno del
desarrollo cognitivo y verbal.

El profesor Rudolf Berlín (1887) fue el primero en describir la palabra dislexia un oftalmólogo de la
universidad de Stuttgart, la relaciono con la partícula latina dis = dificultad y legere = leer o la
palabra griega lexis = habla.

Poco después en 1877 el doctor A. Kussmaul acuñó el término “word blindness” o ceguera de
palabras para denominar a un paciente que había perdido la capacidad de leer. Charcot (1887)
definió alexia como la pérdida total de la capacidad de leer y finalmente Bateman en 1890 definió
dislexia como una forma de amnesia verbal. (Conxi, 2012)

En 1896 después de una década Pringle Morgan público en el British Medical Journal un artículo
sobre un muchacho de 14 años muy inteligente que presentaba problemas para identificar
palabras de más de una sílaba. Descartado cualquier problema cerebral se procedió a llamarlo
dislexia congénita. Hacia 1900 Bastián, Jackson i Hinshelwood describieron casos similares, todos
estos estudios se realizan en torno a la oftalmología.

Aunque Morgan sea considerado el fundador y patrocinador del estudio de la dislexia fue
Hinshelwood quien entre 1896 y 1911 publicó varios informes y artículos con varios casos clínicos
sugiriendo una naturaleza congénita; fue el encargado de crear o de influir en la preocupación
médica y social necesaria para que la dislexia fuera tomada como un asunto médico de mayor
importancia.

Las primeras teorías de las causas de la dislexia entre defectos estructurales del cerebro Fishe
(1910) y defectos funcionales Apert (1924) y Potzl (1924) retraso de desarrollo de los disléxicos.
Hay que recordar que entre los años 20 y 30 había una tendencia a rechazar causas neurológicas
del comportamiento en favor de explicaciones de carácter ambiental.

Samuel Torrey Orton entre 1925 y 1948 esculpió la evolución del estudio de la dislexia (Orton,
1925, 1930, 1937), al ser director de una clínica mental estudió los problemas lingüísticos en
pacientes con retraso mental, su investigación se centró en el campo de los trastornos del
lenguaje de ahí que fue la figura más importante en el estudio de la dislexia.

Orton sugirió que los disléxicos tenían una percepción visual deficiente de las letras, posiblemente
debido a un mal funcionamiento del cerebro, especialmente en la dominación hemisférica
cerebral de un lóbulo occipital sobre el otro. Después de Orton, el estudio de la dislexia pasó de
ser el campo exclusivo de médicos, en especial oftalmólogos y neurólogos, a ser compartido
también por psicólogos, sociólogos, educadores, y logopedas. A diferencia de la posición de
naturaleza biológica del gremio médico sociólogos y educadores empezaron a discutir sobre los
diversos factores ambientales adversos que contribuyen a los problemas de los disléxicos como
por ejemplo la ineficacia del método educativo.

Las teorías psicológicas comenzaron a describir los problemas disléxicos, los cuales venían de la
mano de los problemas con la lectura, escritura y deletreo que se podían dar juntos o por
separado

Independientemente del debate sobre las causas y síntomas de la dislexia, y en especial de si es


hereditario o no, todos coincidían en la posibilidad de recuperación de los disléxicos, si bien
existían diferencias en el método a utilizar. (Guardiola, 2001)

En la actualidad científicos franceses creen haber descubierto la causa de la dislexia, estudiaron los
ojos de un grupo de personas que padecían el trastorno y otro grupo que no lo tenía.

Su observación se centró en la fóvea (pequeña fosa que se encuentra en la retina). En los no


disléxicos el hueco de la fóvea del ojo dominante es redondo mientras que el otro ojo tiene una
forma irregular, en los disléxicos los agujeros de ambos ojos son redondos lo que significa que
carece de un ojo dominante esto confunde al cerebro, ya que un ojo le proporciona una imagen y
el otro, a modo de espejo, le da un reflejo de la misma, esto ayudaría a facilitar el diagnóstico de la
dislexia.

Se utilizó una lámpara que emitía luces LED a tanta velocidad que las mismas se hacían invisibles a
simple vista, lo cual lograba anular una de las imágenes en el cerebro de los disléxicos cuando
leían.

Algunos participantes la llamaban la "lámpara mágica", comentó Ropars, que admitió que se
necesitan más pruebas para comprobar su efectividad.

(BBC, 2017)

Bibliografía
BBC. (18 de Octubre de 2017). BBC News | Mundo. Obtenido de
https://www.bbc.com/mundo/noticias-41666410

Conxi. (10 de Enero de 2012). No puedo no quiero. Obtenido de


http://nopuedonoquiero.blogspot.com/2012/01/apuntes-sobre-la-breve-historia-de-
la.html

Guardiola, J. G. (30 de Marzo de 2001). IBG. Obtenido de


http://ibg.colorado.edu/~gayan/anupsi4.pdf

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