Todos los intercambios de energía que ocurren dentro de nuestro organismo, como las
reacciones metabólicas pueden ser descritos por las leyes de la física.
Esta primera ley de termodinámica nos dice que la energía no se puede crear ni destruir,
solo puede cambiarse o transferirse de un objeto a otro pero la cantidad total de energía
será siempre la misma.
En organismos vivos las reacciones más frecuentes son irreversibles pero en general
podemos decir que los seres vivos no son sistemas en equilibrio y el rendimiento de los
seres humanos al transformar la energía química en trabajo útil es diferente en cada
esfuerzo, dado que se mide por la relación entre el trabajo mecánico realizado y la tasa
metabólica específica de cada trabajo. Por ejemplo al subir unas escaleras, desarrollamos
un rendimiento del 23%, mientras que al andar en bicicleta obtenemos un 25%.
Este último es, precisamente, el movimiento que empuja al avión hacia adelante.
Entonces: si pudiéramos medir la cantidad de combustible consumido, la cantidad de
trabajo (movimiento) y la cantidad de calor liberado, podríamos calcular la energía total
del sistema y concluir que la energía en el motor se mantuvo constante durante el vuelo:
ni se creó ni se destruyó energía, sino que se la hizo cambiar de energía química a
energía calórica y energía cinética (movimiento, o sea, trabajo).
¿Cómo se produce el intercambio de energía con el
medio ambiente que nos rodea?
Los organismos incorporan energía procedente del medio
ambiente tomando los alimentos a partir de los cuales
obtienen la energía.
Eso significa que el grado de desorden de los sistemas aumenta una vez que hayan
alcanzado el punto de equilibrio, por lo que dado el tiempo suficiente, todos los sistemas
tenderán eventualmente al desequilibrio.
Al contraer los músculos de las piernas para mover tu cuerpo hacia delante, estás
utilizando energía química de moléculas complejas, como la glucosa, y la conviertes en
energía cinética (y, si estás caminando cuesta arriba, energía potencial). Sin embargo,:
una gran parte de la energía de tus fuentes de combustible simplemente se transforma en
calor. Parte del calor mantiene tu cuerpo caliente, pero gran parte se disipa en el
ambiente circundante.
Esta transferencia de calor aumenta la entropía del entorno, al igual que el hecho de que
tomas grandes y complejas biomoléculas y las conviertes en muchas pequeñas moléculas
simples, como dióxido de carbono y agua, cuando metabolizas el combustible para poder
caminar.
Planteando que la entropía de un sistema que sea llevado al cero absoluto, será una
constante definida podemos llegar a la conclusión de que:
1) Al llegar al cero absoluto (0 K), los procesos de los sistemas físicos se detienen.
2) Al llegar al cero absoluto (0 K), la entropía poseerá un valor mínimo constante.
Resulta difícil alcanzar el cero absoluto (-273,15 °C), como para dar un ejemplo sencillo
de esta ley. Pero podemos entender que es algo similar a lo que ocurre en nuestro
congelador: los alimentos que depositemos allí se enfriarán tanto y a temperaturas tan
bajas, que se enlentecerán o incluso detendrán los procesos bioquímicos en su interior.
Esta es la razón de que se retarde su descomposición y dure mucho más tiempo apta
para su consumo.
Si dos sistemas están en equilibrio térmico de forma independiente con un tercer sistema,
deben estar también en equilibrio térmico entre sí.
El cuerpo humano emite radiaciones cuya longitud de onda está comprendida entre 5 y 20
micrones. El organismo humano es un radiador que presenta propiedades similares a la
de un cuerpo negro que se halla a la mencionada temperatura (cuerpo negro es
esencialmente un radiador o absorbente perfecto, que es capaz de absorber todas las
longitudes de onda).
Los ejemplos cotidianos de esta ley son fáciles de hallar. Cuando nos metemos al agua
fría o caliente, notaremos la diferencia de temperatura sólo un tiempo, ya que nuestro
cuerpo luego entrará en equilibrio térmico con el agua y no notaremos más la diferencia.
También ocurre cuando entramos a una habitación calurosa o fría: notaremos la
temperatura inicialmente, pero luego dejaremos de percibir la diferencia pues entraremos
en equilibrio térmico con ella.
La energía restante se libera como calor, (entropía) parte del cual se utiliza para mantener
la temperatura corporal. Cuando el cuerpo produce demasiado calor, como en ocasiones
sucede cuando se realiza un ejercicio físico intenso, éste disipa el exceso al entorno en
forma de radiación, convección y evaporación.
En conclusión podemos decir que estudiar al cuerpo humano desde el punto de vista de la
física empleando como base las leyes de la termodinámica es muy interesante ya que así
podremos entender cómo es que un sistema físico utiliza la energía y la va transformando
de acuerdo a sus necesidades. Y el estudio de la energía es importante para nuestro
entorno porque es la que nos permite realizar un trabajo determinado, no solo a nosotros
sino también ayudan a cualquier tipo de máquina para que funcione correctamente.
Aplicadas al cuerpo humano, el concepto de energía está referido al de calor, ya que tanto
la energía que capta como la que emite el cuerpo se produce en forma de calor. Por lo
tanto, para poder vivir y evolucionar, el ser humano necesita eliminar los excesos de
entropía que se producen con el tiempo, mediante procesos como la circulación de la
sangre, la respiración o la alimentación.
El cuerpo humano está constantemente intercambiando energía y materia con él sus
alrededores (metabolismo) y consumiendo energía para desarrollar los trabajos externos
e internos necesarios (anabolismo), para lo cual es necesario ingerir moléculas de gran
energía (nutrición) que, mediante la combustión, dan lugar a productos de menor energía
(catabolismo).
Referencias Bibliográficas.