Enfoque estratégico para trastornos de la emancipación
Haley considera los problemas de esquizofrenia, delincuencia y drogadicción
como una interrupción en el desarrollo normativo del ciclo vital familiar, que impide que el hijo en edad juvenil se emancipe del hogar. Por consiguiente, este tipo de síntomas indican que la familia tiene dificultades para superar la etapa del ciclo en que los hijos se independizan de sus padres. Postula que la conducta «excéntrica» del joven es una conducta protectora voluntaria -enmarcada dentro de una apariencia de irresponsabilidad- para ayudar a sus progenitores que están enfrentados entre sí (Haley, 1985; 1987). El efecto del síntoma es que los padres se «unen» para afrontar el problema del hijo, dejando momentáneamente a un lado sus conflictos. Conceptualmente, el síntoma conlleva una definición incongruente en la relación jerárquica entre los miembros del sistema familiar. La «incongruencia» significa que el síntoma produce simultáneamente varias definiciones del poder, que son mutuamente incompatibles. El paciente identificado se sitúa por debajo de los padres puesto que fracasa, pero al mismo tiempo se coloca por encima cuando ellos se muestran incapaces de controlarlo, en parte porque temen causarle algún perjuicio o ser dañados por él (Madanes, 1984). INTERVENCION DE LA TERAPIA ESTRATEGICA 1. Etapa Social En esta etapa se saluda a la familia, haciéndoles sentirse cómodos, una vez que se haya presentado, el terapeuta deberá dirigirse a cada integrante de la familia y preguntarle cómo se llama. Se debe observar el estado de ánimo, las relaciones existentes entre padres e hijos, que disciplina imponen los padres a sus hijos, así mismo el terapeuta deberá reparar en la relación existente entre los padres o los otros adultos. A veces, al sentarse, los miembros de la familia revelan la organización de esta. 2. Etapa de planteo del problema Después de la etapa social, es preciso pasar de esta etapa a la de terapia el terapeuta debe comenzar a trabajar sobre el problema por el que ha sido consultado, así pues, el terapeuta hace la pregunta para conocer la opinión de los diferentes miembros que integran la familia sobre el problema en cuestión. 3. Etapa de interacción Para averiguar cuál es el problema se procede en dos etapas: 1º. Consiste en recabar la opinión de todos los presentes., lo que obliga al terapeuta a manejar directamente la conversación. 2º. Es hacer que todos los miembros de la familia dialoguen entre sí sobre dicha situación. Aunque se pone énfasis en la conversación, el terapeuta debe preferir la acción a las palabras como fuente de información. En vez de limitarse a precisar una conversación sobre el problema, el terapeuta procurará traer la acción problema al seno de la reunión. 4. Etapa de fijación de meta Esta etapa consiste en la formulación suficientemente clara de los cambios que desean alcanzar mediante la terapia, todo ello en términos operacionales. Esencialmente, el terapeuta está estableciendo un contrato. Se parte de la idea que mientas más claros sean los objetivos, mas fácil será el proceso terapéutico; por el contrario, si los problemas y cambios deseados se formulan de manera confusa y obscura, sin procurar aclararlos, resultará más difícil lograr la participación familiar y disminuirán las probabilidades de éxito. 5. Conclusión de la entrevista La primera entrevista debe concluir con la concertación de una nueva cita, lo cual puede plantear las siguientes cuestiones: a) Solicitar la presencia de algún otro miembro de la familia que se considera esencial para la terapia. b) Formular una directiva, es decir, dejar una tarea para el hogar que la familia deberá cumplir entre una sesión y otra.