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Derecho Empresario y del Mercado

Catedra A
UNIDAD 1: DERECHO EMPRESARIO
1.- Comercio: Concepto.
El comercio, desde un punto de vista económico, puede ser definido como la actividad
humana que tiene por objeto mediar entre la oferta y la demanda para promover, realizar o
facilitar los cambios, obteniendo un lucro específico.
Pero, desde un punto de vista jurídico, sólo podemos decir que comercio es todo supuesto
de hecho al que la ley califica de mercantil, si bien no caben dudas de que el derecho
comercial regula las relaciones surgidas de la actividad mercantil en su acepción económica,
tampoco caben dudas de que el derecho comercial también regula otras actividades que no
encuadran dentro del concepto económico de comercio, de manera tal que la noción jurídica
de comercio debe ser inducida de cada ordenamiento jurídico en particular. Entonces, es un
hecho social de contenido económico que genera relaciones de los individuos entre sí y con
el estado; y estas relaciones necesitan una regulación, lo cual da origen al derecho
comercial.
Elementos caracterizantes:
• Actividad humana: Solo el hombre individual socialmente considerado es capaz de
realizar esa serie de actos progresivos y concatenados en que consiste el comercio.
• Intermediación: Porque uno o acerca a dos partes. (elemento objetivo)
• Oferta y demanda: la mediación se da entre quien tiene la mercadería y quien la
necesita.
• Promoción de los cambios: Se realiza por medio de la propaganda y la publicidad.
• Facilitación de los cambios: Por medio de los bancos, las transportistas y las
aseguradoras.
• Realización de los cambios: Directamente, el comerciante que compra y vende,
indirectamente aquellas personas que acercan la oferta y la demanda.
• Lucro específico: Es el elemento subjetivo que consiste en una ganancia calculada
sobre la diferencia de los valores de cambio.
Derecho Comercial: “Es la disciplina jurídica constituida por principios y normas que regulan
la actividad comercial y las instituciones que el comercio crea para cumplir con sus fines”.
“Es una rama del derecho privado que está constituida por principios y normas reguladoras
de la actividad comercial”.
El derecho comercial es el conjunto de normas jurídicas que regulan la materia comercial y
su contenido no ha coincidido nunca con el concepto económico de comercio. El derecho
comercial está constituido por la materia comercial, la cual debe ser determinada con
relación a cada derecho positivo, de manera tal que constituye materia comercial todo
supuesto de hecho al que la ley considera mercantil.
(Justificación Legal que no entra):
El derecho comercial nació en el Medioevo para regular primeramente el tráfico local y luego
el tráfico interestadual que se realizaba en las ferias o mercados, sobre productos agrícolas,
especies, drogas y algunos productos manufacturados.
Con el advenimiento del capitalismo y la gran industria de los negocios provoco la aparición
del crédito y la consecuente constitución de una serie de instrumentos o títulos de crédito
que han ido paulatinamente independizándose de las causas que le dieron origen para
transformarse en valores autónomos y aptos para generar por si nuevas operaciones. El
desarrollo del crédito trajo como consecuencia la creación de bancos y otras instituciones
crediticias. La complejidad creciente de la gran industria ha provocado el surgimiento de
nuevas relaciones en el campo del trabajo y los negocios.
La actividad ha alcanzado límites insospechados. El nacimiento de nuevos tipos de sociedades
que a la vez se vinculan a intereses no comerciales pero de tal magnitud que influyen sobre
la economía nacional, ha requerido disposiciones legales adecuadas a su naturaleza.
En los años que corren puede notarse una evolución del derecho mercantil, una nueva fase
de desarrollo. Se ha observado con acierto que el derecho social se aproxima al derecho
comercial antes que, al derecho civil, lo que ha generado una socialización del derecho
comercial, dando como resultado nuevas técnicas legislativas en materia comercial. Es
precisamente la conjunción del llamado derecho social con el derecho mercantil lo que va
imprimiendo a este último su fisonomía actual. La tendencia cooperativa manifestada en
muchos países durante estos últimos años determina un regreso al sistema subjetivo del
ordenamiento mercantil profesional. Hoy ya se habla del derecho comercial como “el
derecho de la economía organizada, del derecho de la empresa”. La característica de la
economía moderna es la producción en masa y el desarrollo del mercado. La intervención
creciente del estado en la economía privada, con el aumento de monopolios, la creación de
empresas estaduales y la competencia a empresas privadas, y finalmente la política de
planificación seguida por muchos gobiernos, contribuyen a darle nueva fisonomía al
moderno derecho mercantil.
Caracteres.
I. El derecho comercial surge como una rama autónoma del derecho, como una categoría
histórica; cuando las soluciones no estaban previstas en el derecho común, que no daba
respuestas a las nuevas situaciones, sujetos, hechos que se venían presentándose en la
realidad económica; entonces cuando las normas del derecho común no fueron
suficientes, surge otro tipo de normas derecho comercial, con carácter autónomo, es
decir, distinto del otro.
II. Es autónomo, este es un carácter que siempre denotó al derecho comercial, si nace para
cubrir un hueco de la realidad, desde ese mismo momento es autónomo; surgió con sus
normas y principios propios para regular otra faceta de la realidad económica.
III. Siempre fue consuetudinario; vemos su origen en la costumbre.
IV. Es un derecho progresivo, porque es cambiante, se va modificando día a día y se va
acomodando a los cambios de la realidad, ya que este derecho regula al comercio que
está en constante cambio. El comercio cambia, el derecho trata de seguir esos cambios,
nunca se adelanta sino que va tras de él. La ley comercial nunca va a estar por delante del
comercio; en la historia, son rarísimos los casos y la mayoría de las veces no han dado
resultados, porque los comerciantes siguen haciendo lo que siempre hicieron por más que
la ley diga otra cosa. Entonces, el derecho comercial siempre está detrás de los cambios
que el comercio en sí produce.
V. Es universal, se tiende a su uniformidad en todo el mundo, ya que el comercio, es un
fenómeno que se da en todos los países, de una manera similar y el intercambio puede
producirse tanto en un mismo país como entre un sujeto de un país y otro sujeto de otro
país trascendiendo las barreras del derecho nacional. Esta universalización se logra a
través de los procesos de integración económica, estos no pretenden unificación, sino que
se busca la armonización de las normas y de las economías de los diversos países
integrantes del bloque, a los fines de facilitar el cambio, la circulación de personas,
mercaderías y capitales. También encontraremos acuerdos especiales sobre materias
determinadas, o tratados y convenios internacionales, en estas formas interviene el
estado para uniformar el derecho, ya sea haciendo un tratado con el otro país (bilateral)
o receptando la convención internacional como interna del país.
Existe otra forma de uniformar las normas del derecho comercial, en que el estado ya no
interviene, sino que se da entre los particulares a través de contratos entre personas
privadas de diferentes estados y esos contratos tienen sus propias reglas. Este tipo de
contratos se hacen similares en todo el mundo y se transforman en costumbre, pero para
uniformar esa costumbre existen asociaciones internacionales de comerciantes,
totalmente privadas, que compilan esas costumbres y las vuelven reglas, que si bien no
son formalmente obligatorios, lo son de manera material. Son verdaderas normas
basadas en la costumbre.
VI. Nuestro derecho comercial es elástico, más flexible que otras disciplinas jurídicas, porque
siempre se necesitaron soluciones agiles, dinámicas que solucionen dando satisfacción a
los conflictos de ambas partes.
VII. Es de pocas solemnidades, en ciertos casos es muy informal y en otros es demasiado
formal. Va a ser demasiado formal cuando se usa lo forma por razones de rapidez y de
seguridad del tráfico. Pero en la mayoría de los casos el derecho comercial es
esencialmente informal, no es necesario recurrir a un profesional para realizar actos de
comercio.
VIII. El derecho comercial es una rama del derecho privado, porque regla las relaciones entre
particulares.
IX. Otro carácter del derecho comercial es la dispersión o disgregación, porque engendra
ciertas instituciones que tienden a separarse de este para formar una rama autónoma
dentro del derecho, para formar un nuevo sub sistema jurídico. Esto no sucede por
ejemplo con el derecho civil, porque todas sus instituciones derivan y responden a los
mismos principios generales del derecho civil. En cambio el derecho comercial, es tan
variado el campo de acción que existen ciertas instituciones que adquieren tal
importancia que logran independizarse de la rama madre.
Origen y evolución histórica.
El derecho mercantil surge como ordenamiento especial en la época medieval. Este
fenómeno es consecuencia directa del renacimiento, que tuvo lugar en Europa occidental a
partir del siglo XI, aunque no puede afirmarse que en la antigüedad no existiera el comercio
o que no se encontrara reglada de algún modo la actividad. Pues si existió el comercio,
también existieron normas que lo regulaban en las diversas civilizaciones, incluyendo las
indígenas de intercambio primitivo. Pero en esa época había una ausencia de una disciplina
específica y autónoma.
Si en todo sistema positivo existen y existieron normas peculiares al comercio, la división del
derecho privado en dos sistemas (civil y comercial) era ajena al derecho romano.
Se constituyó con la base de los textos romanos transformados y elaborados por la
interpretación de jurisconsultos y de los sistemas de America latina, que derivan de los
primeros.
Edad Media: Aparición del derecho comercial diferenciado, a partir del Siglo IX se abre en
Europa una modalidad diferente el desarrollo y progreso del sector terciario (actividades
comerciales e industriales).
En el Siglo XI empieza la era de la propiedad en Europa Central y se produce un fenómeno,
la inmigración del hombre del campo a la ciudad. El sector primario cede su puesto al
artesanado. El mercader es una nueva figura que aparece en las ciudades, acumula riquezas
y estas le dan poder. Ese poder es el que le permitirá que exija y cree un nuevo derecho que
regule su actividad.
Los burgueses desean conquistar un nuevo orden que los beneficie, según las necesidades
de la dinámica de las transacciones, desean libertad de residencia, seguridad personal y de
las mercaderías, es decir libertad para negociar. Todo ello se da con el tiempo, cuando se
acepta la lex mercatoria, basada en usos y costumbres y normas que regulan la actividad de
grandes y pequeños mercaderes. Ese conjunto de normas de contenido jurídico es el estatuto
del comerciante, que tiene un neto matiz subjetivo y profesional.
Con los mercaderes se produce un notable desarrollo de la economía mobiliaria, se basa el
nuevo derecho en el intercambio y la intermediación de cosas muebles. Con el derecho de
los mercaderes se forma el embrión del capitalismo, cuyo efecto se notará hasta varios siglos
más tarde.
El renacimiento trae nuevo desarrollo e impulso al derecho comercial. Las cruzadas y los
viajes, como así también los inventos contribuyen a considerar a este derecho como una
importante rama autónoma del derecho privado.
Era contemporánea: Luego de la revolución francesa comienzan a redactarse los primeros
códigos, el primero de ellos fue el francés de 1807 o código Napoleón, el cual enumera una
serie de actos a los cuales se le aplicaran las normas y jurisdicción mercantiles. Surge la teoría
del acto de comercio y se perfecciona la objetivación del derecho comercial.
Concepción subjetiva y objetiva: En una primera etapa el derecho comercial es
eminentemente subjetivo, luego pasamos a una concepción objetiva, para luego
introducirnos nuevamente en una etapa subjetiva.
Aspecto subjetivo: Tiene en cuenta en la comercialidad al sujeto que realiza el acto. Si el
sujeto es comerciante se regirá por el derecho comercial, en caso contrario no. El derecho de
los comerciantes en el ejercicio de su actividad profesional, lo cual abarca desde el medioevo
hasta la Rev. francesa. Hasta 1789 nadie podía comerciar si no estaba afiliado a los
respectivos sindicatos y es por eso que el derecho comercial tenía un contenido netamente
subjetivo que toma en cuenta la persona del comerciante, pero la revolución francesa, con
sus principios de igualdad y fraternidad, declara la abolición de los sindicatos de comerciantes
y proclama la libertad de comerciar.
Aspecto objetivo: La comercialidad va del acto al sujeto. Comerciante o no comerciante, lo
importante es lo que hace. Esta fue la modalidad hasta la redacción del Código Frances.
Aspecto subjetivo: Se vuelve al subjetivismo por la aparición de la empresa organizada en
masa y en serie. Se lo concibe como el derecho de la empresa, desde el siglo XX hasta
principios del XXI.
Y finalmente una cuarta etapa, la cual marca el retorno a la concepción predominantemente
objetiva, al concebir al derecho comercial como el derecho de la actividad económica, que
rige en nuestros días.
Derecho de la Empresa: El derecho comercial es la rama del derecho empresarial,
corporativo y privado que regula y estudia la actividad comercial que es la actividad de los
comerciantes, no se limita a ser un conjunto de normas sino que va mas allá, lo cual es
necesario tener en cuenta a fin de tener enfoques más amplios y más confiables de esta rama
del derecho tan importante en el derecho y en la economía. El Derecho mercantil puede
considerarse como una especie de subdivisión o incluso un derecho horizontal y paralelo al
Civil, pero no es así. No es un derecho de excepción, es un derecho que abarca un sector
concreto de actos y negocios jurídicos. Se lo ha creado para atender una realidad
ingobernable por el derecho civil.
Los hombres que sancionaron nuestra constitución, y nuestros códigos tenían visión
estratégica. En ese entonces nuestro país tenía potencialidad para desarrollarse como
potencia agro exportadora, no industrial o manufacturera, dado que la riqueza estaba en la
tierra, en sus frutos y productos, no fue casual que el derecho real mejor tratado fuera el de
dominio, la obligación más extensamente reglamentada fuera la de dar cosas, y el contrato
más sesudamente desarrollado el de compra-venta. En ese contexto histórico era
comprensible la razón por la cual la empresa resultaba mencionada de modo incidental,
justamente, porque su desarrollo no era vital en ese contexto. La empresa comercial no era
importante para una economía de base agraria, y a mayor abundamiento nos basta con
recurrir al art 452 del Código de Comercio para ver que fueron excluidas de la materia
comercial toda negociación referida a inmuebles, cosechas y ganados.
En el Código Civil y Comercial recientemente sancionado no hallamos un estatuto de la
empresa tal como se esperaba, por el contrario se ha optado por un tratamiento disperso y
atomizado, las normas referidas a los deberes a cargo de los empresarios resultan poco claras
en cuanto a quienes deben ser entendidos como tal. Consideramos que el concepto de
empresa debe ser aprehendido desde la óptica actual de la economía, ya que es un fenómeno
que no puede extrapolarse sin perder su naturaleza.
En este punto ese parece haber sido el criterio de los redactores del nuevo Código de Derecho
Privado argentino, por lo que no debemos considerar que haya habido aquí un olvido u
omisión involuntaria, sino todo lo contrario, se ha fundado en la tradición doctrinaria.
Otra cuestión tiene que ver con la concepción de empresa, que deriva del análisis de las
normas que regulan particularidades del fenómeno en este cuerpo legal. Allí si podemos
intentar interpretaciones, exponiendo que del análisis de los arts. 320 y siguientes inferimos
que se admite la concepción más amplia de la misma, como organización, y que el nuevo
código viene a expresar una especie de frontera cada vez más borrosa entre las
organizaciones típicamente con fines de lucro y destinadas al Mercado, de aquellas que no
lo tienen, pero que trasuntan una organización interna.
Hay un “nuevo Derecho Comercial” en cuyo marco la ley da gran importancia a la “empresa”
como delimitadora principal de la materia comercial, como institución sujeta a una
protección acentuada en su continuidad, como límite del fraccionamiento patrimonial, como
presupuesto necesario para la configuración de una “sociedad”, como una frontera entre las
sociedades y los contratos asociativos, y como principal obligada contable en el caso de
personas humanas.
Derecho de la Actividad Económica Organizada. Contenido actual.
La “actividad económica organizada”, como género, supone la reiteración de actos bajo una
organización que funciona como unidad independiente de su titular, con fines o efectos
económicos. Por su parte la “empresa” requiere, además de una “organización económica”,
otros elementos adicionales para llegar a ser tal, asi pueden mencionarse a la exigencia de
“profesionalidad” y de tener como objeto la “producción de bienes y servicios para el
mercado”. También se sostiene que en la “empresa” siempre hay “asunción de riesgo”, lo
que no es un requisito o elemento fundamental de la “actividad económica organizada”.
Además, la “empresa” siempre requiere siempre “trabajo ajeno subordinado”, el que puede
no existir en la simple actividad económica organizada y llevada a cabo en forma unipersonal.
Finalmente, otro elemento que se señala para que la actividad económica organizada tenga
la relevancia jurídica de una “empresa” es que ésta alcance “cierta complejidad”, o sea que
una mera actividad económica organizada llega a ser “empresa” cuando elementos que ya
posee en forma incipiente se desarrollan o combinan. En el punto resulta aplicable al tema
la tradicional discusión respecto del carácter comercial del “artesano”, que es quien trabaja
personalmente, con o sin ayuda de obreros o aprendices bajo su dirección, en la fabricación
de objetos que vende o en la refacción de cosas de propiedad de su clientela. Recordemos
que es artesano tanto quien fabrica o elabora (carpintero, herrero, joyero, etc.), como quien
realiza reparaciones (mecánico, afilador, electricista, plomero, gasista, service, etc.) en forma
ambulatoria o con local propio. La doctrina controvertía su calidad de comerciante, aplicando
para diferenciarlo un criterio cuantitativo (según tenga o no capital, colaboradores y volumen
de facturación) o uno cualitativo (según la medida de su trabajo personal frente al de sus
colaboradores), en criterios hoy útiles para diferencia la “actividad económica organizada”
de la “empresa”. La jurisprudencia, en general, les había negado carácter de comerciantes,
entendiendo por nuestra parte que una diferencia relevante entre comerciante y artesano
era la falta de capital y de crédito del segundo, lo que se corroboraba con la autorización al
fallido de ejercer “tareas artesanales” (art. 104 ley 24.522) a pesar de tener prohibido
“ejercer el comercio” por su inhabilitación desde la fecha de la quiebra (art.238 de la misma
ley). Sentado ello, y en cuanto al “establecimiento”, cabe mencionar que existen dos
nociones: una “vulgar” y una “técnica” o “jurídica”. En la “vulgar”, establecimiento es el mero
asiento material de las actividades de su titular (local, oficina, galpón, edificio, etc.). En la
jurídica, se define al establecimiento como el “conjunto de bienes” organizados por el
empresario para el ejercicio de su actividad profesional, identificándose con la “hacienda”.
Según el art.1º de la ley 11.867, que en su conjunto alude a la noción “jurídica”, son
elementos constitutivos de un establecimiento comercial o fondo de comercio: “…las
instalaciones, existencias en mercaderías, nombre y enseña comercial, la clientela, el derecho
al local, las patentes de invención, las marcas de fábrica, los dibujos y modelos industriales,
las distinciones honoríficas y todos los demás derechos derivados de la propiedad comercial
e industrial o artística”. Al haber distinguido el Código al “establecimiento” respecto de la
“empresa”, queda claro que se refiere al sentido “vulgar”.
A los efectos contables la ley considera en forma diferenciada a la “actividad económica
organizada” respecto de la “empresa”, en una relación de género a especie, distinguiéndola
también del “establecimiento” en sentido “vulgar”.
El Código recepta un criterio “cuantitativo” en materia de obligados contables cuando alude
a “actividades eximidas (…) por el volumen de su giro” (art. 320, in fine), siguiendo de algún
modo los criterios cuantitativos para la calificación como Micro, Pequeñas y Medianas
Empresas de la ley 25.300.
El Código recepta un criterio “cualitativo” en materia de “profesiones liberales” y de
“actividades agropecuarias” teniendo en cuenta los aportes “intelectuales” de las primeras y
la utilización de “la naturaleza” como recurso en la producción de las segundas.
Todo ello permite, postular los siguientes elementos cuantitativos y cualitativos que no se
presentan en la mera “actividad económica organizada” y serían propios de la “empresa”
permitiendo diferenciarla: a) profesionalidad en su dirección; b) mayor complejidad en su
organización; c) permanencia y habitualidad; d) asunción de riesgo; d) utilización de trabajo
ajeno, en dependencia o colaboración, para la prestación misma del servicio en grado de
conferir neutralidad al factor personal de su titular; e) mayor incidencia del capital en los
resultados; f) propósito de lucro por sobre la atención de necesidades; y g) recurrencia
habitual al crédito.
Autonomía.
- Etcheverry: el derecho comercial no es un derecho de excepción, es un derecho que
abarca un sector concreto de actos y negocios jurídicos, como los demás. No se
subordina al derecho civil tampoco, sino que se lo ha creado para atender una realidad
ingobernable por el tradicional Ius Civile de origen romano.
- Fontanarrosa: en tres sentidos puede hablarse de la autonomía de una rama del
derecho: • Didáctica: cuando el estudio de esa rama constituye una materia especial
de investigación y enseñanza.
• Científica o jurídica: cuando las normas tienen a formar un sistema que si bien queda
encuadrado dentro del sistema general del derecho, presenta rasgos particulares y
distintivos.
• Legislativa: cuando las leyes relativas a dicha materia son coordinadas en un cuerpo
separado de normas.
En los países que mantienen la dualidad de códigos se puede afirmar la autonomía del
derecho comercial (al menos en su aspecto legislativo y didáctico).
El derecho comercial se manifiesta como rama autónoma, con ciertos principios peculiares,
algunos explícitamente manifestados y otros que surgen de la estructura general de la
legislación mercantil. No solo razones científicas imponen admitir tal autonomía, sino
también motivos de orden práctico, ya que prescindir de ese criterio significaría retroceder a
la aplicación de algunas soluciones de estricto derecho civil, anticuadas e inconvenientes para
los intereses del comercio. El problema de saber si el derecho comercial es autónomo o no,
se presenta con respecto a las lagunas jurídicas, es decir, situaciones fácticas no previstas por
la ley.
Unificación de los Derechos Civil y Comercial.
Al intentar unificar el derecho privado en un código único, no se trata de uniformar los
contenidos del derecho civil y el derecho comercial, porque si bien se trata de dos ramas del
derecho privado pero lo que regulan sus normas es distinto.
Por ejemplo en el derecho civil nos encontramos con dos sujetos individuales realizando un
contrato, o un sujeto individual en sus relaciones de familia o sucesorios. En el derecho
comercial hablamos de cosas distintas, se habla de empresa, se habla de sujeto que trabaja
en el comercio, no es un sujeto aislado ni de un acto aislado, sino que nos referimos a una
actividad que es completamente al derecho civil. Pero existe una base común a ambos
derechos, que son las obligaciones y los contratos, y es aquí donde es más notoria la
comercialización del derecho civil, y esto es lo que se pretende unificar.
Fuentes: formales y materiales.
Formales:
- La ley: Es decir, la Constitución, el CCCN en sí, las leyes complementarias, y también otras
normas comerciales que vengan de disposiciones reglamentarias (Por ejemplo toda
normativa que venga del BCRA, o de la Superintendencia de Seguros o de la comisión de
valores en materia de mercado de valores). La ley extrajera va a regir solamente cuando las
partes en sus contratos particulares expresen que en ese contrato se va a regir por las leyes
del país extranjero, siempre que la cosa vaya de un país a otro, o que una de las partes se
encuentre en país extranjero.
- La Jurisprudencia: Solo es fuente cuando se aplica al caso concreto.
Materiales:
- La costumbre: Son conductas repetidas de los particulares con conciencia de su
obligatoriedad. La importancia de la costumbre como fuente del derecho mercantil radica en
que este es eminentemente consuetudinario y además porque es importante el rol que juega
ante una laguna del derecho.
Entonces, ante una laguna del derecho ¿a qué vamos a recurrir?
ARTÍCULO 963.- Prelación normativa. Cuando concurren disposiciones de este Código y de
alguna ley especial, las normas se aplican con el siguiente orden de prelación:
a. normas indisponibles de la ley especial y de este Código;
b. normas particulares del contrato;
c. normas supletorias de la ley especial;
d. normas supletorias de este Código.
ARTÍCULO 1094.- Interpretación y prelación normativa. Las normas que regulan las relaciones
de consumo deben ser aplicadas e interpretadas conforme con el principio de protección del
consumidor y el de acceso al consumo sustentable. En caso de duda sobre la interpretación
de este Código o las leyes especiales, prevalece la más favorable al consumidor.
Asimismo, respecto a la costumbre vemos en el art. 1 del CCCN que “…Los usos, prácticas y
costumbres son vinculantes cuando las leyes o los interesados se refieren a ellos o en
situaciones no regladas legalmente, siempre que no sean contrarios a derecho.”
Valor de la costumbre: De lo dicho anteriormente debemos preguntarnos, cual es el valor
que tiene la costumbre para el derecho civil y comercial. Existen dos clases de costumbre:
-El uso o costumbre interpretativos: buscan interpretar lo que las partes estipulan en los
contratos, y tanto que se trata de interpretar, las partes van estableciendo en sus contratos
determinadas formas de actuar y se va creando la segunda clase de usos y costumbres.
-El uso o costumbre como fuente del derecho: Nadie discute la existencia y el valor del uso
interpretativo, para lo cual existen varias normas.
Podemos decir entonces que el valor interpretativo de la costumbre es antecedente de lo
que después se hace norma. Las partes, en sus convenciones, además de interpretar la ley y
llenar los vacíos de esta, pueden decir una cosa distinta a los que ésta expresa solamente
respecto a las normas supletorias de la ley especial y del código. Por ello, hay un “núcleo
duro” de normas indisponibles que la costumbre no puede invalidar.
Hay 3 funciones de la costumbre: 1° Según la Ley. 2° Integradora de la Ley. 3° Contra la Ley.
Entonces podemos decir que el derecho comercial es autónomo, pero parece que no tanto,
porque encontramos que de acuerdo al art. 961 CCCN, “Los contratos deben celebrarse,
interpretarse y ejecutarse de buena fe. Obligan no sólo a lo que está formalmente expresado,
sino a todas las consecuencias que puedan considerarse comprendidas en ellos, con los
alcances en que razonablemente se habría obligado un contratante cuidadoso y previsor.”
El Derecho Comercial argentino: evolución.
Antes de 1810 regía en nuestro país la legislación hispana, las leyes de Indias y las de Castilla,
primero, y las ordenanzas de Bilbao de 1737, después, tuvieron vigencia desde 1794, cuando
se creó el Consulado de Buenos Aires. La magistratura colonial era compleja, había jueces
reales, que eran funcionarios con ciertas atribuciones judiciales, jueces capitulares
(integrantes del Cabildo), y jueces de la Real Audiencia (órgano que tenía poder equiparable
al del virrey). Este era el fuero ordinario. También había jueces para fueros especiales: militar,
eclesiástico, universitario, minero, mercantil. Con la creación del Consulado, se separaba la
jurisdicción mercantil de la civil. Este tribunal, independiente y autónomo, subsistiría en
nuestra patria hasta 1862. Tenía una doble función: la judicial, que entendía en pleitos
mercantiles, y la administrativa, que se ocupaba de problemas de policía del comercio y
fomento del tráfico mercantil. El procedimiento era breve y sumario, y no se exigía la
participación de letrados.
En los primeros años de independencia se aplican los preceptos hispanos, salvo los que
contradijeran expresamente la nueva organización política; en cuanto al derecho comercial,
algunos temas importantes hay a considerar: el Código de Comercio español fue adoptado
por algunas provincias argentinas. El uso de esa ley revela la necesidad de contar con un
ordenamiento propio. En 1813 se crea la "matrícula de comerciantes nacionales". En 1815 se
resuelve que los contratos de sociedad deben otorgarse ante el escribano del Consulado, a
fin de darles mayor justeza y seriedad técnica. En 1817 el Reglamento manda que se observen
las leyes españolas en tanto no contradigan.
La Constitución de 1853 impone al Congreso la facultad–deber, de redactar y sancionar el
Código de Comercio y una ley de bancarrotas (quiebras) y reglar el comercio marítimo y
terrestre con las naciones extranjeras, y de las provincias entre sí. Por la época Urquiza emite
un decreto y nombra una comisión pero no obtiene resultados positivos. La separación de
Buenos Aires del resto del país, encuentra a Vélez como ministro de gobierno en 1856, por
su iniciativa decide emprender la obra junto al uruguayo Eduardo Acevedo. El proyecto Vélez-
Acevedo se presenta en la legislatura en el año 1857, se intenta cierta revisión, pero es ella
imposible por el especial tecnicismo del trabajo. En 1859, impulsada por Sarmiento, se logra
la aprobación de las Cámaras de la provincia, sin reformas ni enmiendas. Se publica. La
flamante ley para el Estado de Buenos Aires regiría seis meses después de su promulgación.
Tuvo como modelo el Código Francés. Tenía algunas particularidades: comerciantes eran los
que se inscribían en la matrícula, no se legislaba sobre cheques, y eran incompletas las reglas
sobre sociedades. Bajo la presidencia de Bartolomé Mitre, el 12 de setiembre de 1862 se
promulgó el Código de Comercio de Buenos Aires como Código de Comercio de la Nación. No
se hicieron modificaciones pero el congreso tardo tiempo en resolver. Algunas provincias lo
habían adoptado con anterioridad. Luego de algunas reformas, prosperó la formulada por
Escalante, Cevallos, Basualdo y Colombres en 1889 y que entro en rigor en 1890, y que es
más o menos lo que rigió hasta 2015. Tiene la particularidad de contener una gran cantidad
de leyes complementarias que se fueron incorporando con el devenir de los tiempos. Con la
ley 26.994, se puso en vigencia el CCCN, se modificó la ley 19.550 (ahora denominada Ley
General de Sociedades), y se mantuvieron varias de las leyes complementarias, como la de
Seguro, etc.
2- La empresa: Concepto, elementos y caracteres.
La empresa: Desde la teoría económica y la ciencia de la administración, se ha definido a la
“empresa” como la organización técnica-económica de los factores de producción (capital,
trabajo, recursos naturales y tecnología). Se coordinan el capital y el trabajo, valiéndose del
proceso administrativo, produce y comercializa bienes y servicios en un marco de riesgo.
Además, busca armonizar los intereses de sus miembros y tiene por finalidad crear, mantener
y distribuir riqueza entre ellos. Decimos que es una organización técnico-económica, porque
el empresario asume tanto riesgos económicos como técnicos.
Los riesgos técnicos tienen que ver exclusivamente con el producto, por ejemplo, por una
falla en la maquinaria el producto sale defectuoso.
Los riesgos económicos son aquellos que se vinculan al mercado, por ejemplo, que no tenga
aceptación el producto, o que se haya producido de manera exitosa, pero no se haya fijado
un precio, pudiendo ser desventajosa su aparición en el mercado. Ambos riesgos forman
parte de la empresa, porque al organizar y producir no se saben los resultados que puede
deparar la empresa al empresario.
También se ha dicho que es una organización con finalidad económica y con responsabilidad
social, generadora de productos y servicios que satisfacen necesidades y expectativas del ser
humano.
La hacienda o fondo de comercio, será su elemento objetivo. Implica cierta separación
patrimonial entre acreedores del “fondo” y acreedores personales de las partes.
El empresario será su elemento subjetivo, sea persona individual o jurídica, como el sujeto
que es titular de todas las relaciones jurídicas y responsable de ella en tanto la organiza,
dirige, explota y percibe sus resultados. un mismo empresario puede tener varias empresas
como unidades productivas independientes.
En términos de Derecho Internacional, una empresa se entiende como el conjunto de capital,
administración y trabajo dedicados a satisfacer una necesidad en el mercado.
Una definición más sociológica, en cambio, la entendería como un conjunto humano
organizado con el fin de generar bienes o servicios en una comunidad determinada.
Que no exista una definición legal de empresa, no debe llevarnos a pensar que la misma no
sea objeto de regulación normativa. Por el contrario, podemos encontrar normas que
seguramente facilitarán la actividad empresarial, por ejemplo, las que brindan mayor impulso
a formas alternativas de resolución de conflictos, lo que ahorrará costos y tiempo a los
agentes económicos.
Caracteres:
- Es un conjunto de factores de producción: Factores comerciales y factores
financieros.
- Toda empresa tiene sus objetivos.
- Los factores están coordinados.
- Ésta coordinación da pie a un factor de administración o dirección.
Elementos que la componen:
- Factores activos: empleados, propietarios, sindicatos, bancos, etc.
- Factores pasivos: materias primas, transporte, tecnología, conocimiento, contratos
financieros, etc.
- Organización: coordinación y orden entre todos los factores y las áreas.
Factores activos: Personas físicas y/o jurídicas (entre otras entidades mercantiles,
cooperativa, fundaciones, etc.) que constituyen una empresa realizando, entre otras,
aportación de capital (sea puramente monetario, sea de tipo intelectual, patentes, etc.).
Estas "personas" se convierten en accionistas de la empresa.
Participan, en sentido amplio, en el desarrollo de la empresa:
Administradores.
Clientes.
Colaboradores y compañeros.
Fuente financiera.
Accionistas.
Suministradores y proveedores.
Trabajadores.
Factores pasivos: Todos los que son usados por los elementos activos y ayudan a conseguir
los objetivos de la empresa. Como la tecnología, las materias primas utilizadas, los contratos
financieros de los que dispone, etc.

Naturaleza jurídica.
- Criterio subjetivo: Algunos dicen que la empresa es un sujeto, que tiene la facultad de
adquirir derechos y contraer obligaciones. Se sostiene que son sujetos que constituyen
un patrimonio de afectación destinado a los fines de la empresa y en realidad no sería
una técnica de subjetivización sino de patrimonialización. Se tiene la idea de que la
empresa es distinta del empresario. En nuestro derecho argentino la empresa no
puede ser sujeto, solamente se organiza como sociedad, pero entonces la sociedad
sería el sujeto y no la empresa. La empresa no puede ser sujeto de derecho porque
para eso tendría que ser persona, y en nuestro derecho solo lo son las personas físicas
e ideales, y es la ley (el CCCN establece quien es persona) y éste no establece la
personalidad jurídica de la empresa.
- Criterio objetivo: Ven a la empresa separada del empresario, la empresa no sería
sujeto sino objeto. Esta concepción es sostenida por Halperin, Colombres y muchos de
los autores clásicos. Negri aproxima a la empresa el concepto de objeto de derecho, la
que se caracterizaría por constituir un conjunto patrimonial de bienes cuya titularidad
o propiedad pertenece a una o más personas quienes asumirán el riesgo propio de la
actividad empresaria. Como objeto de derecho seria susceptible de negociación
jurídica.
- Críticas: Si decimos que la empresa es un objeto, que es el conjunto de bienes que
necesita el empresario para desarrollar la actividad, estamos diciendo que la empresa
es lo mismo que el fondo de comercio, porque estos autores dejan afuera todo lo
concerniente al factor trabajo. Si decimos que la empresa es lo mismo que el fondo de
comercio entonces no existiría la empresa como noción distinta del fondo de comercio.
- Criterio intermedio: Hay autores, que se basan en el CC italiano, que sostienen que la
empresa no es el empresario, ni las cosas que necesita el empresario para realizar la
empresa; sino que es la actividad del empresario, tanto para organizar, como para
después llevar a cabo los actos propios de la empresa. Etcheverry afirma que sostener
que la empresa es actividad, importa volver al punto de partida y desconocer lo que se
quiere definir. Es precisamente la actividad del empresario y sus colaboradores lo que
ha creado la empresa, como cosa distinta de la actividad. La actividad crea a la
empresa, pero no es la empresa misma. Esa es la organización de la actividad y además
un conjunto de elementos de naturaleza variada. La actividad del empresario no puede
separarse de su persona. Lo que dice el citado autor es que lo que se trata de averiguar
es qué es la actividad; entonces, no podemos decir que la empresa es la actividad y por
eso nos dice que no hay una noción que se aplique a la empresa en el ámbito jurídico.
Vítolo dice que la empresa no es el conjunto de bienes, no es el empresario, ni tampoco
la actividad, sino que es el resultado de la actividad organizada que realiza el
empresario. Fontanarrosa sigue a los autores italianos, pero no se conforma con la
concepción objetiva que dice que empresa es fondo de comercio, sino que dice que es
algo más que esto, no son los factores organizados, tampoco la actividad; sino que es
una forma especial de desarrollar la actividad, es un quid inmaterial (no es la cosa, sino
el adjetivo de la cosa, es decir que la actividad esté organizada), es la forma organizada
en que se desarrolla una actividad. Entonces, para definir a la empresa, no debemos
observar la organización estática, porque ello sería observar el fondo de comercio, lo
que debemos tener en cuenta es la forma en que se realiza esa actividad: si se realiza
en forma organizada hay empresa.
Diferencias y relaciones entre empresa, empresario y sociedad.
Una empresa, desde el punto de vista económico, es una unidad de producción en la que se
combinan los precios del capital y del trabajo con la finalidad de suministrar al mercado
bienes o servicios a un determinado precio, con el fin de obtener una renta monetaria igual
a la diferencia de unos precios y otros. La empresa ha venido siendo considerada no ya como
los elementos materiales o patrimoniales que posee, sino como una organización de bienes,
actividades y relaciones de muy variada condición, constitutiva de un todo único susceptible
de ser objeto de negocios jurídicos en el marco de una actividad organizada.
Aunque existen diversos tipos de empresas, normalmente cuando se habla de empresa, nos
referimos a una empresa de cáracter mercantil, en la que una persona física o jurídica, esto
es el empresario, desarrolla en el mercado actividades económicas, de producción o
distribución de bienes o de prestación de servicios, asumiendo en nombre propio el riesgo
inherente a tales actividades.
La idea de empresa, está íntimamente unida a la idea de empresario. Hay que precisar que
desde el punto de vista jurídico la empresa no es un sujeto de Derecho, pues carece de
personalidad jurídica dentro de nuestro Ordenamiento.
Es el empresario y no la empresa el titular de los derechos y obligaciones que la actividad
empresarial genera. De este modo, el empresario es la persona física (él mismo) o persona
jurídica (normalmente habiendo constituido una sociedad) titular de esa empresa,
precisamente porque esa persona (natural o jurídica) es titular del patrimonio con el que
puede responder del cumplimiento de las deudas surgidas en el ejercicio de la actividad
empresarial.
Por lo tanto, cuando hablamos de empresa, normalmente nos referimos a la organización
económica que tiende a unos fines, por lo común lucrativos, mientras que cuando hablamos
de empresario nos referimos más bien al titular de esa empresa (persona física o jurídica) y
de los derechos y obligaciones que su organización y actividad generan.
La empresa en el Código Civil y Comercial.
El Código de Comercio fue derogado, el nuevo Código Civil y Comercial no regula ni al
comerciante ni a los actos de comercio, no hay mas registro público “de comercio” ni
sociedades “comerciales”, ni el nuevo Código tiene un capítulo especial para el derecho
comercial, para el empresario ni para la empresa.
Ello crea la apariencia de que el nuevo Código Civil y Comercial, no mantendría al “derecho
comercial” como categoría diferenciada del “derecho civil”, con sus propias normas
delimitativas y normas preceptivas, sino que prevería una misma regulación en materia de
obligaciones y contratos para todas las personas humanas y para todas las personas jurídicas
sin atender a la índole de sus actividades u operaciones. Tal situación sería contraria a la
directiva constitucional que exige una legislación diferenciada entre la materia civil y la
comercial, sea en textos separados o unificados (art. 75 inc.12 de la C.N.).
La realidad es totalmente distinta, el Derecho Comercial subsiste en el nuevo Código con
soluciones similares a las anteriores pero bajo otros presupuestos, a saber:
-El “comerciante” fue reemplazado por el “empresario” (o el cuasi empresario).
-El “acto de comercio” fue desplazado por la “actividad económica organizada”.
-El nuevo eje del derecho comercial es “la empresa”, sin la cuál no hay sociedad, y cuya
continuación se procura mediante los mecanismos de tolerancia de la unipersonalidad
sobreviniente, efecto no liquidatorio de las nulidades y posibilidad de reactivación societaria
si existe viabilidad económica y social de la subsistencia de la actividad (art.100 LGS).
La empresa: Tienen obligaciones contables en el nuevo código las personas humanas que
son “empresarios” o sea que explotan una empresa sin exigirse que posean un
establecimiento. Se ha definido a la “empresa” como la organización en la cual se coordinan
el capital y el trabajo y que, valiéndose del proceso administrativo, produce y comercializa
bienes y servicios en un marco de riesgo. Además, busca armonizar los intereses de sus
miembros y tiene por finalidad crear, mantener y distribuir riqueza entre ellos. También se
ha dicho que es una organización con finalidad económica y con responsabilidad social,
generadora de productos y servicios que satisfacen necesidades y expectativas del ser
humano.
A nivel jurídico la empresa no tiene un estatuto propio por lo que debe atenderse al régimen
legal de sus diversos elementos descriptos, resultando de interés los aportes del derecho
tributario y del derecho laboral. La hacienda o fondo de comercio, será su elemento objetivo
en tanto puede ser objeto del negocio de “transferencia” regido por la ley 11.867 lo que
implica, además, cierta separación patrimonial entre acreedores del “fondo” y acreedores
personales de las partes. El empresario será su elemento subjetivo, sea persona individual o
jurídica, como el sujeto que es titular de todas las relaciones jurídicas y responsable de ella
en tanto la organiza, dirige, explota y percibe sus resultados. Un mismo empresario puede
tener varias empresas como unidades productivas independientes. Por su lado, los
trabajadores, estarán regidos por las normas laborales, previsionales y sindicales respectivas.
Por todo ello, el término “empresa” se utiliza en Derecho en forma ambigua ya que,
designará al establecimiento comercial o industrial, o se referirá al empresario titular y
responsable de su acontecer, o señalará la actividad cumplida, todo lo que exige diferenciar
en cada caso los alcances de la expresión.
Cabe destacar que el nuevo Código establece importantes normas de tutela de la empresa
entre las que se destaca la no paralización de las empresas que presten servicios públicos
(art. 243). Por su parte, el concepto de empresario ha evolucionado en el mundo de la
situación de empresario capitalista, como promotor, propietario y administrador, a una
concepción de empresario profesional, que solo promueve y administra a la empresa, sin ser
su dueño.
Históricamente, las funciones del empresario pasaron de ser el suministrador del capital
(teoría de Carlos Marx) a otras: organizador de los restantes factores de producción, tomador
de decisiones dentro de la estructura empresarial, tomador del riesgo del negocio. Ahora
bien, cuando las funciones descriptas están fragmentadas entre distintas personas, o cuando
el empresario no aporta capital porque lo toma prestado de terceros, cuando traslada el
riesgo mediante múltiples instrumentos jurídicos (seguros, opciones, derivados, etc.), y
cuando traslada la organización económica y las decisiones a asesores, mandatarios o
empleados, ¿qué es lo que define al empresario?. Lo que lo define es ser “el centro” de una
serie de contratos mediante los cuales la empresa adquiere su configuración. Por su parte,
para el derecho laboral lo que define al empresario es la “dirección y organización de la
empresa”. Al respecto dice la ley que es “quien dirige la empresa por sí, o por intermedio de
otras personas, y con el cual se relacionan jerárquicamente los trabajadores, cualquiera sea
la participación que las leyes asignen a éstos en la gestión y dirección de la empresa” (art. 5º,
segunda parte, LCT). También la ley laboral reconoce al empresario la facultad de organizar
económica y técnicamente la empresa (art. 64 LCT), lo que implica las siguientes potestades:
a) de organización; b) de dirección; c) disciplinaria; d) de variar unilateralmente ciertas
modalidades del trabajo; y e) de denunciar sin causa el contrato de trabajo. Sin embargo,
téngase en cuenta que en derecho laboral no siempre la noción de “empleador” se identifica
con la de “empresario” ya que hay empleadores que no revisten tal calidad.
El concepto de “empresario” permite distinguir diversas categorías o roles que pueden o no
coincidir en una misma persona: a) el empresario “de título”, que es el sujeto titular de la
empresa y responsable por sus obligaciones; b) el empresario “de gestión” que es quien
dirige la empresa; y c) el empresario “de riesgo” que es el accionista o socio de la sociedad.
Debe tenerse presente la existencia de un empresario “indirecto”, como es el caso de la
persona física controlante de la sociedad titular de la empresa, sujeto a las responsabilidades
societarias (art.54 ley 19.550) y concursales (art.161 inc.2º ley 24.522) pertinentes. Sin
embargo, no hay dudas que esta categoría de obligados a llevar contabilidad comprende solo
al “empresario de título”.
El artículo primero de la actual Ley General de Sociedades, establece que “Habrá sociedad si
una o más personas, en forma organizada conforme a uno de los tipos previstos en esta ley,
se obligan a realizar aportes para aplicarlos a la producción o intercambio de bienes o
servicios, participando de los beneficios y soportando las pérdidas…”. Al haber desaparecido
el régimen de las sociedades civiles de los arts. 1648 y siguientes del derogado código civil
(ley 340), que no exigía, para que exista sociedad, la “forma organizada”, ni la aplicación de
los aportes a “la producción e intercambio de bienes y servicios”, resulta que en el concepto
legal actual de la “sociedad” resulta imprescindible el “objeto empresario”, o sea la existencia
de una organización para la producción e intercambio de bienes y servicios. Por su parte, el
art. 1442 del Código Civil y Comercial, entre las disposiciones generales para los contratos
asociativos, dispone que éstas se aplican a todo contrato de colaboración, de organización o
participativo, con comunidad de fin, “que no sea sociedad”. De tal suerte, toda asociación de
dos o más personas, con fines de lucro, donde haya aportes para obtener utilidades de su
aplicación, pero sin explotar una empresa no es sociedad y queda subsumida en algunas de
las figuras de los “contratos asociativos”, que en el código son contratos sin personalidad
jurídica (arts.1442 a 1478). En definitiva, a partir de la ley 26.994, las sociedades no se
denominan más “comerciales” pero deben ser todas “empresarias”.
3.- El Fondo de Comercio: Concepto.
Es aquello de lo que se vale el empresario para desarrollar la actividad. “El fondo de comercio
es un conjunto de fuerzas productivas, derechos y cosas, que tanto interior como
exteriormente se presenta como un organismo, con perfecta unidad por los fines a que
tienden, que no son otros que la obtención de beneficios en el orden comercial e industrial”.
Art 1. Declárase elementos constitutivos de un establecimiento comercial o fondo de
comercio, a los efectos de su transmisión por cualquier título: las instalaciones, existencias
en mercaderías, nombre y enseña comercial, la clientela, el derecho al local, las patentes de
invención, las marcas de fábrica, los dibujos y modelos industriales, las distinciones
honoríficas y todos los demás derechos derivados de la propiedad comercial e industrial o
artística. (ley 11867).
Elementos: el fondo de comercio tiene elementos estáticos y dinámicos; los estáticos a su
vez en corporales e incorporales.
 Los corporales: Las instalaciones: Todos los inmuebles y los muebles adheridos a éste,
que sirven para la realización del comercio. Según Fontanarrosa son los enseres e
instrumentos que se colocan en el establecimiento con carácter de relativa permanencia,
destinados al servicio y explotación de la hacienda, vidrieras, estanterías, tubería para la
ventilación, etc. Las maquinarias: Son artefactos que son indispensables para la
producción. La diferencia que existe entre estos dos elementos es que las instalaciones
son inmuebles o muebles adheridos a él, en tanto que las maquinarias son muebles, o sea
que se pueden trasladar de un lugar a otro. Para Fontanarrosa son aparatos o artefactos
dedicados a la transformación o fabricación, embalaje o cualquier otro proceso que hayan
de sufrir las materias primas o las mercaderías.
Muebles y útiles: Son pertenencias del fondo de comercio, unidos a éste por su contenido
económico más que por una adhesión física o material. Mostradores, recipientes,
vehículos, herramientas, etc.
Mercaderías: Puede ser la materia prima con la que se va a hacer el producto que es la
mercadería propiamente dicha. Estos productos van a ser el principal objeto de la
actividad comercial de la empresa. Para lograr esto la empresa va a necesitar las
instalaciones, la maquinaria, los muebles y útiles. Para Fontanarrosa las mercaderías son
cosas cuya venta o comercialización constituye el objeto de explotación del
establecimiento. Las materias primas son sustancias que se utilizan para la elaboración o
preparación de las mercaderías. Las mercaderías y materias primas no son cosas afectadas
de modo más o menos estable al servicio del establecimiento, sino que su destino es servir
al mercado mediante su venta u otro medio de utilización por los terceros, pero no
obstante ello, la ley las considera elementos del fondo de comercio, porque cuando la
naturaleza de la actividad desarrollada por el establecimiento exige que ellas existan,
constituyen la base de la explotación.
 Los incorporales: Nombre: Es el nombre del establecimiento o fondo comercial; hay que
diferenciarlo del nombre del empresario, por más que puedan llegar a coincidir; el
nombre de la persona, como derecho personalísimo, tiene todas las características que le
impone el CCCN, por ejemplo, nadie puede vender su nombre, en cambio el nombre
comercial es transferible. Es menester distinguir el nombre de la sociedad, que puede ser
distinto del nombre del establecimiento. La sociedad es el sujeto de derecho y esta tiene
su nombre. Fontanarrosa: El nombre comercial debe ser distinguido cuidadosamente del
nombre civil de las personas. El nombre civil es un atributo de la personalidad, es un bien
jurídico de carácter personalísimo, no patrimonial, y como atributo de la persona humana
es necesario, irrenunciable, inalienable, e imprescriptible. El nombre comercial es el
nombre bajo el cual el comerciante actúa en el mundo del tráfico mercantil y goza de
crédito, y con lo cual adquiere los derechos y asume las obligaciones atinentes a su
empresa. Puede ocurrir que un comerciante decida emplear como nombre comercial su
nombre civil, dicho nombre no pierde, a los efectos del tráfico mercantil, su calidad de
naturaleza patrimonial y por ende es renunciable, transferible, prescriptible y está
sometido a la legislación mercantil.
Enseña: Esta puede ser el mismo nombre comercial; nada más que cuando hablamos de
enseña nos estamos refiriendo al signo distintivo (al cartel que está afuera) que identifica
al establecimiento. Se forma por lo general con palabras o con figuras, o con ambas a la
vez, y esa misma forma de expresar la enseña aparece en los membretes el negocio. Según
Fontanarrosa, se suelen exigir 4 requisitos para el uso de la enseña: • Esta debe ser veraz,
no debe ser capas de engañar al público. • Debe ser lícita, no podrá contener expresiones
ni dibujos inmorales o contrarios a las buenas costumbres. • Debe ser original, no debe
contener palabras que por su generalidad o imprecisión no cumplan con su función de
identificar el producto. • Debe ser novedosa, no debe repetir expresiones, dibujos o
denominaciones ya empleadas en otro establecimiento del mismo ramo.
Modelos y dibujos industriales: Todo esto se registra porque está protegido por la ley de
marcas, no solamente la marca del producto, sino también todo lo que identifica al
comercio. Incluso se registran los colores con los que están identificados los fondos de
comercio. Para Fontanarrosa se consideran dibujos y modelos industriales aquellos aptos
para dar a los productos industriales una fisonomía o individualidad particular, ya sea por
la forma, sea por especial combinación de líneas, de colores o de otros elementos. Ellos
caracterizan e individualizan los productos, no atendiendo a patrones o formalidades
técnicas, sino respondiendo a criterios estéticos.
Según Gómez Leo, se puede definir al dibujo como toda combinación de líneas, colores y
formas, con individualidad propia que aumenta su encanto, sin cambiar su destino ni
acrecentar su utilidad; y al modelo, como toda combinación de la misma naturaleza, pero
no sobre una figura plana, sino con actividades y relieves, que ocupan un lugar en el
espacio. Marca: Estamos hablando aquí no ya del establecimiento, sino del producto.
Identifica al producto con su fabricante. Existe una ley de marcas que protege al titular de
la marca, que lo inscriba en el Registro Nacional de Marcas. Así como le da protección a
la marca referida al producto, también le da protección al nombre comercial y se puede
registrar también el nombre comercial e impedir que otro lo use, por lo menos dentro del
mismo ramo. La ley 22.362 de marcas, protege al titular de la marca. El que tiene
registrada una marca a su nombre, tiene un derecho de oposición a que otro utilice esa
marca durante un cierto periodo. Se puede explotar una marca sin necesidad de inscribir,
pero si se desea conservar la marca y que nadie más la utilice, hay que registrarla, porque
el registro da la posibilidad de oponerse al uso de esa marca y el titular pasa a tener el
derecho exclusivo. El Registro Nacional de Marcas es nacional y es una diferencia con la
registración de sociedades comerciales o del mismo comerciante, ya que estos deben
inscribirse en la jurisdicción que les corresponde, porque tal registro es local. Gómez Leo
dice que la marca es el signo que permite distinguir el origen de la mercadería, del
producto o del servicio que el establecimiento ofrezca o preste. Para el comerciante o el
industrial, la marca es un colector de clientela, fuente de riqueza; para el consumidor, una
garantía de proveniencia, y por ende, de la calidad del producto, las mercaderías o
servicios. La protección del derecho de marca beneficia a su titular y al público en general
y constituye un medio para estimular el desarrollo de las actividades económicas. La
marca hace que un producto tenga una determinada calidad y eso tiene un valor
económico.
Patentes: Para poder tener derecho a la explotación de alguna invención, para poder
vender el “saber hacer” la cosa, es necesario patentar, y por un tiempo determinado se
va a tener la exclusividad para explotar la fabricación del producto. Un invento es una
novedad en un momento y después de ello ya no es más una novedad. Gómez Leo
reconoce un derecho exclusivo de propiedad, pero limitado en un tiempo. Esta limitación
constituye el arbitrio práctico con que la CN ha resuelto la colisión del interés privado del
inventor o descubridor y el interés público en la libre utilización de los descubrimientos y
de los inventos. Fontanarrosa: el art. 3 de la ley 111 considera como “descubrimiento o
invenciones nuevas: los nuevos productos industriales, los nuevos medios y la nueva
aplicación de medios conocidos para la obtención de un resultado o de un producto
industrial”. El derecho reconocido a la explotación exclusiva, que puede ser denominado
“patentes de invención”, son expedidas por la Oficina de Patentes, de acuerdo con el
procedimiento establecido en la ley mencionada. Las patentes son personales (se otorgan
a favor del inventor) pero asimismo, son transferibles mediante el cumplimiento de las
formalidades legales. Distinciones honoríficas: Son premios, medallas, diplomas u otras
recompensas, otorgadas al establecimiento, y no son transmisibles con el fondo de
comercio las recompensas y distinciones meramente individuales otorgadas al
comerciante personalmente y no al establecimiento por sus productos o mercaderías.
El derecho al local: Hemos dicho que todo lo referido al inmueble no es materia comercial,
pero un fondo de comercio debe estar situado en algún lugar del espacio, entonces forma
parte del fondo de comercio el derecho al local, no al inmueble en sí. Si la misma persona
que decide transferir el fondo de comercio es el titular del inmueble y quiere hacer un
contrato de locación al adquiriente y que éste permanezca en el lugar, no existe problema.
El problema se plantea cuando hay un contrato de locación del local en el que funciona el
fondo de comercio y el que está alquilando tiene el contrato vigente y transfiere el fondo
de comercio; en ese caso el adquiriente tendrá que conseguir otro local o tendrá que bajar
el precio de la venta, porque el que adquiere tiene el derecho a colocar su fondo de
comercio en algún local y además el adquiriente compra el fondo de comercio con una
ubicación y esa ubicación implica clientela y otras cosas importantes que hacen al fondo
de comercio. Entonces, lo que forma parte del fondo de comercio es el derecho al local,
no al inmueble. Si se compra un fondo de comercio, al inmueble se lo adquirirá de acuerdo
a las normas civiles y al fondo de comercio de acuerdo a las normas comerciales. Si alguien
quiere comprar un fondo de comercio es porque éste tiene ciertas cualidades y esas
cualidades no están dadas por un solo elemento, ni porque tenga una marca, ni por
aspectos aislados, ese fondo siempre tiene un conjunto de cosas: por el nombre que tiene,
por las cosas que vende, por la forma que está organizado, etc. Si no se establece en el
contrato que el local no se transfiere como parte del fondo de comercio, se debe
interpretar ese contrato como que sí se transfiere dicho local.
 Elemento dinámico del fondo: La clientela: La fama, la nombradía y todo lo que hace al
fondo de comercio sea como es, no lo que es. La ubicación, la propaganda que hace, el
tipo de productos que tiene, el tipo de marcas que vende, los precios, ciertas
comodidades que le ofrece al público. Los elementos estáticos pueden o no estar en el
fondo de comercio, deben estar en alguna medida, pero el elemento dinámico debe estar
y hace mas a una cualidad que un elemento del fondo de comercio. El verdadero elemento
dinámico es la clientela, porque toda esa fama, esa nombradía, esas cualidades especiales
que tiene ese conjunto de cosas, todo eso hace que el fondo sea como es y atrae a la
clientela. Para Fontanarrosa la clientela está representada por el conjunto más o menos
coherente y más o menos homogéneo de personas o entidades que comercian con un
establecimiento. Estas personas concurren al fondo de comercio y contratan con este,
puede ser habitualmente, lo que importa es que compre, que contrate. Si nos ponemos
del lado del que quiere vender un fondo de comercio, veremos que lo que vamos a decir
al posible adquiriente, es cuanto se factura por semana, y si eso es periódico y coherente
durante todas las etapas del año, cómo fluctúan las ventas, y por ende la clientela en el
fondo de comercio. Es decir, lo que se factura y allí se refleja la clientela, porque se puede
ver quien compra, que compra, y cuanto compran. En base a ello el posible adquirente
evaluará si va a tener ganancias, o no, la explotación de ese fondo de comercio. Este
elemento dinámico genera atracción de la clientela, que es toda esa masa de personas
que pasa por la caja, que compra, se hace cliente, aunque no sea regular del fondo de
comercio, le permitió a este obtener una ganancia. El elemento que analizamos nunca
puede faltar en un fondo de comercio, y es el que le da un valor extra, porque todos los
elementos estáticos separados tienen un valor y se pueden transferir en una manera
separada del fondo de comercio; ahora, si se transfiere la clientela, se está transfiriendo
el fondo de comercio, porque no es lo mismo transferir todos los elementos estáticos del
fondo de comercio que transferirlos organizados y funcionando exitosamente, que es lo
que demuestra la clientela.
El valor llave: No es un elemento del fondo de comercio, porque este solo interesa al
momento de trasferir el fondo, ahí solamente interesa saber cuánto cuesta la clientela.
Antes solo interesa la facturación a los efectos de la ganancia particular. Entonces, el valor
llave no es un elemento del fondo de comercio, porque hay fondos de comercio que nacen
y mueren en las manos del mismo dueño, nunca se transfieren, y dado ello, nunca se
indagaría sobre el valor llave y esto no obsta a que sea un fondo de comercio. Es la
capacidad del fondo de comercio, por su composición y por el impulso dado a su
organización, de producir económicamente y brindar beneficios al empresario. Es la
capacidad de producir ganancias superiores a las normales que viene como consecuencia
de que este se encuentre organizado, funcione correctamente y tenga una clientela.

Naturaleza jurídica.
- Teoría atomista: Todos los elementos se encontraban aglutinados en una perfecta
unidad de manera que no se puede hablar de una unidad de fondo de comercio, sino
en la transferencia de cada elemento en forma independiente. Critica: Esta postura
para nuestro derecho no funciona porque no hay para ella la universalidad prevista en
nuestro sistema jurídico.
- Teoría de la personalidad jurídica: Considera al fondo de comercio como una suerte
de sujeto que es el titular de derechos, con vida y créditos propios, frente al cual el
propietario aparece como un servidor. Critica: esta teoría repugna al derecho
argentino porque solo son sujetos de derecho las personas individuales o colectivas
(físicas o jurídicas). Ellos son sujetos de derecho y nunca se puede dar a una cosa el
carácter de sujeto.
- Teoría del patrimonio de afectación: Es un patrimonio independiente afectado a un
destino especial, pero en nuestro derecho no hay patrimonios de afectación, ya que
cada sujeto tiene un solo patrimonio.
- Universalidad de hecho y de derecho: El fondo de comercio es una universalidad, pero
no es una universalidad de derecho, porque el derecho no lo dice y para ser una
universalidad de derecho la ley tendría que declararla tal. Entonces debemos afirmar
que es una universalidad de hecho, porque el que reúne todos los elementos que
forman el fondo de comercio y decide regirlos de una manera especial es su titular, o
sea su dueño que es el que forma la universalidad, como quiere, le conviene y sea de
su agrado. Si el fondo de comercio fuera una universalidad de derecho, si la ley se
hubiera ocupado de decirlo, al transferir el fondo de comercio también se pudo haber
incluido como elementos al crédito y las deudas, referidas al fondo. Pero la ley no lo
hizo, por lo tanto, todos los créditos y las deudas son personales, exclusivos de su
titular. La responsabilidad por los actos jurídicos en el sistema jurídico argentino,
todavía recae en los sujetos, por lo tanto los créditos y las deudas siguen
perteneciendo al titular del fondo de comercio. Salvo que en el contrato se estipule lo
contrario y haya habido una cesión de derecho y/o deudas que se regirán por el CCCN.
Los créditos y deudas, por más que se refieran al fondo, no se transfieren con este
porque no son elementos del fondo, los créditos y las deudas siguen perteneciendo al
particular. Si se los quiere transferir, además de la transferencia se deberá hacer una
cesión de derechos y/o deudas, con la debida aceptación del acreedor. Todo esto
sucede porque el fondo de comercio es una universalidad de hecho, la ley no dice que
sea una universalidad de derecho, porque si lo dijera, al transferir el fondo con él todos
los derechos y obligaciones contractuales en virtud de este; pero si dijera esto, iría
contra el sistema jurídico argentino.
- Se han formulado distintas concepciones sobre su naturaleza jurídica. Las teorías
negativas postulan que el fondo de comercio se descompone en un serie de relaciones
independientes entre sí. Dentro de estas teorías encontramos la concepción
atomística y la teoría de la universitas, que lo considera como una unidad económica
sin individualidad jurídica. Entre las teorías afirmativas, tenemos aquella para la cual
el fondo es una persona jurídica; aquella que afirma que es un patrimonio menor,
independiente del restante de su titular; y la teoría de la universitas juris, que lo
considera como un conjunto de bienes reunidos en virtud de la ley. este es el criterio
mayoritario. Es una universalidad sin ningún calificativo (ni de hecho ni de derecho).
Es un bien mueble de carácter complejo y de naturaleza incorpórea, porque tales
caracteres son inherentes al elemento dinámico.
Transferencia de establecimientos comerciales (ley 11.867).
Un fondo de comercio puede transferirse por cualquier tipo de acto jurídico. Existe una ley
de orden público (las partes no pueden dejar de lado las disposiciones, ni hacer primar su
voluntad), Ley 11.867 se refiere a la transferencia del fondo de comercio, pero no a todas las
transacciones, sino a las que se realizan a título oneroso o gratuito, pero entre vivos. El
régimen sucesorio se encarga de la transmisión mortis causa.
El fondo de comercio tiene acreedores. Si el titular del fondo de comercio lo transfiere, estos
pierden su garantía, porque el patrimonio es la prenda común de los acreedores, y al salir el
fondo del patrimonio de su titular, se disminuye (o se pierde en algunos casos) la garantía
para los acreedores. Ante esta situación en el año 1932 los legisladores sancionaron la ley
de transferencia de comercio, para proteger de alguna forma a los acreedores a través de un
sistema de publicidad especial. 1° Hay que publicar durante 5 días en el boletín oficial y en
un diario de la zona, edictos en los que conste la enajenación. Como el convenio en el que
consta la transferencia del fondo es previo a la publicación, se publica la venta, no que se
está por vender. 2° Los acreedores tienen 10 días para que efectúen su oposición a la
transferencia del precio obtenido por la venta del fondo de comercio del comprador al
vendedor, sin antes haber satisfecho su crédito (no a la venta en sí, porque aquí rige el
principio de la autonomía de la voluntad). 3° Esa suma de dinero debe retenerse por 20 días,
para que los acreedores puedan embargarla. Vencidos estos 20 días si nadie reclama el
efectivo, el vendedor cobra. 4° Pasado este plazo hay 10 días para firmar el instrumento
definitivo y para proceder a la publicación, mediante la inscripción en el Registro Público de
Comercio. A partir de ahí cesan las responsabilidades de las partes. En estos casos hablamos
de los acreedores del fondo de comercio, los que no son del fondo de comercio pueden
embargar también, pero los que lo son exclusivamente tienen preferencia para el cobro de
lo embargado. Además de este mecanismo, los acreedores son protegidos por la ley,
poniendo un límite a la autonomía de la voluntad de las partes, restringiendo el precio que
se fija, que no puede ser inferior al pasivo (al volumen de deudas que tenga el titular del
fondo). En realidad se trata del valor de deudas confesadas por el acreedor, y por eso se abre
la publicidad para que se enteren los demás acreedores (no confesados), siempre y cuando
acrediten la calidad de tales. La transferencia del fondo de comercio debe ser registrada para
seguridad y protección de los derechos de terceros (Art. 12 de la ley 11.867).
Diferencia entre empresa y fondo de comercio:
- La empresa: Organización para producir bienes o servicios, pero no es un sujeto de
derecho, por eso la empresa necesita siempre de un titular que la organiza
denominado empresario, que puede ser una persona física o jurídica. El concepto de
empresa es un concepto económico y solo a través de su titular adquiere esta
significación jurídica.
- El fondo de comercio: Conjunto de bienes materiales e inmateriales que forman parte
del patrimonio y giro del negocio, afectados a la actividad que desarrolla un
empresario en particular. Constituye una faz estática de empresa mercantil y no es un
sujeto de derecho.
UNIDAD 2: DERECHO INDUSTRIAL Y DEL MERCADO
1.- Derecho industrial: Concepto.
La evolución de la producción industrial, el auge del capitalismo, la crudeza de la lucha de
clases, los grandes problemas de la superproducción hacen que los juristas de la época,
pensaran en la necesidad de que existiera un derecho, pero un derecho especializado en la
problemática que surgía de esos medios de producción, surgiendo el Derecho Industrial.
En efecto, los derechos de propiedad industrial son indispensables para el funcionamiento
de un mercado de libre competencia en el ámbito de la tecnología, impulsando además su
progreso.
Debemos señalar que el concepto de Derecho Industrial data de la segunda mitad del siglo
pasado, iniciada por los tratadistas franceses, PAUL PIC quien define al Derecho Industrial
como conjunto de materias cuyo núcleo más importante era el constituido por las relaciones
económico-sociales entre patronos y obreros y por las instituciones estatales de previsión
social.
A medida que la industria va evolucionando y que los requerimientos se van ampliando, la
anterior definición también tuvo que ser tratada desde otro punto de vista desde la cual
pudiera abarcar aspectos más generales, entrando en su estudio los tratadistas italianos que
intentaron superar la definición incluyendo dentro, el conjunto de las normas jurídicas que
regulan el complejo proceso de la producción. Así Moise Amar adiciona el contenido dado al
Derecho Industrial por los autores franceses, señalando que es todo lo que atañe a las
relaciones comerciales de las empresas; a la propiedad industrial; a la legislación de minas,
montes, caza y pesca; a la política económica de la producción el cambio y el consumo; a la
tributación de las industrias, etc.
En España Easten, define el Derecho Industrial como el conjunto de normas jurídicas
aplicables a las relaciones humanas con ocasión del ejercicio de la industria.
Díaz Velasco concluye señalando que el Derecho Industrial, puede definirse como el conjunto
de normas encaminadas a regular las relaciones pertenecientes a la producción industrial, en
sentido específico debe ser considerado como aquella parte del derecho que disciplina la
organización de la empresa y tutela sus elementos constitutivos.
Marcas y Designaciones: Concepto y régimen legal.
Una marca es un signo que acompaña a un producto para distinguir a la empresa o persona
de la cual procede.
ARTICULO 1º — Pueden registrarse como marcas para distinguir productos y servicios: una
o más palabras con o sin contenido conceptual; los dibujos; los emblemas; los monogramas;
los grabados; los estampados; los sellos; las imágenes; las bandas; las combinaciones de
colores aplicadas en un lugar determinado de los productos o de los envases; los envoltorios;
los envases; las combinaciones de letras y de números; las letras y números por su dibujo
especial; las frases publicitarias; los relieves con capacidad distintiva y todo otro signo con tal
capacidad.
La Ley de Marcas fue sancionada el 26 de diciembre de 1980, época en la que era Ministro
de Economía José Martínez de Hoz, y publicada en el Boletín oficial el 2 de enero de 1981.
Sustituye a la antigua Ley de Marcas, que fuera sancionada en el año 1900. Surgió la
necesidad de actualizarla, pues no contemplaba el registro de marcas de quienes prestaban
servicios y en consecuencia no contaban con la debida protección de los signos que los
distinguían. En ese entonces sólo podían ser titulares de marcas los agricultores, industriales
y comerciantes.
Actualmente las marcas se registran para distinguir la procedencia de productos y servicios.
También se admiten registros de marcas provenientes de asociaciones sin fines de lucro.
Se consideran marcas a los símbolos permitidos respondiendo a las normas dispuestas por la
'Organización Mundial de la Propiedad Intelectual', que ya es utilizada por una gran cantidad
de países y son los siguientes:
- Una o más palabras con o sin contenido conceptual.
- Los dibujos, bandas, emblemas, monogramas, grabados y estampados.
- Las imágenes, bandas o combinaciones de colores aplicadas en un lugar determinado
de los productos o envases. Estos signos distintivos no eran aplicados por la antigua
Ley de Marcas.
- Los sellos.
- Los envoltorios, envases y relieves con capacidad distintiva. Un registro de marca de
relieve puede ser por ejemplo las suelas de calzados y las cubiertas de neumáticos.
- Combinaciones de letras y números o letras o letras y números por su dibujo especial.
- Frases publicitarias. Estos signos distintivos tampoco eran contemplados por la antigua
Ley de Marcas.
La propiedad de una marca y la exclusividad de su uso se obtienen con su registro. Este
trámite debe ser efectuado en la "Dirección Nacional de la Propiedad Industrial" (DNPI).
Una marca puede ser registrada conjuntamente por 2 o más personas. Los titulares deben
actuar en forma conjunta para renovarla o transferirla a terceros.
El término de duración de una marca registrada es de 10 años y puede ser renovada
indefinidamente por períodos iguales. Sin embargo, la renovación sólo podrá realizarse si la
marca fue utilizada dentro de los 5 años previos a su vencimiento, ya sea en la
comercialización de un producto, en la prestación de un servicio o como parte de una
actividad.
Marcas no pueden ser registradas: (Art.3.)
- Una marca idéntica a una registrada o solicitada con anterioridad.
- Las similares a otras ya registradas para distinguir los mismos productos o servicios.
- Los nombres de países, provincias o regiones geográficas que indiquen el lugar de
procedencia del producto o servicio.
- Las palabras, dibujos y signos contrarios a la moral y a las buenas costumbres.
- Las letras, palabras, nombres o símbolos que usen la Nación, las provincias, las
Municipalidades, las organizaciones religiosas y sanitarias.
- Las letras, palabras, nombres o distintivos que usen las Naciones extranjeras y
Organismos Internacionales reconocidos por el Gobierno Argentino.
- El nombre, retrato o seudónimo de una persona sin su consentimiento o el de sus
herederos, hasta el cuarto grado inclusive.
- Frases publicitarias que carezcan de originalidad.
Formalidades y trámites del registro:
I. Presentación de la solicitud y todos sus requerimientos.
II. La DNPI recibe la solicitud, verifica que estén cumplidas las formalidades legales y
publica durante un día la solicitud en el Boletín Oficial de Marcas a costa del
peticionante.
III. Dentro de los 30 días de su publicación en el Boletín Oficial de Marcas, la DNPI realiza
una búsqueda de antecedentes de la marca solicitada y resuelve con respecto a su
registrabilidad. A la vez, durante ese período, pueden recibirse oposiciones a la
registración de la marca.
Las oposiciones al registro deben ser:
I. Por escrito;
II. Con nombre y domicilio real del oponente;
III. Fundamentos de la oposición;
IV. Domicilio especial en la Capital Federal;
V. Son recibidas por la DNPI, quien las analiza y comunica al solicitante junto con las
observaciones que se merezca.
El solicitante debe responder a la oposición ante la DNPI, quien en el plazo de 10 días remite
la misma al Juzgado Federal en lo Civil y Comercial de la Capital Federal. Al cabo de un año,
desde la notificación de las oposiciones, se descartará la solicitud si, el solicitante y el
oponente no llegan a un acuerdo y el solicitante no inicia acción judicial en el plazo indicado.
Promovida por el solicitante se produce su perención. En caso de que se realicen acciones
judiciales y se resuelva anular la solicitud, esta resolución puede ser impugnada dentro de
los 30 días de notificada la misma por la DNPI.
Los expedientes de marcas REGISTRADAS o en TRÁMITE son públicos y cualquiera puede
pedir, a propia costa, información sobre un expediente en que se ha dictado resolución
DEFINITIVA.
El derecho de propiedad de una marca se extingue:
- Por renuncia de su titular;
- Porque vence el plazo para la renovación del registro;
- Por declaración judicial.
Son nulas las marcas registradas:
- En contravención a la Ley.
- Por pertenecer a un tercero, en el momento del registro, aunque esto se desconozca.
- Cuando el que comercializa con ellas es el que tiene como actividad habitual el registro
de las mismas.
La acción de nulidad prescribe a los diez (10) años.
Se puede pedir la caducidad de una marca que no ha sido utilizada en el país, dentro de los
5 años previos al vencimiento, salvo que existan causas de fuerza mayor. De todas formas no
caduca una marca registrada y no utilizada en una clase si fue utilizada en otras clases o si
forma parte de la designación de una actividad
Designaciones: Es el nombre o signo que se le da a una actividad y para la Ley constituye una
propiedad. La propiedad se adquiere con el uso y sólo para la clase que se utiliza, además,
debe ser inconfundible con las preexistentes en la misma clase.
Cualquier persona puede oponerse al uso de una designación. Esta acción prescribe cuando
se cumple un año desde que el tercero la utiliza en forma pública y desde que el accionante
conoce su uso. El derecho a la designación se extingue con el cese de la actividad.
Será penado con 3 meses a 2 años de prisión, y quizás, además, una multa, quien falsifique o
imite, use, ponga en venta o venda una marca registrada o una designación perteneciente a
un tercero sin su autorización. El Poder Ejecutivo es quien coloca y actualiza anualmente el
monto de la multa.
El damnificado puede solicitar el comiso y venta o la destrucción de las mercaderías y otros
elementos con marca en infracción. En los juicios civiles el demandante puede exigir al
demandado caución real (pago por el uso de los objetos en infracción).
El derecho a todo reclamo prescribe a los 3 años de cometida la infracción o al año de que el
propietario tuvo conocimiento del hecho.
El propietario de la marca, al tomar conocimiento de objetos con marca en infracción, puede
solicitar ante el juez:
- El embargo de los mismos;
- Su inventario y descripción;
- El secuestro de uno de los objetos en infracción.
Aquel que posea objetos en infracción deberá informar:
- Datos del vendedor y boletas de compra;
- Cantidad de unidades fabricadas o vendidas con su factura correspondiente;
El titular de una marca puede solicitar las medidas cautelares previstas en esta ley, art. 3,
aunque no hubiera delito. Si no prueba la acción dentro de los 15 días hábiles del embargo
queda sin efecto.
La autoridad de aplicación de esta ley es la Dirección Nacional de la Propiedad Industrial
(DNPI). La DNPI anotará las solicitudes de registro y renovación en un libro rubricado y
foliado. El certificado de registro es un testimonio de la concesión de la marca. Los trámites
que se realicen ante la DNPI están sujetos al pago de tasas.
Requisitos para registrar una marca (El registro puede ser por Marcas Nuevas o por
Renovación):
I. Personas Físicas
II. DNI
III. Número de Cuil / Cuit
IV. Porcentaje de propiedad, si hay más de un titular
V. Estado Civil
VI. Domicilio real
VII. País
1. Personas Jurídicas
2. Razón Social / Nombre de la Institución
3. Fecha de Inscripción
4. Número de Cuit
5. Sociedades Extranjeras: país y leyes bajo las cuales se constituyó la sociedad.
6. Porcentaje de propiedad, si hay más de un titular
7. Domicilio real
8. País
9. Sociedades de Hecho
10. Anexo de titulares
11. Requisitos para las Personas Jurídicas
Es indispensable en todos los casos: El Domicilio legal y constituido en la Capital Federal, para
las notificaciones.
En el caso de la Renovación: Certificación (Declaración Jurada) que indique que la marca fue
utilizada dentro de los 5 años previos al vencimiento.
Nombres de dominio: naturaleza jurídica y legislación aplicable.
El acceso a las operaciones en Internet necesita algún tipo de identificación. En tanto las
personas reciben un nombre al nacer y los comerciantes buscan individualizarse mediante su
nombre comercial, y proteger sus bienes y servicios mediante los registros correspondientes,
Internet no es la excepción. La identificación en la red se denomina dominio y su nombre
distingue a su propietario en todo el mundo. Así como el uso de Internet ha revolucionado el
comercio, un potencial mercado de decenas de millones de consumidores inquieta cada vez
mas a quienes se dedican a los negocios en la red. La mera publicación de una página en la
web es una oportunidad para incrementar la posibilidad de captar miles de consumidores a
lo largo y ancho del mundo. Esta peculiar característica de Internet es la que inquieta a más
de un jurista. La inquietud se expande, al igual que la red, por todo el mundo, haciendo nacer
la opinión que clama por la urgente necesidad de regulación, al menos sobre ciertas materias.
La forma en que tal regulación sea realizada podría llevar en definitiva a prohibir o dañar
seriamente el desarrollo comercial de la red.
Una vez que cierto negocio decide establecerse "on-line", debe necesariamente obtener su
identidad particular. Esta identidad es el nombre del dominio desde el cual podrá accederse
a sus bienes y/o productos. En general, los nombres de dominio no son difíciles de obtener,
pero cuando se los desea relacionar con un movimiento comercial que implica el nombre
comercial, logotipos, marcas registradas o de servicios, pueden nacer ciertos problemas. Un
nombre de dominio es una dirección brindada a una computadora en particular, la cual se
conecta con la red Internet, y a través de la cual se transfiere información desde o hacia el
dueño de una determinada página web. A fin de eliminar los errores en la comunicación, cada
dirección debe ser única. Desde la primera vez que se opera con una página en la red, los
nombres de dominio en Internet son asignados y registrados en el Centro de Información de
la Red Internet -Internet Network Information Center-, dependiente de la Fundación
Nacional de Ciencias -"InterNIC"-. Este registro es administrado por Network Solutions Inc.
("NSI"), una compañía que opera en el estado de Virginia, USA, controlada por "InterNIC".
Los nombres de dominio poseen dos elementos: un primer y un segundo nivel de dominio.
Dentro del primer nivel, existen a su vez seis subniveles en los USA: .com; .edu; .gov; .mil;
.org; y .net; representando lo siguiente: .com para el uso comercial; .edu para instituciones
educativas; .gov para uso oficial; .mil para uso militar; .org para organizaciones no
gubernamentales; and .net para la administración de otras redes. Al incrementarse junto con
el comercio internacional, el uso del nivel .com, se propusieron en febrero de 1997, siete
niveles adicionales: .firm para negocios o empresas; .store para negocios de oferta de
productos o servicios; .web para entidades que actúan solo en el campo de la red Internet;
.arts para entidades dedicadas a actividades culturales y de entretenimiento; .rec para
entidades con actividades de recreación; .info para entes que proveen servicios de
información; y .nom para aquellos que desean una nomenclatura personal o individual.
Mas allá de estos niveles genéricos, existen también los niveles nacionales, los cuales se
refieren a cada estado. Ejemplos de estos son ".au" para Australia, ".ar" para Argentina, ".us"
para los EEUU, y también los dominios internacionales ("ITLD"), relacionados con entes de
real carácter internacional que incluye entre otros a las organizaciones
intergubernamentales –v.g. ".oas" para la OEA.
Por su parte, el segundo nivel de dominios, es la parte que se añade en forma de prefijo al
primer nivel hasta ahora comentado. Generalmente puede tratarse del nombre de una
compañía, una abreviatura, una marca de producto o servicio, etc.
El 20 de julio de 2016 se publicó en el Boletín Oficial la Resolución 110/2016 de la Secretaría
Legal y Técnica de la Presidencia de la Nación (SLT), que aprueba el “REGLAMENTO PARA LA
ADMINISTRACIÓN DE DOMINIOS DE INTERNET EN ARGENTINA” (en adelante, el
“Reglamento”). La Resolución derogó expresamente el anterior Reglamento en la materia (R.
20/2014 de la SLT) y entró en vigencia al día el 21 de julio de 2016
NIC Argentina sigue siendo la denominación de la Dirección Nacional del Registro de
Dominios de Internet, dependiente de la Subsecretaría Técnica de la Secretaría Legal y
Técnica de la Presidencia de la Nación.
NIC Argentina, en su carácter de administrador del Dominio de Internet de Nivel Superior
Argentina (.AR), efectuará el registro de los nombres de dominio bajo las zonas y requisitos
que determine. (La anterior normativa establecía la zona general COM.AR y las especiales
ORG.AR, NET.AR, TUR.AR, INT.AR, GOB.AR, MIL.AR, POL.AR, APP.AR, SEG.AR y .AR). Queda
expresamente excluida la zona .EDU.AR, que será gestionada por la Asociación Redes de
Interconexión Universitaria - ARIU.
El usuario que registre un nombre de dominio revestirá la calidad de “Titular”, y asumirá que
el registro no se realiza de mala fe, con un propósito ilegal, ni afecta o perjudica a otros
usuarios y/o terceros. La información suministrada a NIC Argentina tendrá carácter de
Declaración Jurada y se aplicarán sanciones en caso de falsedad.
NIC Argentina sigue facultada para percibir aranceles por todas las gestiones de registro de
nombres de dominio.
Se mantienen vigentes los caracteres válidos para componer un nombre de dominio, a saber:
las letras de los alfabetos español y portugués (incluidas la “ñ” y la “ç” respectivamente), las
vocales acentuadas y con diéresis, los números y el guión “-”. Se mantiene la prohibición de
registro de nombres de dominio que comiencen con los caracteres “xn--” (equis ene guion
guion), o que comiencen o terminen con el carácter “-” (guion), ambas combinaciones
corresponden a la representación codificada de un nombre de dominio internacionalizado.
La cantidad mínima de caracteres sigue siendo CUATRO (4), y se introduce un número
máximo de CINCUENTA (50); no incluyendo aquellos correspondientes a la zona de que se
trate. Sólo por excepción fundada, se permitirán cantidades menores o mayores.
Para registrar un nombre de dominio habrá que inscribirse previamente como usuario de NIC
Argentina a través de la plataforma TAD. Para ello, habrá que contar con CUIT/CUIL, Clave
Fiscal Nivel 3 (se gestiona en las dependencias de AFIP) y adherir los servicios “Administración
de Dominios” de NIC Argentina y “Trámites a Distancia” del Ministerio de Modernización en
la página de AFIP (www.afip.gob.ar).
El registro de un nombre de dominio se otorgará a la persona humana (mayor de edad) o
jurídica que primero lo solicite. Podrá designar a otro usuario como su “Representante”
frente a NIC Argentina, utilizando para ello el Administrador de Relaciones de Clave Fiscal de
AFIP.
Las causales de rechazo o revocación para solicitudes o registros son ser agraviantes,
discriminatorios, contrarios a la moral, nombres de dominio que puedan prestarse a
confusión, engaño o suplantación de identidad.
Se mantiene el plazo de vigencia de un (1) año de los registros y la posibilidad de su
renovación a partir de los 30 días previos a vencer. Al vencimiento, se dará un período de
gracia de 30 días corridos. Vencido éste, se dará por último un plazo de 15 días corridos más
durante los cuales no se encontrará disponible el servicio de delegación a servidores DNS (el
dominio no funcionará), pero se mantendrá la titularidad por si se efectúa la renovación.
En caso de muerte del Titular se admitirá, por única vez, la renovación del registro a nombre
del causante, solicitada por un tercero que acredite vinculación con el titular fallecido.
Asimismo, cualquier persona que acredite fehacientemente su condición de causahabiente
podrá solicitar a NIC Argentina la transferencia a su nombre, asumiendo la exclusiva
responsabilidad por los daños y perjuicios y/o afectación de cualquier derecho que la misma
pudiera ocasionar.

Todo usuario que considere poseer un mejor derecho o interés legítimo respecto de la
titularidad de un nombre de dominio, podrá disputar su registro a través del procedimiento
de disputa, que deberá ingresarse y proseguirse a través de la plataforma TAD. El
presentante, dentro del plazo de 72 horas hábiles contadas a partir del pago del arancel del
servicio, deberá acompañar a través de la plataforma TAD la totalidad de la documentación
de que intente valerse para acreditar su mejor derecho o interés legítimo en el registro del
nombre de dominio disputado.
Se dará traslado del dominio en disputa al Titular (y, en su caso, al Representante), quien
contará con 10 días hábiles para presentar su descargo junto con la documentación
pertinente. Las partes asumirán responsabilidad por la autenticidad de la documentación
presentada.
NIC Argentina resolverá de conformidad con las constancias obrantes en las actuaciones y
notificará a las partes su decisión. Se podrá recurrir de conformidad con las disposiciones del
Reglamento de Procedimientos Administrativos.
NIC Argentina podrá inhabilitar o dar de baja a los usuarios y/o suspender nombres de
dominio registrados, cuando ellos pudieran perjudicar a terceros; encontrándose facultado
también para radicar las denuncias correspondientes.
Patentes de invención y modelos de utilidad: Concepto y régimen legal.
Patente de invención: Protege productos y/o procedimientos. Una patente de invención
puede ser un objeto, un procedimiento, un aparato para fabricar el objeto, un compuesto
químico, un microorganismo, etc. Requisitos de patentabilidad: novedad, actividad inventiva
y aplicación industrial. Tiempo de Protección: 20 años (no renovables).
Modelo de utilidad: Protege solo productos. La protección se otorga sobre la forma nueva
introducida a una herramienta o dispositivo que genere una mejor utilización de dicho
producto. Un modelo de utilidad se otorga únicamente a una disposición o forma nueva
obtenida o introducida en herramientas, instrumentos de trabajo, utensilios, dispositivos u
objetos conocidos que se presten a un trabajo práctico, en cuanto importen una mejor
utilización en la función a la que estén destinados. Requisitos: novedad y aplicación industrial.
Tiempo de Protección: 10 años (no renovables).
1- El invento debe ser novedoso mundialmente.
2- PROTEGÉ tu Invención antes de divulgarla. Recordá que NO PODRÁ ser protegida de
acuerdo al régimen legal cuando hubiese sido DIVULGADO O EXPLOTADO antes de la
presentación de la solicitud. Excepto, si divulgaste tu invento en una feria o exposición, la ley
te otorga la posibilidad de protección siempre que presentes la solicitud de registro, dentro
del año de divulgación. En la oportunidad de presentar la solicitud se deberá invocar y
acreditar, de acuerdo al Art. 5º, lugar y fecha de la divulgación.
3- Antes de iniciar el trámite debes hacer una búsqueda para saber si tu invento ya está
divulgado. Podrías hacerla de dos maneras:
OPCIÓN 1 Gratuitamente a través de www.inpi.gob.ar / Patentes / Buscar e Investigar /
Buscar antecedentes de una Patente - OPCIÓN 2 EL INPI busca por vos. En la Dirección de
Información Tecnológica y Documentación contamos con una amplia base de datos para tu
búsqueda.
4- La protección de tu invento no es mundial, dado que los derechos de propiedad intelectual
son territoriales. Esto quiere decir que necesitas solicitar y obtener un título de propiedad
industrial en cada país en el cual quisieras obtener el derecho exclusivo. Identifica los
mercados extranjeros donde quieres comercializar tu invención. Presenta las solicitudes de
patentes en los países que elegiste para evitar que terceros puedan copiar gratuitamente tu
invento en esos mercados. Recordá que desde la fecha en que presentaste la solicitud en
Argentina tenes un año para realizar este trámite en el resto de los países (prioridad:
Convenio de París -Ley 17.011).
Los beneficios del derecho de exclusividad, en territorio argentino son: Podes impedir que
terceros, sin tu autorización, realicen actos de fabricación, uso, oferta para la venta, venta
y/o importación del producto patentado. Te permite transferir la Patente o el Modelo de
Utilidad mediante su cesión o también, lo podes licenciar.
Ley vigente de Patentes de Invención y Modelos de Utilidad (Ley 24.481 modificada por la
Ley 24.572 T.O. 1996 - B.O. 22/3/96), modificada por la Ley 25.859
Modelos y diseños industriales.
En determinadas circunstancias, la actividad del artista puede complementarse o favorecer
al industrial o comerciante a través del mejoramiento estético de productos que estos
últimos fabrican o venden, convirtiéndolos en más atractivos al sentido de la vista.
Los modelos y diseños industriales son las formas o aspectos incorporados o aplicados a un
producto que le confieren carácter ornamental, constituyendo una nueva forma o aspecto de
tal modo de hacerlo más agradable y de atraer -en consecuencia- al consumidor. Resulta
necesario aclarar que cuando mencionamos el término “ornamental” no implica que el
objeto protegido sea un adorno, sino que la obra creadora haya mejorado o brindado alguna
particularidad a su aspecto exterior, cualquiera sea el destino del objeto industrial.
- El modelo industrial es un objeto espacial, tridimensional, que ocupa un lugar en el
espacio. En este ámbito, el producto toma cuerpo en la misma forma que se les da. A
diferencia de los diseños -como se verá a continuación- no están dispuestos en una
superficie plana (como en los tejidos o en las telas) sino que se ponen de manifiesto
en una forma geométrica en el espacio, en una forma nueva conferida a un producto
para incrementar su ornamentación o hacer más elegante su aspecto. Ingresan en la
categoría de modelos -por ejemplo- las formas que se le puede brindar al vidrio (vasos,
floreros, etc.), a la madera (mesas, sillas, cajones, etc.), al bronce (floreros, macetas,
etc.), al metal (cubiertos, butacas, etc.).
- El dibujo o diseño industrial se sitúa en un plano y consiste en cierta combinación de
líneas o colores. El dibujo o diseño carece de una existencia propia, consiste en una
creación inseparable de un producto al que se le aplica con fines de ornamentación
(telas, encajes, alfombras, tapices, porcelanas, cerámicas, etc.) con el propósito de
aumentar su belleza, individualidad, o valor respecto a otros objetos semejantes, sin
aumentar su utilidad, pues aun sin tal aplicación el objeto es apto para cumplir el fin
para el cual fue creado.
Estas creaciones intelectuales se encuentran sometidas a una tutela especial como acontece
-en nuestro país- por el Decreto-Ley Nro. 6673/63 (9 de agosto de 1963), ratificado por Ley
Nro. 16.478, reglamentado por Decreto Nro. 5682/65 (20 de julio de 1965) para amparar los
diseños y modelos industriales, definidos en el art. 3 de la normativa señalada como “las
formas o el aspecto incorporados o aplicados a un producto industrial que le confieren
carácter ornamental”.

Diferencias con las marcas, patentes y modelos de utilidad.


El art. 1 de la Ley Nro. 22.362 permite registrar como marcas -entre otros signos distintivos-
a los “dibujos, estampados, imágenes, envases. envoltorios, relieves, grabados,
monogramas” creaciones que podrían ser asimismo protegidas bajo el régimen del Decreto-
Ley Nro. 6673/63. A su vez, el art. 2 de la ley citada establece la imposibilidad de registrar
como marca “la forma que se dé a los productos”. La jurisprudencia ha delimitado el alcance
de esta prohibición declarando que lo irregistrable es la forma necesaria de los productos,
pero no las formas arbitrarias y diferenciadoras. Como hemos visto, la forma de un producto
puede ser tutelada como modelo. Sin embargo, la finalidad de los registros determinan
pautas de diferenciación. Conforme lo indicado oportunamente, la marca cumple una
función esencialmente distintiva de productos y servicios. En consecuencia, el sujeto
registrante busca que la marca sirva como elemento distintivo diferenciador de sus
productos o servicios en relación a los ofrecidos por la competencia y que -de esta manera-
sean identificados por el público consumidor. Mientras que las marcas son amparadas en
cuanto signos distintivos, los modelos o diseños industriales lo son en cuanto elementos
ornamentales.
En relación a las patentes de invención, mientras que los modelos o dibujos industriales
están destinados a adornar objetos, o a variar su aspecto externo o de imprimirles
fisonomía o individualidad, lo que interesa de las invenciones protegidas por patente es el
objeto en sí y su resultado técnico o industrial. Su diferencia radica -por lo tanto- por las
consecuencias o resultados que producen en el mundo exterior: efecto técnico o resultado
industrial en materia de patentes, efecto ornamental o resultado decorativo en el ámbito de
modelos y diseños. El objeto de protección del Decreto-Ley 6673/63 es la obra que tiene por
finalidad mejorar el aspecto del producto, de modo que se tiene en cuenta esta faz
ornamental o estética con prescindencia de las potencialidades de uso o función del producto
en cuestión.
Los modelos industriales y los modelos de utilidad presentan analogías pues ambos se
refieren a nuevas formas, aunque éstas apuntan a fines diferentes.
- Los modelos industriales amparan las novedades de las formas puramente en
atención a su valor estético, visual u ornamental que dicha forma novedosa tiene.
- Los modelos de utilidad protegen las formas en cuanto ellas impliquen un aumento o
mejoramiento del fin utilitario de un objeto.
Los modelos industriales no enriquecen la utilidad del objeto representado. Sus cualidades
no se alteran en relación a su fin -particularidad que debe ocurrir en el caso de los modelos
de utilidad-. Es la forma, la configuración del objeto la que cambia, sin incrementarse su
utilidad. Y ese cambio de forma no busca hacerlo más ventajoso, sino más atractivo.
El modelo industrial provoca un efecto estético o decorativo, gravitando sobre el sentido de
la vista. El modelo de utilidad provoca un efecto práctico.
La protección de la creación ornamental se deriva de su valoración plástica. El amparo del
modelo de utilidad depende de su valoración práctica.
No significa, según lo expuesto, que no puedan coexistir en una misma concepción estas
figuras. Un objeto puede ser configurado de modo que se materialicen en él innovaciones
formales que aumenten su utilidad y otras configuraciones que -si bien no lo hacen de uso
más ventajoso- le confieren una apariencia más atrayente. Sería el caso de una lámpara de
forma original, que
posee una serie de mecanismos movibles, que permite orientar ventajosamente la luz en
distintas direcciones e intensidades. En este objeto se mezclarán la forma que brinda un
efecto utilitario beneficioso -la disposición y posibilidades de giro de la bombilla de luz- con
lo que constituye una mera creación formal -la configuración original del objeto-. Se trataría
de un modelo de utilidad y de un modelo industrial, ambos protegibles independientemente
dentro de su propio régimen.
Si el sujeto innovador opta por solicitar ambos títulos, se producirá una situación de
coexistencia de dos registros sobre el mismo objeto. Cada registro atenderá a aspectos
distintos de dicho objeto (en atención al carácter inventivo u ornamental de la creación
tutelada). No existirá -de ningún modo- una duplicidad de protección.

Obtener el título correspondiente para gozar del derecho de exclusividad sobre las
creaciones intelectuales amparadas por los modelos y dibujos industriales, es necesario
cumplir con los siguientes requisitos:
a) Originalidad: se debe estar en presencia de un modelo o dibujo original. El cumplimiento
de este requisito se derivará en la fisonomía, del contexto exterior o del aspecto que adquiere
el objeto mediante la aplicación o la adaptación del dibujo o del modelo. Esta condición no
debe confundirse con la exigencia de novedad, que es un requisito de carácter cronológico -
tal como se observará a continuación-. La novedad se configurará cuando el aspecto que
caracteriza al producto no pertenezca al dominio público, mientras que la originalidad se
presenta en el trazo proveniente del esfuerzo creativo individual del autor. Conforme lo
expuesto, el art. 6 del Decreto-Ley Nro. 6673/63 excluye de protección a los modelos o
diseños que carecen de una configuración distinta y fisonomía propia, como aquellos que
impliquen un mero cambio de colorido en modelos o diseños ya conocidos.
b) Novedad: se trata de un recaudo de naturaleza cronológica, dado que la creación no debe
estar ya registrada a nombre de otro sujeto o bien que no se haya convertido de dominio
público antes de la fecha de depósito. De esta manera, el decreto citado consagra la exclusión
de protección para los modelos o diseños que hayan sido publicados o explotados
públicamente (en el país o en el extranjero) con anterioridad a la fecha de presentación como
también aquellas creaciones carentes de novedad con respecto a modelos y diseños
industriales anteriores. La misma norma establece dos excepciones a este principio general:
- los modelos y dibujos depositados en el extranjero siempre que lo hayan sido dentro del
plazo de seis meses previos al depósito efectuado en Argentina - los modelos y dibujos
exhibidos por su autor o persona autorizada en ferias o exposiciones realizadas en el país o
en el exterior, a condición de que el depósito respectivo se efectúe dentro del plazo de 6
meses a partir de la inauguración de la exposición o feria.
c) Industrialidad: además del valor estético de la creación intelectual, los modelos y diseños
deben ser concebidos para su utilización o explotación industrial, ello implica que deben ser
aplicados a productos de la industria o el comercio. Quedan por lo tanto- al margen de la
protección aquellas obras cuyo autor no ha destinado a una aplicación práctica. Por ello, el
art. 3 de la norma aplicable en la materia determina que se considera modelo o diseño
industrial las formas o el aspecto incorporados o aplicados a un producto industrial.
d) Ornamentalidad: de la misma definición de modelo y dibujo del art. 3 de la normativa
vigente surge que la protección se otorga a “las formas o el aspecto incorporados o aplicados
a un producto industrial que le confieren carácter ornamental”. La tutela se extiende a las
creaciones tendientes a satisfacer -por consiguiente- el sentido estético al conferirle al objeto
un nuevo aspecto, el cual le brinda una fisonomía o característica peculiar. La configuración
ornamental debe ser ostensible (exterior y visible), quedando excluido de protección lo que
no puede ser percibido por la vista.
e) Moralidad y buenas costumbres: nuestra legislación exige que el dibujo o modelo no sea
contrario a la moral y las buenas costumbres. Las creaciones de este tipo también quedan
excluidas de protección bajo el régimen de patentes (art. 7º.a - Ley Nº 24.481) y el de marcas
(art. 3º.d – Ley Nº 22.362).

Conforme el art. 1 del Decreto-Ley Nro. 6673/63 el autor de un modelo o diseño industrial y
sus sucesores legítimos tienen sobre éstos un derecho de propiedad y el derecho exclusivo
de explotación, por el tiempo y bajo las condiciones establecidas en la ley.
Aquellos creados por personas que desempeñan funciones en relación de dependencia
pertenecen a sus autores, excepto en el caso de que el autor haya sido especialmente
contratado para crearlos o se trate de un simple ejecutante de las instrucciones provenientes
de las personas para quien trabaja.
En el supuesto de que dos o más personas hayan participado en forma conjunta en la
creación del modelo, tanto el derecho de explotación exclusiva como el derecho de
registrarlo le corresponderá a todas ellas y las relaciones entre los coautores se regirá de
acuerdo al concepto de copropiedad.
Según el art. 4 de la norma citada, la adquisición del derecho de exclusividad y la
correspondiente protección legal se logrará con el registro del modelo o diseño en el Registro
de Modelos y Diseños Industriales perteneciente al Instituto Nacional de la Propiedad
Industrial (INPI).
El art. 7 establece que la duración temporal del registro se extiende por un plazo de cinco
años a partir de la fecha del depósito y podrá renovarse por dos períodos consecutivos de la
misma duración a pedido del titular. Ello implica que el propietario goza de una tutela de 15
años como máximo. La solicitud de renovación del depósito (conforme el art. 11) debe ser
presentada no menos de seis meses antes de la finalización del período de vigencia de la
protección.
De acuerdo al art. 19, el titular de un registro de modelo o diseño se encuentra facultado
para iniciar acciones legales contra todo tercero que -sin su autorización- explota un diseño
o modelo registrado o imitaciones del mismo. Existe la alternativa de entablar las acciones
por vía civil con el propósito de obtener el cese de uso y el resarcimiento de los daños y
perjuicios causados al titular, o por vía penal, con el objeto de la aplicación de las penas que
la ley establece.
Según el art. 21 serán reprimidos con multas:
a) Quienes fabriquen o hagan fabricar productos industriales que presentan las
características protegidas por el registro de un modelo o diseño o sus copias.
b) Quienes, con conocimiento de su carácter ilícito, vendan, pongan en venta, exhiban,
importen, exporten o de otro modo hagan negocios con los productos descriptos
anteriormente.
c) Quienes, maliciosamente, detenten dichos productos o encubran a sus fabricantes.
d) Quienes, sin tener registrados un modelo o diseño, lo invoquen maliciosamente.
e) Quienes vendan como propios, planos o diseños o modelos protegidos por un registro
ajeno.
Constituye un requisito para iniciar una demanda civil o una acción penal la presentación del
registro del modelo o diseño que se invoca. El art. 24 faculta al titular del registro (como
medida previa para comprobar el hecho ilícito) para solicitar al Juez interviniente la
designación de un oficial de justicia para que se constituya en el lugar denunciado e incaute
un ejemplar de los productos en infracción, efectuando un inventario de los existentes. Serán
requisitos para lo expuesto la previa presentación del título concedido y el cumplimiento de
la caución fijada por el Juez.
El art. 25 permite al demandante exigir al demandado el depósito de una caución para no
interrumpirlo en la explotación del modelo o diseño objetado, en el caso de que el segundo
desee seguir con su uso durante el transcurso del juicio. A su vez, podrá requerir la
suspensión de la explotación y el embargo de los objetos objetados en poder del demandado,
dando caución suficiente (de acuerdo al criterio judicial). Las cauciones serán reales y fijadas
por la autoridad judicial teniendo en cuenta los intereses comprometidos.
Programas de computación (Software).
Desde los albores de la informática se ha planteado a los operadores del derecho el dilema
de otorgar una protección jurídica adecuada a este nuevo avance de la ciencia. En principio,
los regímenes legales centraron su mayor interés en lo que se dio en denominar Ahardware,
esto es en el componente material de la computación, el ordenador, era considerado sólo
como un componente más de la máquina, como un programa que -inserto como una parte
más del ordenador- controlaba la máquina y le indicaba las tareas que debía realizar. Es decir,
mientras la industria del hardware estuvo ligada con la del software, no se previó la necesidad
de proveer a éste último de una protección jurídica especial. El ordenador era el bien jurídico
que merecía una tutela legal y su programa estaba protegido por el régimen legal de aquél.
Ello así por cuanto el hardware pudo insertarse fácilmente en las categorías jurídicas
existentes, siendo clasificable como cosa mueble y su tutela se instrumentó a través de la
patentabilidad. Sin embargo, desde la década del 60, y en virtud de la espectacular baja del
costo de los componentes materiales de los sistemas informáticos registrada a partir de la
tercera generación de computadoras gracias a los procesos de miniaturización, el elemento
intelectual de esta industria el software comenzó a ocupar el primer plano de la escena.
Resultado de la creciente demanda de los programas de computación, su vulnerabilidad y
gran costo económico, el software comenzó a adquirir un valor independiente del hardware,
generando un intenso debate en orden a su protección jurídica, este nuevo objeto de
derecho no fue tan sencillo de tutelar, presentaba como característica propia la de ser un
objeto inmaterial o incorporal. En efecto, su particular naturaleza (intelectual, moral y
económica), el software fue reacio a dejarse encuadrar en las clásicas categorías jurídicas
existentes. Algunos han sostenido que el programa debe ser regulado a través del derecho
de patentes; otros, aseveran que el régimen idóneo para tutelar a los programas de
computación es el propio del Derecho de autor. Finalmente, un sector -hoy minoritario-
considera que es menester crear un nuevo ordenamiento jurídico, que atienda y prevea las
particularidades que caracterizan al software.
En la Argentina el software encuentra protección específica y propia en el Derecho de autor.
La adopción de éste régimen legal, no importa decir que no existan otras medidas de tutela
jurídica a las que se pueda acudir en nuestro ordenamiento. Desde esta perspectiva, y
siempre a través del Derecho de Autor, pueden distinguirse tres grandes etapas en la
protección de los programas de computación, una primera que podríamos denominar como
Protección genérica, una segunda -más específica- en la cual se incluye expresamente al
software, como bien jurídico protegido en el texto legal de Propiedad Intelectual, aunque de
un modo deficiente y, finalmente, -la etapa a la que hoy asistimos- donde la regulación legal
ha sido completada y perfeccionada.
I. Protección genérica: En esta primera etapa no encontramos un texto legal que
expresamente refiera al software. Tal vacío normativo no importó la privación de
tutela jurídica a los primeros programas de computación. Principalmente cuadra
indicar que el art. 17 de la Constitución Nacional de 1853 dispone que todo autor o
inventor es propietario exclusivo de su obra, invento o descubrimiento, por el término
que le acuerde la ley. La primera Ley de Propiedad Intelectual se dictó en la Argentina
en el año 1910 (ley 7092) pero al carecer de sanciones penales no tuvo aplicación
concreta. Recién en 1933 se dicta la Ley 11.723 referida a las obras científicas, literarias
y artísticas. En esta época, lejos se estaba de contemplar la protección jurídica del
software, ya que tales programas no existían. No obstante, con la revolución de la
industria informática, la mayoría de la doctrina y la jurisprudencia local consideró que
los programas y las compilaciones de datos, pese a no estar expresamente
mencionados en la ley, estaban comprendidos entre las obras protegidas. Por otra
parte, la vía de protección del software mediante la Ley de Patentes vigente en esa
época fue rechazada por la Dirección Nacional de Propiedad Industrial, quien impidió
el patentamiento del software atento a que el art. 4 de la ley 111 vedaba la protección
de la ley a los inventos puramente teóricos sin que se haya indicado su aplicación
industrial.
II. Consagración legal expresa, aunque deficiente: Está representada por el decreto
165/94 dictado por el Poder Ejecutivo que incluyó al software en la enumeración de
obras amparadas por la ley 11.723 de Propiedad Intelectual (art. 1), estableciendo
también el procedimiento de registración en la Dirección Nacional de Derecho de
Autor (arts. 2 y 3). La doctrina y la jurisprudencia reconocieron plena validez a esta
normativa sólo en cuanto al procedimiento de registración y a la tutela civil del
software, empero le negaron todo valor en lo relativo a la tipificación penal, con
fundamento en que el Poder Ejecutivo carece de facultades para, por vía
reglamentaria, crear nuevos tipos penales, por cuanto el software es una obra
intelectual sui generis que requiere de una protección específica. Ello así, los efectos
del decreto sólo tuvieron trascendencia concreta en cuanto a la regulación de la
registración de las obras y a la responsabilidad civil que emanaba de la violación de los
derechos de autor.
III. Perfeccionamiento de la protección legal: Se sanciona la ley 25.036 (Octubre de 1998)
que reforma la Ley de Propiedad Intelectual modificando cuatro artículos e
incorporando uno (art. 55 bis). Esta nueva normativa, conocida como Ley del software,
adopta para nuestro país el sistema predominante en los acuerdos internaciones
suscriptos por la República Argentina, en cuanto brinda protección al software
mediante la legislación de derechos de autor.
Siendo tal la importancia de este nuevo texto legal en nuestro país, corresponde analizar
minuciosamente las modificaciones introducidas por el mismo:
- Modifica el art. 1° que en su actual texto enumera entre las obras protegidas (los
programas de computación fuente y objeto; y las compilaciones de datos o de otros
materiales). El código fuente es el que está escrito en el lenguaje de programación,
que es legible por los seres humanos. El código objeto es el lenguaje que resulta de la
conversión del lenguaje del código fuente al lenguaje de la máquina que se expresa en
alfabeto binario y por tanto es ininteligible para el ser humano. Las compilaciones de
datos son las bases de datos constituidas por un conjunto de informaciones,
interrelacionadas y compiladas con miras a su almacenamiento, procesamiento y
recuperación mediante técnicas y sistemas informáticos. Todos ellos son elementos
alcanzados por la protección que brinda nuestra ley de Propiedad Intelectual.
- La modificación del art. 4, incluye en el inciso A, entre los titulares del derecho de
propiedad intelectual a aquellos que se vinculan con un software, expresando: El
autor; Los herederos del autor. Para estos dos sujetos, la normativa dispone
expresamente el tiempo por el que se prolonga la protección. Así, respecto al autor la
tutela se dispone para toda su vida. En cuanto a los herederos del autor, la ley prevé
que la protección se extienda hasta 70 años a contar del 1° de enero del año siguiente
al de la muerte del autor.
- A continuación, el artículo en comentario establece que son también titulares del
Derecho de autor: Las personas que con permiso del autor, la traducen refunden,
adaptan, modifican o transportan; Las personas físicas o jurídicas cuyos dependientes
contratados para elaborar un programa de computación hubiesen producido un
programa de computación en el desempeño de sus funciones laborales, salvo
estipulación en contrario. Aquí se da un desplazamiento de la titularidad del derecho
hacia la empresa, pero no de la autoría, que sigue perteneciendo a quien realizó el
programa. Como vemos la ley ha establecido la titularidad a favor de la empresa de los
derechos sobre programas producidos por un empleado encargado de elaborar un
software. La nueva Ley de Propiedad intelectual otorga la titularidad a la empresa
cuando el trabajador fue contratado para elaborar un programa, pero da tal propiedad
a la empresa aún en el caso de que el programa producido por el empleado no sea
específicamente aquel para el cual fue contratado. Son así requisitos para que la
persona jurídica sea titular del derecho de autor: Que el trabajo haya sido realizado
por un dependiente (es decir por personas que tengan subordinación técnica y
económica respecto del comitente de la obra); Que el contrato de trabajo incluya entre
las obligaciones del cargo la de elaborar (o contribuir a elaborar) programas de
computación y Que el programa creado haya sido en el desempeño de las funciones
laborales del agente (por tanto no sería viable si el empleado crea el software en su
tiempo libre y con sus propios recursos). En virtud de que se trata de una relación
contractual, el principio admite estipulación en contrario. Nuestra ley atribuye la
condición de autor exclusivamente a las personas físicas que crearon el programa. Los
empresarios sólo recibirán tal autoría en los casos de creación de programas realizados
por encargo de ellos por aportantes anónimos (art. 16).
- En cuanto a la registración de la obra de software, la ley introduce en el art. 57 in fine
la siguiente leyenda: Para los programas de computación, consistirá en el depósito de
los elementos y documentos que determine la reglamentación. Preliminarmente,
corresponde advertir que la reglamentación a la que remite la ley aún no ha sido
dictada. En consecuencia, la doctrina entiende que sigue siendo aplicable el método
de registración dispuesto por el Decreto 165/94. Esta normativa prevé el depósito de
aquellos programas de computación que se registren como obras inéditas. El
procedimiento de inscripción en estos casos consiste en el depósito -en sobre lacrado
y firmado- de amplios extractos de su contenido, junto con una explicación escrita de
su estructura y organización, como también de sus principales características de
manera que se pueda individualizar la obra y dar una noción fiel de su contenido. En
otras palabras, la registración debe incluir el depósito de un memorial en el cual se
viertan todas las precisiones que se juzguen convenientes y suficientes para identificar
su creación y garantizar la reserva de su información secreta. Si el software a registrar
no fuera inédito, sino que se tratara de un programa ya publicado, el trámite es más
sencillo, debiendo acompañarse y depositarse un ejemplar del mismo. La registración
se efectúa por ante la Dirección Nacional de Derechos de Autor, a través de la Cámara
de Empresas de Software y Servicios Informáticos (CESSI) que recibe el pedido de
inscripción, otorga un número de inscripción y registra la obra en dicha repartición.
Cuadra advertir que la inscripción de la obra no es constitutiva. Es decir, no condiciona
el nacimiento del derecho de autor, el cual surge ni bien el software ha sido creado.
Sin embargo, la Ley de Propiedad Intelectual, en su art. 63 suspende el ejercicio de las
acciones para la protección de los derechos de autor hasta tanto se hubiere efectuado
la registración de la obra. Esta disposición normativa contradice lo dispuesto y
acordado en la Convención de Berna que consagra el imperio del principio de
protección automática en su art. 5.2 y que impide el condicionamiento de la protección
a cualquier recaudo de forma. A partir de ello, cuadra señalar que nuestra legislación
local ha provocado una injusta discriminación entre los programas de computación
elaborados o publicados en el extranjero y los creados en el país, ya que la efectiva
protección de aquéllos no se encuentra supeditada a ninguna condición suspensiva,
mientras que los autores locales deben necesariamente registrar el software para que
la tutela de la obra se haga efectiva.
- Al art. 9 de la Ley de Propiedad Intelectual se le incorpora un párrafo en el que cual se
establece que quien haya recibido del autor o de sus herederos un programa de
computación tendrá licencia sólo para usarlo y podrá reproducirlo sólo por una vez con
el único objeto de reemplazar el ejemplar original del programa de computación
licenciado si ese original se pierde o deviene inútil para su utilización. La excepción a
la facultad exclusiva de reproducción del art. 9 encuentra su fundamento en la realidad
que se vivía al momento de sancionarse la reforma. En aquella época los programas de
computación se hallaban reproducidos sobre tarjetas perforadas o soportes
magnéticos autónomos. En estas circunstancias, podía preverse la posibilidad de que
una eventualidad accidental inutilizara los ejemplares provistos por el autor o por el
editor licenciado. Esto imponía al legislador la necesidad de introducir una excepción
a la facultad autoral exclusiva de reproducción para permitir a los usuarios legítimos
de programas de computación obtener una copia de salvaguarda (back up) útil para
asegurar el funcionamiento del sistema en los supuestos en que el ejemplar recibido
se tornaba inservible. En el contexto técnico contemporáneo esta excepción carece de
significación, dado que los ejemplares originales no tienen ahora otra función que el
transporte de los archivos de los programas hasta el ordenador del usuario, donde los
mismos se instalan. Es decir, en la actualidad, los software se copian en un medio de
almacenamiento interno del ordenador desde donde luego se cargan en ocasión de su
utilización. Por ello, prácticamente nadie corre los programas desde los discos
removibles que se proveen como originales (en la mayoría de los casos CD-ROM=S) y
por regla las licencias autorizan explícitamente esa instalación. Lo expuesto, patentiza
la inutilidad actual de la excepción legal bajo la lupa.
- Finalmente, el agregado art. 55 bis dispone que la explotación de la propiedad
intelectual sobre los programas de computación incluirá entre otras formas los
contratos de licencia de uso o reproducción. Ello así se incorpora dentro de los
contratos autorizados por la ley 11723 a las licencias.
IV. Patentabilidad del software en la Argentina
El art. 6 de la Ley nacional de Patentes e Invenciones (N° 24.481 modificada por ley N° 24.572)
al catalogar las actividades aportes intelectuales y creaciones humanas que no constituyen
una invención patentable, expresamente incluye a los programas de computación. De este
modo, y conforme a nuestro ordenamiento local vigente, el software no puede ser protegido
por el Derecho de Patentes. Sin embargo, un sector de nuestra doctrina afirma que esta
disposición de la normativa nacional contradice lo autorizado por el ADIPC, y que en caso de
negarse el patentamiento de un programa podría solicitarse la declaración de
inconstitucionalidad del art. Por nuestra parte, consideramos que tal posibilidad no resulta
viable desde que el ADIPC no admite el patentamiento del software, sino que, una
hermenéutica adecuada del Acuerdo, entiende que sólo resulta protegible por el Derecho de
patente, el conjunto inventivo, siendo indiferente que el mismo cuente o no con un
programa.
2.- Derecho de la competencia. Mercado: Concepto.
En teoría económica se describe al mercado como el lugar en el que encuentran la oferta y
la demanda. Este lugar o espacio, que en épocas pasadas se refería a un lugar público plaza
o mercado, hoy está considerado de forma conceptualmente más abstracta, entendido
también como un mecanismo de coordinación de intenciones independientes entre
compradores y vendedores por medio del cual se realizan un conjunto de actos de compra y
venta de bienes y servicios.
Dentro del mercado es posible diferenciar por un lado a las empresas que concurren al
mercado para tratar de lograr ganancias y por otro lado los consumidores que se benefician
con la obtención de los bienes o servicios adquiridos como resultado del intercambio que se
produce. Las empresas adoptan decisiones gerenciales que afectan sus relaciones con las
demás. Para comprender e identificar cuando se está en presencia de una conducta
anticompetitiva, es preciso apelar a la teoría económica relativa al comportamiento de las
empresas en los mercados. Esta teoría tiene por referencia a los mercados de competencia
perfecta, donde la adopción de una decisión empresarial por parte de la firma respectiva no
influye sobre las demás, por cuanto: Los precios, la cantidad y las ganancias son definidas por
las condiciones generales del mercado; y Ninguno de los anteriores factores puede ser
influenciado por decisiones empresariales de una o otras firmas con mayor predominio en el
mercado (.
Tipos o modelos de mercado.
Se pueden diferenciar dos modelos de competencia, el primero denominado modelo de
competencia perfecta en el cual se entiende que existe competencia perfecta cuando en un
mercado existen muchos compradores y vendedores sin que ninguna de las partes tenga
influencia sobre el precio. En ese mercado perfectamente competitivo, tomados el
comprador y el vendedor individualmente no tienen que tomar decisiones sobre a qué precio
van a comprar o vender sus mercancías, porque son precios aceptantes, es decir, el precio es
fijado por el mercado (la interacción entre el conjunto de vendedores y compradores).
Un mercado que pueda caracterizarse como perfectamente competitivo presenta las
siguientes características fundamentales:
- El producto que se negocia es absolutamente homogéneo, por lo cual a los
consumidores no les importa a que vendedor le compran suponiendo que el precio es
el mismo.
- Hay muchos vendedores u oferentes y muchos compradores o demandantes. Cada
uno de ellos representa una proporción ínfima del mercado por lo cual sus decisiones
no afectan las decisiones de los demás agentes. Ninguno tiene suficiente poder para
que sus decisiones tengan algún impacto en el precio.
- El mercado es transparente en término de información. Esto significa que todos los
participantes del mercado tienen pleno conocimiento de las variables precio y
producción.
El segundo modelo denominado de competencia imperfecta en el cual el alejamiento
práctico de la realidad de la situación descrita por el modelo de competencia perfecta es
causado, según la visión neoclásica, por la existencia de "fallas" tales como la presencia de
externalidades, bienes públicos, problemas de información, derechos de propiedad no
definidos, y otras situaciones semejantes que no permiten la eficiente asignación de recursos
abogada por el modelo de competencia perfecta. Entre los principales mercados imperfectos
se encuentran el monopolio, el duopolio y eloligopolio. Estos modelos se diferencian entre sí
según su grado de alejamiento de la situación "límite" descrita por el modelo de la
competencia perfecta.
- El monopolio (o monopsonio, si se examina el mercado desde la posición del
comprador de bienes o servicios) existe cuando hay un único proveedor en el mercado.
- Un oligopolio se presenta cuando un número reducido de empresas dominan un
mercado. Etimológicamente, significa "pocos vendedores". Los mercados de
competencia imperfecta se definen por la estructura de su comportamiento y no
simplemente contando el número de empresas. Un mercado tiene una estructura
oligopólica si la actuación de una empresa provoca efectos tan importantes sobre una
empresa rival que ésta tiene que adoptar las medidas de reacción adecuadas, las que
a su vez pueden afectar a la empresa originaria. El caso más sencillo de oligopolio es el
duopolio, es decir, cuando sólo hay dos empresas rivales en un mercado.
Los mercados de competencia imperfecta se caracterizan por la presencia de barreras a la
entrada, factores que impiden que nuevos competidores entren a un mercado específico.
Entre ellas se encuentran:
- A) Economías de escala.
- B) Diferenciación de productos por medio de publicidad, ofertas, ETC.
- C) Requisitos de capital.
- D) Acceso a canales de distribución.
- E) Desventaja en costos independientes de las economías de escala.
- F) Política gubernamental.
- G) Estructura de precios como disuasivo al ingreso.
- H) Fusiones.
Los beneficios de la competencia son evidentes, ella propicia que la producción de bienes y
servicios por el mercado sea: al menor costo posible; de tal manera que mejor satisface la
demanda de los consumidores; y al precio "justo" para los consumidores. Además, la
competencia permite beneficios adicionales tales como: la mejora la calidad de los bienes y
servicios que se ofrece a los consumidores; la posibilidad de ofrecer a los consumidores un
acceso a más y mejor información sobre los bienes y servicios ofrecidos en el mercado y su
calidad; e incentiva el desarrollo de nuevos productos y de métodos de producción.
La competencia incrementa la productividad y la eficiencia doméstica a fin de: competir en
el mercado global; incrementar las oportunidades de empleo; y aumentar el nivel de vida
mediante el crecimiento del ingreso.
Finalmente, se advierte que los mercados también pueden dividirse por el ámbito o área
geográfica que ocupan:
- Locales: se localizan en un ámbito geográfico muy restringido.
- Regionales: abarcan varias localidades o provincias, integradas en una región
geográfica o económica. A nivel internacional estos mercados forman bloques
económicos como el Mercado Común Europeo o el Mercosur entre otros.
- Nacionales: integran la totalidad de las transacciones comerciales internas que se
realizan en un país; también se le llamado mercado interno.
- Mundial: en este caso se entiende que el conjunto de las transacciones comerciales
internacionales (entre países) se forman y desarrollan el mercado mundial,
internacional o mercado globalizado.
Si tenemos en cuenta que la política de la competencia es de carácter estructural, para que
ésta desempeñe plenamente su cometido, y de esta forma acompañe la evolución de la
economía, con el fin de garantizar el funcionamiento eficaz de los mercados, sin que ello
suponga un freno injustificado, concretamente deberá: tener en cuenta la globalización;
contribuir a la profundización del mercado interior y modernizar y/o mantener actualizados
sus instrumentos de control y aplicación entre los que se encuentran las respectivas
legislaciones así como también las autoridades y organismos a cargo de su aplicación.
Defensa de la competencia: El Derecho de la competencia. Régimen legal.
El derecho de la competencia tiene sus verdaderos antecedentes en la legislación de Canadá
y especialmente en Estados Unidos, así como también en países europeos, Alemania, Francia,
Gran Bretaña y España. Actualmente en el sistema comunitario, se lo considera en forma
muy positiva y es uno de los temas más importantes de la Comisión Europea. En cuanto al
tratamiento del derecho de la competencia, se ha convertido en una categoría jurídica
comprensiva de todos aquellos temas y aspectos que conlleva la regulación del mercado con
el fin de lograr una cobertura completa de los intereses que concursan dentro del fenómeno
oferta-demanda. Es por ello que dentro del llamado derecho de la competencia se encuadran
el tratamiento de los actos o prácticas restrictivas de la competencia, el abuso de posición
dominante, el control de las concentraciones económicas, la defensa y protección del
consumidor, incluida la conducta leal que deben mantener hacia ellos los comerciantes ,así
como también el ejercicio de una competencia leal (en este caso el enfoque se realiza desde
la óptica del derecho privado incluyéndose todos los actos de competencia desleal),
quedando muchas veces incluidos por el tipo de actos o conductas desarrollados aquellos
aspectos relacionados con la defensa y protección de los derechos derivados de la propiedad
intelectual, tales como marcas, patentes, transferencia de tecnología, know-how, secretos
industriales y derechos de autor.
Dentro de esta categoría también se encuentra comprendido todo lo relacionado con el
comercio internacional desleal, en su mayoría por el otorgamiento de ayudas públicas o
subsidios, teniendo en cuenta en este punto que el enfoque en este caso se realiza a nivel
nacional.
En relación con los fines de la legislación de defensa de la competencia, Cabanellas ha
señalado que, las distintas legislaciones difieren, en mayor o menor medida, respecto de las
metas a las que se espera llegar mediante la sanción de normas regulatorias de la
competencia. Advirtiendo que, si consideramos la legislación antitrust de los Estados Unidos,
observamos que los propósitos por ella perseguidos no son exclusivamente económicos sino
también de la constante referencia a sus fines extraeconómicos que efectúan los tribunales
encargados de aplicarla. En relación con los aspectos puramente económicos de la Ley
Sherman, y de las demás normas a ella vinculadas (asegurar la eficiencia del sistema
productivo - la asignación de recursos entre los distintos sectores - incentivación de la
producción, la investigación y las innovaciones - distribución de la riqueza entre los distintos
sectores de la población). En cuanto a los elementos no económicos, se han mencionado la
preferencia por la descentralización del poder económico, la reducción del campo en que la
voluntad privada puede incidir sobre el bienestar de terceros, la incentivación de las
posibilidades individuales de ejercer funciones empresarias y la tendencia a estructurar la
sociedad mediante unidades más reducidas y cercanas a las inquietudes individuales.
En cuanto a los resultados y propósitos que se esperan alcanzar por medio de la aplicación
de la legislación argentina regulatoria de la competencia, Cabanellas nos señala que los
mismos fueron establecidos en la Exposición de Motivos de la Ley 22.262, señalando los
siguientes:
a) Lograr una mejor utilización de los recursos productivos;
b) Evitar distorsiones en la distribución del ingreso nacional;
c) Asegurar el libre funcionamiento de los mercados, sin necesidad de recurrir a la
intervención directa del Estado en la economía, agregando que dado que la Ley 25.156
mantiene en los esencial la estructura de la Ley 22.262, puede afirmarse que los fines de ésta
siguen viéndose reflejados por la legislación en vigor.
La ley 25.156 tiene como uno de los principales objetivos el mantenimiento y desarrollo de
una competencia eficaz en los mercados, ya sea actuando sobre el comportamiento de los
agentes económicos o actuando sobre las estructuras de los mercados. La defensa de la
competencia se encuentra contemplada expresamente en el art. 42 de la Constitución
Nacional, al establecer como derecho la defensa de la competencia contra toda forma de
distorsión de los mercados. La reforma constitucional del año 1994, estableció en el capítulo
segundo, nuevos Derechos y Garantías, expresamente el art. 42 dice: "Los consumidores y
usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de consumo, a la protección de
su salud, seguridad e intereses económicos; a una información adecuada y veraz; a la libertad
de elección, y a condiciones de trato equitativo y digno. Las autoridades proveerán a la
protección de esos derechos, a la educación para el consumo, a la defensa de la competencia
contra toda forma de distorsión de los mercados, al control de los monopolios naturales y
legales, al de la calidad y eficiencia de los servicios públicos, y a la constitución de
asociaciones de consumidores y de usuarios. La legislación establecerá procedimientos
eficaces para la prevención y solución de conflictos, y los marcos regulatorios de los servicios
públicos de competencia nacional, previendo la necesaria participación de las asociaciones
de consumidores y usuarios y de las provincias interesadas, en los organismos de control".
Por su parte, el art. 43 establece la posibilidad de iniciar una acción de amparo, sino existe
otro medio judicial más idóneo, esta acción la podrán realizar tanto las personas humanas
como las jurídicas, contra las autoridades públicas de los tres poderes o actos de los
particulares.
En doctrina se ha sostenido que los arts. 42 y 43 la CN establecen una relación jurídica de al
menos dos dimensiones entre los derechos, obligaciones y garantías que hacen al consumo
y la competencia: una dimensión individual (derechos y obligaciones individuales) de
reconocer el derecho a adecuadas condiciones de satisfacción de deseos y necesidades
individuales y familiares y una dimensión pública (derechos y obligaciones de incidencia
colectiva) de aumento y disminución de la calidad de vida y del bienestar general.
También se ha puesto de resalto que "a partir del art. 42 de la CN, que establece
expresamente la obligación del estado de defender la competencia contra toda distorsión de
los mercados, el término distorsión debe ser entendido como cualquier alteración de la
competencia, quedando englobadas todas las conductas".
La defensa de la competencia es un instrumento fundamental para la organización de una
economía de mercado eficiente y dinámica apta para incorporar el intenso proceso de
innovación que caracteriza a la economía mundial. Son éstas, condiciones necesarias para el
desarrollo económico. La transformación de una economía sobre regulada en una economía
de mercado, con un sistema de reglas previsibles y un sistema regulatorio no distorsivo,
requiere de un diseño institucional apropiado que garantice a su vez la legitimidad social del
mercado como mecanismo de asignación de recursos. La política de defensa de la
competencia es controvertida y sus efectos positivos demandan una práctica rigurosa y
técnicamente confiable.
En caso contrario, los costos económicos y sociales de las políticas activas de defensa de la
competencia pueden resultar superiores a los beneficios. Las acciones o conductas que
dañan la competencia son difíciles de establecer en base a proposiciones generales a priori.
Las prácticas anticompetitivas deben ser en gran medida demostradas caso por caso, creando
así un evidente riesgo de discreción distorsiva y por ende un problema de legitimidad de las
políticas de competencia. La discrecionalidad asociada a las políticas de defensa de la
competencia puede conducir tanto al oportunismo político como fenómenos de captura de
la política pública por parte del sector privado.
Los problemas económicos contra los cuales pueden aplicarse eficazmente políticas de
defensa de la competencia, sean éstos reales o potenciales, surgen de la aparición de actos,
conductas y estructuras económicas, que conspiran contra el funcionamiento óptimo de los
mercados. Dentro de dichos problemas podemos citar algunos: las barreras artificiales a la
entrada, los comportamientos colusivos, los comportamientos exclusorios.
En cuanto a la aplicación de las políticas de defensa de la competencia, según los
instrumentos que se utilicen, podemos clasificarlas en dos grandes grupos: las políticas de
comportamiento y las políticas estructurales.
- De comportamiento: Todas aquellas políticas que están focalizadas en la detección de
actos, conductas y todo aquel comportamiento restrictivo o que implique un abuso de
posición dominante en los mercados.
- Estructurales: Son las encargadas en definitiva de llevar a cabo las conductas y
comportamientos o bien ejercer en forma abusiva una posición de dominio. Con este
tipo de políticas se busca lograr una modificación en la configuración de los mercados
de bienes y servicios, a través de medidas que tiendan a incrementar el número de
agentes económicos que actúan en un mercado. Este tipo de política tiene lugar a
través del control de adquisiciones y fusiones y las escisiones y desmembramientos
empresarios.
Con la sanción de la ley 25.156 queda incorporada a nuestro sistema jurídico la aplicación de
los dos tipos de políticas antes descriptos, tanto las políticas de comportamiento, que ya se
encontraban en su antecesora la ley 22.262, como las políticas estructurales, con la
incorporación del control de concentraciones económicas.
Con anterioridad a la sanción de la ley 25.156, la legislación argentina tenía disposiciones
sobre actos y conductas anticompetitivas, pero no contenía disposiciones sobre un control
de las concentraciones económicas, además la legislación tenía un carácter penal que con la
reforma le fue suprimido. Una característica de la legislación anterior era que la misma
tipificaba a una serie de figuras como delitos, pero con la sanción de la nueva ley se produce
un cambio, ya que los tipos delictivos fueron definitivamente suprimidos, pasando a ser tipos
infractorios o contravenciones dado los intereses que protege "el interés económico
general". Como bien se ha manifestado, en referencia al art. 1 de la ley: "Esta norma
establece el marco de legalidad de las conductas de los agentes económicos”.
Concepto de competencia la doctrina ha señalado las dificultades que presenta, debe
entenderse por competencia o concurrencia: "concurrencia designa un modo de ser de la
iniciativa económica consistente en la condición fundamental de libertad para todos de
entrar y actuar sobre un mismo mercado, actual o potencial, ofreciendo bienes o servicios
susceptibles de satisfacer necesidades o intereses idénticos o símiles o complementarios".
Por su parte, se ha señalado que la ley tampoco ha definido el término "mercado". Su idea
es esencialmente económica y resulta fundamental en la ley, ya que su sola existencia es
indispensable para que haya competidores. Esta idea es necesaria para determinar la
competencia entre los productores de bienes y servicios: si no se conoce la conformación y
estructura de un determinado mercado será imposible determinar si un determinado acto es
anticompetitivo.
La competencia es al mercado, como la voluntad al acto jurídico.
Cabanellas de las Cuevas nos señala, para lograr la aplicación práctica del concepto de
competencia es a través de la exposición de factores, esenciales y concomitantes, que
conciernen a ese tipo de conducta entre los cuales deben mencionarse los siguientes:
A) Independencia de las partes que actúen en un mercado.
B) Oportunidad de acceso al mercado.
C) Libertad de elección entre distintos oferentes y demandantes
D) Estructura de la oferta y de la demanda.
E) Transparencia del mercado y.
F) Incentivos para adoptar conductas competitivas (39).
Para la aplicación de la ley es necesario que los actos o conductas, y ahora también las
concentraciones económicas, produzcan un interés contrario al interés económico general,
para la efectiva aplicación de la ley no rige el principio "per se" (prohibición absoluta),
principio donde las conductas se consideran ilegales por sí solas, por lo que no se hace
necesario evaluar su impacto económico en términos de eficiencia o posibles beneficios al
consumidor, sino que únicamente se requiere demostrar la ocurrencia de la conducta para
proceder a imponer sanciones. Es preciso determinar la posible existencia de efectos
económicos negativos para la comunidad, de esta forma para el análisis de una conducta o
un acto restrictivo se utiliza el método denominado "regla de la razón", o enfoque de
razonamiento, ello supone un análisis detallado, en el cual la aplicación de la legislación
dependerá del equilibrio entre los efectos de una determinada conducta concentración y el
logro de una mayor eficiencia económica. Asimismo, con respecto a la ley 25.156 se ha
señalado que "en la actual tendencia prevalece el control del ejercicio del poder económico
más que su formación".
Actos anticompetitivos.
De las distintas clasificaciones de los actos y prácticas anticompetitivas que se han realizado
podemos destacar la que separa las prácticas en unilaterales y concertadas y la que divide
las prácticas en horizontales y verticales.
- Las unilaterales serían aquellas que se asocian con el ejercicio del poder monopólico
o de liderazgo en el mercado por parte de una única empresa, y éstas pueden darse a
través de comportamientos exclusorios o través de un abuso de posición de dominio.
- Las prácticas concertadas se relacionan con situaciones en las que el poder de mercado
es ejercido por un conjunto de empresas a través de comportamientos colusivos, pero
también puede darse el caso de empresas que abusen de una posición de dominio en
forma conjunta o concertada.
- Las prácticas horizontales son aquellas que afectan la situación de los competidores
reales o potenciales en un mercado.
- Las prácticas verticales se asocian con empresas que operan en distintas etapas del
mismo proceso productivo.
Es importante señalar que no todos los acuerdos entre competidores (horizontales) son
acuerdos de cartel, pues en ocasiones los competidores pueden tomar conjuntamente
medidas que mejoren la eficiencia, como es el caso de operaciones conjuntas para producir
o vender un nuevo producto que de otra manera no sería introducido al mercado, para
determinar el carácter anticompetitivo del acuerdo se requiere un análisis detallado y la
comparación de los posibles beneficios en términos de ganancias de eficiencia.
El art. 2 de la ley establece de manera enunciativa a lo largo 14 incisos varios actos, conductas
o prácticas restrictivas, los que se enumeran a continuación:
A) Fijar, concertar o manipular en forma directa o indirecta el precio de venta, o compra de
bienes o servicios al que se ofrecen o demanden en el mercado, así como intercambiar
información con el mismo objeto o efecto.
B) Establecer obligaciones de producir, procesar, distribuir, comprar o comercializar sólo una
cantidad restringida o limitada de bienes, o prestar un número, volumen o frecuencia
restringido o limitado de servicios.
C) Repartir en forma horizontal zonas, mercados, clientes y fuentes de aprovisionamiento.
D) Concertar o coordinar posturas en las licitaciones o concursos.
E) Concertar la limitación o control del desarrollo técnico o las inversiones destinadas a la
producción o comercialización de bienes y servicios.
F) Impedir, dificultar u obstaculizar a terceras personas la entrada o permanencia en un
mercado o excluirlas de éste.
G) Fijar, imponer o practicar, directa o indirectamente, en acuerdo con competidores o
individualmente, de cualquier forma, precios y condiciones de compra o de venta de bienes,
de prestación de servicios o de producción.
H) Regular mercados de bienes o servicios, mediante acuerdos para limitar o controlar la
investigación y el desarrollo tecnológico, la producción de bienes o prestación de servicios, o
para dificultar inversiones destinadas a la producción de bienes o servicios o su distribución.
I) Subordinar la venta de un bien a la adquisición de otro o a la utilización de un servicio, o
subordinar la prestación de un servicio a la utilización de otro o a la adquisición de un bien.
J) Sujetar la compra o venta a la condición de no usar, adquirir, vender o abastecer bienes o
servicios producidos, procesados, distribuidos o comercializados por un tercero.
K) Imponer condiciones discriminatorias para la adquisición o enajenación de bienes o
servicios sin razones fundadas en los usos y costumbres comerciales.
L) Negarse injustificadamente a satisfacer pedidos concretos, para la compra o venta de
bienes o servicios, efectuados en las condiciones vigentes en el mercado de que se trate.
LL) Suspender la provisión de un servicio monopólico dominante en el mercado a un
prestatario de servicios públicos o de interés público.
M) Enajenar bienes o prestar servicios a precios inferiores a su costo, sin razones fundadas
en los usos y costumbres comerciales con la finalidad de desplazar la competencia en el
mercado o de producir daños en la imagen o en el patrimonio o en el valor de las marcas de
sus proveedores de bienes o servicios.
Es importante aclarar que los términos utilizados en el art. 2, limitar, falsear, restringir o
distorsionar, no son cuantificadores o clasificadores de la incidencia de los actos o conductas
restrictivas, éstos serán considerados anticompetitivos en la medida que configuren las
hipótesis del artículo 1 de la ley.
Como efecto de las conductas anticompetitivas se ha señalado: "el estudio del efecto real o
potencial de las conductas investigadas requiere una apreciación económica compleja que
tome en cuenta factores como: posición relativa de las empresas; número y tamaño de los
competidores; grado de libertad económica y comercial del que cada empresa dispondrá, si
existe o no una política de cooperación global, lo que requiere la consideración conjunta de
todos los acuerdos entre las empresas. Para que la conducta anticompetitiva caiga en la
prohibición del art. 1º de la ley, no es necesario que la afectación al interés general se haya
producido realmente. Es decir que es suficiente un peligro potencial al interés general, sin
necesidad de probar el daño real".
La prohibición establecida por el art. 1, alcanza a aquellos actos o conductas que aun cuando
no hubieran logrado su finalidad de llevar a cabo un acto contrario a la competencia hubieran
tenido ello por objeto o efecto. Se amplía de esa forma el espectro dentro del cual encuadran
las acciones llevadas a cabo por los agentes económicos dado que se persigue la intención
del posible infractor, con independencia de que logre o no el objetivo o efecto perseguido.
El artículo 1 también hace referencia a la posibilidad de que, como consecuencia del acto o
conducta prohibida, pueda resultar un perjuicio para el interés económico general.
Basta con que el perjuicio sea potencial y no efectivamente producido; sin embargo, dicha
potencialidad debe hacer referencia a un peligro concreto y no a una simple posibilidad lógica
y abstracta de lesión.
Abuso de posición dominante.
La ley 25.156 mantiene el mismo criterio que tenía la ley anterior, en el sentido que no
sancionaba la sola existencia de una posición dominante, sino que como se señaló
anteriormente debía demostrarse la existencia de efectos negativos para la comunidad, a
través del ejercicio abusivo de tal posición.
Para saber si estamos ante un abuso de posición de dominio es preciso primero definir que
entendemos por posición de dominio, y previo a ello definir el mercado relevante en
cuestión, tanto en su dimensión geográfica como de producto.
- En referencia a la delimitación del mercado de producto, se ha señalado que el mismo
comprende "todos los bienes y/ o servicios considerados fungibles o sustituibles por el
consumidor, en razón de las características del producto, de su precio o del uso al cual
están destinados". Bajo esta dimensión se considera los diversos productos o servicios
que pueden competir entre sí, para lo cual, adquiere fundamental importancia el
concepto de sustituibilidad del producto.
- Por su parte el mercado geográfico estaría configurado por la zona geográfica en la
cual se oferta y demanda el producto así determinado. De este modo, se ha definido
al mercado relevante como "el espacio comercial en cuyo interior debe evaluarse la
potencia económica de la empresa en cuestión en relación con sus competidores".
La posición dominante la CNDC ha señalado que el concepto se entiende: "una posición de
fortaleza económica disfrutada por una empresa que le permite a la misma evitar que una
competencia efectiva sea mantenida en el mercado relevante confiriéndole la posibilidad de
comportarse en una medida apreciable en forma independiente de sus competidores,
clientes y, en definitiva, de sus consumidores".
Actualmente, la prohibición del abuso de posición dominante, es establecida por el art.4 de
la ley 25.156, estableciéndose una referencia a los diferentes grados de integración ya sea
esta vertical u horizontal, y atento la magnitud en que la misma pueda presentarse,
ocasionando un perjuicio no solo a un competidor que ya está en el mercado, sino también
a todo aquel que intente ingresar.
En cuanto a las circunstancias que se deben considerar para determinar la existencia de una
posición de dominio, la ley 25.156 complementa la anterior ley 22.262, y en su art. 5
establece las siguientes:
1) El grado en que el bien o servicio sea sustituible por otros, las condiciones de tal sustitución
y el tiempo requerido para la misma.
2) El grado en que las restricciones normativas limiten el acceso de producto u oferentes del
mercado que se trate.
3) El grado en que el presunto responsable pueda influir de modo unilateral en la formación
de precios, o restringir al abastecimiento o demanda en el mercado y el grado en que sus
competidores puedan contrarrestar dicho poder.
La noción de abuso de posición dominante, tiene una clara raigambre europea,
principalmente sigue lo establecido por el Tratado de Roma. Allí prohíbe a las empresas, en
la medida que pueda afectar al comercio entre los estados miembros, la realización de
explotación abusiva, por parte de una o más empresas, que gocen de una posición dominante
en el mercado común. Estos abusos pueden consistir, entre otros, en la limitación de la
producción, la comercialización o el desarrollo técnico en perjuicio del consumidor, en
imponer directa o indirectamente precios u otras condiciones de transacción no equitativas,
en aplicar a determinados socios comerciales condiciones desiguales por prestaciones
equivalentes, así como subordinar contratos a la aceptación de prestaciones suplementarias
sin relación alguna con el objeto de los mismos.

Doctrinariamente se distingue la existencia de dos modalidades de abuso: el anticompetitivo


y el explotativo.
- El abuso anticompetitivo es aquel que pretende la expulsión del mercado de algún
competidor o bien el impedir la entrada de un nuevo operador o al menos dificultarla.
- El abuso explotativo constituye una agresión a los intereses de los proveedores, los
clientes y los consumidores.
La redacción del art. 4, mantiene el criterio de la anterior ley 22.262, la nueva ley 25.156, se
completa el concepto en el sentido que se le agrega una referencia a los diferentes grados
de integración ya sea ésta vertical u horizontal, y atento la magnitud en que la misma pueda
presentarse, ocasione un perjuicio no solo perjuicio a un competidor que ya está en el
mercado, sino también a todo aquel que intente ingresar.
Con la anterior ley 22.262, la jurisprudencia había expresado en el año 1983, que: "el abuso
de la posición dominante es la situación que permite a una empresa comportarse
independientemente, actuar sin tener en cuenta a sus competidores, compradores o
proveedores y ello por la posición de mercado que controla, disponibilidad de conocimientos
técnicos, materia prima o capital que le permite imponer precios o controlar la producción o
distribución en una parte significante de los productos en cuestión".
El art. 1º LDC prohíbe los actos o conducta que constituyan abuso de posición dominante en
un mercado, de modo que pueda resultar perjuicio al interés económico general. Si tenemos
en cuenta que en el derecho de la competencia se pueden distinguir las conductas
anticompetitivas concertadas de las unilaterales, para que una conducta unilateral, de una
empresa pueda afectar el régimen de competencia se requiere, necesariamente que esa
empresa cuente con poder de mercado suficiente.
Las conductas abusivas implican el aprovechamiento de una posición de dominio en el
mercado para extraer mayor renta del consumidor que la que se obtendría en una situación
de competencia. También se ha señalado que el concepto de posición dominante es un
concepto objetivo (no importa que haya un damnificado concreto), que implica la posición
de una empresa que con su sola presencia tiene una influencia en el mercado tal que con su
sola presencia tiene una influencia en el mercado tal que su conducta pueda debilitar la
estructura del mismo.
En su art. 4, la ley dispone que existe una posición dominante cuando establece, que "a los
efectos de esta ley se entiende que una o más personas goza se posición dominante cuando
para un determinado tipo de producto o servicio es la única oferente o demandante dentro
del mercado nacional o en una o varias partes del mundo o, cuando sin ser la única, no está
expuesta a una competencia sustancial o, cuando por el grado de integración vertical u
horizontal está en condiciones de determinar la viabilidad económica de un competidor o
participante en el mercado, en perjuicio de éstos".
Por su parte en el CCCN el art. 11 se establece en relación con el abuso de posición dominante
que lo dispuesto en los artículos 9º y 10º se aplica cuando se abuse de una posición
dominante en el mercado, sin perjuicio de las disposiciones específicas contempladas en
leyes especiales.

Interés económico general.


A pesar de la sanción de la ley 25.156 hay algunos principios que no sufrieron ninguna
modificación entre ellos, el que establece "la protección del interés económico general". El
art. 1º de la ley vuelve a establecer la prohibición y su consiguiente sanción, de todos los
actos o conductas, que relacionados con la producción e intercambio de bienes o servicios,
tenga por objeto o efecto limitar, restringir, falsear o distorsionar la competencia o el acceso
al mercado, o que constituyan abuso de una posición dominante en un mercado, todo ello
con el presupuesto de que pueda resultar un perjuicio para el interés económico general.
Ahora bien, para la aplicación de la ley es necesario que los actos o conductas, y ahora
también las concentraciones económicas, produzcan un interés contrario al interés
económico general, para la efectiva aplicación de la ley no rige el principio "per se"
(prohibición absoluta), principio donde las conductas se consideran ilegales por sí solas, por
lo que no se hace necesario evaluar su impacto económico en términos de eficiencia o
posibles beneficios al consumidor, sino que únicamente se requiere demostrar la ocurrencia
de la conducta para proceder a imponer sanciones.
Para la aplicación de la legislación se requiere la demostración de la existencia de efectos
económicos negativos para la comunidad, de esta forma para el análisis de una conducta o
un acto restrictivo se utiliza el método denominado "regla de la razón", o enfoque de
razonamiento, ello supone un análisis detallado, en el cual la aplicación de la legislación
dependerá del equilibrio entre los efectos de una determinada conducta o concentración y
el logro de una mayor eficiencia económica.
En referencia al perjuicio posible para el interés económico general, Cabanellas, señala que
el elemento a ser aquí analizado constituye uno de los conceptos esenciales de la Ley, pues
limita el marco de las prohibiciones allí incluidas, relacionando a las figuras previstas en el
artículo con el sistema económico en su conjunto. Una de las dificultades que enfrenta todo
régimen regulatorio de la competencia es el hecho de que no todas las conductas lesivas de
ésta son contrarias a los intereses económicos de la comunidad.
Hay autores que propugnan que el objetivo de la defensa de la competencia debería estar
definido, y dentro de ese grupo las opiniones se dividen entre quienes sostienen que dicho
objetivo debería ser la eficiencia económica y quienes piensan que, debería ser el interés de
los consumidores.
Por otro lado, existe la opinión de que el objetivo de la defensa de la competencia comprende
un conjunto más general de temas, que no sólo incluyen a la eficiencia o al interés de los
consumidores sino también dimensiones tales como la equidad distributiva, la defensa de las
pequeñas empresas, el nivel de empleo, el crecimiento económico, etc.
Los elementos que constituyen el interés económico general son demasiados numerosos y
tiene un valor excesivamente sustitutivo el uno del otro como para poder ser contemplados
en una norma única. Debe tenerse en cuenta, a fin de evaluar el impacto de una acción sobre
el interés económico general, que la competencia en un sector es uno de los elementos que
hacen a dicho interés. Una vez averiguados los efectos de una conducta sobre la
competencia, tales efectos deben ser comparados con los posibles beneficios y perjuicios
adicionales que se cause al interés económico general.
En cuanto a la eficiencia económica a CNDC a la hora de definirlo, ha sostenido que la ley
persigue la eficiencia económica, en el entendimiento que la misma promueve el bienestar
general de toda la comunidad, no solo de los consumidores o de las empresas sino de toda
la comunidad.
Concentración económica.
Los procesos de concentración económica llevados a cabo a través de vínculos de empresas,
y que pueden manifestarse por diferentes vías, entre las cuales se encuentran generalmente
las fusiones o las adquisiciones de participaciones accionarias, son un fenómeno de nuestro
tiempo que abreva en las fuentes del derecho societario y dentro de ella, específicamente en
los sistemas de control. El crecimiento desmedido de las concentraciones puede importar
una influencia dominante nociva para el mercado como, la formación de unidades de poder
económico y socio-político con participación dirimente en los avatares de los mercados y de
los países. Conscientes de ello, la mayoría de los países del mundo que cuentan con una
legislación específica de defensa de la competencia han establecido mecanismos de control
previo de concentraciones y fusiones.
Con la sanción de la ley 25.156, en el año 1999, se introdujo en la legislación argentina el
control de las concentraciones económicas, hasta ese momento no contábamos con un
aspecto de la legislación sobre competencia que ya se encontraba contemplado en la
legislación comparada, tanto en EEUU y Canadá, como en la Unión Europea, y no solo a nivel
comunitario, sino también en los países de la Unión (España, Francia, Alemania).

La Unión Europea cuenta con un Procedimiento de control de concentraciones, por el cual


las concentraciones que sean susceptibles de obstaculizar de forma significativa la
competencia efectiva en el mercado común o en una parte sustancial del mismo, en
particular como consecuencia de la creación o refuerzo de una posición dominante, se
declararán incompatibles con el mercado común. Todo proyecto de concentración debe
notificarse a la Comisión Europea antes de que tenga lugar. El criterio fundamental para
proceder a la evaluación es la asunción de control en otras empresas. La concentración no
podrá ejecutarse antes de que la Comisión haya concedido la autorización. Las decisiones de
autorización pueden estar condicionadas al cumplimiento de determinadas condiciones y
obligaciones.
Por su parte las legislaciones de América Latina, también contienen, disposiciones para el
control de concentraciones económicas derivadas de una fusión, adquisición o constitución
de empresas en conjunto. Brasil, Colombia, Costa Rica, Jamaica, México, Panamá, Venezuela
y recientemente Paraguay, establecen regulaciones para el control de las concentraciones
económicas basadas en sistemas de notificación obligatoria o voluntaria, con el fin de evaluar
el grado de concentración y sus efectos sobre la competencia.
A nivel regional, dentro del Mercosur contamos con el Acuerdo de Defensa de la competencia
del Mercosur, el Acuerdo tiene como objetivo principal promover la cooperación y
coordinación entre los Estados Partes en las actividades de aplicación de las leyes de la
competencia nacionales dentro del MERCOSUR; proveer asistencia mutua en cualquier
cuestión relativa a la política de la competencia que se considere necesario; asegurar un
cuidadoso examen por Los Estados Partes de sus intereses recíprocos relevantes, en la
aplicación de sus leyes de competencia; eliminar prácticas anticompetitivas a través de la
aplicación de sus respectivas leyes de competencia.
En cuanto a la aplicación de las políticas de defensa de la competencia, según los
instrumentos que se utilicen, podemos clasificarlas en dos grandes grupos: las políticas de
comportamiento y las políticas estructurales.
Las concentraciones empresarias, provienen de las fusiones y adquisiciones de empresas
impulsadas por la expectativa de adquirir ventajas competitivas que posibiliten a las firmas
mejorar su desempeño en el mercado. La agrupación de varias empresas permite lograr
sinergias en numerosos ámbitos, por ejemplo, en la investigación y desarrollo de nuevos
productos, y como consecuencia de la probable existencia simultanea de efectos
beneficiosos y perjudiciales para la comunidad, la evaluación previa de estas operaciones
tiene como objeto evitar únicamente aquellas que puedan finalmente resultar perjudiciales
para la sociedad.
Todo del fenómeno de concentración económica que se ha venido desarrollando en las
últimas décadas se debe, entre otros, a la gran necesidad por parte de las empresas de poder
posicionarse no solo en los mercados nacionales sino también en los mercados
internacionales, a la necesidad de tratar de lograr el mejor aprovechamiento de sus recursos,
a través de las reestructuraciones que reducen y optimizan sus costos de producción o
distribución, en definitiva al mejoramiento de su competitividad.
No obstante los efectos positivos que las concentraciones tienen en los mercados, y en
particular en las empresas, todas aquellas que traigan aparejados efectos nocivos para la
comunidad y en definitiva para los consumidores no deberían autorizarse a fin de evitar los
abusos que de ellas puedan derivarse.
La ley al prohibir los actos de concentración cuyas consecuencias en el plano meramente
conjetural pudieran resultar anticompetitivas, establece un sistema de control preventivo,
que busca anticiparse a la concreción de daños que luego podrían ser irreparables, mediante
la prohibición directa de aquellas operaciones que, de manera potencial pudieran afectar a
la competencia y al interés económico general.
En el art. 6 de la ley 25.156 se establece que, estaríamos en presencia de una concentración
económica, cuando se verifique la toma de control de una o varias empresas a través de los
siguientes actos:
- La fusión entre empresas.
- La transferencia de fondos de comercio.
- La adquisición de la propiedad o cualquier derecho sobre acciones o participaciones
de capital o títulos de deuda que den cualquier tipo de derecho a ser convertidos en
acciones o participaciones de capital o a tener cualquier tipo de influencia en las
decisiones de la persona que los emita cuanto tal adquisición otorgue al adquirente el
control de, o la influencia sustancial sobre la misma.
- Cualquier otro acuerdo o acto que transfiera en forma fáctica o jurídica a una persona
o grupo económico los activos de una empresa o le otorgue influencia determinante
en la adopción de decisiones de administración ordinaria o extraordinaria de una
empresa.
Para que una operación de concentración sea aprobada no debe perjudicar el interés
económico general, en el art. 7 se establece en forma expresa la prohibición de las
concentraciones económicas cuyo objeto o efecto sea o pueda ser restringir o distorsionar la
competencia, de modo que pueda resultar un perjuicio para el mismo.
La Resolución Nº 164/01, establece que una concentración puede perjudicar al interés
económico general cuando ella genera o fortalece un poder de mercado suficiente para
restringir la oferta y aumentar el precio del bien que se comercializa. Ello es así porque todas
las unidades de un bien que se consumen en una economía competitiva de mercado generan
un valor social neto positivo. La sociedad valora esas unidades consumidas más de lo que
cuesta producirlas; de otro modo, los bienes no serían consumidos, puesto que el precio que
los consumidores estarían dispuestos a pagar por sería menor que el precio que exigirían los
productores. Por lo tanto, cuando la oferta de un bien se restringe mediante el ejercicio de
poder de mercado, se dejan de consumir unidades que antes generaban un valor social neto
positivo, con lo cual la sociedad en su conjunto se ve perjudicada.
Autoridad de aplicación.
La Ley de Defensa de la Competencia en su redacción anterior establecía en su artículo 17 la
conformación de un tribunal autárquico, el Tribunal Nacional de Defensa de la Competencia
(TNDC), que reemplazaría a la CNDC, contando sus decisiones con fuerza vinculante para las
partes, siendo la CNDC el organismo administrativo encargado de recepcionar las denuncias
y llevar adelante las investigaciones de oficio en su caso.
Por su parte el mecanismo establecido para la designación de los miembros del Tribunal era
diferente del sistema utilizado para con los miembros de la CNDC., estos últimos eran
nombrados por el Ministro de Economía. Mientras que, los miembros del Tribunal serían
elegidos por concurso público de oposición y antecedentes y una vez conformado el TNDC
reemplazaría a la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, como autoridad de
aplicación. Esta previsión no llegó a cumplirse ya que el Tribunal Nacional de Defensa de la
competencia, nunca fue constituido.
En particular la Ley 26.993, introdujo modificaciones a la ley 25.156, la cual en su diseño
institucional anteriormente establecido tenía como objetivo propender a la despolitización
de las decisiones en materia de defensa de la competencia en el análisis de los casos y
cuestiones sometidas a la decisión del Tribunal Nacional de Defensa de la Competencia.
Por su parte el art. 21 estableció que toda referencia que la ley haga al TNDC se entenderá
corresponden a la autoridad de aplicación.
Uno de los cambios establecidos se observa en cuanto a la modificación de la Autoridad de
Aplicación (art. 17) al establecerse la supresión del Tribunal Nacional de Defensa de la
Competencia, estableciéndose que el Poder Ejecutivo determinará la autoridad de la
aplicación. En cuanto a las facultades de la autoridad de aplicación la nueva redacción del art.
18 establece las funciones y facultades de la autoridad de aplicación. Dentro del nuevo
régimen el rol establecido para la CNDC, según lo establece la redacción del art. 19, será el
de asistir a la autoridad de aplicación.
La reforma estableció la creación del Registro Nacional de Defensa de la Competencia (art.
22), dentro del ámbito de la autoridad de aplicación, en dicho registro deberán inscribirse las
operaciones de concentración económica previstas en el Capítulo III así como también las
resoluciones dictadas por la Secretaría de Comercio.
Se dispone un nuevo tribunal de alzada para elevar las apelaciones sobre las sanciones y/o
resoluciones aplicadas, estableciéndose que se realizaran ante la nueva Cámara Federal y
Nacional de Apelaciones en las Relaciones de Consumo, quien también tendrá dentro de su
competencia la resolución de las cuestiones vinculadas con las leyes de defensa del
consumidor y lealtad comercial. En relación con las apelaciones, la nueva normativa
establece que en forma previa se deberá realizar el pago de la multa a diferencia del régimen
anterior en donde el recurso de otorgaba con efecto suspensivo.
Un cambio también significativo está dado por la normativa aplicable al modificarse el art. 56
de la ley 25.156 al establecerse que serán de aplicación en los casos no previstos por esta ley,
la ley Nacional de Procedimientos Administrativos 19.549 y su reglamentación, en cuanto
sean compatible con las disposiciones de la presente.
Procedimiento.
La ley 25.156 en su art. 35 establece que en cualquier estado del procedimiento se podrá
imponer el cumplimiento de condiciones que establezca u ordenar el cese o la abstención de
la conducta lesiva. Cuando se pudiere causar una grave lesión al régimen de competencia
podrá ordenar las medidas que según las circunstancias fueren más aptas para prevenir dicha
lesión. Contra esta resolución podrá interponerse recurso de apelación con efecto
devolutivo, en la forma y términos previstos en los artículos 52 y 53. En igual sentido podrá
disponer de oficio o a pedido de parte la suspensión, modificación o revocación de las
medidas dispuestas en virtud de circunstancias sobrevinientes o que no pudieron ser
conocidas al momento de su adopción.
Sobre la aplicación de las medidas cautelares en materia de defensa de la competencia, en
doctrina se ha sostenido que atendiendo el particular objetivo buscado con la protección
cautelar bajo el derecho de la competencia, ante ellas el Estado sea a través de la autoridad
administrativa competente o mediante la intervención del órgano judicial pertinente
despliega su poder represivo, que eventualmente puede requerir de un pronunciamiento
precautorio de cese de la conducta investigada.
También se ha señalado que: "...es preciso remarcar que el procedimiento incoado ante la
CNDC tiene como meta la protección de interés económico general, aun cuando conlleve
también, en ocasiones, la protección de intereses de determinados agentes del mercado".
En el caso "Cencosud" (110), luego del dictado por parte de la CNDC de la Resolución, la
empresa Cencosud SA, argumentando que dicha resolución no estaba fundada en
presupuestos verosímiles que habiliten su dictado y cuestionando que la CNDC sea
competente para dictar medidas cautelares, procedió a realizar la apelación que considero
correspondiente. Una vez arribada la causa al tribunal de alzada, la Sala III de la Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal revocó la resolución 131/09 dictada
por la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) en cuanto había sido apelada
por Cencosud S.A.
Por un lado, el tribunal consideró que la CNDC carecía de competencia para dictar la
resolución apelada. Expuso que durante el régimen transitorio previsto en el artículo 58 de
la ley 25.156 la autoridad de aplicación de la ley comprende a la CNDC, que tiene facultades
de instrucción y asesoramiento, y al órgano ejecutivo de la cartera económica, que concentra
las facultades resolutorias. En particular, entendió que los artículos 35 y 58 de la ley 25.156
no le otorgan competencia a la CNDC para dictar medidas preventivas.
Adujo que la falta de constitución y puesta en funcionamiento del Tribunal Nacional de
Defensa de la Competencia (TNDC) no tiene como consecuencia que la CNDC se encuentre
investida de las mismas facultades acordadas por la ley 25.156 a ese tribunal. En ese sentido,
señaló que el artículo 58 no le otorga en forma directa y explícita a la CNDC las facultades
previstas para el TNDC. Por otro lado, el tribunal entendió que la medida adoptada a través
de la resolución 131/09 es infundada.
Finalmente, llegado el caso al entendimiento de la CSJN, confirmó la sentencia recurrida en
lo concerniente a la revocación, por entender que las medidas cautelares dictadas por la
CNDC serian nulas por incompetencia del órgano.
Sobre el estado de situación actual, es posible agregar que de acuerdo a la nueva normativa
sancionada por la Ley Nº 26.993, la CNDC continúa con el ejercicio de la etapa instructiva (art.
20 Ley Nº 25.156) y las facultades que el legislador reconocía al derogado TNDC, serán
ejercidas por la autoridad de aplicación (arts. 17, 18, 19 y 21 de la Ley Nº 25.156), Secretaría
de Comercio.
3.- Lealtad comercial y competencia desleal: Régimen legal.
La ley 22.802 y su modificatoria 24.344 (relativa a la modificación de los montos de las
multas), es de carácter nacional. En cuanto al bien jurídico protegido, es posible afirmar que
son dos claramente definidos:
 Protección a los consumidores respecto de posibles prácticas engañosas e
insuficiencia en la información respecto de productos y servicios publicitados y
puestos a la venta;
 Protección al comerciante honesto veraz, incluyendo a quienes producen e introducen
en el mercado bienes y servicios.
La ley fue dictada con el objeto de ordenar la actividad en el comercio interno, garantizando
básicamente la correcta información al potencial consumidor, respecto de los bienes y
servicios que se publicitan y/o se encuentran a la venta, a la vez que fija un mínimo de
seguridad con el que deben contar los productos que se encuentran a disposición de los
eventuales compradores. El fin que se persigue mediante la ley 22.802, de Lealtad Comercial,
es evitar que los consumidores, mediante indicaciones poco claras y engañosas, o
inexactitudes, sean inducidos a error o falsedad en la adquisición de productos, mercaderías,
o en la contratación de servicios protegiéndose, de este modo, el derecho de aquéllos a una
información adecuada, completa y veraz, con relación al consumo art. 42 de la Constitución
Nacional.
Desde un punto de vista normativo se ha señalado que la ley responde a la clasificación de
ley penal en blanco, a la que numerosas resoluciones y disposiciones reglamentarias llenan
de contenido, ya que a fin de determinar las conductas prohibidas deben necesariamente
tenerse presentes las resoluciones y disposiciones complementarias dictadas con relación al
articulado de ley.
En la ley aunque la infracción sea pequeña, ésta tiene importancia pues lo que se busca
tutelar es protección de los consumidores y los competidores leales. El principio de la
bagatela no puede aplicarse a estos casos de naturaleza infraccional, en virtud de que,
aunque la infracción pueda parecer mínima, lo verdaderamente importante es el
ordenamiento de la actividad comercial, la defensa de los derechos de los potenciales
consumidores a estar debidamente informados de las características de los productos que se
le ofrecen y de proteger a los comerciantes cumplidores de la competencia desleal.
En Argentina no contamos con un cuerpo orgánico que se refiera a actos de competencia
desleal, y con referencia a ello la doctrina ha dicho "es cierto que una rama jurídica no precisa
esta codificada o siquiera incluida en un texto legal orgánico para ser eficaz y cumplir
adecuadamente sus fines". Es por ello que contamos con un conjunto de normas previstas
en la legislación de fondo en el Código Civil y Comercial, Código Penal (art. 159), en distintas
leyes y tratados incorporados al derecho argentino, habiéndose señalado que la
jurisprudencia ha podido recurrir a ellos para combatir estos actos, y reconducir al acto
concurrentemente desleal como ilícito civil y evitar que las consecuencias dañosas derivadas
de dichos actos queden impunes.
Cuando se habla de competencia desleal, es posible entender que se han desatendido o
dejado de lado los usos honestos en las actividades desarrolladas con motivo de la
concurrencia en un mercado determinado. Se ha entendido por acto de competencia desleal,
o acto desleal, a todo acto contrario a los usos honestos (leales) de los negocios.
La competencia en un mercado es la lucha por la clientela. Hay competencia cuando se puja
por ofrecer lo mismo o algo que lo puede reemplazar. Esta lucha debe realizarse dentro de
ciertas pautas para ser leal. De lo contrario será desleal.
Y cuando es desleal se convierte en un acto ilícito, a veces según lo establece la legislación,
alcanza la categoría de delito. Su realización causará un daño resarcible, y desde luego la
justicia ordenará su cese".
Acerca de la existencia de una normativa abarcadora de todos los temas referidos a la
competencia desleal, Martínez Medrano, ha expresado: "No existe en nuestro país una
legislación que abarque desde el punto de vista mercantil y en forma integral, el fenómeno
de la competencia desleal".
El Convenio de París para la Protección de la Propiedad Industrial, incorporado a la legislación
argentina por Ley 17.011 y 22.195, prohíbe por medio de una cláusula general los actos de
"competencia desleal", de acuerdo a lo establecido en su art. 10 bis.
También será preciso considerar para el análisis de los casos que puedan presentarse lo
establecido por la ley 22.362 (Marcas y patentes) y la Ley 24.766 de Confidencialidad, en
cuanto a apropiación de los resultados del esfuerzo productivo ajeno o bien a la violación de
secretos comerciales protegidos por la legislación, generándose un doble juego entre lo
establecido por estas últimas dos leyes con lo dispuesto en el Convenio de París y el ADPIC
(Acuerdo sobre los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el
comercio) aprobado por la ley 24.425.
La doctrina ha señalado, la protección contra la competencia desleal surge históricamente
como una expansión de la protección de la propiedad industrial, especialmente de las
marcas, pero mientras en la propiedad industrial la infracción consiste en violar un derecho
absoluto, en la competencia desleal no hay violación de derecho absoluto sino una
incorrección de procedimientos que requiere circunstancias concretas a apreciar en cada
caso.
Dentro del ámbito penal, el delito de competencia desleal se encuentra previsto por el
art.159 del Código Penal, a través de la figura de concurrencia desleal, castigando actos
concretamente orientados a captar la clientela ajena a través de maquinaciones fraudulentas
y sospechas malévolas. El tipo penal implica la necesidad del elemento de culpabilidad para
que el juez pueda calificar la deslealtad del acto, por tal motivo, al exigirse en materia penal
el elemento psicológico o volitivo, se impide el análisis de las conductas no tipificadas y de
aquellas conductas consideradas desleales por contrarias a determinados parámetros
objetivos
Autoridad de aplicación.
La Secretaría de Comercio es el organismo de aplicación de la ley de Lealtad Comercial y
ejerce el poder de policía de comercio fiscalizando, juzgando y en caso de corresponder
sancionando conductas que violan la normativa mencionada o sus reglamentaciones. En caso
de comprobarse la violación a la ley 22.802 la empresa es sancionada con multa, variando el
monto de la misma según el tipo de infracción cometida, el eventual peligro a la salud de los
consumidores, la posición de la infractora en el mercado, el carácter de reincidente de la
sumariada, etc. El principal objetivo es lograr que los agentes proveedores de bienes y
servicios en el mercado doméstico ajusten su actuar a las normas reglamentarias. La multa
entonces debe tener una entidad suficiente como para disuadir a la infractora de volver a
violar la ley al tiempo que envía una señal al resto de las empresas respecto de la vigencia
real de las normas. La existencia de contralores públicos y la imposición de sanciones como
consecuencia de conductas que no se ajustan a lo legalmente establecido es una cuestión de
vital importancia para fomentar la defensa de los derechos de consumidores y la lealtad en
las relaciones comerciales, por cuanto induce al encauzamiento y corrección de conductas
perjudiciales para la sociedad en su conjunto.
UNIDAD 3: REGISTRACIÓN Y SUJETOS DE LA ACTIVIDAD EMPRESARIAL
1- Registro Público: Concepto.
El Registro Público –llamado “de Comercio” con anterioridad a la entrada en vigor del CCCN–
es una oficina estatal que tiene en la actualidad la misión de registrar actos jurídicos y
documentos celebrados en el marco de las distintas relaciones que, en cuanto a esta materia
refiere, ocupan al derecho comercial. Esos registros permiten la oponibilidad frente a
terceros de lo inscripto y son fuente de consulta para aquellos que pudieran tener interés
respecto de tales anotaciones; por ejemplo, para celebrar un contrato con una sociedad es
aconsejable conocer su situación contable y quiénes son sus autoridades o representantes.
La inscripción o registro de comerciantes es obligatoria para toda persona juridica o
administrativa que se dedique a ejercer el comercio.
Los registros públicos se ponen en práctica para sustituir, aunque sea formalmente, a otros
medios de publicidad material de hechos y derechos.

Los registros públicos se suelen clasificar en dos grandes grupos, o categorías, que se conocen
cómo registros jurídicos y registros administrativos.
 Los registros jurídicos son aquellos capaces de crear presunciones jurídicas, ya sean
iuris tantum (admiten prueba en contra) o lo sean iuris et de iure (presunciones
indestructibles), y dependen del Poder Judicial.
 Los registros administrativos únicamente ejercen funciones divulgativas,
cognoscitivas o de transparencia, y dependen de un órgano de carácter administrativo.
Organización y funciones.
 Jurisdiccional: el art. 34 hace responsable al secretario de la exactitud y legalidad de
los asientos: con exactitud se refiere a que los datos deben coincidir con los
expresados en los documentos originales que se inscriben y si se trata de agregación
de copias, estas deben ser fieles a sus respectivos originales. En cuanto a legalidad, las
anotaciones deben estar de acuerdo con las prescripciones legales vigentes,
especialmente en lo relativo a: admisibilidad jurídica de la inscripción; la propia
competencia del Registro; la habilitación del solicitante para la inscripción, su
identidad personal, capacidad jurídica y de hecho, legitimación para actuar; la forma
de la inscripción, la legalidad y perfección de los títulos.
 Administrativa: cumple materialmente la rúbrica, registración, formación de legajos,
inscripciones de medidas cautelares y archivos. Los libros de comercio no se inscriben
sino que se rubrican, esto es se los folia, se les pone un sello o una marca en la parte
superior de cada hoja. Asi como rubrica los libros, el Registro también autoriza al
comerciante a llevarlos en forma mecanizada. Anotación de embargos e inhibiciones.
El Registro puede anotar embargos e inhibiciones referidas a las acciones; pero
respecto de los bienes y cosas de las sociedades, no se anotan en el RPC sino en los
registros respectivos.
Actos que deben ser registrados: De acuerdo con las prerrogativas del CCCN –Ley Nº 26994–
y la demás legislación pertinente deben registrarse:
a) Personas jurídicas: registro de la inscripción y cancelación de las personas jurídicas (por
ej., asociaciones civiles; sociedades) y de los documentos que ellas deben hacer públicos
frente a terceros (tales como sus estatutos o contratos, reglamentos, estados contables
aprobados, autoridades designadas, actas de las reuniones de los distintos órganos –según
correspondiese–etc.). Además, anotación de cuanto refiere a las sociedades extranjeras.
b) Contratos comerciales: deben inscribirse los contratos de las agrupaciones de
colaboración, uniones transitorias, consorcios de cooperación, leasing, fideicomiso, entre
otros.
c) Contabilidad: el registro se encarga de la individualización de los libros contables, debe
tener un registro alfabético de quienes llevan contabilidad y al autoriza el empleo de medios
alternativos para efectuar las registraciones contables.
d) Matrícula: según las leyes especiales, debe inscribirse en el registro la matrícula de ciertos
auxiliares de comercio como los martilleros y corredores.
e) Transferencia de establecimientos comerciales e industriales: el registro debe tener un
libro para la anotación de esas transferencias.
Efectos de las inscripciones:
- Efectos declarativos, que son los más comunes de la publicidad registral, que se
caracterizan por producir una presunción juris tantum de conocimiento por parte de
los terceros.
- Efectos constitutivos, según los cuales, sin la inscripción en el registro, no puede
crearse determinada situación jurídica, empero, la sola inscripción no basta para crear
tal situación, sino que jurídicamente es una condición sine qua non para su existencia.
- Efectos confirmatorios o subsanatorios, cuando la inscripción no se corresponde con
la realidad y sin embargo produce sus efectos como si fuera exacta, subsanando los
defectos. Excepcional.

La principal función que tiene el registro es inscribir para dar publicidad. En el registro se
inscriben:
• Los registros indispensables (libro diario, inventario y balances, etc.);
• Agrupaciones de colaboración, uniones transitorias y sus representantes, consorcios de
cooperación y sus representantes, fideicomisos, etc.
• Ciertos actos o documentos enumerados en el art. 323 del CCCN.

ARTÍCULO 323.- Libros. El interesado debe llevar su contabilidad mediante la utilización de


libros y debe presentarlos, debidamente encuadernados, para su individualización en el
Registro Público correspondiente. Tal individualización consiste en anotar, en el primer folio,
nota fechada y firmada de su destino, del número de ejemplar, del nombre de su titular y del
número de folios que contiene. El Registro debe llevar una nómina alfabética, de consulta
pública, de las personas que solicitan rubricación de libros o autorización para llevar los
registros contables de otra forma, de la que surgen los libros que les fueron rubricados y, en
su caso, de las autorizaciones que se les confieren.
El principal efecto de la inscripción, excepto con respecto a las sociedades, es dar publicidad
a los actos allí registrados; es un efecto declarativo, para que ese acto pueda ser oponible a
terceros. Con respecto a las sociedades, la Ley General de Sociedades va más allá del mero
efecto declarativo. En el art. 7 de la LGS se establece con respecto a la inscripción un efecto
jurídico especial para las sociedades inscriptas, porque las considera regularmente
constituidas de acuerdo a algunos de los tipos previstos, entonces con la inscripción de las
sociedades en el RPC, el único efecto que produce no es el dar publicidad, como en los otros
casos, sino que su efecto principal es el de la regularidad, con esto se da a la inscripción un
carácter integrativo, del acto realizado (no constituido) porque la sociedad está constituida
desde que tiene contrato, lo que ocurre cuando ella se inscribe, es que se vuelve regular.
El Registro Público en el Código Civil y Comercial.
El carácter del Registro Público de Comercio como instrumento de publicidad mercantil
resultaba de su regulación en el Código de Comercio derogado y se mantiene en otras leyes,
también de naturaleza mercantil, y en normas reglamentarias. Nuestra doctrina lo definió
como la oficina del Estado encargada de llevar la matrícula de los comerciantes y de
inscribir los documentos cuya publicidad es exigida por la ley mercantil.
El Código Civil y Comercial no incluyo normativa de carácter sustantivo sobre lo que ahora
diversas disposiciones del nuevo ordenamiento denominan el "Registro Público" en lugar de
"Registro Público de Comercio".
La supresión de la referencia a lo comercial responde a la unificación legislativa producida
sobre los anteriores códigos de fondo, pero denota asimismo una visión en algunos aspectos
ampliada acerca de la publicitación de ciertas relaciones jurídicas, tal como resulta del
repertorio de actos inscribibles que se formula más bajo, el cual es un consolidado de lo que
ha subsistido como materia registrable proveniente como ya se ha dicho de legislación
complementaria del Código de Comercio, haya sido o no formalmente integrativa de éste y
de exigencias de registración de otros sujetos, actos o situaciones jurídicas.
El Registro Público ha pasado a ser un instrumento de publicidad de alcances diferentes.
Registro Público de Comercio que el código derogado regulaba en alguna medida e iba más
allá de la mera referencia a actos o sujetos que debían inscribirse, el código ahora vigente
nada establece sobre la ubicación funcional del registro, los principios de registración,
presupuestos, procedimiento, régimen recursivo y efectos de las inscripciones. Sólo
menciona dispersamente a diversos sujetos, actos o situaciones jurídicas con respecto a las
cuales se prevé inscripción de manera expresa o bien es razonable interpretar la pertinencia
de la misma. Las leyes que complementan o se encuentran incorporadas al Código Civil o al
Código de Comercio, mantienen su vigencia como leyes que complementan al Código Civil y
Comercial. La aplicación de leyes que siguen vigentes como la ya citada 22.280 y de
disposiciones locales dictadas o que se dicten en consecuencia (como en jurisdicción nacional
fue la ley 22.315), y debe en consecuencia entenderse que a partir de la vigencia del nuevo
ordenamiento la competencia para llevar el Registro Público ha pasado a corresponder al
organismo administrativo o judicial que en cada jurisdicción tuvo hasta entonces a su cargo
el Registro Público de Comercio.
Leyes locales.
A partir de las leyes 21.768 y 22.280 a que ya se hizo mención, en algunas provincias fueron
dictadas leyes atributivas del ejercicio de la función de llevar el Registro Público de Comercio,
en tanto en algunas otras continuaron aquellas que ya se encontraban enmarcadas en lo
dispuesto por el art. 34 del Código de Comercio derogado en punto a la localización del
registro en órbita del poder judicial.
En la Capital Federal, las leyes 22.315 y 22.316, en virtud de las cuales la Inspección General
de Justicia asumió el Registro Público de Comercio y tomó a su cargo organizarlo y llevarlo,
inscribiendo en la matrícula a los comerciantes y auxiliares de comercio, tomando razón de
los actos y documentos que correspondiera según la legislación comercial e inscribiendo los
contratos de sociedad comercial y sus modificaciones como la disolución y liquidación de las
mismas, también sometidas a la fiscalización de la Comisión Nacional de Valores.
También se inscriben en el registro, las sociedades constituidas en el extranjero. La
Inspección General de Justicia cuenta con facultades de dictar los reglamentos necesarios
paras el ejercicio de sus funciones y de interpretar, con carácter general y particular, las
disposiciones legales aplicables a los sujetos sometidos a su control. Sus resoluciones
particulares son apelables ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial o Civil.
Estados provinciales, respecto a las provincias algunas de ellas, como las que cuales surge el
mantenimiento del Registro Público de Comercio (hoy Registro Público) en sede judicial
(Catamarca, Formosa, Jujuy, Misiones, Salta, San Juan, Santa Cruz, Santa Fe, Santiago del
Estero), en tanto de otras resulta un temperamento similar al seguido en la Capital Federal
(La Pampa, Neuquén, San Luis, Tucumán) y de otras un criterio mixto (algunas registraciones
en sede judicial y otras en sede administrativa, por ejemplo en las provincias de Buenos Aires,
Entre Ríos, Córdoba).
Alcances de la legislación local.
Las disposiciones del art. 34 del Código de Comercio derogado y de la ley 22.280 hicieron
posible el dictado y la vigencia de los ordenamientos locales.
Citado en lo pertinente a nuestra materia, el art. 75 inc. 12 de la Constitución Nacional
establece que corresponde al Congreso dictar los Códigos Civil y Comercial en cuerpos
unificados o separados, sin que tales códigos alteren las jurisdicciones locales,
correspondiendo su aplicación a los tribunales federales o provinciales, según que las cosas
o las personas cayeren bajo sus respectivas jurisdicciones. De esto resulta que la ubicación
funcional del Registro Público, su organización, las normas de procedimiento y régimen de
recursos contra sus resoluciones, eran materia de normativa local de diferente jerarquía
(leyes, actos administrativos de alcance general, reglamentos judiciales de
superintendencia). En todo caso y sin rebasar esos límites, debería ser ella adaptada en lo
conducente a la aplicación, en cuanto deba ésta ser exteriorizada en el plano de la
registración y de otras materias competencia del Registro Público, del Código Civil y
Comercial y la ley 19.550 de sociedades reformada por la ley 26.994.
Sin embargo la normativa local, de cualquier carácter que fuera, tenía su marco de aplicación
delimitado por derecho de fondo como el consagrado en las disposiciones del Capítulo II,
Título II, del Libro Primero del Código de Comercio derogado. La desaparición sin reemplazo
de dicho marco legal puede dar lugar a situaciones disvaliosas, de lo que nos ocuparemos al
analizar la necesidad de un Registro Público de carácter nacional cuya regulación supla el
vacío producido sin avanzar indebidamente sobre facultades locales de legislación y
reglamentación.
 Chaco: A través de la Ley 6.723 creo el Registro.
ARTÍCULO 1º: Creación: Créase, en el ámbito del Poder Ejecutivo, dependiente del
Ministerio de Gobierno, Justicia, Seguridad y Trabajo, la Inspección General de
Personas Jurídicas y Registro Público de Comercio (IGPJ y RPC), que funcionará como
organismo de aplicación de la presente ley.
ARTÍCULO 2°: Ámbito de Aplicación: El organismo creado en el artículo precedente
ejercerá sus atribuciones en todo el territorio de la Provincia del Chaco, pudiendo
crearse por vía reglamentaria y conforme con las posibilidades presupuestarias,
delegaciones en localidades del interior provincial. Sin perjuicio de ello y a iguales fines
la Inspección General de Personas Jurídicas y Registro Público de Comercio podrá
establecer convenios con las Municipalidades, delegaciones de otros organismos del
Estado Provincial y Colegios y Consejos Profesionales con incumbencia específica en
las materias de competencia del organismo.
 Corrientes: Se legisla a través de un decreto – ley del año 2000 N°28:
Artículo 1: La inspección General de Personas Jurídicas de la Provincia de Corrientes,
organismo dependiente del Ministerio de Gobierno, será la autoridad de aplicación de
la presente Ley.
Artículo 2: La presente Ley será de aplicación en todo el territorio de la Provincia de
Corrientes. la Inspección General de Personas Jurídicas, tendrá las Delegaciones que
establezca el Poder Ejecutivo.

Inscripciones.
El Código Civil y Comercial contempla sujetos, actos y situaciones jurídicas que deben
inscribirse en el Registro Público, distintos de los que conforman lo que hasta ahora ha sido
la materia registral mercantil en el Código de Comercio derogado y/o en legislación
complementaria de o relacionada con dicho código. A este respecto se mantienen vigentes
numerosos ordenamientos de derecho mercantil o vinculados a tal materia, los cuales
también prevén un número en conjunto bastante elevado de registraciones.
Del Código Civil y Comercial y los plexos normativos complementarios resulta una publicidad
algo más amplia que la anterior a su vigencia con respecto a sujetos, actos y situaciones
jurídicas, ya que a la registración tradicionalmente mercantil se suman componentes de
publicidad empresaria inscriptoria y no inscriptoria y también de publicidad de relaciones o
situaciones de orden civil.
Se ha planteado si el catálogo o repertorio resultante es o no taxativo, habiéndose sostenido
que no existen razones de orden público que obsten a la inscripción voluntaria de otros actos,
que no será taxativo cuando se trate de actos implícitamente incluidos modificación,
variación, alteración o complemento de datos registrados, y que si se trata de actos
totalmente ajenos al repertorio legal expreso, su inscripción deberá ser compatible o
aceptable conforme a las técnicas u organización inscriptoria; y en todo caso, como lo ha
dicho cierta doctrina, mientras a los actos de inscripción legalmente prevista dicha
inscripción los hace oponibles a los terceros (los "perjudica" en el sentido de que deben
atenerse indivisiblemente a sus constancias o contenido), las inscripciones de actos no
previstos son un mero registro que no libera a quien pretende hacerlos valer de la carga de
acreditar su efectivo conocimiento por el tercero a quien pretenda oponerlos, y dicha
inscripción les hará adquirir fecha cierta.

2- Contabilidad y estados contables: Sujetos obligados a llevar contabilidad. Excepciones.


La contabilidad es el "órgano de la vista" de las empresas: permite conocer qué está pasando
en ellas. Asimismo, la contabilidad es común entre empresas que permite valorarlas y
compararlas en cualquier lugar del mundo, por lo que se ha dicho que es una de las bases del
capitalismo, que requiere inversiones, fusiones y adquisiciones para su desarrollo y
crecimiento.
En forma descriptiva la contabilidad puede conceptuarse como la disciplina que primero
"reconoce" a los hechos económicos y financieros, luego los "clasifica", los "valora",
posteriormente los "registra" (libros y registros contables) y efectúa "operaciones y cálculos"
para determinar resultados positivos y negativos y, finalmente, los "presenta o comunica" a
los usuarios (balance y estados contables) y los "interpreta", todo con el objeto de brindar
información histórica y de brindar información predictiva, útil para la toma de decisiones.
Para Fowler Newton, una definición funcional de contabilidad sería la de "una disciplina
técnica que, a partir del procesamiento de datos sobre la composición y evolución del
patrimonio de un ente, de los bienes de propiedad de terceros en su poder y de ciertas
contingencias, produce información para la toma de decisiones de administradores y
terceros interesados, y para la vigilancia de los recursos y obligaciones del ente".
La Contabilidad debe reflejar una "imagen fiel" de la realidad económica de la empresa, y así
lo exige tanto un elemental sentido de justicia, como las normas que rigen la presentación
de los estados contables.
La norma básica en la materia es el art. 320 del Código Civil y Comercial, el que dispone:
"Están obligadas a llevar contabilidad todas las personas jurídicas privadas y quienes realizan
una actividad económica organizada o son titulares de una empresa o establecimiento
comercial, industrial, agropecuario o de servicios. Cualquier otra persona puede llevar
contabilidad si solicita su inscripción y la habilitación de sus registros o la rubricación de sus
libros, como es establece en esta misma Sección".
"Sin perjuicio de lo establecido en leyes especiales, quedan excluidas de las obligaciones
previstas en esta Sección las personas humanas que desarrollan profesionales liberales o
actividades agropecuarias y conexas no ejecutadas u organizadas en forma de empresa. Se
consideran conexas las actividades dirigidas a la transformación o a la enajenación de
productos agropecuarios cuando están comprendidas en el ejercicio normal de tales
actividades. También pueden ser eximidas de llevar contabilidad las actividades que, por el
volumen de su giro, resulta
inconveniente sujetar a tales deberes según determine la jurisdicción local".
Es decir, aunque la actividad profesional se ejerza junto con otros profesionales
compartiendo estructura y costos, mientras las relaciones con los terceros sean ejercidas
individualmente no habrá obligación de llevar la contabilidad. Si, en cambio, se crea una
persona jurídica a los mismos efectos, entonces sí habrá obligación de llevar la contabilidad

De ello resulta que en el cuerpo normativo resulta que los obligados a llevar contabilidad
pueden ser agrupados en cuatro categorías, a saber:
 Las "personas jurídicas privadas", donde el fundamento de la exigencia contable debe
buscarse, ora en su recurrencia habitual al crédito (sociedades y cooperativas), ora
como una forma de rendición calificada de cuentas por la administración de intereses
de terceros (los restantes casos).
 Las "personas humanas que desarrollan ciertas actividades económicas", como son el
ejercicio de una actividad económica organizada, la titularidad de una "empresa" y la
titularidad de un "establecimiento comercial, industrial o de servicios". El fundamento
debe buscarse en la "recurrencia habitual al crédito" propio de estas actividades.
 Los "agentes auxiliares del comercio" regidos por normas especiales, como es el caso
de martilleros y corredores. El fundamento debe buscarse en su conexión, por
intervención o facilitación, con operaciones económicas que interesan a terceros.
 Los "entes contables 'organizados' sin personalidad jurídica" expresamente obligados
por ley, como es el caso de las Agrupaciones de Colaboración, Uniones Transitorias y
Consorcios de Cooperación. El fundamento de la obligación contable estaría en una
calificada rendición de cuentas de los administradores y representantes a los partícipes
de estos contratos.

Contabilidad voluntaria.
Finalmente, el art. 320, en la segunda parte de su primer párrafo admite expresamente que:
"Cualquier otra persona puede llevar contabilidad si solicita su inscripción y la habilitación de
sus registros o la rúbrica de los libros, como se establece en esta misma Sección".
En realidad, resulta útil para los casos dudosos de sujetos que no tengan claro si están o no
comprendidos en la obligación contable y la asuman expresamente para evitar contingencias.
También para alguien claramente excluido, como el productor agropecuario o el profesional
no organizados como empresa, que le interese la protección de libros contables en debida
forma.
Adicionalmente, una persona humana no obligada a llevar contabilidad podría registrarse y
llevar libros para mejorar su situación fiscal.
También en un contrato asociativo de los "libres", o sea los no tipificados, los partícipes
podrían convenir la teneduría de libros voluntaria. El procedimiento, ente este caso, exige
una suerte de "matriculación" al requerir que solicite su "inscripción" como presupuesto para
solicitar luego "la habilitación de los registros o la rúbrica de sus libros".
Modo de llevar la contabilidad.
Art 321 del CCCN: La contabilidad debe ser llevada sobre una base uniforme de la que resulte
un cuadro verídico de las actividades y de los actos que deben registrarse, de modo que
permita la individualización de las operaciones y las correspondientes cuentas acreedoras y
deudora.
Este artículo determina el modo en que debe llevarse la contabilidad, lo que en la ciencia se
conoce como principios contables. Estos principios son:
a) Uniformidad: el sistema contable debe ser uniforme, lo que quiere decir que deben
mantenerse los mismos criterios contables para la preparación del balance y estado de
resultados a fechas sucesivas;
b) Claridad: el principio de claridad en los hechos se cumple en la medida que se sigan los
esquemas de los estados contables fijados por la ley y por las normas profesionales;
c) Veracidad: impone fundamentalmente que exista concordancia entre la exposición de los
hechos económicos descriptos en los estados contables y la existencia material de ellos. Si la
información es falsa o mendaz, no se cumple con este principio;
d) Completividad y significatividad: la contabilidad debe ofrecer un cuadro completo de la
actividad del sujeto, no una parcialidad. El principio de completividad significa, la necesidad
de que la contabilidad como sistema refleje, de un modo u otro, la totalidad del estado
patrimonial del sujeto, de las operaciones realizadas y de su resultado. El de significatividad
que cuando los montos involucrados resultan de insignificancia relativa, a los efectos de una
apropiada interpretación, pueden ser incluidos en rubros de conceptos diversos.
e) Unidad: el sujeto no puede llevar simultáneamente varios juegos de registros o libros, ello
alteraría el orden en que deben hacerse las anotaciones y facilitaría la comisión de fraudes;
f) Partida doble: la registración contable por partida doble reside en la definición sobre cómo
se compone el patrimonio de todo ente
Registros indispensables.
Los registros contables pueden ser en papel (libros), o con diversos soportes, en particular
pueden llevarse en soportes informáticos si se cumplen las condiciones de autorización del
art.329.
Los registros indispensables son:
El diario, donde deben registrarse todas las operaciones con efecto sobre el patrimonio en
forma individual o por períodos no menores a un mes cuyas operaciones surjan de
"subdiarios" llevados con las mismas formalidades y condiciones, como es el caso del libro
de "Caja".
El inventario y balances, donde al cierre del ejercicio deben volcarse: 1. El inventario,
conteniendo el detalle de cada rubro del activo y pasivo; 2. Los estados contables que
contengan al menos: un estado de situación patrimonial(balance) y un estado de resultados
(ganancias y pérdidas).
Todos los que correspondan a una adecuada integración del "sistema contable" y que exijan
la importancia y naturaleza de las actividades.
Los que especialmente imponga el Código u otras leyes.
Formalidades.
Los asientos contables encuentran apoyo en la documentación respectiva (por ejemplo, si se
trata de una operación de compra, que se cuente con la factura que la instrumentó) y exige
que sea guardada o archivada “en forma metódica” de modo que sea posible su localización
y consulta.
Tal respaldo halla justificación en la necesidad de acreditar el contenido del asiento contable
que, en definitiva, no resulta más que una creación unilateral del titular de los registros y
carece de autosuficiencia a los fines demostrativos.
El artículo 323 del CCCN determina que:
a) Tienen que estar encuadernados
b) Deben ser presentados ante el Registro Público para su individualización; esto es, la
anotación fechada y firmada en el primer folio respecto de su destino, con precisión del
número de ejemplar, nombre del titular y cantidad de folios que contiene.
El artículo 324 del CCCN prohíbe que se altere el orden en que deben hacerse las anotaciones
y que se dejen blancos para intercalar o agregar asientos. Las enmiendas deben realizarse a
través de un asiento nuevo practicado el día en que se advirtió el error y/u omisión.
Tampoco podrá afectarse la encuadernación y foliatura mediante la mutilación o el
desprendimiento de hojas.
La enumeración que realiza el artículo acerca de los actos prohibidos es meramente
enunciativa, por lo tanto, como principio general puede establecerse que está prohibida
cualquier forma de alterar o adulterar las anotaciones. Ello, con el objeto de preservar la
veracidad de la información contenida en estos registros y también su valor probatorio.
Por último, el artículo 325 del CCCN agrega a la forma de llevar las registraciones contables
que sigan un orden cronológico –salvo los asientos que fueran salvados–, se encuentren
actualizadas y se anoten en idioma y moneda nacional. Deben permitir determinar la
situación patrimonial, su evolución y resultados al cierre de cada ejercicio económico anual
–todo lo cual, como se verá más adelante, quedará exhibido en los estados contables–.
Los registros, como principio, deben hallarse en el domicilio de su titular para facilitar el
eventual trabajo de los organismos de control.
Las formalidades extrínsecas de los libros papel son:
— Estar encuadernados.
— Estar individualizados (o rubricados) por el Registro Público correspondiente.
Las formalidades intrínsecas son:
— Estar por orden, sin alteraciones, llevados en forma cronológica y actualizada.
— Estar en idioma nacional.
— Ser llevados en moneda nacional.
— Estar completos, sin blancos que permitan intercalaciones o adiciones.
— Estar sin interlineados, raspaduras, enmiendas ni tachaduras, debiendo salvarse las
equivocaciones y omisiones mediante un nuevo asiento a la fecha en que se detecten
("contra-asiento").
— No estar mutilados, con hojas arrancadas o alterados en la encuadernación o fo liatura.
— No presentar ninguna circunstancia que afecte la inalterabilidad de las registraciones.
— Deben conservarse por diez años desde el último asiento, en su caso por los herederos.
Estados contables.
El legislador previó en el artículo 326 del CCCN la obligación de elaborar al cierre de cada
ejercicio los estados contables –compuestos, al menos, por un estado de situación
patrimonial y un estado de resultados– con su anotación en el registro de inventario y
balances.
El estado de situación patrimonial o balance permitirá conocer sustancialmente la
composición del activo, pasivo y patrimonio neto del sujeto a la fecha de cierre del ejercicio,
y el estado de resultados exhibirá la variación de los ingresos y egresos y las causas de las
ganancias o pérdidas verificadas también durante ese período.
La exigencia de estos estados contables mínimos es útil porque brinda importante
información tanto al propio titular de los registros sobre el avance de su negocios como a los
terceros que tuvieren interés en conocer la situación económica del titular de los libros –tal
como se ejemplificó al comenzar el estudio del tema– y es a dichos efectos que la ley impone
el modo en que deben ser llevados a cabo. Su periodicidad anual deriva de una adecuada
interpretación de la norma. Pero la regulación nada dice con relación a su confección por
lapsos menores ni deja de lado la legislación específica que pudiera exigir términos
abreviados.
Mediante la nueva redacción ha quedado atrás la anterior disquisición que el Código de
Comercio efectuaba entre los comerciantes mayoristas –que debían confeccionarlos
anualmente– y los minoristas –que podían elaborarlos cada tres años–.

Conservación.
Se fija como principio general en el artículo 328 del CCCN que los registros contables sean
conservados por el plazo de diez años –salvo que las leyes especiales extiendan este término–
. El inicio del cómputo de ese plazo variará según el registro del que se trate:
a) en los libros de contables el lapso principiará en la fecha del último asiento,
b) si se trata de otros registros será desde la última anotación
c) en el supuesto de la documentación corresponderá su cómputo desde la fecha de su
emisión. La obligación aquí concernida ocupa también a los herederos del causante, quienes
deberán resguardar los registros de la contabilidad por los plazos recién mencionados y
exhibirlos de conformidad con lo previsto para el supuesto de investigación que regula el
artículo 331 del CCCN.
Actos sujetos a autorización.
Art 329. El titular puede, previa autorización del Registro Público de su domicilio:
a) sustituir uno o más libros, excepto el de Inventarios y Balances, o alguna de sus
formalidades, por la utilización de ordenadores u otros medios mecánicos, magnéticos o
electrónicos que permitan la individualización de las operaciones y de las correspondientes
cuentas deudoras y acreedoras y su posterior verificación;
b) conservar la documentación en microfilm, discos ópticos u otros medios aptos para ese
fin.
La petición que se formule al Registro Público debe contener una adecuada descripción del
sistema, con dictamen técnico de Contador Público e indicación de los antecedentes de su
utilización. Una vez aprobado, el pedido de autorización y la respectiva resolución del
organismo de contralor, deben transcribirse en el libro de Inventarios y Balances.
La autorización sólo se debe otorgar si los medios alternativos son equivalentes, en cuanto a
inviolabilidad, verosimilitud y completitud, a los sistemas cuyo reemplazo se solicita.

Eficacia probatoria.
La eficacia probatoria de los registros contables está regulada por el artículo 330 del CCCN y
mantiene principalmente el esquema que tenía el anterior artículo 63 del Código de
Comercio, que ya admitía los libros como medio de prueba para acreditar determinadas
circunstancias del comerciante y su empresa.
Primero se establece la regla general: en un pleito entre sujetos que llevan contabilidad –ya
sea obligada o voluntaria–, los registros deben ser aceptados como medio de prueba en la
controversia judicial si cumplen con las formas legales requeridas.
De todos modos, se prevé a continuación que los registros hacen plena prueba contra su
titular –y sus herederos– aun cuando no se satisficiesen los requisitos de forma sin que pueda
ser admitida otra evidencia en contrario. Esto quiere decir, que nadie puede ir contra sus
propios actos o hacer valer un derecho que contraríe o sea incompatible con una acción
ejecutada con anterioridad. Aclara la previsión que, una vez elegida esta vía probatoria, el
contrincante habrá de estar a las “resultas combinadas” que muestren las anotaciones sobre
la cuestión discutida; es decir, que no podrá hacer uso selectivo de las anotaciones que lo
favorezcan y dejar de lado aquellas que perjudiquen su pretensión.
Los registros contables también prueban a favor de su titular si la parte contraria tuviese
contabilidad –obligada o voluntaria– y no la exhibiese en el juicio. Pero en este caso la
regulación permite que el magistrado valore ese medio probatorio y pueda exigir, si lo
estimase menester, la producción de otra prueba complementaria.
Se presenta como otra hipótesis que ambos litigantes tuvieran su contabilidad en legal forma
y que de ella se desprendiese prueba contradictoria. En este supuesto la ley ordena al juez
prescindir de la ponderación de este elemento probatorio para el dictado de la sentencia y
acudir a los demás que se hubieran instruido.
Finalmente, en caso de tratarse de una controversia entablada respecto de quien no está
obligado a llevar contabilidad, el resultado que arroje la contabilidad de la parte obligada
solo será apreciada por el juez como principio de prueba por escrito

Investigaciones.
Art 331. Investigaciones Excepto los supuestos previstos en leyes especiales, ninguna
autoridad, bajo pretexto alguno, puede hacer pesquisas de oficio para inquirir si las personas
llevan o no registros arreglados a derecho.
La prueba sobre la contabilidad debe realizarse en el lugar previsto en el artículo 325, aun
cuando esté fuera de la competencia territorial del juez que la ordena.
La exhibición general de registros o libros contables sólo puede decretarse a instancia de
parte en los juicios de sucesión, todo tipo de comunión, contrato asociativo o sociedad,
administración por cuenta ajena y en caso de liquidación, concurso o quiebra. Fuera de estos
casos únicamente puede requerirse la exhibición de registros o libros en cuanto tenga
relación con la cuestión controvertida de que se trata, así como para establecer si el sistema
contable del obligado cumple con las formas y condiciones establecidas en los artículos 323,
324 y 325.
Con arreglo al artículo 331 del CCCN, rige como principio la imposibilidad de toda autoridad
de realizar pesquisas de oficio con el objeto de comprobar si las personas llevan o no registros
con arreglo a las previsiones precedentes, salvo aquellos casos particulares contemplados en
leyes especiales (la Superintendencia de Seguros de la Nación puede examinar los libros de
los aseguradores).
Esta prerrogativa pretende consagrar la confidencialidad de la información contenida en
dichos registros. Además, corresponde producir la instrucción probatoria sobre la
contabilidad en el domicilio del titular (artículo 325, último párrafo, CCCN), que es el lugar en
el que se encuentra obligado a conservar sus libros. Sin que para ello constituya óbice la
ausencia de jurisdicción territorial del juez que la disponga.
La previsión también indica que la exhibición general de la contabilidad, a pedido de las
partes, solo puede ser admitida en los juicios de sucesión, en todo tipo de comunión, en
contrato asociativo o sociedad, en la administración por cuenta ajena y en casos de
liquidación, concurso o quiebra. En cualquier otro supuesto la consulta de los registros
contables será viable en la medida en que dicha exhibición tenga vínculo con la materia
debatida o para determinar si la contabilidad del obligado satisface los requisitos de forma y
condición descriptos más arriba (arts. 323 a 325 del CCCN).
3- Rendición de cuentas: Régimen legal.
El nuevo Código Civil y Comercial de la Nación regula un régimen de carácter general de la
obligación de rendir cuentas en los artículos 858 a 864.
Este código define la cuenta como la descripción de los antecedentes, hechos y resultados
pecuniarios de un negocio, aunque se trate de un acto singular; y establece que hay rendición
de cuentas cuando se las pone en conocimiento de la persona interesada.
Cualquiera que realice una gestión de negocios ajenos, tiene la obligación de rendir cuentas.
Es una obligación que surge del deber implícito de obrar con buena fe. Consiste básicamente
en detallar qué actos fueron cumplidos, exponer el proceso económico y jurídico de los
intereses administrados y, finalmente, explicar el resultado final.
Se impone que la rendición de cuentas se haga de modo descriptivo y documentado; que se
incluyan las referencias y explicaciones razonablemente necesarias para su comprensión; a
su vez, se acompañen los comprobantes de los ingresos y de los egresos, y además que todo
concuerde con los libros que lleve quien deba rendir las cuentas. Esto implica que rendir
cuentas no es simplemente enviar un resumen o una liquidación, o poner los libros a
disposición del interesado, sino que también es explicar el resultado de un negocio, justificar
con los comprobantes necesarios y aclarar de qué modo se llegó a ese resultado.
Básicamente está obligado a rendir cuentas todo aquel que actúa en interés ajeno, aunque
sea en nombre propio. El artículo 860 del CCCN también obliga a quienes son parte en
relaciones de ejecución continuada, cuando la rendición es apropiada a la naturaleza del
negocio y a aquellos que deban hacerlo por disposición legal (por ej el administrador en la
propiedad horizontal, el curador de un incapaz, el interventor judicial, etc.). No
necesariamente la rendición de cuentas debe ser realizada ante un juez o en el marco de una
acción judicial, también puede ser privada.

Aprobación: La rendición de cuentas puede ser aprobada expresamente o en forma tácita.


La aprobación tácita se produce cuando el interesado no observó las cuentas en el plazo
convenido o dispuesto por la ley, o si luego de presentadas en debida forma transcurre el
plazo de treinta días, transcurrido dicho plazo.
En cuanto a la aprobación de las cuentas, cuando se trate de un negocio de ejecución
continuada, el código dispone que la aprobación de cuentas del último período implica la
presunción de que también fueron aprobadas las rendiciones correspondientes a los
períodos anteriores.
4- Auxiliares de la actividad empresarial: Clasificación.
El desarrollo de la empresa y de las actividades comerciales requieren de la cooperación de
terceros que, sin asumir el carácter de "parte" en los contratos o negocios, aportan sus
trabajos, servicios, habilidades y conocimientos para la consecución de aquéllos. Dentro de
esos colaboradores, la doctrina distingue entre los "auxiliares subordinados" y los "auxiliares
autónomos", en función de la existencia de una relación de dependencia o no.
— Los agentes subordinados son todos "dependientes" de la empresa o de la sociedad y
pueden tener diversos rangos. Así, el ejecutivo principal o "CEO" se ubicará en la cumbre
de una pirámide jerárquica compuesta en forma descendente por gerentes, encargados,
jefes y empleados. Por su lado, a los trabajadores manuales se los califica
tradicionalmente como "operarios". En un establecimiento comercial, industrial,
agropecuario o de servicios, la persona a cargo era denominada por el Código de Comercio
derogado como "gerente" o "factor", y era el empleado de mayor jerarquía con facultades
de administración y representación. Los auxiliares "subordinados" quedan regidos por la
Ley de Contrato de Trabajo y, por ende, ajenos a la materia comercial, sin perjuicio de sus
obligaciones de confidencialidad y de no competencia.
— El concepto de auxiliares autónomos se refiere a sujetos que colaboran en las actividades
comerciales y/o con los empresarios, pero actúan con independencia. Tradicionalmente
se trataba solo de personas humanas, pero modernamente tales tareas se van
trasladando también a organizaciones bajo forma de personas jurídicas privadas, como
ocurre en los casos de los agentes de mercados de valores y en sociedades de
profesionales.
Un rasgo definitorio es que el "auxiliar autónomo" no es parte en los contratos en los que
interviene sino que los "facilita" mediante tareas preparatorias, concertadoras y de
cumplimiento.
Vale decir que lo que delimita al "auxiliar de comercio" es que no se "interpone" en los
cambios a título propio, como haría un comerciante o un empresario, sino que
"interviene" en los cambios, sin hacerse parte. Entre los auxiliares autónomos del
comercio o del empresario pueden mencionarse algunos con estatutos específicos como
son los corredores, los martilleros, los productores y asesores de seguros, los agentes del
mercado de valores y los despachantes de aduanas.
Hay otros sujetos considerados tradicionalmente como agentes autónomos que en
realidad son empresarios que desarrollan su propio negocio, negocio que se instala en la
cadena de comercialización, o sea que es de "interposición" y no de una mera
"intervención". Tal es el caso de los barraqueros, los administradores de casas de depósito
y los empresarios de transporte.
En cambio, los "agentes" del art. 1479, que promueven negocios por cuenta de un
principal, son verdaderos auxiliares autónomos pero que carecen de un estatuto especial
y por ende son regidos por las normas generales. Su situación será considerada al analizar
el "contrato de agencia".

Corredores.
ARTICULO 1345.- Definición. Hay contrato de corretaje cuando una persona, denominada
corredor, se obliga ante otra, a mediar en la negociación y conclusión de uno o varios
negocios, sin tener relación de dependencia o representación con ninguna de las partes.
ARTICULO 1346.- Conclusión del contrato de corretaje. Sujetos. El contrato de corretaje se
entiende concluido, si el corredor está habilitado para el ejercicio profesional del corretaje,
por su intervención en el negocio, sin protesta expresa hecha saber al corredor
contemporáneamente con el comienzo de su actuación o por la actuación de otro corredor
por el otro comitente. Si el comitente es una persona de derecho público, el contrato de
corretaje debe ajustarse a las reglas de contratación pertinentes. Pueden actuar como
corredores personas humanas o jurídicas.
La intermediación es lo que caracteriza la actividad del corredor, quien se interpone entre
la oferta y la demanda, en forma autónoma, profesional e imparcial.
Los corredores no concluyen los negocios que interesan a sus clientes, sino que se limitan a
promoverlos o facilitarlos, y esta actividad intermediadora les da derecho a una
contraprestación. Por eso, el corredor asume una obligación de medios y no se compromete
a obtener un resultado en concreto. Una vez alcanzado ese resultado en concreto, nacerá el
derecho del corredor a percibir su comisión.

Los corredores estaban regulados inicialmente en el derogado Código de Comercio. En la


actualidad, el régimen que regula la actividad de los corredores está compuesto e integrado
por las siguientes normas:
1. Los artículos 31 a 35 del Decreto-Ley N° 20266/1973, que se aplican de forma directa, y los
artículos 1 a 30 de esa norma, de manera indirecta,
2. Los artículos 1345 a 1355 del CCCN.
3. El artículo 77 de la Ley N° 24441 de Financiamiento de la Vivienda y la Construcción;
4. Las leyes provinciales y las normas reglamentarias locales que se apliquen a la actuación
de los corredores en general o a alguna modalidad particular
ARTICULO 1347.-Obligaciones del corredor. El corredor debe:
a) asegurarse de la identidad de las personas que intervienen en los negocios en que media
y de su capacidad legal para contratar;
b) proponer los negocios con exactitud, precisión y claridad, absteniéndose de mencionar
supuestos inexactos que puedan inducir a error a las partes;
c) comunicar a las partes todas las circunstancias que sean de su conocimiento y que de algún
modo puedan influir en la conclusión o modalidades del negocio;
d) mantener confidencialidad de todo lo que concierne a negociaciones en las que interviene,
la que sólo debe ceder ante requerimiento judicial o de autoridad pública competente;
e) asistir, en las operaciones hechas con su intervención, a la firma de los instrumentos
conclusivos y a la entrega de los objetos o valores, si alguna de las partes lo requiere;
f) guardar muestras de los productos que se negocien con su intervención, mientras subsista
la posibilidad de controversia sobre la calidad de lo entregado.
El objeto de los contratos en los que interviene el corredor puede recaer sobre cosas
muebles, inmuebles, bienes en general, universalidades y servicios. En la actualidad, la
intermediación del corredor no se utiliza para celebrar muchos contratos sino que quedó
limitada casi exclusivamente al ámbito “inmobiliario”, porque en la mayoría de los negocios
los interesados pueden acceder directamente al proveedor por los distintos canales de
publicidad que existen para ofrecer productos y servicios (medios de comunicación, internet,
etc).
Su intermediación debe ser imparcial, es decir, los corredores deben acercar a los
contratantes con precisión, exactitud y claridad, sin utilizar maniobras o artilugios que
puedan inducir a error a los contratantes, caso en el cual, deberán responder por el daño que
causaren.
ARTICULO 1348.-Prohibición. Está prohibido al corredor:
a) adquirir por sí o por interpósita persona efectos cuya negociación le ha sido encargada;
b) tener cualquier clase de participación o interés en la negociación o en los bienes
comprendidos en ella.

Para ejercer el corretaje se debe cumplir con las condiciones que enuncian los artículos 31 a
39 de la Ley N° 20266:
1. Ser mayor de edad y no estar comprendido en ninguna de las inhabilidades del artículo
2. Poseer título universitario expedido o revalidado en la República, con arreglo a las
reglamentaciones vigentes y que al efecto se dicten
3. Estar inscripto en la matrícula de la jurisdicción correspondiente. Para ello, deberá cumplir
los siguientes requisitos: a) acreditar mayoría de edad y buena conducta; b) poseer el título
previsto en el inciso b) del artículo 32; c) acreditar hallarse domiciliado por más de un año en
el lugar donde pretende ejercer como corredor; d) constituir una garantía, mediante
depósito de dinero en efectivo por $ 500 e) Cumplir los demás requisitos que exija la
reglamentación local.
Esta norma también dispone que quienes ejercieren el corretaje sin cumplir con las
condiciones y sin tener las calidades exigidas, no tendrán acción para cobrar la remuneración
o retribución de ninguna especie.
ARTICULO 1349.-Garantía y representación. El corredor puede:
a) otorgar garantía por obligaciones de una o de ambas partes en la negociación en la que
actúen;
b) recibir de una parte el encargo de representarla en la ejecución del negocio.
ARTICULO 1350.-Comisión. El corredor tiene derecho a la comisión estipulada si el negocio
se celebra como resultado de su intervención. Si no hay estipulación, tiene derecho a la de
uso en el lugar de celebración del contrato o, en su defecto, en el lugar en que principalmente
realiza su cometido. A falta de todas ellas, la fija el juez
ARTICULO 1351.-Intervención de uno o de varios corredores. Si sólo interviene un corredor,
todas las partes le deben comisión, excepto pacto en contrario o protesta de una de las partes
según el artículo 1346. No existe solidaridad entre las partes respecto del corredor. Si
interviene un corredor por cada parte, cada uno de ellos sólo tiene derecho a cobrar comisión
de su respectivo comitente.
ARTICULO 1352.-Supuestos específicos de obligación de pagar la comisión. Concluido el
contrato, la comisión se debe aunque:
a) el contrato esté sometido a condición resolutoria y ésta no se cumpla;
b) el contrato no se cumpla, se resuelva, se rescinda o medie distracto;
c) el corredor no concluya el contrato, si inicia la negociación y el comitente encarga su
conclusión a un tercero, o lo concluye por sí en condiciones sustancialmente similares
ARTICULO 1353.-Supuestos específicos en los que la comisión no se debe. La comisión no se
debe si el contrato:
a) está sometido a condición suspensiva y ésta no se cumple;
b) se anula por ilicitud de su objeto, por incapacidad o falta de representación de cualquiera
de las partes, o por otra circunstancia que haya sido conocida por el corredor.
ARTICULO 1354.-Gastos. El corredor no tiene derecho a reembolso de gastos, aun cuando la
operación encomendada no se concrete, excepto pacto en contrario.
Martilleros.
Son las personas que en forma habitual y profesional realizan remates o subastas. Su
actividad consiste en vender por cuenta de sus comitentes al público, de viva voz y al mejor
postor, con base o sin ella (precio mínimo), bienes determinados, muebles o inmuebles,
recibiendo las ofertas de precio. Mediante un golpe de martillo adjudican las cosas a quien
ofrece el mejor precio (así se perfecciona la compraventa).
Su actuación está regulada en la Ley N° 20266 –modificada por la Ley N° 25028–. El martillero
genera dos clases de relaciones, una de carácter interno con el dueño del bien y otra de
carácter externo con el adquirente del bien en subasta pública.

El martillero interviene en dos clases de subastas:


 Subasta pública de compra-venta: es el remate que se lleva a cabo por encargo de una
persona física o jurídica de derecho privado que le solicita al martillero que venda en
pública subasta cosas muebles o inmuebles. El régimen que se aplica es el dispuesto
por la Ley N° 20266 –modificada por la Ley N° 25028–.
 Subasta judicial: es un acto procesal ordenado por un juez en una causa judicial y en
este caso, el martillero actúa como oficial público delegado del magistrado que lo
designe: es un auxiliar de justicia. El remate y la actuación del martillero están
regulados por el código procesal del lugar. El martillero debe ajustar su actuación a lo
que ordene el juez en el proceso, debe rendir cuentas de su gestión y el acto del remate
debe obtener la aprobación judicial.
Para poder ejercer la actividad de martillero, deberán inscribirse en la matrícula de la
jurisdicción correspondiente y para ello deberán cumplir con los siguientes requisitos:
1. Poseer el título
2. Ser mayor de edad y buena conducta;
3. Constituir domicilio en la jurisdicción que corresponda a su inscripción;
4. Constituir una garantía real o personal y la orden del organismo que tiene a su cargo el
control de la matrícula, cuya clase y monto serán determinados por este con carácter general;
5. Cumplir los demás requisitos que establezca la reglamentación local.
Están inhabilitados para ser martilleros:
1. Los que no pueden ejercer el comercio.
2. Los fallidos y concursados cuya conducta haya sido calificada como fraudulenta o culpable,
hasta cinco años después de su rehabilitación.
3. Los inhibidos para disponer de sus bienes.
4. Los condenados con accesoria de inhabilitación para ejercer cargos públicos, y los
condenados por hurto, robo, extorsión, estafas y otras defraudaciones, usura, cohecho,
malversación de caudales públicos y delitos contra la fe pública, hasta después de diez años
de cumplida la condena.
5. Los excluidos temporaria o definitivamente del ejercicio de la actividad por sanción
disciplinaria.
Facultades:
1. Efectuar ventas en remate público de cualquier clase de bienes, excepto las limitaciones
resultantes de leyes especiales;
2. Informar sobre el valor venal o de mercado de los bienes para cuyo remate los faculta esta
ley;
3. Recabar directamente de las oficinas públicas y bancos oficiales y particulares, los informes
o certificados necesarios para el cumplimiento de las obligaciones previstas en el artículo 9
de la Ley N° 20266;
4. Solicitar de las autoridades competentes las medidas necesarias para garantizar el normal
desarrollo del acto de remate.

Son libros obligatorios:


a) Diario de entradas: donde asentarán los bienes que recibieren para su venta, con
indicación de las especificaciones necesarias para su debida identificación: el nombre y
apellido de quien confiere el encargo, por cuenta de quién han de ser vendidos y las
condiciones de su enajenación.
b) Diario de salidas: en el que se mencionarán día por día las ventas, indicando por cuenta de
quién se han efectuado, quién ha resultado comprador, precio y condiciones de pago y demás
especificaciones que se estimen necesarias de cuentas de gestión, que documente las
operaciones realizadas entre el martillero y cada uno de sus comitentes.
c) Además, deben archivar por orden cronológico un ejemplar de los documentos que se
extiendan con su intervención en los contratos que se realicen.

Antes del acto del remate, deberá: a) Comprobar la existencia de los títulos invocados por el
legitimado para disponer del bien a rematar. En el caso de remate de inmuebles, deberán
también constatar las condiciones de dominio de los mismos.
b) Convenir por escrito con el legitimado para disponer del bien, los gastos del remate y la
forma de satisfacerlos, condiciones de venta, lugar de remate, modalidades del pago del
precio.
c) Anunciar los remates con la publicidad necesaria.
Durante el acto del remate: a) Realizar el remate en la fecha, hora y lugar señalados,
colocando en un lugar visible una bandera con su nombre y, en su caso, el nombre,
denominación o razón social de la sociedad a que pertenezcan.
b) Explicar en voz alta, en idioma nacional y con precisión y claridad los caracteres,
condiciones legales, cualidades del bien y gravámenes que pesaren sobre el mismo
c) Aceptar la postura solamente cuando se efectuase de viva voz; de lo contrario, la misma
se considerará ineficaz
Luego del acto del remate, deberá: a) Suscribir con los contratantes, previa comprobación de
identidad, el instrumento que documenta la venta, en el que constarán los derechos y
obligaciones de las partes. El instrumento se redactará en tres ejemplares y deberá ser
debidamente sellado, quedando uno de ellos en poder del martillero. Si son bienes muebles
cuya posesión sea dada al comprador en el mismo acto, y esta fuera suficiente para la
transmisión de la propiedad, bastará el recibo respectivo.
b) Exigir y percibir del adquirente, en dinero efectivo, el importe de la seña o cuenta del
precio, en la proporción fijada en la publicidad, y otorgar los recibos correspondientes.
c) Efectuar la rendición de cuentas documentada y entregar el saldo resultante dentro del
plazo de cinco días, salvo convención en contrario, incurriendo en pérdida de la comisión en
caso de no hacerlo;
d) Conservar, si correspondiere, las muestras, certificados e informes relativos a los bienes
que remate hasta el momento de la transmisión definitiva del dominio.
e) Deberá cumplimentar, en general, las demás obligaciones establecidas por las leyes y
reglamentaciones vigentes.
Asesores y productores de seguros.
La actividad aseguradora cuenta con muchos auxiliares. Los mismos pueden clasificarse
según dos criterios distintos: el de "representación" y el de "organización".

Según su grado de representación del principal las categorías de auxiliares son: el que tiene
un poder de la compañía de seguros, también llamado "agente institorio" (o sea instituido),
y el "productor o agente de seguros" que no tiene tal poder.
La ley 17.418 establece las facultades de uno y otro agente auxiliar:
- El agente "institorio", el art. 54 dispone que se aplican las reglas del mandato. La
facultad para celebrar seguros autoriza también para pactar modificaciones o
prórrogas, para recibir notificaciones y formular declaraciones de rescisión, salvo
limitación expresa. Si el representante o agente de seguro es designado para un
determinado distrito o zona, sus facultades se limitan a negocios o actos jurídicos que
se refieran a contratos de seguro respecto de cosas que se hallen en el distrito o zona,
o con las personas que tienen allí su residencia habitual.
- El simple productor o agente de seguro sin mandato (art. 53) dispone que sólo está
facultado con respecto a las operaciones en las cuales interviene, para: a) Recibir
propuestas de celebración y modificación de contratos de seguro; b) Entregar los
instrumentos emitidos por el asegurador, referentes a contratos o sus prórrogas; c)
Aceptar el pago de la prima si se halla en posesión de un recibo del asegurador. La
firma puede ser facsimilar.
Sin embargo la jurisprudencia ha admitido que ciertos actos habituales del agente "no
institorio" (cobrar, dar plazo, etc.) seguido de conductas del principal (aceptar por bueno lo
obrado por el agente) puedan obligar al principal cuando su conducta evidenció un mandato
"tácito" y por las reglas de la "representación aparente" (art. 367, CCCN).
Según el grado de "organización", la ley 22.400 de "Productores y asesores de seguros"
distingue al productor o asesor "directo" del productor asesor que es "organizador" en
función de las tareas que realiza:
A. Es productor asesor "directo" la persona humana que realiza la actividad de
intermediación promoviendo la concertación de contratos de seguros, asesorando a
asegurados y asegurables.
B. Es Productor asesor "organizador": la persona humana que se dedica a instruir, dirigir o
asesorar a los productores asesores directos que forman parte de una organización. Debe
componerse como mínimo de cuatro productores asesores directos, uno de los cuales podrá
ser el organizador cuando actúe en tal carácter.
Vale decir que el "organizador" es quien dirige a un equipo de "asesores", que son los que
intermedian directamente y promueven la concertación de seguros entre compañías y
usuarios. Generalmente el "organizador" es un empresario que posee, por un lado, una
clientela propia de asegurados que puede derivar a la compañía de seguros que él desee.
Ello le da poder frente a las aseguradoras para lograr mejores condiciones y obtener la rápida
atención de los siniestros.
Registro de Productores Asesores de Seguros: Se encuentra a cargo de la Superintendencia
de Seguros de la Nación, que es la autoridad de aplicación. Para ejercer la actividad hay que
estar inscripto y los requisitos para la inscripción son los siguientes:
A) Tener domicilio real en el país.
B) No encontrarse incurso en las inhabilidades previstas por el artículo 8.
C) Acreditar competencia ante la Comisión Asesora Honoraria mediante examen cuyo
programa ser aprobado por la autoridad de aplicación a propuesta de la citada comisión.
D) Abonar el "derecho de inscripción" que oportunamente determine la autoridad de
aplicación, el que ser renovado anualmente por el importe y en las condiciones y
oportunidades que la misma establezca.

En cuanto a las remuneraciones, los productores asesores percibirán las comisiones que
acuerden con el asegurador, salvo en los casos en que la autoridad de aplicación estime
necesario la fijación de máximos o mínimos. El productor asesor organizador sólo percibirá
comisiones por aquellas operaciones en que hubieran intervenido los productores asesores
directos a los que asiste en tal carácter. Cuando se trate de producción propia será acreedor
a comisiones en su doble carácter.
En lo que se refiere al derecho a cobrar la comisión, éste se adquiere cuando la entidada
seguradora percibe efectivamente el importe de la prima o, proporcionalmente, al percibirse
cada cuota en aquellos seguros que se contraten con esta modalidad.
Las personas humanas no inscriptas en el registro de productores asesores de seguros no
tienen derecho a percibir comisión o remuneración alguna por las gestiones de concertación
de contratos de seguros. Las entidades aseguradoras deberán abstenerse de operar con
personas no inscriptas en el registro. Queda prohibido el pago de comisiones o cualquier
retribución a dichas personas.
Inhabilidades para la inscripción:
1. Inhabilidades absolutas (art. 8º):
A) Quienes no puedan ejercer el comercio.
B) Los fallidos por quiebra culpable o fraudulenta hasta diez (10) años después de su
rehabilitación; los fallidos por quiebra causal o los concursados hasta cinco (5) años después
de su rehabilitación; los directores o administradores de sociedades cuya conducta se
calificare de culpable o fraudulenta, hasta diez (10) años después de su rehabilitación.
C) Los condenados con accesoria de inhabilitación de ejercer cargos públicos, los condenados
por hurto, robo, defraudación, cohecho, emisión de cheques sin fondo y delitos contra la fe
pública; los condenados por delitos cometidos en la constitución, funcionamiento y
liquidación de sociedades, o en la contratación de seguros. En todos los casos hasta después
de diez (10) años de cumplida la condena.
D) Los liquidadores de siniestros y comisarios de averías.
E) Los directores, síndicos, gerentes, subgerentes, apoderados generales, administradores
generales, miembros del consejo de administración, inspectores de riesgos e inspectores de
siniestros de las entidades aseguradoras cualquiera sea su naturaleza jurídica.
F) Los funcionarios o empleados de la Superintendencia de Seguros de la Nación y del
Instituto Nacional de Reaseguros y los funcionarios jerárquicos de las cámaras tarifadoras de
las asociaciones de entidades aseguradoras.
G) Quienes operen como productores asesores durante la vigencia de la presente ley sin estar
inscriptos y quienes sean excluidos del registro por infracciones a la misma, sin perjuicio de
las sanciones previstas en el artículo 13.
La autoridad de aplicación dispondrá la cancelación o suspensión de la inscripción de las
personas que, después de estar inscriptas en el registro, queden comprendidas o incurran en
las inhabilidades establecidas en el presente artículo, a cuyo fin llevará un registro especial.
B. Inhabilidad relativa (art. 9°):
La tienen los directores, gerentes, administradores y empleados, en relación con los seguros
de los clientes de las instituciones en la que presten servicios.
Funciones y deberes (art. 10)
A. Productores asesores directos:
A) Gestionar operaciones de seguros.
B) Informar sobre la identidad de las personas que contraten por su intermedio, así como
también los antecedentes y solvencia moral y material de las mismas, a requerimiento de las
entidades aseguradora.
C) Informar a la entidad aseguradora acerca de las condiciones en que se encuentre el riesgo
y asesorar al asegurado a los fines de la más adecuada cobertura.
D) Ilustrar al asegurado o interesado en forma detallada y exacta sobra las cláusulas del
contrato, su interpretación y extensión y verificar que la póliza contenga las estipulaciones y
condiciones bajo las cuales el asegurado ha decidido cubrir el riesgo.
E) Comunicar a la entidad aseguradora cualquier modificación del riesgo de que hubiese
tenido conocimiento. Cobrar las primas de seguros cuando lo autorice para ello la entidad
aseguradora respectiva. En tal caso deberá entregar o girar el importe de las primas
percibidas en el plazo que se hubiere convenido, el que no podrá exceder los plazos fijados
por la reglamentación.
F) Entregar o girar a la entidad aseguradora, cuando no esté expresamente autorizado a
cobrar por la misma el importe de las primas recibidas del asegurado en un plazo que no
podrá ser superior a setenta y dos (72) horas.
G) Asesorar al asegurado durante la vigencia del contrato acerca de sus derechos, cargas y
obligaciones, en particular con relación a los siniestros. En general ejecutar con la debida
diligencia y prontitud las instrucciones que reciba de los asegurables, asegurados o de las
entidades aseguradoras, en relación con sus funciones.
H) Comunicar a la autoridad de aplicación toda circunstancia que lo coloque dentro de alguna
de las inhabilidades previstas en esta ley.
I) Ajustarse en materia de publicidad y propaganda a los requisitos generales vigentes para
las entidades aseguradoras y, en caso de hacerse referencia a una determinada entidad,
contar con la autorización previa de la misma.
J) Llevar un registro rubricado de las operaciones de seguros en que interviene, en las
condiciones que establezca la autoridad de aplicación.
K) Exhibir cuando le sea requerido el documento que acredite su inscripción en el registro.
B. Productores asesores organizadores:
A) Informar a la entidad aseguradora, cuando ésta lo requiera, los antecedentes personales
de los productores asesores que integran su organización.
B) Seleccionar, asistir y asesorar a los productores asesores directos que forman parte de su
organización y facilitar su labor.
C) Cobrar las primas de seguros en caso de que hubiese sido autorizado en la forma y con las
obligaciones previstas en los apartados f) y g) del inciso 1).
D) En general contribuir a ejecutar con la debida diligencia y prontitud las instrucciones que
reciba en forma directa o por medio de los productores asesores vinculados a él, de los
asegurables, asegurados y aseguradores, en relación con sus funciones.
E) Comunicar a la autoridad de aplicación toda circunstancia que lo coloque dentro de las
inhabilidades previstas en esta ley, así como las relacionadas con los productores asesores
que integran su organización, cuando fuesen de su conocimiento.
F) Ajustarse en materia de publicidad y propaganda a lo prescripto en el apartado k) del inciso
anterior.
G) Llevar un registro rubricado de las operaciones de seguros en que interviene, en las
condiciones que establezca la autoridad de aplicación.
El cumplimiento de la función de productor asesor de seguros, precedentemente descripta,
no implica, en sí misma, subordinación jurídica o relación de dependencia con la entidad
aseguradora o el asegurado (art. 11).
El productor asesor de seguros está obligado a desempeñarse conforme a las disposiciones
legales y a los principios técnicos aplicables a la operación en la cual interviene y actuar con
diligencia y buena fe (art. 12).
El incumplimiento de las funciones y deberes establecidos por la ley 22.400 por parte de los
productores asesores, los hará pasibles de las sanciones de llamado de atención,
apercibimiento, multa e inhabilitación hasta 5 años previstas en el artículo 59 de la ley 20.091
pudiendo, además; disponerse la cancelación de la inscripción en la matrícula.

Agentes de los Mercados de Valores.


Lo que antes eran los "agentes de bolsa", a partir de la ley de Mercado de Capitales, ley
26.831, pasan a ser diversos agentes auxiliares que deben ser registrados en la Comisión
Nacional de Valores.
La Ley de Mercado de Capitales 26.831, en su art. 2°, define a los "agentes registrados en
general" de la siguiente forma: Son las "personas físicas y/o jurídicas autorizadas por la
Comisión Nacional de Valores para su inscripción dentro de los registros correspondientes
creados por la citada comisión, para abarcar las actividades de negociación, de colocación,
distribución, corretaje, liquidación y compensación, custodia y depósito colectivo de valores
negociables, las de administración y custodia de productos de inversión colectiva, las de
calificación de riesgos, y todas aquellas que, a criterio de la Comisión Nacional de Valores,
corresponda registrar para el desarrollo del mercado de capitales.

En particular, las funciones de los diversos agentes son las siguientes:


"Agente de negociación": Sociedades autorizadas a actuar como intermediarios de
mercados incluyendo bajo competencia del organismo cualquier actividad vinculada y
complementaria que éstos realicen.
"Agentes productores de agentes de negociación": Personas físicas y/o jurídicas registradas
ante la Comisión Nacional de Valores para desarrollar actividades de difusión y promoción
de valores negociables bajo responsabilidad de un agente de negociación registrado.
"Agentes de colocación y distribución": Personas físicas y/o jurídicas registradas ante la
Comisión Nacional de Valores para desarrollar canales de colocación y distribución de valores
negociables, con arreglo a la reglamentación que a estos efectos establezca la Comisión
Nacional de Valores.
"Agentes de corretaje": Personas jurídicas registradas ante la Comisión Nacional de Valores
para poner en relación a dos (2) o más partes para la conclusión de negocios sobre valores
negociables, sin estar ligadas a ninguna de ellas por relaciones de colaboración,
subordinación o representación.
"Agentes de liquidación y compensación": Personas jurídicas registradas ante la Comisión
Nacional de Valores para intervenir en la liquidación y compensación de operaciones con
valores negociables registradas en el marco de mercados, incluyendo bajo su jurisdicción
cualquier actividad que éstas realicen.
"Agentes de administración de productos de inversión colectiva": Sociedades gerentes de
la ley 24.083, a los fiduciarios financieros de la ley 24.441 y sus modificaciones y a las demás
entidades que desarrollen similares funciones y que, a criterio de la Comisión Nacional de
Valores, corresponda registrar en este carácter para su actuación en el marco del
funcionamiento de los productos de inversión colectiva.
"Agentes de custodia de productos de inversión colectiva": Personas jurídicas registradas
ante la Comisión Nacional de Valores para actuar en dicho carácter en los productos de
inversión colectiva, desarrollando las funciones asignadas por las leyes aplicables y las que
dicho organismo determine complementariamente.
"Agentes de depósito colectivo": Entidades registradas ante la Comisión Nacional de Valores
para recibir depósitos colectivos de valores negociables, para actuar en la custodia de
instrumentos y de operaciones en los términos de la ley 20.643 y sus modificaciones,
incluyendo bajo su jurisdicción cualquier actividad que éstas realicen.
"Agentes de calificación de riesgos": Entidades registradas ante la Comisión Nacional de
Valores para prestar servicios de calificación de valores negociables, y de otro tipo de riesgos,
quedando bajo competencia de la Comisión Nacional de Valores las actividades afines y
complementarias compatibles con el desarrollo de ese fin.

Cabe señalar que todos los agentes pueden ser personas jurídicas pero solo en dos casos
pueden alternativamente ser personas humanas, a saber: a) los "agentes productores de
agentes de negociación"; y b) los "agentes de colocación y distribución".
Para actuar como agentes los sujetos deberán contar con la autorización y registro de la
Comisión Nacional de Valores, y deberán cumplir con las formalidades y requisitos que para
cada categoría establezca la misma (art. 47).

No pueden ser autorizados para su inscripción como agentes (art. 48):


A) Los condenados por los delitos previstos en los artículos 176 a 180 del Código Penal o
cometidos con ánimo de lucro o contra la fe pública o que tengan pena principal, conjunta o
alternativa de inhabilitación para ejercer cargos públicos, hasta diez (10) años después de
cumplida la condena.
B) Los fallidos y los concursados, hasta cinco (5) años después de su rehabilitación.
C) Las personas en relación de dependencia con las sociedades que listen y/o negocien sus
valores negociables, conforme sus categorías.
D) Los funcionarios y empleados rentados de la Nación, las provincias, la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires y los municipios, con exclusión de los que desempeñen actividades docentes
o integren comisiones de estudio.
E) Aquellos a quienes se les hubiere cancelado o revocado una inscripción anterior como
agentes, hasta cinco (5) años después de quedar firme la cancelación.
F) Las sociedades entre cuyos accionistas controlantes, administradores o síndicos hubiere
una o más personas a quienes se les hubiere cancelado una inscripción anterior como
agentes, hasta cinco (5) años después de quedar firme la cancelación.
G) Las personas que ejercen tareas que las reglamentaciones dictadas por la Comisión
Nacional de Valores declaren incompatibles con esa función.
H) Los miembros de los órganos de administración o fiscalización de agentes de depósito de
valores negociables.
Cuando la incompatibilidad sobrevenga a la inscripción, el agente quedará suspendido en sus
funciones hasta tanto aquélla desaparezca.

La petición de autorización se presentará ante la Comisión Nacional de Valores, quien se


expedirá en el término de veinte (20) días hábiles de recibida. La decisión será notificada al
presentante, quien en caso de respuesta desfavorable podrá impugnarla dentro del término
de diez (10) días hábiles.
Cumplido este plazo o en forma inmediata cuando el organismo se hubiere expedido
favorablemente, se registrará al agente en la categoría en la cual hubiese solicitado su
inscripción (art. 49).
En caso de que la Comisión Nacional de Valores deniegue la autorización para la inscripción
en el registro, el solicitante puede interponer los recursos previstos en las leyes aplicables.
La solicitud denegada sólo puede reiterarse luego de transcurridos dos (2) años después de
haber quedado firme la pertinente resolución (art. 50).

Una vez autorizados y registrados los agentes deberán observar el cumplimiento de la


totalidad de los requisitos que establezca la Comisión Nacional de Valores durante el término
de su inscripción, debiendo abstenerse de funcionar como tales, cuando ocurran en cualquier
incumplimiento de los requisitos, condiciones y obligaciones dispuestas por el organismo, sin
necesidad de intimación previa.
El incumplimiento de cualquiera de los requisitos, condiciones y obligaciones reglamentados
por la Comisión Nacional de Valores, dará lugar a la suspensión preventiva, hasta que hechos
sobrevinientes hagan aconsejable la revisión de la medida sin perjuicio de la eventual
aplicación a los infractores de las sanciones previstas en el artículo 132 de la presente ley.
(art. 51).
La Comisión Nacional de Valores reglamentará las formalidades que deberán guardar los
documentos para gozar de la presunción legal anterior.

El agente de negociación es responsable ante el mercado por cualquier suma que dicha
entidad hubiese abonado por su cuenta. Mientras no regularice su situación y pruebe que
han mediado contingencias fortuitas o de fuerza mayor, queda inhabilitado para operar (art.
55).
Los agentes registrados quedan sometidos a la competencia disciplinaria exclusiva de la
Comisión Nacional de Valores, a la cual los mercados deberán denunciar toda falta en que
incurrieren.
La omisión deliberada o la falta de la debida diligencia en el control de los agentes habilitados
por parte de mercado serán sancionadas por la Comisión Nacional de Valores (art. 56).
Despachantes de aduana.
El Despachante de aduanas es un Auxiliar del Comercio y del Servicio Aduanero, así lo
especifica nuestro Código Aduanero en el Título 2, artículos 36 y siguientes. Por lo tanto un
Despachante de Aduanas es una persona humana que realiza en nombre de otros ante el
servicio aduanero trámites y diligencias relativos a la importación, la exportación y demás
operaciones aduaneras sujeto a las condiciones que el Código Aduanero y las
reglamentaciones del mismo dispongan.
Es importante dejar en claro que aunque se ven sometidos en sus gestiones a la disciplina de
la ley mercantil los despachantes de aduana no son, por el hecho de ser despachantes,
empresarios ya que los actos que realizan, tales como despachos, exportaciones,
transbordos, reembarcos, etc... son todas actividades vinculadas con la administración
pública y no actos a realizar por un empresario.
Ello sin perjuicio que, como todo profesional, realice sus actividades en forma de empresa y,
por ende, quede sujeto al estatuto del empresario.

El Despachante de Aduana actúa como mandatario de los importadores exportadores y


demás personas que contratan sus servicios, con las obligaciones y derechos que más
adelante analizaremos.
El Despachante de aduanas no tiene responsabilidades tributarias siempre y cuando actúe
en nombre de otro y acredite dicho accionar por medio de un poder especial, general, con
una autorización, o por medio del endoso en procuración del conocimiento o cualquier
documentación que autorice jurídicamente a disponer de la mercadería (art. 38 CA), pero sí
debe asumir las consecuencias penales de sus actos en los casos en que cometiere una
infracción aduanera en el ejercicio de sus funciones, salvo que pueda demostrar haber
cumplido con las obligaciones a su cargo.
El endoso del conocimiento es título representativo de las mercaderías o sea que acreditan
el derecho a disponer de ellas pero solo para la tramitación ya que no implica transmitir la
propiedad de las mercaderías. A no ser que el mandatario o poderdante limite el poder
otorgado, el despachante está facultado para efectuar todos los actos conducentes al
cumplimiento de su cometido. Si no llegara a acreditar su condición de representante se lo
considerara importador o exportador lo cual trae aparejados una serie requisitos y
obligaciones como por ejemplo ser responsable personal por los tributos que graven las
operaciones en las cuales no acreditó ser representante en algunas de las formas
establecidas por el art. 38.

Los Despachantes de Aduana cumplen una doble función como auxiliares del comercio y del
servicio aduanero. Por la práctica y conocimientos de la compleja reglamentación aduanera
los Despachantes de Aduana están en condiciones de tramitar las operaciones con
mercaderías y agilizarlas para abastecimiento de la plaza y beneficio de las actividades
productivas e intercambio comercial. Su intervención garantiza la regularidad de las
actuaciones que se cumplen ante las oficinas fiscales.

Según el Código Aduanero los despachantes de aduana son "agentes auxiliares del comercio
y del servicio aduanero". Se trata de personas de existencia visible que, en las condiciones
previstas, realizan en nombre de otros ante el servicio aduanero trámites y diligencias
relativos a la importación, la exportación y demás operaciones aduaneras.
Su actuación es imprescindible salvo que se realizare la gestión ante la Aduana en forma
personal por el importador o exportador. Deben acreditar ante el servicio aduanero la
representación que invocaren. Si no lo hicieran y tuvieran la disponibilidad jurídica de los
bienes, los despachantes serán considerados importadores o exportadores, quedando
sujetos a los requisitos y obligaciones determinados para ellos.

No pueden desempeñarse como tales quienes no estuvieren inscriptos en el registro de


despachantes de aduana. Los requisitos para la inscripción son:
A) Ser mayor de edad, tener capacidad para ejercer por sí mismo el comercio y estar inscripto
en el Registro Público.
B) Haber aprobado estudios secundarios completos y acreditar conocimientos específicos en
materia aduanera en los exámenes teóricos y prácticos que a tal fin se establecieren.
C) Acreditar domicilio real.
D) Constituir domicilio especial en el radio urbano de la Aduana en la que hubiere de ejercer
su actividad.
E) Acreditar la solvencia necesaria y otorgar a favor de la administración Nacional de aduanas
una garantía en seguridad de fiel cumplimiento de sus obligaciones, de conformidad con lo
que determinare la reglamentación.
F) No estar comprendido en alguno de los siguientes supuestos:
1) Haber sido condenado por algún delito aduanero o por la infracción de contrabando
menor.
2) Haber sido socio ilimitadamente responsable, director o administrador de cualquier
sociedad o asociación cuando la Sociedad o la asociación de que se tratare hubiera sido
condenada por cualquiera de los ilícitos mencionados en el punto 1 cuando hubiese sido
condenada por la infracción de contrabando menor, la inhabilidad se extenderá hasta 5 años
a contar desde que la condena hubiera quedado firme. Se exceptúa de la inhabilitación a
quienes probaren haber sido ajenos al acto o haberse o puesto a su realización.
3) Haber sido condenado por delito reprimido con pena privativa de la libertad.
Exceptuándose los delitos contra las personas, el honor, la honestidad y el estado civil,
cuando la sentencia hubiera concedido el beneficio de la ejecución condicional de la pena.
4) Estar procesado judicialmente o sumariado en jurisdicción aduanera por cualquiera de los
ilícitos indicados en los puntos 1 y 3, mientras no fuere sobreseído provisional o
definitivamente o absuelto por sentencia o resolución firme.
5) Haber sido condenado con pena accesoria de inhabilitación para ejercer cargos públicos,
hasta que se produjere su rehabilitación.
6) Haber sido sancionado con la eliminación de cualquiera de los demás registros previstos
en el art. 23, inc. T, hasta que se hallare en condiciones de reinscribirse.
7) Ser fallido o concursado civil, hasta 2 años después de su rehabilitación. No obstante,
cuando se tratare de quiebra o concurso culpable o fraudulento la inhabilidad se extenderá
hasta 5 o 10 años después de su rehabilitación, respectivamente.
8) Encontrarse en concurso preventivo o resolutorio, hasta que hubiere obtenido carta de
pago o acreditare el cumplimiento total del acuerdo respectivo.
9) Estar inhibido judicialmente para administrar o disponer de sus bienes, mientras esta
situación subsistiere.
10) Ser deudor de obligación tributaria aduanera exigible o de obligación emergente de pena
patrimonial aduanera firma, o se socio ilimitadamente responsable, director o administrador
de cualquier sociedad o asociación, cuando la Sociedad o la Asociación de que se tratare fuere
deudora de alguna de las obligaciones mencionadas. Estas inhabilidades subsistirán hasta la
extinción de la obligación.
11) Ser o haber sido agente aduanero, hasta después de un año de haber cesado como tal.
12) Haber sido exonerado como agente de la Administración Pública Nacional, provincial o
municipal, hasta que se produjere su rehabilitación.
Serán suspendidos sin más trámite del registro de despachantes de aduana:
A) Quienes perdieren la capacidad para ejercer por sí mismos el comercio, mientras esta
situación subsistiere.
B) Quienes fueren procesados judicialmente por algún delito aduanero, hasta que la causa
finalizare a su respecto.
C) Quienes fueren procesados por delito reprimido con pena privativa de la libertad, hasta
que el proceso finalizare a su respecto. En caso de delitos la libertad, hasta que el proceso
finalizare a su respecto. En caso de delitos contra las personas, el honor, la honestidad y el
estado civil, hasta que se considere la libertad por falta de mérito, por eximición de prisión o
por excarcelación.
D) Quienes se encontraren en concurso preventivo, hasta que obtuvieren Carta de pago o
hasta que se homologare el acuerdo respectivo.
E) Quienes fueren inhibidos judicialmente para administrar o disponer de sus bienes,
mientras esta situación subsistiere.
F) Quienes fueren deudores de obligación tributaria aduanera exigible o de obligación
emergente de pena patrimonial aduanera firme o quienes fueren directores,
administradores o socios ilimitadamente responsables de cualquier sociedad o asociación,
cuando la Sociedad o la Asociación de que se tratare fuere deudora de alguna de las
obligaciones mencionadas. La suspensión subsistirá hasta la extinción de la obligación.
G) Quienes perdieren la solvencia exigida o dejaren caducar o disminuir la garantía que
hubieren otorgado a favor de la administración Nacional de aduanas, en seguridad del fiel
cumplimiento de sus obligaciones, por debajo del límite que se estableciere, como así
también quienes no efectuaren a dicha garantía los reajustes que pudieren determinarse.
Esta suspensión perdurara mientras cualquiera de estas situaciones subsistiere.
H) Quienes fueren sometidos a sumario administrativo, siempre que se lo estimare necesario
por resolución fundada en la gravedad de la falta investigada en relación con la seguridad del
servicio aduanero. Esta suspensión tendrá carácter preventivo y no podrá exceder de 45 días
prorrogables por única vez por otro plazo igual, mediante decisión fundada, siempre que se
mantuvieren las circunstancias que dieron origen a tal medida, pero nunca más allá de la
fecha en que quedare firme la resolución definitiva dictada en el sumario de que se tratare.
Serán sancionados con la suspensión en el registro de despachantes de aduana, de
conformidad con el procedimiento previsto en el art. 51, quienes incurrieren en inconducta
reiterada o falta grave en el ejercicio de sus funciones como auxiliar del Comercio y del
servicio aduanero.

Los despachantes de aduana, además de las obligaciones prescriptas por el Código Civil y
Comercial, llevaran un libro rubricado por la Aduana donde ejercieren su actividad, en el cual
harán constar el detalle de todas sus operaciones, obligaciones tributarias pagadas o
pendientes de pago, importe de las retribuciones percibidas y cualquier otra anotación que
exigiere la Administración Nacional de Aduanas. Dicho libro deberá llevarse con las
formalidades de los libros de comercio y será exhibido al servicio aduanero cada vez que el
mismo así lo solicitare, debiendo conservarse por los plazos de los libros de comercio.
Representantes y dependientes.
Art 358. Los actos jurídicos entre vivos pueden ser celebrados por medio de representante,
excepto en los casos en que la ley exige que sean otorgados por el titular del derecho. La
representación es voluntaria cuando resulta de un acto jurídico, es legal cuando resulta de
una regla de derecho, y es orgánica cuando resulta del estatuto de una persona jurídica.
Producen efecto directamente para el representado.
La representación voluntaria comprende sólo los actos que el representado puede otorgar
por sí mismo. Los límites de la representación, su extinción, y las instrucciones que el
representado dio a su representante, son oponibles a terceros si éstos han tomado
conocimiento de tales circunstancias, o debieron conocerlas obrando con cuidado y
previsión.

El acto debe ser otorgado en la forma prescripta para el acto que el representante debe
realizar.
En la representación voluntaria el representado debe tener capacidad para otorgar el acto al
momento del apoderamiento; para el representante es suficiente el discernimiento.
El acto otorgado por el representante es nulo si su voluntad está viciada. Pero si se ha
otorgado en ejercicio de facultades previamente determinadas por el representado es nulo
sólo si estuvo viciada la voluntad de éste. El representado de mala fe no puede aprovecharse
de la ignorancia o la buena fe del representante.
Representación aparente: Cuando alguien ha obrado de manera de inducir a un tercero a
celebrar un acto jurídico, dejándolo creer razonablemente que negocia con su representante,
sin que haya representación expresa, se entiende que le ha otorgado tácitamente poder
suficiente. Tiene poder para administrar un establecimiento abierto al público con sus
dependientes y mercaderías.
Si alguien actúa como representante de otro sin serlo, o en exceso de las facultades
conferidas por el representado, es responsable del daño que la otra parte sufra por haber
confiado, sin culpa suya, en la validez del acto; si hace saber al tercero la falta o deficiencia
de su poder, está exento de dicha responsabilidad.
La ratificación suple el defecto de representación. Luego de la ratificación, la actuación se da
por autorizada, con efecto retroactivo al día del acto, pero es inoponible a terceros que hayan
adquirido derechos con anterioridad. Puede hacerse en cualquier tiempo, pero los
interesados pueden requerirla, fijando un plazo para ello que no puede exceder de quince
días; el silencio se debe interpretar como negativa. Si la ratificación depende de la autoridad
administrativa o judicial, el término se extiende a tres meses.

El representante tiene las siguientes obligaciones y deberes:


a) de fidelidad, lealtad y reserva;
b) de realización de la gestión encomendada, que exige la legalidad de su prestación, el
cumplimiento de las instrucciones del representado, y el desarrollo de una conducta según
los usos y prácticas del tráfico;
c) de comunicación, que incluye los de información y de consulta;
d) de conservación y de custodia;
e) de prohibición, como regla, de adquirir por compraventa o actos jurídicos análogos los
bienes de su representado;
f) de restitución de documentos y demás bienes que le correspondan al representado al
concluirse la gestión.
El representado tiene las siguientes obligaciones y deberes:
a) de prestar los medios necesarios para el cumplimiento de la gestión;
b) de retribuir la gestión, si corresponde;
c) de dejar indemne al representante.

Las facultades contenidas en el poder son de interpretación restrictiva. El poder conferido en


términos generales sólo incluye los actos propios de administración ordinaria y los necesarios
para su ejecución.
Son necesarias facultades expresas para:
a) peticionar el divorcio, la nulidad de matrimonio, la modificación, disolución o liquidación
del régimen patrimonial del matrimonio;
b) otorgar el asentimiento conyugal si el acto lo requiere, caso en el que deben identificarse
los bienes a que se refiere;
c) reconocer hijos, caso en el que debe individualizarse a la persona que se reconoce;
d) aceptar herencias;
e) constituir, modificar, transferir o extinguir derechos reales sobre inmuebles u otros bienes
registrables;
f) crear obligaciones por una declaración unilateral de voluntad;
g) reconocer o novar obligaciones anteriores al otorgamiento del poder;
h) hacer pagos que no sean los ordinarios de la administración;
i) renunciar, transar, someter a juicio arbitral derechos u obligaciones, sin perjuicio de las
reglas aplicables en materia de concursos y quiebras;
j) formar uniones transitorias de empresas, agrupamientos de colaboración empresaria,
sociedades, asociaciones, o fundaciones;
k) dar o tomar en locación inmuebles por más de tres años, o cobrar alquileres anticipados
por más de un año;
l) realizar donaciones, u otras liberalidades, excepto pequeñas gratificaciones habituales;
m) dar fianzas, comprometer servicios personales, recibir cosas en depósito si no se trata del
necesario, y dar o tomar dinero en préstamo, excepto cuando estos actos correspondan al
objeto para el que se otorgó un poder en términos generales.
El poder se extingue:
a) Cumplimiento del o de los actos encomendados en el apoderamiento;
b) Muerte del representante o del representado; sin embargo subsiste en caso de muerte del
representado siempre que haya sido conferido para actos especialmente determinados y en
razón de un interés legítimo que puede ser solamente del representante, de un tercero o
común a representante y representado, o a representante y un tercero, o a representado y
tercero;
c) Revocación efectuada por el representado; sin embargo, un poder puede ser conferido de
modo irrevocable, siempre que lo sea para actos especialmente determinados, limitado por
un plazo cierto, y en razón de un interés legítimo que puede ser solamente del representante,
o de un tercero, o común a representante y representado, o a representante y un tercero, o
a representado y tercero; se extingue llegado el transcurso del plazo fijado y puede revocarse
si media justa causa;
d) Renuncia del representante, pero éste debe continuar en funciones hasta que notifique
aquélla al representado, quien puede actuar por sí o reemplazarlo, excepto que acredite un
impedimento que configure justa causa;
e) Declaración de muerte presunta del representante o del representado;
f) Declaración de ausencia del representante;
g) Quiebra del representante o representado;
h) Pérdida de la capacidad exigida en el representante o en el representado.
Dependientes: rige en pleno el régimen laboral, pero se le puede dar al dependiente algunas
facultades, autorizaciones para realizar actos dentro del establecimiento. Pero jamás es
factor, ya que no va a obligar al principal frente a terceros con respecto a la actividad propia
del giro de los negocios.
UNIDAD 4: CONTRATOS DE COMERCIALIZACIÓN, SERVICIOS Y ASOCIATIVOS
1.- Suministro, agencia, distribución, concesión y franquicia: Concepto, caracteres, régimen
legal.
Suministro:
ARTÍCULO 1176.- Definición. Suministro es el contrato por el cual el suministrante se obliga
a entregar bienes, incluso servicios sin relación de dependencia, en forma periódica o
continuada, y el suministrado a pagar un precio por cada entrega o grupo de ellas.
ARTÍCULO 1177.- Plazo máximo. El contrato de suministro puede ser convenido por un plazo
máximo de veinte años, si se trata de frutos o productos del suelo o del subsuelo, con proceso
de elaboración o sin él, y de diez años en los demás casos. El plazo máximo se computa a
partir de la primera entrega ordinaria.
ARTÍCULO 1178.- Cantidades. Si no se conviene la entidad de las prestaciones a ser cumplidas
por el suministrante durante períodos determinados, el contrato se entiende celebrado
según las necesidades normales del suministrado al tiempo de su celebración. Si sólo se
convinieron cantidades máximas y mínimas, el suministrado tiene el derecho de determinar
la cantidad en cada oportunidad que corresponda, dentro de esos límites. Igual derecho
tiene cuando se haya establecido solamente un mínimo, entre esta cantidad y las
necesidades normales al tiempo del contrato.
ARTÍCULO 1179.- Aviso. Si las cantidades a entregar en cada período u oportunidad pueden
variarse, cada parte debe dar aviso a la otra de la modificación en sus necesidades de
recepción o posibilidades de entrega, en la forma y oportunidades que pacten. No habiendo
convención, debe avisarse con una anticipación que permita a la otra parte prever las
acciones necesarias para una eficiente operación.
ARTÍCULO 1180.- Plazo en prestaciones singulares. El plazo legal o convencional para el
cumplimiento de las prestaciones singulares se presume establecido en interés de ambas
partes, excepto pacto en contrario.
ARTÍCULO 1181.- Precio. A falta de convención o uso en contrario, en las prestaciones
singulares, el precio:
- se determina según el precio de prestaciones similares que el suministrante efectúe
en el tiempo y lugar de cada entrega, si la prestación es de aquellas que hacen a su giro
ordinario de negocios o modo de vida;
- en su defecto, se determina por el valor corriente de plaza en la fecha y lugar de cada
entrega;
- debe ser pagado dentro de los primeros diez días del mes calendario siguiente a aquel
en que ocurrió la entrega.
ARTÍCULO 1182.- Pacto de preferencia. El pacto mediante el cual una de las partes se obliga
a dar preferencia a la otra en la celebración de un contrato sucesivo relativo al mismo o
similar objeto, es válido siempre que la duración de la obligación no exceda de tres años. La
parte que desee contratar con terceros el reemplazo total o parcial del suministro cuyo plazo
ha expirado o expirará en fecha próxima, debe dar aviso a la otra de las condiciones en que
proyecta contratar con terceros, en la forma y condiciones pactadas en el contrato. La otra
parte debe hacer uso de la preferencia, haciéndolo saber según lo acordado. A falta de
estipulación en el contrato, se aplican la forma y condiciones de uso.
En su defecto, una parte debe notificar por medio fehaciente las condiciones del nuevo
contrato con una antelación de treinta días a su terminación y la otra debe hacer saber por
igual medio si utilizará el pacto de preferencia dentro de los quince días de recibida la
notificación. En caso de silencio de ésta, expira su derecho de preferencia.
ARTÍCULO 1183.- Contrato por tiempo indeterminado. Si la duración del suministro no ha
sido establecida expresamente, cualquiera de las partes puede resolverlo, dando aviso previo
en las condiciones pactadas. De no existir pacto se aplican los usos. En su defecto, el aviso
debe cursarse en un término razonable según las circunstancias y la naturaleza del
suministro, que en ningún caso puede ser inferior a sesenta días.
ARTÍCULO 1184.- Resolución. En caso de incumplimiento de las obligaciones de una de las
partes en cada prestación singular, la otra sólo puede resolver el contrato de suministro, en
los términos de los artículos 1077 y siguientes si el incumplimiento es de notable importancia,
de forma tal de poner razonablemente en duda la posibilidad del incumplidor de atender con
exactitud los posteriores vencimientos.
ARTÍCULO 1185.- Suspensión del suministro. Si los incumplimientos de una parte no tienen
las características del artículo 1184, la otra parte sólo puede suspender sus prestaciones
hasta tanto se subsane el incumplimiento, si ha advertido al incumplidor mediante un
preaviso otorgado en los términos pactados o, en su defecto, con una anticipación razonable
atendiendo a las circunstancias.
ARTÍCULO 1186.- Normas supletorias. En tanto no esté previsto en el contrato o en las
normas precedentes, se aplican a las prestaciones singulares las reglas de los contratos a las
que ellas correspondan, que sean compatibles.

El contrato que examinamos presenta una gran trascendencia en el mundo de las empresas,
debido a que asegura el aprovisionamiento de materias primas o productos indispensables
para la continuación de la explotación.
En otros términos, se indica que garantiza la disponibilidad constante de elementos
indispensables para la continuación de la producción, energía, etc., vale decir que garantiza
la disponibilidad constante de elementos indispensables para la actividad industrial o su
comercialización.
Caracteres:
1. Es bilateral, ya que tanto la persona encargada de suministrar los bienes y servicios, como
la persona que se beneficia con dicho suministro tienen obligaciones, la del primero como la
naturaleza del contrato lo indica proveer los bienes y servicios encargados en las fechas
establecidas en el contrato, la otra parte pagar, por los bienes y servicios suministrados.
- Suministrante: es quien cumple el rol de abastecer. Suele ser una empresa con una
solvencia tal que le permite cumplir periódicamente con las prestaciones.
- Suministrado: es quien satisface sus necesidades en materia de producción a cambio
de un precio, asegurándose un aprovisionamiento continuo y de calidad que le ahorra
tiempo y esfuerzo.
- Los bienes o servicios que el suministrante se obliga a proporcionar al suministrado en
forma periódica constituyen el objeto del contrato, siendo deber del suministrante el
otorgamiento de estos efectos en buen funcionamiento y condiciones de calidad.
2. Consensual: El contrato se perfecciona con el mero consentimiento.
3. Oneroso: La prestación a cargo de una de las partes tiene su razón de ser en la
contraprestación de la otra. Al efecto se señala que «la onerosidad es una característica
necesaria del contrato que, por lo tanto, no tipifica el suministro gratuito»
4. Conmutativo: las ventajas para todos los contratantes son ciertas.
5. No formal: No se requiere forma escrita para este contrato. En la práctica resulta
indispensable la existencia de un pacto por escrito a fin de garantizar los derechos y
obligaciones de las partes
6. Nominado
7. De ejecución diferida: el tiempo es esencial en este contrato, pues durante su vigencia, el
suministrado cuenta con la seguridad de que sus necesidades serán cubiertas por el
suministrante en la medida y las condiciones pactadas.
El contrato de suministro puede ser convenido por un plazo máximo de veinte años, si se
trata de frutos o productos del suelo o del subsuelo, con proceso de elaboración o sin él, y
de diez años en los demás casos. El plazo máximo se computa a partir de la primera entrega
ordinaria. Si la duración del suministro no ha sido establecida expresamente, cualquiera de
las partes puede resolverlo, dando aviso previo en las condiciones pactadas. De no existir
pacto se aplican los usos.
8. Cooperación: Este contrato supone una cooperación entre las partes con carácter
permanente, por un lado, el suministrante se asegura la venta periódica de una cantidad
determinada de productos ahorrándose costos adicionales. Por el otro, el suministrado evita
los inconvenientes que le generaría estar permanentemente en busca de productos que se
adecuen a sus necesidades de producción y disponibilidad económica, pudiendo continuar
con su negocio sin interrupciones.
Agencia.
Hay contrato de agencia cuando una parte, denominada AGENTE, se obliga a promover
negocios por cuenta de otra denominada PREPONENTE O EMPRESARIO, de manera estable,
continuada e independiente, NO EXISTE RELACION LABORAL, es intermediario. NO EXISTE
PODER, no es apoderado. Debe tener poder especial para COBRAR los créditos resultantes
de su gestión. NO ASUME RIESGO de las operaciones. NO REPRESENTA al empresario a los
fines de la conclusión y ejecución de los contratos en los que actúa, excepto para recibir las
reclamaciones de terceros. El contrato debe instrumentarse POR ESCRITO. REMUNERACIÓN.
Por pacto expreso, o sino una comisión variable según el volumen o el valor de los actos o
contratos promovidos, % según usos y costumbres. Solo si el PRECIO SEA COBRADO por el
empresario, dentro de los veinte días hábiles se liquida. Sujeta a ejecución del contrato es
válida si ha sido expresamente pactada. Excepto pacto en contrario, el agente no tiene
derecho al reembolso de gastos que le origine el ejercicio de su actividad. Derecho a la
exclusividad en el ramo de los negocios expresamente determinados en el contrato. Puede
contratar sus servicios con varios empresarios de distintos rubros. Si son del mismo rubro
debe existir autorización. El agente no puede constituirse en garante de la cobranza. Excepto
pacto en contrario, se entiende que el contrato de agencia se celebra por TIEMPO
INDETERMINADO. PREAVISO. En los contratos de agencia por tiempo indeterminado,
cualquiera de las partes puede ponerle fin con un preaviso. El plazo debe ser de un mes por
cada año de vigencia del contrato. La omisión, otorga derecho a la indemnización por las
ganancias dejadas de percibir en el periodo. SUBAGENCIA. Solo con consentimiento expreso
del empresario. El agente responde solidariamente por la actuación del subagente, el que,
sin embargo, no tiene vínculo directo con el empresario.
CASOS EXCLUIDOS: no se aplican a los AGENTES DE BOLSA O DE MERCADOS DE VALORES, de
futuros y opciones o derivados; AGENTES DE SEGUROS, FINANCIEROS, MARÍTIMOS O
AERONÁUTICOS y a los demás grupos regidos por leyes especiales en cuanto a las
operaciones que efectúen.
Obligaciones del agente:
 Velar por los intereses del empresario y actuar de buena fe en el ejercicio de sus
actividades;
 Ocuparse con la diligencia de un buen hombre de negocios de la promoción y, en su
caso, de la conclusión de los actos u operaciones que le encomendaron;
 Cumplir su cometido de conformidad con las instrucciones recibidas del empresario y
transmitir a éste toda la información de la que disponga relativa a su gestión;
 Informar al empresario, sin retraso, de todos los negocios tratados o concluidos y, en
particular, lo relativo a la solvencia de los terceros con los que se proponen o se
concluyen operaciones;
 Recibir en nombre del empresario las reclamaciones de terceros sobre defectos o
vicios de calidad o cantidad de los bienes vendidos o de los servicios prestados como
consecuencia de las operaciones promovidas, aunque él no las haya concluido, y
transmitírselas de inmediato;
 Asentar en su contabilidad en forma independiente los actos u operaciones relativos a
cada empresario por cuya cuenta actúe.
Obligaciones del empresario:
 Actuar de buena fe, y hacer todo aquello que le incumbe, teniendo en cuenta las
circunstancias del caso, para permitir al agente el ejercicio normal de su actividad;
 Poner a disposición del agente con suficiente antelación y en la cantidad apropiada,
muestras, catálogos, tarifas y demás elementos de que se disponga y sean necesarios
para el desarrollo de las actividades del agente;
 Pagar la remuneración pactada;
 Comunicar al agente, dentro del plazo de uso o, en su defecto, dentro de los quince
días hábiles de su conocimiento, la aceptación o rechazo de la propuesta que le haya
sido transmitida;
 Comunicar al agente, dentro del plazo de uso o, en su defecto, dentro de los quince
días hábiles de la recepción de la orden, la ejecución parcial o la falta de ejecución del
negocio propuesto.
Causales de resolución:
 Muerte o incapacidad del AGENTE;
 Disolución de la persona jurídica que celebra el contrato, que no deriva de fusión o
escisión;
 QUIEBRA firme de cualquiera de las partes;
 Vencimiento del plazo;
 INCUMPLIMIENTO GRAVE o reiterado de las obligaciones de una de las partes;
 Disminución significativa del volumen de negocios del agente.
Extinguido el contrato, sea por tiempo determinado o indeterminado, el agente que
mediante su labor ha incrementado significativamente el giro de las operaciones del
empresario, tiene derecho a una compensación si su actividad anterior puede continuar
produciendo ventajas sustanciales a éste. En caso de muerte del agente ese derecho
corresponde a sus herederos. Excepciones. No hay derecho a compensación si:
a. el empresario pone fin al contrato por incumplimiento del agente;
b. el agente pone fin al contrato, a menos que la terminación esté justificada.
Distribución: Las normas de la Concesión se aplican a los contratos de distribución, en cuanto
sean pertinentes; y a los contratos por los que se conceda la venta o comercialización de
software o de procedimientos similares.
El contrato de distribución se trata de un contrato bilateral por medio del cual una parte
(distribuidor) se compromete frente a otra (principal) a comprar sus productos y revenderlos
en el territorio del distribuidor.
Podemos encontrar distribución exclusiva, selectiva e intensiva. Dependiendo del tipo de
producto, sus características, su uso o estacionalidad y su mercado (tanto su proximidad
como el tamaño de éste) condicionarán que escojamos un tipo u otro de distribución.
Pese a ser la distribución el “género” y la concesión la “especie”, las normas de este último
se aplicarán al primero, dice el artículo 1511, en cuanto fuere pertinente.
Concesión.
ARTÍCULO 1502.- Definición. Hay contrato de concesión cuando el concesionario, que actúa
en nombre y por cuenta propia frente a terceros, se obliga mediante una retribución a
disponer de su organización empresaria para comercializar mercaderías provistas por el
concedente, prestar los servicios y proveer los repuestos y accesorios según haya sido
convenido.
ARTÍCULO 1503.- Exclusividad. Mercaderías. Excepto pacto en contrario:
a) La concesión es exclusiva para ambas partes en el territorio o zona de influencia
determinados. El concedente no puede autorizar otra concesión en el mismo territorio o zona
y el concesionario no puede, por sí o por interpósita persona, ejercer actos propios de la
concesión fuera de esos límites o actuar en actividades competitivas;
b) La concesión comprende todas las mercaderías fabricadas o provistas por el concedente,
incluso los nuevos modelos.
ARTÍCULO 1504.- Obligaciones del concedente. Son obligaciones del concedente:
a) Proveer al concesionario de una cantidad mínima de mercaderías que le permita atender
adecuadamente las expectativas de venta en su territorio o zona, de acuerdo con las pautas
de pago, de financiación y garantías previstas en el contrato. El contrato puede prever la
determinación de objetivos de ventas, los que deben ser fijados y comunicados al
concesionario de acuerdo con lo convenido;
b) Respetar el territorio o zona de influencia asignado en exclusividad al concesionario. Son
válidos los pactos que, no obstante la exclusividad, reserva para el concedente cierto tipo de
ventas directas o modalidades de ventas especiales;
c) Proveer al concesionario la información técnica y, en su caso, los manuales y la
capacitación de personal necesarios para la explotación de la concesión;
d) Proveer durante un período razonable, en su caso, repuestos para los productos
comercializados;
e) Permitir el uso de marcas, enseñas comerciales y demás elementos distintivos, en la
medida necesaria para la explotación de la concesión y para la publicidad del concesionario
dentro de su territorio o zona de influencia.
ARTÍCULO 1505.- Obligaciones del concesionario. Son obligaciones del concesionario:
a) comprar exclusivamente al concedente las mercaderías y, en su caso, los repuestos objeto
de la concesión, y mantener la existencia convenida de ellos o, en defecto de convenio, la
cantidad suficiente para asegurar la continuidad de los negocios y la atención del público
consumidor;
b) respetar los límites geográficos de actuación y abstenerse de comercializar mercaderías
fuera de ellos, directa o indirectamente por interpósita persona;
c) disponer de los locales y demás instalaciones y equipos que resulten necesarios para el
adecuado cumplimiento de su actividad;
d) prestar los servicios de preentrega y mantenimiento de las mercaderías, en caso de
haberlo así convenido;
e) adoptar el sistema de ventas, de publicidad y de contabilidad que fije el concedente;
f) capacitar a su personal de conformidad con las normas del concedente.
Sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso a) de este artículo, el concesionario puede vender
mercaderías del mismo ramo que le hayan sido entregadas en parte de pago de las que
comercialice por causa de la concesión, así como financiar unas y otras y vender, exponer o
promocionar otras mercaderías o servicios que se autoricen por el contrato, aunque no sean
accesorios de las mercaderías objeto de la concesión ni estén destinados a ella.
ARTÍCULO 1506.- Plazos. El plazo del contrato de concesión no puede ser inferior a cuatro
años. Pactado un plazo menor o si el tiempo es indeterminado, se entiende convenido por
cuatro años. Excepcionalmente, si el concedente provee al concesionario el uso de las
instalaciones principales suficientes para su desempeño, puede preverse un plazo menor, no
inferior a dos años. La continuación de la relación después de vencido el plazo determinado
por el contrato o por la ley, sin especificarse antes el nuevo plazo, lo transforma en contrato
por tiempo indeterminado.
ARTÍCULO 1507.- Retribución. Gastos. El concesionario tiene derecho a una retribución, que
puede consistir en una comisión o un margen sobre el precio de las unidades vendidas por él
a terceros o adquiridas al concedente, o también en cantidades fijas u otras formas
convenidas con el concedente. Los gastos de explotación están a cargo del concesionario,
excepto los necesarios para atender los servicios de preentrega o de garantía gratuita a la
clientela, en su caso, que deben ser pagados por el concedente conforme a lo pactado.
ARTÍCULO 1508.- Rescisión de contratos por tiempo indeterminado. Si el contrato de
concesión es por tiempo indeterminado:
a) son aplicables los artículos 1492 (preaviso de un mes por cada año de contrato o el que las
partes prevean si es superior al de dicho cálculo) y 1493 (la omisión de preaviso otorga
derecho a indemnización por ganancias dejadas de percibir en el período).
b) el concedente debe readquirir los productos y repuestos nuevos que el concesionario haya
adquirido conforme con las obligaciones pactadas en el contrato y que tenga en existencia al
fin del período de preaviso, a los precios ordinarios de venta a los concesionarios al tiempo
del pago.
ARTÍCULO 1509.- Resolución del contrato de concesión. Causales:
a. muerte o incapacidad del agente;
b. disolución de la persona jurídica que celebra el contrato, que no deriva de fusión o escisión;
c. quiebra firme de cualquiera de las partes;
d. vencimiento del plazo;
e. incumplimiento grave o reiterado de las obligaciones de una de las partes, de forma de
poner razonablemente en duda la posibilidad o la intención del incumplidor de atender con
exactitud las obligaciones sucesivas;
f. disminución significativa del volumen de negocios del agente.
ARTÍCULO 1510.- Subconcesionarios. Cesión del contrato. Excepto pacto en contrario, el
concesionario no puede designar subconcesionarios, agentes o intermediarios de venta, ni
cualquiera de las partes puede ceder el contrato.
ARTÍCULO 1511.- Aplicación a otros contratos. Las normas de este Capítulo se aplican a: a)
los contratos por los que se conceda la venta o comercialización de software o de
procedimientos similares; b) los contratos de distribución, en cuanto sean pertinentes.
El código refiere a la provisión de “mercaderías”, limitando de este modo la figura a la
comercialización de bienes muebles. Contempla también la prestación del servicio de
posventa, repuestos y accesorios. El concesionario es quien recibe el derecho a vender los
bienes o prestar los servicios que le otorga el concedente, actúa como intermediario de este
y es un colaborador autónomo y especializado. En este aspecto reside la utilidad económica
del contrato, pues le permite al concedente ampliar el alcance de sus negocios sin necesidad
de estructurar un sistema minorista y, de ese modo, reducir riesgos y costos.
El concesionario actúa en nombre y cuenta propia, este es un rasgo importante, pues se trata
siempre de un comerciante o empresa que encara sus negocios a riesgo propio y que
compromete su responsabilidad
Franquicia.
En el Libro III, Título IV, Capítulo 19, del artículo 1512 al 1524, se regula al contrato de
franquicia comercial como aquel contrato en virtud del cual el franquiciante otorga al
franquiciado el derecho a utilizar un sistema probado, destinado a comercializar
determinados bienes o servicios bajo el nombre comercial, emblema o marca del
franquiciante. Este le otorgará al franquiciado el conjunto de conocimientos técnicos y
asistencia técnica continua a cambio de una contraprestación.
ARTÍCULO 1512.- Concepto. Hay franquicia comercial cuando una parte, denominada
franquiciante, otorga a otra, llamada franquiciado, el derecho a utilizar un sistema probado,
destinado a comercializar determinados bienes o servicios bajo el nombre comercial,
emblema o la marca del franquiciante, quien provee un conjunto de conocimientos técnicos
y la prestación continua de asistencia técnica o comercial, contra una prestación directa o
indirecta del franquiciado.
El franquiciante debe ser titular exclusivo del conjunto de los derechos intelectuales, marcas,
patentes, nombres comerciales, derechos de autor y demás comprendidos en el sistema bajo
franquicia; o, en su caso, tener derecho a su utilización y transmisión al franquiciado en los
términos del contrato. El franquiciante no puede tener participación accionaria de control
directo o indirecto en el negocio del franquiciado.
ARTÍCULO 1513.- Definiciones. A los fines de la interpretación del contrato se entiende que:
 Franquicia mayorista es aquella en virtud de la cual el franquiciante otorga a una
persona física o jurídica un territorio o ámbito de actuación nacional o regional o
provincial con derecho de nombrar subfranquiciados, el uso de sus marcas y sistema
de franquicias bajo contraprestaciones específicas;
 Franquicia de desarrollo es aquella en virtud de la cual el franquiciante otorga a un
franquiciado denominado desarrollador el derecho a abrir múltiples negocios
franquiciados bajo el sistema, método y marca del franquiciante en una región o en el
país durante un término prolongado no menor a cinco años, y en el que todos los
locales o negocios que se abren dependen o están controlados, en caso de que se
constituyan como sociedades, por el desarrollador, sin que éste tenga el derecho de
ceder su posición como tal o subfranquiciar, sin el consentimiento del franquiciante;
 Sistema de negocios: es el conjunto de conocimientos prácticos y la experiencia
acumulada por el franquiciante, no patentado, que ha sido debidamente probado,
secreto, sustancial y transmisible. Es secreto cuando en su conjunto o la configuración
de sus componentes no es generalmente conocida o fácilmente accesible. Es
sustancial cuando la información que contiene es relevante para la venta o prestación
de servicios y permite al franquiciado prestar sus servicios o vender los productos
conforme con el sistema de negocios. Es transmisible cuando su descripción es
suficiente para permitir al franquiciado desarrollar su negocio de conformidad a las
pautas creadas o desarrolladas por el franquiciante.
ARTÍCULO 1514.- Son obligaciones del franquiciante:
- Proporcionar, con antelación a la firma del contrato, información económica y
financiera sobre la evolución de dos años de unidades similares a la ofrecida en
franquicia, que hayan operado un tiempo suficiente, en el país o en el extranjero;
- Comunicar al franquiciado el conjunto de conocimientos técnicos, aun cuando no
estén patentados, derivados de la experiencia del franquiciante y comprobados por
éste como aptos para producir los efectos del sistema franquiciado;
- Entregar al franquiciado un manual de operaciones con las especificaciones útiles para
desarrollar la actividad prevista en el contrato;
- Proveer asistencia técnica para la mejor operatividad de la franquicia durante la
vigencia del contrato; e. si la franquicia comprende la provisión de bienes o servicios a
cargo del franquiciante o de terceros designados por él, asegurar esa provisión en
cantidades adecuadas y a precios razonables, según usos y costumbres comerciales
locales o internacionales;
- Defender y proteger el uso por el franquiciado, en las condiciones del contrato, de los
derechos referidos en el artículo 1512, sin perjuicio de que:
En las franquicias internacionales esa defensa está contractualmente a cargo del
franquiciado, a cuyo efecto debe ser especialmente apoderado sin perjuicio de la
obligación del franquiciante de poner a disposición del franquiciado, en tiempo propio,
la documentación y demás elementos necesarios para ese cometido;
En cualquier caso, el franquiciado está facultado para intervenir como interesado
coadyuvante, en defensa de tales derechos, en las instancias administrativas o
judiciales correspondientes, por las vías admitidas por la ley procesal, y en la medida
que ésta lo permita.
ARTÍCULO 1515.- Son obligaciones mínimas del franquiciado:
- Desarrollar efectivamente la actividad comprendida en la franquicia, cumplir las
especificaciones del manual de operaciones y las que el franquiciante le comunique en
cumplimiento de su deber de asistencia técnica;
- Proporcionar las informaciones que razonablemente requiera el franquiciante para el
conocimiento del desarrollo de la actividad y facilitar las inspecciones que se hayan
pactado o que sean adecuadas al objeto de la franquicia;
- Abstenerse de actos que puedan poner en riesgo la identificación o el prestigio del
sistema de franquicia que integra o de los derechos mencionados en el artículo 1512,
segundo párrafo, y cooperar, en su caso, en la protección de esos derechos;
- Mantener la confidencialidad de la información reservada que integra el conjunto de
conocimientos técnicos transmitidos y asegurar esa confidencialidad respecto de las
personas, dependientes o no, a las que deban comunicarse para el desarrollo de las
actividades. Esta obligación subsiste después de la expiración del contrato;
- Cumplir con las contraprestaciones comprometidas, entre las que pueden pactarse
contribuciones para el desarrollo del mercado o de las tecnologías vinculadas a la
franquicia.
ARTÍCULO 1516.- Plazo. Es aplicable el artículo 1506, primer párrafo. Sin embargo, un plazo
inferior puede ser pactado si se corresponde con situaciones especiales como ferias o
congresos, actividades desarrolladas dentro de predios o emprendimientos que tienen
prevista una duración inferior, o similares. Al vencimiento del plazo, el contrato se entiende
prorrogado tácitamente por plazos sucesivos de un año, excepto expresa denuncia de una
de las partes antes de cada vencimiento con treinta días de antelación. A la segunda
renovación, se transforma en contrato por tiempo indeterminado.
ARTÍCULO 1517.- Cláusulas de exclusividad. Las franquicias son exclusivas para ambas partes.
El franquiciante no puede autorizar otra unidad de franquicia en el mismo territorio, excepto
con el consentimiento del franquiciado. El franquiciado debe desempeñarse en los locales
indicados, dentro del territorio concedido o, en su defecto, en su zona de influencia, y no
puede operar por sí o por interpósita persona unidades de franquicia o actividades que sean
competitivas. Las partes pueden limitar o excluir la exclusividad.
ARTÍCULO 1518.- Otras cláusulas. Excepto pacto en contrario:
a. El franquiciado no puede ceder su posición contractual ni los derechos que emergen del
contrato mientras está vigente, excepto los de contenido dinerario. Esta disposición no se
aplica en los contratos de franquicia mayorista destinados a que el franquiciado otorgue a su
vez subfranquicias, a esos efectos. En tales supuestos, debe contar con la autorización previa
del franquiciante para otorgar subfranquicias en las condiciones que pacten entre el
franquiciante y el franquiciado principal;
b. el franquiciante no puede comercializar directamente con los terceros, mercaderías o
servicios comprendidos en la franquicia dentro del territorio o zona de influencia del
franquiciado;
c. el derecho a la clientela corresponde al franquiciante. El franquiciado no puede mudar la
ubicación de sus locales de atención o fabricación.
ARTÍCULO 1519.- Cláusulas nulas. No son válidas las cláusulas que prohíban al franquiciado:
a. cuestionar justificadamente los derechos del franquiciante mencionado en el artículo
1512, segundo párrafo;
b. adquirir mercaderías comprendidas en la franquicia de otros franquiciados dentro del país,
siempre que éstos respondan a las calidades y características contractuales;
c. reunirse o establecer vínculos no económicos con otros franquiciados.
ARTÍCULO 1520.- Responsabilidad. Las partes del contrato son independientes, y no existe
relación laboral entre ellas. En consecuencia:
 El franquiciante no responde por las obligaciones del franquiciado, excepto disposición
legal expresa en contrario;
 Los dependientes del franquiciado no tienen relación jurídica laboral con el
franquiciante, sin perjuicio de la aplicación de las normas sobre fraude laboral;
 El franquiciante no responde ante el franquiciado por la rentabilidad del sistema
otorgado en franquicia. El franquiciado debe indicar claramente su calidad de persona
independiente en sus facturas, contratos y demás documentos comerciales; esta
obligación no debe interferir en la identidad común de la red franquiciada, en
particular en sus nombres o rótulos comunes y en la presentación uniforme de sus
locales, mercaderías o medios de transporte.
ARTÍCULO 1521.- Responsabilidad por defectos en el sistema. El franquiciante responde por
los defectos de diseño del sistema, que causan daños probados al franquiciado, no
ocasionados por la negligencia grave o el dolo del franquiciado.
ARTÍCULO 1522.- Extinción del contrato. La extinción del contrato de franquicia se rige por
las siguientes reglas:
 El contrato se extingue por la muerte o incapacidad de cualquiera de las partes;
 El contrato no puede ser extinguido sin justa causa dentro del plazo de su vigencia
original, pactado entre las partes. Se aplican los artículos 1084 y siguientes;
 Los contratos con un plazo menor de tres años justificado por razones especiales según
el artículo 1516, quedan extinguidos de pleno derecho al vencimiento del plazo;
 Cualquiera sea el plazo de vigencia del contrato, la parte que desea concluirlo a la
expiración del plazo original o de cualquiera de sus prórrogas, debe preavisar a la otra
con una anticipación no menor de un mes por cada año de duración, hasta un máximo
de seis meses, contados desde su inicio hasta el vencimiento del plazo pertinente. En
los contratos que se pactan por tiempo indeterminado, el preaviso debe darse de
manera que la rescisión se produzca, cuando menos, al cumplirse el tercer año desde
su concertación. En ningún caso se requiere invocación de justa causa. La falta de
preaviso hace aplicable el artículo 1493 (indemnización por las ganancias dejadas de
percibir en el período). La cláusula que impide la competencia del franquiciado con la
comercialización de productos o servicios propios o de terceros después de extinguido
el contrato por cualquier causa, es válida hasta el plazo máximo de un año y dentro de
un territorio razonable habida cuenta de las circunstancias.
ARTÍCULO 1523.- Derecho de la competencia. El contrato de franquicia, por sí mismo, no
debe ser considerado un pacto que limite, restrinja o distorsione la competencia.
ARTÍCULO 1524.- Casos comprendidos. Las disposiciones de este Capítulo se aplican, en
cuanto sean compatibles, a las franquicias industriales y a las relaciones entre
franquiciante y franquiciado principal y entre éste y cada uno de sus subfranquiciados.
2.- Contratos asociativos: Disposiciones generales.
La incorporación al CCCN de los contratos asociativos corresponde a una visión más amplia
de los contratos en general. Muchos intentos de sistematización de estas figuras jurídicas
habían fracasado, hasta que finalmente el Código Civil y Comercial los incorporó,
admitiéndose en forma amplia y concreta la concertación de negocios asociativos entre una
pluralidad de partes, sin que estas deban constituir una sociedad comercial, a los efectos de
facilitar la organización y desarrollo productivo de un emprendimiento o proyecto en
particular o de una fase de su actividad.
El artículo 1442 comienza explicando que sus disposiciones se aplicarán a todo contrato de
colaboración celebrado entre personas físicas o jurídicas o la combinación de ambas, y que
implique cierta organización entre ellas o participación de unas en otras, o simplemente
una comunidad de fines, siempre y cuando ese fin no tenga que ver con una gestión común,
caso en el cual la figura jurídica a elegir deberá ser la sociedad. En el mismo artículo se
expresa que en virtud de estos contratos no se constituyen personas jurídicas, sociedades
ni sujetos de derecho. En este final, hay una clara intención del legislador de evitar
discusiones doctrinarias acerca de si estas “relaciones de organización” tienen o no
personería jurídica.
ARTÍCULO 1442.- Normas aplicables. Las disposiciones de este Capítulo se aplican a todo
contrato de colaboración, de organización o participativo, con comunidad de fin, que no sea
sociedad. A estos contratos no se les aplican las normas sobre la sociedad, no son, ni por
medio de ellos se constituyen, personas jurídicas, sociedades ni sujetos de derecho. A las
comuniones de derechos reales y a la indivisión hereditaria no se les aplican las disposiciones
sobre contratos asociativos ni las de la sociedad.
ARTÍCULO 1443.- Nulidad. Si las partes son más de dos la nulidad del contrato respecto de
una de las partes no produce la nulidad entre las demás y el incumplimiento de una no excusa
el de las otras, excepto que la prestación de aquella que ha incumplido o respecto de la cual
el contrato es nulo sea necesaria para la realización del objeto del contrato.
ARTÍCULO 1444.- Forma. Los contratos a que se refiere este Capítulo no están sujetos a
requisitos de forma.
ARTÍCULO 1445.- Actuación en nombre común o de las partes. Cuando una parte trate con
un tercero en nombre de todas las partes o de la organización común establecida en el
contrato asociativo, las otras partes no devienen acreedores o deudores respecto del tercero
sino de conformidad con las disposiciones sobre representación, lo dispuesto en el contrato,
o las normas de las Secciones siguientes de este Capítulo.
ARTÍCULO 1446.- Libertad de contenidos. Además de poder optar por los tipos que se regulan
en las Secciones siguientes de este Capítulo, las partes tienen libertad para configurar estos
contratos con otros contenidos.
ARTÍCULO 1447.- Efectos entre partes. Aunque la inscripción esté prevista en las Secciones
siguientes de este Capítulo, los contratos no inscriptos producen efectos entre las partes
Negocio en participación.
ARTÍCULO 1448.- Definición. El negocio en participación tiene por objeto la realización de una
o más operaciones determinadas a cumplirse mediante aportaciones comunes y a nombre
personal del gestor. No tiene denominación, no está sometido a requisitos de forma, ni se
inscribe en el Registro Público.
ARTÍCULO 1449.- Gestor. Actuación y responsabilidad. Los terceros adquieren derechos y
asumen obligaciones sólo respecto del gestor. La responsabilidad de éste es ilimitada. Si
actúa más de un gestor son solidariamente responsables.
ARTÍCULO 1450.- Partícipe. Partícipe es la parte del negocio que no actúa frente a los
terceros. No tiene acción contra éstos ni éstos contra aquél, en tanto no se exteriorice la
apariencia de una actuación común. ARTÍCULO 1451.- Derechos de información y rendición
de cuentas. El partícipe tiene derecho a que el gestor le brinde información y acceso a la
documentación relativa al negocio. También tiene derecho a la rendición de cuentas de la
gestión en la forma y en el tiempo pactados; y en defecto de pacto, anualmente y al concluir
la negociación. ARTÍCULO 1452.- Limitación de las pérdidas. Las pérdidas que afecten al
partícipe no pueden superar el valor de su aporte.
Las partes contratantes son la nota característica de este tipo de contrato, pudiendo ser el
gestor y el partícipe personas físicas o jurídicas, o la combinación de ambos:
Gestor: es quien detenta la capacidad operativa para desarrollar un proyecto determinado,
pero no la económica para ejecutarlo. Por ello, va en búsqueda de la financiación de un
partícipe. Por medio de la ejecución del negocio, mejora sus posibilidades de ganancia. Es
quien asume las obligaciones frente a los terceros, los que tienen derechos solamente con
respecto a él. Esto quiere decir que, ante terceros, el gestor será reputado único dueño del
negocio. Es su obligación brindarle información al partícipe y permitirle acceder a la
documentación relacionada con el negocio y rendirle cuentas, ya que actúa como una especie
de administrador de bienes ajenos.
Responsabilidad: el gestor realiza las operaciones comerciales, materia del contrato, en su
propio nombre, bajo su responsabilidad y crédito personal, en forma ilimitada. En los casos
en los que actúa más de un gestor, la responsabilidad será solidaria, es decir, de todos ellos
(conf. art. 1449 CCCN).
Partícipe: arriesga su aporte en dinero a las resultas del negocio específico con la expectativa
de obtener una buena ganancia conforme el proyecto de inversión. No actúa frente a
terceros, por lo que en este contrato no se exterioriza la apariencia de dos partes, solo del
gestor. Por ello, el partícipe carece de acción contra los terceros del gestor y estos tampoco
tienen acción contra él, pues desconocen la existencia del partícipe. Entonces, los terceros
solamente tendrán acción contra el administrador o gestor. Este actor, en su carácter de
inversor, tiene derecho a que el gestor le brinde información y acceso a la documentación
relacionada con el negocio.
Asimismo, tiene derecho a exigir una rendición de cuentas de la gestión del modo en que se
haya pactado en el contrato. En el caso de que no exista pacto, puede exigir esta información
en forma anual y al concluir la negociación.
Responsabilidad: las pérdidas del negocio que afecten al partícipe no pueden superar el valor
de su aporte, por lo que su responsabilidad es limitada al capital aportado.
Agrupaciones de colaboración.
El artículo 1453 del CCCN, por su parte, define el agrupamiento en colaboración del siguiente
modo: “Hay contrato de agrupación de colaboración cuando las partes establecen una
organización común con la finalidad de facilitar o desarrollar determinadas fases de la
actividad de sus miembros o de perfeccionar o incrementar el resultado de tales actividades”.

Este contrato es una clara herramienta para mejorar la funcionalidad de varias sociedades,
sin alterar su operatoria individual, particularmente en pequeñas y medianas empresas,
donde el acceso a ciertos bienes no solo es costoso sino que además, implica la posibilidad
de ser compartido. Un laboratorio, un centro de cómputos, maquinaria agrícola, camiones
hormigoneros son ejemplos de bienes compartibles a través de este contrato.

Se trata de un contrato nominado, cuyo régimen legal se hallaba en la Ley de Sociedades y


actualmente en el CCCN. Al perfeccionarse con el consentimiento de las partes, es
consensual y asimismo es plurilateral y asociativo, porque en él confluyen los intereses de
varias partes que poseen un fin común.
El animus cooperandi es un elemento esencial del contrato, ya que no deben existir intereses
ni prestaciones contrapuestas, porque la finalidad de todos los integrantes del contrato
apunta a la misma dirección, aunque la repercusión sea individual para cada uno de ellos.
Conforme a lo dispuesto en el artículo 1454, la agrupación per se no puede perseguir fines
de lucro, por lo que las ventajas económicas que genere la actividad de las partes a través de
este contrato, deben recaer directamente en el patrimonio de cada una de las partes
agrupadas; pues este contrato constituye una herramienta para la actividad individual de los
participantes.
ARTÍCULO 1453.- Definición. Hay contrato de agrupación de colaboración cuando las partes
establecen una organización común con la finalidad de facilitar o desarrollar determinadas
fases de la actividad de sus miembros o de perfeccionar o incrementar el resultado de tales
actividades.
ARTÍCULO 1454.- Ausencia de finalidad lucrativa. La agrupación, en cuanto tal, no puede
perseguir fines de lucro. Las ventajas económicas que genere su actividad deben recaer
directamente en el patrimonio de las partes agrupadas o consorciadas. La agrupación no
puede ejercer funciones de dirección sobre la actividad de sus miembros.
ARTÍCULO 1455.- Contrato. Forma y contenido. El contrato debe otorgarse por instrumento
público o privado con firma certificada notarialmente e inscribirse en el Registro Público que
corresponda. Una copia certificada con los datos de su correspondiente inscripción debe ser
remitida por el Registro al organismo de aplicación del régimen de defensa de la
competencia. El contrato debe contener:
a. el objeto de la agrupación;
b. la duración, que no puede exceder de diez años. Si se establece por más tiempo, queda
reducida a dicho plazo. En caso de omisión del plazo, se entiende que la duración es de diez
años. Puede ser prorrogada antes de su vencimiento por decisión unánime de los
participantes por sucesivos plazos de hasta diez años. El contrato no puede prorrogarse si
hubiese acreedores embargantes de los participantes y no se los desinteresa previamente;
c. la denominación, que se forma con un nombre de fantasía integrado con la palabra
“agrupación”;
d. el nombre, razón social o denominación, el domicilio y los datos de inscripción registral del
contrato o estatuto o de la matriculación e individualización, en su caso, de cada uno de los
participantes. En el caso de sociedades, la relación de la resolución del órgano social que
aprueba la contratación de la agrupación, así como su fecha y número de acta;
e. la constitución de un domicilio especial para todos los efectos que deriven del contrato de
agrupación, tanto entre las partes como respecto de terceros;
f. las obligaciones asumidas por los participantes, las contribuciones debidas al fondo común
operativo y los modos de financiar las actividades comunes;
g. la participación que cada contratante ha de tener en las actividades comunes y en sus
resultados;
h. los medios, atribuciones y poderes que se establecen para dirigir la organización y actividad
común, administrar el fondo operativo, representar individual y colectivamente a los
participantes y controlar su actividad al solo efecto de comprobar el cumplimiento de las
obligaciones asumidas;
i. los casos de separación y exclusión;
j. los requisitos de admisión de nuevos participantes;
k. las sanciones por incumplimiento de obligaciones;
l. las normas para la confección de estados de situación, a cuyo efecto los administradores
deben llevar, con las formalidades establecidas por este Código, los libros habilitados a
nombre de la agrupación que requiera la naturaleza e importancia de la actividad común.
ARTÍCULO 1456.- Resoluciones. Las resoluciones relativas a la realización del objeto de la
agrupación se adoptan por el voto de la mayoría absoluta de los participantes, excepto
disposición contraria del contrato. La impugnación de las resoluciones sólo puede fundarse
en la violación de disposiciones legales o contractuales. La acción debe ser dirigida contra
cada uno de los integrantes de la agrupación y plantearse ante el tribunal del domicilio fijado
en el contrato, dentro de los treinta días de haberse notificado fehacientemente la decisión
de la agrupación. Las reuniones o consultas a los participantes deben efectuarse cada vez
que lo requiera un administrador o cualquiera de los participantes. No puede modificarse el
contrato sin el consentimiento unánime de los participantes.
ARTÍCULO 1457.- Dirección y administración. La dirección y administración debe estar a cargo
de una o más personas humanas designadas en el contrato, o posteriormente por resolución
de los participantes. Son aplicables las reglas del mandato. En caso de ser varios los
administradores, si nada se dice en el contrato pueden actuar indistintamente.
ARTÍCULO 1458.- Fondo común operativo. Las contribuciones de los participantes y los bienes
que con ellas se adquieran, constituyen el fondo común operativo de la agrupación. Durante
el plazo establecido para su duración, los bienes se deben mantener indivisos, y los
acreedores particulares de los participantes no pueden hacer valer su derecho sobre ellos.
ARTÍCULO 1459.- Obligaciones. Solidaridad. Los participantes responden ilimitada y
solidariamente respecto de terceros por las obligaciones que sus representantes asuman en
nombre de la agrupación. La acción queda expedita después de haberse interpelado
infructuosamente al administrador de la agrupación. El demandado por cumplimiento de la
obligación tiene derecho a oponer las defensas personales y las comunes que correspondan
a la agrupación. El participante representado responde solidariamente con el fondo común
operativo por las obligaciones que los representantes hayan asumido en representación de
un participante, haciéndolo saber al tercero al tiempo de obligarse.
ARTÍCULO 1460.- Estados de situación. Los estados de situación de la agrupación deben ser
sometidos a decisión de los participantes dentro de los noventa días del cierre de cada
ejercicio anual. Los beneficios o pérdidas o, en su caso, los ingresos y gastos de los
participantes derivados de su actividad, pueden ser imputados al ejercicio en que se
producen o a aquel en el que se aprueban las cuentas de la agrupación.

ARTÍCULO 1461.- Extinción. El contrato de agrupación se extingue:


a. por la decisión de los participantes;
b. por expiración del plazo por el cual se constituye; por la consecución del objeto para el que
se forma o por la imposibilidad sobreviniente de lograrlo;
c. por reducción a uno del número de participantes;
d. por incapacidad, muerte, disolución o quiebra de un participante, a menos que el contrato
prevea su continuación o que los demás participantes lo decidan por unanimidad;
e. por decisión firme de la autoridad competente que considere que la agrupación, por su
objeto o por su actividad, persigue la realización de prácticas restrictivas de la competencia;
f. por causas específicamente previstas en el contrato.
ARTÍCULO 1462.- Resolución parcial no voluntaria de vínculo. Sin perjuicio de lo establecido
en el contrato, cualquier participante puede ser excluido por decisión unánime de los demás,
si contraviene habitualmente sus obligaciones, perturba el funcionamiento de la agrupación
o incurre en un incumplimiento grave. Cuando el contrato sólo vincula a dos personas, si una
incurre en alguna de las causales indicadas, el otro participante puede declarar la resolución
del contrato y reclamar del incumplidor el resarcimiento de los daños.
Este contrato es de carácter formal y la ley impone que sea realizado mediante instrumento
público o privado con firma certificada notarialmente e inscribirse en el Registro Público
correspondiente remitiendo copia al organismo de aplicación del régimen de defensa de la
competencia. Asimismo, debe dotarse al contrato de una denominación, pudiendo esta ser
un nombre de fantasía más la palabra “agrupación”.
Se imponen la inscripción registral y la denominación para asegurar la oponibilidad a
terceros, que también puede lograrse por el conocimiento que toman aquellos con quienes
se relacionan los participantes a través del nombre del contrato.
Va de suyo que el conocimiento de la Dirección Nacional de Defensa de la Competencia se
halla ligado a los supuestos eventuales en los que la agrupación, por su objeto o por su
actividad, persiga la realización de prácticas restrictivas de la competencia, bajo pena de
extinción del contrato por decisión firme de la autoridad competente.
Uniones transitorias y consorcios de cooperación: Concepto, caracteres, régimen legal.
El artículo 1463 define a estos contratos tomando algunos elementos de la definición que
daba la Ley de Sociedades Comerciales y modificado otros: Hay contrato de unión transitoria
cuando las partes se reúnen para el desarrollo o ejecución de obras, servicios o suministros
concretos, dentro o fuera de la República. Pueden desarrollar o ejecutar las obras y servicios
complementarios y accesorios al objeto principal.
El contrato de unión transitoria resulta el marco jurídico apto para ejecutar una obra en
particular. No hay una asociación de duración ilimitada o extendida en el tiempo a modo de
cooperación indefinida. En este caso, el contrato durará lo que duré la ejecución del
proyecto.
Esta clase de negocios, claramente pueden encuadrarse en contratos asociativos, donde la
principal característica de ellos es que el patrimonio afectado al contrato sigue
perteneciendo a cada participe, ya sea bajo la figura por ejemplo de una unión transitoria
donde varios socios aportan a un fin común, como a un negocio en participación donde un
gestor con el aporte de los partícipes lleva a cabo un negocio.
ARTÍCULO 1463.- Definición. Hay contrato de unión transitoria cuando las partes se reúnen
para el desarrollo o ejecución de obras, servicios o suministros concretos, dentro o fuera de
la República. Pueden desarrollar o ejecutar las obras y servicios complementarios y
accesorios al objeto principal.
ARTÍCULO 1464.- Contrato. Forma y contenido. El contrato se debe otorgar por instrumento
público o privado con firma certificada notarialmente, que debe contener:
a. el objeto, con determinación concreta de las actividades y los medios para su realización;
b. la duración, que debe ser igual a la de la obra, servicio o suministro que constituye el
objeto; c. la denominación, que debe ser la de alguno, algunos o todos los miembros, seguida
de la expresión “unión transitoria”;
d. el nombre, razón social o denominación, el domicilio y, si los tiene, los datos de la
inscripción registral del contrato o estatuto o de la matriculación o individualización que
corresponde a cada uno de los miembros. En el caso de sociedades, la relación de la
resolución del órgano social que aprueba la celebración de la unión transitoria, su fecha y
número de acta; e. la constitución de un domicilio especial para todos los efectos que
deriven del contrato, tanto entre partes como respecto de terceros;
f. las obligaciones asumidas, las contribuciones debidas al fondo común operativo y los
modos de financiar las actividades comunes en su caso;
g. el nombre y el domicilio del representante, que puede ser persona humana o jurídica;
h. el método para determinar la participación de las partes en la distribución de los ingresos
y la asunción de los gastos de la unión o, en su caso, de los resultados;
i. los supuestos de separación y exclusión de los miembros y las causales de extinción del
contrato;
j. los requisitos de admisión de nuevos miembros;
k. las sanciones por incumplimiento de obligaciones;
l. las normas para la elaboración de los estados de situación, a cuyo efecto los
administradores deben llevar, con las formalidades establecidas en los artículos 320 y
siguientes, los libros exigibles y habilitados a nombre de la unión transitoria que requieran la
naturaleza e importancia de la actividad común.
ARTÍCULO 1465.- Representante. El representante tiene los poderes suficientes de todos y
cada uno de los miembros para ejercer los derechos y contraer las obligaciones que hacen al
desarrollo o ejecución de la obra, servicio o suministro; la designación del representante no
es revocable sin causa, excepto decisión unánime de los participantes. Mediando justa causa,
la revocación puede ser decidida por el voto de la mayoría absoluta.
ARTÍCULO 1466.- Inscripción registral. El contrato y la designación del representante deben
ser inscriptos en el Registro Público que corresponda.
ARTÍCULO 1467.- Obligaciones. No solidaridad. Excepto disposición en contrario del contrato,
no se presume la solidaridad de los miembros por los actos y operaciones que realicen en la
unión transitoria, ni por las obligaciones contraídas frente a los terceros.
ARTÍCULO 1468.- Acuerdos. Los acuerdos se deben adoptar siempre por unanimidad,
excepto pacto en contrario.
ARTÍCULO 1469.- Quiebra, muerte o incapacidad. La quiebra de cualquiera de los
participantes, y la muerte o incapacidad de las personas humanas integrantes no produce la
extinción del contrato de unión transitoria, el que continúa con los restantes si acuerdan la
manera de hacerse cargo de las prestaciones ante los terceros.

Consorcios de cooperación
ARTÍCULO 1470.- Definición. Hay contrato de consorcio de cooperación cuando las partes
establecen una organización común para facilitar, desarrollar, incrementar o concretar
operaciones relacionadas con la actividad económica de sus miembros a fin de mejorar o
acrecentar sus resultados.
ARTÍCULO 1471.- Exclusión de función de dirección o control. El consorcio de cooperación no
puede ejercer funciones de dirección o control sobre la actividad de sus miembros.
ARTÍCULO 1472.- Participación en los resultados. Los resultados que genera la actividad
desarrollada por el consorcio de cooperación se distribuyen entre sus miembros en la
proporción que fija el contrato y, en su defecto, por partes iguales.
ARTÍCULO 1473.- Forma. El contrato debe otorgarse por instrumento público o privado con
firma certificada notarialmente, e inscribirse conjuntamente con la designación de sus
representantes en el Registro Público que corresponda.
ARTÍCULO 1474.- Contenido. El contrato debe contener:
a. el nombre y datos personales de los miembros individuales, y en el caso de personas
jurídicas, el nombre, denominación, domicilio y, si los tiene, datos de inscripción del contrato
o estatuto social de cada uno de los participantes. Las personas jurídicas, además, deben
consignar la fecha del acta y la mención del órgano social que aprueba la participación en el
consorcio;
b. el objeto del consorcio;
c. el plazo de duración del contrato;
d. la denominación, que se forma con un nombre de fantasía integrado con la leyenda
“Consorcio de cooperación”;
e. la constitución de un domicilio especial para todos los efectos que deriven del contrato,
tanto respecto de las partes como con relación a terceros;
f. la constitución del fondo común operativo y la determinación de su monto, así como la
participación que cada parte asume en el mismo, incluyéndose la forma de su actualización
o aumento en su caso;
g. las obligaciones y derechos que pactan los integrantes;
h. la participación de cada contratante en la inversión del o de los proyectos del consorcio, si
existen, y la proporción en que cada uno participa de los resultados;
i. la proporción en que los participantes se responsabilizan por las obligaciones que asumen
los representantes en su nombre;
j. las formas y ámbitos de adopción de decisiones para el cumplimiento del objeto. Debe
preverse la obligatoriedad de celebrar reunión para tratar los temas relacionados con los
negocios propios del objeto cuando así lo solicita cualquiera de los participantes por sí o por
representante. Las resoluciones se adoptan por mayoría absoluta de las partes, excepto que
el contrato de constitución disponga otra forma de cómputo;
k. la determinación del número de representantes del consorcio, nombre, domicilio y demás
datos personales, forma de elección y de sustitución, así como sus facultades, poderes y, en
caso de que la representación sea plural, formas de actuación. En caso de renuncia,
incapacidad o revocación de mandato, el nuevo representante se designa por mayoría
absoluta de los miembros, excepto disposición en contrario del contrato. Igual mecanismo
se debe requerir para autorizar la sustitución de poder;
l. las mayorías necesarias para la modificación del contrato constitutivo. En caso de silencio,
se requiere unanimidad;
m. las formas de tratamiento y las mayorías para decidir la exclusión y la admisión de nuevos
participantes. En caso de silencio, la admisión de nuevos miembros requiere unanimidad;
n. las sanciones por incumplimientos de los miembros y representantes;
ñ. las causales de extinción del contrato y las formas de liquidación del consorcio;
o. una fecha anual para el tratamiento del estado de situación patrimonial por los miembros
del consorcio;
p. la constitución del fondo operativo, el cual debe permanecer indiviso por todo el plazo de
duración del consorcio.
ARTÍCULO 1475.- Reglas contables. El contrato debe establecer las reglas sobre confección y
aprobación de los estados de situación patrimonial, atribución de resultados y rendición de
cuentas, que reflejen adecuadamente todas las operaciones llevadas a cabo en el ejercicio
mediante el empleo de técnicas contables adecuadas. Los movimientos deben consignarse
en libros contables llevados con las formalidades establecidas en las leyes. Se debe llevar un
libro de actas en el cual se deben labrar las correspondientes a todas las reuniones que se
realizan y a las resoluciones que se adoptan.
ARTÍCULO 1476.- Obligaciones y responsabilidad del representante. El representante debe
llevar los libros de contabilidad y confeccionar los estados de situación patrimonial. También
debe informar a los miembros sobre la existencia de causales de extinción previstas en el
contrato o en la ley y tomar las medidas y recaudos urgentes que correspondan. Es
responsable de que en toda actuación sea exteriorizado el carácter de consorcio.
ARTÍCULO 1477.- Responsabilidad de los participantes. El contrato puede establecer la
proporción en que cada miembro responde por las obligaciones asumidas en nombre del
consorcio. En caso de silencio todos los miembros son solidariamente responsables.
ARTÍCULO 1478.- Extinción del contrato. El contrato de consorcio de cooperación se extingue
por:
a. el agotamiento de su objeto o la imposibilidad de ejecutarlo;
b. la expiración del plazo establecido;
c. la decisión unánime de sus miembros;
d. la reducción a uno del número de miembros. La muerte, incapacidad, disolución,
liquidación, concurso preventivo, cesación de pagos o quiebra de alguno de los miembros del
consorcio, no extingue el contrato, que continúa con los restantes, excepto que ello resulte
imposible fáctica o jurídicamente.

3.- Contrato de transporte: concepto, elementos, caracteres, derechos y obligaciones de


las partes.
ARTICULO 1280.- Definición. Hay contrato de transporte cuando una parte llamada
transportista o porteador se obliga a trasladar personas o cosas de un lugar a otro, y la otra,
llamada pasajero o cargador, se obliga a pagar un precio o flete.
La reforma coloca en tiempo actual el concepto de contrato de transporte, superando la
terminología inadecuada. A modo de ejemplo, se debe señalar que el código derogado refería
al transporte de ferrocarril, troperos y arrieros, lo que marca la necesidad de reforma y
adecuación que existía en esta materia.
Conjuntamente con la compraventa y el seguro, son los contratos básicos en materia
mercantil por su trascendencia práctica. El transporte es un hecho, la traslación por si o por
otro, pero a nosotros nos interesa cuando este hecho genera consecuencias jurídicas.
Elementos:
- Capacidad: no hay normas específicas, rigiendo así los art 1001 y 1002.
- Consentimiento: puede ser expreso o tácito. Este último tiene lugar cuando el pasajero
asciende al vehículo con asentimiento del conductor. Generalmente el transporte de
pasajeros se verifica con la emisión del boleto, pero también puede suceder que esto
sea una vez que esté a bordo.
- Objeto: está constituido por las cosas o personas transportadas. El equipaje es
accesorio, en tanto que hasta un determinado peso es gratuito, como un derecho del
pasajero.
- Precio: el pasaje, fleje, porte o tarifa es el precio que abona el pasajero o cargador al
transportista como su obligación esencial. La ley nada dice respecto a este, podrá ser
antes después del traslado, aunque en el de pasajeros prevalece el pago anterior al
mismo.
Caracteres: nominado por estar regulado en el CCCN; bilateral ya que impone obligaciones
recíprocas; oneroso al haber contraprestación de las partes; consensual por se
perfeccionarse con el simple acuerdo; de ejecución continuada; generalmente de adhesión;
no es solemne porque puede hacerse por acuerdo verbal; de derecho privado; conmutativo
porque las prestaciones están establecidas desde el inicio del contrato.
Derechos y obligaciones de las partes.
El transportista que ofrece sus servicios al público está obligado a aceptar los pedidos
compatibles con los medios ordinarios de que dispone, excepto que exista un motivo serio
de rechazo; y el pasajero o el cargador están obligados a seguir las instrucciones dadas por el
transportista conforme a la ley o los reglamentos. Los transportes deben realizarse según el
orden de los pedidos y, en caso de que haya varios simultáneos, debe darse preferencia a los
de mayor recorrido.
El transportista debe realizar el traslado convenido en el plazo pactado en el contrato o en
los horarios establecidos y, en defecto de ambos, de acuerdo a los usos del lugar en que debe
iniciarse el transporte.
Producido el retraso en el traslado de las cosas transportadas, si el transportista no prueba
la causa ajena, pierde una parte del flete proporcional al retraso, de modo tal que pierde el
total si el tiempo insumido es el doble del plazo en el que debió cumplirse. Lo dispuesto por
este artículo no impide reclamar los mayores daños causados por el atraso.
La responsabilidad del transportista por daños a las personas transportadas está sujeta a lo
dispuesto en los artículos 1757 y siguientes. Si el transporte es de cosas, el transportista se
excusa probando la causa ajena. El vicio propio de la cosa transportada es considerado causa
ajena.
EL CARGADOR: El cargador debe cumplir con sus obligaciones antes de que comience a
ejecutarse el contrato. El rol que cumple es de carácter fundamental y esto se debe a que es
el encargado de informar al transportista si las cosas que va a trasladar requieren de una
atención especial para que no se deterioren.
Son obligaciones del cargador: declarar el contenido de la carga, identificar los bultos
externamente, presentar la carga con embalaje adecuado, indicar el destino y el destinatario,
entregar al transportista la documentación requerida para realizarlo y, si es necesario,
entregar los documentos especiales de la carga.
Por cualquier daño producido al transportista, cargadores o terceros por el incumplimiento
de las obligaciones que pesan sobre el cargador, este último será responsable. La norma
impone que si la falta de entrega de la documentación que requiere la mercadería para ser
trasladada o si la omisión de comunicar los conocimientos necesarios para transportar la
carga genera un daño, el responsable es el cargador.
Se establece que el porteador debe informarle sin demoras al cargador, y requerirle
indicaciones cuando advierte que por causas ajenas no podrá comenzar o continuar el
transporte y, en consecuencia, se ve imposibilitado de entregar la carga en el plazo
establecido. De esta forma, se extiende la responsabilidad del porteador a la demora en la
entrega de la cosa. En virtud de las obligaciones emanadas de los arts. 1305 y 1306 CCyC, el
transportista es el encargado de custodiar la carga. Ante la imposibilidad de comunicarse con
el cargador a los fines de requerir las medidas que debe adoptar, el transportista cuenta con
dos opciones: depositar las cosas o si por la demora pueden perder su valor, las puede
vender.
Puede limitarse la responsabilidad del transportista para los supuestos en que la carga que
debe transportar requiera de medidas de cuidados especiales o pueda estropearse con
facilidad por tratarse de cosas frágiles o de animales, siempre que no sea contrario al orden
público. La norma exige que la cláusula debe estar determinada específicamente en el
contrato.
EL destinatario: El destinatario de la carga es el sujeto a quien va dirigida la mercancía y tiene
el derecho de exigir su entrega si se ha cumplido el plazo para la misma y en caso de demora
puede exigir una disminución en el precio del flete y reclamar la reparación por los daños o
pérdida que sufriera la carga durante el transporte. Estos derechos nacen una vez que la
carga ha llegado al lugar de destino indicado por las partes, o si se ha cumplido el plazo
estipulado y el destinatario ha requerido la entrega de la mercancía, siempre que se haya
abonado el precio pactado por las partes como contraprestación del contrato de transporte
de cosas que los vincula. la norma en comentario le otorga el derecho al destinatario de
negarse a recibir la carga si la misma sufrió daños que impiden el uso o consumo que le son
propios.
La recepción por el destinatario de las cosas transportadas y el pago de lo debido al
transportista extinguen las acciones derivadas del contrato, excepto dolo. Sólo subsisten las
acciones por pérdida parcial o avería no reconocibles en el momento de la entrega, las cuales
deben ser deducidas dentro de los cinco días posteriores a la recepción
EXTINCION: retardo, deterioro, extravío. Fuerza mayor, vicio de las cosas, hecho del
cargador, hecho del destinatario.
Si el transporte no pudo ser iniciado o completado o la entrega no puede ser efectuada por
el hecho del cargador, o de un portador legitimado del segundo ejemplar de la carta de porte
o de la guía, o del destinatario, el transportista tiene derecho al precio o a una parte
proporcional de éste, según sea el caso, y al reembolso de los gastos adicionales en que haya
incurrido.
Ámbitos de regulación del transporte y régimen legal.
- Según el interés involucrado: el transporte puede dar un contrato privado o de
servicios públicos, siendo servicios públicos se aplica la ley 24240.
- Según la causa que lo origine: puede ser contractual o no, en tal caso hablamos de
transporte benévolo, que es el que se realiza por gentileza, o un favor y no está
organizado profesionalmente y se aplican las reglas de responsabilidad aquilina 1109 a
1113. O clandestino, caso de polisón que se sirve de la prestación sin conocimiento del
transportista. Y si es contractual puede ser comercial o civil, pero el predominante es
el oneroso y comercial.
- Por el medio por el cual se realiza: Transporte Terrestre (puede ser a su vez automotor
o ferroviario). Transporte Marítimo o fluvial (ley de navegación). Transporte Aéreo
(código aeronáutico).
- Por el ámbito que comprende: Transporte Interno. Transporte Internacional.
- Según el objeto transportado puede ser de cosas o de personas.
ARTICULO 1281.- Ámbito de aplicación. Excepto lo dispuesto en leyes especiales, las reglas
de este Capítulo se aplican cualquiera que sea el medio empleado para el transporte. El
transporte multimodal se rige por la ley especial.
ARTÍCULO 1282.- Transporte gratuito. El transporte a título gratuito no está regido por las
reglas del presente Capítulo, excepto que sea efectuado por un transportista que ofrece sus
servicios al público en el curso de su actividad.
ARTÍCULO 1283.- Oferta al público. El transportista que ofrece sus servicios al público está
obligado a aceptar los pedidos compatibles con los medios ordinarios de que dispone,
excepto que exista un motivo serio de rechazo; y el pasajero o el cargador están obligados a
seguir las instrucciones dadas por el transportista conforme a la ley o los reglamentos. Los
transportes deben realizarse según el orden de los pedidos y, en caso de que haya varios
simultáneos, debe darse preferencia a los de mayor recorrido.
ARTÍCULO 1284.- Plazo. El transportista debe realizar el traslado convenido en el plazo
pactado en el contrato o en los horarios establecidos y, en defecto de ambos, de acuerdo a
los usos del lugar en que debe iniciarse el transporte.
ARTÍCULO 1285.- Pérdida total o parcial del flete por retraso. Producido el retraso en el
traslado de las cosas transportadas, si el transportista no prueba la causa ajena, pierde una
parte del flete proporcional al retraso, de modo tal que pierde el total si el tiempo insumido
es el doble del plazo en el que debió cumplirse. Lo dispuesto por este artículo no impide
reclamar los mayores daños causados por el atraso.
ARTÍCULO 1286.- Responsabilidad del transportista. La responsabilidad del transportista por
daños a las personas transportadas está sujeta a lo dispuesto en los artículos 1757 y
siguientes. Si el transporte es de cosas, el transportista se excusa probando la causa ajena. El
vicio propio de la cosa transportada es considerado causa ajena.

Responsabilidad derivada de la intervención de cosas y de ciertas actividades.


ARTÍCULO 1757.- Hecho de las cosas y actividades riesgosas. Toda persona responde por el
daño causado por el riesgo o vicio de las cosas, o de las actividades que sean riesgosas o
peligrosas por su naturaleza, por los medios empleados o por las circunstancias de su
realización. La responsabilidad es objetiva. No son eximentes la autorización administrativa
para el uso de la cosa o la realización de la actividad, ni el cumplimiento de las técnicas de
prevención.
ARTÍCULO 1758.- Sujetos responsables. El dueño y el guardián son responsables concurrentes
del daño causado por las cosas. Se considera guardián a quien ejerce, por sí o por terceros,
el uso, la dirección y el control de la cosa, o a quien obtiene un provecho de ella. El dueño y
el guardián no responden si prueban que la cosa fue usada en contra de su voluntad expresa
o presunta.
Aspectos especiales: la carta de porte.
ARTÍCULO 1298. Carta de porte. El transportista tiene derecho a requerir del cargador que
suscriba un documento que contenga las indicaciones enunciadas en el artículo 1296 y las
estipulaciones convenidas para el transporte. Su emisión importa recibo de la carga.
La carta de porte es un documento probatorio del contrato de transporte cuya emisión no
es obligatoria, pero puede ser exigida por el transportista. En su contenido se debe detallar
las indicaciones previstas en el art. 1296 CCyC y su emisión es prueba de que el transportista
recibió la carga, de allí surge la importancia probatoria del documento. La carta de porte
puede ser emitida al portador, a la orden o ser nominativa. Quien sea el legítimo portador
del instrumento se encuentra habilitado a exigir al transportista la entrega de la carga en las
condiciones en que se indica en el documento, en la misma cantidad, calidad y estado que
fue expresado por el cargador al momento de emitir la carta de porte.
El cargador puede exigir la emisión del segundo ejemplar de la carta de porte. Ambos cuentan
con la misma validez y transmiten los efectos y derechos derivados de aquel.
Si el transportista no requirió la emisión de la carta de porte, el cargador le puede exigir al
primero que emita una guía de carga. Se trata de un recibo de la carga producido por el
transportista, que constituye un título de crédito al tenedor legitimándolo a requerir la
entrega de la mercancía transportada.
Si no existe carta de porte ni guía, el cargador está habilitado para modificar o dirigir la carga
en otro sentido que el indicado al transportista.
 Es el titulo legal del contrato: Es un elemento probatorio, todo lo que las partes se
reclamen en virtud del contrato, lo van a dirimir en base a la carta de porte, ya sea la
obligación de transportar y entregar, como así también la obligación de pagar el flete.
 Es el titulo representativo de las mercaderías: Ello significa que la carta de porte
permite la transmisión de la mercadería. No pueden oponerse al tercero portador de
buena fe, enunciaciones contenidas en la carta de porte.
ARTÍCULO 1302.- Disposición de la carga. Si no se ha extendido el segundo ejemplar de la
carta de porte ni la guía, el cargador tiene la disposición de la carga y puede modificar las
instrucciones dadas al transportista, con obligación de reembolsar los gastos y resarcir los
daños derivados de ese cambio.
ARTÍCULO 1303.- Portador del segundo ejemplar. Cuando el transportista ha librado segundo
ejemplar de la carta de porte o guía, sólo el portador legitimado de cualquiera de dichos
documentos tiene la disposición de la carga y puede impartir instrucciones al transportista,
las cuales se deben anotar en el instrumento y ser suscriptas por el transportista.
ARTÍCULO 1304.- Derechos del destinatario. Los derechos nacidos del contrato de transporte
corresponden al destinatario desde que las cosas llegan a destino, o desde que, vencido el
plazo del transporte, haya requerido la entrega al transportista. Sin embargo, el destinatario
no puede ejercer tales derechos sino contra el pago al transportista de sus créditos derivados
del transporte.
ARTÍCULO 1305.- Puesta a disposición. El transportista debe poner la carga a disposición del
destinatario en el lugar, en el plazo y con las modalidades convenidas en el contrato o, en su
defecto, por los usos. Si el cargador ha librado una carta de porte, ésta debe ser exhibida y
entregada al porteador. El tenedor del segundo ejemplar de la carta de porte o de la guía al
portador o a la orden, debe restituir el documento al transportista en el momento de la
entrega de la carga.
ARTÍCULO 1306.- Entrega. El transportista está obligado a entregar la carga en el mismo
estado en que la recibió, excepto causa ajena. Si la ha recibido sin reservas, se presume que
ella no tenía vicios aparentes y estaba bien acondicionada para el transporte. El destinatario
no está obligado a recibir cosas con daños que impidan el uso o consumo que les son propios.
ARTÍCULO 1307.- Impedimentos y retardo en la ejecución del transporte. Si el comienzo o la
continuación del transporte son impedidos o excesivamente retrasados por causa no
imputable al porteador, éste debe informar inmediatamente al cargador y pedirle
instrucciones. Está obligado a la custodia de la carga. Si las circunstancias imposibilitan el
pedido de instrucciones, el transportista puede depositar las cosas y, si están sujetas a rápido
deterioro o son perecederas, puede hacerlas vender para que no pierdan su valor.
ARTÍCULO 1308.- Impedimentos para la entrega. Si el destinatario no puede ser encontrado
o se niega a recibir las cosas transportadas o demora su recepción, el porteador debe requerir
inmediatamente instrucciones al cargador y se aplican las soluciones previstas en el artículo
1307.
ARTÍCULO 1309.- Responsabilidad del transportista frente al cargador. El porteador que
entregue las cosas al destinatario sin cobrar los créditos propios o los que el cargador le haya
encomendado cobrar contra entrega de la carga, o sin exigir el depósito de la suma
convenida, es responsable frente al cargador por lo que le sea debido y no puede dirigirse
contra él para el pago de sus propias acreencias. Mantiene su acción contra el destinatario.
ARTÍCULO 1310.- Responsabilidad por culpa. Si se trata de cosas frágiles, mal acondicionadas
para el transporte, sujetas a fácil deterioro, de animales o de transportes especiales, el
transportista puede convenir que sólo responde si se prueba su culpa. Esta convención no
puede estar incluida en una cláusula general predispuesta.
ARTÍCULO 1311.- Cálculo del daño. La indemnización por pérdida o avería de las cosas es el
valor de éstas o el de su menoscabo, en el tiempo y el lugar en que se entregaron o debieron
ser entregadas al destinatario.
ARTÍCULO 1312.- Pérdida natural. En el transporte de cosas que, por su naturaleza, están
sujetas a disminución en el peso o en la medida durante el transporte, el transportista sólo
responde por las disminuciones que excedan la pérdida natural. También responde si el
cargador o el destinatario prueban que la disminución no ha ocurrido por la naturaleza de las
cosas o que, por las circunstancias del caso, no pudo alcanzar la magnitud comprobada.
ARTÍCULO 1313.- Limitación de la responsabilidad. Prohibición. Los que realizan
habitualmente servicios de transporte no pueden limitar las reglas de responsabilidad
precedentes, excepto en el caso del artículo 1310.
ARTÍCULO 1314.- Comprobación de las cosas antes de la entrega. El destinatario tiene
derecho a hacer comprobar, a su costo, antes de la recepción de las cosas, su identidad y
estado. Si existen pérdidas o averías, el transportista debe reembolsar los gastos. El
porteador puede exigir al destinatario la apertura y el reconocimiento de la carga; y si éste
rehúsa u omite hacerlo, el porteador queda liberado de toda responsabilidad, excepto dolo.
ARTÍCULO 1315.- Efectos de la recepción de las cosas transportadas. La recepción por el
destinatario de las cosas transportadas y el pago de lo debido al transportista extinguen las
acciones derivadas del contrato, excepto dolo. Sólo subsisten las acciones por pérdida parcial
o avería no reconocibles en el momento de la entrega, las cuales deben ser deducidas dentro
de los cinco días posteriores a la recepción.
ARTÍCULO 1316.- Culpa del cargador o de un tercero. Si el transporte no pudo ser iniciado o
completado o la entrega no puede ser efectuada por el hecho del cargador, o de un portador
legitimado del segundo ejemplar de la carta de porte o de la guía, o del destinatario, el
transportista tiene derecho al precio o a una parte proporcional de éste, según sea el caso, y
al reembolso de los gastos adicionales en que haya incurrido.
ARTÍCULO 1317.- Transporte con reexpedición de las cosas. Si el transportista se obliga a
entregar la carga a otro porteador y no acepta una carta de porte hasta un destino diferente
al de tal entrega, se presume que sus responsabilidades como transportista concluyen con
ella, sin otras obligaciones adicionales que la de emplear una razonable diligencia en la
contratación del transportista siguiente.
ARTÍCULO 1318.- Representación en el transporte sucesivo. Cada transportista sucesivo tiene
el derecho de hacer constar en la carta de porte, o en un documento separado, el estado en
que ha recibido las cosas transportadas. El último transportista representa a los demás para
el cobro de sus créditos y el ejercicio de sus derechos sobre las cargas transportadas.
Clases de transporte: de cosas y de personas.
 El transporte de personas se inicia una vez que el pasajero llega al lugar de embarcos
o partidas y finaliza cuando haya terminado el desembarco. No es requisito
indispensable el pago del boleto porque la relación contractual nace con el
consentimiento de las partes, por ejemplo, al tomarse del pasamano para subir al
colectivo o al ingresar a la terminal con el propósito de realizar un traslado. El
transportista y el pasajero deben cumplir con las obligaciones previstas en los arts.
1289 y 1290 CCyC desde el comienzo hasta el fin del transporte.
Obligaciones del transportista: a) proveerle el lugar para viajar que se ha convenido o el
disponible reglamentariamente habilitado; b) trasladarlo al lugar convenido; c) garantizar su
seguridad; d) llevar su equipaje.
La norma establece que el transportista responde frente al pasajero por el incumplimiento
de las obligaciones pactadas en el contrato y por las dispuestas en el art.
Obligaciones del pasajero: a) pagar el precio pactado; b) presentarse en el lugar y momentos
convenidos para iniciar el viaje; c) cumplir las disposiciones administrativas, observar los
reglamentos establecidos por el transportista para el mejor orden durante el viaje y obedecer
las órdenes del porteador o de sus representantes impartidas con la misma finalidad; d)
acondicionar su equipaje, el que debe ajustarse a las medidas y peso reglamentarios.
Además de su responsabilidad por incumplimiento del contrato o retraso en su ejecución, el
transportista responde por los siniestros que afecten a la persona del pasajero y por la avería
o pérdida de sus cosas.
Las disposiciones relativas a la responsabilidad del transportista de cosas por la pérdida o
deterioro de las cosas transportadas, se aplican a la pérdida o deterioro del equipaje que el
pasajero lleva consigo. No responde por pérdida o daños sufridos por objetos de valor
extraordinario que el pasajero lleve consigo y no haya declarado antes del viaje o al comienzo
de éste. Tampoco es responsable por la pérdida del equipaje de mano y de los demás efectos
que hayan quedado bajo la custodia del pasajero, a menos que éste pruebe la culpa del
transportista.
 Transporte de cosas, es un contrato en el que una de las partes (porteador) se obliga
mediante el pago de una retribución (porte o flete) a llevar de un punto a otro, o
encargar la ejecución a un tercero (dependiente) las cosas que a tal fin le sean
entregadas y ponerlas a disposición del destinatario.
Elementos subjetivos: El contrato se formaliza pura y exclusivamente entre dos partes: el que
entrega la mercadería (cargador) y el que conduce (porteador o transportador). Puede
suceder que el cargador y destinatario sea la misma persona. También puede aparecer una
cuarta persona que es el comisionista de transporte, se da en el caso de que el cargador
entregue a una persona la mercadería al transportador, ósea un intermediario entre cargador
y porteador.
Elementos objetivos: son la cosa, que puede ser incluso ajena. Debe estar en el margen del
comercio y poder ser desplazada. Y el flete, es el precio a pagar, fijado de acuerdo común de
las partes. Si es fijado por el estado se llama tarifa.

Responsabilidad.
Se establece una responsabilidad objetiva para la eventual responsabilidad por
incumplimiento del transportador.
Regresando a los principios, es preciso señalar que de la norma surgen las siguientes pautas:
a) La responsabilidad por daños a las personas transportadas se rige por los principios de
responsabilidad por el hecho de las cosas y actividades riesgosas.
b) En el transporte de cosas, sólo se excusa su responsabilidad probando causa ajena.
c) El vicio propio de la cosa es considerado causa ajena. De estas consideraciones queda por
precisar que, en la responsabilidad por daños a las personas transportadas, no son
eximentes:
a) La autorización administrativa (que tiene relevancia en materia de transporte).
b) El cumplimiento de las técnicas de prevención (que también es sumamente importante en
la organización de transporte).

El transporte gratuito está excluido en la norma en comentario, por cuanto la onerosidad es


un elemento necesario, tal como tradicionalmente lo había declarado la jurisprudencia. Sin
embargo, aun cuando no exista precio, se establece que no se considerará gratuito si es
realizado por quien tiene por actividad habitual la realización del transporte.
Igualmente puede sostenerse que no es necesario llegar al precio, sino que pueden existir
"ventajas recíprocas" que podrían ubicarnos en el ámbito de los onerosos, aunque esa
ventaja para el transportista no sea el precio.
4.- Contratación electrónica: caracteres y regulación actual.
Según De Miguel Asensio, “Los contratos electrónicos son aquellos que se perfeccionan
mediante un intercambio electrónico de datos de ordenador a ordenador”.
Por su parte el Dr. Lorenzetti nos brinda la siguiente definición: “el contrato electrónico se
caracteriza por el medio empleado para celebrarlo, cumplirlo, o ejecutarlo, sea en una o en
las tres etapas en forma total o parcial…el contrato puede ser celebrado digitalmente en
forma total o parcial: en el primer caso las partes elaboran y envían sus declaraciones de
voluntad (intercambio electrónico de datos o por una comunicación digital interactiva), en el
segundo, solo uno de esos aspecto es digital: una parte puede elaborar su declaración y luego
utilizar el medio digital para enviarla; se puede enviar un mail y recibir un documento escrito
para firmar”.
Los contratos electrónicos se realizan por medios electrónicos con independencia del objeto,
perfeccionándose a través de medios electrónicos. Los contratos informáticos tienen como
objeto los bienes y servicios informáticos (hardware y software).
La ley 25.506 regula específicamente a la firma electrónica o digital y su eficacia jurídica. El
CCCN incorpora términos y el uso de soportes electrónicos para algunos aspectos de las
relaciones jurídicas. Se ocupa de estos contratos denominándolos “Contratos celebrados a
distancia” y los define en el art. 1105: “…aquellos concluidos entre un proveedor y un
consumidor con el uso exclusivo de medios de comunicación a distancia, entendiéndose por
tales los que pueden ser utilizados sin la presencia física simultánea de las partes
contratantes. En especial se consideran los medios postales, electrónicos,
telecomunicacionales, así como servicios de radio, televisión o prensa”.
ARTICULO 1106.- Utilización de medios electrónicos. Siempre que en este Código o en leyes
especiales se exija que el contrato conste por escrito, este requisito se debe entender
satisfecho si el contrato con el consumidor o usuario contiene un soporte electrónico u otra
tecnología similar.
Y también hay referencias en la nueva legislación a los derechos del consumidor al establecer
el art. 1107: “Información sobre los medios electrónicos: si las partes se valen de técnicas de
comunicación electrónica o similar es para la celebración de un contrato de consumo a
distancia, el proveedor debe informar al consumidor, además del contenido mínimo del
contrato y la facultad de revocar, todos los datos necesarios para utilizar correctamente el
medio elegido, para comprender los riesgos derivados de su empleo y para tener
absolutamente claro quién asume esos riesgos”; y complementariamente a este artículo en
resguardo de la norma el art. 1111 establece el deber del proveedor de informar al
consumidor su facultad de revocación. “El derecho de revocación no se extingue si el
consumidor no ha sido informado debidamente sobre su derecho” (art citado in fine).
La contratación electrónica de adhesión es definida por Brizzio como: “aquellos acuerdos en
los que la aceptación es expresada mediante la pulsación o cliqueo del ratón de la
computadora, cuando el usuario cliquea sobre el botón ‘acepto’, se entiende que suscribe el
contrato aceptando todas las condiciones generales de contratación predispuestas por el
otro cocontratante”.
El Contrato de adhesión está definido en el art. 984 del CCCN y es “aquel mediante el cual
uno de los contratantes adhiere a cláusulas generales predispuestas unilateralmente, por la
otra parte o por un tercero, sin que el adherente haya participado en su redacción”. Es a la
vez un contrato de consumo.
Y el Contrato de consumo de encuentra definido en el art. 1093: “es el celebrado entre un
consumidor o usuario final con una persona humana o jurídica que actúe profesional u
ocasionalmente o con una empresa productora de bienes o prestadora de servicios, pública
o privada, que tenga por objeto la adquisición, uso o goce de los bienes o servicios por parte
de los consumidores o usuarios, para su uso privado, familiar o social”.
Elementos de los contratos celebrados por medios electrónicos:
1.- OBJETO: es la prestación prometida por las partes, la cosa, o el hecho sobre los que recae
la obligación contraída.
En el Nuevo Código hacen referencia a ello los arts. 1003 y ss. y específicamente el art. 279
que textualmente dice: “El objeto del acto jurídico no debe ser un hecho imposible o
prohibido por la ley, contrario a la moral, a las buenas costumbres, al orden público o lesivo
de los derechos ajenos o de la dignidad humana. Tampoco puede ser un bien que por un
motivo especial se haya prohibido que lo sea”.
2.- CAUSA: Como en cualquier contrato, en la contratación electrónica debe existir una razón
de ser del acto, la finalidad, la causa-fin perseguida por las partes, como elemento esencial.
El art. 1013 CCCN dice: “la causa debe existir en la formación del contrato y durante su
celebración y subsistir durante su ejecución. La falta de causa da lugar, según los casos, a la
nulidad, adecuación o extinción del contrato.”
Debemos recordar que en el art. 282 CCCN, la causa se presume, aun cuando no esté
expresada, salvo que la otra parte pruebe lo contrario.
3.- CONSENTIMIENTO: Como en cualquier contrato un elemento inexcusable es el
consentimiento de ambas partes, manifestado a través de una oferta y una aceptación.
Refieren a ello los arts. 972 y ss. Sin embargo, en la contratación electrónica se presentan
una serie de problemas en relación con la formación del consentimiento.
Por su parte la oferta electrónica ha sido definida como aquella declaración unilateral de
voluntad que una persona realiza a través de medios de comunicación y/o medios
informáticos invitando a otra persona a la celebración de una convención que quedará
perfecta con la sola aquiescencia de esta.
Cuando una oferta realizada por medios electrónicos se halle dirigida a consumidores, es de
aplicación la ley 24.240 cuyas normas son de orden público (art. 7 de la misma).
A su turno el art. 1108 CCCN en relación con las ofertas por medios electrónicos indica que
deben tener vigencia durante el período que fije el oferente o en su defecto durante todo el
tiempo que permanezcan accesibles al destinatario.
El art. 1110 CCCN establece que en los contratos el consumidor tiene el derecho irrenunciable
de revocar la aceptación dentro de los 10 días computados a partir de la celebración del
contrato. (Sus efectos están en el art. 1113 CCCN).
Cabe señalar que destacada doctrina ha puesto de relieve que tanto el consentimiento como
la adhesión son conceptos insuficientes en la contratación electrónica y en cambio postula
las nociones de oferta como apariencia y de aceptación como confianza en el comercio
electrónico. Y debemos distinguir los casos en que se trate de ofertas y aceptaciones
intercambiadas por medios de correos electrónicos o mediante el contacto interactivo con
páginas web.
Dado que no existe la posibilidad de fijar una regla general para determinar que todos los
contratos electrónicos son contratos celebrados entre presentes o entre ausentes nos
encontramos con diversos supuestos y a su vez con soluciones disímiles. En consecuencia el
art. 974 CCCN dispone que la oferta hecha a una persona presente o la formulada por un
medio de comunicación instantánea sin fijación de plazo, solo puede ser aceptada
inmediatamente. Como regla se aplicará el art. 971 de formación del consentimiento.
4.- FORMA Y PRUEBA: La forma de los actos jurídicos y en particular de los contratos,
comprende todas las circunstancias y condiciones que los hacen visibles.
Pero en materia de contratos electrónicos debemos considerar que hay un factor
determinante que es la “desmaterialización”, prácticamente la eliminación del soporte papel.
Tal como observa Oyarzábal, lo esencial es que el mensaje de datos cumpla las funciones de
un escrito, que satisfaga las razones por las cuales el derecho interno requiere la
presentación de un escrito.
En igual sentido, se inclina el art. 1015 CCCN al establecer: “Libertad de formas.- solo son
formales los contratos a los cuales la ley les impone una forma determinada”.
Pero debemos agregar que en esta nueva legislación el art. 1106 indica que “siempre que se
exija que el contrato conste por escrito, este requisito se debe entender por satisfecho si el
contrato con el consumidor o usuario contiene un soporte electrónico y otra tecnología
similar”.
CAPITULO VII – LEY 24240 DEFENSA CONSUMIDOR DE LA VENTA DOMICILIARIA, POR
CORRESPONDENCIA Y OTRAS. ARTICULO 33. — Venta por Correspondencia y Otras. Es
aquella en que la propuesta se efectúa por medio postal, telecomunicaciones, electrónico o
similar y la respuesta a la misma se realiza por iguales medios. No se permitirá la publicación
del número postal como domicilio.
ARTICULO 34. — Revocación de aceptación. En los casos previstos en los artículos 32 y 33 de
la presente ley, el consumidor tiene derecho a revocar la aceptación durante el plazo de DIEZ
(10) días corridos contados a partir de la fecha en que se entregue el bien o se celebre el
contrato, lo último que ocurra, sin responsabilidad alguna. Esta facultad no puede ser
dispensada ni renunciada. El vendedor debe informar por escrito al consumidor de esta
facultad de revocación en todo documento que con motivo de venta le sea presentado al
consumidor. Tal información debe ser incluida en forma clara y notoria. El consumidor debe
poner el bien a disposición del vendedor y los gastos de devolución son por cuenta de este
último.
ARTICULO 35. — Prohibición. Queda prohibida la realización de propuesta al consumidor, por
cualquier tipo de medio, sobre una cosa o servicio que no haya sido requerido previamente
y que genere un cargo automático en cualquier sistema de débito, que obligue al consumidor
a manifestarse por la negativa para que dicho cargo no se efectivice. Si con la oferta se envió
una cosa, el receptor no está obligado a conservarla ni a restituirla al remitente aunque la
restitución pueda ser realizada libre de gastos.
MERCOSUR ha dictado resoluciones de importancia, entre ellas, la Resolución 034/2006 que
establece las directrices para la celebración de acuerdos de reconocimiento mutuo de firmas
electrónicas, la Resolución 037/2006, que determina el reconocimiento de la eficacia jurídica
del Documento Electrónico y Firma Electrónica en el ámbito del Mercosur, y la Resolución
21/04 "Derecho a la Información del Consumidor en las Transacciones Comerciales
efectuadas a través de Internet" que fuera incorporada a la normativa Argentina por medio
de la Resolución 104/2005 del Ministerio de Economía de la Nación.
LEGISLACION APLICABLE Códigos de Fondo (Códigos Civil, Penal y Comercial). Ley de Defensa
del Consumidor (Ley 24.240). Ley de Protección de Datos Personales (Ley 25.326). Ley de
Firma Digital (Ley 25.506). Ley de Propiedad Intelectual (Ley 11.723). Marcas - Propiedad
Industrial (Ley 22.362). Ley de Delitos Informáticos. (Ley 26.388). Ley de Lealtad Comercial
(Ley 22.802). Ley de Defensa de la Competencia (Ley 25.156).
Si bien el NUEVO CÓDIGO INCLUYÓ desarrollos importantes en lo que hace a prueba
informática, documento electrónico y firma digital, falta la reforma de la prueba informática
en materia procesal civil y en materia procesal penal.
UNIDAD 5: CONTRATOS DE CRÉDITO Y GARANTÍA
1.- Leasing: concepto, caracteres, régimen legal.
El leasing es un verdadero método de financiación sumamente ventajoso para las empresas,
en especial para las pequeñas y medianas organizaciones. Permite adquirir activos fijos
(bienes que la empresa necesita) sin compromiso de capital inicial (por falta de liquidez o uso
alternativo del capital con mayor beneficio). De esta manera, el empresario puede aplicar los
recursos que hubiera destinado a la adquisición de equipos y maquinarias, para el desarrollo
de otras actividades.
Caracteres:
1. Es un contrato de carácter comercial, por lo general este tipo de contrato lo celebran
grandes empresas con el fin de obtener una utilidad.
2. Es nominado o típico.
3. Es un contrato de carácter consensual, para su perfeccionamiento basta la voluntad de
las partes contratantes.
4. De igual forma es bilateral pues ambas partes contratantes le asisten obligaciones.
5. Es oneroso pues reviste unas utilidades para quien recibe el arrendamiento y
posiblemente si el arrendatario decide adquirir el bien, se genera la utilidad de la compra. Al
igual que el arrendatario recibe los beneficios que el uso de la cosa le pueda otorgar.
6. Es de tracto sucesivo pues el contrato se va desarrollando de manera continua.
7. Es un contrato de carácter principal, no requiere de la existencia de otro contrato para
poder existir.

ARTÍCULO 1227.- Concepto. En el contrato de leasing el dador conviene transferir al tomador


la tenencia de un bien cierto y determinado para su uso y goce, contra el pago de un canon
y le confiere una opción de compra por un precio.
ARTÍCULO 1228.- Objeto. Pueden ser objeto del contrato cosas muebles e inmuebles, marcas,
patentes o modelos industriales y software, de propiedad del dador o sobre los que el dador
tenga la facultad de dar en leasing.
ARTÍCULO 1229.- Canon. El monto y la periodicidad de cada canon se determina
convencionalmente.
ARTÍCULO 1230.- El precio de ejercicio de la opción de compra debe estar fijado en el
contrato o ser determinable según procedimientos o pautas pactadas.
ARTÍCULO 1231.- Modalidades en la elección del bien. El bien objeto del contrato puede:
a. comprarse por el dador a persona indicada por el tomador;
b. comprarse por el dador según especificaciones del tomador o según catálogos, folletos o
descripciones identificadas por éste;
c. comprarse por el dador, quien sustituye al tomador, al efecto, en un contrato de
compraventa que éste haya celebrado;
d. ser de propiedad del dador con anterioridad a su vinculación contractual con el tomador;
e. adquirirse por el dador al tomador por el mismo contrato o habérselo adquirido con
anterioridad;
f. estar a disposición jurídica del dador por título que le permita constituir leasing sobre él.
ARTÍCULO 1232.- Responsabilidades, acciones y garantías en la adquisición del bien. En los
casos de los incisos a), b) y c) del artículo 1231, el dador cumple el contrato adquiriendo los
bienes indicados por el tomador.
El tomador puede reclamar del vendedor, sin necesidad de cesión, todos los derechos que
emergen del contrato de compraventa.
El dador puede liberarse convencionalmente de las responsabilidades de entrega y de la
obligación de saneamiento.
En los casos del inciso d) del artículo 1231, así como en aquellos casos en que el dador es
fabricante, importador, vendedor o constructor del bien dado en leasing, el dador no puede
liberarse de la obligación de entrega y de la obligación de saneamiento.
En los casos del inciso e) del mismo artículo, el dador no responde por la obligación de
entrega ni por garantía de saneamiento, excepto pacto en contrario.
En los casos del inciso f) se deben aplicar las reglas de los párrafos anteriores de este artículo,
según corresponda a la situación concreta.
ARTÍCULO 1233.- Servicios y accesorios. Pueden incluirse en el contrato los servicios y
accesorios necesarios para el diseño, la instalación, puesta en marcha y puesta a disposición
de los bienes dados en leasing, y su precio integrar el cálculo del canon.
ARTÍCULO 1234.- Forma e inscripción. El leasing debe instrumentarse en escritura pública si
tiene como objeto inmueble, buques o aeronaves. En los demás casos puede celebrarse por
instrumento público o privado. A los efectos de su oponibilidad frente a terceros, el contrato
debe inscribirse en el registro que corresponda según la naturaleza de la cosa que constituye
su objeto. La inscripción en el registro puede efectuarse a partir de la celebración del
contrato de leasing, y con prescindencia de la fecha en que corresponda hacer entrega de la
cosa objeto de la prestación comprometida. Para que produzca efectos contra terceros desde
la entrega del bien objeto del leasing, la inscripción debe solicitarse dentro de los cinco días
hábiles posteriores. Pasado ese término, produce ese efecto desde que el contrato se
presente para su registración. Si se trata de cosas muebles no registrables o de un software,
deben inscribirse en el Registro de Créditos Prendarios del lugar donde la cosa se encuentre
o, en su caso, donde ésta o el software se deba poner a disposición del tomador. En el caso
de inmuebles, la inscripción se mantiene por el plazo de veinte años; en los demás bienes se
mantiene por diez años. En ambos casos puede renovarse antes de su vencimiento, por
rogación del dador u orden judicial.
ARTÍCULO 1235.- Modalidades de los bienes. A los efectos de la registración del contrato de
leasing son aplicables las normas legales y reglamentarias que correspondan según la
naturaleza de los bienes. En el caso de cosas muebles no registrables o software, se aplican
las normas registrales de la Ley de Prenda con Registro y las demás que rigen el
funcionamiento del Registro de Créditos Prendarios. Cuando el leasing comprenda a cosas
muebles situadas en distintas jurisdicciones, se aplica lo dispuesto en la Ley de Prenda con
Registro para iguales circunstancias. El registro debe expedir certificados e informes. El
certificado que indique que sobre determinados bienes no aparece inscrito ningún contrato
de leasing tiene eficacia legal hasta veinticuatro horas de expedido.
ARTÍCULO 1236.- Traslado de los bienes. El tomador no puede sustraer los bienes muebles
del lugar en que deben encontrarse de acuerdo a lo estipulado en el contrato inscrito. Sólo
puede trasladarlos con la conformidad expresa del dador, otorgada en el contrato o por acto
escrito posterior, y después de haberse inscrito el traslado y la conformidad del dador en los
registros correspondientes. Se aplican las normas pertinentes de la Ley de Prenda con
Registro al respecto.
ARTÍCULO 1237.- Oponibilidad. Subrogación. El contrato debidamente inscrito es oponible a
los acreedores de las partes. Los acreedores del tomador pueden subrogarse en los derechos
de éste para ejercer la opción de compra.
ARTÍCULO 1238.- Uso y goce del bien. El tomador puede usar y gozar del bien objeto del
leasing conforme a su destino, pero no puede venderlo, gravarlo ni disponer de él. Los gastos
ordinarios y extraordinarios de conservación y uso, incluyendo seguros, impuestos y tasas,
que recaigan sobre los bienes y las sanciones ocasionadas por su uso, son a cargo del
tomador, excepto convención en contrario. El tomador puede arrendar el bien objeto del
leasing, excepto pacto en contrario. En ningún caso el locatario o arrendatario puede
pretender derechos sobre el bien que impidan o limiten en modo alguno los derechos del
dador.
ARTÍCULO 1239.- Acción reivindicatoria. La venta o gravamen consentido por el tomador es
inoponible al dador. El dador tiene acción reivindicatoria sobre la cosa mueble que se
encuentre en poder de cualquier tercero, pudiendo hacer aplicación directa de lo dispuesto
en el artículo 1249 inciso a), sin perjuicio de la responsabilidad del tomador.
ARTÍCULO 1240.- Opción de compra. Ejercicio. La opción de compra puede ejercerse por el
tomador una vez que haya pagado tres cuartas partes del canon total estipulado, o antes si
así lo convinieron las partes.
ARTÍCULO 1241.- Prórroga del contrato. El contrato puede prever su prórroga a opción del
tomador y las condiciones de su ejercicio.
ARTÍCULO 1242.- Transmisión del dominio. El derecho del tomador a la transmisión del
dominio nace con el ejercicio de la opción de compra y el pago del precio del ejercicio de la
opción conforme a lo determinado en el contrato. El dominio se adquiere cumplidos esos
requisitos, excepto que la ley exija otros de acuerdo con la naturaleza del bien de que se
trate, a cuyo efecto las partes deben otorgar la documentación y efectuar los demás actos
necesarios.
ARTÍCULO 1243.- Responsabilidad objetiva. La responsabilidad objetiva emergente del
artículo 1757 recae exclusivamente sobre el tomador o guardián de las cosas dadas en
leasing. ARTÍCULO 1244.- Cancelación de la inscripción. Supuestos. La inscripción del leasing
sobre cosas muebles no registrables y software se cancela:
a. por orden judicial, dictada en un proceso en el que el dador tuvo oportunidad de tomar la
debida participación;
b. a petición del dador o su cesionario.
ARTÍCULO 1245.- Cancelación a pedido del tomador. El tomador puede solicitar la
cancelación de la inscripción del leasing sobre cosas muebles no registrables y software si
acredita:
a. el cumplimiento de los recaudos previstos en el contrato inscrito para ejercer la opción de
compra;
b. el depósito del monto total de los cánones que restaban pagar y del precio de ejercicio de
la opción, con sus accesorios, en su caso;
c. la interpelación fehaciente al dador, por un plazo no inferior a quince días hábiles,
ofreciéndole los pagos y solicitándole la cancelación de la inscripción;
d. el cumplimiento de las demás obligaciones contractuales exigibles a su cargo.
ARTÍCULO 1246.- Procedimiento de cancelación. Solicitada la cancelación, el encargado del
registro debe notificar al dador, en el domicilio constituido en el contrato, por carta
certificada: a. si el notificado manifiesta conformidad, se cancela la inscripción;
b. si el dador no formula observaciones dentro de los quince días hábiles desde la
notificación, y el encargado estima que el depósito se ajusta a lo previsto en el contrato,
procede a la cancelación y notifica al dador y al tomador;
c. si el dador formula observaciones o el encargado estima insuficiente el depósito, lo
comunica al tomador, quien tiene expeditas las acciones pertinentes.
ARTÍCULO 1247.- Cesión de contratos o de créditos del dador. El dador siempre puede ceder
los créditos actuales o futuros por canon o precio de ejercicio de la opción de compra. A los
fines de su titulización puede hacerlo en los términos de los artículos 1614 y siguientes de
este Código o en la forma prevista por la ley especial.
Esta cesión no perjudica los derechos del tomador respecto del ejercicio o no ejercicio de la
opción de compra o, en su caso, a la cancelación anticipada de los cánones, todo ello según
lo pactado en el contrato.
ARTÍCULO 1248.- Incumplimiento y ejecución en caso de inmuebles. Cuando el objeto del
leasing es una cosa inmueble, el incumplimiento de la obligación del tomador de pagar el
canon produce los siguientes efectos:
a. si el tomador ha pagado menos de un cuarto del monto del canon total convenido, la mora
es automática y el dador puede demandar judicialmente el desalojo. Se debe dar vista por
cinco días al tomador, quien puede probar documentalmente el pago de los períodos que se
le reclaman o paralizar el trámite, por única vez, mediante el pago de lo adeudado, con más
sus intereses y costas. Caso contrario, el juez debe disponer el lanzamiento sin más trámite;
b. si el tomador ha pagado un cuarto o más pero menos de tres cuartas partes del canon
convenido, la mora es automática; el dador debe intimarlo al pago del o de los períodos
adeudados con más sus intereses y el tomador dispone por única vez de un plazo no menor
de sesenta días, contados a partir de la recepción de la notificación, para el pago del o de los
períodos adeudados con más sus intereses. Pasado ese plazo sin que el pago se verifique, el
dador puede demandar el desalojo, de lo que se debe dar vista por cinco días al tomador.
Dentro de ese plazo, el tomador puede demostrar el pago de lo reclamado, o paralizar el
procedimiento mediante el pago de lo adeudado con más sus intereses y costas, si antes no
hubiese recurrido a este procedimiento. Si, según el contrato, el tomador puede hacer
ejercicio de la opción de compra, en el mismo plazo puede pagar, además, el precio de
ejercicio de esa opción, con sus accesorios contractuales y legales. En caso contrario, el juez
debe disponer el lanzamiento sin más trámite;
c. Si el incumplimiento se produce después de haber pagado las tres cuartas partes del canon,
la mora es automática; el dador debe intimarlo al pago y el tomador tiene la opción de pagar
lo adeudado más sus intereses dentro de los noventa días, contados a partir de la recepción
de la notificación si antes no hubiera recurrido a ese procedimiento, o el precio de ejercicio
de la opción de compra que resulte de la aplicación del contrato, a la fecha de la mora, con
sus intereses. Pasado ese plazo sin que el pago se verifique, el dador puede demandar el
desalojo, de lo que debe darse vista al tomador por cinco días, quien sólo puede paralizarlo
ejerciendo alguna de las opciones previstas en este inciso, agregándole las costas del
proceso;
d. producido el desalojo, el dador puede reclamar el pago de los períodos de canon
adeudados hasta el momento del lanzamiento, con más sus intereses y costas, por la vía
ejecutiva. El dador puede también reclamar los daños y perjuicios que resulten del deterioro
anormal de la cosa imputable al tomador por dolo, culpa o negligencia por la vía procesal
pertinente.
ARTÍCULO 1249.- Secuestro y ejecución en caso de muebles. Cuando el objeto de leasing es
una cosa mueble, ante la mora del tomador en el pago del canon, el dador puede:
a. obtener el inmediato secuestro del bien, con la sola presentación del contrato inscrito, y
la prueba de haber interpelado al tomador por un plazo no menor de cinco días para la
regularización. Producido el secuestro, queda resuelto el contrato. El dador puede promover
ejecución por el cobro del canon que se haya devengado ordinariamente hasta el período
íntegro en que se produjo el secuestro, la cláusula penal pactada en el contrato y sus
intereses; todo ello sin perjuicio de la acción del dador por los daños y perjuicios, y la acción
del tomador si correspondieran;
b. accionar por vía ejecutiva por el cobro del canon no pagado, incluyendo la totalidad del
canon pendiente; si así se hubiera convenido, con la sola presentación del contrato inscripto
y sus accesorios. En este caso, sólo procede el secuestro cuando ha vencido el plazo ordinario
del leasing sin haberse pagado el canon íntegro y el precio de la opción de compra, o cuando
se demuestre sumariamente el peligro en la conservación del bien, debiendo el dador otorgar
caución suficiente. En el juicio ejecutivo previsto en ambos incisos, puede incluirse la
ejecución contra los fiadores o garantes del tomador. El domicilio constituido es el fijado en
el contrato.
ARTÍCULO 1250.- Normas supletorias. En todo lo no previsto por el presente Capítulo, al
contrato de leasing se le aplican subsidiariamente las reglas del contrato de locación, en
cuanto sean compatibles, mientras el tomador no ha pagado la totalidad del canon y ejercido
la opción, con pago de su precio. No son aplicables al leasing las disposiciones relativas a
plazos mínimos y máximos de la locación de cosas ni las excluidas convencionalmente. Se le
aplican subsidiariamente las normas del contrato de compraventa para la determinación del
precio de ejercicio de la opción de compra y para los actos posteriores a su ejercicio y pago.
Factoraje: concepto, caracteres, régimen legal.
En el Libro III, Título IV, Capítulo 13, del artículo 1421 al 1428, se establece el régimen legal
del contrato de factoraje, comenzando por su definición, según la cual una de las partes,
denominada “factor”, se obliga a adquirir, a cambio de un precio, los créditos originados en
el giro comercial de la otra, denominada “factoreado”, otorgándole un anticipo sobre tales
créditos, asumiendo o no los riesgos de que dichos créditos resulten imposibles de cobrar.
Se trata de un contrato en cuyo diseño se advierte una fuerte influencia del de cesión de
derechos, con elementos de la locación de servicios y del mutuo. Su utilidad se vincula con la
posibilidad que otorga a las empresas de tercerizar las tareas de cobro, obtener financiación,
aumentando la velocidad de rotación de su capital operativo, y hasta asesoramiento sobre
vías para la optimización de sus operaciones.
El cliente (cedente) transfiere al factor, que es la entidad financiera, sus créditos comerciales
representados por las facturas que posee para cobrar, tomando la entidad a su cargo la
gestión de cobro y anticipándole el importe.
El proveedor obtiene del factor la promesa de pago inmediato de sus créditos y la asunción
de los riesgos de cobranza, es decir, la garantía de solvencia de los deudores. y se obliga a
transferir al factor, con exclusividad y durante un tiempo determinado o no, los créditos
provenientes de las facturas respectivas y abonarle una remuneración en dinero. El
proveedor puede gozar de servicios prestados por el factor.
Características: Es principal, bilateral, de tracto sucesivo, oneroso, conmutativo, formal y
tipico.
Factor: Encargado de comprar los créditos originados en la actividad comercial del
factoreado, pudiendo prestarle además servicios de administración, gestión de cobranza (de
por ejemplo la cartera de clientes) y asistencia técnica (realización de informes estadísticos
de riesgo y de situación de mora), comercial o administrativa respecto de los créditos que le
han sido cedidos.
Factoreado: Es quien cede el conjunto de sus créditos existentes o futuros o una parte de
ellos porque si se tratara de un único crédito sería aplicable la cesión de derechos y no el
contrato de factoraje. Deberá responder ante el factor por la pérdida de valor de los créditos
cedidos en factoraje cuando se vuelva imposible para el factor cobrarlos por una causa
atribuible al origen de la obligación, es decir, al vínculo entre el deudor cedido y el factoreado.
Contenido del contrato: Además de los datos personales suficientes que permitan identificar
al factor y al factoreado, el contrato deberá incluir toda la información relativa a los derechos
de cobro que se transmiten y la descripción de los documentos en los que se encuentran
instrumentados, detallando fecha de emisión, de vencimiento y demás información que
permita su identificación.
El contrato de factoraje puede presentarse en su práctica negocial con dos estructuras
jurídicas:
 Como un contrato preliminar, en virtud del cual el empresario se obliga a ofrecer a la
empresa de factoring la cesión de sus créditos y ésta a considerar su aceptación y en
su caso a financiarlos. Aquí, aceptadas las cesiones, ellas son individuales y en caso de
cesiones futuras requieren la suscripción del contrato definitivo de cesión
 Como un contrato de cesión global de créditos presentes y futuros, es decir como un
contrato definitivo que establece las condiciones predeterminadas que deben tener
los créditos dadas las cuales serán aceptados. En este caso, las cesiones posteriores
son actos de ejecución del contrato y, en aquellos países adonde se lo ha regulado,
ellas operan automáticamente desde el momento de nacimiento del crédito.
ARTÍCULO 1421.- Definición. Hay contrato de factoraje cuando una de las partes,
denominada factor, se obliga a adquirir por un precio en dinero determinado o determinable
los créditos originados en el giro comercial de la otra, denominada factoreado, pudiendo
otorgar anticipo sobre tales créditos asumiendo o no los riesgos.
ARTÍCULO 1422.- Otros servicios. La adquisición puede ser complementada con servicios de
administración y gestión de cobranza, asistencia técnica, comercial o administrativa respecto
de los créditos cedidos.
ARTÍCULO 1423.- Créditos que puede ceder el factoreado. Son válidas las cesiones globales
de parte o todos los créditos del factoreado, tanto los existentes como los futuros, siempre
que estos últimos sean determinables.
ARTÍCULO 1424.- Contrato. Elementos que debe incluir. El contrato debe incluir la relación
de los derechos de crédito que se transmiten, la identificación del factor y factoreado y los
datos necesarios para identificar los documentos representativos de los derechos de crédito,
sus importes y sus fechas de emisión y vencimiento o los elementos que permitan su
identificación cuando el factoraje es determinable.
ARTÍCULO 1425.- Efecto del contrato. El documento contractual es título suficiente de
transmisión de los derechos cedidos.
ARTÍCULO 1426.- Garantía y aforos. Las garantías reales y personales y la retención anticipada
de un porcentaje del crédito cedido para garantizar su incobrabilidad o aforo son válidos y
subsisten hasta la extinción de las obligaciones del factoreado.
ARTÍCULO 1427.- Imposibilidad del cobro del derecho de crédito cedido. Cuando el cobro del
derecho de crédito cedido no sea posible por una razón que tenga su causa en el acto jurídico
que le dio origen, el factoreado responde por la pérdida de valor de los derechos del crédito
cedido, aun cuando el factoraje se haya celebrado sin garantía o recurso.
ARTÍCULO 1428.- Notificación al deudor cedido. La transmisión de los derechos del crédito
cedido debe ser notificada al deudor cedido por cualquier medio que evidencie
razonablemente la recepción por parte de éste.
Tarjeta de crédito: concepto, características, elementos, partes, régimen legal.
Según el diccionario jurídico una tarjeta de crédito es una "Tarjeta emitida por un banco u
otra entidad financiera que autoriza a la persona a cuyo favor es emitida a efectuar pagos,
en los negocios adheridos al sistema, mediante su firma y la exhibición de tal tarjeta..."
Cogorno manifiesta que es muy difícil dar una definición precisa, podríamos entenderla
como: Es un contrato complejo de características propias que establece una relación
triangular entre un comprador, un vendedor y una entidad financiera, posibilitando al
primero la adquisición de bienes y servicios que ofrece el segundo, mediante la promesa
previa formulada a la entidad emisora de abonar el precio de sus compras en un plazo dado
por esta última, la que se hará cargo de la deuda abonando inmediatamente el importe al
vendedor previa deducción de las comisiones que hayan estipulado entre ambos por
acercamiento de la demanda.
En sí, la tarjeta es un mero elemento identificatorio de quienes son contratantes de un
sistema de tarjeta de crédito, ya que la misma cumple funciones operativas y simbólicas. Solo
partiendo del análisis general del sistema de tarjeta de crédito, es posible obtener una
definición técnica de la tarjeta y del sistema contractual que le da origen.
La tarjeta de crédito o carnet de crédito que entregan las entidades financieras legitimadas
para crearlo y emitirlo permiten al tenedor o tenedores legítimos (ya que no están destinados
a circular) adquirir bienes , servicios y dinero efectivo, e inclusive financiación de compras en
un numero de meses, a su presentación en los comercios que se obligaron a ello con la
entidad financiera, y que el tenedor o tenedores de la tarjeta de crédito conocen por aviso o
información de aquella a estos, debiendo firmar en cada caso la factura o cupón de ventas al
comerciante.

Respecto de la tarjeta de crédito, se señala que por medio de ella el consumidor simplifica
notoriamente sus operaciones, debido a que la tarjeta reemplaza la entrega de dinero en
efectivo y a su vez constituye un importante instrumento de crédito; en la medida que difiere
el cumplimiento de las obligaciones dinerarias, pues generalmente no requiere hacer una
previsión de fondos.

Elementos:
1.- LOS SUJETOS CONTRATANTES.- elementos que a su vez se subdivide en :
A) USUARIO.- El es la persona natural o jurídica autorizada por los emisores para emplear la
tarjeta de crédito que se le entrega, luego de una previa evaluación de su buen crédito se
considera a esto como solvencia económica y moral. Para poder hacer uso de este medio de
crédito es necesario ser aprobado por la entidad emisora, aprobación que se concreta con la
entrega que se hace al mismo de la respectiva tarjeta de crédito para su uso.
B) ENTIDAD EMISORA.- Las entidades emisoras pueden ser tres:
Empresas comerciales que emiten sus propios carnets de crédito, por los cuales tienden a
identificar a sus mejores clientes y a beneficiarlos con la apertura de créditos generalmente
limitados a cierta cantidad.
Entidades especializadas, dichas entidades son las que han creado el verdadero Credit Card.
Entidades financieras; así tenemos a los bancos comerciales que son los últimos que han
ingresado en la realización de esta operación.
C) COMERCIANTES.- Se hace necesario un circuito donde convencionalmente se acepte la
utilización del crédito que se la concedido al usuario. Su aceptación no depende de la ley, ni
tampoco de la aceptación de solvencia del comprador, sino de la voluntad del vendedor
manifestada anticipadamente de integrar la lista de comercios adheridos con el fin de
aumentar sus ventas. Los vendedores abonan una comisión por las ventas realizadas a los
usuarios de las tarjetas de crédito, deducibles del valor de las mismas, han logrado esto
gracias al acercamiento que ha realizado la entidad emisora de la oferta y la demanda. Ese
acercamiento se realiza gracias a la publicidad que produce la entidad emisora de los
negocios adheridos, ya sea incluyéndolos dentro de las listas de comercios donde se pueden
utilizar los carnets de compra o dentro de los "Deplaint" de recomendaciones y ofertas.
2.- OBJETO.- La finalidad de este contrato es la facilitación de las compras mediante el
otorgamiento de un crédito. Además posee características propias que lo hacen diferente de
los demás y estas son:
No se le da al usuario suma alguna de dinero sino la posibilidad de adquirir bienes o servicios.
La adquisición de bienes y servicios sólo puede realizarla el comprador en lugares
previamente determinados.
La presentación de servicios y la entrega de bienes la realiza un tercero, a quien no une
ningún vínculo previo con el usuario.
El crédito se puede utilizar o no y puede o no tener limite, no pagándose por el interés alguno.
3.- PRECIO.- El precio que abona el usuario por tener la posibilidad de utilizar el crédito se
reduce a una cuota fija que abona anualmente a la entidad emisora en compensación de
gastos de administración y beneficio. Asimismo, el usuario debe abonar en forma periódico,
generalmente mensual, el importe del crédito que ha usado, después que la entidad le hace
entrega de la liquidación de sus gastos que debe aprobar. En algunas oportunidades, la
entidad emisora le puede dar un plazo mayor para que el usuario abone su crédito. En este
caso se aplica un interés a determinar sobre el saldo de la deuda.
4.- TARJETA.- Si bien no es el elemento fundamental de este tipo de contrato, su popularidad
hace que fácilmente los juristas se sientan atraídos en convertirla en la verdadera esencia de
esta convención. En efecto, la tarjeta no es el elemento fundamental sino que ésta solamente
confiere la posibilidad de identificar a quien pueda hacer uso de crédito.
La ley 25.065 regula la Tarjeta de Crédito en la República Argentina:
ARTICULO 1° — Se entiende por sistema de Tarjeta de Crédito al conjunto complejo y
sistematizado de contratos individuales cuya finalidad es:
a) Posibilitar al usuario efectuar operaciones de compra o locación de bienes o servicios u
obras, obtener préstamos y anticipos de dinero del sistema, en los comercios e instituciones
adheridos.
b) Diferir para el titular responsable el pago o las devoluciones a fecha pactada o financiarlo
conforme alguna de las modalidades establecidas en el contrato.
c) Abonar a los proveedores de bienes o servicios los consumos del usuario en los términos
pactados.
ARTICULO 2° — A los fines de la presente ley se entenderá por:
a) Emisor: Es la entidad financiera, comercial o bancaria que emita Tarjetas de Crédito, o que
haga efectivo el pago.
b) Titular de Tarjeta de Crédito: Aquel que está habilitado para el uso de la Tarjeta de Crédito
y quien se hace responsable de todos los cargos y consumos realizados personalmente o por
los autorizados por el mismo.
c) Usuario, titular adicional, o beneficiario de extensiones: Aquel que está autorizado por el
titular para realizar operaciones con Tarjeta de Crédito, a quien el emisor le entrega un
instrumento de idénticas características que al titular.
d) Tarjeta de Compra: Aquella que las instituciones comerciales entregan a sus clientes para
realizar compras exclusivas en su establecimiento o sucursales.
e) Tarjeta de Débito: Aquella que las instituciones bancarias entregan a sus clientes para que
al efectuar compras o locaciones, los importes de las mismas sean debitados directamente
de una cuenta de ahorro o corriente bancaria del titular.
f) Proveedor o Comercio Adherido: Aquel que en virtud del contrato celebrado con el emisor,
proporciona bienes, obras o servicios al usuario aceptando percibir el importe mediante el
sistema de Tarjeta de Crédito.
ARTICULO 3° — Ley aplicable. Las relaciones por operatoria de Tarjetas de Crédito quedan
sujetas a la presente ley y supletoriamente se aplicarán las normas de los Códigos Civil y
Comercial de la Nación y de la ley de Defensa del Consumidor (Ley 24.240).
ARTICULO 4° — Denominación. Se denomina genéricamente Tarjeta de Crédito al
instrumento material de identificación del usuario, que puede ser magnético o de cualquier
otra tecnología, emergente de una relación contractual previa entre el titular y el emisor.
ARTICULO 5° — Identificación. El usuario, poseedor de la tarjeta estará identificado en la
misma con:
a) Su nombre y apellido.
b) Número interno de inscripción.
c) Su firma ológrafa.
d) La fecha de emisión de la misma.
e) La fecha de vencimiento.
f) Los medios que aseguren la inviolabilidad de la misma.
6) La identificación del emisor y de la entidad bancaria interviniente.

ARTICULO 6° — Contenido del contrato de emisión de Tarjeta de Crédito. El contrato de


emisión de Tarjeta de Crédito debe contener los siguientes requisitos:
a) Plazo de vigencia especificando comienzo y cese de la relación (plazo de vigencia de la
tarjeta).
b) Plazo para el pago de las obligaciones por parte del titular.
c) Porcentual de montos mínimos de pago conforme a las operaciones efectuadas.
d) Montos máximos de compras o locaciones, obras o retiros de dinero mensuales
autorizados.
e) Tasas de intereses compensatorios o financieros.
f) Tasa de intereses punitorios.
g) Fecha de cierre contable de operaciones.
h) Tipo y monto de cargos administrativos o de permanencia en el sistema (discriminados por
tipo, emisión, renovación, envío y confección de resúmenes, cargos por tarjetas adicionales
para usuarios autorizados, costos de financiación desde la fecha de cada operación, o desde
el vencimiento del resumen mensual actual o desde el cierre contable de las operaciones
hasta la fecha de vencimiento del resumen mensual actual, hasta el vencimiento del pago del
resumen mensual, consultas de estado de cuenta, entre otros).
i) Procedimiento y responsabilidades en caso de pérdida o sustracción de tarjetas.
j) Importes o tasas por seguros de vida o por cobertura de consumos en caso de pérdida o
sustracción de tarjetas.
k) Firma del titular y de personal apoderado de la empresa emisora. Si el instrumento fuese
generado por medios electrónicos, el requisito de la firma quedará satisfecho si se utiliza
cualquier método que asegure indubitablemente la exteriorización de la voluntad de las
partes y la integridad del instrumento.
1) Las comisiones fijas o variables que se cobren al titular por el retiro de dinero en efectivo.
m) Consecuencias de la mora.
n) Una declaración en el sentido que los cargos en que se haya incurrido con motivo del uso
de la Tarjeta de Crédito son debidos y deben ser abonados contra recepción de un resumen
periódico correspondiente a dicha tarjeta.
h) Causales de suspensión, resolución y/o anulación del contrato de Tarjeta de Crédito.

ARTICULO 7° — Redacción del contrato de emisión de Tarjeta de Crédito. El contrato de


emisión de Tarjeta de Crédito deberá reunir las siguientes condiciones:
a) Redactado en ejemplares de un mismo tenor para el emisor, para el titular, para el
eventual fiador personal del titular y para el adherente o usuario autorizado que tenga
responsabilidades frente al emisor o los proveedores.
b) El contrato deberá redactarse claramente y con tipografía fácilmente legible a simple vista.
c) Que las cláusulas que generen responsabilidad para el titular adherente estén redactadas
mediante el empleo de caracteres destacados o subrayados.
d) Que los contratos tipo que utilice el emisor estén debidamente autorizados y registrados
por la autoridad de aplicación.
ARTICULO 8° — Perfeccionamiento de la relación contractual. El contrato de Tarjeta de
Crédito entre el emisor y el titular queda perfeccionado sólo cuando se firma el mismo, se
emitan las respectivas tarjetas y el titular las reciba de conformidad.
El emisor deberá entregar tantas copias del contrato como partes intervengan en el mismo.
ARTICULO 9° — Solicitud. La solicitud de la emisión de la Tarjeta de Crédito, de sus adicionales
y la firma del codeudor o fiador no generan responsabilidad alguna para el solicitante, ni
perfeccionan la relación contractual.
ARTICULO 10. — Prórroga automática de los contratos. Será facultativa la prórroga
automática de los contratos de Tarjeta de Crédito entre emisor y titular. Si se hubiese pactado
la renovación automática el usuario podrá dejarla sin efecto comunicando su decisión por
medio fehaciente con treinta (30) días de antelación. El emisor deberá notificar al titular en
los tres últimos resúmenes anteriores al vencimiento de la relación contractual la fecha en
que opera el mismo.
ARTICULO 11. — Conclusión o resolución de la relación contractual. Concluye la relación
contractual cuando:
a) No se opera la recepción de las Tarjetas de Crédito renovadas por parte del titular.
b) El titular comunica su voluntad en cualquier momento por medio fehaciente.
ARTICULO 12. — Conclusión parcial de la relación contractual o cancelación de extensiones
a adherentes u otros usuarios autorizados. La conclusión puede ser parcial respecto de los
adicionales, extensiones o autorizados por el titular, comunicada por este último por medio
fehaciente.
2.- Fideicomiso: concepto, caracteres y elementos.
El artículo 1666 del Código Civil y Comercial define al contrato de fideicomiso en estos
términos: "Hay contrato de fideicomiso cuando una parte, llamada fiduciante, transmite o se
compromete a transmitir la propiedad de bienes a otra persona denominada fiduciario, quien
se obliga a ejercerla en beneficio de otra llamada beneficiario, que se designa en el contrato,
y a transmitirla al cumplimiento de un plazo o condición al fideicomisario."
El Código Civil y Comercial mantiene la misma definición legislativa adoptada en la Ley Nº
24.441, consagrando al fideicomiso solamente como un contrato y no como una persona,
careciendo consecuentemente de capacidad para adquirir derechos o contraer obligaciones,
y solamente "existe" a través de la gestión del fiduciario.
La ley 24.441, con una evidente inspiración en el trust anglosajón, en su artículo 1º decía:
"Habrá fideicomiso cuando una persona (fiduciante) transmita la propiedad fiduciaria de
bienes determinados a otra (fiduciario), quien se obliga a ejercerla en beneficio de quien se
designe en el contrato (beneficiario), y a transmitirlo al cumplimiento de un plazo o condición
al fiduciante, al beneficiario o al fideicomisario". La doctrina ha criticado largamente la
definición legal actual transcripta en el párrafo precedente. Así, Bettina V. Freire, interpreta
que la norma define más bien la propiedad fiduciaria y no al contrato de fideicomiso,
mientras que Giraldi sostiene que lo definido por dicha norma es el fideicomiso, aunque
ubicándolo dentro de un marco contractual. En sentido similar, dice López de Zavalía que lo
definido en el art. 1º de la Ley 24.441 no es el contrato de fideicomiso, sino la operación
jurídica de constitución de fideicomiso. El grave defecto que a criterio de Urrets Zavalía tiene
el concepto legal actualmente vigente, es que define al fideicomiso dentro de un marco
contractual, siendo que luego, en el artículo 3°, se prevé la posibilidad de que el fideicomiso
tenga como causa fuente un acto de disposición de última voluntad testamentario. Este
defecto, señala este mismo autor, ya había sido corregido en el Proyecto de Código Civil de
1998, en el que el fideicomiso se encuentra regulado como contrato típico entre los artículos
1452 y 1467, y es corregido en el Código Civil y Comercial Unificado del año 2012, zanjando
de esta manera gran parte de la discusión, ya que queda claro que lo definido en el art. 1666
es el contrato de fideicomiso y no otra cosa.
Fideicomisario: Art. 1672, en estos términos: "El fideicomisario es la persona a quien se
transmite la propiedad al concluir el fideicomiso. Puede ser el fiduciante, el beneficiario, o
una persona distinta de ellos. No puede ser fideicomisario el fiduciario. Se aplican al
fideicomisario los párrafos primero, segundo y tercero del artículo 1671. Si ningún
fideicomisario acepta, todos renuncian o no llegan a existir, el fideicomisario es el fiduciante".
Al respecto, la doctrina tiene dicho que el fideicomisario es el beneficiario residual del
fideicomiso quien puede ser el fiduciante, el beneficiario o un tercero, ya que bien puede
suceder que quien tenga derecho a que el fiduciario le transmita el dominio de la cosa sea el
fiduciante o el beneficiario, lo cual deberá estar determinado en el contrato. Es decir que el
fideicomisario es el llamado a recibir la propiedad de los bienes una vez extinguido el
fideicomiso.
Finalmente, destacaremos aquí en el texto del Anteproyecto de unificación no preveía
prohibición alguna al fiduciario para que, al concluir el fideicomiso, se pueda convertir en
fideicomisario. Se trata de una limitación incorporada en las últimas reformas
parlamentarias, la cual nos parece a todas luces acertada, por cuanto de tal manera se evitan
en cierto modo la superposición y conflicto de intereses y la imparcialidad que debe
mantener el administrador fiduciario a lo largo de todo el negocio.
Más adelante veremos que, sin embargo, el fiduciario sí podrá ser beneficiario del
fideicomiso que administre; solución legal que no escapará a algunas críticas.

El contenido del contrato: El art. 1667 del Código Civil y Comercial dispone que el contrato
debe contener:
a) la individualización de los bienes objeto del contrato y en caso de no resultar posible tal
individualización a la fecha de la celebración del fideicomiso, debe constar la descripción de
los requisitos y características que deben reunir los bienes
b) la determinación del modo en que otros bienes pueden ser incorporados al fideicomiso,
en su caso
c) el plazo o condición a que se sujeta la propiedad fiduciaria
d) la identificación del beneficiario, o la manera de determinarlo conforme con el artículo
1671 e) el destino de los bienes a la finalización del fideicomiso, con indicación del
fideicomisario a quien deben trasmitirse o la manera de determinarlo conforme con el
artículo 1672
f) los derechos y obligaciones del fiduciario y el modo de sustituirlo, si cesa.
La forma del contrato de fideicomiso: De acuerdo al artículo 1669 del nuevo Código Civil y
Comercial, el contrato de fideicomiso puede celebrarse por instrumento público o privado,
excepto cuando se refiere a bienes cuya trasmisión debe ser celebrada por instrumento
público. En este caso, cuando no se cumple dicha formalidad, el contrato vale como promesa
de otorgarlo. Si la incorporación de esta clase de bienes es posterior a la celebración del
contrato, el Código Civil y Comercial señala que será suficiente con el cumplimiento, en esa
oportunidad, de las formalidades necesarias para su transferencia, debiéndose transcribir en
el acto respectivo el contrato de fideicomiso.
El objeto del fideicomiso: El artículo 1670 prevé que pueden ser objeto del fideicomiso todos
los bienes que se encuentran en el comercio, incluso universalidades, pero no pueden serlo
las herencias futuras.
Recordemos que en la letra del nuevo Código Civil y Comercial, las personas son titulares de
los derechos individuales sobre los bienes que integran su patrimonio, y tales derechos
pueden recaer sobre bienes susceptibles de valor económico. Esta última norma dispone que
los bienes materiales se llaman cosas, y que las disposiciones referentes a las cosas son
aplicables a la energía y a las fuerzas naturales susceptibles de ser puestas al servicio del
hombre.
El sistema adoptado por la Ley 24.441 disponía que cuando el objeto del fideicomiso
comprenda de bienes registrables, los registros correspondientes deberán tomar razón de la
transferencia fiduciaria de la propiedad a nombre del fiduciario.
Luego, y como veremos con más detalle en párrafos siguientes, según lo dispone el art. 1685,
los bienes fideicomitidos constituyen un patrimonio separado del patrimonio del fiduciario,
del fiduciante, del beneficiario y del fideicomisario.
El fiduciario: El artículo 1673 del Código Civil y Comercial dispone que el fiduciario puede ser
cualquier persona humana o jurídica, pero sólo podrán ofrecerse al público para actuar como
fiduciarios las entidades financieras autorizadas a funcionar como tales, sujetas a las
disposiciones de la ley respectiva y las personas jurídicas que autoriza el organismo de
contralor de los mercados de valores, que debe establecer los requisitos que deben cumplir.
La novedad más saliente del nuevo Código Civil y Comercial en relación a la ley 24.441, el
nuevo fiduciario podrá ser beneficiario. En tal caso, dice el último párrafo del art. 1673,
deberá evitar cualquier conflicto de intereses y obrar privilegiando los [intereses] de los
restantes sujetos intervinientes en el contrato.
Luego, el art. 1674 consagra el estándar de actuación del fiduciario, al disponer que éste debe
cumplir las obligaciones impuestas por la ley y por el contrato con la prudencia y diligencia
del buen hombre de negocios que actúa sobre la base de la confianza depositada en él.
Además, el mismo art. 1674 prevé un sistema solidario en caso de designarse a más de un
fiduciario para que actúen simultáneamente, sea en forma conjunta o indistinta, siendo su
responsabilidad solidaria por el cumplimiento de las obligaciones resultantes del fideicomiso.
El fiduciario está obligado a rendir cuentas y, de conformidad con lo dispuesto en el art. 1675,
éstas deben ser rendidas con una periodicidad no mayor a un año. Esta norma establece que
la rendición de cuentas podrá ser solicitada por el beneficiario, por el fiduciante o por el
fideicomisario, en su caso, conforme a la ley y a las previsiones contractuales. Además, el art.
1676 prohíbe que el contrato de fideicomiso dispense al fiduciario de la obligación de rendir
cuentas, ni de la culpa o dolo en que puedan incurrir él o sus dependientes, ni de la
prohibición de adquirir para sí los bienes fideicomitidos.
Salvo estipulación en contrario, el fiduciario en el Código Civil y Comercial tiene derecho al
reembolso de los gastos y a una retribución, ambos a cargo de quien o quienes se estipula en
el contrato. Si la retribución no se fija en el contrato, la debe fijar el juez teniendo en
consideración la índole de la encomienda, la importancia de los deberes a cumplir, la eficacia
de la gestión cumplida y las demás circunstancias en que actúa el fiduciario.
El art. 1689 del Código Civil y Comercial señala que el fiduciario está legitimado para ejercer
todas las acciones que correspondan para la defensa de los bienes fideicomitidos, contra
terceros, el fiduciante, el beneficiario o el fideicomisario. Además, prevé que el juez puede
autorizar al fiduciante, al beneficiario o al fideicomisario, a ejercer acciones en sustitución
del fiduciario, cuando éste no lo haga sin motivo suficiente.
Según lo dispone el art. 1685, sin perjuicio de su responsabilidad, el fiduciario tiene la
obligación de contratar un seguro contra la responsabilidad civil que cubra los daños
causados por las cosas objeto del fideicomiso, señalando que los riesgos y montos por los
que debe contratar el seguro son los que establezca la reglamentación y, en defecto de ésta,
los que sean razonables. La misma norma prevé que el fiduciario es objetivamente
responsable en los términos del art. 1757 y concordantes cuando no haya contratado seguro,
o cuando éste resulte irrazonable en la cobertura de riesgos o montos.
Por otra parte, el art. 1688 del nuevo Código Civil y Comercial dispone que el fiduciario puede
disponer o gravar los bienes fideicomitidos cuando lo requieran los fines del fideicomiso, sin
que sea necesario el consentimiento del fiduciante, del beneficiario o del fideicomisario. Sin
embargo, la nueva norma dispone expresamente que el contrato puede prever limitaciones
a estas facultades, incluso la prohibición de enajenar, las que, en su caso, deben ser inscriptas
en los registros correspondientes a cosas registrables, siendo esta última una verdadera
novedad para la ley argentina. La norma continúa señalando que dichas limitaciones no son
oponibles a terceros interesados de buena fe, sin perjuicio de los derechos respecto del
fiduciario.
En los casos en que se nombren varios fiduciarios, se configurará un condominio en función
de lo previsto en el artículo 1674 y los actos de disposición deben ser otorgados por todos
conjuntamente, excepto pacto en contrario, estándoles prohibido a todos ellos el ejercicio
de la acción de partición mientras dure el fideicomiso.
Luego, el art. 1698 dispone que el fiduciario estará obligado a entregar los bienes
fideicomitidos al fideicomisario o a sus sucesores una vez extinguido el fideicomiso,
otorgando los instrumentos y contribuyendo a las inscripciones registrales que
corresponden.
En el art. 1678 encontramos reguladas las causales de cesación de la actuación del fiduciario.
El Código señala que el fiduciario cesa por los siguientes motivos: a) remoción judicial por
incumplimiento de sus obligaciones o por hallarse imposibilitado material o jurídicamente
para el desempeño de su función, a instancia del fiduciante; o a pedido del beneficiario o del
fideicomisario, con citación del fiduciante; b) incapacidad, inhabilitación y capacidad
restringida judicialmente declaradas, y muerte, si es una persona humana; c) disolución, si es
una persona jurídica; esta causal no se aplica en casos de fusión o absorción, sin perjuicio de
la aplicación del inciso a), en su caso; d) quiebra o liquidación; e) renuncia, si en el contrato
se la autoriza expresamente, o en caso de causa grave o imposibilidad material o jurídica de
desempeño de la función; la renuncia tiene efecto después de la transferencia del patrimonio
objeto del fideicomiso al fiduciario sustituto.
Producida una causa de cese del fiduciario en el sistema del Código Civil y Comercial
unificado, lo reemplaza el sustituto indicado en el contrato o el designado de acuerdo al
procedimiento previsto por él. Si no lo hay o no acepta, el juez debe designar como fiduciario
a una de las entidades autorizadas de acuerdo a lo previsto en el artículo 1690. En caso de
muerte del fiduciario, el artículo 1679 dispone que los interesados pueden prescindir de la
intervención judicial, otorgando los actos necesarios para la transferencia de bienes. En los
restantes casos de los incisos b), c) y d) del artículo 1678, cualquier interesado puede solicitar
al juez la comprobación de la ocurrencia de la causal y la indicación del sustituto o el
procedimiento para su designación, conforme con el contrato o la ley, por el procedimiento
más breve previsto por la ley procesal local.
En todos los supuestos del artículo 1678 del Código Civil y Comercial el juez puede, a pedido
del fiduciante, del beneficiario, del fideicomisario o de un acreedor del patrimonio separado,
designar un fiduciario judicial provisorio o dictar medidas de protección del patrimonio, si
hay peligro en la demora. Si la designación del nuevo fiduciario se realiza con intervención
judicial, debe ser oído el fiduciante.
En tales supuestos, los bienes fideicomitidos deben ser transmitidos al nuevo fiduciario y, si
son registrables es forma suficiente del título el instrumento judicial, notarial o privado
autenticado, en los que conste la designación del nuevo fiduciario. La toma de razón también
puede ser rogada por el nuevo fiduciario.
Sin lugar a dudas, la previsión legal del nuevo Código Civil y Comercial respecto de la
posibilidad de nombrar un fiduciario provisorio resulta una luz de alerta para los fiduciarios
que se enciende en salvaguarda de los intereses de los fiduciantes, beneficiarios,
fideicomisarios o acreedores del fideicomiso que vean frustradas sus legítimas expectativas
por deficiencias en la administración del patrimonio fideicomitido o ante la inminencia de la
producción de algún detrimento de sus derechos. Entendemos que tal designación debe
estar debidamente motivada, debiendo reunir los presupuestos propios de toda medida
cautelar (esto es, verosimilitud del derecho (fumus boni iuris), peligro en la demora
(periculum in mora) y, en su caso, prestación de una contracautela.

Propiedad fiduciaria y dominio fiduciario.


El art. 1682 regula la denominada propiedad fiduciaria señalando que la misma se constituye
sobre los bienes fideicomitidos, regida por las disposiciones que correspondan a la naturaleza
de los bienes. En tal sentido, según el artículo 1683 del Código Civil y Comercial, el carácter
fiduciario de la propiedad tiene efectos frente a terceros desde el momento en que se
cumplen los requisitos exigidos de acuerdo con la naturaleza de los bienes respectivos. Si se
tratare de bienes registrables, los registros correspondientes deben tomar razón de la calidad
fiduciaria de la propiedad a nombre del fiduciario.
Además, el Código Civil y Comercial prevé que salvo pacto en contrario, el fiduciario adquiere
la propiedad fiduciaria de los frutos y productos de los bienes fideicomitidos y de los bienes
que adquiera con esos frutos y productos o por subrogación real respecto de todos esos
bienes, debiéndose dejar constancia de ello en el título para la adquisición y en los registros
pertinentes.
El art. 1685 dispone que los bienes fideicomitidos constituyen un patrimonio separado del
patrimonio del fiduciario, del fiduciante, del beneficiario y del fideicomisario. Pues, sin
perjuicio de su responsabilidad, el fiduciario tiene la obligación de contratar un seguro contra
la responsabilidad civil que cubra los daños causados por las cosas objeto del fideicomiso,
pero los riesgos y montos por los que debe contratar el seguro son los que establecerá la
reglamentación y, a falta de ésta, los que sean razonables.
El fiduciario es responsable cuando no haya contratado seguro, o cuando éste resulte
irrazonable en la cobertura de riesgos o montos.
El sistema de la Ley N° 24.441 también escapaba al principio del patrimonio como prenda
común de los acreedores, pero la diferencia entre aquella regulación y el nuevo Código Civil
y Comercial radica en la extensión de la responsabilidad del fiduciario, ya que el Art. 14 de la
Ley 24.441 disponía que la responsabilidad objetiva del fiduciario emergente del artículo
1113 del Código Civil solo se limitaba al valor de la cosa fideicomitida cuyo riesgo o vicio fuese
causa del daño si el fiduciario no pudo razonablemente haberse asegurado.
El art. 1686 prevé que los bienes fideicomitidos quedan exentos de la acción singular o
colectiva de los acreedores del fiduciario y del fiduciante, quedando a salvo las acciones por
fraude y de ineficacia concursal, siendo ésta última acción especifica la agregada a la nueva
regulación. Asimismo, la misma norma dispone que los acreedores del beneficiario y del
fideicomisario podrán subrogarse en los derechos de su deudor.
En cambio, el dominio fiduciario definido en el artículo 1701 es aquel que se adquiere con
razón de un fideicomiso constituido por contrato o por testamento, y está sometido a durar
solamente hasta la extinción del fideicomiso, para el efecto de entregar la cosa a quien
corresponda según el contrato, el testamento o la ley.
El art. 1703 dispone que el dominio fiduciario hace excepción a la normativa general del
dominio y, en particular, del dominio imperfecto en cuanto es posible incluir en el contrato
de fideicomiso las limitaciones a las facultades del propietario contenidas en las disposiciones
de los Capítulos 30 y 31 del Código Civil y Comercial.
El titular del dominio fiduciario tiene las facultades del dueño perfecto, en tanto los actos
jurídicos que realiza se ajusten al fin del fideicomiso y a las disposiciones contractuales
pactadas.
La extinción del dominio fiduciario no tiene efecto retroactivo respecto de los actos
realizados por el fiduciario, a excepción de aquellos que no se ajusten a los fines del
fideicomiso y a las disposiciones contractuales pactadas, y que el tercer adquirente carezca
de buena fe y título oneroso. Así, el art. 1707 señala que en aquellos casos en que la extinción
no es retroactiva son oponibles al dueño perfecto todos los actos realizados por el titular del
dominio fiduciario; pero si la extinción sí es retroactiva, el dueño perfecto readquiere el
dominio libre de todos los actos jurídicos realizados.
Finalmente, y una vez que el fideicomiso se extingue por cualquier causa, el fiduciario de una
cosa queda inmediatamente constituido en poseedor a nombre del dueño perfecto.
Modalidades de contratación: fideicomiso de administración, fideicomiso de garantía y
fideicomiso financiero. Régimen legal.
 Fideicomisos de administración o de inversión: El fiduciante transmite bienes al
fiduciario, para que este los administre, ya sea en beneficio del instituyente o de un
tercero. Aún cuando no lleven la denominación de tal, no son sino fideicomisos de
administración los que ejercen las entidades gerentes de fondos comunes de inversión
y las administradoras de fondos de jubilaciones y pensiones.
En los Fondos Voluntarios de Pensiones, se constituyen como complemento de los
aportes previsionales obligatorios y pueden constituirse con recursos de los propios
interesados o de empresas patrocinadoras, a favor de su personal.
 Fideicomiso Financiero: Se regula en forma expresa en los artículos 19 a 24 de la Ley
N° 24.441 el Fideicomiso Financiero. Su regulación permite contar con un marco legal
adecuado para la emisión de títulos valores, en particular dirigido a la titularización de
activos. Titularizar o securitizar es el proceso financiero a través del cual se captan
fondos mediante la emisión de títulos valores con respaldo en activos (cosas o
derechos), previamente seleccionados y determinados de modo homogéneo, para
facilitar la adecuada valorización y reducción de riesgos.
El riesgo de inversión está centrado en las posibilidades de repago de los títulos de
deuda según los activos que resguardan el flujo de fondos.
El propósito perseguido es la obtención de financiación sin recurrir a la tradicional
intermediación financiera, reduciendo los costos del financiamiento en virtud de la
colocación y negociación de los títulos en el mercado de capitales. La clave de este
proceso está dada por el adecuado aislamiento jurídico de los bienes que respaldan o
garantizan la emisión.
Los fideicomisos financieros se adaptan para estructurar la captación privada de
inversionistas para la adquisición de grandes empresas, en ocasiones con fuerte tasa
de riesgo. A la finalización de la fiducia, por ejemplo, destinando bienes a ser
entregados a los hijos al cumplir la mayoría de edad.
Habrá Fideicomiso cuando una persona (Fiduciante) transmita la propiedad Fiduciaria
de bienes determinados a otro (Fiduciario), quien se obliga a ejecerla en beneficio de
quien se designe en el contrato (Beneficiario), y a transmitirlo al cumplimiento de un
plazo o condición al fiduciante, al Beneficiario o al Fideicomisario".
"Los bienes Fideicomitidos quedarán exentos de la acción singular o colectiva de los
acreedores del Fiduciario. Tampoco podrán agredir los bienes fideicomitidos los
acreedores del fiduciante."
 Fideicomisos en garantía: Contrato mediante el cual el fiduciante transfiere la
propiedad (fiduciaria) de uno o mas bienes a un fiduciario con la finalidad de garantizar
con ellos, o con su producido, el cumplimiento de ciertas obligaciones a cargo de aquel
o de un tercero, designando como beneficiario al acreedor o a un tercero en cuyo
favor, en caso de incumplimiento, se pagara la obligación garantizada.
El fiduciario recibe bienes destinados a garantizar el cumplimiento de determinadas
obligaciones. A diferencia de las otras formas de garantía (prenda, hipoteca o fianza)
sustituye el trámite judicial de ejecución y permite una venta más ordenada de los
bienes.
La venta fiduciaria no constituye ejecución forzada sino un simple cumplimiento de
una obligación, pudiendo actuar así porque tiene el dominio de los bienes
fideicomitidos, y por tanto, puede disponer de ellos libremente, con las únicas
limitaciones que se hubieran señalado en el acto constitutivo del fideicomiso.
La diferencia se puede dar en la mayor o menor potestad del acreedor, dado que si se
transmite la propiedad del crédito el acreedor podría disponer del bien, y en caso de
concurso o quiebra del cesionario, el fiduciario podría oponer a la masa del concurso
el derecho que le asiste como tal.

3.- Prenda con registro: concepto, elementos, caracteres, clases, derechos y obligaciones
de las partes. Régimen legal.
ARTÍCULO 2219.- Concepto. La prenda es el derecho real de garantía sobre cosas muebles
no registrables o créditos instrumentados. Se constituye por el dueño o la totalidad de los
copropietarios, por contrato formalizado en instrumento público o privado y tradición al
acreedor prendario o a un tercero designado por las partes. Esta prenda se rige por las
disposiciones contenidas en el presente Capítulo.

ARTÍCULO 2220.- Prenda con registro. Asimismo, puede constituirse prenda con registro
para asegurar el pago de una suma de dinero, o el cumplimiento de cualquier clase de
obligaciones a las que los contrayentes le atribuyen, a los efectos de la garantía prendaria,
un valor consistente en una suma de dinero, sobre bienes que deben quedar en poder del
deudor o del tercero que los haya prendado en seguridad de una deuda ajena. Esta prenda
se rige por la legislación especial.
Concepto: “Es un derecho real de garantía constituido a favor de ciertos acreedores mediante
la inscripción registral, para garantizar cualquier tipo de obligación, recae sobre cosas
muebles del deudor o un tercero, que están en poder de estos”. La Prenda con Registro no
requiere la entrega de la cosa para el nacimiento del derecho real. Se trata de una prenda
sin desplazamiento, en la cual el objeto prendado continúa en poder del deudor o del
tercero constituyente.
Elementos: Acreedor, deudor, datos del crédito (cuantía, tasa de interés, tiempo, lugar y
modo de pago), particularidades tendientes a individualizar los bienes prendados, privilegios
a los que están sujetos los bienes y especificación del seguro si estuvieran asegurados.
Caracteres:
• Unilateral.
• Oneroso.
• Consensual.
• Convencional: Solo puede tener nacimiento en un contrato.
• Mobiliario: Solo puede recaer sobre bienes muebles o papeles de comercio.
• Accesorio: De una obligación principal.
• Formal Solemne: porque se constituye la prenda por suscripción en instrumento público o
por formularios que el mismo registro da a las partes y con la inscripción en el Registro
Nacional de Créditos Prendarios (a diferencia del Registro Público de Comercio que es
provincial);
• Indivisible: Cada uno de los bienes pignorados y cada parte de ellos están afectados en
garantía de toda la deuda y de cada parte de ella. La indivisibilidad es de la naturaleza y no
de la esencia de la prenda con registro.
• Publica: Publicidad que se hace respectiva mediante la inscripción en el registro creado por
ley.
Clases de Prenda:
1) Prenda común: (con desplazamiento), cuando el bien dado en garantía es entregado
físicamente al acreedor o a un tercero que debe guardarlo (depositario). (Ej. casa de
empeños).
2) Prenda con registro: (sin desplazamiento). La cosa prendada no se desplaza, queda en
manos del deudor, pero el contrato debe ser inscripto en un registro. En la prenda con
registro, el deudor no entrega la cosa, la afecta para conseguir un crédito, la afecta al
cumplimiento de una obligación. El acreedor conserva como garantía un instrumento, un
certificado expedido por un organismo del estado declarándolo acreedor de esa deuda.
La ventaja de la prenda con registro radica, en que el deudor al conservar la cosa prendada,
puede continuar utilizándola en su actividad comercial. Esta clase de prenda está regulada
en el decreto ley 15.348/46, en la ley 12.962 y en el decreto 897/95.
A su vez la prenda con registro puede ser:
a. Fija: Se da cuando se constituye sobre bienes muebles o semovientes, patentes de
invención, marca de fábrica o de comercio, los frutos o productos aunque estén pendientes
o se hallen en pie, siendo indiferente que esos bienes tengan el carácter de inmuebles por
destino, es decir inmuebles por accesión (por ejemplo maquinarias instaladas, y si el
inmueble está hipotecado, debe pedirse la autorización al acreedor hipotecario, porque
constituiremos una prenda sobre una parte de él, sobre lo que esta adherido al suelo). El
artículo 11, inc. d menciona en forma expresa el fondo de comercio, menos su mercadería.
También puede venderse aquí la cosa prendada y seguirá subsistiendo la prenda. Cuando
desaparecen los prendados el privilegio también desaparece. La individualización de los
bienes será lo mas específica posible.
b. La prenda flotante: Se constituye sobre mercaderías y materias primas en general,
pertenecientes a un establecimiento comercial o industrial. Este tipo de prenda afecta las
cosas originariamente prendadas y las que resulten de su transformación, tanto como las que
se adquieran para reemplazarlas; y no restringe la disponibilidad de todas ellas, a los efectos
de la garantía. Es decir, el dueño de las mercaderías puede venderlas, pero deberá
reemplazarla por otra mercadería igual. La garantía flotante es condicional y suspensiva, que
flota sobre el patrimonio del deudor sin ser tocado, mientas no suceda uno de los hechos
previstos y determinados por la ley (incumplimiento), llegado ese momento la garantía
desciende sobre el patrimonio del deudor.
Derechos y Obligaciones:
El Acreedor Prendario tiene derecho:
• A inspeccionar los bienes prendados; puede obligar al deudor a que le informe en forma
periódica.
• A solicitar el secuestro del bien prendado en caso de negativa del deudor a que el acreedor
inspeccione los bienes o cuando haya un uso indebido de los bienes prendados (hay peligro
de perder el asiento de privilegio o exista una notable desvalorización del bien prendado),
también puede solicitar el embargo.
• Tiene derecho a ceder el contrato de prenda.
• A oponerse a la constitución de una nueva prenda.
• A solicitar la ejecución prendaria en caso de incumplimiento.
• Acción persecutoria: contra el actual poseedor en caso de venta de cosa prendada como
libre.
El Deudor Prendario tiene derecho:
• Usar y gozar de la cosa: Conforme a su destino, aunque ese uso deteriore la cosa.
• Percibir los frutos. No puede: Transmitir su derecho de propiedad a terceros sin pagar
previamente la deuda garantizada, o sin que medie consentimiento expreso del acreedor,
salvo que el adquirente se haga cargo de la deuda, continuando la prenda en las mismas
condiciones en que se constituyó, incluida la responsabilidad del enajenante y se notifique al
acreedor por telegrama colacionado y se anote la transferencia en el registro.

Régimen legal: Regulado por el Decreto-Ley 15.348/47, ratificado por Ley 12.962, con texto
ordenado por el Decreto 897/95. Surgió para fomentar los créditos agrícolas, se otorgan
créditos a los productores agropecuarios permitiéndole a estos conservar la cosa prendada,
por ejemplo para trabajar (un tractor o maquinarias), y con la producción y venta, luego pagar
el crédito; posteriormente se extendió a la ganadería, a la industria manufacturera y luego a
las actividades económicas en general.
En el año 1995 se modifica la ley, antes había restricciones en cuanto a los bienes que podía
gravarse y los sujetos que podían ser acreedores prendarios, hoy en día por la ampliación del
crédito, estos límites desaparecen y puede gravar cualquier sujeto.
Antes del decreto 897, la ley le permitía a algunos pocos ser acreedores de este tipo de
prenda, actualmente puede ser constituida a favor de cualquier persona física o jurídica,
tenga o no domicilio en el país.
Se elimina la exigencia del plazo de 180 días para constituir prenda con registro flotante de
la ley anterior.

EJECUCION PRENDARIA: Ley 15348/46, ante el incumplimiento de la obligación principal,


corresponde la realización de todas las cosas prendadas, para cancelar el crédito, más costas
extrajudiciales y judiciales e intereses. El acreedor prendario tiene un privilegio especial, esto
es, preferencia respecto de cualquier otro acreedor.
Si la suma de lo producido de la venta de las cosas no cubre la suma de lo adeudado, el
acreedor prendario pasa a ser un acreedor común (quirografario), respecto del saldo, sin
privilegio de ninguna naturaleza.
La ley de prenda, para la realización de las cosas dadas en prenda establece dos
procedimientos, uno para el caso de que el acreedor sea el Estado, sus reparticiones
autárquicas, un banco o una entidad financiera, autorizadas por el Banco Central, como
también una institución bancaria financiera internacional, y otro procedimiento para los
acreedores en general.
 En el primer supuesto, las instituciones oficiales y los bancos están autorizados a
vender extrajudicialmente las cosas como si se tratara del contrato de prenda común
o clásica.
 Todos los restantes acreedores deben iniciar acción ejecutiva: se debe dar intervención
al juez, “órgano jurisdiccional por excelencia”, así los dispone el artículo 36, que prevé:
Es nula toda convención establecida en el contrato prendario que permita al acreedor
apropiarse de la cosa prendada “fuera del remate judicial” o que importe una renuncia
del deudor a los tramites de la ejecución en caso de falta de pago, salvo que se trate
de una institución oficial o un banco.
El contrato de prenda debidamente constituido y registrado, procesalmente hablando,
constituye un “titulo ejecutivo hábil”, constituye un título suficiente para iniciar la acción
judicial.
El artículo 26 prevé: “El certificado de prenda da acción para cobrar el crédito, intereses,
gastos y costas. La acción es ejecutiva y la venta de bienes se tramitará por procedimiento
sumarísimo, verbal y actuado. No se requiere protesto previo ni reconocimiento de la firma
del certificado, ni de las convenciones anexas.”
En definitiva, la ejecución prendaria se tramitará según el procedimiento que fijen los Códigos
Procesales de cada provincia.
La ejecución debe iniciarse mediante la correspondiente demanda (acción ejecutiva),
acompañada indefectiblemente del certificado prendario, que constituye el titulo ejecutivo.
Si conjuntamente con la prenda se han suscripto pagarés prendarios, estos deberán
acompañarse también.
Respecto de la competencia, el juez competente es el del lugar convenido para pagar el
crédito, o el del lugar donde según el contrato se encuentran las cosas o se encontraban las
cosas prendadas, o el del domicilio del deudor; queda a opción del ejecutante elegir el lugar
donde iniciara la demanda, pero es obligatorio que la acción se inicie o dilucide en el Fuero
Comercial.
Respecto del despacho de la ejecución y la intimación de pago, el artículo 29 establece que
“presentada la demanda con el certificado, se despachara mandamiento de embargo y
ejecución como en el juicio ejecutivo, el embargo se notificara al encargado del registro y a
las oficinas que perciban patentes o ejerciten control sobre los bienes prendados”.
La intimación al pago no es diligencia esencial. En el mismo decreto en que se dicten las
medidas anteriores, se citara de remate al deudor, notificándole que si no opone excepción
legítima en el término de 3 días perentorios, se llevara adelante la ejecución y se ordenara la
venta de la prenda. En la intimación al pago se incluye una cantidad proporcional (20%
aproximadamente) que fija el juez para responder por intereses y costas, sobre el crédito
adeudado.
En la providencia inicial de la ejecución el juez además, debe ordenar o deberá ordenar “el
secuestro de los bienes objeto de la prenda”. Es norma aceptada jurisprudencialmente.

Únicas excepciones admisibles que el deudor puede oponer para evitar la ejecución:
• Incompetencia de jurisdicción.
• Falta de personería del demandante, del demandado o en su representante.
• Renuncia del crédito o del privilegio prendario por parte del acreedor.
• Pago.
• Caducidad de la inscripción.
• Nulidad del contrato de prenda.
Si se oponen excepciones que no son las indicadas anteriormente, serán desestimadas de
inmediato, sin perjuicio de la acción ordinaria que puede iniciar el demandado.
El término para que el juez resuelva las excepciones interpuestas es de 3 días, haciendo lugar
a ellas y rechazando la ejecución o desestimándolas y mandando llevar a delante la ejecución
ordenando la venta de los bienes en la forma establecida.
Esta resolución es apelable dentro del término de 2 días en relación y al solo efecto
devolutivo.

Subasta: Se anunciará con 10 días de anticipación “mediante edictos que se publicaran 3


veces”. Cuando en el contrato no se haya convenido que el acreedor tiene la facultad de
proponer a la persona que realizara la subasta, el juez designará para esto a un rematador.
Para la designación se preferirá a los que estén domiciliados en el lugar donde se realizará la
subasta o en las cercanías. La base de la venta será el importe del crédito garantizado con la
prenda.
Respecto de la liquidación sobre el producto de la venta de los bienes afectados, el orden de
preferencia será el siguiente:
1) Pago de los gastos de justicia y conservación.
2) Pago de impuestos fiscales que graven los bienes dados en prenda;
3) Pago de arrendamiento del predio, si el deudor no fuere propietario del mismo, en los
términos del artículo 42. Si el arrendamiento se hubiere estipulado en especie, el locador
tendrá derecho a que la sea entregado en esa forma.
4) Pago del capital más intereses adeudados por el préstamo garantido.
5) Pago de salarios y sueldos y gastos de recolección, trilla y desgranado que se deban con
anterioridad al contrato, (siempre que el CCCN le reconozca tal privilegio).
Respecto del saldo insoluto: el artículo 37 prevé: “En la misma ejecución prendaria, se harán
los tramites tendentes a cobrar el saldo de la obligación no satisfecho con el precio de la cosa
prendada”.
El artículo 41 de la ley prevé la “acción rei persecutoria” que tiene el acreedor, al expresar:
“En caso de venta de la cosa prendada como libre, aunque fuera a título oneroso, tendrá el
acreedor derecho a ejercer acción persecutoria contra el actual poseedor, sin perjuicio de las
acciones penales contra el vendedor, que prevé el artículo 44.

4.- Crédito documentario: Concepto, naturaleza jurídica, caracteres, sujetos intervinientes,


operatoria, clases y modalidades.
El crédito documentario es el medio de pago que ofrece un mayor nivel de seguridad en las
ventas internacionales, asegurando al exportador el cobro de su operación.
El crédito documentario es una orden que el importador da a su banco para que proceda al
pago de la operación en el momento en que el banco del exportador le presente la
documentación acreditativa de que la mercancía ha sido enviada de la manera convenida.
El banco del importador va a pagar si la documentación está en regla, con independencia de
que en ese momento el importador tenga saldo o no. Es decir, el banco del importador
garantiza la operación.
La documentación debe ser muy precisa e incluir todos los documentos que se han
especificado en el crédito documentario. No puede haber ningún tipo de error, ni de fondo
ni de forma. Cualquier fallo en este sentido puede llevar al banco emisor a no proceder al
pago, a la espera de que los errores sean subsanados.
El procedimiento comienza cuando el importador instruye a su banco para aperturar un
crédito documentario y se lo comunica al exportador, indicándole la documentación que
debe remitir. Acto seguido, el exportador procede al envío de la mercancía al lugar convenido
y, paralelamente, a través de su banco, remite al banco del importador la documentación
acreditativa de que la mercancía ha sido enviada en las condiciones acordadas. El banco del
importador recibe esta documentación, comprueba que está todo en regla y procede al
pago.
Tipos de créditos documentarios:
1.- Revocable o irrevocable
Revocable: es aquél que después de su apertura y antes de haber procedido al pago, el
importador puede anularlo en cualquier momento a su libre voluntad, por lo que la seguridad
que ofrece es muy reducida.
Irrevocable: es aquél que una vez abierto ya no se puede cancelar, lo que garantiza al
exportador que si la documentación presentada es correcta, va a cobrar su venta.
2.- Confirmado: Es este caso un tercer banco (normalmente un banco internacional de
primera fila) garantiza el cumplimiento del pago en el supuesto de que el banco del
importador no lo hiciera.
3.- A la vista o a plazo
A la vista: el pago de la operación es al contado, por lo que en el momento de presentar la
documentación el banco del importador procede al pago.
A plazo: el pago de la operación es aplazado, por lo que una vez entregada la documentación
hay que esperar al transcurso del plazo acordado para recibir el importe de la venta.

Función económica del crédito documentario: El mismo nace con la finalidad de reducir los
riesgos comerciales en el tráfico de mercancías entre distintas plazas, proporcionando
mediante la participación de una entidad de crédito un mecanismo que permite atenuar la
desconfianza que surge naturalmente de la lejanía de las partes en una operación de
comercio internacional. Así, en el tráfico transnacional el crédito documentario es un medio
de pago que se utiliza como instrumento para cubrir los posibles riesgos derivados del
incumplimiento o cumplimiento defectuoso del contrato subyacente.
Por lo general, el compromiso del banco consiste en la realización del pago al contado de una
determinada cantidad de dinero, pero puede también tener por objeto otras conductas,
como un pago diferido, un descuento de instrumentos de giro, o la negociación de idéntico
género de documentos.
En nuestro Derecho interno, este instrumento de pago carece de regulación específica, por
lo que su régimen jurídico depende de lo que pacten las partes.

5.- Contrato de arbitraje: Concepto, caracteres, clases.


Hay contrato de arbitraje cuando las partes deciden someter a la decisión de uno o más
árbitros todas o algunas de las controversias que hayan surgido o puedan surgir entre ellas
respecto de una determinada relación jurídica, contractual o no contractual, de derecho
privado en la que no se encuentre comprometido el orden público.

El acuerdo de arbitraje debe ser escrito y puede constar en una cláusula compromisoria
incluida en un contrato o en un acuerdo independiente o en un estatuto o reglamento. La
referencia hecha en un contrato a un documento que contiene una cláusula compromisoria
constituye contrato de arbitraje siempre que el contrato conste por escrito y la referencia
implique que esa cláusula forma parte del contrato.

Controversias excluidas. Quedan excluidas del contrato de arbitraje las siguientes materias:
a. Las que se refieren al estado civil o la capacidad de las personas;
b. Las cuestiones de familia;
c. Las vinculadas a derechos de usuarios y consumidores;
d. Los contratos por adhesión cualquiera sea su objeto;
e. Las derivadas de relaciones laborales. Las disposiciones de este Código relativas al contrato
de arbitraje no son aplicables a las controversias en que sean parte los Estados nacional o
local.

Clases de arbitraje. Pueden someterse a la decisión de arbitradores o amigables


componedores, las cuestiones que pueden ser objeto del juicio de árbitros. Si nada se
estipula en el convenio arbitral acerca de si el arbitraje es de derecho o de amigables
componedores, o si no se autoriza expresamente a los árbitros a decidir la controversia según
equidad, se debe entender que es de derecho.

ARTÍCULO 1653.- Autonomía. El contrato de arbitraje es independiente del contrato con el


que se relaciona. La ineficacia de éste no obsta a la validez del contrato de arbitraje, por lo
que los árbitros conservan su competencia, aun en caso de nulidad de aquél, para determinar
los respectivos derechos de las partes y pronunciarse sobre sus pretensiones y alegaciones.

Competencia. Excepto estipulación en contrario, el contrato de arbitraje otorga a los árbitros


la atribución para decidir sobre su propia competencia, incluso sobre las excepciones
relativas a la existencia o a la validez del convenio arbitral o cualesquiera otras cuya
estimación impida entrar en el fondo de la controversia.

Dictado de medidas previas. Excepto estipulación en contrario, el contrato de arbitraje


atribuye a los árbitros la facultad de adoptar, a pedido de cualquiera de las partes, las
medidas cautelares que estimen necesarias respecto del objeto del litigio. Los árbitros
pueden exigir caución suficiente al solicitante. La ejecución de las medidas cautelares y en su
caso de las diligencias preliminares se debe hacer por el tribunal judicial. Las partes también
pueden solicitar la adopción de estas medidas al juez, sin que ello se considere un
incumplimiento del contrato de arbitraje ni una renuncia a la jurisdicción arbitral; tampoco
excluye los poderes de los árbitros.
Las medidas previas adoptadas por los árbitros según lo establecido en el presente artículo
pueden ser impugnadas judicialmente cuando violen derechos constitucionales o sean
irrazonables.

Efectos. Revisión de los laudos arbitrales. El convenio arbitral obliga a las partes a cumplir lo
estipulado y excluye la competencia de los tribunales judiciales sobre las controversias
sometidas a arbitraje, excepto que el tribunal arbitral no esté aun conociendo de la
controversia, y el convenio parezca ser manifiestamente nulo o inaplicable. En caso de duda
ha de estarse a la mayor eficacia del contrato de arbitraje. Los laudos arbitrales que se dicten
en el marco de las disposiciones de este Capítulo pueden ser revisados ante la justicia
competente por la materia y el territorio cuando se invoquen causales de nulidad, total o
parcial, conforme con las disposiciones del presente Código.

En el contrato de arbitraje no se puede renunciar a la impugnación judicial del laudo


definitivo que fuera contrario al ordenamiento jurídico.
ARTÍCULO 1657.- Arbitraje institucional. Las partes pueden encomendar la administración del
arbitraje y la designación de árbitros a asociaciones civiles u otras entidades nacionales o
extranjeras cuyos estatutos así lo prevean. Los reglamentos de arbitraje de las entidades
administradoras rigen todo el proceso arbitral e integran el contrato de arbitraje.

ARTÍCULO 1658.- Cláusulas facultativas. Se puede convenir:


a. la sede del arbitraje;
b. el idioma en que se ha de desarrollar el procedimiento;
c. el procedimiento al que se han de ajustar los árbitros en sus actuaciones. A falta de
acuerdo, el tribunal arbitral puede dirigir el arbitraje del modo que considere apropiado;
d. el plazo en que los árbitros deben pronunciar el laudo. Si no se ha pactado el plazo, rige el
que establezca el reglamento de la entidad administradora del arbitraje, y en su defecto el
que establezca el derecho de la sede; e. la confidencialidad del arbitraje;
f. el modo en que se deben distribuir o soportar los costos del arbitraje.

ARTÍCULO 1659.- Designación de los árbitros. El tribunal arbitral debe estar compuesto por
uno o más árbitros en número impar. Si nada se estipula, los árbitros deben ser tres. Las
partes pueden acordar libremente el procedimiento para el nombramiento del árbitro o los
árbitros. A falta de tal acuerdo:
a. en el arbitraje con tres árbitros, cada parte nombra un árbitro y los dos árbitros así
designados nombran al tercero. Si una parte no nombra al árbitro dentro de los treinta días
de recibido el requerimiento de la otra parte para que lo haga, o si los dos árbitros no
consiguen ponerse de acuerdo sobre el tercer árbitro dentro de los treinta días contados
desde su nombramiento, la designación debe ser hecha, a petición de una de las partes, por
la entidad administradora del arbitraje o, en su defecto, por el tribunal judicial;
b. en el arbitraje con árbitro único, si las partes no consiguen ponerse de acuerdo sobre la
designación del árbitro, éste debe ser nombrado, a petición de cualquiera de las partes, por
la entidad administradora del arbitraje o, en su defecto, por el tribunal judicial. Cuando la
controversia implica más de dos partes y éstas no pueden llegar a un acuerdo sobre la forma
de constitución del tribunal arbitral, la entidad administradora del arbitraje, o en su defecto,
el tribunal judicial debe designar al árbitro o los árbitros.
Calidades de los árbitros. Puede actuar como árbitro cualquier persona con plena capacidad
civil. Las partes pueden estipular que los árbitros reúnan determinadas condiciones de
nacionalidad, profesión o experiencia.
ARTÍCULO 1661.- Nulidad. Es nula la cláusula que confiere a una parte una situación
privilegiada en cuanto a la designación de los árbitros.
Obligaciones de los árbitros. El árbitro que acepta el cargo celebra un contrato con cada una
de las partes y se obliga a:
a. revelar cualquier circunstancia previa a la aceptación o que surja con posterioridad que
pueda afectar su independencia e imparcialidad;
b. permanecer en el tribunal arbitral hasta la terminación del arbitraje, excepto que justifique
la existencia de un impedimento o una causa legítima de renuncia;
c. respetar la confidencialidad del procedimiento;
d. disponer de tiempo suficiente para atender diligentemente el arbitraje;
e. participar personalmente de las audiencias;
f. deliberar con los demás árbitros;
g. dictar el laudo motivado y en el plazo establecido.
En todos los casos los árbitros deben garantizar la igualdad de las partes y el principio del
debate contradictorio, así como que se dé a cada una de ellas suficiente oportunidad de
hacer valer sus derechos.

ARTÍCULO 1663.- Recusación de los árbitros. Los árbitros pueden ser recusados por las
mismas razones que los jueces de acuerdo al derecho de la sede del arbitraje. La recusación
es resuelta por la entidad administradora del arbitraje o, en su defecto, por el tribunal
judicial. Las partes pueden convenir que la recusación sea resuelta por los otros árbitros.

ARTÍCULO 1664.- Retribución de los árbitros. Las partes y los árbitros pueden pactar los
honorarios de éstos o el modo de determinarlos. Si no lo hicieran, la regulación se hace por
el tribunal judicial de acuerdo a las reglas locales aplicables a la actividad extrajudicial de los
abogados.

ARTÍCULO 1665.- Extinción de la competencia de los árbitros. La competencia atribuida a los


árbitros por el contrato de arbitraje se extingue con el dictado del laudo definitivo, excepto
para el dictado de resoluciones aclaratorias o complementarias conforme a lo que las partes
hayan estipulado o a las previsiones del derecho de la sede.

Facultades de los arbitros: Pueden dictar medidas previas. Sin embargo, no debe confundirse
la posibilidad de dictar estas medidas con la atribución que tienen los jueces para dictar
medidas cautelares.

Solamente estos tienen facultad para dictar y ejecutar las medidas cautelares y, en su caso,
las diligencias preliminares. Los árbitros podrán, a pedido de cualquiera de las partes, solicitar
a los tribunales judiciales medidas cautelares, y solicitar, si lo consideran necesario, la caución
suficiente. La norma no veda a las partes de la posibilidad de que sean ellas las que soliciten
el dictado de una medida cautelar, sin que ello implique ser considerado un incumplimiento
del contrato de arbitraje, ni una renuncia a la jurisdicción arbitral.

Laudos arbitrales: efectos y revisión. El convenio arbitral obliga a las partes a cumplir lo
estipulado y excluye la competencia de los tribunales judiciales sobre las controversias
sometidas a arbitraje, excepto que el tribunal arbitral no esté aun conociendo de la
controversia, y el convenio parezca ser manifiestamente nulo o inaplicable. En caso de duda
ha de estarse a la mayor eficacia del contrato de arbitraje. Los laudos arbitrales que se dicten
en el marco de las disposiciones de este Capítulo pueden ser revisados ante la justicia
competente por la materia y el territorio cuando se invoquen causales de nulidad, total o
parcial, conforme con las disposiciones del presente Código. En el contrato de arbitraje no se
puede renunciar a la impugnación judicial del laudo definitivo que fuera contrario al
ordenamiento jurídico.

Régimen legal. El Código Procesal Civil y Comercial de la Nación regula el proceso arbitral a
partir del artículo 736.
UNIDAD 7: Contratos de seguro. -Parte General-
Ley 17.418 (de seguros) y Ley 20.091 (entidades autorizadas).
Concepto: “Hay contrato de seguro cuando el asegurador se obliga mediante una prima o
cotización, a resarcir un daño o cumplir la prestación convenida si ocurre el evento previsto”.
(Artículo 1, ley 17.418).
Origen: La economía y el derecho antiguo no conocieron el seguro a prima fija. En Roma, la
fidejussio indemnitatis, el nauticum foenus, la pecunia trajecticia, eran instituciones
próximas. En la Edad Media, las guildas eran instituciones de asistencia, en las cuales las
primas no estaban en relación con las prestaciones (asociaciones de comerciantes y
artesanos). El seguro nació en las ciudades italianas del Medioevo, bajo la forma de préstamo
gratuito y luego como venta por precio a pagarse si la cosa no llegaba a destino. Apareció en
el siglo XV con el seguro marítimo; los primeros documentos conocidos son italianos y las
primeras normas legislativas surgieron en Pisa, Florencia y Génova.
Evolución: El contrato de seguro como tal, no surge hasta el principio del siglo XIV, pero, en
épocas anteriores sus elementos ya eran conocidos, en el Talmud y en el Código de
Hammurabi. En Oriente, Grecia y Roma, se encuentran asociaciones que mediante la
contribución de sus miembros enfrentaban las perdidas por la destrucción de naves y muerte
de animales, gastos funerarios o derivados de actividades militares. El fenómeno asociativo
con fines de asistencia, se generaliza en las “guildas anglosajonas”, las comunidades de
ciudadanos y de miembros de la iglesia. Todo estos eran fenómenos de asistencia reciprocas,
no seguros.
En Italia nace “el seguro a prima”, fueron los ciudadanos de Florencia y Génova y más tarde
en Venecia, las que se dedicaron principalmente al comercio del seguro. De allí pasa a las
ciudades de España y Francia y luego a las ciudades teutónicas y de los países bajos. A poco
más de un siglo, “el seguro marítimo” adquiere autonomía propia y estructura casi modernas,
es decir que se incorporan las figuras del “asegurador, asegurado, póliza, riesgo, prima e
interés”. A su vez van apareciendo diversos tipos de seguros.
En la segunda mitad del siglo XVIII ya perfeccionado el seguro marítimo, se desarrolla el
seguro terrestre y la empresa aseguradora. El periodo se extiende hasta fines del siglo XVII.
En Londres nace por primera vez el seguro de incendios y en Gambling en 1774 se declara
lícito el seguro de vida. Allí surge la empresa aseguradora moderna.
Bruck reconoce tres periodos: 1. Desde sus orígenes hasta mediados del siglo XV, en que se
echan las bases de la institución. 2. Hasta comienzos del siglo XVIII, en donde aparecen, al
lado del derecho consuetudinario, las disposiciones legales, se crean los fundamentos y se
establece la primera tabla de mortalidad de Halley. 3. El tercer periodo, desde comienzos del
siglo XVIII hasta nuestros días. Se caracteriza por la codificación del derecho de los seguros.

Caracteres:
• Es Consensual.
• Bilateral: Porque la obligación de uno tiene razón de ser en la obligación de la otra.
• Oneroso: Porque el asegurador asume sus obligaciones mediante el pago de una prima o
cotización.
• Aleatorio: La obligación del asegurador (resarcir el daño o cumplir con la prestación
convenida), depende de que ocurra o no un determinado hecho que va a ser previsto en el
contrato. Lo que ocurre es que no sabe si va a cumplir o no, o por lo menos no sabe cuándo
va a cumplir con la obligación convenida.
• Es de tracto sucesivo: Porque tiene una obligación en el tiempo, se establece para durar.
• Es formal: Tiene ciertas formalidades, el titulo legal del contrato es la “póliza de seguros”,
que es un contrato que tiene contenido predispuesto, que están hechos en formularios, o
sea que son todas iguales, y tienen el control de una autoridad estatal que es la que supervisa
todo el mercado de seguro, esta autoridad es “La Superintendencia de Seguros de la Nación”.
• Es un contrato de adhesión: Según la ley, la propuesta la hace el asegurado y la aceptación
la realiza el asegurador. En la realidad, esto no se da así, porque el asegurador puede hacer
muy poco ya que va a poder hacer en la medida que la superintendencia lo autorice, o sea
que tampoco va a poder aceptar mas allá de lo que él esté autorizado a aceptar, entonces,
en realidad, la aseguradora redacta las condiciones, eso es aprobado por la
Superintendencia, entonces la otra característica que existe en este contrato es que se trata
de un contrato de adhesión (respecto de la forma de lograr el consentimiento).

Comercialidad: Es comercial porque tenemos “intermediación y lucro”. El sujeto que


intermedia es el asegurador y los hace entre la masa de asegurados que pagan regularmente
las primas (con el cual se forman los fondos con los que se hacen frente a las
indemnizaciones) y el asegurado que sufre un daño y que requiere la indemnización”. Por
supuesto, también es comercial porque está en la ley, en el artículo 8 inc. 6 y en leyes
especiales sobre seguros.
Elementos generales:
1. Sujetos: Aquí encontramos al asegurado y al asegurador que son las personas sobre
las cuales recaen los derechos y obligaciones:
Respecto del asegurador: De acuerdo al artículo 2° de la Ley 20.091 sólo pueden
realizar operaciones de seguros: a) Las sociedades anónimas, cooperativas y de
seguros mutuos. b) Las sucursales o agencias de sociedades extranjeras de los tipos
indicados en el inciso anterior. c) Los organismos y entes oficiales o mixtos, nacionales,
provinciales o municipales. Para poder operar deben estar previamente autorizados
por la Superintendencia de Seguros de la Nación (Art. 2° Ley 20.091).
Respecto del asegurado: Este es el titular del interés asegurado y titular de todos los
derechos, obligaciones y cargas de la relación. En este caso, puede suceder que quien
contrate con el asegurador no sea el titular del interés asegurado, configurándose así,
“un seguro por cuenta ajena”. También puede suceder que en el caso de que se
contrate un seguro de vida, el asegurado puede ser el destinatario de la prestación
(seguro de supervivencia), o puede suceder que contrate un seguro para el caso de su
muerte, apareciendo entonces y sin ser parte del contrato, la figura del beneficiario
(asegurado, asegurador y beneficiario).
2. Consentimiento: Al ser un contrato de buena fe, lo es para las dos partes. El
asegurador tiene que estar cerciorado del verdadero estado de riesgo, al cual puede
llegar por dos caminos:
-Declaración espontanea del asegurado: Donde este pone en ella lo que cree que
puede tener importancia, según su leal saber y entender.
-Formulario: La compañía de seguros le formula las preguntas al asegurado, que este
debe responder. Según la ley pueden utilizarse indistintamente cualquiera de las dos.
Esta información no es una declaración de conocimiento, su fin es aportar ese
conocimiento al asegurador.
Reticencia y falsa: Art. 5: “Toda declaración falsa o toda reticencia de circunstancias
conocidas del asegurado, aun hecha de buena fe, que a juicio de peritos hubiese impedido el
contrato o modificado sus condiciones, si el asegurador hubiese sido cerciorado del
verdadero estado de las cosas, hace nulo el seguro.
Plazo para Impugnar: El asegurador debe impugnar el contrato dentro de los tres meses de
haber conocido la reticencia o falsedad”. Analicemos sus términos:
a) Toda declaración falsa o toda reticencia: La noción es amplia, se refiere a la declaración
(por afirmación o por omisión), que no presenta al asegurador un cuadro veraz de las
circunstancias. b) Aun hecha de buena fe: La ley no requiere dolo o fraude, basta la mera
omisión, pero debe tratarse de circunstancia conocida (o que exista culpa en no conocer): es
decir que el error en el asegurador debe provenir de dolo o culpa del asegurado, y por
consiguiente es indiferente el error del asegurador si no media ese dolo o culpa del
asegurado.
c) Hubiera impedido el contrato o modificado sus condiciones: Es indiferente que la
circunstancia no influya en el siniestro o su extensión, porque el vicio es de formación del
contrato, es vicio de voluntad del asegurador.
d) Si el asegurador hubiese sido cerciorado del verdadero estado de riesgo: Es una
declaración de conocimiento, por lo que este conocimiento que el asegurador adquiere
oportunamente, por cualquier vía, le impide alegar la nulidad, e idénticamente si se declara
satisfecho con una información incompleta (por su culpa no adquiere conocimiento), o debía
conocer el verdadero estado de riesgo (por su profesión o naturaleza del bien), etc.

3. Objeto del contrato de seguro: El fin perseguido con el seguro es la traslación de un riesgo
a un tercero (el asegurador), para que sus consecuencias eventuales graviten sobre éste, que
las asume mediante el pago de una prima o cotización, siempre que exista un interés
asegurable (Art. 1 y 2 LS). El riesgo que se traslada no es el que afecta al asegurado (robo,
incendio, etc.), sino las eventuales consecuencias dañosas. El contrato puede tener por
objeto toda clase de riesgos, incluso la frustración del lucro esperado, si así se convino
expresamente. El art. 3 de la LS indica que si al momento de la celebración del contrato, el
riesgo es inexistente, dicho contrato será nulo.
El objeto del contrato no puede resultar de operaciones ilícitas: es mera aplicación de los
principios generales del derecho. Art. 279 CCCN.
4. Causa: Es el interés. Todo interés legítimo en la no materialización de un riesgo, que sea
susceptible de valoración económica, puede ser causa de un contrato de seguros. Pueden
asegurarse las personas y los bienes de lícito comercio en cuya conservación tenga el
beneficiario un interés pecuniario legítimo (Art. 11, Ley del Contrato de Seguro).
Elementos específicos:
1. Interés asegurable: Se entiende por tal la relación lícita de valor económico sobre un
bien. Cuando esta relación se halla amenazada por un riesgo, es un interés asegurable.
El interés asegurable tiene extraordinaria importancia porque constituye el objeto del
contrato, su existencia es esencial para legitimar el contrato e impedir que degenere
en una apuesta: es la medida de la indemnización. Debe determinarse de manera
precisa y enunciarse en la póliza (Art. 11 parr. 2°). Pueden existir varios intereses sobre
un bien. El bien puede pertenecer a varios interesados o varias personas pueden tener
distintas clases de intereses sobre él. Si varias personas son titulares del mismo interés,
cada una puede asegurar su parte, o la totalidad de todos, o su parte a nombre propio
y por los demás en su nombre y cuenta.
Los intereses pueden ser neutrales, es decir, que no se opongan ni excluyan, que uno
sea indiferente para el otro, como es el caso de la existencia simultanea de los
pertinentes a derechos reales. No existen intereses eventuales (inciertos,
condicionados, dudosos, suspensos): el interés corresponde a uno o a otro, pero
pertenece a alguien, y esta pertenencia indicará quien es el perjudicado del siniestro.
La noción de interés expuesta es subjetiva. El contrato de seguro considera este interés
o relación con el bien en cuanto exista la posibilidad de su disminución o desaparición,
por un hecho preciso que pueda afectarla, es decir, que se asegura el interés
amenazado, porque si no existe este peligro, no existe el riesgo que debe asumir el
asegurador. Dado ello, el interés asegurable depende de tres elementos: • Un bien. •
La relación jurídica con éste. • Su exposición a un riesgo determinado.

2. Riesgo: Es una eventualidad prevista en el contrato. La noción de eventualidad excluye la


certidumbre y la imposibilidad, pero no excluye la voluntad, siempre que el acontecimiento
no dependa inevitable y exclusivamente de ella. Para que un riesgo sea asegurable, sus
caracteres son la incertidumbre (posibilidad de que ocurra), que sea en el futuro y que no
dependa de la voluntad de las partes. El riesgo asegurable puede referirse a daños o pérdidas
a una cosa, a afectaciones futuras (lucro cesante) o hechos que generen responsabilidades
(pasivo accidental) o a la seguridad física de las personas. Si el riesgo disminuye durante la
vigencia de la cobertura, el asegurado tiene derecho a la reducción de la prima. Si el riesgo
se agrava, el asegurado debe comunicarlo al asegurador antes de la agravación si la misma
es producida por él e inmediatamente después de conocerla si no es producida por él.
Característica del Riesgo:
• Debe tratarse de un hecho lícito.
• Debe ser más o menos frecuente.
• Tiene que ser objetivo, es decir, que no dependa de la voluntad del asegurado o del
asegurador el acontecimiento del daño.
• La incertidumbre, es la característica más importante, porque los demás elementos
interesan al asegurador, desde el punto de vista de la técnica del seguro. Así el asegurador
tratara de no tomar los seguros en la misma zona, sabiendo que varias personas pueden estar
amenazadas por un mismo riesgo, si lo acepta, el asegurador deberá dispersar los riesgos con
otros riesgos menores de otras zonas, de manera que le sea redituable la técnica del seguro,
para ello utiliza análisis estadísticos para saber, por ejemplo, cuando ocurren los siniestros,
si hay más o menos robos en ciertas zonas, etc.
3. Prima: El precio del seguro es la prima o cotización, que constituye la remuneración del
asegurador por las obligaciones que asume, es decir, la contraprestación del asegurado. Se
denomina prima en los seguros comerciales y cotización en los seguros mutuales.
La prima se determina por cinco factores fundamentales:
1. Por el riesgo asumido.
2. Por el plazo por el cual se asume ese riesgo.
3. Por el monto del valor asegurado.
4. Por la tasa del interés.
5. Esta prima debe ser incrementada con los gastos administrativos y beneficio calculado
por el asegurador, con lo que se obtiene la prima bruta o cargada, que es la que paga el
asegurado. Las primas así determinadas integran las tarifas, que deben ser aprobadas por la
autoridad de control. La prima puede ser fija, esto es, que si el resultado comercial de la
explotación es deficitario, el asegurado no debe pagar precio suplementario: el déficit debe
ser afrontado por el asegurador, quien debe satisfacerlo con su propio capital y reservas.
Puede ser variable, en cuyo caso debe realizar contribuciones suplementarias. En principio
es invariable, pero puede modificarse por: pactos de variación por inflación, por variación del
riesgo, por disposición de la autoridad de control.
Determinación: copiar del apunte
Están obligados a pagar la prima:
-El asegurado en los seguros por cuenta propia;
-El tomador en los seguros por cuenta ajena, pero en este último caso el asegurador también
puede cobrarle al asegurado en caso de insolvencia del tomador y compensar la eventual
prestación que se adeude.
-Cualquier tercero puede pagar las primas y el asegurador no puede rechazarlo. Aun en caso
de oposición del asegurado.
-En los seguros de vida el único tercero que puede pagar la prima: Es el tercero beneficiario
a titulo oneroso.
-Debe hacerse el pago de la prima al asegurador o al productor del seguro que tenga el
mandato o esté en posesión del recibo.
-Si el pago de la primera prima o prima única no se efectúa oportunamente el asegurador no
será responsable por el siniestro ocurrido antes del pago.
-La entrega de la póliza sin la percepción de la prima hace presumir la concesión de crédito
para su pago.
Lugar de pago: Artículo 26 de la Ley de Contrato de Seguros. Si en la póliza no se determina
ningún lugar para el pago de la prima, se entenderá que éste ha de hacerse en el domicilio
del tomador. En los contratos de seguro por cuenta ajena la empresa de seguros puede
reclamar dicho pago al asegurado o al beneficiario, cuando el tomador no hubiese pagado la
prima en el plazo estipulado para ello. En los seguros contratados en beneficio de terceros,
la empresa de seguros tendrá derecho de compensar la prima con la prestación debida al
asegurado o al beneficiario. En los seguros de daño la empresa de seguros no puede rechazar
el pago de la prima por un tercero a menos que exista oposición del asegurado.

Consecuencia del no pago de la prima: Artículo 27 de la Ley de Contrato de Seguros: Si la


prima no ha sido pagada en la fecha en que es exigible, la empresa de seguros tiene derecho
a resolver el contrato o a exigir el pago de la prima debida con fundamento en la póliza.
Período del seguro: Artículo 28 de la Ley de Contrato de Seguros: Por período de seguro se
entiende el lapso para el cual ha sido calculada la unidad prima. En caso de que no se haya
especificado y no pueda determinarse de acuerdo reglamento actuarial, se presume que la
prima cubre el período de un (1) año.
Plazo de gracia: Artículo 29 de la Ley de Contrato de Seguros: Si el contrato prevé un plazo
de gracia, los riesgos son a cargo de la empresa de seguro durante dicho plazo. Ocurrido un
siniestro en ese período, el asegurador debe indemnizarlo y descontar del monto a pagar la
prima correspondiente. En este caso, el monto a descontar será la prima completa por el
mismo período de la cobertura anterior.
Mora en el pago: La mora es automática. Sus efectos son la no garantía del riesgo con
distintas consecuencias para el contrato según las cláusulas:
a. La superintendencia de seguros dispuso incluir en las pólizas cláusulas de caducidad
automática por mora en el pago.
b. También es usual la cláusula de postergación de la garantía hasta el pago de la prima.
c. Termino de gracia generalmente de un mes, por el cual se mantiene vigente el contrato y
la garantía por este periodo. Es usual en los seguros de personas. A la suspensión de la
garantía le corresponde la rehabilitación del contrato que se produce con el pago de la prima
adeudada más los intereses correspondientes, con el efecto de que surtirá eficacia desde el
día siguiente al del pago. La rehabilitación para el asegurado presenta la nota de que sería
menos onerosa que contraer un nuevo seguro, para el asegurador la conservación del
contrato de seguro.
Además la mora en el pago, tiene los siguientes efectos: a. Se devengan intereses. b. El
asegurado ya no puede pretender que el asegurador acuda a su domicilio a cobrar, a partir
de la mora debe acudir al domicilio del asegurador.
2 - Formación del contrato: Propuesta y aceptación. Según la ley, la propuesta la hace el
asegurado y la aceptación la realiza el asegurador. En la realidad, esto no se da así, porque el
asegurador puede hacer muy poco ya que va a poder hacer en la medida que la
superintendencia lo autorice, o sea que tampoco va a poder aceptar mas allá de lo que él
esté autorizado a aceptar, entonces, en realidad, la aseguradora redacta las condiciones, eso
es aprobado por la Superintendencia, entonces la otra característica que existe en este
contrato es que se trata de un contrato de adhesión. El contrato lo celebra el predisponente
(asegurador) con cada adherente individual (asegurado), pero en base a condiciones
generales uniformes, aplicables a todos y cada uno de los futuros contratos que celebre. La
técnica negocial de la predisposición contractual consiste en que el asegurable adhiera en
bloque a las condiciones generales de póliza, o no contrate. De allí que el contrato de seguro
sea contrato por adhesión a condiciones generales ó a cláusulas predispuestas. La ley 24.240
protege a los consumidores de las cláusulas abusivas de los contratos de adhesión, y el
contrato de seguro es caracterizado como un contrato de adhesión.
Propuesta: La propuesta del contrato de seguro cualquiera sea su forma, no obliga al
asegurado ni al asegurador. La propuesta puede supeditarse al previo conocimiento de las
condiciones generales. Si hay una aceptación hecha por el asegurado, debe tratarse de una
manifestación positiva de voluntad. No existe término para expedirse y si guarda silencio hay
rechazo de la oferta. Si el texto de esta póliza difiere del contenido de la propuesta, la
diferencia se considerará aprobada por el asegurado si no reclama dentro de un mes de haber
recibido la póliza, el asegurado puede impugnarla en el término de un mes, no obstante
considerar vigente el contrato en lo restante.
Prueba: Según el Art. 11 el contrato de seguro solo puede probarse por escrito, sin embargo
todos los demás medios de prueba serán admitidos, si hay principio de prueba por escrito.
La póliza: Constituye el medio de prueba por excelencia del contrato de seguro. Hasta la
emisión de la póliza y a fin de evitar que el asegurado carezca de instrumentación, se puede
utilizar “el certificado provisorio de cobertura”, el cual, además, es prueba suficiente del
contrato. El certificado de cobertura es un documento que expide el asegurador,
describiendo, al menos, todos los elementos de todo seguro, describiendo “el interés
asegurado, el riesgo, la prima y la prestación del asegurador”. El asegurador debe entregar
al tomador una póliza debidamente firmada, con redacción clara. La misma debe contener:
• Nombre y domicilio de las partes.
• El interés o la persona asegurada.
• Los riesgos asumidos.
• El monto y el plazo desde el cual ellos se asumen.
• La prima o cotización.
• La suma asegurada.
• Las condiciones generales del contrato.
Por resolución de la Superintendencia también debe incluirse el nombre y matrícula del
productor asesor de seguros y más recientemente el importe de la comisión que percibe.
Cuando se contrata con varios aseguradores puede emitirse una póliza única. La póliza
constituye el principal medio de prueba por escrito. Respecto de las condiciones generales,
son aquellas predispuestas por el asegurador, en forma uniforme para todos los contratos y
predispuestas en el texto de las pólizas. Respecto de las condiciones particulares, son
aquellas que son elaboradas de común acuerdo entre el asegurado y el asegurador, son las
cláusulas manuscritas y no predispuestas al anverso del contrato.
Modalidades de Emisión: La póliza puede ser emitida “al portador, a la orden o
nominativamente”, salvo los seguros de personas que solo pueden ser emitidas en forma
nominativa. (Art 13 párr. 4 LS). Las pólizas a la orden y al portador pueden transferirse por la
simple entrega (al portador) o por endoso (a la orden), y el asegurador se libera si cumple sus
prestaciones respecto del portador o endosatario. El asegurador puede oponer las defensas,
respecto del nuevo asegurado, que podría haber opuesto contra el anterior, referente al
contrato de seguro, salvo la falta de pago de la prima si la deuda no resulta de la misma póliza
(art 13 párr. 1 LS). En caso que una póliza al portador o a la orden sea robada, perdida o
destruida, puede acordarse su reemplazo mediante garantía suficientemente. (Art. 13 párr.
3 LS). Las pólizas nominativas se transfieren por cesión de derechos y el cambio de titularidad
debe ser notificado al asegurador, de acuerdo a lo establecido en el artículo 82 LS. La ley de
seguros prevé la posibilidad de obtener duplicados de los presupuestos y pólizas.
3 - Modalidades de contratación:
Individual: El seguro puede celebrarse por el propio titular del interés asegurado o puede
celebrarse por un tercero para amparar el interés de otro.
Seguro por cuenta ajena: Cuando un tercero un contrata seguro por prestación del titular
del interés, como efecto de esa representación el contrato surte directamente sus efectos
entre asegurado y asegurador, pero para juzgar la reticencia se tomaran en cuenta el
conocimiento y conducta del representado y representante. Cuando se celebra el contrato
por cuenta ajena, así debe declararse, de lo contrario se presume que ha sido celebrado por
cuenta propia. En esta modalidad de contratación aparece la persona del “tomador” que es
quien contrata el seguro, el cual se distingue del asegurado que es el titular del interés. No
se da la contratación por cuenta ajena, cuando es tomado por el representante, gestor de
negocios, ni tampoco en el seguro contratado sobre un bien ajeno pero a nombre y por
interés propio. (Seguros de responsabilidad civil contratados por depositarios).
En el seguro por cuenta ajena hay una triple relación:
• Tomador – Asegurador.
• Asegurado – Asegurador.
• Tomador – Asegurado.
El tomador es quien contrata el seguro con el asegurador y en principio, es titular de todas
las obligaciones y cargas derivadas del contrato. Respecto de la declaración de los riesgos,
debe ser efectuada por el tomador del seguro, “aunque para juzgar la reticencia se
considerara la conducta del asegurado y el conocimiento del tomador y asegurado, salvo que
el contrato por cuenta ajena se haya celebrado sin el consentimiento del asegurado y al
momento de la concertación se haya hecho conocer al asegurador que se celebraba por
cuenta ajena (Art. 10, 21 y 26 LS).
La prima: Es debida por el tomador, pero si este cae en insolvencia, el asegurador puede
exigir también la prima al asegurado y compensarla con la eventual prestación que adeude
(art. 27 LS). Asimismo y dado su carácter de titular del interés, el asegurado puede pagar la
prima para evitar la suspensión de la cobertura y eventual rescisión.
Si el tomador posee la póliza: El tomador puede ejercer los derechos derivados del contrato,
aunque este ejercicio es limitado, “ya que para el cobro de la indemnización” el asegurador
puede exigir que el tomador acredite el consentimiento del asegurado, salvo que el tomador
haya celebrado el contrato en cumplimiento de un mandato o en cumplimiento de una
obligación legal. El asegurado solo puede ejercer los derechos derivados del contrato si posee
la póliza o tiene el consentimiento del tomador. Las cargas también recaen, en definitiva,
sobre la persona del asegurado, que es el titular del derecho. Puede ejercer todo tipo de
acciones conservatorias. El tomador “tiene derecho de retención sobre la póliza”, y “no está
obligado a entregarla al asegurado, o al síndico liquidador del concurso de este, hasta tanto
se le reembolse lo que haya pagado en razón del contrato”.
Seguro colectivo: Los seguros colectivos son un contrato elaborado específicamente para
cubrir a aquellos que formen parte de un mismo grupo o tengan un vínculo común. Por tanto
podrán acceder a este tipo de seguros colectivos los trabajadores de una misma empresa, los
socios de un determinado club o entidad, los miembros de un colegio profesional, institución
pública o los integrantes de un sindicato, agrupación o asociación. (colectivos de vida, de
accidentes personales, de gastos médicos)
La diferencia más destacable es el precio que se paga por la prima de la póliza de seguros que
suelen ser más económicos que los seguros individuales y suponen una interesante opción
para las empresas.
Tipos:
• Seguro Colectivo Nominado: Este tipo de seguro está enfocado a grupos menos
numerosos donde se detallan datos acerca de las personas aseguradas como puede ser el
nombre y la profesión de cada uno de los integrantes asegurados así como otros datos que
puedan interesar como prestaciones o capitales.
• Seguro Colectivo Innominado: Este tipo de seguros está más enfocado a grupos más
numerosos donde suele agruparse a los aseguradores en función de su actividad profesional.
• Seguro Colectivo por convenio: Este tipo de seguro está enfocado a aquellos seguros
colectivos de algún sector o actividad en concreto y que requiera por tanto algunas
especificaciones más detalladas. Además la póliza se calcula en función del tamaño de la
empresa, de la peligrosidad del sector etc.
Tercero beneficiario: Art. 153. En el caso de contratación de seguro colectivo sobre la vida
o de accidentes personales en interés exclusivo de los integrantes del grupo, éstos o sus
beneficiarios tienen un derecho propio contra el asegurador desde que ocurre el evento
previsto.
Comienzo del derecho eventual: Art. 154. El contrato fijará las condiciones de incorporación
al grupo asegurado que se producirá cuando aquellas se cumplan. Examen médico propio: Si
se exige examen médico previo, la incorporación queda supeditada a esa revisación. Esta se
efectuará por el asegurador dentro de los quince días de la respectiva comunicación.
Pérdida del derecho eventual por separación: Art. 155. Quienes dejan de pertenecer
definitivamente al grupo asegurado, quedan excluidos del seguro desde ese momento, salvo
pacto en contrario.
Exclusión del tomador como beneficiario: Art. 156. El contratante del seguro colectivo
puede ser beneficiario del mismo, si integra el grupo y por los accidentes que sufra
personalmente, sin perjuicio de lo dispuesto por el artículo 120. También puede ser
beneficiario el contratante cuando tiene un interés económico lícito respecto de la vida o
salud de los integrantes de grupo, en la medida del perjuicio concreto.
Pluralidad de seguros: Existe pluralidad de seguros cuando se cubre inmediatamente el
mismo interés, contra el mismo riesgo, con distintos aseguradores. En relación a la extensión
de la garantía, pueden constituir: 1) seguro total, si cada contrato constituye infraseguro, o
2) doble seguro. Se caracteriza por:
a) Identidad del interés asegurado.
b) Identidad de riesgo.
c) Distintos aseguradores.
d) Vigencia contemporánea de los contratos.
Es licita y llena una función necesaria, que es la de repartir los riesgos cuando exceden del
plan financiero de un solo asegurador. Los contratos son independientes, porque entre los
distintos aseguradores no existe vínculo jurídico. Mas es frecuente que los aseguradores
elijan a uno de entre ellos para que actúe en representación de todos. Pueden tomar la forma
de coseguro, cuando los distintos aseguradores concurren cubriendo cada uno una
cuotaparte.
Cada asegurador responde en proporción al monto asegurado, hasta el total de la
indemnización debida, de manera que el asegurado no puede pretender una indemnización
superior al daño efectivamente sufrido. El asegurado no puede aumentar la responsabilidad
de alguno o algunos de los aseguradores, rescindiendo el contrato anterior, ni exonerando
de responsabilidad. El asegurado debe informar a los distintos aseguradores los contratos
celebrados, bajo pena de caducidad, salvo pacto en contrario. El interés del asegurador en
ese informe, radica en que la contratación puede agravar el azar moral.
Doble seguro: Se dice que hay doble seguro cuando la suma total asegurada de varios
contratos de seguro, o pluralidad de seguros, excede el valor asegurable. Aparentemente es
análogo al sobreseguro, pero su diferencia estriba en que, en el sobreseguro no reconoce
ningún interés asegurable como fundamento, en tanto que en el doble seguro, cada una de
las pólizas reconoce como fundamento un interés asegurable. El contrato de seguro es nulo
si se celebró con la intención de enriquecerse ilícitamente. Si el asegurador no conocía esa
intención tiene derecho a la prima por el período transcurrido hasta que adquiere el
conocimiento.
Coseguro: Es una modalidad de división del capital asegurado de un riesgo donde cada
asegurador, salvo pacto en contrario, es responsable en forma independiente frente al
asegurado de su parte del riesgo. No hay vinculación jurídica entre los aseguradores que no
son solidarios entre sí. Se emite una sola póliza a través de la entidad piloto que tiene
mandato de las demás. El coseguro es siempre conocido y aceptado por el asegurado porque
figura en la póliza.
4 - Obligaciones y cargas del asegurado y asegurador:
Obligaciones del asegurado: Pago de la prima. Es la principal obligación del asegurado, en el
sentido que puede serle exigido coactivamente. Debe pagarse al Asegurador o a persona
autorizada, en el domicilio del Asegurador o en el lugar convenido por las partes.
La prima se debe desde la celebración del contrato, pero no es exigible sino desde la entrega
de la póliza (salvo que se haya expedido un certificado provisorio o nota de cobertura).
Las cargas legales: Nacen de la ley.
1) No alterar el estado del riesgo o si lo hace comunicarlo al asegurador.
2) Abonar el costo del seguro en tiempo y forma.
3) Denunciar el siniestro en tiempo y forma.
4) Proveer la información y/o documentación necesaria referente al siniestro.
5) No efectuar cambios en la cosa dañada.
6) Cumplir con la obligación de salvamento.
7) No reconocer responsabilidad ante terceros.
Cargas convencionales. Se establecen en el contrato y responden a razones de prevención
del crédito y a disminuir los efectos negativos del siniestro. Las partes pueden convenir la
caducidad por el incumplimiento de éstas, pero sujetándolas a las condiciones que establece
el art. 36.
Obligaciones del asegurador: 1) La principal obligación del asegurador es la de indemnizar al
asegurado o beneficiario del seguro si ocurre el evento previsto. Además tiene la obligación
de prepararse técnica y económicamente para afrontar la responsabilidad que nazca del
contrato. 2) Debe entregar la póliza.
3) Debe pronunciarse sobre la aceptación de la cobertura dentro de los 30 días de haber sido
notificado del siniestro.
4) Abonar la suma asegurada en caso de aceptación.
5) El asegurador no asume cargas, solo asume obligaciones jurídicas.

UNIDAD 9: Seguros en particular


1 - Seguros de daños patrimoniales: Son aquellos en los cuales la prestación del asegurador
se vincula por el daño concreto sufrido por el asegurado, se aplica rigurosamente el principio
de no enriquecimiento del asegurado. La indemnización es al daño como la suma asegurada
al interés asegurable.
Caracteres: Es Resarcitorio: Esto quiere decir que la prestación del asegurador va a estar en
función del daño efectivamente sufrido por el interés asegurado, siempre que no medie culpa
o dolo, salvo pacto en contrario (Se aplica la regla proporcional).
Clasificación: Admite dos tipos de clasificaciones, que no son excluyentes entre sí:
• Por el objeto: El interés asegurable puede recaer sobre un bien determinado, sobre un
derecho determinado o un bien o derivado de un bien o sobre el patrimonio.
• Por la clase de interés asegurable: Sobre el interés del capital o sobre el interés de la
ganancia.
Los seguros de daños patrimoniales recaen sobre varias ramas, pero la ley se limita a regular
los más importantes en la práctica argentina:
1. Seguros de incendios: Que es el seguro tipo para un riesgo especifico de una cosa
inmovilizada, por lo que sus principios se extienden a otros seguros. Es aquel por el cual el
asegurador se obliga, dentro de los límites del contrato y la ley, a indemnizar el daño
producido por el fuego en el bien o bienes del asegurado.
2. Seguro de agricultura: Pueden referirse a cualquier riesgo que pueda dañar la explotación
en determinada etapa o momento. La ley reglamenta el de granizo, por el cual asumen los
daños causados exclusivamente por el granizo a frutos y productos. Sus normas se aplican a
los daños causados por la helada.
3. Seguro de robo: El asegurador se obliga, dentro de los límites establecidos en la ley y en
el contrato, a indemnizar los daños derivados de la sustracción ilegítima por parte de terceros
de las cosas aseguradas. La cobertura comprende el daño causado por la comisión del delito
en cualquiera de sus formas.
4. Seguro de transporte: El asegurador puede asumir cualquier riesgo a que estén expuestos
los vehículos de transporte, las mercaderías o la responsabilidad del transportador.

Según Meilij dentro de los seguros de daños, se distinguen dos grandes ramas, que si bien
tienen principios comunes, se diferencian por las normas regulatorias de su desarrollo:
1. Seguro de daños de cosas: Es un seguro para las consecuencias perjudiciales que un hecho
provoca en el patrimonio del asegurado.
2. Seguro de responsabilidad: Se caracterizan por constituir una rama de los seguros de
daños patrimoniales, que ofrece una cobertura del riesgo de ser un sujeto pasivo de deuda
hacia una tercera persona, emergente de una responsabilidad de carácter civil. En esta clase
de seguros, el asegurador ofrece una cobertura que permite al asegurado liberarse
económicamente de los reclamos y pretensiones de terceros que tienen como fuente una
responsabilidad civil, sea de naturaleza contractual o extracontractual. La finalidad que se
persigue es evitar toda lesión directa al patrimonio del asegurado, originada por las
consecuencias civiles de su responsabilidad. Este tipo de seguro se caracteriza por la
existencia de una tercera persona, distinta del asegurado y del asegurador que no es parte
en el contrato de seguro.
Seguros de incendios: Cabe decir que existe incendio, cuando una cosa no destinada a
consumirse por un fuego, es dañada por este o por el calor de un fuego hostil. Con esta
definición se excluye el daño causado por un fuego no hostil (por el accidente ocasionado
por el uso diario del fuego no hostil). El fuego no hostil es, pues, el encendido para satisfacer
las necesidades del usuario, que no es capaz de extenderse por su propia fuerza. El riesgo
que cubre es aquel donde el fuego es hostil.
Los hechos equiparados son: • Explosión: La explosión por sí sola, que es la producida por la
explosión de una gran fuerza, provocada por la transformación de una cosa al estado
gaseoso. • Rayos: Se debe indemnizar el daño causado por el rayo mismo, y con más razón
por el incendio causado por un rayo.
Daño indemnizable: Art. 85. El asegurador indemnizara el daño causado a los bienes por la
acción directa o indirecta del fuego, por las medidas para extinguirlo, las de demolición, de
evacuación, u otras análogas. La indemnización también debe cubrir los bienes asegurados
que se extravíen durante el incendio.
Terremoto, explosión o rayo: Art. 86. El asegurador no responde por el daño si el incendio
o la explosión son causados por terremoto. Los daños causados por explosión o rayo quedan
equiparados a los de incendio.
Montos de resarcimiento: Art. 87. El monto del resarcimiento debido por el asegurador se
determina:
a) Para los edificios, por su valor a la época del siniestro, salvo cuando se convenga la
reconstrucción.
b) Para las mercaderías producidas por el mismo asegurado, según el costo de fabricación;
para otras mercaderías, por el precio de adquisición. En ambos casos tales valores no pueden
ser superiores al precio de venta al tiempo del siniestro.
c) Para los animales por el valor que tenían al tiempo del siniestro; para materias primas,
frutos cosechados, y otros productos naturales, según los precios medios en el día del
siniestro.
d) Para el moblaje y menaje del hogar y otros objetos de uso, herramientas y máquinas, por
su valor al tiempo del siniestro. Sin embargo, podrá convenirse que se indemnizará según su
valor de reposición.
Lucro esperado: Art. 88. Cuando en el seguro de incendio se incluye el resarcimiento del lucro
cesante no se puede convenir su valor. Cuando respecto del mismo bien se asegura el daño
emergente con un asegurador, y con otro asegurador por el lucro cesante u otro interés
especial expuesto al mismo riesgo, el asegurado debe notificarles sin demora los diversos
contratos.
Garantía de reconstrucción: Art. 89. Cuando se conviene la reconstrucción o reposición del
bien dañado, el asegurador tiene derecho a exigir que la indemnización se destine realmente
a ese objeto y a requerir garantías suficientes.
Riesgos excluidos: Las pólizas excluyen de la cobertura el incendio causado por:
• Guerra civil o internacional: Por riesgo de guerra se entiende el estado de hecho efectivo,
aunque no proceda ninguna declaración formal o se realice por alguna fuerza no reconocida,
si que sean suficientes los actos de hostilidad. Están incluidos los actos de los cuales la guerra
ha sido ocasión, aunque lo causen amigos o civiles.
• Motín o tumulto: El artículo 71 los excluye salvo pacto en contrario. Lo que la ley prevé es
la violencia desatada por la multitud, que en su actuación desordenada comete desmanes,
en la imposibilidad momentánea del poder público de dominarla, sea para lograr los fines
que persigue o como mera actuación de violencia, con o sin intención de dañar.
Seguro de agricultura: Los seguros de agricultura pueden referirse a cualquier riesgo que
pueda dañar la explotación en determinada etapa o momento. En el país solo se practican
los de granizo y helada. El riesgo es el fenómeno climático. Los daños a indemnizar son
exclusivamente causados en los frutos y productos asegurados, aun cuando ocurran otros
fenómenos meteorológicos. Es un seguro de ganancia esperada, porque se indemniza una
cosecha no madura, que quizás nunca hubiera madurado.
Siniestro y daño indemnizable: El siniestro es la caída de la piedra. Es menester que exista
una siembra, no destruida por otras causas al tiempo del siniestro. Si ha sido perjudicada por
otros fenómenos, se individualizará el causado directamente por el granizo. Se indemniza el
valor que tendría el producto sin el siniestro conforme al desarrollo y a la deducción de los
gastos que habrían sido necesarios para la recolección, teniendo en cuenta el estado del
cultivo al tiempo del siniestro. Cualquiera de las partes puede solicitar la postergación de la
determinación del daño, hasta después de la cosecha, salvo pacto en contrario. Los precios
se determinarán por las cotizaciones si el daño es total, o por el precio obtenido por el
producto de la parte no perjudicada, si es parcial. Cuando en un periodo de seguro se
produce más de un siniestro, los daños se estiman en conjunto, como un solo daño,
deduciéndose lo pagado por los siniestros previos. Más cuando el contrato es polianual, el
pago hecho en un año no afecta cuando se debe por daño acaecido en año anterior. Al
seguro de helada se le aplican las mismas normas que para el granizo, analizadas
anteriormente.
Seguro de robo: La ley no regula específicamente el seguro de robo. La ley penal y las pólizas
en uso definen el robo como el apoderamiento ilegitimo con fuerza en las cosas o violencia
física en las personas, antes, durante o después de cometido el robo. En caso de que se trate
de un comercio asegurado se suelen imponer ciertas cargas o medidas de prevención, y en
lo que se refiere al salvamento, se requiere la mayor colaboración posible con las autoridades
judiciales y policiales para la aprehensión de los autores y recuperación de las cosas robadas.
Los daños indemnizables incluyen el valor de los bienes sustraídos y los causados para
consumar el robo o su tentativa. Cuando se trate de joyas u otros bienes valiosos es usual la
póliza tasada. El asegurador se libera si obtiene la restitución del bien en el plazo que fija la
póliza: transcurrido el término, la pérdida se considera definitiva y el asegurado transfiere
sus derechos al asegurador en la medida de la indemnización pagada.
Las pólizas usuales cubren, dentro del capítulo de robo, los siguientes riesgos:
1. Robo ocurrido en actividades comerciales, industriales y civiles.
2. Robo en viviendas particulares.
3. Robo de valores en caja fuerte.
4. Robo de valores en tránsito.
5. Robo de alhajas, pieles y objetos diversos.
6. Fidelidad de empleados.
Indemnización: En el seguro de robo la indemnización del asegurador comprenderá:
1) El valor del interés asegurado cuando el objeto asegurado, efectivamente, sea sustraído y
no fuera hallado en el plazo señalado en el contrato.
2) El daño que la comisión del delito, en cualquiera de sus formas, causare en el objeto
asegurado.
Seguro de transporte: Es un seguro combinado por el que se amparan diversos intereses
asegurables del tomador:
1) Daños a los vehículos de transporte empleados por cualquier riesgo, incluido el incendio,
choque, etc.
2) Responsabilidad del transportador hacia el cargador o pasajero y los daños a terceros.
Está sujeto a un régimen legal complejo. Esta complejidad de los riesgos incluidos hace que
el contrato se halle sometido a normas especiales (art. 121) además de peculiares, por los
riesgos específicos (por ej. incendio, responsabilidad civil, etc.). La ley distingue los «riesgos
de transporte por tierra» para los cuales el seguro se rige por las normas de la ley y en
subsidio por las del seguro marítimo. En cambio, cuando se trata de los «riesgos de
transporte por ríos y aguas interiores» se aplicarán las disposiciones de los seguros marítimos
con las modificaciones que resultan de los arts. 121 y siguientes. El plazo puede fijarse por
viaje o por tiempo, en este caso comprenderá un número indeterminado de transportes que
no precisarán a medida que se contraten (seguro flotante, declaración de alimento) hasta un
monto máximo en cada viaje. Si se contratara por viaje normalmente no será de abono, pero
puede serlo. En ambos casos el aseguradores responsable por los daños que sufra «si la
prolongación del viaje o el transporte obedece a un siniestro cubierto por el seguro» (art.
123). En esta materia se permite el abandono que es una institución típica del seguro
marítimo por la cual el asegurado transfiere el bien al asegurador y recibe la indemnización
que le corresponde por el siniestro total.
El asegurador (según el art. 66) no indemnizará por los daños y pérdidas producidos por el
vicio propio de la mercadería, excepto cuando el daño obedece a una demora causada por
un siniestro cubierto. Si el vicio propio sólo agravó el daño, sólo se libera en la medida de la
agravación, salvo pacto en contrario. El daño producido por vicio propio puede incluirse en
la cobertura por pacto expreso. Cuando el seguro se refiere a los pasajeros, si lo contrata el
transportador se tratará de un seguro de responsabilidad civil; si lo contrata el pasajero, se
tratará de un seguro de accidentes personales.
2 - Seguro de responsabilidad civil: En este seguro el asegurador se obliga a mantener
indemne al asegurado por cuanto deba a un tercero, en razón de la responsabilidad prevista
en el contrato, a consecuencia de un hecho acaecido en el plazo convenido. El interés
asegurado versa sobre el patrimonio del asegurado y la prestación del asegurador consiste
en la liberación del asegurado de las pretensiones o reclamaciones de los terceros, por la
prestación de asistencia jurídica y la liberación del patrimonio del asegurado de las
obligaciones impuestas por la satisfacción, reconocimiento o fijación de las pretensiones de
los terceros. Comprende también la responsabilidad contractual, como en el caso de
accidentes de trabajo. Difiere del seguro de daño patrimonial sobre bienes, por la naturaleza
del riesgo, por su objeto y por el momento en que se produce el siniestro.
a) Mientras en el seguro de bienes el riesgo es natural, en el de responsabilidad civil es legal.
b) La responsabilidad se aplica a todo el patrimonio y no a los hechos o fenómenos que
afectan a bienes determinados.
c) El siniestro en el seguro de responsabilidad civil se produce con la reclamación del tercero,
el hecho generador no es contemporáneo al siniestro, mientras que en los demás seguros,
generalmente, el riesgo se realiza al mismo tiempo que se concreta el daño.
Riesgo: La responsabilidad civil incluye todos los casos donde es comprometida la conducta
culposa del tomador, la conducta dolosa o culposa de sus dependientes o de las personas
por las que es responsable civilmente. Queda excluida la responsabilidad penal pero no las
consecuencias civiles del hecho punible.
Valor asegurable: Cubre todo el patrimonio contra la responsabilidad eventual hacia un
tercero. Su límite no resulta en relación al valor de una cosa o bien determinado, sino por la
fijación de cierta suma y su restricción a la responsabilidad derivada de ciertos hechos (por
ej., por el empleo de un automotor).
Pluralidad de seguros: Plantea algunos problemas en este seguro. Si bien para el pago de
indemnización el art. 67 elimina los problemas, éstos subsisten para otras obligaciones
accesorias como puede ser el ejercicio de la dirección del proceso (en cuyo caso parece la
solución confiarlo al primer asegurador, sin perjuicio de comunicar a los otros aseguradores
la promoción de la causa) y la prohibición de transar (art. 116) pues sólo podrá allanarse con
el consentimiento de todos los aseguradores.
En este seguro en lo que hace al estado del riesgo, se entiende que no deben producirse
variaciones anormales no genéricamente previsibles al momento de celebrar el contrato,
sean acciones u omisiones. La circunstancia de que este seguro cubra los actos culposos del
asegurado y sus dependientes no afecta las reglas de la agravación del riesgo. Si la causa que
provocó el siniestro pertenecía al estado del riesgo y surge a consecuencia de una agravación
de estado de riesgo por el hecho del asegurado, el asegurador no es responsable (por ej.
siniestro debido a rotura de frenos y ésta debida a la culpa del asegurado).
La carga de informar el siniestro debe ajustarse a las modalidades de este seguro y la noción
de siniestro. Debe distinguirse la denuncia del hecho del que nace eventualmente la
responsabilidad, que debe hacerse dentro del tercer día y con cumplimiento de algunas
formalidades complementarias, según la especie de responsabilidad de que se trate (así en
el seguro de responsabilidad por automotores la denuncia se hará con un plano de
individualización del lugar, indicación de testigos y demás daños del hecho); y la denuncia del
siniestro que es la reclamación o proporción de la demanda, con comunicación al asegurador
de todos los documentos que se acompañan, hecha en tiempo hábil para que el asegurador
pueda asumir la dirección del proceso. Existe prohibición de reconocer la propia
responsabilidad por cuanto importaría una agravación del siniestro.
Obligaciones del asegurador:
• Dirección del proceso.
• El pago de los gastos y costas judiciales.
• El cumplimiento por él de la condenación judicial en la parte a su cargo.
• Entrega de los fondos para el cumplimiento de la transacción que se celebre.
Situación de la víctima del daño: goza de doble amparo: a) Su crédito tiene privilegio sobre
la suma asegurada y sus accesorias con preferencia sobre lo asegurado y cualquier acreedor
de éste aún en caso de quiebra. b) El art. 118 autoriza a la víctima a citar en garantía al
asegurador en la causa que promueve contra el responsable del daño.
En realidad no sería una citación en garantía sino una acción directa la que está sujeta a los
siguientes requisitos:
• El asegurador puede ser citado a juicio hasta que la causa se abra a prueba, hasta que el
auto de prueba quede firme.
• Para hacer efectiva la citación la demanda debe estar promovida ante el juez del hecho o
del domicilio del asegurador.
• El asegurador no puede oponer a la víctima defensas nacidas del contrato con posterioridad
al siniestro. Sin perjuicio de que el asegurador repite del asegurado cuanto pague a la víctima
en desmedro de su liberación respecto del asegurado.
• La sentencia que se dicte en estas condiciones hará cosa juzgada respecto del asegurador
quien no puede oponer más defensas que las señaladas ni aún en la ejecución de sentencia.
Si existiera pluralidad de damnificados, la indemnización debida por el asegurador se
distribuirá a prorrata. Si se promueven varias acciones se acumularán los procesos que serán
entendidos por el juez que previno (el que primero intervino).
Cargas del asegurado:
• El asegurado debe denunciar el hecho del que nace su eventual responsabilidad en el
término de tres días de producido, si es conocido por él o debía conocerlo; o desde la
reclamación del tercero, si antes no lo conocía.
• Dará noticia inmediata al asegurador cuando el tercero haga valer judicialmente su
derecho. • El asegurado no puede reconocer su responsabilidad ni celebrar transacción sin
anuencia del asegurador.
• Dejar la dirección del proceso al asegurador: Como una carga complementaria podemos
mencionar que, por lo general, se exige el otorgamiento de poderes a favor del profesional
que indique el asegurador, el suministro de probanzas y el cumplimiento de actos procesales
que las normas procesales pongan el cabeza del asegurado.
Citación en garantía: Es un recurso de carácter procesal que posibilita al asegurado y al
damnificado “traer al proceso al asegurador” hasta que se reciba la causa a prueba. En tal
caso debe interponer la demanda ante el juez del lugar del hecho o domicilio del asegurador.
El asegurador se integra a la litis puesto que constituye una carga generalmente establecida
en las pólizas, que el asegurado debe dejar la dirección del proceso al asegurador y en caso
de no cumplirse y el asegurado asuma la defensa en el proceso con sus propios letrados, sus
honorarios quedaran a su exclusivo cargo. La sentencia hace cosa juzgada respecto de ambos.
Y será ejecutable contra el asegurador en la medida del seguro. En este juicio o en la
ejecución de la sentencia el asegurador no podrá oponer las defensas nacidas después del
siniestro. Art. 119. Si existe pluralidad de damnificados, la indemnización debida por el
asegurador se distribuirá a prorrata. Cuando se promuevan dos o más acciones, se
acumularan los diversos procesos para ser resueltos por el juez que previno.
3 - Seguro de personas: Seguros de personas son los que garantizan el pago de un capital o
de una renta cuando se produce un hecho que afecta la existencia, salud o vigor del
asegurado. Generalmente terminan en el pago de dinero; pero las prestaciones (que pueden
ser en especie: asistencia médica, provisión de prótesis, medicamentos, etc.) están
subordinados a hechos atinentes directamente a la persona del asegurado. La ley los legisla
en los arts. 128 a 156.

Caracteres:
• No tienen carácter resarcitorio: Por ello no procede la subrogación. Además no se puede
mensurar el valor de la vida humana.
• No existe un interés asegurable, sino un interés legitimo.
• El alea es idéntico al alea de los seguros sobre la vida.
Clases: 1. Seguros de vida: Existe seguro de vida cuando el capital o renta que el asegurador
se obliga a pagar y la prima que recibe del estipulante están calculados sobre la duración de
la vida humana.
Modalidades del seguro de vida: El seguro de vida para el caso de muerte: Es aquel en el
cual la prestación del asegurador depende de la muerte del asegurado.
El seguro de vida puede ser contratado:
• De vida entera u ordinario de vida: Es aquel que tiene vigencia hasta la muerte del
asegurado, periodo durante el cual se abonan las primas.
• De vida entera, en pagos limitados: Este es igual al anterior, aunque las primas solo se pagan
durante un periodo de tiempo determinado y convenido.
• Temporario o a Término: Ampara el riesgo de muerte producido durante el periodo
asegurado. La prima se puede abonar al contratar la póliza o en forma periódica.

Seguros en caso de vida: En estos seguros la entidad aseguradora abona al asegurado el


importe del seguro, siempre que viva al vencimiento de un determinado periodo de tiempo.
También puede convenirse el pago de una renta periódica mientras viva el asegurado, a partir
de una fecha establecida de antemano.
Seguros mixtos: Constituyen una combinación de los seguros de muerte y de vida. Por lo
tanto, el importe del seguro se paga a los beneficiarios si el asegurado muere antes de vencer
el contrato, y se le entrega a él si sobrevive a esa fecha.
En los contratos de seguros de vida puede contratarse: Sobre la vida del propio contratante
o la vida de un tercero (Art. 128 parr. 1). Para el caso de que se contrate sobre la vida de un
tercero, se requiere “el consentimiento escrito del tercero” o de su representante en caso de
que fuera un incapaz. En este tipo de contrato está prohibido el seguro para el caso de
muerte de “interdictos” y “de menores de 14 años”. (Art 123 parr. 3). Podemos decir que la
nueva ley 26.579 deroga los límites impuestos por el art. 128, párr. 3º, de la ley 17.418
respecto de quiénes pueden ser designados como beneficiarios en un seguro de vida
contratado por una persona de 18 años de edad. Es decir que ahora pueden designar
cualquier beneficiario.
Art. 130. Transcurridos tres años desde la celebración del contrato, el asegurador no puede
invocar la reticencia, excepto cuando fuere dolosa.
Denuncia inexacta de la edad. Art. 131. La denuncia inexacta de la edad sólo autoriza la
rescisión por el asegurador, cuando la verdadera edad exceda los límites establecidos en su
práctica comercial para asumir el riesgo.
Edad mayor. Cuando la edad real sea mayor, el capital asegurado se reducirá conforme con
aquélla y la prima pagada.
Edad menor. Cuando la edad real sea menor que la denunciada el asegurador debe restituir
la reserva matemática constituida con el excedente de prima pagada y reajustar las primas
futuras.
Agravación del riesgo. Art. 132. Sólo se debe denunciar la agravación del riesgo que obedezca
a motivos específicamente previstos en el contrato.
Cambio de profesión. Art. 133. Los cambios de profesión o de actividad del asegurado
autorizan la rescisión cuando agravan el riesgo de modo tal que de existir a la celebración, el
asegurador no habría concluido el contrato. Si de haber existido ese cambio al tiempo de la
celebración el asegurador hubiera concluido el contrato por una prima mayor, la suma
asegurada se reducirá en proporción a la prima pagada.
Rescisión. Art. 134. El asegurado puede rescindir el contrato sin limitación alguna después
del primer período de seguro. El contrato se juzgará rescindido si no se paga la prima en los
términos convenidos.
Pago por tercero. El tercero beneficiario a título oneroso, se halla facultado para pagar la
prima.
Beneficiario Seguro de vida en beneficio de un tercero. La LS tiene disposiciones específicas
para los seguros de vida para el caso de muerte del asegurado.
• El tercero beneficiario tiene que estar determinado en el contrato o ser determinable al
momento de ocasionarse el siniestro (Art. 143 parr. 1 LS).
• La estipulación puede ser a título oneroso o gratuito.
• El beneficiario tiene un derecho propio que nace del contrato como consecuencia de la
estipulación que hace a su favor y este derecho lo adquirirá al momento de la muerte del
asegurado.
• El asegurado puede revocar libremente la designación del tercero beneficiario, salvo que la
designación haya sido a título oneroso.
• En el supuesto que se designen a varias personas como beneficiario sin determinar la cuota
parte que le corresponden a cada uno de ellos, se entiende que el beneficio es por partes
iguales.
• Si se designan a los herederos como beneficiarios, se entiende que son aquellos que por
ley suceden al contratante, si no hubiese otorgado testamento, si otorgo testamento, se
entienden por designados a los herederos instituidos. Si no se designa la cuota parte que le
corresponde a los herederos, el beneficio se distribuirá conforme a la cuota hereditaria.
• Si se designan como beneficiarios a los hijos, se entiende a los concebidos y a los
sobrevivientes al tiempo de ocurrido el evento imprevisto.
• En el supuesto de que el contratante no designe beneficiario o por cualquier causa la
designación se haga ineficaz o quede sin efecto, se entiende que designó a los herederos.

2. Seguro de accidentes personales: Cubre las lesiones qué sufra en su integridad física el
asegurado como consecuencia de la acción súbita y violenta de un agente externo ajeno a la
voluntad.
Reducción de las consecuencias: Art. 150. El asegurado en cuanto le sea posible, debe
impedir o reducir las consecuencias del siniestro, y observar las instrucciones del asegurador
al respecto, en cuanto sean razonables.
Peritaje: Art. 151. Cuando el siniestro o sus consecuencias se deben establecer por peritos,
el dictamen de éstos no es obligatorio si se aparta evidentemente de la real situación de
hecho o del procedimiento pactado. Anulado el peritaje la verificación de aquellos extremos
se hará judicialmente.
Dolo o culpa grave del asegurado o beneficiario: Art. 152. El asegurador se libera si el
asegurado o el beneficiario provocan el accidente dolosamente o por culpa grave o lo sufre
en empresa criminal.
Beneficiario: La designación será por escrito y es válida aunque se notifique al asegurador
después del evento previsto. Si un beneficiario hubiese fallecido antes o al mismo tiempo
que el asegurado su beneficio acrecerá el de los demás beneficiarios, si los hay, en las
proporciones de sus propias asignaciones. Se aplica lo relativo al seguro de vida.
4 - Regímenes especiales:
Seguro de retiro: Es un instrumento de ahorro que le permite cubrir diversos objetivos de
tipo previsional. A partir de un aporte mínimo de acuerdo a sus expectativas y necesidades,
usted va acumulando fondos en una cuenta a su nombre que le permitirá cumplir con los
objetivos planificados.
• Complemento Jubilatorio.
• Renta para el ama de casa.
• Asegurar el estudio de los hijos.
• Rentas para la jubilación anticipada, etc.

Beneficios impositivos: Los fondos acumulados en nuestra cuenta son deducibles de la base
imponible del Impuesto a las Ganancias en la proporción establecida por ley. Asimismo,
nuestros fondos no son gravados por Bienes Personales.
Monto de la cobertura: El monto de la cobertura deberá estar de acuerdo con las
necesidades particulares de cada uno, de nuestras expectativas y todo deberá ser tenido en
cuenta nuestro estándar de vida que deseemos continuar.
Seguro de caución: Es una garantía de carácter accesorio a un contrato u obligación legal
previa, que permite a bajo costo satisfacer las exigencias de una operatividad comercial cada
vez más frecuente. Su naturaleza es de carácter afianzador. Es un contrato Trilateral, donde
las partes que intervienen son:
a) Quien otorga la ejecución de la obra o entrega el suministro o solicita se presenten ofertas
para efectuarlo, es el Asegurado, también llamado Comitente o Beneficiario.
b) Quien se presenta como oferente para cotizar y ejecutar la obra o entrega del suministro
cuando aún no ha sido adjudicado es el Proponente, o luego de adjudicado el Tomador o
Contratista.
c) Quien garantiza el pago de dinero en caso de incumplimientos contractuales es el
Asegurador. La vigencia de la póliza de seguro continua hasta que esta sea devuelta por el
Asegurado al Contratista y este a su vez al asegurador. Está ligada a la obligación del contrato
principal. Habitualmente se factura en forma trimestral. El Siniestro queda configurado ante
el incumplimiento contractual (son las obligaciones pactadas en el contrato principal). El
Asegurador abona la suma afianzada y luego repite contra el Tomador.
Seguro de accidentes laborales: El Seguro de Riesgos del Trabajo fue sancionado mediante
la Ley 24.557, Ley de Riesgo de Trabajo en Septiembre de 1995. Los empleadores, tanto
personas físicas como empresas, están obligados a afiliarse a alguna Aseguradora de Riesgo
de Trabajo (ART), presentando junto con la Solicitud de Afiliación, los Estatutos (en el caso
de Sociedades) o Fotocopia de DNI en el caso de Unipersonales, Formulario F-460, Inscripción
ante la AFIP y el listado del personal con sus respectivos N° de CUIL y Fechas de Nacimiento.
La vigencia del contrato es por tiempo indefinido, salvo decisión de cambio del cliente,
pudiendo ejercer dicho derecho una vez por año. El costo del seguro está compuesto por una
Alícuota Fija y otra Variable. La Fija se debe considerar por cada empleado y la Variable se
aplica sobre el total de la Masa Salarial Bruta. Aparte hay que agregar otro importe fijo de
$0.60 correspondiente al FFE (Fondo de Fines Específicos).
La cobertura está comprendida por:
 Reintegro de jornales caídos: A partir del día 11 de incapacidad temporal del
empleado la ART debe cubrir el salario hasta el alta definitiva.
 Prevención de Riesgos: Las ART deben inspeccionar las medidas de seguridad e higiene
que cumplen las empresas y elaboran planes de mejoramiento de las condiciones bajo
las normativas vigentes, hasta que alcancen con las obligaciones legales.
 Reparación de daños derivados del trabajo: El artículo 6 de la ley expresa que
considera "accidente de trabajo" a todo acontecimiento súbito y violento ocurrido por
el trabajo o en el trayecto entre el domicilio y el lugar de trabajo.
 Por lo tanto se cubre: Accidentes de trabajo, Accidentes in Itinere, Enfermedades
profesionales.
 Situaciones no cubiertas: Dolo del trabajador, Enfermedades inculpables,
Enfermedades profesionales o accidentes causados por fuerza mayor externa al
trabajo.

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