AJURIAGUERRA
La escritura es el fruto de una adquisición, no es posible más que a partir de un cierto grado de
desarrollo intelectual motor y afectivo. La evolución de la misma está enfocada bajo dos
aspectos: el estudio del desarrollo de los trazos gráficos y el estudio de la motricidad tomada
desde el ángulo de las posiciones, la tonicidad, y el movimiento.
El acto de escribir es un acto motor; el trazo es el resultado se este acto, que se lleva a cabo en
condiciones impuestas:
Por el material: el que escribe debe dejar un trazo sobre el papel colocado sobre una mesa,
con un bolígrafo, pluma, lápiz, etc.
Por los cánones caligráficos que prescriben la ejecución de los signos según ciertas normas
de calidad.
Existen dos tipos de factores que permiten y animan el desarrollo de la escritura: el ejercicio
especifico y el desarrollo motor:
El ejercicio: los programas escolares contienen ejercicios de escritura cuya finalidad es guiar
y acelerar el crecimiento del grafismo. Pero también, cuando se consideran los factores de
crecimiento, es necesario ampliar considerablemente la noción de ejercicio: todos los trabajos,
e incluso los grafismos espontáneos contribuyen a mejorar el dominio de la compostura y guía
del instrumento; el dibujo y la pintura igualmente contribuyen a ello.
El desarrollo motor: la escritura refleja el nivel de desarrollo motor del que escribe, la
escritura es el producto de una actividad psicomotriz considerablemente compleja, donde
intervienen varios factores:
La fase pre caligráfica: el niño todavía es incapaz de superar las exigencias de las normas
caligráficas. Trazos rotos, arqueados, temblorosos, curvas mal controladas, abolladas, la
línea no llega a ser recta; se rompe. El niño de esa etapa se esfuerza por la regularidad y si no
lo consigue es por su incapacidad motriz. Esta fase se extiende desde los 5-6 años hasta los 8-9
años.
La fase caligráfica: este niño ya consigue una escritura caligráfica libre de la torpeza inicial, la
escritura se vuelve más ligera, se regulariza, las líneas son rectas y espaciadas regularmente,
los márgenes distribuidos correctamente. La escritura alcanza un nivel de madurez y equilibrio
entre los 10 y 11 años
La fase pos caligráfica: Ya hay una exigencia de velocidad ante la escritura caligráfica infantil
que es demasiado lenta para traduciré un pensamiento que se hace más rápido y se
enriquece apoyado en un mayor dominio de la lengua; demasiado lento para tomar notas
como le exige la enseñanza secundaria y luego la superior. El sujeto busca el modo de unir más
y mejor y tiende a modificar la forma de las letras las cuales se despojan de los adornos y
detalles con los que fueron ejercitados.
El ritmo de progreso es entonces muy rápido. El desarrollo produce las primeras eliminaciones
de las princípiales dificultades motrices en la manera de sostener y manejar la escritura. Mas
adelante el desarrollo del grafismo se hace más lento, ya que las primera y evidentes
dificultadas han sido superadas, el niño se encuentra menos rígido, las formas graficas ya le
son familiares, organiza mejor su trazado.