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Estado Benefactor y Modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones:

El poder de las elites económicas y políticas en el nuevo proceso de industrialización


chileno, 1940-1970

“…los países desarrollados colaboran con los subdesarrollados


en la medida en que esta cooperación corresponda a sus intereses,
lo cual vale incluso para la célebre ayuda al desarrollo”

Sonntag, Heinz: “Las vicisitudes del desarrollo”,


Revista internacional Ciencias Sociales.

La tendencia de la economía chilena a lo largo de su historia, ha sido su alta dependencia de


las economías extranjeras. En su primera etapa como naciente nación republicana hasta los
comienzos del siglo XX, Chile desarrollo una economía de libre mercado y políticas
mercantilistas, siendo dependiente de la demanda externa y focalizando sus ganancias en
las exportaciones del salitre. Fue esta misma dependencia hacia mercado exterior la
principal falencia de la economía liberal, tanto así que tras la I Guerra Mundial (1914-1918)
comienzan a denotarse las falencias del sistema, junto con la creación del salitre sintético
por manos alemanas. Pero a pesar que baja cantidad de exportaciones aún el modelo resulta
sostenible, siendo ya en 1929 con la Gran Depresión que la economía nacional se vio tan
devastada, lo que hiciera necesario modificar el modelo de desarrollo.

Chile en 1929 era presidido por Carlos Ibáñez del Campo, quien había introducido junto
con su antecesor Alessandri Palma, las primeras lógicas de un Estado paternalista. Dicha
decisiones tampoco fueron tomadas al azar, de hecho fue la única solución viable (además
de la represión) para frenar los movimientos sociales que se hacían presente en la región
desde finales del siglo XIX. Esto se concreta con la creación de una nueva Constitución en
1925, donde se introducen leyes sociales y el código del trabajo. Más bien la
implementación de estas lógicas paternalistas fueron una forma de obtener votos, y
apaciguar de alguna manera el movimiento sindicalista que se agudizaba principalmente en
el norte de país. Esto concibe la idea de un Estado Benefactor desde 1924, casi 10 años
antes de la idea del modelo mixto propuesta por Keynes fuese publicada, lo que a su vez

1
hace presumir que los liberales quienes tuvieron mayor influencia en los gobiernos y
política, presentían tras la I Guerra Mundial una inestabilidad económica considerable.
Como se expresará en la siguiente cita de Luis Ortega1 en una publicación de la Revista
Historia:

“En 1919 las exportaciones de salitre medidas en volumen solo fueron la cuarta
parte, y la quinta de su valor real con respecto al año anterior, lo cual indicaría
un efecto precio del 20%. Los términos del intercambio cayeron en 38%, en lo
cual también incidió el encarecimiento de las importaciones, entre 1917 y 1919, y
como las exportaciones representaban alrededor del 30% del producto interno
bruto, un deterioro de los términos del intercambio de esa magnitud representa
una pérdida del ingreso real de aproximadamente un 11%, suponiendo que el
producto físico no cambia.
Si bien tanto los términos del intercambio y la industria salitrera registraron
cierto grado de recuperación durante la década de 1920, ella estuvo
caracterizada por un alto grado de inestabilidad. De tal manera, si bien el índice
de precios de exportación cayó sistemáticamente a lo largo de la década”2

Lo que ya en hacia la década del 30’ se hacía cada vez menos sostenible, como lo menciona
Pedro Vera3:

“En 1933 las exportaciones chilenas de salitre se habían reducido de 3.233.321


Toneladas en 1929, a tan solo 437.655 en 1933. Este pronunciado declive se
tradujo en la incapacidad del país para mantener la tasa de importaciones de
bienes manufacturados debido a la falta de divisas. Naturalmente, la reacción a
esta situación fue el incremento del ritmo de industrialización que se había
iniciado en los años inmediatamente posteriores al desenlace de la guerra”4

A pesar de todo lo mencionado las políticas de liberación de mercado se mantuvieron,


incluso durante la crisis, lo que conllevo junto con el colapso fiscal, productivo y

1
Ortega Martínez, Luis. «La Crisis de 1914-1924 y Sector Fabril en Chile.» Historia (Santiago) vol.II, nº 45
(Diciembre 2012): 433-454. Disponible a través de la biblioteca cientifica Scielo Chile: web:
hptt//www.scielo.cl, último acceso: 12-06-2014
2
Idem.
3
Vera Hormazábal, Pedro. Historia Económica de Chile 1918-1939, una introducción. Primera edición.
España: Diputación de Sevilla.
4
Idem. P.35

2
financiero, las malas políticas y el malestar social, a la entregar el cargo presidencial de
Ibáñez en 1931. Abriendo paso a lo que algunos denominan Anarquía chica, que tan solo
dura un año ya que en 1932 nuevamente llega Alessandri a la presidencia, codeándose este
con la deuda externa que maneja el país y el malestar social. Como lo mencionan Salazar y
Pinto:
“A esa dependencia estructural se sumo el fuerte endeudamiento externo
contraído desde comienzos de siglo, pero sobretodo bajo la dictadura de Ibáñez:
solo con Estados Unidos, dicha deuda se aproximaba al momento de la crisis a
dos millones de dólares”5

Paralelo a este escenario económico, es la fuerte represión que dicta en su segundo


gobierno el León de Tarapacá hacia el movimiento de trabajadores, que al igual que elites
nacionales y de peor manera intentaban levantarse después de la crisis. Dicha represión
principalmente en 1934 influyo en la orgánica de los trabajadores generando el 1936 la
Confederación de Trabajadores de Chile (CTCH), dicha orgánica que ya había tomado
peso, y fue la que se unió al llamado Frente Popular y quien también dio su apoyo directo a
la presidencia del radical Pedro Aguirre Cerda, quien llegó a la presidencia en 1938 y
quien su vez esto introdujo las problemáticas de la clase media-baja al gobierno, con la
presencia de los Partidos Comunista y Socialista.

El gobierno de Pedro Aguirre abre la segunda etapa de la economía chilena, que “deja atrás
al liberalismo económico”, la cual según los datos entregados por Oscar Muñoz6 se
extendería del 1940-1950, luego con la caída del modelo vuelve los liberales al gobierno
dando nuevamente una liberación del mercado, esta se extendería de 1950-1965. Pero
entendamos el Estado benefactor desde 1940 a 1960, ya que luego con la llegada de Frei y
Salvador Allende se adentra con ideas más radicales y abiertamente socialistas.

Esta segunda etapa se denominaría Estado Benefactor, economía mixta o modelo


Keynesiano, ya que es John Maynard Keynes, quien teoriza un modelo mixto entre el
Estado y privados introducidos en el mercado, dicha propuesta la relata en su libro “Teoría
general sobre el empleo, el interés y el dinero” publicado en 1936, como una solución a la

5
Pinto, Julio, y Gabriel Salazar. Historia Contemporánea de Chile: actores, identidad y movimiento. Vol. II.
Santiago: LOM, 1999. P.37
6
Muñoz Gomá, Óscar. Chile y su Industrialización: pasado, crisis y opciones. Ciepan, 1986.

3
Gran Depresión, y el cual pronuncia con mayor intensidad después de la II Guerra Mundial
en el resto de América Latina.

Antes de adentrar en esta etapa de cambio económico y de gobiernos políticos -desde la


derecha (liberales y conservadores) hacia el Frente Popular que resguarda a la izquierda
chilena- quisiera mencionar basándome en las ideas de Aníbal Pinto7 que a pesar del
paulatino protagonismo que fuese logrado por la izquierda, el avance de los Partidos
Socialista y Comunista en el plano político llegando así al poder, no fue esta ninguna
garante de que estos tuvieran una verdadera influencia o decisión sobre el futuro del país,
principalmente en el plano económico, quiero decir con esto que a pesar de que estos
obtuvieran el poder político nunca así mismo obtuvieron el poder económico, incluso
cuando desarrollaron el modelo de Industrialización por sustitución de importaciones (ISI,
que se mencionará más adelante). Lo que de alguna manera ayudaría a entender el por qué
entre el 60’ y 70’, muchos empresario –las elites principalmente- abandonaran el proyecto
ISI y el Estado benefactor, factores claves también para entender el por qué de la falla del
nuevo sistema.

“…la izquierda habría ganado el poder político, pero no el económico. Si se


entienden las cosas en su aceptación sustantiva resulta más apropiado sostener
que a pesar de los resultados electorales y la conquista de posiciones
burocráticas, generalmente secundarias, la izquierda no llegó a tener ni siquiera
el efectivo poder político, esto es, los comandos de decisión, cosa que habría sido
compatible con el dominio de la derecha sobre el sistema privado de producción,
esto es, con su poder económico”8

Lo anteriormente señalado daría entender que el modelo que se comienza a gestar fuera
factible realizar, sólo con la predisposición de las elites económicas, y junto a lo expuesto
en las paginas anteriores, se puede entonces señalar, que al saber estas que su
preponderancia económica se ve cuartada por la Gran Depresión, entonces no queda más
que dar paso al nuevo modelo mixto para así poder estabilizar la economía y una vez
estabilizada frenar las políticas proteccionistas y detener el rol empresarial del Estado, lo
que concordaría con el pronto monopolio de empresas privadas y la deserción de estas
mismas al proyecto industrializador. Patricio Meller en Un siglo de economía política

7
Pinto, Aníbal; Tres ensayos sobre Chile y América Latina. Buenos Aires: Solar, 1971.
8
Idem. Pp. 82-83

4
chilena, también menciona como las políticas del ISI resultan rentables tras las guerras, por
lo que facilita la integración de esta no tan solo en Chile, sino también en el resto de
América Latina.

“La primera guerra mundial, la gran depresión y la segunda guerra mundial,


crearon una aguda escases de productos importados, cuyos precios relativos
subieron, aumentando así la rentabilidad de la inversión en la ISI”9

Desde otra perspectiva tenemos las ideas de Gabriel Salazar10 que siendo aún más radical y
advirtiendo que durante todo el periodo de los gobiernos ya sean Frente Popular, Partido
Radical, Ibáñez, Alessandri, de la revolución de libertad y la transición democrática hacia el
socialismo, jamás dejaron de lógicas de una economía liberal. Por ende las políticas de
industrialización jamás se aplicaron11

“…es notorio que no intentaron nunca establecer una Fábrica Nacional de


Máquinas como querían los “fundidores” en 1906 y los capitalistas alemanes en
Chile en 1912. Las grandes industrias estatales no eran equivalentes a un
Departamento I de la economía (el productor de bienes de capital y tecnología),
puesto que nadie dudó un segundo que el principio mayor a este respecto rezaba:
“la tecnología se importa”.12

Con esto ya señalado ahora más allá de realizar un resumen de este pseudo periodo de
industrialización a través de la sustitución de importaciones, se pretende resaltar las
falencias que este tuvo, en estrecha relación a las elites económicas que nunca han dejado
de influenciar en la historia, y que dicho de paso son las ideas con las que concuerda quien
escribe.

El modelo ISI resulta ser la única forma para poder dar solución a la inestabilidad
económica, dicho modelo fue potenciado en América Latina por la CEPAL. Pero como ya
se había mencionado con anterioridad, en Chile debido a las problemáticas sociales a
comienzos del siglo XX, la denominada cuestión social, las demandas de trabajadores del
norte, la migración campo ciudad que aumenta la población en las urbes y denota el

9
Meller, Patricio. Un siglo de economía política chilena (1890-1990)Cap.I, Santiago: Andrés Bello, 1996. Pág. 50
10
Salazar, Gabriel. Historia de la acumulación capitalista en Chile (apuntes de clase). Santiago: LOM, 2003.
11
Idem. P 148
12
Idem. P. 144

5
problema de la vivienda con los conventillos y posteriormente las poblaciones callampas.
Lo que señalaba que la modernidad avanzada por el capitalismo en su fase liberal, no
reprimía la desigualdad económica y social, aunque si había potenciado el surgimiento de
las clases medías a través de las políticas de alfabetización que mejoraban la mano de obra
en pro de las nuevas tecnologías13. Todo esto lleva a Chile con el fin de frenar el malestar
social a realizar políticas sociales y dar vida a lo que posteriormente se conociera como
Estado benefactor.

Después de la crisis y la entrada de gobiernos de radicales, la economía y la política se


focalizan en sostener una idea de desarrollo diferente del anterior “desarrollo hacia afuera”,
ya que con la Gran Depresión había demostrado su vulnerabilidad, por lo que se adopta un
“desarrollo hacia adentro”, junto con la implementación de lo que parecía ser una panacea
la Industrialización por sustitución de importaciones, en el cual el rol empresarial del
Estado es fundamental.

“¿Cómo se llevó a cabo la estrategia de industrialización en Chile? Es decir, ¿qué


políticas se aplicaron para seguir el objetivo?
(…) las condiciones básicas para impulsar el modelo fueron la intervención activa
del Estado en la economía y su rol empresarial. (…) el Estado pasó a desempeñar
un papel de promoción directa del desarrollo y de participación en la actividad
empresarial (…) la inversión y de creación de empresas publicas tuvo una
relevancia máxima”14

El rol del Estado empresario es indispensable para llevar a cabo el cambio en la estructura
económica, y así poder lograr concretar el proyecto ISI que consta de 2 pasos:

1. Industrialización Ligera: potenciar el desarrollo de la industria ya sea textil, calzado,


recursos naturales, etc. para así satisfacer el mercado interno y así lograr los fondos
para desarrollar la segunda etapa.
2. Desarrollar la tecnología y bienes de capital: así se lograría de independencia
económica.

13
Carmagnani, Marcelo. Estado y Sociedad Civil en América Latina. Barcelona: Critica, 1984. Pp. 133-134
14
(Muñoz Gomá 1986) P.104

6
Durante los gobiernos radicales y la alianza de Frente Popular que fueron: Pedro Aguirre
Cerda (1938-1941); Juan Antonio Ríos (1941-1946); y Gabriel González Videla (1946-
1952).

Durante el primer gobierno: se crearon una serie de empresas público-privadas, tales como:
Empresa Nacional del Petróleo (ENAP); Empresa Nacional de Electricidad S.A.
(ENDESA); El Holding de la Compañía de Acero del Pacífico (CAP); y La Industria
Azucarera Nacional (IANSA), entre otras. Lo que se tradujo en un índice de desarrollo
industrial y un aumento de su producción del 25%.

El segundo gobierno: a pesar de su unión en contra la Alianza Democrática y la figura de


Ibáñez, estos tenía serios conflictos internos, con el PC, el PS y su mismo Partido Radical,
principalmente debido a la coyuntura externa: La España Franquista y el reconocimiento de
la Unión Soviética.

El tercer y último gobierno: dicho gobierno ya hace notar aún más los problemas sociales
debido a las fuertes huelgas por sindicalistas a lo largo del país dirigidos principalmente por
comunistas, lo que se tradujo, junto con la influencia de Estados Unidos y apoyo algunos
partidos (excepto los socialistas y una fracción de la Falange Nacional) a que se dictara la
conocida como Ley Maldita en 1947, llevando al Partido Comunista a la clandestinidad. Lo
que llevo a una fuerte inestabilidad política y a poner fin a la alianza del Frente Popular.

Lo anterior corresponde a una cronología vaga de los acontecimientos políticos, pero


paralelo a esto se desarrollaba a la idea del Frente Popular de desarrollar un Estado de
Bienestar y mejorar las condiciones de vida de los sectores más bajos, lo que responde a la
lógica de que la modernización del sistema productivo implicaría mayor movilidad social.

Pero a pesar que la economía tiende a estabilizase durante esos 20 años, esta sufre un nuevo
problema, la inflación. Esto debido principalmente a que las fases del modelo no se
cumplieron, sustitución de los bienes consumo, intermedia y capital.

Chile a pesar que desarrollaba empresas nacionales, mixtas y privadas, no lograba general
el capital necesario para lograr suplir su demanda de tecnologías, lo que lo volvía

7
nuevamente dependiente del mercado externo, la lógica de industrialización fue pensada
con capitales extranjeros. Esto conlleva a una baja producción industrial y agrícola, que
además fue el sector menos beneficiado por las tecnologías y la mayor cantidad de tierras
aún estaba en manos de terratenientes, por ende la productividad era media-baja, por lo cual
no abastecía al mercado interno, lo que obligaba a seguir importando productos de primera
necesidad. La escasa inversión tecnología en la agricultura, produjo que esta creciera muy
lentamente en comparación al desarrollo industrial de las urbes. Debido a que había
aumentado la población consumidora de alimentos hacia 1950. Según Aníbal Pinto15 a este
hecho debemos agregar que existió una transferencia de habitantes activos en el sector
primario hacia el sector industrial y de provisión de servicios, por consiguiente aumentan
los ingresos y así mismo la demanda.

“…el problema real que afecto a la industrialización chilena fue el lento


crecimiento de la productividad y de la eficiencia del sector industrial, y su
escasa capacidad para elevar la tasa de formación de capital”16

En relación a la Reforma Agraria, tema que se profundizara más adelante con su


implementación después de los 60, adelantaremos que esta si era tema de gobierno en Chile
desde los años 30’ siendo el postulado también de Pedro Aguirre Cerca en su campaña, que
también lo potencia en ganar las elecciones de 1938. Debido a la influencia de los partidos
de izquierdas que comienzan a manifestar el lento crecimiento de la economía debido al
predominio del latifundio que sometía a la estructura semi-colonial de los campos. Esta en
1940 posee una tasa decreciente de empleo de -0,4% anual, su productividad era de un
35% en relación al resto de la economía nacional.17 Por lo cual se explica la necesidad de
importaciones de alimentos que entre 1950 y 1960 representaban en 35% del déficit
comercial.18

La empresa extranjera, como se comenta anteriormente la industrialización se piensa con


ayuda del capital extranjero, ya sea a través del crédito o bien a través de la empresa,

15
Pinto, Aníbal. Chile, un caso de desarrollo frustrado. Santiago: Universidad de Santiago, 1996.
16
Idem. P.128
17
(Meller 1996) Cap. II. P. 88
18
Idem. P.88

8
donde el Estado conseguía ganancias a través del impuesto o tributo, pero a su vez no
generaba mayor excedente porque estos no invertían en la nación sino que en el extranjero,
lo que también potencio el crecimiento de las Transnacionales.

Es así como en los gloriosos años 20’ la industria la potenciaba el salitre, ahora una de las
mayores producciones la producía el cobre, que ya desde el siglo XIX era uno de los
principales productos exportados y había sufrido un brusco aumento de demanda ya en el
siglo XX y la cual represento entre un 80% y 90% de ingresos hasta los años 80’ 19. Pero
que a mediados del 1950 representaba el 25% de recaudaciones nacionales20.

Dicha industrial de cobre que iba generando grandes empresas ya desde comienzos del
siglo XX, pertenecía en gran parte a manos extranjeras y precisamente norteamericanas,
Meller también responde a esto:

“La respuesta parece similar a la del caso del salitre. Aunque existían
productores chilenos de cobre, y recursos nacionales de inversión generados por
las exportaciones salitreras, la exportación de grandes minas requería inversiones
relativamente mayores y la utilización de una tecnología moderna que los
productores chilenos desconocían. Además, la inversión en gran escala.
¿Cómo conectar la GMC a la economía chilena, y como utilizar los excedentes
generados por el cobre para impulsar el desarrollo económico? Por las
características de las tecnologías utilizadas en GMC, la tributación constituía el
principal mecanismo para participación chilena por lo que, en ese período, el
gobierno chileno empezó a aumentar los impuestos a la producción de la gran
minería del cobre. Durante la década del 1950, la tributación represento
alrededor del 60% de la participación chilena…“21

A esto también hace referencia Gabriel Salazar22 que las masas gritaban “yanqui. go
home!”, debido a que explotaban las minas aquí pero invertían sus ganancias allá.

19
(Meller 1996) Cap. I. P.31
20
(Pinto y Salazar 1999) P.41
21
(Meller 1996) Pp. 33-34
22
(Salazar 2003) P.143

9
Lo mencionado anteriormente da a suponer que las ideas de André Gunder23 al poner como
satélite a Chile y que este depende su economía, al igual que a comienzos del siglo XX de
la economía mundial, es decir el enfoque de la dependencia económica jamás fue
erradicado de la economía chilena, por ende se consolida lo que el autor nombra como el
desarrollo del sub-desarrollo. Así como también lo menciona Salazar, que dichas políticas
implementadas en el Estado Benefactor y su modelo ISI, jamás respondieron a las lógicas
de independencia económica, sino mantuvieron las lógicas liberales, lo que no sería tan
errado si pensamos que las elites económicas jamás dejaron su poder adquisitivo ni político,
ya que no existe tampoco una abierta diferencia entre el gobierno de corte radical y las
políticas fomentadas por la derecha. Como también lo menciona Pinto que solo una
reforma agraria podría haber diferenciado a radicales y a derechistas.24

La frontera, se genera un el alza de precios para así potenciar el mercado interno. El


proteccionismo y alto precio de impuestos aduaneros.

“…el Estado reforzó los instrumentos de control que ya venía utilizando desde
antes (subsidios, aranceles, cuotas de importaciones, tipos de cambio múltiples,
fijación de precios), a la vez que fortalecía la frontera, por medio de una
cobertura social mucho más expansiva, la demanda interna destinada a consumir
los productos de la industria nacional”25

Pero esto conllevaba a un problema doble, ya que la producción chilena era escasa, cara y
de mala calidad lo que conllevo a una baja demanda de los productos nacionales. Estas
políticas proteccionistas, al final de cuentas como no se logran ajustar a las coyunturas
internaciones, como por ejemplo la guerra de Corea, no logran mejorar los ingresos
fiscales, sumando a esto el alto gasto en políticas públicas

Esto hace notar que ya a 1955 la industrialización por sustitución de importaciones, jamás
se llevo a cabo. La baja productividad interna llevo a seguir importando productos de
primera necesidad, a eso se suma que no se lograron generar los capitales necesarios para
así poder comprar la tecnología, la escases de mano de obra más calificada, y la falta

23
Gunder, André. Capitalismo y Subdesarrollo en América Latina. Siglo XXI, 1987
24
(A. Pinto 1971) P. 87
25
(Pinto y Salazar 1999) P.39

10
verdadera de llevar a cabo el modelo por parte no tan solo del Estado sino de privados, que
siempre en pie de guerra cuestionaban el rol del Estado empresario, argumentando
principalmente que el costo de capital público sería inferior al costo del capital privado, por
ende incluso desechan la idea de empresa mixta,26 y que al final de cuentas eso cuartaba la
posibilidad de generar capital y a su vez el de inversión.

Todas estas falencias se tradujeron en una permanente inflación que llego en 1950 a 16,7%
y en 1955 a 76,3%. En un comienzo se intento frenar la inflación con el aumento de
salarios, pero eso no logro apaciguar el estancamiento productivo y la falta de inversión.
Adicional a esto se debe agregar la inestabilidad política, que era afectada por dos grandes
paros generales que convoco la CUT en 1954 y 1955.

El colapso económico de la economía a manos de los radicales, abrió paso a que adentraran
nuevamente los liberales, así llegaba nuevamente Ibáñez al gobierno, lo que se conocería
como la dictadura de Ibáñez. Este de alguna manera transformo ciertos rasgos del modelo
para así poder frenar la inflación con la llamada Misión Klein-Sacks, a manos de una
consultora estadounidense. Lo importante de esta nuevo periodo es que existen una nueva
apertura económica exterior, se reduce el reajuste asalariar para así frenar el déficit fiscal, y
ahora se piensa abiertamente en la industrialización a través de manos privadas. 27 Se logro
estabilizar la inflación pero al precio de la alta deuda extranjera principalmente con Estados
Unidos, además la sobrevaloración de la moneda, producto del tipo de cambio fijo, derivo
en la caída de las exportaciones y los flujos de la moneda extranjera.28 Por lo cual ahora la
crisis se adentra con la imposibilidad de cumplir con el pago de la deuda externa, el peso se
devaluó en un 50% y la inflación volvió a un 30%.29

En síntesis el modelo ISI y luego la misión Klein-Sacks, no han logrado estabilizar la


economía, ni mucho menos cortar la lógicas de dependencia arrastradas desde el siglo XIX,
es más solo logro la estabilidad de las oligarquías económicas ligadas a las empresas

26
(Muñoz Gomá 1986) P.106
27
Idem. P.108
28
Maseed, Carlos. «Economía Chilena: Experiencias de un siglo.» Presentaciones del Banco Central, Políticas,
presentaciones y consejeros., Banco Central, Chile, 2001. P.16. Disponible a través de http/www.bcentral.cl/
Ultimo acceso: 14-06-2014
29
Idem. P.17

11
transnacionales, quienes fueron siempre quienes tuvieron el poder de decidir en el futuro de
la nación, como fue en el caso del cobre y que persiste hasta hoy en día. Y este sería el
principal factor del estancamiento económico, ya que incluso pensando en el desarrollo
industrial pendiera del crecimiento de importar30como ocurre en las naciones asiáticas, en
su claro ejemplo Japón (totalmente devastado después de la II Guerra Mundial), la
economía pudiese avanzar, pero esto no ocurrió en Chile. Lo que hace pensar en lo
planteado por André Gunder de que la única forma de llegar a la desarrollo para América
Latina, es través de una Revolución Socialista.

“…la coyuntura 1955-1962 solo constituyo un breve interludio en la evolución de


la estrategia de desarrollo hacia adentro. Así y todo, el fracaso de los planes de
estabilización llevó a muchos a concluir que esta solo podía seguir adelante a
condición de que se introdujeran modificaciones de carácter verdaderamente
estructural. Esto fue lo que intentaron con diversas metas y grados de intensidad,
los últimos dos gobiernos del periodo: el de la Democracia Cristiana, y el de la
Unidad Popular”31

Ya en los 60’ como mencionan Salazar y Pinto, las estrategias para desarrollar la economía
hacia la industrialización, y la redistribución del ingreso se mantuvieron, y para llevarlas a
cabo, el gobierno de Frei Montalva daba inicio a dos transformaciones en la economía
chilena, 1) la implantación de una Reforma Agraria y 2) una expropiación parcial de la
GMC.

Como se comentaba anteriormente la Reforma Agraria no era tan solo un debate creado en
los años 60, si no que partió den los años 1930, pero los latifundistas que habían logrado
mantener aislado el debate político-social hasta dicha década,32 e incluso habían sido
apartados durante décadas del movimiento y reformas sociales, que en las urbes
preponderaban junto a los partidos políticos socialista y comunista.33 Pero estos logran
formar una organización en pro de las mejoras sociales y la redistribución el ingreso, al
igual que se ha en el resto del país.

30
(Muñoz Gomá 1986) P.133
31
(Pinto y Salazar 1999) P.43
32
(Meller 1996) Cap. II. P.90
33
(Pinto y Salazar 1999) P.40

12
Debemos entender que el contexto internacional de la Guerra Fría, la estabilidad económica
de la URSS, junto con la conciencia de clases, y la revolución cubana han influenciado en
los trabajadores chilenos por lo que se explica la e fervencia aún mayor del movimiento de
trabajadores y pobladores en los 60’ por lo ya se denota a un Chila más politizado.

En cuanto a las cúpulas políticas la derecha chilena se muestra intolerante a las propuestas
de la Democracia Cristiana que resultan ser más profundas que de las del Partido Radical
hace dos décadas atrás. Meller expresa que la derecha “permite” que en 1938 llegue a la
presidencia un gobierno radical. Por lo cual no tan solo en Chile sino que en el resto de
América Latina la influencia de Estados Unidos a través de la Alianza por el Progreso
promueve la reforma agraria y tributaria como una forma de frenar los movimientos
sociales en pro de la redistribución de los ingresos.

Esto daría entender las lógicas de dominio de las grandes naciones desarrollas como
Estados Unidos, jamás han perdido dominio de sus satélites. Y por lo cual se explicaría que
llegada la nueva administración de Frei Montalva, las tenciones sociales, las fugas de
capitales por la inversión inferior a lo que se esperaba y una alta resistencia a la reforma
agraria, lo planes de gobierno no se lograran concretar.

La tónica nacional altamente politizada y con miras a los gobiernos socialistas, la población
generaba mayor desconfianza a los gobiernos de derecha y centro que no habían logrado
una verdadera mejora a las demandas sociales, por lo cual junto con las elecciones ganadas
por Salvador Allende, se abre un nuevo periodo político y económico que pone fin al
desarrollo hacia adentro, el llamado vía hacia el socialismo a la chilena.

“…las elecciones de 1970 dejó caer la lápida sobre la noción de una vía
intermedia hacia el desarrollo, polarizando la opinión entre los partidarios de
cambios estructurales más profundos…
La política económica de la Unidad Popular puede ser visualizada
alternativamente como la culminación de la estrategia de desarrollo hacia
adentro, y por ende como la continuación de un ciclo que se venía desenvolviendo
desde los tiempos de la Gran Depresión, o como apuesta a favor de la

13
reconstrucción revolucionaria del sistema económico, tendiente a la sustitución de
las exportaciones, sino del capitalismo en su conjunto”34

A grandes rasgos el nuevo periodo, pretende modificar radicalmente la propiedad de los


medios de producción y aumentar el ingreso de los sectores populares a las esferas de la
política y a la redistribución del ingreso económico.

El esto vuelve a tomar posición absoluta y determinante en la economía, por ende todos los
medios de producción agrícolas, minería, el sistema bancario, los monopolios industriales,
etc. serían administrados por el Estado. Por lo cual en dicho periodo se lleva a cabo la
Reforma Agraria y se “nacionalizó” el cobre.

La finalidad de este trabajo no es profundizar en el socialismo a la chilena, por eso no se


insiste en las nuevas medidas económicas, políticas y sociales. Sino más bien aludimos a
este para cerrar el ciclo de los casí 40 años de Estado Benefactor, modelo Keynesiano o
bien modelo capitalista en su fase mixta, que posee Chile.

Hemos expuesto a lo largo de este, los diversos acontecimientos que han dado vida a la
nueva fase capitalista en pro del desarrollo económico de la nación a través de la
sustitución de importaciones y la psudo ayuda social, y dentro de cual en algunas ocasiones
he mencionado el rol de las elites económicas y políticas y que en acuerdo a las elites
económicas y políticas mundiales, han manoseado a su antojo el futuro del desarrollo
industrial en pro de sus interés. Y es ahora cuando más lógica me resulta la frase que cite al
comienzo, frase de Sonntag, Heinz “…los países desarrollados colaboran con los
subdesarrollados en la medida en que esta cooperación corresponda a sus intereses, lo
cual vale incluso para la célebre ayuda al desarrollo”, es decir, ¿la economía nacional ha
estado siempre a la disposición, capricho y ayuda de los países desarrollados, como por
ejemplo Estados Unidos?, no resulta tan descabellado pensado en el Golpe de Estado de
1973, donde se rompe la posibilidad del socialismo, y que a su vez la funcionalidad chilena
es de laboratorio para el neo-liberalismo.

34
Idem. P.47

14
Pero volviendo a los años 30’, como bien lo menciona Patricio Meller y Aníbal Pinto, la
elite, la derecha es quien ha dejado, ha permitido que un gobierno de corte Radical se toma
la presidencia, claro es que como se ha expresado jamás fueron decisiones tomadas a la
ligera, e incluso la implantación del modelo ISI, potencio el crecimiento de las
Transnacionales, el mismo Estado con la entrega de créditos a bajo costo potencio el
surgimiento de monopolios. Entonces surge una nueva interrogante, ¿realmente el modelo
ISI pretende una dejar a tras la economía liberal, de verdad Chile avanza a la
independencia económica?, según lo enunciado por Gabriel Salazar, más la teoría de
dependencia expuesta por André Gunder, claramente jamás se tuvo la verdadera intención
por parte de las elites nacionales e internacionales de una verdadera independencias, es más
cuando quizás se podría haber conseguido inmediatamente ocurre un Golpe de Estado.

Claro es que los grupos izquierdistas avanzaron en pro de sus demandas, lo que les costó
hasta la muerte en muchos casos, pero como bien lo menciona Pinto, la derecha
principalmente la derecha liberal, jamás dejo de lado su poder dentro del marco
económico, es más jamás realmente hubieron grandes rivalidades de estos con los partidos
de centro como lo fueron los radicales, porque en el fondo sus lógicas de desarrollo no son
tan diferentes.

En conclusión el modelo mixto, no es más que una fase del frénico capitalismo, este jamás
propone ideas realmente en mejora de la calidad de vida de quienes poseen menores
ingresos, en rigor jamás se abandonan las lógicas de explotados y explotadores, por ende
quizás sea posible realizar mejoras en las condiciones de vidas de los sectores medios e
incluso en alguna medida de los sectores bajos, a través del asistencialismo del Estado. Pero
jamás este pretenderá cavar su tumba, jamás este pretendería ser una panacea a la injusticia
y la explotación social, económica y política.

El mismo John M. Keynes expone en “Una visión corta de Rusia”, tras su viaje a la
Unión Soviética en 1925: ¿Cómo puedo adoptar un credo que, prefiriendo el barro a los
peces, exalta al proletariado grosero por encima de la burguesía y la intelectualidad que,
sean cuales sean su defectos, representan la calidad de vida y sin duda la semilla de todo
progreso humano?. Eso quiere decir que las lógicas que priman en Keynes no son en

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ninguna manera el mejorar la estabilidad social y económica de un proletario o bien
explotado por el sistema capitalismo, es más el posee un fuerte rechazo a la económica
socialista y valora la intelectualidad e ilustración de la burguesía, por ende su modelo de
desarrollo de ningún modo pretende acabar con el capitalismo, sino generar su estabilidad.

Por consiguiente en Chile, las lógicas no son tan diferentes, las elites políticas y
económicas quieren dos cosas: estabilidad social, y estabilidad política, por ende en ese
momento una buena forma de generar capital, es que el Estado intervenga en un lapsus
mediano para estabilizar y luego debe retirarse, y que además logre frenar los alzamientos
sociales.

Por ende la independencia económica nunca fue la verdadera intención de los grupos de
elite en Chile, como bien lo menciono Gabriel Salazar en Historia de la Acumulación
Capitalista, todos las crisis desde 1938 hasta 1972, que ponen en crisis a los modelos de
gobierno, a través de estas se modifican, no serían tales, ya que no corresponden a
programas políticos sino a su lógica económica liberal. Por consiguiente Chile como lo
menciona Gunder jamás dejo de ser un satélite de las economías desarrolladas, en principal
después de la II Guerra Mundial, Estados Unidos. Entonces si algunas vez los políticos
izquierdas creían que el ISI lograría generar independencia, se encontraban totalmente
equivocados, es más, si miramos el hoy en día, de los pocos países que en el presente han
lograda cortar el yugo con Estados Unidos, lo ha hecho a través de la revolución.

Victoria Lemuñir Guevara


Julio, 2014
Notas

(1) Ortega Martínez, Luis. «La Crisis de 1914-1924 y Sector Fabril en Chile.» Historia
(Santiago) vol.II, nº 45 (Diciembre 2012): 433-454. Disponible a través de la
biblioteca cientifica Scielo Chile: web: hptt//www.scielo.cl, último acceso: 12-06-
2014
(2) Idem.
(3) Vera Hormazábal, Pedro. Historia Económica de Chile 1918-1939, una
introducción. Primera edición. España: Diputación de Sevilla.
(4) Idem. P.35
(5) Pinto, Julio, y Gabriel Salazar. Historia Contemporánea de Chile: actores,
identidad y movimiento. Vol. II. Santiago: LOM, 1999. P.37

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(6) Muñoz Gomá, Óscar. Chile y su Industrialización: pasado, crisis y opciones.
Ciepan, 1986
(7) Pinto, Aníbal; Tres ensayos sobre Chile y América Latina. Buenos Aires: Solar,
1971.
(8) Idem. Pp. 82-83
(9) Meller, Patricio. Un siglo de economía política chilena (1890-1990) Cap. I,
Santiago: Andrés Bello, 1996. Pág. 50
(10) Salazar, Gabriel. Historia de la acumulación capitalista en Chile (apuntes de
clase). Santiago: LOM, 2003.
(11) Idem. P 148
(12) Idem. P. 144
(13) Carmagnani, Marcelo. Estado y Sociedad Civil en América Latina. Barcelona:
Critica, 1984. Pp. 133-134
(14) (Muñoz Gomá 1986) P.104
(15) Pinto, Aníbal. Chile, un caso de desarrollo frustrado. Santiago: Universidad de
Santiago, 1996.
(16) Idem. P.128
(17) (Meller 1996) Cap. II. P. 88
(18) Idem. P.88
(19) Meller 1996) Cap. I. P.31
(20) (Pinto y Salazar 1999) P.41
(21) (Meller 1996) Pp. 33-34
(22) (Salazar 2003) P.143
(23) Gunder, André. Capitalismo y Subdesarrollo en América Latina. Siglo XXI, 1987
(24) (A. Pinto 1971) P. 87
(25) (Pinto y Salazar 1999) P.39
(26) (Muñoz Gomá 1986) P.106
(27) Idem. P.108
(28) Maseed, Carlos. «Economía Chilena: Experiencias de un siglo.» Presentaciones del
Banco Central, Políticas, presentaciones y consejeros., Banco Central, Chile, 2001.
P.16. Disponible a través de http/www.bcentral.cl/ Ultimo acceso: 14-06-2014
(29) Idem. P.17
(30) Muñoz Gomá 1986) P.133
(31) (Pinto y Salazar 1999) P.43
(32) (Meller 1996) Cap. II. P.90
(33) (Pinto y Salazar 1999) P.40
(34) Idem. P.47

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