Las empresas farmacéuticas hacen todo lo posible por mantener viva esta idea.
No en vano las estatinas (fármacos para disminuir el colesterol) son el
medicamento más vendido, y representan billones en ventas para esta industria.
Por algo el primer alimento que probamos tras nacer, la leche materna, es rica en
colesterol.
Una de las primeras confusiones, y algo muy importante para entender la
naturaleza de las enfermedades cardiovasculares, es la diferencia entre el
colesterol y las lipoproteínas.
Ahora que sabes que el colesterol es fundamental, y que cada una de tus células
lo requiere, entenderás que tu cuerpo deba llevar este colesterol a todos los
tejidos de tu organismo. Para realizar el transporte, a través de la sangre, el
colesterol se ‘empaqueta’ en lipoproteínas.
Imagínate un río, a lo largo del cual se han ido asentando diferentes pueblos,
abastecidos desde las fábricas de cierta mercancía, utilizando dos tipos de barco
para el transporte: uno para hacer llegar la mercancía a los pueblos, y otro
para retirar la mercancía no utilizada y regresarla a la fábrica para su
reciclaje.
Pues bien, podríamos decir que las fábricas son los diferentes puntos donde se
sintetiza o capta colesterol (principalmente hígado e intestino), el colesterol es la
mercancía que viaja por el río (que todos los pueblos necesitan), y las
lipoproteínas son los barcos que la transportan. La LDL (lipoproteína de baja
densidad) se encarga de llevar el colesterol a las células, y la HDL (lipoproteína
de alta densidad) se encarga de recoger el colesterol sobrante para devolverlo al
hígado.
Explicado así, parece claro que en este proceso no hay nadie ‘malo’. Cada uno
realiza su función, en una búsqueda constante del equilibro por parte de nuestro
cuerpo.
LDL-C: colesterol LDL total (o carga total que transportan los barcos de
abastecimiento).
Cuando hablamos de colesterol alto o bajo en los análisis, nos referimos al HDL-
C y LDL-C, con especial foco en el LDL-C, porque le ha tocado ser el ‘malo de
la película’. Sin embargo debemos prestar más atención al número de
partículas (LDL-P).
Aunque todavía no se sabe con certeza por qué se produce esta ‘violación’ de las
paredes arteriales (o por qué se estrellan los barcos), sí sabemos que el mejor
predictor de riesgo de que se produzcan estos accidentes no es el colesterol
LDL total (LDL-C), sino el número de partículas que viajan (LDL-P) y el
tamaño de las mismas. En muchos casos navega una carga alta de mercancía
(LDL-C) en relativamente pocos barcos grandes, y la probabilidad de que alguno
se estrelle contra los bordes es muy baja. Y si ocurre, los macrófagos suelen
hacer un buen trabajo, retirándolo de ahí sin víctimas.
Dicho de otra manera, cuantos más barcos tengas, y más pequeños sean,
mayor es tu riesgo, independientemente de cuánta mercancía llevan estos
barcos.
También sabemos que las grasas tienden a generar partículas LDL de mayor
tamaño (potencialmente menos dañinas) mientras que los carbohidratos
(especialmente los refinados) tienden a generar partículas LDL más pequeñas y
peligrosas (aparte de aumentar los triglicéridos).
MITOS Y VERDADES
En muchas personas esto sí es cierto, pero por lo general aumenta más el HDL
(que tiene un rol protector) que el LDL. O sea, no aumentan para producir un
daño. Lo importante, es que no aumentan la enfermedad coronaria. Si remplazas
esas grasas saturadas por carbohidratos refinados, que mucha gente ha hecho
siguiendo recomendaciones de sus doctores, sí aumenta el riesgo. ¡Ups!
La realidad es que hay poca relación (en muchos casos ninguna) entre el nivel
total de colesterol y la aterosclerosis. Incluso hay poca relación entre el colesterol
LDL total (supuestamente ‘malo’) y estas enfermedades.
La relación existe, pero no es la que muchos piensan (que cuanto más alto
peor), y por desgracia, los análisis tradicionales de sangre nos dan poca
información que ayude a tomar decisiones sobre un tema tan relevante como
medicarse.
CONCLUSIÓN
Los análisis de sangre tradicionales, que indican el colesterol total, así como el
colesterol HDL-C y LDL-C (calculado), dan poca información. Recetar
medicamentos sólo porque el colesterol total está alto, podría relacionarse con
una imprudencia médica.