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El documento describe los diferentes tipos de propiedad y posesión en el derecho romano. La propiedad civil (dominium) requería ciudadanía romana y adquisición a través de métodos reconocidos por el derecho civil. La propiedad pretoria protegía a quienes recibieron bienes pero no se transmitió la propiedad formalmente. Los peregrinos podían ser protegidos pero no ser propietarios. La propiedad provincial pertenecía al estado pero los particulares podían arrendarla. Finalmente, la propiedad útil era un tipo de arrendamiento a largo pl
El documento describe los diferentes tipos de propiedad y posesión en el derecho romano. La propiedad civil (dominium) requería ciudadanía romana y adquisición a través de métodos reconocidos por el derecho civil. La propiedad pretoria protegía a quienes recibieron bienes pero no se transmitió la propiedad formalmente. Los peregrinos podían ser protegidos pero no ser propietarios. La propiedad provincial pertenecía al estado pero los particulares podían arrendarla. Finalmente, la propiedad útil era un tipo de arrendamiento a largo pl
El documento describe los diferentes tipos de propiedad y posesión en el derecho romano. La propiedad civil (dominium) requería ciudadanía romana y adquisición a través de métodos reconocidos por el derecho civil. La propiedad pretoria protegía a quienes recibieron bienes pero no se transmitió la propiedad formalmente. Los peregrinos podían ser protegidos pero no ser propietarios. La propiedad provincial pertenecía al estado pero los particulares podían arrendarla. Finalmente, la propiedad útil era un tipo de arrendamiento a largo pl
1. Dominium o propiedad civil: Es la propiedad de aquellos
que reúnen los siguientes requisitos: a) ciudadanía romana b) Sobre una cosa mueble, o sobre un bien inmueble situado en suelo itálico; c) en cuanto al modo de adquisición debe tratarse de de un modo reconocido por el ius civile (ya sea la mancipatio para los bienes mancipables, la traditio para los no mancipables o la in iure cessio para cualquiera de los dos) Esta propiedad se protege con la acción reivindicatoria. 2. Propiedad pretoria o bonitaria: Se da cuando el pretor defiende al que recibió una cosa mancipable contra el mismo propietario civil que se la entregó y no transmitió en la forma exigida para dar la propiedad civil; también se da cuando el pretor protege a alguien como si fuera propietario contra todos menos contra el propietario civil. Esta propiedad se protege con la acción publiciana. 3. Propiedad peregrina: Los peregrinos no podían ser titulares de dominium pero el pretor los protege con acciones ficticias cuando reclaman en Roma cosas de su pertenencia (incluso inmuebles itálicos). 4. Propiedad provincial: Los inmuebles situados en las provincias pertenecían al príncipe o al pueblo y estos lo cedían en arrendamiento a los particulares a cambio de un canon o tributo. Esta propiedad de hecho de los particulares sobre los fundos provinciales era defendida por la jurisdicción de los gobernadores y por ello se puede hablar de una propiedad provincial. 5. Propiedad útil: En el Derecho Romano tardío se da un tipo especial de propiedad que la doctrina moderna llama de propiedad útil (en contraposición a la directa del arrendador) en la forma de concesiones arrendaticias de inmuebles a muy largo plazo, como ya se hacía en época clásica. POSESIÓN Y TIPOS DE POSESIÓN: Podría definirse la posesión como una situación de hecho de tenencia de una cosa defendida por los interdictos. No obstante no es un concepto unitario, dentro de la posesión se diferencian la pretoria y la civil. 1. Posesión pretoria: se puede definir como la posesión protegida por interdictos. Possessio quiere decir asentamiento y en un principio designaba el asentamiento de un particular en una parcela de terreno público sobre el que no puede haber dominium privado, pues su dominus es el pueblo romano. El pretor protegía este asentamiento mediante un interdicto prohibitorio que servía para retener la posesión (Interdicto uti possidetis).Este tipo de defensa de una situación de hecho sirvió de punto de partida para un amplio desarrollo en la defensa de situaciones similares. 2. Posesión civil: Es la posesión del que se presenta como propietario y es la única que produce los efectos del derecho civil, es decir, es la que sirve para la adquisición del dominio en virtud de la usucapión. Se trata de un concepto elaborado por la jurisprudencia que tiene gran importancia para la teoría de la propiedad: esta posesión civil se contrapone a la tenencia de quien no pretenda poseer como propietario. Dentro de la posesión civil se diferencian dos elementos: a) uno físico o corpus que es la efectiva tenencia de la cosa; b) otro intencional o animus que es la voluntad de comportarse como propietario. Respecto al animus del poseedor civil hay que distinguir el poseedor de buena fe del de mala fe. Posee de mala fe el que sabe que la cosa que posee como propietario pertenece a otro aunque pueda alegar un modo lícito que justifique aparentemente su posesión. Posee de buena fe el que no tiene conocimiento de lesionar el derecho de otro al retener él la posesión como propietario. LA EMANCIPACIÓN: La emancipación permite que el mayor de 16 y menor de 18 años pueda disponer de su persona y de sus bienes como si fuera mayor de edad. Como excepción se dispone que, hasta que el emancipado no alcance la mayoría de edad, no podrá pedir préstamos, gravar o transmitir bienes inmuebles, establecimientos mercantiles o industriales ni bienes de extraordinario valor (como joyas) sin el consentimiento de sus padres, o en caso de que falten ambos, del tutor que le haya sido nombrado. La mayor parte de las emancipaciones se produce para poder o por contraer matrimonio antes de los 18 años. En el supuesto de los emancipados por matrimonio, para realizar las actuaciones enunciadas, si su cónyuge es mayor de edad, bastará con que ambos consientan. Si los dos son menores, necesitarán el consentimiento de los padres o tutores de ambos. ¿CUALES SON LAS CAUSAS DE EMANCIPACIÓN? El menor de edad puede adquirir la condición de emancipado cuando: Se le concede este beneficio por las personas que ostentan sobre él la patria potestad. En estos casos, es necesario que el menor haya cumplido los 16 años de edad y que esté conforme con que le sea concedida la emancipación. Se otorga mediante Escritura Pública ante Notario y debe ser inscrita en el Registro Civil. Una vez concedida, la emancipación no puede ser revocada. Se considera que el hijo está emancipado cuando siendo mayor de 16 años y con consentimiento de sus padres, vive de forma independiente. En los casos en los que el menor está sujeto a tutela alcanza la emancipación por la concesión judicial del «beneficio de la mayor edad». Por matrimonio. Por concesión judicial: Un juez puede conceder la emancipación cuando lo solicite el menor que ya cuente con más de 16 años de edad, en los siguientes casos: Quien ejerce la patria potestad se ha casado otra vez o convive de hecho con otra persona. Cuando los padres vivan separados. EFECTOS DE LA EMANCIPACIÓN: La emancipación permite al menor regir tanto su persona como sus bienes como si fuese mayor de edad, pero necesitará el consentimiento de sus padres o tutor para: Pedir préstamos, gravar o vender bienes inmuebles, establecimientos mercantiles o industriales. Disponer de bienes de extraordinario valor (como joyas). Ser defensor de los bienes de un desaparecido o representante del declarado ausente. Otorgar testamento ‘ológrafo’ (de puño y letra). Aceptar por sí mismo una herencia sin beneficio de inventario (ya que no puede disponer libremente de sus bienes). Pedir la partición de una herencia, ni repartir con los demás coherederos. Tampoco podrá ser tutor o curador, ya que su capacidad de obrar no es completa. En el caso de los emancipados por matrimonio, para realizar todas estas actuaciones, si su cónyuge es mayor de edad, bastará con que ambos consientan. Si los dos son menores, necesitarán el consentimiento de los padres o quienes ostenten la representación de ambos. Dada la relevancia y los efectos de la emancipación, siempre resulta conveniente consultar con un abogado antes de dar ningún paso legal relacionado con la misma y en función de cada caso concreto.