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Pontificia Universidad Javeriana

Proyecto Trabajo de Grado


Daniela Rodríguez Carreño
24 de Mayo de 2017

Guanguas y Yerbateras: Saberes - haceres femeninos entorno al cuidado, el sostén y la


reproducción de la vida. Una mirada a través de la experiencia de las mujeres ante el
conflicto armado en el resguardo de Cuaspud-Carlosama al sur de Colombia.

Resumen (164/200)

El presente proyecto de investigación se propone indagar por el papel del cuidado y los saberes-
haceres de las mujeres en el resguardo indígena de Cuaspud-Carlosama perteneciente al pueblo
de los Pastos1, ubicado al sur de Nariño frontera con Ecuador. A raíz del conflicto armado interno y
demás condiciones de violencia estructural que provocaron un deterioro en las condiciones de
vida de las mujeres a causa del despojo y desplazamiento al interior del municipio, nació la
Asociación Nuevo Futuro (ANF). Como espacio de confluencia, la ANF integra actualmente 33
mujeres directamente afectadas por la guerra, que buscan alternativas y modos de reproducir su
vida, la de sus familias y comunidad. A través del acercamiento etnográfico y distintas
herramientas cualitativas, se busca comprender el rol de las prácticas de cuidado y los saberes-
haceres de las mujeres en el sostenimiento de la vida, y por otro lado demostrar cómo estas son
acciones alternativas que apuestan por una resistencia directa ante las dinámicas violentas de la
realidad social.

Planteamiento del problema (1108/1200)

Cuaspud-Carlosama es un pequeño y lejano lugar al sur de Nariño sobre la frontera colombo-


ecuatoriana. Su palabra es de origen quechua Cuash que significa Agua o río, y Pud que refiere a
Volcán o cima2 . Esto es el reflejo de su ubicación privilegiada entre dos extensos volcanes: el
Cumbal y Chiles y atravesado por dos ríos: Rioblanco y Carchi el cual delimita la línea fronteriza
que separa estos dos países. Atendiendo al informe dinámicas fronterizas Ecuador-Colombia: una
mirada a la migración (Servicio Jesuita a Refugiados Latinoamérica y el Caribe, 2015) las medidas
estatales paradójicamente han dado prioridad a la seguridad nacional traducida en fuerza militar y

1 Nombre dado a una serie de comunidades interandinas e indígenas que fueron totalizadas desde y por la colonia.
Histórica y ancestralmente han tenido su asiento entre la frontera suroccidente de Colombia con el Ecuador, poseen una
forma de organización sociopolítica heredada de la colonia en forma de resguardo, las cuales son administradas por los
respectivos cabildos. Dado que es un pueblo andino, su concepción dual del mundo se ve reflejado en la percepción del
espacio y el tiempo, su manejo de la tierra y agricultura, fiestas y creencias propias que serán abordadas a lo largo de la
presente investigación.
2 Tomado el 15 de marzo de 2017 del enlace: http://xn--nario-rta.gov.co/2008-
2011/index.php?option=com_content&view=article&id=797&Itemid=118
policial en las zonas de transito limítrofe centradas en frenar el “crimen organizado, el
narcotráfico, la minería ilegal, y la migración ilegal” 3 ; pero desconociendo la ocupación y
existencia territorial e histórica, por parte del pueblo indígena de los Pastos, que se han visto
forzados a desplazarse del territorio para salvaguardar la vida ante las adversidades causadas por
conflicto armado interno colombiano.

Aquí también están unos de los tantos caminos que se cruzan, tejen y entretejen, caminos de 33
mujeres afectadas por esta profunda y enraizada guerra. La asociación Nuevo Futuro surge en el
año 2014, durante las negociaciones de paz entre la guerrilla de las FARC y el gobierno nacional.
Conformada principalmente por mujeres del resguardo indígena de Cuaspud-Carlosama, que
decidieron unirse y acompañarse, construir redes de apoyo para fortalecerse y generar acciones
que permitan de alguna manera reconstruir sus medios de subsistencia. Dadas las consecuencias
de la confrontación armada, el desplazamiento, despojo y la agudización de la crisis económica
rural nacional4 , las condiciones comunitarias del pueblo de los Pastos se han deteriorado.

Las mujeres que hacen parte de la asociación provienen de las diversas veredas o parcialidades
del resguardo (San Francisco, Macas, Yapurquer, Cruz Grande, El Pirio) de las cuales fueron
desplazadas hacia el interior del municipio siendo parte del territorio del resguardo indígena de
Cuaspud-Carlosama. En este contexto, el territorio como lugar tiene un papel relevante, puesto
que es uno de los pilares fundamentales en la vida las mujeres y la comunidad. Como “el
organismo sagrado y vivo para los Pastos, donde se desarrolla la cultura en todas sus
manifestaciones”5 posee rasgos particulares espaciales que están continuamente relacionados con
el tiempo y la cosmovisión dual propia de la cultura.

Los nevados, volcanes, montañas, cerros, ríos, lagos, lagunas e incluso cuevas ocupan un lugar
fundamental en la vida de la comunidad. El volcán Chiles y el Cumbal junto con el Cerro Negro de
Mayasquer forman parte sustancial de la vida cotidiana en el resguardo de Cuaspud. El agua como
parte del territorio posee un papel vital. El río Blanco junto al río Carchi proveen, sino es toda, la
mayor parte agua a la comunidad. Asimismo las lagunas, lagos, nacederos o cualquier otro lugar
asociado al agua en general es hogar de espíritus o “duendes” que forman parte de la amplia
creencia cultural andina.

La tierra constituye uno de los principales medios de subsistencia para la comunidad y en especial
para las mujeres. La distribución, tenencia y uso de la tierra son factores determinantes para
garantizar la vida y la reproducción de la misma. De aquí que el poseer tierra sea un aspecto
esencial que es destrozado a raíz del despojo y desplazamiento que produce el conflicto armado.

3 Declaraciones dadas por Luis Carlos Villegas actual ministro de Defensa de Colombia. Tomado el 15 de marzo de 2017
del enlace: http://caracol.com.co/radio/2016/03/24/judicial/1458809443_252785.html
4 Desembocada ya en dos paros agrarios nacionales (2013, 2014) en el actual gobierno neoliberal de Juan Manuel

Santos. Consultado el 11 de febrero de 2017 en : http://www.ipc.org.co/agenciadeprensa/index.php/2013/09/05/la-


crisis-agraria-y-las-causas-del-paro-mucho-mas-profundas-que-los-tlc/
5 Resguardo indígena de colimba gran territorio de los pastos. Tomado el 20 de mayo de 2017 del enlace

http://literaturaindigenacolimba.blogspot.com.co/
Las mujeres junto con sus familias han sido expulsadas y obligadas a huir, abandonando sus
pequeñas parcelas y chagras en busca de un lugar donde establecerse nuevamente. Las papas,
habas, cebada, trigo y hortalizas que eran cultivadas para el consumo diario familiar se ven
intrincadas; ahora la manera de adquirirlos debe ser comprándolos o yendo a recabar a
monocultivos con largas jornadas de trabajo, lo que marca un antes y un después del conflicto.

El presente proyecto de investigación parte de mi práctica llevada a cabo en el Servicio Jesuita a


Refugiados- Nariño junto con las mujeres de la Asociación Nuevo Futuro en el resguardo de
Cuaspud Carlosama- Nariño, Colombia. Dicha experiencia previa de trabajo, tuvo una duración de
cuatro meses (septiembre- diciembre) y fue realizada en el segundo periodo académico de 2016.
Con la experiencia de campo pude ir reconociendo las particularidades del contexto adverso y
amenazante que experimentan las mujeres. Desde luego con consecuencias destructivas para ellas
y su comunidad, enfrentadas a diversos procesos de integración cultural y usurpación territorial a
causa del contexto coyuntural de violencia y conflicto armado que afronta el país.

La realidad que viven hoy en día las mujeres indígenas de los pastos, agoniza en el marco de las
violentas políticas neoliberales6. Como detentoras de un conocimiento tradicional que abarca
diversas dimensiones –como el cuidado, la reproducción de la vida, enfermedades de las mujeres,
herbolaria, el tejido, la religiosidad, la soberanía alimentaria y resguardo del medio ambiente–, las
mujeres indígenas enfrentan actualmente la desvalorización de sus saberes propiamente
femeninos por parte de las lógicas patriarcales. Ante la hegemonía de las epistemologías
occidentales y masculinas, fundamentadas en la lógica del capital individualizante, los
conocimientos femeninos de las mujeres resultan un pilar indispensable para el cuidado
autogestívo y solidario. Un sostén para el bienestar colectivo y personal de las familias indígenas.
Una forma de reproducir socialmente su comunidad, sostenerla y sostener a los suyos en medio
de la resistencia a los estragos que dejo la guerra.

Teniendo en cuenta este complejo escenario, podemos preguntarnos por papel que cumplen las
iniciativas auto-gestionadas por mujeres, como lo es la Asociación Nuevo Futuro, en la
construcción de múltiples redes de apoyo, de cuidado y sororidad a través de los lazos comunes de
saberes-haceres cotidianos que construyen relaciones entre ellas, posibilitan su existencia y la de
sus familias en el marco de la sistemática presencia de hechos violentos y desigualdades
estructurales.
En este contexto resulta central preguntarse:

• ¿Cómo se configuran y tienen lugar las prácticas de cuidado y saberes-haceres de las


mujeres en contextos indigenas-rurales y de conflicto armado en el resguardo de Cuaspud,
Nariño?

6 Privatización de la tierra, privatización de los recursos naturales, deterioro de la soberanía alimentaria reflejado en el
intercambio desigual en la venta de los productos cultivados y destinados al consumo cotidiano entre muchas más.
Objetivos (160/150)

Objetivo General:

• Analizar la manera en que se configuran y tienen lugar las prácticas de cuidado y saberes-
haceres de las mujeres en contextos indigenas rurales y de conflicto armado en el
resguardo de Cuaspud-Carlosama, Nariño.

Objetivos Específicos:

1. Describir las prácticas del tejido, la yerba y el cuidado.


2. Analizar la relacion que tienen los saberes-haceres y el cuidado con el territorio o
entorno local del resguardo de Cuaspud-Carlosama.
3. Analizar las redes de cuidado y sororidad que tejen las mujeres de la Asociación Nuevo
Futuro.7
4. Demostrar a través de los saberes-haceres y las redes de cuidado, la construcción de
alternativas, resistencias y formas de sostén frente a las dinámicas violentas a las que se
ven continuamente expuestas.

Justificación (320/500)

Los estudios sobre género y conflicto armado han analizado en diversas ocasiones el lugar de la
mujer como cuerpo víctima y vulnerado. La escaza literatura sobre estudios de caso en donde se
retome el papel de la mujer como re-constructora y tejedora de la reproducción de la vida en
medio de contextos en los cuales su vida y la de los suyos son continuamente amenazados y
violentados puede darnos luz sobre las acciones, prácticas y resistencias que se dan a lo largo de
América Latina y en particular para el contexto colombiano del conflicto interno armado.

Es necesario mencionar aquí que esta investigación busca aportar a la literatura sobre estudios de
conflicto armado y su impacto particular en la vida de las mujeres en áreas rurales e indígenas al
sur de Colombia, específicamente la frontera andina colombo-ecuatoriana. La pertinencia
disciplinar de esta investigación a la luz de los estudios de género, contribuye y propone una
reflexión y cuestionamiento profundo al papel de la mujer en la sociedad como también amplía la
mirada hacia sus prácticas, en suma a la legitimación de sus saberes-haceres y las prácticas de
cuidado en contextos rurales e indígenas.

7 El concepto de sororidad alude a “hermandad” tiene su raíces en el latinajo 'sor' (hermana). Significa que ninguna está
jerarquizada. Tiene como sentido la alianza profunda y compleja entre las mujeres, a su vez implica un principio de
reciprocidad compartir recursos, tareas, acciones, éxitos entre otros. Vease: Lagarde, 2009.
Además de acercar una realidad desconocida, considero que contribuirá a la reflexión , análisis y
registro de casos sobre las diversas luchas que llevan a cabo mujeres, su significativo y vital papel
en las áreas rurales, el cual es indispensable para la vida es decir para la reproducción de ella en
general y de los seres humanos.

Por otro lado, también busca ser una herramienta política la cual visibilice el trabajo de las
mujeres al interior de la comunidad del resguardo de Cuaspud-Carlosama, reflexionando cerca de
sus procesos de resilencia- resistencia ante los desoladores efectos del conflicto armado, su
fuerza, capacidad de cohesión y unión como su capacidad de restablecer la vida a través de sus
conocimientos y prácticas que sostienen y atraviesan a toda la humanidad.

Marco teórico (1230/1500)

El marco teórico y/o conceptual que sustenta esta investigación, parte en primer momento de la
categoría analítica saberes-haceres situados, como noción que permite comprender la
trascendencia del entorno local, es decir el territorio, en el desarrollo de prácticas o actividades
especificas que realizan las mujeres dentro de él. Posteriormente, se abordara el concepto de
cuidado como categoría analítica-descriptiva, en tanto ofrece una mirada critica al papel esencial
que ocupa este trabajo en el sostén y reproducción social. Al ser descriptiva posibilitara especificar
prácticas o formas de cuidado al interior de la ANF y fuera de ella. Por último, se plantea la
categoría analítica de re-existencia como concepto que aborda la capacidad de asumir complejos
escenarios de la vida en contextos de conflicto; se refiere a otras formas de volver a empezar, la
capacidad de enfrentar las desigualdades de la vida social. En suma, la creación de nuevos modos
comunes de insistir para vivir y retomar el existir.

Para empezar, los conocimientos situados nos han invitado a profundizar en la importancia de las
experiencias basadas en el lugar (Escobar, 2010). Esto quiere decir básicamente que las nociones,
los saberes, los haceres y las prácticas que realizan las personas responden a un vinculo con el –
lugar- territorio en el cual nacen estas prácticas , se desenvuelven y se reproducen. Esta gramática
del entorno, como la llama Escobar (2010), conlleva por supuesto “rituales, lenguajes y formas de
clasificación de los seres naturales que los modernos podrían mirar como extraña, constituye la
base cultural-ecológica de cómo se cultiva y utiliza el entorno” (pág.26).

Esto es importante puesto que las prácticas ecológicas de la diferencia basadas-en-lugar como lo
llama Escobar (2010) comprenden otras maneras de relacionarse con la naturaleza. Para el
propósito de este proyecto las llamaré prácticas ecológicas de las mujeres basadas en-lugar,
puesto que el sur de Colombia comprende una de las regiones más montañosas y se le conoce
como el nudo de los Pastos. Aquí los grupos de personas, en especifico las mujeres, han
interactuado históricamente de maneras específicas con el entorno. Es decir, han establecido
otros modelos locales de naturaleza que son claramente diferentes a las comprensiones modernas
de la misma.
Para el propósito de esta investigación se retomara el concepto de saberes-haceres puesto que
evidencian “el conjunto de conocimientos que tradicionalmente han estado en manos de las
mujeres a lo largo de la historia y que forman parte de su currículo cultural” (Solsona, 2010); sin
embargo, resulta central agregar el concepto de lugar, se propone aquí la categoría de “saberes-
haceres situados” como categoría analítica a operar, ya que tenemos la necesidad de situar o
localizar los seres y sus conocimientos en un lugar especifico, comprender a la luz de lo que la
ecología feminista nos menciona como prácticas especificas que tienen las mujeres al entrar en
contacto con la naturaleza, el entorno-lugar. Esto responde a una lógica de vida, una forma de
vivir, sentir y ser (Walsh, 2012).

Las dinámicas de las mujeres en Cuaspud y lo anteriormente dicho sobre los saberes-haceres
situados hacen que esta investigación se enfoque en analizar dos prácticas en específico: Primero
El Tejido, como un saber–hacer tradicional realizado principalmente por las mujeres del pueblo de
los Pastos. El tejido tiene una larga historia y trascendencia en la identidad de la comunidad. De
igual manera, es la manifestación cultural y canal de transmisión de referentes o principios
ancestrales, ha permanecido vigente a través de los siglos hasta el día de hoy en el resguardo de
Cuaspud-Carlosama, convirtiendose actualmente en un modo de subsistencia. Y, como segunda
pràctica, la Yerba: como un trabajo doméstico realizado por las mujeres al sur de colombia y los
andes relacionado con el sostenimiento del cuy (animal domestico que es fuente de alimento,
medicina y de pequeño ingreso económico para las mujeres). Se selecciona, se corta, se recoge y
se “marca” o carga la cantidad de yerba como alimento a llevar para los cuyes.

Por otro lado, se empleará el concepto del cuidado como categoría analítica-descriptiva, este se
ha abordado de diferentes maneras desde la antropología del cuidado. Para el propósito particular
de la pregunta de investigación se abordara como el “conjunto de actividades que responden a las
exigencias propias de las relaciones de dependencia. Molinier (2005) nos propone que cuidar de
otro no es sólo pensar en el otro, preocuparse intelectual o afectivamente por él, sino ante todo
hacer algo, producir un trabajo que contribuya directamente a mantener o preservar la vida del
otro. Esta mirada del cuidado asume que cuidar no se resume a una sola tarea especifica, más bien
el cuidado se extiende a un sin fin de tareas que contribuyen no solo a mantener la vida individual,
Sino que se hace extensiva al cuidado colectivo, asumiendo tanto el cuidado del lugar, como el de
la naturaleza y la comunidad.

Esta categoría operará como analítica-descriptiva pues el cuidado contiene prácticas de cuidar
que serán descritas a lo largo de la investigación. Estas aluden principalmente al sostenimiento de
las redes de apoyo y sororidad que construyeron las mujeres en el resguardo de Cuaspud a raíz de
las situaciones violentas a las que tuvieron que enfentarse, el cuidado de las guaguas y sus
familias, el cuidado de los animales, los cultivos y su entorno mismo, entre otras.

El cuidado ha sido relegado principalmente en manos de las mujeres a pesar de ser un trabajo
esencial para la sociedad en todos sus niveles. Por este motivo ha sido invisibilizado, no valorado y
calificado como “reproductivo”, para diferenciarlo del que realizan mayoritariamente los hombres,
y es denominado como “productivo” (Arango y Molinier, 2011). Esto nos es útil en la medida que
al analizar estas prácticas de cuidado buscamos tambien re-establecer el valor y la contribución
que produce ese trabajo reproductivo (subvalorado, minimizado y normalizado) a la economia en
ese contexto comunitario e incluso a la sociedad en general.

Para finalizar, esta investigación busca develar la Asociación Nuevo Futuro como lugar de re-
existencia en tanto posibilita analizar de manera recursiva los procesos humanos emancipatorios
que reconfiguran la vida para crear nuevas formas de existir. Del mismo modo, la re-existencia
como concepto desde Albán (2013) permite autoafirmar trayectos y proyectos de vida propios,
como también la construcción de una comunidad más equitativa y digna. Para evidenciar esto se
tomará la noción de re-existencia como categoría analitica en tanto nos amplía la mirada acerca de
las formas en como las personas y comunidades recrean sus experiencias materiales y simbólicas
para enfrentarse a formas violentas como lo son las desigualdades, la maginalización,
discriminación y racialización entre otras.

Re- existencia entonces será empleada como “provocación a analizar desde otra perspectiva los
procesos de liberación, emancipación y lucha, reconfigurando nuevas formas de existir en
particular con sus propios proyectos de vida y trayecto de sociedad para ocupar un lugar de
dignidad social ”(Albán, 2012).

Para el proposito y desarrollo de la pregunta general y el último objetivo específico de


investigación el cual cuestiona el papel de las prácticas de cuidado y saberes-haceres como formas
directas de resistencia de las mujeres, encontramos que el concepto de re-existencia va más allá
de este ejercicio, pues amplía la mirada a otras emergencias del resistir, invitandonos a mirar de
manera distinta estos procesos puesto que conviven con otros horizontes de autoafirmación, de
re-significación, de resistencia y visibilización de diferentes opciones por el existir y el co-existir
Walsh (2013).

Estado del arte (1900/1800)

Las discusiones por las que ahonda el presente proyecto hacen referencia a tres cuerpos de
literatura principales: En primer lugar y como un cuerpo agrupado encontramos los aportes que
desde la ecología política feminista, los feminismos comunitarios, los feminismos indígenas y
afrodescendientes han realizado sobre el papel de las mujeres en la reproducción social de la vida
en su conjunto. En segundo lugar tomamos los aportes del estudio del género en relación con las
violencias y el conflicto armado. Y como tercer, y último cuerpo complementario, los aportes que
desde la antropología del cuidado se han producido.

Sobre la ecología política feminista y feminismos indígenas,


afrodescendientes y/o comunitarios.
Por un lado, la ecología política feminista ha demostrado que existen diferencias de género reales
y no imaginarias al entrar en contacto y relacionarse con la naturaleza y los ambientes. Estas
diferencias de género no se basan per se en la biología, al contrario se configuran de la
interpretación social que se ha hecho de ella y de las construcciones sociales de género que
difieren de acuerdo a cada contexto cultural, la clase, la raza y el lugar (Ver Rocheleau, Thomas-
Slayter y Wangari; 2004) que están claramente sujetas a modificación de las personas en ámbitos
tanto individuales como sociales.

En palabras de Arturo Escobar (1999, p. 194) la ecología política feminista “ha abordado el género
como una variable crítica que determina el acceso, el conocimiento y la organización de los
recursos naturales. Explica las experiencias del entorno y del género en términos de los
conocimientos situados de las mujeres”. Esta también expone y explica la importancia de los
diversos tipos de conocimientos locales que tienen las mujeres sobre el entorno y como los
movimientos sociales y las defensas locales de las mujeres se articulan a él.

Dicho esto, la ecología política feminista facilita el marco para analizar y comparar las historias y
experiencias de las mujeres alrededor del mundo, sus organizaciones y movimientos, la vitalidad
de sus conocimientos locales. Devela también los diferentes posicionamientos que ocupan
mujeres y hombres en su contexto local y realiza una critica al desarrollo económico y su
dominación en la naturaleza y las mujeres.

Por otra parte, los aportes que se han hecho desde los feminismos comunitarios, indígenas,
afrodescendientes e incluso del eco-feminismo han venido conceptualizando la dimensión del
territorio, cuerpo-tierra como una relación que los cuerpos tenían con la naturaleza y que fue
desintegrada con la llegada de la colonización “se instaló un control social y territorial, de
expropiación de la tierra y de los cuerpos, se construyeron repúblicas, países, fronteras y estados.
La vida de los pueblos originarios, y de las mujeres indígenas en particular, fue sometida por el
poder y control totalitario de un estado-nación colonial” (Cabnal, 2015).

Desde este punto se ha analizado la manera en que el patriarcado se ha constituido en el interior


de las diversas comunidades y afectado históricamente a las mujeres. A través de la noción de
entronque de patriarcados el cual tiene sus raíces antes de la invasión colonial, se trata de
reconocer que históricamente hubo un “entronque” entre el patriarcado pre-colonial y el
occidental y que las relaciones injustas entre hombres y mujeres se dieron también en el interior
de las culturas y sociedades pre-coloniales, antes de la colonia y que no son exclusivamente de
herencia colonial (Paredes, 2010). Vemos así que este “entronque de patriarcados ha marcado la
situación de las mujeres campesinas, indígenas y negras en los siglos posteriores a la conquista (…)
y fue condición para su sujeción el despojarlas de todas posibilidades de acceso a la tierra” ( Korol,
2016, p.34)
Es importante mencionar que el análisis del feminismo comunitario abrió un escenario en el cual
se ha cuestionado “el lugar que ocupan las mujeres rurales, indígenas, afrodescendientes en
procesos sociales de resistencia y de creación de iniciativas colectivas” (Korol, 2016, p.18). Por
último desde el eco-feminismo se ha analizado el asunto de las mujeres y la agricultura campesina.
Una de sus principales teóricas Vandana Shiva lo relaciona de la siguiente manera “la naturaleza y
las mujeres han sido históricamente las proveedoras primarias de alimentos de la agricultura
natural (...) El principio femenino en la producción de alimentos se basa en las íntimas uniones que
existen entre árboles, animales y cultivos, y en el trabajo de las mujeres que mantiene esos
vínculos. El trabajo de las mujeres en la agricultura (…) tiene como modelo a la naturaleza, y se
basa en la participación de las mujeres con la naturaleza, ha sido auto-reproductora y sustentable,
porque los recursos renovados internamente suministran los insumos necesarios para las semillas,
la humedad, y los nutrimentos del suelo y el control de plagas” (1995).

Sobre los estudios de género, violencia y conflicto armado

Para el interés de este proyecto es de vital importancia incorporar el análisis de género con los
estudios sobre violencia y conflicto armado, debido al contexto en que se enmarca.

Las formas de la guerra en América Latina son de tipo no convencional y “hacen del mismo el
espacio más violento del planeta en términos de guerras no libradas formalmente entre estados,
aunque en éstas participen efectivos y corporaciones armadas estatales y no estatales” (Segato,
2014, p. 341). Siguiendo a Segato (2014) en estas nuevas conflictividades, los actores a menudo
son informales, hablamos de crimen organizado, guerrillas, fuerzas para-militares, regímenes
dictatoriales, represión policial, bandas criminales, bandos, mafias, grupos entre otros más que
hacen del escenario bélico un escenario difuso que en la práctica no tienen un comienzo ni un
final, y tampoco ocurren dentro de límites temporales y espaciales claros. Hay que agregar que
estas nuevas modalidades de la guerra son característica tanto de la modernidad como del
capitalismo avanzado y mutan de acuerdo a sus condiciones contextuales, responden ahora al
cambio de muchas otras dimensiones de la vida como por ejemplo la territorialidad, la política, el
estado, la economía y el propio patriarcado (Segato, 2014).

En Colombia, la violencia se ha caracterizado como un conflicto armado interno y de larga


duración. Dicho conflicto se ha transformado, especializado y tomado formas violentas nunca
antes concebidas gracias a su profunda permanencia, aquí encontramos formas de violencia
especifica sobre el cuerpo de las mujeres. Las múltiples formas de violencia en la vida cotidiana
se conjugan con otras violencias de género tanto históricas como estructurales (Ver Federici,
2004; Segato, 2014). Me refiero a violencias de género en plural, puesto que cuando se habla de
“violencia de género” se piensa a menudo únicamente en violencia física o sexual, es importante
hacer hincapié en que existen muchas otras formas de ejercer violencia ya sea esclavitud
doméstica, prostitución, aborto forzado, despojo, entre muchas otras formas de control social que
niegan a la mujeres la posibilidad de salir del modelo sumiso tradicional de “ser mujer” (Meertens,
2016).
Si bien no se desconoce que las violencias de género también se ejercen contra los hombres,
entendemos que ellas se encuentran mucho más ocultas e invisibilizadas. Aunque se han logrado
algunos avances en el campo de las leyes y políticas públicas en lo que se refiere a la protección de
las mujeres, sabemos que su vulnerabilidad frente a las violencias se ha venido agudizando cada
vez más.

“Las violencias sobre el cuerpo de las mujeres se usan en el conflicto armado como un arma para
conseguir la dominación de una población(...).Es un arma de guerra muy eficaz contra la autonomía
de las mujeres y contra el tejido social de las comunidades, pues es muy difícil volver a reconstruir
relaciones sociales cercanas y sólidas cuando las mujeres han sido ultrajadas de esa forma en sus
cuerpos” ( Meertens, , 2016, párr.5)

A través del análisis que han realizado los estudios de género en conjunción con la violencia y el
conflicto armado en Colombia, se ha visibilizado las violencias que a traviesan a las mujeres y sus
cuerpos. Pero algo más significativo, se ha evidenciado las resistencias de las mujeres quienes han
luchado continuamente por construir lazos al interior de las organizaciones sociales como también
por sostener sus vidas y las que de ellas dependen.

Las organizaciones de mujeres tienen a su favor una historia y un conocimiento arraigado y


situado en el haber sido atravesadas por la violencia en múltiples contextos, incluyendo la vida
cotidiana la cual permite re-existencias8, resistencias y agencias en las cuales se tejen nuevas
relaciones y formas de tejido social, nuevos escenarios para sembrar nuevamente la confianza y
reconstruir – reparar la solidaridad comunitaria en la vida social. Por esta razón se hace
indispensable ampliar la mirada a las acciones que desde los márgenes realizan las mujeres allí la
asociación Nuevo Futuro como lugar de agencia y confluencia juega un papel fundamental.

Sobre antropología del cuidado, extensiones del trabajo domestico y/o trabajo invisible

Dentro de la crítica feminista una categoría conceptual en la cual se analiza las particularidades de
un amplio trabajo fundamental en la vida social que es realizado por mujeres se le llama “trabajo
del cuidado” donde la mujer realiza actividades que se naturalizan como exclusivas de su género y
donde al ser invisibilizado no es remunerado. Desde los estudios de las ciencias sociales y de la
economía este concepto del trabajo de cuidado se ha analizado a partir del concepto de “división
sexual del trabajo”. Arango propone tres grandes variantes para analizar esto:

En primer lugar, las teorías sociológicas y antropológicas sobre la división sexual del trabajo, con
debates sobre sus variaciones en sociedades no capitalistas, su carácter cultural y variable (Comas
d’Argemir, 1995), las propuestas sociológicas materialistas en torno al modo de producción
doméstico (Delphy, 2001) y la apropiación material de la individualidad corporal de las mujeres

8Reexistir: Volver a asumir su voluntad de poder ser como son; no como han sido, sino como quieren ser. Despiertan sus
sueños, renacen sus utopías, para reinventar su existencia, para pasar del re- sentimiento por la opresió n al re-sentimiento de
sus vidas” (Leff, Argueta, Boege y Gonçalves, 2005 p.20).
(Guillaumin, 1992), la ideología de la domesticidad y la naturalización del trabajo doméstico en la
economía política (Scott, 1988).9 (como se cita en Arango (2011, p. 2).

Es importante recalcar que en la dinámica de los roles de género heredada de occidente el trabajo
domestico es una de las actividades exclusivas correspondientes a la mujer, en donde aparte de
contar con un empleo laboral, su rol debe cumplir con ciertas tareas que competen al hogar y que
tiene que ver con el cuidado de los hijos. Tanto en el contexto citadino como en el rural esta
actividad se ve como complemento a las tareas básicas de esta manera es invisibilizado y no es
remunerado. En otras palabras el trabajo del cuidado es clave para la continuación de la vida, este
no esta visibilizado y al no estarlo tampoco esta valorado por la sociedad en su conjunto.

“Cuidar los territorios, la agricultura campesina, las semillas, las organizaciones campesinas, las
comunidades indígenas, la memoria histórica de las luchas y de la creación del mundo, es parte del
esfuerzo de los pueblos, y especialmente de las mujeres, que extienden las tareas de cuidado
familiar, al cuidado de todas las manifestaciones de vida” (Korol, 2016, p.168)

Esto evidencia que el trabajo doméstico del cuidado no se limita solo a cuidar de las familias, sino
que se extiende al trabajar la chagra, al cuidar los animales, el cuidar de las redes de apoyo es
decir al cuidado de las otras y los otros, el cuidado de la comunidad y en su máxima expresión al
cuidado de la cultura y la vida misma.

Diseño Metodológico (954/1000)

Para dar respuesta a la pregunta y los objetivos de investigación se emplearán métodos y


herramientas cualitativas que permitirán un análisis y descripción detallada de las formas de vida
en donde las mujeres se desenvuelven junto con los saberes-haceres que realizan y re-crean en su
vida cotidiana, los cuales posibilitan su existencia y la de los suyos en el resguardo de Cuaspud-
Carlosama. Se emplearán las herramientas de observación participante, fuentes vivas como las
historias de vida orales y entrevistas semi-estructuradas, la cartografía social del territorio y un
ejercicio de memoria del mismo que se vera materializado en un ejercicio de tejido colectivo con
las mujeres. El registro sonoro y visual que es transversal a la investigación permitirá evidenciar
otras maneras de aproximarse a esta realidad.

En primera instancia la observación participante consiste, como expone Restrepo en “residir


durante largos periodos en el lugar donde se adelanta la investigación con el propósito de
observar aquello que es de interés del etnógrafo.” (2011) Es través de esta y en la primera etapa
de investigación que se buscará dar respuesta al primer objetivo especifico (N.1), de esta manera

9Comas D’ argemir, Trabajo, género, cultura., Barcelona, Icaria, Institut Català d’Antropologia, 1995.
Delphy Christine. Delphy, L’Ennemi Principal, (2 tomos), Editions Syllepse, Paris, 2001
Guillaumin. Colette, Sexe, Race et Pratique du pouvoir. L’idée de Nature, Côté-femmes, Paris, 1992.
se describirá los saberes-haceres y las practicas de cuidado que realizan las mujeres. Se participara
de la realización de sus actividades en el día a día, de sus encuentros en los colectivos de tejido, de
las actividades entorno al mantenimiento y sostenimiento de la casa, recogidas de yerba o leña,
alimentación de los animales entre otras formas de cuidado. Desde la experiencia propia, la
observación, interacción y aprendizaje directo con las mujeres se conocerá de primera mano la
realización de los mismos.

Para desarrollar en un segundo momento el objetivó especifico número dos (N.2), el cual busca
identificar y conocer la relación de estos saberes haceres situados y cuidados con el territorio se
empleará la herramienta de cartografía social participativa. La cual consiste en el trazado del
territorio con y desde las y los actores que se desenvuelven en el; para la obtención de datos
generales y específicos. En este caso permitirá un acercamiento al espacio geográfico de las
mujeres desde su mirada histórica, social y cultural (Herrera, 2008) de manera que se desplegara
un mayor conocimiento del territorio desde las mujeres, dentro de este ejercicio de cartografiar el
territorio se desprenderán recorridos guiados por el entorno local a partir de los saberes-haceres
situados de las mujeres y sus trayectos. El ejercicio de cartografía social participativa, se plantea
como un ejercicio colectivo en el cual todas las mujeres se expresen e intervengan en él. Se
realizarán dos cartografías; la primera consistirá en un mapeo básico y general del territorio, en la
segunda se buscara articular el lugar de los saberes-haceres y las prácticas de cuidado dentro de
él.

Por otra parte, la metodología de memoria como herramienta cualitativa consiste en narrar y
reconstruir el trayecto de vida de las mujeres y la ANF. Se empleará en una tercera etapa y es
transversal a desarrollar el objetivo numero dos y tres (N.2 y N.3), pues ira en concordancia con la
practica de los saberes-haceres de las mujeres y las redes de cuidado y sororidad que tejieron al
interior de la ANF. Se propone aquí una reconstrucción de la memoria viva sobre el territorio y
sobre la ANF a partir del ejercicio de tejido colectivo, es decir a partir del tejido, del registro de su
realidad se obtendrán datos sobre los “imaginarios” y el mundo simbólico de las mujeres (Lima,
2002) se apelara a recuerdos se escudriñara en la memoria a partir de ya sea momentos, lugares o
sentimientos u otros que desde las mujeres se den, que se plasmaran y explicaran en un retazo de
tejido, posteriormente esos retazos individuales pero a su vez comunales se pegaran para obtener
una gran historia colectiva que represente la experiencia de las mujeres al interior de la ANF.

Por otro lado para contribuir a terminar de desarrollar el tercer objetivo (N.3) y dar paso al
objetivo especifico cuatro (No.4), se desarrollara la herramienta de fuentes vivas, las cuales nos
describe Aceves como “esos seres humanos y sus relaciones sociales, que nos interesa conocer,
que requieren y nos demandan el trabajo paciente, analítico y sistemático” (1994; 99). El reto aquí
es construir nuevas formas de la memoria, comprometerse con su responsable socialización y
utilización, pues estos son “los medios para quebrar el silencio” (Ibid) que exigen ejercer un
compromiso propio con la investigación. Para el propósito de esta, el construir las historias de vida
orales de las mujeres es un ejercicio fundamental ya que “las mujeres han manejado lo escrito
mucho menos que los hombres: han tenido muchas más formas de decir que de escribir. La historia
de las mujeres, que por tradición corresponde a la esfera de lo íntimo o de lo privado, está
conformada por más rastros orales que escritos.” (Misztal; 1993) De esta manera el registro de la
palabra femenina es una tarea prioritaria y sus voces una fuente vital de su propia historia.

Las entrevistas semi-estructuradas se realizarán a lo largo de la investigación para esclarecer los


objetivos específicos tres y cuatro (N.3 y N.4). Se dispondrán unas preguntas clave para direccionar
a las mujeres de manera individual y se realizarán otras entrevistas a nivel colectivo, con el animo
de indagar acerca de su memoria colectiva, sus saberes, los cuidados y las redes de apoyo que se
han configurado a través de ellas. Nos permitirá saber otros datos que por la vía de la observación
participante no se pueden obtener, como indagar puntualmente sobre la construcción de
alternativas u otras formas que encontraron para sostenerse incluso indagar por la manera como
se piensan propiamente las mujeres la realización o existencia de estas las prácticas de cuidado y
de saberes-haceres cotidianos.

Consideraciones éticas (364/500)

Es de importancia recalcar aquí que la investigación busca alcanzar de manera integra y honesta
todos sus objetivos con el previo análisis, estudio y negociación de las mujeres involucradas en
esta. Es decir, se proporcionara la información necesaria a todas las personas que hagan parte de
la investigación.

La metodología propuesta para el desarrollo de la investigación pretende desarrollar un trabajo


horizontal y transparente con las mujeres miembros de la comunidad, la forma en que esta
investigación garantizara la realización de principios éticos tendrá como primera premisa respetar
el bienestar de todos los seres humanos. Teniendo en cuenta esto, el compromiso que asume esta
investigación no afectara la seguridad, la dignidad y la intimidad de las personas. De antemano se
determinara la confidencialidad de las distintas fuentes de información y si se desea mantener el
reconocimiento o anonimato en esta.

Previamente a la investigación se presentara el consentimiento informado a las mujeres teniendo


en cuenta su pertenencia a la población víctima del conflicto armado y su situación particular de
vulnerabilidad. Este consentimiento informado buscará detallar, en lo máximo posible: la
intención de participar en la investigación, cuales son los objetivos de la misma, los posibles
beneficios, sus posibles afecciones y riesgos y sobre todo su derecho a retirarse en cualquier
momento, sin tener que precisar la razón de su decisión. El derecho a acceder a la información que
es recolectada teniendo en cuenta registros fotográficos y auditivos y por sobre todo el
reconocimiento a ellas como sujetas productoras de conocimiento y su significativo papel en la
investigación.

Finalmente, es necesario puntualizar que la colaboración mutua entre las mujeres y la


investigadora pretende ser transversal a lo largo de la investigación, desde su comienzo hasta su
final se propondrá la realización de espacios de socialización en los cuales se expondrá lo antes
mencionado, se compartirán reflexiones acerca del desarrollo de la investigación, se someterá a
discusión ideas, hipótesis e incluso hallazgos con las mujeres miembros, de esta manera la
producción de conocimiento será conjunta y colaborativa, finalmente se presentara los resultados
finales y se buscara puntualizar la manera en que estos serán regresados y quizá transformados en
un producto/herramienta útil y práctica en la comunidad.

Presupuesto

Rubro Fuente: Recursos propios


A. Transporte
Bogotá- Pasto- Bogotá $220.000
Pasto – Ipiales- Pasto $18.000 $ 272.000
Ipiales-Cuaspud-Ipiales $14.000
Otros urbanos $20.000

B. Hospedaje ( con alimentación)


$ 20.000 x 50 días en campo $ 1.000.000

C. Materiales
Papelería $50.000
Insumos para la colcha $ 330.000
de la memoria $280.000

D. Gastos extra en campo $ 300.000


Total $ 1.902.000

Cronograma
Actividad/ Meses Junio Julio Agosto Septiembr Octubre Noviembre Diciembre Enero Febrero
e

Semana 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3
Trabajo de campo- x x x x x x x x x x x x
Observación Participante
Registro en el diario de x x x x x x x x
campo
Diseño de entrevistas x x x
semi-estructuradas
Realizacion de las x x x x x
historias de vida

Aplicación de las x x x x
entrevistas

Realización de la x x x
cartografía
Metodología de la Tejido x x x x
colectivo memoria
Transcripción de x x x
entrevistas
Sistematización de la x x x x
información
Escritura del trabajo de x x x x x x x x x x x x x x
grado
Entrega del trabajo de x x
grado
Socialización del trabajo x x
de grado con la A. Nuevo
Futuro
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