23-51
23
El sentido cristiano del sufrimiento humano en la Carta Apostólica Salvifici Doloris de Juan
Pablo II • Claudio Lavados Montes
1 La Carta Apostólica Salvifici Doloris, sobre el sentido cristiano del sufrimiento, fue
dada en Roma, en la memoria litúrgica de Nuestra Señora de Lourdes, el 11 de febrero
de 1984.
24
Revista de Ciencias Religiosas, vol. XVIII, 2010
1. Tipos de dolor
Para la definición científica de dolor debemos recurrir a lo que ella
manifiesta respecto a éste:
“La palabra dolor se usa para describir un rango muy amplio de sensa-
ciones, desde la molestia de un pinchazo, golpe o pequeña quemadura,
hasta las sensaciones anormales de los síndromes neuropáticos. Por
su propia subjetividad, el dolor no tiene una fácil definición; incluso,
llegó a afirmarse que era indefinible. El Subcomité de Taxonomía de la
International Association for the Study of Pain (IASP) define el dolor
como una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada
con una lesión hística real o potencial, o que se describe como ocasio-
nada por dicha lesión. El adjetivo desagradable incluye un conjunto
de sentimientos, entre los que se encuentran el sufrimiento, la ansie-
dad, la depresión y la desesperación, que pueden abocar incluso en
el suicidio. El dolor, por lo tanto, no puede definirse exclusivamente
como una experiencia nociceptiva (sensorial); constituye un hecho
subjetivo, integrado por un conjunto de pensamientos, sensaciones
y conductas, que se integran y forman el síntoma del dolor” (Soler
Company; Montaner Abásolo, 2004: 51).
25
El sentido cristiano del sufrimiento humano en la Carta Apostólica Salvifici Doloris de Juan
Pablo II • Claudio Lavados Montes
26
Revista de Ciencias Religiosas, vol. XVIII, 2010
y aun con temor (Juan Pablo II, 1984: 4); pero ello no excusa de tratar
de comprenderlo, pues sólo así se podrá superar.
27
El sentido cristiano del sufrimiento humano en la Carta Apostólica Salvifici Doloris de Juan
Pablo II • Claudio Lavados Montes
Es oportuno mencionar que los temas que trata el Papa en esta Carta
Apostólica a propósito del sufrimiento como misterio, son: 1) mal y
sufrimiento (Juan Pablo II, 1984: cap. 2 y 3) como identidad parti-
cularmente en el Antiguo Testamento: primera referencia a su causa;
corrección de parte de Dios del tema que el sufrimiento es causado
2 Es interesante hacer notar aquí que San Agustín ya plantea que el mal es privación
del bien: “Como yo estaba ignorante de la verdad acerca de estas cosas, me hallaba no
poco embarazado y perturbado con tales preguntas, y por los mismos medios y con
los mismos pasos con que me apartaba de la verdad me parecía que la iba alcanzando,
por no haber llegado todavía a conocer que no es otra cosa el mal sino privación
del bien, hasta llegar al mayor mal, que es la nada y privación de todo bien. Pero
¿cómo lo había yo de conocer, si mi conocimiento por los sentidos no pasaba de las
cosas corpóreas, y con el interior conocimiento del alma no pasaba de los fantasmas
o especies de mi fantasía?”. Confesiones, Libro III, Capítulo VII, n°12.
3 El Diccionario de la Lengua Española, Vigésima segunda edición, define Mito (del gr.
μῦθος), en su primera acepción, como”narración maravillosa situada fuera del tiempo
histórico y protagonizada por personajes de carácter divino o heroico. Con frecuencia
interpreta el origen del mundo o grandes acontecimientos de la humanidad”.
28
Revista de Ciencias Religiosas, vol. XVIII, 2010
3. El mal y el sufrimiento
“Se puede decir que el hombre sufre, cuando experimenta cualquier
mal” (Juan Pablo II, 1984: 7). En el lenguaje del Antiguo Testamen-
to, inicialmente, sufrimiento y mal se identifican. Luego, gracias a la
lengua griega, especialmente en el Nuevo Testamento, se distingue
sufrimiento y mal. Sufrimiento es una actitud pasiva o activa frente a
un mal, o mejor, frente a la ausencia de un bien que se debiera tener.
“El hombre sufre a causa del mal, que es una cierta falta, limitación
o distorsión del bien. Se puede decir que el hombre sufre a causa de
un bien del que él no participa” (Juan Pablo II, 1984: 7). Esta noción
del sufrimiento, que entrega la Carta Apostólica, está basada en que
el cristianismo entiende el bien como algo esencial y perteneciente a
la existencia, ya que es participación de Dios.
29
El sentido cristiano del sufrimiento humano en la Carta Apostólica Salvifici Doloris de Juan
Pablo II • Claudio Lavados Montes
corregirse, esto es, para que del mal se siga un bien, para cambiar
positivamente en la vida, para la reconstrucción del bien que se ha
perdido o destruido (Juan Pablo II, 1984: 10, 11, 12).
Sin embargo, hay que estar muy atento para darle un sentido al sufri-
miento, ya que el sentimiento y sensación de inutilidad que muchas
veces sentimos en el sufrimiento, puede provocar en el hombre una
suerte de “carga para los demás” y “el hombre se siente condenado
a recibir ayuda y asistencia por parte de los demás” (Juan Pablo II,
1984: 27), lo que causaría más sufrimiento.
30
Revista de Ciencias Religiosas, vol. XVIII, 2010
4 La palabra compasión viene del latín, padecere, que indica que hay que sentir, ojalá
con el corazón, es decir con todo el ser, lo que el otro siente. La compasión no es
lástima del otro, es “sentir” lo del otro.
5 Es interesante aquí la referencia que hace el Papa a Gaudium et Spes, Constitución
Pastoral sobre la Iglesia en el Mundo Actual, en su número 24, que dice: “Más aún,
el Señor, cuando ruega al Padre que todos sean uno, como nosotros también somos
uno (Jn 17,21-22), abriendo perspectivas cerradas a la razón humana, sugiere una
cierta semejanza entre la unión de las personas divinas y la unión de los hijos de
Dios en la verdad y en la caridad. Esta semejanza demuestra que el hombre, única
criatura terrestre a la que Dios ha amado por sí misma, no puede encontrar su propia
plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás”.
31
El sentido cristiano del sufrimiento humano en la Carta Apostólica Salvifici Doloris de Juan
Pablo II • Claudio Lavados Montes
7. Sufrimiento y muerte
Jesús sufre en su carne las consecuencias del pecado y del mal, como
es el dolor y la muerte, pero su redención no acaba con esa situación
como tampoco “libera del sufrimiento toda la dimensión histórica de
la existencia humana”, sin embargo “proyecta una luz nueva, que es la
luz de la salvación” (Juan Pablo II, 1984: 15).
32
Revista de Ciencias Religiosas, vol. XVIII, 2010
Hay dolores que pasan inadvertidos por la vida del hombre porque, al
no ser tan profundos y absolutos, carecen de significado y su símbolo
de interpretación pasa a ser insignificante. Pero, paradójicamente, esta
falta de significado hace que el hombre reconozca las ocasiones en que
el dolor empieza a adquirir un significado complejo. Es el polo opuesto
de las personas que permanentemente viven sumidas en el dolor. Para
ellas el significado les puede parecer extraño ya que se encuentran
sumidas en sí mismas y el dolor les impide encontrar el significado.
El dolor puede ayudar a entrar en un estado de alerta espiritual que
pone a la persona en un clima de preguntas y significación de sentido.
La comprensión del dolor es el inicio de un despertar espiritual “que
está impregnado de significado social y religioso” (Morris, 1996:43).
El dolor no es tan sólo un hecho biológico, sino que es también una
experiencia en busca de interpretación (Morris, 1996:44).
33
El sentido cristiano del sufrimiento humano en la Carta Apostólica Salvifici Doloris de Juan
Pablo II • Claudio Lavados Montes
Hay personas que se derrumban con las penas cotidianas. Hay otros
a los que no quiebra nada. Unos son débiles, otros son fuertes. Nadie
es inmune a la tragedia. El dolor es inesperado, llega y no perdona.
Tiene mil caras y formas: enfermedad, hijos enfermos, ceguera, vejez,
muerte, injusticia, fracaso, traición, cárcel, remordimiento, accidente,
desastre natural, etc. Unos podrían soportar la amputación de un
miembro, pero no la quiebra económica; otros aguantarían la pérdida
de sus bienes materiales, pero no el desprestigio; otros preferirían la
muerte de un ser querido a la cárcel; otros son fuertes ante el dolor
físico, pero no ante la humillación. Unos prefieren la muerte a la
esclavitud; otros deciden vivir aunque sean esclavos; unos optan por
su conciencia y otros por su bienestar; unos eligen el daño propio
antes que el daño ajeno; hay quienes dan la vida por salvar a otros y
hay quienes matan por salvarse.
34
Revista de Ciencias Religiosas, vol. XVIII, 2010
35
El sentido cristiano del sufrimiento humano en la Carta Apostólica Salvifici Doloris de Juan
Pablo II • Claudio Lavados Montes
36
Revista de Ciencias Religiosas, vol. XVIII, 2010
El ser humano busca la verdad (Juan Pablo II, 1998: 28). Y la bús-
queda de la verdad se vuelve especialmente aguda en las experiencias
de sufrimiento. Algunos piensan que es imposible dar un sentido al
sufrimiento, que éste puede ser sólo vivido o, a lo sumo, domestica-
do. Pero si el sufrimiento no tiene significado ni sentido, entonces
puede llegar a ser insoportable. Es cierto que hace falta saber aceptar
el sufrimiento, aliviarlo, aprender a vivir con él. Pero para eso, hace
falta darle un sentido. Este sentido, a veces o muchas veces, no será
fruto de un discurso filosófico. No se trata de hacer grandes reflexio-
nes, sino de encontrar una dirección, un sentido, un porqué a la sed
de verdad.
37
El sentido cristiano del sufrimiento humano en la Carta Apostólica Salvifici Doloris de Juan
Pablo II • Claudio Lavados Montes
El discípulo de Jesús sabe que debe correr la misma suerte del maestro
(Jn 15,20; 13,16; Mt 10,24). San Pablo habla claramente del sufri-
miento redentor del cristiano que se une al de Jesús en la cruz (2 Cor
1,6s; 4,8-12). Unido a Cristo en el amor, el creyente sufre por los
otros, para que solidariamente su dolor y sufrimiento sea compartido y
disminuya. Es a través del sufrimiento que el amor se purifica y crece.
Para los cristianos no hay nada en su experiencia que quede fuera de
la órbita de Dios y que los pueda alejar de Él (Rm 8,35-39).
38
Revista de Ciencias Religiosas, vol. XVIII, 2010
39
El sentido cristiano del sufrimiento humano en la Carta Apostólica Salvifici Doloris de Juan
Pablo II • Claudio Lavados Montes
del amor y del bien, caen en una vida vacía en la que quizás ya no
existe el dolor, pero en la que la oscura sensación de la falta de sen-
tido y de la soledad es mucho mayor aún. Lo que cura al hombre no
es esquivar el sufrimiento y huir ante el dolor, sino la capacidad de
aceptar la tribulación, madurar en ella y encontrar en ella un senti-
do mediante la unión con Cristo, que ha sufrido con amor infinito”
(Benedicto XVI, 2007:37).
40
Revista de Ciencias Religiosas, vol. XVIII, 2010
41
El sentido cristiano del sufrimiento humano en la Carta Apostólica Salvifici Doloris de Juan
Pablo II • Claudio Lavados Montes
“El pecado está presente en la historia del hombre: sería vano intentar
ignorarlo o dar a esta oscura realidad otros nombres. Para intentar
comprender lo que es el pecado, es preciso en primer lugar recono-
cer el vínculo profundo del hombre con Dios, porque fuera de esta
relación, el mal del pecado no es desenmascarado en su verdadera
identidad de rechazo y oposición a Dios, aunque continúe pesando
sobre la vida del hombre y sobre la historia.
42
Revista de Ciencias Religiosas, vol. XVIII, 2010
“El hombre ha sido creado por Dios también para la felicidad, que,
en el ámbito de la existencia terrena, debía significar estar libres de
sufrimientos, por lo menos en el sentido de una posibilidad de exención
de ellos” (Catecismo de la Iglesia Católica, 401). El hombre, creado
por el Amor para amar y ser feliz, se encuentra con esta realidad que
quiebra su sentido último. Pero también, se debe decir que no todo
sufrimiento y dolor humano es consecuencia de la culpa o que tenga
un carácter de castigo. El sufrimiento “deber servir para la conversión,
es decir, para la reconstrucción del bien en el sujeto” (Juan Pablo II,
1984:11-12). Es volver a la armonía perdida y (re)encontrarse con
Jesús, como el Señor de la vida, quien por su pasión y su muerte en la
Cruz, dio un sentido nuevo al sufrimiento: desde entonces éste nos
6 “Signo y consecuencia del pecado original es la muerte del cuerpo, tal como desde
entonces la experimentan todos los hombres. El hombre ha sido creado por Dios para
la inmortalidad: la muerte que aparece como un trágico salto en el vacío, constituye
la consecuencia del pecado, casi por una lógica suya inmanente, pero sobre todo
por castigo de Dios. Esta es la enseñanza de la Revelación y esta es la fe de la Iglesia:
sin el pecado, el final de la prueba terrena no habría sido tan dramático”; Cfr. Juan
Pablo II, Audiencia General, Roma, 8 de octubre de 1986.
43
El sentido cristiano del sufrimiento humano en la Carta Apostólica Salvifici Doloris de Juan
Pablo II • Claudio Lavados Montes
44
Revista de Ciencias Religiosas, vol. XVIII, 2010
45
El sentido cristiano del sufrimiento humano en la Carta Apostólica Salvifici Doloris de Juan
Pablo II • Claudio Lavados Montes
46
Revista de Ciencias Religiosas, vol. XVIII, 2010
Los creyentes, y los que no tienen fe, han de vivir su dolor y sufrimien-
to con realismo, y ser conscientes de que a todos los seres humanos
les toca realizar un proyecto de vida que debe ser hecho desde su
situación particular.
47
El sentido cristiano del sufrimiento humano en la Carta Apostólica Salvifici Doloris de Juan
Pablo II • Claudio Lavados Montes
Conclusión
Según Juan Pablo II, el sufrimiento pareciera pertenecer a la naturaleza
humana (Juan Pablo II, 1984:2). Es una realidad tan profunda y com-
pleja que lo supera y es casi inseparable de la persona. Por otra parte,
suscita compasión, respeto y de algún modo, atemoriza. Aunque es
una experiencia personal, subjetiva, el tema del sufrimiento tiene que
ser tratado, pensado y meditado exigiendo que se busquen respuestas
a los problemas que plantea sobre el sentido de la vida.
48
Revista de Ciencias Religiosas, vol. XVIII, 2010
49
El sentido cristiano del sufrimiento humano en la Carta Apostólica Salvifici Doloris de Juan
Pablo II • Claudio Lavados Montes
Referencias
Benedicto XVI (2007). Carta Encíclica Spe Salvi, sobre la esperanza cris-
tiana.
Bentué, A. (1981). La opción creyente. Introducción a la teología fundamental.
Santiago: Ediciones Mundo.
Carta Pastoral de los Obispos de Pamplona-Tudela, Bilbao, San Sebastián y
Vitoria, Al servicio de una vida más humana, Cuaresma 1992.
Conferencia Episcopal Española (1993). La Eutanasia: 100 cuestiones y res-
puestas sobre la defensa de la vida humana y la actitud de los católicos.
Madrid: Paulinas.
Frankl, V. (1974). La sofferenza di una vita senza senso. Torino: Elle Di Ci.
Fuster I Camps, I.X. (2005). Sufrimiento humano: verdad y sentido. Una
aproximación filosófica según el espíritu tomasiano. Barcelona: Editorial
Balmes.
García, H.; Benito, A. (Ed.) (1981). Juan Pablo II a los Enfermos. Pamplona:
Eunsa.
Juan Pablo II (1984). Carta Apostólica Salvifici Doloris, sobre el sentido
cristiano del sufrimiento humano.
Juan Pablo II (1992). Carta Pastoral Al servicio de una vida más humana,
Cuaresma.
Juan Pablo II (1995). Carta Encíclica Evangelium Vitae, sobre la defensa de
la vida.
Juan Pablo II (2002). X Jornada Mundial del Enfermo. Mensaje del Santo
Padre Juan Pablo II, con motivo de la X Jornada Mundial del Enfer-
mo. 11 de febrero.
Lewis, C.S. (1994). El problema del dolor. Madrid: Rialp.
Lugo, H. (2004). “En torno al dolor y el sufrimiento”, en Revista Argentina
de Cirugía Cardiovascular, vol. II, n°3 / setiembre - octubre - no-
viembre.
50
Revista de Ciencias Religiosas, vol. XVIII, 2010
51