Anda di halaman 1dari 7

MONICIÓN DE ENTRADA:

Hoy es Un día grande para nuestra comunidad. Un día para caer de rodillas ante la grandeza
del Dios-Amor. Como Comunidad Parroquial nos encontramos en torno al altar, para celebrar
y aclamar con nuestros cantos a la Fuente de nuestras alegrías, a Aquel que nos acompaña en
medio de nuestras vidas: a Cristo el Señor, que en el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre
ha querido quedarse con nosotros, para que todos conozcan su nombre y experimenten su
misericordia.
Celebremos esta Solemnidad de la Eucaristía, honrando el Cuerpo de Cristo. Honremos el
Cuerpo de Cristo, comulgando con su persona, con sus sentimientos y actitudes. Honremos
el Cuerpo de Cristo, acercándonos a los demás con el mayor respeto y disponibilidad, porque
ellos son también el Cuerpo de Cristo. Que la Eucaristía de este Día sea un acto de fe, de
esperanza y de caridad: porque DIOS ESTÁ AQUÍ, para saciar nuestras hambres y para urgir
nuestras más generosas entregas. Celebramos hoy al Amor de los amores: a Cristo el Señor
que quiso quedarse con nosotros como compañero de viaje en este nuestro caminar hacia la
Casa del Padre. Él nos prometió su presencia y nos la dejó en la Eucaristía.
Escucharemos la Palabra de Dios y nos acercaremos a comulgar el Cuerpo del Señor,
conscientes que —al quedarse Él en nuestros corazones— nos envía a amar a los demás con
el amor con que Él nos ama.
Con amor y con fe participemos en esta Santa Celebración. De pie por favor, entonemos
juntos el canto de entrada.

RITOS INICIALES.

-CANTO DE ENTRADA.

- BIENVENIDA.

¡¡ BIENVENIDO MONSEÑOR JULIO CESAR SALCEDO AQUINO, OBISPO DE LA


DIOCESIS DE TLAXCALA!!
¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz que trae buenas
nuevas...! (Is.52, 7) Con esta proclamación profética tomada del libro de Isaías, llena de júbilo y
esperanza, le recibe, Monseñor, el pueblo de Dios que peregrina en esta porción del decanato de
Huamantla, La Parroquia de San Juan Ixtenco.
Permítame, Monseñor, sólo en esta ocasión, que me convierta en vocero y altavoz de mi pueblo. Este
pueblo Otomí, cuna y sostén de esta Iglesia particular, que está conformada por pastorales, grupos y
movimientos asi como diversas mayordomias. Este es un pueblo acogedor, afectivo, cariñoso,
profundamente dado, fraterno, convivencial, valorativo, festivo, religioso en el fondo y en las formas,
y mariano.
Desde estos principios y estas actitudes, irrenunciables, ponemos en sus manos las llaves de nuestras
casas, de nuestros hogares y de nuestros corazones.
La verdad es que en nuestros tiempos de tanta tribulación el recibir su visita, es recibir un
bálsamo para nuestras afligidas vidas; es tener la plena seguridad de que DIOS está con
nosotros,ayudándonos para reconducir nuestras vidas, y aunque andemos por valles de
sombras profundas no temeremos a nada malo, porque Dios siempre está con nosotros. Por
eso deseamos que Usted bendiga nuestro Belén, queremos que sea el padre y la cabeza de
esta casa, y hacerlo partícipe de nuestra Fe.
Siéntese con nosotros a la lumbre del candil y háblenos de Dios y de su Palabra. Háblenos de Él y de
sus gestas de amor. Háblenos de Jesús de Nazareth, Nuestro Señor y Redentor, “Hombre a quien Dios
acreditó, realizando por su medio los milagros, signos y prodigios” (Hc.2, 22). Pase a nuestras casas,
Monseñor, y háblenos de María, nuestra madre y madre de la Iglesia. Háblenos de los Apóstoles, los
discípulos de Jesús y de sus mártires. Entusiásmenos con esta Iglesia fundada por el Señor, santa y
pecadora, perfecta y siempre necesitada de conversión.
Ayúdenos, hermano Obispo, a seguir soñando y forjando la Iglesia que quiso el Señor Jesús. Siéntese
en nuestra mesa, hermano Obispo, coma en familia el pan de la fatiga, parta y comparta para nosotros
el pan de la Eucaristía, misterio extremo de entrega y de amor. Nos urge el que se realice entre
nosotros el milagro de Emaús: “Quédate con nosotros.”
Ayúdenos, Monseñor, a celebrar, el Misterio Salvífico con profundidad cristológica que nutra nuestra
hambre de comunión con El y que nuestras liturgias eclesiales, dignas, bien hechas y participadas nos
empujen a amar a los pobres, a estar cercanos y comprometidos con el mundo actual; a defender a la
infancia, la juventud, la familia, a los marginados y marginales, a los enfermos, a los presos, a los
ancianos que viven solos y a todos aquellos que están necesitados de una palabra y un gesto de amor,
de perdón y de esperanza.
Maestro y Hermano. Estamos plenamente convencidos de que todo el pueblo de Ixtenco le acogemos.
Ixtenco es tierra de acogida. Nosotros, le abrimos de par en par nuestros corazones. Le aseguro que
el pueblo de Ixtenco, este pueblo otomí no le defraudará. Nuevamente:
¡¡Bienvenido a casa, Monseñor!

-INVOCACIÓN Y SALUDO

+En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo


R. Amen
+L la paz este con ustedes.
R. y con tu espíritu.

ACTO PENITENCIAL.

+Hermanos: para celebrar dignamente estor sagrados misterios, reconozcamos nuestros


pecados.
+Señor ten misericordia de nosotros.
R. Porque hemos pecado contra ti.
Muéstranos, Señor, tu misericordia.
R. Y danos tu Salvación.
+Dios todo poderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve
a la vida eterna.
R. Amen.

- Señor ten piedad.


-Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Señor nuestro Jesucristo, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial
de tu pasión, concédenos venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de
tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amen.

LITURGIA DE LA PALABRA

MONICIÓN: La primera lectura, tomada del libro del Génesis, presenta a Melquisedec,
sacerdote y rey de Jerusalén. Melquisedec ofreció pan y vino y bendijo a Abraham. Su
figura apunta al sacerdocio de Cristo, el pan y el vino de la eucaristía, futuro sacrificio del
Nuevo Testamento que hoy celebramos. Escuchen con mucha atención.

PRIMERA LECTURA
Melquisedec presentó pan y vino.

Lectura del libro del Génesis: 14, 18-20


En aquellos días, Melquisedec, rey de Salem, presentó pan y vino, pues era sacerdote del
Dios altísimo, y bendijo a Abram, diciendo: “Bendito sea Abram de parte del Dios
altísimo, creador de cielos y tierra; y bendito sea el Dios altísimo, que entregó a tus
enemigos en tus manos”.
Y Abram le dio el diezmo de todo lo que había rescatado.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 109, 1.2.3.
R/. Tú eres sacerdote para siempre.
Esto ha dicho el Señor a mi Señor: “Siéntate a mi derecha; yo haré de tus contrarios el
estrado donde pongas los pies”. R/.

Extenderá el Señor desde Sion tu cetro poderoso y tú dominarás al enemigo. R/.


Es tuyo el señorío; el día en que naciste en los montes sagrados, te consagró el Señor
antes del alba. R/.

Juró el Señor y no ha de retractarse: “Tú eres sacerdote para siempre, como


Melquisedec”. R/.

MONICIÓN: Pablo, en su primera carta a los corintios, de donde está tomada la segunda
lectura de hoy, nos da el texto más antiguo del nuevo testamento sobre la celebración de la
cena del Señor. Presten atención.

SEGUNDA LECTURA
Cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la muerte del
Señor.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 11, 23-26
Hermanos: Yo recibí del Señor lo mismo que les he transmitido: Que el Señor Jesús, la
noche en que iba a ser entregado, tomó pan en sus manos, y pronunciando la acción de
gracias, lo partió y dijo: “Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en
memoria mía”. Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: “Este cáliz es la
nueva alianza que se sella con mi sangre. Hagan esto en memoria mía siempre que beban
de él”. Por eso, cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la
muerte del Señor, hasta que vuelva.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 6, 51

R/. Aleluya, aleluya.


Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor; el que coma de este pan vivirá
para siempre.
R/. Aleluya.

MONICIÓN: San Lucas nos narra la multiplicación de los panes. El Señor hace cosas
grandes con nuestra pequeñez, como hizo con los cinco panes. No realiza milagros con
acciones espectaculares, sino con gestos humildes, partiendo con sus manos, dando,
repartiendo, compartiendo. La omnipotencia de Dios es humilde, hecha sólo de amor. Y el
amor hace obras grandes con lo pequeño.
Escuchemos con atención.
EVANGELIO
Comieron todos y se saciaron.
+ Del santo Evangelio según san Lucas: 9, 11-17
En aquel tiempo, Jesús habló del Reino de Dios a la multitud y curó a los enfermos.
Cuando caía la tarde, los doce apóstoles se acercaron a decirle: “Despide a la gente para
que vayan a los pueblos y caseríos a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos
en un lugar solitario”. Él les contestó: “Denles ustedes de comer”. Pero ellos le
replicaron: “No tenemos más que cinco panes y dos pescados; a no ser que vayamos
nosotros mismos a comprar víveres para toda esta gente”. Eran como cinco mil varones.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: “Hagan que se sienten en grupos como de
cincuenta”. Así lo hicieron, y todos se sentaron. Después Jesús tomó en sus manos los
cinco panes y los dos pescados, y levantando su mirada al cielo, pronunció sobre ellos
una oración de acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos para que ellos
los distribuyeran entre la gente.
Comieron todos y se saciaron, y de lo que sobró se llenaron doce canastos.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

-Se dice Credo.

ORACIÓN UNIVERSAL
Antes de disponer la mesa santa donde el señor hará nuevamente presente su transito
pascual que salva a todos los hombres, elevemos nuestras suplicas a Dios Padre con la
plena confianza de ser escuchados.
Unámonos a cada petición diciendo: te rogamos Señor.

R./ Te Rogamos Señor.

1. Oremos hermanos, Para que la Iglesia, el Santo Padre Francisco, nuestro Obispo
Mons. Julio Cesar sean siempre la ayuda por la que descubramos que la Eucaristía
es un llamado a la santidad y al don de sí a los hermanos, porque la vocación de
cada uno de nosotros es la de ser, junto a Jesús, pan partido por la vida del mundo.
Roguemos la Señor. R./

2. Oremos, hermanos y hermanas, por nosotros la iglesia: por el papa, los obispos y todo
el pueblo cristiano. Dios de bondad, deseamos que la fuerza de tu Espíritu nos llegue
a cuantos integramos la iglesia, para que no seamos signo de poder y riqueza, sino
que por el contrario estemos siempre del lado de los desheredados de este mundo y
sirvamos eficazmente a la implantación de tu reino. Roguemos la Señor. R./
3. Oremos, hermanos, por todas las personas creyentes del mundo, para que sean fieles
a sus creencias y éstas les hagan crecer como personas justas y responsables. Dios
único y de todos, que estás por encima de todas las religiones y nos amas a todos por
igual, te prometemos profundizar en nuestra espiritualidad y vida interior, para que
cada uno de nosotros llegue a la verdadera plenitud humana. Roguemos la Señor R./
4. Oremos, hermanos, por quienes no creen en Dios, por quienes no han podido o no
desean reconocer la existencia de la divinidad. Dios Padre Creador del Universo,
querríamos contribuir a que cada hombre y cada mujer, con independencia de su
creencia, quiera y pueda construir su vida en el amor y la justicia hacia quienes les
rodean y en el respeto hacia la naturaleza. Roguemos al Señor. R./
5. Oremos, hermanos, por los que gobiernan, por los políticos, por quienes detentan el
poder fáctico, por los jueces, por quienes ejercen cualquier tipo de poder o
responsabilidad sobre los demás. Dios de la Libertad, nos proponemos hacer que el
destino de todos los habitantes de la Tierra esté en manos de personas responsables y
honestas, elegidas libremente, que pongan por encima de intereses políticos o
económicos los intereses de sus pueblos y desarrollen políticas que busquen la paz,
la cultura y la libertad. Roguemos al Señor. R./
6. Oremos, hermanos, por los empobrecidos, por los marginados, por los que están
solos, por los que sufren, por todos los crucificados del mundo. Dios misericordioso,
deseamos fervientemente llevar el consuelo a los que lloran y sufren, acompañarlos
en su dolor, y ante todo solucionar sus problemas y hacerles verdaderamente felices.
Roguemos al Señor. R./
7. Oremos hermanos por nuestra Diócesis de Tlaxcala y nuestra Parroquia que
celebramos juntos el Jubileo Eucarístico con motivo de los 500 años de la celebración
de la primera Eucaristía en estas tierras, para que sea signo de unidad y de gracia en
nuestras familias cristianas e iluminados con la luz del nuevo Pan Diocesano
logremos llevar la misericordia del Señor a todos los pueblos y familias y hacer así
posible el Reino de Dios. Roguemos la Señor. R./
8. Roguemos finalmente por todos nosotros, para que nuestros lazos en la fe se plasmen
en cariño mutuo dentro de la comunidad y juntos luchemos codo con codo en la
construcción de otro mundo mejor. Y bajo el manto de María nuestra Madre, bendiga
a todos sus hijos aquí reunidos y todos los habitantes de la Parroquia de Ixtenco,
infundiéndonos la alegría de vivir, sed de justicia, perseverancia en la oración,
constancia en el compromiso y paciencia en el camino de la cruz. Roguemos la Señor.
R./

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Señor, concede, bondadoso, a tu Iglesia, los dones de la unidad y de la paz, significados
místicamente en las ofrendas que te presentamos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

0MONICIÓN DE OFRENDAS/ PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS


Ofrecemos al Señor el vino y el pan, que serán convertidos en su cuerpo y su sangre; el
mejor alimento y fortaleza para nuestra alma. Presentemos ahora, llenos de gratitud y
confianza, nuestros dones al Padre Celestial, Aceptemos la invitación que ÉL nos hace para
participar una vez en las bodas del Cordero. Entonemos juntos el canto de ofertorio.

-Canto de Ofertorio
Prefacio I o II de la Eucaristía, MR, pp. 525-526 (521-522).

-PREFACIO
-SANTO
-PLEGARIA EUCARISTICA
-PADRE NUESTRO
-SALUDO DE PAZ
-CORDERO

RITO DE COMUNION

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 6, 56
El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él, dice el Señor.
-Canto de Comunión

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Concédenos, Señor, disfrutar eternamente del gozo de tu divinidad que ahora
pregustamos, en la comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre.
Tu que vives y Reinas por los Siglos de los siglos.
R. Amen.

RITOS DE CONCLUSIÓN

1.- Agradecimientos.
2.- Bendición.

MONICIÓN DE SALIDA: Siguiendo el ejemplo de los Apóstoles, vayamos a dar ante


todos los que nos rodean un testimonio valiente y decidido de nuestra fe. Mantengámonos
firmes en nuestra adhesión a Cristo y en nuestra fidelidad a su santa Iglesia Salgamos al
camino y vivamos nuestra propia vida, con sus alegrías y tristezas, sabiendo que Jesús el
cordero inmolado está con nosotros. ¡Abramos nuestro corazón para reconocerlo y
obedecerlo!
Todos juntos entonemos el canto de salida.

-Canto de Salida

Anda mungkin juga menyukai