1) DM tipo 1 (DM1): debida a la destrucción de la célula beta y, en general, con déficit absoluto de
insulina. A su vez esta se subclasifica:
2)DM tipo 2 (DM2): Representa el 90% de los casos debida a un déficit progresivo de secreción de
insulina sobre la base de una insulinorresistencia. Grupo heterogéneo de trastornos que se
caracterizan por grados variables de resistencia a la insulina, menor secreción de dicha hormona y
una mayor producción de glucosa (varía entre resistencia a la insulina predominante con déficit
relativo de insulina y defecto secretor de insulina predominante con resistencia a la insulina). El
riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 aumenta con la edad, la obesidad y la falta de actividad física.
Ocurre con mayor frecuencia en mujeres con DMG previa, en los que tienen hipertensión o
dislipidemia, y en ciertos subgrupos raciales / étnicos. Eso se asocia a menudo con una fuerte
predisposición genética, más que la diabetes tipo 1. Ciertos medicamentos, como los
glucocorticoides, diuréticos tiazídicos, y los antipsicóticos atípicos, son conocidos por aumentar el
riesgo de diabetes y se debe considerar tratándose de la obtención de un diagnóstico.
3)Otros tipos específicos de DM: debidos a otras causas, como defectos genéticos en la función de
las células beta o en la acción de la insulina, enfermedades del páncreas exocrino (como la fibrosis
quística) o inducidas farmacológica o químicamente (como ocurre en el tratamiento del VIH/sida o
tras trasplante de órganos).
Algunos pacientes no pueden clasificarse claramente como tipo 1 o tipo 2 porque la presentación
clínica es muy variable, pero el diagnóstico se hace más claro con el paso del tiempo.
Ocasionalmente, los pacientes con la diabetes tipo 2 puede presentarse con cetoacidosis diabética
(CAD). Los niños con diabetes tipo 1 diabetes suelen presentar los síntomas característicos de la
poliuria / polidipsia y aproximadamente un tercio con la CAD (2). La aparición de la diabetes tipo 1
puede ser más variable en los adultos, y no puede presentarse con los síntomas clásicos vistos en
niños. Cetoacidosis rara vez se produce de forma espontánea en la diabetes tipo 2 ; cuando se ve ,
por lo general se presenta en asociación con el estrés de otra enfermedad como una infección.
Hemoglobina glucosilada ≥ 6,5 (Es importante tener en cuenta la edad, la raza /origen
étnico, y la anemia / hemoglobinopatías al utilizarla A1C para el diagnóstico de la
diabetes).
Glucemia plasmática en ayunas ≥ 126 mg/dl*
Glucemia plasmática a las dos horas después del test de tolerancia oral a la glucosa (con
75 g de glucosa) ≥ 200 mg/dl*
Glucemia plasmática casual (al azar, sin importar las ingesta o no de alimentos) ≥ 200
mg/dl en pacientes con síntomas clásicos de hiperglucemia o crisis de hiperglucemia
(poliuria, polidipsia y adelgazamiento sin motivo aparente)
El ayuno se define como la no ingesta calórica durante por lo menos ocho horas.
Nota: Una cifra diagnóstica de diabetes mellitus con cualquiera de los test (salvo si hay síntomas
de hiperglucemia o hiperglucemia severa) ha de confirmarse mediante una segunda determinación
preferentemente con el mismo test. - En determinadas circunstancias, como hemoglobinopatías o
situaciones con turnover de hematíes alterado (gestación, anemia ferropénica, hemólisis), el
diagnóstico debe hacerse solo con los criterios de glucemia. - En ocasiones se dispone de
resultados de dos test diferentes (p. ej., glucemia en ayunas y hemoglobina glucosilada) de un
mismo paciente. Si los resultados de ambos test están por encima del punto de corte, se establece
el diagnóstico de diabetes. Si son discordantes, se debe repetir el que esté por encima del punto
de corte para poder confirmar el diagnóstico. Si esta segunda determinación estuviera por debajo
del punto de corte de diagnóstico, se recomienda seguimiento del paciente y repetir la prueba en 3-
6 meses.
Los estudios epidemiológicos que formaron la base para recomendar A1C para el diagnóstico
diabetes ha sido incluido sólo para las poblaciones adultas. Por lo tanto, no está claro si A1C y el
mismo punto de corte de A1C debe utilizarse para diagnosticar la diabetes en niños y
adolescentes. Mientras que para la DM2 se recomienda A1C para el diagnóstico de la diabetes tipo
2 en niños y adolescentes. Según la Raza / origen étnico los niveles de A1C pueden variar con la
raza de los pacientes. Por ejemplo, los afroamericanos pueden tener niveles más altos de A1C que
los blancos no hispanos a pesar de ayuno similares y los niveles de glucosa en la carga
postglucosa. Los afroamericanos también tienen mayores niveles de fructosamina y la albúmina
glicosilada y niveles más bajos de 1,5- anhidroglucitol, lo que sugiere que su carga glucémica (en
particular postprandrial) puede ser mayor ( 8 ) . Por otra parte, la asociación de A1C con riesgo de
complicaciones es similar en África Americanos y los blancos no hispanos.
Los individuos con GBA, ITG o HbA1c 5,7-6,4 % deben ser informados del riesgo de desarrollar
DM y ECV, y aconsejados sobre estrategias preventivas (Cambios en el estilo de vida). Las
intervenciones deberían ser más intensivas en aquellos individuos con HbA1c > 6 %, por
considerarles de muy alto riesgo.
• Para el cribado de DM, son apropiadas cualquiera de las tres determinaciones: HbA1c, glucemia
en ayunas o glucemia a las dos horas del test de sobrecarga oral con 75 g de glucosa.
• Si se detecta prediabetes, hay que valorar y tratar, si fuera necesario, otros factores de riesgo
cardiovascular (FRCV).
Recomendacion de DM 1
-Glucosa en la sangre, en lugar de A1C debe ser utilizado para diagnosticar la aparición aguda de
diabetes tipo 1 en los individuos con síntomas de hiperglucemia.
- Informar a los familiares de pacientes con la diabetes tipo 1 de la oportunidad hacerse la prueba
de riesgo de diabetes tipo 1, pero sólo en el contexto de una estudio clínico de investigación.
Diagnóstico de DM1
La diabetes Autoinmune
Esta forma , anteriormente llamado " insulino diabetes " o" diabetes juvenil " , responsable de un 5-
10 % de la diabetes y se debe destrucción celular a autoinmune mediada de la células-B del
páncreas. Entre los marcadores autoinmunes incluyen anticuerpos de las células de los islotes y
anticuerpos a la insulina, GAD (GAD65 ) , la tirosina fosfatasas IA -2 y IA- 2b , y ZnT8 . La diabetes
tipo 1 se define por uno o más de estos marcadores autoinmunes. La enfermedad tiene fuertes
asociaciones con HLA, vinculada con los genes DQA y DQB . Estos alelos HLA- DR / DQ pueden
ser predisponentes o de protección.
La tasa de destrucción de las células B es bastante variables, siendo rápida en algunos individuos
(principalmente bebés y niños) y reducir la velocidad en otros (principalmente adultos). Niños y los
adolescentes pueden presentar cetoacidosis como la primera manifestación de la enfermedad.
Otros tienen una rápida y modesta hiperglucemia que puede rápidamente cambiar a la
hiperglucemia grave y / o cetoacidosis con infección u otra estrés. Los adultos pueden presentar
suficiente células B funcionando para prevenir cetoacidosis por muchos años; tales individuos
finalmente se convertirán en dependientes de insulina para sobrevivir y corren el riesgo de
cetoacidosis, en este última etapa de la enfermedad, hay poco o no hay secreción de insulina, tal
como se manifiesta por niveles bajos o indetectables de Péptido C de plasma. La diabetes
autoinmune comúnmente se presenta en la infancia y la adolescencia, pero puede ocurrir a
cualquier edad, incluso en las décadas 8º y 9º de la vida. La destrucción autoinmune de las células
B tiene múltiples predisposiciones genéticas y también está relacionado con factores ambientales
que están siendo mal definidos. A pesar de que los pacientes no son típicamente obesos cuando
se presentan con la diabetes tipo 1, la obesidad no debe excluir el diagnóstico.
Los pacientes con diabetes tipo 1 suelen presentar síntomas agudos de la diabetes y marcadas
elevaciones de los niveles de glucosa en la sangre, y aproximadamente un tercio son
diagnosticados con cetoacidosis en peligro la vida. Varios estudios indican que la medición de
autoanticuerpos en familiares de personas con diabetes tipo 1 pueden identificar a los individuos
que están en riesgo de desarrollar el tipo 1 diabetes.
Se establece el factor herencial y la influencia genética como los factores más importantes
de su patogenia.
De manera general, se establecen dos defectos fisiopatológicos, principales, que
ocasionaran la aparición de la patología:
1) Déficit de la secreción de insulina por parte del páncreas.
2) Resistencia a la acción de la insulina por parte de tejidos periféricos
La Hiperinsulinemia compensatoria que la mayoría de los pacientes no logra tolerar, agota
la capacidad funcional de las células beta.
Encontraremos entonces tolerancia a la insulina generando un aumento de la producción
de glucosa a expensas de la función hepática.
Este proceso ocasionara además un aumento de la de secreción de insulina
El proceso de beta-oxidación no se activa debido a que la relación insulina/glucagon en
estos pacientes no se encuentra alterada
Cursan con hiperglicemia, la cual ocasionará glucosuria, diuresis osmótica y edema
importante.
La Hiperosmolaridad será lo que ocasione además trastornos a nivel de la conciencia y por
consiguiente coma diabético.
La hiperosmolar ocasionará también un aumento del Na+ que se reflejara como una
pseudonormonatremia.
Deshidratación ocasionará daños a nivel del SNC.
La obesidad que acompaña a la DM 2, obesidad central o visceral, forma parte del proceso
patógeno ya que esta hace que disminuya la producción de adinopectina que contribuiye a la
resistencia a la insulina.
Productos de adipocinas y adipocitos generan un estado inflamatorio, explicando el
aumento en los niveles IL-6 y proteína C reactiva.
Acidos grasos libres desde los adipocitos aumentan, generando un aumento en la síntesis
de lípidos en los hepatocitos que ocasionara esteatosis del hígado y consiguientemente
hepatopatía grasa no alcohólica y anormalidades en las pruebas de función hepática.
FISIOPATOLOGÍA
DIABETES MELLITUS TIPO 1
El principal gen de predisposición a esta enfermedad se localiza en la región HLA del
cromosoma 6.
El proceso autoinmunitario es desencadenado por un estímulo infeccioso o ambiental, y es
mantenido por una molécula específica de las células beta.
Al declinar la masa de células beta se trastorna progresivamente la secreción de insulina, a
pesar de mantenerse una tolerancia normal a la glucosa.
La Diabetes no se hace evidentes sino hasta que se han destruido la mayoría de las
células, y las células residuales son insuficientes para mantener la tolerancia a la glucosa.
La fase de "luna de miel", durante la cual es posible el control de la glucemia con dosis
bajas de insulina o incluso, prescindiendo de ésta.
Factores autoinmunitarios.
Factores ambientales.
o El mecanismo autoinmunitario se da porque los antígenos tienen mimetismo
molecular con nuestras células y el sistema inmune responde en contra del
páncreas.
o El control de la osmolaridad del plasma se pierde debido a la hiperglicemia, ya que
no hay insulina suficiente que regule la entrada de glucosa a la célula.
o La glicemia alcanza niveles de 180 mg/dL logra saturar a los transportadores de
glucosa a nivel renal, por lo que se presenta la glucosuria.
o La glucosa es una partícula osmóticamente activa que arrastra agua, produce
poliuria severa, que puede llevar al paciente a un estado de deshidratación, y se
produce un estímulo a nivel hipotalámico que genera polidipsia.
o La lipólisis y el catabolismo proteico aumentan debido a que no se puede
aprovechar la glucosa como fuente energética.
La evaluación clínica inicial debe ser lo más completa posible ya que el paciente ahora tendrá que
hacer frente a la conducta, dieta, estilo de vida y intervencion farmacéutica, para gestionar
eficazmente esta enfermedad crónica recientemente identificado. Los componentes para la
evaluación médica completa proporcionarán al equipo de salud la información necesaria para
apoyar de manera óptima un paciente con diabetes. Además de la historia clínica y el examen
físico, pruebas de laboratorio, la nutrición y las evaluaciones psicosociales deben obtenerseel
compromiso del paciente.
Amnanesis
-Antecedentes :
Determinar factores de riesgo para ateroesclerosis: HTA, tabaquismo, obesidad,
dislipidemia, antecedentes familiares.
Determinación de enfermedades endocrinológicas
Afectación de los órganos diana de diabetes mellitus
Infecciones (cutáneas, genitourinarias, dentales y pies)
Síntomas de afectación oftálmica, renal, genitouniraria, de enfermedad celiaca en niños y
adolescente, cardiaca, vascular periférica, cerebro vascular y del pie.
Antecedentes reproductivos y sexuales
Los componentes de la evaluación médica integral de la diabetes
Historia médica
La edad y características de aparición de la diabetes (por ejemplo, la cetoacidosis diabética
, y hallazgo de laboratorio asintomatico)
Patrones de alimentación, el estado nutricional, peso y hábitos de actividad física; historia
de nutrición y necesidades de educación y apoyo conductual.La presencia de
comorbilidades comunes, problemas psicosociales y enfermedades dentales
Escala de Depresión (EPDS)
Historia de fumar, consumo de alcohol y el consumo de otras drogas
Educación para la diabetes, la autogestión, y la historia de apoyo y las necesidades
Revisión de los regímenes de tratamiento anteriores y respuesta al tratamiento (registros
de A1C)
Los resultados del monitoreo de la glucosa y el uso de los datos del paciente
Frecuencia de cetoacidosis diabética, gravedad y la causa
Episodios de hipoglucemia, la conciencia, y la frecuencia y causas
Historia del aumento de la presión arterial, aumento de los lípidos, y el consumo de tabaco
complicaciones microvasculares c: retinopatía, nefropatía y neuropatía (sensorial,
incluyendo antecedentes de lesiones en los pies; autonómica, incluyendo la disfunción
sexual y gastroparesia) complicaciones macrovasculares enfermedad coronaria,
enfermedad cerebrovascular, y enfermedad arterial periférica
Examen físico
Altura, el peso y el IMC; estado de madurez sexual (durante el periodo puberal) el
crecimiento y el desarrollo de la pubertad en niños y adolescentes, determinación de la
presión arterial, incluyendo mediciones ortostática cuando esté indicado. Frecuencia
cardíaca, y respiratoria El panel de expertos en hipercolesterolemia (NCEP-ATP III,
2001) considera patológico un PC mayor de 102 cm en el hombre y de 88 cm en la
mujer, mientras que la International Diabetes Federation (IDF, 2005) lo considera
patológico mayor de 94 cm en el hombre y de 80 cm en la mujer, y además es un
criterio indispensable para establecer la presencia de síndrome metabólico.
Examen del fondo de ojo: preferentemente con dilatación de la pupila, en estos pacientes
puede haber alteración del fondo de ojo observando hemorragias, aneurismas y exudados
duros.
Examen de la cavidad oral: Por lo general estos pacientes sufren de gingivitis, y halitosis.
De gran interés la detección de caries y los enrojecimientos de las encías traducción de
parodontopatías que conllevan a molestias y descontrol metabólico. Debe realizarse cada
6 meses cuando el paciente está asintomático, o en cualquier momento que lo necesite.
Las alteraciones más frecuentes a nivel oral incluyen la enfermedad periodontal, caries,
candidiasis, queilitis comisural y sialomegalia relacionadas con la xerostomía y la
hipofunción glandular. Algunos pacientes, por malos hábitos de higiene bucal, presentan
placas dentobacterianas, y además, por su condición de diabéticos, tienen con mayor
frecuencia candidiasis, herpes o infecciones posextracción.
La hipertensión arterial sistólica y diastólica debe ser buscada siempre en cada paciente diabético.
Se deben lograr cifras menores o iguales de 130/80 mmHg según los criterios actuales. Deberá
buscarse la taquicardia de reposo (más de 100 pulsaciones por minuto) y la hipotensión ortostática,
que es el descenso excesivo y brusco de la presión arterial (generalmente igual o mayor que 20 o
10 mmHg para la presión sistólica y la presión diastólica, respectivamente). Cuando hay un cambio
brusco desde la posición de acostado hasta la de pie, puede ocasionar mareos, y hasta la pérdida
transitoria del conocimiento, que traducen neuropatía autonómica cardiovascular.
Electrocardiograma: Para ver posibles cardiopatías (IM).
Criterios clínicos para establecer el diagnóstico de las neuropatías diabéticas más frecuentes:
1. Síntomas y signos típicos: ardor, dolor punzante, calambres, adormecimiento e hiperalgesia
fundamentalmente en miembros inferiores.
2. Disminución de los umbrales de sensibilidad distal y simétrica (táctil, térmica, vibratoria y
dolorosa) en forma simétrica.
3. Disminución de los reflejos tendinosos distales en forma simétrica.
4. Disminución de la fuerza muscular distal y simétrica (es tardía). Siempre deberá tratarse los
síntomas específicos de la neuropatía periférica y autonómica porque mejoran la calidad de vida
del paciente.
Pulsos pedios y tibial posterior: Los pedios se localizan en el dorso de los pies, habitualmente
se palpa medial al tendón extensor del artejo mayor, pero en algunos casos es necesario abarcar
un área un poco más lateral, y los tibiales posteriores por detrás de los maléolos internos de cada
tobillo. Cuando existen lesiones arteriales importantes en el diabético puede ocurrir claudicación
intermitente, que es un dolor por isquemia que se presenta en el sector afectado cuando se efectúa
una mayor actividad muscular. Puede ocurrir en las extremidades superiores o en las inferiores. Si
es en las piernas, el dolor se presenta al caminar una cantidad determinada de cuadras y se alivia
con el reposo. En una obstrucción arterial aguda el segmento distal pierde sus pulsos, se vuelve
pálido, frío y se genera dolor.
1.- NEUROPATICO:
- Pulsos presentes y normales
- Indoloro
- Caliente
- Ubicación plantar de la lesión
- Presencia de callos
- Pérdida de la propiocepción
- Deformidades óseas (pie de Charcot)
- Mal perforante plantar
-
- 2.- ISQUEMICO:
- Pulsos ausentes o disminuidos
- Pie doloroso
- Pies fríos
- Ubicación en ortejos o márgenes
- Alteraciones sensitivas variables
- Disminución del flujo arterial total
- Necrosis de ortejos y/o úlceras isquémicas
Complicaciones:
1)Agudas
CUADRO CLÍNICO:
El paciente con cetoacidosis diabética va a presentar un cuadro clínico muy florido dado por las
manifestaciones fisiopatológicas que lleva este problema. Así tenemos:
1. Deshidratación grave y progresiva: que ocurre por:
Polidipsia y Poliuria: el paciente con poliuria tiene polidipsia pero esta no es suficiente para
controlar la deshidratación.
Oligoanuria: ocurre en estados de deshidratación muy severos
Hipotensión arterial, shock hipovolémico: ocurre como manifestaciones secundarias y el shock
hipovolémico se da en casos muy severos.
2. Acidosis metabólica:
Signos respiratorios: respiración de Kussmaul y aliento cetónico con olor a manzanas seguido de
estupor y coma. Un paciente deshidratado y con polipnea generalmente se complica y llega a los
estados neurológicos más temidos.
Síntomas digestivos: náuseas, vómitos y dolor abdominal (ocasional). Cuando predominan estos
síntomas el médico tiende a confundirse y comienza a pensar en otras patologías.
3. Estado de conciencia
Varía entre lucidez, obnulación y coma neurológico; éste último es infrecuente (5-15%). El médico
no debe ser confiado ante un paciente obnubilado y con deshidratación porque la cetoacidosis es
un cuadro muy progresivo y muy complicado que si no se trata a tiempo puede llegar al coma
rápidamente.
El paciente prototípico en estado hiperosmolar hiperglicémico es un anciano con DM tipo 2 que tiene
antecedentes de varias semanas de duración con poliuria, pérdida de peso y decremento de la ingestión oral
que culminan en confusión mental, letargo o coma. Se caracteriza por severa hiperglicemia y deshidratación,
gran aumento de la osmolaridad plasmática, con leve o sin cetosis (de allí la importancia de medir cuerpos
cetónicos inmediatamente que se pide glicemia), también se observa hipotensión, taquicardia y trastornos
del estado de conciencia.
Es notable la ausencia de síntomas como náuseas, vómitos y dolor abdominal, así como la respiración de
Kussmaul característica de la CAD. Con frecuencia este estado es precipitado por una enfermedad
concurrente grave, como infarto al miocardio o accidente cerebro vascular. Otros factores desencadenantes
con frecuencia son la sepsia, neumonía y algunas otras infecciones. Así mismo puede contribuir al desarrollo
de este trastorno situaciones sociales que obstaculizan la ingesta de agua
MECANISMO FISIOPATOLÓGICO
Carencia de insulina
Hiperglicemia
↑ Osmolaridad plasmática
CUADRO CLÍNICO
La ausencia o leve cetosis determina una prolongada fase de precoma, días o semanas, en que el paciente
presenta:
Poliuria y polidipsia crecientes
Deshidratación severa
Compromiso del sensorio
Complicaciones neurológicas (signos de focalización, hemiparesia, hemiplejia, convulsiones). Estos
pacientes pueden simular un ACV por estos signos.
Puede ser un paciente diabético o desconocido que llega con la historia de alteraciones
neurológicas que han sido prolongadas en un tiempo y que no se ven en una CAD donde el paciente está
lúcido y que si progresa si puede llevar a un coma, en cambio aquí los trastornos neurológicos son casi de
entrada y con una evolución un poco larga.
Tratamiento:
-Optimizar control glicemico
-Tratamiento farmacológico, cuando hay dolor, con: pregabalina o duloxetina
Amitriptilina de 25-75mg en la noche durante las primeras 48-72horas si en 5 dias no se observa
mejoría cambiar el medicamento
CARBAMAZEPINA: 200mg c/12h, o fenitoina o diazepam o gabapentina (para el dolor y el
insomnio de 900 a 3600mg)
Pie diabético: presencia de ulceras o amputaciones por debajo del maléolo en el pie de un
paciente diabético. Es consecuencia de la pérdida de sensibilidad profunda causada por la
neuropatía.
Diagnostico:
-Inspección ocular del pie.
-Exploración de la sensibilidad
-Palpación de pulsos
-Ante una infección recoger muestras del fondo de la ulcera infectada para cultivo.
Tratamiento:
-Amputación (casos graves).
-Solo se tratan las ulceras infectadas en fases iníciales, en pacientes sin isquemia arterial. Su
tratamiento se basa en el desbridamiento del tejido necrótico, limpieza con agua y jabón, y reposo
del miembro.
-Se debe proporcionar educación general para el autocuidado del pie a todos los pacientes con DM
-Los pacientes con DM y pies de alto riesgo deben ser educados con respecto a sus factores de
riesgo y sobre cómo manejarlos de forma apropiada. Deben comprender las implicaciones de la
pérdida de sensibilidad protectora, la importancia de la vigilancia diaria de los pies, el correcto
cuidado de los mismos, incluyendo uñas y piel, y la selección apropiada del calzado. A los
pacientes con pérdida de la sensibilidad protectora en los pies, se les debe enseñar cómo sustituir
esa pérdida por otras modalidades sensoriales (palpación con la mano, inspección visual).
-Los pacientes con neuropatía o evidencia de aumento de la presión plantar (por ejemplo, eritema,
calor, callosidad) pueden manejarse adecuadamente con zapatos que amortigüen los pies y
redistribuyan la presión. Las callosidades pueden tratarse mediante desbridamiento con un bisturí
por un experto. Las personas con deformidades óseas (por ejemplo, dedos en martillo, cabezas del
metatarso prominentes, juanetes) pueden necesitar zapatos extraanchos. Si las deformidades
óseas son extremas (por ejemplo, pie de Charcot) y no se acomodan a un calzado terapéutico
comercial, pueden necesitar zapatos hechos a medida.
Las úlceras del pie y las heridas pueden requerir el cuidado de un podólogo, cirujano ortopédico o
vascular, o especialista en rehabilitación, con experiencia en DM.
Enfermedad cardiovascular:
La ECV es la mayor causa de morbilidad y mortalidad en personas con DM y es la que más
contribuye al coste directo e indirecto de la DM. Numerosos estudios han demostrado la eficacia de
controlar los FRCV para prevenir o retrasar la ECV en personas con DM.
Tratamiento
• Los pacientes con cifras de PA > 120/80 mmHg deben recibir las recomendaciones adecuadas
sobre estilos de vida (modificaciones de estilo de vida [MEV]) para reducir la PA.
• En los pacientes con PA > 140/80 mmHg confirmada, además del tratamiento con MEV, se debe
comenzar el tratamiento farmacológico).
• El tratamiento sobre estilos de vida incluye disminuir el peso corporal en caso de sobrepeso,
reducir el consumo de sodio (< 1500 mg/día) y aumentar el de potasio, moderar el consumo de
alcohol (< 2 U/día en hombres, < 1 U/día en mujeres) e incrementar la actividad física.
• El tratamiento farmacológico en pacientes con DM e HTA debería incluir un inhibidor de
la enzima convertidora de la angiotensina (IECA) o un antagonista de los receptores de la
angiotensina (ARA II) (sino se tolera el IECA). Si con esta pauta no se alcanzan los
objetivos, se puede asociar un calcioantagonista (amlodipino) o un diurético tiazídico para
aquellos pacientes con un filtrado glomerular estimado (FGe)-MDRD > 30 ml/min, o un
diurético de asa en aquellos con FGe-MDRD < 30 ml /min.
En diabéticos que hayan sufrido un infarto de miocardio y/o presenten insuficiencia
cardiaca deberá incluirse siempre un betabloqueante debido a que han demostrado una
reducción de la mortalidad, y en pacientes con albuminuria (mas de 300mg/dl) dar ARAII
porque enlentecen la progresión.
Si se utilizan IECA, ARA II o diuréticos, deben vigilarse los niveles de creatinina y el FGe.
OJO: SIEMPRE HAY QUE COLOCARLE ALGO PARA LA HTA SEA O NO SEA
HIPERTENSO SOBRE TODO HAY QUE COLOCAR LOS QUE SON
NEFROPORTECTORES IECA, ARAII, Ca ANTAGONISTAS.
Cese del hábito tabáquico: Factor de riesgos cardiovascular modificable mas importante.
Recomendaciones • Aconsejar a todos los pacientes no fumar ni usar productos con
tabaco • Incluir el consejo sobre el cese del hábito tabáquico como un componente
rutinario en el cuidado de la DM. En estos pacientes puede utilizarse sustitutos de la
nicotina (chicles, parches, etc.) bupropion o vereniclina.
Manejo de la dislipidemia
Cribado
• Se recomienda realizar un perfil lipídico, al menos una vez al año, en la mayoría de los pacientes
con DM.
• En aquellos con valores lipídicos de bajo riesgo (colesterol asociado a LDL [c-LDL] 50 mg/dl y
triglicéridos < 150 mg/dl) es suficiente con repetir el análisis cada dos años.
-ATORLIP: atorvastatina 40mg con la cena de por vida. Nunca usar estatinas con fibratos por que
producen rabdomiolisis.
Tratamiento antiagregante
Recomendaciones
• Se recomienda tratamiento con ácido acetilsalicílico (AAS) (75-162 mg/día) en prevención
secundaria, aquellos con DM y antecedentes de ECV.
• Se puede considerar el uso de AAS (75-162 mg/día) en prevención primaria en aquellos
pacientes con DM1 o DM2 y riesgo cardiovascular aumentado (riesgo a 10 años > 10 %). Esto
incluye a la mayoría de los hombres > 50 años o mujeres > 60 años que tienen al menos otro
FRCV mayor adicional (historia familiar de ECV, HTA, tabaquismo, dislipidemia o albuminuria).
-En pacientes con ECV y alergia documentada a la AAS, se debería usar clopidogrel (75 mg/día).
HbA1c
• Se recomienda la determinación de HbA1c al menos dos veces al año en pacientes que han conseguido los
objetivos de tratamiento, y cuatro veces al año en pacientes en los que ha habido cambios de tratamiento o
no están en objetivos glucémicos.
• El uso de test rápidos de HbA1c en consulta nos permite modificar los tratamientos de forma inmediata.
La HbA1c refleja el promedio de glucemia de varios meses y tiene valor predictivo para las complicaciones
de la DM, por lo que debería realizarse de forma rutinaria en todos los pacientes con DM, tanto en la
evaluación inicial como en el seguimiento. La frecuencia con que se debe realizar dependerá de la situación
clínica del paciente, del ré- gimen de tratamiento empleado y del criterio del médico
Objetivos de control glucémico para la mayoría de adultos (no incluye mujeres embarazadas):
HbA1c < 7 %*
Glucemia basal y preprandial 80-130 (mg/dl)*
Glucemia posprandial† < 180 (mg/dl)*
• *Los objetivos deberían ser individualizados con base en: - la duración de la diabetes - la edad/esperanza
de vida - la comorbilidad - la enfermedad cardiovascular conocida o enfermedad microvascular avanzada -
las hipoglucemias inadvertidas - los aspectos individuales del paciente (recursos, sistemas de soporte).
Glicemia capilar meta en ayuna 80-100mg/dl
• La glucemia posprandial podría ser un objetivo si la HbA1c no se controla, a pesar de alcanzarse los
objetivos de glucemia preprandial HbA1c: hemoglobina glucosilada.
† La medición de glucosa posprandial debería hacerse 1-2 h después del inicio de la comida, ya que
generalmente es en ese momento cuando se alcanzan los niveles máximos de glucemia.
Se podrían sugerir objetivos más rigurosos de HbA1c (< 6,5 %) en pacientes seleccionados, como aquellos
con DM de corta evolución, esperanza de vida larga y ausencia de ECV, siempre que se consigan sin
hipoglucemias significativas u otros efectos adversos del tratamiento. (C) • Objetivos menos rigurosos de
HbA1c (< 8 %) pueden ser apropiados para pacientes con historia de hipoglucemias severas, esperanza de
vida limitada, complicaciones avanzadas micro o macrovasculares, comorbilidad y aquellos con DM de
muchos años de evolución, en los que el objetivo general es difícil de lograr a pesar de la educación para el
autocuidado, la monitorización adecuada de la glucemia y del tratamiento con dosis eficaces de múltiples
agentes hipoglucemiantes, incluyendo la insulina.
Tratamiento
DM1
La adición de metformina a la terapia con insulina, pueden reducir las necesidades de insulina y mejorar el
control metabólico en el sobrepeso / obesidad pacientes con diabetes mal controlada tipo 1 .
Tratamiento intensivo:
o Requiere múltiples recursos: educación profunda y sostenida del paciente, registro preciso
de las mediciones de la glucosa plasmática y, la alimentación del individuo y régimen de
insulina variable que equipare la ingestión de glucosa con la dosis de insulina.
o Los beneficios del tratamiento intensivo de la diabetes y la mejoría del control glucémico
comprenden disminución de las complicaciones microangiopáticas de la diabetes y posible
retraso o decremento de las complicaciones macroangiopáticas.
Las necesidades basales de insulina se satisfacen con preparados de insulina de acción intermedia (NPH o
lenta) o prolongada (ultralenta o glargina). Éstos suelen combinarse con una insulina de acción corta (rápida
o ultrarapida) en un intento de imitar la secreción fisiológica de insulina con las comidas. En todos los
regímenes, las insulinas de acciones intermedia o prolongada (NPH, lenta, ultralenta o glargina) ofrecen las
concentraciones basales necesarias, en tanto que los tipos regular, aspart y lispro proporcionan la insulina
prandial.
La miscibilidad de las insulinas humanas regular y NPH permite elaborar combinaciones de estos tipos de la
hormona que contienen 70% de la NPH y 30% de la regular (70/30) o las mismas proporciones de ambas
(50/50).
Dado que la diabetes mellitus tipo 2 es una enfermedad crónica y progresiva, será preciso modificar el
tratamiento de los pacientes a lo largo de su evolución de una manera escalonada. Si los objetivos
glucémicos individualizados no se alcanzan en 3-6 meses, se debe intensificar la intervención para maximizar
sus beneficios y avanzar al siguiente nivel de terapia.
Varias estrategias y técnicas se deben utilizar para permitir pacientes a autogestionar la diabetes,
incluyendo la educación sobre la solución de problemas, habilidades para todos los aspectos de la diabetes
administración de metas y planes de tratamiento debe ser individualizada. Lo primero que debo hacer es
educar al paciente acerca de su enfermedad.
Dieta:
Alcohol: – Se debe limitar su consumo a una cantidad moderada (una bebida al día o menos para las mujeres
adultas y dos bebidas al día o menos para los hombres adultos).
– El consumo de alcohol puede aumentar el riesgo de hipoglucemia, sobre todo si el paciente está en
tratamiento con insulina o secretagogos de insulina.
Se debe garantizar la educación en cuanto al reconocimiento y manejo de hipoglucemias.
• Sodio: – La recomendación general de reducir la ingesta de sodio a < 2300 mg/día es también adecuada
para personas con DM. (B)
– Para personas con DM e hipertensión arterial (HTA), la reducción del consumo de sodio debería ser
individualizada. (B)
• Prevención primaria de DM2: – En los individuos con alto riesgo de desarrollar DM2, los programas
estructurados que enfaticen los cambios en el estilo de vida, como una pérdida de peso moderada (7 % del
peso corporal) y actividad física regular (150 min/semana) con estrategias dietéticas que incluyan una
reducción de la ingesta de calorías y de la ingesta de grasa pueden reducir el riesgo para desarrollar DM y,
por lo tanto, son los recomendados.
– Debería animarse a las personas con alto riesgo para desarrollar DM a consumir fibra dietética (14 g de
fibra/1000 kcal) y productos que contengan granos entero
Actividad física:
Tratamiento Farmacológico
Debido a la naturaleza progresiva de la DM2, el tratamiento con insulina es el indicado en la evolución para
muchos pacientes.
La mayoría de los pacientes deben comenzar con cambios en el estilo de vida que pueden incluir el
asesoramiento en estilo de vida, el establecimiento de una meta de actividad física de 150 min / semanales
como mínimo,y el asesoramiento de pérdida de peso, para perder un mínimo
del 7% del peso corporal. Cuando los esfuerzos de estilo de vida por sí solas no lograr o mantener la
glucemia objetivos, la monoterapia con metformina debe añadirse a, o poco después, el diagnóstico, indicar
que interrumpa la medicación ante la presencia de náuseas, vómitos y deshidratación en los pacientes ,con
intolerancia a la metformina o contraindicaciones, considerar otro fármaco inicial.
El algoritmo de la redGDPS ofrece dos opciones de entrada: según cifras de hemoglobina glucosilada
(HbA1c) y según la situación clínica predominante (insuficiencia renal, edad avanzada y obesidad), que
ayudan a escoger las opción más adecuada en cada caso, de manera que se hará un tratamiento más
personalizado.
Dependiendo de las cifras de HbA1c se recomienda actuar de forma diferente si su valor inicial es menor del
8%, = o > a 9 o mayor o = a 10%.
Si la HbA1c es menor del 8%: se comenzará el tratamiento solo con modificaciones en el estilo de
vida (dieta y ejercicio). Si en 3-6 meses no se consigue alcanzar el objetivo terapéutico propuesto,
se recomienda la introducción de la metformina titulando progresivamente la dosis hasta alcanzar
una dosis de 2 gramos al día (o la máxima tolerada). En caso de intolerancia o contraindicación a la
metformina, se optará por una sulfonilurea (gliclazida o glimepirida) o un inhibidor de la DPP-4. Si
con la monoterapia no se consigue el objetivo, se combinará la metformina con una sulfonilurea, un
inhibidor de la DPP-4 , una tiazolinedionas , agonista de los receptores del GLP-1, dependiendo de
las características del paciente. Si con la doble terapia oral tampoco se alcanza el objetivo, se
añadirá un tercer fármaco oral, insulina basal o un agonista de los receptores del GLP-1.
En el caso de que el paciente presente un condicionante clínico (insuficiencia renal, edad avanzada u
obesidad) la elección de los fármacos para el tratamiento se realizará de un modo diferente.
En pacientes con insuficiencia renal grave (filtrado glomerular menor de 30 ml/min): dado que
existe contraindicación para el uso de la metformina, las sulfonilureas, los inhibidores del SGLT-2 y
los agonistas de los receptores de la GLP1, el fármaco de primera elección sería un inhibidor de la
DPP-4 (con o sin ajuste de dosis dependiendo del que se vaya a utilizar). Otra alternativa sería la
repaglinida, sin embargo debido al mayor riesgo de hipoglucemias que provoca y a su posología
incómoda (3 tomas diarias) es preferible el inhibidor de la DPP-4. La pioglitazona presenta un perfil
de seguridad peor, por lo que se considera de segunda línea. Como tercer fármaco el preferible es
la insulina.
En pacientes con una edad superior a los 75 años o en el paciente frágil: debido a que en este grupo
de pacientes existe un riesgo elevado de hipoglucemia, es preferible utilizar un inhibidor de la DPP-
4 en el segundo escalón. Además en este grupo de pacientes se debe prestar especial atención a
una posible alteración de la función renal dada su elevada frecuencia.
En pacientes con obesidad grado 2 (IMC >35 kg/m2): en este supuesto se ha optado en el segundo
escalón en asociación a la metformina por un agonista de los receptores del GLP-1 o un inhibidor
del SGLT-2 porque ambos se asocian a pérdida de peso. En estos pacientes se debe considerar
además la posibilidad de cirugía bariátrica.
Metformina es el fármaco de primera elección tanto en pacientes obesos como con normopeso.
Cuando se requiere tratamiento combinado por inadecuado control la asociación sulfonilurea +
metformina es la que presenta mayor experiencia de uso y menor coste.
La triple terapia oral es una alternativa a la insulinización.
La asociación de metformina con insulina nocturna es la pauta de insulinización de primera
elección.
En pacientes con mal control con insulina se debe añadir metformina si no hay contraindicación.
Considerar de secretagogos de acción rápida, no sulfonilurea (meglitinidas) en pacientes con
horarios de comida irregulares o que desarrollan hipoglucemia posprandial tardía con las
sulfonilureas. Normalmente una insulina basal (NPH, glargina, detemir) en combinación con
agentes no insulínicos.
En la DM2 la insulinoterapia esta indicada cuando la medidas dietéticas y el tratamiento con fármacos orales
son insuficientes (HbA1c>7%). En pacientes con reserva suficiente de insulina endógena podría aconsejarse
el tratamiento con dosis única nocturna de insulina combinadas con antidiabéticos orales (esto fue lo que
recomendó Cudde, iniciar con insulina de acción prolongada (Glargina o Detemir) con unas dosis de 0,3-0,5
Ul/kg/dia, iniciando con una fracción (10 Ul) en la cena una vez al dia e ir aumentando + o -2 Ul por dia a las
dosis inicial hasta alcanzar HbA1c deseado (<=6,5). Pero la gran mayoría necesitara dos inyecciones al dia
con mezcla de insulina intermedia y rápida/ultrarapida.
Indicaciones de Insulinoterapia
Indicaciones definitivas:
DM1 , Existencias de complicaciones micro/macrovaculares avanzadas, infecciones, fracaso secundario a
ADO (se llegó a la dosis máxima, hay un buen tratamiento dietético y aun después de un año de tratamiento
no se cumplen con los objetivos de control, con dos revisiones de HbA1c >=7), pérdida de peso no atribuible
a dieta hipocalórica, persistencia de la clínica típica y/o cetonuria.