Anda di halaman 1dari 2

Modelo de SA- Álvaro Bautista-Cabrera

Universidad del Valle-Escuela de Estudios literarios-Licenciatura en literatura


Cervantes y el Quijote 202155M-01
Estudiante: _______________________________________________________ Cód.: ________

SA DE «LECTURAS Y LECTORES DE LIBROS DE CABALLERÍA EN EL QUIJOTE», DE


MARÍA DEL ROSARIO AGUILAR PERDOMO1

TESIS

Cervantes representa distintos tipos de lectores de los libros de caballería, según tengan una
formación letrada (instruidos y no instruidos), según el género (hombre y mujeres); asimismo,
diversos modos de lecturas (silenciosa e individual, en voz alta y colectiva) y muestra, al turno, los
diversos efectos que aquellos libros producían, acentuando la sobresaliente experiencia de tomar la
ficción por la verdad, que oficia el protagonista lector, don Alonso. Aunque puede observarse aquí
la defensa de la autonomía del lector, don Quijote escenifica un mal lector porque confunde la
ficción con la vida.
PROBLEMÁTICA
La autora presenta una serie de casos de lectura de libros de caballería en el siglo XVI, resaltando
la gran confusión entre la verdad y la ficción. ¿Es don Quijote un representante modelo de cómo se
leyó ficción caballeresca en el siglo en que nació Cervantes? ¿Leían todos y todas de la misma
manera? ¿Se leía en solitario y en voz baja como don Quijote? ¿Cómo leían las mujeres? ¿Y los no
instruidos estaban o no excluidos de la lectura de estos libros? En síntesis, ¿es don Quijote una
crítica a la lectura que cofunde la literatura con la vida? ¿O es un caso que muestra los rigores
ineludibles como la ficción “formatea” nuestro cerebro? Ahora bien, la última pregunta no la aborda
el texto de Aguilar Perdomo, pero como termina, en gran forma, mostrando que don Quijote es
presentado como modelo de mal lector, nos vemos obligados a poner en cuestión el enfoque de esta
problemática.

JUSTIFICACIÓN

La autora presenta una serie de casos documentados sobre el impacto de la lectura de libros de
caballería en los tiempos del Quijote. Por ejemplo, según López Pinciano, en un matrimonio, un
invitado perdió el conocimiento al enterarse de la muerte de Amadís de Gaula; otro lloró al saber
de la muerte de Orlando el Furioso; un hombre, incluso, como don Quijote, según Castro, se
convirtió en un caballero andante por los campos de Montiel. Después, el texto registra cómo se

1
En Iriarte Núñez, Amalia (Compiladora). Don Quijote en las aulas (pp.89-101). Bogotá: Siglo del Hombre
editores – Universidad de los Andes.
Modelo de SA- Álvaro Bautista-Cabrera

difundían estos libros. La lectura en voz alta fue tan fructífera que el moro Román Ramírez se
aprendió, con sólo oírlos, y sin saber leer, miles de páginas de novelas caballerescas. Los libros
también circulaban mediante el alquilamiento o el préstamo. El efecto de estos libros no se reduce a
la manera quijotesca; Cervantes, en su misma novela, muestra distintas formas del consumo de
libros. A los lectores hombres les gustan las hazañas y requiebros de luchas y combates; a las
lectoras mujeres los requiebros amorosos, como a Maritornes. Esto conllevó a la vigilancia sobre lo
embaucadores que eran estos libros, lo que produjo prohibiciones que no fueron atendidas del todo.
El Quijote muestra una mujer, Dorotea, que tiene tanta afición por estos libros que no duda en
disfrazarse de princesa Micomicoma. El poder de estos libros llevaba a los moralistas a pensar que
no favorecían el deleitar, enseñando, lo que, para Iriarte Amaya, representa don Quijote. En
consecuencia, la autora configura un don Quijote sin matices como ejemplo de una lectura no
modélica de libros de ficción caballeresca.

La verdad de la tesis de este artículo es parcial para nosotros, porque se limita a leer el Quijote en
términos demasiado literales. No sólo don Quijote es un héroe aleccionador sobre cómo no deben
leerse los libros caballerescos, es también un héroe que representa las sutilezas y profundas
fabricaciones que realiza la ficción sobre el cerebro humano. Aunque el artículo sopesa entre una
lectura del Quijote que presentan un loco lector para aleccionar y un lector que toma con autonomía
un determinado camino de lectura, interpretación y aplicación, consideramos que se inclina por la
lectura del héroe que pretende aleccionar, perdiendo toda la fuerza que la novela le concede al
trabajo mental de la ficción.

CONCLUSIÓN

El artículo de María del Rosario Aguilar Perdomo expone gran variedad de lectores y lectoras como
de tipos de circulación y consumo de los libros de caballería para mostrar que Cervantes, en el
Quijote, también representa esta diversidad. Ahora bien, no sólo don Quijote lee en el Quijote. En
tal sentido, nos parece que la autora se queda corta, al no destacar la apuesta por la autonomía de
un lector que, creemos, plantea el Quijote: tomar la ficción como una verdad, la literatura como la
vida; hacer de la literatura un modelo de acción. Con esto Cervantes se adelanta a los tiempos
contemporáneos que plantean que no sólo la ficción es ficción: nuestro cerebro ha construido esta
ficción del mundo en el que circulamos. Por ejemplo, los colores no existen, es nuestra cámara
cerebral la que los fabrica. Por lo tanto, no compartimos que don Quijote sea un antimodelo del leer
ficciones. Por el contrario, la permanencia de esta obra más allá de 1615, plantea que es un gran
modelo del poder de la ficción que constituye a los seres humanos.

Anda mungkin juga menyukai