DESTINOS DEL
TRINITARISMO
ESPAÑOL
Alberto Cardín
Tres dogmas, principalmente céntricos en el te
soro de nuestra religión, han polarizado la vida y la
actividad de nuestro pueblo: la Trinidad, la Euca
ristía y el Misterio de la Inmaculada Concepción de
María.
J. Madoz, La teología de la Trinidad en los sím
bolos toledanos.
D
e los tres dogmas que el P. Madoz ha
bla en la cita que esto encabeza, los
dos últimos resultan perfectamente com
prensibles, en la medida en que hacen
referencia a objetos fetichizados -es la forma con
sagrada como objeto mágico, no el misterio de la
Transustanciación, lo que se adora- o a creencias
atávicas, relacionadas con cultos hábilmente asu
_midos por el cristianismo, en la Cuenca Medite-
rránea sobre todo -y sólo tardíamente integrados
por la teología reflexiva.
En ambos casos el objeto látrico es objetivable,
bien sea por la vista o por la experiencia fantasmá
tica, haciendo intervenir apenas al concepto, lo
que permite el despertar inmediato de la adhesión
sensible por parte de las masas. Muy otra, en
cambio, es la comprehensibilidad que requiere el
misterio de la Trinidad, cuyas sutilezas ocuparon
el discurrir de las principales mentes del Oriente y
el Occidente mediterráneos, durante los ocho pri
meros siglos del cristianismo:
Que la adhesión popular prestada a una u otra
de las posiciones teóricas adoptadas frente a este
dogma crucial durante estos siglos es algo que
requiere una explicación cultural se demuestra en
la forma como estas posturas, matizadamente ex
puestas por los teólogos, fueron asumidas por
pueblos enteros transformadas de credos en con
signas: convirtiéndose cada credo en enseña iden
tificatoria, cuya fórmula, las más de las veces,
La Trinidad. Museo del Prado, Madrid.
difícilmente podían comprender sus mismos de
fensores.
El credo arriano, por ejemplo, en su fórmula
más simple -la del «Testamento de Ulfilas»,
transmitido por Auxencio (1)-, pudo, tal vez, que
dar a salvo de las diversas formulaciones y varian
tes pactadas en el período que va de Nicea al
Constantinopolitano I, pero no de los intentos de
manipulación política intentados, por ejemplo, en
España por Leovigildo (2). La fe arriana, sin em
bargo, se había identificado de tal forma con la
fides gothica que la consigna que, un tanto sim
plonamente, reduce Américo Castro al Gloria Pa
tri, per Filium in Spiritu Sancto (3) difícilmente
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nizac10n, los reinos, las taifas y las facciones his (12) Apud R. Flórez, introducción a Contra Mendatium,
panas se modelizarán sobre una lógica de tipo en Obras de S. Agustín, T. XII, Madrid, BAC, 1973, p. 543.
especular, en la que Mahoma y Santiago constitui La carta a Ceretio (la 237 des Mique) no aparece incluida en la
rán los dos extremos alternativos y mu- selección de cartas de S. Agustín en dos vols. preparada para
tuamente excluyentes a los que cada fac- � la BAC por Lope Celliruelo O.S.A. La cita de Flórez está
ción intentará asociarse (47). �
� tomada del De haersibus, donde Agustín resume todas las
noticias sobre el priscilianismo que le han enviado tanto Orosio
como Consencio.
(13) Contra Mendacium, cit., sobre todo caps. II y III.
(14) «Sentencia definitiva contra los priscilianistas», pas
sim, en Ha. de los heterodoxos, T. VII, cit., pp. 140 y ss.
(15) Los cánones del Cesaraligustano I no versan sobre
aspectos dogmáticos, sino puramente disciplinares, lo que hace
ver que el carácter del movimiento priscilianista no se mani
fiesta como claramente herético hasta el supuesto Toledano I,
NOTAS
en la medida en que éste haya tenido lugar y no sea simple
(1) «Ego Ulfila episkopo et confesor semper sic credidi et mente una refundición de la carta de León Magno a Toribio de
hoc fide sola et vera transitum facio ad dominum meum: credo Astorga (vid. J. A. Aldama, El símbolo Toledano I, en Ana
unum esse deum patrem solum ingenitum et invisibilem, et in lecta Gregoriana VII, Roma, 1934).
unigenitum filius eius dominum et deum nostrum opificem et (16) H. Chadwick, Prisciliano de Avila, Madrid, Espasa
factorem universe creature non habentem similem suum: ideo Calpe, 1978, p. 222.
unum est omnium deus pater, qui et dei nostri est deus; et unus (17) De errare prisci/ianistarum et origenistarum, Migne,
spiritum sactum virtutem iluminantem et sanctificantem», en P. L., XLII, pp. 666-67.
Maximus Arianus, Contra Ambrosium, Migne, PLS, l. (18) «Epístola de S. León a Sto. Toribio de Astorga», en
(2) Tal como los embajadores del rey Chilperico relatan a Ha. de los heterodoxos, T. VII, cit., pp. 142-43.
Gregorio de Tours a su vuelta de España, Leovigildo intenta (19) «Estado actual de la cuestión priscilianista», Anuario
ganarse a los hispanorromanos reconociendo el culto de los de Estudios Medievales, n.0 1, Barcelona, 1964.
mártires católicos y aceptando la igualdad del Padre y el Hijo (20) El carácter confuso y doctrinalmente ambiguo de los
(Gregorio de Tours, Histoire des France, L. VI, cap. xviii, escritos de Prisciliano descubiertos por Schepss a finales del
Paris, Denoel, 1974, T. II, p. 35)-. pasado siglo, y que sumió en la mayor perplejidad a Menéndez
(3) La realidad histórica de España, México, Porrúa, 1980, Pelayo (Cfr. Sáinz Rodríguez, «Estado actual...», cit.) es ex
7.ª ed., p. 155. La fórmula que Castro da como arriana es, plicada por los estudiosos tradicionalistas por vía del disimulo
según el Biclarense la última «seducción» intentada por Leovi (Cfr. Fr. Justo Pérez de Urbe!, «La teología trinitaria en la
gildo para atraerse a los católicos a la fe arriana («per hanc contienda priscilianista», Rev. esp. de Teología, vol. VI, 1946,
ergo seductione plurimi nostrorum cupiditate potius quam im p. 602, y más aún P. García Villada, Ha. eclesiástica de Es
pulsione in Arrianum dogma declinant», Chronica, M.G.H., T. paña, T. 1, 2.ª parte, pp. 93 y ss.). La confusión, el «totum
XI, p. 216). Y ello referido fundamentalmente al alto clero, del revolutum» doctrinal, parecen sin embargo reales, y marcan
que llega a sucumbir incluso un obispo, ya que los simples profundamente la doctrina trinitaria de Prisciliano, para quien
fieles arrianos -al igual que los católicos por su lado- «heretici más que tres personas lo que hay es una especie de ambiguo
sunt, sed non scientes», según dice Salviano de Marsella (J. panteísmo, patentemente expreso en la Benedictio super fide
Orlandis, «El cristianismo en la España visigoda», Estudios les, y al que Dom Morin califica de «pancristismo» («Un traité
visigóticos I, Madrid-Roma, CSIS, 1956, p. 4). priscilianiste sur la Trinite», Révue Benédictine, vol. XVI,
(4) Sermo Arianorum, Migne, P. L., T. 42, p. 681. 1909, p. 265).
(5) Olagüe, que es quien establece los más fuertes parale (21) Tal era considerada el priscilianismo, hasta el punto de
lismos entre musulmanes y arrianos, para explicar la conquista tener que justificarse Baquiario de la sospecha de herejía que
árabe como una simple conjura entre «hermanos de fe», parece sobre él recaía «non sermo, sed regio» (J. Madoz, «Una nueva
haber extraído dicha idea de Renán, tal como éste afirma en su redacción del Libellus Fide de Baquiario», Rev. Esp. de Teo
Averroes et l'averroisme: «il faut se rappeler que Dante n'a vu log(a, vol. 1, 1940-1, p. 464). Todavía a mediados del s. VII,
dans Mahomet que l'auteur d'un schisme et dans l'islamisme Braulio de Zaragoza, carteándose con Fructuoso de Braga, aún
qu'une secte arienne» (I. Olagüe, La decadencia española, simple abad de Dumio, le hablaba de la «occidentali tenebrosa
Madrid, Mayfe, 1950, T. II, p. 190). plaga» (Epistolae Braulii, Migne, P. L., T. LXXX, p. 699).
(6) Cosa que Menéndez Pelayo no da como cierta (Hetero (22) «En las actas del 572» -dice Chadwick, refiriéndose al
doxos, T. I, p. 113, Madrid, BAC, 1978), mientras Dom Wil II Bracarense-- «sólo puede oirse un eco del problema prisci
mart la da por segura, cfr. «La lettre de Potamius a Saint lianista» (Prisciliano de Avila, cit., p. 299).
Athanase», Révue Benédictine, T. XXX, 1913, p. 284. (23) «Quidem anim in sacrificiis Domini relati sunt lac pro
(7) Libellus Precum, en Migne, P. L., T. XX, p. 90. vino, pro vino butrum oferre. eucharistiam quoque vino madi
(8) Migne, P. G., T. XXV, p. 687. dam pro complemento comunionis credant populi porrigen
(9) Migne, P. L., T. XX, p. 30. dam; et, quod peius his omnibus est, quidem sacerdotum in
(10) Chronicorum, liber II, en M. Pelayo, Ha. de los Hete vasis Domini epules sibi apponunt et manducare in eis praesu
rodoxos, T. VII, Madrid, CSIC, 1948. munt. Quidem etiam e sacerdotibus relati sunt quod, ecclesias
(10 bis) Incluido en Conflictos y estructuras sociales en la tici consuetudinis ordine praetermisso, missam sine oraviis
Hispania Antigua, Madrid, Akal, 1977. audeant dicere, et quod solemnibus martirum sibi eolio impo
(11) Tal es lo que Atanasio pretende demostrar en su De nant et sellulis non ab aliis se portandos nisi ab albatis diaconi
Synodiis, Cfr. Dom R. Celler, Auteurs Sacrés et Ecc/esiasti bus credent» (Concilium Bracarense Tertium, Migne, P. L., T.
ques, T. IV, p. 135, Paris, Louis Vives, 1860. LXXXIV, p. 587).
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Leviatán
(24) De' los tres obispos que part1c1pan en las distintas
conjuras proarrianas, Uldila, aún sin aparecer como firmante
de las actas del III Toledano, había aceptado la comunión
católica, al igual que su cómplice, la reina•madre Gosvinda
(Thompson, Los godos en España, Madrid, Alianza, 1979, p.
122).
(25) Concilium Hispalense Secundum, Migne, P. L., T.
LXXXIV, pp. 596·99.
-!1!!!!!!!!!1-REV!ITAl!!!!!!!l!!!!��!!!l!!!!I!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! (25 bis) Los godos ..., cit., p. 181.
(26) Canon xvii, «ut baptizati judaei cum episcopis cele
brent dies festos» (Migne, P. L., T. LXXXIV, p. 445). La
POUTICA · PENSAMIENTO importancia numérica de la comunidad judía bajo Recesvinto
SOCIOLOGIA· OPINION
puede calcularse si se tiene en cuenta que los bautizados bajo
Sisebuto, más de treinta años antes, alcanzaron probablemente
LITERATURA· CULTURA la cifra de 90.000 (Caro Baroja, Los judíos en la España mo
derna y contemporánea, Madrid, ltsmo, 1978, T. I, p. 39).
ENTREVISTA· FILOSOFIA. (27) Concilium Toletanum Decimum, Migne, P. L., T.
ECONOMIA·ARTE· CINE LXXXIV, p. 448.
MUSICA· TEATRO
(28) Migne, P. L., Supl., T. IV, p. 1.401.
(29) «Si quisdem episcopus, presbiter aut diaconus fuerit,
de propii honoris gradu dejectus perpetui exilii manebit damna
BARRAL · CORTAZAR
tione perculsus...» (Migne, P. L., T. LXXXIV, p. 558.
(30) Aldama, El símbolo..., cit., p. 95.
GUBERN · SABA · ARANGO (31) García Villada, Historia..., cit., T. II, 2.ª parte, apén
dice 6.
ALTARES · CABAL · CWTAS (32) J. Gil, Corpus Scriptorum Muzarabicorum, Madrid,
HARO TECGLEN tano contra el monotelismo -de las que sólo se les pedía
ratificación, no mejora-. Lo cierto es que la fórmula inventada
BARON · GOYTISOW en Toledo: «voluntas genuit voluntatem, sicut et sapientia sa
pientiam», no sólo es confusa, sino inadecuada, peligrosa, y
SAVATER · E.DIAZ · OLMO sobre todo, dotada de ese tufillo puramente literario, dicho «a
sabor de boca», tan propio del estilo definitorio español. El
ARAMBERRI · CASTELLET hecho de que Julián de Toledo replicara agriamente a Bene
dicto II -copiando, además, casi frase por frase una carta de S.
MORAN ·GOMARIZ · M. MATA Jerónimo- no sólo es muestra de una tozudez bien española,
C.BUSTEW · CLAUDIN
mal que le pese a Américo Castro, sino una clara muestra de
las tensas relaciones que el particularismo español ha mante
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