Pobreza mundial,
justicia y derechos humanos*
Mauricio Andrés Gallo Callejas**
Resumen
En este escrito pregunto por el estatus normativo que, bajo nuestras creencias
actuales, debemos dar a la situación de millones de personas condenadas
a pasar una vida en condiciones de pobreza extrema alrededor de todo el
planeta. Asunto frente al cual formulo las siguientes dos tesis: (i) la construcción
de juicios normativos que nos permitan redescribir el sentido valorativo que
estamos dando a su situación no sólo es posible, sino que es nuestro deber. Tal
redescripción significa incluir su dolor y sufrimiento dentro de los asuntos de
justicia política global que incumben a toda la comunidad de seres humanos.
Y (ii) dicha redescripción, o lo que es igual, otorgar este nuevo estatus normativo
a la pobreza mundial no nos exige ni proponer la creación de instituciones que,
como la república mundial o principios globales de justicia distributiva, pongan
en peligro el valor de los actuales Estados nación, ni mucho menos, justificar la
violencia como herramienta de lucha política en búsqueda de la corrección moral
de dichas instituciones.
Palabras clave: triunfo de los derechos, justicia material, derechos sociales
universales, justicia formal, exigencia institucional.
*
Este trabajo hace parte del proyecto de investigación “Los pobres del mundo ¿Un problema de justicia?” presentado para optar por el
título de magíster en Filosofía en el Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia. Director: Dr. Francisco Cortés Rodas. Dicho
proyecto hace parte de la línea de investigación “justicia global, derechos sociales y pobreza” del Grupo de Investigación de Filosofía
Política –GIFP– Instituto de Filosofía Universidad de Antioquia.
**
Abogado, Especialista en Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho y Ciencias Política de la Universidad de Antioquia y magíster
en Filosofía del Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia. Profesor de tiempo completo de la Universidad de Medellín. Correo
electrónico: mgallo@udem.edu.co
Opinión Jurídica, Vol. 9, N° 18, pp. 19-38 - ISSN 1692-2530 • Julio-Diciembre de 2010 / 204 p. Medellín, Colombia 19
Mauricio A ndrés Gallo C allejas
World Poverty,
Justice, and Human Rights
Abstract
In this article I make a question on the normative status which, based on our
current beliefs, we should give to the situation of million people in the world
doomed to live under extreme poor conditions. In relation to this topic, I pose
the following two thesis: (i) construction of normative judgments which allow us
re-describe the value we are giving to their condition is not only possible but
also our duty. With re-description, I mean the inclusion of their grief and suffer as
issues of global political justice which should involve all human beings; (ii) such
a re-description, that is, giving this new normative status to world poverty does
not demand from us either the creation of global principles of distributive justice
–world republic– which risk value of current States or the justification of violence
as political struggle tool in the search for moral correction of such institutions.
Key words: victory of rights, material justice, world social rights, formal justice,
institutional demand.
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inaceptables, y otra, una sociedad postotalitaria Por otra parte, exige un diagnóstico
como la ofrecida por O´Brien, ese temible acerca de la descripción de la situación
personaje de la novela de Goerge Orwell y para de los pobres del mundo dominante en
quien se ha llegado al “placer de la tortura por la Occidente.
tortura misma” (citado en Rorty, p.198); un paso
para el que sólo basta una simple redescripción
de la tortura, sólo basta que nuestro lenguaje
cambie el sentido valorativo que le damos a moral en los últimos 220 años6, gracias a cons-
dicha práctica. truir un mundo normativo que proscribe toda
forma de crueldad, las sociedades occidentales
Desde este horizonte, aunado ahora a un de- desarrolladas aún tienen una deuda. Ese jus-
terminado diagnóstico acerca de la descripción tificado y plausible rechazo de la crueldad, la
que actualmente domina en Occidente, puedo violencia y el terrorismo debe ser ampliado de
señalar cuál es, entonces, el problema formu- tal forma que incluya igualmente el rechazo por
lado: considero que es necesario pasar de un el sufrimiento y el dolor que generan el hambre,
Occidente excluyente que está coincidiendo en la enfermedad y la falta de oportunidades para
ciertas creencias morales, creencias que nos disfrutar una vida mínimamente decente. Como
invitan a movernos entre la justificación de la se señalará unas líneas abajo, con ello no estoy
situación de miseria que padecen millones de sugiriendo que el hambre justifique la crueldad,
personas y la indiferencia ante el dolor y el su- la violencia o el terrorismo. No es ese el sentido
frimiento que tal situación les genera –este es de estas reflexiones. Estoy convencido de que
mi diagnóstico4–, a otro, un Occidente inclusivo afirmarlo implicaría un lamentable retroceso
con el que muchos de nosotros continuamos ético. Lo que reclaman estas palabras es que
soñando. Para ello, se debe continuar lo que así como hemos desarrollado tal sentido de
algunos filósofos han iniciado, esto es, una rechazo frente a la crueldad, estamos en mora
redescripción valorativamente negativa de dicho de desarrollar un rechazo similar frente a la
dolor y sufrimiento. situación que padecen los pobres del mundo.
Redescripción que se hace necesaria porque Plantear desde este horizonte y de esta forma,
comparto plenamente con Pogge (2005) la idea, el problema de la pobreza mundial puede ge-
según la cual, a pesar de que el pensamiento nerar varias inquietudes. La primera de ellas
liberal5 nos ha permitido un enorme progreso
grado óptimo el equilibrio entre el dejar en paz la vida privada
4
Este diagnóstico acerca de nuestra descripción actual o domi- de las personas e impedir el sufrimiento” (p. 84); y después a
nante de la situación de los pobres del mundo, es compartido Judith Shklar: “la crueldad es la peor cosa que [los hombres]
por Pogge (2005) para quien “[l]a extensa pobreza extrema pueden hacer” (p. 92). Al igual que Robert Alexy (2006) creo
puede persistir, porque no sentimos que su erradicación sea que es esta manera de entender tal concepción del mundo lo
moralmente imperiosa. Y no podremos reconocer la imperiosi- que ha hecho del liberalismo la concepción política, moral,
dad moral de dicha erradicación hasta que aceptemos que tanto económica y jurídica más exitosa en Occidente, y ello gracias
la persistencia de la pobreza, como el incesante aumento de la a que nos ofrece respuestas tanto a la aspiración de disfrutar
desigualdad global son lo suficientemente preocupantes como de nuestra existencia en la forma en que cada uno de nosotros
para merecer una reflexión moral. Es cierto que la mayoría de quiera, como a nuestras preocupaciones por evitar el dolor y
nosotros sólo tiene un conocimiento superficial del problema. el sufrimiento.
Ello se debe en gran parte a que quienes tienen un mayor 6
El argumento de Pogge (2005) con relación a nuestro progreso
conocimiento de los datos relevantes –economistas y demás moral es el siguiente: “Durante los últimos 220 años, las normas
académicos, periodistas, políticos– no los hallan lo bastante morales se han vuelto cada vez más restrictivas y cada vez
alarmantes moralmente como para destacarlos, divulgarlos más efectivas. Formas de conducta y de organización social
y discutirlos. No consideran que la pobreza y la desigualdad aceptadas y practicadas durante milenios y todavía vigentes
globales sean asuntos moralmente importantes para nosotros” en los siglos XVIII y XIX –tales como la violencia doméstica, la
(p. 15). esclavitud, la autocracia, el colonialismo, el genocidio– están
5
Por pensamiento liberal entiendo aquello que bellamente ha hoy proscritas, son ilegales y se presentan como paradigmas de
sido definido por Richard Rorty (1991), primero, acudiendo a injusticia. A este respecto al menos se ha producido un enorme
John Stuart Mill: “los gobiernos deben dedicarse a llevar a un progreso moral” (pp. 13-14).
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tiene que ver, precisamente, con el papel que cia de Darwin (citado en Pogge, 2005) significa
cumple la reflexión filosófica dentro de nuestra reconocer que “si la miseria de nuestros pobres
existencia. Algunos se preguntarán si al arreba- no tiene su origen en las leyes de la naturaleza,
tarle a la filosofía su carácter trascendente, si al sino en nuestras propias instituciones, grande
sugerir que el sentido valorativo que demos a la es nuestro pecado” (p. 93).
situación de los pobres del mundo depende de
nuestra voluntad, de eso que Tugendhat (1997) Y es por eso que he elegido dicho horizonte
ha denominado el yo quiero que precede al tengo para abordar mis inquietudes acerca de este
que, no nos estaremos cerrando las puertas a problema. Porque tal y como veo las cosas,
la posibilidad de vivir en un mundo más justo. esta invitación a asumir nuestra responsabili-
Un mundo en el que las ideas nos sirvan para dad frente a nuestras creencias es el papel que
evitar extravíos, que la verdad nos sirva de guía debe cumplir hoy la reflexión filosófica. Creo
para la acción y la reflexión como brújula de que en éste, nuestro mundo actual, es esta
nuestra praxis. la única forma de reivindicar el vínculo entre
verdad y acción, de mirar la teoría como rec-
Pero estoy convencido de que las cosas son de tora de la praxis, o las ideas como brújula para
otra manera. Estoy convencido de que si algu- evitar extravíos. Únicamente cuando gracias a
na incomodidad debe producirnos este nuevo nuestra propia reflexión nos tomemos en serio
horizonte, nada tiene que ver con una posible nuestra autonomía, sólo cuando aceptemos
apertura al caos o la anarquía del todo vale. Lo que el estatus normativo de la situación de los
que resulta realmente incómodo de este adiós pobres del mundo depende de cómo queramos
a toda estructura objetiva de justificación de describirla, asumiremos nuestras propias res-
nuestras creencias está en que se trata de una ponsabilidades frente al dolor y al sufrimiento
invitación para hacernos responsables por nues- que actualmente padecen millones de personas
tros juicios normativos. Al aceptar que somos condenadas a la pobreza. Tal vez sea sólo por
nosotros mismos los creadores de nuestro des- esta invitación que aún podemos decir que la
tino moral, al aceptar que el tipo de juicios que reflexión filosófica se justifica, y que aún vale la
regirán nuestras conductas no dependen de otra pena seguir defendiendo una moral construida
cosa que de nuestra voluntad, no nos queda otra desde los derechos humanos. Para que, como
opción que tomarnos en serio nuestra autono- dice Tugendhat (1997), evitemos que nuestras
mía. Y eso sí puede resultar bastante incómodo. creencias coincidan en asuntos que hagan de
Tomarnos en serio nuestra autonomía significa nuestro mundo un lugar espantoso8.
abandonar la posibilidad de escondernos en
la voluntad de los dioses, en nuestra naturaleza Una segunda inquietud que puede surgir de
humana o en nuestra razón “en negrita” (Tugend- esta forma de plantear el problema, tiene que
hat, 1997)7, para evitar hacernos responsables ver con la utilidad de este tipo de reflexiones.
por las consecuencias que generan nuestras Algunos que se sienten más cómodos con los
creencias. O para decirlo desde la dura senten- diferentes enfoques de los realismos dirán, y por
8
Invito al lector a que deguste este pasaje de Tugendhat (1997):
7
En lo que sigue la expresión Razón “en negrita” hace alusión “En chile, por ejemplo, se le objetará a quien intente argumentar
a la crítica que ofrece Tugendhat (1997) al intento kantiano de de ese modo: “Pero ¿a qué podemos apelar para evitar que se
ofrecer desde la razón una justificación absoluta de nuestras repita lo ya sucedido?” Sin embargo, Hitler, Stalin, Pinochet y los
creencias normativas. Comparto con el profesor alemán la verdugos a su cargo se dejaron impresionar tan poco por tales
importante idea según la cual es posible alejarse de un intento instancias de apelación [a la Naturaleza humana, a Dios o a la
de justificación de la moral, sin alejarse del contenido de dicha Razón] como por la moral misma, y lo único mediante lo cual
moral. La crítica a la tradición kantiana es una crítica a su intento se puede evitar que vuelvan a ocurrir esos crímenes consiste
de justificación, sin que ello implique renunciar al contenido en que la mayor parte posible de los seres humanos crea en
de su concepción del bien, la moral del respeto universal e los derechos humanos, o bien que se considere moralmente”
igualitario. (p. 349).
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es, la justicia plantea el problema de la corrección En suma, el problema central de mis reflexio-
de las normas que regulan la distribución de nes giró en torno a nuestras posibilidades de
las cargas y las ventajas entre los individuos construir y defender nuevos juicios normativos
que pertenecen a una comunidad, así como la que permitan una redescripción de la situación
corrección de las normas que regulan la com- de los pobres del mundo, de tal manera que
pensación o la retribución frente a determinadas la entendamos o bien como el resultado de la
acciones u omisiones de tales individuos (Alexy, violación de las normas ya establecidas para la
2006). En segundo término, digamos que doy distribución o para la compensación –justicia
igualmente a la idea de corrección los dos usos formal– o, bien, como el resultado de la imple-
disponibles dentro de la tradición normativista mentación de un sistema normativo incorrecto
y que conducen a la diferenciación entre justicia –justicia material– Hasta acá lo primero. Paso
formal y justicia material10. Desde el primer uso, a lo segundo.
la idea de corrección apunta al respeto por las
normas establecidas en los sistemas institucio-
nales vigentes. Y a su vez, desde el segundo uso, 2. Primera tesis
el problema de la corrección apunta al debate
moral por la validez de dichas normas. Mi primera e incluso mi principal tesis ha sido
la siguiente: la construcción de nuevos juicios
Con base en tales usos, puedo decir entonces normativos que nos permitan redescribir como
que una redescripción valorativamente negativa de un asunto de justicia material, el dolor y el sufri-
la situación de los pobres globales en términos miento que padecen millones de personas por
de justicia implica uno de estos dos tipos de cuenta de la pobreza extrema no sólo es posible,
afirmaciones diferentes. O bien, desde la justicia sino que es nuestro deber. Es posible –lo que
formal, afirmar que su estado de penumbra obe- dentro de este horizonte de sentido sólo puede
dece a una violación de las normas establecidas entenderse como deseable– siempre y cuando
que imponen los deberes de distribución o de con ello no renunciemos a las creencias que
compensación o, bien, desde la justicia material, nos han permitido nuestro gran avance moral
que dicha situación obedece al hecho de que la en los últimos 220 años. Son ellas (i) el rechazo
manera en que están reguladas la distribución de toda forma de crueldad y (ii) la aspiración de
y la compensación no es correcta, es decir, que habitar un mundo pluralista, esto es, un mundo
dichas normas son incorrectas. construido desde la diferencia. Y es nuestro
deber, puesto que si queremos ser coherentes
con tales creencias normativas, estamos en
10
Para esta distinción véase a T.D. Campbell (1974) quien dife- mora de hacerlo.
rencia entre la pregunta por la justicia formal o abstracta “Now
formal justice can be defined as treating persons in accordance with their
rights, where the question of what a person’s rights are is settled by an Mi propuesta para lograr dicha redescripción parte
appeal to the relevant rule or law. It is this conceptual association of formal de la defensa de una idea de la justicia global,
justice with the application of rules defining rights and duties that makes it
plausible to assert the existence of an analytic connection between justice construida desde una versión doblemente mi-
and rights: formal justice requires treatment in accordance with rights as nimalista de nuestros derechos básicos. Desde
defined in the relevant rules” (p. 445). Y la pregunta por la justicia
material o concreta “However it might be argued that cases such as I ella defiendo la existencia de determinados
have just mentioned are covered by material rather than formal justice,
and that material justice is also to be defined by reference to the concept
of rights-albeit in a different way-in that material justice involves the Finalmente, sólo hace falta explicar a
determination of what rights persons ought to have. Thus we may speak qué me refiero cuando hablo de una
of rights where there are no accepted rules in order to raise questions about
the rules which ought to be introduced to cover such cases. And similarly descripción valorativamente negativa de
we can speak of rights in order to criticise existing rules as when we say
that a certain group of persons has no right to have the rights which they
la situación de los pobres del mundo,
do have, meaning that the existing rules ought to be revised” (p. 446). en términos de justicia.
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derechos sociales, a los que les doy el estatus Ante tal abundancia, actualmente asistimos a
de derechos morales y prepolíticos, cuya titula- un amplio consenso para atarnos las manos de
ridad pertenece a todos los miembros de la tal modo que lo real entendido como lo justo
comunidad universal de los seres humanos. Y debe quedar reducido únicamente a aquello
esto de tal forma que dicha titularidad resulta que podamos justificar desde los enunciados
independiente de cualquier tipo de membresía que, para decirlo desde el lenguaje altamente
política, sea a los Estados nación, sea a la re- sofisticado de Alexy (1993) y Arango (2005),
pública mundial. Paso a mostrar la fuente de tienen la siguiente estructura:
esta primera tesis, iniciando con las posiciones
frente a quienes discuten. (1) a tiene frente a b un derecho a G
El primer gran rival para la defensa de esta O lo que es igual
propuesta surge de la nada novedosa idea de
(2) D ab G 17
reducir nuestros juicios de justicia únicamente
a aquellos enunciados que puedan ser justifi-
De manera que la corrección de juicios norma-
cados desde el lenguaje de los derechos. Se
tivos del tipo “X es justo” queda reducida a la
trata de una idea nada novedosa puesto que,
plausibilidad de enunciados como
sin lugar a dudas, es esta nuestra concepción
dominante dentro de las duras batallas que
(3) a tiene frente a b un derecho a X.
seguimos librando, en torno a cuál es el léxico
más deseable para la construcción de nuestra Y,
realidad normativa. Tal reducción consiste en (4) b tiene que X frente a a.
lo siguiente. Una vez se descarta todo tipo de
estructuras eternas e independientes del tiempo Así como juicios normativos del tipo “Z es injus-
y del espacio, se nos abre un mundo con infini- to” serán verdaderos únicamente si se justifican
tas posibilidades para la construcción de dicha con enunciados del tipo
realidad. Y es que aún si nos limitamos a lo que
son las opciones disponibles en el pensamiento (5) a tiene un derecho a ¬Z 18 frente a b
occidental, encontramos una gama tan amplia Y,
de posibilidades que incluiría el lenguaje del
(6) b tiene que ¬Z frente a a.
mayor beneficio para el mayor número –el utili-
tarismo11–; la voluntad de quien logre el control 17
Para lo que considero una magistral explicación de esta reduc-
de los medios de coacción –los diferentes realis- ción de nuestro mundo de la justicia recomiendo la tesis de
mos12 –; la democracia13; la voluntad de nuestros Atria, quien sostiene lo siguiente: “quiero defender la tesis (nada
novedosa, por lo demás) que tener derecho a [G] significa que,
dioses14; la voluntad de nuestro sabios –sea en principio, es posible pronunciarse sobre la justicia de dar,
desde la naturaleza o desde la idea de razón “en hacer o no hacer [G] a [a] sin necesidad de evaluar el impacto
negrita”15– o simplemente la tradición16. que dar, hacer o no hacer [G] a [a] tendrá en otros aspectos mo-
ralmente valiosos. Decir que [a] tiene derecho a que [b] cumpla
11
Cuya justificación dependería de enunciados del tipo “X es su promesa es decir que en principio es justo que [b] haga lo
justo porque evita el mayor perjuicio para el mayor número”, o que prometió hacer, conclusión a la que podemos llegar sin
“Z es injusto porque no proporciona la mayor felicidad para el necesidad de considerar el impacto que la acción de cumplir
mayor número”. su promesa tendrá en otras cuestiones moralmente valiosas”
12
Dentro del cual podemos ubicar los siguientes enunciados “X (Atria, 2002, p. 24).
es justo porque es la voluntad del soberano” o “Z es injusto 18
Agradezco al profesor Rodolfo Arango quien gentilmente me ha
porque son esos los intereses de la clase dominante”. hecho caer en cuenta de que no especificar si con Z se expresa
13
“Z es injusto porque va en contra de la voluntad de las mayorías”. una acción o una situación puede generar confusiones en el
14
“Z es injusto porque es contrario a la voluntad de los dioses”. enunciado. Por ello debo precisar que con Z pretendo significar
15
“X es justo porque es nuestra naturaleza humana” o “Z es injusto exclusivamente acciones o la omisión de acciones. Por ejemplo,
porque es irracional”. Z puede significar la acción de la pena de muerte, de la tortura,
16
“X es justo porque así se ha considerado siempre en la comu- o el omitir el deber de ayuda. Por el contrario, Z no puede ser
nidad Y”. entendido como una situación, por ejemplo, la pobreza.
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Que tal reducción no sea una tesis novedosa no sencillamente, alertan sobre sus peligros en
significa que haya perdido su carácter polémico, tanto se salen del mundo real y controlable de
máxime cuando en el mundo de hoy su defensa los hechos jurídicos –iuspositivismo–.
no es una tarea sencilla. Y es que gracias a lo que
Rawls (1996) denominó el hecho del pluralismo, el En contra de toda esta masa amorfa, he
lenguaje de los derechos no puede ser ya visto propuesto una lectura pluralista de los derechos.
como una herramienta al servicio exclusivo de Lectura que caracterizo porque (i) entiende tal
una visión privilegiada del mundo. Para decirlo indeterminación como la consecuencia normal
en los términos de Wendy Brown, el hecho del y deseable del hecho del pluralismo y (ii) rechaza
pluralismo ha generado que los derechos sean la idea según la cual el resultado de este devenir
hoy “significantes multiformes e irresueltos, del mundo en fábula sea que mediante su lenguaje
carentes de una semiótica política inherente” pueda decirse cualquier cosa: pluralismo no es
(Brown, 2003, p. 82). Y es por ello que tratar sinónimo de todo vale.
de defender el triunfo de este lenguaje implica
hoy librar una batalla en varios frentes, donde La primera de estas características nos aleja
la masa amorfa de contendores que he queri- de la ingenua exigencia a los derechos –o del
do denominar lecturas no pluralistas incluye las ingenuo reproche– para que con la entrada en
siguientes posturas: su juego lingüístico baste –o deba bastar– para
lograr nuestros objetivos frente a los pobres
Quienes (i) defienden una conexión excluyente del mundo. Al contrario, sostengo que al tra-
entre derechos y determinadas concepciones tarse de un lenguaje sobre el que existen serios
morales, políticas, económicas o iusfilosóficas, desacuerdos filosóficos, políticos y dogmático-
bien sea, o porque creen encontrar en los jurídicos, la postura que asumamos ante su
derechos ese puente que une nuestro destino dolor y sufrimiento queda condicionada a la
con universos normativos independientes del manera en que respondamos a los siguientes
tiempo y del espacio (Nino,1984; Alexy, 2006); problemas: (1) ¿son los derechos sociales y
o bien, porque consideran que cuando tales económicos verdaderos derechos? (2) ¿qué
universos se han perdido y los derechos dejan posiciones otorgan a sus titulares y qué tipo de
de ser el sustento del rebelde, predican su fin deberes imponen a los obligados? –positivos o
(Douzinas, 2008) o la pérdida de fe (los Critical negativos– (3) ¿cuáles son las relaciones entre
legal studies). el ámbito moral y el ámbito institucional de
su existencia? –aceptación o no de la idea de
Así como (ii) aquellos que siguen basando su derechos prepolíticos– y (4) ¿quién es el titular de
ataque a los derechos desde tal conexión, en los deberes correlativos que se derivan de tales
tanto afirman, es un lenguaje utilizado por el derechos? –interpretaciones interaccionales o
“enemigo” como instrumento ideológico de institucionales–.
dominación política y de clase –tradición del
marxismo–. La combinación de respuestas posibles a estos
problemas conduce a cuatro posiciones con
Y finalmente, (iii) aquellos denominados rela- valoraciones ampliamente diferentes acerca de
tivistas cuyo punto de partida está en que, al los pobres del mundo. Son ellas: (i) el libera-
negar que tal conexión exista, o bien, sostienen lismo nacionalista de corte libertarista, donde
que en un mundo que se ha fragmentado en autores como Nozick (1990) o Narverson (2003)
múltiples sentidos de lo bueno “creer en los afirman que en tanto los derechos sociales no
derechos es como creer en brujas o unicornios” son derechos, el dolor y el sufrimiento de los
(MacIntyre, citado en Arango, 2008, p. 25); o pobres globales no es un problema ni de justicia
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formal ni de justicia material. (ii) El liberalismo corrección de nuestros juicios como correspon-
nacionalista de corte no libertario, donde apa- dencia mente-mundo, por la idea de objetividad
recen nada menos que Rawls (1999) y Habermas como coherencia, esto último tras las huellas
(2006), así como Miller (2004) y Chauvier (2001). de Putnam (2008). Y por el otro, sostengo que
Para todos ellos, gracias a la idea de dos esfe- si queremos tener éxito en dicha defensa, debe-
ras de justicia (Cortés, 2007), o del contrato en mos iniciar reconociendo que su triunfo es una
dos niveles (Nusbbaum, 2007), los pobres del restricción a nuestra libertad. Reducir nuestras
mundo son un problema de justicia formal, pero infinitas posibilidades para la creación de nues-
exclusivamente en el interior de comunidades tro universo normativo a los enunciados que nos
políticas cerradas y autosuficientes como los ofrecen los derechos es un atarnos las manos,
Estados nación. (iii) El globalismo moral, en donde es, en palabras de Feyerabend (2001), una sim-
autores como Singer (1972) y Nussbaum (2007) plificación de nuestro rico mundo. Así las cosas,
sostienen, a través de lo que he denominado sostengo que entre el asunto de la corrección
el llamado a la solidaridad, que la situación de y el reconocimiento de esta característica de
los pobres del mundo debe ser redescrita como los derechos existe una conexión. Atarnos las
un problema universal de justicia material. Y manos para la construcción de nuestros juicios
finalmente (iv) el globalismo institucional, don- de justicia, abandonando entre las infinitas
de autores como Beitz (1979) y Pogge (2005; opciones, lenguajes como el utilitarismo, los
2008) vienen construyendo su propuesta para diferentes realismos o la democracia, es limitar
redescribir esta situación como un problema nuestra libertad y ello debe justificarse. Tal
de justicia institucional global. Como resultará justificación implica la formulación de argumen-
obvio, puedo anticipar que mientras las dos tos coherentes que expliquen cómo debemos
primeras posiciones son las otras rivales ante entender tal abandono y por qué éste resulta
quienes debo defender mi primera tesis, las dos deseable. En mi trabajo he ofrecido dos de tales
últimas son en quienes me apoyo. argumentos, a los que he denominado criterios de
corrección. El primero representa mi concepción
Por su parte, el segundo rasgo de una lectura doblemente minimalista de nuestros derechos
pluralista de los derechos permite plantear el básicos, y surge de las siguientes discusiones:
asunto de la corrección de estas posiciones.
Para asumir este, el gran reto que tenemos hoy (i) partiendo de esa actitud de lejanía entre
quienes a pesar de dar la bienvenida al plura- normativismo y realismo que ya advertí desde
lismo, no hemos perdido la fe en los derechos, líneas atrás, me limito a sugerir, idea rectora,
propongo dos cosas: por un lado, me ubico en que de forma contraria al argumento realista de la
el horizonte que Arango (2005; 2008) denomina equivalencia derechos-voluntad del más fuerte,
un enfoque pragmático del derecho. Enfoque el triunfo de los derechos se justifica en tanto
desde el cual se propone, además de una argu- evita que nuestra realidad normativa quede a
mentación con elementos consecuencialistas, disposición de los más fuertes, donde son los
reemplazar la idea moderna de objetividad o débiles quienes tienen todas las de perder. El
lenguaje de los derechos es el lenguaje de los
más débiles.
El primer gran rival para la defensa
de esta propuesta surge de la nada (ii) Al plantear las relaciones derechos–lenguaje
novedosa idea de reducir nuestros de las mayorías, donde he asumido el reto de
juicios de justicia únicamente a aquellos defender la idea de derechos básicos como
enunciados que puedan ser justificados límites a la democracia, como imposiciones
desde el lenguaje de los derechos. objetivas del tipo DabG para la protección de
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los más débiles frente a la voluntad de las ma- considerados incorrectos. Desde esta contra-
yorías, pero, eso sí, evitando que ello implique posición sostengo –bajo la idea de necesidades
sacrificar la democracia. Tal preocupación por objetivas– que los derechos que garantizan el
la democracia obedece al hecho mismo del igual valor moral de todos los hijos de padres
pluralismo: cuando dioses y sabios nos han humanos no sólo son universales, sino asuntos
abandonado en el proceso de creación de previos a la distribución –asuntos de justicia
nuestras instituciones y todo queda al alcance compensatoria, y no distributiva– y no com-
de nuestra voluntad, nada más atractivo que pensables entre sí.
aspirar a que cada uno de nosotros participe en
dicho proceso de construcción. De allí que para En suma, y utilizando la conocida expresión
lograr esta limitación de la democracia sin sacri- de Garzón Valdez (2008), desde mi concepción
ficarla, propongo una idea de nuestros derechos doblemente minimalista, la idea de coto vedado
básicos doblemente minimalista. Mediante ella tanto para la democracia como para el merca-
voy más allá de la tradicional separación entre do queda reducida a aquellos asuntos de los
la justicia y las concepciones de la vida buena que depende que los seres humanos, a pesar
(Rawls, 1996; 2004; Alexy, 2006) –cuya fórmula de nuestras diferencias, nos veamos como si
es: la justicia no puede incluir todos los asun- tuviéramos el mismo valor moral.
tos de la existencia humana–; para añadir la
separación entre justicia y lo que he denomi- Hasta acá la primera discusión. Como ya me ha-
nado el ámbito de decisión política –cuya fórmula bía anticipado el objeto de la siguiente apunta a
sería: la justicia tampoco incluye la totalidad mi inclusión de los derechos sociales dentro de
de los aspectos de que tienen que ver con los la lista que hace parte de esta concepción do-
asuntos de la existencia humana que sí están blemente minimalista. La respuesta negativa de
incluidos–. Gracias a este doble minimalismo, aquellos autores pertenecientes al nacionalismo
sostengo que únicamente quedan por fuera del libertario se deriva de una nefasta separación
lenguaje de las mayorías, o lo que es igual, del entre Justicia y Caridad, justificada desde una
ámbito de decisión política, aquellos asuntos específica y en mi opinión incorrecta idea de lo
de la máxima importancia, lo que, de acuerdo que significa nuestra autonomía individual. Me
con mi idea rectora significa aquellos asuntos refiero a su concepción de las personas como
que otorgan a los seres humanos un valor mo- sujetos que llegamos al momento de la crea-
ral diferente. Quedan excluidos del ámbito de ción de nuestras instituciones políticas siendo
decisión aquellos asuntos que puedan otorgar libres, iguales e independientes. Es tal idea la
a dos seres humanos un valor moral diferente. que les permite a sus representantes (Nozick,
1994; Narverson, 2003) reducir los asuntos de la
(iii) Desde las relaciones derechos-utilidad, des- justicia a una concepción ultraminimalista, tanto
de donde señalo que dicha igualdad moral entre en lo que tiene que ver con los sujetos de dicha
los hombres debe ser entendida como igualdad justicia, como con sus contenidos. Frente a lo
en derechos. Para los asuntos de la máxima primero, sólo son sujetos de justicia un selecto
importancia, y sólo para tales asuntos –parto grupo de individuos fuertes, autosuficientes y
de la idea de que la riqueza, primero debe ser “que pueden cuidarse a sí mismos” (Tugendhat,
generada para poder distribuirse– el lenguaje 1997, p. 344). Frente a lo segundo, sólo tiene
utilitario resulta inadecuado. Mi argumento es sentido hablar de derechos para referirse al
el siguiente: todos aquellos juicios normativos binomio libertad negativa-propiedad, esto es,
que en aras de la maximización del beneficio a la protección frente a todo tipo de impedi-
agregado o promedio justifican la vulneración mentos y de imposiciones externas, para que
del igual valor moral de las personas deben ser sus titulares puedan realizar plenamente su
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resultado de tal requisito, esta posición nos entrecruzado entre individuos que sostienen
ofrece una concepción ultraminimalista de lo diferentes doctrinas comprehensivas, los pro-
que Cortés (2007) denomina la esfera externa de blemas que pertenecen al ámbito de la justicia
la justicia, reducida únicamente a la protección política sólo pueden determinarse de acuerdo
frente al dolor y al sufrimiento que generan la con aquellos derechos que sean susceptibles
guerra, el terrorismo y la barbarie. Tal reducción, de tal consenso entrecruzado.
por las razones que paso a explicar, convierte el
asunto de la nacionalidad y de la ciudadanía en Con base en esta concepción procedimentalista
un criterio de exclusión injustificable que vulnera de los derechos, aparece la segunda razón que
la igualdad moral de todos los individuos, de tal explica su ultraminimalismo. Los derechos so-
forma que hace de sus argumentos a favor de ciales sólo son susceptibles de un consenso en-
una sociedad mundial pluralista una defensa trecruzado entre individuos pertenecientes a un
moralmente incorrecta, e incompatible con mi mismo pueblo o Estado19 y que comparten una
versión doblemente minimalista de nuestros concepción liberal de la justicia. No ocurre lo
derechos básicos. mismo en el ámbito global, donde tal consenso
se hace imposible entre individuos fuertemente
Dentro de mi trabajo sostengo que esta con- separados en sus concepciones de lo justo por
cepción incorrecta de la justicia está construi- sus diferencias culturales, entre individuos que
da desde dos ideas. En primer lugar, desde la –siguiendo a Habermas (2006)– no cuentan con
creencia en que dentro de un mundo pluralista la la misma solidaridad que se presenta entre con-
única concepción plausible de los derechos es la ciudadanos, apoyada en las fuertes valoraciones
que nos ofrecen los enfoques procedimentales y prácticas éticas de una cultura política y una
de la justicia. Enfoques que –sigo a Nussbaum forma de vida compartidas. De allí que su no
(2007)– en lugar de partir de un resultado de- inclusión dentro de los asuntos universales de
terminado para evaluar la validez moral de cual- justicia se convierta en una supuesta defensa
quier institución, dirigen su atención al diseño del pluralismo. Para entender por qué ello es así,
de un procedimiento que modele los elementos la clave está en la manera en que desde esta
clave de la equidad y la imparcialidad, en donde, posición se entienden los derechos sociales.
si el diseño es el adecuado, los principios que Ellos –al menos en Habermas (2006) está ex-
surjan de él serán por definición justos. Desde preso– hacen parte de esos asuntos que atrás
tales enfoques, nuestros derechos se convierten dejamos en el ámbito de decisión. Forzando
en el corolario de dicho procedimiento o, lo un poco las cosas y hablando, otra vez, como
que es igual, su existencia queda condicionada lo hace Rawls, para esta postura, los derechos
al ejercicio de nuestra autonomía política. De sociales en tanto asuntos de justicia distributiva,
allí que, para decirlo en los términos de Rawls, hacen parte del principio de la diferencia. Y es
si la existencia de los derechos sólo puede por ello que se trata de derechos cuya existencia
justificarse como el resultado de un consenso depende del ejercicio de nuestra autonomía,
en tanto su distribución debe ser decidida por
los propios afectados, pues “de lo contrario la
autonomía individual se vería limitada debido a
Los derechos sociales sólo son medidas paternalistas” (Arango, 2005, p. 342).
susceptibles de un consenso
entrecruzado entre individuos 19
A pesar de que para autores como Rawls (1999) o Miller (2004)
pertenecientes a un mismo pueblo la diferencia entre pueblo, nación y estado juega un papel muy
o Estado y que comparten una importante, hago caso omiso de sus distinciones y hablo de
ellos de manera indiscriminada. De forma similar Chauvier (2001)
concepción liberal de la justicia. y Nusbaum (2007).
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Para justificar la incorrección moral de tales asuntos previos al principio de la diferencia rawl-
argumentos, hago dos cosas: (i) Acepto la invi- siano, o, en palabras de Arango “como asuntos
tación que nos hace Nussbaum (2007) de reme- cuya garantía representa una etapa previa a la
morar la idea de los derechos prepolíticos que distribución de cargas y beneficios” (Arango,
una vez hicieron parte la tradición del derecho 2005, p. 337). Para decirlo desde mi separación
natural. Y (ii) propongo una concepción de los entre la justicia y el ámbito de decisión, los dere-
derechos sociales básicos como un asunto de chos sociales básicos hacen parte del ámbito de
justicia compensatoria y no de justicia distri- la primera, son previos y limitan el ejercicio de
butiva. Para ambas cosas he acudido tanto al nuestra autonomía dentro del segundo, puesto
globalismo moral como al institucional, posicio- que su vulneración implica una afectación al
nes que, tal y como lo entiendo, coinciden en igual valor moral de todos los seres humanos.
lo primero y nos abren dos vías diferentes para Para justificar tal idea exploro las dos vías que
lo segundo. Veamos. señalé anteriormente, cuya diferencia apunta
a la manera en que conciben la estructura de
Con relación a lo primero, aunque también los derechos sociales, bien sea como derechos
juega un papel importante en la propuesta de prestacionales, o bien como mandatos de au-
Pogge, para no extenderme más, voy a limitar- tocontención.
me a Nussbaum (2007), quien nos ofrece una
de las invitaciones que más eco ha tenido en La primera de estas vías es la que nos ofrece
la elaboración de mi primera tesis. Rememorar Nussbaum (2007). Vía que he denominado el
la idea de derechos prepolíticos de tal manera llamado a la solidaridad. Su objetivo apunta a la
que se conviertan en el rostro de la esfera uni- inclusión de los deberes positivos de asisten-
versal de la justicia. Gracias a este rememorar, cia y benevolencia como parte de los deberes
la pregunta gira de nuevo en torno a cuáles de justicia básica que no tienen por qué ser
derechos resultan necesarios para garantizar relegados a un momento posterior, sea de de-
que las personas puedan disfrutar de una vida cisión política o de simple caridad. Según esta
plenamente humana. Y en tanto se trata de una representante del feminismo liberal, mediante
idea que es la misma para “cualquier hijo de un proceso adecuado de educación de nuestros
padres humanos” (Nussbaum, 2007, p. 55), los sentimientos morales, resulta posible el abando-
derechos morales necesarios para alcanzarla se no de la creencia en la prevalencia de nuestros
hacen universales. Los derechos que definen la deberes negativos frente a los positivos, o lo que
esfera moral de la justicia tienen una existencia es igual, en que dañar es moralmente más grave
que resulta así, independiente de la pertenencia que no ayudar. Tal y como entiendo las cosas,
de sus titulares a comunidades políticas espe- esta prevalencia es el resultado de concebir los
cíficas donde hayan sido institucionalizados, asuntos de la justicia como un consenso justifi-
o lo que es igual, tienen una existencia previa cable únicamente entre individuos imaginados
e independiente del ejercicio de la autonomía como libres, iguales e independientes. Una vez
política de sus titulares. De allí que la membre- abandonamos estas ficciones podremos dar el
sía política sea irrelevante para su definición, y adiós a dos ideas que justifican lo que para ella
cuando se acude a ella para justificar dos esferas es la inaceptable superioridad de los deberes
diferentes de la justicia, se establece un criterio negativos: (i) que los asuntos de justicia rigen
moralmente arbitrario. exclusivamente para aquellos individuos que
hipotéticamente podrían participar en su crea-
Y con relación a lo segundo, mi idea de de- ción, la confusión entre quién crea los principios
rechos sociales básicos parte de concebirlos de justicia y para quién se crean. Y (ii) que el fin
como asuntos de justicia compensatoria, como exclusivo de la cooperación social es obtener el
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beneficio mutuo, idea que nos obliga, para no Gracias a este rememorar, la pregunta
cargar demasiado nuestras teorías de justicia, gira de nuevo en torno a cuáles
a dejar para momentos posteriores los asuntos derechos resultan necesarios para
de la benevolencia y la solidaridad. garantizar que las personas puedan
disfrutar de una vida plenamente
Mi postura frente a esta invitación es la siguiente.
humana.
Por más atractiva que pueda resultar la idea de
un mundo construido desde la solidaridad y
la filantropía, y que logre la inclusión en los En contra del primer prejuicio, al que deno-
asuntos de justicia de aquellos de quienes mina una escapatoria, este connotado alumno
no podemos esperar ningún beneficio mutuo de Rawls nos propone la siguiente concepción
–además de los pobres del mundo, nuestra universal de la justicia: los asuntos de la justi-
autora piensa en los discapacitados y en los cia están referidos a la evaluación de la forma
animales no humanos–, tardará bastante en en que las instituciones sociales tratan a las
llegar el día, si es que llega, en que nuestras personas o grupos a quienes afecta y no sólo
emociones morales sean educadas en dicho a quienes viven bajo ellas. Por ello no resulta
sentido. Pero son millones de personas quienes moralmente posible ni excluir de tales asuntos
reclaman una solución inmediata. Y es acá donde a los intereses de los no participantes en un
el trabajo de Pogge se hace tan importante, pues sistema institucional determinado, ni intentar
nos muestra que para la inclusión de su dolor y valorar la justicia de cada sistema institucional
sufrimiento no sólo es innecesario un cambio tan por separado. Dentro de un mundo globalizado
grande en nuestras creencias dominantes, sino con mayores interconexiones institucionales,
que son ellas, precisamente, las que así nos lo debemos aspirar a un criterio único de justicia,
imponen. que sea aceptable universalmente.
De manera que lejos de sugerir la incorrección Y en contra del segundo prejuicio propone una
de nuestras creencias normativas acerca del serie de refutaciones fácticas –las principales
tipo de deberes que impone la justicia, la mirada son el privilegio internacional sobre recursos y
crítica de Pogge, la mirada con espíritu lockeano20, el privilegio internacional de préstamo 21– que
se dirige a la manera en que estamos actuando 21
Ambos privilegios tienen que ver con el reconocimiento que
con los pobres del mundo, en contra de tales hace toda la comunidad internacional, como gobierno legítimo,
a cualquier grupo que dentro de un territorio logre alcanzar el
creencias. Para decirlo en sus palabras, nuestra control de los medios de coerción. Sostiene Pogge que mediante
actuación es inherentemente reprochable. Ello con dicho reconocimiento “aceptamos el derecho de este grupo a
actuar en nombre de la gente que gobierna (...) le conferimos
relación a varios prejuicios que tenemos frente el privilegio de disponer libremente de los recursos naturales
a la pobreza, de los cuales me interesa resaltar del país (privilegio internacional sobre recursos) y de prestar
los siguientes: (i) afirmamos que no estamos libremente en nombre del país (privilegio internacional de
préstamo)” (Pogge, 2005, p. 54). Ello genera consecuencias ne-
haciendo nada en su contra, en tanto actuamos fastas para la situación de los pobres globales. Por los lados del
moralmente bien cuando damos prioridad a primero, este privilegio consiste en “la facultad legal de conferir
derechos de propiedad globalmente válidos sobre los recursos
nuestros compatriotas y a sus intereses, y (ii) “de de un país” (p. 55). Las consecuencias para los pobres del mundo
hecho, no estamos perjudicando a los pobres se derivan del hecho de que otorga “fuertes incentivos para la
adquisición violenta y el ejercicio del poder político, causando
globales” (Pogge, 200, p. 26). con ello intentos de golpe de estado y guerras civiles. Más aún,
le da a los extranjeros potentes incentivos para corromper a
los cargos públicos de estos países, quienes, sin importar lo
20
Señala Pogge que “[l]o que crítico en nombre de los pobres mal que gobiernen, continúan teniendo recursos para vender
globales no es que estén peor de lo que podrían estar, sino y dinero para gastar” (p. 55). Por los lados del segundo, el
que nosotros y nuestros gobiernos ayudemos a privarles de privilegio de préstamo “incluye la capacidad de imponer obli-
los objetos de sus derechos más básicos. Ésta es una crítica gaciones legales válidas internacionalmente sobre el país en su
con espíritu lockeano” (Pogge, 2005, p. 40). totalidad” (p. 54). Son tres las contribuciones que realiza este
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pluralismo nos hace Nussbaum (2007) para que derecho, la moral y la política –y que no es pro-
diferenciemos entre los ámbitos de la justifica- piamente la del profesor alemán–, sostengo que
ción y de la implementación, entre persuasión la ampliación de nuestro rechazo moral al dolor
y coacción, entre asuntos morales y el uso de y sufrimiento que genera la pobreza, haría posi-
la fuerza. Desde tal invitación propongo dos ble acudir a la fórmula de Radbruch (citado en
cosas. Por un lado, descarto como éticamente Arango, 2008) de la extrema injusticia, para que
incorrectas todas aquellas concepciones que dentro de aquellas comunidades políticas en las
desde la idea de derechos prepolíticos intenten que los espacios de reclamación institucional
justificar la violencia, la guerra y la crueldad. Y de tales derechos se han constitucionalizado,
esto, bien sea desde la idea de que su vulne- todos aquellos actos de voluntad, sea en el nivel
ración nos devuelve al estado de naturaleza constituyente o en el legislativo, que vulneren
hobbesiano –a la recuperación del derecho el igual valor moral de todos los miembros de
natural de todos a todo– o bien, mediante la la comunidad universal de los hombres, sean
interpretación del derecho de resistencia como invalidados por sus jueces constitucionales.
justificación de la violencia revolucionaria, la De allí que lleguemos al punto en que actos
indeseable e insoportable violencia de hordas lamentables como las actuales reformas an-
de sabios que enfilan sus espadas en busca de tiinmigratorias de algunos Estados miembros
la corrección moral. de la Comunidad Europea, o como el cierre
caprichoso de fronteras comerciales por parte
Y, por otra parte, propongo una diferenciación de cierto Estado fronterizo y que está poniendo
entre la existencia de tales derechos morales en riesgo miles de empleos, por su carácter de
universales y su ámbito de exigencia institu- extrema injusticia, no puedan ser considerados
cional. Sostengo que la existencia de espacios como derecho y deban ser invalidados.
institucionales en los cuales nuestros derechos
morales universales puedan hacerse exigibles,
mediante el ejercicio legítimo de la coacción, 4. Conclusión
queda condicionada al triunfo en el debate
democrático, de la concepción moral del res- Para finalizar quiero decir que tal vez esto no sea
peto universal e igualitario. Con ello, a la vez mucho para quienes aún no se han dado cuenta
que evito la justificación deontológica de la del innecesario dolor y sufrimiento que en una
también indeseable República mundial, lanzo sociedad como la nuestra, sigue generando la
mi propuesta de redescripción de la situación idea de un universo moral eterno, ahistórico e
de los pobres del mundo como un asunto de inmutable que debemos descubrir, así como
justicia formal. Tal propuesta es la siguiente: tampoco para quienes consideran una inge-
partiendo desde lo que Alexy (2006) clasifica nuidad, el que, a pesar de que tales estructuras
como una versión débil de la conexión entre el se hayan perdido, nos mantengamos firmes en
el sueño de ver tanto en el derecho como en
la moral, aquellas herramientas que eviten que
Sostengo que la existencia de espacios
nuestro destino quede en manos del más fuerte.
institucionales en los cuales nuestros
Pero estoy convencido de que frente a los po-
derechos morales universales puedan bres del mundo, este tipo de reflexión filosófica
hacerse exigibles, mediante el ejercicio nos permite un gran avance. Sobre todo porque
legítimo de la coacción, queda evita que el plausible argumento del pluralismo
condicionada al triunfo en el debate siga siendo la vía para que aquellos que se están
democrático, de la concepción moral beneficiando con un sistema institucional que
del respeto universal e igualitario. genera cada vez más hambre, enfermedad y
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