la Provincia de Misiones
Enero de 2009
Introducción
1
"Los programas de eliminación de perros son ineficaces y costosos. La renovación de la población canina puede ser tan rápida que la tasa
de supervivencia compensa fácilmente incluso la tasa de eliminación más elevada que se haya registrado hasta hoy. El método basado en la
captura y sacrificio constituye una grave amenaza a la Salud Pública, por no controlar la superpoblación de animales, factor facilitador de la
diseminación del virus rábico y otras zoonosis. Además, la eliminación de perros podría no ser aceptable para la comunidad." OMS - (8º
Informe Técnico (1992), capítulo 9 item 4, p.59.
2
Está también documentado como la rabia canina fue eliminada en los Estados Unidos cuando todavía el número de perros y gatos sueltos
era enorme, inclusive varios años antes de que comenzara a descender este número, lo que sucedió justo en estas últimas décadas.
Siempre se puede pensar que la matanza de animales es más económica que la esterilización, y por lo tanto más apropiada para el
desarrollo de las naciones. Pero matar animales crea vacantes en el hábitat, que permite a los sobrevivientes criar con éxito más cachorros
caninos y felinos. Por consiguiente, uno debe observar el panorama completo, no sólo el costo de manipular al animal, sino también en la
ganancia posible que se tendría si ese animal nunca nace. Sucintamente, matar a gatos, perros y otros mamíferos es una tentativa vana de
alcanzar una reducción permanente de la población. Es un enfoque realizado casi por todos los gobiernos de todas las naciones en cada
continente, a veces continuadamente desde la edad media, cuando las matanzas de gatos ayudaron a acelerar la expansión de las ratas
negras cuyas pulgas portaron la peste bubónica. Aún después que la Muerte Negra exterminara a un tercio de la población humana en
Europa, no se entendió el error de exterminar a los gatos, y los funcionarios cívicos de Londres repitieron el mismo error cerca de 300 años
después. De hecho, ningún programa de exterminación dirigido contra cualquier especie mamífera de amamantamiento rápido, tales como
perros, gatos, coyotes, ciervos, conejos, cerdos, ratas o ratones ha alcanzado resultados a corto plazo en un hábitat continental. Este fallo es
evidente en los Estados Unidos donde dos leyes ecológicas trabajan contra el éxito de la exterminación: 1) La naturaleza detesta los vacíos.
Abra un lugar del hábitat exterminando a los inquilinos, y algo lo llenará puntualmente. 2) Los mamíferos crían a sus hijos de un tamaño
que varía según la disponibilidad del alimento. Ésta última fue una de las ventajas evolutivas importantes sobre los dinosaurios y los
pájaros, en los que el tamaño de sus huevos eran más o menos un tamaño fijo. Entre mamíferos, cuando baja la competición por el alimento
se acelera la fecundidad de la población que sobrevive. Cada vez nacen crías de mayor tamaño; cada vez más de ellas sobreviven.
Exterminar mamíferos conduce a la proliferación de la especie que son sus presas más importantes, tales como ratones y ratas, seguido por
la reocupación del hábitat de otros individuos de la misma especie de los depredadores mamíferos que acaban de ser exterminados, que
llegan desde otras áreas.
MERITT CLIFTON (ANIMAL PEOPLE) CONFERENCIA COSTA RICA 2001
http://www.animalpeoplenews.org/FR/SP/Traduc.1/CostaRicaSP1001.html
Página |4
PARA LA SALUD. Los estudios realizados por la OMS resaltan que aunque se realice
eliminación masiva de canes, la presencia de roedores y otros animales de monte actúan
como RESERVORIOS CONTINUOS Y EVITAN LA ERRADICACIÓN TOTAL DE LA
ENFERMEDAD EN LAS ZONAS URBANAS ADYACENTES (Desjeux, 2001).
Los modelos matemáticos indican que el control de vectores con insecticidas es la
manera más EFECTIVA de reducir la transmisión de Leishmania infantum en las regiones
epidémicas en Sudamérica (Maroli y Khoury, 2004). Además de ser la metodología más
ADECUADA, es un método mucho más ACEPTADO por la población que la captura y
eliminación de canes (callejeros o no). De esta manera; la reducción de la trasmisión de las
enfermedades causadas por las diferentes especies de Leishmania podría ser controlada por
las instituciones municipales dentro de la zona de emergencia sanitaria SI FUERA DIRIGIDA
A LA IDENTIFICACIÓN DE ANIMALES SEROPOSITIVOS, APLICACIÓN DE PRODUCTOS
REPELENTES / INSECTICIDAS Y A SU TRATAMIENTO CON ALLOPURINOL al contrario de la
eutanasia sistemática. Esta droga interviene en la cadena metabólica del parásito impidiendo
que se multiplique. La tenencia responsable (uso de collares o pipetas repelentes)
acompañada de medicación con allopurinol logra bajar la carga parasitaria del animal al
punto en donde su convivencia dentro del ambiente familiar no presenta ningún riesgo para
la salud de las personas. De esta manera, estos animales pueden ser posteriormente
reinsertados en la sociedad mediante adopción.
Berman (2006), en este trabajo se determinó que son positivas las muestras de personas que
conviven diariamente con pacientes con infección activa. En adición, ningún perro vivía en
las casas de estas personas asintomáticas leishmaniasis-positivas. Todos estas publicaciones
se suman a los trabajos publicados sobre portadores asintomáticos en India (Dhiman y Sen,
1991; Salotra y col., 2001), Africa (Schaefer y col., 1995), Francia (LeFichoux y col., 1999) y
Brasil (Otero y col., 2000), todos los autores afirman que no es posible que los resultados
obtenidos se traten de falsos positivos debido a la alta especificidad de las técnicas de
biología molecular.
Considerando estos datos, resulta claro por qué las campañas de eliminación masiva
de canes en las zonas epidémicas no logran reducir el número de nuevos casos humanos y al
mismo tiempo refuerzan cada vez más la hipótesis de que los humanos podrían ser reservorio
de leishmaniasis en las zonas peri-urbanas.
Fumigaciones
con habitantes ignorantes, mal alimentados, pobres y envilecidos, sin esperanza y sin horizonte
social'' (Jörg y Storino, 2002).
Referencias Bibliográficas
Costa CHN, Stewart M, Gomes RBB, Garcez LM, Ramos PKS, Bozza M, Satoskar A,
Dissanayake S, Santos RS, Silva MRB, Shaw JJ, David JR, y Maguire JH, 2002.
Asymptomatic human carriers of leishmania chagasi. Am. J. Trop. Med. Hyg., 66(4),
334–337.
Courtenay O, Gillingwater K, Gomes PAF, Garcez LM y Davies CR, 2007. Deltamethrin-
impregnated bednets reduce human landing rates of sandfly vector Lutzomyia
longipalpis in Amazon households. Medical and Veterinary Entomology (2007),
21, 168–176.
Deane LM, Deane MP, 1962. Visceral leishmaniasis in Brazil: geographical distribution and
transmission. Rev Inst Med Trop São Paulo 4: 198–212.
Desjeux P, 2001. The increase risk factors for leishmaniasis worldwide. Transactions of the
royal society of tropical medicine and hygiene 95, 239-243.
Desjeux P, 2004. Leishmaniasis: current situation and new perspectives. Comp. Immunol.
Microbiol. Infect. Dis. 27, 305–318.
Dhiman RC y Sen AB, 1991. Epidemiology of kala-azar in rural Bihar (India) using village as a
component unit of study. Indian J Med Res 93: 155–160.
Dietze R, Barros GB, Teixeira L, Harris J, Michelson K, Falqueto A y Corey R 1997. Effect of
eliminating seropositive canines on the transmission of visceral leishmaniasis in
Brazil. Clinical Infectious Diseases, 25, 1240-1242.
Dye C, 1996. The logic of visceral leishmaniasis control. The American Journal of Tropical
Medicine and Hygiene 55: 125- 130.
Feliciangeli MD, Mazzarri MB, Blas SS, Zerpa O, 2003. Control trial of Lutzomyia longipalpis
s.l.. in the Island of Margarita, Venezuela. Trop Med Int Health 8: 1131-1136.
Jörg, M y Storino R, 2002. La enfermedad de Chagas en el siglo XXI: Consenso para una
asignatura pendiente. Rev. Argent. Cardiol. 70 (supl. 1): 9-10.
LeFichoux Y, Quaranta JF, Aufeuvre AP, Lelievre A, Marty P, Suffia I, Rousseau D, Kubar J,
1999. Occurrence of Leishmania infantum parasitemia in asymptomatic blood
donors living in an area of endemicity in Southern France. J Clin Microbiol 37:
1953–1957.
Maroli M, Mizzon V, Siragusa C, D' Orazi A, Gradoni L, 2001. Evidence for an impact on the
incidence of canine leishmaniasis by the mass use of deltamethrin-impregnated dog
collars in southern Italy. Med. Vet. Entomol. 15, 358–363.
Maroli M y Khoury C, 2004. Prevention and control of leishmaniasis vectors: current
approaches. Parassitologia 46(1-2):211-5.
P á g i n a | 11
Mazloumi Gavgani AS, Hodjati MH, Morite H, Davies CR, 2002. Effect of insecticide-
impregnated dog collars on incidence of zoonotic visceral leishmaniasis in Iranian
children: a matched-cluster randomized trial. Lancet 360, 374-379.
Moreira Jr. ED, Mendes de Souzam VM, Sreenivasan M, Nascimento EG, Pontes de Carvalho L,
2004. Assessment of an optimized dog-culling program in the dynamics of canine
Leishmania transmission. Vet. Parásitol. 122, 245–252.
Nascimento MRSB, 1996. Epidemiologia da leishmaniose visceral na Ilha de São Luís,
Maranhão – Brasil: análise da dinâmica de transmissão e dos fatores de risco
relacionados ao desenvolvimento da doença. Tese de Doutorado. Escola Paulista de
Medicina, São Paulo, SP, 1996.
Naumann, K. 1990. Synthetic pyrethroid insecticides. Chemistry of plant protection, vol. 4.
Springer Verlag, Berlin.
Otero AC, da Silva VO, Luz KG, Palatnik M, Pirmez C, Fernandes O, Palatnik de Sousa CB,
2000. Short report: occurrence of Leishmania donovani DNA in donated blood from
seroreactive Brazilian blood donors. Am J Trop Med Hyg 62: 128–131.
Reithinger R y Davies CR, 2002. Canine leishmaniasis: novel strategies for control. Trends
Parásitol. 18, 289–290..
Reithinger R, Coleman PG, Alexander B, Vieira EP, Assis G, Davies CR, 2004. Are insecticide-
impregnated dog collars a feasible alternative to dog culling as a strategy for
controlling canine visceral leishmaniasis in Brazil? Int. J. Parásitol. 34, 55–62.
Salomon OD, Orellano PW, Quintana MG, Perez S, Estani SS, Acardi S, Lamfri M, 2006.
Transmision de la leishmaniasis tegumentaria en la argentina. MEDICINA (Buenos
Aires) 66: 211-219
Salotra P, Sreenivas G, Pogue GP, Lee N, Nakhasi HL, Ramesh V, Negi NS, 2001. Development
of a species-specific PCR assay for detection of Leishmania donovani in clinical
samples from patients with kala-azar and post-kala-azar dermal leishmaniasis. J
Clin Microbiol 39: 849–854.
Schaefer KU, Schoone GJ, Gachihi GS, Muller AS, Kager PA, Meredith SEO, 1995. Visceral
leishmaniasis: use of the polymerase chain reaction in an epidemiological study in
Baringo District, Kenya.. Trans R Soc Trop Med Hyg 89: 492–495.
Tesh RB, 1995. Control of zoonotic visceral leishmaniasis: is it time to change strategies? Am.
J. Trop. Med. Hyg. 52, 287–292.
WHO 2004. Report of the Scientific Working Group meeting on Leishmaniasis, Geneva, 2–4
February, 2004. UNDP/WB/WHO-TDR Geneva (TDR/SWG/04).
P á g i n a | 12
Zerba EN, de Licastro SA, Word E, Picollo MI, 1987. Insecticidas: Mechanism of action. In:
Brenner, R.; and Stoka, A. (Eds.); Chagas disease vectors, vol. III. CRC Press, Boca
Raton.