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Epidemia de Leishmaniasis en

la Provincia de Misiones

Informe preliminar para el Ministerio de Salud de la Nación.

Enero de 2009

Entidades Protectoras de Animales


Ciudadanos Autoconvocados por la Vida
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Introducción

La leishmaniasis es una enfermedad causada por un parásito protozoo miembro


del genero Leishmania que infecta numerosas especies de mamíferos, incluyendo humanos,
mediante la picadura de mosquitos del genero Lutzomya. Varias enfermedades son
colectivamente incluidas bajo el nombre de Leishmaniasis, se hará referencia apenas a la
leishmaniasis de tipo visceral causada el parásito L. chagasi (también llamado L. infantum) y
transmitida por el mosquito Lutzomya longipalis.
La frecuencia de leishmaniasis en la República Argentina registró un aumento en la
distribución de los brotes epidémicos desde el año 1985 (Salomon y col., 2006). En el
periodo 1995 a 1997, existían en el país 797 pacientes registrados; correspondiendo el 1,2%
de ese valor a casos en la provincia Misiones (Acosta, 1998). A consecuencia del trabajo
pionero realizado por el Dr. Lucio Acosta en la ciudad de Puerto Esperanza, se determinó
que en junio de 1998 el 24,5% de los casos registrados en el país correspondían a la
provincia de Misiones. En 2009 la provincia se encuentra en epidemia declarada con 39
casos humanos declarados y 4 víctimas fatales.
Los factores de importancia que explican el avance de la leishmaniasis y de otras
enfermedades transmitidas por insectos en Misiones son los que afectan el equilibrio del
ciclo selvático como la depredación del monte, las crecidas de los ríos Paraná e Iguazú, los
grandes emprendimientos hidro-energéticos (la represa de Itaipú es la más grande del
mundo) y la urbanización descontrolada acompañada de la polución de arroyos y
persistencia de aguas estancadas (Acosta, 1998). Todos estos factores promueven la salida
del mosquito vector desde su hábitat natural hacia las zonas urbanas, donde, por su gran
capacidad adaptativa, fácilmente encuentra otra fuente de alimento y los medios aptos para
la procreación.
Durante los últimos años, las agencias internacionales relacionadas con la salud se
han esforzado para mejorar las metodologías de vigilancia y control de la leishmaniasis;
caracterizada cada vez más por un patrón de transmisión predominantemente
antroponótico. Mejoras en las herramientas de diagnostico disponibles para los países en
desarrollo incluyen kits de aglutinación directa para examen serológico, tiras de antígeno
(rK39), tratamientos orales anti-leishmania económicamente más accesibles y medidas más
eficientes del control de vectores (mosquiteros impregnados con insecticidas) (Desjeux,
2004). Por otra parte, luego de años de lucha intensa contra el vector, comenzaron a surgir
en Sudamérica las metodologías consideradas ineficientes ya que no logran reducir el
número de nuevos casos humanos. Un ejemplo de esto es lo que sucede en Brasil (Moreira y
col., 2004), la medida que es cada vez menos aceptada es la eliminación masiva de perros.
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LA OMS1 reconoce el cuestionamiento cada vez mayor sobre la ineficiencia del


sacrificio de canes como medida de control de la enfermedad, (Chappuis y col., 2007; Alvar y
col., 2004; Reithinger y Davies, 2002; Tesh, 1995). No existen, además, pruebas científicas
claras de la conexión entre leishmanisis visceral humana y la seroprevalencia en perros, ni
comprobaciones científicas que respalden la eutanasia masiva canina como medida de
protección de la infección de L. chagasi en humanos (Dietze y col., 1997; Ashford y col.,
1998). Debemos considerar también el hecho de que la transmisión de la enfermedad entre
humanos (antroponótica) continúa siendo una posibilidad concisa (Deane y Deane, 1962)
Desde hace más de 40 años son tres las medidas que integran el programa de
control de epidemias en Brasil: I) distribución gratuita del tratamiento, II) control de
reservorios domésticos y III) control vectorial (Costa y col., 2001). Igualmente, este país no
ha logrado reducir las estadísticas DE 4.000 CASOS HUMANOS POR AÑO. El programa de
eliminación de canes domésticos2 es la estrategia con menor soporte técnico-científico por
ser considerada un método poco eficiente comparado con el control del mosquito y la
complementación alimenticia para reducir la desnutrición infantil como factor de
predisposición para desarrollar la infección (Dye, 1996; Nascimento, 1996). Además, no
existen experiencias mostrando ventajas (menor número de casos humanos) cuando se
adopta la medida de la eliminación de perros. Se enfatiza que la prioridad en los programas
de control de transmisión de la leishmaniasis debe ser dada al COMBATE DE VECTORES, LA
VIGILANCIA SANITARIA (eliminación de ratas, basurales y pastizales) Y LA EDUCACIÓN

1
"Los programas de eliminación de perros son ineficaces y costosos. La renovación de la población canina puede ser tan rápida que la tasa
de supervivencia compensa fácilmente incluso la tasa de eliminación más elevada que se haya registrado hasta hoy. El método basado en la
captura y sacrificio constituye una grave amenaza a la Salud Pública, por no controlar la superpoblación de animales, factor facilitador de la
diseminación del virus rábico y otras zoonosis. Además, la eliminación de perros podría no ser aceptable para la comunidad." OMS - (8º
Informe Técnico (1992), capítulo 9 item 4, p.59.

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Está también documentado como la rabia canina fue eliminada en los Estados Unidos cuando todavía el número de perros y gatos sueltos
era enorme, inclusive varios años antes de que comenzara a descender este número, lo que sucedió justo en estas últimas décadas.
Siempre se puede pensar que la matanza de animales es más económica que la esterilización, y por lo tanto más apropiada para el
desarrollo de las naciones. Pero matar animales crea vacantes en el hábitat, que permite a los sobrevivientes criar con éxito más cachorros
caninos y felinos. Por consiguiente, uno debe observar el panorama completo, no sólo el costo de manipular al animal, sino también en la
ganancia posible que se tendría si ese animal nunca nace. Sucintamente, matar a gatos, perros y otros mamíferos es una tentativa vana de
alcanzar una reducción permanente de la población. Es un enfoque realizado casi por todos los gobiernos de todas las naciones en cada
continente, a veces continuadamente desde la edad media, cuando las matanzas de gatos ayudaron a acelerar la expansión de las ratas
negras cuyas pulgas portaron la peste bubónica. Aún después que la Muerte Negra exterminara a un tercio de la población humana en
Europa, no se entendió el error de exterminar a los gatos, y los funcionarios cívicos de Londres repitieron el mismo error cerca de 300 años
después. De hecho, ningún programa de exterminación dirigido contra cualquier especie mamífera de amamantamiento rápido, tales como
perros, gatos, coyotes, ciervos, conejos, cerdos, ratas o ratones ha alcanzado resultados a corto plazo en un hábitat continental. Este fallo es
evidente en los Estados Unidos donde dos leyes ecológicas trabajan contra el éxito de la exterminación: 1) La naturaleza detesta los vacíos.
Abra un lugar del hábitat exterminando a los inquilinos, y algo lo llenará puntualmente. 2) Los mamíferos crían a sus hijos de un tamaño
que varía según la disponibilidad del alimento. Ésta última fue una de las ventajas evolutivas importantes sobre los dinosaurios y los
pájaros, en los que el tamaño de sus huevos eran más o menos un tamaño fijo. Entre mamíferos, cuando baja la competición por el alimento
se acelera la fecundidad de la población que sobrevive. Cada vez nacen crías de mayor tamaño; cada vez más de ellas sobreviven.
Exterminar mamíferos conduce a la proliferación de la especie que son sus presas más importantes, tales como ratones y ratas, seguido por
la reocupación del hábitat de otros individuos de la misma especie de los depredadores mamíferos que acaban de ser exterminados, que
llegan desde otras áreas.
MERITT CLIFTON (ANIMAL PEOPLE) CONFERENCIA COSTA RICA 2001
http://www.animalpeoplenews.org/FR/SP/Traduc.1/CostaRicaSP1001.html
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PARA LA SALUD. Los estudios realizados por la OMS resaltan que aunque se realice
eliminación masiva de canes, la presencia de roedores y otros animales de monte actúan
como RESERVORIOS CONTINUOS Y EVITAN LA ERRADICACIÓN TOTAL DE LA
ENFERMEDAD EN LAS ZONAS URBANAS ADYACENTES (Desjeux, 2001).
Los modelos matemáticos indican que el control de vectores con insecticidas es la
manera más EFECTIVA de reducir la transmisión de Leishmania infantum en las regiones
epidémicas en Sudamérica (Maroli y Khoury, 2004). Además de ser la metodología más
ADECUADA, es un método mucho más ACEPTADO por la población que la captura y
eliminación de canes (callejeros o no). De esta manera; la reducción de la trasmisión de las
enfermedades causadas por las diferentes especies de Leishmania podría ser controlada por
las instituciones municipales dentro de la zona de emergencia sanitaria SI FUERA DIRIGIDA
A LA IDENTIFICACIÓN DE ANIMALES SEROPOSITIVOS, APLICACIÓN DE PRODUCTOS
REPELENTES / INSECTICIDAS Y A SU TRATAMIENTO CON ALLOPURINOL al contrario de la
eutanasia sistemática. Esta droga interviene en la cadena metabólica del parásito impidiendo
que se multiplique. La tenencia responsable (uso de collares o pipetas repelentes)
acompañada de medicación con allopurinol logra bajar la carga parasitaria del animal al
punto en donde su convivencia dentro del ambiente familiar no presenta ningún riesgo para
la salud de las personas. De esta manera, estos animales pueden ser posteriormente
reinsertados en la sociedad mediante adopción.

Porque falla la eutanasia canina masiva

En Brasil, la falla reconocida en el programa de control de leishmaniasis visceral


que depende de la eliminación de perros infectados radica en el hecho que otros reservorios
participan en el ciclo de transmisión (Costa y col., 2000). Para probar la hipótesis de que la
enfermedad comenzó a presentar un patrón de transmisión predominantemente
antroponótico (reservorios humanos), estos autores llevaron a cabo un estudio usando un
grupo de pacientes portadores de leishmaniasis visceral activa, pacientes curados y
personas asintomáticas. Se constató que verdaderamente fue posible que los mosquitos
adquirieran la infección desde los pacientes con la infección activa.. Estos estudios sustentan
lo que fuera sugerido ya en 1962, LAS PERSONAS QUE POSEEN LEISHMANIASIS ACTIVA
PUEDEN INFECTAR AL VECTOR Y POR LO TANTO ESTAS PERSONAS DEBEN
CONSIDERARSE FUENTE DE INFECCIÓN PARA OTRAS (Deane y Deane, 1962).
Debido a que la eliminación masiva de canes no ha podido reducir las estadísticas
de casos humanos, se vio reforzada la posibilidad de que los individuos con INFECCIÓN
CRÓNICA PERO ASINTOMÁTICOS RESULTARAN TAMBIÉN RESERVORIOS DE LA
ENFERMEDAD. Esto llevó al grupo de Costa y col. (2002) a conducir un análisis durante un
brote epidémico en la ciudad de Teresinha (BR). Igualmente a los resultados derivados de
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Berman (2006), en este trabajo se determinó que son positivas las muestras de personas que
conviven diariamente con pacientes con infección activa. En adición, ningún perro vivía en
las casas de estas personas asintomáticas leishmaniasis-positivas. Todos estas publicaciones
se suman a los trabajos publicados sobre portadores asintomáticos en India (Dhiman y Sen,
1991; Salotra y col., 2001), Africa (Schaefer y col., 1995), Francia (LeFichoux y col., 1999) y
Brasil (Otero y col., 2000), todos los autores afirman que no es posible que los resultados
obtenidos se traten de falsos positivos debido a la alta especificidad de las técnicas de
biología molecular.

Considerando estos datos, resulta claro por qué las campañas de eliminación masiva
de canes en las zonas epidémicas no logran reducir el número de nuevos casos humanos y al
mismo tiempo refuerzan cada vez más la hipótesis de que los humanos podrían ser reservorio
de leishmaniasis en las zonas peri-urbanas.

Medidas posibles de implementar

Un gran número de preparaciones realizadas en base a insecticidas ha sido


específicamente registrado para la protección de canes contra las picaduras de mosquitos,
estos incluyen collares impregnados con deltametrina (Laboratórios Intervet) y pipetas
tópicas de permetrina (Laboratorios Brouwer y Afford). Existen numerosos estudios de
laboratorio respaldando la elevada eficacia de estas preparaciones NO SOLO para la
protección de canes SINO DE INDIVIDUOS y hasta la protección en masa, cuando son
aplicados masivamente en las regiones epidémicas. La reducción del número de casos
humanos, especialmente en infantes, se basan en los trabajos con aplicación masiva de
collares de deltametrina durante dos temporadas consecutivas de transmisión donde se
observó reducción en 86% de la incidencia de leishmaniasis canina en las zonas endémicas
en Italia, comparadas con las zonas no tratadas en la misma región (Maroli y col., 2001). En
Irán también fueron realizadas estas investigaciones durante dos estaciones consecutivas de
transmisión, lográndose la reducción del 61% en seroconversión de perros y de 53% en
niños en cada año (Mazloumi Gavgani y col., 2002; Davies en WHO 2004). Aunque en estos
países la estación considerada de transmisión dura dos meses, en países tropicales, con
ESTACIONES ANUALES DE TRASMISIÓN DE LA ENFERMEDAD como Brasil, un experimento
similar llevó a la reducción del número de perros seroreactivos en 50% apenas con 5 meses
de uso del collar (Reithinger et al, 2004; Chappuis y col., 2007).
La importancia de que se nombre al índice de niños afectados por la
leishmaniasis cuando se manejan datos del reservorio se basa en que la susceptibilidad a la
infección por L. infantum es baja, pero la edad y el estado nutricional de las personas
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infectadas son factores claramente asociados con el riesgo de infección y de desarrollo de la


enfermedad (Cerf y col., 1987; Badaró y Schooley, 2008). En un estudio realizado en Bahía
(BR) se determinó que el 75% de los niños infectados eran menores de 7 años de edad
(Badaró y col., 1986).
Debido al hecho de que la baja barrera inmunológica es un factor importante para
desarrollar la enfermedad podemos suponer que la magnitud y velocidad con que la
epidemia se instaló en la provincia de Misiones podría estar relacionada, no sólo a las fallas
en el sistema de salud, a la idiosincrasia de los habitantes y a su déficit en el acceso a la
información, sino también a los índices regionales de tuberculosis, toxoplasmosis, HIV,
desnutrición infantil, pobreza, etc.
También en Brasil, las camas protegidas con mosquiteros individuales
impregnados con insecticidas (25% de deltametrina) mostraron ser una barrera eficiente
reduciendo en 80% el acceso de los mosquitos a la persona y además incrementó la
mortalidad de los mismos al 98% al intentar traspasar la malla del mosquitero. Las
personas que comparten la misma habitación en la cual se instalaron los mosquiteros
individuales rociados con deltametrina, pero pernoctan fuera de ellos, vieron incrementada
su protección en 45% respecto de dormir en habitaciones sin mosquiteros. (Courtenay y col.,
2007).

Fumigaciones

Los piretroides son análogos sintéticos de las piretrinas producidas por el


crisantemo Chrysanthemum cinerariifolium y resultan una alternativa para reemplazar a los
carbamatos y los fosforados en las fumigaciones.
Los piretroides son altamente selectivos. Aún los cianopiretroides, que son los
más tóxicos para los mamíferos, se pueden usar con un mínimo riesgo, porque su actividad
insecticida es tan alta que las dosis aplicadas no constituyen un riesgo para los organismos
superiores (Naumann, 1990). En 1978 se realizó en Argentina la primera evaluación de la
toxicidad de un cianopiretroide (Zerba et al., 1987). Este y otros estudios demostraron que
los cianopiretroides deben valorarse como herramientas potenciales y prometedoras para el
control de los vectores de Chagas (Casabé et al., 1988) cuyo patógeno se encuentra en la
misma familia de la Leishmania infantum.
La OMS en conjunto con TDR (Special Programme for Research and Training in
Tropical Diseases) recomienda profundizar la investigación en tres áreas: el control de los
vectores, el manejo y tratamiento de la enfermedad y la adquisición de conocimientos
básicos.
Asimismo, el Programa Federal de Chagas en Argentina
(http://www.msal.gov.ar/htm/Site/prog_nac.asp) incluye acciones de fumigación de
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viviendas, detección y tratamiento de personas infectadas. Si bien incluye acciones en todo


el país, hace énfasis en las provincias consideradas de alto riesgo (Formosa, Chaco, Santiago
del Estero, La Rioja, San Juan, Mendoza y Córdoba) y mediano riesgo (Salta, Tucumán,
Catamarca, San Luis, Misiones, Corrientes y Santa Fe).
Las autoridades del Programa anunciaron durante la reunión que está previsto
durante el primer año del plan la fumigación de 220.000 viviendas de zonas de alto y
mediano riesgo. En el segundo, el control químico se desarrollará en 140.000 hogares de
áreas de alto riesgo. Durante el tercero, se implementará un tratamiento selectivo de 60.000
casas. Pero además a lo largo del trienio, se llevará a cabo la vigilancia sostenida de
centenares de miles de viviendas de zonas endémicas a fin de posibilitar que éstas
permanezcan libres de vinchucas.
Es indiscutible que realizar fumigaciones a gran escala con cualquier producto
presenta riesgos para la fauna silvestre (reptiles, peces, abejas y mariposas), pero al mismo
tiempo es indudable que la provincia cuenta con profesionales universitarios (Entomólogos,
Ing. Químicos, Bioquímicos, Farmacéuticos, etc.) altamente capacitados para asesorar
correctamente a la población sobre cómo REALIZAR FUMIGACIONES PERI-DOMICILIARES A
PEQUEÑA ESCALA ROTANDO LOS PRODUCTOS PARA EVITAR LA POSIBILIDAD DEL
VECTOR DE CREAR RESISTENCIA, SIN CAUSAR AGRAVIO ECOLÓGICO Y ELIMINANDO LOS
MOSQUITOS VECTORES DE ENFERMEDADES.
En Salta, las casas donde habitan pacientes con diagnóstico de leishmaniasis se
rocían con DDT y BHC (Arias y col., 1996), insecticidas mucho más potentes que los
piretroides pedidos incansablemente por la población de la provincia de Misiones debido a
la situación epidémica. FUMIGAR PERMITIRÍA ELIMINAR MOSQUITOS QUE CAUSAN CINCO
ENFERMEDADES PRESENTES EN MISIONES: LEISHMANIASIS, DENGUE, PALUDISMO,
FIEBRE AMARILLA Y ENCEFALITIS.
A diferencia del dengue, la encefalitis y la fiebre amarilla (que son enfermedades
virales), la leishmaniasis y el paludismo son enfermedades causadas por parásitos. Entre
estas infecciones, apenas la fiebre amarilla cuenta con una vacuna. Las cinco patologías están
presentes en la provincia de Misiones y tienen en común el hecho de que únicamente pueden
ser contraídas vía picadura de mosquitos.
Por el clima subtropical propicio para el desarrollo de estos insectos y siendo que
el mayor aporte económico de la provincia incluye contacto directo con el monte
(forestación, agricultura, ganadería, piscicultura, avicultura y floricultura) resulta obvio el
hecho de que estas enfermedades no serán eliminadas con facilidad. Y si además recordamos
las grandes hidroeléctricas presentes en el noreste (con el desmonte necesario para
construirlas) y el hecho de que somos una región con gran movimiento turístico; podemos
apreciar que la situación es extremadamente complicada y que necesitamos medidas
urgentes para frenar las muertes por estas enfermedades transmitidas por mosquitos.
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Medidas de implementación simultánea

La única manera de lograr una disminución en el número de casos humanos será


posible si simultáneamente se realizan las siguientes acciones:

 Se realizan FUMIGACIONES A BAJA ESCALA (peri-domiciliares) con piretroides para reducir la


masa crítica de mosquitos vectores de las seis enfermedades (Chagas, dengue, encefalitis, fiebre
amarilla, paludismo y leishmaniasis).
 Se estimula la práctica de la PREVENCIÓN de leishmaniasis en canes sanos con los insecticidas
recomendados (collares, pipetas, etc.) y allopurinol en los seropositivos.
 Se organiza la puesta en funcionamiento de un plan sistemático de CASTRACIONES MASIVAS,
GRATUITAS Y EXTENDIDAS de animales de compañía por ser el único método ético y eficiente
para evitar la reproducción no deseada de los mismos (OMS).
 Se realiza limpieza y desmalezamiento en todos los barrios de la capital, incluyendo el centro de
la ciudad, erradicación de basurales y todo foco que permita el acceso a materia orgánica al
mosquito y facilite su reproducción.
 Se aumenta la VIGILANCIA SANITARIA DE LOS BANCOS DE SANGRE de regiones epidémicas de
enfermedad de leishmaniasis para evitar el contagio a través de las transfusiones.

Programa Nacional de Leishmaniasis

Siendo que ambas enfermedades (leishmanisis y Chagas) poseen muchas


similitudes, no solo en cuanto a que se desarrollan en las mismas provincias sino también en
que son prevenibles mediante el control vectorial, PODRÍA UTILIZARSE EL PROGRAMA
FEDERAL DE CHAGAS COMO MODELO PARA ESTABLECER UN PROGRAMA NACIONAL DE
LEISHMANIASIS. Recordemos que esta última afecta en este momento a 10 provincias (casi
la mitad de Argentina, con 23 provincias).
Independientemente de tratarse de enfermedades causadas por insectos o por
patógenos relacionados, la contundente presencia de la leishmaniasis, el dengue, la fiebre
amarilla, el paludismo, la encefalitis y la enfermedad de Chagas representan la gran deuda de
los gobiernos hacia sus ciudadanos en relación con el acceso al mejoramiento de la calidad
de vida de los mismos.
Es lamentable comprobar que en muchas regiones de Latinoamérica la
situación respecto a calidad de vida integral, salud, acceso a atención médica, no se ha
modificado sustancialmente en los últimos setenta años, desde que Carlos Chagas escribió:

''Hay un designio nefasto en el estudio de la tripanosomiasis. Cada trabajo apunta un dedo


hacia una población mal nutrida, hacia un problema económico y social que a los gobernantes
les produce una tremenda desazón, pues es testimonio de incapacidad para resolver un
problema tremendo. Es un problema de los insectos que invaden y viven en habitaciones sucias,
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con habitantes ignorantes, mal alimentados, pobres y envilecidos, sin esperanza y sin horizonte
social'' (Jörg y Storino, 2002).

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