Reflexionar acerca del proceso que ahora concluye, es un ejercicio fundamental para poner en
práctica diversas mejoras que beneficien tu desarrollo y el de tus futuros estudiantes.
El fin del año escolar es una buena instancia de reflexión para profesores y estudiantes. Ha
pasado un periodo lleno de grandes logros, desafíos, alegrías, aprendizajes, lecciones, y muchas
otras cosas que vale la pena analizar. Para recordar lo positivo de este año, cumplir nuevos
objetivos, e implementar cambios positivos y productivos en el ejercicio docente, vale la pena
entonces cuestionarse, plantearse interrogantes con respecto a las acciones que se tomaron,
los resultados obtenidos y los planes ejecutados. Al final se trata de rescatar lo positivo y
replantearse aquello que se puede mejorar.