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Nutrición Clínica En La Enfermedad Inflamatoria Intestinal

La enfermedad inflamatoria intestinal, predominantemente la colitis ulcerosa y la


enfermedad de Crohn, ahora es común en todo el mundo desarrollado. La EII afecta tanto
a niños como a adultos, con un 15-20% de pacientes diagnosticados durante la infancia.

La participación del tracto gastrointestinal ha alentado la investigación de la relación entre


la nutrición y la EII, tanto para las formas de prevenir la EII como para apoyar el
tratamiento de la EII.

Tanto en la UC como en la CD, la desnutrición puede ser el resultado de una ingesta oral
reducida, mayores requerimientos de nutrientes, mayores pérdidas gastrointestinales de
nutrientes y ocasionalmente de interacciones entre medicamentos y nutrientes. La
severidad de la desnutrición en la EII está influenciada por la actividad, la duración y el
alcance de la enfermedad, y particularmente por la magnitud de la respuesta inflamatoria
que impulsa el catabolismo y es anoréxica. Los pacientes con EC permanecen en riesgo
incluso cuando su enfermedad parece inactiva, mientras que los pacientes con CU
generalmente desarrollan problemas solo cuando la enfermedad está activa. La atención
nutricional es claramente importante en el tratamiento de pacientes con EII e incluye la
prevención del tratamiento de la desnutrición y las deficiencias de micronutrientes, la
prevención de la osteoporosis y, en los niños, la promoción del crecimiento y desarrollo
óptimos.

Se recomienda encarecidamente el tratamiento de la deficiencia de hierro (parenteral si


es necesario). Sin embargo, no se admite la provisión de rutina de una dieta especial en
EII. La nutrición parenteral está indicada solo cuando la nutrición enteral ha fallado o es
imposible. El tratamiento perioperatorio recomendado de pacientes con EII sometidos a
cirugía se ajusta a la guía general ESPEN para pacientes sometidos a cirugía
abdominal. Los probióticos pueden ser útiles en la CU, pero no en la enfermedad de
Crohn. La terapia primaria que usa nutrición para tratar la EII no está respaldada en la
colitis ulcerosa, pero está moderadamente bien apoyada en la enfermedad de Crohn,
especialmente en niños donde las consecuencias adversas de la terapia con esteroides son
proporcionalmente mayores. Sin embargo, las dietas de exclusión generalmente no se
recomiendan y hay poca evidencia para apoyar cualquier alimento de fórmula particular
cuando se construyen los regímenes nutricionales.
ANÁLISIS:

La enfermedad inflamatoria intestinal incluye un grupo de enfermedades crónicas que,


además de afectar al intestino y a otros órganos, se han relacionado con la nutrición por
diferentes vías. Con la denominación de enfermedad inflamatoria intestinal (EII) se
agrupan distintos procesos inflamatorios crónicos, cuya etiología es desconocida. Entre
esos procesos destacan la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. La enfermedad de
Crohn afecta fundamentalmente al íleon terminal, al colon y al ano, mientras que la colitis
ulcerosa se localiza básicamente en el recto y en el colon distal, si bien puede extenderse
proximalmente a todo el colon.

La desnutrición puede repercutir desfavorablemente en el curso clínico de los pacientes


con EII: alterando la capacidad de cicatrización y reparación de los tejidos, aumentando
el riesgo quirúrgico, favoreciendo unos períodos de remisión más cortos. El principal
objetivo de la dieta en la enfermedad inflamatoria intestinal es prevenir y corregir la
desnutrición y otras deficiencias de nutrientes que pueden asociarse a estas enfermedades,
mediante una dieta lo más variada posible y sin empeorar los síntomas de la enfermedad
(diarrea, dolor abdominal, etc.).

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