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ESTUDIO COMPARTIVO DEL SISTEMA DE ECOLOCALIZACIÓN EN DELFINES Y

MURCIÉLAGOS
(MONOGRAFÍA FISIOLOGÍA DE VERTEBRADOS)
ÍNDICE
1. Generalidades………………………………………………………………….2
2. Capacidad sonora en delfines y murciélagos………………………………….4
3. Sistema de ecolocalización en delfines……………………………………......4
4. Sistema de ecolocalización en murciélagos…………………………………...6
5. Biología molecular de la ecolocalización……………………………………10
6. Conclusiones…………………………………………………………………11
7. Bibliografía…………………………………………………………………..12

Por: Univ. Javier Orellana Salazar.

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1. Generalidades
Cada una de las acciones de un animal depende de la recepción y correcta interpretación de la
información procedente de si ambiente y de su medio interno. Por ejemplo, en un ave al escuchar los
reclamos de sus competidores, una gacela al olfatear contra el viento el paso de un león, o un halcón
al cernirse sobre la pradera, escudriñándola con un ojo y barriéndola con el otro, todos ellos necesitan
una precisa información de su entorno para decidir su acto siguiente. La participación activa de los
órganos sensoriales proporciona al sistema nervioso las únicas vías de comunicación con el mundo
exterior. Constantemente se captan señales sensoriales del ambiente y su interaccione con la
organización y las propiedades del sistema nervioso, heredadas genéticamente y organizadas durante
la embriogénesis, le proporcionan a cada animal su completo acerbo de “conocimiento” (Randall et.al,
1998).

La diversidad de captación de los estímulos del medio externo hace ciertos grupos de animales
desarrollen ciertas destrezas que le permiten adaptarse mejor a los requerimientos del medio que les
rodea. Muchos animales se mueven de forma predecible con respecto a estímulos específico, un
comportamiento llamado orientación. Este comportamiento requiere la integración de la señal
sensorial y la coordinación de la respuesta motora y por tanto depende de las propiedades de las
neuronas receptoras sensoriales, de las conexiones en el sistema nervioso central y de los músculos
que hacen que el cuerpo del animal se mueva. Existe una gran variedad de mecanismos de orientación
que van desde aquellos que emplean la vibración en las patas de ciertos artrópodos hasta sistemas más
complejos de orientación para la búsqueda de alimento, sondeo del ambiente a través de ondas
emitidas por el animal, como por ejemplo en los peces y anfibios que detectan ciertas ondas reflejadas
usando las células ciliadas de su sistema de la línea lateral. Así mismo algunos mamíferos y unas
pocas aves han refinado el mecanismo de detección de ondas reflejadas como una base para la
orientación; emiten ondas de sonido y detectan los sonidos reflejados con las células ciliadas de sus
oídos. Este comportamiento especializado de orientación se denomina ecolocalización (Randall et.al,
1998).

La investigación sobre el sonar animal se puede remontar a la italiana científico Lazzaro


Spallanzani, quien en 1773 observó que los murciélagos podían volar libremente en una habitación
oscura y que los murciélagos ciegos podían volar y evita los obstáculos y los murciélagos que puedan
ver. Cinco años más tarde científico suizo Charles Jurine encontró que cuando las orejas de
murciélagos fueron tapados con cera, los animales se volvieron indefensos y colisionó con obstáculos.

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Ese temprano trabajo tuvo lugar antes la comprensión de los principios de los ultrasonidos y el
establecimiento de la acústica como ciencia. Entonces Spallanzani y Jurine no pudo formular una
teoría acústica de biosonar. No fue sino hasta 1938 que Robert Galambos y Donald Griffin usó un
detector ultrasónico desarrollado por William Pierce para mostrar que los murciélagos ecolocaban al
emitir ultrasonido y recibir los ecos. En ese momento los principios de los ultrasonidos se entendieron,
y proporcionaron un teórico marco para describir el proceso acústico subyacente ecolocación. Así
comenzó la investigación moderna en sonar animal como se describe en el libro seminal de Griffin
Listening en la oscuridad: la orientación acústica de murciélagos y hombres (Universidad de Yale
Prensa), publicado originalmente en 1958.

La ecolocalización es el uso de ondas sonoras y el eco para determinar la ubicación de objetos


en el espacio. Los murciélagos usan la ecolocalización aérea para navegar y encontrar comida en la
oscuridad. Para ecolocalizar, los murciélagos emiten ondas sonoras por sus boca o nariz. Cuando las
ondas sonoras impactan en un objeto, producen ecos. El eco rebota del objeto y vuelve a las orejas del
murciélago. Los murciélagos escuchan los ecos para determinar la ubicación del objeto, el tamaño y
su forma. Usando ecolocalización, los murciélagos pueden detectar objetos tan finos como un pelo
humano en completa oscuridad. La ecolocalización les permite a los murciélagos encontrar insectos
del tamaño de mosquitos, que a muchos murciélagos le gusta comer (Hill et.al. 2012).

Los delfines han desarrollado un sistema de sonar muy sensible para poder navegar en el océano,
ya que las características del agua pueden dificultar la visibilidad del delfín. Las utilidades del sonar
son diversas, desde encontrar una presa a evitar obstáculos y depredadores, así como para navegar
(Barclay, 1991).

La ecolocalización consiste en la emisión por parte del delfín de una amplia gama de sonidos
en forma de ráfagas de impulsos sonoros que a menudo son denominados como clics y se obtiene
información del entorno gracias al análisis que realizan los individuos del eco que retorna. La
capacidad de utilizar esas emisiones sonoras de alta y baja frecuencia, combinado con la sensible
audición direccional hacen que la ecolocalización sea verdaderamente precisa (Au, 1993).

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2. Capacidad sonora en delfines y murciélagos
El descubrimiento de la ecolocalización en murciélagos allanó el camino para el descubrimiento
de la ecolocación en delfines. Ya en 1947, el descubrimiento de la ecolocación en delfines. Ya en
1947, Arthur McBride observó intentos de capturar delfines en noche en aguas turbias. Señaló que los
animales podrían evitar redes de malla fina e, incluso a distancias más allá del alcance visual, podría
detectar aberturas en las redes. Sin embargo, no fue hasta 1960 que Kenneth Norris y sus colegas
inequívocamente ecolocación demostrada en delfines cubriendo un delfín ojos con ventosas de goma
y observando que los ojos con ventosas de goma y observando que el animal podría evitar obstáculos
en un laberinto, todo el tiempo emitiendo sonidos ultrasónicos. Y esos fueron los inicios del estudio
de la ecolocalización en los delfines que fueron publicadas en varios libros en la comunidad científica
(Au, 1993).

Hoy, los especialistas en acústica entienden que los delfines y los murciélagos poseen un sistema
biosonar sofisticado que les permite no solo para detectar, discriminar y perseguir presas, pero también
para rastrear la trayectoria de la presa para resolver la presa-intersección problema. Y esas hazañas
normalmente se llevan a cabo en ruidosos entornos a menudo desordenados con objetivos de fondo.
en adición para atrapar presas, delfines y murciélagos también usan biosonar para navegar y evitar los
obstáculos. Ambos taxones animales han experimentado una supervivencia similar presiones que
resultan en una evolución convergente para las capacidades de biosonar. Sin embargo, la física
asociada con el tamaño corporal y locomoción, las propiedades acústicas del medio ambiente y la
presa y los efectos ecológicos han influido en la selección natural proceso. Como resultado, sistemas
de biosonar de delfines y murciélagos tener diferentes características En la presente monografía
expondremos algunas propiedades biosónicas básicas de ambos taxa y examinar cómo las
restricciones físicas han influido en el desarrollo de sus sistemas de ecolocación. Más de 65 especies
de dientes las ballenas (odontocetos) usan sonares, al igual que las más de 700 especies de
murciélagos.2,3 La mayor parte de la discusión se centrará en el Atlántico delfín mular (Tursiops
truncatus) y el gran murciélago marrón (Eptesicus fuscus). Esas especies, las ratas blancas de
biosonar, han sido los más estudiados experimentalmente (Whitlow & Simmons, 2013).

3. Sistema de ecolocalización en delfines y estudios de caso

Los delfines son mamíferos marinos muy sociables. Miden entre 2 y 9 metros de largo,
dependiendo de la especie de que se trate. Tienen la cabeza grande, hocico alargado y un orificio

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respiratorio (espiráculo) en la parte superior de la cabeza, que les permite respirar y comunicarse. Con
él silban y lanzan ráfagas de sonidos llamadas "clicks", que les permiten comunicarse entre ellos. La
frecuencia de "clicks" difiere de unas especies a otras. También tienen un órgano especial, situado en
la parte superior de la cabeza y conocido como "melón", que es largo y grasoso, actúa como un radar
y les permite ubicarse en el espacio y cazar. Ese sentido se llama "ecolocalización". Sus cuerpos
aerodinámicos y su piel suave les permite alcanzar grandes velocidades en el agua. Están siempre en
movimiento, nadando hasta 40 millas al día. Gastan sólo un 10 al 20% de su tiempo en la superficie.
Pueden aguantar la respiración hasta 20 minutos y bucear a profundidades de más de 1.640 pies (500
metros). Al ser animales sociales, usan de su voz y su cuerpo para vocalizar, danzar y saltar. Éstas son
formas muy complejas de orientación y comunicación en los grupos de delfines. Habitan en grandes
grupos de individuos (en algunos grupos se han contabilizado cerca de un millar de individuos), y
establecen fuertes lazos sociales tanto con la familia sanguínea como con otros individuos de su clan.
Por esta misma regla social, cazan en equipo. Son carnívoros, y se alimentan principalmente de peces
y calamares (Greenpeace, 2017).

El delfín produce señales sonoras en su sistema nasal forzando el aire a través de dos pares de
labios. Comúnmente referido a como el complejo dorsal bursal-labios de los labios, o labios fónicos,
están situados a unos 3 cm por debajo del orificio de ventilación. Figura 1a muestra una tomografía
computarizada (TC) de la mitad sagital (simetría) plano del delfín. La posición asumida de la fuente
de sonido se muestra debajo del soplador. Las señales se propagan través del melón, que consiste en
"grasa acústica", un material lipídico especial que se encuentra solo en el melón y la inferior
mandíbula. Las mediciones de velocidad del sonido indican un sonido gradual perfil de velocidad con
baja velocidad cerca de la línea media de melón y aumentando la velocidad hacia el melón superficie.
Las tomografías computarizadas han mostrado un núcleo de baja densidad que probablemente
corresponde a la ruta de baja velocidad a través del melón.4. Las señales de ecolocalización son
difractadas por la velocidad del sonido graduado perfil hacia el núcleo de baja velocidad, que
proporciona un poco de enfoque del haz de sonar, al igual que la luz se difracta mientras se propaga a
través de un medio con un índice cambiante de refracción (Whitlow & Simmons, 2013).

La mayoría de los delfines típicamente emiten señales de silbido y breve clics de ecolocalización
de banda ancha. La Figura 1b ilustra tal clic, que generalmente tiene entre cuatro y ocho ciclos y una
duración de 40-70 μs. Los niveles de fuente pico a pico pueden ser muy alto, de 210 a 225 dB SPL.
El nivel de presión acústica, o SPL, notación de decibel significa que para la amplitud de la diferencia

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de presión pico a pico p, 20 log (p / p0) está en el rango de 210-225 para una presión de referencia p0
elegida convencionalmente ser 1 micropascal cuando se consideran delfines y 20 μPa para
murciélagos. Invertir el logaritmo de base 10 da una presión de 3,2-18 × 104 Pa. Cuando se considera
una relación de amplitudes de presión, uno usa el símbolo dB sin más adornos Las señales de alta
intensidad a menudo tienen frecuencias centrales de 100 kHz o más, mientras que las señales de muy
baja intensidad a menudo tienen frecuencias centrales de 30-60 kHz. De hecho, la frecuencia central
varía casi linealmente con la intensidad de la señal medida en decibeles (Whitlow & Simmons, 2013).

Figura 1. Sonidos de delfines. (a) Esta tomografía computarizada del avión a lo largo de la línea media de la cabeza de un delfín nariz de botella
muestra la ubicación de la fuente de sonido (generador de clics); la ruta de propagación a través del melón, una región que consiste en un material
lipídico; y la ubicación de la cual surge el sonido. Las áreas rojas son los huesos de la mandíbula y el cráneo; la naranja las áreas alrededor del núcleo
del melón indican la capa epidérmica, las capas hipodérmicas y una matriz de tejidos conectivos y grasa; y el área amarilla es el núcleo lipídico del
melón. (Cortesía de Dorian Houser y Sam Ridgway.) (B) La presión del sonido La forma de onda del clic de ecolocación de un delfín nariz de botella
dura 40-70 μs. El espectro de frecuencia se muestra en el panel inferior. (Tomado de Whitlow & Simmons, 2013).

4. Sistema de ecolocalización en murciélagos y estudios de caso


Los murciélagos son nocturnos o crepuscular mayoría (activo en el crepúsculo) De este modo y
mantener el nicho no ocupado por la mayoría de las aves. Su logro se atribuye a dos características:
capacidad de vuelo de navegar y por la ecolocalización. En conjunto, estas adaptaciones para permitir
que los murciélagos mosca y evitar obstáculos en la oscuridad absoluta, localizar y atrapar insectos
con precisión, y de encontrar su camino en profundidad bodegas (en gran parte sin explotar por hábitat
y otros mamíferos aves) donde duermen durante las horas diurnas (Hickman et.al., 2008).

Los estudios realizados en restos de fósiles de murciélagos, muestran que la eco localización
no era algo que eran capaces de hacer hace aproximadamente 52 millones de años. Por lo tanto, se
cree que este proceso se desarrolló para los murciélagos con el fin de ser capaces de prosperar. La
tecnología sigue avanzando, y tenemos la esperanza de que la ecolocación del murciélago se pueda
evaluar aún más. Ser capaz de mejorar los métodos de recogida de los datos, así como la

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interpretación, son parte de los esfuerzos en los que muchos investigadores están involucrados.
Quieren determinar si el concepto de ecolocación, se llegó a desarrollar a través del proceso de
evolución también (Murcielagopedia, 2016).

.Al igual que las personas y otros mamíferos terrestres, los murciélagos generalmente generan
su biosonar que suena en la laringe y los proyecta a través del tracto vocal y la boca abierta en el
entorno (ver figura 2a). En grandes murciélagos marrones, el mecanismo de vocalización es muy
similar a la producción de vocales en humanos. Banda ancha, señales armónicamente estructuradas
excitan un tracto vocal que limita la frecuencia de emisión superior a aproximadamente 100-110 kHz.
La gama de sonidos biosonar en las diversas especies de murciélagos cubre frecuencias de 10 kHz a
alrededor de 150 kHz La mayoría de los murciélagos transmiten banda ancha, modulada en frecuencia
(FM) sonidos dispuestos en uno o más armónicos de barrido descendente. Como se ilustra en la figura
2b, por ejemplo, los múrcielas marrones grandes producen señales con tres o más armónicos; el
primero de esos barridos desde 55 kHz hasta 22 kHz. En contraste con señales de delfines, las
duraciones de los sonidos de FM del murciélago varían mucho dependiendo de la especie y la
situación. Durante la antena interceptación de insectos, señales de búsqueda en espacios abiertos los
murciélagos marrones persisten durante 20-25 ms, pero la duración de los sonidos se acortar en
proporción a la distancia hasta, durante la terminal etapa en que el murciélago se apodera del insecto,
solo se trata de 0.5 ms de largo.

Fig.2 Sonido del murciélago (a) El gran


murciélago emite sonidos de ecolocalización de su
boca. (b) El panel superior muestra la forma de onda
de presión de sonido para el sonido biosonar del
murciélago. En el panel inferior es un espectrograma
del sonido Nota la tres armónicos y el ancho de
banda logrado con la frecuencia de barrido hacia
abajo modulación (Tomado de Whitlow & Simmons,
2013).

Los murciélagos que producen sonidos FM emplean estrategias de sonar similares a los de los
delfines con sus clics de banda ancha: como se discutió más tarde, ambos perciben la distancia a los
objetos desde el retraso del eco y la forma de los objetos de la interferencia espectro generado cuando
múltiples reflexiones de diferentes partes de objetos se superponen e interfieren. La boca abierta del
murciélago, o la nariz en la emisión nasal murciélagos, sirve como la antena de radiodifusión para dar

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forma a la transmisión haz, que es mucho más amplio que en los delfines. Grande los murciélagos
marrones emiten vigas con anchos de 30-40 ° en las frecuencias más altas, aumentando a 120 ° en las
frecuencias más bajas. Una minoría significativa de especies de murciélagos, incluida la herradura
murciélagos y murciélagos bigote, transmiten frecuencia constante (CF) sonidos generados por
mecanismos laríngeos resonantes. Escuchan en ecos para los cambios Doppler que significan aleteo
objetivo, y tienen un buen truco para compensar su velocidad de vuelo propia con respecto al objetivo:
ajustan el transmitir la frecuencia de la señal CF para que se mantengan los ecos dentro de la región
de frecuencia estrecha bien servida en sus orejas por una sección de la cóclea llamada fóvea acústica.
Esos murciélagos de banda estrecha también emiten un componente de FM que utilizar para
determinar la distancia a los objetos, pero probablemente tiene un ancho de banda demasiado estrecho
para permitir que los murciélagos adquieran detalles información sobre la forma del objetivo (Au,
1993).

En cuanto a la capacidad de detección de los objetivos, el rango de efectividad del sistema


sonar de los delfines es mucho mejor que el de los murciélagos, Una razón es que la energía en la
señal de ecolocalización de un delfín es de varios ordenes de magnitud mayor que en las señales de
un murciélago. Otra razón tiene que ver con las propiedades de pérdida de absorción del aire y el agua.
La presión del sonido en un rango “r” satisface:

donde α (f) es el coeficiente de absorción del sonido, que depende en la frecuencia f y medio.
Dadas las frecuencias en qué murciélagos y delfines emiten señales de ecolocalización, la absorción
coeficiente es sobre dos órdenes de magnitud más alto para los murciélagos voladores de aire que para
nadar en el agua delfines (Au, 1993).

Patrones de locomoción también afecta la habilidad de un animal para ecolocar. Figura 3a


muestra la detección medida rango para un delfín nariz de botella para detectar un 7.62-cm esfera
llena de agua y una Esfera sólida de 2,54 cm. La misma figura muestra el pronóstico rangos de
detección para un bacalao de 30 cm de largo presentado en varios aspectos con respecto a la viga
sonar; los rangos varían desde 109 m cuando el bacalao está de costado a la señal incidente abajo a 70
m cuando el bacalao se va alejando nadando. Los resultados teóricos asumen un cuerpo ruidoso de
agua, con el ruido que se genera al romper el camarón.

Como se muestra en la figura 4b, los murciélagos grandes marrones pueden detectar esferas
del tamaño de insectos a distancias de unos pocos metros10. En esos experimentos, los sonidos del

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murciélago tienen una amplitud de aproximadamente 100 dB SPL a una distancia de 10 cm por delante
de la boca abierta. Los efectos combinados de propagar las pérdidas hacia el objetivo y volver son 12
dB por duplicar rango para las frecuencias de 25 kHz que los murciélagos usan para la detección. Por
lo tanto, un rango objetivo de 5 m equivale a pérdidas de unos 65 dB. Absorción atmosférica sobre la
longitud total del camino de 10 m es de aproximadamente 7 dB, y un Se pierden 20 dB (para la esfera
de 19.1 mm) porque el objetivo solo refleja una parte de la señal. Pérdidas combinadas para los ecos
de la esfera de 19.1 mm traen la transmisión original hasta menos de 10 dB SPL, que es
aproximadamente del bate umbral de audiencia. El volumen restringido de espacio activo para el sonar
del murciélago se compensa con el vuelo relativamente rápido del murciélago. Grandes murciélagos
marrones a aproximadamente 5 m / s y así puede cubrir su propio funcionamiento rango en un segundo
o dos. Al buscar insectos en abierto espacio, emiten de 5 a 10 sonidos por segundo. Por el contrario,
los delfines emiten sus sonidos a velocidades ampliamente diferentes de acuerdo a su actividad
momentánea, y pueden tomar minutos
para nada a una distancia de 100 m.

Figura 3. Detección de objetivos para murciélagos y delfines.


(a) El diagrama muestra el rendimiento de un delfín nariz de
botella, las esferas de detección de delfines (líneas rojas) y la
predicción gamas para detectar un bacalao del Atlántico (líneas
negras). La orientación de 135 ° está a medio camino entre el
costado Aspectos (90 °) y cola (180 °). (b) Dos grandes
murciélagos marrones (círculos rojos y azules) probado en la
detección de esferas del tamaño de insectos que eran 4.8 mm y
19.1 mm de diámetro. El doblez aproximado de la distancia de
detección con el aumento cuádruple en el diámetro es
consistente con aproximadamente la misma eco-detección
límite. Ambos experimentos de delfines y murciélagos ensayos
incluidos sin objetivo. La medida de rendimiento para los
delfines es el porcentaje de detecciones correctas para el
subconjunto de ensayos en los que el objetivo está presente.
Para el murciélago, la medida del rendimiento correcto incluye
todos los ensayos. El umbral del 50% aplicado en el
experimento de delfines es comparable al umbral del 75%
aplicado para los murciélagos (Tomado de Kick, 1982).

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5. Biología molecular de la ecolocalización

Los delfines y murciélagos no tienen mucho en común, pero comparten una superpotencia:
ambos cazan a sus presas emitiendo sonidos agudos y escuchando los ecos. Ahora, un estudio
muestra que esta capacidad surgió independientemente en cada grupo de mamíferos a partir de las
mismas mutaciones genéticas. El trabajo sugiere que la evolución a veces llega a nuevos rasgos a
través de la misma secuencia de pasos, incluso en animales muy diferentes. La investigación
también implica que esta evolución convergente es común y oculta en los genomas, lo que puede
complicar la tarea de descifrar algunas relaciones evolutivas entre organismos. La naturaleza está
llena de ejemplos de evolución convergente, donde los organismos muy distantes se parecen o
tienen habilidades y rasgos similares: aves, murciélagos e insectos tienen alas, por ejemplo. Los
biólogos han supuesto que estas novedades se idearon, en un nivel genético, de maneras
fundamentalmente diferentes. Ese fue también el caso de dos tipos de murciélagos y ballenas
dentadas, un grupo que incluye delfines y ciertas ballenas, que han convergido en una estrategia de
caza especializada llamada ecolocalización. Hasta hace poco, los biólogos pensaban que genes
diferentes manejaban cada instancia de ecolocalización y que las proteínas relevantes podían
cambiar de innumerables formas para asumir nuevas funciones. Pero en 2010, desde el campo de
la biología molecular Stephen Rossiter, un biólogo evolutivo en Queen Mary, Universidad de
Londres, y sus colegas determinaron que ambos tipos de murciélagos ecolocalizadores, así como
los delfines, tenían las mismas mutaciones en una proteína particular llamada prestin, que afecta la
sensibilidad de audición. Al observar otros genes que se sabe están involucrados en la audición,
ellos y otros investigadores encontraron otros muchos cuyas proteínas se modificaron de manera
similar en estos mamíferos (AAAS, 2017).

Ahora, el equipo de Rossiter ha ampliado la búsqueda de esta llamada convergencia


molecular a todo el genoma. Secuenciaron los genomas de cuatro especies de varias ramas del árbol
genealógico del murciélago, dos que usan la ecolocalización y dos que no lo hacen. Agregaron en
las secuencias genómicas existentes del zorro volador grande y el pequeño murciélago marrón, otro
ecolocador. El biólogo evolutivo Joe Parker, también de Queen Mary, Universidad de Londres,
comparó las secuencias genéticas del murciélago con las de más de una docena de otros mamíferos,
incluido el delfín mular. Se centró en los 2.300 genes que existen en copias únicas en todos los
murciélagos, el delfín y al menos otros cinco mamíferos. Evaluó cuán similar era cada gen a sus

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contrapartes en varios murciélagos y el delfín. El análisis reveló que 200 genes habían cambiado
independientemente de la misma manera, Parker, Rossiter y sus colegas informan hoy en Nature.
Varios de los genes están involucrados en la audición, pero los otros no tienen un vínculo claro con
la ecolocación hasta el momento; algunos genes con cambios compartidos son importantes para la
visión, pero la mayoría tienen funciones que se desconocen. "La mayor sorpresa", dice Frédéric
Delsuc, un filogenético molecular de la Universidad de Montpellier en Francia, "es probablemente
el grado en que la evolución molecular convergente parece estar muy extendida en el genoma". El
genómico Todd Castoe de la Universidad de Texas, Arlington, también está impresionado: "Estoy
bastante convencido de que están encontrando algo real, y es realmente emocionante bastante
importante". Sin embargo, él es crítico sobre la forma en que se realizó el análisis, sugiriendo que
el enfoque encontró solo evidencia indirecta de convergencia molecular. El descubrimiento de que
la convergencia molecular puede extenderse en un genoma es "agridulce", agrega Castoe. Es
probable que los biólogos construyan árboles genealógicos sugiriendo que algunos organismos
están estrechamente relacionados porque los genes y proteínas son similares debido a la
convergencia, y no porque los organismos tenían un ancestro común reciente. Ningún árbol
genealógico está completamente a salvo de estos efectos engañosos, afirma Castoe (AAAS, 2017).

6. Conclusiones
Las capacidades de ecolocación de los delfines han evolucionado para ser extremadamente
bien adaptado para la supervivencia en un ambiente acuático. La banda ancha y la naturaleza de
corta duración de las señales de ecolocalización le permite al delfín capacidades de resolución de
tiempo muy finas, incluso para los más pequeños delfines que emiten señales de banda más
estrechas. Los murciélagos también tienen una buena capacidad de ecolocación que son adecuadas
para la detección, reconocimiento y captura de insectos. Sus sistemas de ecolocalización son muy
diferentes de los delfines debido a las diferencias en el medio ambiente y el tipo de presa. Hay muy
pocos datos que se pueden usar para comparar directamente las diferencias en las capacidades de
ecolocalización de delfines y murciélagos. Ambas especies tienen excelentes capacidades de
ecolocación adecuadas para diferentes entornos y tipos de presas. La velocidad del sonido en el agua
es aproximadamente cinco veces más rápida que en el aire, y esta diferencia tienen un gran impacto
en cómo las dos especies usan el ecolocalización. Solamente dos tipos de señales de ecolocalización
parecen ser utilizados por diferentes delfines especie, mientras que la diferencia en las señales de
ecolocación utilizadas por diferentes especies de murciélago puede ser muy grande. Los murciélagos
también tienen un sistema muy plástico en el que las características de la señal pueden cambiar

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considerablemente durante diferentes fases de una secuencia de búsqueda de presas. Esto no parece
ser el caso con delfines; aunque, muy poco se sabe sobre cómo los delfines usan la ecolocación
cuando se alimentan de presas. El cambio Doppler El comportamiento de compensación de algunos
murciélagos falta por completo en los delfines. Es posible que los murciélagos necesiten extraer más
de ciertos tipos de información como la velocidad de las presas y la dirección de los ecos, porque la
baja velocidad del sonido en el aire permite a la presa moverse cierta distancia entre las emisiones
de sonido del murciélago. Asimismo, la biología molecular ha permitido respaldar los estudios
fisiológicos en la ecolocalización, a través de la identificación de pares de genes responsables de la
función ecolocalizadora en estos grupos de animales, lo cual también ayuda a comprender mejor o
estructurar los estudios filogenéticos particularmente de los vertebrados.
7. Bibliografía
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 BARCLAY, R. M. R. 1991. Population structure of temperate zone insectivorous bats in
relation to foraging behavior and energy demand. Journal of Animal Ecology 60:165-178.
 GREENPEACE. http://www.greenpeace.org/usa/news/greenpeace-canned-tuna-ranking-
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 HICKMAN C.P. ROBERTS L.S. LARSON A. L’ANSON H. & EISENHOUR D.J. 2012.
Principios Integrales De Zoología. Diversity of Animal life. 14ª Ed. McGraw-Hill
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 HILL, R., WYSE, G. & ANDERSON, M. (2012). Animal physiology. Sensory Processes.
Sunderland, Mass. Sinauer Associates. 371 - 372 pp.
 S. A. KICK, J. Comp. Physiol. A 145, 431 (1982).
 MURCIELAGOPEDIA. 2017. http://www.murcielagopedia.com/ecolocacion-murcielago/
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 WHITLOW W.L. AU & JAMES A. SIMMONS. 2013. Echolocation in Dolphins and Bats.
http://www.physicstoday.org/resource/1/PHTOAD/v60/i9

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8. Conclusiones
En proceso de redacción… gracias.
9. Bibliografía
En proceso …

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