Programa
c de Matemáticas
Vol. I , No 1, (2014)
Revista Del Programa De Matemáticas I (2014) 1–25
Resumen
El presente trabajo es un estudio acerca de los errores, malentendidos y obstáculos en la enseñanza/aprendizaje de las
matemáticas, enfatizando su presencia en los textos escolares. Sin entrar en una teorización profunda de las nociones
de error y malentendido se definirán ambos, mostrando similitudes y diferencias entre ellos. Asimismo, se estudia
el constructo obstáculo, poniendo atención a los obstáculos didácticos. Se presentan una serie de situaciones en las
cuales aparecen errores, malentendidos y obstáculos. Se muestra la posibilidad de categorizar los errores, a cuyo fin
se presentan varias clasificaciones. Se seleccionó un grupo de textos escolares usados en Venezuela y de ellos fue
extraı́da una selección representativa de situaciones de aprendizaje, las cuales son analizadas a la luz de los elementos
discutidos con anterioridad en el trabajo. Como resultado de la revisión de los textos se obtuvo un cúmulo de errores,
fundamentalmente aquellos de tipo conceptual están presentes en ellos. En algunos temas, como el relacionado con las
medidas, esto puede dar una explicación parcial de los deficientes resultados que muestran los estudiantes de ese paı́s
en este tema del currı́culum. Finalmente, se exponen algunas estrategias para enfrentar los errores y los malentendidos,
alternativas que se distancian enormemente de la clásica penalización; ası́ como se muestra también la posibilidad
de construcción de situaciones didácticas partiendo de los errores, convirtiendo a éstos en una oportunidad para el
aprendizaje.
Palabras claves: Errores en el aula, malentendidos, concepciones erróneas, obstáculos didácticos, errores en textos
escolares.
Abstract
The present work is a study about errors, misunderstandings and obstacles in math’s teaching and learning, emphasi-
zing their presence in textbooks. Without going into a deep theorization of the notions of error and misunderstanding
we define both, showing similarities and differences between them. Also, the construct obstacle is studied, paying
attention to the didactical obstacles. A number of situations in which errors appear and misunderstandings and obs-
tacles occur are presented. The possibility to categorize errors is shown, for which purpose several classifications are
presented. A group of school textbooks used in Venezuela was selected and of them was extracted a representative
selection of learning situations, which are analyzed in the light of the elements discussed above at that work. As a
result of the revision of these texts a wealth of errors was obtained, fundamentally those of conceptual type are present
in them. For some topics, such as the related to measures, this can give a partial explanation for the poor results that
show students in the country on this curricular subject. Finally, some strategies are discussed to face the errors and
misunderstandings, alternatives that are distanced greatly from classical penalty; and it also we show the possibility
of construction of teaching situations starting from errors, turning them into an opportunity for learning.
Keywords: Errors in the classroom, misunderstandings, misconceptions, didactical obstacles, errors in textbooks
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1. Introduction
Hay quienes se han propuesto recopilar errores
Ya son un lugar común las constantes quejas
presentes en el medio escolar, algunos con fines
en torno al bajo rendimiento en matemáticas por
investigativos y otros con fines meramente di-
parte de los docentes, de los padres y aún de la
vulgativos. En particular, varias obras escritas
sociedad en general. Pero, ¿Es acaso el bajo ren-
por docentes españoles se dedican a esto último.
dimiento, manifestado usualmente mediante las
Ası́, Diez Jiménez (1970) recoge en su libro di-
malas calificaciones de los alumnos, el único y
versos errores a los cuales tuvo acceso mediante
el más acusante de los problemas que confronta
su labor docente. En otro libro del mismo tenor,
la enseñanza/aprendizaje de las matemáticas?
Tapia Rodrı́guez (s/f), hay una nueva colección
¿Cuál es el nivel real de aquellos que aprueban
de errores producidos en la actividad escolar.
la asignatura? ¿Manejan estos últimos realmente
el aparato conceptual de la disciplina? ¿Cuáles
Por su lado, Claudi Alsina, destacado didacta
son las fuentes de los errores y de las concep-
de la matemática catalán, se decidió a recolectar
ciones erróneas que manejan los estudiantes?
una buena suma de errores matemáticos cometi-
¿Cómo enfrentar estas situaciones?
dos por individuos famosos de diferentes ámbi-
tos, desde periodistas, pasando por polı́ticos y
Las respuestas posibles a estas y otras interro-
hasta de reconocidos cientı́ficos, colección que
gantes son temas que han ocupado a los estu-
dio lugar a su obra Asesinatos matemáticos (Al-
diosos de la problemática educativa, pueden ser
sina, 2010).
diversas y aún admitir distintas interpretacio-
nes; todo ello de acuerdo con las concepciones
En el Prólogo de la obra (Alsina, 2010) se pre-
que de la educación, sobre la sociedad y acerca
gunta “¿Y quién comete estos errores?”, a lo cual
de la matemática tenga quien aborde los proble-
él se responde:
mas antes planteados.
Polı́ticos, médicos, economistas, periodistas, técnicos, cientı́ficos,
profesores, estudiantes, cocineros, ciudadanos de a pie... e incluso
Una de las manifestaciones más palpables de los propios matemáticos. Los disparates numéricos están presentes
en todos los ámbitos de la vida, afectan a todos (como la gripe) sin
los problemas que confronta una persona con su
distinción de clases... pues todos somos usuarios de las matemáticas.
comprensión del conocimiento matemático tiene
que ver con la aparición de lo que comúnmente Y para confirmar la afirmación anterior de Alsi-
se llaman errores. Estos se muestran o aparecen na veamos los siguientes casos.
en diversos contextos: en las pruebas y exáme-
nes; en los cuadernos de los alumnos; en estu- El 7 de noviembre de 1940, en Tacoma (EE.UU.),
dios e investigaciones. Pero, en el aula los errores el puente recién construido allı́ colapsó al poco
no están restringidos sólo a la actuación de los tiempo de haber sido inaugurado debido a pro-
estudiantes: también los docentes los cometen y blemas en su diseño, a pesar de que su diseñador
aún los libros de texto los tienen en abundancia. habı́a sido Leon Moisseiff, un experto internacio-
Podemos agregar que en los medios de comu- nal en el tema. El puente colapsó debido a vi-
nicación masiva (TV, prensa, etc.) es altamente braciones inducidas por el viento: entró en re-
frecuente el encontrarnos con ellos. No escapan sonancia, según se señala en muchos libros de
a ello los discursos de los polı́ticos y aún las fı́sica. Aunque, de acuerdo con el ingeniero Ber-
obras de los intelectuales. tero (2002) “no fué, sin embargo, un caso de reso-
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nancia sino una consecuencia del fenómeno ae- tidos por alumnos y recopilados por varios do-
roelástico conocido posteriormente como flameo centes, para luego abordar los errores que apare-
torsional”(p. 1). En todo caso hubo una falla en cen en los textos escolares.
su diseño que ocasionó el desastre y tras la cual Entre los errores que compiló Diez Jiménez
se encuentran las matemáticas. (1970) están unos que aparecen bajo el subtı́tu-
Otro caso paradigmático lo constituye el hundi- lo de Disparates anotados por otros compañeros;
miento del RMS Titanic el 15 de abril de 1912, de éstos extraemos tres:
luego de colisionar con un iceberg. Este navı́o,
“Medida de un ángulo.- Se mide con el
calificado de ser imposible que alguna vez su-
kilómetro”(op. cit., p. 124). “Área del triángulo.-
friera un percance que condujera a su hundi-
Es igual a la cuarta parte de la mitad de su lado
miento, sin embargo sucumbió en su primer via-
por la semisuma de la raı́z cuadrada de
je y todo parece apuntar a que hubo fallas en su
3”(Ibı́d.). “¿Qué es la hipotenusa? - Lo que
diseño, lo cual causó a fin de cuentas el desas-
está entre los dos paletos”(op. cit., p. 127).
tre con las lamentables pérdidas humanas. Nue-
vamente tras bambalinas están las matemáticas. Más adelante, en la misma obra y bajo un
Más recientemente, el 23 de septiembre de 1999, subtı́tulo similar, encontramos:
la NASA sufrió la pérdida de la cápsula Mars
“¿Qué es logaritmo? - logaritmo o silogismo es
Climate Orbiter, la cual debido a un error de na-
una hipérbola, pero menor”(op. cit., p. 139).
vegación se estrelló en Marte. La causa indicada
“Ángulos opuestos por el vértice.- Son los que
fue que un equipo usó unidades inglesas (e. g.,
son iguales, pero desiguales”(Ibı́d.).
pulgadas, pies y libras) mientras que otro equipo
usó unidades métricas para una operación cla- El autor del texto del cual hemos tomado los ex-
ve de la nave espacial con la consiguiente pérdi- tractos anteriores era profesor de ciencias natu-
da de varios millones de dólares invertidos en el rales cuando hizo su recopilación. Al comienzo
proyecto. del libro, en el Prólogo a la primera edición, la
cual data de 1965, presenta una catalogación de
2. El error en las aulas escolares: una primera los errores encontrados, luego de realizar algu-
aproximación nas reflexiones sobre la actividad docente basa-
das en su experiencia. Son de interés las palabras
A pesar de lo antes señalado, pareciera ser que
con que inicia el Prólogo de la edición consulta-
en las aulas de nuestros centros de estudios es
da (la 3a ):
en donde el error campea con su presencia. Allı́,
Podrı́a iniciar de un modo muy clásico este prólogo -comentario a la
generalmente una vez cometido por el alumno
Antologı́a del disparate- aludiendo a los sentimientos contrapuestos
es penalizado por el docente; mas cuando es co- que en mı́ ha suscitado. Leı́do solo, o acompañado, la sarta de
disparates se ensarta con las carcajadas del lector y de los oyentes.
metido por el enseñante no es penalizado y muy
Cuando la risa cesa y la reflexión sobreviene, nos inunda la
rara vez es rectificado por éste. preocupación y hasta la tristeza, porque esos disparates provienen
de exámenes y reválidas de nuestros alumnos presentes y futuros.
En este trabajo miraremos ambas caras del asun-
(Diez Jiménez, 1970, p. 7)
to, pero enfatizaremos en los errores, malenten-
didos y obstáculos que genera el propio docente, Por su lado, en su libro Tapia Rodrı́guez (s/f)
bien sea en su clase o a través del material escri- muestra expresiones similares a las anteriormen-
to, como es el caso de los libros.Para comenzar, te expuestas por Diez Jiménez (1970). A conti-
de seguidas presentamos algunos errores come- nuación se consideran algunas.
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Aristóteles nosotros vemos las cosas particulares por medio del que hay que sustituir, corregir, rectificar”(op. cit.,
conocimiento de lo general el error es posible sin excluir el
p. 124). Estas reflexiones de Vallota (1994), aun-
conocimiento, pues el conocimiento se refiere a lo general, en tanto
que el error alcanza lo particular [negrillas añadidas] (op. cit., pp. que expuestas en el campo de la filosofı́a tienen
139-140).
-si se asume este punto de vista cartesiano- enor-
mes implicaciones para la didáctica.
Tomemos como punto de partida la existencia
En el campo educativo los errores están asocia-
del error aseverada en la manida frase Errare hu-
dos básicamente con la obtención de respuestas
manum est, colocada en el epı́grafe del presente
incorrectas a una cuestión dada o a la aplicación
trabajo.
de métodos inapropiados para la solución de un
problema. No obstante, pudieran asociarse tam-
Vayamos primero a la definición de dicciona-
bién a la comprensión incompleta o imprecisa de
rio. Según el Larousse (1982) “error.es “equi-
un concepto o noción matemática.
vocación”, y tiene como sinónimos: “des-
A los didactas les ha llamado poderosamente la
cuido, inexactitud, errata, falta, lapsus, ye-
atención la consistencia con que algunos estu-
rro, aberración.”Mientras que “malentendido.es
diantes aplican ciertos procedimientos incorrec-
un “equı́voco, mala interpretación, mal enten-
tos, ası́ como la regularidad en la aparición en di-
dimiento, incomprensión.”Por otra parte, un
ferentes poblaciones de ciertos errores. Algunas
“disparate.es un “hecho o dicho disparatado [va-
de estas regularidades son expuestas por Smith
le decir, contrario a la razón].”También signifi-
(1981). Un ejemplo del primer caso es el siguien-
ca “contrasentido y desatino”. Popularmente se
te. Una alumna considera que la figura de la iz-
usan los vocablos gazapo y pifia como sinóni-
quierda tiene 0 diagonales, mientras que la de la
mos de error. A su vez, un obstáculo es un “im-
derecha (la cual es simplemente una rotación de
pedimento”, siendo sinónimos “barrera”, “di-
la primera) posee 4. Esta alumna tiene una con-
que”, “freno”, “valla”, entre otros. Por su lado
fusión entre el concepto de diagonal y el de lı́nea
Vallota (1994) expresa que “hemos de recono-
oblicua. Sin embargo, ella consistentemente apli-
cer que el error es un hecho. ¿Cómo se explica
ca su concepción errónea.
el error? ¿Cómo se justifica? ¿Cómo se lo distin-
gue? ¿Cómo se lo evita, si es evitable? Estos son
los temas que Descartes desarrolla en la Medita-
ción IV”(p. 110).
Profundizando un poco más en la idea carte-
siana sobre el error, Vallota (1994) señala que Figura 3: Un rectángulo y rotación del mismo un
errores. Y son considerados por algunos como para resolver algún tipo de problemas pero que falla cuando se
aplica a otro. Debido a su éxito previo se resiste a ser modificado o
errores sistemáticos. Estos errores los denomina ser rechazado: viene a ser una barrera para un aprendizaje posterior.
Maron (1979) la ley distributiva universal de los Se revela por medio de los errores especı́ficos que son constantes y
resistentes. Para superar tales obstáculos se precisan situaciones
estudiantes. didácticas diseñadas para hacer a los alumnos conscientes de la
Estas situaciones son producto de diversos facto- necesidad de cambiar concepciones y para ayudarles en conseguirlo
(p. 134).
res, entre los cuales están el excesivo uso (¿abu-
so?) de la linealidad, la descontextualización con Continúa diciendo Godino (op. cit.): “observa-
la que se enseñan las funciones (logarı́tmicas, mos que, frente a la teorı́a psicológica que atri-
trigonométricas,...), la falta de significado ma- buye los errores de los alumnos a causas de tipo
temático de la simbologı́a empleada, por sólo ci- cognitivo, se admite aquı́ la posibilidad de que
tar los más resaltantes. Sobre el tema de los erro- tales errores pueden ser debidos a causas epis-
res Brousseau (1994) expresa que: temológicas y didácticas, por lo que la determi-
La epistemologı́a genética ha ofrecido en ese sentido los argumentos nación de este tipo de causas proporciona una
más serios y más cercanos al conocimiento, pero otros trabajos son
primera vı́a de solución [negrillas añadidas]”(p.
necesarios para utilizar sus aportes. Frecuentemente, los errores del
alumno son interpretados por el docente como una incapacidad para 135). La Didáctica Fundamental postula la exis-
razonar en general o, al menos como un error de lógica: en un
tencia de diversos obstáculos:
contrato didáctico amplio, el docente se hace cargo de las
representaciones, del sentido de los conocimientos. Pero, en
condiciones más estrictas, simplemente es llevado a señalar dónde la Ontogenéticos: son debidos a las carac-
respuesta del alumno se contradice con los saberes anteriores,
terı́sticas del desarrollo del niño.
evitando con cuidado todo diagnóstico sobre las causas del error.
Éste, reducido a su aspecto más formal, tiende a convertirse ya sea
Didácticos: resultan de las elecciones
en un “error de lógica “su razonamiento es incorrecto o en la
ignorancia de un teorema o de una definición. (pp. 84-85) didácticas hechas para establecer la situa-
ción de enseñanza.
Notamos aquı́ que el papel del error en el au-
la forma parte intrı́nseca del contrato didácti- Epistemológicos: intrı́nsecamente relacio-
co. Contrariamente a algunas de las ideas an- nados con el propio concepto. Se pue-
tes expuestas los didactas adscritos a la corriente de evidenciar por medio de un análisis
denominada Didáctica Fundamental, Brousseau histórico que tal tipo de obstáculo debe ser
entre ellos, han partido de la noción de obstáculo considerado como parte del significado del
de Bachelard y la han incorporado al campo de concepto.
la didáctica. También aquı́ notamos la génesis de
La idea de obstáculo epistemológico es tomada
una idea didáctica partiendo del campo filosófi-
del filósofo Gastón Bachelard, quien en su obra
co. Si se adopta como herramienta de análisis el
La formación del espı́ritu cientı́fico plantea es-
modelar el sistema didáctico mediante los cons-
ta noción como la explicación para la aparición
tructos aportados por la Didáctica Fundamental,
inevitable de algunos errores.
hay que apelar a la noción de obstáculo en lugar
de considerar la idea de error tal como es toma-
5. El caso de un verdadero disparate (en un
da por otras corrientes de la Educación. Un tra-
texto escolar)
tamiento profundo de esta noción se encuentra
en Astolfi (1999). Aquı́ sólo presentamos algunas A tı́tulo de ejemplo, y como preámbulo para una
ideas de carácter general acerca de dicha noción. discusión más detallada en el presente trabajo de
7
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cemos con un extracto sobre el tema Teorema de tado, prevalecen las representaciones prototı́pi-
Pitágoras tomado de Amelii y Lemmo (1994, p. cas, tanto en la posición del triángulo como en
234), autores cuyos libros han tenido un uso re- la ausencia de relleno. Aunque en descargo de
lativamente extendido. estos autores ellos presentan algunos (muy po-
cos) triángulos en posición no prototı́pica, pero
sin relleno. Una situación similar se presenta en
ás superiores con la noción de ası́ntota. La re-
presentación prototı́pica adoptada por los libros
corresponde generalmente a la consideración de
representaciones gráficas de hipérbolas, caso en
el cual la recta y la curva de la cual ésta es ası́nto-
Figura 6: Extracto de Amelii y Lemmo (1994), p.
ta nunca se cortan. Pero, esto no es parte de la
234
noción de ası́ntota. Para comprobarlo basta el si-
guiente ejemplo.
Como se puede observar, el triángulo mostra-
do posee una base horizontal, aunque en este sen( x )
f : R∗ → R f ( x ) =
caso se rellena no es lo usual en este texto. Sin x
embargo, ya en la siguiente página (y salvo en La representación gráfica de la función y su res-
un anexo de ésta, en todas las páginas siguien- pectiva ası́ntota horizontal se muestran a conti-
malentendido. Y de allı́ al error, hay sólo un pa- una proposición á no son suficientes para garan-
so. Análogamente ocurre con la situación plan- tizar la validez de ésta en general, y ello obliga a
teada referida a las ası́ntotas: las representacio- la realización de una prueba con cierto nivel de
nes prototı́picas generan en muchos casos ma- formalidad, la cual es variable de acuerdo con
lentendidos, y éstos dan frecuentemente paso al el nivel educativo en el cual se esté. La docente
error. Otro caso de mal entendido se genera con muestra que la propiedad que se quiere demos-
el cero. Algunos autores de texto y algunos do- trar es válida para los casos expuestos: ergo lo
centes lo incluyen en el conjunto de los números realizado por ella no es una demostración, sino
naturales; mientras que otros lo excluyen, todo una verificación de algunos casos.
ello sin explicación alguna. El problema se ge-
nera cuando un alumno en un año escolar se le Como la docente hace pasar esta verificación co-
enseña de una de estas maneras y en el siguiente mo si fuese una demostración, estamos ante la
de otra. presencia de un grave error metodológico. Los
alumnos tendrán una idea errónea de lo que es
7. Cuando es el docente el que se equivoca: una demostración, la cual se verá potenciada an-
Entonces, como cuando x < y, se tiene f ( x ) < En general, el común de la población tiene es-
f (y), la función es creciente. casas nociones acerca de las medidas, y en las
En guı́as elaboradas por la misma docente ella pruebas aplicadas por el SINEA fue justamente
reincide en este procedimiento. Si bien es cierto este tópico el que salió peor librado. En SINEA
que la función trabajada es creciente, la demos- (1998a) se reporta, en las Conclusiones, que
tración que se pretende hacer de ello no es tal.
en relación con el tópico de Medida, en ambas pruebas, los alumnos
Sólo ha verificado para unos pocos casos que si se encuentran también en el nivel de No Logro. El análisis de las
respuestas pone en evidencia que no han adquirido los
x < y, entonces f ( x ) < f (y).
conocimientos, ni disponen de las herramientas mı́nimas para
establecer relaciones entre múltiplos y submúltiplos, de cada una de
las unidades de medida contempladas en los programas oficiales (p.
La situación planteada guarda un interés parti-
148).
cular, por cuanto una de las competencias im-
portantes dentro del campo de la á consiste en Esto es lo que se obtuvo al realizar el estudio pa-
ser capaz de realizar demostraciones. Pero, por ra la Primera Etapa de la Escuela Básica (Prime-
otra parte, un precepto básico en las demostra- ros tres años de escolaridad). Si vamos al segun-
ciones es que los casos particulares de validez de do corte, en 6o Grado que marca el final de la Se-
11
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gunda Etapa, los resultados no son más alenta- equivalencia entre hectárea y metro cuadrado.”
dores. Se señala en SINEA (1998b) que “en los (SINEA, 1998b, p. 131) Para la pregunta 4) “el
tópicos Medida y Organización y Representa- manejo de la equivalencia entre el metro y el
ción de Datos, el mayor porcentaje en todos los kilómetro” (op. cit., p. 132). Como puede apre-
Estados se ubicó en el nivel de No Logro.” (p. 29) ciarse las dificultades señaladas para la correcta
Se agrega que solución de los problemas propuestos son esen-
escribe 4-7 = 3, omitiendo el signo menos en la demostraciones erróneas proporcionadas por los
respuesta y proporcionando, por ende, un resul- estudiantes. Además, es necesario hacer una pri-
tado incorrecto; hasta la aparición de expresio- mera distinción entre las fallas de tipo operativo
nes como 3x = 6 = x = 2 en donde la persona y aquellas cuyo origen está en una pobre ad-
emplea de manera incorrecta el segundo signo quisición de conceptos y propiedades. Ambas,
de igualdad, sustituyendo con él la implicación en principio, son cualitativamente distintas. Ası́,
que deberı́a ligar la expresión 3x = 6 con la ex- por ejemplo, retomando la situación reportada
presión x = 2, luego de realizada la operación de por Pimm (1990), ésta se corresponde con una
dividir ambos lados de la primera igualdad por confusión entre dos conceptos matemáticos: el
3. En este ejemplo se nota una pérdida total de de diagonal y el de lı́nea oblicua. Es importante
sentido para el signo de igualdad, ası́ como de destacar aquı́ que la niña en cuestión era absolu-
la propiedad transitiva que posee esta relación. tamente consistente en sus respuestas al emplear
Este tipo de situación la hemos visto repetidas la noción que ella suponı́a era la de diagonal, lo
veces: en un comercial de TV de una cadena de cual fue determinado por el investigador que
ropa; en un juego didáctico presentado en un reporta el caso. Este tipo de errores se suscita
congreso educativo en la Universidad Central como consecuencia de un modelo de enseñanza-
de Venezuela en 2012 y reiteradamente en un an- aprendizaje pobre, de tipo memorı́stico y centra-
tiguo libro de Aritmética Comercial (Iradi, 1874). do en lo operativo, con poca atención hacia lo
conceptual. No se discuten a fondo los concep-
En la situación en la cual falta el signo menos tos, discusión que deberı́a estar acompañada de
precediendo al número 3 la respuesta incorrecta ejemplos y contraejemplos para una mejor com-
podrı́a haber sido originada por un simple “des- prensión de los alumnos.
analiza con más detalle esta situación. Esto últi- cuales son pre-requisito para un conoci-
mo nos indica que también debemos distinguir miento dado.
entre las categorı́as error y malentendido.
Errores debidos a asociaciones incorrectas
o rigidez de pensamiento.
Pero, un asunto más de fondo es el que trata con
la etiologı́a del error; vale decir el estudio de las Errores debidos a la aplicación de reglas o
causas que los originan. Esto conduce indefec- estrategias irrelevantes.
tiblemente a realizar investigaciones profundas
El autor pudo detectar en innumerables ocasio-
cuyos resultados permitan subsanar los errores
nes en cursos de probabilidad y estadı́stica las
y a la vez profundizar en el conocimiento ma-
dificultades que presentaban los alumnos con
temático de nuestros alumnos. Ello a su vez con-
expresiones tı́picas de esta área de las matemáti-
duce a atribuirle a los errores una importancia
cas como “al menos”, “a lo sumo”, en proble-
didáctica que, entre otras cosas, conduzca a di-
mas con enunciado verbal. Corresponden estos,
señar interesantes y novedosas situaciones de
pues, a la categorı́a Errores debidos a dificulta-
aprendizaje para los estudiantes. Por supuesto
des del lenguaje. De la misma ı́ndole son aque-
que la ocurrencia del error y su etiologı́a pueden
llos que ocurren por mala interpretación de la
ser analizadas de diversas maneras, dependien-
simbologı́a como es el caso del mal uso de los
do del lente teórico que se emplee para ello. Sin
cuantificadores por falta de comprensión de los
embargo, un primer paso para su estudio es es-
mismos. Otra clasificación es la propuesta por
tablecer una taxonomı́a de los mismos.
Movshovitz-Hadar y otros (1987). Las categorı́as
cación de errores
Datos mal usados.
¿Tendrán todos los errores las mismas carac-
Lenguaje mal interpretado.
terı́sticas o es posible categorizarlos? Al respec-
to podemos señalar que existen muchas clasi- Inferencia lógicamente inválida.
ficaciones posibles para categorizar los errores.
Teorema o definición distorsionada.
Ya se ha señalado al inicio de este artı́culo que
Diez Jiménez (1970) realiza un procedimiento Solución no verificada.
empı́rico, no muy técnico, para catalogar los
Error técnico.
errores que recopila. Una categorización intere-
sante, desde la óptica de la Teorı́a del Procesa- Ası́, por ejemplo, si un alumno al resolver un
miento de la Información, es la que nos presenta problema sobre rectángulos en el cual no se in-
Radatz (1979, p. 168). Las categorı́as que nos pro- dique el tipo de rectángulo y asuma sin nin-
porciona este autor son las siguientes: guna base que éste es de una clase particular
Errores debidos a dificultades del lenguaje. (rectángulo, equilátero, isósceles, etc.) cae en el
caso de Datos mal utilizados; mientras que el
Errores debidos a dificultades en obtener
caso de la niña que confunde diagonal con lı́nea
información espacial.
oblicua corresponde, de acuerdo con esta clasifi-
Errores debidos a la deficiente maestrı́a cación, a una definición distorsionada.
con herramientas, hechos y conceptos los
14
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recorrida entre los dos?” (Pascual Rodrı́guez, categorı́a Teorema o definición distorsionada.
1957, p. 26).
CASO 4:
La incorrección está en el mal empleo de las uni-
dades por cuanto un nudo es una unidad de
A continuación copiamos textualmente el si-
velocidad (representa una milla náutica por ho-
guiente desarrollo, tomado de un texto elabora-
ra, vale decir 1852 metros por hora), mientras
do por Rincón y Gómez (1994):
que la milla es una unidad de distancia. Esto
convierte al problema en irresoluble.
CASO 3:
3 3∗3
En otra de sus obras (Mendiola, 1991) se reite- ∗3 =
4 4∗3
ra la misma situación: ¿Qué puede decirse? Si
Esta igualdad no es cierta por cuanto
empleamos la categorización de Movshovitz-
3
Hadar y otros (1987) estamos en presencia de la ∗3
4
16
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9
4
9
12 Puede apreciarse, con la selección de extractos
de la obra, los cuales no recogen sino una pe-
equivalente a la original. El mismo error se queña parte de los errores y malentendidos pre-
reitera al tratar de amplificar el segundo suman- sentes en ella, que éstos muestran a las claras
do de la adición planteada. Asimismo, los auto- las profundas deficiencias conceptuales que son
res escriben: transmitidas a los alumnos; el desconocimien-
to en el uso correcto del lenguaje matemático;
3 2 3 ası́ como que el alumno quede con la percepción
+ = ∗3
4 3 4 de que la matemática está compuesta por un
conjunto de afirmaciones, reglas y propiedades
Luego, al escribir lo que citamos en la lı́nea de
autocontradictorias e incoherentes.
arriba, el signo de igualdad está mal emplea-
do ya que el resultado del lado izquierdo evi-
CASO 6:
dentemente no es igual al del lado derecho. Es
sumamente común encontrar este mal empleo
Consideremos otro libro el cual ha sido amplia-
del signo igual en muchos estudiantes, cuando
mente usado por el profesorado venezolano. Se
éstos al realizar operaciones sobre una expre-
trata de una obra de Brett y Suárez (2002) pa-
sión, transformándola, utilizan el signo = como
ra el 9o Grado de Educación Básica (actual 3o de
un conector en lugar del signo ⇒ que simboliza
Educación Media, de acuerdo con la última re-
“implica que” o “se deduce que”.
forma). El libro, de manera similar a otros anali-
zados tiene un sinnúmero de errores conceptua-
CASO 5:
les y de cálculo; malos usos de la nomenclatura
del sistema internacional de medidas y del len-
En esta oportunidad tomamos un texto para guaje matemático; profusión de ambig´’uedades
la Tercera Etapa de Educación Básica. Se tra- y de explicaciones confusas, por sólo citar algu-
ta de una obra de Amelii y Lemmo (2003) pa- nas de las falencias y errores de dicho texto. Al
ra 7o Grado el cual está plagado de situaciones trabajar con los números reales encontramos lo
erróneas. En aras de la brevedad de la presenta- siguiente:
ción lo haremos mediante una tabla.
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Walter O. Beyer K. / Matua Revista Del Programa De Matemáticas I (2014) 1–25 18
Caso (b): Adición de dos números racionales. Dados los números error. Por último, se coloca como conclusión que
racionales 5/3 ; 1/4 , hallar la suma.
los números irracionales forman un conjunto ce-
5/3 + 1/4 = (20 + 3)/12 = 1, 666...; 1/4 = 0, 25
1, 6 + 0, 2 = 1, 8 con aproximación a las décimas. rrado para la adición, lo cual es absolutamente
1, 66 + 0, 25 = 1, 91 con aproximación a las centésimas.
falso, para lo cual basta adicionar cualquier irra-
1, 666 + 0, 250 = 1, 916 con aproximación a las milésimas.
Sin aproximar 5/3 + 1/4 = (20 + 3)/12 = 23/12 (es el valor real) En cional con su opuesto (que también es irracio-
conclusión... La adición de dos irracionales es un racional. (Brett y
nal) lo cual da cero que es un número racional.
Suárez, 2002, p. 24)
En otra parte del texto, se indica: “el dominio de
Como puede apreciarse, en la tercera lı́nea del la función pertenece al conjunto de los números
extracto hay un error de cálculo ya que 23/12 reales”. Hay aquı́ un mal empleo del lenguaje
no es igual a 1,666... El resultado de esta opera- matemático y una falla conceptual al confundir
ción es: 1,91666... Pero, obviando dicho error de la relación de pertenencia con la de inclusión.
cálculo, lo más grave es la afirmación que le si-
gue. La cual se resalta en negrillas dentro de un
recuadro con fondo para hacerla lo más visible CASO 7:
posible y con una mano señalándola. Podrı́amos
darle a los autores el beneficio de la duda y supo-
ner que allı́ hubo simplemente un error de trans-
Consideremos a continuación una situación
cripción y lo que se querı́a decir es que el con-
planteada en un texto para el 6o Grado (Salazar,
junto de los números racionales es cerrado para
Navarro y López, 2000). En la obra en cuestión
la adición. Sin embargo, esto se desvanece al ob-
se proporciona, en la página 165, una informa-
servar lo que sigue en dicha página y que trans-
ción acerca de la preferencia de ciertas frutas por
cribimos a continuación.
parte de los alumnos y se pide construir un dia-
√
Caso (c): Adición de dos irracionales. Dados los irracionales 3; grama de barras y uno de lı́neas para dicha si-
√ √ √
8 , hallar la suma. 3 = 1, 732; 8 = 2, 828
1, 7 + 2, 8 = 4, 5 con aproximación a las décimas. tuación. Seguidamente se presenta la tabla que
1, 73 + 2, 82 = 4, 55 con aproximación a las centésimas. mostramos a continuación:
1, 732 + 2, 828 = 4, 560 con aproximación a las milésimas.
para efectuar un trabajo didáctico profundo, algunas respuestas son un contrasentido, como
más allá de clarificar los conceptos para algún la que señala que los ángulos opuestos por el
alumno que sufra una confusión semejante a la vértice “son los que son iguales, pero desigua-
chica del caso reportado. Ası́, por ejemplo, una les”, ya que algo no puede ser simultáneamente
pregunta que puede surgir es cuántas diagona- igual y desigual; en otros casos ha de realizarse
les tiene una figura dada. ¿Existirá una fórmu- un examen más detallado antes de calificarlas
la o mecanismo para contar el número Dn de como un mero disparate. Por ejemplo, si con-
diagonales de un polı́gono dado el número de sideramos la respuesta dada a la pregunta de
lados? qué es un tetraedro, aunque ésta es incorrecta, ya
que ésta no es la definición de tetraedro, porque
Esta pregunta conduce a la combinatoria. Su- no lo caracteriza; pero, no obstante un tetraedro
pongamos que nuestro polı́gono tiene n lados. cumple con esas condiciones por cuanto presen-
Como cada diagonal queda definida por dos ta cuatro triángulos (cada una de sus caras lo es)
vértices, hemos de calcular las combinaciones y la distancia entre éstos es cero, vale decir son
de n elementos tomados dos a dos: Cn, 2. Pero, equidistantes. En consecuencia, la afirmación de
al hacer esto estamos incluyendo los lados del que hay cuatro triángulos equidistantes en el te-
polı́gono que también están determinados por traedro no es un disparate.
un par de vértices. Hemos pues de calcular el
número Cn, 2 y luego restarle n (el número de A primeras luces es pertinente preguntarse si en
lados). Obtenemos que el número de diagonales un plano o en el espacio se podrı́a crear una
viene dado por: disposición de cuatro triángulos equidistantes y
que tal construcción no sea un tetraedro. Para
n ( n − 1) n ( n − 3) poder estudiar la situación planteada es nece-
Dn = Cn,2 − n = −n
2 2
sario, en primer término, tener clara la noción
Podemos seguir en esta dirección y preguntar- de distancia entre dos conjuntos. Partamos del
nos en cuántas regiones queda dividido nues- plano y construyamos una primera configura-
tro polı́gono si trazamos todas las diagona- ción con tres triángulos equidistantes con dis-
les. ¿Habrá una fórmula general para ello? ¿In- tancia mayor que cero. Para ello consideramos
fluirá el hecho de que nuestro polı́gono sea re- un triángulo equilátero T de lados de longitud d.
gular? ¿Habrá casos en los cuales se intersequen Consideremos además otros tres triángulos (su-
tres diagonales? ¿Podemos evitar esto? ¿Cuáles pongámoslos equiláteros y congruentes) T1 , T2 y
son las condiciones para que ocurra esto último? T3 , los cuales adosamos al triángulo T (ver Figu-
Y ası́, un sinfı́n de preguntas cuyas respuestas ra (13)).
además de acrecentar el conocimiento matemáti-
co permite también adquirir otras destrezas co-
mo la resolución de problemas y las competen-
cias para hacer demostraciones.
Sea T4 un triángulo congruente con los anterio- del triángulo queden sobre las prolongaciones
res. ¿Existirá en el plano una configuración tal de dos aristas del tetraedro incidentes en dicho
que el nuevo triángulo sea equidistante a los tres vértice (ver Figura (16)).
anteriores? El problema planteado es cómo agre-
gar un cuarto triángulo que sea equidistante a Una vez realizado el procedimiento anterior po-
los tres anteriores. demos desprendernos del tetraedro y prescindir
del triángulo T los cuales hemos empleado co-
mo herramientas auxiliares y ası́ hemos logrado
una configuración espacial conformada por cua-
tro triángulos equidistantes (separados por una
distancia no nula). Aunque la configuración en-
contrada no es un tetraedro, curiosamente, nos
hemos apoyado para su construcción en un te-
Figura 14: Interpretación de la construcción desea-
traedro.
da
En diferentes estudios, realizados en Venezue- dos en los libros hay gran presencia de represen-
la, podemos encontrar inventarios de situacio- taciones prototı́picas. En buena parte de las em-
nes similares y algunas otras que no se han presas editoriales ha habido poco interés por la
presentado aquı́ en lo que respecta a los erro- calidad académica de sus productos, notándose
res cometidos por los alumnos. Por ejemplo, en que en diversas ediciones -las cuales se anun-
Beyer (1994, 1999, 2003, 2006), Serrano (2004, cian como revisadas- persisten la mayorı́a de
2005a, 2005b); como también en estudios he- los errores encontrados en las ediciones ante-
chos en otras latitudes, como en Mancera (1998). riores de las mismas. Se nota, pues, poco cuido
La comparación entre diversos estos y otros es- y escaso esmero en la revisión de las obras por
tudios permite aseverar que existe una amplia parte de quienes supuestamente se han ocupado
gama de errores los cuales aparecen con alta fre- de ello dando además la impresión de que no
las situaciones planteadas en el presente traba- pectos didácticos. Puede afirmarse que para las
jo ellas son bastante disı́miles; pero, a pesar de empresas editoriales y para buena parte de los
ello tienen algo en común: hay incorrecciones autores privan sólo el aspecto mercantilista de la
matemáticas presentes en todas y cada una de producción en franco desmedro de los aspectos
Ha existido mucha lenidad en lo que concierne por los docentes de aula como tema de investi-
el sistema educativo del paı́s. Más aún, en un posición, no cualquier libro de texto es necesa-
momento dado incluso dejaron de hacerse las riamente bueno como elemento de apoyo para
revisiones correspondientes. A lo antes señala- el docente en su labor didáctica. éstos deben ser
do hay que agregar que tampoco la comunidad escogidos por el docente de acuerdo con ciertos
académica (matemáticos, educadores matemáti- criterios y asumiendo una postura crı́tica ante
de la educación que el paı́s se merece. [1] Adda, J. Erreurs provoquees par les representations.
CIEAEM 39. Publication Université de Sherbrooke (Ca-
nada). Documento miemografiado, 6 p.
Otro elemento importante es el que tiene que
[2] Allen, M. C. (1970). Two incorrect solutions explored
ver con la concepción que los docentes tienen correctly. The Mathematcs Teacher, 53(3), 257-258.
del error. Se ha mantenido a través del tiempo [3] Alsina, C. (2010). Asesinatos matemáticos. España:
Ariel.
la visión tradicional de penalizar el error tanto
[4] Amelli, Ma . R. y Lemmo, J. (1994). Arco Iris Básico. Ma-
en la formación de los futuros docentes como
temática 9. Caracas: Librerı́a Editorial Salesiana, S. A.
en la praxis de aula una vez que se aborda el [5] Amelli, Ma . R. y Lemmo, J. (2003). Arco Iris Básico. Ma-
campo profesional. A futuro es necesario despe- temática 7. Caracas: Librerı́a Editorial Salesiana, S. A.
[6] Andonegui, M. (1992). Aportes a un marco teórico para
nalizar el error y convertirlo en una oportunidad
el análisis de errores en el aprendizaje de la matemática.
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te generadora de actividades didácticas para el de Matemática de las Regiones Nor-Oriental, Insular y
23
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dagógico de Caracas.
Para citar este artı́culo: Walter O. Beyer K. 2014, ”Los textos escolares y el error en matemáticas”. Dis-
ponible en Revistas y Publicaciones de la Universidad del Atlántico en:
http://investigaciones.uniatlantico.edu.co/revistas/index.php/MATUA.
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