Una manera fácil de recordar la diferencia entre moral y ética es que la moral se aplica a
un grupo, como aquellas costumbres que se deben obedecer para el buen actuar, mientras que la
ética proviene de la reflexión del individuo sobre cuáles acciones son morales y cuáles no.
Ambos conceptos han sido interpretados de diferentes formas históricamente, por diversas
corrientes de pensamiento, e incluso varían según el campo en el que sean empleados (moral en
religión, ética en negocios). En todo caso, esta interpretación de ética y moral es muy común en
la actualidad.
Ética Moral
¿Qué es ética?
La ética se refiere al estudio y análisis de la moral para llegar a un pensamiento propio como
individuo o grupo sobre lo que está bien y lo que está mal. Siendo así, cada persona puede tener
un criterio sobre los hechos que ocurren a su alrededor y comportarse en concordancia con su
pensamiento.
¿Qué es moral?
La moral es el conjunto de valores y reglas definidas por determinado grupo o cultura, que es
común a todos sus miembros. Siendo así, la moral es la que define cómo las personas deben
comportarse en el medio social.
Estas costumbres guían los juicios de cada individuo sobre cómo actuar, muchas veces de
manera inconsciente, de acuerdo con lo que fue previamente aceptado como norma entre
determinado grupo.
Si una persona llega a tener un dilema moral sobre su forma de actuar, desafiando la
moral establecida, puede encontrarse en un momento de reflexión ética sobre la moral de su
sociedad.
La moral es un patrón externo que puede ser proporcionado por instituciones, grupos o por la
cultura a la cual pertenece un individuo. También puede considerarse un sistema social o una
estructura para un comportamiento aceptable.
La ética, a pesar de ser influenciada por la cultura y la sociedad, está conformada por
principios personales creados y sostenidos por los propios individuos.
Consistencia y flexibilidad
La moral es muy consistente dentro de un determinado contexto, pero puede variar entre culturas
o épocas.
Por ejemplo, algo moralmente aceptado en la sociedad de hoy podría haber sido inmoral
en los años 70.La ética es cómo el individuo reflexiona sobre determinada moral, siendo posible
que ciertos eventos modifiquen radicalmente las creencias y valores personales de un individuo.
Gran parte de la confusión entre estas dos palabras viene de sus orígenes. La palabra "ética" viene
del latín ético y se refiere a las conductas, al modo de ser. La palabra moral viene del
latín moralis, que se refiere a las costumbres. Entonces, originalmente, los dos tienen significados
muy similares.
La moral y la ética del individuo se han estudiado filosóficamente desde hace más de mil
años. Sin embargo, la idea de ética como estudio de principios y aquellas condiciones definen y
aplican a la moral es relativamente nueva, datando del siglo XVII.
Por ejemplo: “El código de ética del partido político conservador establece entre sus
preceptos que sus miembros se manifestarán en contra del aborto, sin importar las causas, aun si
el aborto terapéutico ya ha sido aprobado en el país”.
Por ejemplo: “Antiguamente, era inmoral que las mujeres usaran pantalones, pero hoy es
moralmente aceptado”.
LIBERTAD, AUTONOMIA Y HETERONOMIA
(LIBERTAD.)
Qué es la Libertad:
Libertad es la facultad o capacidad del ser humano de actuar según sus valores, criterios, razón y
voluntad.
Asimismo, se utiliza la palabra libertad para referirse a la facultad que tienen los
ciudadanos de un país para actuar o no según su voluntad y lo establecido en la ley.
Por otra parte, el significado de libertad también se relaciona con los términos 'confianza'
y 'franqueza', especialmente, en su forma plural significa osada familiaridad.
Libertad puede indicar también una falta de obligación. Sin embargo, cabe destacar que la
libertad no se refiere a hacer aquello que nos guste de manera inconsciente y egoísta, sino a hacer
lo que se debe por el bienestar propio y común.
Definición de libertad
La palabra libertad viene del latín: ‘Libertas, liberatis’. Ya por aquel entonces se le daba un
significado de permiso. Pero si queremos definir una palabra como éste, no siempre será sencillo
porque tiene diversos matices. Se dice que es la posibilidad que tiene cada individuo para decidir
cómo debe actuar en diferentes ocasiones. Tendrá que valorar los pros, así como los contras hacia
su beneficio. Aunque no solo el suyo propio sino también cara a los que lo rodean.
Libertad es una manera de actuar por voluntad, sin acatar órdenes, pero siempre
respetando la propia conciencia, así como el deber. Aunque pensemos lo contrario, libertad no
siempre es hacer lo que uno quiere, sino lo que debe. Para los filósofos, la libertad era uno de los
grandes bienes que tenía el ser humano. A grandes rasgos, se puede decir que todo aquello que
permite que una persona haga o no algo, es la libertad. Pero también le dará la responsabilidad de
sus actos. Libertad es sinónimo de hacer el bien.
La libertad académica
Vamos a comenzar por la libertad académica, un concepto relacionado con la libertad a partir del
cual aprendemos que todos tenemos derecho a enseñar o incluso a debatir acerca de cualquier
tipo de tema en el que podamos expresar nuestra opinión personal.
De igual manera, también somos libres de realizar cualquier tipo de investigación a través
de la cual se puedan mostrar una serie de resultados que sean los que defiendan nuestra postura
con respecto al tema académico a tratar.
De esta manera, cualquiera que tenga la necesidad de realizar alguno de estos trámites, no
deberá encontrarse con limitación alguna ni censura además de que tampoco será sometido a
juicio siempre y cuando los métodos utilizados entren dentro de la ley y de los derechos que
siempre deberán ser respetados.
La libertad de asociación
Todo ser humano debe ser libre de asociarse y agruparse en función de ideologías, tendencias o
cualquier otro concepto a partir del cual se creen instituciones, partidos políticos, organizaciones
y en general cualquier tipo de grupo siempre y cuando se cumpla la legalidad y no se busque
afectar a otras personas.
La libertad de culto
Todo ser humano debe tener la libertad plena de elegir su religión o incluso no formar parte de
ninguna de ellas. No deberá existir presión en este sentido, y de igual manera también podrá
abandonar la agrupación en el momento en el que lo decida.
Cualquier hombre debe poder disfrutar de la libertad de elección, es decir, de tomar sus propias
decisiones y determinaciones en función de todo lo que acontezca en relación con su vida privada
y pública.
La libertad de expresión
Es quizás el tipo de libertad más reivindicado y que en cierto modo engloba buena parte del resto
de tipos de libertad que podemos ver en esta clasificación.
Evidentemente estamos hablando de que una persona debe tener la libertad que le permita
expresar su ideología independientemente de sus formas.
Básicamente, todos debemos poder expresar nuestros pensamientos y nuestras ideas, pero
en cualquier caso es importante tener en cuenta que la libertad de expresión tiene un límite que no
se debe rebasar, es decir, es respetable siempre y cuando cumpla con las normas básicas tanto de
convivencia como de respeto hacia el resto de la sociedad.
La libertad de manifestación
Todo el mundo debe ser libre para expresar su opinión, y de la misma manera, también debe tener
la libertad de poder manifestarse contra aquello que considere negativo para sí mismo o para su
entorno, no habiendo restricción o censura a su expresión.
Como ocurre en el resto de tipos de libertad, es esencial que tengamos en cuenta que la
libertad de manifestación también alcanzará su límite en el momento en el que afecte a la libertad
de otras personas. De esta forma, todos vamos a poder manifestarnos siempre y cuando no
afectemos a la libertad de otros. Un buen ejemplo de concepto erróneo de libertad de
manifestación es cuando se crea la figura conocida popularmente como piquete informativo que
teóricamente tendría como objetivo informar de las razones por las que se lleva a cabo la
manifestación, pero que, a la hora de la práctica, lo que hace es amenazar, coaccionar o incluso
llegar a agredir a las personas que, por elección libre y personal, no quieren secundar dicha
manifestación. En este caso, la manifestación pierde valor debido a que no se respeta la libertad
del resto de personas.
La libertad de movimiento
La libertad de movimiento se refiere a que todo ser humano debería poder moverse con libertad
dentro del planeta, independientemente del sitio, con independencia de las creencias e
independientemente de cualquier tipo de concepto.
Eso sí, esto siempre implica que esa persona deberá respetar en todo momento las normas
exigidas por las autoridades de cada uno de los lugares a los que se desplace, entre los que
destacan la documentación y permisos tanto para entrar como para salir de los países.
La libertad de opinión
En cuanto a la libertad de opinión, evidentemente se refiere a que todos los seres humanos
debemos tener la libertad que nos permita discutir cualquier punto de vista en relación con
cualquier tipo de tema, teniendo derecho a una postura diferente.
En este caso también debemos tener muy claro que hay un límite que no debemos pasar
ya que siempre es imprescindible respetar la libertad de los demás, de manera que no podemos
expresar una opinión si esta entra en conflicto con los derechos de otro ser humano, animal, u
objeto protegido por la ley o por la propia sensatez.
Básicamente estos son los principales tipos de libertad que es importante que conozcáis. Eso sí,
como podéis observar, lo que hemos hecho es ofreceros un resumen y una clasificación bastante
simple con el objetivo de que entendáis de forma generalizada cada uno de ellos, de manera que
ahora os aconsejamos que comencéis a profundizar y a analizar cada uno de los indicados o, al
menos, los tipos de libertad que os resulten más interesantes o relevantes en la actualidad.
En cualquier caso, es necesario que nos demos cuenta de que la libertad es una parte esencial en
el ser humano, de manera que todos y cada uno de los elementos relacionados con ella y de todos
estos tipos y clasificación, deberán ser respetados y defendidos por todos y cada uno de nosotros
si queremos garantizar un futuro con derechos en los que el respeto de la mayoría prime por
encima de los privilegios de una minoría.
Otros tipos de libertad
Libertad externa: Este tipo de libertad respeta totalmente las leyes, así como las
costumbres. No habrá ningún estímulo exterior que impida cumplir con este tipo de
libertad. Actuaremos como cada uno crea conveniente según esta libertad.
Libertad interna: En este caso, cada persona tomará las decisiones que considera
oportunas. En este caso hablamos de un tipo de libertad que es moral y que nadie puede
interferir en ella, solo nosotros mismos.
Qué es Autonomía:
La autonomía de un vehículo, por otro lado, es el recorrido máximo que es capaz de efectuar sin
necesidad de repostar. Por ejemplo: “Este coche tiene una autonomía de 600 kilómetros”.
La palabra autonomía procede del latín autonomĭa, y esta a su vez del griego αὐτονομία
(autonomía), formada por αὐτός (autós), que significa ‘mismo’, y νόμος (nómos), ‘ley’ o
‘norma’.
Autonomía personal
La autonomía como capacidad se refiere al conjunto de habilidades que cada persona tiene para
hacer sus propias elecciones, tomar sus decisiones y responsabilizarse de las consecuencias de las
mismas. La autonomía se aprende, se adquiere mediante su ejercicio, mediante el aprendizaje que
proviene de uno mismo y de la interacción social. Se trata, así pues, de un ejercicio directo de las
propias personas y desde su propio control que se aprende.
La autonomía como derecho hace referencia a la garantía de que las personas, al margen de sus
capacidades, puedan desarrollar un proyecto vital basado en su identidad personal y tener control
sobre el mismo. En el caso de personas con grave afectación, el ejercicio del derecho a su
autonomía suele ser indirecto, es decir mediado por otros y a través de los apoyos precisos.
La heteronomía es un concepto filosófico que define la condición de la voluntad que se rige por
imperativos que no son propios, sino que proceden de agentes externos. En este sentido, es
un concepto opuesto a la idea de autonomía. Es importante no confundir este concepto con la
heteronimia, que es un término lingüístico que identifica la relación entre dos palabras de
orígenes etimológicos distintos, por ejemplo, caballo y yegua.
La autonomía universitaria es uno de los principios por los que se rigen muchas universidades.
Expresa que los aspectos organizativos y de gestión se llevan a cabo de manera independiente de
otros organismos y entidades, por ejemplo, el poder político.
La autonomía no es una capacidad única y fija. No es una cuestión de todo o nada. Depende de
la competencia de cada persona (cognitiva y emocional) para actuar o decidir pero también de la
situación o tarea (del riesgo que conlleve para la propia persona o para los demás) y del entorno
(de los apoyos que tenga). Por eso las personas con deterioro cognitivo pueden y deber tener
oportunidades y apoyos para seguir tomando decisiones para las que todavía tengan capacidades.
Las personas cuyas competencias para la toma de decisiones están muy mermadas (deterioro
cognitivo muy severo, trastorno mental severo…), necesitarán ser representadas por otros para
gestionar aspectos elementales de su vida. La autonomía se entiende también como derecho y
siguen teniéndolo. En estos casos el ejercicio de la autonomía es indirecto y se hace efectiva a
través de los otros –familia, allegados, profesionales-.
Capacidad para actuar por uno mismo, para ser principio de las propias acciones, sin dependencia
de otros. Tanto el proceso educativo como el proceso de socialización se orientan, en general, a
desarrollar la autonomía con unas características que varían de una cultura a otra y aun de un
medio social a otro. En la teoría de Beck, dimensión de la personalidad que incluye actitudes y
creencias que implican una consideración muy elevada de la independencia, la libertad de acción,
la autodeterminación y el logro de metas propias.
(Heteronomía)
Significado de Heteronomía
Este término se emplea en área de la filosofía ética con el fin de diferenciar a aquellas
personas que desarrollan sus vidas bajo un conjunto de reglas que les han sido impuestas y que
cumplen, en muchos casos, en contra de su voluntad, pero con el fin de ser aceptado o integrar un
grupo social.
Se le atribuye este término al filósofo Immanuel Kant, quien se dedicó a investigar la voluntad
de las personas y las segmentó en dos ramas: la razón (autonomía) y la inclinación (heteronomía).
De esta manera, Kant procuró entender el comportamiento de los individuos que siguen las
normas, leyes y costumbres que caracterizan y rigen a las diversas sociedades a las que
pertenecen, que, según él, son individuos que pierden su libertad e independencia porque su
comportamiento no sigue su propia razón sino una voluntad externa.
Por lo general, las personas adoptan una postura sumisa para poder seguir y cumplir, en la
medida de lo posible, los modelos de vida estandarizados. Sin embargo, romper esas reglas para
expresar su voluntad no es tan fácil como puede parecer y, de hacerlo, se estaría hablando de
autonomía.
Por tanto, cuando se hace referencia a la heteronomía se está señalando una acción que se lleva a
cabo, no por voluntad propia, sino por medio de una influencia externa. Esto ocurre cuando una
persona toma una decisión que le corresponde a un individuo, en consecuencia son decisiones
intervenidas por otros.
Ahora bien, autonomía indica la capacidad que tienen los individuos para tomar sus propias
decisiones o imponerse un conjunto de reglas de manera independiente y sin la influencia de
otros. La autonomía implica un proceso de maduración y desarrollo integral individual.
Ejemplos de heteronomía
Existen diferentes ejemplos de heteronomía, pues se trata de algo que experimentamos los seres
humanos desde muy temprana edad.
En ese instante el niño debe cumplir el llamado de atención y cumplir con lo que se le ha
solicitado, es decir, actuar desde la postura de la heteronomía y sumisión.
Otro ejemplo común, es cuando un grupo de personas está pendiente de las últimas tendencias de
la moda y hace lo posible por seguirlas y vivir y expresarse según los estilos propuestos.
También, caben dentro de los ejemplos de la heteronomía aquellos casos en los cuales las
personas llevan un estilo de vida que no es precisamente el que más les agrada, pero lo hacen a
fin de conseguir el reconocimiento social y seguir los modelos impuestos que se consideran
éticos, políticos y religiosamente correctos.
Según dicho filósofo la heteronomía es la conducta que presenta la persona y que no la controla,
al menos no de forma consciente y por el contrario dicho control viene de un elemento externo,
esto implica el dejar la moral de lado ya que como dijimos no existen voluntad en los actos de los
individuos, el mismo filósofo afirmó que este tipo de comportamiento es el opuesto a la
autonomía. Se conoce a la “Filosofía de Kant” y en la cual afirma que la voluntad de las personas
se rigen en base a dos principios que son: la razón o la inclinación, cuan do hablamos de la
primera entonces las acciones tienen origen en la voluntad propia de la persona, pero cuando
ocurre el segundo caso entonces el comportamiento se ve determinado por otros factores como
los “apetitos sensibles”.Ejemplos de heteronomía:
1. Usar prendas de vestir que están de moda y que solo aparecen en revistas.
3. Ver un partido de fútbol como consecuencia de un fanatismo ciego y promovido por los
medios de comunicación.
5. Unirse a una actividad aunque sea peligrosa solo porque los amigos lo hacen.
Ya nacido, el niño demanda compañía, estimulación y atenciones que no podría proveerse por sí
mismo. Así crece, y atraviesa niñez, pubertad y adolescencia hasta llegar a ser adulto. En esta
etapa es adecuado esperar que desarrolle un estilo de ser propio y cierta autonomía.
Sin embargo, por genética, arquetipos, aprendizaje o voluntad, puede verse que muchas personas
luego de cruzar la barrera de los 30 años, muestran dificultad en independizarse mental,
emocional y materialmente. Continúan viviendo con sus padres u otros parientes, o ya lejos de
ellos, buscan su opinión y apoyo para tomar decisiones a veces simples e intrascendentes.
¿Qué es la autonomía? Para mí, es la capacidad y disposición a pensar, elegir y actuar de manera
independiente, sin experimentar ansiedad o culpa. La autonomía se expresa en conductas
concretas como realizar actividades de autoatención, visitar lugares sin requerir compulsivamente
la presencia de otros, comprar productos o servicios sin esperar aprobación de otros, manejar la
soledad adecuadamente si fuese necesario o rechazar una invitación grata pero prescindible.
La autonomía es una forma de libertad, que revela alta autoestima, pues revela confianza en uno
mismo, sentido de control de la propia vida y madurez psicológica. Puede asociarse con la
autenticidad en el sentido de que la persona con autonomía ejerce su libre albedrío sin la urgencia
de caer bien o complacer a otros, en detrimento de sus deseos y necesidades reales.
La autonomía nos lleva a vivir por leyes personales, por una ética que dicta lo correcto, lo sano,
lo adecuado, lo necesario. Nos dota de congruencia, nos aleja de tener que asumir deberes
indeseados e innecesarios, y de quedar comprometidos por los favores que nos han hecho. La
autonomía es maravillosamente liberadora.
La autonomía tiene muchas ventajas, pues aumenta nuestra seguridad personal, reduce la
ansiedad de la soledad, y marca distancia a los abusadores, controladores y entrometidos.
Para desarrollar autonomía, puede serle útil seguir las siguientes sugerencias:
Tenga claro que no debe usted pedir permiso para vivir a su manera. Es un individuo único, con
vida propia, y aunque seguramente tiene mucho por agradecer a quienes lo han apoyado, o vive
con su familia, no está obligado a aceptar presiones ni chantajes. Nada, excepto su propia
elección, puede llevarlo a ser, hacer o tener algo diferente a lo que ha decidido ser, hacer y tener.
Toque su propia música y báilela como usted desee, aunque asegúrese de no lastimar
deliberadamente a las personas que le rodean.
EL MANEJO DE LAS EMOCIONES EN LAS INTERACCIONES HUMANAS
Comúnmente definimos a las emociones como malas, buenas, positivas o negativas. Si hablamos
de alegría, gozo, felicidad o amor por lo regular los denominamos como buenas o positivas y si
hablamos de enojo, tristeza o frustración, comúnmente las denominamos como negativas. La
realidad es que solo son emociones y todas ocurren dentro de una misma persona, podemos sentir
alegría por compartir tiempo con nuestros amigos y después sentir tristeza por la pérdida de una
persona, oportunidad y objeto de gran valor para nosotros. Así que clasificar las emociones les
coloca una etiqueta que no es útil para nadie, porque se convierten en deseables o indeseables y
sólo se viven, se sienten de acuerdo con las circunstancias que rodean a una persona.
Pretender negarse las emociones indeseables con estrategias como "sonríe aunque por
dentro estés triste para que nadie lo note", "no te enojes las niñas buenas no lo hacen" o "no llores
porque eso denota debilidad", solo agrava las sensaciones y no se resuelve saludablemente
aquello que se está viviendo.
Los duelos son situaciones que pueden llegar a ser traumatices, ya que representan la pérdida de
alguien o algo que tiene un lugar importante para nosotros. Vernos sin la persona, el objeto o la
circunstancia a la que damos gran valor, nos puede generar miedo, ansiedad y sensación de
desamparo, por lo tanto, ¿no es natural sentir tristeza y llorar?, ¿por qué no hacerlo, por qué no
aceptarlo? Un duelo no es más o menos importante, si no, no sería tal. Debido a lo anterior, no
debemos minimizar lo que se siente, ya sea en nosotros mismos o en la vivencia de alguien más.
Otras experiencias inherentes a la pérdida son el coraje, la frustración, incluso, la ira y no debería
tampoco ser descalificada o reprimirse. Externar lo que se siente es los más sano que podemos
hacer.
La expresión adecuada de las emociones es el ejercicio que falta por aprender, porque no solo se
trata de manifestarlas, sino cómo y para qué lo hacemos. Por ejemplo, la tristeza permite la
introspección y reflexión para conocer lo que estamos necesitando. El coraje nos hace movernos,
resolver y cambiar nuestras circunstancias. El miedo es una alerta que avisa que debemos analizar
lo que ocurre y decidir qué es lo que más nos conviene.
Sufrir es la consecuencia de permanecer más de la cuenta sin resolver, sintiendo tristeza. La ira
puede ser destructiva y auto destructiva si se vuelve rencor. Guardar rencor hace mucho daño,
tanto emocional como físico.
Cuando comprendes lo que te ocurre te ayuda a tener acceso a identificar tus sentimientos y
emociones para ponerles nombre y recurrir a ellas como medio para interpretar y orientar tu vida.
Demasiadas personas tienen dificultad para estar en el presente y pasan del pasado al
futuro. Esto es, recordar lo que han estado viviendo y pensar en lo que vivirán, sin disfrutar del
momento actual.
Te detallo la información que te traen cada una de las seis emociones básicas que tenemos
Asco – Rechazo
Enfado – Invasión de límites
3. Autonomía emocional
Después de tomar conciencia (pauta 1), identificar las emociones (pauta 2), buscamos autonomía
emocional (pauta 3). La autonomía emocional te ayuda a gestionar y actuar para conseguir tu
mayor beneficio usando tus propios recursos internos.
¿Qué está pasando hoy en día con las emociones en el nuevo entorno virtual?
En el siglo XXI vivimos con más incertidumbre que en el siglo XX porque las aguas rápidas en
las que nos movemos hace que haya actos que no podemos controlar. Incluso hay personas que
tienen dificultad para encontrar palabras para expresar determinadas emociones o sentimientos.
La dificultad se percibe más si cabe en el entorno de los jóvenes. Ellos han adoptado la manera de
expresarse a través de imágenes.
QUERERTE
VALORARTE
RESPETARTE
LA INFLUENCIA DE LAS CICUNSTANCIAS EN LAS INTERACCIONES HUMANAS
La circunstancia es una situación o contexto que nos permite entender el sentido de una acción o
expresión. Cuando uno pide entender las circunstancias antes de juzgar a una persona, se refiere a
que hay algo que puede explicar por qué esa persona actuó de ese modo o por qué dijo lo que
dijo. La importancia en ética de la circunstancia es que ayuda a pensar cómo es que los valores,
los juicios y las acciones tienen que ver con contextos específicos. En otras palabras, las acciones
éticas no ocurren en el vacío, sino en situaciones determinadas.
El término circunstancia tal como lo formula Ortega y Gasset, posiblemente en respuesta a sus
lecturas de Dilthey, y antecede a los conceptos de “circunmundanidad” (Umwelt) de Heidegger
(El importante resaltar que el concepto de Heidegger remiten a las investigaciones biológicas del
medio ambiente o nicho, en tanto se quiso explicar cómo se vinculaba la especie con su medio
(véase el trabajo pionero de Jakob von Uexküll).) y el “mundo de la vida” (Lebenswelt) planteado
por Husserl. Como puede verse en la definición brindada por el diccionario Ferrater Mora, se
entiende por circunstancia la “suma” de la persona (se entienda como “yo” o “sujeto”) más el
espacio orgánica e inorgánico, así como el histórico y social (aunque estos dos últimos no son
mencionados en la cita). A esta suma le llamamos “mi vida”. El uso del término vida no hace
referencia a la vida biológica (mecánica), sino al de la existencia humana: amigos, metas,
tradiciones, creencias e ideas. Ortega y Gasset cree que no sólo somos una conciencia (un alma
encerrada en un cuerpo), sino que cuando queremos hablar de nosotros como algo específico, es
fundamental que agreguemos la situación y el tiempo concreto e histórico (sub specie instanti) en
el que se desarrollan nuestras propias vidas. Para citar al filósofo español:
El hombre rinde al máximum de sus capacidades cuando adquiere la plena conciencia de sus
circunstancias. […]
Hemos de buscar a nuestra circunstancia, tal y como ella es, precisamente en lo que tiene de
limitación, de peculiaridad, el lugar acertado en la inmensa perspectiva del mundo. No
detenernos perpetuamente en éxtasis ante los valores hieráticos, sino conquistar a nuestra vida
individual el puesto oportuno entre ellos. En suma: la reabsorción de la circunstancia es el destino
concreto del hombre. […]
Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo. Benefac loco illi quo natus
es [“Beneficia al lugar en que has nacido”], leemos en la Biblia. Y en la escuela platónica se nos
da como empresa toda cultura, ésta: ‘salvar las apariencias’, los fenómenos. Es decir, buscar el
sentido de lo que nos rodea. (José Ortega y Gasset, Meditaciones del Quijote, comentario de
Julián Marías. Revista de Occidente, Universidad de Puerto Rico, Madrid, 1957, pp. 34-35, 42-
43.)
En estas palabras Ortega y Gasset no sólo dice que el ser humano tiene una situación específica
que lo explica, es decir, lo contextualiza. También deja en claro que la tarea de cada uno es la de
comprender sus circunstancias, y no dejarnos seducir por los valores e ideas que se presentan
como intemporales o hieráticos. El hombre tiene que aprehender el sentido que se esconde en su
situación individual para comprenderse realmente.
Hay que tener en cuenta que las relaciones interpersonales nos permiten alcanzar ciertos objetivos
necesarios para nuestro desarrollo en una sociedad, y la mayoría de estas metas están implícitas a
la hora de entablar lazos con otras personas. Sin embargo, es también posible utilizarlas como un
medio para obtener ciertos beneficios, tales como un puesto de trabajo; incluso en esos casos,
existen más razones que el mero interés material, aunque suelen ignorarse a nivel consciente.
Por eso, los psicólogos insisten en que la educación emocional es imprescindible para facilitar
actitudes positivas ante la vida, que permiten el desarrollo de habilidades sociales, estimulan la
empatía y favorecen actitudes para afrontar conflictos, fracasos y frustraciones. La intención es
promover el bienestar social.
¿Qué es lo que te gustaría obtener de esta situación? Imagina que te invitan a un cumpleaños
donde solo conoces a dos personas. Si, por ejemplo, te propones entablar conversación con otras
dos, estarás orientada y sabrás qué hacer. Esta actitud te sacará de la pasividad y aliviará el
miedo. Decide qué te apetece realmente y no te dejes llevar, cuando dependes de tu entorno
aparecen síntomas de estrés: el cuerpo se tensa, el corazón se acelera…
En ocasiones nos cuesta porque hemos sido educados para actuar de forma pasiva, haciendo “lo
que debemos” en cada situación, en lugar de lo que nos apetece. Cuando conocemos a alguien o
nos encontramos con una nueva situación social, solemos preguntarnos ¿qué debo hacer? En
lugar de ¿qué me apetece hacer?. Cambia el chip.
3.- Aprende a escuchar.
Dar consejos refuerza el ego de quien los da, pero no suele ayudar a quien los recibe. Escuchar
hace que nuestro interlocutor salga de su soledad, que sienta que lo acompañamos genuina-
mente. Además, ser escuchados es muy agradable e incluso terapéutico.
La empatía nos permite ponernos en lugar del otro sin dejar de ser nosotros mismos.
¿Has oído hablar de las neuronas espejo? Según el Dr. Jean Decety, de la Universidad de
Chicago, experto en el estudio de la empatía, las neuronas espejo hacen que, de forma
involuntaria, imitemos a nuestro interlocutor. No solo sentimos e imitamos lo que la otra persona
siente cuando adopta una postura específica, sino que también podemos adivinar sus
sentimientos e intenciones.
¿Por qué no? Cuando actuamos con confianza somos mas libres, más auténticos, mas creativos y
eso genera mas confianza.
Lo contrario de la confianza es el miedo, que hace que creemos una máscara tras la que
intentamos mantenernos ocultos para evitar el peligro. No somos nosotros mismos. Volviendo a
al concepto de la sincronía emocional, el miedo hace que nuestro interlocutor también esté tenso
y no se sienta a gusto.
6.- Obsérvate.
De nuevo, entra contacto contigo misma. Cuanto mas analices tus mecanismos emocionales y
como influyen en los demás, más capaz serás de identificarlos en otras personas a la hora de
interacturar.
Se trata de tomar las riendas y actuar de acuerdo con tus verdaderos deseos y valores, de que seas
consciente de la tremenda influencia positiva que puedes ejercer sobre ti misma y sobre otras
personas.
Referencias consultadas: