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AÑO DE LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD

ESPECIALIDAD EMERGENCIAS Y
DESASTRES II

TEMA:DIABETES MELLITUS
DOCENTE: DRA. MARTINA OBANDO Z.
ALUMNA:KARINA MILAGROS ARRIETA LEDESMA
SEMESTRE:II
2019

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Presentación
Cada día es más notorio el impacto de la atención a las personas con diabetes y la

evidencia de que la educación diabetológica es esencial en su abordaje terapéutico; por

ello, con esta monografía se

pretende incrementar el grado de confianza del profesional de enfermería en su trabajo

diario, lo que revertirá en una atención más eficiente para las personas con esta

afección crónica.

La monografía supone una línea abierta a la mejora continua de los procesos

asistenciales, línea en la que hemos querido incorporar un marco metodológico

específicamente adaptado al proceso enfermero. Creemos que esta necesidad surge

del papel primordial que los enfermeros ejercemos como cuidadores y como

educadores, sobre todo, en lo que corresponde a la atención de procesos crónicos y

muy especialmente en la Diabetes Mellitus (DM).

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Introducción

La misión enfermera despierta en esta con el fin de ofrecer a las personas que padecen
este proceso crónico una mejora en la continuidad de los cuidados que proporcione
unos conocimientos satisfactorios con la práctica de hábitos saludables, el desarrollo
de autocuidados y el manejo efectivo del régimen terapéutico; cuyo resultado sea el
buen control de la enfermedad y mejore la calidad de vida de las personas y familias
evitando las complicaciones tardías de esta enfermedad.

Con el fin de alcanzar a todas las personas con Diabetes atendidas en las consultas de
enfermería, pensamos que es de rigor clasificarlas en las que debutan con la DM y en
aquellas otras personas que se encuentran en fase de mantenimiento o de seguimiento
de la enfermedad; por ello se recomienda asistir con esta guía a todas ellas,
dependiendo de la situación en la que se encuentren con el fin de que sean evaluadas
o reevaluadas.

Este motivo, entre otros, nos hace tener en cuenta los aspectos sociales y psicológicos
en relación con la enfermedad crónica y el contexto donde se va a poner en práctica la
Guía básica de enfermería para personas con diabetes en Atención Primaria. De ahí
que pasemos a continuación a señalar algunas características de la ciudad y del grupo
social de convivencia.

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DIABETES MELLITUS

ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA
El páncreas es un órgano alargado (12-15 cm de largo) y aplanado, que pesa hasta 100
gramos. Su color es gris-amarillento, o rosado si está en actividad. Está localizado
transversalmente en la parte dorsal del abdomen, detrás del estómago.
Aunque de forma artificial, el páncreas se divide en tres segmentos: cabeza, cuerpo y
cola.
La cabeza es el lado derecho del órgano (la parte más ancha). Presenta una hendidura
que delimita un pequeño lóbulo denominado gancho pancreático, y se encuentra en la
curvatura del duodeno (la primera porción del intestino delgado), relacionándose por
detrás con el eje vascular aorto-cava y vena porta. La arteria y la vena mesentéricas
superiores pasan entre el cuerpo y el gancho pancreáticos.
El cuerpo del páncreas es la parte cónica izquierda, y se extiende ligeramente hacia
arriba. La cola es su final, y termina cerca del bazo.
El cuerpo y la cola se relacionan sucesivamente con el riñón izquierdo y el bazo.

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EL PÁNCREAS.

Se puede clasificar como glándula endocrina y glándula exocrina. El páncreas del adulto
consiste en una cabeza, un cuello y una cola. La proporción endocrina del páncreas,
consiste en un millón de acúmulos de células que se denominan islotes pancreáticos o
islotes de Langerhans.

Hay cuatro tipos de células que se encuentran en estos agrupamientos.

· Células alfa (también denominadas células A), que segregan la hormona glucagón. El
glucagón tiende a incrementar los niveles de glucemia, estimulando la conversión de
glucógeno en glucosa en las células hepáticas. También estimula la gluconeogénesis
en las células hepáticas.

· Células beta (células B), que segregan la hormona insulina. La insulina tiende a
favorecer el movimiento de glucosa, aminoácidos y ácidos grasos de la sangre a los
tejidos.

· Célula delta (células D), que segregan la hormona somatostatina. La somatostina


afecta a diferentes tejidos del cuerpo, pero su principal papel parece ser regular las
otras células endocrinas de los islotes pancreáticos. Ésta inhibe la secreción de
glucagón, insulina y polipéptido pancreático, así como la secreción de la hormona del
crecimiento por la hipófisis anterior.

· Células polipéptidos pancreáticas (células F o PP), que segregan polipéptido


pancreático, el cual influye en algún grado en la digestión y en la distribución de las
moléculas alimentarias.

Los islotes están infiltrados por capilares sanguíneos y rodeados de agrupamientos de


células que reciben el nombre de acinos, que forman la parte exocrina de la glándula.

El glucagón y la insulina son las secreciones endocrinas del páncreas y se relacionan


con la regulación de concentración de azúcar en la sangre.

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Glucagón

El producto de las células alfa es el glucagón, una hormona cuya principal actividad
fisiológica es aumentar la concentración de azúcar en la sangre. El glucagón logra esto
por medio de la aceleración de la conversión glucógeno en el hígado hacia glucosa
(glucogenólisis) y de la conversión en el hígado de otros nutrientes, tales como
aminoácidos, glicerol y ácido láctico.

El hígado entonces libera la glucosa hacia la sangre y aumenta las concentraciones de


azúcar sanguínea. La secreción del glucagón, está directamente controlada por las
concentraciones de azúcar en la sangre por medio de un sistema de retroalimentación
negativa. Cuando las concentraciones de azúcar en la sangre disminuyen por debajo
de los valores normales los elementos sensibles químicamente en las células alfa de
los islotes estimulan a la célula para secreten glucagón. Cuando la azúcar de la sangre
aumenta, las células ya no se estimulan y se suspende la producción. Si por alguna
razón el instrumento de retroalimentación falla y las células alfa secretan glucagón
continuamente, pueden aparecer hiperglucemia. El ejercicio y las comidas (con alto
contenido proteico absoluto) aumentan las concentraciones de aminoácidos en la
sangre pueden hacer que se provoque un aumento en la secreción de glucagón.

Insulina

Las células beta de los islotes producen la hormona insulina, la cual actúa para
disminuir las concentraciones de glucosa en la sangre. Su principal acción
fisiopatológica, es opuesta a la del glucagón. Esta se presenta de varias maneras:
Acelera el transporte de glucosa desde la sangre hacia las células, en especial las fibras
del músculo esquelético. La glucosa que entra hacia las células depende de la
presencia de receptores en la superficie de las células blanco, también aceleran la
conversión de glucosa a glucógeno, también disminuye la glucogenólisis y la
gluconeogénesis, estimula la conversión de glucosa o de otros nutrientes o de ácidos
(litogénesis) y ayuda a estimular la síntesis de proteínas.

La regulación de la secreción de insulina al igual que la secreción de glucagón está


directamente determinada por la concentración de azúcar en la sangre.

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Efectos fisiológicos de la insulina

La insulina controla el consumo y la movilización de compuestos energéticos en el


estado postprandial, gracias a sus diversos efectos sobre las células sensibles a la
hormona. Su efecto central es permitir la entrada de glucosa a las células, en particular
del hígado, tejido graso y músculo, para su utilización ya sea en la vía oxidativa, en la
cual da lugar a energía, agua y dióxido de carbono, o no oxidativa, en la que la glucosa
es almacenada como glucógeno hepático o muscular.

Durante los períodos de ayuno el hígado libera grandes cantidades de glucosa,


independientemente de la presencia de insulina, pero después de una comida, la
absorción intestinal de carbohidratos hace que las concentraciones de glucosa en
sangre aumenten con rapidez y ello estimula la secreción pancreática de insulina.
Gracias a la actividad hormonal, los adipocitos, las células musculares y los hepatocitos
captan la glucosa sanguínea y al mismo tiempo, se inhibe la secreción de glucagón, de
modo que disminuye la liberación hepática de glucosa.

Sobre otras formas de moléculas energéticas almacenadas, la insulina tiene un papel


predominantemente anabólico o ahorrativo. Es el caso de las proteínas y de los lípidos
del tejido graso. Gracias a la acción de dicha hormona, los triglicéridos circulantes se
fraccionan por acción de la lipoproteinlipasa liberando glicerol y ácidos grasos libres. A
su vez, en el tejido adiposo, la hormona bloquea la ruptura de triglicéridos por parte de
la lipasa sensible a hormonas, y favorece la síntesis de los mismos a partir de ácidos
grasos y glicerol (efecto lipogénico).

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Además, la insulina favorece el transporte de aminoácidos al interior de las células,
estimulando de manera indirecta la síntesis de proteínas; tal fenómeno tiene lugar en
los hepatocitos, las células del
músculo esquelético y los
fibroblastos. De otro lado, al
menos cuatro diferentes sistemas
de transporte de aminoácidos se
activan en presencia de insulina y
esta hormona disminuye la
actividad lisosomal, disminuyendo
el catabolismo intracelular de las
proteínas en las células
musculares y hepáticas .

Efectos fisiológicos de la insulina

 El transporte de glucosa a las células


 La captación hepática de glucosa
 La captación celular de aminoácidos
 La síntesis de proteínas

 La síntesis de triglicéridos en los adipocitos


 La neo glucogénesis hepatica
 La glucógenolisis hepática y muscular

 La cetogénesis
 La lipólisis en los adipocitos

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REGULACIÓN DE LA GLUCEMIA.
La insulina y el glucagón, dos de las principales pancreáticas, tienen efectos
antagónicos (opuestos) sobre la glucemia

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TRANSPORTADORES DE GLUCOSA

El transporte de glucosa hacia el interior de las células depende de la presencia en la


membrana celular, de moléculas transportadoras de la misma. Hasta la fecha se han
descrito dos grandes tipos de transportadores, unos dependientes del sodio, que están
presentes sobre todo en las células del intestino y el riñón; su principal característica es
la de transportar glucosa contra un gradiente de concentración, en virtud a un
mecanismo de transporte activo.

La otra gran familia de transportadores comprende al menos cinco tipos diferentes de


proteínas denominadas GLUT, que movilizan la glucosa mediante procesos de difusión
facilitada y tienen una amplia distribución en los tejidos: De estas moléculas, la más
importante en la homeostasis de la glucosa es la proteína GLUT-4, pues no sólo es la
principal molécula con capacidad para responder a la insulina, sino que, a diferencia de
los demás transportadores de glucosa, es almacenada en el interior de las células y en
presencia de insulina se incrementa su translocación a la membrana celular.

FISIOPATOLOGÍA DE LA DIABETES MELLITUS

El desarrollo de alteraciones del metabolismo de la glucosa, está relacionado bien sea


con la deficiencia de la acción insulínica, con la secreción de dicha hormona o aparece
por efecto de la combinación de las dos. La disminución de la secreción de insulina
obedece a diversas condiciones, por ejemplo, la reducción de la masa total de células
beta (en caso de la extracción quirúrgica del páncreas o a consecuencia de pancreatitis
aguda) o a consecuencia de la destrucción autoinmune de dichas células, fenómeno
que ocurre en la diabetes tipo 1. De manera adicional, algunos defectos genéticos del
metabolismo de la célula b también pueden traducirse en una deficiente secreción de
la insulina en respuesta a estímulos fisiológicos.

En la diabetes tipo 2 el defecto básico es la resistencia de los tejidos periféricos a la


acción de la insulina y en menor grado, una deficiencia relativa de secreción de la
hormona. La mayoría de expertos considera que la resistencia a la insulina es el

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fenómeno primario, mientras que la deficiencia de la secreción, aparece
como resultado de la hiperglucemia sostenida y la sobre estimulación
persistente de la célula b.

La resistencia a la insulina bien puede estar genéticamente determinada, como es el


caso de los sujetos con historia familiar de esta enfermedad, o se presenta como
resultado de un exceso de hormonas de contra regulación (tal como sucede en los
pacientes afectados de acromegalia o feocromocitoma), o bien por efecto del
tratamiento con medicamentos inductores de resistencia a la insulina.

La diabetes tipo 2 exhibe tres fases bien definidas: en primer término, se presenta un
estado de resistencia periférica a la insulina, asociado a cifras normales de glucemia,
pues hay un incremento de la producción de esta hormona; en una etapa ulterior, a
medida que la resistencia a la acción hormonal es más prominente, la hiperproducción
de insulina no es suficiente para controlar las cifras de glucosa en sangre y, en
consecuencia, aparece hiperglucemia postprandial. Por último, ocurre la insuficiencia
de las células beta y disminuye la síntesis de insulina, de modo que aparece
hiperglucemia en ayuno.

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SINTOMAS

 Emisión excesiva de orina (poliuria)


 Aumento anormal de la necesidad de comer (polifagia)
 Incremento de la sed (polidipsia)
 Pérdida de peso sin razón aparente
 Sed excesiva
 Aumento del apetito
 Fatiga
 Mareos
 Heridas que no sanan
 Estados de inconciencia frecuentes
 Hormigueo o adormecimiento en las manos o los pies
 Irritabilidad

Pruebas diagnósticas

Se puede utilizar un análisis de orina para buscar glucosa y cetonas producto de la


descomposición de las grasas. Sin embargo, una prueba de orina sola no diagnostica
diabetes.

La glucosa urinaria refleja, en ausencia de afectación del riñón, la superación del umbral
renal, concentración sanguínea de glucosa por encima de la cual aparecería en orina.
Este límite se sitúa entre 160 y 180 mg/dl de glucosa en plasma. Como prueba
diagnóstica tiene un valor muy limitado por el cambiante grado de dilución que puede
presentar.

Los siguientes exámenes de sangre se utilizan para diagnosticar la diabetes:

· Glucemia en ayunas: se diagnostica diabetes si el resultado es mayor de 126 mg/dl


en dos oportunidades. Los niveles entre 100 y 126 mg/dl se denominan alteración de la
glucosa en ayunas o prediabetes. Dichos niveles se consideran factores de riesgo para
la diabetes tipo 2 y sus complicaciones.

La diabetes se diagnostica normalmente cuando los niveles de glucemia en ayunas son


de 126 mg/dl o mayores.

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· Glucemia aleatoria (sin ayunar): se sospecha la existencia de diabetes
si los niveles son superiores a 200 mg/dl y están acompañados por los
síntomas clásicos de aumento de sed, micción y fatiga. (Esta prueba se debe confirmar
con otra de glucemia en ayunas.)

· HbA1c (hemoglobina glucosilada). Es un examen que mide la cantidad de


hemoglobina glucosilada en la sangre, ésta es una sustancia en los glóbulos rojos que
se forma cuando la glucosa en la sangre se fija a la hemoglobina.

Las personas con diabetes necesitan revisar el nivel de hemoglobina HbA1c durante
varios meses puesto que así se puede dar un buen estimativo de si se ha manejado
bien la diabetes durante los últimos 2 o 3 meses.

El valor normal de la HbA1c es que sea menor o igual al 6%

· Curva de sobrecarga oral de glucosa. Es la principal prueba diagnóstica al someter al


organismo a una cantidad estándar de glucosa que debe administrar en un tiempo de
dos horas. Se efectúa con 75 g de glucosa oral o con 1.75 g/Kg de peso hasta 75 g, en
el caso de niños. Se acompaña con 400 ml de agua y se ingiere en 5-10 minutos. Según
los Grupos de Expertos, se debe extraer una muestra basal y otra a las 2 horas.
Normalmente la curva, si hay buena absorción, debe superar en algún punto los 200
mg/dl, y normalizarse a las 2 horas, con valores inferiores a 140 mg/dl. Se considera
estado de intolerancia a glucosa (situación que es reversible con el tratamiento
adecuado), si a las 2 horas, la concentración plasmática de glucosa está entre 140 y
200 mg/dl. Por encima de este límite, el resultado es compatible con un estado de
Diabetes mellitus.

· Test de O’ Sullivan. Se realiza durante el sexto o séptimo mes de embarazo y pretende


descartar o detectar precozmente los estados de Diabetes durante la gestación que
podrían desembocar posteriormente en cuadros de Diabetes mellitus. Se extrae una
muestra de sangre una hora después de ingerir 50 g de glucosa y en ella no deben
superarse los 140 mg/dl. Si es para diagnóstico, se extrae en primer lugar una muestra
basal, posteriormente se administran 200 g de glucosa y tras esto, una muestra de

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sangre transcurrido 1, 2 y 3 horas. Los niveles máximos de la
normalidad son de 105, 190, 165 y 145 mg/dl.

· Insulina o péptido C. Tanto en la extracción basal como tras la sobrecarga puede ser
interesante conocer los cambios de la insulina plasmática. Puede emplearse el péptido
C (fragmento inactivo liberado por el páncreas) para valorar la producción pancreática
residual de insulina si el paciente se inyecta insulina. En la Diabetes mellitus tipo 1, la
producción de la hormona es prácticamente nula, mientras que en la Diabetes mellitus
tipo 2 tiende a ser elevada para vencer la resistencia de los tejidos a su acción.

· Anticuerpos. La Diabetes mellitus tipo 1 se debe a la destrucción de origen autoinmune


de las células b del páncreas y lleva a la deficiencia absoluta de insulina. En un elevado
porcentaje de los pacientes, se detectan anticuerpos anti células b (ICAs), anticuerpos
anti insulina (IAA) y anticuerpos anti descarboxilasa de ácido glutámico (GAD). Estos
anticuerpos se pueden detectar en ocasiones antes de la aparición de la enfermedad,
lo que les da un gran interés predicitivo.

ETIOLOGÍA, PREVALENCIA. INCIDENCIA Y FACTORES DE RIESGO

Las causas principales de la diabetes son:

Herencia recibida de los padres (genética) que transmite la predisposición a padecer


diabetes. Supone un 40%

Infecciones por virus de desarrollo lento no conocidos en profundidad. Se ha observado


un aumento de incidencia de nuevos casos de DM1 en determinados meses (otoño e
invierno) al parecer relacionado con la actividad de algunos virus. Los virus que se han
implicado con mayor frecuencia en el desarrollo posterior de DM1 son B4, rubéola y
parotiditis. Al parecer, el Coxsackie B4 posee una proteína casi idéntica al ácido
decarboxilglutámico de la célula beta pancreática. No se ha encontrado relación entre
DM2 y virus.

Inactivación de la insulina por sustancias existentes en la sangre.

Como consecuencia de otras enfermedades.

Por otro lado, están una serie de circunstancias desencadenantes tales como:

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· Sobrepeso: El factor dietético que más incrementa el riesgo de DM2
es el sobrepeso. A ello parece contribuir la “dieta occidental” con alto
consumo de hidratos de carbono simples y escaso contenido en fibra y el sedentarismo.
El riesgo relativo de presentar DM2 y/o tolerancia alterada a la glucosa (TAG) aumenta
por 2 en pacientes con obesidad moderada, por 5 en obesidad intensa y por 10 en
obesidad mórbida. Sin embargo, hay obesos en los que no se afecta la glucemia, lo que
supone la necesidad de algún otro factor, quizá la herencia. No parece existir una
relación directa entre el consumo excesivo de azúcares y el riesgo de DM2. En cuanto
a la DM 1, se han implicado como factores nutricionales probables el consumo durante
el embarazo de carnes ahumadas (con elevado contenido en nitrosaminas) y con el
descenso de la lactancia materna.

· Embarazo.

·Accidentes, intervenciones quirúrgicas, enfermedades infecciosas.

·Situaciones de angustia, pérdidas familiares.

·Consumo de ciertos tipos de medicamentos, como son los antirreumáticos y


antiasmáticos hormonales (corticoides).

·Factores socioeconómicos: En algunos estudios se ha relacionado una mayor


prevalencia de DM1 en clases media y alta (4 veces más frecuente) aunque
probablemente se debe a un aumento del porcentaje de diagnosticados sobre el
número total de casos dado el mejor acceso a los servicios sanitarios. Por el contrario,
sí parece cierto el aumento de incidencia y prevalencia de DM2 en las clases con bajo
nivel económico.

·Edad: La DM 2 aumenta su incidencia con la edad, siendo su pico máximo entre los
40-60 años. La DM 1 presenta su pico de incidencia máximo alrededor de los 10-13
años.

Prevalencia

En el mundo Occidental la prevalencia de Diabetes Mellitus se estima que oscila entre


el 2% y el 6% de la población, según los estudios (diferencias en métodos de
diagnóstico empleados, rangos de edad en población estudiada...). Se estima que un

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la mitad de los casos permanecen sin diagnosticar: por cada persona
con diabetes conocida existe una con diabetes desconocida.

La prevalencia total de la DM2 se estima en un 6% de la población (90-95% de las


personas con diabetes), aumentando la prevalencia de forma significativa en relación a
la edad: alcanza cifras entre el 10-15 % en la población mayor de 65 años, y el 20 % si
consideramos sólo a los mayores de 80 años.

Incidencia

- Diabetes Mellitus tipo 1: 10- 12 casos nuevos /100.000 habitantes/año.

- Diabetes Mellitus tipo 2: 60-150 casos nuevos/100.000 habitantes/año.

Mortalidad

-La mortalidad en los adultos con diabetes es más alta que en los no diabéticos.

-Una de las principales limitaciones de los estudios de mortalidad es la subestimación


del problema (existen diferencias en la certificación de la diabetes como causa de
defunción cuando se asocia a afecciones muy frecuentes (enfermedades cardiacas,
insuficiencia renal etc.).

-En Estados Unidos los pacientes con Diabetes diagnosticada antes de los 15 años
tienen una tasa de mortalidad 11 veces superior a la población general. La mortalidad
es 2-3 veces superior en pacientes en los que se diagnostica la Diabetes después de
los 40 años.

-En la mayoría de los países desarrollados, la diabetes ocupa del 4º al 8º lugar entre
las causas de defunción. En España representa la 3ª causa en mujeres y la 7ª en
hombres.

-En los países europeos la tasa de mortalidad oscila entre 7.9 y 32.2/100.000
habitantes. En España oscila alrededor de 23.2/100.000 habitantes. En la mayor parte
de los estudios las tasas son mayores para mujeres que para hombres (en España,
29.3 frente a 16.1).

-La principal causa de defunción de los pacientes con DM1 es la insuficiencia renal por
nefropatía diabética.

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- En Andalucía existe un exceso de mortalidad por Diabetes con
respecto a otras provincias españolas. Este exceso está
fundamentalmente localizado en las provincias de Andalucía Occidental. Existen datos
de la evolución de la mortalidad por Diabetes de 1975 a 1994, por sexo: la tasa
estandarizada de mortalidad estaba por encima de 30 por 100.000 en mujeres,
incrementándose en la década de los 80, asistiendo a primeros de los 90 a un
progresivo descenso hasta situarse alrededor de 24 por 100.000 en 1994. En el hombre
la tasa estandarizada de mortalidad se ha mantenido constante, alrededor de 18 por
100.000.

La diabetes es una afección crónica en la cual existe una anomalía en la producción o


el funcionamiento de la insulina por el páncreas.

La insulina es una hormona producida por el páncreas. Su principal función es el


mantenimiento de los valores adecuados de glucosa en sangre. Permite que la glucosa
entre en el organismo y sea transportada al interior de las células, en donde se
transforma en energía para que funcionen los músculos y los tejidos. Además, ayuda a
que las células almacenen la glucosa hasta que su utilización sea necesaria.

En las personas con diabetes hay un exceso de glucosa en sangre (hiperglucemia) ya


que no se distribuye de la forma adecuada. Los especialistas advierten que, si los
pacientes no siguen el tratamiento adecuado los tejidos pueden acabar dañados y se
pueden producir complicaciones muy graves en el organismo.

DIABETES TIPO 1:

Las edades más frecuentes en las que aparece son la infancia, la adolescencia y los
primeros años de la vida adulta. Acostumbra a presentarse de forma brusca y muchas
veces independientemente de que existan antecedentes familiares.

Las causas de la diabetes tipo 1 son principalmente la destrucción progresiva de las


células del páncreas, que producen insulina. Ésta tiene que administrarse
artificialmente desde el principio de la enfermedad. Sus síntomas particulares son el

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aumento de la necesidad de beber y aumento de la cantidad de orina,
la sensación de cansancio y la pérdida de peso a pesar del incremento
de las ganas de comer.

DIABETES TIPO 2:

Surge generalmente en edades más avanzadas y es unas diez veces más frecuente
que la anterior. Por regla general, la diabetes tipo 2 también está diagnosticada o la han
padecido otras personas de la familia.

Se origina debido a una producción de insulina escasa, junto con el aprovechamiento


insuficiente de dicha sustancia por parte de las células. Según qué defecto de los dos
predomine, al paciente se le habrá de tratar con pastillas antidiabéticas o con insulina
(o con una combinación de ambas). En estos casos el paciente no suele presentar
ningún tipo de molestia, ni síntoma específico, por lo que puede pasar desapercibida
para la persona afectada durante mucho tiempo.

DIABETES GESTACIONAL:

Se considera una diabetes ocasional que se puede controlar igual que los otros tipos
de diabetes. Durante el embarazo la insulina aumenta para incrementar las reservas de
energía. A veces, este aumento no se produce y puede originar una diabetes durante
embarazo. Tampoco tiene síntomas y la detección se realiza casi siempre tras el
análisis rutinario a que se someten todas las embarazadas a partir de las 24 semanas
de gestación. Lo que si aumenta en gran medida el riesgo de desarrollar diabetes al
cabo de algunos años.

Diagnóstico:

El diagnóstico de la diabetes se produce cuando el paciente tiene valores anormalmente


elevados de glucosa en la sangre. Este análisis se suele controlar y medir durante un
examen anual de rutina o en una exploración clínica que se realiza antes de la
incorporación a un nuevo empleo o de la práctica de un deporte.

También pueden realizarse análisis para determinar la posible causa de síntomas como
el aumento de la sed, la micción, el hambre, o si existen factores de riesgo

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característicos, como antecedentes familiares de diabetes, obesidad,
infecciones frecuentes o cualquier otra complicación asociada con la
diabetes.

Tal y como señala Rebeca Reyes, coordinadora del Grupo de trabajo de Diabetes
Mellitus de la SEEN, el diagnóstico de la diabetes se realiza a través de una analítica
de sangre. “Los criterios diagnósticos actuales, según la Sociedad Americana de
Diabetes en sus recomendaciones de año 2015, son los siguientes:

-Hemoglobina glicosilada mayor o igual de 6,5 por ciento.

-Glucemia basal en ayunas mayor o igual a 126 mg/dl o glucemia a las 2 horas de una
prueba de tolerancia oral a la glucosa con 75 gr de glucosa mayor o igual a 200 mg/dl.

Todas ellas deben repetirse en dos ocasiones, salvo cuando existan signos inequívocos
de diabetes, en cuyo caso una glucemia al azar de ≥ 200 mg/dl es suficiente”, especifica.

Pruebas:

Para medir la concentración de glucosa en la sangre se obtiene una muestra de sangre


del paciente, quien deberá estar en ayunas por lo menos 8 horas antes de la prueba.

Es normal que exista cierto grado de elevación de los valores de glucosa en la sangre
después de comer, pero incluso entonces, los valores no deberían ser muy elevados.
En las personas mayores de 65 años es mejor realizar la prueba en ayunas dado que
los ancianos tienen un mayor incremento de las concentraciones de glucosa en la
sangre después de comer.

Hay otra clase de análisis de sangre, llamado prueba de tolerancia oral a la glucosa,
que se realiza en ciertos casos, como cuando se sospecha que una mujer embarazada
tiene diabetes gestacional.

En esta prueba se obtiene una muestra de sangre en ayunas para medir el valor de la
glucosa y se suministra a la paciente una solución especial para beber, la cual contiene
una cantidad estándar de glucosa. Durante las dos o tres horas siguientes se obtienen
varias muestras de sangre.

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Factores de riesgo

Los factores de riesgo de la diabetes dependen del tipo de diabetes.

Factores de riesgo para la diabetes tipo 1

Aunque se desconoce la causa exacta de la diabetes tipo 1, los factores que pueden
indicar un mayor riesgo incluyen los siguientes:

Antecedentes familiares. Tu riesgo aumenta si tu padre, tu madre o algún hermano


tienen diabetes tipo 1.

Factores ambientales. Circunstancias como la exposición a una enfermedad viral


probablemente tienen alguna relación con la diabetes tipo 1.

La presencia de células del sistema inmunitario que causan daños (autoanticuerpos).


Algunas veces, los familiares de personas con diabetes tipo 1 se someten a una prueba
de detección de autoanticuerpos de la diabetes. Si tienes estos autoanticuerpos, tienes
mayor riesgo de padecer diabetes tipo 1. Pero no todas las personas que tienen estos
autoanticuerpos padecen diabetes.

Ubicación geográfica. Ciertos países, como Finlandia y Suecia, presentan índices más
altos de diabetes tipo 1.

Factores de riesgo para la prediabetes y la diabetes tipo 2

Los investigadores no están completamente seguros de la razón por la que algunas


personas manifiestan prediabetes y diabetes tipo 2 y otras no. Sin embargo, está claro
que algunos factores aumentan el riesgo, incluidos los siguientes:

Peso. Cuanto más tejido graso tengas, más resistentes se vuelven tus células a la
insulina.

Inactividad. Cuanto menos activo seas, mayor riesgo tendrás. La actividad física ayuda
a controlar el peso, utiliza toda la glucosa como fuente de energía y hace que las células
sean más sensibles a la insulina.

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Antecedentes familiares. Tu riesgo aumenta si tu padre, tu madre o algún hermano
tienen diabetes tipo 2.

Raza. Aunque no resulta claro por qué, las personas de ascendencias como la africana,
hispana, indoamericana y asiática presentan un riesgo mayor.

La edad. Tu riesgo aumenta a medida que envejeces. Esto se puede deber a que, a
medida que envejeces, tiendes a hacer menos ejercicio, perder masa muscular y subir
de peso. Pero la diabetes tipo 2 también está aumentando entre los niños, los
adolescentes y los adultos jóvenes.

Diabetes gestacional. Si tuviste diabetes gestacional cuando estabas embarazada, tu


riesgo de padecer prediabetes y diabetes tipo 2 con posterioridad aumenta. Si diste a
luz a un bebé de más de 9 lb (4 kg), también corres el riesgo de tener diabetes tipo 2.

Síndrome de ovario poliquístico. Para las mujeres, tener síndrome de ovario


poliquístico, una enfermedad común caracterizada por periodos menstruales
irregulares, crecimiento excesivo de vello y obesidad, aumenta el riesgo de diabetes.

Presión arterial alta. Tener presión arterial superior a 140/90 mm Hg (milímetros de


mercurio) se asocia con un mayor riesgo de diabetes tipo 2.

Niveles de colesterol y triglicéridos anormales. Si tienes niveles bajos de colesterol de


lipoproteínas de alta densidad (HDL) o colesterol "bueno", tu riesgo de diabetes tipo 2
es mayor. Los triglicéridos son otro tipo de grasa que transporta la sangre.

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Complicaciones agudas

A pesar de que hay muchas más, en este post comentaremos cuatro tipos de
complicaciones agudas en las personas con diabetes: la cetocidosis diabética, el coma
hiperglucémico, la hipoglucemia y la hiperglucemia.

HIPERGLUCEMIA

La hiperglucemia es, como el mismo nombre indica, un aumento del azúcar en sangre
por encima de los niveles recomendados. Esto puede ocurrir debido a que el nivel de
insulina en el cuerpo es bajo, ya sea por no habernos inyectado la suficiente insulina,
por estrés o por haber comido más de lo debíamos y teníamos planificado.

Los síntomas relacionados con la hiperglucemia van desde un nivel alto de azúcar en
sangre, que veríamos una vez hecha la correspondiente medición, hasta un aumento
en la sed y las ganas de orinar.

Para prevenir las hiperglucemias lo ideal es realizar mediciones frecuentes, tener una
correcta adherencia al tratamiento y respetar la dieta para evitar comer más de lo
planeado evitando así el aumento de azúcar en sangre.

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HIPOGLUCEMIA

Su causa es una reducción importante del aporte de glucosa al encéfalo. Es frecuente


en diabéticos, sobre todo en los tratados con insulina. Se presenta cuando los niveles
de glucosa en sangre son inferiores a 55 miligramos por decilitro de sangre.

Los síntomas son el exceso de sudor, la palidez, agitación y confusión, y la disminución


de la consciencia. Suele ser provocado por una dosis excesiva de insulina, una ingesta
insuficiente, el ejercicio físico intenso, un estado de vómitos y diarreas, o una ingesta
excesiva de alcohol.

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Complicaciones crónicas

No tener un control continuo de glucosa y padecer altos niveles de glucosa en sangre


constantemente puede provocar enfermedades graves que afecten al corazón, riñones,
ojos, etc.

Enfermedades de los vasos sanguíneos y del corazón

Las personas con diabetes tienen un riesgo muy

alto de padecer una enfermedad cardiovascular

(CVD) y cerebrovascular. Si existen antecedentes

familiares, el riesgo es aún mayor.

Control glucosa en sangre

Para prevenir este tipo de enfermedades cardiovasculares es importante que las


personas con diabetes controlen, además de la glucosa en sangre, ostros factores de
riesgo como tener una glicada alrededor del 7% y seguir un buen control con su
profesional sanitario. Además, se recomienda vigilar el sobrepeso, realizar ejercicio,
controlar el funcionamiento de los riñones, no fumar, etc.

Enfermedad renal crónica

La Enfermedad Renal Crónica (ERC) es causada por el daño que a los vasos
sanguíneos y que pueden provocar que los riñones sean menos eficientes, e incluso,
su fallo.

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Enfermedad de los ojos y de la retina

Con el tiempo, la diabetes puede afectar a la capa más sensible e importante del ojo,
la retina. La retina se sitúa en la parte posterior y nos permite ver la luz y los colores.

¿Cómo se puede prevenir la retinopatía?

Mantenga un buen control de glicada o HbA1c alrededor del 7%,


de tensión arterial(menos de 135/85) y de colesterol.
 Consulte a su médico de familia para realizarse en su Centro de Salud una
revisión de fondo de ojo en el momento del diagnóstico de su diabetes
y posteriormente cada 1-2 años según la evolución de cada caso.
 En caso de afectación es preciso ser derivado y evaluado por un oftalmólogo.

. ENFERMEDAD DE LOS PIES


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Pie diabético

La diabetes mal controlada puede lesionar los nervios de las extremidades del
cuerpo a lo largo de los años. Es la llamada neuropatía periférica.

De igual manera, con el tiempo, la circulación de las piernas y los pies se ve


afectada. Es la llamada arteriopatía periférica.

Muy a menudo suceden ambos problemas y la persona pierde la sensibilidad de la


piel para poder notar lesiones como ampollas o cortes, a la vez que pierde el riego
sanguíneo, haciendo más dificultosa su curación.

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Disfunción sexual

La testosterona baja es común en los hombres con diabetes tipo 2, cuyos síntomas
pueden incluir:

 Disfunción eréctil.
 Interés disminuido en el sexo.
 Masa magra del cuerpo reducida.
 Ánimo triste.
 Falta de energía.

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Tratamiento:

El tratamiento de la diabetes mellitus se basa en tres pilares: dieta, ejercicio físico y


medicación. Tiene como objetivo mantener los niveles de glucosa en sangre dentro de
la normalidad para minimizar el riesgo de complicaciones asociadas a la enfermedad.
En muchos pacientes con diabetes tipo 2 no sería necesaria la medicación si se
controlase el exceso de peso y se llevase a cabo un programa de ejercicio físico
regularmente. Sin embargo, es necesario con frecuencia una terapia sustitutiva con
insulina o la toma de fármacos hipoglucemiantes por vía oral.

-Fármacos hipoglucemiantes orales: Se prescriben a personas con diabetes tipo 2 que


no consiguen descender la glucemia a través de la dieta y la actividad física, pero no
son eficaces en personas con diabetes tipo 1.

-Tratamiento con insulina: En pacientes con diabetes tipo 1 es necesario la


administración exógena de insulina ya que el páncreas es incapaz de producir esta
hormona. También es requerida en diabetes tipo 2 si la dieta, el ejercicio y la medicación
oral no consiguen controlar los niveles de glucosa en sangre. La insulina se administra
a través de inyecciones en la grasa existente debajo de la piel del brazo, ya que si se
tomase por vía oral sería destruida en aparato digestivo antes de pasar al flujo
sanguíneo. Las necesidades de insulina varían en función de los alimentos que se
ingieren y de la actividad física que se realiza. Las personas que siguen una dieta
estable y una actividad física regular varían poco sus dosis de insulina. Sin embargo,
cualquier cambio en la dieta habitual o la realización de algún deporte exigen
modificaciones de las pautas de insulina. La insulina puede inyectarse a través de
distintos dispositivos:

-Jeringuillas tradicionales: Son de un solo uso, graduadas en unidades internacionales


(de 0 a 40).

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-Plumas para inyección de insulina: Son aparatos con forma de pluma
que tienen en su interior un cartucho que contiene la insulina. El
cartucho se cambia cuando la insulina se acaba, pero la pluma se sigue utilizando.

-Jeringas precargadas: Son dispositivos similares a las plumas, pero previamente


cargados de insulina. Una vez que se acaba la insulina se tira toda la jeringa. El nivel
de glucosa en sangre depende de la zona del cuerpo en que se inyecta la insulina. Es
aconsejable que se introduzca en el abdomen, los brazos o muslos. Penetra más
rápidamente si se inyecta en el abdomen. Se recomienda inyectar siempre en la misma
zona, aunque desplazando unos dos centímetros el punto de inyección de una vez a
otra. Hay que evitar las inyecciones en los pliegues de la piel, la línea media del
abdomen y el área de la ingle y el ombligo.

Tratamiento

El tratamiento consta de dos fases. Una primera fase en la que se pretende la


normalización metabólica del enfermo recién diagnosticado o de aquel que presenta
una descompensación, y una segunda fase en la que la finalidad última es el
mantenimiento de la compensación metabólica.

El tratamiento en sí consta de:

· tratamiento medicamentoso.

· dieta.

· ejercicio físico.

· cuidados higiénicos.

· actitud mental.

TRATAMIENTO MEDICAMENTOSO

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La medicación puede ser con insulina, con antidiabéticos orales, hierbas
“antidiabéticas” (están contraindicadas), medicación y productos
dietéticos complementarios.

Respecto al tratamiento medicamentoso a base de insulina debemos saber lo siguiente:

¿Qué son los análogos de insulina?

La farmacocinética de la insulina puede ser alterada por modificaciones mediante


bioingeniería, cambiando en forma selectiva la secuencia de los aminoácidos para
producir “análogos de insulina”.

¿Qué son las insulinas humanas?

Durante muchos años la insulina que se ha empleado para el tratamiento de la diabetes,


se extraía del páncreas de diversos animales, principalmente del buey (Insulina bovina),

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y sobre todo del cerdo (Insulina porcina). La insulina porcina es casi
idéntica a la insulina humana y posee el mismo efecto sobre el azúcar
en sangre.

En la actualidad las insulinas que se tiende a emplear son las denominadas humanas,
que son químicamente iguales a la del hombre y se obtienen bien de ciertas bacterias
y levaduras mediante técnicas de ingeniería genética o bien a partir de la insulina de
cerdo, que mediante un proceso químico adecuado se transforma en insulina exacta a
la del hombre.

¿Qué tipos de insulina hay?

Según la velocidad de inicio de acción y duración de su efecto la insulina puede ser de


tres tipos: insulina de acción rápida, de acción intermedia y de acción lenta

¿Cómo se administra la insulina?

La insulina se administra normalmente por vía subcutánea, aunque se puede


administrar por vía intramuscular y endovenosa. La cantidad a administrar va en función
de la pauta y las indicaciones marcadas por el médico.

En este momento disponemos de 5 formas de administración de la insulina:

Las jeringas de insulina: para utilizar con los clásicos viales de insulina. En este
momento sólo están disponibles para manejar con concentraciones de insulina de 40
UI/ml (U-40)

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Las plumas: son mecanismos automatizados de inyección. Funcionan con cartuchos
recambiables de insulina, que sólo existen para concentraciones de insulina de 100
UI/ml (U-100).

Las jeringas precargadas: son sistemas similares a las plumas, con la característica
de que ya vienen cargadas, y son desechables cuando se acaba la carga de insulina.
Constituyen algo así como una mezcla de vial y jeringa en una pieza. Vienen
preparadas con insulina humana a concentración de 100 UI/ml.

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Inhaladores: Estaba financiada por la Seguridad Social y se
necesitaba receta médica. Los expertos señalaban que ayudaría a
perder el miedo al tratamiento. Un trabajo en 'New England' pedía evaluar posibles
daños a la capacidad pulmonar.

Un paciente tomando la insulina inhalada. (Imagen obtenida de un vídeo de Pfizer)

El principal objetivo era facilitar la calidad de vida de los diabéticos.

Este producto terapéutico consistía en una insulina de acción rápida que venía
formulada en polvo seco y se inhalaba por boca unos 10 minutos antes de las comidas.
De esta manera, la insulina pasaba a los alveolos pulmonares de forma inmediata y de
ahí se liberaría en el torrente sanguíneo.

La insulina inhalada sustituiría a los pinchazos que tienen que darse los diabéticos para
controlar los niveles de glucosa después de las comidas, pero no sustituía a la insulina
de acción lenta.

En principio, los primeros a quienes se les empezaría a prescribir la insulina inhalada


serian los diabéticos tipo 1, y posteriormente los diabéticos tipo 2 que estén mal
controlados.

La principal ventaja es que quitará el miedo de los pacientes al tratamiento, al no tener


que pincharse y ello mejoraría tanto la aceptación social como la personal de la
insulina".

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Bomba de insulina

La bomba de insulina es un pequeño dispositivo del tamaño de un teléfono móvil que


administra insulina de forma continuada. Consta fundamentalmente de dos partes: el
infusor de insulina y el catéter de conexión.

El infusor propiamente dicho es una microcomputadora que ha sido programada


previamente para infundir insulina de manera continua las 24 horas del día. Se compone
básicamente de una pantalla, una batería, unos botones y un reservorio de insulina.
Utiliza análogos de insulina de acción rápida.

El catéter de conexión es un fino tubo de plástico que conecta la bomba con el tejido
subcutáneo (debajo de la piel). Este catéter termina en una cánula de plástico que está
localizada debajo de la piel. Allí será donde se deposite la insulina administrada por la
bomba.

CONTRAINDICACIONES Y EFECTOS

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Se aseguraba que llevaban más de 15 años investigando la insulina
inhalada en ensayos en los que habían participado más de 2.500
pacientes.

Asimismo, con la insulina inhalada se conseguía una reducción significativa en la


sensación de fatiga, se ganaba menos peso y no daba problemas en la piel.

No obstante, este producto estaba contraindicado en personas fumadoras, en menores


de 18 años y en personas con asma o enfermedades pulmonares. Un estudio publicado
en 'New England Journal of Medicine' recogía que comparada con los fármacos orales,
la insulina inhalada estaba relacionada con más episodios de hipoglucemia.

Otros efectos secundarios apuntados por la investigación eran la tos y la posible


relación con la pérdida de la capacidad pulmonar.

Se apuntaba que seguían haciendo investigaciones, pero en pacientes que llevaban


siete años tomando insulina inhalada no se había registrado ninguno de estos efectos.

Resultados.

No obstante, los resultados fueron otros y en octubre de ese mismo año, los laboratorios
Pfizer anunciaban la retirada de su insulina inhalada debido a que las ventas de
Exagera habían sido mucho más pobres de lo esperado. No obstante, los ejemplares
que ya estaban en el mercado no serian retirados, pero el producto dejaría de
suministrarse a partir de este momento.

Las ventajas aportadas sobre la insulina inhalada se vieron mermadas por las dudas de
algunos especialistas sobre su seguridad a largo plazo y lo aparatoso del inhalador,
parecido a un tubo de pelotas de tenis.

La idea era que a los diabéticos no les gustaba pincharse con agujas varias veces al
día para administrar la insulina necesaria, pero en los últimos años ha mejorado mucho
la administración de la hormona y, gracias a los lápices dosificadores, su administración
ya no es tan incómoda y dolorosa como antaño.

Exagera fue la primera y única insulina inhalada en el mercado, aunque otras


compañías farmacéuticas están trabajando en productos de este tipo.

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Bombas de infusión continua de insulina subcutánea: La Bomba de
Infusión Continua de Insulina (BICI) permite administrar insulina de
modo basal y en bolos antes de las comidas (Gráfico 2). Igual que en las personas sin
diabetes se utiliza únicamente insulina de acción rápida.

¿Cómo funciona?

Tiene un pequeño motor eléctrico programado que, a través de un pistón, empuja el


émbolo del cartucho cargado con insulina de acción rápida o análogos de insulina.

Del cartucho sale un catéter que finaliza en el tejido subcutáneo a través de una cánula
de teflón. El set de infusión habitualmente se cambia cada 3 días y se sujeta a la piel
con cinta adhesiva.

La bomba de infusión de insulina es un sistema de administración de insulina (no mide


glucosa) con depósito NO INTELIGENTE, es decir que debe ser programada y utilizada
de acuerdo con las necesidades del paciente. La bomba por sí sola no mantiene los
niveles de glucosa dentro de la normalidad. El portador de la bomba debe continuar
realizando controles de glucemia capilar.

Indicaciones de la BICI

· Cuando no se consigue un control glucémico satisfactorio a pesar de estar en


tratamiento insulínico intensivo multidosis.

· Personas con diabetes que quieren tener más flexibilidad y mejorar en su calidad de
vida, especialmente aquellos que realizan actividades físicas intensas.

· Episodios frecuentes de hipoglucemia severa, sobre todo si son nocturnas.

· Episodios con complicaciones derivadas de su diabetes.

· Mujeres que desean descendencia y planean quedarse embarazadas

· Personas con neuropatía diabética dolorosa.

· Personas con mínimas necesidades de insulina.

¿Qué requisitos debe cumplir el portador de la bomba?

· Un alto grado de motivación en el tratamiento de su diabetes.

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· Amplios conocimientos sobre el tratamiento de su diabetes, cómo
comportarse ante un cambio en la ingesta, enfermedades, deporte,...

· Realizar al menos cuatro controles de glucemia capilar diarios (antes de cada ingesta
y antes de acostarse).

· Poseer cierta habilidad técnica para manejar la bomba.

Ventajas

· Posibilidad de administrar de forma continua una insulina basal preprogramada y


ajustada a las necesidades de cada hora del día.

· Gracias a la posibilidad de ajuste horario de la administración de insulina basal, se


reduce notablemente la frecuencia de hipoglucemias nocturnas y, si se programa
correctamente se consiguen niveles de glucemia plasmática basales dentro de la
normalidad.

· Habitualmente aumenta la sensación de salud y autoestima que mejora la calidad de


vida.

· Se objetivan mejoras importantes en los pacientes con estilos de vida irregular,


profesiones demandantes o con frecuentes viajes por motivos laborales.

Los episodios de hiperglucemia postprandial se reducen y acortan, con la repercusión


que esto conlleva sobre la hemoglobina glicosilada.

El paciente, normalmente, muestra un buen grado de aceptación al tratamiento con


bomba, ya que esta modalidad de administración de insulina le permite llevar una vida
normal y a la vez, mantener unos niveles de glucemia dentro de la normalidad.

Desventajas

· La bomba debe llevarse encima las 24 horas del día.

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· La posibilidad de que pueda existir un fallo mecánico crea cierta
inseguridad, aunque la bomba dispone de múltiples alarmas que
advierten de cualquier anormalidad en su funcionamiento.

· Si no existe una adecuada higiene a la hora de insertar el set de infusión pueden tener
lugar irritaciones de piel o infecciones en la zona de inserción.

· Requiere alta motivación por parte del paciente y un perfecto entrenamiento en


técnicas de autocontrol.

Conservación de la insulina

Debemos saber que la insulina se debe conservar a 8-10 ºC. Para evitar la perjudicación
del tejido subcutáneo, se aconseja cargar la insulina y dejar cinco minutos la jeringuilla
que contiene la dosis a administrar a temperatura ambiente para que se temple.
Calentar el frasco es un error, ya que los cambios bruscos de temperatura perjudican
la conservación de la insulina.

Existen variaciones en la cinética de la insulina muy importantes según la zona de


inyección:

Es conveniente elegir una zona concreta para cada una de las inyecciones del día,
eliminando así la variabilidad en la glucemia entre un día y otro.

Otro tratamiento medicamentoso sería los antidiabéticos orales. El tratamiento con


antidiabéticos orales comenzará cuando, realizadas las medidas dietéticas y el ejercicio
físico, no se consigan los objetivos de control.

Atendiendo al mecanismo fundamental de acción de los antidiabéticos orales, podemos


dividirlos de la siguiente manera:

1. Secretagogos

a. Sulfonilureas

Tienen un efecto hipoglucemiante agudo, por estímulo de la secreción de insulina a


nivel de la célula beta pancreática mediante el bloqueo de los canales de salida de
potasio dependientes de ATP.

b. Secretagogos de acción rápida

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Fármacos estimuladores de la secreción de insulina. Son muy rápidos,
lo que le confiere una semivida plasmática muy corta, 160 minutos.

2. Biguanidas

Son agentes normoglucemiantes. Su acción parece consistir en una disminución de la


liberación hepática de la glucosa por reducción de la glucogenolisis y la
gluconeogénesis, y en un aumento de la captación periférica de glucosa por el músculo.

3. Tiazolidindionas

Estos agentes reducen la resistencia a la insulina por un nuevo mecanismo de acción,


la unión y activación de los PPAR gamma.

4. Inhibidores de las alfa-glucosidasas

Actúan compitiendo con las enzimas digestivas situadas en el borde de las vellosidades
intestinales, que actúan en el desdoblamiento de la sacarosa, la maltosa y otros
oligosacáridos en monosacáridos (glucosa, fructosa, galactosa). El resultado es un
retraso de la digestión de los hidratos de carbono, con reducción de los picos
pospandriales.

Estos medicamentos pueden producir efectos perjudiciales:

· Hipoglucemia pudiendo llegar a coma hipoglucémico.

· Molestias digestivas, reacciones alérgicas y, en cierto medicamento, fuerte reacción


si se toman bebidas alcohólicas (sobre todo con las espumosas).

Son inadecuados en situaciones de complicaciones fisiológicas como son: infecciones,


operaciones quirúrgicas, heridas, embarazo. En este caso, tienen que ser sustituidas
por insulina, normalmente con mezcla de insulina de acción rápida y lenta.

2. DIETA

El diabético necesita mayor aporte de vitaminas del complejo B, en especial vitamina


B1, B2, B6 Y B12. Esto se consigue con una dieta rica en vitaminas B, y, en casos
excepcionales, mediante medicamentos que las contengan.

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Con una buena alimentación, el diabético no necesitará consumir
productos sustitutos de alimentos azucarados ni aporte complementario
de “fibra dietética”.

En el tratamiento de la diabetes es sumamente importante la dieta. El diabético puede


seguir una dieta casi igual a la de cualquier persona con una dieta sana y agradable.

El Consensos Europeo celebrado en Nápoles en 1986 adoptó las siguientes


recomendaciones para todos:

- Controlar la obesidad, disminuyendo alimentos energéticos en la dieta y realizando


ejercicio adecuado para la persona.

- Disminución de los ácidos grasos saturados (alimentos de origen animal, aceites


hidrogenados, vegetales) a menos de un 10%.

- Reducción del colesterol de la dieta a menos de 300 mg/ día.

- Incrementar el consumo de carbohidratos de absorción lenta (leguminosas, patatas,


arroz, pastas para sopa).

- Utilizar el ácido oleico (ácidos grasos monoinsaturados) y el ácido linoleico (ácidos


grasos poliinsaturados).

- Aumentar la ingestión de frutas, legumbres y fibras.

- Reducir la ingestión de sal.

En los diabéticos hay que añadir:

- Supresión del consumo de azúcares de rápida absorción (sacarosa, jarabe de glucosa


y fructosa) y de los productos elaborados con estos azúcares.

- Supresión/disminución del consumo de bebidas alcohólicas.

- Comer frecuentemente (5 comidas al día aproximadamente).

Las reservas de glucógeno aumentan y se dosifican mejor cuando el cuerpo está en


forma, ya que las grasas se queman con más facilidad, reservando más los hidratos de
carbono para esfuerzo intensos o en caso de que la actividad sea muy larga que las
reservas aguanten más tiempo. El ejercicio tiene una acción hipoglucemiante, pero

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puede aumentar la hiperglucemia si los niveles de glucosa en sangre
son muy elevados o si el ejercicio es intenso. Por lo que el ejercicio
físico debe ser moderado y habitual. El ejercicio físico también ayuda en la situación
cardiovascular, así como ayuda en la pérdida de peso y de resistencia periférica.

Si el diabético adopta una actitud positiva, deportiva y no tiene hábitos perjudiciales


(tabaco, alcohol, alimentación excesiva), prácticamente tendrá que cambiar poco su
Estilo de Vida. Es cierto que tendrá que aprender ciertos conocimientos higiénicos y
ponerlos en práctica pero, con buena voluntad, todo es posible.

TRATAMIENTO PARA LA PREDIABETES

Si tienes prediabetes, optar por estilos de vida saludables puede ayudar a que tu nivel
de azúcar en sangre vuelva a los valores normales o, por lo menos, evitar que suba a
los valores que se observan en la diabetes tipo 2. Mantener un peso saludable haciendo
ejercicios y llevando una alimentación saludable puede ayudar. Hacer por lo menos 150
minutos de ejercicio por semana y bajar aproximadamente un 7 % de tu peso corporal
pueden prevenir o demorar la diabetes tipo 2.

Algunos medicamentos, como la metformina (Glucophage, Glumetza, otros), también


son una opción si presentas un alto riesgo de padecer diabetes, incluso cuando tu
prediabetes está empeorando o si tienes una enfermedad cardiovascular, esteatosis
hepática o síndrome de ovario poliquístico.

En otros casos, se necesitan medicamentos para controlar el colesterol (en particular,


las estatinas) y para la presión arterial alta. Tu médico puede recetar un tratamiento con
una dosis baja de aspirina para ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares si
presentas un alto riesgo. No obstante, optar por un estilo de vida saludable sigue siendo
fundamental.

Signos de complicaciones en cualquier tipo de diabetes

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Debido a que existen tantos factores que pueden afectar tu nivel de
azúcar en sangre, algunas veces pueden surgir problemas que
requieren atención inmediata, como los siguientes:

Nivel alto de azúcar en sangre (hiperglucemia). Tu nivel de azúcar en sangre puede


subir por muchas razones, como comer demasiado, estar enfermo o no tomar
suficientes medicamentos para bajar la glucosa. Controla tu nivel de azúcar en sangre
como te lo indique el médico, y presta atención a signos y síntomas de un alto nivel de
azúcar en sangre (ganas frecuentes de orinar, aumento de la sed, boca seca, visión
borrosa, cansancio y náuseas). Si tienes hiperglucemia, tendrás que realizar ajustes en
tu plan de comidas, en tus medicamentos o en ambos.

Aumento de cetonas en tu orina (cetoacidosis diabética). Si tus células necesitan


energía, es posible que tu organismo empiece a descomponer la grasa. Esto produce
ácidos tóxicos llamados cetonas. Presta atención a falta de apetito, debilidad, vómitos,
fiebre, dolor de estómago y olor a acetona del aliento.

Puedes controlar el exceso de cetonas en la orina con un equipo de prueba de cetonas


de venta libre. Si tienes un exceso de cetonas en orina, consulta a tu médico de
inmediato o busca atención de emergencia. Esta afección es más común en personas
con diabetes tipo 1.

Síndrome hiperosmolar hipoglucémico no cetónico. Los signos y síntomas de esta


afección potencialmente mortal incluyen: valores de azúcar en sangre de más de 600
mg/dl (33,3 mmol/l), boca seca, sed extrema, fiebre, somnolencia, desorientación,
pérdida de la visión y alucinaciones. El síndrome hiperosmolar es provocado por un
nivel de azúcar en sangre sumamente elevado que hace que la sangre se vuelva
espesa y melosa.

Tiende a ser más frecuente en personas con diabetes tipo 2 y suele estar precedido por
una enfermedad. Si tienes signos o síntomas de este trastorno, llama al médico o busca
atención médica inmediata.

Bajo nivel de azúcar en sangre (hipoglucemia). Cuando tu nivel de azúcar en sangre


cae por debajo de tu rango objetivo, se conoce como nivel bajo de azúcar en sangre

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(hipoglucemia). Si consumes medicamentos que bajan el nivel de
azúcar en sangre, incluida la insulina, tu nivel de azúcar en sangre
puede bajar por muchos motivos, como saltearte una comida y realizar más actividad
física que lo normal. La disminución del azúcar en sangre también se produce cuando
tomas demasiada insulina o un exceso de medicamentos que bajan la glucosa, que
promueve la secreción de insulina por parte del páncreas.

Controla periódicamente tu nivel de azúcar en sangre y presta atención a signos y


síntomas de bajo nivel de azúcar en sangre: sudoración, temblores, debilidad, hambre,
mareos, dolor de cabeza, visión borrosa, palpitaciones cardíacas, irritabilidad, dificultad
para hablar, somnolencia, desorientación, desmayos y convulsiones. El nivel bajo de
azúcar en sangre se trata con hidratos de carbono de rápida absorción, como el jugo
de frutas o las tabletas de glucosa.

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Caso clínico

Paciente de sexo masculino acude al servicio de emergencia del Hospital Nacional Arzobispo Loayza.,
refiere que desde hace aproximadamente 5 meses presenta astenia, “pesadez y fatiga” de inicio súbito
ante cualquier trabajo que hace sin causa aparente. Como síntomas acompañantes como: poliuria,
polidipsia, polifagia, mareos, que persiste todo el día y no cede a medicación no especifica.

Datos de Filiación

NOMBRE: NN

EDAD: 66 años

SEXO: Masculino

RAZA: Mestizo

LUGAR DE NACIMIENTO: Cuenca

LUGAR DE RESIDENCIA: Lima

ESTADO CIVIL: Casado

OCUPACIÓN: Chofer

INSTRUCCIÓN: Primaria

RELIGIÓN: católico

LATERALIDAD: Diestro

TIPIFICACIÓN SANGUINEA: 0+

ALERGIAS: No Refiere

ANTECEDENTE S PERSONALES

• HTA hace 17 años en tto con Enalapril: 20mg

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ANTECEDENTE S PATOLOGICOS FAMILIARES

• Hermano con DM 2

• Padre enfermedad trombótica sin especificar.

• Madre sin especificar.

ANTECEDENTES PERSONALES NO PATOLOGICOS.

ALIMENTARIO :3 veces al día (hiperproteica, hipercalórica)

DEFECATORIO 1 veces al día

MICCIONAL 5-6 veces al día nocturno 4-5 veces

TABACO No.

ALCOHOL No.

DROGAS No.

SUEÑO 10 horas diarias

EJERCICIO No realiza – Sedentario

SIGNOS VITALES:

TA: 150/80

FC: 70

Sat O2: 96%

Temperatura: 36,4ºC

Glucemia basal: 220 mg/dl • Creatinina:1.7 mg/dl

• Microalbuminuria: 45 mg/24h

• ECG R (AVL)+ S(V3) = 19.5 mm

• FONDO DE OJO: Sin ninguna opacidad, ni síntomas de Retinopatía diabética ni Hipertensiva,

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ARTICULOS CIENTIFICOS

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