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EL REQUIEM DE LOS OLVIDADOS

En una olvidada ex colonia española en África; conocida como el Sahara Occidental, desde 1975
aproximadamente, en que se firmó el acuerdo de Madrid para administración del territorio, por
parte de Mauritania y Marruecos bajo el consentimiento del gobierno de España. El Rey marroquí,
Hassan II, inspirado en el sueño del “Gran Marruecos” debía tener el territorio sarahui bajo su
dominio (aunque también incluía partes de Argelia, Mauritania, Mali y el Norte de Senegal), por lo
que desde ese momento llevó a cabo un plan de expansión para reivindicar su mandato sobre la
ex colonia de lengua castellana, esto con el agrado de algunos países entre los que se encuentra la
Liga Árabe quien ve en este plan marroquí parte del cumplimiento de su utopía panarabista.

Los constantes levantamientos por parte del Frente Polisario para la liberación del Sahara
Occidental, no ha mermado el impacto del expansionismo galopante marroquí que ha llevado un
proceso de “marroquización” del territorio para de este modo realizar una sustitución poblacional,
que han perdido parte de sus influencias históricas españolas canarias y hasta culturales e
idiomáticas, ya que se ha impuesto el árabe como idioma oficial y el español es idioma cooficial en
zonas de dominio marroquí y de uso diario en las zonas de la denominada República Árabe Sarahui
Democrática, reconocida país por poco más de 80 países, entre los que no se incluyen al Consejo
Permanente de ONU ni países europeos temerosos de otras reivindicaciones regionalistas.

La actitud de Marruecos ha sido la de reiteradas violaciones a los derechos humanos, ya en el 2009


entidades europeas observantes de derechos humanos, manifestaron preocupación por
violaciones a libertades de expresión y asociación a los sarahuis, además de otros delitos de lesa
humanidad, entre los que destacan utilización de napalm y fósforo blanco en enero de 1976
bombardeando Guelta Zemmur y Tifariti, con el objetivo de exterminar a los árabes sarahuis,
además que ocasionó un problema de refugiados que ahora están presentes en su mayoría en el
magrebí Argelia en cifras que a la fecha se desconocen. Y en los últimos días del mes de noviembre
de este año, los marroquíes asaltaron un campamento de refugiados del cual las mismas Naciones
Unidas supuestamente habían sido advertidas, y que han contado con muertes por decenas.

Pero las criticas europeas han sido tibias, no han demostrado la fuerza que sí expresan ante otros
conflictos, como el israelí – palestino, de tal peso que en el caso de los gobiernos españoles hasta
el presidente Zapatero le hemos visto con una kefiah al estilo Arafat expresando su solidaridad al
“oprimido pueblo palestino”, pero su expresiones ante la crisis humanitaria de los sarahuis no ha
demostrado su filantrópica y humanitaria personalidad, porque simplemente el líder del PSOE
sabe que la opinión pública adquiere mayor importancia si tiene sus pies metidos en Cisjordania, la
frontera del Líbano con la FINUL o en Gaza que en el desértico e infértil territorio sarahui.
Y qué podemos decir de las afamadas cadenas españolas de noticias. Que continúan manteniendo
su “rating” de noticias internacionales en alto llevando largos reportajes sobre el supuesto
genocidio del pueblo palestino a manos de los gobiernos izquierda o derecha de Israel, pero la
marcha de la muerte que recorren los sarahuis hasta su desaparición como un pueblo con
intenciones de su autodeterminación, es dirigida por la orquesta pública europea al son del
Requiem de los olvidados sarahuis.

Bryan Acuña Obando.

Relacionista Internacional.

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